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TÉCNICAS DEL DIBUJO DE UNA FAMILIA

Esta técnica puede enfocarse como un tipo de test situacional en el que se enfrenta el examinado, no sólo con el
problema de dibujar una persona, sino también con el de orientarse y conducirse en una situación determinada y
adaptarse a ella. En sus esfuerzos por resolver estos problemas la persona se compromete en conductas verbales,
expresivas y motoras. Estas conductas así como el dibujo mismo ofrecen datos para el análisis psicológico.

PROCEDIMIENTO BÁSICO:

En los siguientes párrafos presentaremos el equipo, las consignas, las observaciones y las interpretaciones de la técnica
del dibujo de una persona.

Equipo: El procedimiento básico consiste en entregar al examinado un lápiz blando y un papel blanco de un tamaño de
21cm. x 28cm. aproximadamente. El papel debe estar ubicado al alcance de su brazo de modo que pueda seleccionar la
hoja y colocarla en la posición que prefiera. El escritorio debe tener una superficie lisa e iluminación suficiente. El
individuo debe estar sentado con comodidad, con espacio suficiente para los brazos y piernas. En este momento
desearíamos prevenir contra la práctica frecuente de permitir que el examinado se siente en un costado del escritorio de
tal modo que luego deba girar el cuerpo y los hombros. También es inadecuado utilizar una superficie limitada que
impida que la persona apoye sus brazos en ella. Lo ideal es lograr que el examinado asuma un estado de relajación
habitual de modo que sea posible suponer que cualquier tensión psíquica es endógena y no impuesta por la situación
física externa.

Consigna: Presumiremos que ya se ha establecido el rapport entre examinado y examinador en ese momento el
examinador dice: "Por favor dibuje una persona". Esto puede provocar una cantidad de preguntas tales como: "¿Una
persona entera?", "¿Qué tipo de persona?" y muchas protestas del examinado en relación con su inaptitud artística.
Como respuestas a las clases de preguntas relacionadas con el tipo de dibujo, el examinador debe limitarse a
comentarios muy generales del tipo de "Dibuje lo que prefiera, del modo que prefiera": Si bien esto puede repetirse como
aliento y estímulo no debe darse ninguna otra consigna específica. Como respuesta a las expresiones de duda acerca de
la competencia artística, el examinador puede decir: "No importa, no nos interesa como dibuja, sino que dibuje una
persona": Esto puede repetirse y reformularse, pero no se debe dar ninguna otra especificación.

Llegado a este punto el examinado puede responder de varias maneras, por ejemplo, es posible que dibuje a una
persona completa, una incompleta, apenas un bosquejo, una figura de "palotes", un estereotipo, una representación
abstracta de una persona. También es posible que continué reticente. Cada una de estas formas de comportamiento
contiene información acerca del individuo y no debe considerarse como una perdida de tiempo para el psicólogo clínico
la conducta preliminar al dibujo, la que se produce durante la realización del dibujo y la producción artística resultante
revisten la misma importancia. Si el examinado continua reticente el examinador podrá usar todas las técnicas o formas
de persuasión que conozca pero no dar ninguna información específica adicional. Deberá destacarse que el talento
artístico no es importante y que "cualquier cosa que haga esta bien". He usado este procedimiento con más de 5000
individuos y muy pocas veces me he encontrado con negativas persistentes para dibujar una persona.

Si el examinado dibuja una figura incompleta, se le pide que tome otra hoja y dibuje una completa (el examinador debe
recordar que hay que enumerar las hojas en forma consecutiva). Es necesario explicar que se entiende por figura
completa. Una figura que incluya la mayor parte de las áreas principales del cuerpo, puede considerarse completa. Las
cuatro áreas del cuerpo son: cabeza, torso, brazo y piernas. Si cualquiera de estas áreas está totalmente omitida, la
figura debe considerarse incompleta pero si se omite solo una parte del área como por ejemplo las manos, los pies o
alguna de las partes del rostro, el dibujo está aceptablemente completo.

Si el examinado hace apenas un esbozo, dibuja una figura de "papalotes" o un estereotipo, o una representación
abstracta, se le pedirá que tome una hoja adicional y que dibuje una persona; pero en este caso no se aceptarán ni
estereotipos ni esbozos, (según el caso, y deben repetirse las consignas hasta que resulte un dibujo satisfactorio de la
figura humana).

Después de este procedimiento ya se poseen uno o más dibujos consecutivos numerados, uno de los cuales, por lo
menos, constituye una figura aceptablemente completa. Si dicha figura es un hombre se deberá decir "Esta es una figura
masculina; por favor dibuje ahora una femenina". Si la primera figura es una mujer se dirá: "Ud. dibujo una figura femenina,
por favor dibuje ahora una masculina".
Las reacciones del examinado podrán variar de manera semejante a las descritas previamente y las respuestas del
examinador deberán ser las apropiadas para cada caso.
Observaciones e interpretaciones: Este aspecto de la técnica consiste en el registro de proposiciones descriptivas e
interpretativas acerca de la conducta y de los dibujos del examinado.

Conducta:
La conducta del examinado puede describirse en relación con sus aspectos verbales, motores y de orientación. Se lo
enfrenta con una situación de forma inestructurada. ¿Cómo se orienta? ¿Expresa una gran necesidad de consigna? y, si es
así, ¿Expresa esa necesidad directa y verbalmente o indirectamente, mediante movimientos expresivos y actividades
motoras?, ¿Se entrega a la tarea con comodidad y confianza?, ¿Expresa dudas con respecto a su habilidad?, y, en ese
caso, ¿Las expresa directamente o indirectamente, verbalmente o por medio de la actividad motora?, ¿Se muestran
inseguros, ansiosos, relajados, jocoso, conciente de sí mismo, cauteloso, impulsivo? Un psicólogo astuto es el que puede
formarse una impresión bastante clara del examinado mediante su conducta preliminar.

Análisis del dibujo:


En los párrafos siguientes describimos los pasos del análisis, además de ofrecer otras informaciones relevantes y
presentar algunos dibujos. Los dibujos sólo se reproducen con fines ilustrativos y no como prueba de los principios
interpretativos
Secuencia de la figura:

¿Qué dibuja primero el examinado: el hombre o la mujer? De 5,500 adultos un 89% dibujo primero la figura de su propio
sexo. Entre estos 5,500 dibujos, los había de estudiantes universitarios, secundarios, y de pacientes clínicos, de pacientes
de hospitales neuropsiquiatricos y de pacientes en tratamiento psicoanalítico y psicoterapéutico si se consideran por
separado los 280 dibujos que hicieron los pacientes internados, en clínicas y hospitales, el porcentaje de los que primero
dibujan el propio sexo se reduce al 72% de este último grupo.

La mayor parte de las investigaciones consignadas en la literatura verifican el hecho de que:


1.- La gran mayoría de los individuos dibujan primero figuras de su propio sexo.
2.- La incidencia de desviaciones de esta regla es mayor entre los sujetos que solicitan o requieren tratamiento
psicoterapéutico.

En los porcentajes reales que se han consignado existen ciertas variaciones.

He observado que en mi colección de dibujos dicha variación en general está en función:


1.- Del tipo de población que se ha tomado (al azar, clínica).
2.- Del tamaño de la población que se ha tomado.
En 1,500 dibujos, el porcentaje era del 18% sobre cada 100 dibujos consecutivos. Cuando la colección llego a poseer
4,000 dibujos, la variación se limitó al 5% más o menos. Aún no se ha establecido el porcentaje del grupo clínico y del
grupo hospital.

De 16 homosexuales manifiestos 13 dibujaron primero la figura del sexo opuesto

Estos dos hechos indican que lo común es que se dibuje primero la figura de su propio sexo, y que es posible que un
pequeño grupo seleccionado de homosexuales dibuje primero la figura del sexo opuesto. Pero esto no significa que todo
individuo que dibuja primero la figura del sexo opuesto sea un homosexual o un neurótico. Los psicólogos clínicos con
experiencia saben lo peligroso que resulta aplicar generalizaciones normativas a un individuo. Lo válido es preocuparse por
observar las razones por las que un examinado dibuja primero el sexo opuesto, pues constituye un procedimiento atípico.

Algunas de las explicaciones que he encontrado para los casos mencionados anteriormente, en los que la primera figura
dibujada era del sexo opuesto, son los siguientes: inversión sexual; confusión de identificaciones sexuales; gran
dependencia del padre del sexo opuesto o intensa fijación a él, gran dependencia de alguna otra persona del sexo opuesto
o intensa fijación a ella; regresión a un estadio de narcisismo primario en el que se es "uno con la madre" (vease el caso
del Sr. P.). Quizás existan más explicaciones aún.
Hay veces que los examinados verbalizan su indecisión, haciendo preguntas del tipo de: "¿Qué sexo dibujo primero?". El
clínico debe considerar la posibilidad de que este tipo de preguntas, indiquen confusión con respecto al rol sexual.

Las figuras 3A, 3B. y 3C. fueron dibujadas por homosexuales manifiestos; la figura 3D, por un individuo que había tenido
experiencias homo y heterosexuales. La figura 4 corresponde a una persona que desarrolló como defensa, la fantasía
inconsciente de estar castrada y de poseer órganos femeninos.
Descripción de figuras:
He observado que mediante la simple descripción de las figuras es posible captar aspectos muy aclaratorios. Los
siguientes son ejemplos de comentarios descriptivos:

Figura 3A: "Esta es una bailarina de ballet musculosa; en posición de puntas de pie, con el pie izquierdo extendido
horizontalmente": El paciente era un homosexual "activo, agresivo".

Figura 3B: "Esto parece un acróbata con las rodillas un poco dobladas, en una posición semejante a la que asumen los
bailarines cuando están por recibir a la compañera. Aparentemente, está desvestido, con excepción de la malla. Los rasgos
faciales están omitidos". Este paciente era un homosexual pasivo.

Figura 5: "Este es un dibujo muy raro. El paciente que lo dibujó era un esquizofrénico ambulatorio cuya relación con el
mundo y con los demás era vacía, amanerada y llena de clisés. Quienes lo conocían lo describían a menudo como "irreal y
muy afeminado".

De acuerdo con las experiencias de la mayoría de los psicólogos clínicos, todos los individuos, hasta los incultos e
inexpertos, e incluso los niños pequeños, transmiten ideas expresivas cuando dibujan figuras. Por ejemplo, es interesante
observar que la persona que dibujó la figura 6A. y 6B. protestaba porque: "Nunca fui capaz de dibujar nada; simplemente,
no sé dibujar" Luego en el comentario que hizo, describió a su padre, Juan, de la siguiente manera:
>Un hombre muy severo al que le gustaba salir vestido de etiqueta. Siempre era minucioso con su persona. Insistía
en que las cosas debían hacerse correctamente y en el tiempo preciso. Criticaba a quienes hacían las cosas por diversión,
o simplemente, por gusto, Margarita, figura 6A, es una chica joven que en la realidad no tiene ese aspecto que posee en el
dibujo>

Pero así la hacia sentir Juan: como si su vestido de noche fuera de entresaca. Ella dudaba de acompañarlo a las funciones
por temor a ser criticada.

Es interesante observar que, a pesar de las reiteradas protestas de la paciente, con respecto a su poca habilidad para el
dibujo, sus dos figuras, transmiten con gran claridad y economía, sus sentimientos acerca de sí misma y de su padre.

Es difícil formular con precisión el modo específico en que el psicólogo capta los aspectos expresivos. Se ha comprobado
que para describir las actitudes y el tono emocional de los dibujos es efectiva la técnica de estudiarlos durante un
momento. Quizás el psicólogo posea un equipo mental estructurado de modo que su umbral para responder a indicios
subliminales sea más bajo. Pero esto es especulación. El hecho es que los dibujos realmente varían en sus aspectos
expresivos, y que el reconocimiento y la formulación consciente de estas diferencias, facilita la interpretación posterior.

Comparación de figuras:

Todo el mundo es capaz de dibujar dos figuras que difieran entre sí de algún modo. Ese modo particular de diferenciarse
es elegido, consciente o inconscientemente, por el individuo, y por lo general esa elección resulta valiosa como información
con respecto a sus actitudes psicosexuales.
En la figura 7a, por ejemplo, el hombre es mucho más pequeño y menos móvil, y tiene brazos más cortos que la mujer de
la figura 7b. Esto constituye un comentario descriptivo acerca de las diferencias entre ambos dibujos. Un posible
comentario interpretativo basado en estas diferencias objetivas sería el que el hombre es un individuo más pequeño y
pasivo que la mujer.
Esta interpretación se fundamenta en los siguientes elementos: la forma de estar parada, la postura y los brazos de la
mujer sugieren actividad, mientras que la postura, los brazos y las manos del hombre dan la impresión de que no está en
movimiento, que está parado, con las manos en los bolsillos, mirando. A partir de aquí, ya podemos alejarnos un poco más
del dibujo objetivo hacia la interpretación de que para el examinado el hombre es inactivo (pasivo), introvertido, en tanto
que la mujer es activa, extrovertida, agresiva.

