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JUSTIFICACION

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Marco

 Modelo Instintivista

Este modelo, propuesto por Freud y Lorenz, se basa en un enfoque biológico de la


violencia, en donde esta es un mecanismo instintivo natural del ser humano. De
acuerdo con Velasco “enfatiza el conflicto entre el ello, yo y superyó en los
estadios psicosexuales por los que atraviesa el niño en su desarrollo” [ CITATION
VEL \l 3082 ]. Esto significa que la violencia tiene un contenido inconsciente
(impulsos sexuales y agresivos) con la finalidad de hacerlos conscientes, pero
fundado en una conducta instintiva de sobrevivencia y dominio del contexto en que
se encuentre el individuo.

Esta conducta instintiva presenta el fenómeno de desplazamiento, que consiste en


un mecanismo de defensa mediante el cual “desplaza” la hostilidad hacia otro u
otros.

 Modelo del Trastorno de personalidad antisocial

Este modelo se fundamenta en que dicho trastorno es “una alteración de la


personalidad que se caracteriza por imposibilitar al individuo a tener una
convivencia normal cuando intenta independizarse, (…) describe un patrón de
conducta caracterizado por la falta de remordimiento y una ausencia completa de
restricciones”[ CITATION GAR \l 3082 ]. Las razones de dicha conducta adulta
obedecen, según Vallejo citado por Garzón, a que las personas con dicho
trastorno presentan desde la misma infancia alteraciones y rechazos ante las
normas y reglamentos presentes en la vida cotidiana.

A este tipo de conducta se suman otras con las cuales la refuerza como la mentira
constante, el robo, consumo de estimulantes y sustancias alucinógenas; con las
cuales se crea todo un cuadro de conducta general destinada a la agresión
permanente y el rechazo a las conductas sociales de convivencia. De acuerdo con

Garzón, hay una estrecha relación entre los niños agresivos y los adultos
antisociales, por cuanto éstos tuvieron en su infancia dicha conducta agresiva.
JUSTIFICACION

La violencia sexual contra los niños es una grave violación de sus derechos. Sin
embargo, es una realidad en todos los países y grupos sociales. Toma la forma de
abuso sexual, acoso, violación o explotación sexual en la prostitución o la
pornografía. Puede ocurrir en los hogares, instituciones, escuelas, lugares de
trabajo, en las instalaciones dedicadas al viaje y al turismo, dentro de las
comunidades, en contextos de desarrollo y de emergencia (véase la violencia de
género en situaciones de emergencia). Cada vez más, los teléfonos móviles e
Internet también ponen a los niños en riesgo de violencia sexual, ya que algunos
adultos utilizan Internet para buscar relaciones sexuales con niños. También hay
un aumento en el número y la circulación de imágenes donde se producen actos
de abuso de niños. Los propios niños también envían entre sí mensajes o
imágenes de contenido sexual en sus teléfonos móviles, los llamados “sexting”, lo
que les coloca en peligro de sufrir otro tipo de abuso.

En 2002, la OMS estimó que 150 millones de niñas y 73 millones de niños


menores de 18 años experimentaron relaciones sexuales forzadas u otras formas
de violencia sexual con contacto físico (Estudio de las Naciones Unidas sobre la
violencia contra los niños). Puede que varios millones más estén siendo
explotados en la prostitución o la pornografía cada año, la mayoría de las veces
debido a falsas promesas y un conocimiento limitado sobre los riesgos. Sin
embargo, la verdadera magnitud de la violencia sexual está oculta, debido a su
naturaleza sensible e ilegal. La mayoría de los niños y las familias no denuncian
los casos de abuso y explotación a causa del estigma, el miedo y la falta de
confianza en las autoridades. La tolerancia social y la falta de conciencia también
contribuyen que no se denuncien muchos de los casos.

Las pruebas indican que la violencia sexual puede tener consecuencias físicas,
psicológicas y sociales graves a corto y largo plazo, no sólo para las niñas o niños,
sino también para sus familias y comunidades. Esto incluye los riesgos de padecer
enfermedades, embarazos no deseados, trastornos psicológicos, estigma,
discriminación y dificultades en la escuela.

