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UMI 3606379
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P.O. Box 1346
Ann Arbor, MI 48106 - 1346
Tabla de contenido
Introducción: 1
Breve reflexión sobre el elusivo concepto americanización
Capítulo 1: 30
Imperio, discurso colonial y representación en la literatura
de viajes (a finales del siglo XIX y principios del XX)
Capítulo 2: 58
El dilema imperial en la historiografía estadounidense y las
estrategias de representación en la construcción del sujeto
colonial.
Bibliografía 263
i
APROBADO POR:
.
Dr. Pedro L. San Miguel
Director de Tesis
ii
Resumen
publicados desde la invasión de la Isla en 1898 y las primeras décadas del siglo
XX. Estos textos expresan los fundamentos ideológicos que sostuvieron este
concepto que describe este proceso fue conocido desde entonces como
estadounidenses.
iii
condición tropical e inferioridad cultural y racial para poder convertirlos en
puertorriqueña.
racialismo; identidad.
iv
Pablo Samuel Torres Casillas (Bayamón, 1968)
Puerto Rico.
v
Reconocimientos
Al final del viaje queda por reconocer a algunas de las muchas personas
que de alguna manera fueron parte de la feliz llegada de la travesía que este texto
anuncia.
apoyo en la obtención de este grado (Carmen Gloria, Nancy, Luis Agrait). A los
historiador (Pedro San Miguel, Fernando Picó, Carlos Pabón, Manuel Rodríguez,
Jorge Lizardi, Mayra Rosario, Francisco Moscoso, César Solá, Laura Náter, María
del Carmen Baerga, Marcial Ocasio). También vitales en este proceso formativo
fueron los estudiantes a los que impartí cursos de historia de Puerto Rico y
A mis padres, Samuel Torres Román y Nilda Casillas Díaz, cuyo apoyo
el día a día.
vi
vii
Los cronistas de la americanización:
representación y discurso colonial en Puerto Rico (1898-1932)
Introducción:
Breve reflexión sobre el elusivo concepto americanización
Rico enfrentó una nueva realidad colonial. La “llave de las Américas” pasó, de
ser parte del alicaído sistema imperial español, donde todavía los liberales
una república liberal. La relación entre imperio y colonia fue en cierto sentido la
muchos vieron en ese país el prototipo de una nación regida por los valores de la
1
federación de estados autónomos donde se conseguiría el ansiado gobierno
prácticas del ser humano y en las sociedades que organizan. Por eso, el general
Nelson Miles, al invadir a Puerto Rico, dijo, en su muy citada proclama: “This is
not a war of devastation, but one to give all within the control of its military and
sentencia expresa el estrecho vínculo entre los valores del progreso y los
propósitos del gobierno de Estados Unidos con relación a Puerto Rico, como las
Para los funcionarios del gobierno de la joven potencia, la única vía para
1
Arturo Morales Carrión, Puerto Rico: A Cultural and a Political History, New York: W.W. Norton
& Company, Inc., 1983., p. 132.
2
caracterizado porque unos y otros han esperado cosas muy distintas del vínculo
Puerto Rico y Estados Unidos avanzó muy poco durante las primeras tres
batalla en torno a las ideas políticas a principios del siglo XX entraron nuevas
polisémicos”.2 De igual manera, José Elías Palti los describe como construcciones
2
Reinhardt Koselleck, Futuro pasado: para una semántica de los tiempos históricos, traducción de
Norberto Smilg, México: Ediciones Paidós, 1993, p. 116.
3
Elías José Palti, La invención de una legitimidad: razón y retórica en el pensamiento mexicano del siglo
XIX (un estudio sobre las formas del discurso político), México: Fondo de Cultura Económica, 2005.
3
necesario hacer, como sugiere Silvia Álvarez Curbelo, una “cartografía del
conceptos fundamentales.4
4
Silvia Álvarez Curbelo, Un país del porvenir: el afán de modernidad en Puerto Rico (siglo XIX), Río
Piedras: Ediciones Callejón, 2002.
4
XVIII, el cronista francés Jean de Crevecoeur apuntaba a esta particularidad:
“From this promiscous breed, that race now called Americans have arisen.”5
Eric Foner afirma que para el siglo XVII, en las nociones colectivas de la
la libertad británica, la que “celebrated the rule of law, the right to live under
excersise to political authority, and rights like trial by jury enshrined in the
common law.”6 Sin embargo, ésta no era una libertad universal, sino restringida
a los propios, más bien, una libertad nacionalista, incluso xenofóbica, que al
propiedad.
5
J. Hector St. John de Crevecoeur, “What is an American”, en Richard J. Meister, ed., Race and
Ethnicity in Modern America, Lexington: D.C. Heath and Company, 1974, p. 5.
6
Eric Foner, The Story of American Freedom, New York: W.W. Norton & Company, 1998, p. 5.
7
Hay mucha imprecisión en los conceptos utilizados para la discusión de la migración en la
experiencia americana. Etnia, nación, raza, pueden ser conceptos intercambiables en algunos
contextos y su significado ha variado con el tiempo, según han evolucionado los entendidos hacia
5
de vida, sin importar el origen o credo religioso del individuo, pasó a ser esa
experiencia común que los identificaba como, y los convierte en, americanos.
“Here the rewards of his industry follow with equal steps the progress of his
In the merging of the evangelical belief in the New World as the future
seat of “perfect freedom” with the secular vision of the Old as sunk in
debauchery and arbitrary rule, the idea of British liberty was transformed
into a set of universal rights, with America a sanctuary of freedom for
humanity.9
Crevecoeur destaca con asombro: “Thus all sects are mixed as well as all nations;
6
thus religious indifference is imperceptibly disseminated from one and of the
en mucho menor medida, y sólo en las colonias del Chesapeake. Mientras que en
identificó la experiencia de la frontera como “the line of most rapid and effective
10
Foner, American Freedom, p. 16.
11
Crevecoeur, “What is an American”, p. 9.
12
John Mack Faragher, et.al., Out of Many Voices: A History of the American People, Fifth Edition.
Upper Saddle River, NJ: Pearson Prentice Hall, 2006, p. 71.
13
Frederick Jackson Turner, “The Significance of the Frontier”, en Meister, ed., Race and Ethnicity,
p. 10.
7
durante todo el siglo XIX como intrínseca al proceso de americanización; tal vez
existía, sino que de la lucha para civilizar el Nuevo Mundo los europeos de
14
Ralph Waldo Emerson, “American Civilization”, The Atlantic, April, 1862. Obtenido en:
http://www.theatlantic.com/magazine/archive/1862/04/american-
civilization/306548/2/?single_page=true.
15
Turner, “The Significance of the Frontier”, p. 13.
16
La idea de lo americano ha cambiado en la medida que los distintos grupos sociales (mujeres,
negros, la comunidad LGBTT) han ido exigiendo un espacio de visibilidad social y participación
política. De igual modo, los patrones migratorios tienen un efecto evidente en el entendido
colectivo de Estados Unidos; y, por ejemplo, las 308,745,538 personas que se identificaron como
hispanos o latinos en el Censo de población de 2010 de seguro tendrán un efecto en la
revalorización de la relaciones hispano-americanas, así como la concepción misma de lo
americano. Ver: http://www.census.gov/prod/cen2010/briefs/c2010br-04.pdf
8
acercamientos teóricos para explicar la dinámica del cambio cultural en el
estadounidense han utilizado varias metáforas para describir tal proceso: melting
Todas parten de la misma premisa: que Estados Unidos está compuesto por la
demás influencias.17
17
Ver: Richard J. Meister, ed., Race and Ethnicity in Modern America, Lexington: D.C. Heath and
Company, 1974; Joyce Appleby, Lynn Hunt y Margaret Jacob, Telling the Truth About History,
New York: W.W. Norton & Norton, 1994; James P. Shenton y Kevin Kenny, “Ethnicity and
9
trascendieron la cuestión de la esclavitud y se discutió más el asunto de cuánto
poder querían darle al gobierno federal frente al de los estados. Los defensores
mientras que los segundos lo hicieron detrás del Partido Republicano de Thomas
los del Sur fue el enfrentamiento entre dos sociedades distintas. El Sur decidió
eso los sureños entendían que la intromisión del gobierno central, que
indebida y lesiva contra su libertad. Así, mientras que para los sureños la Guerra
Civil se trató de una guerra de independencia, para el Norte fue una secesión. En
la guerra discursiva que acompaña todo ejercicio bélico, los estadounidenses del
Immigration”, en Eric Foner, ed., The New American History, Edición revisada y ampliada.
Philadelphia: Temple University Press, 1997, pp. 353-373.
18
Faragher, et.al., Out of Many Voices, pp. 224, 320.
19
“white southeners had inherited from the antebellum era a definition of freedom that centered
on local self-government, opportunities for economic self-sufficiency, security of property—
including slaves—and resistance to nothern efforts to ‘enslave’ their region.” Foner, American
Freedom, p. 95. En el citado texto en The Atlantic, Emerson afirma que los sureños son unos
“semicivilizados” y se pregunta: “Why cannot the best civilization be extended over the whole
country, since the disorder of the less civilized portion menaces the existence of the country?”.
10
estilo de vida del Norte, producto de una sociedad en plena revolución
nuevo estado nacional, “one powerful enough to erradicate the central institution
cada vez menos federal y sí más centralizado. Es decir, cada vez más
“nacional”.21
apelativo de “barones ladrones” (robber barons). Del mismo modo, ahora los
ocupará los nuevos oficios de la era industrial: los empleados de “cuello blanco”:
20
Foner, American Freedom, p. 99.
21
Foner, American Freedom, p. 98.
11
secretarios, administradores, contables y técnicos, quienes formaron un sector
“étnicos” fueron objeto de rechazo por los antiguos habitantes, que se hacían
grupos en las zonas agrarias del Oeste, donde fundaron varios “Germantowns”,
con sus iglesias y escuelas donde enseñaban su idioma. Los “nativos” veían con
mediados del siglo XIX, muchas personas jóvenes y solteras salieron de su isla
12
entiende que surgió la transformadora “experiencia americana”. En 1802,
agrario de que todo hombre pudiese sostener a su familia con su pedazo de tierra
abierto de nativos e inmigrantes blancos, pues para la gran mayoría de éstos, los
22
Peter J. Kastor, The nation’s crucible: The Louisiana Purchase and the Creation of America, New
Haven: Yale University Press, 2004; Ray A. Billington, Westward Expansion: A History of the
American Frontier, New York McMillan, 1967.
23
Shenton y Kenny, “Ethnicity and Immigration”, p. 357.
13
como dice Eugene Genovese, “una nación dentro de la nación”. Dentro de esta
tuvieron que competir como un grupo inmigrante, con el agravante del rechazo
visceral hacia el color de su piel. Mucho tiempo les costó salir del encierro rural y
social al que fueron sometidos. No fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando
allegarse a ellas.25
libertad de sembrar lo que les diera la gana y negociar para establecer el precio
24
Eugene Genovese, Roll Jordan, Jordan: The World the Slaves Made, New York: Pantheon Books,
1974. Aquí la nomenclatura conceptual se nos queda corta para describir estos procesos de
intercambio cultural. Asumo para efectos narrativos, las categorías tradicionales blanco-negro.
Otra aclaración es pertinente. En la época de lo “políticamente correcto”, es común entre las
categorías sociales estadounidense el apelativo “African-American”. No obstante, me parece que
después de tantas generaciones el calificativo “African” como si fueran una segunda o tercera
generación de un país llamado África, es –como poco– exagerado. La diferencia estriba en la
“barrera de color” establecida para los estadounidenses negros, y asumida por éstos en muchos
casos.
25
Sobre la “Gran Migración”, véase Alferdteen Harrison, ed., Black Exodus: The Great Migration
from the American South. Jackson: University Press of Mississippi, 1991.
14
productor independiente mantuvo su vitalidad y fue un atractivo para muchos
vez del centro, este y sur del continente. La posibilidad de los trabajos, a finales
del siglo XIX fue el imán que atrajo a las masas migrantes europeas, quienes se
religioso y discursivo que le daba sentido a las prácticas de los inmigrantes. Del
hambrunas, o por represión política, racial o religiosa. Con esa gran variedad de
el inmigrante ésta fue una estrategia de movilidad social, por lo que “it became
15
essential for each immigrant to rapidly figure out what it meant to be an
American and to decide which changes were worthwhile and which individual
efectiva, aunque fuera dentro de los confines del barrio, y el culto en sus iglesias
con los ritos conocidos que alimentan su espiritualidad, fueron surgiendo las
Entre los grupos reformistas, los más conservadores veían a los barrios
asimilarse. Sin embargo, reformistas liberales como Jane Addams, fundadora del
26
Shenton y Kenny, “Ethnicity and Immigration”, p. 358.
27
Alan M. Kraut, The Huddled Masses: The Immigrant in American Socety, 1880-1921, Arlington
Heights: Harlan Davidson, Inc., 1982, p. 112.
28
Kraut, Huddled Masses, p. 116.
29
Kraut, Huddled Masses, p. 119.
16
transformación necesaria del inmigrante en un ambiente reconocible, donde
continuidad, que para los progresistas liberales tenía que ser voluntaria.31 Para
de la idea americana. Esta era la causa, según los reformistas más liberales, de la
expresaron a través de las ideas del nativismo, que quería evitar a toda costa la
30
Rivka Shpak Lissac, Pluralism and Progressives: Hull House and the New Immigrants, 1890—1919,
Chicago: University of Chicago Press, 1989, p. 29.
31
Lissac define asimilación estructural como “dissepearence of group identity through
nondifferential association and exogamy”, Pluralism and Progressives, p. xi.
17
sectores medios, quienes se embarcaron en la recuperación moral de la ciudad.
En términos generales, los progresistas “sought to help the working class cope
elecciones de 1912 con una plataforma política muy influenciada por las ideas de
los progresistas.
32
El trabajo clásico sobre el nativismo en Estados Unidos es de John Higham, Strangers in the
Land: Patterns of American Nativism, 1860-1925, New Brunswick: Rutgers University Press, 1955.
33
Lissac, Pluralism and Progresivism, p. 1.
34
Eric Foner lo describe así en su historia sobre el concepto libertad (freedom) en el discurso
político estadounidense: “… the Progressive era produced a remarkable out pouring of social
commentary and complex array of movements aimed at addressing economic inequality and
finding common ground in a society racked by labor conflict and experience massive
immigration from abroad. … Progressives occupied a broad political spectrum that ranged from
socialists who advocated state control of the economy to forward looking businessmen who
realized that workers must be accorded a voice in economic decision-making. But at its core
stood a coalition of middle-class reformers, male and female, often linked to trade unions, who
sought to humanize capitalism by making it more egalitarian and to reinvigorate democracy by
restoring political power to citizenry and civic harmony to society”. American Freedom, p. 141.
18
administrados tenían lo suficiente para vivir bien, por lo tanto, eran ajenos a los
Por un lado, una reforma política contra la corrupción, que comenzó a nivel
municipal, pero que se extendió a los ámbitos estatal y federal. Dentro del
ciudad, tanto en torno a los servicios que el gobierno municipal tenía que ofrecer
a sus ciudadanos como de las reglas de comportamiento dentro de ella. Pero los
democracia. Por eso se embarcaron en una reforma social, cuyo fin último era la
progresistas “believed the American national character and cultural and political
realizar esta reforma social, que tenía mucho de ingeniería social. Para algunos,
19
por lo tanto, con la fortaleza para absorber otras nacionalidades y culturas.
35
Lissac, Pluralism and Progresivism, p. 17.
36
Lissac, Pluralism and Progresivism, p. 4.
20
salubridad para evitar las enfermedades contagiosas. El deseo detrás de este
esfuerzo era:
herencia cultural de los inmigrantes como remanentes del Viejo Mundo, que no
was then regarded as a great cultural task and we eagerly sought to invent new
Both, young and old were subjected to heavy doses of socialization in the
classroom, including the importance of cleanliness, hard work
perseverance, individualism, and patriotism. From early morning until
late evening, the public school educators labored to promote
assimiliation.39
37
Lissac, Pluralism and Progressives, p. 23.
38
Lissac, Pluralism and Progressives, p. 30.
39
Kraut, The Huddled Masses, p. 134.
21
ellos un total dominio económico y absoluto control político. En las llamadas
posesiones insulares –Filipinas, Puerto Rico y, más tarde, las Islas Vírgenes– se
mercado.
republicana y del buen gobierno. Esto, además, era necesario para establecer
disciplinada y trabajadora.
40
Es necesario destacar que la posibilidad de integración de los grupos inmigrantes era mayor si
eran blancos y protestantes. Es precisamente durante las primeras décadas del siglo XX que el
Congreso estadounidense aumentó las restricciones para inmigrar a Estados Unidos.
22
Ilusiones perdidas: la americanización para los puertorriqueños
interés por los valores de la Modernidad política que Estados Unidos parecía
sólo para negociar con la nueva metrópoli, sino también para validar un discurso
que expresara los valores modernos que casi todos deseaban entre los isleños.
aspiraciones del “pueblo” y, por lo tanto, los destinados para dirigirlo por la
tan ansiado gobierno propio y el libre comercio con el mercado más importante
supremacía del poder del gobierno federal, o nacional, sobre la autonomía de los
estados. Las élites puertorriqueñas se equivocaron mucho más al pensar que, con
23
la Iglesia Católica y la ineficiente y corrupta administración española. De esta
realidad que vive. En ese sentido, ya no se espera por el fin de los tiempos, como
conflictivas que surgieron sobre cómo llegar a ese dulce destino. De ahí surgieron
con Estados Unidos le hizo pensar que estaban a punto de resolverse muchos de
entendía que los puertorriqueños no estaban preparados para la tarea, por lo que
tenían que ser educados para vivir responsablemente en los tiempos modernos.
24
Esta contradicción habla, de cierta forma, de una superposición de tiempos
41
“En suma: el Partido Federal, con soluciones prácticas y con ideales científicos, va
resueltamente a fundirse en la federación, bien persuadido de que en la absoluta identidad
americana reside la absoluta autonomía puertorriqueña.” “Manifiesto de los dirigentes liberales
invitando a la fundación del Partido Federal, 1 de octubre de 1899”, en Puerto Rico: cien años de
lucha política, Vol. I-1, Río Piedras: Editorial Universitaria, 1979, p. 270.
42
“Siendo ahora territorio y mañana estado de la Unión Americana, se realizan satisfactoriamente
los más perfectos ideales de un pueblo como el puertorriqueño, es decir, el gobierno próspero y
efectivo de sus asuntos locales, la intervención eficaz con los demás Estados en los asuntos
nacionales y el influjo positivo de poderosos medios encaminados a un fin civilizador, en los
destinos de la Humanidad”. “Manifiesto de los dirigentes de la agrupación de los Puros
Ortodoxos dirigido al país invitando a la formación del Partido Republicano Puertorriqueño, 19
de abril de 1899”, en Puerto Rico: cien años de lucha política, Vol. I-1, p. 259.
43
Gervasio L. García y Ángel Quintero Rivera, Desafío y solidaridad: breve historia del movimiento
obrero puertorriqueño, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1983, pp. 31-34.
25
régimen con distintos grados de autonomía. Sin embargo, nunca se
leyes Foraker y Jones no existe nada que supusiera una obligación con el futuro
militar, se estableció un gobierno civil en Puerto Rico. Sin embargo, el mismo era
jueces del Tribunal Supremo de la Isla. La Ley Foraker, al igual que la Ley Jones
de 1917, no sólo americanizaron el sistema político de Puerto Rico, sino que fueron
“civilización americana”.44
lenguaje político. Me parece que según los personajes de esta historia concibieron
26
superioridad racial y política de los oficiales metropolitanos fue un factor muy
posesión insular estaba poblada por mulatos, negros, criollos y españoles, que
religión católica y gobierno monárquico. Del mismo modo, tal percepción influyó
en 1917.
Igualdad, Ciudadanía, que también pasaron a ser parte de las aspiraciones y del
la idea que tenían sobre este proceso/concepto. Para poder definir a ese otro,
superiores y destinados a cumplir con tan importante tarea. Los textos aquí
44
James L. Dietz, Historia económica de Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1987; César J.
Ayala y Rafael Bernabe, Puerto Rico en el siglo americano: su historia desde 1898, Traducción por
Aurora Lauzardo Ugarte, San Juan: Ediciones Callejón, 2011.
27
pueblo que la habitaba. A través de su discusión intento deconstruir el discurso
civilizadora en Puerto Rico. Para ello pienso que es necesario entender qué
literatura de viajes (a finales del siglo XIX y principios del XX)”, discuto los
colonizado.
expansión. Estos “cronistas” ofrecen una mirada que busca compaginar la misión
28
década del siglo XX)”, examino los textos de dos funcionarios coloniales en
Puerto Rico durante los primeros años del gobierno civil. Para estos autores, la
americanización era una especie de creencia que había que aceptar sin dudas tras
puertorriqueña.
29
Capítulo 1:
Imperio, discurso colonial y representación en la literatura de viajes
(a finales del siglo XIX y principios del XX)
dame, que, si bien se trató de imponer los valores de la sociedad occidental en las
Said afirma que ninguna cultura “is single and pure, all are hybrid,
para sus industrias y mercados para sus productos, estos Estados controlaron
naturaleza de los pueblos que sojuzgaron, los europeos los diagnosticaron como
1
Edward W. Said, Culture and Empire, New York: Vintage Books, 1993, p. xxv. Sobre el concepto
de hibridación cultural, ver Néstor García Canclini, Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir
de la modernidad, Nueva edición. Buenos Aires: Ediciones Paidós, 2001.
2
Sobre el imperialismo: Eric J. Hobsbawn, La era del imperio, 1875-1914, sexta edición, traducción
de Juan Faci Lacasta. Buenos Aires: Crítica, 2007; Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio,
traducción de Alcira Brixio, Barcelona: Paidós, 2002.
31
ajenos, de darle sentido a la sojuzgación y explotación de otros pueblos desde
ciencia, economía, ideas. Por eso Said habla del efecto globalizador del imperio.4
3
Mary Louis Pratt, Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation, Second Edition. New York:
Routledge, 2008, p. 4.
32
conocimiento, producido y consumido por los occidentales, a través de múltiples
desarrolló una cultura letrada alrededor de este nuevo conocimiento, que fue
por las ideas de cada época– tuvieron distintos efectos culturales y, por lo tanto,
en que las ideologías democráticas imperaban en las metrópolis, era cada vez
discurso del poder que Pratt entiende que la competencia, no sólo militar y
“mejores” razones para las intervenciones imperialistas.5 Éstas tenían que tener
4
Said, Culture and Imperialism, p. xxiii.
5
Pratt, Imperial Eyes, p. 72.
33
un “propósito” que estuviera a la altura de las ideas “superiores” con las que
Por esto es que hay que mantener en perspectiva la fuerza de las ideas que
humanos. Los siglos XVII y XVIII se pueden ver como una larga transición del
los aspectos. Con la crisis del modelo imperial (las independencias de Estados
que este discurso fue tan poderoso que permitió que personas “decentes”
que vieran al imperio como una obligación con los pueblos atrasados.7
El ejercicio del poder imperial vino –como todas las cosas– mediado por el
afectan tanto las prácticas como las ideas, y cuyos significados están a merced de
6
Pratt, Imperial Eyes, p. 72.
7
Said, Culture and Imperialism, p. 10. Lo mismo puede decirse de otras instancias, y que resultan
vitales para una democracia funcional, como la tolerancia de estas “buenas personas” que
avalaron la esclavitud, las limpiezas étnicas o la represión totalitaria durante los diversos
regímenes de derecha y de izquierda, musulmanes y cristianos, monárquicos o republicanos.
34
los discursantes, que a su vez lo están de la época y del discurso que la domina.8
histórico, pero que de manera inevitable se estudia desde otro sentido histórico.9
por lo que se puede decir que es el discurso lo que tiende a completar el sentido
la relación del discurso con “lo real”. Hayden White llama a este proceso
vínculos entre los conceptos o palabras claves que funcionan como imágenes de la
historia.10
8
Michel Foucault, El orden del discurso, Traducción de Alberto González Troyano. Barcelona:
Tusquets Editores, 1999.
9
Michel de Certeau, La escritura de la historia, Traducción de Jorge López Moctezuma. Segunda
edición, traducción revisada, México, D.F.: Universidad Iberoamericana, 1993.
10
Hayden White, Tropics of Discourse: Essays in Cultural Criticism, Baltimore: The Johns Hopkins
University Press, 1985.
