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El Modelo Biológico

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LOS MODELOS FACTORIALES-BIOLÓGICOS

Consideran que las bases de las diferencias individuales de la personalidad, se encuentran en los
mecanismos biológicos que sustentan los procesos de aprendizaje, emoción y motivación que
constituyen en unas dimensiones que causan estabilidad y consistencia de las conductas y de ahí
que estas dimensiones se consideran como rasgos.

Estos modelos tiene una pretensión que va más allá de la descripción de la estructura de la
personalidad, todos tienen intención de formular un modelo explicativo y causal de la personalidad
de ahí sus extensiones en el ámbito de la evaluación de la personalidad (por medio de los tests) en
el ámbito de la determinación hereditaria o ambiental de los rasgos, sus aplicaciones en contextos
clínicos, etc.

EL MODELO BIOLÓGICO DE EYSENCK

Hans Eysenck, propuso tres factores de personalidad (extroversión, neuroticismo y psicoticismo)


basados en las diferencias biológicas entre la gente.

El primer factor, extroversión-introversión, se propuso como resultado de las diferencias en los


procesos de excitación e inhibición del sistema nervioso, los mismos procesos implicados en la
formación de las respuestas condicionadas descritas por Pavlov. Eysenck supone que en algunas
personas la excitación es relativamente más fuerte; en otras lo es la inhibición. En su teoría, los
extrovertidos tienen un sistema nervioso “fuerte” que es relativamente rápido para inhibir la
estimulación excesiva. “Separan” con facilidad las entradas excitantes de las situaciones sociales,
y de esta manera pueden tolerar tener mucha actividad y mucha gente a su alrededor. De hecho,
ansían esa estimulación y al buscarla actúan como extrovertidos. Los introvertidos, en contraste,
tienen mecanismos fisiológicos que son más lentos para separar la estimulación excesiva; se dice
que tienen un sistema nervioso “débil”, uno que se especializa en excitación, pero que es
rápidamente abatido. En presencia de otra gente, son estimulados con facilidad por encima del
nivel de estimulación al que pueden funcionar bien y que ansían. Como no pueden adaptarse
aparte del exceso de estimulación, se adaptan conductualmente, evitando demasiada estimulación
y demasiada gente. Esto ocasiona que se conviertan en introvertidos. Eysenck identifica el sistema
activador reticular ascendente del cerebro, el cual detecta los mensajes de excitación del tallo
cerebral a los niveles cerebrales superiores, como una vía para esta excitación.

Por lo general definimos a los introvertidos y los extrovertidos en términos de su conducta, pero la
aseveración de Eysenck de que también difieren biológicamente es apoyada por observaciones de
laboratorio (Eysenck, 1967; Stelmack, 1997). En un estudio, los investigadores supervisaron las
respuestas de los sujetos a estímulos auditivos. Escuchar un ruido ligero automáticamente causa
una respuesta nerviosa evocada en el cerebro, que el experimentador registraba mediante
electrodos colocados en la cabeza del sujeto. Las computadoras analizaron los registros para
centrarse en las respuestas particulares del cerebro que se sabe que indican activación del tallo
cerebral (el cual es identificado como importante por la teoría de Eysenck). Los sujetos que eran
extrovertidos, de acuerdo con sus tests de personalidad, eran más lentos para generar actividad en
respuesta a los estímulos auditivos (latencia más larga) y las ondas estaban alejadas en el tiempo
(mayor intervalo entre picos) —en otras palabras, los extrovertidos eran menos reactivos a los
estímulos (Swickert y Gilliland, 1998). Este hallazgo apoya la teoría de Eysenck de que los
extrovertidos se comportan de formas más sociables que los introvertidos debido a que necesitan
más estimulación social para excitarse, para superar su amortiguamiento nervioso innato de la
estimulación de entrada.