Utilizando medios similares a la técnica que he empleado, es fácil verificar que efectivamente son éstas las sensaciones
que transmiten los dibujos. Para comprobarlo, se presentaron estos dos dibujos a cinco (5) psicólogos. Se les solicitó que
describiesen cada una de las figuras del modo más breve posible. A partir de los cinco comentarios que se obtuvieron
acerca del hombre (los cinco coincidieron en la caracterización general), se tabularon las palabras descriptivas que
aparecían con mayor frecuencia. En las cinco descripciones se encontraron palabras que implicaban una actitud
contemplativa en lugar de participación activa (observador, espectador, meditabundo, mirando).
En cuatro de las descripciones había palabras que implicaban pasividad o dependencia (menos competente, dependiente,
se siente chico).
En los cinco comentarios acerca de la mujer aparecieron palabras descriptivas que expresaban actividad (agresiva,
protectora, activa), y también en todos surgían referencia a la extroversión.
Cuando para cada una de las figuras se sintetizan los cinco comentarios en una sola frase descriptiva, resultó la siguiente
descripción:

"La figura 7a. corresponde a un individuo algo retraído, sensible, dependiente, meditabundo, idealista, introvertido,
amable…"

"La figura 7b. corresponde a una persona competente, enérgica, activa, protectora, generosa, firme, acostumbrada a
preocuparse por las cosas…"

Luego se presentaron estos dos comentarios, omitiendo la identificación sexual de cada una de las figuras, a otros cinco
psicólogos, para que establecieran la correspondencia entre cada uno de ellos y el dibujo al que parecía aplicarse.

En los cinco casos se apareó el primer comentario con la figura del hombre, y el segundo, con la de la mujer.

Existen otros factores que determinan estas caracterizaciones de los dibujos. Las manos y los brazos son las partes del
cuerpo humano que "hacen cosas", establecen contacto (dar la mano), castigan o defienden, en el hombre, los brazos son
bastante cortos (posibilidades limitadas de contacto), apretados al cuerpo, y las manos están ocultas en los bolsillos. En
esta posición de las manos, ningún elemento expresa disposición para la actividad, para el ataque, la manipulación o
cualquier otra forma de contacto.

Los brazos de la mujer son más bien largos, se extienden fuera del cuerpo. Las manos están bien marcadas y en una
posición desde la cual es bastante fácil establecer contactos con personas u objetos. La kinestesia que surge de las
posiciones de los brazos indica actividad, en cambio los brazos pegados al cuerpo con las manos en los bolsillos denotan
tensión muscular y pasividad del yo. El cabello de la mujer está dibujado con trazos firmes y en conjunto da la impresión de
energía. ¿Qué tipo de mujer usa el cabello de esa forma? El cabello del hombre no está dibujado (como el de la mujer
desde dentro de la cabeza hacia afuera del cuerpo.) De acuerdo con mi experiencia, en los dibujos de figuras humanas el
trazo hacia el cuerpo revela tendencia hacia la introversión, en tanto que el trazado hacia fuera del cuerpo por lo general
indica extraversión.

Obsérvese la diferencia de tamaño. ¿Qué se asocia por lo general con el tamaño de la figura?, ¿No es el adulto más
grande y competente que el niño?. Es posible interpretar que el examinado se identifica con la figura masculina, que su
atención está dirigida hacia sí mismo (introversión) y que en la figura femenina está incluida la apercepción que tiene de las
mujeres, la que, puede suponerse, deriva de la relación con su madre o sustituta.

El hecho de que tanto en la mujer como en el hombre estén muy cuidados los detalles, tales como el cinturón y el escote
bien marcado, indican que el examinado es algo compulsivo y está preocupado por el detalle y el orden. El modo en que
traza y retraza el contorno del hombre (el saco está dibujado y vuelto a dibujar hasta alcanzar las proporciones correctas)
refuerza la interpretación de compulsividad y orden. En conclusión, comparando los dibujos del hombre y de la mujer,
pueden efectuarse los siguientes comentarios interpretativos:

"Si es un individuo introvertido, ansioso, meditabundo, compulsivo, sensible, pasivo; más espectador que hombre de
acción. Tiene necesidad de nutrición y apoyo, y espera recibirlos de la figura materna".

Se siente pequeño frente a las mujeres, a las que siente agresivas y amenazadoras. Está preocupado por los derivados
anales (esto implica una gran inmersión dentro de la teoría psicoanalítica, sin la cual no se puede ir mucho más allá de la
superficie) y sus identificaciones psicosexuales son conflictivas.

Tamaño:

La relación entre el tamaño del dibujo y el espacio gráfico disponible puede vincularse con la relación dinámica entre el
individuo y su ambiente, o entre el individuo y las figuras parentales. El tamaño expresa como responde el individuo a las
presiones ambientales. Si la figura representativa del concepto de uno mismo es pequeña, puede formularse la hipótesis
de que el individuo se siente pequeño (inadaptado) y que responde a los requerimientos del ambiente con sentimientos de
inferioridad. Si la figura es grande, significa que el individuo responde a las presiones ambientales con sentimiento de
expansión y agresión.
Es necesario aclarar algo acerca de los significados de "grande" y "pequeño".
El tamaño promedio de la figura completa es, aproximadamente, de 18 cm. o de dos tercios del espacio disponible. Pero
más importante que el tamaño absoluto es la impresión que transmite la relación entre la figura y el espacio que la
circunda. Si un dibujo da la impresión de pequeñez, puede interpretarse que el examinado se siente pequeño (inferior) o
perdido (rechazado).

Las figuras 8A y 8B fueron ambas dibujadas por jóvenes adolescentes de un metro ochenta cm. de altura. El individuo que
dibujo la figura 8A expresa sus sentimientos de inferioridad y los descubre con el autodesprecio. En efecto, se está
burlando de sí mismo. A partir de este dibujo podemos deducir que se siente tonto e intenta adelantarse a la burla ajena,
burlándose de sí mismo. Mediante el uso de símbolos sustitutivos de la masculinidad que denotan deseos compensatorios,
expresa su sensación de impotencia. En lugar de dibujar una persona fuerte fálica, dibuja una figura débil con bigote
(deseo de virilidad) y larga nariz (deseo de virilidad).

El yo-yo sugiere:
1.- Que el individuo no ha abandonado sus hábitos infantiles.
2.- Que tiene deseos masturbatorios.
Al yo-yo se lo manipula con la mano y sube y baja (nótese la ubicación de la mano; este es un ejemplo de la ley de
concreción desplazada, es decir, que un objeto o acto que posee una o más características de otro objeto o acto, puede
representarlo).

La figura 8B fue dibujada por un individuo que se siente grande en su ambiente, que no se burla de sí mismo pero que está
sufriendo un conflicto común (¿edípico?) con respecto a sus sentimientos sexuales. Lo ha resuelto reforzando el superyó,
es decir reprimiendo el impulso prohibido. Sin embargo su dibujo ilustra el clisé psicoanalítico de "el mido". La mano
izquierda finaliza en un círculo que parece decir "aquí no hay nada", pero es posible notar la forma fálica de cada una de
las manos. En el tratamiento terapéutico, este paciente se encuentra en el proceso de resolución de su conflicto edípico.

Movimiento:

Casi todos los dibujos de figuras humanas sugieren algún tipo de tensión kinéstesica que varía desde la rigidez hasta la
extrema movilidad. (veáse fig. 9). Por lo general los dibujos que sugieren mucha actividad son obra de individuos que
sienten fuertes impulsos hacia la actividad motora. El individuo inquieto, el hombre de acción, el hipermaníaco, el histérico,
realizan dibujos que contienen considerable movimiento.

Los dibujos que dan una impresión de extrema rigidez por lo general corresponden a individuos con conflictos graves y
muy profundos, frente a los cuales mantienen un control rígido y, a menudo, endeble (veáse fig. 10).

A veces se encuentran figuras sentadas o reclinadas, que expresan bajo nivel energético, falta de impulso o agotamiento
emocional. Si el dibujo representa figuras de tipo mecánico, con absoluta ausencia de implicaciones kinéstesicas, el
psicólogo debe estar alerta para detectar otros signos de despersonalización y de psicosis.

Las figuras 11A y 11B, mecánicas e inanimadas, fueron realizadas por un esquizofrénico.

Distorsiones y Omisiones:

La distorsión y omisión de cualquier parte de la figura sugiere que los conflictos del examinado pueden relacionarse con
dichas partes.
Por ejemplo, los voyeuristas con frecuencia omiten los ojos o los dibujan cerrados (veáse fig. 12). Los individuos con
conflictos sexuales omiten o distorsionan las áreas relacionadas con aspectos sexuales.
Los individuos infantiles con necesidades orales dibujan generalmente grandes pechos.
En un estudio sobre pacientes a quienes en la 2da. Guerra Mundial se le habían amputado las piernas observé que con
frecuencia omitían la parte inferior del cuerpo (veáse fig. 13).

Tanto las partes borradas, como las más marcadas, sombreadas o reforzadas, implican lo mismo que las distorsiones y
omisiones, y debe considerarse su posible vinculación con áreas conflictivas (veáse caso del Señor P.)

Región de la cabeza:
Por lo general es la que primero se dibuja. El concepto del yo de la mayoría de los individuos está centrado en la cabeza y
en el rostro. Si la cabeza está muy agrandada es posible que el examinado sea muy pedante o posea aspiraciones
intelectuales (o que tenga dolores de cabeza u otros síntomas somáticos), o bien que sea introspectivo, o que huya en la
fantasía.

Si la cabeza y el rostro están poco claros, es posible que el examinado sea en extremo autoconciente y tímido. Si la
cabeza es lo último que se dibuja, se debe considerar la posibilidad de una grave perturbación del pensamiento, y si en
contraste con un cuerpo apenas esbozado o rechazado, es posible que aparece dibujado un cuerpo con mucha claridad,
es posible que el examinado acuda a la fantasía como recurso compensatorio, o que tenga sentimientos de inferioridad o
vergüenza en relación con partes y funciones de su cuerpo.

Los pacientes narcisistas y homosexuales dan mucha importancia al cabello. El pelo de la cara (barba o bigote) por lo
general está ligado a la búsqueda compensatoria de virilidad por parte de aquellos individuos con sentimientos de
inadecuación sexual o dudas acerca de su masculinidad (veáse figuras 3D y 5). Se puede dibujar la boca mediante una
línea recta, corva u oval. Si se incluyen los dientes es posible que el examinado sea oral-agresivo, sádico; en este caso
deben buscarse otras características ligadas a este estadio evolutivo.

Si la boca consiste en una sola línea, puede tratarse de un individuo agresivo a nivel verbal. Si es excesivamente oval, o
está abierta y es carnosa, es posible que sea oral-erótico y dependiente. Si los ojos son muy grandes y los de la figura
masculina tienen pestañas es casi seguro que se trata de un paciente homosexual. Si el contorno de los ojos es muy
grande, pero están omitidas o ausentes las pupilas, puede que se este expresando culpas vinculadas con tendencias
voyeurísticas.

Si los ojos son grandes y poseen la cualidad de mirar con fijeza el psicólogo clínico deberá investigar la posibilidad de que
existan rasgos paranoides.

La nariz puede representar un estereotipo social, pero también puede interpretarse como un símbolo fálico. Si es
ganchuda, o ancha y abierta, el examinado está expresando rechazo y desprecio. Si es muy larga, es posible que se
vincule con sentimientos de impotencia sexual. Por lo general, los pacientes de sexo masculino que sufren de melancolía
involutiva dibujan narices extremadamente largas y también los adolescentes que intentan afirmarse en el rol masculino,
pero que se sienten inadecuados para él.

El mentón constituye un estereotipo social relacionado con la fuerza y la determinación. Si en un dibujo que muestra el
autoconcepto del examinado el mentón aparece agrandado, probablemente exprese un fuerte impulso, tendencias
agresivas o si está muy exagerado, sentimientos compensatorios de la debilidad y la indecisión.

Pocas veces se detallan las orejas, pero si están agrandadas o destacadas, el psicólogo considerará la posibilidad de
algún daño orgánico auditivo, de alucinaciones auditivas en un individuo paranoico, de algún defecto en la audición o de un
conflicto homosexual pasivo. (Veáse el caso del señor P.).

El cuello separa la cabeza del cuerpo y puede considerarse como el vínculo entre el control intelectual y los impulsos del
ello. Un cuello largo puede revelar dificultades para controlar y dirigir los impulsos instintivos (para mayores detalles sobre
esto, veáse el caso del Sr. P., pág. 100), pero también puede indicar la existencia de síntomas somáticos en dicha área.
También es posible que las figuras con cuellos extremadamente largos correspondan a pacientes que padecen de
dificultades para tragar, de globos histericus, o de perturbaciones digestivas psicógenas. También los individuos
esquizoides dibujan con frecuencia figuras con cuellos exagerados. (Veáse fig. 11A y 11B)

Brazos y Manos:

Los brazos y las manos son los órganos corporales del contacto y la manipulación.
Si las manos están ocultas el examinado manifiesta dificultades de contacto o sentimientos de culpa en relación con
actividades manipulatorias (masturbación).
Si están a la vista pero son de un tamaño exagerado, esto puede ser interpretado como una conducta compensatoria
debida a sentimientos de insuficiencia manipulatoria, dificultades de contacto o inadecuación.
El sombreado excesivo de las manos expresa ansiedad con respecto a la manipulación o a las actividades que implican
contacto.
Los brazos apretados al cuerpo, manifiestan sentimientos pasivos o defensivos. Si son demasiado largos y extendidos
fuera del cuerpo, habrá que pensar en necesidades agresivas dirigidas al exterior.
Si los dedos, las uñas y las articulaciones están marcadas con cuidado, el individuo es compulsivo o tiene dificultades en
relación con el concepto corporal (como en la esquizofrenia precoz). Los puños cerrados sugieren agresión reprimida.

Otras partes del cuerpo:

Cuando se dibuja primero las piernas y los pies y se les presta mayor atención que al resto del cuerpo, es posible que se
este expresando desaliento o depresión. Si las caderas y las nalgas de la figura masculina son redondeadas y más
grandes de lo que deberían ser, o se les presta una atención exagerada el examinado puede poseer fuertes rasgos
homosexuales. La misma interpretación es adecuada para el caso de que el tronco aparezca redondeado o muy ceñido en
la cintura.

