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Paleo Americano

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Paleoamericano

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Paleoamericanos cazando un gliptodonte.


El Paleoamericano o Paleoindio es la era inicial y la m�s larga de la historia
americana (comprende todos los sucesos ocurridos aproximadamente antes del 8000 a.
C.). Durante ese tiempo se desarrollaron las primeras herramientas de piedra y las
bases de la diversidad �tnica y ling��stica de Am�rica precolombina. Por extensi�n,
se aplica tambi�n el t�rmino para designar a los seres humanos que vivieron en el
continente durante esa fase.

Si bien todos est�n de acuerdo en que inicia con la primera presencia humana en
Am�rica, no hay consenso sobre el momento en que esto ocurri� y las rutas
migratorias que siguieron esos grupos. Por muchas d�cadas, la propuesta dominante
fue la llamada teor�a del poblamiento tard�o, para la que los primeros humanos no
pudieron haber llegado antes del 11 000 a. C. debido a condiciones m�s
climatol�gicas y a que no hay evidencia arqueol�gica v�lida que respalde una fecha
anterior.

Algunos descubrimientos posteriores a los a�os sesenta pusieron en tela de juicio


la validez de esta propuesta. Algunos sitios ubicados en el centro y sur del
continente arrojaron fechas por radiocarbono m�s antiguas que las ofrecidas por los
partidarios de la teor�a del poblamiento tard�o ?tambi�n llamada �clovis primero�?,
lo que dio pauta al fortalecimiento de la teor�a del poblamiento temprano. Muchos
de estos hallazgos han sido objetados por inconsistentes, generalmente con el
argumento de una contaminaci�n del yacimiento por factores no humanos. Sin embargo,
la solidez de la evidencia hallada en Monte Verde (Chile) no deja lugar a duda, y
sus fechas por radiocarbono (12 800 a. C.) son anteriores a las de cualquier otro
yacimiento norteamericano libre de objeci�n.

Los datos disponibles para la historia de este per�odo son escasos, particularmente
en las �poca m�s antiguas, y generalmente se trata de inferencias a partir de los
hallazgos arqueol�gicos, que consisten principalmente en herramientas de piedra y
restos org�nicos ?humanos, animales y vegetales? o de antiguos campamentos. A
partir de ellos se observa una complejidad creciente y una exploraci�n tecnol�gica
que dio como resultado una mayor diversidad de materiales para la confecci�n de
herramientas y la especializaci�n de estas para diversas actividades.

�ndice
1 Poblamiento de Am�rica
2 Periodos
3 Subperiodos del paleoindio
3.1 Periodo protoindio
3.2 Periodo paleoindio
3.3 Periodo mesoindio
4 La llegada de los primeros humanos a los Andes peruanos
5 La salud en la prehistoria
6 Paleoindio en una localidad espec�fica: San Vicente de Tagua Tagua
6.1 La laguna de Tagua Tagua
6.2 Mastodonte de Humboldt
6.3 El per�odo arcaico en el centro de Chile: los cazadores especializados (8000
a 600 a. C.)
6.3.1 El cementerio m�s antiguo de Chile
6.4 Per�odo agroalfarero temprano
6.5 Per�odo agroalfarero intermedio tard�o
7 Bibliograf�a
8 V�ase tambi�n
9 Notas
Poblamiento de Am�rica

Evoluci�n del puente de Beringia (1000 a�os/s).


Art�culo principal: Poblamiento de Am�rica
Durante la �ltima glaciaci�n (glaciaci�n de W�rm), la concentraci�n de hielo en los
continentes hizo descender el nivel de los oc�anos en unos 120 metros. Este
descenso hizo que en varios puntos del planeta se crearan conexiones terrestres,
como por ejemplo Australia con Tasmania y Nueva Guinea; Filipinas e Indonesia;
Jap�n y Corea. Uno de esos lugares fue el denominado Puente de Beringia. Debido a
que el estrecho de Bering, que separa Asia de Am�rica, tiene una profundidad de
entre 30 y 50 metros, el descenso de las aguas dej� al descubierto un amplio
territorio que alcanz� 1500 kil�metros de ancho, uniendo las tierras de Siberia y
Alaska, hace aproximadamente 40 000 a�os.

Exist�a en ese entonces un puente terrestre entre Asia y Alaska, que apareci�
cuando los glaciares del �ltimo per�odo glaciar estaban en su m�ximo, aprisionando
millones de kil�metros de precipitaci�n que normalmente habr�an ido a los oc�anos.
La falta de esa agua redujo el nivel del mar de Bering m�s de 90 metros, bastantes
para convertir los bajos del estrecho en un puente de tierra que un�a los dos
continentes.
Este fen�meno natural sucedi� dos veces: la primera hace aproximadamente 40 000
a�os y se mantuvo por 4000 a�os, la segunda formaci�n se produjo aproximadamente
hace 25 000 a�os por 11 000-10 500 seg�n Scott A. Elias.1? Despu�s, al final de la
glaciaci�n, se inundaron los territorios y se separ� definitivamente Asia de
Am�rica en lo que hoy es el estrecho de Bering. Esas dos ocasiones fueron una
oportunidad propicia para que tribus de Siberia cruzaran hacia Am�rica.