Los estudios de monitoreo del cerebro muestran un flujo sanguíneo más alto a los lóbulos
temporales entre los introvertidos (especialmente entre los introvertidos ansiosos) (Stenberg,
Wendt y Risberg, 1993). La extroversión consta de varios componentes, más notablemente la
sociabilidad y la impulsividad (Revelle, 1997). Cada componente puede ser medido por una escala
separada y, cuando esto se hace, las puntuaciones de impulsividad se correlacionan con varias
conductas.

El segundo factor en el modelo de Eysenck es el neuroticismo. La mayor actividad en el sistema


límbico ocasiona que algunas personas muestren una mayor excitación emocional cuando son
amenazadas o se encuentran en situaciones estresantes. Esas personas son altas en el factor de
neuroticismo. Otros que son bajos en ese factor no se vuelven tan emocionales en la misma
situación. La mayor excitación emocional puede, a su vez, hacer que los neuróticos utilicen los
mecanismos de defensa; de ahí el término “neuroticismo”. (Note que el factor de extroversión-
introversión corresponde a la excitación cortical, en contraste con la excitación emocional que se
encuentra en el neuroticismo.)

El tercer factor de Eysenck se refiere a la tendencia hacia la no conformidad o desviación social


(Zuckerman, Kuhlman y Camac, 1988). Eysenck (1992) denominó psicoticismo a este factor. Una
etiqueta desafortunada porque exagera la imagen de patología. De hecho, la gente que es creativa
tiende a obtener altas puntuaciones de psicoticismo (Eysenck, 1993, 1994). Aunque los pacientes
psicóticos califican alto en este factor, también lo hacen los individuos creativos que no padecen
trastornos. Así, un estudio que midió las puntuaciones de psicoticismo de estudiantes universitarios
encontró que, 10 años más tarde, quienes calificaron alto no tenían un riesgo mayor de psicosis
(Chapman, Chapman y Kwapil, 1994). Físicamente, las puntuaciones de psicoticismo se
correlacionan con el sistema gastrointestinal. Quienes califican alto muestran más flujo de saliva en
respuesta a estímulos gustativos y es relativamente poco probable que se mareen (Gordon y otros,
1994).

La teoría de Eysenck ha estimulado miles de estudios de investigación (Geen, 1997). Muchos de


ellos son de interés porque encontraron relaciones significativas entre variables biológicas y la
personalidad. Incluso las medidas triviales de desempeño son anticipadas por esta teoría y
confirmadas por la investigación: que los extrovertidos, al tratar de tamborilear los dedos rápida y
repetidamente, perderán un compás en forma más rápida que los introvertidos, debido a la
acumulación de inhibición en sus neuronas encargadas del tamborileo de los dedos. En sí mismo,
ese hallazgo es trivial, pero como confirmación experimental de una teoría de la extroversión, es
sorprendente.

Entre los aspectos más interesantes de la teoría de Eysenck se encuentra la predicción de que los
individuos que, debido a su sistema nervioso, no forman con facilidad respuestas condicionadas al
castigo, tienen un mayor riesgo de convertirse en delincuentes. El argumento es simple: que el
temor y el dolor, como los administrados cuando un padre le da nalgadas a su hijo, se convierten
en la base de las reacciones emocionales aprendidas que nos impiden comportarnos mal. Esa
punzada de la conciencia cuando se piensa en hacer algo prohibido es una respuesta de ansiedad
condicionada. Si algunas personas tienen menor probabilidad de formar esas respuestas
condicionadas, tendrán menos inhibición de su mala conducta. Existe evidencia que apoya esta
predicción. Los delincuentes, los psicópatas y los niños con trastornos de conducta tienen
respuestas emocionales condicionadas más débiles que otra gente (Raine, 1993). Entre los
adolescentes que tienen registros delictivos tempranos, quienes muestran respuestas emocionales
condicionadas más fuertes tienen mayor probabilidad de alejarse de la delincuencia, mientras que
los que tienen respuestas emocionales condicionadas más débiles se convierten en adultos
delincuentes (Raine, Venables y Williams, 1996).