Si a las articulaciones de los codos y otras regiones articulares están delineadas, se trata de un individuo compulsivo en
cuyo caso este rasgo se manifestará de muchas otras maneras, o de una persona dependiente o indecisa y necesitada de
indicios perceptivos familiares para asegurarse.
Si se dibuja la anatomía interna seguramente se trata de un esquizofrénico o maníaco.
Si se dibuja el cuerpo con vaguedad o de un modo extraño (figura 11A y 11B) es posible que el examinado sea un
esquizofrénico.
Debe observarse con atención el tratamiento que hacen los individuos a la figura femenina. ¿Representa la figura a una
niña?, ¿A la chica ideal con que sueña?, ¿A una figura materna?, ¿Qué partes del cuerpo femenino se destacan?
Si los pechos son grandes y están dibujados con mucho cuidado es posible que el examinado manifieste grandes
necesidades de dependencia oral, los brazos y manos largas y prominentes revelan necesidad de una figura materna
protectora.
Si la femineidad de la figura femenina está indicada mediante el uso de detalles superficiales o simbólicos, habrá que
pensar en sentimientos sexuales prohibidos y reprimidos.

La exageración de los hombros y de otros indicadores de masculinidad en la figura varonil puede indicar la propia
inseguridad con respecto a la masculinidad.

Vestimenta:

La mayor parte de los dibujos están vestidos. Si las figuras están desnudas y las partes sexuales expuestas, el examinado
puede estar expresando rebelión contra la sociedad (figuras parentales), o conciencia de sus conflictos sexuales.

Los individuos con fuertes elementos voyeurísticos suelen dibujar figuras desnudas glorificadas. Si la figura que
corresponde al auto concepto está dibujada desnuda y con mucho cuidado, es posible que el examinado esté expresando
narcisismo corporal.
(Veáse Fig.14)

Por el contrario, el dibujo de la figura cuidadosamente vestida expresa narcisismo ligado a la vestimenta, o narcisismo
social. Ambas formas de narcisismo se encuentran en individuos infantiles y egocéntricos.

Por lo general, la importancia excesiva dada a los botones es un indicador de personalidades dependientes, infantiles y con
un ajuste imperfecto.
Si los botones corresponden a la línea media del cuerpo, es posible que el examinado sufra de preocupaciones somáticas.
Si los botones se dibujan en los puños de la camisa o en otras áreas poco visibles posiblemente se trate de un paciente
obsesivo-compulsivo, que también dibujará cordones en los zapatos, arrugas en la ropa, etc...
El detalle preciso que se elija para expresar la compulsividad puede ser significativo: por ejemplo, las rayas del pantalón
sugieren una tendencia a la ostentación de rasgos masculinos.

Los bolsillos ubicados en el pecho indican privación oral y afectiva y por lo general se encuentran en los dibujos de
individuos infantiles y dependientes. Pero si consideramos el bolsillo como un órgano receptor simbólico, es decir, una
vagina, también puede expresar la existencia de identificación con la madre. Con frecuencia una corbata exagerada se
interpreta como un símbolo fálico. Si se dibuja con sumo cuidado y atención y, además, la figura es algo afeminada, es
posible que el examinado sea homosexual. La corbata pequeña puede indicar sentimientos reprimidos de inferioridad
orgánica.
Es frecuente que los individuos con preocupaciones sexuales de naturaleza exhibicionista dibujen aros. Los cigarrillos, las
pipas y los botones se interpretan como símbolos de búsqueda de la virilidad.

Grafología:
El trazado puede describirse en relación con la presión, la dirección, la continuidad, la angularidad y el ritmo, generalmente
la presión del trazo se vincula con el nivel energético. Por lo tanto un individuo con un gran impulso y muy ambicioso
dibujará con líneas firmes; el que posea un nivel energético más bajo por razones físicas o psíquicas realizará líneas más
suaves. El ciclotímico, el inestable o el impulsivo dibujarán con presiones fluctuantes.

La dirección del trazo puede ser vertical u horizontal, determinada o indeterminada.


A menudo la marcada preferencia por los movimientos horizontales se relaciona con debilidad, femineidad y vida de
fantasía.
Si se prefiere el trazado vertical, habrá que pensar en características tales como determinación, hiperactividad y
masculinidad asertiva.
Si la dirección del trazo está bien determinada, y este no es vacilante, es posible que el examinado sea una persona
segura, perseverante y persistente con respecto a las tareas dirigidas a metas. Los trazos de dirección indeterminada y
dudosa con frecuencia se asocian a la carencia de dichas cualidades. Es decir, aquellos individuos poco definidos,
inseguros, que no tienen ni opiniones ni puntos de vista propios, dibujan figuras en las que el trazado no posee una
dirección determinada.

Las líneas derechas e ininterrumpidas suelen ser el producto de individuos rápidos y decididos. En cambio las líneas
curvas interrumpidas caracterizan a los individuos lentos e indecisos. Los trazos muy cortos abocetados a menudo revelan
ansiedad e inseguridad.
Si el trazado se realiza de un modo libre y rítmico, es posible que el examinado sea una persona abierta y que responda a
los estímulos.
Si, por el contrario, el trazado está constreñido, lo más probable es que se trate de una persona tensa, apartada y
coartada. El contorno de las figuras claras y definidas y la línea de demarcación reforzada pero no quebrada, expresan
necesidad de aislamiento y de protección frente a las presiones externas. Por lo general el sombreado indica ansiedad. Si
se le encuentra en las áreas sexuales, es probable que la ansiedad se relacione con las funciones sexuales.

El dar excesiva importancia a los trazos que se dirigen del papel al examinado denota características tales como encierro
en sí mismo, introversión o ansiedad. Por el contrario, la exageración en los trazos que van del examinado hacia la parte
superior del papel puede ser un índice de agresión o de extraversión.

El énfasis en los trazos que se dibujan de derecha a izquierda se vincula con la introversión y el retraimiento; en cambio la
dirección de izquierda a derecha revela tendencias hacia la extraversión, la estimulación social y la necesidad de apoyo.
Volvemos a advertir al psicólogo contra la utilización de una sola área de interpretación para un diagnóstico confiable, a
menos que este sostenida por el patrón total resultante del análisis gráfico.

Miscelánea:

La fig. D "palotes" y a las representaciones abstractas, deben interpretarse como signos de evasión. Este tipo de dibujo es
característico de individuos inseguros y que dudan de sí mismo. Si se dibujan payasos, personajes de historietas, o figuras
ridículas se está expresando auto desdén y auto hostilidad. Esto suele encontrarse en adolescentes que se sienten
rechazados o inadaptados.

Los dibujos de brujas o de personajes similares son propios de individuos que sienten hostilidad hacia la mujer y que
expresan sus sentimientos primitivamente.

A menudo los examinados incluyen materia auxiliar como por ejemplo líneas que representa el piso y que puede ser de
distinto tipo, o bien cercos donde las figuras se apoyan y que pueden interpretarse como una necesidad de apoyo o de
auxilio.
A los individuos compulsivos se les reconoce con facilidad por medio de sus dibujos. Son incapaces de terminarlos y
vuelven repentinamente sobre las distintas áreas agregándole cada vez más detalles.
Los pacientes histéricos, impulsivos e inestables hacen dibujos en los que mediante la falta de precisión y de uniformidad
en la realización, ponen de manifiesto las características de su personalidad.

CAPITULO 8

INTERPRETACIÓN DEL CONTENIDO DE LA TÉCNICA PROYECTIVA GRÁFICA CASA-ÁRBOL-PERSONA.

El interés fundamental del clínico en los dibujos de la casa, del árbol, persona
(Test HTP) consiste en la posibilidad de observar la imagen interna que el examinado tiene de sí mismo y de su ambiente;
qué cosas considera importantes, cuáles destaca y cuáles desecha.

En los capítulos previos hemos visto cómo los dibujos expresan los imperativos psicodinámicos correspondientes al
concepto que el individuo tiene de sí mismo y a su percepción del ambiente.

La casa, el árbol y la persona son conceptos de gran potencia simbólica que se saturan de las experiencias emocionales e
ideacionales ligadas al desarrollo de la personalidad, las que luego se proyectan cuando esos conceptos son dibujados.

Administración:

El HTP, capta al penetrar en el área creativa artística, la corriente de la personalidad. En interés de la estandarización, han
debido imponerse algunas restricciones a la expresión completamente libre.

Por ejemplo, se piden los mismos temas gráficos, en el mismo tamaño de papel y con materiales similares, a todos los
examinados. Se utiliza un lápiz  2 con goma de borrar y un formulario de 4 hojas de papel blanco de un tamaño de 18 cm.
x 21cm. y sólo se ofrece una hoja por vez.
Para el dibujo de la casa la hoja se ubica con el eje más largo paralelo al examinado, y para los del árbol y la persona con
el eje más largo perpendicular a él, y entonces se le pide que dibuje lo mejor que pueda una casa (luego un árbol y una
persona) aclarando que puede dibujarla como desee, que puede borrar y tomarse el tiempo que necesite.

Si protesta diciendo que no es un artista, generalmente yo le aseguro que el HTP no es un test de habilidad artística y que,
por el contrario, lo que interesa es como él hace las cosas. Si pidiera permiso o intentara utilizar cualquier ayuda mecánica
se le advertirá que el dibujo debe ser manual.

El orden de presentación de los estímulos es siempre el mismo: primero la casa, luego el árbol y por último la persona.
Esto permite una introducción gradual de la tarea gráfica, pues así paso a paso se conduce al examinado a entidades que
psicológicamente presentan mayores dificultades para su ejecución. Es decir que en forma gradual se va desde las
representaciones más neutrales hasta las más cercanas a la propia persona. Es por esto que se deja para el final el
concepto gráfico que despierta las asociaciones más conscientes.

La elección de la casa, del árbol y de la persona como conceptos gráficos:

Buck en relación con su elección de los ítems (casa, árbol y persona), afirma que:
a.) Son ítems familiares a todos, hasta para el niño más pequeño.
b.) Se observo que, como conceptos que debían ser dibujados por individuos de todas las edades, tenían mejor aceptación
que otros.
c.) Estimulaban una verbalización más libre y espontánea que otros ítems.
Podemos agregar que son conceptos simbólicamente muy fértiles en términos de significación inconsciente (lo que
comentaremos en cada una de las secciones de este capítulo donde se trate de la casa, del árbol y de la persona por
separado).

En relación con la elección de Buck de los ítems gráficos, podemos citar un estudio que Griffiths realizó en Inglaterra con
dibujos libres de niños pequeños. En este estudio afirma que tanto las casas, como los árboles y las personas constituyen
los conceptos que mayor significación personal poseen. "El objeto (gráfico) favorito (de los niños pequeños) es… la figura
humana"… (Después de la figura humana… el siguiente objeto favorito de los niños es el dibujo de la casa). "Luego el niño
comienza a dibujar árboles y también flores… (y) por primera vez parece darse cuenta del valor real de la aplicación del
color". Otra confirmación paralela es la que ofrecen los hallazgos de Eng: "El tema primero favorito que el niño dibuja son
Seres Humanos, pero después, según mis observaciones, el que le sigue es la casa".

Con independencia de Buck, Emil Bucker descubrió en Europa que el dibujo libre del árbol ofrecía grandes posibilidades
proyectivas. Por lo tanto, lo transformó en un instrumento proyectivo, y no por casualidad, "sino después de maduras
consideraciones y pacientes estudio sobre la historia de las culturas y, en especial, de los mitos".
Sualumo Charles Koch le dio un mayor desarrollo como instrumento proyectivo, con el fin de obtener por su intermedio
"una idea de la personalidad total desde las capas más profundas del ser".

Al estudiar el juego de construcción de casas que los niños realizan con bloques, A.A de Pichon Riviere descubrió que la
casa podía simbolizar:
a.) El cuerpo del niño.
b.) El interior de la madre.
c.) El hogar parental.
Los datos empíricos que se han podido obtener con el HTP confirman el primero y el último de estos significados
simbólicos con mucha más frecuencia que el segundo, aunque los psicóticos deteriorados suelen dibujar casas muy
semejantes a un útero.

Con respecto al primero de los significados simbólicos (la casa como representación de la imagen corporal), se ha
observado que las personas con problemas en el área fálica, frecuentemente proyectan sus problemas en la chimenea de
la casa, así como las que poseen una estructura de carácter tipo oral suelen destacar el contorno de las ventanas.
Existen otros ejemplos.

En cuanto al significado simbólico mencionado en último término (la casa como representación del hogar parental),
recordamos el caso de una adolescente que se sentía muy reprimida por las constantes peleas que se producían en su
hogar. En el dibujo de la casa realizó una chimenea con un denso humo que soplaba de abajo hacia arriba. De este modo
representaba su visión de la casa como hervidero de turbulencias, intranquilidad y emociones dispersas. Otro ejemplo en
que la casa representaba la percepción de la situación familiar es el que hemos reproducido antes (Pág. 40) como se
recordará la casa parecía una prisión, lo cual coincidía con la visión que el examinado tenía de sí mismo, en el sentido de
sentirse prisionero de la situación familiar, pues debía posponer su matrimonio para mantener a sus padres ancianos e
inválidos.

En los casos en que la construcción de la casa simbolizaba el cuerpo del niño, A.A de Pichon Riviere descubrió que las
anomalías en la construcción se relacionaban simbólicamente con las alteraciones de la imagen corporal que provenía de
la forma particular que las perturbaciones emocionales asumían en el niño. Esto confirma los hallazgos de Buck con
respecto al dibujo de casas.

