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Base Logia Lautariana

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La Logia Lautaro fue una organización Sudamericana fundada por independentistas

argentinos y chilenos en 1812. Era una rama de la Logia Gran Reunión Americana o Logia de
los Caballeros Racionales, fundada por el prócer venezolano Francisco de Miranda en
Londres el año 1798, que tuvo por finalidad lograr la revolución de la independencia de
Hispanoamérica de la corona de España y, sobre la base de los principios del liberalismo,
establecer un sistema de gobierno republicano y unitario.

Índice
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 1Origen y denominación
 2Relación con la masonería
 3Logia Lautaro de Buenos Aires
 4La "Gran Logia" o "Logia Ministerial"
 5Logia Lautaro o Logia Lautarina en Santiago de Chile
 6Referencias

Origen y denominación[editar]
En 1807, Francisco de Miranda fundó en Cádiz y Madrid filiales de los Caballeros Racionales.
La primera filial de la logia se estableció en Cádiz (España) en el año 1811, con el nombre
clave de Logia Lautaro, haciendo referencia al toqui o caudillo mapuche Lautaro,1 que derrotó
a los conquistadores españoles en la Capitanía General de Chile en el siglo XVI y mantuvo
independiente de la corona española, hasta la ocupación de la Araucanía (1861-1883), una
parte importante del cono sur en territorios actualmente de Chile y Argentina.

Toqui Lautaro, héroe de la guerra de Arauco e inspiración para los Libertadores de América.

Estaba inspirada en su organización en las logias de la masonería y en su inicio fue dirigida


por José de Gurruchaga. Entre los miembros principales que participaron en esta sociedad se
destacaron:
 Carlos María de Alvear (rioplatense)
 Bernardo O'Higgins (chileno)
 José de San Martín (rioplatense)
 Tomás Guido (rioplatense)
 José Cortés de Madariaga (chileno)
 Julian Alvarez (rioplatense)
 Bernardo Monteagudo (rioplatense)
 José Antonio Álvarez Condarco (rioplatense)
 Juan Enrique Rosales (chileno)

Relación con la masonería[editar]


Según el historiador argentino Emilio J. Corbiere, la masonería llegó al Río de la Plata a
finales del siglo XVIII, influida por los masones españoles y no por los ingleses como se ha
creído. Cuando José de San Martín, Carlos de Alvear y otros patriotas llegaron a Buenos
Aires en 1812, la Orden ya estaba implantada: existía la Logia Independencia en 1795 y
en 1810 se estableció una homónima, presidida por Julián Álvarez, la cual se llamó Logia de
San Juan, y suministró los elementos básicos para la Lautaro. Las Lautarinas fueron logias
masónicas operativas (en oposición a las especulativas) pero no en el sentido tradicional del
término (es decir, ligada a los gremios de la construcción), sino con objetivos revolucionarios,
además de simbólicas; de ahí el error de muchos autores, incluso masónicos, que permitió
generar fábulas al respecto. San Martín fue iniciado masón en la Logia Integridad de Cádiz y
de allí pasó a la Logia Caballeros Racionales Nº 3, donde recibió el Tercer Grado de
la masonería simbólica, el de Maestro Masón, el 6 de mayo de 1808. Posteriormente fundó
con Alvear la Logia Caballeros Racionales Nº 7.
José Stevenson Collante, por su parte, afirmó que en este proceso revolucionario, gran parte
de sus miembros tenían la doble investidura de masones de Logias Regulares Universales y
de Masones de Logias Patrióticas Revolucionarias Americanas.
Según el reputado autor masónico Albert Gallatin Mackey, la Logia se compondría de dos
cámaras: la masonería simbólica o azul, que constaba de los tres primeros grados, y la
masonería superior o roja, compuesta de los grados 4° y 5°, Rosa Cruz y Kadosh,
respectivamente, de acuerdo a la terminología masónica. Esta cámara o sección fue
denominada por San Martín como Gran Logia de Buenos Aires, y fue la que actuó en política
prescindiendo de la Lautaro, la cual no intervenía para nada en las deliberaciones de aquélla.
Por lo tanto, no se trataría de uno, sino que serían dos organismos autónomos, aun cuando
guardaran entre sí una estrecha relación.
Entre los miembros principales que participaron cobraron notoriedad:

 José María Caro, de México


 Bernardo O'Higgins, Ramón Freire y Juan Mackenna, de Chile
 Juan Pablo Fretes, de Paraguay
 José de San Martín, Carlos María de Alvear, Bernardo de Monteagudo, Gervasio
Posadas y Tomás Guido, de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina)
 José Cortés de Madariaga (sacerdote chileno, prócer de Venezuela)

Logia Lautaro de Buenos Aires[editar]


La Logia Lautaro tuvo su primera filial en América en la Ciudad de Buenos Aires, en 1812,
creada secretamente por José de San Martín, Carlos María de Alvear, y Julián Álvarez. Tenía
como objetivo principal luchar para lograr la independencia de la América Española, triunfando
en el plano militar, y haciendo que la política siguiera ese objetivo básico. Desde fines de 1812
se unió a ella la Sociedad Patriótica, que fuera creada por los seguidores de Mariano Moreno.
San Martín había participado en Londres en las reuniones del grupo que se desarrollaron en
las casas de Andrés Bello y Luis López Méndez.
La Logia Lautaro de Buenos Aires mantenía sus reuniones en los domicilios de alguno de sus
miembros o en un local ubicado en lo que actualmente es la calle Balcarce, frente al Convento
de Santo Domingo.
Entre sus miembros o "Hermanos" más importantes se contaron:

 José de San Martín


 Carlos María de Alvear
 José Matías Zapiola
 Ramón Eduardo de Anchoris
 Bernardo de Monteagudo
 Juan Martín de Pueyrredón
 Antonio Álvarez Jonte
 Nicolás Rodríguez Peña
 Julián Álvarez
 José Antonio Álvarez Condarco
La influencia de la Logia en la política rioplatense llegó a su punto más alto durante los
gobiernos del Segundo Triunvirato y los dos primeros Directores Supremos de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, Gervasio Posadas y Carlos María de Alvear.