Una de las teor�as sobre la llegada del hombre a Am�rica, es la del cruce por el
puente de Bering: los cient�ficos afirman que el puente de Bering, en condiciones
de ser transitado por hombres y animales, dur� un "breve" per�odo durante la �ltima
glaciaci�n, cuando el nivel del mar lleg� a bajar 120 metros aproximadamente, y el
actual estrecho de Bering, se convirti� en istmo, durante dos etapas. La primera
etapa dur� unos 4000 a�os y la segunda etapa, unos 15 000 a�os. Es decir, el puente
de Bering se mantuvo en condiciones de tr�nsito durante unos 19 000 a�os.

La ruta que siguieron los primeros humanos que cruzaron, pudo haber sido por los
valles ubicados al sur de los montes Chukots en Asia y el ingreso a Am�rica, pudo
haber sido por la pen�nsula Seward. Entre ambos puntos extremos en Siberia y
Alaska, no hay m�s de 75 kil�metros.

La ruta de Bering es indiscutible y est� confirmada por pruebas arqueol�gicas,


gen�ticas y culturales. Lo que actualmente se discute es si esta fue la �nica ruta
para el ingreso del Homo sapiens a Am�rica y la �poca de las migraciones. La misma
ruta de Bering presenta dos posibilidades: una netamente terrestre y la otra
costera, incluso de cabotaje. la primera de ambas probabilidades hasta hace poco
casi "oficial" en la comunidad cient�fica, actualmente es objetada ya que la ruta
netamente terrestre significaba atravesar zonas glaciares o casi glaciares en donde
la supervivencia humana era muy dif�cil, mientras que un cabotaje sin dudas fue
perfectamente practicable y, esto explicar�a que se encuentren en Norteam�rica
yacimientos m�s antiguos en las zonas costeras del Pac�fico cercanas a California y
que los ?hasta el presente hallados? yacimientos en zonas m�s septentrionales de
Norteam�rica, sean m�s tard�os.
Los primeros yacimientos norteamericanos presentan restos humanos de un fisiotipo
diferente al de los indoamericanos t�picos, se encuentran m�s semejanzas con los
paleosiberianos del yacimiento del Yana, de este modo es que se habla de una
primera poblaci�n de paleoamericanos a la cual luego se sobrepuso la de los nativos
americanos.

La llegada de los primeros hombres a Am�rica, se habr�a producido hace alrededor de


35 000 a�os atr�s.

Otras rutas de probables migraciones, fueron las siguientes:

Pen�nsula de Kamchatka (Siberia), islas Aleutianas (Pac�fico), costa sur de la


pen�nsula de Alaska. Procedencia: asi�tica. Habr�an utilizado embarcaciones
rudimentarias.
Islandia, Groenlandia, Labrador, Terranova. Procedencia: europea. Remy Coteville-
Giraudet document� entre 1928 y 1931 la hip�tesis del origen europeo (Cro-Magnon)
de los "pieles rojas" (algonquinos). Emerson Greenman en 1963 plante� la ruta
hipot�tica de la migraci�n europea a Am�rica durante el paleol�tico superior y el
origen europeo de los beotucos de Terranova. Bruce Bradley y Dennis Stanford
replantearon en 1999 la existencia de esa migraci�n basados en las similitudes
entre la industria l�tica solutrense, y la cultura clovis.
Ocean�a, Ant�rtida, Am�rica del Sur. Debieron usar balsas primitivas (teor�a del
antrop�logo portugu�s A. Mendes Correia).
Melanesia, Polinesia, Am�rica. Tambi�n debieron usar balsas, del tipo polinesio
actual (teor�a del antrop�logo franc�s Paul Rivet).
Periodos
Dentro del periodo paleoindio se pueden distinguir dos fases:

Cazadores-recolectores indiferenciados: culturas caracterizadas por una industria


l�tica arcaizante (cantos tallados, lascas musteroides, bifaces...). Los restos son
escasos pero pueden ponerse ejemplos datados por encima de los 30 000 a�os de
antig�edad en todo el continente: Topper (en Estados Unidos), Pedra Furada (en
Brasil), Tlapacoya (en M�xico) y Monte Verde (en Chile).
Puntas de proyectil: culturas de tecnolog�a l�tica muy avanzada y con una econom�a
basada en la caza de animales de tama�o mediano y grande. Aparece hace unos 13 000
a�os y se caracteriza por diversos tipos de puntas de lanza foli�ceas finamente
elaboradas, las m�s famosas son las de la cultura Clovis (sur de EE. UU.), aunque,
por supuesto, hay muchas m�s. A destacar, por situaci�n geogr�fica, la Cueva Fell
(en Pali Aike, Chile), cuyas puntas, llamadas de �cola de pescado�, se datan en el
11 000 a. C.
Subperiodos del paleoindio
Periodo protoindio
Con una fecha de arranque que queda abierta, ya que todav�a no se ha dicho la
�ltima palabra en cuanto al momento de la llegada de los primeros hombres al
continente, este subper�odo se prolonga hasta aproximadamente 20 000 a. C. En este
lapso los inmigrantes inician su adaptaci�n al nuevo medioambiente y se expanden
por todos los confines. Los protoindios eran b�sicamente buscadores de comida que
cruzaron el estrecho persiguiendo a sus presas (mamuts, antiguos bisontes, etc.)
integrando bandas de cazadores-recolectores que lentamente fueron desplaz�ndose con
rumbo sur. Su instrumental era preferentemente fabricado en madera, hueso y piedra,
trabajando esta �ltima mediante la talla por percusi�n. De esta manera produjeron
grandes choppers (hachas de mano), raspadores, martillos y herramientas bifaces que
se han encontrado en las excavaciones arqueol�gicas en abundancia. En Venezuela
(Jobo y Cumar�), en California (Farmington), aparecen sepultados por material
aluvional. En Texas e Idaho (Estados Unidos), en Muaco (Venezuela), en Tequixquiac
(M�xico), en Pikimachay (Per�) se encuentran asociados a restos de fauna extinta de
hace 22 000 a�os. En Argentina, en el altiplano andino y en la regi�n valliserrana
aparecen restos semejantes.

Los protoindios integraban peque�os grupos compuestos por familias de cazadores


menores y recolectores que se cubr�an con las pieles de los animales que mataban en
los alrededores de los glaciares. Algunos grupos con mayor movilidad fueron
desplaz�ndose hacia el sur, sobre regiones que ofrec�an mayor variedad de alimentos
vegetales y animales. Los hallazgos de menos de 20 000 a�os muestran una variaci�n
en el modo de vida de estos cazadores-recolectores, lo que nos indica el comienzo
de una nueva etapa.
Periodo paleoindio
En este per�odo, que se extiende desde el 20 000 hasta el 8000 a. C. es abundante
la cantidad de restos arqueol�gicos hallados en Estados Unidos, M�xico,
Centroam�rica y Sudam�rica. Aparece una nueva industria l�tica, la de las puntas de
proyectil, talladas finamente en piedra que presentan variedades denominadas
clovis, lanceoladas, folsom, inca, fell, cola de pescado, etc. que dan cuenta de la
gran difusi�n de esta t�cnica, que llega hasta el noroeste argentino, el R�o de la
Plata, Patagonia y Tierra del Fuego. El especialista alem�n M�ller Beck afirmaba
que esta t�cnica pudo ser aportada por nuevos inmigrantes procedentes de Asia que
pasaron por Bering hace entre 28 000 y 23 000 a�os, antes de que el �ltimo avance
de la glaciaci�n Wisconsin cerrara el corredor de Alaska.

La otra gran innovaci�n del per�odo lo constituy� el atlatl o propulsor, artefacto


que aumentaba la eficacia en el lanzamiento de las jabalinas por parte de los
cazadores. Estas mejoras tecnol�gicas constituyeron la base de las grandes culturas
cazadoras del Pleistoceno, que habitaron las praderas y valles boscosos
norteamericanos de clima benigno y abundancia de animales de presa. Los yacimientos
excavados se�alan sitios de campamento y matanza, con restos industriales y huesos
de bestias f�siles.

Aunque no han quedado testimonios, se supone que fabricaron redes, cuerdas, adornos
de hueso y plumas, etc. En Mesoam�rica (M�xico y Am�rica Central) y Sudam�rica se
han reconocido versiones de estas formas culturales perfectamente adaptadas al
medioambiente, que complementaban la caza mayor con la recolecci�n, desarrollando
un estilo de vida que perdur� por siglos sin modificaciones sustanciales.

