El Castigo
El Castigo
El Castigo
El injusto debe verse desde dos perspectivas: una desde el derecho civil, donde intervienen el
injusto sin malicia y el fraude; la otra perspectiva es el delito donde se supera la voluntad
particular propia del contrato y se vulnera la voluntad universal, negando al derecho en su
totalidad, por lo que es pertinente utilizar un derecho más violento frente al tema de las
sanciones, como lo es el derecho penal, un derecho que de forma más violenta, restablezca el
derecho que fuera negado de manera violenta. Para Hegel, así como para el derecho penal
contemporáneo, el control penal, antes de perseguir la venganza por un acto, busca controlar
la sociedad mediante la amenaza de imponer una sanción, si se afecta la realización de la
libertad.
Para Hegel la coerción es la base del derecho penal, ya que en ella recae el uso legítimo de la
violencia, que es capaz de anular la negación del derecho y de volver a restablecer el mismo,
de lo que se puede afirmar, que el derecho penal es un medio de control social que se aplica
por medio del Estado, consiguientemente, el derecho penal se basa en el poder punitivo del
Estado que es, por otro lado, una parte del poder coactivo del Estado.
Para imponer una sanción, desde el punto de vista del derecho abstracto debe tenerse en
cuenta dos ideas, por un lado, la idea de delito, y, por otro, la idea de castigo. La idea de delito,
se define como la primera coerción ejercida como fuerza por el libre que vulnera la existencia
de la libertad en sentido concreto, el derecho como derecho, es el delito, juicio negativo e infinito
en su sentido pleno por el cual no solo se niega lo particular, la subsunción de una cosa bajo
su voluntad, sino a la vez lo universal.
El delito es un conflicto exteriorizado entre dos voluntades libres, que, mediante el uso de la
violencia, quieren imponerse una sobre otra, es decir, que el delito es un acto de violencia que
tiene como propósito la negación del derecho.
Para Hegel el delito, es decir el injusto es la negación del derecho mediante un acto de violencia,
que solo podrá ser anulada mediante una violencia jurídica, el derecho penal, a través de lo que
en el derecho abstracto señala como castigo, es decir justicia, por lo tanto, el castigo es la
vulneración que se realiza del derecho como derecho es ciertamente una existencia positiva
exterior sin embargo nula en sí; consiguientemente la manifestación de esta nulidad es la
aniquilación de esa vulneración que asimismo entra en la existencia, la realidad del derecho
como su necesidad mediadora consigo misma por superación de su vulneración.
De tal forma, que, para Hegel, el castigo es la anulación, que, de manera violenta, se ejerce
contra un delincuente quien es una voluntad libre, y que de manera consciente ha decidido
vulnerar a otra voluntad libre, por lo que se le honra con una sanción en derecho, que retribuya
su acción, con una pena; la pena compensa la infracción de la norma. Toda expectativa ante el
autor que vaya más allá de la pena apunta a algo más que únicamente a la simple
compensación. Hegel fundamenta la idea de justicia retributiva, constituyéndose en la base para
la aplicación de cualquier derecho de carácter sancionador. Empero, el castigo no es el derecho
de la parte vulnerada, cuya subjetividad importa tan poco como la del criminal. Desde el
momento en que no se trata de compensar daños con daños entre individuos, sino del
restablecimiento del derecho en sí, su nuevo reconocimiento como universal.
Se puede concluir diciendo que la sanción penal pretende retribuir al sujeto que ha cometido
una acción típica, una sanción de carácter jurídica y que esta resarza el daño social ocasionado.
Empero la pena no se agota con la limitación a la voluntad libre que ocasionó el daño, sino que
la sanción jurídico-penal debe de ir más allá, debe restablecer el derecho trasgredido.
La imposición de la sanción jurídica o pena es indispensable saber a quién y por qué se debe
penar, esto es lo que Hegel denomina el honor del delincuente en el castigo, afirma, que al
delincuente se le debe conceder este honor, si el concepto y la medida de su castigo no se
toman de su acto mismo y si él es considerado únicamente como un animal nocivo al que
hubiere que convertir en inofensivo o para los efectos de la intimidación y de la coerción.
La pena está dirigida para quien, siendo una voluntad libre, en su arbitrio, decida negar el
derecho y se le debe honrar como delincuente mediante una sanción jurídico-penal; esta idea
de delincuente presentada por Hegel va a hacer desarrollada en la doctrina penal bajo la idea
de imputación objetiva.