35
inserción en lo real”.11 Es por esto que hay que ver los textos estudiados o la
llamada literatura de viajes como voceros que tratan de exponer a los ciudadanos
ejercicio imperial.
darle sentido a esa realidad vivida. De igual modo, funciona como agente
idea, ya sea por interés propio o colectivo. Las acciones de los seres humanos se
afectan con el discurso, que a manera de pie forzado, nos impone la época y el
espacio sociocultural en el que vivimos. Pero éste también es afectado por las
prácticas de los individuos, que al tratar de explicar las acciones vividas en ese
cognoscitivas y discursivas que tienen a la mano. Es por eso que “los discursos
que aspectos del discurso desaparecen en la medida que ciertas prácticas dejan
descrita o descifrada por éste. A partir del siglo XIX, la acción discursiva de los
11
Foucault, El orden del discurso, p. 31.
12
Foucault, El orden del discurso, p. 53.
36
individuos en Occidente fue dominada por el constructo Razón. Así el discurso
tiene que justificar su veracidad para mantener ese lugar de privilegio y poder.
Es a lo que Foucault se refiere cuando habla del control que ejerce sobre sí mismo
el discurso.13 Para el siglo XIX las instituciones del saber y del poder ya no
radicaban en la Iglesia, que no dejó de tener una fuerza discursiva, sino que el
“Si hay una institución que se ha visto obligada históricamente a tomar el relevo
asumía que ésta podría ser descifrada, de que se lograría la justa representación
13
Foucault, El orden del discurso, p. 25.
14
Francisco José Ramos, “Por otra universidad”, 80 Grados, 16 de marzo de 2012, en:
http://www.80grados.net/por-una-otra-universidad/.
15
Pratt, Imperial Eyes, p. 25.
37
política del mundo a través del dominio colonial.16 Lo cierto es que la creación de
colonial.
“mundo natural”, que nos limita y obliga a ver la realidad de cierta manera. Para
“a place of radical otherness”, por lo que se asumió que todo lo “otro” también
16
Pratt, Imperial Eyes, p. 34.
17
Nancy Stepan, Picturing Tropical Nature, London: Reaktion Books, 2001, p. 17.
18
Said, Culture and Imperialism, p. viii.
38
calientes” como miembros de una cultura inferior. Con este determinismo
belleza.19
libros y conferencias sobre sus viajes por tierras tropicales, descubrió para el
literariamente, una reconquista del todavía “nuevo” mundo, que a pesar de los
tal y como cuando Cristóbal Colón lo describió por primera vez. De cierto modo,
19
Aspectos del mismo influyeron en los mismos intelectuales tropicales, como en el caso de
Antonio S. Pedreira, que en Insularismo describe al puertorriqueño como un ser “aplatanado”,
doblegado en su espíritu por el efecto del clima y la geografía. Antonio S. Pedreira, Insularismo,
Río Piedras: Editorial Edil, Inc., 1985 [1934].
39
se trata también de la conquista de las nuevas ideas productivas del atrasado
naturaleza tropical, pero siempre considerando que era necesaria una cultura
premisa, mas se podría decir que fue un renovador –en el sentido de ideas y
exuberante naturaleza tropical se escondían serios peligros para los europeos: “If
tropical nature was, to Humboldt, a sublime paradise, the tropics as a site for
human habitation were not. Thus it was in regard to human civilization in the
tropics that Humboldt’s climatic and geographic determinism was most strongly
20
Pratt, Imperial Eyes, p. 131.
21
Pratt, Imperial Eyes, p. 128. Énfasis en el originial.
22
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 40.
40
la inferioridad tropical, y fue retransmitida por el dicurso “científico” de la
que las nuevas reglas permitieron la entrada de más personas al juego social,
que desplazó.23
por ello que Foucault establece un fuerte vínculo entre el discurso, el deseo y el
aquello que traduce las luchas o los sistemas de denominación, sino aquello por
23
Hay que reconocer que esta democratización es domesticada por el mismo mecanismo
reformista del sistema liberal, en donde toda inserción social y ganancia de derechos queda
cualificada y disciplinada por el sistema productivo dominante. Sin embargo, el acceso a una
mejor calidad de vida con el acceso una mejor alimentación y servicios sanitarios, así como de
41
lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que uno quiere
de batalla.
Entonces hay que ver en la dinámica del discurso la contención que hay en
“vida” y, según la fuerza que tenga detrás de esa voz, se va consolidando ese
inalterada, ya que unos pocos dominan y explotan a los muchos. Más bien, el
participación política a través del sistema electoral y de justicia es, desde mi perspectiva, un
cierto tipo de progreso.
24
Foucault, El orden del discurso, p. 20.
25
Foucault, El orden del discurso, p. 15.
42
que el estado de cosas debe permanecer. Por eso se institucionaliza y se regula a
sí mismo.
del comentario, lo que se dice y se repite por casi todos como son algunos textos
repetición, nos dice Foucault, limita el azar del discurso.26 En el caso del discurso
imperialista de los siglos XIX y XX, se manifestó en gran medida a través de una
revistas y periódicos. Del mismo modo. el autor, al ser ente conocedor y crítico
26
Foucault, El orden del discurso, p. 26.
43
y a pesar de la visión crítica que pudieran tener ante el orden ideológico
reproduce una ideología que debe ser constantemente repetida, sino una manera
que es el que impuso Occidente al resto del mundo durante el siglo XIX y buena
parte del XX. Se desarrolló desde la experiencia colonial que empezara con la
conquista española del continente americano a finales del siglo XV. Éste se
transformó cónsonamente con el paso del tiempo y se atemperó a las ideas y las
sólo al sujeto a colonizar, sino a los ciudadanos del imperio. Es en ese sentido
que Spurr afirma que el escritor es “the original and ultimate colonizer”.28 Los
XVI. Por eso es que se idealiza la empresa colonial, que viene a restaurar un
27
David Spurr, The Rhetoric of Empire: Colonial Discourse in Journalism, Travel Writing, and Imperial
Administration, Durham: Duke University, 1993, p. 11.
28
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 93. Por su parte, Pratt entiende que la literatura de viajes fue “a key
instrument, in other words, in creating the ‘domestic subject’ of empire”, Imperial Eyes, p. 3.
44
naturaleza y sacarle el mayor provecho. Spurr identifica, en The Rhetoric of
Empire, doce tropos con los que se expresa el discurso colonial a través del
Capital, pues validaba y justificaba las acciones que tomaba para mantener su
entre las naciones europeas, que nutrió –y se nutrió de– la expansión territorial.
29
Los doce tropos identificados por Spurr son: “surveillance”, “appropiation”, “aesthetization”,
classification”, “debasement”, “negation”, “affirmation”, “idealization”, “insubstantialization”,
“naturalization”, “erotization” y “resistance”.
45
conquista no militar, ni “explotativa”, sino a la justificación disfrazada de
mientras recopilaban los datos que les ayudarían a entender las leyes que rigen el
mundo. Del mismo modo, puede verse la idea de que el desarrollo econcómico a
el nivel moral y cultural de los sujetos coloniales. Esta dimensión “suave” del
proceso imperial presenta una visión “inocente” del control occidental del resto
del mundo. “The term is intended to emphasize the relational meaning of natural
Del mismo modo, los valores éticos occidentales, tan “superiores” como
trataron de remediar los desmanes del régimen productivo. Es por eso que Pratt
30
Ileana Rodríguez, Transatlantic Geographies: Islands, Highlands, Jungles, Minneapolis: University
of Minnesota Press, 2004, p. xiii.
31
Pratt, Imperial Eyes, p. 38. Énfasis en el original. También lo describe así: “… the system of
nature as a descriptive paradigm was an utterly benign and abstract appropriation of the planet.”
p. 37.
32
Pratt, Imperial Eyes, p. 66.
46
del sujeto colonial, pues en el acto se exige el reconocimiento de la superioridad
mirada tierna está sujeta a la asimilación del nativo atrasado; por eso las
prácticas e ideas diferentes que caen fuera del paradigma occidental son
durante el siglo XIX, con el propósito de conocerlas más para explotarlas mejor,
tiempo y dinero suficiente para mantener jardines en los que cultivaron plantas
exóticas y consumir la literatura que describía las aventuras en tierras tan lejanas
confeccionar hermosos libros ilustrados que atrajeron al público lector. Toda esta
33
Pratt, Imperial Eyes, p. 43.
34
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 31. Es importante destacar que este proceso de expansión
imperialista fue mayormente europeo, sobre todo de Inglaterra y Francia, aunque en él
participaron otras naciones que se fueron desarrollando durante el siglo. En el entresiglo del XIX
y XX, Estados Unidos y Alemania fueron las potencias emergentes. Estados Unidos, aunque no es
europea en un sentido geográfico, refleja y comparte en gran medida los principios y el discurso
de la llamada civilización occidental.
35
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 32.
47
Esta literatura de viajes iba dirigida al sujeto imperial doméstico que
establecido por la historia natural para clasificar a grupos humanos con relación
naturaleza misma establece unas jerarquías en las que “power follows reason,
ocupa: “it offers aesthetic pleasure on one hand, information and authority on
de las sabias ideas de la Razón. Como parte del paisaje están sus habitantes, que
36
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 64.
37
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 66.
38
Esta es la tesis de la que parte Lanny Thompson, Imperial Archipielago: Representation and Rule in
the Insular Territories under U.S. Dominion after 1898, Honolulu: University of Hawai’i Press, 2010.
Discutiré este libro en el próximo capítulo.
39
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 15.
48
carecen de habla o historia, más bien se presentan como un cuerpo vacío –sin
El nativo “no existe” sino como parte de la posibilidad productiva misma; por
discurso colonial se sostiene en la ciencia, ese inner-eye capaz de ver más adentro
cultural analysis, anthropology can be seen as affiliated with empire and, and in
Edén y recuerdan la caída del ser humano. Con el arribo europeo al continente
40
Pratt, Imperial Eyes, p. 52.
41
Said, Culture and Imperialism, pp. 50-51.
49
Hispaniola, where Columbus made landfall, and their ease with their own
del tropo del Paraíso, como recurso estético que termina en el infierno en forma
de política colonial. Entre ambos tropos hay una metodología que demuestra
cuánto pueden cruzar las ideas, culturalmente fabricadas, las diversas disciplinas
trópico es que se alimentaban con muy poco esfuerzo, y por eso carecían de la
eran vistos como sucios, vagos y atrasados, incapaces de controlar sus instintos y
medicina tropical.
42
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 89.
43
Rodríguez, Transatlantic Geographies, p. 6.
50
Entonces, la patologización de la región se convirtió en parte integral de la
interés metropolitano en hacer que las nuevas colonias fueran habitables para sus
saludables para sus industrias.45 Stepan destaca que esta especialidad médica fue
la medicina tropical, una disciplina poco estable y redefinida muchas veces, muy
La llamada medicina tropical, que emergió como una especialidad con sus
tropicales como si lo fueran, del mismo modo que incluyó tierras extratropicales
44
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 54.
45
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 163.
46
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 152. Con relación al discurso de la medicina tropical en
Puerto Rico, véase a Bailey K. Ashford, A Soldier in Science: The Autobiography of Bailey K. Ashford,
Colonel M.C., U.S.A., San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1998 (originalmente
publicada en 1934); y Raúl Mayo Santana, Annette B. Ramírez de Arellano y José G. Rigau-Pérez,
editores, A Sojourn in Tropical Medicine: Francis W. O’Connor’s Diary of a Porto Rican Trip, 1927, San
Juan: Universidad de Puerto Rico, La Editorial, 2008. Sobre el trabajo de Ashford en Puerto Rico,
ver Rosa E. Carrasquillo, “The Remaking of Tropical Peoples: U.S. Military Medicine and Empire
Building in Puerto Rico”, Historia y Sociedad, año XVI-XVII, 2005-2006, pp. 67-96.
47
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 156.
51
prácticas médicas en Occidente: “La prioridad no es entender, sanar y aliviar el
los afectados en los libros de textos, las revistas especializadas y los periódicos, y,
the virtues of primitive peoples are limited to “social instinct”; their idea
of good and evil does not extend beyond that which obviously affects the
welfare of the tribe. They have no notion of the “self-regarding virtues”
such as temperance, chastity, and physical decay, failing to percieve how
the lack of these qualities indirectly affects the tribe as a whole.49
48
Ramos, “Por otra universidad”.
49
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 81.
52
Esta perspectiva médica expresa lo que Spurr identifica como el tropo de
protect the boundaries of Western cultural value against the forces of this
demostrar, por un lado, una inferioridad esencial que hace al otro tropical menos
morales. Según las teorías del determinismo climático, el calor y el sol producían
una pereza sensual y una sexualidad precoz, mientras que los climas fríos, al
luchar sus habitantes contra los elementos para sobrevivir, contenían las
50
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 79.
51
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 89.
53
therefore visual representations were crucial to the racial enterprise”.52 De esta
civilización progrese.
que ella ofrece pertenecen al más apto para aprovecharlos según los valores del
52
Stepan, Picturing Tropical Nature, p. 94.
53
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 156.
54
civilizadora. Así, la intervención colonial responde al llamado de la naturaleza y
violencia.
cultural.56 Para ella, el análisis poscolonial tiene que revelar el poderoso vínculo
importante, además, señalar, en el discurso que resiste, las huellas del discurso
al otro a colonizar como un sujeto vacío, con una ausencia espiritual, un espacio
tienen historia; por lo tanto, necesitados de ayuda para combatir su naturaleza (la
54
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 32.
55
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 184.
56
Rodríguez, Transatlantic Geographies, p. xii.
55
propia y la que les rodea) y poder transformar su cultura de manera que propicie
El discurso colonial expresado a partir del siglo XIX, durante la era de los
otros pueblos utilizando las ideas y las sensibilidades que predominan en cada
privada y el consumo sobre la vida y la cultura de otros pueblos fue parte del
57
Sobre los estudios poscoloniales ver Ranahit Guha y Gayatri Chakravorty Spivak, editores,
Selected Subaltern Studies, New York: Oxford University Press, 1988.
56
sostienen su idea de superioridad moral, material y cultural. De ahí también
deriva la idea de que es deber de las naciones avanzadas civilizar a los pueblos
57
Capítulo 2:
El dilema imperial en la historiografía estadounidense y las estrategias de
representación en la construcción del sujeto colonial.
por la obtención de colonias. Hasta el fin del siglo XIX mantuvo su postura
como un mundo viejo, corrupto y decadente. Sin embargo, durante ese siglo
poblados por “otros” seres humanos que no eran como “ellos”; y, por lo tanto,
suplir.
Como veremos en los textos que discutiré en los próximos dos capítulos,
durante la primera década tras la aventura del 1898, la mayoría de los autores no
una perspectiva histórica, fue la serie publicada durante la década de 1920 por
The Vanguard Press, con el auspicio de The American Fund for Public Service:
1
The Vanguard Press (1926-1988) fue fundada inicialmente con una beca de cien mil dólares
otorgada por The American Fund for Public Service, institución filantrópica establecida por el joven
millonario Charles Garland, dedicada a apoyar económicamente entidades radicales o
izquierdistas. Mayormente auspició revistas y la editorial referida, entre otros esfuerzos de
difusión. En su primera década publicó libros sobre la Revolución Soviética, teoría socialista y
esta serie sobre el imperialismo estadounidense. Otros títulos publicados en la serie son: Bailey
W. y Justine Whitefield Diffey, Puerto Rico: A Broken Pledge (1931); Melvin M. Knight, The
Americans in Santo Domingo (1928); y M.A. Marsh, The Bankers in Bolivia (1928).
59
producto del imperialismo, pues Estados Unidos habría sido concebida en él y
que fue:
natural that we should first turn to Latin America justifying our action in
official rhetoric on the ground of advancing the cause of human justice,
but not failing in the process to increase facilities for investments and to
acquire under favorable conditions the valuable natural resources of the
lands occupied.4
para el adelanto de sus propios intereses económicos. Señala que las poderosas
en dos de los libros de esta serie. Leland H. Jenks, en Our Cuban Colony: A Study
on Sugar (1928), presentó una posición un tanto ambigua. Reconoce el poder del
que estas fuerzas no querían la guerra pero tuvieron que ceder ante el clamor del
2
Harry Elmer Barnes, editor de la serie en Leland H. Jenks, Our Cuban Colony: A Study on Sugar,
New York: Vanguard Press, 1928. Republicada 1976. p. vii.
3
Barnes, en Jenks, Our Cuban Colony, p. viii.
4
Barnes, en Jenks, Our Cuban Colony, p. ix.
60
La intención de los autores era contestar al presidente Calvin Coolidge el alegato
de que Estados Unidos había cumplido todas sus promesas con Puerto Rico.6
“Domination is doubtless not our aim; but the maintenance of our interests by
our superior force may look so like it to impartial view that the difference will be
difficult to explain. … Yet the difference may exist”.8 Desde esta perspectiva, esta
desigualdad implica que los intereses estadounidense priman sobre los de los
hasta el 1898 que decidieron intervenir. De hecho, la posición inicial fue en contra
5
Jenks, Our Cuban Colony, p. 57.
6
Diffie, Puerto Rico: A Broken Pledge. Me refiero a la carta que enviara el presidente
estadounidense a los presidentes de las cámaras legislativas isleña, Antonio R. Barceló y José
Tous Soto, a través del gobernador Horace M. Towner, contestando las misivas que éstos le
enviaran con Charles Lindbergh y a la Conferencia Panamericana celebrada en La Habana en
1928. En ellas reclamaban a Estados Unidos mayores poderes autonómicos. Esta comunicación se
puede ver en: “Texto íntegro de los cablegramas dirigidos ‘el 18 de enero de 1928’ por los señores
Antonio R. Barceló y José Tous Soto al presidente Calvin Coolidge y a la sexta conferencia
panamericana”, en Reece Bothwell, Puerto Rico: cien años de lucha política, Vol. II, Río Piedras:
Editorial Universitaria, 1979, p. 372; y “Carta del presidente Calvin Coolidge en contestación al
mensaje que la legislatura dirigiera al pueblo de los Estados Unidos y al mensaje que dirigieran
los señores Barceló y Tous Soto a la conferencia panamericana celebrada en La Habana”, pp. 375-
382.
7
Existe una larga trayectoria tanto política como historiográfica en la oposición entre la visión
“pragmática” o “realista” y la “idealista” o “moralista”. En el contexto de la política
norteamericana, por ejemplo, el presidente McKinley es visto como un pragmático, mientras que
Woodrow Wilson, como un idealista.
8
Jenks, Our Cuban Colony, p. 3.
9
Jenks, Our Cuban Colony, p. 4.
61
Jenks afirma que la presión a favor de Cuba libre vino del “pueblo”,
Henry Cabot Lodge, entre varios otros. Hombres de “cuna y cultura”, que no
participation in American public life… identified themselves with the nation and
placed national life above profit or pelf”.10 Valida sus acciones al destacar la
económica.
segundo, los yacimientos de oro descubiertos en Australia y África del Sur, que
10
Jenks, Our Cuban Colony, p. 51.
62
desde la perspectiva de los puertorriqueños; y, me parece que, al cuestionar las
bondades del régimen colonial, se coloca al otro lado de la retórica imperial. Los
argumentos de A Broken Pledge, por ejemplo, son similares a los usados por
sanitarios, fueron sufragadas con las riquezas producidas en la Isla. Esta mirada,
Rico.
de su estructura liberal, no había servido bien a la Isla puesto que “the real
American rule is the economic penetration which has taken place”.12 El poder de
cambio de muy bajos sueldos. Las leyes de cabotaje ejercían, además, un control
problema, entonces, no era sólo una lucha de clases al interior de una sociedad,
11
Tomás Blanco, El prontuario histórico de Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1981.
12
Diffie, A Broken Pledge, p. 44.
63
sino de la opresión colonial, del poder de una nación poderosa sobre un pueblo
supuestamente inferior.
The bars of the American flag have become to Porto Rico the symbol of
economic prison from which there is no escape by any constitutional
means. Her people are locked behind a system which has neither
protected Porto Rican property, nor prosperity, but which is perpetuated
by a constitution giving more protection to property than to life—a
constitution which cannot be effectively attacked.13
Esta posición encontrada entre Jenks y los Diffie con relación al peso que
Cuba y Puerto Rico será parte de la discusión acerca del imperio en Estados
objetivos egoístas.
Diplomatic History of the United States (1936), afirma que los factores más
feroz competencia entre las potencias económicas por los mercados en Asia –en
13
Diffie, A Broken Pledge, p. 197.
14
Samuel F. Bemis, A Diplomatic History of the United States, New York: Henry Holt and Company,
1936.
64
mostrarse en contra de la participación de Estados Unidos en esta guerra, parte
acusa de querer las islas Filipinas “as a valorous swain yearns for the immediate
object of his feelings, knowing only the passion of the present and seeing only
mismo modo, sostiene en su relato que el presidente fue “seducido”16 por los
imperialistas (ya no los seres avanzados descritos por Jenks, sino politicos
principal ventaja tras la victoria fue el control del mar Caribe para la
15
Bemis, A Diplomatic History, p. 469.
16
Bemis, A Diplomatic History, p. 469.
65
those years of adolescent irresponsability we can now see the acquisition of the
demostrar su hombría frente a otros. Esta actitud poco racional se alejó de lo que
Bemis entendía que había sido la trayectoria de Estados Unidos en los asuntos
internacionales.
decisión a que el pensamiento de los dirigentes del país estaba distorsionado por
los eventos que precipitaron la guerra –la carta del diplomático español y la
17
Bemis, A Diplomatic History, p. 475. Mi énfasis.
18
George Kennan, American Diplomacy, 1900-1950, Chicago: University of Chicago Press, 1951.
66
explosión del Maine– era suficiente para declarar una guerra, porque “this sort of
entonces a:
the state of the public opinion, to the fact that it was a year of
congressional elections, to the unabashed and really fantastic
warmongering of a section of the American press, and to the political
pressures which were freely and bluntly exerted on the President from
various political quarters.21
Al destruir la flota española, las islas quedaron sin autoridad, por lo que Estados
estadounidense, pues fue la primera vez que una gran población sería cobijada
perspectiva, esto podía constituir “our most signal political failures as a nation”,
pues Estados Unidos tuvo que lidiar con unos sujetos (subjects) a los que no se les
19
Kennan, American Diplomacy, p. 6.
20
Kennan, American Diplomacy, p. 9.
21
Kennan, American Diplomacy, p. 11.
22
Kennan, American Diplomacy, p. 14.
67
responsabilidad. Del mismo modo, entiende que Estados Unidos debía evitar la
1898 dan la impresión de que ninguno de ellos es “the real one”, a menos que los
simply liked the smell of empire and felt the urge to range themselves
among the colonial power of the time, to see our flag flying on distant
tropical isles, to feel the thrill of foreign adventure and authority, to bask
in the sunshine of recognition as one of the great imperial powers of the
world.24
defender los intereses nacionales en las decisiones militares que se tomaron para
estimularan su comercio e industria.26 Por eso, para analizar los eventos del 1898,
también le da más peso al interés de Estados Unidos por los mercados asiáticos.
23
Kennan, American Diplomacy, p. 15.
24
Kennan, American Diplomacy, p. 17.
25
Kennan, American Diplomacy, pp. 19-20.
26
William Appleman Williams, Tragedy of American Diplomacy, New York: Dell Pub. Co., 1962.
68
Al igual que Barnes, Williams establece un intrínseco vínculo entre
as part of an empire, the colonists naturally saw themselves in the same light
once they joined issue with the mother country”.27 Desde su perspectiva, Estados
como una potencia mundial y, por lo tanto, necesariamente activa en los asuntos
Esta idea, desarrollada desde el análisis histórico por Frederick Jackson Turner
frontera coincide con una crisis económica. Para Williams, esto aportó un
27
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 21.
28
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 23.
69
La expansión territorial y económica es presentada como la continuidad
histórica de una fuerza que viene desde la fundación misma de las originales
trece colonias. Para convivir con la contradicción de querer evitar los perjuicios
civilización occidental.
que:
29
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 23.
30
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 28. Para los revisionistas, es importante establecer
como la transformación socioeconómica durante las últimas décadas del siglo XIX influyeron en
la política exterior estadounidense. Walter La Feber, “Liberty and Power: U.S. Diplomatic
70
igual reconocieron la necesidad de tomar medidas drásticas y vieron en la
“concerned not whether expansion should be pursued, but rather what kind of
para que los políticos acogieran estas demandas, percolando así, en el discurso y
en la discusión política: “… it is clear that various groups saw war with Spain
España está relacionada con el interés de expandir los mercados hacia Ámérica
interests-conscious motives”.33
History, 1750-1945”, en Eric Foner, ed., The New American History, Edición revisada y ampliada.
