033 Filipenses Doc 2016
033 Filipenses Doc 2016
033 Filipenses Doc 2016
Claudia MENDOZA 62
Carta(s) a
los Filipenses1
Se trata de una de las cartas más atractivas del corpus dado que refleja con mayor intensidad
que otras el profundo afecto y cariño que el apóstol sentía por sus hermanos en Cristo.
Además, el llamado “himno de Filipenses” –Filipenses 2,5-11– es una de las piezas más
valiosas de la cristología primitiva, de perenne actualidad, que profundiza en el don de la
entrega total del Señor, que “se vació” a sí mismo tomando “la forma de siervo” hasta la muerte
“y muerte de cruz”2.
La ciudad de Filipos
Filipos fue fundada hacia el 358/357 por el rey Filipo II de Macedonia, padre
de Alejandro Magno, sobre la antigua Krénides –”(lugar de) los pequeños
manantiales”, una zona pantanosa que Filipo mandó desecar para hacer del
lugar un baluarte contra los tracios. Fue por algún tiempo, residencia real en
Macedonia. Por su situación favorable –sobre la “Via Egnatia” y cercana a la
ciudad portuaria de Neápolis y al Egeo– por la fertilidad de la llanura
macedónica occidental y los tesoros del suelo (minas de oro y plata del monte
“Pangeo”), mantuvo la ciudad su importancia económica, incluso en los
disturbios políticos de los dos últimos siglos precristianos.
Hacia el 169 a.C. cayó en poder de los romanos. Filipos pasó a pertenecer al
primero de los cuatro distritos que componían la provincia de Macedonia, con
capital en Anfípolis. Durante las Guerras Civiles fue en la llanura de Filipos
donde –en el año 42– Octavio y Antonio obtuvieron una victoria decisiva
contra los republicanos y asesinos de César Bruto y Casio. Apenas alcanzada la
victoria, Antonio emprendió la colonización de la ciudad y Octavio, tras
conseguir su victoria sobre éste en Actium en el 31 a.C., prosiguió la obra. Ya
siendo César, convirtió a la ciudad, hacia el 30 a.C., en colonia militar –un
asentamiento para las tropas retiradas romanas– con el nombre de “Colonia
Julia Augusta Philippensis”, otorgándole el “ius italicum 3“ (cf. Hechos 16,12.
21.37-38).
1
Cf. R. BROWN, “Letter to the Philippians”, en: Id., An Introduction to the New Testament,
Doubleday (New York et al. 1996), 483-501. Ph. VIELHAUER, “La Carta a los Filipenses”, en: Id.,
Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, Salamanca (Sígueme 1991), 173-186.
2
Cf. R. BROWN, “Hymns in NT Letters and the Christological Hymn of 2:5-11” en: Id., An
Introduction to the New Testament, 489-493.
3
“Ius Italicum” (“ley del itálico”) era el conjunto de privilegios que podía otorgar el emperador a
comunidades no itálicas que las asimilaba a las ciudades italianas.
Según Hechos...
En primer lugar, resalta la importancia del paso hacia Europa: relata no
menos de tres intervenciones divinas disuadiendo a Pablo de sus planes
de viaje originales y empujándolo a Europa (cf. Hechos 16, 6.7.9s.).
Además, le dedica gran espacio a la misión en Filipos (16,11-40). Esta
fundación se produce durante el llamado “segundo viaje misionero”, y
los colaboradores mencionados son Silas y Timoteo.
La narración en sí muestra el esquema usual: comienzo en un lugar de
reunión judío - éxito entre los “temerosos de Dios” - expulsión violenta.
A este esquema se insertan algunas anécdotas particulares: la conversión
de Lidia, una “temerosa de Dios”, natural de Tiatira y vendedora de
púrpura4 y de su casa; la escena de la sierva adivina; la prisión y la
liberación de Pablo y Silas y la conversión del director de la prisión. Una
persecución sufrida en Filipos es mencionada en 1 Tesalonicenses 2,2.
4
El comercio de la púrpura era un negocio lucrativo; por un lado, era muy cara; además, al ser una
colonia militar, habría no pocos centuriones, quienes tenían derecho de llevar la toga con tiras de
púrpura.
