1.

Del tema “Al tercer día resucitó de entre los muertos” expuesto en el Catecismo,
presente los siguientes aspectos:

• El estado de la humanidad resucitada de Cristo (No. 645-646)

El catecismo describe en estos dos puntos (645-646) que el cuerpo de Jesucristo

resucitado es invisible, aunque por misericordia de Dios se adapta a nuestra

capacidad de entender esta nueva realidad del Señor, Él ha querido ser visible y

palpable, no tenía necesidad de esconderse sino que se hizo el milagro de ser

visible a los ojos humanos en momentos determinados, los peregrinos de Emaús

(Lc 24, 13-35), la participación de la cena de con los discípulos (Lc 24, 30-32), el

estado de Cristo resucitado no es un estado visible de una forma continua, de

hecho desaparecía, porque lo propio de su estado de resucitado es un cuerpo

invisible. Esta serie de apariciones viene en ayuda de nuestra fe, ya que nuestro

ser racional necesita pruebas palpables para creer, es el caso de Tomas (Jn 20,

24-29),al cual le cuesta tanto creer, y esa es nuestra naturaleza, todos tenemos

necesidad de tocar y de palpar, es por esta razón que el Señor por su misericordia

quiso que hubiera una serie de testigos oculares.

El catecismo en estos puntos señala que las apariciones de Cristo resucitado

fueron sensibles y perceptibles, también es cierto que la humanidad de Jesucristo

no es la de antes, sino una humanidad glorificada. Se aparece en medio de los

apóstoles sin haber entrado por la puerta y son varios los textos bíblicos que nos

hablaran de este punto (Jn 20, 19-29), también es representativo que se le

apareciera al grupo de las mujeres porque en aquellos tiempos el testimonio de la

mujer no tenía ningún valor legal, ahora son ellas las primeras testigos de la

resurrección, María Magdalena llega al sepulcro (Jn 20, 11-18), posiblemente la

mujer por los dones que Dios le ha dado tiene una sensibilidad y una capacidad de

percibir esto y de tener esa entrega para con Cristo.

• Sentido y alcance salvífico de la Resurrección (No. 651-655)

De Jesús se afirma que su paso de la vida a la muerte, consecuencia de la

crucifixión, fue seguido inmediatamente por otro paso, el paso de la muerte a la

vida, a una vida nueva y totalmente distinta que abarca presente y futuro, la tierra

y el cielo, a Dios y a la humanidad, el mundo presente y el mundo que vendrá, por

esta razón el cristianismo entiende a Jesús como el que “vive”, no solo como el

que vivió, con Él el mundo futuro ha empezado, la fe cristiana fija su mirada en un

Jesús que ha traspasado el umbral de la muerte y nos da está afirmación: “Dios lo

ha resucitado de entre los muertos”, desde el primer momento queda claro que no

hay cristianismo sin la resurrección de Jesús.

Hablar del sentido salvífico de la Resurrección de Nuestro Señor, nos lleva a decir

que la transformación que Él ha experimentado en su humanidad al resucitar es y

debe ser comunicada a toda la humanidad, nos dirá la carta a los romanos 1, 3-4:

“Jesús ha sido constituido Hijo de Dios con poder”, en la glorificación de la

humanidad de Jesús se unen la resurrección de lo humano y lo divino se funden

en una sola cosa y esta resurrección que tiene lugar en Jesús está destinada a ser

comunicada a toda la humanidad.

Vivir en gracias es ser resucitado con Cristo, en muchas ocasiones no le damos

valor al don que es vivir en gracia, “Aspirad a los bienes de arriba”, hablar de

Cristo glorificado en su resurrección se refiere a la vida eterna como destino a la

vida del cielo y esta vida eterna comienza en cada uno de nosotros al llevar una

vida gracia y esta es el adelanto del cielo. Es en la resurrección donde

descubrimos la divinidad de Jesús.

2. De manera suficientemente argumentada, ¿qué le respondería a una

persona que dice: “la Resurrección no puede ser catalogada como un

acontecimiento histórico, ya que se trata de un hecho trascendente, pues

nadie vio con sus ojos cuando ocurrió y nadie puede decir cómo sucedió

físicamente pues se trata de un hecho no perceptible a los sentidos” ?

Estimado señor el acontecimiento histórico y el acontecimiento trascendente van

de la mano porque no se puede dar la resurrección sin la muerte de nuestros

Señor Jesucristo, por eso en este momento hablaremos de la importancia del

acontecimiento histórico y su importancia en la historia de la salvación.

De acuerdo con la historicidad de los relatos del sepulcro toma un papel relevante

la figura de la mujer en particular el de María Magdalena siendo ella la primera en

notar la ausencia del cuerpo de nuestro Señor en el sepulcro con el agravante que

por el derecho hebreo de aquel tiempo la mujer no tenía ningún valor como

testigos, vemos como en el libro de los proverbios se pone de relieve la figura de

la mujer como loca, pendenciera, lunático y melancólica, el historiador judío Flavio

José escribe que los testimonios de mujeres no valen y no son escuchados entre

nosotros, a causa de la ligereza y de lo traicionero de este sexo.