Periodo mesoindio

Inicios de la agricultura en diferentes regiones del planeta; solo se consideran


las �reas de desarrollo primario no las que domesticaron plantas por influjo de
regiones que previametne hab�an desarrollado la agricultura.
La retirada de los hielos hacia el norte (fin de la glaciaci�n Wisconsin) gener�
importantes cambios clim�ticos y ecol�gicos hacia el 8000 a. C. provocando la
extinci�n o la emigraci�n de los grandes animales que constitu�an la base de
sustentaci�n de los grupos paleoindios. El paisaje americano comienza a parecerse
al actual y los cambios se reflejan en las nuevas sociedades que surgen en este
per�odo. Diferentes patrones de subsistencia, tecnol�gicos y de asentamiento
se�alan la aparici�n del mesoindio, que se prolonga hasta el 1000 a. C. La
alimentaci�n de estos grupos se basaba en la recolecci�n de frutos

La llegada de los primeros humanos a los Andes peruanos


Los primeros humanos llegaron al territorio peruano con las mismas caracter�sticas
que sus antepasados que cruzaron la Beringia, con sus rudimentarios conocimientos
de caza y recolecci�n de frutos, asimismo, con creencias religiosas y formando
pandillas o bandas; y, comienzan a vivir en zonas ricas de flora y fauna, para
luego con los a�os descubrir la agricultura y la ganader�a, como fue el caso de la
costa peruana, en donde se vuelven semi sedentarios, debido a los recursos marinos
que encontr� en sus costas, listas para ser recolectadas.

As�, encontramos al humano m�s antiguo en el Per�, ubicado en la pascana de


Paccaicasa, en la cueva de Piquimachay. Parece ser que la regi�n andina comprendida
entre la l�nea ecuatorial y los 20� de latitud sur, fueron la zona preferida de las
bandas de recolectores, cazadores y pescadores, ocupando los pisos ecol�gicos
quechua, suni, puna, yunga y chala. Estos primeros pobladores se acostumbraron al
ambiente de los Andes y crearon muchos siglos despu�s, las primeras culturas
andinas, y posiblemente una de las primeras, fue la del complejo de Piki en
Ayacucho.
Este sitio se encontraba a 12 km al norte de Ayacucho (capital regional del
departamento de Ayacucho). Los restos fueron ubicados en la cueva de Pikimachay, a
una altitud de 2740 msnm, y se dataron en el 15 500 a�os, en el piso ecol�gico
sierra quechua.

Ahora bien, es innegable que esta primitiva sociedad al sentirse desamparada, ante
la ferocidad de algunos animales, las inclementes condiciones clim�ticas y otras,
adversas a su subsistencia, sinti� la necesidad de protegerse y desarrollaron
mecanismos de seguridad, mediante abrigos (cuevas) seguros y, armas desde luego. La
necesidad de seguridad ya era innata al hombre peruano. La organizaci�n social
imperante, era la �comunidad primitiva�: vida, trabajo y subsistencia en com�n.
Obligados por la escasa tecnolog�a, estos primeros habitantes de los Andes peruanos
hac�an sus pocas actividades en forma conjunta con el resto de la banda y lo que
obten�an, producto de ese esfuerzo, lo repart�an en partes iguales, sin importar
edad o g�nero. En los momentos de la recolecci�n, la banda era guiada por el hombre
m�s experimentado, pero durante la cacer�a por el m�s h�bil o por el m�s fuerte.
[cita requerida]

Existen otras evidencias tempranas de ocupaci�n de los Andes peruanos en


Jayhuamachay, Pachamachay y cerro Huargo, en el 13 500 a. C.

En 1969, el estadounidense Thomas Lynch (Universidad de Cornell) descubri� los


vestigios culturales m�s importantes, del 10 560 a. C. (muestra GX 1859), en la
denominada Cueva del Guitarrero (Guitarrero Cave), a 6 kil�metros al sur de la
ciudad de Yungay, en la orilla occidental del r�o Santa, en el Callej�n de Huaylas,
regi�n Ancash, provincia de Yungay, en la Cordillera Negra, en el norte de los
Andes peruanos. La cueva se encuentra a 2580 msnm, y all� se han encontrado restos
f�siles y que seg�n su data, fue utilizada durante todos los siglos del nomadismo y
de la �poca de los inicios de la agricultura por lo que a este lugar se le
considera "uno de los grandes testimonios del origen de la agricultura en Am�rica";
pertenece al piso ecol�gico denominado Quechua.

En los estratos inferiores se han encontrado puntas de proyectiles y restos de


cuchillo, seg�n su descubridor, el arque�logo Thomas Lynch, parece ser que fue la
primera f�brica andina de instrumentos y armas.

En la costa peruana, cerca de Lima en Anc�n, se encuentra Chivateros, cerca de la


desembocadura del r�o Chill�n que evidencia la presencia humana hacia el 8500 a.
C.; y as� podemos seguir enumerando sitios, en donde si bien no hab�a a�n el
concepto de Estado y Naci�n, pero qu� duda cabe, el humano peruano, sin saberlo
quiz�, iniciaba su camino lento pero inexorable hacia ello y hacia la civilizaci�n,
la m�s grande de Am�rica: la Inca.