Philadelphia: Temple University Press, 1997, p. 378.
31
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 29. Énfasis en el original.
32
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 36.
71
hombres de negocios, intelectuales y políticos–, opuesto al colonialismo
integridad del territorio chino y el libre comercio en sus mercados, fue una
consenso entre gran parte de las voces políticas y los diversos intereses en
filipina, que expuso los peligros más violentos del imperialismo, lo que decidió el
estrategia para crear las condiciones propicias para la extensión del sistema
33
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 41.
34
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 45. Bemis, por su parte, criticó el apoyo de Estados
Unidos a la estrategia británica de preservar la integridad territorial china y a la política de las
“Puertas Abiertas”.
35
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 47. De igual modo, Bemis acusa al Partido
Demócrata de oportunismo, p. 475.
36
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 50.
72
burguesía nacional. Esta política era imperialista por naturaleza y la ruta a través
valerosa lucha de los cubanos contra la crueldad española. Señala que ese interés
recorrió todos los sectores sociales (sobre todo entre los residentes en los
apoyo a la causa cubana por parte del pueblo americano era sincero, cada cual
estadpunidense.
se movió decididamente en esa dirección; y que por velar esos intereses, ignoró
37
Williams, Tragedy of American Diplomacy, p. 56.
38
Philip S. Foner, The Spanish-Cuban-American War and the Birth of American Imperialism, New
York: Monthly Review Press, 1972.
39
Foner, The Spanish-Cuban-American War, pp. 307-308.
73
de los españoles para doblegarlos hizo que el presidente cambiara de estrategia:
“It was clear, …, that if the United States waited too long, the Cuban
The moment was arriving for the United States to step in”.40 Al no reconocer a los
“pacificada”. Con la llamada Enmienda Platt como base de los vínculos entre
Cuba y Estados Unidos, se limitó la soberanía cubana al regular las relaciones del
de bases navales.
históricos. Con una perspectiva más amplia del concepto de clase, como la
raza y género y demás motivos señalados por la nueva historia cultural, como
40
Foner, The Spanish-Cuban-American, p. 229.
74
el político. Como dice Gilbert Joseph en “Close Encounters: Toward a New
of Emprire: Writing the Cultural History of U.S.-Latin American Relations (1998), esta
acontecimientos pasados.
las zonas de contacto imperial en una variedad de encuentros de las que derivan
colonial (en los negocios, en la filantropía, en las prácticas estéticas), así como sus
41
Gilbert Joseph, “Close Encounters: Toward a New Cultural History of U.S.-Latin American
Relations” en Gilbert Joseph, Catherine C. LeGrand y Ricardo D. Salvatore, eds., Close Encounter
of Empire: Writing the Cultural History of U.S.-Latin American Relations, Durham: Duke University
Press, 1998, pp. 3-46.
75
proceso de cambio cultural que transita hacia arriba y hacia abajo de la
verticalidad del poder, así como de derecha a izquierda del espectro social.
con relación a raza, género y otras formas en las que el Estado ejerce su
trazar patrones más amplios del poder, y así conectar los “imperativos
Kristin Hoganson en Fighting for American Manhood: How Gender Politics Provoked
una perspectiva de género las razones de Estados Unidos para esta incursión
bélica.43 Hoganson plantea que en las sociedades occidentales hay una asociación
hombres estadounidenses de finales del siglo XIX como una generación en crisis
provocada por la cada vez mayor presencia pública de las mujeres, a través de su
42
Joseph, “Close Encounters”, p. 21.
76
participación en organizaciones reformistas propias del “evangelio social” y los
Hoganson opina que han sido muchas, aunque insuficientes, las hipótesis
que el creciente discurso a favor de la guerra fue parte del intento por restaurar
generación del 1898, aunque ya no el ímpetu hormonal del adolescente, sino los
43
Kristin L. Hoganson, Fighting for American Manhood: How Gender Politics Provoked the Spanish-
American and Philippine-American Wars, New Haven: Yale University Press, 1998.
44
Claro, eso es partiendo de la premisa de que los motivos económicos y la acumulación de
capital son más “racionales” que los demás.
77
consentimiento, racionaliza desigualdades y establece posiciones y deberes.
pero ofrece un elemento que permite entender algunas de las reacciones de los
los acontecimientos alrededor del 1898, como lo demuestra Eric T. Love en Race
over Empire: Racism and U.S. Imperialism, 1865-1900 (2004).47 En este libro, Love
era una poderosa idea diseminada por toda la sociedad y las distintas regiones
45
Es curioso el término, si tenemos en cuenta que un argumento poderoso para justificar la
intervención era precisamente la expansión de la civilización.
46
Hoganson, Fighting for American Manhood, p. 158.
78
todo México durante la guerra contra ese país (1846-1848), o a Santo Domingo,
la discusión sobre Filipinas, mas, contrario a ellos, éste señala las reticencias de
47
Eric T. Love, Race over Empire: Racism and U.S. Imperialism, 1865-1900, Chapel Hill: University of
North Carolina Press, 2004.
79
que individuos alejados del tronco racial de Estados Unidos “contaminaran” su
imperial, ésta resultó ser un factor determinante en la política con relación a los
48
Love, Race over Empire, p. 167.
49
Nancy Stepan, Picturing Tropical Nature, London: Reaktion Books, 2001, p. 17.
80
libros con relación a las islas donde recién llegaba la bandera americana. La
mucha literatura e imágenes sobre ese otro mundo alterno. Esta representación
América entre 1890 y 1920.51 Durante estos años de construcción del “imperio
50
Sobre los casos insulares ver: Bartholomew H. Sparrow, The Insular Cases and the Emergence of
American Empire, Lawrence: University Press of Kansas, 2006.
51
Ricardo D. Salvatore, “The Enterprise of Knowledge: Representational Machines of Informal
Empire” en Close Encounter with Empire, pp. 69-104.
81
y en lo “extranjero” la justificación de la “Pax Americana”. Cada uno describió la
Iglesias, agencias del Estado). Desde ese lugar y con esa intención fue que
que acomoda los múltiples foros del encuentro imperial y que relaciona las
52
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge”, p. 69.
53
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge”, p. 72.
82
la naturaleza del proyecto expansionista, es decir, plantear la necesidad que
realidad botánica, biológica, humana y social del continente simplificada por los
recordar que el discurso colonial, como afirma Mary Louis Pratt, va dirigido
Las Ferias Mundiales, los museos de historia natural, los libros y las
revistas, los álbumes fotográficos, los mapas y los manuales estadísticos fueron el
54
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge”, p. 72.
55
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge”, p. 75.
56
Mary Louis Pratt, Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation, Second Edition. New York:
Routledge, 2008, p. 3.
83
preponderancia de tecnologías culturales y disciplinas académicas y de la
Jorge Duany estudia las Ferias Internacionales en The Puerto Rican Nation
on the Move: Identities on the Island and in the United States (2002).58 Éstas resultaron
ser un excelente lugar para representar al otro colonizado a las masas populares
importantes entre ellos. La cercanía de Puerto Rico con Estados Unidos no era
filipino convivían muchas etnias, la mayoría en estado salvaje, lo que las alejaba
57
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge”, p. 87.
58
Jorge Duany, The Puerto Rican Nation on the Move: Identities on the Island and in the United States,
Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2002.
59
Duany, Nation on the Move, p. 40.
84
esto que en la representación de Puerto Rico en ferias, libros y revistas se enfatizó
contextos discursivos, se concebía como una dificultad que había que superar
principios del siglo XX. Estos antropólogos estuvieron en la Isla con el clásico
60
Duany, Nation on the Move, p. 56.
85
No obstante, en las colecciones fotográficas se le dio preponderancia a los
Representation and Rule in the Insular Territories under U.S. Dominion after 1898
con los gobiernos establecidos sobre ellos.63 Los cinco grupos de islas en el
océano Pacífico y el mar Caribe que Estados Unidos tuvo bajo su dominio tras la
compartían geografía, idioma, historia ni cultura, “but rather the still ambiguous
61
Duany, Nation on the Move, p. 120.
62
Lanny Thompson, Imperial Archipielago: Representation and Rule in the Insular Territories under
U.S. Dominion after 1989, Honolulu: University of Hawai’i Press, 2010.
86
status of ‘possessions’ or ‘dependencies’ of the United States”.64 Thompson
plantea que parte de este contexto giraba en torno al dilema imperial de cómo
estadounidenses.
Estados Unidos en cada una de sus islas del archipiélago imperial. En Hawai, por
durante buena parte del siglo pasado. Mientras que en Filipinas y Puerto Rico se
63
Thompson, Imperial Archipielago, p. 3.
64
Thompson, Imperial Archipielago, p. 22.
87
implantados en cada isla. “The knowledge of these ‘alien people’ was integral to
evolucionaria, y como tal, como agentes de progreso social.67 Por ejemplo, las
mujeres de Puerto Rico, como metáfora de la isla misma, son descritas como
relegada a una ausencia. Al igual que Duany, Thompson plantea que esta
clima, a partir de los que se explicaba las diferencias entre los seres humanos
65
Thompson, Imperial Archipielago, p. 27.
66
Thompson, Imperial Archipielago, p. 31.
67
Thompson, Imperial Archipielago, p. 45.
68
Thompson, Imperial Archipielago, p. 57.
88
implantación de la política colonial. En el censo de 1899, a los cubanos se les
su desplazamiento.
americanos: “U.S. markets, commodities, and ways of doing business; the U.S.
69
Thompson, Imperial Archipielago, p. 90.
70
Thompson, Imperial Archipielago, p. 121.
89
capital investment and technology; and widespread public schools in the English
gobierno colonial (como escuela de gobierno propio). Esta tríada estará presente
el proceso discursivo a través del cual poder captar la dinámica particular del
imperiales o coloniales.
71
Thompson, Imperial Archipielago, p. 147.
90
Capítulo 3:
Los cronistas del 98:
americanización y discurso colonial según la vanguardia capitalista
capacidad para competir con las potencias europeas, vio como natural el
acompañaron las tropas estadounidenses; éstos querían estar ahí para relatar a
todavía, me temo), ésta era la única vía para lograr un desarrollo social propio
la mezcla racial era la justificación plausible, dadas las ideas sociales y culturales
viajes estudiada por Mary Louis Pratt en su libro Imperial Eyes: Travel Writing and
textos escritos por “advance scouts for European capitalists”, que viajaron por
tierras tropicales para identificar recursos y materias primas para suplir a sus
1
Mary Louis Pratt, Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation, Second Edition. New York:
Routledge, 2008.
2
Pratt, Imperial Eyes, p. 143.
92
segunda mitad del siglo XIX controlarba la economía de varias de estas naciones
administrado por una “raza” (española y mestiza) poco productiva, que no tenía
“to reinvent [Latin] America as backward and neglected, to encode its non-
los valores occidentales. En estos textos se asevera que la falla de las economías
fracaso de no ser como son los nordeuropeos. Según estas narrativas, para
3
Pratt, Imperial Eyes, p. 144.
4
Pratt, Imperial Eyes, p. 149.
5
Pratt, Imperial Eyes, p. 148.
93
racionalismo capitalista el paisaje y la sociedad no capitalista hispanoamericana.
europeos, particularmente ingleses, esta visión era compartida con los cronistas
diversos tipos articularon varias versiones del discurso colonial que expresaron
6
Pratt, Imperial Eyes, p. 150. Mi énfasis.
7
Ricardo D. Salvatore, “The Enterprise of Knowledge: Representational Machines of Informal
Empire” en Gilbert M. Joseph, Catherine C. Legrand, and Ricardo D. Salvatore, eds., Close
Encounter with Empire: Writing the Cultural History of U.S.-Latin American Relations, Durham: Duke
University Press, 1998, pp. 69-104.
8
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge:”, p. 69.
9
Salvatore, “The Enterprise of Knowledge:”, p. 72.
94
Los autores de estas narrativas expresan lo que David Spurr llama “la
pertenecen a quienes estén más aptos para explotarlos de acuerdo a los valores
del sistema industrial y comercial occidental. Esta idea, aclara el autor, está
buena parte de las tierras cultivables, los sistemas ferroviarios y los sistemas de
comunicación.10
entiende como “natural” su hegemonía sobre la región. Para ello fue necesario
10
David Spurr, The Rhetoric of Empire: Colonial Discourse in Journalism, Travel Writing, and Imperial
Administration, Durham: Duke University, 1993, p. 31.
95
sacar del mapa americano al más menguado y atrasado de los imperios. Esto
República”.
nueva frontera americana para relatar las perspectivas de los nuevos territorios
establecer un imperio, como el que tenían Francia y el Reino Unido, por lo que
Love en su libro Race over Empire: Racism and U.S. Imperialism, 1865-1900, los
11
Spurr, Rhetoric of Empire, pp. 15-16.
96
argumentos, en un principio, aquellos aspectos que se relacionaban a la carga del
hombre blanco para enfatizar los beneficios que obtendrían los anglosajones.12 Por
y la opinión pública.13
islas y sus habitantes, los cronistas del Imperio recurrieron a los habituales
por esta literatura fue, no obstante, la fuente de información básica con la que se
posesiones insulares.14 Por lo que los textos discutidos en los próximos tres
capítulos son reflejo del pensamiento que formó la política pública con relación a
Los cronistas
12
Eric T. Love, Race over Empire: Racism and U.S. Imperialism, 1865-1900, Chapel Hill: University of
North Carolina Press, 2004.
13
Kristin L. Hoganson, Fighting for American Manhood: How Gender Politics Provoked the Spanish-
American and Phillipine-American Wars, New Haven: Yale University Press, 1998.
97
a inversión y desarrollo económico. Pasan revista de sus atributos geográficos y
dentro del sistema político y económico americano. Estos autores, como dice
Silvia Álvarez Curbelo con relación a otros cronistas del 1898, expresaron “la
del 1898: The Porto Rico of To-Day (1899), escrito por Robinson, Puerto Rico: Its
Conditions and Possibilities (1899), por Dinwiddie, y Puerto Rico and its Resources
(1898), por Ober, ofrecen una revisión sobre Puerto Rico como nuevo territorio
americano. A través de su lectura crítica exploraré las ideas que tenían de lo que
implicaba para la Isla ser parte del Imperio y asimilarse a él. En esa discusión
La crónica escrita por Ober, Puerto Rico and its Resources, ofrece una
14
Lanny Thompson, Imperial Archipielago: Representation and Rule in the Insular Territories under
U.S. Dominion after 1898, Honolulu: University of Hawai’i Press, p. 26.
98
geoestratégico, comercial y militar, sino como una posesión “prospectively
valuable in itself”.16 Ober, que tiene una considerable bibliografía sobre México y
varias de las islas del Caribe, estuvo en la menor de las Antillas mayores por
primera vez en 1880 cuando visitó todos los puertos importantes de la región en
esta etapa expansionista pues prepara a la nación para enfrentar las necesidades
del futuro:
15
Silvia Álvarez Curbelo, “ ‘A Splendid Little War’: Carl Sandburg, Stephen Crane y Richard
Harding Davis en la invasión de Puerto Rico (1898)”, La Torre (Los americanos), Tercera época, año
XIV, núm. 53-54, julio-diciembre 2009, pp. 186 y 187.
16
Frederick A. Ober, Puerto Rico and its Resources, Segunda edición. San Juan: Fundación
Puertorriqueña de las Humanidades/Academica Puertorriqueña de la Historia/Oficina del
Historiador de Puerto Rico/National Endowment for the Humanities, 2005, p. 223.
17
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 2. Este reconocimiento es constante entre los análisis
históricos sobre el 1898 y sus consecuencias.
18
Camille L. Kraiwec, “My Place or Yours?: Contested Place and Natures in Puerto Rico (1868-
1917)” en “We the People”: la representación americana de los puertorriqueños, 1898-1926, José
Anazagasty Rodríguez y Mario Cancel, editores, Mayagüez: EMS editores, 2008, p. 16.
19
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 2. Mi énfasis.
99
Para el autor, el intercambio entre el nuevo imperio, que busca satisfacer sus
were for a time wanderers on the face of the seas, with no friendly harbour open
to us, no port to welcome us with its shelter”.20 Para ello era necesario el control
Rico era muy valiosa, “not only as a commercial, but as a strategic centre, or base,
in case of future military and naval operations in the Caribbean Sea”.21 Al igual
que en los tiempos de España, Estados Unidos utilizará la Isla para asegurar el
de las “tradiciones ancestrales” de Estados Unidos, Puerto Rico sería una especie
20
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 4. Esta es la misma posición expuesta por Alfred T.
Mahan, The Influence of Sea Power on History, 1660-1783 (1890).
21
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 3-4.
22
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 4.
100
muestra de que Estados Unidos se preparaba para enfrentar el nuevo escenario
While England is talking about an “open door” in the Orient for her
commerce and the expansion of trade, we have, though almost
fortuitously, opened a door (through the valour of our soldiers and seamen)
which will ultimately lead to the commercial conquest of those forty million
people south of us, in the West Indies and South America, and the
consequent enrichment of millions of our own.23
territorial hacia el sur. Sin embargo, después del 1898 el proyecto expansionista
mercados, ya sea para la adquisición de materias primas como para vender los
marinos servían igual para la conquista económica de la América Central y del Sur,
23
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 2. Mi énfasis.
24
William A. Williams, Tragedy of American Diplomacy, New York: Dell Pub. Co., 1962.
25
Thompson, Imperial Archipielago, p. 147.
101
Por su parte, Albert G. Robinson ofrece su impresión de la Isla desde la
en las notas y reportajes periódísticos que publicó en The Evening Post de Nueva
York entre agosto y octubre de 1898, lo que duró la campaña del ejército
and of the country …, and to throw light upon the commercial possibilities in our
new possession that lie within the reach of American business men”.26 En su
el único crédito que las operaciones merecían era el de haber ganado la guerra,
orgullosos.
We went to Puerto Rico expecting battles. We arrived there and were invited to
receptions. … Much of our enemies as had been stationed in the vicinity of
our landing, made a hasty and undignified exit, with only an occasional
shot as they ran. The people bade us welcome, hung out American flags, and
called down the blessing of Heaven upon our heads. Like all invading armies,
we had carried with us a very large spirit of beligerancy. We were much
puzzled to know what to do with it when got to Porto Rico. A portion of it
was kept alive for the resistance which was anticipated as the army
moved northward across the island. The rest of it became transmuted into
sociability.27
26
Robinson, The Porto Rico of To-Day, Segunda edición. San Juan: Fundación Puertorriqueña de las
Humanidades/Academica Puertorriqueña de la Historia/Oficina del Historiador de Puerto
Rico/National Endowment for the Humanities, 2005, p. 8.
27
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 47-48. Mi énfasis.
102
invasores (al autor incluido, al narrar en primera persona) y “colgando
positivo del retrógrado orden español hacia un nuevo orden americano. Los
For many years they had felt that they being bowed down and crushed
under the heavy hand of an oppressor. The army of the United States was
regarded as the sword-bearing hand of a deliverer who, in the coming days,
would lay aside the sword, and wield, in its place, the horn of plenty,
scattering peace, riches and blessings throughout the sun-kissed island.29
capitalista.
28
Spurr, Rhetoric of Empire, p. 32.
29
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 30. Mi énfasis. Ober también destaca cómo los isleños
recibieron con agrado y alegría al ejército invasor: “Everywhere, indeed, the Americans troops
were received with acclamation by the native residents of the island, who vied with each other
attentions by the way, when they came out of their huts and houses with offerings of fruits,
drinks, flowers, and shouted themselves hoarse with, Viva los Americanos!”. Ober, Puerto Rico
and its Resources, p. 225.
103
Por su parte, William Dinwiddie visitó la Isla durante la evacuación de la
la Isla para la redacción de Puerto Rico: Its Conditions and Possibilities. Su objetivo
which confront us, and the possiblities for the embarking of American business
enterprises”.30
americanos. Del mismo modo, ven esa oportunidad como positiva para la Isla,
civilización.
30
William Dinwiddie, Puerto Rico its Conditions and Posibilies, Segunda edición. San Juan:
Fundación Puertorriqueña de las Humanidades/Academica Puertorriqueña de la
Historia/Oficina del Historiador de Puerto Rico/National Endowment for the Humanities, 2005,
104
Tiempo nuevo
Estados Unidos fue narrada por los tres cronistas como un momento
“There were little enthusiasm of any kind, little show or interest”.31 A pesar de
momento preciso:
Just before the strike of noon all movement ceases, all voices are still. The
heads of all officials are bared, as are the heads of all spectators who are
blessed with any sense of the fitness of things. There is an instant of
impressive silence. To all save the shallow and the thoughtless the moment is
one of deep solemnity. Many eyes are wet, and many lips quiver with
intensity of feeling. Into the grave of the past there fall four centuries of history
of Spanish power in sea-girt Porto Rico. It is the end of a long life, mis-spent if
you will, but venerable in its antiquity if in nothing else.32
momento reviste gran importancia, que algunos, como los que tuvieron el
inferir que hubo quienes no lo hicieron, y que de algún modo se dio alguna
p. iii. De los tres, es este autor quien presenta una mirada más enfocada en las posibilidades del
desarrollo empresarial de la Isla, al redactar los informes más pormenorizados.
31
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 232.
105
actitud irrespetuosa (o lo que el autor entendió como tal), o un tipo de
posición protagónica están los soldados americanos –our stalwart men– y, como
necesidad de ayudarlo.
Estados Unidos al circuito de las potencias imperiales. Tal vez el gesto no tuvo la
grandiosidad de una batalla épica, pero fue el inicio de un tiempo nuevo para la
El cambio pronosticado será tan radical que los cuatro siglos anteriores,
32
Robinson, Porto Rico of To-Day, pp. 220-221. Mi énfasis.
33
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 5.
106
el sentimiento de superioridad que acompaña a todo ejercicio expansionista,
The evacuation of the city of San Juan, the Spanish stronghold upon the
island, the focal point of Spanish people and Spanish influence, was the
closing of the gate of an old homestead which has seen generation after
generation come and go for four hundred years. The mortgage upon the
broad and fertile acres has been foreclosed by the operation of that
inexorable law which says: “That which a man soweth, that shall he also
reap”. The property passes into the hands of others who, it is much to be hoped,
will deal widely and honestly with it.34
curso de los eventos; pero también resaltan las alusiones bancarias, por eso de
estos textos como parte del paisaje, un recurso más de la tierra para ponerla a
producir.
americanos y puertorriqueños:
Thus had war and peace joined hands for the advancement of American ideas
and promulgation of American methods. Almost without a jar—certainly
without any appreciable shock to the natives—our officials were installed,
our administration was established, and the confidence of our new
colonists in our integrity perfectly won. So perfect was the ‘entente’
between American and Puerto Rican commissioners, so efficient the
34
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 223. Mi énfasis.
107
officials appointed for the purpose of promoting the evacuation, that by
the eighteenth [of October] our Government was in possession, without
friction, without disturbance, with every evidence of goodwill on both
sides.35
Según esta narración, la guerra y la paz se unieron para permitir la llegada de las
buen ánimo” al lugar que les correspondía en este nuevo orden. La aceptación de
una actividad sencilla, propia de los austeros valores republicanos, que entiende
35
Ober, Puerto Rico and its Resources, pp. 231-232. Mi énfasis.
36
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 6. Mi énfasis.
108
autor entre un “dictador” y un “protector”? ¿Será una cuestión de método o de
“buenas intenciones”?
Para el autor, la ceremonia constituyó “the breaking of the last tie which
has bound the eastern most fertile island of the western hemisphere to a galling
yoke of tyranny and taxation for nearly four hundred years”.37 En esta narración,
Almost at the moment that the brilliant planet Venus shone faintly in the
waning light of evening, a great gun on Morro castle, manned by the men
in blue, belched forth a farewell salute to day. The long white curls of
smoke were wafted westward slowly out to sea, and, as its billows
ascended high in the air, the sinking sun tinted their topmost crest with
rosy light, an omen, it was said, that the black cloud of Spanish cruelty had
passed away, and in its stead had dawned the pearl-and rose-colored promise of
future happines for Puerto Rico.38
Vemos aquí como la idea del nacimiento de una nueva época para la Isla es parte
Delirio tropical
37
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 3.
38
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 8. Mi énfasis .