La lista de los primeros testigos de la resurrección recogida en la primera carta de

San Pablo a los corintios se pone en primer lugar la aparición de Cristo a Pedro (1

Co 15, 5) se apareció primero a Pedro luego a los doce.

Es importante tener en cuenta que las pruebas fiables con las que cuenta la iglesia

es que ninguno de los evangelistas narra la forma como se dio la resurrección, en

esta caso la única que lo hace es el evangelio de Pedro escrito en apócrifo, el cual

no esta incluido en la iglesia dentro de sus textos oficiales en el cual se encuentra

el relato más antiguo conocido sobre este argumento que fue quizás redactado en

Siria hacia la mitad del siglo II.

Los primeros discípulos de Jesús fueron hombre que tenían por profesión la

pesca, lo cual los llevaba a tener de forma muy arraigada la mentalidad semita,

con lo cual las manifestaciones de Jesús resucitado recalcan sus experiencias

concretas de encuentros reales.

Según el testimonio de los hechos de os apóstoles confrontado con las cartas de

San Pablo a los Romanos, Corintios y Gálatas la iglesia primitiva a predicado la

resurrección de Jesús con ocasión del Primer Pentecostés dos meses después de

la muerte de Jesús (Hch 2, 24-36).

El documento más antiguo sobre Jesús resucitado se encuentra en 1Co 15,

escrita por san Pablo en la mitad de los años 50 d C, menos de 20 años después

de la muerte de Jesús.

La experiencia de un Jesús vivo motiva a los discípulos a tener un cambio radical

después de estar derrotados, humillados, perdidos se hicieron incansables

anunciadores de su resurrección, al punto de dar también la vida por llevar el

evangelio a todos los rincones de la tierra.

La muerte de Jesús en el Calvario debía significar el fin de toda esperanza en la

venida de un salvador, morir en la cruz significaba morir bajo el peso de una

maldición religiosa (Gal 3, 13).

3. Haga un comentario al contenido del numeral 2. Significado de la

Resurrección de Jesús (p. 4-13) del artículo del sacerdote y teólogo

jesuita José Ignacio González Faus, que se encuentra en el Tablón

de Cristología en la plataforma.

Para realizar el comentario de este articulo lo primero a lo cual me voy a referir

será quien es el profesor Jose Ignacio González Faus,

José Ignacio González Faus

Nació en Valencia España, en el año 1935. Teólogo Jesuita y sacerdote desde

1963, desde 1968 es profesor en la facultad de teología de Barcelona. Conocedor

de Latinoamérica, defiende la aspiración popular a la libertad y a la justicia. Entre

sus obras, cabe mencionar La humanidad nueva. Ensayo de cristología (1974),

Acceso a Jesús (1979), Clamor del Reino (1982) y El proyecto de hermano (1989),

Otro mundo es posible… desde Jesús (2.009), Herejías del catolicismo actual

(2.013), autor de numerosos cuadernos de Cristianisme i justicia.

Basta resaltar su estilo tan personal en el que la parábola, la metáfora, el relato

simbólico, la anécdota histórica, la carta resultan en sus manos géneros literarios

que rebosan espíritu y vida. Para muchos González Faus es uno de los grandes

teólogos creyentes de nuestro tiempo. Buen conocedor del alma latinoamericana y

de sus ansias de justicia y libertad, José Ignacio sigue siendo, además de

fundador, responsable académico del Centro de Estudios “Cristianisme i Justicia”.

Teniendo en cuenta la trayectoria del Profesor y teólogo José Ignacio González F.

y su estilo de escritura el cual es muy sensible a las realidades sociales lo vemos

reflejado en el articulo “significado de la resurrección de Jesús para el hombre de

hoy”, el cual no se queda en el sentido trascendente de la resurrección sino que le

imprime su toque critico al hombre actual, en medio de su sentir, participe de una

sociedad desigual que necesita volver los ojos al Cristo Resucitado ese que sale

todos los días al trabajo con nosotros y sufre todas aquellas injusticias que son

reflejo de una sociedad desigual lo cual lo hace ser un hombre duro pero que en
su corazón lleva ese toque amoroso del Dios creador ese que sigue dando la vida

por nosotros y lo dirá el autor en uno de los apartes del articulo la injusticia no

tiene la ultima palabra, continua diciendo el autor la primera experiencia de

religiosa en que Dios es justo y como tal no es su voluntad la injusticia, y la

injusticia es como un denso humo negro que no nos permite ver la presencia de

Dios en su Hijo Resucitado, pero solo falta con cerrar los ojos y en medio del ruido

prestar atención resonara como un trueno sus palabras de amor que nos hablan al

corazón, concluyendo así su articulo diciendo que La Fe en la Resurrección es

efectivamente la oferta de una buena noticia que es lo que significa la palabra

Evangelio, y en estos días sique lo podemos evidenciar en medio de la pandemia

como la humanidad ha salido de las capsulas en las cuales se sentían seguros

para acompañar a los que sufren los efectos de la pandemia, haciéndolos más

cercanos al otro, a ese que necesita una ayuda material o espiritual y eso que

vemos hoy por tantos medios de comunicación en ultimas es ese Jesús que ha

Resucitado y nos invita ha seguirlo porque como lo Hechos (20, 35) “Hay más

dicha en dar que recibir”.