As� tenemos Lauricocha, en Hu�nuco, conjunto entre los 3.950 msnm, es decir, regi�n
Suni y los 4.500 msnm, regi�n Puna. Ah� se encontr� raspadores y lascas, huesos
fosilizados de cam�lidos y c�rvidos (taruga o taruca), ra�ces y tub�rculos,
proyectiles de puntas foli�ceas en forma de sauce o laurel, tumbas, la mayor�a de
ni�os, figuras de animales, representaci�n de danzas ceremoniales, etc., con una
antig�edad de 8.000 a. C., con comprobaci�n cient�fica irrefutable. Es interesante
analizar Lauricocha: se nota una organizaci�n del trabajo, ya una cierta
organizaci�n espacial. La movilidad de la banda se hac�a entre la cueva refugio y
los refugios estrat�gicos de caza y recolecci�n. Denota ya a esa temprana �poca,
una organizaci�n de la seguridad y defensa de la banda u horda y de sus sitios semi
temporales de refugio.

Ya en Lauricocha, debieron haber tenido una organizaci�n m�s avanzada a la de las


bandas y debieron manejarse otros par�metros como la obediencia a los jefes,
respeto a los primeros �especialistas�, y, defensa colectiva de su c�rculo de
supervivencia y de sus cuevas�refugio.
Otras antiguas huellas de los Andes peruanos, son Tres Ventanas, Guitarrero II,
puente Jayhua, Toquepala (Tacna), Pachamachay y Telarmachay en Jun�n, y tambi�n
Santo Domingo de Paracas.

En la etapa de los cazadores superiores, se inicia la explosi�n cultural del hombre


andino peruano y se inicia con las pinturas rupestres, que eran pintadas en las
paredes de las cuevas y en algunas piedras ceremoniales.

No hay duda que el dominio del fuego, trajo consigo m�s seguridad y sociabilidad a
los hombres de aquella �poca. Al amparo de la seguridad de las llamas que los
proteg�an de las fieras, a la vez que daba calor al hogar, los hombres, mujeres y
ni�os, pod�an prolongar su jornada, una vez que hab�a anochecido. Es innegable que
alrededor de esa llama que daba seguridad y luz al anochecer, se reun�an los grupos
de las bandas para fabricar sus armas y cocer sus alimentos. Esas horas de
convivencia al calor del fuego, debi� estimular a usar cada vez m�s la expresi�n
verbal.

Y as� llegamos a la revoluci�n agr�cola en los Andes peruanos. Desde los or�genes
de la humanidad, hasta el siglo XXI, la humanidad ha pasado innumerables
acontecimientos, pero son dos los que la han marcado, por el significado que
tuvieron: uno de ellos es la revoluci�n agr�cola y el otro, la revoluci�n
industrial. La revoluci�n agr�cola se efectu� en todo el mundo, entre el 10 000 a.
C. y el 5000 a. C. La revoluci�n agr�cola se da en Am�rica y el resto del mundo
casi en forma simult�nea y aut�noma.

La revoluci�n agr�cola, se da en el actual territorio del Per�, entre el 6000 y el


2500 a. C. y convirti� al n�mada en sedentario, al cazador en pastor, al recolector
en agricultor. Las cavernas dieron paso a las viviendas con la finalidad de cuidar
el huerto y el ganado. Se produce la divisi�n del trabajo. Se rompe la unidad
grupal, al darse cuenta el hombre que para criar sus animales y sembrar, no
necesita del grupo y mira a su entorno, que son su mujer y sus hijos, toma
conciencia del concepto de familia y la protege. Se llega a este estado desde la
etapa de �recolectores y cazadores superiores�, etapa en donde el hombre toma
conciencia de la �caza y recolecci�n selectiva�, es decir, solo recoge los frutos
maduros y deja los �verdes�; caza los animales adultos, y encierra y cr�a a los
cachorros.

En la revoluci�n agr�cola, parece ser que domesticaron primero la calabaza, los


pallares, el frijol, la quinua, las papas, el algod�n y el ma�z, en ese orden
cronol�gico, en las plantas; y el cuy, la llama y la alpaca, fueron domesticados
entre los animales, mientras que la vicu�a y el guanaco, fueron objeto de caza
selectiva.

Evidentemente, la �sociedad primitiva�, entra en crisis y toma br�os la �comunidad


aldeana�, en donde el n�cleo b�sico es la familia; los v�nculos, son ahora de
parentesco.

L�gico que esta divisi�n no se dio de la noche a la ma�ana; a�n en plena revoluci�n
agr�cola, la sociedad se dividi�: unos continuaron con la pesca, caza y
recolecci�n, mientras que otros se dedicaban a la agricultura y ganader�a.