TEORÍA DE J. A. GRAY

J. A. Gray (1987b) ha propuesto una teoría biológica de la personalidad que realiza sobre la teoría
de Eysenck, pero revisándola. La teoría de Gray se centra en dos tendencias conductuales
importantes: el enfoque y la evitación. Ambas tendencias están activas, en un equilibrio excelente,
a lo largo de nuestra vida, predominando en ocasiones una y luego la otra. La gente varía, debido
a sus predisposiciones biológicas a activar uno u otro de esos sistemas, en la facilidad con la cual
se aproxima a los estímulos o los evita. Aunque la teoría se basa sobre la investigación con
animales, las diferencias individuales en los sistemas que describe tienen implicaciones
significativas para la personalidad humana. Esos efectos ocurren especialmente en los procesos
filogenéticamente antiguos relacionados con la emoción y la motivación, en lugar de en los
procesos cognoscitivos superiores que son descritos por muchos teóricos de la personalidad (Corr,
Pickering y Gray, 1997). Gray describe un sistema de activación conductual (SAC) que entra en
acción cuando suceden experiencias recompensantes, ocasionando que nos aproximemos a ellas.
Está implicado en la extroversión, la conducta sexual y la conducta agresiva, y se piensa que está
asociado con el neurotransmisor dopamina. El SAC puede ser expresado por la conducta
impulsiva. El sistema de inhibición conductual (SIC) de Gray llega a operar cuando ocurren
estímulos temidos o aversivos: cuando una serpiente se desliza a través del camino frente a usted
o cuando usted toca un objeto caliente y siente dolor. Cuando se activa el SIC, la persona se
excita, se muestra atenta, temerosa e inhibe la conducta. Algunas personas son particularmente
sensibles al castigo y a la activación del SIC, y por tanto son proclives a la ansiedad. Se propone
que el SIC implica al neurotransmisor norepinefrina. Gray también describe un sistema de lucha o
huida separado (Gray, 1987b) que produce ira y pánico. De acuerdo con la teoría de Gray, los
extrovertidos son más influidos por la recompensa, los introvertidos por el castigo. Como predice
esta teoría, en una tarea experimental en la cual señales auditivas en ocasiones significaban
recompensa y otras veces castigo, los introvertidos mostraban más reacción de las ondas
cerebrales a las señales de castigo por una respuesta incorrecta, y los extrovertidos mostraban
más reacción de las ondas cerebrales a las señales de recompensa por una respuesta correcta
(Bartussek, Diedrich, Naumann y Collet, 1993). La activación del SAC y el SIC no produce
simplemente emoción placentera y desagradable, sino que guía el aprendizaje. Las recompensas y
los castigos son claves que nos enseñan a qué aproximarnos y qué evitar. Debido a su mayor
sensibilidad al castigo, los sujetos ansiosos aprenden con mayor rapidez en una tarea de
aprendizaje de computadora en el laboratorio que implica castigo (retroalimentación verbal y
pérdida de dinero), mientras que los individuos menos ansiosos aprenden con mayor lentitud (Corr,
Pickering y Gray, 1997). (En otras condiciones experimentales, puede haber ocurrido lo contrario;
el castigo puede haber sido excesivo y haber causado así la debilitación de los altos niveles de
excitación, tal como anticiparía la teoría de Eysenck.)

HANS EYSENCK – BIOGRAFÍA

Hans Eysenck fue un psicólogo alemán-inglés muy conocido por sus teorías sobre la
personalidad. Ha pasado a la historia como uno de los personajes más influyentes para la
psicología moderna y sus teorías siguen siendo discutidas y utilizadas tanto por psicólogos como
por otros expertos en la conducta humana.