La "Gran Logia" o "Logia Ministerial"[editar]


Tras la caída de Carlos María de Alvear, la Logia Lautaro perdió influencia pero cobró nuevo
impulso con el nombramiento del nuevo Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón. Él fue
quien reorganizó la Logia Lautaro con el nombre de "Gran Logia" o "Logia Ministerial" y la
puso a su servicio. Esta nueva logia fue dirigida por el Director Supremo Pueyrredón, su
ministro Gregorio García de Tagle y el general Tomás Guido, amigo y confidente de San
Martín.
Entre sus miembros figuraron personalidades heterogéneas como:

 Juan Martín de Pueyrredón


 José de San Martín
 Tomás Guido
 Gregorio García de Tagle
 Vicente López y Planes
 Antonio Sáenz
 Feliciano Antonio Chiclana
 Felipe Arana
 Domingo French
 Antonio Luis Beruti
 Juan José Paso
 Pedro Agrelo
 Manuel Moreno
 Cornelio Saavedra
 Manuel Belgrano
 Eustoquio Díaz Vélez
 Marcos Balcarce
 Juan Larrea
 Esteban Agustín Gascón
 Julián Álvarez
 Ángel Augusto de Monasterio
La Gran Logia brindó su apoyo incondicional al Director Supremo y al Congreso de Tucumán y
fue el principal puntal del Plan Continental que llevó a cabo el general de San Martín y
el Ejército de los Andes para culminar la Guerra de la Independencia de Chile, que había
caído nuevamente en poder de los realistas, restaurar el gobierno independentista y poner fin
al dominio español en el Virreinato del Perú, el principal centro de poder español en América
del Sur.
La influencia de la Logia porteña se extendió de a poco entre otros países sudamericanos,
fundándose varias filiales.
La logia fue disuelta en el año 1820 por diferencias políticas entre el Directorio porteño y el
general San Martín. El gobierno había encargado a San Martín, mientras éste se encontraba
preparando la expedición al Perú, marchar con su ejército contra las tropas de
los caudillos federales, sublevados en el litoral del país. Pero San Martín se negó, aduciendo
que no toleraría el "derramamiento de sangre entre hermanos". Ante esta negativa, el
Directorio decidió disolver la logia, proceso que fue completado poco después de la Batalla de
Cepeda, que produjo la finalización de las autoridades nacionales y el comienzo de
la Anarquía del Año XX.
Véase también: Francmasonería en Argentina

Logia Lautaro o Logia Lautarina en Santiago de


Chile[editar]
La principal misión de la Logia Lautarina era establecer gobiernos independientes en América
Latina. Dado su carácter de organización secreta ayudó a coordinar y establecer contactos
entre muchos de los líderes de la independencia de Chile y Argentina. Asociados destacados
de la logia fueron Bernardo O'Higgins y José de San Martín. O'Higgins fue el autor de la
Constitución Matriz de la Logia Lautaro establecida en el país trasandino. El contacto entre la
Logia Lautarina chilena y sus filiales en Argentina fue posible gracias al mariscal de campo de
San Martín, José Antonio Álvarez Condarco.
La Logia Lautaro de Santiago de Chile fue instalada el 12 de marzo de 1817, después del
triunfo de los patriotas en la Batalla de Chacabuco. Tuvo filiales en el Perú, Bolivia y Uruguay.
Actualmente se discute si fue la Logia Lautarina la que planeó el fusilamiento de los hermanos
Carrera (Juan José y Luis) en Mendoza y el asesinato de Manuel Rodríguez en Til-Til, ambos
eventos ocurridos en 1818, y en los cuales se vio involucrado Bernardo de Monteagudo,
miembro de la Logia.2
Los miembros más importantes de la filial chilena fueron:

 Bernardo O'Higgins
 José de San Martín
 Tomás Guido
 Antonio González Balcarce
 José Ignacio Zenteno
 Juan Gregorio Las Heras
 Ramón Freire
 Manuel Blanco Encalada
 Miguel Zañartu
 Ramón Arriagada
 Camilo Henríquez González
 José Antonio Álvarez Condarco
 Hipólito de Villegas3

Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Porcel, Roberto Edelmiro: "La araucanización de nuestra pampa",
Buenos Aires, 2007, página 15.
2. Volver arriba↑ El teniente Antonio Navarro, autor material del asesinato de Rodríguez,
acusó a Monteagudo de dar la orden; , Recopilación de todas las piezas que componen el
expediente formado por el comité popular para identificarlos, Justo Abel Rosales, Los restos
de Manuel Rodríguez Imprenta B. Vicuña Mackenna, p.57, Santiago, 1895.
3. Volver arriba↑ Según Cutolo, Vicente Osvaldo (op. cit. p. 668), y Lappas, Alcibíades
(op. cit. p. 399).
La Logia Lautarina (Introducción)
04 DE MAYO DE 2006 - 01:34 - HISTORIA

Rodrigo Araya del Valle :.

El Supremo Consejo de la Francmasonería Primitiva en Marzo 1795, pide autorización


para  organizar en Francia una Logia Madre del Rito Primitivo, entre los refugiados de las
colonias hispanoamericanas, que residían en Francia, Inglaterra, Holanda.

La Gran Logia Hispanoamericana, siendo Miranda su Gran Maestro funda en Junio 1798
las primeras Logias en Londres:

Lautaro N° 1
Caballeros Racionales N° 2
Unión Americana N° 3

La Logia "Lautaro" debía preocuparse de preferencia en sus trabajos, por los asuntos de los 
pueblos de la costa del Atlántico de la América del Sur.

La Logia de "Caballeros Racionales" por los de la costa del Pacífico y la de "Unión


Americana" por los de Nueva España hasta Panamá, incluyendo las Antillas.

La Logia-Madre Hispanoamericana asumía los poderes de Supremo Consejo Provisional 


de la Academia de la Francmasonería Primitiva Hispano-americana.

Cuando la sede de la Logia-Madre Hispanoamericana cambió de París a Londres, a


principios del año de 1798, el número de los componentes de la agrupación aumentó
considerablemente con la afiliación de otros hombres, notables posteriormente, como 
Bernardo O'Higgins Riquelme, futuro libertador.  Bernardo O'Higgins Riquelme es iniciado
por Miranda en la Logia Caballeros Racionales N° 2,en 1798.

Cuando O'Higgins volvió a Cádiz a fines de Abril de 1798, Miranda autorizó para que
fundara la Logia Caballeros Racionales de Cádiz  N° 4, la que dirigió hasta su salida en
1800 para América.
En la Isla de Trinidad existió una logia de la  francmasonería hispanoamericana fundada
por Pedro José Caro, a la que perteneció Manuel Grual, amigo de infancia de Miranda y sus
dos acompañantes J.M. Rico y D. Sánchez.

Miranda no pierde el tiempo y activa entre los años 1802-1805 los trabajos de las logias
hispanoamericanas, tanto en Londres como en otros sitios.(1)

Iniciación Masónica: Bolívar y San Martín En Cadiz El precursor del movimiento


independentista americano, Francisco Miranda, que recorrió buena parte de Europa
defendiendo esta causa, tuvo vinculaciones con la masonería.

Esto le sirvió para utilizar debidamente sus contactos e iniciar sucesivas conspiraciones.

