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La Creación Del Estado Franquista. Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales (1939-1975)

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TEMA 11. LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA.

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES


La creación del estado franquista se fue articulando durante la guerra. El Alzamiento
había aglutinado junto al ejército a un heterogéneo conjunto de fuerzas políticas (falangistas,
tradicionalistas, católicos…) que tenían en común su oposición a la República, como lo muestra
la legislación que se irá decretando y que conformarán los llamados Principios del Movimiento
Nacional. Estos buscaban ir configurando un estado unitario y corporativista, liderado por un
Caudillo y que plasmaba los ideales más conservadores representados por el Partido único (FET
y de las JONS) y el catolicismo tradicional.. Pero carecía a diferencia de otros Estados
totalitarios del momento, de un modelo político definido.
En el equilibrio de fuerzas que se dio tras el Decreto de Unificación de 1937 se fue
imponiendo el poder personal de Franco como aglutinante. Este poder unipersonal había
quedado definido en 1936 cuando se le nombró Generalísimo de los Ejércitos y Jefe de
Gobierno del Estado español; concluida la guerra, en agosto de 1939, una nueva ley le daba
potestad de dictar decretos sin necesidad de pasar previamente por el Consejo de Ministros. El
vacío de contenido político se irá cubriendo durante un largo proceso que concluye en 1967 con
la promulgación de la Ley Orgánica del Estado. Durante estos años y a tenor de los
acontecimientos que se producen en el contexto político internacional, el régimen experimenta
una continua remodelación. Pero los fundamentos de la dictadura permanecieron. Algunos
elementos fueron una constante en los casi cuarenta años de gobierno: el carácter personalista,
el rechazo al sistema parlamentario y la defensa del tradicionalismo español.

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES


Terminada la Guerra Civil, Franco creó un nuevo Estado, “regenerador de España”,
que desterrará toda idea de democracia liberal, y sobre todo de comunismo, su gran enemigo. El
nuevo régimen se basaba ideológicamente en un catolicismo conservador y en una concepción
unitaria del Estado. Este régimen se establece como un sistema totalitario, en el cual todos los
poderes se concentraban en el Jefe del Estado. Se organizó un modelo político basado en la
existencia de un partido único FET y de las JONS que tenía a su frente a un jefe del partido y
del gobierno, dotado con el título de Caudillo y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.
En realidad Franco impuso en España un nuevo modelo de Estado muy difícil de
definir, pues era una amalgama de dictadura militar, Estado fascista y monarquía absoluta sin
rey. La voluntad dictatorial quedó plasmada al desmantelar todas las instituciones de la
República.

Las nuevas instituciones del Régimen franquista serían:

1-El Estado: monarquía sin rey. La forma política del nuevo Estado era la Monarquía
tradicional, católica, social y representativa. Según la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado,
correspondía a Franco proponer a la persona que le sucedería a titulo de rey. Juan Carlos de
Borbón y Borbón fue designado sucesor en 1967, aunque por línea dinástica el trono
correspondía a su padre, Juan de Borbón, juró los Principios Fundamentales del Movimiento en
el 69.

2-El Caudillo, que ocupa la Jefatura del Estado, con poder legislativo, ejecutivo y judicial.

3-La Junta de Defensa Nacional. Formada por los principales generales sublevados, nombró a
Francisco Franco Bahamonde Jefe del Gobierno y Generalísimo de los Ejércitos por Decreto
de 29-9-1936. Franco personificaba la soberanía nacional y concentraba los más altos poderes
político, administrativo, militar y jurídico, así como la representación suprema de la Nación.
Régimen cuya desaparición estaba ligado a la muerte del General Franco. Franco estuvo asistido
por una Junta Técnica hasta 1938, año en que se formó el primer Gobierno. Hasta 1973 asumió
al mismo tiempo la Jefatura del Estado y del Gobierno.
La estructura del Nuevo Estado se completó con:

-Unas Cortes definidas como “órgano superior de participación del pueblo español en las tareas
del Estado”. Todos los representantes eran designados por el poder y entre ellos se encontraban
los Ministros, los miembros del Consejo Nacional de FET y de las JONS y de la Organización
Sindical. También había procuradores “natos” por razón de su cargo, como los Alcaldes de las
mayores ciudades, los Rectores de las Universidades y los representantes de la Jerarquía
Eclesiástica. El régimen denominó a este sistema democracia orgánica.

