La Resurrección de Jesús
La Resurrección de Jesús
La Resurrección de Jesús
este punto de vista comienza a elaborarse una teología muerto y sepultado, resucitado y que se apareció a los
desde una lectura cristológica de la Escritura (... suyos.
secundum Scripturas, 1 Cor 15,3) y que tiene su centro
en una cristología de corte eminentemente pascual. )2 Evangelios
Así el núcleo más antiguo de esta primera reflexión
A diferencia de la tradición originaria del kerigma
cristológica ha sido el que se refiere a la resurrección
pascual, propia de estas fórmulas de confesión, la
como exaltación a la derecha del Padre (Fil 2). Esta
proclamación de los evangelistas es eminentemente más
variedad del lenguaje de la resurrección (exaltación,
narrativa, mostrando los hechos ocurridos antes (muerte
glorificación, sentado a la derecha del Padre, ...) no
y sepultura) y después (sepulcro vacío y apariciones) de
implica ni contradicción ni negación de la historicidad,
la resurrección.
sino que por lo exclusivo del conocimiento humano y
consiguientemente del lenguaje, cada término, aun Los sinópticos no pretenden exponer notarialmente el
diciendo lo mismo, explicita más un aspecto u otro. Así, acontecimiento pascual, sino que la narración se ha
con éste de exaltación se insiste en la acción del Padre hecho conforme a una tradición narrativa aproximativa,
sobre el hombre Cristo Jesús, sentando a su derecha al con relatos yuxtapuestos sin suturas redaccionales,
que en filial obediencia había llegado a la muerte apenas sin intentos de armonización, pues “el hecho en
ignominiosa. Por tanto, el Mesías comparte el trono con sí mismo es cierto; claramente se ve que no se ha
Dios y es presentado como modelo de todo hombre, que podido, ni querido, precisar cómo se desarrolló todo”6.
está llamado a identificarse con Él por la acción en los Lo que intentan es dar testimonio de la acción salvífica
corazones del Espíritu Santo, que desde su misma de Dios en Jesús, valiéndose de recursos literarios que
glorificación envía. nunca y de ningún modo supondrán una contradicción
respecto del hecho mismo ni una falta de credibilidad
)1 San Pablo con respecto a los testigos.
El punto común a todos y esencial es la afirmación de emfane (Act 10,40), de la raíz de faino, que
la realidad de la resurrección del crucificado, lo que significa presentar, hacer visible.
nosotros denominamos a continuación la realidad e parestesen (Act 1,3) que en sentido transitivo
identidad del resucitado, y que queda demostrado con el significa poner ante los ojos.
sepulcro abierto y las apariciones post-pascuales. Esto En Act 12,9 se nos narra cómo S. Pedro se ve libre de
es lo que pasamos a describir. la cárcel, y dice que no sabía que era verdad (alethes),
sino que aquello le parecía una visión (horama <
horao). Son dos términos contrapuestos, pues en tanto
.II Dimensión histórica y transhistórica de la aquel muestra la realidad de lo percibido, éste se refiere
resurrección de Jesús. Realidad e identidad a una visión interna, tanto diurna como nocturna, siendo
del resucitado. entonces algo parecido a un sueño. Y el alethes es muy
similar al ontos, y éste sí que es utilizado a lo largo del
relato pascual (“Verdaderamente ha resucitado el Señor,
pues se ha aparecido a Simón” Lc 24,34)7.
El anuncio pascual de los evangelios aparece También es necesario recordar que los apóstoles se
testificado de un doble modo: autodefinen como martyres, testigos, pero este término
tiene un matiz muy preciso, pues antes de tener el
Los relatos de las apariciones pascuales de Jesús a sentido de garante, tiene el carácter pasivo de
sus discípulos, que se centran en Galilea; espectador o auditor: “lo interno, lo imaginario, sentido
Los relatos en torno al sepulcro vacío, que apuntan o presentido, no es objeto del martyr.”8
a Jerusalén.
Pasaremos a describir brevemente cada uno de estos .b El sepulcro vacío
elementos, y a continuación sacaremos las debidas
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No
conclusiones en torno a la historicidad. Un último punto está aquí, ha resucitado.” (Lc 24,5-6)
es el referente a la corporeidad del resucitado.