Que aceptara, y en más de una ocasión, dinero de los Filipenses, habla de una
relación muy especial de Pablo con esta comunidad. De hecho, el texto revela
estrechos lazos de amistad y afecto (1,7.8; 4,1) expresados también en el tono
de gratitud de Pablo y en su voluntad de mantenerlos informados de su
situación.
Es notable que, con frecuencia, Pablo mencione que siente alegría por diversas
razones, en especial, teniendo en cuenta que su situación no es muy agradable
dado que está preso (cf. Filipenses 1,12-18).
que aparecieran por allí predicadores de este tipo –ya que, de haber
actuado ya en Filipos Pablo habría reaccionado de otra manera y le
hubiera dedicado al asunto todo una carta6–.
Otros, directamente, sugieren que se trataría aquí de un fragmento de otra
carta.
El problema de la
fecha y del lugar de composición
1. Pablo escribe desde la cárcel, donde estaba desde largo tiempo (poe
ejemplo, se habla de la enfermedad de Epafrodito) y proceso con peligro
de muerte (¿1,20-24?)
Filipenses 1,7 “Y es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os
llevo en mi corazón, partícipes como sois todos de mi gracia, tanto en
mis cadenas como en la defensa y consolidación del Evangelio”
Filipenses 1,12-14 “Quiero que sepáis, hermanos, que lo que me ha
sucedido ha contribuido más bien al progreso del Evangelio; v13 de tal
forma que se ha hecho público en todo el Pretorio y entre todos los
demás, que me hallo en cadenas por Cristo. v14 Y la mayor parte de los
hermanos, alentados en el Señor por mis cadenas, tienen mayor
intrepidez en anunciar sin temor la Palabra”
Filipenses 1,17 “aquéllos, por rivalidad, no con puras intenciones,
creyendo que aumentan la tribulación de mis cadenas”.
Pero Pablo en sus cartas –por ejemplo, cf. 2 Corintios 11,23: “más en cárceles,
más en azotes...”– menciona numerosos encarcelamientos anteriores.
6
También se ha sugerido que quizá hayan sido aún muy pocos los que habrían actuado en Filipos
(mientras que en Galacia habrían tenido un enorme éxito).
7
Aunque en Hechos 19,23-41 se menciona un tumulto, en el que Pablo y sus compañeros fueron
llevados ante los magistrados. Incluso algunos se preguntan si la razón de haber evitado entrar en Éfeso
en su último viaje hacia Jerusalén –cf. Hechos 20,16-17– no tendría que ver con un arresto previo y la
posibilidad de volver a ser arrestado allí.
8
2 Corintios 6,5 “....en azotes, cárceles, sediciones; en fatigas, desvelos, ayunos”.
2 Corintios 11,23 “¿Ministros de Cristo? -¡Digo una locura!- ¡Yo más que ellos! Más en trabajos; más
en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de muerte, muchas vece”.
PRESCRIPTO 1, 1-2
PROEMIO 1, 3-11
I. PABLO Y LA COMUNIDAD 1,12-3,1
1. La situación de Pablo prisionero: 1,12-26
a) Progreso de la evangelización 1,12-14
b) Amigos y enemigos de Pablo 1,15-20
c) Situación del proceso 1,21-26
2. Exhortaciones 1,27-2,18
a) Concordia y humildad 1,27-2,5
b) El ejemplo de Cristo 2,6-11
c) Luchar por la salvación 2,12-18
3. Recomendación para Timoteo y Epafrodito: 2,19-30
4. Exhortación a la alegría 3,1
El problema de la
unidad Literaria de la carta
Evidencias internas
Teniendo en cuenta las rupturas en la argumentación y los cambios inesperados
de tono que se verifican en algunos versículos de la carta –fundamentalmente
entre 3,1 (una exhortación a la alegría) y 3,2 (inicio, con duras injurias verbales,
de una polémica contra falsos predicadores)– se ha planteado seriamente la
posibilidad de que este escrito no fuera realmente una pieza unitaria.
