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Hora Santa Antes de Pentecostés
Hora Santa Antes de Pentecostés
Hora Santa Antes de Pentecostés
Lector. Iniciamos esta Hora Santa en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo.
Todos. Amén
Lector. Señor Jesucristo, otro jueves más nos congregamos junto a ti en esta
audiencia que nos concedes bondadoso cada semana.
Lector. Creemos, señor, que Tu eres el camino único que conduce al Padre. Pero
son muchos los hombres, hermanos nuestros, que andan perdidos sin saber que
han sido creados por Dios y para Dios. Ignoran que Tú los has rescatado con el
precio de tu Sangre. No encuentran sentido a su vida, y no aspiran a ocupar el
lugar que Tú les tienes preparado en tu gloria. Por nosotros, los creyentes, y por
los que no te conocen, venimos a rogarte, Señor.
Lector. Venimos a adorarte, Jesús, porque eres el Hijo de Dios, Uno con el Padre
y el Espíritu Santo. Vives desde siempre y para siempre. Posees la plenitud de la
gracia y eres la Sabiduría y la Verdad. Junto con el Padre creaste todas las cosas
y te ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra. Eres digno de adoración,
gloria y alabanza por siempre.
Todos. Por eso te agradecemos que te hayas hecho hombre; que estés formado
de nuestro mismo barro; que conozcas nuestras angustias, depresiones y miedos;
que hayas saboreado nuestras mismas alegrías, ilusiones y éxitos.
Lector. Maestro, háblanos al corazón, porque tu palabra nos alienta y nos
perdona, ilumina nuestra vida y nos hace inteligentes con la sabiduría de Dios.
Gloria al padre…canto….
Gloria al padre…canto….
Que sus blancas vestiduras lo revistan con tu Espíritu Santo y lo fortalezcan, para
cumplir la misión que tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, le ha
encomendado.
Que por su silencio sean silenciados los gritos y llantos y por su palabra sean
consolados y guiados a la verdad todos los que lo escuchan.
Que por su cansancio sean redimidas todas las almas que dirigen el rumbo de la
humanidad perdida y sean encontradas las almas de tantos que claman tu perdón.
Amén.
Padre eterno, por la Sangre Preciosa de tu Hijo, las lágrimas de María Santísima,
y la intercesión de san José, recibe mi oración como ofrenda y reparación del daño
causado por los pecados de todos los sacerdotes, y que este sacrificio sea para su
conversión y la de todo el mundo.
Amén
ORACIÓN DE ALABANZA
Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan y no te aman.
¡Alégrate Virgen María! Porque será adorado el cuerpo y la sangre del Hijo que en
tu vientre el Espíritu Santo ha engendrado. En los cielos y en la tierra será alabado
su nombre, y al pronunciarlo los ángeles del cielo y de la tierra que acompañan a
los hombres, harán que toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en todo
lugar.
Amén.
Gloria al padre…canto….
ADORACIÓN AL SANTÍSIMO
Eso lo hacemos por los que no lo hacen, especialmente los que son sacerdotes,
para que ellos reciban la gracia y lo hagan con devoción, y entonces sean ejemplo
para los demás y reúnan con Ella al pueblo de Dios.
Todos: Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por todos los que no
creen, no adoran, no esperan y no te aman.
A Jesús se le adora, con toda tu mente, con toda tu alma, con todas tus fuerzas,
con toda tu voluntad.
Actuando con el uso debido de tu libertad, con todo tu corazón, con todos tus
sentidos, con tu inteligencia.
Con tus ojos, con tus oídos, con el olfato, con el gusto, con el tacto, con cada
latido de tu corazón.
Porque para adorar hay que humillarse, reconociéndose nada ante la deidad, que
está frente a ti, y que ha bajado del cielo, como pan vivo, para contemplarte a ti:
contémplalo tú.
Él es el dador de vida, el que todo te da y te regala, sin pedirte nada, recíbelo tú.
Y adora el Cuerpo y la Sangre de Jesús, Cristo y Dios nuestro, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Y quédate ahí.
Encuéntralo en ti.
Descansa tu alma.
En tus quehaceres.
En tus trabajos.
En tu estudio.
Gloria al padre…canto….
Sagrado Corazón, que me abrasas en fuego vivo que no quema pero que da vida,
que confortas y consuelas mi alma exaltada en la grandeza de tu amor.
Divino Corazón, encarnado en fragilidad humana, que se ofrece en sacrificio, y
salva, redime y santifica.
Doloroso Corazón herido, que vivo y palpitante sangra por cada desprecio, por
cada entrega tuya que culmina en la traición del amado indiferente, del amigo
desleal que responde con desamor.
Hermoso Corazón que yo amo, permíteme reparar con las lágrimas de mis ojos un
poco de ese mal, que mi amor absorto en tu Corazón desea aliviar, que mis penas
son las tuyas y mi anhelo es adorarte, consolarte y venerarte, recibirte, para
amarte, con el mismo amor que tú me das, que me llena y me desborda, me
rebasa y me conforta, y que mi alma agradece el refugio en que descansa, y la
unión que no merece en el templo que le ofreces a la Santísima Trinidad.
Amén.
5. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que da la vida al hombre;
concédele a mi alma que de ti viva, y que siempre saboree tu dulzura.
7. Jesús, a quien ahora veo escondido, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. Amen.
Gloria al padre…canto….
¡Oh San José!, fiel, casto y justo esposo de María, Madre de Nuestro Señor
Jesucristo, dígnate concedernos tu poderosa intercesión, para que Dios Padre
envíe más obreros a su mies, verdaderas y santas vocaciones al sacerdocio.
Custodia las vocaciones de los que han sido llamados a vivir en el mundo sin ser
de este mundo, para que sepan renunciar a los placeres y pasiones del mundo,
para servir en total pobreza, castidad y obediencia a la voluntad de Dios y sean
configurados con Cristo, y por Él, con Él y en Él, sean unidos a la Santísima
Trinidad por los lazos indisolubles del Espíritu.
Consíguenos para ellos, por tus méritos y tu ejemplo, los dones y gracias que
necesitan para que ejerzan un ministerio santo, cumpliendo en virtud y perfección
las promesas de pobreza, castidad y obediencia, que en conciencia y libre
voluntad hicieron a Dios el día de su ordenación, cuando al ser desposados con la
Santa Iglesia se comprometieron a servirla en total fidelidad y entrega.
Amén.
Oh Jesús, Dios todopoderoso y eterno, que eres dueño y señor mío y de todo el
universo, con todo el poder otorgado a los Ángeles y Arcángeles, ilumina a tus
sacerdotes en la batalla.
Dales fuerza, inteligencia y amor, para que alcancen el triunfo del Inmaculado
Corazón de María, y arrojen fuera de este mundo a todo espíritu maligno que
busque la perdición de las almas.
Amén.
Madre Inmaculada, siempre Virgen María. Madre de la gracia, Madre de todas las
gracias.
Que perseveren en esa santidad y, unidos al amor del Sagrado Corazón de Jesús,
alcancen con él y con todas las almas la vida eterna.
Te pido que consigas para ellos los dones, frutos y carismas del Espíritu Santo,
para que fortalezcan su entrega diaria y su fe. Te doy gracias por tu amor
maternal, y por tu constante presencia en todas las Santas Misas y en todo
momento. Me ofrezco enteramente a ti, con toda mi voluntad y mi amor por ellos.
Gloria al padre…canto….
Oración
Todo lo que tengo y poseo, tú me lo diste con amor. Todos los dones que me
diste, te los devuelvo con gratitud.