Guia de Castellanos Cuarto
Guia de Castellanos Cuarto
Guia de Castellanos Cuarto
REPASO
PROPOSITO: Reforzar los conceptos adquiridos durante las sesiones del área de
castellano. para poder continuar con nuevas temáticas.
TOPICOS GENERATIVOS:
La oración y su estructura.
Sustantivo y clases: propio, común, abstracto, colectivo, patronímico
EVALUACIÓN:
CONOCIMIENTOS PREVIOS:
LA ORACIÓN
SUJETO PREDICADO
Informa de quien se Expresa algo sobre el
habla sujeto.
Los adjetivos son las palabras que dicen cómo son o cómo están las personas,
los animales y las cosas. Tienen el mismo género y número que el sustantivo
al que se refieren.
TALLER.
1. Organiza las palabras, de manera que formen oraciones coherentes. Escríbelas.
______________________________________________________
b. trabajadores. somos colombianos muy Los
______________________________________________________
c. Todos respetar naturaleza. debemos la
_________________________________________________________
d. mágicos. Harry tiene Potter poderes
__________________________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
_________________________________________
COMPRESIÓN DE LECTURA
PROPOSITO: Fomentar la compresión lectora de los estudiantes, a través de un texto
narrativo.
TOPICOS GENERATIVOS: Lectura comprensiva.
EVALUACIÓN:
El elefante curioso
Hace mucho tiempo atrás, los elefantes no tenían trompa. Solo tenían una nariz
oscura y curva, del tamaño de una bota, que podían mover de un lado a
otro, pero con la que no podían agarrar nada.
Un día, un pequeño elefante que era muy curioso y no paraba de hacer
preguntas, les preguntó a sus padres: “Papás, ¿qué come el
cocodrilo?”. Pero sus padres estaban cansados de tantas
preguntas y no le contestaron. Entonces, se fue donde el pájaro
Kolokolo y le preguntó: “Kolokolo, ¿tú sabes qué come el cocodrilo?”. El pájaro Kolokolo, que
también estaba cansado de las preguntas del elefantito, le contestó con una voz quejumbrosa:
“Anda a la orilla del gran río Limpopo, que tiene aguas verdosas y corre entre altos árboles.
Allí lo averiguarás tú mismo”.
Finalmente, en la orilla del río Limpopo tropezó con un tronco caído. Pero lo que el
elefantito creía que era un tronco caído, era en realidad… ¡un cocodrilo! El elefantito le
preguntó con muy buenos modales: “Perdone usted, ¿ha visto por estos lugares una cosa
llamada cocodrilo?”. Y el cocodrilo le dijo: “Yo soy el cocodrilo, ¿qué más quieres saber?”.
El elefantito estaba feliz de haberlo encontrado, así que le dijo con entusiasmo y muy
buenos modales: “Usted es al que andaba buscando hace tiempo. ¿Podría decirme qué come
usted?”. El cocodrilo le dijo entonces: “Acércate un poco más, pequeñuelo, y te lo diré al
oído”.
El elefantito puso la cabeza junto a la boca colmilluda del cocodrilo y el cocodrilo lo agarró
de la nariz. Sin soltar la nariz del elefantito, le dijo: “Creo que empezaré tragándome... ¡un
elefante!”.
“¡Suélteme, que me lastima!”, le dijo el elefantito (con la nariz tapada).
La serpiente boa se deslizó hacia la orilla del río y le dijo al elefante: “Amiguito, si no tiras
hacia atrás con todas tus fuerzas, esta bestia te llevará de un tirón antes de que puedas decir
¡ay!”.
El elefantito empezó a tirar y tirar con toda su fuerza. Y la nariz se le empezó a alargar y
alargar. El cocodrilo daba coletazos en el agua, y también tiraba y tiraba y no soltaba la nariz
del elefante.
La nariz del elefantito siguió alargándose más y más. La
boa llegó hasta la orilla del río y se enroscó en un pata
de atrás del elefante, diciendo: “Caminante curioso,
vamos a ayudarte un poco...”. Y la boa tiró y tiró y, al
fin, el cocodrilo soltó la nariz del elefante.
El elefantito dio las gracias a la boa e, inmediatamente,
envolvió su nariz en cáscaras de banana y la sumergió
en las aguas frescas del río Limpopo. Pero la nariz no se
le acortó ni un poquito. La boa le dijo entonces: “¡Ya verás
que te será útil!”.
En ese momento, una mosca se posó en el lomo del elefantito y, casi sin darse cuenta, le -
vantó la trompa y la espantó.
— ¡Primera ventaja! —dijo la boa.
Luego, el elefantito sintió hambre. Alargó la trompa y agarró un manojo de hierbas, lo sacu-
dió para quitarle el polvo y se lo llevó a la boca.
— ¡Ventaja número dos! —exclamó la boa.
— Así es —dijo el elefantito. Y como tenía calor, sin pensar, sorbió una buena cantidad de
agua de la orilla del río y la derramó sobre su cabeza.
— ¡Ventaja número tres! —dijo la boa.
—Bueno —dijo el elefante—, ahora me vuelvo a casa —. Y regresó a su hogar
balanceando su larga trompa de un lado a otro.
Cuando llegó a su casa, todos se alegraron mucho, pero en seguida dijeron: “Mereces un
castigo por irte tan lejos y por lo que has hecho con tu nariz”.
— ¡No! —exclamó el elefantito y, alargando la trompa, con un par de empujones dejó ten-
didos a varios de sus hermanos.
Después de unos días, los otros elefantes descubrieron que la trompa resultaba muy útil y,
uno tras otro, marcharon hacia la orilla del río Limpopo. Y, desde ese día, todos los elefantes
tienen una trompa exactamente igual a la de aquel curioso elefantito.
Rudyard Kipling. The elephant’s child. (Adaptación)
TALLER
Antes
¿Para qué sirven las palabras subrayadas? Encierra en un círculo los dos puntos, las comas y las
letras y. ¿Para qué sirven?
______________________________,
_______________y___________________.
_______________________________, la
__________________________________________________________de los
personajes.