Tarea 1
Tarea 1
Tarea 1
➔ El importe máximo por cliente: hasta 12,5 millones de euros, en una o varias operaciones.
➔ Modalidad: Cuando el destino sea inversión podrá pedirse bajo la modalidad de préstamo o
de leasing, y cuando sea liquidez se solicitará bajo la modalidad de préstamo o de línea de
crédito.
➔ La Entidad de Crédito podrá aplicar una comisión al inicio de la operación. El coste para el
cliente de esta comisión más el tipo de interés, no podrán superar la TAE máxima que la
Entidad de Crédito puede aplicar a la operación en función de su plazo.
Además podrá aplicarse una comisión de amortización anticipada voluntaria que, con
carácter general, será del 1% sobre el importe cancelado cuando la operación se haya
formalizado a tipo fijo y del 0,5% cuando se haya formalizado a tipo variable.
ACTIVIDAD 2
ACTIVIDAD 3
ACTIVIDAD 4
➔ El riesgo, es la solvencia del emisor del activo financiero para hacer frente a todas sus
obligaciones, es decir la probabilidad de que al vencimiento del activo financiero el emisor cumpla
sin dificultad las cláusulas de amortización del mismo.
Generalmente existe una relación directa y creciente entre rentabilidad y riesgo, es decir que a
mayor riesgo de un activo, mayor es la potencial rentabilidad esperada.
Existe una relación inversa entre liquidez y rentabilidad, pues cuanto mayor sea la liquidez de un
activo, menor será su rentabilidad.
Cuanto más fácil es para un inversor transformar su inversión en liquidez sin pérdidas no esperadas,
mayor será el precio que tendrá que pagar en términos de rentabilidad perdida.
En resumen, se podría decir que los títulos que ofrecen un mayor riesgo son más rentables y,
generalmente, son menos líquidos. La mezcla de estas tres características principales determinará el
tipo de instrumento financiero (IF) del que se trata. Obviamente, no se puede esperar encontrar un
IF con alta rentabilidad, gran seguridad y elevada liquidez. Siempre acabaran prevaleciendo unas en
disminución de otras.
La TAE, es un índice que se usa en el entorno financiero para conocer el coste de los préstamos
personales e hipotecarios y tener una idea del rendimiento de los productos de ahorro.
La TAE, es el resultado de aplicar una fórmula matemática que considera el tipo de interés nominal,
el plazo de la operación y las comisiones asociadas. El Banco de España, obliga a incluir este
índice desde el año 1990, en que publica la norma 8/1990 sobre “Transparencia de las operaciones y
protección de la clientela”.
La mayor utilidad de la TAE, es que ayuda a que los consumidores puedan comparar diferentes
ofertas de productos financieros y, sin necesidad de recurrir a cálculos que para muchos pueden
resultar complejos, hacerse una idea de cuál les conviene más, ya que la TAE, es mucho más
precisa que el tipo de interés nominal para saber el coste o beneficio real de una operación.
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