109
identifican carencias y se adelantan sugerencias de inversión para la explotación
época la idea de que las tierras y los habitantes de la zona tropical representaban
una peligrosa y seductora abundancia que había que domesticar. El trópico era
A finales del siglo XIX y principios del XX, los europeos definieron a los
con la supuesta incapacidad de sus pobladores, quienes eran vistos como vagos,
occidental.
39
Krawiec, “My Place or Yours?”, p. 15.
110
Al comparar a Puerto Rico con las otras Antillas Mayores, Dinwiddie se
muestra decepcionado ya que sus montañas no son tan altas ni su cordillera tan
impresionante. Sin embargo, no puede negar “the lovelyness of this ‘Isle of the
development”. Para ello confía en los amplios recursos tecnológicos que ofrecen,
Nature is really a very kindly dame, after all. Just as she ussually interposes
the relief of unconsciousness when a certain measure of pain is reached by
a sufferer, so, too, in countries where more than a certain degree of active
physical exercise becomes injurious, she interposes a disinclination for
exercise. Speaking perhaps more exactly, in hot climates she makes men lazy.
That is one of her wise provisions for the benefit of the human race. Along
with this disinclination for energetic work, she pours out a lavish bounty
which makes energetic work quite needless.41
falta de voluntad que demuestran sus habitantes. Una vagancia que viene tanto
dama” que, de tantos cuidados ofrecidos, “hace a los hombres vagos”, un aspecto
40
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 9.
111
describirlo hermoso y seductor, pero peligroso para la voluntad del
emprendedor hombre blanco. De esta manera, se construye una vez más una
se perdían las fuerzas físicas, sino también las energías mentales se afectaban
en la región.
41
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 186. Mi énfasis.
42
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 133. Mi énfasis.
112
Whatever may be the result of increased contact between these people
and ourselves, however much or little they may adopt of American
customs and habits in many things which are now widely different, one
thing is quite certain, and that is that any settlers on the island will soon drop
into the prevalent indolence. It is in the air and in the life. For a time it is
possible to fight it, but the conviction grows that ultimately one must
yield to it, and accept mañana as the law of life.43
Se advierte así del peligro que representa el laxo clima tropical para el
Por su parte, Ober señala: “The climate is hot and moist, yet in the main
less injurious to the health of white people than that of adjacent islands”. Dedica
El ser humano, entiende el cronista igual que otros escritores de la época, está
It is easy enough to generalize and say this and that may be raised here,
and that generous nature brings forth her fruits spontaneously, while
indolent man reclines in a hammock and only open his mouth to let them
drop into it. But, while in the main this may be true—that nature is
generous—still, since all men are not vegetarians and can not subsist on
fruits alone, it will probably be found necessary to work for a living here
as elsewhere—that is, if one desires to live well.44
Aquí se hace una distinción interesante con ese que desea vivir bien, puesto que en
esta visión donde el síntoma (la vagancia) es vista como la enfermedad (la
43
Robinson, Porto Rico of To-Day, pp. 161-162. Mi énfasis.
44
Ober, Puerto Rico and its Resources, pp. 44-45. Mi énfasis.
113
condiciones sociales, económicas y políticas en las que vive. También podría
para soportar la humedad y el calor. Sin embargo, y contrario a los otros dos
deficiente nutrición.
45
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, pp. 24-25.
46
Bailey K. Ashford, A Soldier in Science: The Autobiography of Bailey K. Ashford, Colonel M.C.,
U.S.A., San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1998, p. 45.
114
Tropical fue una de las herramientas prácticas e ideológicas de los poderes
industrias.
Para potenciar este desarrollo era muy importante elevar el nivel educativo y la
productividad de la Isla.
47
Para una reseña de la Medicina Tropical en Puerto Rico, véase Rosa E. Carrasquillo, “The
Remaking of Tropical Peoples: U.S. Military Medicine and Empire Building in Puerto Rico,”
Historia y Sociedad, Años XVI-XVII, 2005-2006, pp. 67-96.
115
Robinson percibió esta transformación desde el momento mismo de la
invasión; así lo destaca cuando hace notar lo que significó para Ponce el
acuartelamiento del ejército estadounidense cerca del sector La Playa. Las labores
personas que llegaron con dinero para gastar en los negocios del área,
productivas. Toda esta actividad resultó ser un fuerte estímulo al trabajo pues,
“every available native laborer was set to doing something”.48 Según estas
corporativo; un clima tropical que permitía distintos tipos de siembra, así como
su falla genética (por española y por mestiza), así como la condición climática y
wasted”.50 Los autores destacan que, en términos productivos, la Isla era víctima
48
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 145.
49
“Labor is abundant, and it should be cheap; but its nominal cost would be enhanced by reason
of its inefficiency. A dozen or two of experienced American section hands would do the work of
several scores of jabbering Porto Ricans peons, who have not been trained to regular and
persistent work.” Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 146.
50
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 145.
116
identificado por la vanguardia capitalista, según la explica Pratt. Para ellos, éste
en “our new farm”,51 por lo que recomiendan que fuese la agricultura donde se
It is chiefly to the cultivation of the rich and fertile soil of the island that
we must look for its industrial wealth. There we enter a promising field.
Sugar, coffee, and tobacco are now its principal products, with rum and
Porto Rico molasses as important by-products.52
51
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 150.
117
The island is no place for those who go in the hope of picking up
something to do. None but the capitalist, the investor, or the business man with
money for his business should go to Porto Rico with anything more in view
than an outing or a vacation. As things are at present, there is little enough
to interest the capitalist or the investor.53
Es por esto que esta expansión, aunque territorial, no proveyó abundantes tierras
eran improductivos por la negligencia de los propios habitantes, por lo que era
Lo mismo opinaba Ober cuando advertía que Puerto Rico “is not a wild
country sparcely populated but has a rather dense population”, lo que limitaba
que estas industrias requerían era “skill, capital, and attention”.54 Para Ober, las
importante que tenía Estados Unidos para el dominio de la Isla. “In fact, it will
not take many years to show the wisdom of annexing this tropical territory to the
United States and bringing it under the protecting wing of the American eagle”.55
Debido a su cercanía geográfica, Ober entendía que la región caribeña era parte
52
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 151.
53
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 171. Mi énfasis.
54
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 55.
55
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 44.
118
estadounidense, sobre todo al comparar la anexión de Puerto Rico con la de
Filipinas.56
I should like to emphasize the statement now, and for some time to
come—until Congress adopts new laws for Puerto Rico, and American investors
invade the island and create a demand for clever poor men—it is a good country
for the impecunious to keep out of, however ambitious they may be.57
Dinwiddie, al igual que los demás cronistas estudiados en este capítulo, da por
este caso en la industria agrícola, con la que se lograría el mítico Dorado, “that
phantom which has lured the Spanish race, in centuries past, to its ultimate
en la industriosidad y el esfuerzo.
subsanado con el impulso traído por Estados Unidos, lo que para él implicaba
56
En el Capítulo 1, discuto cómo el dilema imperial estadounidense radicaba en la anexión de
Filipinas, en cambio Puerto Rico era visto por su cercanía geográfica como parte de su zona
“natural” de influencia.
57
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 65. Mi énfasis.
58
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 31.
119
afinidad existente entre lo expresado por los puertorriqueños a través de las
from the robbery, through taxation, of which the island people have been made
necesario para hacer de la Isla un lugar productivo. Por eso, los tres autores
exportación.
El cultivo del café era entonces el más rentable de la Isla, por lo que los
mercancía valiosa. “The coffee of Puerto Rico ranks with the best”, dice Ober.60
59
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 133-134. Mi énfasis.
60
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 63.
61
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 86.
62
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 153.
120
reduciría su dependencia de Brasil, país que dominaba el mercado cafetalero en
ese país. Dinwiddie opina lo mismo: “This coffee is very fair, measured by
compete with the grades of Rio [de Janeiro] so extensively consumed in our
café se refiere, por lo que siguiendo esta lógica, el café de Puerto Rico “should,
los autores en que su país debía ser autosuficiente y satisfacer así las necesidades
percibida, desde los tiempos del exclusivismo mercantil, como una debilidad.
dentro del Puerto Rico americano, más aún cuando se modernizasen, que es
63
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 97.
64
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 99.
121
transformadora lo que prometía una regeneración productiva y, con ella, el
Como sabemos, la historia tomó otro rumbo. A pesar del optimismo de los
colonial no dio trato preferencial al café puertorriqueño, que perdió sus antiguos
ésta, sin embargo, los autores estudiados ofrecieron variados augurios. Robinson,
por ejemplo, aduce que la industria azucarera en Puerto Rico ya no era rentable,
puesto que se podía producir azúcar con menos mano de obra y con menos
requires considerable capital, as each plantation should operate its own mill, and
an area of land must be cultivated which will warrant the erection and operation
of the mill”.66 Ober era más optimista con el futuro de la industria; veía una gran
oportunidad para la expansión del cultivo cañero en los próximos años. Opinaba
American capital may find a profitable venture”.67 Para ello, advierte, era
65
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 98. Mi énfasis.
66
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 152-153.
67
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 58.
122
cultivos con las refinerías, y facilitase la distribución del azúcar a los distintos
mercados.
tecnología se refiere, y subraya que sólo dos haciendas en toda la Isla tenían la
It may be said that most mills are a heterogeneous combination of old and
new machinery in a most incongruous fashion, and that, in consequence,
the mechanical equilibrium of the process is so easily upset that often one
portion of the mill must close down, to wait upon some slow, weak link.68
productivo. Por eso el eslabón débil era un riesgo para la salud de la industria.
Para hacer que esta industria fuera exitosa, había que renovarla con tecnología
68
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 105.
69
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 111.
123
manufacturados en las centrales constituyen un “no inconsiderable return in the
sugar-making business”.70
tabaco puertorriqueño vivía bajo la sombra del prestigio del cultivado y de los
Rico, señala que se cultiva desde hace mucho pero que “the art of curing the
There was little evidence of any effort to so anything more with the native
tobacco than to plant it, let it grow, and after a crude process of curing, to
make it up into a crude cigar, or into the cigarettes which the natives
consume in vast quantity.72
esfuerzos en la isla tropical. Se enfatiza una vez más que hacía falta el impulso
local, para que tuviese la calidad necesaria para agradar al gusto mayoritario y
70
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 105.
71
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 60. Énfasis en el original.
72
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 156-157.
124
Sin embargo, los tres autores escriben confiados en que esta situación de
The change of island ownership will, perforce, cause the current of the
crop—both raw and manufactured—to set towards America’s shores, and,
if our government legislates for open markets, a sharp impetus will be
given to the manufacture of cigars, cigarrettes, and smoking tobacco on
the island, which will redound to the financial benefit of its people.73
Aunque para ello hacía falta convertir a San Juan en una ciudad moderna, y
sobre todo una que aclimatase la oferta gastronómica del país a los gustos
siguiente manera: “The first requisite for the American traveller, a good hotel, is
yet to be built, while the stores and shops, though some of them contain good
dinámico, como el ciclismo, los paseos a caballo por la moderna carretera de San
Juan a Ponce, y, para los más aventureros, por los imbricados caminos de la
73
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 117. Mi énfasis.
74
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 64.
75
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 123.
76
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 67.
125
En el discurso colonial estadounidense, según lo expresaron estos autores,
Gobierno federal acerca de la Isla. La otra es la que advierte Ober, que para que
cualquier empresa tuviese éxito, era necesario superar “the native indolence”
“it would seem to open a profitable perspective for American capital”.78 Es decir,
que si era bueno para el capital americano, era bueno para todos.
La “raza” puertorriqueña
presenta una visión que enfatiza más en lo social. Para él, el principal problema
nociones de una categoría que pretende ser física y observable, pero que detrás
entonces una gran diferencia en las nociones raciales en la Isla y el “color line”
77
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 124.
78
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 61.
126
establecido en Estados Unidos, una sociedad segregada racialmente. Ante la
trata entonces de traducir los términos raciales en Puerto Rico a sus particulares
nociones. Así, los blancos son “whites”, mientras que los pardos son “gray” y los
morenos, “brown” o “swarthy”. Cuestiona los resultados del censo español que
cita, donde se establece que más de la mitad de los puertorriqueños eran blancos:
The above list is probably in error that it includes among the “blancos” a
greater or less number whom we in America would regard as “colored”,
because of some indication of African blood, whether or not that of the
Anglo-Saxon, are not numerous on the island. “White,” from the Spanish
stand-point, includes many of those of that color with which all are familiar
in the faces of some Spaniards, and many West Indians whose veins carry
no drop of negro blood. The group indicated as “pardos” includes those
whom we should class as “mulattos,” while we should probably group
the “morenos” with the “blacks”. The census list enumerates no “blacks,” yet
there are such on the island in noticeable numbers. Race lines are drawn to some
extent, socially; but race lines, as we know them in America, can hardly be said to
exist.80
Puerto Rico entonces se confundían las categorías raciales con las sociales.81
cuestión racial desde una perspectiva que se pretendía científica y que asumió
Jorge Duany entiende que esta diferencia entre las nociones de raza entre
79
Cuando utilizo el apelativo americano, parto del proceso del que hablaba en el Capítulo 1 de
como para definir al otro, se define a su vez a sí mismo. De igual modo, en este discurso que parte
de las poderosas nociones raciales, el gentilicio americano viene cargado con la idea de la
superioridad de su raza.
80
Robinson, Porto Rico of To-Day, p. 194-195. Mi énfasis.
127
unos y otros. En su libro Puerto Rican Nation on the Move: Identities on the Island
and in the United States, afirma que en Puerto Rico se establecieron tres grupos
piel, los rasgos faciales y la forma del cabello, y no resultaban tan importantes los
que se era blanco o no se era. De manera que los hijos producto de “razas”
distintas eran clasificados tan inferiores como su progenitor más oscuro. Esta
numerous repercussions for social analyses and public policy, among the
appropriate way to categorize, count, and report the number of people by race
el que recibían los mulatos. En la Isla eran reconocidos como un escalón social
más alto que los negros y de ahí viene la idea de “mejorar la raza” mediante la
la “one-drop rule”, mulatos y negros son la misma cosa sin importar el fenotipo
de la persona.83
Del mismo modo, en Puerto Rico el concepto de raza está muy vinculado
81
Esta es la premisa que expone Tomás Blanco en El prejuicio racial en Puerto Rico. Tercera edición.
Río Piedras: Ediciones Huracán, 1985.
82
Jorge Duany, Puerto Rican Nation on the Move: Identities on the Island and in the United States,
Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2002, p. 237.
83
Duany, Puerto Rican Nation, p. 240.
84
Duany, Puerto Rican Nation, p. 241.
128
situación en la década del 40 del siglo pasado todavía mostraban fascinación y
frustración por la confusión entre los conceptos de raza, color y clase en la Isla.
varias ocasiones los términos con los que nombraron lo que “no es blanco”.85 Los
con los resultados de los censos de la Isla demuestran parte del choque cultural
considerar étnica, tal vez, nacional. Establece diferencias entre los pueblos latinos
“races that have complexions more deeply dyed than theirs”.87 Pero no toda
mezcla resultaba igual, pues señala que de los mestizajes francés y español
pobladores originales del Caribe, pues no se eliminó del todo el “Indian blood”:
“In other words, there are many half-breeds, or mixed people—mestizos and
85
Duany, Puerto Rican Nation, p. 247. “Colored” en 1899; “Black”, “Mulatto”, “Other” en 1910 y
1920; “Colored”, “Other races” en 1930; “Colored” en 1935; “Nonwhite” en 1940; “Negro”,
“Other races” en 1950; y “Black” o “African American” y “Other” en el 2000; en los censos de
1960 a 1990 no se hizo la pregunta.
86
Duany, Puerto Rican Nation, p. 252.
87
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 162.
88
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 162.
129
mestizas—who can trace connections, more or less remote and uncontaminated,
Esta visión parte de la premisa de que cada etnia o nación tiene una
esencia particular que se transmite a través de los genes del mismo modo que las
la isla de Puerto Rico, la cuestión racial era demasiado complicada para los
ende de temperamentos étnicos o nacionales, entre los nativos isleños era amplia y
variada:
Add to these the Africans, the Majorcan Jews, and the Canary Islanders,
who have been brought here at one tune or another, and the various half-
castes resulting from the mingling of these bloods with the Spanish, and one
may not wonder that of the total population of Puerto Rico pretty nearly
one half is something else than Castilian, pure and undefiled.90
Sin embargo, enfatiza en que “the majority of people other than of Spanish birth
can point to the Dark Contintent as the home of their ancestors”.92 Con este
89
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 162. Énfasis en el original.
90
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 162-163.
91
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 160. Mi énfasis.
92
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 163.
130
énfasis en la objetividad numérica, Ober trata de acercar a la mayoría de la
bajo el lema de quién soy yo para juzgar, determina “objetivamente” que de las
relaciones interraciales no salen familias como “dios manda”. Del mismo modo
puede verse la metáfora del business, porque quien no atiende a su familia con
gobernar un país. El resultado es, para este autor, una sociedad irresponsable e
aprendiese a gobernarse.
de que los “Puertorriqueños, as a people, are devoid of moral instincts, [and are]
eran:
good workers, for folk of simple mind, when labor presents itself; they are
abstemious, with few exceptions, and do not paint the town red; their
93
Ober, Puerto Rico and its Resources, p. 163-164. Mi énfasis.
131
moral instincts are not of the highest, but they much excel our bad classes in
moral feeling; immorality exists, but there are no seething seas of
indecency.94
para la americanización. Reconoce, sin embargo, que será una tarea muy difícil
94
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 166. Mi énfasis.
95
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 166.
96
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 166. Mi énfasis.
132
Si el puertorriqueño dócil brindaba posibilidad de su redención, la nación
americana era la promesa de ella, porque representaba todo lo que es “just and
grand and righteous”. Y si la nación tutora demuestra ser austera con su poder y
logra imponer los métodos de libertad, confiaba Dinwiddie en que Puerto Rico
trained in new methods of freedom, may, for the first time in three centuries,
enjoy the sweets of liberty”.97 Porto Rico sería la moderna tierra prometida, según
“possesses the inherent ability to learn readily and looks forward to schooling as
a pleasure”. Afirma que era fundamental para el nuevo régimen elevar el nivel
intelectual “from an almost bestial condition to a point where the people will
become average thinking citizens of the United States”. Pero que esta misma
ignorancia era también una ventaja pues significaba que los prejuicios políticos,
podrían encontrar la ruta del progreso, “promise of which is held out to them by
soberanía ofrecen una primera mirada a Puerto Rico desde la visión del
97
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, p. 166. Mi énfasis. Esta idea del puertorriqueño dócil tendrá,
como veremos más adelante, una importante repercusión en los ensayos de identidad
puertorriqueña.
133
americano. Para ellos, la americanización era una poderosa energía, la mejor
la americanización será una fe que los puertorriqueños tendrían que abrazar sin
civilización.
98
Dinwiddie, Conditions and Posibilies, pp. 202-203.
134
Capítulo: 4:
La americanización por conversión: discurso colonial estadounidense en
Puerto Rico (primera década del siglo XX)
económicos, políticos y militares.1 Ante los ojos del gobierno norteamericano, los
sido descrita por Arturo Morales Carrión como de “tutelaje colonial” durante la
puertorriqueños.2
Isla.3 Esta imposición era importante para el poder metropolitano que quería
1
Sobre los aspectos militares de la americanización, véase a Jorge Rodriguez Beruff, Política
militar y dominación. Puerto Rico en el contexto latinoamericano, Río Piedras: Ediciones Huracán,
1988; Humberto García Muñiz, La ayuda militar como negocio: Estados Unidos y el Caribe, San Juan:
Ediciones Callejón, 2002.
2
Arturo Morales Carrión, Puerto Rico: A Cultural and Political History, New York: W.W. Norton &
Company, Inc., 1983, Parte II: “The Struggle for Identity”.
3
Sobre la americanización en Puerto Rico, véase: José Manuel Navarro, Creating Tropical Yankees:
The “Spiritual Conquest” of Puerto Rico, 1898-1908, Disertación doctoral, University of Chicago,
1995; María del Pilar Argüelles, Morality and Power: the US Colonial Experience in Puerto Rico from
1989 to 1948, Lanham, MD: University Press of America, 1996; y Peter Steven Gannon, The
garantizar un funcionamiento social más eficiente, que facilitase la extensión del
inglés.
136
Las Iglesias evangélicas fundadas en la Isla respondieron a las necesidades
cual pensaban que se lograría el tan ansiado gobierno propio y el libre comercio
5
Sobre la americanización y la religión protestante, ver Samuel Silva Gotay, Protestantismo y
política en Puerto Rico, 1898-1930: hacia una historia del protestantismo evangélico en Puerto Rico, Río
Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1997.
6
Edgardo Meléndez, Movimiento anexionista en Puerto Rico, Río Piedras: Editorial de la
Universidad de Puerto Rico, 1993, p. 37.
7
Meléndez, Movimiento anexionista, p. 37. Añade: “El proyecto definió la estadidad dentro de la
concepción de “patria regional” y legitimó, a su vez, el intento de los sectores dirigentes del
partido por controlar los asuntos internos de la Isla”. La americanización, o americanismo para
los republicanos, "significaba la forma de transformar la sociedad puertorriqueña para progresar
social, económica, legal y políticamente”, en Gonzalo Córdova, El ideal estadista en Barbosa y
Martínez Nadal, Puerto Rico: s.e., 1994, p. 6.
137
Algunos funcionarios y políticos norteamericanos en ocasiones favorecieron
pero sin comprometerse con ninguna de las fórmulas. Por eso en la redacción de
las leyes Foraker y Jones no existe nada que supusiera una obligación con la
Rico.9
productivo que permite y propicia las progresistas ideas liberales. Es por eso,
como indica Lanny Thompson, que los tres pilares de la americanización fueron: la
8
Gervasio L. García y Ángel Quintero Rivera, Desafío y solidaridad breve historia del movimiento
obrero puertorriqueño, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1983, pp. 31-34.
9
Córdova, Resident Commissioner, p. 95.
10
Lanny Thompson, Imperial Archipielago: Representation and Rule in the Insular Territories under
U.S. Dominion after 1989, Honolulu: University of Hawai’i Press, 2010, p. 147.
138
Historias de americanización
ideológicos con que las nuevas crónicas sustentaron sus análisis fue el mismo.
Muchos de los funcionarios coloniales que vinieron a Puerto Rico para cumplir
puertorriqueños.
de History of Porto Rico (1903) y Edward Wilson, alguacil del Tribunal Federal en
Puerto Rico, autor de Political History of Porto Rico (1905). Ambos pretenden hacer
el primero, Van Middledyck hace una historia de Puerto Rico durante los cuatro
discute las acciones políticas de los puertorriqueños durante los cuatro años del
gobierno civil. Señala al Partido Federal Americano, luego Unión de Puerto Rico,
ejercicio retórico, como en todas las expresiones del discurso colonial, el sujeto
colonizador.
historia de Puerto Rico en inglés. Es parte de una extensa literatura redactada por
139
autores estadounidenses con relación a sus “posesiones insulares” con la
Cancel, el texto sobre Puerto Rico sugiere que la expansión hacia la Isla “debía
ser interpretada como parte del proceso natural de crecimiento de aquella nación
11
Mario Cancel, “La arquitectura historiográfica en The History of Puerto Rico (1903) de Rudolph
Van Middledyck”, en Porto Rico: hecho en Estados Unidos, José Anazagasty Rodríguez y Mario
Cancel, Cabo Rojo: Editora Educación Emergente, 2011, p. 51.
12
Además del libro de Van Middledyck sobre Puerto Rico, se publicó un libro sobre la compra de
la Luisiana y otro sobre la adquisición del territorio del valle de Ohio. Parece que no se publicó
ningún otro título, Cancel opina que debido a la “devaluación de la idea del imperialismo
durante la Primera Guerra Mundial en el discurso público de la nación, acorde con el idealismo
de la administración Wilson”, en “Arquitectura historiográfica”, p. 51.
13
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, p. 52. Énfasis en el original.
140
La redacción de este texto parte de la idea de que la relación colonial y su
por ello que la instauración del gobierno civil debía interpretarse como “el fin del
americanización.
14
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, pp. 52-53.
15
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, p. 53. “The trascendental change in the island’s social
and political conditions, inaugurated four years ago, made the writing of an English history of
Puerto Rico necessary. The American officials who are called upon to guide the destinies and watch
over the moral, material, and intellectual progress of the inhabitants of this new accession to the great
Republic will be able to do so all the better when they have a knowledge if the people’s historical
antecedents”. R. A. Van Middledyck, The History of Puerto Rico, Segunda edición. San Juan:
Fundación Puertorriqueña de las Humanidades/Academica Puertorriqueña de la
Historia/Oficina del Historiador de Puerto Rico/National Endowment for the Humanities, 2005,
p. xii. Mi énfasis.