-En el plano territorial el poder del Gobierno se transmitía mediante la vieja institución de los
Gobernadores Civiles, que ahora, además eran Jefes Provinciales del Movimiento. En cada
provincia se instituyó también un Gobernador Militar como prueba de esta dualidad del poder.

-Los Sindicatos Verticales, que con el tiempo se llamaron Organización Sindical, dependían
de un Secretario General con el rango de Ministro. La Ley de Unidad Sindical se promulgó en
1940 y establecía que empresarios y trabajadores se integrarían en un mismo sindicato por
ramas de producción. El Estado controlaba todo el sistema y la afiliación era obligatoria.

-La Justicia desapareció como poder independiente y quedó subordinada al poder ejecutivo.

Otras leyes creadas por el franquismo en los primeros años de su formación fueron:
- Ley de la Administración Central (8 de agosto de 1939) que aumenta los poderes
personales del Caudillo durante la guerra civil. El régimen se caracterizó, desde sus orígenes
por la concentración de todos los poderes en Franco quien se fue rodeando de símbolos y lemas
encaminados a resaltar el liderato y el papel providencialista de su persona: desde el Francisco
Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios que aparecía en las monedas, hasta la
rotunda afirmación de los Estatutos de la Falange de 1939 de que el Jefe “sólo responde ante
Dios y ante la Historia”. Su retrato vestido de militar, o con el uniforme de la Falange y
rodeado de la bandera, presidía las dependencias de edificios públicos, cuarteles y escuelas, al
lado de crucifijos y banderas. El grito de “¡Franco, Franco, Franco!” Era consigna en
cualquier acto público.
- Ley para la devolución de las Tierras Expropiadas por la República (23 de
febrero de 1940) que pretende contentar a los terratenientes y oligarcas adictos al nuevo
régimen y que termina de algún modo con la labor iniciada por los gobiernos de la derecha
durante la República.
- Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo (1 de mazo de 1940) que
busca continuar la ley de responsabilidades políticas y culpa y castiga a comunistas y masones
de los males de España, de la propia guerra civil y los considera traidores a la patria.

La Dictadura siempre pretendió dar una imagen de legalidad con la promulgación de


una serie de Leyes Fundamentales del Reino:

1-El Fuero del Trabajo 1938, donde se recogían las líneas generales del ordenamiento laboral.
que copiaba la “Carta di Laboro” del fascismo italiano. Era una forma de trasladar la doctrina
falangista al mundo de los trabajadores intentando oponer esa idea a la del sindicalismo
revolucionario de la zona republicana. Los aspectos principales del Fuero del Trabajo eran:
- La “Ley de Unidad Sindical”, que creaba los sindicatos verticales (modelo
falangista en donde estaban obligatoriamente los empresarios y los trabajadores). En 1958
aparecerá la Ley de Convenios Colectivos para organizar las relaciones laborales y
aumentar la productividad, sin salir del marco de los Sindicatos Verticales.
- Cada rama de los sindicatos (según el sector de producción) estaba controlada por el
gobierno mediante el Ministro Delegado Nacional de Sindicatos.
- Los salarios serían determinados por el Gobierno.
- La huelga no sólo se declaraba ilegal sino que se consideraba delito gravísimo,
contra la Patria. En marzo de 1957 se dictaron leyes de carácter laboral, como la Ley de
Responsabilidades Colectivas, que llevó a muchos obreros a la cárcel.
- Se desarrollaba un sistema de Seguridad Social muy amplia. Se creaban seguros
obligatorios de enfermedad, de maternidad, de vejez y de invalidez, accidentes,
enfermedades profesionales, previsión social agraria y de desempleo.

Este Fuero del Trabajo simboliza las ideas falangistas y fascistas del franquismo tan
propias del período de acercamiento a las dictaduras alemana e italiana. Pero con el final de la
guerra mundial y el triunfo de las democracias liberales, el Estado franquista se vio obligado a
establecer un nuevo marco legal, apartando del poder a los falangistas y atrayendo a sus filas a
quienes pensaban que el nuevo régimen sólo podría sobrevivir si aceptaba determinadas ideas
liberales. Nace así el concepto de Democracia Orgánica que el Estado franquista crea y
desarrolla legislativamente.