Rosen, señala que la casa, simbólicamente tan relacionada con la figura humana, juega un importante papel no sólo en los
dibujos infantiles, sino también en el arte primitivo. Esto se puede observar en los dibujos del hombre de las cavernas, y
también; en los primeros desarrollos culturales del hombre. Esta íntima relación entre la casa y el objeto más importante
del arte representativo, el cuerpo humano, aparece en el temprano Renacimiento del Siglo XII, en el Siglo XIV es ya más
raro, y en el Siglo XV, cuando el arte pierde su carácter infantil, desaparece por completo.

El concepto gráfico persona es sin duda el que está más empapado de las experiencias emocionales ligadas al desarrollo
del individuo.

Tanto Machover como Buck y Levy, y quizás en sus implicaciones teóricas más profundas Paul Schilder con su
contribución al estudio de la imagen corporal observaron lo mismo, simultánea e independientemente.

De todo lo dicho se desprende que existen sorprendentes confirmaciones independientes acerca del significado altamente
personal de los tres conceptos (casa, árbol, persona) que Buck eligió como herramienta para captar las áreas más
profundas de la personalidad. Griffiths en Inglaterra, A.A. de Pichon Riviere en Sudamérica, y Buck en los Estados Unidos,
simultáneamente señalaron el intento potencial simbólico que posee la casa, cuyas raíces se encuentran en las
experiencias básicas de la infancia y la madurez. Lo mismo ha sucedido con respecto al dibujo del árbol cuya utilidad
clínica fue observada no solo por Buck, sino también por Jucker en Europa y por Koch en Suiza. Y por último, el dibujo de
una persona, cuyo valor fue descubierto independientemente por Machover, Levy, Schilder y por Lauretta Bender que
continuó con los estudios de este último.

Los aspectos proyectivos de la casa-árbol-persona

Tradicionalmente para que una técnica clínica pueda ser considerada un instrumento proyectivo, debe enfrentar al
examinado con un estímulo o serie de estímulos lo suficientemente inestructurados o ambiguos como para que el
significado de éstos surja, en parte, del interior del examinado

Requerir de un individuo que dibuje una casa, un árbol y una persona, constituye una estructuración más ambigua de lo
que podría pensarse en un principio. Aunque al examinado se le dice que debe dibujar una casa, un árbol y una persona,
no se le aclara qué tipo de casa, árbol o persona debe representar. Es decir que como el examinador no da ningún indicio,
la respuesta surge del interior del examinado, sea en lo referente al tamaño, tipo, emplazamiento o presentación del árbol,
o al sexo, expresión facial, postura corporal, edad, raza, tamaño, vestimenta, presentación (de costado, de tres cuartos de
perfil, de frente) o acción de la persona. Basta recordar la variada cantidad de dibujos que hemos reproducido en los
capítulos anteriores para tener la ilustración gráfica de la validez de esta tesis.
También depende exclusivamente del examinado la inclusión o exclusión de los distintos detalles de la casa, del árbol y de
la persona, así como la importancia que les otorgue. Para tomar un ejemplo del estudio reciente sobre delincuentes
sexuales que realicé con el HTP, mencionaré el hecho de que, así como las personas normales dibujan en las casas
chimeneas que no llaman la atención (clínicamente), he observado que los delincuentes sexuales a.) manifiestan de un
modo directo la sensación de inadaptación fálica (esta proyección de sentimientos directos de inadecuación fálica se
observó en el subgrupo pedofílico de los delincuentes sexuales, quienes buscaban criaturas como sustitutos sexuales,
debido a sus sentimientos de inadecuación psicosexual en lo que se refería a las relaciones con mujeres adultas) mediante
dibujos de chimeneas que pueden adoptar la siguiente variedad de formas: sin parte superior o como cortadas en diagonal,
transparentes, pues a través de ellas se ve el techo (lo cual expresa la sensación de poca consistencia que el examinado
tiene con respecto a su pene); volcadas o cayéndose del borde del techo; bidimensionales pero colocadas en una casa
tridimensional (lo que trasmite la sensación del examinado de que su imagen fálica posee menos sustancia que su imagen
corporal b.) o bien enmascarar sus sensaciones de inadaptación fálica bajo un disfraz de esfuerzos viriles compensatorios
**/Los pacientes que violan mujeres y que intentan de ese modo, es decir, mediante relaciones sexuales forzadas poner a
prueba su masculinidad transmiten este rasgo fálico compensatorio en las distorsiones de las chimeneas que dibujan en
las casas mediante el dibujo de muchas chimeneas (en lugar de una, que es el número convencional) en un solo techo, o
de una enorme chimenea alargada; o de una chimenea con forma fálica y punta redonda; o de una chimenea que se
destaca enormemente por la presión de la línea, el sombreado o el prominente emplazamiento (como, por ejemplo, una
chimenea que ocupe todo el largo de la casa, ya que comienza en el suelo, o bien, como ocurre en algunos dibujos, que
sea el centro focal de la hoja.

Sin embargo, esto no significa que la chimenea sea siempre un símbolo fálico. En los dibujos de personas con un buen
ajuste generalmente la chimenea no es otra cosa que un detalle más de la casa. Pero en los casos de las personas que
sufren de conflictos psicosexuales, es adecuada, a causa de su diseño estructural y de la forma en que emerge del cuerpo
de la casa, para la proyección de los sentimientos internos con respecto al pene. En consecuencia de todo lo dicho
podemos concluir que si bien en la técnica H.T.P se presentan al examinado estímulos totalmente familiares, éstos al
mismo tiempo son tan poco específicos que para responder a ellos es necesario proyectar o por lo menos, seleccionar. Sir
John Lubbock dijo: "Lo que vemos depende fundamentalmente de lo que queremos ver". Lo mismo ocurre con el dibujo;
elegimos la casa, el árbol y la persona con lo que tenemos cierta afinidad o, en ocasiones, con lo que nos sentimos
identificados.
Por muy joven que sea el examinado en su vida ha visto tal variedad de casas, árboles y personas que en el momento de
dibujar sólo podrá elegir lo que para él sea más significativo desde el punto de vista simbólico. Sea que elija un vigoroso
roble, un sauce llorón, un pequeño brote o un árbol al que las presiones ambientales han doblado hasta casi hacerlo tocar
el suelo; o que represente un policía de rostro severo que esgrime una cachiporra, una figura materna nutricia sosteniendo
en sus manos un plato de sopa caliente, una figura infantil desvalida, de pie y con los brazos amputados, una figura
desnuda en incitante actitud, con las piernas abiertas, o una prostituta desgreñada tirada contra el cordón de la vereda, en
todos los casos está eligiendo aquello que para él posee mayor significado emocional. Lo mismo que en los Test de
Apercepción Temática, el examinado selecciona de su experiencia pasada un tema, y éste refleja sus necesidades.
Los psicólogos clínicos han llegado a la conclusión de que aunque la persona ofrezca un tema que haya visto en alguna
película cinematográfica, está ofreciendo una información de gran interés psicológico. El tema específico elegido
primariamente se fijó en su mente, y si más tarde fue seleccionado del archivo de temas recordados se debió
probablemente a que reflejaba necesidades o rasgos significativos de su personalidad.

Cuando una persona está respondiendo al H.T.P con el ojo interno selecciona y decide la imagen que sus necesidades
escogerán de entre la galería de recuerdos.

SIMBOLISMO INHERENTE A LA TRIADA CASA-ÁRBOL-PERSONA

Antes de considerar el significado dinámico de los distintos elementos que componen el dibujo de la casa, árbol y la
persona, es conveniente referirnos a las áreas más importantes de la personalidad que captan los tres conceptos gráficos
mencionados.

Se ha comprobado que la casa, como lugar de vivienda, provoca asociaciones con la vida hogareña y las relaciones
interfamiliares. Si se trata de niños, pone de manifiesto la actitud que tienen con respecto a la situación en sus hogares y a
la relación con sus padres y hermanos/as. Un ejemplo de esta relación entre el dibujo de la casa y las condiciones que el
examinado percibe en su hogar es un dibujo que ya hemos mencionado, en el que de la chimenea sale un humo denso y
oscuro que revela la atmósfera emocional turbulenta que se vivía en el hogar del examinado. Cuando los examinados son
personas casadas, muchas veces en los dibujos de sus casas representan la situación doméstica con sus cónyuges, sin
embargo, en muchas personas adultas casadas, sigue vigente la relación infantil con las figuras parentales. Esta relación
manifiesta actitudes residuales que se proyectan en el dibujo de la casa. Cuando más neurótico, regresivo o fijado es el
individuo, más probable es que en la casa aparezcan estas actitudes.

En cuanto al árbol y a la persona, ambos conceptos captan ese núcleo de la personalidad que los teóricos denominaron
imagen corporal y concepto de sí mismo. El dibujo del árbol parece reflejar los sentimientos más profundos e inconscientes
que el individuo tiene de sí mismo, en tanto que la persona constituye el vehículo de transmisión de la autoimagen más
cercana a la conciencia y de las relaciones con el ambiente. De este modo es posible obtener un retrato de los conflictos y
defensas del examinado, tal como están jerarquizados en la estructura de su personalidad.

Se considera que el árbol, con entidad básica y natural, vegetativa, constituye un símbolo adecuado para proyectar los
sentimientos más profundos de la personalidad, es decir, los sentimientos acerca del yo que se encuentran en los niveles
más primitivos de la personalidad, niveles a los que no se llega en el conocimiento de una persona. Los aspectos menos
profundos, junto con los recursos que los individuos emplean para manejarse con los demás y los sentimientos hacia el
prójimo por lo general se proyectan en el dibujo de la persona.

Confirma la hipótesis de que el árbol capta los sentimientos más básicos y duraderos, la circunstancia de que es el
concepto gráfico más susceptible de cambiar en los re-test. También lo demuestra el hecho de que, si bien una
psicoterapia no intensiva puede lograr mejoras las que se manifiestan en la disminución de signos patológicos en los
dibujos de la persona, sólo el tratamiento psicoanalítico profundo y extenso (o alteraciones muy significativas de la
situación vital, en especial en niños/as, cuyas personalidades poseen suficiente elasticidad como para modificarse de
acuerdo con las mejoras ambientales) es capaz de producir algunos cambios, aunque por lo general, menores en el dibujo
del árbol.

La experiencia clínica ha demostrado que es más fácil que al dibujo del árbol se le atribuyan rasgos y actitudes mucho más
conflictivas y emocionalmente perturbadas que en el dibujo de la persona, debido a que el árbol como autorretrato está
más alejado de uno mismo.
Los sentimientos más profundos o prohibidos se proyectan en el árbol más fácilmente que en la persona, con menos temor
de quedar al descubierto y, por lo tanto, sin recurrir tanto a las maniobras autodefensivas.

Por ejemplo, es más probable que los traumas emocionales se manifiesten mediante el dibujo de una cicatriz en el tronco
del árbol o contando las ramas, que por medio de marcas en el rostro o el cuerpo de la persona, o dañando los brazos.

El descubrimiento clínico según el cual los sentimientos prohibidos se proyectan con mayor facilidad en el árbol que en la
persona concuerda con la fundamentación del Test de Blacky, de Blum, del Test de Apercepción Temática Infantil de
Bellak y de las fábulas de Despert.
De acuerdo con mi experiencia las figuras animales que aparecen en las técnicas temáticas mencionadas, de manera
semejante a la relación entre el dibujo del árbol y el de la persona, son más apropiadas para la proyección de sentimientos
profundos y negativos (que amenazan al individuo) que las figuras humanas del T.A.T

De lo dicho se desprende que la comparación entre las respuestas a los estímulos de tipo animal y a los est ímulos
humanos tipo T.A.T, así como la comparación entre el dibujo del árbol y el de la persona, ofrece datos que al psicólogo le
permiten apreciar la jerarquía de los conflictos y de las defensas del examinado.

INTERPRETACIÓN DE LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA CASA, ÁRBOL Y DE LA PERSONA

El contenido de los dibujos, más que los movimientos expresivos que se emplean al dibujar, pone de manifiesto las
cualidades más inconscientes que existen en lo profundo de la personalidad.

CASA
TECHO:
Los descubrimientos empíricos con el H.T.P indican que a menudo los individuos utilizan el techo de la casa para
simbolizar el área vital de la fantasía. Las expresiones coloquiales del tipo de "murciélagos en el campanario", "está mal de
la azotea", "tienen algunas tejas flojas", etc., aluden a este simbolismo por el cual el techo se equipara a la vida mental.
Es por esto que se habla de aquellas condiciones en las cuales la fantasía distorsiona el funcionamiento mental en
términos de deterioros en el techo del individuo.

Las casas con techos excesivamente grandes, que sobresalen a los costados y achican la casa son típicas de pacientes
inmersos en la fantasía y apartados del contacto impersonal manifiesto; por lo general el Rorschach de estos individuos
acusa un balance experiencial muy inclinado hacia el lado intratensivo (con una proporción promedio de movimiento-color
de 7 a 12 M y 0 a 2 C). El número de respuestas de movimiento humano excede casi de forma invariable en cuatro o cinco
veces a la sumatoria del color.

Con frecuencia los pacientes esquizofrénicos o acusadamente esquizoides dibujan un gran techo y luego ubican la puerta y
las ventanas dentro del contorno de este techo, de tal modo que el resultado final es una casa puro techo. Esto no debe
sorprender pues tanto el esquizofrénico como el esquizoide habitan un mundo fundamentalmente fantaseado.
Viven más retraídos en la fantasía que los que, por ejemplo, dibujan un techo muy grande que sobresale más allá de las
paredes de la casa. En éstos existe una acentuación de la fantasía, que desequilibra la estructura de sus personalidades,
mientras que los que dibujan "casas puro techo" viven una existencia predominantemente fantaseada.