16
Martin G. Brumbaugh, “Editor’s Preface”, en Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. vi.
141
do not suffer from the lack of civilization. They suffer from the kind of
tras la ocupación se “prepara el camino para que el futuro avance” y que ese
American people into the islands of the sea”. Queda plasmada ahí, desde las
altas esferas, la misión que se debía llevar a cabo en el proceso de llevar la verdad
simpatías por los puertorriqueños al dar a conocer sus luchas y esfuerzos por el
progreso, y también constituía una guía para que los que viniesen a ejercer esa
evalúa el devenir de la nueva posesión insular tras seis años del “cambio de
17
Brumbaugh, “Editor’s Preface”, p. vii.
18
Brumbaugh, “Editor’s Preface”, p. ix. Mi énfasis.
142
americanizables, y establece qué faltaba por hacer para conseguir este objetivo. En
siempre justifica las accciones del Congreso con relación a la posesión insular,
Tribunal Federal de San Juan, por lo que se consideraba un testigo de los hechos
que narra. Como narrador se posiciona como un tutor sensible y simpático con el
aprueba, y colabora con, la presencia de Estados Unidos en Puerto Rico. Mas esta
vínculo tan poderoso con el liberalismo de fines del siglo XIX y principios del
XX; como si la economía de mercado fuese el prerrequisito para las otras dos,
19
Peter S. Onuf, Jefferson’s Empire: The Language of American Nationhood, Charlottesville: University
Press of Virginia, 2000.
143
pretendidamente altruistas, es que Wilson entiende que se debe ejercer la
lo espiritual y moral.20
Middledick es una de progreso. Por eso entiende como natural el dominio de las
naciones más poderosas sobre los pueblos más débiles y “atrasados”. Igualmente
natural era la desaparición de los pueblos primitivos como los taínos y caribes o
el cual unos pueblos son más aptos y fuertes que otros, por lo que los más débiles
The Carib strongholds were occupied, and by degrees their fierce spirit
was subdued, their war dances relinquished, their war canoes destroyed,
their traditions forgotten, and the bold savages, once the terror of the West
Indian seas, succumbed in their turn to the inexorable law of the survival of the
fittest.21
20
Aníbal J. Aponte señala que: “En su análisis del proceso político boricua, Edward Wilson
intenta codificar las normas esenciales y las precondiciones para el gobierno popular insular
como un mapa de ruta hacia la consecución de una democracia colonial estable y efectiva. La
consecusión de la estabilidad colonial dependerá, según Wilson, del éxito de una empresa de
entrenamiento cívico-cultural y efectiva socialización política del súbdito colonial
complementada por la liberalización de la sociedad política colonial. De aquí que sea necesario
auscultar el discurso político del otro que se ve en la multiplicidad del uno un reflejo de la
construcción de la imagen de la polis colonial”. En “Descompresión y difusión en el desarrollo
político de Puerto Rico por Edward S. Wilson, 1905”, en “We the People”: la representación
americana de los puertorriqueños, 1926, José Anazagasty Rodríguez y Mario R. Cancel, eds.,
Mayagüez: Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, 2008, p. 61.
21
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 85. Mi énfasis.
144
El autor, desde una postura providencialista, adjudica el descubrimiento
español de estas tierras a una recompensa divina por haber detenido la invasión
lo latino. En ese sentido, Puerto Rico se proyectó como el espacio de lucha entre
22
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, p. 62.
23
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, pp. 62-63.
24
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 186.
145
descripciones del trópico (“the splendid vesture of tropical vegetation”, “majestic
plagas de mosquitos, ratas y mangostas, Puerto Rico era “one of the healthiest
Las síntesis históricas escritas por Wilson y Van Middledyck sobre Puerto
“bendecida”, con clima acogedor y alimentos por doquier, disponibles para sus
cataloga de esta forma a los primeros habitantes del Caribe: los buenos y
sencillos indios de las Bahamas, los belicosos caribes y los más desarrollados
taínos (se refiere a ellos como los Boriquén). Sobre éstos dice:
Their whole appereance betrayed a lazy, indolent habit, and they showed
extreme aversion to labor or fatigue of any kind. They put forth no exertion
save what was necessary to obtain food, and only rose from their
“hamácas” or “jamácas” [sic], or shook of their habitual indolence to play
a game of ball (batey) or attend the dances (areytos) which were
accompanied by rude music and the chanting of whatever happened to
occupy their minds at the time.27
Describe a un pueblo “salvaje”, pero pacífico, que llevaba una solaz vida de
interesante que la descripción que hace de los taínos coincida en gran medida
Del mismo modo, insisten en que en la mayoría de ellos corre sangre boriqueña y
25
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 185.
26
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 190.
27
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 193. Mi énfasis.
146
un vínculo discursivo con las preconcepciones anglosajonas sobre el trópico y sus
are the descendants of the settlers who in the early days of the
colonization of the island spread through the interior, and with the
assistance of an Indian or negro slave or two cleared and cultivated a
piece of land in some isolated locality, where they continued to live from
day to day without troubling themselves about the future or about what
passed in the rest of the universe.28
En esta cita, que parece sacada de la crónica de Fray Iñigo Abbad y Lasierra
sangre y a fuego. “The white man’s coming was as terrible to them as a visit of an
epidemic” –escribió Wilson. “The cross of Christ had brought them slavery,
era común entre los anglosajones, anclada en la leyenda negra, como se referían al
28
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 195.
29
Iñigo Abbad y Lasierra, Historia geográfica, civil y natural de la isla de San Juan Bautista de Puerto
Rico, Madrid: Doce Calles, 2011. Abbad resalta a lo largo de su crónica la improductividad de la
colonia debido a la falta de estímulos comerciales y productivos y a la indolencia y vagancia
congénita, proveniente de los taínos, y la desidia propia de los habitantes del trópico. “Es
constante que estos isleños son naturalmente perezosos y que no serán ricos, mientras no sean
más activos e industriosos, pero si se les reconviene con su desidia, responden que les es inútil
trabajar, pues se les pierden los frutos por no tener compradores”. p. 422.
147
Van Middledyck establece así unos oscuros fundamentos donde predominan
de la misión civilizadora.
nobles, a los conquistadores y a la Iglesia, y a cambio se les pagaba con ropa por
30
Edward Wilson, Political Development of Porto Rico, Segunda edición. San Juan: Fundación
Puertorriqueña de las Humanidades/Academica Puertorriqueña de la Historia/Oficina del
Historiador de Puerto Rico/National Endowment for the Humanities, 2005, p. 11. Mi énfasis.
31
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 5.
148
certero disparo de arcabuz que acabó con la vida del cacique rebelde, que
regulación del trabajo. Sin embargo, entiende el autor que fue la incesante
demanda por oro lo que en realidad movía el deseo del rey Fernando y provocó
la miseria de los indios. Describe el interés del rey en la empresa colonial como:
poisoned source of most of the evils that afflicted the Antilles”.34 Describe una
explotación ausentista que no reparaba en que los indios muriesen, pues lo que
para cumplir con la tarea de traer la civilización a esta esquina del mundo.
32
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 41.
33
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 52.
34
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 57.
35
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 86.
149
La descripción de la violencia de la conquista española es cierta en gran
imperios azteca e inca. Vinieron con los conquistadores muy pocas mujeres, lo
categorías “raciales”.
mayormente por familias que salieron en busca de una mayor libertad religiosa y
nativos fuera muy limitada. Dentro de la visión inglesa, las tierras que fueran
150
con su nomadismo cazador y perecer al margen de la civilización. Hay que
plagas, huracanes y continuas incursiones de los caribes –en alianza con los
poblaron sus islas durante el siglo XVII. Durante esos siglos, España estuvo en
guerra contra casi todas las naciones europeas, lo que aumentó los ataques de los
Puerto Rico, justo a tiempo para repeler los subsiguientes ataques ingleses. Así
siglo español en la isla de San Juan fue un fracaso, pues transcurrió sin comercio,
ni educación, ni carreteras:
All that the efforts of the king and his governors had been able to make of
it was a penal settlement, a presidio with a population of about 400
36
John Mack Faragher, et.al., Out of Many Voices: A History of the American People, Fifth Edition.
Upper Saddle River, NJ: Pearson Prentice Hall, 2006, p. 313-315.
151
inhabitants, white, black, and mongrel. … there was no commerce. There
were no roads. The people, morally, mentally, and materially poor, were
steeped in ignorance and vice. Education was none.37
intervención norteamericana.
Con todo, este autor destaca la lealtad de los isleños, patente durante los
ataques enemigos, sobre todo durante el de Sir Ralph Abercrombie a finales del
siglo XVIII. Tras la exitosa defensa, la Isla obtiene la designación de la “más leal”
fiel a su poder imperial; de igual modo, se dramatiza que ese pueblo no haya
Según The History of Puerto Rico, en el siglo XIX, no pasó de ser a “a fit
se desarrolló puesto que sus habitantes “led a pastoral life, cultivating food
barely sufficient for their support, because there was no stimulus to exertion”.38
37
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 122.
38
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 146.
152
Before the first quarter of the century had passed all the continental
colonies had broken the bonds that united them to the mother country,
and before the twentieth century the last vestiges of the most extensive
and the richest colonial empire ever possessed by any nation refused
further allegiance, as the logical result of four centuries of political,
religious, and financial myopia.39
Van Middledyick resalta las acciones del intendente Ramírez como uno de
estimulados con la Cédula.41 Este punto es importante pues esa “aristocracia” era
apego a las tradiciones españolas. José Luis González parte de la misma premisa
39
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 145.
40
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, p. 62. De igual modo se expresa José Anazagasty con
relación al texto de Wilson: “España era la única responsable de la condición moral e intelectual
de los puertos y Wilson no perdía oportunidades para dejarlo saber, devaluando con insistencia a
los españoles”. José Anazagasty Rodríguez, “’Discordancia al unísono’ en un texto simbólico:
hibridación en Political Development of Porto Rico de Edward S. Wilson”, en Porto Rico: hecho en
Estados Unidos, p. 129.
41
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 159.
153
cuando crítica la idea de que la cultura hacendada del siglo XIX sea el
suscinta, narra cómo unos pocos reformistas liberales fueron sometidos a los
Autonómica, reforma que llegó muy tarde a ofrecer muy poco. Para el autor, la
concesión de la autonomía:
justifica de paso la anexión de la Isla. Resulta interesante que este autor catalogue
42
José Luis González, “El país de cuatro pisos” en El país de cuatro pisos y otros ensayos, Río
Piedras: Ediciones Huracán , 1980.
154
la Carta Autonómica como una burla para los puertorriqueños, cuando ésta
con el cambio de soberanía, en cuya ausencia descansa el mentado trauma del 98.
camino hacia el progreso era certero. Ahora quedó de ellos aprovecharla; del
admite que también hay “Mestizoes, mulattos, and negroes”, mas Van
Middledyck reconoce sin ambages: “we are here concerned with the jíbaro of
“taciturn, and of a sickly aspect”. Los más robustos y saludables los catataloga de
43
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 182. Mi énfasis.
155
atribuye a la falta de higiene y a la exigua dieta de tubérculos y pescado salado,
por lo que “the individuals of the white race is loss of muscular energy and a
partir de la relación con Estados Unidos, educaría a los semibárbaros jíbaros y los
in ten years the Puerto Rican jíbaro will have disappeared, and in his place
there will be an industrious, well-behaved, and no longer illiterate class of
field laborers, with a nobler conception of happines than that to which
they have aspired for many generations.47
década.
agravado por la mezcla racial. Sobre todo porque los primeros inmigrantes
traer familia, se mezclaron sin reparos con indias y africanas esclavizadas. Estos
44
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 196. Mi énfasis.
45
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 197.
46
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 198.
47
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 200.
48
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 202.
156
The result of the union of two physically, ethically, and intellectually
widely differing races is not the transmission to the progeny of any or all
of the superior qualities of the progenitor, but rather his own moral
degradation. The mestizos of Spanish America, the Eurasians of the East
Indies, the mulattoes of Africa are moral, as well as physical hybrids in whose
character, as a rule, the worst qualities of the two races from which they spring
predominate. It is only in subsequent generations, after oft-repeated
crossings and recrossings, that atavism takes place, or that the fusion of
the two races is finally consummated through the preponderance of the
physiological attributes of the ancestor of superior race.49
Así como las “razas” no blancas eran “naturalmente” inferiores a ésta, la mezcla
entre ellas era perniciosa para ambas, pues el resultado era un híbrido
los españoles condenados a los calabozos del Morro, gente de la peor calaña, esto
romanos y francos, pero también otros más oscuros, como los cartagineses, iberos
49
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 201. Mi énfasis.
50
Wilson, Political Development, p. 128. Mi énfasis.
157
dudosa occidentalidad de España. Tara civilizatoria retransmitida a los pueblos,
desde su origen.
The whites are pure Caucasian or Caucasian more or less mixed with
Indian blood. The mulattoes are the mixed races of Caucasian, Indian and
African in various degrees of the latter, and often hardly distinguishiable
from the white race. The blacks are the negroes descended from the slaves
brought from Africa. In respect of race, Porto Rico is the whitest isle in the
West Indies.51
para el americano –en términos raciales–, algo indefinible, pero que podía parecer
blanco. Al mismo tiempo, era importante destacar a Puerto Rico como “la más
blanca” de las islas del Caribe, pues ello constituía un elemento a favor de la
españoles. No tan sólo eso, sino que se muestra pesimista en que esa índole
pueda ser transformada con facilidad: “The Latin-Indian flavor will outlast
51
Wilson, Political Development, p. 129-130. Mi énfasis.
52
Wilson, Political Development, p. 127. Mi énfasis.
158
La precaria condición moral de los isleños derivaba de dos fuentes: de los
soldados y delincuentes. “It was late in the island’s history before the influx of
respectable foreigners and their families began to diffuse a higher ethical tone
among the creoles of the better class”.53 Y esa resulta ser la misma “clase” que se
possibilities began its new career under the tutelage of Spain, whose ideas of
civilization were so blighted by rapacity and murder, that whoever came under
its sway felt the hand of ruthless tyranny”.54 Mas, a pesar de ese legado de
53
Van Middledyck, History of Puerto Rico, p. 202.
54
Wilson, Political Development, pp. 11-12. Mi énfasis.
159
desolación intelectual y moral derivado de la negligencia y la corrupción
government taught them to cheat and steal, for that is what authority, from
Governor General down, had been doing for centuries”.55 La descripción de los
patente. El asunto es que ese cabo resultaba ser el paisaje del 1898”.56 Con este
de superar.
pueblo sentimental que actuaba influenciado por sus emociones. Eso explica,
55
Wilson, Political Development, p. 133.
56
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, p. 58.
160
para él, las apasionadas, a veces sangrientas, campañas políticas de la Isla. Los
moral principle, but from some circumstance that has caught his fancy or
para sí mismos. Advierte al lector que este fallido temperamento isleño no es sólo
que Puerto Rico “has been very unfortunate in its training” al acceder a la
España.58
que lo hace para señalar “a path of duty” para lo que considera que era la misión
proceso que culminaría con la redención del puertorriqueño, que tendría que
57
Wilson, Political Development, p. 130.
58
Wilson, Political Development, p. 131.
59
Wilson, Political Development, p. 133.
161
que la cultura española legó al puertorriqueño porque no le permitía “aspirar” ni
capitalista al destacar que, para cumplir con esta misión, no se bastaba con
It requires more than men of mere business ability to direct the transition
of a people from an oppressive monarchical regime to the broad planes of real
American life. A man must show somewhat, in his own words and deeds,
the high character of his mission. He should be more than a specialist; he
should have more than a certain quality in harmony with the enviroment.
He should be, above all things, a man of positive character, of high
purpose, of courage, of intelligence, a friend of the poor, a despiser of
gewgaws, and a lover of truth and righteousness. The foremost duty of a
North American office-holder in this island is to assist in uplifting the
common masses. Official duty here is more than a business; it is a mission.61
convertirlos en americanos.
60
Wilson, Political Development, p. 78. Mi énfasis.
61
Wilson, Political Development, pp. 88-89. Mi énfasis. De igual modo, podemos pensar que, siendo
él mismo un funcionario colonial, es la manera en que percibía su propio desempeño.
62
Sobre el “agente americanizador”: José Anazagasty Rodríguez y Mario Cancel, editores, “We
the People”: la representación americana de los puertorriqueños, 1898-1926.
162
Wilson advierte que para Estados Unidos era importante desempeñar bien
esta tarea, porque estaba en juego su posición moral ante el mundo. Era
este caso, desde una posición más política que historiográfica). Se plantean dos
cocinados en las altas temperaturas del Caribe tropical, eran un “asunto serio”
Occidente sobre los peligros del trópico. Wilson advierte que será una tarea
difícil de lograr debido a que se trataba de una civilización “of one climate
63
Wilson, Political Development, p. 147. Mi énfasis.
163
directing that of another”, de “two people that are unlike”. Es establecida así una
The continentals who come to Porto Rico to Americanize the island will
after a few years, more closely conform to the Porto Rican civilization than
the insular will to the continental, the danger being that the worst features
will be absorbed in either case.64
ambos casos”. En ese sentido, el trópico es visto como un lugar salvaje necesario
debía realizar en el ámbito nivel productivo (la extensión del capital y de los
64
Wilson, Political Development, p. 127. Mi énfasis.
65
Wilson, Political Development, p. 146. Mi énfasis.
164
jíbaros y la necesidad de atenderla. Son evidentes, por otro lado, la similitudes en
crítica de Van Middledyck a las costumbres del “pueblo”, como el güiro y las
canciones populares, se parece a las que hiciera la clase letrada criolla del siglo
ello afirma entonces que la mezcla de razas es positiva, y se plantea una posible
The blendings of bloods is said to be one of the secrets of American progress and
power. The artic intellect and the tropical soul might improve in each’s
company. There is room for improvement. … The tropics is the region of
emotion. Every man there is an orator or a poet. They talk little in the
tropics; they acclaim.69
Mas esta postura del autor hay que mirarla con sospecha, puesto que el resto del
66
Salvador Brau, Ensayos: (disquisiciones sociológicas), Río Piedras: Editorial Edil, 1972.
67
Iñigo Abbad y Lasierra, Historia geográfica, civil y natural de la isla San Juan Bautista de Puerto Rico.
(Nueva edición, anotada en la parte histórica y continuada en la estadística y económica por José
Julián Acosta y Calbo), s.l.: Ediciones DOCE CALLES /Historiador Oficial de Puerto Rico, s.f.
68
Cancel, “Arquitectura historiográfica”, p. 57.
165
El autor se refiere al contexto estadounidense, donde se dio la americanización
Wilson advirtió de que no todas las mezclas raciales daban buenos resultados,
reafirmaba el “legítimo poder” de Estados Unidos sobre esas islas, que se trataría
con justicia a quienes aceptaran dicho poder y que quienes colaboraran serían
69
Wilson, Political Development, p. 128. Mi énfasis.
70
Wilson, Political Development, p. 129.
71
“Finally, it should be the earnest wish and paramount aim of the military administration to win
the confidence, respect, and affection of the inhabitants of the Philippines by assuring them in
every possible way that full measure of individual rights and liberties which is the heritage of
free peoples, and by proving to them that the mission of the United States is one of
BENEVOLENT ASSIMILATION substituting the mild sway of justice and right for arbitrary rule.
In the fulfillment of this high mission, supporting the temperate administration of affairs for the
greatest good of the governed, there must be sedulously maintained the strong arm of authority,
to repress disturbance and to overcome all obstacles to the bestowal of the blessings of good and
166
(1905) de Edward S. Wilson”, lo entiende como un proyecto de asimilación
era mantenerse así, pues los mestizos y mulatos eran vistos como seres
régimen colonial que tomaría en consideración al otro, pues estaba guiada por
considerada y respetuosa,
should sway in the effort to introduce American ideas and methods in our
new possessions. Here is a system of habit, thought and purpose suddenly
called to supervise the evolution of a social, political and industrial life, that
was fixed centuries before the former appeared.74
stable government upon the people of the Philippine Islands under the free flag of the United
States”. En http://www.msc.edu.ph/centennial/benevolent.html.
72
Wilson, Political Development, pp. 127-128. Mi énfasis.
73
José Anazagasty Rodríguez, “ ‘Discordancia al unísono’ en un texto simbólico: hibridación en
Political Development of Porto Rico (1905) de Edward S. Wilson” en Hecho en Porto Rico, pp. 119-139.
167
por valores superiores a los demás. Es un recordatorio del alguacil federal a
evolución política de Puerto Rico, sobre todo bajo el régimen americano. Para él,
Hay que recordar que ésta se fundamenta en tres pilares: la inversión de capital,
Según la describe Wilson, la ley Foraker era, a pesar de sus evidentes fallas
sistema político estadounidense. Argumenta que lo más importante que esta ley
hizo para los puertorriqueños fue remover la inequidad entre los miembros de la
pesar de ello, “this great advance did not long maintain the attention or secure
74
Wilson, Political Development, p. 127. Mi énfasis.
168
the admiration of the Porto Ricans”.75 Ésta ha de ser la queja principal de Wilson
democrática: “The Porto Ricans has many rights and privileges, but they are half-
quedaron con una limitada categoría sólo reconocida en la Isla. La clase política
republicano –al consolidar a los secretarios del Ejecutivo con la Cámara Alta del
que quedó bajo la vigilancia de los oficiales coloniales y a merced del veto
gobernarse?77
puertorriqueños. Incluso reconoce que esta ley incumplía los nobles propósitos
75
Wilson, Political Development, p. 85. Mi énfasis.
76
Wilson, Political Development, p. 148. Mi énfasis.
77
Wilson, Political Development, p. 86. También se quejaron de que la mayoría de los puestos de
importancia dentro del gobierno eran ocupados por continentales que no sentían amor por la Isla,
ni tributaban localmente para beneficio de su erario. Carmen I. Raffucci de García, El gobierno civil
y la ley Foraker: antecedentes históricos, Río Piedras: Editorial Universitaria, 1981; María Dolores
Luque de Sánchez, La ocupación norteamericana y la ley Foraker: la opinión pública puertorriqueña
(1898-1904), Río Piedras: Editorial Universitaria, 1980; y Lyman Gould, La ley Foraker: raíces de la
política colonial de Estados Unidos, traducción de Jorge Luis Morales. Río Piedras: Editorial
Universitaria, 1975.
169
It contains in its very structure the elements of dissolution, especially if it
is to exist under the flag of the United States which stands for a wholly
different idea, and teaches men a loftier principle. Still, Congress thought it
best to start with merely a probatory state of government, and permit the
conditions existing in the island to direct its evolution.78
Insiste en que los puertorriqueños debían resignarse con las acciones de Estados
Wilson destaca que la ley Foraker será objeto de presión constante contra
oficinas de gobierno más importantes. Para él, ésta molestia era “quite natural”.79
sabiduría del régimen y que sus acciones eran positivas para ellos. Esperen,
déjense educar por nosotros, parece decir, que van a ser mejores. Pero para ello
78
Wilson, Political Development, p. 87. Mi énfasis.
79
Wilson, Political Development, p.124.
80
Wilson, Political Development, p.145. Mi énfasis.
170
era necesario abandonar la pasada vida, inmoral por hispana y mestiza, para
renacer en el americanismo.
debió al deseo mayoritario e histórico a favor del autogobierno: “The desire for
complete home rule is universal. The contention begun at Ponce in 1887 is still
alive”.81 Wilson así lo destaca al comparar las plataformas de los dos partidos
concebido como una nueva etapa con la instauración del Gobierno Autonómico.82
autonomía de Sagasta “was far better”. A juicio de Wilson: “The old Spanish
por este autor constantemente como “reaccionarias”. Esta resistencia creó recelos
81
Wilson, Political Development, p. 145.
82
Manrique Cabrera, Historia de la literatura puertorriqueña, New York: Las Américas Pub. Co,
1956.
83
Wilson, Political Development, p. 67. Mi énfasis.
171
en la administración colonial, que prefería trabajar con los republicanos, que a
pesar de presionar por cambios a la ley orgánica, lo hicieron desde una postura
in the lines a desire for the speedy extension of self-rule to the island”.84 Los
84
Wilson, Political Development,, p. 72.