Como parte del compromiso de UNICEF con la Convención sobre los Derechos
del Niño y la Declaración de Río de Janeiro y el Llamado a la Acción para Prevenir
y Eliminar la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, , UNICEF trabaja
para prevenir y responder a la violencia sexual incorporando a diferentes sectores
del gobierno –la justicia, el bienestar social, la educación y la salud–, así como los
legisladores, la sociedad civil, los líderes comunitarios, los grupos religiosos, el
sector privado, los medios de comunicación, las familias y los propios niños.
UNICEF apoya a los gobiernos en el fortalecimiento de los sistemas de protección
de la infancia a nivel nacional y local, incluyendo leyes, políticas, reglamentos y la
prestación de servicios integrales a los niños que son víctimas de estos hechos.
UNICEF también trabaja con las comunidades y el público en general para crear
conciencia sobre el problema y abordar las actitudes, normas y prácticas que son
perjudiciales para los niños.

Se reportan más de 80,000 casos al año de abuso sexual a los niños/niñas, pero
el número de casos que no se reporta es aún mayor, ya que los niños tienen
miedo de decirle a alguien lo que les pasó y el proceso legal para validar un
episodio es difícil. El problema debe de ser identificado, debe de ponerse fin al
abuso y el niño debe de recibir ayuda profesional. El daño emocional y sicológico
a largo plazo debido al abuso sexual puede ser devastador para el niño.

El abuso sexual a los niños puede ocurrir en la familia, a manos de un


padre/madre, un padrastro, hermano u otro pariente; o fuera de la casa, por
ejemplo, por un amigo, un vecino, la persona que lo cuida, un maestro o un
desconocido. Cuando el abuso sexual ha ocurrido, el niño puede desarrollar una
variedad de sentimientos, pensamientos y comportamientos angustiantes.
No hay niño preparado sicológicamente para hacerle frente al estímulo sexual
repetitivo. Aun los niños de dos o tres años que no pueden saber que la actividad
sexual es incorrecta, desarrollarán problemas como resultado de su inhabilidad
para hacerle frente a la sobre-estimulación.

El niño de cinco años o más que conoce y aprecia al que lo abusa se siente
atrapado entre el afecto y la lealtad que siente hacia esa persona y la sensación
de que las actividades sexuales son terriblemente malas. Si el niño trata de
romper con las relaciones sexuales, el que lo abusa puede amenazarlo mediante
la violencia o negándole su afecto. Cuando los abusos sexuales ocurren en la
familia, el niño puede tenerle miedo a la ira, los celos o la vergüenza de otros
miembros de la familia, o quizás puede temer que la familia se desintegre si se
descubre el secreto.

El niño que es víctima de abuso sexual prolongado, generalmente desarrolla una


pérdida de autoestima, tiene la sensación de que no vale nada y adquiere una
perspectiva anormal de la sexualidad. El niño puede volverse muy retraído, perder
la confianza en todos los adultos y puede llegar a considerar el suicidio.

Algunos niños que han sido abusados sexualmente tienen dificultad para
establecer relaciones con otras personas a menos que estas relaciones tengan
una base sexual. Algunos niños que han sido abusados sexualmente se
convierten en adultos que abusan de otros niños, se dan a la prostitución, o
pueden tener otros problemas serios cuando llegan a adultos.

Muchas veces en el niño no hay señales físicas de abuso sexual. Algunas señales
sólo pueden ser reconocidas mediante un examen físico por un médico.

Los niños abusados sexualmente pueden desarrollar lo siguiente: interés poco


usual en, o el evitar, todo lo de naturaleza sexual, problemas con el dormir o
pesadillas, depresión o aislamiento de sus amigos y familia, comportamiento
seductor, decir que tienen el cuerpo sucio o dañado, o tener miedo de que haya
algo malo en sus genitales, negarse a ir a la escuela, delincuencia/problemas de
conducta, secretividad, evidencia de abusos o molestias sexuales en sus dibujos,
juegos o fantasías, agresividad poco común, comportamiento suicida.

Los que abusan sexualmente de los niños pueden hacer que el niño se muestre
extremadamente temeroso de revelar las acciones del agresor y, sólo cuando se
ha hecho un esfuerzo para ayudarlo a sentirse seguro, puede el niño hablar
libremente. Si un niño/niña dice que ha sido molestado sexualmente, los padres
deben tratar de mantenerse calmados y hacerle sentir que lo sucedido no fue
culpa suya. Los padres deben de llevar al niño para que le hagan un examen
médico y a una consulta siquiátrica.

Los niños que han sufrido abusos sexuales y sus familias necesitan evaluación y
tratamiento profesional inmediato. Los siquiatras de niños y adolescentes pueden
ayudar a los niños que han sido abusados a recuperar su sentido de autoestima, a
sobrellevar sus sentimientos de culpabilidad acerca del abuso y a comenzar el
proceso de superación del trauma. Estos tratamientos pueden reducir el riesgo de
que el niño desarrolle serios problemas cuando llegue a adulto.

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