El resultado de esta actividad fue la fundación en Londres de una logia llamada la "Gran
Reunión Americana", a la que no debieron de ser ajenos Simón Bolívar y Andrés Bello.

De una forma muy parecida se establecieron  logias de este tipo en París, Filadelfia,
Caracas, Buenos Aires y Cádiz. Al principio no existía mucha relación entre ellas pero con
el tiempo fueron relacionándose, poco a poco,  y el proyecto independista fue afianzándose
hasta llegar ser una acción coordenada.

La Unión hace la Fuerza.

San Martín y Simón Bolívar,  iniciados en Cádiz José  San Martín arribó a esta ciudad en
varias oportunidades, siendo la última vez en 1802 con ocasión que formó el  batallón de
voluntarios de Campo Mayor. Permaneció en Cádiz, hasta el 24 de septiembre de 1811, año
en que salió para Londres.

Es muy probable que San Martín hiciera amistad con Simón Bolívar, que llegó a Cádiz en
Noviembre de 1803, para embarcar de nuevo cuatro meses más tarde, a finales de febrero
de 1804. Igualmente debió conocer a Bernardo Riquelme, hijo de Don Ambrosio
O'Higgins, Virrey del Perú. Pero el hecho fundamental se produjo en 1808, cuando Matías
Zapiola, oficial criollo, comunicó a San Martín, en una de las tantas reuniones que debieron
tener en Cádiz, la existencia de una logia de la que era secretario, y cuya actividad estaba
destinada a conjugar voluntades en pro de la independencia de sus países de origen.

Esta logia no era otra que la "Caballeros Racionales" , algunos de cuyos componentes, 
Alvear, Gurruchaga... habían tenido relación con la  "Gran Reunión Americana", y, a su
vez, estaban en estrecho contacto con diversos "hermanos" bonaerenses, tales como
Puyrredón, Lezica y Rodríguez Peña. (2)

Dato a destacar es la presencia de 63 criollos como diputados en las Cortes de Cádiz, entre
los que se encontraban nombres tan significativos como Olmedo, López Lisperguer,
Velasco y Rodrigo; aunque entre todos sobresalía la singular personalidad de Mejía
Lequerica, representante de Nueva Granada. Sobre la calidad de masón de Mejía, ya
apuntada por Alcalá Galiano,  precisamente en los momentos en que éste se inició en la
masonería.(3)

Pero, no fue hasta 1812, cuando el propio San Martín no materializó su idea de formar un
gran centro patriótico para canalizar la independencia frente a la Metrópoli. Para ello le
sirvió como paradigma la logia gaditana en la que había visto como se iban sumando
voluntades.

Esta nueva logia recibió el nombre de "Lautaro", en honor de una famoso personaje de la
conquista de Chile y que aparece en La Araucana como representante del pueblo nativo que
lucha por la libertad de su patria oprimida.

El objetivo de la "Lautaro", como dejó escrito el general Bartolomé Mitre, no era otro que 
"trabajar con sistema y plan en la independencia de América y su felicidad, obrando con
honor y procediendo con justicia"(4)

No se sabe con certeza que debió pasar en el seno de estas sesiones de la logia Lautaro.
Ciertos datos y la propia imaginación de algunos historiadores nos señalan que estaba
ubicada en Buenos Aires, en los sótanos de la casa Thompson y que los juramentos sé
hacían sobre un Evangelio atravesado por un puñal, no habiendo otro castigo que la muerte
para los traidores.

Según Estrada en sus "Lecciones", podríamos reproducir el siguiente diálogo entre


iniciador e iniciado:

¿A quién debemos imitar nosotros?


Al Valiente Lautaro.
¿Que hizo Lautaro?
Morir por la defensa de la Patria.
¿Cuál era su patria?
La nuestra.
¿Y sabéis que todos los caballeros que están aquí presentes se hallan dispuestos a imitarlo?
No sólo los presentes, sino todos los que cubren la superficie de la tierra.
¿Por qué lo sabéis?
Porque así lo han jurado y prometido Y si por una de aquellas casualidades que suceden en
el mundo faltase alguno a su promesa.
¿Que haremos con él?
Asesinarlo, después quemarlo y arrojar sus infames cenizas por el aire, para que no quede
memoria de hombre tan infame. (5)

En cuanto a Simón Bolívar, el masón William R. Denslow en su obra "10.000 masones


famosos" apunta que el liberador ingresó en la masonería en Cádiz, recibiendo
posteriormente los grados del Rito Escocés en París.

En cambio Michel Vaucaire mantiene la tesis de que una vez fallecida su esposa, María
Teresa, a principios de 1803, en su viaje de retorno a Venezuela hizo ostentación de un
diploma que le acreditaba como masón, obteniéndolo en una logia de Cádiz, "a la que
acudió por curiosidad y no por convicción" (6)

Lo que la mayoría silencia o ignora, es que el Acta donde consta que Simón Bolívar recibió
el grado de Compañero figuraba la firma de Jeanne de la Sade. Según el finado historiador
Paul Verna, Jeanne es un nombre de mujer. (7)

A pesar de la gran duda sobre San Martín, de Bolívar podemos afirmar que perteneció a la
auténtica masonería europea durante su estancia en París, comprendida ente los años de
1804 y 1805. Al menos así lo demuestra un manuscrito depositado actualmente en el
Archivo del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Venezuela, del que se
puede entresacar las siguientes líneas:

"Habiendo sido unánime la opinión de los hermanos para su admisión y el escrutinio


favorable, el H:. Bolívar ha sido introducido en el Templo, y tras las formalidades de rigor
ha prestado al pie del Trono la obligación acostumbrada, situado entre los dos Vigilantes y
ha sido proclamado Caballero Compañero Masón de la Respetable Logia Madre Escocesa
de San Alejandro de  Escocia" (8)

La mayoria de los próceres américanos participaba en estas logias y los mismo


nombramientos de gobernantes, cambios de generales, expediciones, renuncias y hasta
revoluciones, han salido de aquellos ocultos y misteriosos talleres. Se cree que  la logia
filial de Cádiz contaba con cuarenta americanos afiliados. (9)

También se puede agregar que la Francmasonería Progresiva de Francia tuvo contacto con
el cura  Hidalgo. El ilustre  Padre Hidalgo se llamaba "el afrancesado".(H:. Ramón Espadas
y Aguilar)

El Gran Oriente de Francia admitió en el seno de su gran Colegio de ritos en 1881 al


general Garibaldi, héroe de la unidad italiana. (10)

Referencia:
La Masonería Gaditana -Desde sus orígenes hasta 1833 Autor: José María García León, 
Doctor en Historia y profesor numerario de Geografía e Historia de Enseñanza Media, así
como profesor de Historia Económica de la Universidad de Cádiz. Edita: Quorum libros
editores 248 pag.