2-Ley de Constitución de Cortes de 1942, donde la forma de composición y funciones


prescritas indicaban el carácter meramente consultivo de la Cámara. Ley fue corregida en 1966
por la Ley Orgánica del Estado.

3-El Fuero de los Españoles de 1945. Carta de principios que explicaba la configuración del
régimen como “nacionalcatolicismo”, deberes y derechos, así como el reconocimiento formal de
las libertades individuales.

4-Ley de Referéndum de 1945, establecía el sometimiento al sufragio universal de cualquier


modificación de las Leyes Fundamentales (con la excepción de la Ley de Principios del
Movimiento).

5-Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1947. Fue la primera que se sometió a
referéndum nacional. En ella el Jefe del Estado se reservaba el derecho a nombrar sucesor.
España se define por primera vez en este conjunto de Leyes fundamentales como reino, una vez
cubierto el mandato vitalicio de Franco.

6-Ley de Principios del Movimiento Nacional de 1958.


Cada una de estas leyes se proyectó y promulgó respondiendo a necesidades de estructuración
legal del régimen de cara a la nueva situación exterior cuando vencen los aliados tras la
Segunda Guerra Mundial.

Ideológicamente, el régimen se cimentó sobre esquemas ya difundidos durante la


guerra.
 1º- El anticomunismo, extendido en realidad a todos los llamados rojos, y que abarcaban,
desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguesía democrática, por moderada que
fuera.
2º- La identificación de la dictadura con el catolicismo, hasta el punto que se ha
generalizado el término nacionalcatolicismo para etiquetar al régimen. Desde el inicio de la
guerra la jerarquía católica se identificó con la sublevación, bautizando la causa nacionalista
como cruzada. Su influencia en la educación era absoluta.
3º- El tradicionalismo, constante ideológica en parte derivado de las ideas del carlismo, pero
sobre todo arraigado en valores militares que ponían la unidad de la Patria como valor
sacrosanto, y que buscaban en el pasado las justificaciones de esa unidad. Las referencias al
Imperio eran constantes; se exaltaban los valores de la Reconquista, las figuras de los Reyes
Católicos (de cuyo escudo tomaron las flechas y el yugo para incorporarlas al nuevo escudo
imperial), de Carlos V (ante cuya tumba reza el Caudillo días después de celebrar la victoria de
la guerra) o de los conquistadores.
4º- Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron la vida cotidiana. La
vida militar o de Falange, los emblemas, los desfiles, la educación física convertida en
instrucción militar, los actos de exaltación de la bandera o del himno nacional, crearon una
escenografía especial durante décadas. A partir de los años sesenta, la modernización del país y
la introducción de ideas, comportamientos sociales y costumbres extranjeras harían pasar a un
segundo plano ese conjunto de valores.

Con respecto a los apoyos sociales, la Dictadura devolvió a la oligarquía terrateniente


y financiera su hegemonía. Recuperaron sus negocios y propiedades, su dominio de la vida
social, con la incorporación ahora de elementos procedentes del Ejército, la Falange o los
grupos enriquecidos por los negocios y el mercado negro, durante la guerra y la posguerra. Más
allá de esas élites económicas, el régimen franquista contó con el apoyo de las clases medias
rurales, sobre todo en el Norte y en ambas Castillas, así como grupos urbanos beneficiados
directamente por las depuraciones realizadas entre funcionarios de la Administración, maestros,
universitarios y militares republicanos.
Su respaldo entre los jornaleros y entre el proletariado industrial era escaso. Lo
mismo ocurría entre las clases medias urbanas. Pero una cosa era la disconformidad y otra la
oposición. La represión sistemática, la miseria, el hambre y el hundimiento moral de la derrota
desarmaron cualquier posibilidad de reacción.
Los partidos políticos se prohibieron, incluidos los que apoyaron la sublevación,
excepto la Falange, y sus diferentes organizaciones (Milicias, Frente de Juventudes, Sección
Femenina, Organización Sindical). Franco no solo se sirvió de la Falange, sino que buscó a sus
colaboradores entre grupos ideológicos distintos que constituyeron lo que la historiografía ha
denominado como las Familias del régimen:

1.- La Falange nuevo partido surgido del Decreto de Unificación durante la guerra y cuyos
dirigentes nada tenían que ver con las ideas joseantonianas. El principal valor era la disciplina y
la lealtad a Franco. Durante los años cuarenta la Falange ocupaba cerca de un tercio de los altos
cargos. Tras la derrota fascista en la IIª G.M. disminuyó su influencia y el número de falangistas
en los gobiernos de Franco.