Evidencias externas
A esta constatación de la crítica literaria habría que sumarle un probable
testimonio externo: Policarpo de Esmirna –hacia mediados del siglo II– se
refiere en su carta a los Filipenses a “las” cartas que Pablo habría mandado a
Filipos:
9
Originariamente con este vocablo se indicaba el espacio reservado al pretor en el campamento, luego
su significado se extendió hasta significar sea la guardia pretoriana, sea la vivienda fuera de Roma de
algún funcionario.
“Todo esto, hermano, que os escribo sobre la justicia, no lo hago por propio
impulso, sino porque vosotros me incitasteis a ello. 2. Porque ni yo ni otro
alguno semejante a mí puede competir con la sabiduría del bienaventurado y
glorioso Pablo, quien, morando entre vosotros, a presencia de los hombres de
entonces, enseñó puntual y firmemente la palabra de la verdad; y ausente
luego, os escribió cartas, con cuya lectura, si sabéis ahondar en ella, podréis
edificaros en orden a la fe que os ha sido dada” (PolFlp III 2).
La referencia no es concluyente ya que la mención puede ser entendida de otras
maneras, por ejemplo, (1) a Filipenses y a otra carta perdida; (2) a 2
Tesalonicenses; (3) a la forma original de la correspondencia entre Pablo y
Filipos antes de que un editor hubiera combinado varias cartas en una.
El tema es bastante discutido, y la investigación actual no ha logrado aún
encontrar una solución aceptada unánimemente. Nos ocuparemos de las
evidencias internas.
Indicios literarios
1. El corte más llamativo que destacan los investigadores está entre 3,1 y
3,2.
Filipenses 3,1 “Por lo demás, hermanos míos, alegráos en el Señor...
Volver a escribiros las mismas cosas, a mí no me es molestia, y a
vosotros os da seguridad. v2 Atención a los perros; atención a los
obreros malos; atención a los falsos circuncisos”.
10
Después de informar Pablo a la comunidad sobre sí mismo, de haberla exhortado y haberle
recomendado a sus colaboradores ( Filipenses 1,1-2,30) introduce en 3,1 –con la locución “Por lo
demás...”– la exhortación final, que encuentra recién en 4, 4 su continuación natural.
Las propuestas
Los investigadores actuales que se inclinan por ver en la actual Filipenses una
recopilación de fragmentos de varias cartas, suelen estar de acuerdo, a grandes
rasgos, en hacer una distinción entre:
Filipenses 1,1-3,1 + 4,4s
Filipenses 3,2-4,3
Filipenses 4,10-20
Philipp VIELHAUER11
11
Ph. VIELHAUER, “La Carta a los Filipenses”, en: Id., Historia de la Literatura Cristiana Primitiva,
167-171.
CARTA A: 4,10-20
Misiva motivada por el donativo monetario de los filipenses aportado por
Epafrodito; confirma el recibo y expresa la alegría del apóstol en forma de una
“acción de gracias desagradecida” (Martin DIBELIUS). Pablo se encuentra
prisionero.
Pablo espera poder enviar pronto a Timoteo donde ellos, para poder tener
noticias a su regreso (2, 19-23). De hecho, él mismo confiaba poder
visitar “pronto” de nuevo a la comunidad (2, 24).
La carta B –y la A– se habrían escrito desde Éfeso, entre la carta de las lágrimas
y la de reconciliación dirigidas a Corinto.
CARTA C: 3,2-4,3
VIELHAUER afirma que este fragmento fue escrito con ocasión de la llegada a
Filipos de falsos maestros. Pero ¿quiénes eran? ¿qué enseñaban?
El exégeta alemán reconoce que se han manejado las hipótesis más diversas:
judaizantes, “prosélitos recientes”, gnósticos, judeocristianos de observancia
libertina o incluso “nomista”; dos grupos diversos: judaizantes y libertinos. Si
bien no ofrece un análisis pormenorizado que le permita fundamentar su propia
hipótesis, sí pone de relieve algunos puntos característicos que le permitieron
dibujar el perfil de los “intrusos”:
Según la invectiva de 3,2: “Atención a los perros; atención a los obreros
malos; atención a los falsos circuncisos (th.n katatomh,n)”, se trata de
misioneros judeocristianos que han venido de fuera, que propagan la
circuncisión, la ley y los privilegios de Israel (3, 3s)
Según se puede leer entre líneas, se habrían autovalorado como
“perfectos” (te,leioi); cf. 3, 12.15. ¿En qué consiste esta “perfección”?