El libro  estudia la influencia de la masonería en los sucesos políticos acaecidos en Cádiz


desde el inicio de sus actividades hasta 1833, recogiendo aspectos de su influencia en las
Cortes de 1812 y en la independencia de Hispanoamérica.

En esta página se transcribe, íntegramente, el Capítulo V, dedicado precisamente a la


relación que tuvo la masonería gaditana con algunos de los sucesos y personas que
influyeron, en gran medida, en la independencia de los distintos países Iberoamericanos.
Recomendación
Dirección electrónica: ritoprimitivo@hotmail.com

(1) Referencias: José María Antioqueño, Traducido por S. Bradt. París 28 de  Noviembre
de 1900. Investigación histórica acerca de la Francmasonería Progresiva.
(2) Ricardo Rojas, "El Santo de la Espada vida de San Martín". Buenos Aires, edición
1970, pág. 31.
(3) Emiliano de la Cruz Hermosilla, "San Martín en Cádiz. San Martín en España".1981,
pág. 325.
(4) Samuel W. Medrano. El Libertador José San Martín Madrid 1967, pág.55  3 edición.
(5) (Ricardo Rojas,  El Santo de la Espada vida de San Martín, pág. 56).
(6) José Antonio Ferrer Benimeli, ¿Simón Bolívar Masón?. Revista de Historia  No 16 pág
96.
(7) H:. Eloy Rouverón. Julio de 1997 página 53. Públicado en la Revista Cábala. Valle de
Caracas. Or:. De Venezuela. Instituto Venezolano de Estudios Masónicos.
(8) José Antonio Ferrer Benimeli Simón Bolivar? Revista de Historia N° 16 pág.113.
(9) José de San Martín, Madrid 1932, pag. 56.
(10)  Francmasonería  por  Palou, página  222)
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OTROS ARTÍCULOS EN ESTE BLOG:


 El Rito Escocés Antiguo y Aceptado
 Historias del Rito primitivo (4) y Silvestre Bradt Una Interesante Biografia
 GARDEL MASÓN; Litigio en torno a un finísimo ataúd

18 COMENTARIOS
rocio carrasco - 20 de junio de 2014 - 15:18

muy malo tu información y los nombres de los mas impornantes quien eres un profesor no
lo creo

Alex - 30 de mayo de 2012 - 16:59

Exelente articulo,gracias por vuestro aporte un T:.A:.F:. a todos los QQ:.HH:. Gran Oriente
De Chile Respetable Logia Génesis N3 Valle De Valparaiso S:.F:.U:.

roberto - 18 de septiembre de 2011 - 18:50

Ahora entre, estoy feliz

Adoro la Masonería, Despues de todo José de Arimatea fué uno, Feliz


roberto - 18 de septiembre de 2011 - 18:46

contesten

esteban faroldi - 07 de diciembre de 2010 - 16:29

el enfoque es muy politico,por supuesto que tiene ribetes sociales,pero esa seria la
consecuencia de un largo trabajo interno de busqueda al cual no se hace referencia

gonzalo - 10 de abril de 2010 - 15:27

esta mirada ala historia nos hace pensar el sentir de la libertad y la lucha por seguir
construyendo la misma

jorge - 16 de septiembre de 2009 - 21:43

Encuentro muy interesante e importante que el autor del articulo, nos otorgue esta mirada
de la historia que para muchos es desconocida.

pablo - 14 de octubre de 2008 - 11:46


Cádiz, Londres y la Logia Lautarina
en el proceso de emancipación
Profesor Luis A. Riveros
GRAN MAESTRO DE LA GRAN LOGIA DE CHILE
Profesor de Estado, Master y Doctor en Economía
Miembro de la Academia Chilena de Ciencias Sociales Políticas y Morales, de la
Sociedad Chilena de Historia y Geografía y de la Academia de Historia Militar.
Profesor Titular de la Universidad de Chile y Honorario de las Universidades de
Nuevo León (México) y Autónoma de Barcelona (España)
.·.

No puede exigirse mayor claridad y precisión. La leyenda de que la logia de


Londres fue fundada por Miranda o por Bolívar solo sería repetida por escritores
mal informados [1].

INTRODUCCIÓN
¿Fue O’Higgins masón? ¿Fueron las Logias Lautarinas entidades propiamente
masónicas? Estas preguntas, como otras relacionadas, formuladas casi dos siglos
después de los hechos acaecidos con motivo de su vida política y militar, requieren
de un sinnúmero de precisiones. Ciertamente, ellas no han de tener la misma
respuesta que tendrían hoy en términos de la pertenencia a una organización
iniciática y formadora en los valores de la libertad, la fraternidad y la igualdad en
el marco de la tolerancia y el humanismo. Eran esos tiempos (los del Libertador)
otros en cuanto a Lautaro el significado que adquiría la organización masónica en
el mundo, como asimismo también distinto el carácter de esta organización en la
América en proceso de emancipación del dominio español. A pesar de las crudas
persecuciones contra el pensamiento libre en Europa, de lo cual la Inquisición en
nuestra América pasa a ser un reflejo de su poderoso horror, la masonería se había
venido desarrollando y asentando en Inglaterra, Francia, Alemania y varios otros
países, desde el medioevo dominado por los masones operativos. La masonería
especulativa comienza a desarrollarse a fines del siglo XVII, y encuentra este
proceso su auge con la constitución de la Gran Logia Unida de Inglaterra a
comienzos del siglo XVIII. España seguiría más tarde, ejerciendo desde allí una
notable influencia hacia Inglaterra en el ánimo de promover activamente la
independencia de las Colonias, proceso no ajeno al rechazo que provoca el
nombramiento de José Bonaparte como Gran Maestro de la Masonería Española, en
contrapartida a la intervención que aísla al rey y provoca, de este modo, el
surgimiento de Juntas de Gobierno por toda América. Más tarde, es la Masonería la
que auspicia la activa lucha por la liberación definitiva del dominio español,
proceso donde las Logias Lautarinas alcanzan su apogeo, junto con el activo
liderazgo de jóvenes venidos desde Europa que, como San Martín y O’Higgins,
abrazaron el ideario libertario junto con el masónico.