La ausencia de techo o los techos que sólo son una línea que conecta ambas paredes en los extremos, de tal modo que no
poseen altura (esencialmente poseen una sola dimensión en vez de dos), son característico del extremo opuesto del
continuo que podríamos denominar uso-de-la-fantasía.

El grupo que con más frecuencia dibuja ese tipo de techo formado por una sola línea es el de los imbéciles individuos que
carecen de capacidad de ensoñación y/o fantasía, y dentro de los límites de la normalidad intelectual los individuos que
poseen una personalidad constreñida y un tipo concreto de orientación. Lo más probable es que en la práctica clínica este
tipo de techo se dé en conjunto con un protocolo coartivo de Rorschach.

Podemos afirmar entonces que el tamaño del techo refleja el grado en que el individuo dedica su tiempo a la fantasía y en
que recurre a ella en búsqueda de satisfacciones.

Cuando el techo aparece reforzado por una fuerte presión en las líneas o por un trazado repetido del contorno (y esto no
ocurre en las otras áreas de la casa), lo más probable es que el examinado se esté defendiendo de la amenaza de que su
fantasía escape a su control. Este tipo de techo aparece con frecuencia en los dibujos de los pre-psicóticos y, en menor
grado, en los de neuróticos ansiosos. De todos modos siempre representa el temor de que los impulsos que se
descargaban en la fantasía comiencen a aparecer en el comportamiento manifiesto o a distorsionar la percepción de la
realidad.

PAREDES:
Se ha observado que en los dibujos de las casas la fortaleza y la adecuación de las paredes se relaciona en forma directa
con el grado de fortaleza del yo y de la personalidad. En los dibujos de pacientes cuyo yo está en franco tren de
desintegración, las paredes aparecen desmoronándose. Los psicóticos incipientes (enfermos que están haciendo un
supremo esfuerzo de hipervigilancia, a menudo consciente, por mantener la integridad del yo), con frecuencia dibujan los
límites de las paredes reforzados. También los contornos de las paredes dibujados con líneas débiles indican eminente
derrumbe de la personalidad con débil control yoico, sin embargo, en estos casos faltan las defensas compensatorias.
Se trata de pacientes más hechos a la idea de su patología inminente (han aceptado como inevitable la derrota y han
cesado de luchar) que lo que refuerza en exceso el contorno.

En lugar de intentar rechazar las fuerzas desintegrativas amenazantes, adoptan con respecto a ellas una actitud de
tolerancia pasiva.

Las paredes transparentes en los dibujos de personas adultas deben considerarse como un signo evidente de deterioro en
el criterio de la realidad. A menudo los niños dibujan paredes transparentes (a través de las cuales pueden verse los
objetos que están en la casa), sin embargo, en este caso lo único que puede interpretarse es la inmadurez de la capacidad
conceptual del niño, que se toma amplias libertades para presentar la realidad.
En cambio, en el caso de los adultos, defectos de esta magnitud en el examen de la realidad sólo aparecen, de acuerdo
con mi experiencia en los dibujos de: a.) deficientes profundos y
b.) psicóticos.

PUERTA:
La puerta es el detalle de la casa a través del cual se realiza el contacto con el ambiente.
La puerta pequeña en relación con el tamaño de las ventanas y de la casa en general revela una reticencia a establecer
contacto con el ambiente, un alejamiento de intercambio personal y una inhibición de la capacidad de relación social. El
correlato conductual de las puertas pequeñas es la timidez y el temor de la relación interpersonal. A veces los individuos
que dibujan casas con puertas demasiado pequeñas ofrecen protocolos de Rorschach en los que aparece la reacción del
"niño quemado". Las relaciones emocionales con los demás han sido dolorosas, y el individuo no desea probar de nuevo.
Otro intento que se utiliza para mantener la personalidad apartada e inaccesible consiste en colocar la puerta muy por
encima de la base de la casa y sin escaleras para tener acceso a ella. Se trata de una forma de representación común en
los individuos que solo tienden a establecer contacto con el ambiente dentro de sus propios términos.

Las puertas muy grandes (aquí como todos los aspectos de la Psicología, los extremos siempre son patológicos) son
características de las personas con una excesiva dependencia de los demás. Si las puertas están abiertas, hecho
estadísticamente poco frecuente, el examinado revela que tiene una gran sed de afecto emocional y que espera recibirlo
de afuera (si el interrogatorio posterior*/ al dibujo indica que la casa está ocupada).
Si la casa resulta estar vacía, las puertas abiertas indican un sentimiento de vulnerabilidad extrema y falta de adecuación
de las defensas yoicas.

La acentuación de las cerraduras y/o bisagras manifiesta una sensibilidad defensiva del tipo que con frecuencia se
encuentra en los paranoides.

VENTANAS:
En el dibujo de la casa las ventanas representan un medio secundario de interacción con el ambiente. La acentuación de
las cerraduras de las ventanas y puertas, lo mismo que aquellos que se defienden en forma excesiva del temor por los
daños que puedan venir desde afuera. Esto se da con frecuencia en los paranoides.
El agregado de persianas y cortinas cuando las ventanas están cerradas expresa la necesidad de apartarse y una extrema
reticencia de interactuar con los demás.
Cuando las ventanas poseen persianas o cortinas pero están abiertas, debe entenderse que la persona tiende a actuar
para el ambiente de un modo controlado. Se trata de individuos con un tipo de ansiedad que se manifiesta como "tacto" en
las relaciones sociales. Cuando en relación con un estudio de los patrones de personalidad de los diferentes grupos
vocacionales se entrevistó a asistentes sociales se observó en sus dibujos la predilección por este atributo, signo del
control emocional en el contacto con los demás.

Las ventanas totalmente desnudas, que no poseen ni persianas, ni cortinas, ni visillos, y que ni siquiera están sombreadas,
son típicas de personas que interactúan con su ambiente de una forma muy descortés, ruda y directa. No tienen casi nada
de "tacto", y son el tipo de participantes social que siempre "provoca líos".

Cuando sólo el contorno de las ventanas está reforzado, es probable que el examinado, sea una persona con fijación oral o
con rasgos orales de carácter. Sin embargo, en ocasiones, también los individuos con rasgos anales refuerzan el contorno
de las ventanas. En estos casos, el dibujo de la persona permitirá efectuar la interpretación diferencial, según recaiga el
énfasis en la zona oral o en la anal.

Si consideramos el tamaño de las ventanas, de acuerdo con la convención, las del "living" debe ser la más grande y la del
cuarto de baño la más pequeña. Si los dibujos se desvían de esta regla, tendremos indicios acerca de las necesidades
emocionales que presionan.
Por detrás de los intentos de minimizar la importancia del "living" poniéndole las ventanas más pequeñas de la casa, existe,
por ejemplo, un evidente fastidio en relación con el intercambio social. Otorgarle al baño una merecida importancia
mediante la colocación de las ventanas más grandes implica que en el fondo infantil del examinado existen ciertas
experiencias relacionadas con un entrenamiento esfínteriano severo. Este mismo detalle se ha encontrado también en
individuos que sufren de culpa masturbatoria y en obsesivos con el síntoma del lavado compulsivo de manos.

El emplazamiento de las ventanas de tal modo que éstas no se adecuan de una pared a la otra (y que sugieren que la
altura de un piso visto desde el frente de la casa no es la misma que si se lo ve desde el costado) revela dificultades
organizativas y formales que, empíricamente, se han visto como indicios de formas tempranas de esquizofrenia.

CHIMENEA:
Ya ha sido comentada en la sección introductoria de este capítulo con el fin de ilustrar la amplia variedad de tratamientos
que pueden acordarse a uno solo de los detalles del dibujo.

HUMO:
El humo denso que sale en forma profusa de la chimenea puede indicar una considerable tensión interna en el individuo,
conflictos y turbulencias en la situación de la casa, o ambas cosas, pues la última coacción puede dar lugar a la primera, y
viceversa.

El humo que se desvía mucho hacia un lado, como si hubiese un viento muy fuerte, constituye un índice de las presiones
ambientales y, de acuerdo con mi experiencia, a menudo se relaciona con casos infantiles de dificultad con la lectura, en
los que las presiones parentales son causativas y reactivamente masivas. Este tipo de humo también ha aparecido en los
dibujos de adolescentes que están sometidos a una presión parental inapropiada en relación con la conformidad social y/o
a los logros escolares. Y por último, también se lo ha encontrado en los test de algunos individuos poco tiempo después de
haber sido incorporado a las fuerzas armadas.

PERSPECTIVA:
Las personas que básicamente rechazan la situación hogareña en que se encuentran y los valores por los que allí se
aboga, dibujan la casa como si el observador estuviese arriba y la mirase hacia abajo (perspectiva que Buck denominó
"visión de ojo de pájaro"). En estas personas se da una combinación de sentimientos de superioridad compensatorios con
actitudes de rebelión contra los valores tradicionales que se le enseñaron en el hogar.
Las actitudes iconoclastas se dan junto con una sensación de estar por encima de los requerimientos de la convención y
de la conformidad. Buck realizó un estudio en el cual comparó diferentes grupos profesionales, y observó que esta "visión
de ojo de pájaro" era más común en los estudiantes de Medicina que en cualquier otro grupo.

Las personas que se sienten rechazadas e inferiores en la situación familiar, dibujan la casa desde lo que se ha llamado
"visión de ojo de gusano". Desde esta perspectiva la casa aparece como si el observador estuviese abajo y la mirase hacia
arriba. En estas personas se mezclan sentimientos de desvalorización, de inadecuación y una baja autoestima; consideran
inalcanzable la felicidad hogareña.

Cuando se presenta la casa desde una perspectiva lejana, es decir, distante del observador*/ pueden dibujarse casas
pérdidas en una vasta extensión de espacio blanco; pueden dibujarse casas de tamaño considerable en la cima de una
montaña; o puede ocurrir que la casa se encuentre separada del observador por una multitud de detalles irrelevantes:
árboles, cercos, animales, un camino, un río, etc. /, puede tratarse de dos grupos distintos: a.) los que proyectan en el
dibujo de la casa una imagen de sí mismos, y de este modo representan su sensación de aislamiento e inaccesibilidad o
b.) los que en el dibujo de la casa transmiten la percepción que tienen de la situación familiar; misma que el
individuo se siente incapaz de enfrentar. En este último caso de perspectiva "lejana", el sujeto manifiesta su sensación de
la imposibilidad de sentirse cómodo con aquellos con quienes vive.

La perspectiva de perfil absoluto constituye una desviación, individualmente significativa, de la perspectiva usual. La
expresión "perfil absoluto" se refiere a la casa que se dibuja, de tal modo que el observador sólo ve un costado de esta. El
frente de la casa, incluyendo las puertas o cualquier otra entrada, está dado vuelta, de manera que queda invisible y menos
accesible.

Las personas distantes, oposicionistas o inaccesibles desde un punto de vista interpersonal, proyectan estos rasgos en el
dibujo de la casa mediante la perspectiva mencionada. También los paranoicos evasivos buscan refugio, cuando realizan
el H.T.P, en la perspectiva de "perfil absoluto"

La casa vista desde atrás y, en especial, sin ninguna puerta trasera, muestra las mismas tendencias oposicionistas y de
distancia que se expresaban en la perspectiva de "perfil absoluto", pero en este caso adquiere proporciones más
patológicas.

Los únicos casos "visión desde atrás" que he tenido oportunidad de ver fueron dibujos de paranoicos esquizofrénicos, por
lo general cuando estaban aún en un estado prepsicótico, en el que se siente de manera muy aguda la necesidad de
protegerse poniendo distancia.

LÍNEA DEL SUELO:


La relación entre el dibujo, (de la casa, árbol o de la persona), y la línea del suelo, revela el grado de contacto del
examinado con la realidad. La misma corriente simbólica responsable de la ecuación suelo-tierra = realidad-práctica se
pone de manifiesto en el lenguaje coloquial en expresiones tales como "tiene los pies bien plantados en la tierra".
El tipo de contacto con el suelo (firme o débil) reviste un enorme valor diagnóstico.
Los esquizofrénicos latentes o fronterizos siempre tienen dificultad con la presentación del dibujo en firme contacto con la
realidad (representada por la línea del suelo); sus dibujos suelen apoyarse débilmente en una línea del suelo cortada o
dibujada en forma esporádica o bien en una línea amorfa y nebulosa o estar directamente desarraigado de la tierra en el
caso del árbol y cayéndose.
Los casos esquizofrénicos más patológicos, con mayor distancia de la realidad y mayor entrega a la fantasía, dibujan
entidades suspendidas, que en ningún punto tocan la línea del suelo dibujada por debajo.

ACCESORIOS:
Hay individuos que en forma directa manifiestan su falta de seguridad rodeando y reforzando la casa con arbustos, árboles
y otros detalles que no forman parte de la consigna. El agregado de un sendero que conduce a la puerta, bien
proporcionado y realizado con facilidad, es común en individuos que ejercen un cierto control y "tacto" en sus relaciones,
pero si el sendero es largo y tortuoso, se trata de individuos que en sus relaciones sociales en un principio se mantienen
distantes pero que en ocasiones entran en calor y entonces pueden establecer vínculos emocionales con los demás. Son
lentos y algo cautelosos para hacer amistades, pero una vez que la relación se desarrolla llega a poseer una gran calidad.
Si el sendero que conduce en línea recta hacia la puerta es muy ancho en el extremo del observador y va angostándose en
forma gradual de manera que al llegar a la puerta es mucho más angosto que ella, el dibujo refleja el intento de disimular
mediante el empleo de una amistad superficial los deseos básicos de aislamiento.