1. Por una parte, hay que pensar en la justificación “por las obras”
(3,7-9)
12
Este no pudo ser la predicación del evangelio como tal, porque, en este caso, la misión floreciente en
torno al apóstol, tanto de amigos como de enemigos, no hubiera sido posible (cf. 1,14-18); si considera
un “progreso del evangelio” el que “se haya manifestado en todo el pretorio y entre todos los demás que
sus cadenas son por Cristo” (1,12s), se puede suponer que la causa de su encarcelamiento era objeto de
controversia, incluso entre los cristianos, y que Pablo no había sido acusado como predicador del
evangelio y como cristiano, sino por alguna otra cosa jurídicamente punible.
Senén VIDAL14
Una variante a esta teoría.
Filipenses A: 4,10-20
Al enterarse la comunidad de Filipos de la prisión de Pablo, le envía ayuda por
medio de Epafrodito, quien recibe también el encargo de cuidar a Pablo durante
su prisión [...]. Al recibir ayuda, Pablo escribe su primera carta a la comunidad
de Filipos, a finales del 53 en Éfeso, aún al comienzo de su prisión. Los
portadores de ella fueron los acompañantes de Epafrodito, a su vuelta a la
comunidad que los había enviado”.
Es una carta de agradecimiento por la ayuda recibida, pero tiene un tono muy
particular. [...] por una parte, Pablo expresa su gran alegría por el gesto de la
comunidad, y la alaba por ello; pero, al mismo tiempo, excluye el lenguaje
directo de agradecimiento, afirma su independencia (autarkeia) y quiere dejar
claro que se trata de una excepción dentro de su praxis misional, debida
exclusivamente a la voluntad de los Filipenses.
Se deja entrever que Pablo no se siente del todo a gusto: su tono, más que el de
una carta de acción de gracias, parece en ocasiones una “apología”.
“Pienso” –dice S. VIDAL– “que no se entiende esto sino es desde el trasfondo
de la crisis corintia, dentro de la cual Pablo está inmerso aún cuando escribe
13
Filipenses 3,18-19 “Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con
lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo, v19 cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y
cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra”.
14
Senén VIDAL, Las cartas originales de Pablo, Madrid (Trotta 1996); 283-284; 291 y 308.
esta carta [...]15. Una de las serias acusaciones corintias contra Pablo, de la cual
se había defendido en Cor ... se refería a su independencia económica respecto a
la comunidad corintia (cf. nota a 2 Cor 11,7). Desde ahí se explica el tono de
Flp A: Pablo no quiere, de ningún modo, que la ayuda recibida se interprete
como una relación de “patronazgo - clientela” entre la comunidad de Filipos y
él (de ahí el realce de la independencia), ni tampoco como un abandono de su
praxis misional con respecto a su sustento (de ahí la insistencia en la
excepcionalidad de las ayudas de esa comunidad, debidas exclusivamente a ella
y no a él)”.
Filipenses B: 1,1-4,9.21-23
Durante su prisión en Éfeso Pablo recibe información sobre algunos problemas
en la comunidad de Filipos. Además, Epafrodito había caído gravemente
enfermo, y ahora, ya curado, Pablo lo quiere devolver a su comunidad
(Filipenses 2,25-30). En esta situación, a comienzos del 54 en Éfeso, ya
avanzada la prisión (Filipenses 1,7.12-26; 2,25-30), Pablo escribe esta carta,
cuyo portador es Epafrodito.
Aparecen dos problemas principales en la comunidad filipense: un cierto
desánimo ante la hostilidad de fuera (1,27-30), y tensiones internas, provocadas
por las disensiones entre dos comunidades domésticas (2,1-11; 4,2-3).