Se ha mencionado usualmente que el abierto catolicismo de ambos héroes sería


una demostración de su no pertenencia (y casi de su rechazo) a la Orden
Masónica. Esta cuestión pasa por entender el concepto de masonería que se
desarrolla en Europa durante el siglo XVII y la profunda vinculación que ella tiene
con la Iglesia en el siglo XVIII, especialmente a partir de la influyente masonería
inglesa. En España, un notable Gran Maestre masón pasa a ser también personaje
de alta investidura en la Iglesia, así comprobando que no existía una gran
contradicción como hoy día es posible observarla. De hecho, la pertenencia de
sacerdotes en la masonería tanto en Europa como en América, pasa a ser una
cuestión habitual en la observación histórica. Los casos del Padre Mier, del
Canónigo Cardeña o de Fray Camilo Henríquez son notorios entre muchos otros [2].
Pero cierto es también que la Iglesia empleó evidentes esfuerzos por prohibir a la
masonería debido a su apego al pensamiento religioso tolerante y amplio. Las
persecuciones contra la masonería serían cosa común en España, Rusia e incluso
Austria y Alemania, especialmente por el esfuerzo de los soberanos temporales por
anular cualquier acción organizada contra su poder. Una separación profunda entre
Iglesia y Masonería se consolidaría más tarde en América, cuando la Iglesia
adquiere la potestad de símbolo defensor de la dominación colonial y cuando, a
propósito de la liberación, inicia una nueva oleada de repudio al pensamiento libre
y laico impulsado por la masonería en toda América.

Pero nunca prevaleció en la masonería europea una contradicción de principios en


términos de concebir a los masones como personajes anti-iglesia o anti-creencias
religiosas. De hecho, la Gran Logia Unida de Inglaterra sostenía que la creencia en
Dios era un prerequisito para obtener la Iniciación, y solamente los Franceses
propiciarían una actitud más favorable al ateísmo o a al más amplio
librepensamiento, situación que llevaría a un distanciamiento aún presente en
nuestros días entre ambos Orientes. Al propiciar las libertades ciudadana y de
conciencia, era la masonería una organización amplia en la que tendrían cabida
jóvenes católicos inspirados en las enseñanzas inglesas que, como San Martín,
O’Higgins, Bello, Zapiola y tantos otros, serían fundamento en el proceso de
construcción de las nuevas Repúblicas.

Este trabajo intenta reseñar esta particular dimensión de la vida de nuestro Prócer,
destacando el rol que efectivamente cumplieron las Logias Lautarinas como
organizaciones para-masónicas en el proceso de independencia de nuestras
Naciones. En particular, este trabajo reseña que el ideario libertario no provino
desde Londres, donde la fundación de la Logia atribuida a Francisco de Miranda, se
había creído había sido efectivamente una iniciativa Británica. En realidad, la
creación de esa Logia, la N° 7 “Caballeros Racionales”, provino de un impulso
surgido en Cádiz, como una iniciativa propiamente española a favor del proceso de
independencia americano y que originaría, más tarde, las logias lautarinas en suelo
americano. En ese espíritu se educaron varios de nuestros libertadores con la
participación de Francisco de Miranda, quien acogía a tanto joven americano en su
propia casa, donde se permeaban de las ideas libertarias y de la actitud combativa
del ilustre venezolano, y que más tarde pondrían a prueba en el proceso de
liberación.
LOS ANTECEDENTES ILUSTRADOS
El proceso que acompaña la independencia de América está cargado de una
mezcla de motivaciones políticas, económicas y sociales. Nuevos conceptos
jurídicos, un naciente desenvolvimiento mercantil de las colonias, el aumento del
tráfico comercial y, las nuevas ideas proveniente de Europa configuran
antecedentes para las motivaciones independentistas. La Primera Junta Nacional
de Gobierno, por ejemplo, toma como una de sus primeras medidas la “libertad de
comercio” [3], expresando de este modo un desacuerdo con respecto al control
monopólico que oficialmente mantenía España sobre las relaciones comerciales
con América, poniendo de relieve que las motivaciones políticas estaban también
supeditadas a otras de gran relevancia. . Pero resulta también destacable el hecho
subyacente de que prevalecía una nueva corriente ilustrada que logra permear las
mentes de los patriotas y que, a la postre, tendría gran gravitación en el proceso
de emancipación y en su ideología de soporte. Efectivamente, América no pudo
mantenerse al margen de la corriente histórica, que, guiada por insignes
pensadores europeos promueven el ideal ilustrado asociado a la idea de un
humanismo librepensador.

El contacto con la ideología de los escritores franceses del siglo XVII va generando
un ambiente de inquietud en América. El criollo comienza a sentir con marcada
injusticia el hecho de hallarse pospuestos en los cargos públicos…

…después de su emancipación se presenta a los criollos como una lección práctica


de lo que ellos podrían llegar a ser si se separaban de España.

En efecto dos siglos de antecedentes se fraguan en el nacimiento y solidificación


de los Estados modernos bajo la idea de la construcción de un Estado en el que la
soberanía radique en los ciudadanos [4]. Resulta preciso considerar los
antecedentes ilustrados como la fuente histórica que revela el espíritu de la época
y a la vez pasa a constituir expresión anímica de los ideales trascendentes que
inspiraron a los jóvenes militares patriotas.

La configuración de la noción del Estado como contrato ofrecerá una teoría del
pacto social, que bajo un esquema común presentará, a la postre, notables
divergencias entre las distintas teorías enfocando de modo distinto la noción de
Estado [5], dando origen al naciente concepto contractualista. Se trataba de
construir un Estado distinto en sus tareas y en su capacidad de inclusión, de aquel
simbolizado por el poder real. Esta nueva forma de pensar se extiende a una
población lectora, y origina una nueva clase de intelectuales librepensadores en
temas de religión y política. La concepción respecto del ordenamiento de los
nacientes Estados nacionales que existe durante los siglos XVII y XVIII, son guiados
por ilustres pensadores. Locke [6], por ejemplo, establece que los conceptos de
ordenamiento político están guiados por la búsqueda de las capacidades
intelectuales, mientras que el masón Voltaire lleva a cabo la ingente labor de
divulgación por toda Europa de las implicaciones revolucionarias de la nueva
ciencia de Newton y del liberalismo de Locke. Base importante de las nuevas ideas
es que las creencias deben basarse en la razón, poniendo en tela de juicio las
bases de una sociedad inspiradas en el poder Divino que otorgaba mandato a la
realeza. Lo propio hará Diderot con su trabajo enciclopédico el cual lleva a
cuestionar las manifestaciones de poder de su época llegando a negar la
legitimidad de las mismas.
Lo anterior explica la insistencia en abordar la realidad desde la luz de la razón y el
por qué este periodo se conoce con el nombre de Siglo de las Luces. Rousseau [7],
en el “Contrato Social” aboga por el uso de la fuerza de la voluntad general si
fuese necesario. Y los pensadores del Siglo de Oro de la filosofía alemana como
Kant, desde el punto de vista teórico, sostendrán el principio de la libertad de la
voluntad humana, demostrando incluso que es del todo imposible concebir una
existencia en la que no existiese esa libertad. Todo ello permeará la mente de
ilustres jóvenes estudiantes en la Europa de la segunda mitad del siglo XVIII,
quienes más tarde serían líderes en la emancipación de las colonias españolas en
América, y que se ponen así en convencido contacto con las nuevas ideas sobre
Estado y Poder que brotan por doquier.