Los cercos alrededor de la casa constituyen una maniobra defensiva. Recientemente un niño de 8 años, muy tímido, dibujó
una casa, en la que lo que más se destacaba era un cerco "para mantener a todos alejados". Era como si intentará
asegurarse de que nadie iba a interferir con la escasa seguridad que sentía.

RESUMEN:
Podríamos decir que el dibujo de la casa por lo general representa algunas de las siguientes entidades fundamentales: a.)
la imagen de uno/a mismo, con sus elementos correspondientes: área de la fantasía, yo, contacto con la realidad,
accesibilidad, predominio oral, anal o fálico u b.) la percepción de la situación familiar; pasado, presente y futuro deseado, o
alguna combinación de los tres.

ÁRBOL
Tal como lo señaló Schactel la mente adulta, totalmente madura y diferenciada hasta cierto punto, es capaz de asumir en
forma voluntaria distintas actitudes en su percepción y en su experiencia del ambiente. Así como en un determinado
momento se puede ser el observador distante, en otro uno puede abrirse receptivamente a todas las impresiones, y a los
sentimientos-placeres que éstas suscitan, y un tercero es posible proyectarse en una experiencia de empatía con algún
objeto del ambiente.

Tomemos como objeto el acto de mirar un árbol: en un momento se puede ser un botánico distante que observa, compara
y clasifica lo que ve; en el momento siguiente puede uno entregarse al color del follaje y la corteza, al sonido de las hojas
que murmuran con la brisa, y a la fresca fragancia que surge después de un chaparrón y en un tercer momento se puede
tratar de sentir dentro de uno, kinestésicamente, la solidez o debilidad con que se sostiene y crece el tronco, la calma con
que se extienden las ramas, o la gracia con que se mueven y entregan al viento.

Hemos visto que cuando el examinado dibuja un árbol, de entre los recuerdos de los innumerables árboles que ha visto
selecciona aquél con el que tiene una mayor identificación empática, y en el momento de dibujarlo, lo modifica y recrea de
acuerdo con su reacción kinestésica, reacción que se alimenta con sus propios sentimientos internos.

Para los antropólogos no es ninguna novedad que la visión que se tiene de un árbol posea un significado personal. En los
mitos y en el folklore, y hasta en el lenguaje diario, el árbol siempre ha simbolizado la vida y el crecimiento.

En el folklore escandinavo los antiguos mitos cuentan la historia de "Ygdrasil, el árbol de la vida". En los cuentos alemanes
se dice que el árbol tiene sus raíces en las entrañas de la tierra, en nuestro pasado primitivo; su tronco en la tierra, entre
los mortales y sus ramas extendiéndose y alcanzando los cielos, donde habitan dioses que gobiernan a la humanidad.

El significado simbólico del árbol llega hasta el Siglo XX y se pone de manifiesto cuando, hablamos del "árbol genealógico"
o en ciertas expresiones: "como se inclina el vástago, así crece el árbol". Como luego veremos, el individuo que en el
dibujo del árbol olvida las ramas, es el que no se ramifica o no se mezcla con los demás ni disfruta de ellos. De este modo
el individuo se proyecta durante el proceso del dibujo de un árbol, ofreciendo así un verdadero autorretrato.

Algunas veces los examinados dibujan árboles agitados por el viento y quebrados por las tormentas, con lo cual en
realidad representan el efecto que las presiones ambientales han tenido sobre ellos mismos.

En un caso reciente, a través del dibujo del árbol se puso muy claramente de manifiesto el surgimiento inconsciente de la
autoimagen. Se trataba de una mujer que debajo del árbol, dibujo un canasto que contenía cinco lustrosos frutos; la mujer
tenía cinco hijos, y el dibujo representaba con bastante claridad su orgullo por el rol materno.

Esta evaluación positiva está en franco contraste con el dibujo del árbol de una mujer a quien se examinó para lograr una
evaluación clínica en relación con un programa psicoterapéutico para sus dos hijos: uno, un homosexual manifiesto de
veinte años, y el otro, un chico de once años con una incapacidad para la lectura de difícil curación. La mujer dibujo un
árbol frutal con dos llamativas manzanas tiradas en el suelo, al lado del árbol. Demostró así el rechazo inconsciente que
sentía por sus hijos y la evaluación negativa de ella misma como madre.

El comentario espontáneo que hizo del dibujo ("Estas son dos manzanas podridas que se cayeron al suelo") trajo, desde su
inconsciente hasta un primer plano, la imagen mencionada.

"El dibujo del árbol puede captarse intuitivamente como totalidad; aun sin una investigación de los detalles es posible
recibir una impresión que puede ser de armonía, de inquietud, de vacío, de carencia o abundancia; y es también posible
recibir una impresión de hostilidad.
Esto constituye además el primer estadio del aprendizaje del método.
Uno debería entregarse en forma pasiva a los efectos que producen un gran número de dibujos de árboles,
"contemplarlos", mirarlos simplemente, sin actitud crítica. De esta manera el mirar se convierte en ver, se comienza a
reconocer las diferencias y ya no parecen todos los dibujos iguales, se comienza a reconocer más íntimamente a las
personas… Algunos dibujos permiten la elaboración de estudios del carácter. Otros simplemente constituyen una
contribución para el diagnóstico de la personalidad".

Cuando Koch habla de la línea desde el desarrollo del árbol (de abajo hacia arriba), señala que a medida que el dibujo
crece en un desarrollo que va desde las raíces hasta la copa, ese desarrollo es paralelo al desarrollo psíquico temporal del
examinado, es decir, a su historia vital psicológica. Observe que en la parte inferior del tronco suelen aparecer las huellas
de las experiencias tempranas, y en la parte de arriba las de aparición más reciente; esto concuerda con la experiencia de
Buck, según la cual cuanto más abajo estén las cicatrices en el tronco del árbol más precoces han sido las experiencias
traumatizantes.

Levyn y Galanter investigaron esta hipótesis con parapléjicos internados, y compararon la altura del tronco en que
aparecían las cicatrices con las edades en que se estableció el estado parapléjico. El análisis de esta relación condujo a
los investigadores a la conclusión de que… "la hipótesis puede tener algún grado de validez en términos de una amplia
aproximación a la época de la enfermedad".

El caso más extremo de cicatrices que he tenido oportunidad de observar fue el de un niño de 12 años. Dibujó una herida
destructiva aproximadamente a la mitad del tronco del árbol. Gracias a un tratamiento psicoterapéutico llevado a cabo de
ulterior, se supo que cuando el paciente tenía 5 años había perdido a su madre, y que de forma inconsciente lo había
sentido como un abandono que le dejó una profunda herida.

El joven estaba enojado en secreto con la madre por haberlo desamparado. Al mismo tiempo creía que él había sido muy
malo, porque si no, la madre no lo hubiera dejado. Esta sensación de un mundo doloroso surgía con toda claridad en el
árbol que, en última instancia, era un autorretrato.

El árbol, una cosa viviente o que en el algún momento vivió en un medio elemental (lluvia, viento, nieve, tormenta, calor o
sol) es el más apto de los tres conceptos gráficos del H.T.P para transmitir la imagen que el individuo tiene de sí mismo en
el contexto de sus relaciones con el ambiente.

Buck agrega esto a los sentimientos postulados: a.) el tronco representa la sensación que la persona tiene acerca de su
poder básico y de su fortaleza interna, (en terminología analítica, la fuerza del yo) b.) la estructura de las ramas presenta la
capacidad que se siente poseer para obtener satisfacciones del medio penetrando en un nivel más inconsciente del área
que capta los brazos y las manos de la persona dibujada c.) la organización total del dibujo revela como siente el individuo
su equilibrio interpersonal.

Existe un notable paralelo entre los dos primeros postulados de Buck y la experiencia que Koch realizó en Suiza: el tronco
representa con frecuencia el área básica del concepto de uno mismo, la fortaleza del yo… debe presuponerse que cuando
se dibuja un árbol el conocimiento que se posee de la madera conducirá a que todo lo relacionado con cualidades
inherentes a ese material se proyectan más claramente en las partes de madera que, por ejemplo, en el follaje del árbol.
Está moldeado en buena madera. La madera de esa persona es buena, y expresiones similares son, sin duda, muy
habituales en las personas de habla germana cuando se refieren a la naturaleza de las personas.

A estos ejemplos tomados del idioma alemán podemos agregar la famosa frase americana "de tal palo tal astilla".
Independientemente de Buck, pero de acuerdo con su segundo postulado Koch observa que "las partes externas de la
copa, las extremidades, forman la zona de contacto con el ambiente, la zona de relación o de intercambio entre lo interno y
lo externo".
Veremos ahora el significado dinámico del tratamiento de detalles en el árbol:

TRONCO:
En apoyo de la hipótesis se considera al tronco como un índice de la fortaleza básica de la personalidad, se ha observado
que si las líneas periféricas de este están reforzadas revelan la necesidad del individuo de mantener la integridad de su
personalidad. El reforzamiento de una defensa compensatoria para cubrir y combatir el temor de la difusión y la
desintegración de la personalidad. El individuo intenta evitarla con todos los recursos a su alcance.

Cuando, por el contrario, para dibujar un tronco se utilizan líneas débiles, esbozadas o punteadas que no aparecen en
ninguna otra parte del dibujo, se trata de un estadío más avanzado del temor por el colapso de la personalidad o de una
pérdida de la entidad; en este estadío no se tiene ya la esperanza de que las defensas compensatorias detengan el
derrumbe inminente. En estos casos ocurre invariablemente una aguda ansiedad.

Los pacientes que el tronco del árbol dibujan agujeros y animales mirando desde estos, pueden ser individuos que: a.) en
su interior sienten que un segmento de su personalidad está fuera de control (disociado) y que es destructivo en potencia
(el caso más frecuente es el de personas abrumadas por sentimientos de culpa obsesivos;) o b.) se identifican
primariamente con el animal que se encuentra dentro del tronco, en lugar de hacerlo con el árbol, y de ese modo revelan
su anhelo regresivo por una existencia uterina reiterada, cálida y protegida. De acuerdo con mi experiencia la identificación
con el árbol es más frecuente en individuos adultos y la identificación con el animal que se encuentra dentro del árbol, es
más común en los niños. Pero la guía más segura para la interpretación diferencial es el interrogatorio posterior al dibujo,
los otros datos proyectivos que se poseen y la historia clínica pues con frecuencia se da una superposición de ambos
grupos de edad en cuanto a la figura de identificación sea en adultos inmaduros o en niños obsesivos o fóbicos (con un
gran potencial para la disociación).

RAÍCES:
La excesiva preocupación por el contacto con la realidad, se expresa en la exageración que se destaca en las raíces del
árbol, ya que estas tienen como función el contacto con el suelo.
Recientemente, un paciente dibujo un árbol tipo garra: raíces que se esforzaban por "agarrarse al suelo". Al poco tiempo
sufrió un derrumbe psicótico manifiesto y debió ser internado. Cuando se le administró el H.T.P, dos semanas antes del
derrumbe psicótico, el modo en que las raíces de su dibujo se agarraban a la tierra ya revelaba el contacto hipervigilante
del paciente con la realidad y el pánico a perderlo.

Las raíces que se ven a través de la tierra transparente constituyen un indicio directo de un deterioro en el criterio de
realidad. Si se trata de una persona con una inteligencia media o superior, y que se encuentra en la edad adolescente o
adulta, este deterioro del criterio de la realidad debe considerarse como un indicio de la posibilidad, pero sólo de la
posibilidad de que existan otros indicios del proceso esquizofrénico.

ÁRBOL CON BASE AL BORDE DEL PAPEL. Los individuos inseguros, que padecen de sensaciones de inadaptación,
suelen utilizar como línea de base para sus dibujos el borde inferior del papel. Se apoyan en esta parte de la página, como
si esto representará para ellos una seguridad compensatoria. Es probable que los pacientes depresivos, que por lo general
emplazan sus dibujos en la sección inferior de la hoja, lleguen en ocasiones también hasta el borde; para la interpretación
diferencial entre ambas posibilidades es preciso tener en cuenta que los depresivos utilizan líneas débiles como expresión
del debilitamiento depresivo de la energía y el impulso, y que en general como algo favorito eligen el sauce llorón.

RAMAS:
Las ramas representan los recursos que el individuo siente poseer para obtener satisfacciones del medio, para extenderse
hacia los demás y para "ramificarse" en logros acertados. Las ramas del árbol con respecto al concepto que el individuo
tiene de sí mismo, constituye un símil inconsciente de los brazos en el dibujo de la persona. Joice Kilmer en su obra épica
pulsó como poeta las cuerdas del simbolismo, al expresar la siguiente analogía: un árbol que "extiende sus frondosos
brazos para rezar".

Algunos individuos intentan en ocasiones enmascarar con un optimismo superficial y compensatorio sus sentimientos más
profundos de incapacidad para obtener satisfacciones. Es probable que en estos casos dibujen personas con brazos muy
largos, extendidos fuera del cuerpo en una valiente actitud. Pero finalmente se delatarán en el árbol, el cual posiblemente
tendrá las ramas troncadas. Esto revelará que, en realidad el (la) paciente no tiene verdaderas esperanzas de éxito.

