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Hora Santa de Adviento

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HORA SANTA DE ADVIENTO

Hermanos. En este tiempo de preparación para el gran acontecimiento de la llegada de Jesús (El
Mesías), nos hemos reunido para orar en comunión con la Iglesia Universal por las Vocaciones
sacerdotales, especialmente para que el Señor oriente el corazón de muchos jóvenes a responder con
generosidad al llamado de Cristo.
Del santo Evangelio según san Lucas (1, 26-38).
Meditación Dirigida
Ante el mensaje de Dios a María implica una respuesta de donación a su plan de salvación, donde
todo el ser de María está a su servicio. De la misma manera nosotros como María debemos estar
dispuestos a recibir su Plan de Salvación, de acuerdo a la vocación que hemos recibido, ya sea como
padres de familia o en la vida consagrada, lo más importante es hacer presente en nosotros el Reino
de Dios.
¿Cuál es el plan de Dios para mi? (Silencio).
Como vemos en el texto, María al recibir el anuncio de que será la Madre del redentor, a quien
pondrá por nombre Jesús, se sorprendió y dijo al ángel cómo podrá ser eso. Y la respuesta del ángel
es que el Espíritu Santo descenderá sobre ella y, su hijo será llamado Hijo de Dios. Esta situación
que experimenta María también acontece en nosotros, ¿cómo podremos hacer presente el Reino de
Dios en este mundo?, la respuesta es: a través de hombres y familias comprometidas, dispuestos a
proclamar la Buena Nueva (Silencio).
María al decir cúmplase en mí lo que has dicho, se hace cooperadora al plan de salvación de Dios y
el Verbo al encarnarse realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de
la salvación y, que ahora en vigilante espera, confiamos alcanzar.
¿Cómo respondo al plan que Dios tiene hoy para mi? (Silencio).
La gracia que Eva nos arrebató, nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres,
la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. Así, donde había
crecido el pecado, se ha desbordado tu misericordia por medio de tu Hijo nuestro salvador.
Todos: Gracias Señor, por cuanto nos amas y nos llamas a la salvación.
ADORACIÓN
Jesús, yo te adoro. Tú eres mi Salvador. Gracias porque sé que Tú quisiste ardientemente estar entre
los hijos de los hombres. Por eso, Tú quisiste ardientemente estar conmigo. Ven en este Adviento
para que pueda recibirte en la próxima Navidad.
Bendito seas por el amor que te inspiró que de esta manera te quedes conmigo. Tu anhelo de estar
conmigo, sencillamente, se encuentra realizado: te encuentras presente en esta Hostia. Dios
Todopoderoso, Hijo de Dios, oculto en esta pequeña Hostia.
Jesús, alabado seas, bendito y enaltecido eternamente. Que te enaltezcan el cielo y la tierra, ángeles
y santos, que toda la tierra te cante porque no tuviste temor de quedarte conmigo de este modo tan
simple. Tu presencia es mi realidad más profunda, es la verdad de la Iglesia y de todos los cristianos.
Haz que tu vivo deseo de estar conmigo despierte en mí una profunda añoranza y ansias de estar
contigo. Haz que mi corazón, como el del salmista, diga continuamente: busco el rostro del Señor.
Concédeme la gracia de que te ame con el mismo amor con que Tú me amas y que te anhele como
tú me anhelas a mí. Jesús, Tú ardes en amor y deseo por nosotros. Tú quieres ser nuestro amor,
nuestra paz, nuestra vida, nuestra verdad nuestro camino, nuestro manantial de agua viva. Con tu
amor deseas servir a todos para que vivamos felices amándonos los unos a los otros. Jesús, reconozco
que muchas veces mis deseos y anhelos están lejos de los tuyos.
Muchas veces me invade este mundo pasando a ser el señor de mis pensamientos y anhelos, de mis
sentimientos y actos. Entonces, estoy tan lejos de Ti !
Las personas, cosas, éxitos, los deseos mundanos y la felicidad mundana alejan mi atención de Ti.
Fácilmente creo que el mundo y sus acontecimientos me pueden dar la felicidad y la paz; que pueden
dar consuelo a mi alma, todos mis anhelos están dirigidos hacia el mundo. En este tiempo de
adoración, de rodillas frente a Ti, yo te ruego que limpies mi corazón y mi alma, sana mi pasado y
mis sentimientos para que se vuelvan hacia Ti, mis deseos para que seas Tú mi última meta.
Jesús, haz que mi corazón encuentre sosiego en Ti para que todos mis anhelos encuentren la repuesta
en Ti. Obra en mí para que Tú seas la primera y última meta de mis anhelos y deseos, para que
ocupes el primer lugar en mis palabras, pensamientos, sentimientos y acciones.
Jesús, yo te adoro y te doy gracias porque quieres ser la luz viva, la paz, el amor, el anhelo, el camino
y la vida para nuestras familias, padres, madres, progenitores, hijos, jóvenes y ancianos, enfermos y
sanos.
Tú deseas ser Dios con ellos y en ellos. Bendito seas , alabado y enaltecido en nuestras familias. Sed
el anhelo de nuestras familias para que se abran a la paz y al gozo, a la unidad y al amor. Jesús, Tú
sabes que muchas veces las familias te han olvidado. Los hijos no te conocen porque sus padres y
madres se han olvidado de Ti. En muchas familias eres un extranjero y no te conocen. Muchos se
han vuelto hacia el mundo, al dinero, al goce y a la riqueza. De este modo nace la incredulidad y la
separación; así se abren los caminos a la destrucción .
Perdona a nuestras familias, libéralas. Sé hoy el Emanuel-Dios con nuestras familias. Despierta en
nosotros el anhelo por tu rostro. Sean nuestras familias liberadas de todo engaño, de todo deseo de
pecado y de todo engaño. Haz que las familias tengan una profunda conciencia de tu presencia y así
las despiertes, las conviertas y las apacigüe, las afiances y les des felicidad para que sus vidas sean
ricas.
Jesús te adoro porque yo también soy tu Iglesia miembro de tu Cuerpo Místico. Te adoro con toda
la Iglesia de la cual Tú eres la cabeza, de quien María es Madre y el Espíritu Santo es el defensor.
Tú la donaste al mundo para que continúe tu obra y anuncie al mundo tu amor y muestre tu
presencia.Haz que en Tu Iglesia el anhelo por tu rostro arda constantemente como en un arbusto
ardiente en cada corazón sellado por el signo del bautismo y de la confirmación, el cual ha sido lavado
con la gracia del perdón y alimentado con tu Cuerpo Eucarístico. Te adoro Jesús, con todo el mundo,
el que ha sido creado por Ti, con todos los hombres y naciones que no te conocen y se han vuelto al
mundo y te buscan con corazón sincero en las criaturas, en las estrellas, en el sol, en el mar, y en el
agua, en los ríos, en las sierras, en las flores multicolores, los cuales siguen el profundo deseo de su
corazón y te buscan eternamente, pero no te encuentran. Envíales a su encuentro a aquellos que con
su vida y sus hechos los ayudarán a descubrirte como respuesta a todos sus deseos y anhelos. Haz
que te encuentren para que sus corazones se calmen y alegren, y en Ti descansen.
Te presento también a aquellos que te conocieron, pero que conscientemente te rechazaron y están
seducidos por el pecado.

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