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Sexualidad Primeras Edades - Lectura Tutoria 1

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VARONA

ISSN: 0864-196X
hildelisagp@ucpejv.rimed.cu
Universidad Pedagógica Enrique José
Varona
Cuba

Novo Hernández, Idalmys; Fuentes Victorero, Rayderin; Gómez Moreno, Odalis


Educar hacia la sexualidad desde las primeras edades
VARONA, núm. 61, julio-diciembre, 2015, pp. 1-6
Universidad Pedagógica Enrique José Varona
La Habana, Cuba

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=360643422009

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VARONA, Revista Científico-Metodológica, No. 61, julio-diciembre, 2015. ISSN: 1992-8238

Educar hacia la sexualidad desde las primeras edades


Educating toward sexuality from the earliest ages
MSc. Idalmys Novo Hernández. Profesora asistente
MSc. Rayderin Fuentes Victorero. Profesora asistente
MSc. Odalis Gómez Moreno. Profesora asistente

Recibido: marzo 2015 Aceptado: junio 2015

Resumen: En el artículo titulado “Educar Abstract: In the article entitled Sex


hacia la sexualidad desde las primeras Education in Early Ages, several theoretical
edades”, se ofrecen referentes teórico- and methodological referents are presented
metodológicos que caracterizan la which characterized sex education in
educación de la sexualidad en los niños de children at pre-school, considering criteria
la primera infancia , teniendo en cuenta offered by different authors as well as the
criterios de diferentes autores y, las most updated trends on this matter. Taking
tendencias más actuales que se relacionan as a starting point the need of fostering a
con el tema desde la perspectiva de los responsible sexuality since early ages, and
autores, a partir de la necesidad de the crucial role of the family as the first
potenciar el desarrollo de una sexualidad school as well as the role of teachers and
responsable desde estas edades, jugando educators in the formation of the new
un papel esencial la familia como la primera generations.
escuela, la actividad de las educadoras y
Key words: sex education, theoretical and
maestras en la instrucción y educación de
methodological referents, responsible
las nuevas generaciones.
sexuality, formation.
Palabras clave: educación sexual,
referentes teóricos y metodológicos,
sexualidad responsable, la formación.

Introducción
Consideraciones sobre la sexualidad en los niños de la Educación Preescolar.
La sexualidad humana, como toda manifestación psicológica de la personalidad,
encuentra el fundamento de su desarrollo a lo largo de la vida, bajo la acción dinámica
de sus condicionantes naturales y del contexto sociocultural en el que se forma y
expresa. Una de las cuestiones más difíciles de explicar por los estudiosos de la
sexualidad y de vital importancia a la hora de trazar los principios esenciales de su
educación, se refiere al nivel de determinación de lo natural y lo cultural en el desarrollo
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psico–sexual del ser humano.


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VARONA, Revista Científico-Metodológica, No. 61, julio-diciembre, 2015. ISSN: 1992-8238

De ahí surgen interrogantes como:


¿Qué se adquiere y qué se hereda en la vida sexual?
¿Cuáles son las diferencias reales, esenciales entre el hombre y la mujer?
¿Condiciona el diformismo sexual biológico y psicológico, que se exprese en la
sexualidad femenina o masculina?
¿Son las relaciones de poder y subordinación entre el hombre y la mujer el resultado de
sus condiciones distintivas naturales?
Dar respuesta a estas interrogantes a partir de la investigación de las manifestaciones
sexuales individuales ontogénicas, o de los grupos generacionales actuales, no ha sido
posible. Prueba de ello son las discrepancias, que al respecto existen entre los
teóricos.
El estudio lógico sobre las transformaciones del género humano, desde la primera
infancia en las comunidades primitivas hasta hoy, ayuda a comprender y explicar cuáles
son las condicionantes de la sexualidad femenina y masculina.
Diferentes autores han expresados sus consideraciones acerca de las formaciones
psicológicas o componentes psicológicos de la sexualidad, como configuración de la
personalidad y su evolución en los primeros períodos de la vida, así tenemos por
ejemplo: Castro, P., Mariela C. (1989) , Palacio J, Hidalgo, V (2000), Castellanos B. y
González, A. (2003); ellos expresan “cómo ocurre respecto al conocimiento de sí mismo
en general, el conocimiento del grupo sexual al que pertenece, ocurriendo importantes
progresos en los meses que van, desde el año y medio a los tres años”. (1)
Los diferentes investigadores que han abordado las características de la sexualidad en
los niños y las niñas a los dos años, ya van comprendiendo que hay objetos que son
sexualmente marcados (corbatas, muñecas), y se clasifican así mismo en uno u otro
grupo sexual entre los dos y tres años.
En el estudio y sistematización realizada, se plantea que los niños y niñas de edad
temprana prefieren consistentemente como compañero de juego a quienes son de su
mismo sexo y, toman como modelo a personas de su mismo sexo, lejos de ser
puramente cognitivo, tiene repercusiones en el ámbito de la socialización y de la
construcción de su propia personalidad.
Además se constató, por las autoras de este artículo, que otro logro en la primera
infancia es el descubrimiento de la llamada constancia de sexo, que implica no sólo
saber que se es niño o niña, sino ser consciente de que esa es una característica
permanente, si es masculino o femenino de por vida.
Según plantean los autores Palacio J. y Hidalgo V: “La educación juega un gran papel
en el sentido de estimular el sexismo, reafirmando que los estereotipos ligados al sexo
en los niños, funcionan con más rapidez que en las niñas; las transgresiones de las
normas ligadas al sexo se aceptan más en los niños que en las niñas, los niños juegan
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fútbol y pelota con más frecuencia que las niñas a las muñecas. En este caso la
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socialización diferencial que reciben niños y niñas juegan un papel fundamental”. (2).
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El planteamiento anterior evidencia que el proceso educativo debe estar dirigido al


logro de un desarrollo integral de la personalidad de los niños/as , es decir, al logro de
formaciones intelectuales, socio- afectivas, actitudinales, motivacionales y valorativas,
imprimiéndole vital importancia al desarrollo de la educación sexual en los niñas y
niños de la primera infancia.
La llamada teoría cognitiva sobre la diferenciación sexual, establece que los niños/as
se comportan de manera sexualmente estereotipada en parte, ya que ello les ayuda a
tener más clara su identidad en este aspecto, fortaleciendo así sus esquemas
cognitivos relativos a la identidad sexual; por lógica, es indudable que existen
innumerables factores y razones por las que los niños/as se comportan de manera
diferente según su sexo.
La presión ambiental, educación y el hecho de que en épocas anteriores de la historia
de la sociedad, las cosas relativas a la diferencia sexual hayan sido diferentes a como
hoy en día, y el hecho de que en otras culturas sean diferentes, demuestra que la
presión socializadora, es fundamental.
Las autoras cubanas Castellanos B. y González A. abordan en su obra, un conjunto de
aspectos que se refieren a lo general sobre la sexualidad y sus componentes, lo que
permiten una comprensión de cómo sucede el proceso de desarrollo integral de la
niña/o, y plantean que: “la identidad de género como parte de la identidad total,
conforma sus bases en los cinco primeros años de vida” (3)
Castellanos Simons, Beatriz en su libro Sexualidad y géneros planteó: “en la constancia
de género surge la convicción de que en ninguna circunstancia, aún cuando se
transforme el atuendo o la apariencia, se deja de ser varones o mujeres” (4)
Las autoras coincide con el criterio de que en este sentido, las personas que rodean a
la niña o el niño, pueden desempeñar un papel significativo en la construcción de su
identidad de género, el cual se atribuyen desde pequeños, determinando rasgos y
cualidades que se llegan a aceptar por un mecanismo de sugestión reflexiva y,
finalmente se actúa en este sentido de manera consciente e inconsciente ante los otros,
reafirmando dichas características.
Tal modelo bajo la acción de los patrones de conductas de los otros, se instaura por la
identificación con el cuerpo sexuado, en particular, con los genitales que deben ser bien
conocidos y diferenciados del otro sexo, desde la primera infancia.
El modelo social genérico de la sexualidad refuerza toda la conducta que lo reproduzca
y, sanciona la que se aparte de él, como plantean Castellanos B. Y Alicia González: “en
el proceso de socialización, se le enseña al niño y a la niña, desde muy pequeños, a
actuar conforme a las expectativas del medio, y llega el momento en que ni él, ella, ni la
maestra dudan de que las referidas cualidades sexuales tengan un carácter natural,
universal”. (5)
La identificación psicológica con su cuerpo sexuado, en estas edades, tiene una
repercusión decisiva en todo su desarrollo psíquico sexual futuro. La formación de la
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identidad de género, núcleo de la sexualidad femenina o masculina, tiene entre el