La influencia de estas nuevas tendencias queda claramente manifestado por las


afirmaciones del Conde de Aranda (Gran Maestre de la Masonería española) al Rey
[8].

“No se piense que nuestra América está tan inocente como en los siglos pasados,
ni tan despoblada, ni que se crea que faltan gentes instruidas que ven que
aquellos habitantes están olvidados en su propio suelo…

…No se les oculta nada de lo que por aquí pasa, tiene libros que los instruyen en
las nuevas máximas de libertad, y no les faltarán propagandistas que irán a
persuadirles si llega el caso.”

Los sucesos derivados de la Revolución Francesa y del cautiverio de Fernando VII,


produjeron la creación de Juntas tanto españolas como en las colonias americanas,
adquiriendo por este mismo hecho un rol decisivo en el proceso de emancipación.
Una coyuntura que fue bien aprovechada en las colonias, con una agenda que, por
cierto, iba mucho más allá de la ambición innegable de obtener la libertad a través
de la independencia de la Corona. Se promovió, así, la libertad aunque no una
democracia política, la que sólo sería producto más tarde de una interacción entre
el estado político y la sociedad civil modificando la forma jurídica del ordenamiento
político hacia la segunda mitad del siglo XIX [9].

Esta visión de la razón como articulador de la acción y el pensamiento se ofrecerá


en forma plena al hombre que será O’Higgins, en sus convicciones profundas que
le harían adoptar un comportamiento político y militar consecuente. Este
compromiso, entonces, no nace al azar o como producto de un momento; es
resultado de una disciplina consciente construida sobre la base de una educación
en valores racionales y de un convencimiento basado en las ideas libertarias que
permeaban a la intelectualidad después de los sucesos de Francia y de los Estados
Unidos. La iglesia y sus valores, radicaban en la fe, pero en un sentido profundo
podían también someterse al escrutinio de la razón según creían los racionalistas
europeos. Por razones más bien vinculadas al manejo del poder, la Iglesia se
ubicaba del lado más conservador, en pro del statu quo que fundamentaba la
continuación del largo sueño colonial. El liberalismo racional era, para muchos
jóvenes educados, un ideal que podía dar base a sus sentimientos
independentistas y libertarios, y la masonería era una organización que podía no
sólo garantizar un necesario apoyo internacional sino también una forma efectiva
de enfrentar las fuerzas que, en pro del realismo, operaban en todo terreno y a
menudo con singular belicosidad.

La valoración de las aptitudes de esa generación de jóvenes patriotas, que incluían


valor, astucia, discernimiento y bravura militar, son elementos que difícilmente se
podrían reunir en un solo concepto. Una breve revisión del concepto de “virtud”
resalta el vínculo con el concepto de “hombría”, que a la vez recuerda de un modo
claro la identificación de la conducta de un hombre aplicada de manera rigurosa,
guardando con orgullo, celo y fidelidad la visión que le ha forjado y por la cual ha
de luchar determinadamente hasta su plena realización, la Independencia de Chile.
Pero en su caso, era aún más que eso: incluía los conceptos de raciocinio tolerante
y profundo humanismo, de una visión que concebía al hombre como objeto final y
verdadero de los esfuerzos libertadores.

LA MASONERÍA EN EL MUNDO
Derivadas de la masonería operativa, a fines del siglo XVII empiezan a surgir por
toda Europa organizaciones llamadas logias y que acogían miembros dedicados
más bien al trabajo filosófico o especulativo. Durante la Edad Media, Corporaciones
de Obreros Constructores recorrían Europa haciéndose llamar “masones”, esto es
“albañiles” o trabajadores de la piedra franca (“francmasones”). Gozaron de la
protección de los Papas y de los Soberanos temporales, por la importancia que se
asignaba a su hacer y a su arte [10]. En Inglaterra se puede presumir la existencia
de masonería a partir del siglo X con reglamentaciones formales y la presencia del
propio hijo del Rey como miembro activo [11].

A pesar de desencuentros y etapas difíciles, la masonería crecería en Inglaterra


como en otras partes de Europa (Francia, Alemania, Holanda, Italia, España, etc.)
La transformación tecnológica y la evolución de la sociedad presionaría, sin
embargo, por transformar a la masonería operativa en una entidad especulativa.:
la Gran Logia Unida de Inglaterra se funda el 24 de Junio de 1717, y se dota más
tarde una constitución que regiría para ella y muchas otras partes del mundo.
Grandes Logias aparecen por toda Europa, España incluida, como una forma de
consolidar este tránsito de lo operativo a lo especulativo y simbólico.

En 1804 la Gran Logia General de Francia se convierte en un centro impulsor de la


masonería en Europa continental, siendo designado José Bonaparte como Gran
Maestre. Al suprimir Francia el lema “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”
se rompen relaciones con la masonería inglesa, una división que continúa hasta el
presente. En Inglaterra subsistiría una Masonería con base moral y apegada a la
religión protestante, frente a la más agnóstica del continente. Este hecho es
importante porque la Logia Unida de Inglaterra se supone respaldó el proceso
independentista a través de organizaciones masónicas desarrolladas en Londres, y
fueron también muy influyentes en la creación de Logias en América, como es el
caso de Buenos Aires y de Países de Centro América y el Caribe, incluyendo a los
Estados Unidos [12].

La primera Logia Española se fundó en 1728 por un coronel de ejército inglés,


quien más tarde fundaría también otras logias. En 1740, por presión de la iglesia,
el Rey prohibiría la masonería, cosa que ratificaría más tarde Fernando VI al
declarar que la Orden era “sospechosa y perjudicial para la Religión”. Había una
lucha soterrada, junto a los esfuerzos de la Inquisición por aplastar a un grupo que
pretendía efectuar un raciocinio acerca de la existencia de Dios y que también
promovía la libertad política. Eso favoreció la secrecía y el desarrollo de las Logias
como una actividad de tipo clandestino, cosa que sería también más tarde propicia
para la aventura libertadora en América. Pero el crecimiento de la masonería
española continuó, hasta el punto que en 1780 el Conde de Aranda fundó el Gran
Oriente Nacional de España, del cual fue su primer Gran Maestro [13]. La
designación de Bonaparte puso a la Masonería en pié de guerra contra Francia y a
favor de la liberación de las colonias españolas. La fundación de la Logia de Cádiz a
comienzos del siglo XIX, revela este ánimo y el impulso que transmitió hacia
Londres con la fundación de la Logia Caballeros Racionales que albergaría a un
sinnúmero de importantes patriotas americanistas. Sería esta Logia de Caballeros
Racionales “…porque nada es más racional que mirar por su patria y sus paisanos”
según lo afirmado en el ceremonial de incorporación de nuevos miembros a la
Sociedad de Americanos, una organización presidida por Carlos Alvear en Buenos
Aires y que correspondía efectivamente, a una Logia Lautarina [14]. En general las
logias Caballeros Racionales se estiman las predecesoras y organizadoras de las
logias Lautaro en América [15].