2.-El ejército. Los militares con puestos de responsabilidad en el régimen fueron colaboradores
directos de Franco durante la guerra, como Jordana, Moscardó, Muñoz Grandes y Carrero
Blanco. Otros se distanciaron y acabaron siendo apartados por el mismo Franco como: Queipo
de Llano, Varela, Kindelán y Yagüe, por ser demasiado ambiciosos, críticos o independientes.
La presencia de militares en los altos cargos fue disminuyendo, aunque siempre ocuparon las
carteras militares (Tierra, Mar y Aire) y los puestos relacionados con la Defensa.

3.- Los católicos. Muchos de los colaboradores de Franco procedían de las asociaciones
religiosas, únicas permitidas al margen de la Falange. La Asociación Católica Nacional de
Propagandistas al principio, y más tarde el Opus Dei suministró dirigentes, jóvenes y
caracterizados por tener un nivel de formación alto. Estuvieron siempre representados en el
Gobierno, y algunas carteras, como Educación, eran suyas. A raíz del Concilio Vaticano II
(1965), se produjo un distanciamiento entre la jerarquía eclesiástica y la dictadura.

4.- Los monárquicos. Formaron un conjunto de tendencias enfrentadas entre sí. Los carlistas
ocuparon un papel minoritario, aunque Franco les reservó durante años la cartera de justicia. El
resto apoyaba la tesis de que la dictadura debía dejar paso a la restauración monárquica,
encarnada a partir de 1941 en D. Juan de Borbón, quién se instaló en Estoril y organizó una
pequeña Corte. Pero la actitud de Franco resultó decepcionante porque se negó a dejar el poder
y fue marcando las distancias con D. Juan. A pesar de todo siempre tuvieron carteras en los
gobiernos franquistas, y en algunos sectores, como la diplomacia tenían un peso importante.
Estas familias eran ficticias. Franco, que carecía de ideología política clara elegía a sus
colaboradores al margen de etiquetas, la lealtad personal, la eficacia, la prudencia y la carencia
de mayores ambiciones eran los criterios. También procuraba evitar que nadie acaparara
demasiado poder. No toleraba confianzas ni en privado.
(A partir de aquí ya se trata de completar el tema en función del tiempo de que se
disponga o delos documentos de la prueba)