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primero y el quinto año de vida su período sensitivo, es decir, la etapa en que se


establecen las bases esenciales, decisivas para su desarrollo a lo largo de la vida.
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Como abordan las investigadoras antes mencionadas:”en este período el niño y la niña
conocen su cuerpo, se clasifican conscientemente como varón o mujer, se distinguen
del otro sexo, y en coherencia con ello comienza a cultivar el sentimiento, la convicción
de la propia masculinidad o femineidad”. (6)
En el estudio realizado, se evidencia la tendencia permanente, consciente e
inconsciente, que impulsa a los infantes, a apropiarse de los modelos genéricos que
para su sexo dicta su contexto socio- cultural. Así el sentimiento íntimo personal de su
carácter sexuado, se comienza a recrear y expresar socialmente por medio del rol de
género, como manifestación de la identidad en su conducta cotidiana, en
correspondencia con las expectativas y exigencias que para su sexo perpetúa el
contexto social-cultural.
El rol es uno de los componentes sistémicos esenciales de la sexualidad, íntimamente
asociado a la identidad genérica y a la personalidad en su totalidad, es un fenómeno
psicológico que expresa la forma particular, propia de cada persona de interpretar y
resignificar los patrones sexuales y sociales, por tanto la sexualidad está determinada
por la interrelación entre lo biológico y lo social.
Diferentes autores entre ellos (Ana Rosa Padrón Echeverría, 2001, Aurora García
Gutiérrez,20 01, Beatriz Castellanos, 2003, Alicia González, 2003) se refieren al sexo,
como el conjunto de atributos de todo ser humano, anátomo-fisiológicos
(cromosómicos, genéticos, gonadales, hormonales, genitales, cerebrales), que lo
convierten en un ser sexuado, sólo en el proceso de socialización en el transcurso de
su vida; así el sujeto deviene una persona psicológicamente sexuada, con una
individualidad única, que lo convierte a la luz de sí mismo y de los otros, en una
personalidad femenina o masculina.
Castro, P. L. (2003) en su libro: Familia, sexualidad y educación, define a la ‘’educación
de la sexualidad como el proceso que conduce la formación y desarrollo de la
sexualidad, como configuración psicológica de la personalidad, promoviendo la
apropiación activa por parte del ser humano de la cultura de la sexualidad construida en
un contexto histórico social determinado’’ (7) , razón que permite a las autoras de este
artículo, asumir la educación de la sexualidad desde la primera infancia, siendo un
tema que se investiga.
En Cuba, atendiendo a las aspiraciones de su proyecto social, el modelo deseable se
perfila en una sexualidad autónoma (libre, plena y responsable), sobre la base de la
formación de la masculinidad o la femineidad sustentada en la equidad entre los sexos
La educación de la sexualidad en los niños y niñas de la primera infancia.
Se ha dicho que la niñez es el último reducto de la investigación sexual por cuanto
existen pocos datos fiables sobre la conducta social en estos años de formación.
¿Existe la sexualidad en la primera infancia?
¿Deben las familias hablar con los niños y niñas sobre la sexualidad?
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¿A partir de qué edad?