Hans Eysenck nació el 4 de marzo de 1916 en Berlín, Alemania. Creció y vivió en dicha ciudad
hasta el año de 1934, al verse forzado a refugiarse primero en Francia y después en Reino Unido
por el régimen nazi.
Sus padres eran actores, que al separarse y ante las condiciones del país, se desplazaron hacia
Francia. Eysenck creció con su abuela materna, Frau Werner, con quien tuvo una educación libre y
llena de estímulos intelectuales y culturales. Rápidamente se destacó como un buen alumno e
incluso un buen atleta.
Finalmente tuvo que emigrar y fue en Londres donde comenzó a estudiar psicología(en la
Universidad de Londres). En la misma ciudad ejerció como psicólogo clínico e incluso desempeñó
labores de gestión en el Instituto de Psiquiatría.
A Hans Eysenck se le atribuye haber construido uno de los paradigmas de la personalidad más
sólidos en la historia de la psicología. Hay quienes incluso lo consideran “el padre de la psicología”.
Mientras era estudiante, Eysenck participó en distintas reuniones y revisiones de teorías sobre la
inteligencia. Junto con algunos intelectuales estadounidenses, también desarrolló opciones de
terapia distintas a la psicodinámica, que era la más popular en el momento.
Asimismo se dio cuenta de que la psicología como ciencia estaba en segundo plano con respecto
a la psiquiatría. Eysenck se mantuvo interesado por reivindicar el estatus de la primera y buscar la
cooperación entre ambas.
En el mismo sentido se mantuvo crítico ante los diagnósticos hechos por la psiquiatría. Veía
muchas contradicciones y dificultades para defenderlos teóricamente. A partir de estas
experiencias desarrolló su propio modelo de la personalidad, recuperando muchos de los enfoques
de la filosofía y la psicología más clásica.
Más allá de medir la personalidad, insistió en el valor de conocerla, e interesado por resolver el
problema de la taxonomía utilizada en psiquiatría, Eysenck sostuvo que la personalidad no ocurre
en el continuo normalidad-neurosis-psicosis, sino que las dimensiones que mejor representan
esto son el neuroticismo y el psicoticismo.
A partir de esto realizó estudios con muchas de las personas con las que trabajaba como psicólogo
clínico, gente que tenía algún diagnóstico psiquiátrico y gente que no. Después de analizar los
datos, propuso dos factores claves para la personalidad: neuroticismo y extraversión.
Años después y a partir de nuevos estudios, agregar un nueva nueva dimensión: el psicoticismo.
Finalmente presento un modelo organizado jerárquicamente en cuatro niveles que van de los tipos
de personalidad y sus rasgos, hasta las respuestas específicas que corresponden a cada una. Este
trabajo dio forma a lo que es conocido como el modelo PEN de personalidad.
A través de sus estudios, Eysenck desarrolló el famoso modelo de personalidad psicótico-
extraversión-neuroticismo, con factores biológicos para cada uno, es decir, destacando el papel de
la herencia genética en el desarrollo de la personalidad. Por ejemplo, sostenía que se pueden
contrastar de manera empírica las diferencias psicológicas y sus determinantes
hereditarios.
Esto fue lo que finalmente le llevó a desarrollar investigaciones en temas relacionados con la
personalidad, pero que van un poco más allá, como la inteligencia, la creatividad, la relación entre
genes y cultura, la criminalidad, la sexualidad, la relación entre personalidad y enfermedades o
adicciones, entre otros.
Muchos de sus estudios sobre Cociente Intelectual y la relación de este con los sistemas culturales
recibieron muchas críticas. Por ejemplo, sus teorías se han utilizado tanto para justificar dinámicas
raciales como para refutarlas.
Sus últimos estudios se centraron en el análisis de la creatividad y su relación con los factores
biológicos. Y su modelo de personalidad ha sido adaptado a numerosos test
psicométricos para evaluar tanto inteligencia como rasgos de personalidad. Actualmente son
utilizados en el área clínica, educativa, vocacional y laboral.

Obras destacadas
Entre sus obras más importantes se encuentran: Personality Structure and Measurementde 1969
(Estructuras de la personalidad y medición), The Structure of Human Personalityde 1970 (La
estructura de la personalidad humana), Genes, Culture and Personality de 1989 (Genes, Cultura y
Personalidad).
Sobre la relación específica entre inteligencia, personalidad y biología, algunas de sus obras más
importantes son The Biological Basis of Personality de 1967 (Las bases biológicas de la
personalidad) y Personality, Genetics and Behaviour de 1982 (Personalidad, genética y
comportamiento).