Hasta que se llega a una nueva sociedad andina, basada en la agricultura y el apego
a la Pachamama (madre tierra en quechua). En un medio de topograf�a variada, el
antiguo hombre peruano tuvo que usar al m�ximo su ingenio, para crear las
condiciones de siembra y de vida sedentaria. La ingenier�a hidr�ulica, toma
entonces una importancia vital y es as� que comienza su desarrollo en esta etapa.
Se inici� tambi�n la tarea de ampliar la frontera agr�cola con los andenes,
denominados camellones o waru waru.
As� llegamos al Estado-Naci�n; parece ser que el primer asentamiento en territorio
peruano estuvo ubicado en Chilca, cerca de Lima, al norte de la provincia de
Ca�ete. Son casas de juncos y troncos de forma c�nica y muy rudimentarias muy
cercanas entre s� y de las chacras de frijol y calabaza. Parece ser que esta aldea
fue organizada en el 5500 a. C. y abandonada en el 2300 a. C.

La salud en la prehistoria
El hecho de convertirse en seres humanos representaba una notable ventaja para
nuestros antepasados prehist�ricos. Mientras que los animales perd�an hasta un 80%
de su descendencia, los seres humanos perd�an solo entre el 30% y el 50% de sus
hijos. Adem�s, ocasionalmente los seres humanos eran capaces de sobrevivir hasta
m�s all� de su edad de capacidad reproductiva, hecho inusual en el mundo animal, y
este prolongamiento de vida, evidenciaba una mejor adaptaci�n del ser humano.
Probablemente los cazadores recolectores primitivos eran propensos a sufrir ciertas
enfermedades cr�nicas, causadas por organismos que pueden sobrevivir dentro del
organismo humano que eran transmitidas mediante el estornudo, el aliento o los
alimentos infectados.[cita requerida]

Posiblemente, una de las enfermedades m�s comunes que sufr�an nuestros antepasados
estar�an relacionadas con el tracto intestinal. Parece ser que gran parte de las
infecciones por consumo de carne de animales infectados, pudieron a la larga haber
hecho inmune en cierto modo, al hombre prehist�rico. Sin embargo, otras infecciones
accidentales, que solo ocasionalmente se presentaban en el ser humano, habr�an
tenido efectos devastadores.[cita requerida]

El doctor Fernando Prada Alonso, al respecto de la salud en la prehistoria, nos


dice: �Partiendo de esta evidencia no parece probable que hayan existido otras
enfermedades desconocidas que hubiesen podido afectar a estas poblaciones
primitivas. Sin embargo, otras enfermedades que hoy en d�a son relativamente
benignas, pudieron haber sido extremadamente virulentas en otros tiempos�. Debido a
las enfermedades, el promedio de vida de los hombres era de 35 a�os y el de las
mujeres de 30 a�os. Esta diferencia de cinco a�os no se deb�a solo a los embarazos
y a los peligros del parto, sino a las condiciones mismas de vida que llevaban las
mujeres, en el levantamiento de campamentos, cocina, etc.

Con referencia a la corta esperanza de vida, no se tiene en cuenta las enfermedades


end�micas, solo las duras condiciones del nomadismo, el clima, las luchas y peleas.
En Egipto por ejemplo, a un lado del Nilo, se descubrieron fosas en donde por las
evidencias arqueol�gicas, se pudo determinar que casi la mitad de la poblaci�n
muri� por graves traumatismos, es decir de manera violenta.

Durante el neol�tico (8000 a. C.), cuando se estaba en la transici�n al


sedentarismo por la revoluci�n agr�cola, la estatura del individuo, se fue
modificando (tendi� a disminuir); el motivo puede ser la dieta alimenticia, pero
tambi�n existe la posibilidad de nuevas enfermedades end�micas que hubieran tenido
impacto, especialmente aquellas que causan anemias como la malaria y la
anquilostomiasis. Tambi�n fue aqu� donde se encontr� la primera evidencia de
talasemia, una adaptaci�n hereditaria de los gl�bulos rojos de la sangre, que act�a
contra la malaria.

La poblaci�n prehist�rica, cre�a que el dolor, era debido a factores externos, no


solo debido a las heridas sino debido a los esp�ritus malignos. En tales casos, se
llamaba a brujos y chamanes para aliviarlos.