LA OPOSICIÓN AL FRANQUISMO
Aunque a nadie se le escapa que la dictadura franquista fue enormemente represora y
vigilante de sus enemigos no cabe duda que desde un primer momento también tuvo sus
opositores. Si hacemos una valoración de la oposición al régimen del general Franco podemos
decir que hubo dos momentos muy claros marcados cronológicamente en una 1ª etapa que va
desde 1937 a 1956 coincidiendo con el fin del Aislamiento internacional y una 2ª etapa desde
1956 hasta la desaparición del régimen durante la llamada Transición democrática.
Cuatro frentes tiene abiertos el régimen: las propias “familias” del régimen; el gobierno
republicano en el exilio; la guerrilla del “maquis” y los sectores obrero y estudiantil.
Dentro de las “familias”, los carlistas fueron los primeros en oponerse a Franco cuando
se dan cuenta de que no está en la mente del gobierno de Burgos la instauración de don Alfonso
Carlos en el trono. El máximo dirigente del carlismo en ese momento, el sevillano Manuel Fal
Conde se enfrenta directamente a Franco y debe exiliarse a Portugal desde donde asistirá
impotente al Decreto de Unificación que termina encuadrando a los requetés bajo el mando
militar.
El Decreto de Unificación de 19 de abril de 1937 por el que Franco asumía la dirección
de FET de las JONS supuso que sectores del falangismo contrarios a la unificación se
enfrentaran también al Caudillo, como es el caso de Hedilla, el sucesor de José Antonio en la
jefatura de Falange. Este enfrentamiento de los “puristas” de Falange se observa con mayor
claridad cuando en 1942 un falangista atenta con una bomba contra Franco y esto supone el
apartar a muchos falangistas del gobierno (sobre todo a los amigos de la Alemania nazi, como
es el caso del cuñado de Franco, Serrano Suñer). La Falange se irá funcionarizando y para
muchos falangistas esto supone el fin de sus ideales y una traición al programa original
joseantoniano.
En cuanto a los monárquicos, éstos creyeron que tras la guerra Franco devolvería la
Corona a la familia real pero será tras la finalización de la Guerra Mundial cuando vean que no
está en la mente del dictador tal retorno. Muchos militares que son de ideas monárquicas le
piden a Franco que ceda el poder a don Juan pero esto tan solo supone el alejamiento del poder
de algunos generales, como Varela. El 19 de marzo de 1945, don Juan publicó el Manifiesto de
Lausana por el que ofrecía una monarquía reconciliadora a todos los españoles como sistema
para olvidar los enfrentamientos. Esto hizo que Franco decidiese no pensar en don Juan como
futuro rey de España . En 1947 se crea el Consejo Privado del rey, con destacados monárquicos
en torno a don Juan que se exilia en Estoril. En 1948 Franco consigue que el príncipe don Juan
Carlos, hijo mayor de don Juan sea enviado a España para ser educado en los Principios del
Movimiento Nacional.
En 1945, el Gobierno republicano en el exilio se encuentra establecido en Méjico,
siendo presidente interino de la República española, el sevillano Diego Martínez Barrio, tras la
dimisión de Juan Negrín. Las divisiones internas continuaban y así en el primer gobierno en el
exilio nombrado en 1945 ni los nacionalistas catalanes ni los socialistas quisieron formar parte.
Curiosamente, tanto socialistas como monárquicos esperaban hacia 1946 que las
potencias aliadas vencedoras de la guerra mundial obligarían a Franco a abandonar el poder,
mientras que comunistas y anarquistas creen que la caída del régimen solo puede producirse por
la acción desde el interior y apoyan a la guerrilla y al “maquis”.
Estos guerrilleros que forman la resistencia al franquismo desde dentro son restos de los
grupos de combatientes que aislados en zonas montañosas quedaron obligados a mantenerse por
las armas sabedores de que su rendición significaba su condena a muerte. En cuanto al “maquis”
es el nombre que se da a los grupos de españoles que habiendo combatido en la resistencia
francesa a los nazis deciden, bajo la dirección comunista, introducirse en España y continuar la
lucha del mismo modo que contra los nazis esperando conseguir la caída del régimen. En 1944
se produce una gran invasión de “maquis” en el aragonés Valle de Arán aunque la lucha resultó
imposible de mantener ante la falta de apoyo de la población civil y la fuerte represión a cargo
del ejército y la Guardia Civil. El “maquis” español operó en las zonas montañosas de toda la
península junto a la guerrilla urbana anarquista, saboteando instalaciones y asaltando
destacamentos hasta 1960, aunque los medios de comunicación los tachaban de actos de
bandolerismo y silenciaban la mayoría de las acciones para no contagiar a la población la idea
de resistencia.
En cuanto a las movilizaciones de obreros ya en1944 tuvo lugar una importante huelga
general en Manresa, así como en las grandes urbes industriales. Famosa fue la huelga de la
Hispano Aviación en Sevilla y las de los centros fabriles de Cataluña y Euskadi. A esta lucha de
los obreros se unió la intelectualidad en organizaciones que se oponían al franquismo, siendo la
más destacada la FUE (Federación Universitaria Escolar) que actuaba clandestinamente en las
Universidades.
A partir del final del Aislamiento internacional en los años 50 se va a radicalizar la