JEFFREY GRAY – BIOGRAFIA

El profesor Jeffrey Gray, quien murió a los 69 años, fue uno de los psicólogos experimentales
líderes y más citados del Reino Unido. Tenía una gama extraordinariamente amplia de intereses
profesionales: desde el estudio del aprendizaje simple en la sanguijuela medicinal hasta las teorías
de la conciencia humana, y desde la traducción del trabajo experimental ruso inaccesible hasta el
desarrollo del trasplante de células madre para el tratamiento del daño cerebral.

Él persiguió de todo corazón la información que necesitaba, y nunca se avergonzó de hacer


preguntas directas cuando se lo atrajo a áreas en las que aún no era experto. Este coraje
intelectual fue una gran fortaleza, permitiéndole acceder y contribuir a nuevas ideas y tecnologías
durante toda su vida profesional. Su investigación se preocupó mucho por los grandes problemas
que eran clínicamente relevantes o conceptualmente desafiantes: ansiedad (dos libros, cada uno
de los cuales se extiende a una segunda edición radicalmente revisada); esquizofrenia (uno de los
trabajos más citados jamás escritos en el campo); sinestesia (algo así como una llegada tardía); y
la conciencia se abordó, a niveles que podían variar desde lo molecular hasta lo filosófico. Su
trabajo en trasplantes neurales como posible tratamiento clínico para el daño cerebral condujo a la
creación de una empresa spin-out, llamada ReNeuron.

Su trabajo de posgrado amplió y profundizó sus intereses en psicología. En 1959-60 realizó un


curso de psicología clínica en el instituto de psiquiatría de Londres, que le otorgó un Dip Psychol,
con distinción, luego de lo cual se quedó en el instituto para estudiar un doctorado en el
departamento de psicología, en ese momento dirigida por el profesor Hans Eysenck. Su doctorado
fue otorgado en 1964, y fue un trabajo bastante extraordinario.Parte tenía que ver con estudios
experimentales de influencias ambientales, genéticas y hormonales en el comportamiento
emocional en animales, presagiando el trabajo contemporáneo en genética conductual; la otra
parte presentó traducciones de trabajos de laboratorios psicológicos rusos clave, además de su
propio comentario de 300 páginas sobre el trabajo ruso. Este componente de la tesis fue publicado
como un libro, Tipología de Pavlov; el formidable profesor Stuart Sutherland lo consideró como la
mejor exégesis y aclaración del trabajo ruso producido por cualquier psicólogo occidental.

Más tarde ese año, Jeffrey fue designado para una cátedra universitaria en psicología experimental
en Oxford, y en 1965 fue elegido para una beca de tutoría asociada en el University
College. Permaneció en Oxford hasta que reemplazó a Eysenck en el Instituto de Psiquiatría en
1983. Se retiró de la cátedra de psicología en 1999, pero continuó su investigación experimental
como profesor emérito y pasó un año muy feliz y productivo en el Centro de Estudios Avanzados.
en la Universidad de Stanford, California, donde esencialmente completó un nuevo libro sobre la
conciencia.

Desde sus primeros días de estudiante, fue inmensamente enérgico, imaginativo y


productivo. Donde otros podrían simplemente escribir algunos artículos de investigación y un
artículo de revisión, él también podría escribir un libro. Recibió un premio del presidente de la
Sociedad Británica de Psicología en 1983, y se convirtió en presidente de la Sociedad de
Psicología Experimental en 1996 (y miembro honorario de por vida en 1999).

BIBLIOGRAFIA

 Teorías de la Personalidad - Susan C. Cloninger


 Manual de Psicología Diferencial – Antonio Andres Pueyo
 https://psicologiaymente.com/biografias/hans-eysenck
 https://www.theguardian.com/news/2004/may/13/guardianobituaries2

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