172
autonomía de Sagasta”. Esta crítica está presente a lo largo del texto de Wilson,
tanto que suena a reproche: “There was a strong suspicion that its sentiment
toward Spain was more than a sacred memory”.86 Del mismo, modo era visto con
sospecha el apoyo de los españoles en Puerto Rico a este partido. Pues a pesar de
comportarse con propiedad y apego a la ley, “their evident sympathy with the
Federals created the impression that that party was un-American, and wanted the
colonia e imperio. Es decir, que las acciones políticas del Partido Federal no
queer that the name of Federal should be chosen since the ruling tenet of their
85
Wilson, Political Development, p. 93. Más adelante destaca: “The administration showed an
appreciation of this attitude by appointing Republicans to official positions”. p. 113.
86
Wilson, Political Development, p. 112.
87
Wilson, Political Development, p. 112. Mi énfasis.
173
political faith was decentralization”.88 Los federales se opusieron a un gobierno
Mientras avanzaba el siglo XIX, el gobierno central fue reclamando mayor poder
sobre los estados, hasta que la relación “federal” entre ellos quedó disuelta con la
Guerra Civil al prohibirse que los estados del Sur abandonaran la “Unión”. De
rechazo de su pupilo:
88
Wilson, Political Development, p. 71.
174
Four years ago, Porto Rico adopted a seal, changing a former one of
ecclesiastical design, to a graceful combination of shield and rising sun,
behind an island in a waste of waters. It was expressive of a new spirit and
destiny under a fairer and freer sovereignity. The last legislature changed this
again to one of Spanish tradition. There was no demand for it. The people
were not thinking about it. The change originated in a whim of somebody,
but it has become a matter of great significance. At the time when another
party comes into power and the air is filled with suspicion and doubt as to
Porto Rican loyalty, a seal, with all the fetiches of the old regime, all the omens
of a reaction, and the badges of church domination, is adopted to take the
place of a seal proclaiming a new day, a new destiny, a new glory for
Porto Rico, under the flag of the United States. The former seal was
American; the new one is Spanish. … The justification that it is preservative of
the historic landmarks is too weak to overcome the insinuation that Porto Rico
prefers Spain to the United States. I don’t think it means all it seems to mean,
but there is no excuse for lugging in an old fetish for the tattered,
sentiment it evokes, especially as it places Porto Rico in a false light and
creates a public opinion to its disadvantage. Porto Rico is deserving of a
better fate than thus to be put in a false light before the world.89
renacer como una nueva persona y americana. El autor, no empece, reconoce que
pero advierte que puede ser “mal interpretada”, justificadamente para él, como
civilización”.
por entender que la división de los distritos electorales no era justa y que fue
89
Wilson, Political Development, p. 110-111. Mi énfasis.
175
hecha para beneficiar al Partido Republicano en las elecciones. Wilson narra el
evento: “Then occurred a dramatic scene. Mr. [de] Diego arose and in a speech of
great fervor expressed his disappointment and sorrow, at the action of the
Council”.90 Sin embargo, Wilson opina que no fue un espontáneo acto derivado
Rivera, who was then the chief of the Federals”.91 Entonces vincula esta actitud a
primer escollo presentado. Más aún, cuestiona la validez de su acto desde la falta
de hombría que significa cumplir con la misión que fue designada para ellos por
90
Wilson, Political Development, p. 91.
91
Wilson, Political Development, p. 92.
92
Wilson, Political Development, p. 92-93. Mi énfasis.
93
Un interesante acercamiento para comprender esta “incomprensión” en los discursos políticos
entre estadounidenses y puertorriqueños podría ser la perspectiva de género como la que
176
The action of the Federals seems so far out of the range of political common
sense, so devoid of sincere patriotic purpose, that any one accustomed to
the ideas and methods of self-government could regard it only as puerile
and absurd. It is this source of conduct more than the statistics of illiteracy, that
builds up the public opinion in the United States, adverse to the introduction of
full self-government in the island. 94
Para el autor este tipo de reacción en el juego político era seña de la mala
votante inmaduro que participa de la política a ejercer la voluntad del líder. Otra
de Luis Muñoz Rivera, líder máximo del Partido Federal. Según el alguacil
federal Wilson, Muñoz Rivera representaba el clásico político con las malas
propone Kristin L. Hoganson, Fighting for American Manhood: How Gender Politics Provoked the
Spanish-American and Philippine-American Wars, New Haven: Yale University Press, 1998.
94
Wilson, Political Development, p. 98. Mi énfasis.
95
Dice sobre el líder criollo: “There is probably nothing in the prospect of Porto Rico, so dark, so
full of peril as the prominence of the eloquent politican. He is very apt to prove the most mignant
curse, among a people so easily affected by florid vociferation and rantankerous rhetoric”.
Wilson, Political Development, p. 130.
96
Wilson, Political Development, p. 43.
97
Wilson, Political Development, p. 67.
177
Esta recia personalidad que buscó el poder con tanta vehemencia generó
controversias con todos los gobernadores militares y civiles hasta entonces.98 Por
Rivera contra el gobierno militar, primero, y luego contra la ley Foraker y los
gobernadores civiles, generaba la impresión de que “his party was not loyal to
como un líder fuerte, tipo caudillo, que concilia mientras se estuviese de acuerdo
con él.100 Lo cataloga como mal administrador, “double crosser” y de librar una
United States — a dream that will never come true”.101 Era la clase de líder que
98
“General Brooks encountered a harder problem than fighting battles with cannon. He found
Muñoz Rivera in office, and tried to utilize him, certainly, without complete success, and yet with
as great efficiency, probably, as he could have done with any other leader”. Añade: “the presence
of [Muñoz] Rivera [en el Consejo Ejecutivo] was a guaranty of incessant turnmoil. Wilson,
Political Development, p. 60. Y sobre los federales señaló: “They critized Governor Allen. They
began to abuse Governor Hunt. … They denounced the Foraker law in bitter language”. p. 113. Mi
énfasis.
99
Wilson, Political Development, p. 67.
100
“The opposition was wholly directed by Muñoz Rivera. His word was law, and yet he was a
poor manager. He was bold in rhetoric but weak in tactics”. Wilson, Political Development, pp. 68-
69.
101
También añade: “It is highly probable that the ranks of the Independence party will increase.
The propaganda has already begun. Muñoz Rivera is at the head of it”. Wilson, Political Development,
p. 126. Mi énfasis.
178
There was no feature of the new organization at which Muñoz Rivera failed to
que “accepted the inevitable with good grace,” aunque no estuviera de acuerdo
estadounidense en la Isla era inevitable, por lo que sólo quedaba, en la visión del
however, they declared with vigor, and truth too, no doubt, and that was their
party was in complete accord with the mission of the United States in Porto
Si, por un lado, para Wilson el liderato del Partido Unión representaba el
Most of the white people, including merchants and professional men, the
people of social position and mild memories of Spain voted for the
Federal ticket. The negroes and colored people generally, the poor and
unfortunate, the crowded denizens of the cities, and a large contingent of
the men who best remembered Spanish cruelty and wanted to stamp out
every vestige of it, voted the Republican ticket.105
102
Wilson, Political Development, p. 104. De hecho, acusa a Muñoz Rivera de afectar la imagen del
Partido Liberal en la capital federal y lo señala como la causa de que éste no sea favorecido por la
administración. “There is no doubt that Muñoz Rivera’s leadership placed the Liberal party, if
not the Liberals personally, in a lukewarm attitude toward the new rulers. And so, the other
faction, the Puros naturally became the administration party and has maintained that relation
until now” (p. 68).
103
Wilson, Political Development, p. 114.
104
Wilson, Political Development, p. 117.
105
Wilson, Political Development, p. 76.
179
Así se establece una importante distinción entre los partidos y a cuáles intereses
régimen (aunque fuese solo a través de “una tibia memoria de España”), es decir,
anclados en un pasado que era necesario superar. Y los otros, los pobres, los
negros, las masas urbanas (“los que mejor recuerdan la crueldad española”),
agente justiciero.
turbas y la violencia política asociada a ellos, son excusados aduciendo que eran
It was the habit under Spanish dominancy for the soldiers and civil guard
to exercise an impertinent authority in assisting the government side at all
elections, and this influence was now employed in behalf of the
Republicans. The police regarded it as one of their duties to keep as many
Federals as possible from voting, by the use of threats, imprisonment and
actual violence.106
representa como volubles y poco aptos para el gobierno. Esto es perceptible, para
Hemos visto que Richard Van Middledyck escribe la historia del arribo de
180
fundamentos de la civilización occidental y encaminar a la Isla por la ruta
mención de que Puerto Rico es una isla agrícola con capacidad para producir
mucho más; y que así lo hará una vez sea administrada y desarrollada con los
se entregaban a la sabiduría del americano. Este resiste, ataca sin medida y sin
justicia. Este autor, más que ningún otro, refleja una especia de retórica religiosa
de las “formas y maneras” de la Gran República. Para ello, tenían que abandonar
106
Wilson, Political Development, p. 115.
181
Capítulo 5:
A man who travels: americanización y discurso colonial en Puerto Rico
(tercera década del siglo XX)
década del 20 se destacó por las rearticulaciones políticas y las alianzas entre los
la AFL, con acceso a los círculos de poder en la capital federal, fue determinante
para el moderado éxito que tuvo la organización obrera en Puerto Rico en aquel
los terrenos agrícolas, lo que limitó el cultivo de otras plantas que suplementaran
obligados a importar los alimentos básicos de su dieta, lo que era causa del alto
trabajadores puertorriqueños.2
atraso económico a la propia indolencia de los isleños. Para ellos, esto era otra
1
Bolívar Pagán, Historia de los partidos políticos (1898-1956), dos tomos. San Juan: Litografía Real
Hermanos Inc., 1959; Gónzalo Córdova, Resident Commissioner Santiago Iglesias and His Times,
Universidad de Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1993; Ángel Quintero
Rivera, Conflictos de clase y política en Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1976; Antonio
Quiñones Calderón, Historia política de Puerto Rico, dos tomos. San Sebastián: The Credibility
Group, 2002.
2
James L. Dietz, Historia económica de Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1984, pp. 96-
152.
183
No empece la aprobación de la Ley Jones como segunda acta orgánica, la
voceada por la élite política puertorriqueña. Más conservadora aún fue la actitud
del Negociado de Asuntos Insulares durante los años que estuvo a cargo de “sus
poderes sobre la Isla. La aportación del Congreso a las reformas políticas para
Wilson que se pudieron aprobar las limitadas concesiones ofrecidas por la ley
Jones. Para José Trías Monge, es notable la poca importancia que se le daba a la
Por ejemplo, la ley Jones, que estuvo en discusión durante cuatro años en el
3
José Trías Monge, Historia constitucional de Puerto Rico, Vol. II, Río Piedras: Editorial
Universitaria, 1981, Capítulo XVI, pp. 40-110.
184
Estados Unidos”.4 Así lo expresan Knowlton Mixer en su libro Porto Rico: History
and Conditions (1926), y Richard J. y Elizabeth Kneipple Van Deusen en Porto Rico:
A Caribbean Isle (1931).5 Ambos textos, según afirman sus autores, querían
gestión civilizadora entre los isleños. Estos textos podrían verse como una
de los jíbaros son los “Spanish loyalist”, quienes llegaron a la Isla tras las guerras
“became leaders in politics and commerce and have retained his leadership to
4
Knowlton Mixer, Porto Rico: History and Conditions, Segunda edición. San Juan: Fundación
Puertorriqueña de las Humanidades/Academica Puertorriqueña de la Historia/Oficina del
Historiador de Puerto Rico/National Endowment for the Humanities, 2005, p. vii.
5
Richard J. Van Deusen y Elizabeth K. Van Deusen, Porto Rico: A Caribbean Isla, Edición
Facsimiliar. San Juan: Editorial ICP, 2012. La relación de Richard J. Van Deusen con Puerto Rico
se inició en 1908 cuando trabajó como secretario del Auditor de Puerto Rico. Al siguiente año
ocupó el puesto de Inspector y Secretario del Jefe de la Policía Insular. En 1913 fungió como
Secretario Confidencial del Gobernador Arthur Yager y a partir de 1923 se desempeñó como
Secretario del Gobernador Horace M. Towner. Durante ese periodo se casó con la puertorriqueña
Providencia López Cepero y Paniagua, matrimonio que duró hasta que ella murió en septiembre
de 1922. En 1926 volvió a contraer matrimonio en San Juan, esta vez con Elizabeth Kneipple,
nativa de Marion, Indiana. Elizabeth Kneipple Van Deusen trabajó como maestra de inglés en la
Escuela Superior Central, y dictó cursos de literatura estadounidense y composición en inglés en
la Escuela de Verano de la Universidad de Puerto Rico. No he encontrado información sobre
Knowlton Mixer, salvo que también publicó un libro sobre arquitectura en Nueva Inglaterra. Old
Houses of New England, s.l.: MacMillan, 1927.
6
Mixer, History and Conditions, p. viii. Mi traducción.
185
the present day”.7 Al igual que en el libro de Edward Wilson discutido en el
cambio de siglo y que veía al jíbaro como un noble salvaje que debía ser
inapropiada para la libertad responsable. Esta fue la clase que perdió su posición
Puerto Rico, según el autor, sería que el jíbaro pudiese articular su propia voz.8
esfuerzos para que las escuelas pudiesen llegar hasta las zonas rurales de la Isla.
The “Jibaro” will need the fostering care of a benevolent government for
another generation at least. That he should be left to the explotation of the
city lawyers and politicians is the danger inherent in a too rapid extension of
autonomy.9
7
Mixer, History and Conditions, p. xiv. El autor se equivoca al concebir a los líderes de la Unión de
Puerto Rico como herederos del incondicionalismo español.
8
Este análisis de la política puertorriqueña de principios del siglo XX es parecido a la que
desarrollara Ángel Quintero Rivera décadas después. Véase: Conflictos de clase y política en Puerto
Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1976; Patricios y plebeyos: burgueses, hacendados, artesanos y
obreros: las relaciones de clase en el Puerto Rico del cambio de siglo, Río Piedras: Ediciones Huracán,
1988.
9
Mixer, History and Conditions, pp. xiv-xv. Mi énfasis.
186
La maldad y la corrupción que le adjudica a los políticos puertorriqueños y a la
como del concepto de anti-conquista desarrollado por Mary Luis Pratt, y que
no country in the world has progressed more rapidly in the last quarter of a
century than Porto Rico. Modernity is present in both necessities and luxuries”.10
Rico:
During the last three decades Porto Rico has been not unlike a man who
travels in extreme haste because his goal is important and glorious. The
development of the Island was delayed so long that it must needs
progress by leaps and bounds in order to achieve fully the ways and
institutions of modern civilization. The traveler in his haste must avoid
10
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 8.
187
obstacles: Porto Rico has had to beware of undertaking too many or over-
large projects. Occasionally the man is momentarily halted by some
adversity beyond his control; this he resolutely overcomes and then
proceeds with redoubled purpose. In the past thirty years the progress of
Porto Rico has been several times impeded by serious natural disasters,
such as the hurricane of 1899, the earthquake of 1918, and the hurricane of
1928. From each cataclysm the Island has risen with even firmer resolve
and courage than it evinced before. Nothing can stop the transformation of the
‘Rich Port.’ Nothing can dim the luster of its shinning goal.11
positiva gestión americanizadora en Puerto Rico, pues ella “typify the progress
of Porto Rico, for they have been the means of bringing economical and
Vírgenes a Dinamarca:
11
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 100. Mi énfasis.
12
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 21.
13
Mixer, History and Conditions, p. 17.
14
Mixer, History and Conditions, p. 18. Mi énfasis.
188
Para el autor, la creciente influencia política y económica de Estados Unidos
imperial de toda la región tiene como referencia al más clásico de los imperios, el
romano.
otra vez en el juego estratégico de sus necesidades. Esta realidad no escapó del
ojo de Mixer: “In this scheme of things Porto Rico is bound to play an important
role. Her geographical location plainly makes her the strategic guardian of the
eastern entrance [to the Caribbean]”.15 Vemos en esta cita otro eslabón en la larga
sur del continente y del importante canal de Panamá, así como de los múltiples
Panamericanismo
anglosajona:
Porto Rico is the natural meeting ground for Latin and Anglo-Saxon America
and in this lies our opportunity to strengthen the bond between the
continents, not through the Americanization of the Island, but by making it
15
Mixer, History and Conditions, p. 18.
189
the center of exchange of knowledge between the peoples, the binding link
in the chain of good will uniting two continents.16
comercial; “lying halfway between North and South America and on the way to
the Isthimian Canal, should make it the emporium of the West Indies”.17 Lo
mismo opinan los Van Deusen e incluso ven a la Universidad de Puerto Rico
mantenía su cultura española; “no interference with this tendency has resulted
from the American occupation”.19 Más aún, señala que se había adoptado un
culturales hispanos –con las inconveniencias que eso acarreaba en la visión del
16
Mixer, History and Conditions, p. xv. Mi énfasis.
17
Mixer, History and Conditions, p. 71.
18
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 280. Énfasis en el original.
190
una sociedad híbrida con capacidad de comunicación entre los pueblos del
unite the Anglo-Saxon and Spanish cultures by selecting and interweaving the
best elements of both”.20 Según relata Benner en sus memorias como rector de la
estudios en esas áreas, tanto en Estados Unidos como en Europa. Entre los
19
Mixer, History and Conditions, p. xiv.
20
Thomas Benner, Five Year of Foundation Building: The University of Puerto Rico, 1924-1929, Río
Piedras: Universidad de Puerto Rico, 1965, p. 13.
21
Es necesario destacar la importante relación de la Universidad de Columbia con Puerto Rico, en
este caso con la UPR, al auspiciar y apoyar el desarrollo del Departamento de Estudios
Hispánicos y la Escuela de Medicina Tropical. Uno de las áreas de estudio que queda abierta para
entender la dimensión práctica e ideológica de los esfuerzos de americanización es este tipo de
colaboración de las universidades estadounidenses, así como de las gestiones filantrópicas como
la San Juan Free Library, establecida con fondos de la Fundación Carneggie y la financiación de
los programas salubristas (y también la Escuela de Medicina Tropical) de la Fundación
Rockefeller.
191
dirigiera el Departamento de Estudios Hispánicos, en 1927. Para el Rector, “One
visiting professors from Spain were in constant demand for public lectures in the
Ateneo, the Carneggie Library, the Municipal Theatre and other centers”.23
También el equipo de debate de la UPR viajó por ocho universidades del Norte
en inglés y español; sus tópicos fueron: “That the United States should
esta vez con los estudiantes de la Universidad de Yale, el tema a discutirse fue:
22
Benner, Five Year of Foundation Building, p. 89.
23
Benner, Five Year of Foundation Building, p. 95.
24
Benner, Five Year of Foundation Building, p. 47.
192
los “Borinquen”. Los describe como un pueblo pacífico y agrícola, enfrentado a
más agresivos. Los Van Deusen añaden que, a pesar de su pacifismo, el taíno era
intentaron con los españoles. Desde su perspectiva, resultaron ser una anomalía
Mixer apunta a una reiterada continuidad entre la vida de los jíbaros y los
larga trayectoria en el discurso colonial con relación a Puerto Rico. Sin embargo,
Whatever else it did for the islands and the central American continent, the
advent of the European resulted in the complete extermination of the Borinquen
25
Benner, Five Year of Foundation Building, p. 106.
26
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 26.
27
Mixer, History and Conditions, p. 31.
193
and the reduction of the Carib to a wretched remnant of what had been
one of the purest of American races. 28
Es relevante esta alusión a “una de las razas más puras de América”, aunque no
queda claro a qué se refiere. ¿Más pura porque no se mezcló con otras, o porque
Los Van Deusen narran la clásica historia de la colonia que sufrió de los
vaivenes de la política colonial ante las disputas entre los conquistadores y las
intrigas palaciegas. Los españoles, afirman, “had come to secure gold. They did
not want to farm, or build, or struggle, which has always been the fate of the
28
Mixer, History and Conditions, pp. 27-28. Mi énfasis.
29
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 64. Mi énfasis.
30
Mixer, History and Conditions, p. 32.
194
de trabajo para hacerlas producir. Lo describe como un sistema venenoso que
los nativos de la América del Norte como la que usaron los españoles.
de colonización “Porto Rico still [was] in a most primitive state”.32 Mixer señala
que el saldo del primer siglo en la Isla bajo la administración española fue
the vices which he introduced had succeeded in destroying the native population
and the power of the Island to sustain itself”.33 Así se establece un corrupto
Durante los siguientes siglos, Puerto Rico no fue más que una colonia
31
Mixer, History and Conditions, p. 35.
32
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 67.
33
Mixer, History and Conditions, p. 41.
195
las colonias hispanas en rebelión a principios del siglo XIX. A finales del siglo
XVIII:
The character of the Island was pastoral, and people still lived with the
most extreme simplicity. There was little wealth, and little opportunity to
gain it. This caused a corresponding lack of ambition. … [Spain] had
entirely neglected the economic aspect of this island and continuosly
prevented commercial expansion by placing a ban on all external trade
except with herself.34
del siglo XIX, se presenta la lucha de los liberales puertorriqueños contra las
cubanos. Según Lanny Thompson, la manera en que fueron descritos por los
34
Van Deusen, A Caribbean Isle, pp. 80-81.
35
Lanny Thompson, Imperial Archipielago: Representation and Rule in the Insular Territories under
U.S. Dominion after 1989, Honolulu: University of Hawai’i Press, 2010. Mientras que los
aguerridos cubanos obtuvieron una limitada e intervenida independencia, los moderados
puertorriqueños tuvieron que conformarse con la muy restringida autonomía de la ley Foraker,
levemente ampliada con la ley Jones.
196
thorn in the flesh of the people of the United States”.36 Después de establecer su
admiración por los cubanos y condenar los brutales métodos represivos de los
comerciales en juego: “By the same token business between Cuba and the United
por la lucha de los cubanos contra la tiranía española terminan por enredarse
Para relatar la historia de la explosión del Maine, Mixer cita las razones del
American people that the Maine was destroyed by a submarine mine, exploded
without the authority of the Spanish Government, but the men in Spanish
uniform”, por lo que “America decided that Cuba must be free”.38 Los Van
Deusen, en su relato sobre la campaña de Puerto Rico durante la guerra del 1898,
future by bringing them more and greater liberal reforms”.39 Ambos relatos
repiten el fraseo de la proclama del general Nelson Miles al invadir Puerto Rico
Thus began the United States regime in Porto Rico, and the people of the
Island looked upon the Americans not as conquerors, but as friends who
36
Mixer, History and Conditions, p. 57.
37
Mixer, History and Conditions, p. 57.
38
Mixer, History and Conditions, p. 59.
39
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 101.
197
would shortly carry out their promises of bestowing upon them all the
benefits of their democratic institutions.40
bandera española fue bajada al final del día para no ser izada más. Al siguiente
día ondeó la bandera estadounidense por primera vez frente a muchos “patriotas
del pasado y apenas podían imaginar lo que significaría este cambio.41 Mixer
the Island accepted the sovereignity of the United States, not only with
equanimity, but actually with joy and thanksgiving”. El gobierno militar, “in true
democracia.42
Para Mixer, la inefictividad de la ley Foraker no fue por colonial o por carecer de
40
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 111. Mi énfasis.
41
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 109.
42
Mixer, History and Conditions, p. 64.
43
Mixer, History and Conditions, p. 66. Mi énfasis.
198
para ella debido a su condición de extrema pobreza e ignorancia.44 No obstante,
fe de los oficiales coloniales que las aplicaron. Por ejemplo, los autores de A
Caribbean Isle aceptan que la fusión de las ramas ejecutiva y legislativa, con la
Legistativa, según lo estableció la ley Foraker, causó justo malestar entre los
americana”:
44
“A serious problem still confronts Porto Rico in the mass of its illiterates which must be more
nearly solved before its citizens can claim the rights and privileges of full citizenship”. Mixer, History
and Conditions, p. 247.
45
La describe como una ciudadanía sin valor legal internacional, ni siquiera en Estados Unidos:
“By this act the Porto Rican became literally a man without a country, an inhabitant of an
organized territory of the United States but not a citizen of the United States. The anomaly of the
status with the suggestion of the inferiority which it implied, became the source of dissatisfaction
to the leaders of all parties, after the first two or three years’ experience under the law, and
seriously impeded the progress and development of the Island”. Mixer, History and Conditions, p.
261.
46
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 115. Puntos suspensivos en el original.