Las ramas altas y angostas, que se extienden hacia arriba y apenas hacia los costados, son típicas de los dibujos de
personas que quieren buscar satisfacción del ambiente y en el ambiente, y que por lo tanto se refugian, más de lo
necesario, en la fantasía. (arriba, hacia el tope de la hoja) para tener una gratificación sustitutiva. Los individuos que con
más frecuencia dibujan este tipo de ramas son los que se encuentran en la línea que va desde la introversión hasta la
esquizoidea.

Distinto es el caso en que las ramas se extienden hacia fuera, hacia el ambiente, y también hacia arriba, hacia el área de la
fantasía: aquí se advierte un mayor equilibrio.

Algunas personas acentúan tanto la extensión de la rama hacia arriba, que el extremo del árbol sobrepasa el borde
superior de la página. Esto constituye un ejemplo extremo de inmersión a la fantasía. Si bien los introvertidos esquizoides
exageran la extensión de las ramas hacia arriba, cuando estas se extienden más allá del rango superior de la página se
debe considerar posible la existencia de un rango esquizofrénico manifiesto o en desarrollo. Y es más aún si el tronco es el
que sobrepasa el borde mencionado.

Por el contrario, algunos examinados achantan en forma abrupta la parte superior del follaje o copa, como si intentarán
negar o rechazar totalmente el área de la fantasía. Recientemente esto se observó en el caso de una paciente que sentía
pánico ante las fantasías homosexuales, y de otro que intentaba negar la percepción de la dolorosa culpa que le traían sus
fantasías de matar a su hermano menor; estos dos pacientes buscaban reprimir las fantasías y negar los contenidos
amenazantes que se les imponía.
Las ramas unidimensionales que no forman estructura y están ligadas de forma inadecuada a un tronco unidimensional
(segmentación) sugieren la posibilidad de síntomas de organicidad (veáse fig.6) aunque los matices del resto de los dibujos
y de las demás técnicas proyectivas así como la historia del caso y los datos neurológicos sugieran o no organicidad, este
tipo de árbol siempre transmite una sensación de impotencia y futilidad, de falta de fuerza del "yo" y es una pobre
integración de los recursos para la búsqueda de satisfacción, todo lo cual contribuye a crear un cuadro gráfico de
inadaptación.

La flexibilidad en la estructura de las ramas, organizada de tal modo que van desde lo más grueso hasta lo más fino en
dirección próximo-distal, constituye un dato favorable e indica una gran habilidad por parte del examinado para obtener
satisfacciones de su ambiente. Esto es así siempre que el tamaño de las ramas guarde relación con el del tronco.

Las ramas tipo garrote o tipo lanza con afiladas puntas en los extremos o con pinches como púas señala la presencia de
intensos impulsos hostiles y agresivos. Si la conducta manifiesta indica que la persona no actúa según sus impulsos sino,
por el contrario, es bastante apacible y dócil, podemos asegurar que se trata de un ajuste superficial, logrado a expensas
de esfuerzos represores masivos que se acompañan de una tensión interna considerable, en estos casos el psicólogo
debería analizar con detalle los dibujos con el objeto de encontrar índices de descontrol que permitan evaluar la posibilidad
de actuaciones incipientes de dichos impulsos.

La excesiva acentuación de los índices de control puede indicar posibles inducciones impulsivas en la conducta manifiesta,
pues el individuo puede estar al borde del agotamiento de su potencial defensivo.

Las ramas bidimensionales y abiertas en el extremo distal revelan un escaso control sobre los impulsos (veáse fig.7). Un
esquizofrénico deteriorado, con la intuitiva sensibilidad de los enfermos cuyos procesos inconscientes han invadido la
conciencia comentó justamente en relación con el dibujo de un árbol con la rama abierta en el extremo: "… Este es mi
retrato, sin control sobre lo que sale de mí, sobre las cosas que hago".

Las ramas que mas que ramas parecen penes son típicas de personas con preocupaciones sexuales y/o que luchan por la
búsqueda de la virilidad.

Las ramas rotas y cortadas expresan la sensación que tiene el examinado de estar traumatizado y de no constituir una
unidad interna completa, se trata de sentimientos de castración, que en un nivel psico-social pueden darse bajo la forma de
sentimientos de inadaptación, inutilidad y extrema pasividad y en un nivel psico-sexual de sentimientos que pueden variar
desde la sensación de falta de virilidad hasta la impotencia.

Si el tronco está trunco, y desde el cabo crecen pequeñas ramas la persona siente que el núcleo del yo está dañado. Sólo
dos veces he visto este tipo de dibujo, en ambos casos se trataba de niños que habían comenzado tratamiento
psicoterapéutico. Este tipo de árbol representa una detención en el crecimiento emocional, y los primeros esfuerzos,
aunque débiles por volver a crecer, fueron quizás esfuerzos estimulados por la fase inicial del tratamiento.

Buck relata una experiencia similar con un paciente neurótico que estaba pasando por un difícil climaterio, se le receto
testosterona; después de esto le agregó al tronco largo y sin ramas que había dibujado pequeñas ramas unidimensionales
que parecían encajes.
Cuando las ramas, en lugar de dirigirse hacia el ambiente, lo hacen de forma centrifuga, hacia el árbol, estamos frente a
casos de egocentrismo con fuerte tendencia a la introversión. Este tipo de árbol por el momento sólo se ha observado en
obsesivos-compulsivos.

Las ramas muy grandes en un tronco relativamente pequeño, revela una exagerada preocupación por la búsqueda de
satisfacciones. Hace muy poco he tenido oportunidad de observarlo cuando le aplicaba el H.T.P a una persona, un día de
la semana por la noche.
El protocolo.

El protocolo proyectivo del paciente era extenso, rico y antes de finalizar con toda la batería ya era medianoche, el paciente
pidió permiso para telefonear a su esposa y le ofrecí mis disculpas para que las agregara a las suyas por llegar tan tarde a
casa, oí con sorpresa que le telefoneaba para decidir si a la 1 de la mañana se encontraban en el "Club de la Cigüeña" o
en el "Club 25" para comenzar la velada. Cuando le pregunte a que hora comenzaban sus citas comerciales al día
siguiente respondió con mucha naturalidad: "a las 9".
Su imperiosa búsqueda de placer como intento de aplacar o, al menos, enmascarar la voz interna de la duda con respecto
a su importancia como persona, apoyaba la interpretación (exagerado énfasis en la búsqueda de satisfacción) que surgía
de la estructura desequilibrada de la rama.

El extremo opuesto, es decir, una estructura de la rama muy pequeña y el tronco en exceso grande indica que el paciente
experimenta frustraciones debido a su incapacidad para satisfacer imperiosas necesidades básicas.

Uno de estos pacientes interrumpió el tratamiento cuando se mudó a otra ciudad, pero el otro al concluir su terapia dibujó
un árbol cubierto de frutos que expresaba su renovada sensación de capacidad y de optimismo con respecto al crecimiento
futuro.

Una mujer recién casada de 22 años cuyo marido había sido reclutado hacía muy poco tiempo, dibujó un árbol de este tipo;
sus sentimientos de frustración sexual y emocional aparecieron también en los protocolos de ROSCHART y del T.A.T.

Algunas veces, en especial en dibujos de niños, las ramas se extienden hacía el sol, esto es común en los jóvenes con una
fuerte necesidad de afecto frustrado.
El árbol extiende sus ramas buscando el calor de alguna figura autoritaria significativa (en este caso, representada por el
sol) de la que el examinado está necesitado.

Es posible que un niño dibuje un árbol inclinado, alejándose de un gran sol que esta a corta distancia de él. Esto es
frecuente en individuos que intentan apartarse de la dominación de alguna figura parental o de cualquier tipo de autoridad,
pues se sienten con dolor controlados, sojuzgados y en consecuencia inadaptados.

Antes de terminar con esta sección, merece mencionarse un tipo de ramas que se da en forma escasa, sin embargo,
posee un significado simbólico muy claro: se trata de ramas secundarias que se dibujan como espigas y las cuales se
insertan en las ramas primarias. Las puntas de las ramas secundarias en lugar de encontrarse en el extremo distal, se
encuentran en el punto de contacto con el tronco del árbol o con las ramas de las cuales crece. Estas pequeñas ramas
parecen enterrarse en las ramas más grandes en lugar de crecer de ellas.

Seguramente el lector ya ha anticipado la interpretación correspondiente: se trata de tendencias masoquistas.

Recuerdo un dibujo de este tipo. En una ocasión la mujer que lo hizo se quejo de las incomodidades que le acarreaban las
cañerías de la cocina, pues tenían un desperfecto y había tenido que llamar al plomero muchísimas veces en el plazo de
pocos días. "… Si tengo que llamarlo una vez más… (y el autor esperaba oír que la frase concluyera con alguna expresión
de rabia dirigida al exterior, como por ejemplo, pegarle al plomero en la cabeza con el palo de la cocina)… me arrancó el
pelo"; esta orientación intrapunitiva de la agresión concordaba con la orientación masoquista que sugerían las ramas del
dibujo.

Entre la tendencia intropunitiva y la extrapunitiva, se encuentran individuos con predominancia inpunitiva. Esto se aprecia
en el dibujo del árbol por lo que estas personas suelen envolver los extremos de las ramas con círculos como nube.
Las asperezas de las ramas están amortiguadas por una almohadilla de algodón.
Son personas cuya agresión no se descarga ni interna ni externamente, pues la inhibición lo impide. A menudo acompañan
a este "tratamiento inpunitivo de las ramas" maneras agradables y un suave modo de hablar.
De un modo general podemos decir que la impresión global de las ramas se correlaciona con una amplia visión de la
personalidad del individuo. Sea que las ramas o el follaje trasmiten una impresión de vida, de animación y suavidad, que
posean contornos angulosos, duros y firmes, o bien que estén dibujados espasmódicamente, con irritación, ansiedad e
inseguridad, en todos los casos la hoja del dibujo hace las veces de tela donde el individuo esboza el estilo más perdurable
de su personalidad.

ÁRBOL TIPO CERRADURA. Por parecerse a una cerradura, se le llama así al árbol cuyo tronco y follaje están dibujados
con una línea continua, sin ninguna separación entre la copa y el tronco.

Se trata de un espacio blanco encerrado, sin ninguna relevancia. Lo mismo que la respuesta de "espacio blanco" en el
ROSCHACH, es característico de individuos oposicionistas y negativistas, cuando el examinado dibuja este tipo de árbol,
obedece a la consigna del examinador, mas sólo en parte. Son personas que sin negarse totalmente a dibujar hacen lo
menos posible.

ÁRBOL "DISOCIADO". El nombre de esta respuesta gráfica se debe a que las líneas laterales del tronco no se conectan
entre ellas; se extienden hacia arriba, formando cada una su propia rama de estructura independiente (veáse fig.8).
Da la impresión de un árbol "disociado" o dividido en forma vertical por la mitad.
En realidad parecen dos árboles unidimensionales, uno al lado del otro. Estos árboles indican la existencia de una ruptura
de la personalidad, una disociación de sus componentes fundamentales, un derrumbe de las defensas y el peligro de que
los impulsos internos se vuelquen en el ambiente. Si en el H.T.P existe algún signo que pueda considerarse
patognomónico de la Esquizofrenia, ese signo es éste. Tanto Koch como Buck consideraron que el árbol dividido era un
índice de Esquizofrenia.

TEMA:
Hay temas que se explican por sí mismos: no se necesita aclarar el sentido de condena que implica un árbol con un halcón
revoloteando sobre su copa, o el sentido de degradación que revela un árbol orinado por un perro, o el sentimiento de
inminente mutilación corporal que trasmite el dibujo de un hombre identificado con una figura parental, que amenaza el
árbol con la total destrucción a hachazos.

Hemos observado que las mujeres embarazadas dibujan con frecuencia árboles frutales, y que los pacientes depresivos
muestran una llamativa preferencia por los sauces llorones.
A menudo los niños dibujan manzanos, y para ser exactos, con frecuencia del 35% a la edad del jardín de infantes y del
9% alrededor de los 10 años y casi nada cuando llegan a los 14 años. Parecería que los niños se identifican con el fruto,
mientras que el árbol representa a la figura materna; tal como hemos visto los niños que se sienten rechazados dibujan los
frutos a punto de caer del árbol o ya desprendidos de él.

EDAD ADSCRIPTA AL ÁRBOL:


Cuando un adulto en lugar de un árbol completamente desarrollado dibuja un retoño, manifiesta con claridad sus
sentimientos de inmadurez. Sin embargo, de todos modos para obtener un índice más exacto del nivel evolutivo que el
árbol parece trasmitir, al terminar se le hace un interrogatorio en relación con la edad del árbol que dibujó. De acuerdo con
nuestra experiencia la edad proyectada se vincula con el nivel psicosexual que él siente poseer. Esto se confirmó mediante
un estudio experimental que dirigí.

Los sujetos del experimento fueron 64 delincuentes sexuales de la prisión de Sing-Sing, de los cuales la mitad estaban
convictos por delitos de violación de mujeres adultas, y la otra mitad por acciones sexuales con niñas (pedofília). Los
violadores servían como grupo de contraste con los pedofílicos en relación con factores tales como la experiencia de la
detención, el juicio y el encarcelamiento por un delito sexual así como por vivir en un ambiente de prisión más o menos
común en la época en que se realizó el estudio.