La trepanaci�n, una de las pocas pr�cticas prehist�ricas de las que se tiene


evidencia arqueol�gica, se realizaba practicando un peque�o agujero en el cr�neo,
con una especie de broca de carpintero con mango. Esta se practicaba en casos de
dolor de cabeza, epilepsia y algunas enfermedades mentales: esta pr�ctica fue com�n
en todo el mundo (era un remedio heroico, basado casi siempre en la creencia de que
el dolor era provocado por un "esp�ritu" que pod�a ser desalojado del enc�falo
mediante la horadaci�n del cr�neo, facilit� que esta pr�ctica durara milenios el
hecho de que los sobrevivientes a la misma en efecto ve�an disminuidas o eliminadas
las insoportables cefaleas al haber una descompresi�n en la cavidad craneana). Los
que lograban sobrevivir a la trepanaci�n, cubr�an sus heridas con trozos de
calabaza, piedra, conchas de moluscos, e incluso, con plata y oro.

El m�dico de la Sanidad Naval de la Marina de Guerra del Per�, capit�n de nav�o SN


(MC) Ar�stides Herrera Palacios, m�dico, marino de profesi�n y asesor del presente
t�tulo, afirma que: �En Europa usaban como amuleto los restos de la trepanaci�n. La
pr�ctica de la trepanaci�n se hizo com�n hasta bien entrada la Edad Media�.

Paleoindio en una localidad espec�fica: San Vicente de Tagua Tagua


V�anse tambi�n: Paleoindio y San Vicente de Tagua Tagua.
De acuerdo a estudios de polen realizados en la zona de la Laguna de Tagua Tagua,
se estableci� que en gran parte del Pleistoceno superior, predominaba un clima m�s
fr�o que el actual, con una cubierta arb�rea representada por especies del bosque
valdiviano como coig�es, robles y lengas. Alrededor de los 10 000 a�os disminuye la
formaci�n del parque de con�feras, por aumento de la temperatura.2?

El humano se asent� en la zona hace aproximadamente 12 000 a�os.3?Se cre�a que eran
los m�s antiguos pobladores de estas tierras (Chile): craso error, pues las
investigaciones realizadas por Tom Dillehay en el ya famoso sitio paleoindio de
Monteverde en las cercan�as de Puerto Montt, han determinado que se puede datar en
el 12 800 a. C., lo que lo sit�a como el asentamiento humano m�s antiguo de Chile
(Tagua Tagua bordea los 9000 a. C.), e incluso como uno de los m�s tempranos del
continente americano.

Estos primeros cazadores americanos, a quienes los arque�logos han llamado


�paleoindios�, as� como al estadio de desarrollo cultural que los describe, se
ubicaron en Tagua Tagua para acechar y cazar a estos grandes animales que quedaban
entrampados en los pantanos del lugar, para lo cual utilizaron una sencilla pero
eficiente tecnolog�a como grandes bloques de piedra y lanzas armadas con filosas
puntas de proyectil de cuarzo finamente talladas.

En el 12 500 a. C. llegaron al valle de Tagua Tagua los primeros pueblos cazadores


recolectores siguiendo el rastro de grandes animales como mastodontes, caballos
americanos y ciervos de los pantanos. El cambio clim�tico debido al fin de la
�ltima glaciaci�n, el progresivo avance en la utilizaci�n de t�cnicas de cultivo y
la domesticaci�n de animales permiti� la paulatina sedentarizaci�n de estos
pueblos, que se asentaron en el curso de los r�os y en los valles formados por la
cordillera de la costa, para cultivar ma�z, qu�noa, zapallo y porotos y para
aprovechar la variedad de peces y mariscos que les otorgaba el mar y las maderas de
las quebradas costeras plenas de arrayanes, boldos, peumos, canelos y maqui.

La laguna de Tagua Tagua


Art�culo principal: Laguna de Tagua Tagua
Este cuerpo de agua quedaba a cinco km al sur de San Vicente (Chile), desecada en
el siglo XIX, encontr�ndose restos de animales prehist�ricos como mastodontes,
caballos americanos y sapos gigantes. Hasta hace muy poco se cre�a que era el lugar
de ocupaci�n humana m�s temprana de Chile (9380 a. C.) pero m�s tarde se encontr�
el ya citado de Monte Verde (cerca de Puerto Montt), que era 3500 a�os m�s antiguo
(12 800 a. C.). Arque�logos y paleont�logos de todo el mundo han visitado los
socavones del piso desecado de la laguna Tagua Tagua, haciendo hallazgos
importantes. Como todo lugar que se precie, se describe al menos dos monstruos que
habitaban dicha laguna.

Naturalistas como el franc�s Claudio Gay (1800-1873) ?a pesar de no ser arque�logo?


visitaron la laguna haciendo estudios arqueol�gicos.