199
Del mismo modo, describen los sentimientos de los puertorriqueños como
conflictivos:
Though on the one hand there was a feeling of discontent among the
Porto Ricans at not being permitted to administer their own affairs, on the
other hand they could not help but feel grateful for the stupendous strides
of progress which their country at once began to make under the wise
direction of the capable and sympathetic American officials.47
necesario recordar: Richard y Elizabeth Van Deusen fueron de esos “capable and
las condiciones de la ruralía, pues allí vivían casi todos los puertorriqueños y en
fecundidad de las puertorriqueñas (aunque con una alta tasa de mortalidad) era
47
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 116. Mi énfasis.
200
puertorriqueños. Afirman que en ambos renglones el gobierno colonial había
Education through rural public schools and the scientific war waged
against hookworm are gradually mitigating these two retarding
influences, and in time it is hoped they will turn the great mass of the
rural inhabitants into a healthful, industrious, and inteligent body of
citizens.48
soportó con tenacidad las visicitudes en su ruta hacia el progreso. Este progreso
48
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 170.
49
Mixer, History and Conditions, p. 208.
201
La descripción del jíbaro funciona en estos textos para enaltecer la propia
figura del poder imperial. Ahora que por fin la tierra estaba bajo un cuidado
Puerto Rico. Sin embargo, aducen los cronistas, que no atender esta situación
conllevaba un peligro:
La asimilación del jíbaro se plantea aquí como una necesidad. Mas, no se refería
hacerlo parte de ella como ente productivo y político. También se refiere a que, a
cumplir con esta tarea, de minar la hegemonía que ejercía la élite criolla y
social existente.
chistar este tutelaje. Advierte el autor que esta sociedad de privilegios era otro de
50
Mixer, History and Conditions, p. 208.
202
pública.52 Mixer señala el poder que ejercía la clase dominante como el problema
principal de la Isla, pues era total e interesado, y para ello mantenía a la masa en
separa al jíbaro de la clase hacendada, no solo por su clase sino por su “etnia”,
pues esta élite estaba compuesta de inmigrantes recientes, por lo que “springs
from a different background from the larger proportion of the population which
holds the traditions and habits of life which originated with its Indians, Spanish
jíbaro, Mixer extranjeriza a los hacendados y los coloca en un mismo nivel que
los estadounidenses (por lo menos ante los ojos del lector continental), aunque
redención.
“has emerged the great mass of the jíbaros of today”.54 Especulan sobre la posible
51
Ángel Quintero Rivera, Conflictos de clase y política en Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones
Huracán/CEREP, 1976.
52
Mixer, History and Conditions, p. 211.
53
Mixer, History and Conditions, p. 106.
54
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 159. Énfasis en el original.
203
absorción de los negros (como ocurrió con los taínos) debido a que ya no
Llegó a Puerto Rico como oficial médico del Ejército de Estados Unidos durante
tropics a safe place for U.S. troops, and eventually to cure tropical workers for
militar se casó con María Asunción López Nussa, una puertorriqueña de familia
prominente. Sus hijos nacieron y fueron criados en Puerto Rico, donde residió
55
Sobre este aspecto de los discursos sobre la salud pública y su puesta en práctica, ver Marlene
Duprey, Bioislas: ensayos sobre biopolítica y gubernamentalidad en Puerto Rico, San Juan: Ediciones
Callejón, 2010; Laura Briggs, Reproducing Empire: Race, Sex, and U.S. Imperialism in Puerto Rico,
Berkeley: University of California Press, 2002; y Eileen J. Findlay, “Love in the Tropics: Marriage,
Divorce, and the Construction of Benevolent Colonialism in Puerto Rico, 1908-1910” en Close
Encounters of Empire: Writing the Cultural History of U.S.-Latin American Relations, Gilbert Joseph,
Catherine C. LeGrand y Ricardo D. Salvatore, eds., Durham: Duke University Press, 1998, pp.
139-172.
56
Rosa E. Carrasquillo, “The Remaking of Tropical Peoples: U.S. Military Medicine and Empire
Building in Puerto Rico”, Historia y Sociedad, Años XVI-XVII, 2005-2006, p. 74.
204
hasta su muerte en 1934. De hecho, a lo largo de la narración de su propia
era muy joven, y de madre sureña de una familia venida a menos y muy
moderno Norte y el emocional y religioso Sur. Sin embargo, “[t]his Puritan strain
man could do was to use what he had learned to the benefit of his country”.59
médicas con relación a los gérmenes.60 También lo identifica con la onda neo-
lamarckiana del darwinismo social estadounidense, que creía que los individuos
57
En su autobiografía, Ashford dice, tras concluir un viaje por el sur de España: “… then go home
to Puerto Rico”. Bailey K. Ashford, A Soldier in Science: The Autobiography of Bailey K. Ashford,
Colonel M.C., U.S.A., San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1998, p. 160.
58
Ashford, Soldier in Science, p, 9.
59
Ashford, Soldier in Science, p. 17.
60
Carrasquillo, “Remaking of Tropical Peoples”, pp. 79-80.
205
En la autobiografía de Bailey K. Ashford, A Soldier in Science, son
para un virginiano de finales del siglo XIX. Carrasquillo afirma que su estudio
unexciting a thing as the ordering of two fried eggs may be the occasion of a
la suya como parte de aquélla, la llegada del ejército de Estados Unidos a la Isla
61
Carrasquillo, “Remaking of Tropical Peoples”, p. 74.
62
Carrasquillo, “Remaking of Tropical Peoples”, p. 76.
63
Como parte de un extenso viaje por Europa, Ashford visitó España. Al describir su percepción
de Granada: “There were, we reminded ourselves, two conquest reflected in the fall of Granada—
one, the wresting of control of the lower Spain from the Moor; the other, the conquest of the soul
by the Moor. The imprint of the luxurious lips of the Oriental esthete upon the cheek of the
barbarian remains visible to this day. For much of the nobility of character, reckless bravery, and
fanatical loyalty to his traditions have been inherited by the Spaniard from the Moor, whom he
boasts that he conquered. It has always seemed to me that the finest expression of the Oriental is
to be found in the oval-faced, olive complexioned Moor, that queer mixture of intense
sensuousnes and cold logic. There is something extremely sympathetic to me in the
responsiveness of the Moor to beauty and to truth; but his response to both marred by a certain
harshness and intolerance”. Ashford, Soldier in Science, p. 123-124.
206
relato se inserta en la épica de la ciencia en su expansión por el mundo, como
parte de la misión civilizadora de los países más desarrollados hacia los pueblos
atrasados.
outset, that even though the vast majority of our patients could not read and
write, they and not the phrase-maker would best distribute our ideas”.67
64
Ashford, Soldier in Science, p. 351.
65
Ashford, Soldier in Science, p. 67.
66
Ashford, Soldier in Science, p. 4. Énfasis en el original. La voz narrativa en la autobiografía de
Ashford varía entre la primera y la tercera persona.
67
Ashford, Soldier in Science, p. 67.
207
anything but hard times and bad treatment of the natives, it would be
unwise to risk failure at such a crucial period. I pointed out that if we
succeeded, as we proposed to do, the effect on the rest of the country
would be correspondingly strong.68
This is specially true in this tropics, where by race and climate the full meaning of
liberty still is not fully appreciated; where the chains of feudalism still are
dragged, rusty and here and there broken though they be; where the
Inquisition, long since fallen into desuetude in the land of its birth, still
flourishes in the shape of malicious gossip and the presumption of
unproven intentions. The building up a strong sanitary services, based on
scientific reasoning and not party prejudices and vain imaginings, is here
the most urgent of civic problems.69
intervención norteamericana.
that high mortality and progressive loss of strength and health among the
populace were not visitations of God, were not caused by anything
inherent in climate, but were consequences of a tangible disease,
epidemic, and capable of being cured and prevented.70
68
Ashford, Soldier in Science, p. 56. Mi énfasis.
69
Ashford, Soldier in Science, pp. 86-87. Mi énfasis.
70
Ashford, Soldier in Science, p. 81.
208
En muchos sentidos, desde la perspectiva de Ashford, no sólo se enfrentaba a la
intervención.
Educar y americanizar
quizás uno de los aspectos más complicados del discurso colonial en la Isla.
el gobierno militar:
Almost the first consideration of the Americans, after the signing of the
armistice in August, 1898, was the introduction into Porto Rico of all those
ideas of modern democracy so cherished by and so beneficial to the citizens of the
Northern Republic, and among these ideals there was none it so eagerly
wished to inculcate as that of the free public instruction, on the American
209
plan, which has brought about in the United States the most amazing and
succesfull education progress and results the world has ever known.71
obtener más logros, hacía falta más dinero, mejorar la salud de los niños y
devotos, capaces de comprender “the truly high mission on which they are
embarked and appreciating it, to consecrate themselves to the task, not for one
year but for a period of years”.74 El maestro era esencial pues tenía que ser una
propiciase el proceso civilizatorio– que debía ser “leader of the local community
71
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 266. Mi énfasis.
72
“the Islanders willingly and gladly set aside each year, in the appopriation of their public
funds, an astonishing proportion (32.24 per cent in 1928-29) for educational purposes”. Van
Deusen, A Caribbean Isle, p. 249.
73
Mixer, History and Conditions, p. 228, 236.
74
Mixer, History and Conditions, p. 238.
75
Mixer, History and Conditions, p. 239.
210
desarrollo de las escuelas rurales (“the one social center of the jíbaro, his one open
door to a brighter future!”, afirman los Van Deusen)76, que llevaría a cabo esta
labor misionera:
The school required is not that of the graded system used in the towns but
one whose curriculum is adjusted to the special problems of the country
and whose teacher is fitted by training and experience to become a true
leader of thought and progress in the community. That its salaries must be
higher and an esprit de corps must be developed in the teaching body.77
son los maestros, más que los evangélicos –según los textos aquí consultados–,
Wilson.
Estos textos, sin embargo, afirman que Estados Unidos “had no interest in
del veinte: “The acquisition of English and the conservation of Spanish”. 80 Hay
76
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 277.
77
Mixer, History and Conditions, p. 169.
78
El gobierno colonial colaboró con las misiones protestantes, pero no fue parte de su política
apoyarlos institucionalmente, dada la tradición de separación entre Iglesia y Estado. Hay que
recordar que en la mentalidad estadounidense el catolicismo era una religión antidemocrática y
oscurantista, propia de los pueblos atrasados. No obstante el éxito de las misiones en Puerto Rico,
la religión protestante, como demuestra Samuel Silva Gotay, fue puertorriqueñizada, con el paso de
los años, respondiendo desde la doctrina evangélica (con un histórico fundamento
estadounidense) a las necesidades espirituales de los isleños. Sobre la evangelización protestante
en Puerto Rico y la americanización ideológica, véase Samuel Silva Gotay, Protestantismo y política
en Puerto Rico, 1898-1930: hacia una historia del protestantismo evangélico en Puerto Rico, Río Piedras:
Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1997.
79
Mixer, History and Conditions, p. 234.
80
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 277.
211
un cambio de postura con relación al idioma y la cultura hispana en Puerto Rico,
solidez de sus rasgos hispanos y del idioma español. Me parece que de alguna
manera buscaban reconciliarse con ello y que esto obró en el cambio del discurso
de Puerto Rico establecida por el rector Thomas Benner, lo que le dio una cierta
More and more, progress and education are changing the outward
semblance, but this is no reason why the emotional, artistic or intellectual
values of the Latin temperament should be lost or even that American
habits should be assumed by those to whom they are not congenial. The
Spanish language will, without doubt, persist for many generations. It is to be
hoped that with it will continue the old world flavor which gives the
Island its chief charm to the American traveller.81
cronistas del 98. Pero esta diferencia era positiva en su acepción de rentable –
además del posible vínculo con Hispanoamérica–, pues la Isla se podía vender
como destino turístico para los estadounidenses, quienes podrían disfrutar del
212
Cabe preguntarse a qué se debió la exotización del puertorriqueño y su
De cierta manera lo que parece molestar a este autor (como incomodó a Edward
puertorriqueños era “superficial”, más bien una cuestión material (en el sentido
carácter isleño.
Although for thirty years Porto Rico has been a territory of the United
States, and while there has been some intermarriage, the time has not yet
arrived when any estimate of the influence of the North American racial
strain may be formed. Up to the present the Americanization of Porto Rico
would seem to be purely superficial and external, having to do more with the
manner of living than with the personality of the people.83
81
Mixer, History and Conditions, pp. 118-119. Mi énfasis.
82
Mixer, History and Conditions, p. 107. Mi énfasis.
83
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 161. Mi énfasis. También destacan la poquísima y decreciente
cantidad de “continental Americans residents” en la Isla, lo que constituiría una importante
influencia para la transformación del carácter isleño.
213
Los Van Deusen establecieron una interesante distinción entre americanización y
Aunque unas páginas más adelante afirman otra cosa: “It is true that during the
last thirty years urban life in Porto Rico has become not only modernized but in a
ciudad de Nueva York, así como el flujo de quienes fueron a hacer estudios
puertorriqueña; tal vez por haber vivido y trabajado en la Isla por varios años,
lograron cierta intimidad con ella. No sólo reconocen que “the present-day
language which has ever existed in Porto Rico has appeared with the general
acquisition of English during the past thirty years”.86 Coincide esta década, con
84
Van Deusen, A Caribbean Isle, pp. 164.
85
Van Deusen, A Caribbean Isle, pp. 156-160.
214
La dulce americanización económica
trabajadores (sin incluir a los que trabajan en las industrias relacionadas a la del
las exportaciones. Es por esto que “Sugar, …, dominates the agricultural and
industrial life of the Island and in a large degree controls the welfare of a large
porportion of its inhabitants”.87 Destaca que antes del 1898, la industria estaba en
Central Guánica:
The first and the largest of the modern Centrales to be established with
American capital, was that of Guanica, built on the excellent harbor on the
south coast of that name, at the point, in fact, at which the American
Expeditionary Force made its first landing on Porto Rican territory. Guanica
grinds all the cane in the south west part of the Island from Ponce west,
and has developed a small city of its employeed which is equipped with
hospital, school and libraries, as testimonials to the improved standards of its
founders.89
86
Van Deusen, A Caribbean Isle, pp. 206-207.
87
Mixer, History and Conditions, p. 121.
88
Mixer, History and Conditions, p. 123.
215
erigido en el mismo lugar por donde desembarcaron las fuerzas militares
que más riqueza aportara antes del cambio de soberanía. Para el autor, el
problema de la industria del café eran las pobres carreteras, que dificultaba su
destrucción causada por el huracán San Ciriaco en 1899. Señaló también los
Mixer defiende las acciones del Congreso en favor de los caficultores, pese
a las críticas constantes de los hacendados locales: “Congress came to the rescue
with appropiation and the Insular Government extended the farmer’s loan for
two years and reduced the taxes. Under American rule the industry has
gradually recovered. … but former prices have never been reached”.90 Entonces
evalúa la relación entre los cafetaleros y el Congreso. Recordemos que éstos eran,
89
Mixer, History and Conditions, p. 124. Mi énfasis.
90
Mixer, History and Conditions, p. 144-145.
216
según la historia que nos cuenta Mixer, la élite hacendada conglomerada en el
The planters asked first to be placed on the same basis with the United
States as they were previously with Spain through the imposition of a
duty on all coffee imported in to the United States from foreign countries.
This would tax every coffee drinker in the United States to help Porto Rico. The
second proposal was that the United States should pay a bounty on coffee
imported from Porto Rico, Hawaii and the Phillipines. Neither plan has
appealled to Congress as economically sound, and the industry has had to
develop as it has done, without government aid. There is no doubt that
there is still room for improvement in Island methods and the most
reasonable program would seem to be that which will aid most in
improving the cultivation and marketing so that the output can be
increased and the planters placed on a competitive basis with Venezuelan
and Brazilian coffees.91
liberal económico, que saca al Estado de la ecuación productiva. Por eso la única
salida para los caficultores era volverse más eficientes y creativos para poder
Isla, los Van Deusen describen, en un suscinto informe, la estructura del gobierno
que, lo han hecho a pesar de los errores cometidos, ésta había sido lo mejor
Apunta que desde la instauración de la ley Jones todos los legisladores habían
91
Mixer, History and Conditions, p. 150. Mi énfasis.
217
sido puertorriqueños, excepto uno, Walter Mc Jones.92 También destaca que las
con Estados Unidos. El deseo de integración era tal que ambos partidos políticos
agrupada en el Partido Unión, ese “control moderado” era visto como una
92
Walter McKnown Jones es otro curioso agente americanizador. Oriundo de una familia de clase
media alta de Boston se trasladó a la Isla en 1904 junto a sus hermanas. Gracias a sus contactos
comerciales estableció fincas de diversos frutos en Villalba, municipio del que fue fundador y su
primer alcalde. También fue legislador por el Partido Unión, Carmelo Rosario Natal, La gente de
Villalba en la historia: los forjadores del pueblo, Villalba: Gobierno Municipal de Villalba, 2000, pp.
66-70.
93
Van Deusen, A Caribbean Isle, p. 132. Más adelante asevera que: “the governmental institutions
and the rights and privileges of the people of this somewhat remote island territory compare
favorably with those of the most progressive States of the Union”, p. 157.
94
Mixer, History and Conditions, pp. 73-74. Mi énfasis.
95
César Ayala y Rafael Bernabe describen la encrucijada de los líderes de los Partidos
Republicano y Federal ante la evidente estructura colonial de la ley Foraker en la que la Isla era
una posesión de Estados Unidos, “sin garantía de convertirse con el tiempo en república
independiente o en estado de la Unión”. En Puerto Rico en el siglo americano: su historia desde 1898,
traducción de Aurora Lauzardo Ugarte. San Juan: Ediciones Callejón, 2011, p. 83.
218
Aunque Mixer no describe a los políticos puertorriqueños de la manera
negativa que lo hace Wilson, sí señala que los unionistas no habían abandonado
su deseo por la independencia de la Isla. Esta insistencia era, como en el caso del
este evento como uno que “overstepped the bounds of propriety and legality”.96
actuaban por el bien de las masas. Aunque también hay que preguntarse si el
96
Mixer, History and Conditions, p. 77.
97
Mixer, History and Conditions, p. 77.
219
Según Rafael Bernabe, en Respuestas al colonialismo en la política puertorriqueña,
autonomía.98 Lo cierto es que había varios intereses dentro del Partido Unión. El
Luis Lloréns Torres, abogaban por una actitud drástica de no colaborar con el
régimen hasta que se atendieran sus reclamos. Mientras que el mayoritario grupo
aunque no apoyaba la idea del boicot, decidió usarlo como ficha de tranque para
Los constantes reclamos por mayor poder político eran vistos por la élite
98
Rafael Bernabe, Respuestas al colonialismo en la política puertorriqueña, 1899-1929, Río Piedras:
Ediciones Huracán, 1996, pp. 169-178.
220
“procedido con demasiada rapidez en la concesión a los puertorriqueños, para su
Hawaii and have prevented any such misuse of the power of appropriation”.100
time is the emergence of the Socialist Party as a political force in the Island, as the
only party which did and has, consistenly stood for the needs of the workingman
jíbaro sin antagonizar con los intereses metropolitanos y, de paso, ser entusiastas
Federation of Labor, Samuel Gompers, en una gira por México con la intención de
99
Citado en José Trías Monge, Historia constitucional de Puerto Rico, Vol. II, Río Piedras: Editorial
Universitaria, 1981, p. 24.
100
Mixer, History and Conditions, p. 78. Mi énfasis.
101
Mixer, History and Conditions, p. 81.
102
Emily Rosemberg, Spreading the American Dream: American Economic and Cultural Expansion,
New York: Hill and Wang, 1982.
221
sobre los líderes de la Unión de Puerto Rico de querer la independencia. Y por lo
que la meta final de los unionistas era la independencia y que por eso se
modo, señala a Muñoz Rivera expresando que “the ultimate ideal of the party is
independence in association with the United States”.103 Este autor también resalta
Puerto Rico. Mixer cita a “Mr. Barceló, president of the Senate and the leader of
government which does not interfere with the two sentiments into which people
a los estadounidenses.
control posible permitido por ley; y el del presidente Theodore Roosevelt, que
paciente que quería lo mejor para su aprendiz ente social y político. Bajo su
103
Mixer, History and Conditions, p. 88. También reseña la Convención de Miramar, que postergó
indefinidamente la exigencia de la independencia para concentrar los esfuerzos unionistas en
reformas autonómicas.
104
Mixer, History and Conditions, p. 91.
222
gobernación, durante la liberal administración del presidente Woodrow Wilson,
control did not, however, blind the Governor to the difficulties inherent in Island
no pasa mayor juicio sobre sus acciones; que sólo sirven de coyuntura para
not only because of the lack of tact or political astuteness displayed in the
enforcement, but also because it was soon recognized not only in the
Island but in Washington, as distincltly a step backward. Perhaps a mistake
had been made in granting too much freedom and that too rapidly, but in the
progress of Island affairs, a series of precedents had been established in
the public hearings in Washington of which Governor Reily took no
account. He attempted to obliterate what happened in the past twenty
years and to return at one stride to the point of view of the McKinley
period.106
105
Mixer, History and Conditions, p. 86. Mi énfasis. Truman R. Clark señala que la relativamente
exitosa gobernación de Yager se debió a que, contrario a la mayoría de los funcionarios
continentales, consideró la retórica independentista de los unionistas más bien como un gesto
romántico, pero que no debía ser reprimida, porque entonces al defenderse, se fortalecería. Puerto
Rico and the United States, 1917-1933, Pittsburgh: University of Pittsburgh Press, 1975, p. 48.
106
Mixer, History and Conditions, p. 95. Mi énfasis.
223
De cierta manera Mixer reconoce que fue una equivocación volver a una
pudo haber sido “otorgar demasiada libertad, demasiado rápido” a los ansiosos
The Unionist Party declared war and Mr. Barceló, the president, used his
paper, the Democracia [sic], to discredit every act of the administration,
even so far as to quote articles derogatory to the Governor, from his home
town, Kansas City. The governor retaliated, but the Unionists controlled the
press and managed to confuse the issues so that the great majority of the people
were arraigned in opposition to the administration.107
comparada con una guerra sin cuartel, en la que los puertorriqueños abusaban
Mixer sólo concede errores en la falta de tacto del tutor, no maldad, o que éste
su incapacidad.
107
Mixer, History and Conditions, p. 96. Mi énfasis.
224
distinct volte face on the part of the administration”.108 Alega que Towner
quieted for the time the intense opposition to American control aroused under
inaugural: “all future discussion must start, in the statement that Porto Rico is
permanently a part of the United States”. Mas esto, en opinión del gobernador, no
sus ideales, pues el sistema americano “develops a dual citizenship and a dual
loyalty; that of the state and that of the nation”.110 Se percibe en tales expresiones
“dualidad” del sistema federal americano, en el que era posible ser leal al estado
será utilizada discursivamente en los años veinte como enlace entre las dos razas.
oposición a la presencia Estados Unidos (que no era el caso del Partido Unión).
108
Mixer, History and Conditions, p. 97.
109
Mixer, History and Conditions, p. 99.
225
colonial, a pesar de su estructura liberal, y cómo ésta había servido para facilitar
que expresara desacuerdo con la política imperial era calificada por los
estadounidenses de antiamericana.111
entendía Towner, y el autor parece coincidir con esa estrategia– serviría “to raise
110
Mixer, History and Conditions, p. 102-103. Mi énfasis.
111
Bailey W. and Justine Whitfield Diffie, Puerto Rico: A Broken Pledge, New York: The Vanguard
Press, 1931, p. 44.
112
A lo que añade el autor: “That the need of the Island is greater for this kind of assistance than
any other of the States or for any of the Territories, except Alaska, is beyond question”.Mixer,
History and Conditions, p. 100.
226
Mixer y los Van Deusen opinaban que la presencia estadounidense en
Puerto Rico había sido positiva en todos los aspectos, en particular al “conceder”
occidental.
mítica a la que apelaron los partidos políticos durante buena parte del siglo XX.
Aún hoy, el jíbaro resuena como símbolo de una existencia más “pura” y
113
Mixer, History and Conditions, p. 105.
227
Capítulo 6:
A modo de reflexión final:
lo americano y lo puertorriqueño en los ensayos de identidad en Puerto Rico
En las crónicas aquí estudiadas, hemos visto cómo los puertorriqueños fueron
cultural de la década del treinta, según expresado a través del debate identitario.
liberalismo.
Sin embargo, el 1898 resultó ser una molestosa fecha fundacional –re-
1
María Elena Rodríguez Castro “Tradición y modernidad: el intelectual puerorriqueño ante la
década del treinta”, Op. Cit. Boletín del Centro de Investigaciones Históricas, num. 3, 1987-1988, pp.