[...] Se detectan dos pequeñas glosas: 1,1c (quizá resto del prescripto original de
Filipenses A) y 2,21; y dos añadiduras de mayor cuantía: la importantísima de
3,1b-4,1 y la de 4,8-9.”
15
Recordemos aquí (a) no sólo que lo que dice S. VIDAL depende de como él reconstruye los episodios
de la “crisis corintia” sino también (b) que cuenta con la posibilidad de que parte de los motivos de la
acusación contra Pablo de no vivir a costa de las comunidades puede haberse entremezclado con una
calumnia de fraude: el no recibir ayuda de la comunidad era una simple treta por parte de Pablo para
encubrir la utilización del dinero de la colecta en provecho propio (cf. 2 Corintios 12,16-18), y hasta
que quizá la afrenta pública que Pablo sufrió en Corinto podría haber tenido algo que ver con esa
acusación de fraude (cf. S. VIDAL, Las cartas originales de Pablo, 222).
Raymond BROWN17
BROWN reconoce que en el cuerpo de la carta (1,12-4,20) se entremezcla
material de lo más diverso. Pablo propone descripciones autobiográficas (su
situación en prisión y sus relaciones con los filipenses mediante Epafrodito y
Timoteo), exhortaciones y advertencias contra falsos maestros. La división en
dos o tres cartas es por cierto un intento de los investigadores por reordenar este
material más lógica y consistentemente.
Pero en favor de la unidad BROWN señala especialmente el hecho de que
existen tanto palabras inusuales como comunión de ideas entre las presuntas
dos o tres cartas propuestas18.
Sobre la base de esto indica que existe un importante número de autores que
todavía sostiene que la forma actual de Filipenses es la original. Estando en
prisión, entre un mar de sensaciones, habría escrito en un estilo fluido, en el que
buscaba comunicar su gratitud por las vivencias del pasado y las gentilezas del
presente, proponer sus exhortaciones y correcciones tal como le iban
apareciendo en su mente, sin reordenarlas luego en una secuencia
completamente lógica.
De todos modos –finaliza BROWN – este debate no tiene porqué ser de gran
importancia para el lector ordinario, que simplemente puede leer la carta en su
secuencia presente reconociendo que refleja relaciones sobre situaciones de un
período en el que hay que imaginarse más de un peligro a enfrentar.
16
Algunas variantes de esta propuesta:
1,1-3,1a + 4,2-7.10,23: una carta pastoral escrita no sólo después de la llegada de Epafrodito con
presentes para Pablo sino también después de que se hubiera recuperado de su enfermedad.
3,1b-4,1 + 4,8-9: una carta polémica escrita después que Pablo fue liberado de prisión y tras la llegada
de falsos maestros a Filipos.
17
R. BROWN, “Letter to the Philippians. Unity: One Letter or Two or Three?”, en: Id., An Introduction
to the New Testament, 497-498.
18
Unas páginas antes –R. BROWN, “Letter to the Philippians. General Analysis of the Message”, en:
Id., An Introduction to the New Testament, 488– sugiere la existencia de un cierto paralelismo temático
entre Filipenses 3 y el mensaje cristológico de Filipenses 2 (paralelismo que no nos resulta demasiado
evidente):
Al igual que Pablo invita a los filipenses a tener la mente de Cristo (2,5: Τοῦτο φρονε ῖτε ἐν ὑμ ῖ ν ὃ
καὶ ἐν Χριστῷ Ἰησου ) puede decirles “sed imitadores míos” (3,17: Συμμιμηταί μου γίνεσθε).
Al igual que Cristo, que existía en la forma de Dios y ahora se vació a sí mismo y tomó la forma de
siervo, Pablo, que una vez confió en sus orígenes “carnales” en cuanto israelita circuncidado e
intachable fariseo tuvo todas estas cosas por “desperdicio” por ganar a Cristo (3,4-9).
Del mismo modo como Cristo fue elevado, así Pablo, que recalca que no es todavía “perfecto”, se
esfuerza por alcanzar a Dios en Cristo (3,12-14).