Alrededor del a�o 1833, don Javier Erraz�riz Sotomayor concibi� un proyecto de
desag�e parcial de la laguna, la que no ten�a desag�e natural, provocando
inundaciones durante los a�os especialmente lluviosos. Los trabajos duraron cerca
de 10 a�os. Es posible que un s�bito aumento del nivel de las aguas haya hecho que
estas irrumpieran con fuerza en el t�nel 34�27'50.47?S 71�10'0.35?O que se estaba
construyendo para tal efecto. El canal fue incapaz de contener la crecida, y se
deshizo, dejando libre paso a sus aguas y desecando la laguna.

Mastodonte de Humboldt
Art�culo principal: Mastodonte de Humboldt
En la laguna desecada, un equipo de arque�logos, con paciente labor, logr� rescatar
a escasa profundidad restos �seos de un mastodonte, que fue llamado Cuvieronius
humboldti (mastodonte de Humboldt),4? paquidermo primitivo miembro de la familia de
los Gomphotheridaes, ancestros de los actuales elefantes. Los restos fueron
apropiados por el Museo de Historia Natural de Par�s, y se ilustran en el Atlas de
Gay de 1844. En 1868, Ignacio Domeyko hizo una extensa descripci�n geol�gica del
lugar, pues estim� que la antigua laguna de Tagua-Tagua era la localidad donde
hasta ese momento, se hab�an encontrado la mayor cantidad de huesos de mastodonte
en Chile.

En Chile, los Gomphotheriidae est�n representados por dos especies, asignadas a


sendos g�neros, Cuvieronius humboldti5? y Cordillerion hyodon,5? con registros
limitados al sector central6?7?8? y ausentes en Argentina.

Los restos posteriores fueron enviados al Museo Nacional de Historia Natural de


Chile9?

El per�odo arcaico en el centro de Chile: los cazadores especializados (8000 a 600


a. C.)
Art�culo principal: Periodo Arcaico de Am�rica
Cazadores recolectores avanzados 6000-2500 a. C.

El cementerio m�s antiguo de Chile


Art�culo principal: Cementerio de Cuchipuy
En 1948, al hacer un camino en el borde del cerro cerca de Cuchipuy (cuchicuy: �sin
n�usea� en idioma quechua) o Cutichupuy (�vomitar� u �olor de almas�), a unos 7 km
al noroeste de La Laguna, se encontraron m�ltiples restos funerarios.

En 1976, tras investigaciones realizadas por el Departamento de Antropolog�a de la


Universidad de Chile, qued� al descubierto el m�s antiguo de los cementerios del
pa�s, un lugar intensamente utilizado por estos grupos entre los a�os 6000 a. C. y
3700 a. C. Restos �seos humanos correspondiente a m�s de 100 individuos, fueron
extra�dos de cuatro niveles superpuestos, siendo el m�s profundo de ellos uno de
los m�s antiguos de Am�rica, con una dataci�n de 10 077 a. C.10?

Per�odo agroalfarero temprano


Art�culo principal: Cultura Llolleo
Los primeros horticultores y ceramistas de Chile Central (800/600 a. C. � 900). En
El Salvador en San Vicente de Tagua-Tagua se encontraron cer�micas Llolleo con data
del 770.11?

Per�odo agroalfarero intermedio tard�o


Art�culo principal: Complejo Aconcagua
El Complejo Aconcagua en Chile Central (900-1470). La zona de Angostura fue en
tiempos preincaicos, no solo un l�mite geogr�fico natural del territorio Aconcagua,
sino una suerte de frontera cultural blanda con las poblaciones que habitaban al
sur del Cachapoal (cuenca del Maule). Hacia el norte, el l�mite parece m�s preciso,
no excediendo m�s all� del valle de Aconcagua.

La cer�mica del Valle de Tagua Tagua tiene clara influencia de la Cultura


Aconcagua. Son numerosos los hallazgos ocasionales de este per�odo, hechos en
nuestra regi�n desde las primeras d�cadas del siglo veinte, en lugares como
Codegua, Coinco, Pelequ�n, Guaico, Palmilla, Lig�eimo, Peralillo.12?13?14? En su
mayor�a corresponden a cer�micos decorados.

Desde esta �poca, en la que se viv�a en conjuntos peque�os de casas construidas de


quincha con techos de paja, junto a acequias destinadas a sostener una horticultura
bien cimentada, en cultivos de porotos, ma�z, qu�noa, calabazas y zapallo.15? Las
casas de Quincha a�n se construyen en la actualidad,16? y a�n se pueden ver como
casa en Requehua, Rastrojos o El Tambo.

Bibliograf�a
Villanueva Sotomayor, Julio R.: El Per� en los tiempos modernos. Lima (Per�):
Empresa Period�stica Nacional.
Chatters, James C. et al Late Pleistocene Human Skeleton and mtDNA Link
Paleoamericans and Modern Native Americans Revista Science volumen 344 (16 de mayo
de 2014), p�gina 750. (en ingl�s)

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