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Desde el nacimiento del niño o niña, comienza la formación de la personalidad y por


tanto el desarrollo psicosexual, y como parte de este, el complejo proceso de
diferenciación sexual socio psicológico, bajo la acción de los modelos sexuales que
brinda la familia y la sociedad, desarrollándose así progresivamente las bases de la
identidad genérica y la función del género, los cuales tienen en los primeros años de
vida su período sensitivo.
Del mismo modo los recién nacidos, varones responden de forma espontánea con
señales de excitación física. Es común que los bebés tengan erecciones mientras la
mamá los amamante, algunos padres se muestran alarmados en estos detalles y temen
que sea un indicio de anomalías o perversidades precoces, pero lo cierto es que la
calidad y blanda proximidad del cuerpo de la madre y el intensivo estimulo neurológico
que compacta la succión.
En las niñas lactantes sobreviene la lubricación vaginal, lo que indica que esta pauta no
se limita a uno de los sexos (aunque la erección del pene es más visible y por ello más
fácil de apreciar).
Signos similares de activación de los reflejos sexuales suelen presentarse al bañar al
bebé, cambiarle los pañales o cuando los padres retozan con él.
Los niños y las niñas sienten curiosidad por todas las cosas que tienen cerca, una de
estas es su propio cuerpo, por eso se tocan para conocerse y porque le produce
sensaciones de placer, observan el cuerpo de las demás personas y harán preguntas
sobre él. Es muy importante en estas edades que las familias respondan con
naturalidad y sinceridad todas las inquietudes que manifiesten sus hijos, y que les
permitan que los toquen.
Alrededor de los tres años se produce un momento crítico en el desarrollo del niño,
surgiendo los niveles primarios de autoconciencia: el yo sistema, núcleo central a partir
del cual reconforma la personalidad.
En estas edades tempranas existe una necesidad imperiosa de imitación por parte de
los infantes, de todo lo que ven a su alrededor, de este modo conocen la realidad y se
apropian de las formas de comportamiento socialmente establecida, comienzan un perfil
de su identidad sexual masculina o femenina. Aparece una incuestionable curiosidad
hacia las partes del cuerpo, y la mayoría de los pequeños descubren con la
estimulación genital sensaciones placenteras; primero juegan con sus genitales
solitarios y después resurgen juegos como: “enséñame los tuyos y yo te mostraré los
míos” o bien en los pasatiempos de doctores o enfermeras, además de frotarse el pene
o el clítoris manualmente, hay niños que se estimulan restregándose con una muñeca,
una almohada o cualquier otro objeto.
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VARONA, Revista Científico-Metodológica, No. 61, julio-diciembre, 2015. ISSN: 1992-8238

La educación de la sexualidad en los niños y niñas de la


primera infancia.

Papel -Familia.
mediador del -Educador.
adulto
-Niños.

Proceso de comunicación.

Desarrollo de la personalidad

Referencias bibliográficas
TORRES, M. Familia, unidad y diversidad. La Habana. Cuba: Pueblo y Educación;
2003, p. 19.
PALACIO, J. H. Características psicológicas de la sexualidad en los preescolares.
(Material impreso). La Habana. Cuba: Universidad de la Habana; 2000, p.76.
CASTELLANO, B., GONZÁLES, A. Sexualidad y géneros. Una reconceptualización
educativa en los umbrales del tercer milenio. (Tomo I). Colombia: Editorial Magisterio;
1996
CASTELLANO, B. A. Sexualidad y géneros. Una reconceptualización educativa en los
umbrales del tercer milenio. (Tomo II). Colombia: Editorial Magisterio; 1996
GONZÁLES HERNÁNDEZ, A. Hacia una sexualidad responsable y feliz. Documento
Teórico Metodológico. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1997, p. 2
GONZÁLES HERNÁNDEZ, A. Hacia una sexualidad responsable y feliz. Documento
Teórico Metodológico. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1997, p.3
CASTRO ALEGRET, P. L. Familia, sexualidad y educación. La Habana. Cuba: MINED,
UNFPA; 2003
6
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