Lo importante es que el desarrollo de las logias hacia y en América se hizo en un


ambiente clandestino, propicio para una lucha independentista rodeada de
delaciones, encubrimientos, con una administración estatal activa en la
prosecución de sus opositores. Más allá, sin embargo, la masonería procuró un
ideario para la emancipación, basada en la doctrina ilustrada y en los principios de
libertad, igualdad y fraternidad que ya se exhibían triunfantes en Francia y en
América del Norte. Por ello, no estuvo el proceso exento del ejemplo provisto por la
participación de la masonería de los Estados Unidos en el proceso de
independencia Americana, ni aquella que le correspondió en la Revolución
Francesa. Sin embargo, y a pesar del fuerte apego oficial de la iglesia católica al
poder de la Corona, por su origen más cercano a la historia medieval y su mayor
apego a Londres, nunca existió en los adherentes americanos una actitud anti-
iglesia ni agnóstica en extremo, de tal modo que patriotas masones fueron
también católicos practicantes.

O’HIGGINS, LA INDEPENDENCIA Y LA LOGIA LAUTARO


Es en la política ilustrada de los Borbones en donde prevalecen los primeros
antecedentes del proceso revolucionario de las colonias. En efecto los Reyes
Borbones de España impulsan un conjunto de grandes cambios económicos,
políticos y administrativos, durante el siglo XVIII, para la metrópoli y sus colonias.
Reformas que tienen su base en la Ilustración y que se fueron aplicando dentro del
margen del gobierno ilustrado, bajo todo el poder del monarca absoluto.

Los problemas cotidianos constituían las principales inquietudes de los criollos en


especial entre el grupo de los comerciantes agricultores y letrados que
conformaban el cabildo y la real audiencia. Cobijados en la solidaridad con el Rey
sometido, y en rechazo a José Bonaparte -quien a la sazón había sido designado
Gran Maestre de la Masonería Francesa- los cabildos tuvieron una participación
activa en propiciar los elementos reformistas, reafirmándolos e impulsando un
proceso de independencia dentro de su propia lógica.
Desde 1523 los cabildos hispánicos eran fruto de un proceso de auto-generación.
Ellos hacen imaginar la actividad de una comunidad viva, integrada, interactuando,
vital, y bullante, muestra de una cualidad particular en pro de las ansias
democráticas. Por cierto que al plantear garantías democráticas a este periodo
estamos hablando sólo de una primera aproximación a la noción de democracia
que hoy día conocemos, pero por cierto constituye un hito emblemático que da
origen a un proceso de mucho mayor alcance que continúa hasta el día de hoy: el
respeto por las libertades individuales, por la libre opinión y por la libertad de
comercio, entre otros aspectos. Sobre el establecimiento de la libertad de
comercio, dice Eyzaguirre,

O’Higgins vio el medio de abrir el país a la influencia inglesa y acelerar así la


revolución Separatista… [16]

Don Bernardo O’Higgins que había sido enviado a estudiar al colegio franciscano
de Chillan, fue dirigido a Lima por encargo de su padre cuando tenía 12 años. Allí
fue atendido por el comerciante británico John Blake, amigo del entonces
gobernador de Chile, quien lo matriculara con el nombre de Bernardo Riquelme en
el colegio de San Carlos de dicha ciudad. Al colegio asistían los hijos de la
aristocracia limeña, de donde el niño Bernardo adquiriría el trato y conocimientos
de las costumbres de la alta sociedad.. Cuatro años permaneció en ese colegio y
luego cumpliendo nuevas instrucciones de don Ambrosio, Blake lo embarcó para
España. En Cádiz el joven fue recibido por don Nicolás de la Cruz, prospero
comerciante chileno cuñado de don Juan Albano Pereira quien había llegado a
poseer una situación destacada en España. Hasta aquí el niño O’Higgins había
recibido una educación muy tradicional, típica de la aristocracia, fuertemente
vinculada a la iglesia católica y a los valores que eran tan cercanos al dominio
colonial.

Sin embargo, posteriormente, y nuevamente por voluntad de su padre, pasó a


completar su educación a Londres donde diversifica su formación valórica, abre su
mente a las nuevas ideas y valores, y consolida sus convicciones libertarias.
Fortalecidos sus ideales políticos, cimentados en los argumentos en pro de la razón
que alentaban los intelectuales europeos mas en boga, ellos le procuraron en
Londres nuevos amigos. En 1799 regresa a Cádiz donde se puso en contacto con
Juan Pable Fretes, sacerdote argentino que participó en Chile y en las provincias
unidas y don José Cortez de Madariaga, quien tuvo una destacada labor en la
independencia venezolana. Ya había conseguido contactos fundamentales con
miembros de la logia de Cádiz, y había aprendido acerca de la interacción de ésta
con la logia de Londres.

Destituido de su cargo de Virrey, don Ambrosio fallece en Lima, cambia la suerte


del joven Bernardo pues el ex Virrey había reconocido en su testamento los
derechos de su hijo dejándole una considerable fortuna, siendo ésta la hacienda de
las Canteras con tres mil cabezas de ganado. Pero sobre todo el derecho de llevar
el apellido que le pertenecía, regresa a Chile. No es difícil pensar entonces en la
configuración del carácter de nuestro prócer.
Era un hombre de acción más que de ideas, de temperamento sanguíneo, por
tanto era rápido para reaccionar en forma rápida e impetuosa. Poco extrovertido,
le agradaba mas oír que hablar…

…sus decisiones impetuosas lo hacían adoptar riegos innecesarios llegaba a ser


temerario llevado por su afán de lucha y su desprecio por el peligro. Bravo hasta el
extremo [17].

El curso de su vida así como la educación recibida distinguieron la formación de


este hombre, mediante la creación de un tipo íntimamente coherente en lo
intelectual y claramente determinado en la acción. O’Higgins en su ideario de
revolución orientado por la idea de humanismo y una exaltación de la condición
humana a formas más excelsas guiadas por los principios de la recta razón se
dedicó primero, en 1802, al trabajo separatista subrepticio, para luego en 1811
emerger a la vida pública al participar como diputado de Los Ángeles en el primer
congreso chileno, guiado por una particular orientación.