45-65.
229
emblemático Insularismo.2 Desde ese momento, todos los intentos de definir a los
Pedreira. El primero fue Tomás Blanco con Prontuario histórico de Puerto Rico, que
según indica el propio autor, fue inspirado por la lectura de Insularismo y tuvo la
conservadoras).3
modernizador del capital y los valores democráticos con los que identificaron a
carácter.6
2
Antonio S. Pedreira, Insularismo, Río Piedras: Editorial Edil, Inc., 1985 [1934].
3
Tomás Blanco, Prontuario histórico de Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1981.
4
Arcadio Díaz Quiñones, "Recordando el futuro imaginario: la escritura histórica en la década
del treinta", Sin nombre, vol. XIV #3 (abril-junio 1984), pp. 16-35; Juan Gelpí, Literatura y
paternalismo en Puerto Rico, Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puero Rico, 1993.
5
Malena Rodríguez Castro, “Piedras y palabras: los debates culturales en Puerto Rico” en Luis
González Vales y María Dolores Luque, coordinadores, Historia de Puerto Rico, Vol. IV de Historia
de las Antillas, Madrid: Editorial Doce Calles, 2013, p. 501.
6
Rodríguez Castro, “Tradición y modernidad”, p. 50.
230
El nacionalismo cultural moderado de los treinta –el dominante en el
padre fundacional del debate, se nutrió de las teorías más conservadoras del
7
Partha Chatterjee, Nationalist Thought and the Colonial World: A Derivative Discourse?,
Minneapolis: University of Minnessota Press, 1995, p. 38.
8
José Juan Rodríguez Vázquez, La nación que no cesa: la nación deseada en el debate intelectual y
político puertorriqueño, 1920-1940, San Juan: Ediciones Callejón, 2004, p. 74. El arielismo, por
ejemplo, fue un movimiento intelectual de gran repercusión en la América hispana. Inspirado en
el ensayo Ariel del uruguayo José Enrique Rodó, presenta una visión idealista de la cultura
hispanoamericana como modelo de nobleza y elevación espiritual en contraposición a la cultura
sensual, materialista y pragmática de Estados Unidos. Propone el desarrollo de valores
espirituales con raíces en el ideal de belleza grecolatino y la caridad del cristianismo católico
como imprescindibles para la formación de una sociedad que fuera moderna y espritual.
Abogaba, además, por la unidad de los pueblos hispanoamericanos como muestra de un
desarrollo espiritual superior. Era un llamado a dirigir la “civilización” hispanoamericana en la
construcción de una Modernidad humana y moral. Para ello era necesario doblegar a dos
enemigos: el interior, la barbarie indígena, negra o mulata; y el externo, el grosero materialismo
pragmático y el consumo hedonista, que acompañaba el expansionismo capitalista
estadounidense.
231
populismo muñocista y la época inaugural del Estado Libre Asociado.9 Para
por la descripción del nuevo poder imperial, más allá de destacar una diferencia
definirse, que en ese “lugar” –al menos– unos y otros estaban en igualdad de
hispana era tan adecuado como el anglosajón para el cultivo de una civilización
moderna.
9
Pablo Samuel Torres Casillas “La escritura de la historia y el discurso liberal-autonomista de la
nación en Puerto Rico (décadas del treinta y el cincuenta)”, Tesis Sometida al Departamento de
Historia, Facultad de Humanidades, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, para
optar por el grado de Maestría en Historia, 1999. En particular el capítulo 2: “La escritura de la
historia de la autonomía anhelada (década del treinta)”, pp. 51-98.
10
Rodríguez Castro, “Piedras y palabras”, p. 501.
11
Pedreira, Insularismo, p. 22.
232
nuestro carácter”,12 enfrentarlo, para darle rumbo a la isla al “garete” hasta el
discutidos– que la causa principal del carácter indeciso del puertorriqueño era la
de determinación para las grandes gestas como pueblo. Identifica, sin embargo,
asimilar con utilidad los rigores del trópico”. Este puertorriqueño esencial “ha
12
Pedreira, Insularismo, p. 23.
13
Pedreira, Insularismo, p. 31.
14
Pedreira, Insularismo, p. 29.
15
Rodríguez Vázquez ubica la participación de Pedreira en este debate para mediar en la
polémica entre Luis Palés Matos y José de Diego y Padró sobre la identidad cultural
puertorriqueña. El primero la declaró afroantillana, mientras que el segundo defendía un
“universalismo”, que más bien era un eurocentrismo hispanista. La nación que no cesa, p. 55.
233
Prontuario histórico evoque la figura del maestro Rafael Cordero, educador de
autonomistas de la segunda mitad del siglo XIX, héroes históricos que mejor
racial; así que describe la convivencia como parte esencial del desarrollo
16
Blanco, Prontuario histórico, p. 63.
17
Tomás Blanco, El prejuicio racial en Puerto Rico. Tercera edición. Río Piedras: Ediciones Huracán
, 1985.
18
Pedreira, Insularismo, p. 34. De esta noción negativa se nutrió René Marqués, como veremos
más adelante.
19
Pedreira, Insularismo, p. 38. Sobre el Tropicalismo, ver Nancy L. Stepan, Picturing Tropical
Nature, London: Reaktion Books, 2001.
234
pueblos tropicales durante la era de los imperios, sostiene que la geografía
territorial “nos privó de las grandes masas de pueblos a las demandas del
20
Pedreira, Insularismo, p. 43. Sin embargo, durante tres de los cuatro siglos de la dominación
española, la queja de los colonos y criollos fue el abandono comercial dentro de las políticas
exclusivistas.
21
Pedreira, Insularismo, p. 44.
22
Pedreira, Insularismo, p. 115. Esta podría interpretarse como un argumento afín a la “brega”,
concepto que propone Arcadio Díaz Quiñones como identidad puertorriqueña en El arte de
bregar, San Juan: Ediciones Callejón, 2001, pp. 19-87. Este ensayo se discutirá más adelante.
23
Pedreira, Insularismo, p. 69.
235
luego manifestarse en lo cultural (y que con la Carta Autonómica pasó a ser
Carta Autonómica del 1897 era la culminación de ese proceso; por eso el cambio
24
Pedreira, Insularismo, pp. 73-74.
25
Manrique Cabrera, Historia de la literatura puertorriqueña, New York: Las Américas Pub. Co,
1956. Malena Rodríguez Castro habla del “estigma del trauma” que se revela en una escritura que
establece una relación guerra-trauma-relato que habla de la incertidumbre de lo nacional según la
describe la modernidad burguesa. Este trauma también se expresa a través del mencionado tropo
arielista de la confrontación entre la “espiritualidad hispano-católica” y el “materialismo
anglosajón-protestante”. En “Piedras y palabras”, pp. 495-499.
26
Pedreira, Insularismo, p. 75. Mi énfasis.
27
Blanco, Prontuario histórico, p. 85. Mi énfasis.
236
de dominación colonial fue visto como una “catástrofe”. Sin embargo, es
desarrollo nacional, o por el poder perdido por el sector hacendado con el que se
Sin embargo, Díaz Quiñones arguye que para Pedreira no hubo trauma
supieron capear los tiempos y las intenciones del invasor, al demostrar excesivo
28
Díaz Quiñones, “Pedreira en la frontera” en El arte de bregar, p. 99. Hay que destacar que este
autor fue muy crítico con la nación propuesta por Pedreira y demás treintistas; sin embargo, en
esta colección de ensayos su énfasis valorativo en la labor intelectual y política radica en la
afirmación misma de la nación, más que en el tipo de nación propuesta en la afirmación. Para una
postura crítica al discurso nacionalista entre algunos intelectuales puertorriqueños, ver Carlos
Pabón, Nación postmortem: ensayos sobre los tiempos de insoportable ambigüedad, San Juan: Ediciones
Callejón, 2002.
237
que se establece una relación entre la guerra y los relatos donde expresan la
ella y por considerarla un medio igualador que acalla a los “mejores”. “No es
29
Rodríguez Castro, “Piedras y palabras”, p. 495.
30
Blanco, Prontuario histórico, p. 107. Una crítica parecida al control colonial de Estados Unidos en
Puerto Rico la hicieron Bailey W. y Justine Whitefield Diffey, Puerto Rico: A Broken Pledge, New
York: The Vanguard Press, 1931.
238
la democracia ha inventado para evitarse las complicaciones que suelen
trópico, también padece del retoricismo, tan común entre los pueblos
o una eventual separación, sino que abogaron por una solución autonómica para
ambos. En Pedreria hay casi una total oposición entre lo americano y la raigambre
hispana de Puerto Rico, a pesar del lugar ambiguo en el que éste se encuentra en
31
Pedreira, Insularismo, p. 83. Énfasis en el original. Rodríguez Vázquez define el perfil
sociopolítico de Pedreira: “Su discurso era el de un intelectual burgués, elitista y antidemocrático,
que adoptaba del liberalismo su concepción reformista y su creencia en el cambio gradual”. La
nación que no cesa, p. 71.
239
el desarrollo de su “alma colectiva”. Considera necesario estimular el desarrollo
desarrollo de la cultura propia a la que tiene derecho Puerto Rico como pueblo
nuestra propia identidad las soluciones que, como comunidad, entendamos son
pertinentes para enfrentar los problemas. Era necesario que se levantase con sus
cataloga a esa juventud como una generación “fronteriza”: entre “la cultura
32
Pedreira, Insularismo, p. 106.
33
Pedreira, Insularismo, p. 147.
34
Blanco, Prontuario histórico, p. 110. Mi énfasis.
240
pensamiento”.35 Propone así la búsqueda de una dimensión puertorriqueña
del Estado Libre Asociado de 1952 (cuya constitución fue firmada el mismo día
cual giró la discusión de la identidad. Sin embargo, el análisis mismo del pasado
depende del telos con que se le mire.36 El análisis propuesto por Pedreira y Blanco
por el discurso oficial del vencedor proyecto autonomista y consagrado con valor
tiene que considerar esta otra fecha (re)fundacional, ya sea para afirmarla,
matizarla o contradecirla.
iniciado por los treintistas con una visión mucho más positiva del
35
Pedreira, Insularismo, p. 145 y 146.
36
Por eso, como discuto más adelante, para el independentista Manuel Maldonado Denis, en
Puerto Rico: una interpretación histórico-social, México, D.F.: Siglo XXI, Editores, 1968, la autonomía
lograda por el ELA es un “retroceso histórico”, mientras que para el autonomista Arturo Morales
Carrión se trata de una culminación.
241
según se desenvolvió durante el siglo XIX, el “siglo creador” de la nación
elaborada por Pedreira al plantear que los habitantes de la Isla fueron entes
elementos claves que caracterizan nuestro ethos popular: una “actitud realista y
37
Discuto esto en “La escritura de la historia de la autonomía lograda (década del cincuenta)”, en
Torres Casillas, “La escritura de la historia”, pp. 97-156.
38
Arturo Morales Carrión, Puerto Rico y la lucha por la hegemonía en el Caribe: colonialismo y
contrabando, siglos XVI-XVIII, Traducción de Joed Arsuaga de Tanner. San Juan: Editorial de la
Universidad de Puerto Rico/Centro de Investigaciones Históricas, 1995, p. 9.
39
Morales Carrión, Puerto Rico y la lucha, p. 24.
242
“fórmulas de convivencia humana” y una “dinámica fusión genética”.41 La
Bajo la nueva soberanía se recomienza la lucha por la autonomía ansiada con las
caracterizó a los héroes autonomistas del siglo XIX, que el autor privilegia en sus
relatos. Por eso en Puerto Rico: A Political and Cultural History, se refiere a los
necesidad del tutelaje impuesto por la relación colonial como paso previo a la
a Estados Unidos con Puerto Rico. En Albores históricos del capitalismo en Puerto
40
Arturo Morales Carrión, Ojeada al proceso histórico de Puerto Rico, San Juan: Editorial del
Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico, 1950.
41
Arturo Morales Carrión, Ojeada, p. 1.
42
En 1954 Luis Muñoz Marín dijo a raiz del ataque nacionalista en el Congreso: “La isla es una
mutación política –quizás también una mutación cultural …es un país latinoamericano
compuesto de buenos ciudadanos de Estados Unidos,”citado por Díaz Quiñones La memoria rota,
Río Piedras: Ediciones Huracán, 1993, p. 140. La idea de mutación sugiere tanto la necesidad del
cambio como de su inevitabilidad.
43
Morales Carrión, Ojeada al proceso, p. 20.
44
Así por ejemplo, el poderoso líder del sindicalismo nortreamericano Samuel Gompers “was a
benign, eager tutor in the labor field”; E. Mont. Reily, gobernador entre 1921 y 1923, representó
uno de los “worst aspects of tutelage”; Theodore Roosevelt, Jr., fue “the most philanthropic and
most dynamic of the tutors”; y Rexford G. Tugwell, “the last of the tutors”, Morales Carrión,
Puerto Rico: A Political, pp. 179, 204, 220 y 249.
45
El término tutelaje colonial parece haberle ganado críticas pues en un artículo posterior explica
que utilizó “el lenguaje de la época”. Ver Arturo Morales Carrión, “La crisis económica de 1913 y
sus consecuencias ideológicas”, Op.Cit.: Boletín del Centro de Investigaciones Históricas, num. 5,
1990, pp. 153-178.
243
colonial en América.46 Desde el inicio de la colonización estuvieron presentes, en
nuestro medio tropical”.47 En ese sentido, Morales Carrión describe a Juan Ponce
Rico, pues hay que recordar la actividad económica, en la idea occidental del
británico. Desde entonces, las Trece Colonias establecieron lazos comerciales con
46
Arturo Morales Carrión, Albores históricos del capitalismo en Puerto Rico, Segunda edición. Río
Piedras: Editorial Universitaria, 1975.
47
Morales Carrión, Albores históricos, p. 39.
48
Morales Carrión, Albores históricos, p. 27. Énfasis en el original.
244
través del contrabando, la práctica del corso y la piratería. Morales Carrión
apunta sobre el origen de la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos: “la
mutación). Sin embargo, al igual que éstos entiende que a través de un ejercicio
ELA como el sistema político que mejor representa la pasividad boricua, ya que
49
Morales Carrión, Albores históricos, pp. 39-40.
50
Morales Carrión, Albores históricos, p. 99.
51
Morales Carrión, Albores históricos, p. 129.
52
René Marqués, “El puertorriqueño dócil (literatura y realidad psicológica)”, Cuadernos
Americanos, #1, enero-febrero de 1962, pp. 144-195.
245
escrúpulos de conciencia”.53 El puertorriqueño es dócil al carecer de fuerzas y
voluntad para resistir las imposiciones del imperio. Además, es débil, ignorante
gemelas”, que parten del mismo impulso autodestructivo.54 Para él las acciones
53
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 160.
54
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 151.
246
del hombre dócil puertorriqueño para que éste acepte, sin escrúpulos, su
los puertorriqueños, una especie de anemia de carácter, que todos los personajes
miedo pueril a tener y mantener como científico, criterio propio”.58 Esta falta de
ser “la más cómoda solución psicológica del hombre débil”. Describe a los
universitarios como una masa inerte “sin vocación científica, ideales, orientación
Quiñones, quien con la metáfora de la brega intenta interpretar con una luz más
55
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 186.
56
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 147.
57
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 148.
58
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 176.
59
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 178.
247
Marqués también identifica un patrón matriarcal, al que describe como
espíritu del puertorriqueño. Tal vez por eso no se molesta en considerar al “otro”
americano, “eso” que amenaza con destruir lo poco que quedaba del
puertorriqueño.
una visión más combativa y con una misión por cumplir. Describe las
60
Marqués, “El puertorriqueño dócil,” p. 164.
248
puertorriqueña para que “cuadre fácilmente dentro de los moldes impuestos por
el colonialismo vigente”.62
carácter esencialmente inmoral y por lo tanto, una condición indigna para vivir.
dominación que atenta contra la identidad del colonizado para hacer suyos los
ansias de “liberación”.
61
Manuel Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación histórico-social, México, D.F.: Siglo XXI,
Editores, 1968.
62
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 6.
63
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 213.
64
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 125. Destaca la labor de los intelectuales
hispanistas –que no necesariamente hispanófilos–, como José de Diego, Rosendo Matienzo
Cintrón, Manuel Zeno Gandía y Luis Lloréns Torres, por enfrentar la “norteamericanización”.
Por otro lado, critica a Luis Palés Matos por “evadir” la realidad al describir al negro carente de
una “concepción social radical” y que por eso terminó refugiado en la poesía erótica (pp. 132-
133).
249
Por medio de la imposición de la ideología de la clase dominante, a
la generación de intelectuales que surgió durante la década del 40, durante los
años de ascenso del populismo muñocista: Jaime Benítez, Rafael Picó y Arturo
y oficiales del régimen que enfatizaron en sus estudios las luchas autonomistas.
acusa de obviar el imperialismo como factor en las relaciones entre Puerto Rico y
Estados Unidos.
las acciones radicales de los nacionalistas durante los 1930 como las que más
65
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 124.
66
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 15.
67
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 121.
250
de las alternativas de estatus) y retrógrada la otra, la que mejor le sirve al
imperio.68
Es por ello que hay en su análisis una valorización positiva de las acciones
extremas para culminar ese proyecto y condena el credo político de Muñoz padre
cimera de la historia isleña en el siglo XX; y por ser quien más luchó por
independentista desde una postura con una división absoluta entre buenos y
las deshumanizantes”.71
68
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 9.
69
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 106.
70
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 107.
71
Maldonado Denis, Puerto Rico: una interpretación, p. 10.
251
independencia el camino.72 Propone un análisis que pretende salir del
islas vecinas y los españoles pobres. Estos formaron el “primer piso” de una
con el auge de la industria de la caña durante la primera mitad del siglo XX que
ocurre la interacción de las dos versiones de la cultura popular, “pero con claro
El “segundo piso”, nos dice, fue construido a principios del siglo XIX,
72
José Luis Gonzáles, “El país de cuatro pisos”, en El país de cuatro pisos y otros ensayos, San Juan:
Ediciones Huracán, 1980.
73
González, “Cuatro pisos,” p. 39.
252
latinoamericanas y europeos no españoles amparados por la Cédula de Gracias
‘puertorriqueñidad’”.75
hacía llamar liberal en su retórica, pero que estaba cargado de una cultura
74
La identificación del jíbaro como el puertorriqueño esencial también fue practicada por los
cronistas de la americanización estudiados en los capítulos anteriores.
253
la de su clase dominante. En cambio, “la otra cultura puertorriqueña, la cultura
sólo entonces, cuando nació el ‘nacionalismo’ de esa clase, o, para decirlo con
más exactitud, del sector de esa clase cuya debilidad económica le impidió
75
González, “Cuatro pisos,” p. 23.
76
González, “Cuatro pisos,” p. 30.
254
entenderla como positiva para la lucha de clases al interior de la sociedad
nacional.
propietaria”.79
defender sus intereses. Mientras que otros autores vieron amenazas al “ser
lucha por los intereses de los grupos sociales oprimidos al interior de la sociedad
o la reaccionaria de Marqués.
77
González, “Cuatro pisos,” p. 31.
78
González, “Cuatro pisos,” p. 34. Énfasis en el original.
79
González, “Cuatro pisos,” p. 36.
255
El cuarto piso es el que supuso la constitución del Estado Libre Asociado,
Durante la última década del pasado siglo hubo un resurgir del debate
sobre la nación. Los ya citados María Elena Rodríguez Castro y Juan Gelpí, y
otros como Silvia Álvarez Curbelo y Luis Felipe Díaz, deconstruyeron desde
80
González, “Cuatro pisos,” p. 41.
81
González, “Cuatro pisos,” p. 43.
82
Silvia Álvarez Curbelo, Un país del porvenir: el afán de modernidad en Puerto Rico (siglo XIX), San
Juan: Ediciones Callejón, 2001, y Álvarez Curbelo y María Elena Rodríguez Castro, editoras, Del
nacionalismo al populismo: cultura y política en Puerto Rico, Río Piedras: Ediciones Huracán, 1993;
Luis Felipe Díaz, La na(rra)ción en la literatura puertorriqueña San Juan: Ediciones Huracán, 2008.
256
las propuestas nacionales de varios intelectuales canónicos puertorriqueños y
caribeños.83
caribeño. De igual modo, los discursos identitarios en Puerto Rico suelen relegar
dos asuntos que este autor considera vitales: la emigración y la cuestión de raza.
contactos en la Isla.
caribeña. Sin embargo, donde Pedreira exigía una cultura fuerte en la que
83
De Arcadio Díaz Quiñones ver: “Recordando el futuro imaginario: la escritura histórica en la
década del treinta", Sin nombre, vol. XIV, #3 (abril-junio 1984), pp. 16-35; “Tomás Blanco: racismo,
historia, esclavitud,” en Prontuario histórico; La memoria rota; “Isla de quimeras: Pedreira, Palés y
Albizu”, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año XXIII (1997), num. 45, pp. 229-246; El arte
de bregar; y Sobre los principios: los intelectuales caribeños y la tradición, Bernal: Universidad Nacional
de Quilmes, Editorial, 2006.
84
Díaz Quiñones, La memoria rota, p. 145.
85
Arcadio Díaz Quiñones, en El arte de bregar; en particular en la primera parte titulada “La
brega”: “De cómo y cuándo bregar”; “La pasión según Albizu”; y “Pedreira en la frontera”, pp.
19-102. En este texto es perceptible una transformación en su análisis sobre la escritura de la
nación. En particular en los últimos dos plantean una valoración positiva de la acción afirmativa
257
su conciencia obrera que sintiera como irremediable la independencia, Díaz
Quiñones propone “la brega” como condición que identifica a una nación
descrita por Marqués, pero sin el menosprecio; más bien se trata de ver una
la política isleña, pudo “negociar con el desmesurado poder del imperio, sin
poder comunicarse con todo el campo social y político puertorriqueño, desde los
irremediablemente hay que asumir si no se quiere ser destruido por la fuerza del
que se separó “la acción del presente de los resultados conflictivos del futuro”,
pero que atenuó el enorme poder colonial.88 Afirma, sin embargo, que el hilo de
de lo nación de Albizu y Pedreira, sin enfatizar en las implicaciones políticas y sociales de ese
discurso de afirmación.
86
Díaz Quiñones, “De cómo y cuándo bregar”, p. 52.
87
Díaz Quiñones, “De cómo y cuándo bregar”, p. 66.
88
Díaz Quiñones, “De cómo y cuándo bregar”, p. 70.
258
Díaz Quiñones plantea que el dilema puertorriqueño no es el del ser, sino
retórico, un trabajo con el lenguaje por parte de quienes hace tiempo dejaron de
ambigüedad del proyecto nacional bajo el ELA con la relación con Estados
89
Díaz Quiñones, “De cómo y cuándo bregar”, p. 41. Énfasis en el original.
90
Díaz Quiñones, “De cómo y cuándo bregar”, p. 48.
259
Es la intención de los ensayos aquí discutidos definir la nación
Puerto Rico, esta identidad está mediada por la presencia de Estados Unidos. Sin
Denis). No es hasta la última década del siglo pasado con La memoria rota que
opinión sobre los llamados nuyorricans era negativa por su forma de hablar el
Muchos de ellos se quedaron a vivir en la Isla o han mantenido fuertes lazos con
ella.
91
Sobre esto sólo conozco dos esfuerzos: de Lynn-Darrel Bender, ed., The American Presence in
Puerto Rico, San Juan: Publicaciones Puertorriqueñas, 1998; y el volumen titulado “Los
260
contestataria.92 Por otro lado, el discurso intelectual de la nación no ha podido
tenido varios tonos, dramas y escenarios que, aunque pocos han sido violentos
(en su sentido extremo), se han dado desde una desigualdad ideológica. ¿Cómo
dominación. De ahí que “lo que importa no es ‘la veracidad’ de determinada idea
de la nación, sino sus efectos políticos”.94 Lo que señala Pabón es que no hay una
“esencia nacional” o una “raza cósmica” que nos haga boricuas aunque
nazcamos en la luna.
Ante los retos que enfrenta lo nacional –sobre todo en el contexto colonial–
261
nación con historia, pero sin Estado, con proyección hacia el futuro? Más
importante aún, ¿cómo movernos hacia una sociedad más abierta, más ética y
más solidaria desde este entorno histórico y geográfico llamado Puerto Rico?
93
Pabón, Nación postmortem, p. 291.
94
Pabón, Nación postmortem, p. 287.
262
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