lucha de los sectores obreros e intelectuales. El aumento de las huelgas en esta década pone de
manifiesto la cada vez mayor influencia de los comunistas que desde la clandestinidad actúan
contra el régimen desde el interior. El PCE dirigido por Santiago Carrillo se mueve hacia 1956
en torno a la idea de la Reconciliación Nacional lo que lleva a conversaciones de dirigentes
polítcos de cierto grado de liberalismo con el mismo Carrillo fuera de España. En Cataluña se
observa un renacimiento de los nacionalistas, alentado desde la propia iglesia católica
(Monasterio de Montserrat). Lo mismo se observa en el País Vasco, donde en 1960, 339 curas
vascos firman un documento reclamando libertades y el fin de la represión. Esto supone que la
propia Iglesia católica que sustentaba en su jerarquía al régimen sufre una división interna con
la llegada de nuevos vientos al Vaticano. ETA había nacido precisamente en 1959 como una
facción radical del nacionalismo vasco católico y burgués que intenta enfrentarse mediante la
acción violenta al franquismo represor. Sus primeras acciones se encaminan a atentar contra las
fuerzas más represoras de la policía política y los altos cargos del régimen.
Un hecho significativo de esos años que demuestra el auge de la oposición al
franquismo y la unión de fuerzas contrarias frente allí mismo será el denominado por la prensa
franquista “Contubernio de Munich. Esta fue una reunión de las fuerzas de la oposición
moderada: socialdemócratas, monárquicos liberales, democristianos y socialistas, con la
expresa exclusión de los comunistas. Estos representantes de la oposición liderados por
Salvador de Madariaga, presidente de la Internacional Liberal, asistieron al IV Congreso del
Movimiento Europeo (junio de 1962) en Munich. Su meta era conseguir que España se integrara
en la Europa democrática y su presencia significaba el deseo de acabar con la dictadura. La
reacción de Franco fue inmediata y los asistentes al Congreso fueron desterrados o se vieron
obligados al exilio. La a prensa oficial cargó contra ellos como traidores y cobardes que
alentaban a los europeos contra la España tradicional.
En el mundo obrero de los años 60 cobra cada vez mayor importancia la labor del
sindicato clandestino CC.OO que contaba con el apoyo del Partido Comunista, así como de los
movimientos obreros católicos (HOAC , JOC y USO). También en Asturias la UGT se muestra
muy activa aunque todos estos grupos sindicales actúan en la clandestinidad y sus dirigentes
terminaron encarcelados tras ser juzgados por el Tribunal de Orden Público, como sucedió con
el famoso Proceso 1001 que encarceló a dirigentes sindicales como Marcelino Camacho o
Eduardo Saborido.
La Universidad española fue al mismo tiempo durante los años 60 un frente contra el
régimen lo que supuso que se creara un cuerpo especial de la policía que se matriculaba en las
facultades para vigilar a los estudiantes y profesores que se manifestaban contra el régimen.
Catedráticos universitarios como Tierno Galván o Laín Entralgo fueron apartados de sus
cátedras y desterrados por sus declaraciones contra Franco. Desde mayo del 68 hasta la muerte
del dictador en 1975 la Universidad española se mostró como una de las mayores opositoras
contra la dictadura
En cuanto a la labor opositora de la Iglesia Católica podemos decir que se basó en la
labor desde las bases. El hecho de que el Papa Juan XXIII fuese un Papa más cercano a la
realidad social hizo que numerosos religiosos sintieran que su obligación era ayudar a los que
buscaban la libertad y sufrían por su falta. Las parroquias se convirtieron en centros de reunión
clandestina, muchos curas se acercaron a trabajar en los barrios obreros y participaban de su s
inquietudes y problemas. Los sindicatos cristianos como hemos indicado anteriormente fueron
embrión para muchos jóvenes con ideales de renovación política, como es el caso de Felipe
González que dio sus primeros pasos en política dentro de las Juventudes Obreras Católicas.
Incluso altos miembros de la jerarquía eclesiástica como el Cardenal Primado y Arzobispo de
Madrid, Enrique Tarancón abogaban por la amnistía política y el final de la dictadura.
La reunión de Munich demostró que la desunión tradicional de las fuerzas políticas era
algo negativo y esto llevó en 1971 a la creación de la Junta Democrática, en París, integrada por
el PSP de Tierno Galván, los carlistas, el PCE, el PTE y reconocidos intelectuales y políticos
cercanos a don Juan. En 1975 hicieron público un manifiesto que llamaba a la reconciliación
nacional y reclamaban la “ruptura democrática”. Al mismo tiempo, socialistas,
socialdemócratas, democristianos y liberales crean la Plataforma de Convergencia Democrática.
En el mes de septiembre, dos meses antes de la muerte de Franco, la Junta y la Plataforma
emitieron un comunicado por el que se creaban una coalición antifranquista. Esta unión fue la
que se denominó “Platajunta” y demuestra que la oposición estaba determinada a unir sus
fuerzas contra los últimos reductos del régimen para conseguir llevar al país a una situación de
auténtica Democracia y oponerse al gobierno postfranquista que dará paso a la llamada
Transición Democrática Española.

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