La investigación clínica ha demostrado que los pedofílicos se sienten psicosexualmente inmaduros(as). Están fijados(as), o
han regresado a un nivel infantil.
De acuerdo con los estudios normativos, en ese nivel los impulsos sexuales se expresan bajo la forma de manipulación
sexual, y del mutuo tocarse y verse. Las actividades sexuales de la gran mayoría de los pedofílicos se reducen a esa
forma; debido a su inmadurez, para satisfacer sus necesidades sexuales, el pedófilo busca objetos sexuales inmaduros de
la edad de la que él mismo se siente psicosexualmente adaptado. En su juego sexual, intenta elegir, por decirlo así, a otro
niño(a) como compañero.
En consecuencia, si consideramos cierto el supuesto de que el violador se relaciona con adultos y el pedófilo con niños(as)
porque psicosexualmente se sienten más inmaduros que él, una comparación entre las edades adscritas a los árboles por
ambos grupos nos permitirá investigar la validez de la hipótesis de Buck referida a la edad adscrita al árbol como un reflejo
del nivel de madurez psicosexual que el sujeto siente poseer.

Los resultados fueron altamente significativos en la dirección predicha, la media de la edad adscrita por los violadores fue
de 24,4 años, mientras que la edad adscrita por los pedófilos fue de 10,6 años. La edad adscrita al árbol diferencia a los
pedófilos de los violadores en un nivel de confiabilidad del 1%, y sirve para confirmar la hipótesis.

ÁRBOL MUERTO:
Una de las preguntas del interrogatorio posterior al dibujo, se refiere a lo que el individuo siente en relación con la calidad
de vida o muerte del árbol. Los examinados que a la pregunta: "¿Esté árbol está vivo?" responden que no, que el árbol
está muerto, se consideran pacientes con un mal ajuste. Esta respuesta prevalece en los esquizofrénicos, deprimidos y
neuróticos graves que han perdido la esperanza de lograr una adaptación adecuada. Es decir, que estos comentarios
poseen un significado negativo desde el punto de vista del pronóstico, lo mismo que cualquier otro signo que sugiera
sentimientos de inutilidad.

En otro estudio sobre delincuentes sexuales comprobé que existía una progresión desde los sujetos violadores a los
pedófilos heterosexuales con respecto, a la frecuencia con que se veían árboles "muertos" lo cual concuerda con el
aumento de distancia del objeto sexual apropiado.

Por una parte estos datos confirman el hecho de que las personas más enfermas psicológicamente son las que consideran
al árbol "muerto" y por otra, permiten considerar a los pedófilos homosexuales (quienes se desvían de la norma tanto en la
edad como en el sexo de la pareja elegida) como el sub-grupo más enfermo de entre los delincuentes sexuales estudiados.
El aumento de distancia con respecto al objeto sexual apropiado es paralelo al aumento de posibilidad de que exista una
grave psicopatología. Del mismo modo la aparición de árboles muertos en el H.T.P sugiere la posible existencia de una
grave patología.

Si en el interrogatorio posterior al dibujo el paciente afirma que el árbol está muerto debemos averiguar si para él la muerte
fue causada por algo externo o interno. Si afirma que lo causó: parásitos, el viento, agentes naturales, rayos, etc… está
responsabilizando al ambiente externo de sus dificultades. Por lo general, estos pacientes padecen de agudos sentimientos
de traumatización. Si por el contrario, afirma que algo interno como: raíces, tronco o ramas estaban podridas se trata de
individuos que consideran su propia persona como inaceptable y/o nociva; he observado que hay patología y culpas
intensas en pacientes que perciben al árbol pudriéndose desde adentro que los que lo ven causado por algo externo. Si
todas las demás variables se mantienen iguales, por lo general, el pronóstico es mejor cuando se atribuye a agentes
externos.
Cuando el examinado percibe el árbol como "muerto" se le debe preguntar cuanto tiempo tiene de muerto. Se ha
comprobado que el tiempo transcurrido desde la muerte del árbol puede indicar la duración de los sentimientos de
desajuste e incapacidad del examinado o del sentimiento masivo de inutilidad o pérdida de esperanza, según sea el caso.

Para finalizar esta sección dedicada al árbol quizá sea necesario hacer una advertencia:
Se debe tener en cuenta que no siempre es posible estar seguro, sobre la base del dibujo sólo, acerca de cuál de los
posibles significados es el correcto para cada caso individual. Algunos significados son siempre correctos como
formulaciones generales; otros, por el contrario deben considerarse como indicaciones provisionales para poder descubrir
luego el significado más exacto en un examen completo de los resultados del interrogatorio, de la observación, del test,
etc…

PERSONA
La persona constituye el concepto del H.T.P que con mayor frecuencia se realiza en forma incompleta o se rechaza en su
totalidad, pues como autorretrato es el que está más "cerca de uno mismo" debido justamente a esta dificultad puede
determinarse que en el examinado surja el temor al fracaso, en especial en aquellos individuos que sienten que el test "no
les va a salir bien". Por esta razón durante el dibujo de la persona es cuando más a menudo se necesita el apoyo del
examinador.

Con respecto al tema, el dibujo de la persona puede motivar tres tipos de temas: el autorretrato, el ideal del yo y la
representación de la persona significativa para el sujeto (padres, hermanos, etc…)
A.) Un autorretrato que revela lo que el individuo siente ser. Con frecuencia en el dibujo de la persona se reproducen con
exactitud los contornos corporales (obesos o delgados), las áreas fisiológicas, como por ejemplo, una nariz ganchuda u
orejas grandes, etc…
Los pacientes con un C.I. medio o inferior, por lo general, reproducen sus propios rasgos corporales en el dibujo de la
persona como si se estuviesen mirando en un espejo. Es decir, si el individuo tiene la mano derecha torcida reproduce esta
condición en la mano izquierda de la persona. Por el contrario, la capacidad abstracta permite la representación en imagen
no especular (es decir que el lado derecho del entrevistado esté representado en el lado derecho de la persona del dibujo).
Rara vez se encuentra en sujetos que no tengan un alto cociente intelectual.

Se ha observado que las enfermedades fisiológicas e incapacidades físicas se reproducen en el dibujo sólo cuando ha
influido en el concepto que el examinado tiene de sí mismo, creando en consecuencia un área de sensibilidad psicológica.

Además de defectos físicos también se proyectan cualidades físicas, tales como: amplitud de hombros, desarrollo
muscular, aspecto general. Tanto es así que aún los individuos con incapacidad artística dibujan personas que se les
parecen mucho.

En el dibujo de la persona además del yo físico se proyecta una imagen del yo psicológico.
Por ello es posible que individuos con una altura normal o superior a la normal dibujen figuras pequeñas con los brazos
colgando con desgano a los costados y con una expresión implorante en el rostro. En este caso, proyectan una imagen
psicológica de sí mismos: pequeña, insignificante, inútil, dependiente, con gran necesidad de apoyo emocional a pesar del
yo físico que poseen.

Un hombre adulto siempre complaciente, que vivía siempre con sus padres y estaba controlado por una madre calculadora
dibujo un títere.

Un niño de 9 años dibujó un "muñeco de fútbol". El visitador social informó que al niño se le castigaba con frecuencia
privándole de comida y azotándole con un rebenque de 7 lonjas. Cuando se orinaba lo sumergían en agua fría "para que
aprendiese", mientras su madre estaba en el trabajo le castigaba su hermano mayor. Todo esto determinó en él un
autoconcepto inconsciente de "muñeco de fútbol", cuya función es recibir castigo.

En otro caso el auto desprecio de un paciente se manifestaba en el dibujo de un hombre pidiendo "limosna". Su sensación
de inutilidad con respecto a su rol masculino se revelaba en el dibujo con una vestimenta demasiado grande para él; las
ropas caían desde sus hombros y su cuerpo no las llenaba.

Otros ejemplos son: la persona agresiva tipo simio que dibujó un delincuente sexual; la persona tambaleante perdiendo el
equilibrio de un esquizofrénico, las ropas de maniquí que sugieren sentimientos de despersonalización; el dibujo de un
adolescente: persona con un bate de béisbol en una mano, una raqueta de tennis en la otra y bigotes, todos signos de
virilidad que revelan sentimientos de inadecuación en esta área. La mujer exhibicionista que se ingenió para que la mujer
del dibujo con la excusa de una fuerte ráfaga de viento le levantara la pollera por encima de la cabeza; el de un payaso
como fusión de los intentos del examinado por representar la inocuidad de sus impulsos instintivos con el uso secundario
de este concepto como maniobra para llamar la atención; la reducción de la energía que sugiere el dibujo de una persona
sentada en un sillón en lugar de estar de pie sobre sus pies (como estadísticamente es la normal); y la necesidad de calor
emocional y de seguridad que implica ubicar la figura en un sillón frente a una chimenea dibujada con mucho detalle; el
narcisismo que revela el dibujo de una mujer que con una mano se acaricia el cabello mientras baila sola al son de la
música (confirmado por respuesta del ROSCHACH animal mirando su reflejo en el agua), y el dibujo paranóide de un
hombre, con el cuerpo de perfil y rígidamente erecto, manifiesta rechazo a enfrentar la realidad y rígida falta de adaptación.
Tesis: autorretrato psicológico.

B.) Un ideal del yo en lugar de un retrato de lo que el sujeto siente que es.

Un hombre delgado, casi frágil, intensamente paranóide dibujó un boxeador cuyos hombros tenían las dimensiones de los
de un Hércules.

Una joven soltera embarazada, que sentía terrible vergüenza por la dimensión de su vientre, tan revelador de su estado,
dibujó una bailarina flexible, ágil y delgada, girando libre de todo peso.
Con frecuencia los adolescentes dibujan musculosos atletas en trajes de baño, y las adolescentes, actrices de cine con
vestidos de fiesta, es decir, estados ideales que los adolescentes añoran.

Con respecto a los pacientes obesos que recurren a terapia he comprobado que quienes se siguen adhiriendo a su ideal
del yo (es decir que dibujan una persona delgada en lugar de una obesa) tienen un pronóstico considerablemente mejor.

C.) Representación de una persona significativa para el sujeto en su ambiente contemporáneo o pasado, sea por una
valencia positiva o negativa. La transposición a la hoja de papel de la percepción que el individuo tiene de las figuras
significativas del medio, en contraste con la percepción de uno mismo se da más en los dibujos de niños(as) que en los
adolescentes o adultos. Por lo general, la persona que dibuja es una figura parental.
El hecho de que la representación de la figura parental se dé con mayor frecuencia en los dibujos de niños que en los de
adultos probablemente obedece a la mayor importancia que los padres poseen en la vida del niño(a), a la necesidad que
tiene este de poseer un modelo con el cual identificarse e incorporar a su autoconcepto.
Los adultos que dibujan figuras parentales por lo general, se encuentran "manejados por el pasado" y nunca han logrado
una total independencia del control parental.
Por esta razón, el tipo de percepción de la figura materna o paterna que el niño(a) manifiesta en sus dibujos constituye un
dato profético, pues predice los rasgos que años después un re-test gráfico demostrará que el niño(a) ha incorporado.

Un niño de 8 años al ser examinado por ser en exceso pendenciero con sus compañeros de clases, dibujó un hombre
amenazante desde todo punto de vista: se le veían los dientes afilados, un garrote en una mano, los dedos de la otra muy
poco convencionales: constituían una clara representación de algo que parecía una tejera arma que podría cortar o dañar
partes vitales del paciente. La investigación sobre el padre que realizó el visitador social, reveló que este era un déspota en
todos los aspectos, hombre cruel, punitivo y dominante. Actitudes pendencieras del paciente sugerían que se estaba
defendiendo contra la amenaza del padre investido de destrucción a través del mecanismo universal de la incorporación.

En una comprensible maniobra auto protectora, se cubría con el manto del enemigo para ponerse fuera del alcance del
daño. Se convirtió en el que intimida en lugar de ser intimidado. El proceso de incorporación se convirtió en puente a través
del cual el examinado trató de obtener seguridad comparativa.

De este modo los dibujos proyectivos, tienden a poner de manifiesto el yo sentido, el ideal del yo, y -nos tienta decirlo- el yo
futuro (excepto en los casos en que se dé la intervención de tratamiento psicoterapéutico, o de cambios significativos en la
situación ambiental.)

Al llegar a este punto recomendamos la lectura del Capítulo 4 sobre el Dibujo de la Figura Humana, de S.L., donde se trata
el significado que poseen los diferentes elementos en el dibujo de la persona.

Antes de concluir este capítulo consideramos un conjunto de dibujos de la lámina 3 tomada de uno de los manuales de
Buck. Constituye una muestra de dibujos de sujetos "normales"; los dibujos pertenecen a sujetos adultos de diferente nivel
intelectual, desde imbéciles a superior. En algunos de los dibujos podríamos señalar elementos neuróticos secundarios: las
múltiples chimeneas, sombreado ansioso del árbol del nivel "adulto medio", y la figura sentada que sugiere cierta
disminución de la vitalidad con el agregado de la pipa de un modo compensatorio. En conjunto representan el
funcionamiento de la personalidad en los diferentes niveles intelectuales. Pueden servir como marco de referencia
aproximado a partir del cual juzgar los tratamientos gráficos desviados.

Los dibujos proyectivos de la casa, el árbol y la persona, las respuestas verbales al interrogatorio posterior al dibujo, la
repetición de los dibujos con crayones (veáse el capítulo sobre H.T.P. cromático) y las respuestas al interrogatorio
correspondiente, junto con indicaciones que ofrecen otros test y los datos biográficos orientadores, ofrecen un conjunto de
información que permite estimar por lo menos, aproximadamente y a veces de un modo más específico, áreas conflictivas
del examinado, el tipo y la adecuación de sus operaciones adaptativas. Dentro del marco de referencia constituye un
análisis psicológico individual del modo total en que funciona una persona, los dibujos proyectivos ayudan al psicólogo a
apartar las cortinas que cubren las ventanas de la personalidad interna del examinado.

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