Son varios los relatos que hacen referencia al hallazgo
del sepulcro vacío, que aparece en todos los
.a Las apariciones
evangelistas e incluso en S. Pablo (Mc 16,1-8; Mt 28,1-
Se pueden distinguir dos tipos de apariciones en la 8; Lc 24,1-12; Jn 20, 1-18; Act 2,30-31; y el ya
tradición evangélica. comentado de 1Cor 15,3-5).
Un primer tipo lo comprende los relatos de En el marco de los acontecimientos pascuales, éste es
apariciones a privados, con un esquema bastante el primer elemento que se encuentra. No es en sí una
libre. Así, las apariciones a las mujeres (Mt 28, 9ss), prueba directa, pues por sí sólo y aislado de su contexto,
a Pedro (según Lc 24,34), a los discípulos de Emaús no puede interpretarse como una prueba de una
(Lc 24,13-35), a María Magdalena (Jn 20,11-18). resurrección llevada a cabo por una intervención divina.
El segundo tipo comprende los relatos de A pesar de todo, para los discípulos constituyó un signo
apariciones oficiales a los once (Mt 28,16-20; Mc esencial, ya que su descubrimiento fue el primer paso
16,14-18.19-20; Lc 24,36-49; Jn 20,19-23.24-29), para el reconocimiento de la resurrección.
que presentan un esquema sustancialmente común: El término “resurrección” alude inequívocamente al
aparición y saludo de Jesús, acto de “ponerse en pie”. El “sepulcro” es, en efecto, el
reacción de incredulidad de parte de los apóstoles, sello de la muerte de Jesús, y el cadáver la prueba de
que realmente había muerto. Así, pues, la resurrección
reproche de Jesús,
no acontece más allá del mundo, sino que está referida a
revelación y comprobación de la realidad de su la historia y al ser de Jesús, afirmando la identidad del
identidad, crucificado y el Señor glorificado.
encomienda de la misión.
Por lo tanto hemos de concluir que el sepulcro vacío
Para comprender en mayor profundidad el alcance de no tiene tanto un valor apologético como un valor
estas apariciones, es muy oportuno un estudio detenido referente, pues es signo de la resurrección. Su valor
de los términos más usados en estos relatos. Vemos que como prueba es a posteriori, como refrendo de las
es ofthe el más repetido, pasivo aoristo de horao. Este apariciones: no se cree por el sepulcro vacío, pero no se
verbo es un término técnico bíblico que hace especial puede creer sin el sepulcro vacío. Con la mentalidad del
referencia a una manifestación de origen divino, y que judaísmo tardío no se concibe una salida del sheol que
en la forma gramatical utilizada (aoristo pasivo, no sea también una salida del sepulcro, por lo que
sumamente rara) nos muestra una autorrevelación hemos de reconocer que los discípulos no hubieran
activa, no simplemente “ser vistos”. Pero lo que el creído si hubieran encontrado su cuerpo corrupto.
término no consigue es ayudarnos a desvelar el mayor o
menor matiz sensible, pues puede referirse a algo
perceptible por los sentidos, o simplemente a una idea.
7
Esta teoría es recogida principalmente por D. Manuel Guerra,
Afinaremos más en esta dirección si hacemos profesor de Burgos habitual en los tribunales de Bachillerato. Él
referencia a los otros verbos con los que el ofthe afirma: “Éstos dos términos (alethes y ontos) aluden a algo real,
aparece, y que no dejan rastro de duda: percibido por los sentidos, en ambos casos por los de Simón Pedro.”,
cfr. M. GUERRA, Antropología y teologías, Pamplona 1976.
8
M. Guerra, o.c.
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.a Dios Padre
13
“Se siembra un cuerpo natural (corpus animalem, 14
), resucita un cuerpo espiritual (corpus spiritale, “Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy no vendrá a
). Pues si hay un cuerpo natural, hay también un vosotros el Paráclito; pero si me voy os lo enviaré.” (Jn 16,7).
15
cuerpo espiritual, como está escrito: Fue hecho el primer hombre, TMA 4.
16
Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida (factus est TMA 5.
17
primus homo Adam in animan viventem, novissimus Adam in spiritum TMA 10.
18
vivificantem)” (1Cor 15,44-45). TMA 40.
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