En carta de O’Higgins a Rivadavia le expresa:

“En los años 1806, 1807, 1808 y 1809, fui miembro activo de una escogida
sociedad organizada en Cádiz en 1802, no solamente con el objeto de librar a Chile
del yugo español sino que también con el de cooperar con Buenos Aires en la
misma obra” [18]

Esa sociedad no era otra que la logia de Cádiz, a la que se le atribuye el haber
originado la famosa Logia N° 7 de Londres, “Caballeros Racionales” cuya autoría se
atribuía a Francisco de Miranda. A ella pertenecerían otros notables patriotas y
hombres de influencia en la construcción de las nuevas Repúblicas, como San
Martín y Andres Bello. Como se ha dicho, esta Logia tendría un rol muy activo en la
generación de otras logias llamados Lautaro, en territorio Americano [19].

 
LOGIA LAUTARO
 El 13 de marzo de 1812 arriban a Buenos Aires San Martín, Zapiola, el barón de
Holmberg, Antonio Arellano, Francisco Chilavert y Francisco Vera A su llegada
ofrecen servir a la causa emancipadora dedicándose a los asuntos de las armas,
para lo cual la organización de una logia, presidida por San Martín, la
vicepresidencia ocupada por Alvear, y Zapiola en la secretaría, sería un adecuado
articulador. El posicionamiento de la logia a estos efectos tuvo una pétrea
configuración, aun hipotecando sus propias libertades en pos del ideal libertario. La
Logia era vista como una organización en pro de la lucha independentista, cosa
que era favorecida en el campo de los ideales por el lema de libertad, igualdad y
fraternidad, en un espíritu de tolerancia religiosa -todos principios fuertemente
cimentados en Europa,- mientras que en el campo de la acción se fundamentaba
en la activa participación que se sostenía había tendido la masonería en el proceso
de independencia de los Estados Unidos y en la propia Revolución Francesa [20].
En Argentina el movimiento revolucionario se llevaba a cabo sin plan, ni sistema, la
logia a estos efecto traería un programa de acción a desarrollar, pronto será esta la
que establezca el equilibrio y, sumará fuerzas [21].

San Martín reorganiza más tarde la logia, replicándola de forma homóloga en el


ejército de los Andes y en Chile con O’Higgins. Así se desplegaba el objetivo táctico
de la puesta en marcha que no era otro que la emancipación.

Participó en la lucha armada que se desencadenó en 1813 contra las tropas


realistas activadas en Lima. El desastre de Rancagua el 2 de octubre de 1814
obliga a O’Higgins y muchos militares y civiles a emigrar a provincias argentinas,
donde San Martín los acoge reforzando en Buenos Aires la Logia ya existente y
propiciando la creación de una rama de la misma en Mendoza.

Luego de permanecer un tiempo en Mendoza O’Higgins se traslado a Buenos Aires,


donde ingresó en 1815 a la logia lautarina encaminada a coordinar la tarea
revolucionaria. La logia Lautaro agrupó en su seno a los patriotas chilenos entre los
que estaba O’Higgins, Mackenna, Alcazar y Freire, y dedicó todos sus esfuerzos a
la reconquista de Chile.

…La logia posteriormente se perfecciona y se extiende por la sociedad patriota se


torna en un organización de gran cohesión [22].

O’Higgins vuelve a Mendoza a colaborar con don José San Martín en la expedición
libertadora a Chile. El 12 de febrero de 1817 se dio la batalla decisiva y la victoria
fue para los patriotas. El 16 de febrero un cabildo abierto reunido en Santiago le
nombraría Director Supremo, extendiéndose su gestión hasta el mes de enero de
1823. Seis años en que se consolidaría la independencia de Chile al ser derrotados
los españoles en Maipú y la independencia sudamericana consolidada al organizar
financiar y enviar la expedición libertadora del Perú al mando de San Martín y Lord
Cochrane.

La Logia Lautarina fue un factor en el éxito de la gesta independentista, y en la


efectiva conducción otorgada por O’Higgins. No puede su influencia ser
sobreestimada, pero tampoco (como de hecho ha tendido a ocurrir) interpretada
como una abierta influencia de la masonería inglesa a través de sus ramas en
España y América. La Logia Lautarina fue una instancia de organización que uso
las convicciones libertarias y la poderosa herramienta que brindaba una
organización preparada para el trabajo clandestino [23].

LA LOGIA LAUTARINA: EL DEBATE


Los antecedentes [24] de la relación existente entre O’Higgins y la logia lautarina
proveen copiosos datos que han sido estudiados por historiadores ilustres como
Vicuña Mackenna, Amunátegui, Diego Barros Arana y Bartolomé Mitre. Vicuña
Mackenna, como depositario de los papeles de Bernardo O’Higgins fue el primero
en publicar dichos documentos;
Un cuaderno precioso en que el joven don Bernardo acostumbraba copiar sus
cartas, escribía el historiador de Santiago, y que da principio en octubre de 1789,
va a abrirnos el corazón y la inteligencia de nuestro joven compatriota [25].

Los antecedentes que existen en torno a la figura de los próceres del proceso
independentista, sus vínculos y relación con la logia Lautaro están rodeados de un
serio debate.

Los elementos de juicio que existen se remontan a los primeros años del siglo XIX
periodo en el cual surgen, producto del afán, personas ilustres como Francisco de
Miranda, San Martín, Carlos de Alvear, Julian Alvarez, entre otros, vinculados a la
Masonería y en pos del ideario de emancipación. El debate en este punto respecto
de la creación, naturaleza y filiación de la logia resulta prolífico; a juicio de Gandia
[26], no es exacto que Miranda haya fundado en Londres una sociedad secreta
inspirado por la Gran Logia de Inglaterra para así propiciar la emancipación
americana, debilitando a la Corona española. Sin embargo, el centro de la sociedad
secreta que operaría indirectamente en América, no se habría encontrado en
Londres. La autenticidad de la influencia de Miranda es puesta en duda citando a
estos efectos los antecedentes documentados de la obra de José Manuel Restrepo
[27], destacando el hecho que no existe referencia a Miranda en los antecedentes
fundacionales de la Sociedad de Caballeros Racionales. Por su parte en Baralt y
Díaz [28] existe mención a Miranda y a una supuesta comisión fundacional que le
fue entregada en Paris. Sin embargo Gandia refuta la autenticidad de este hecho,
en verdad nunca documentado fehacientemente y generando una duda razonable
respecto de la veracidad de dicho mandato masónico, máxime cuando las
relaciones entre las logias inglesas y francesas se habían deteriorado fuertemente
como producto tanto del “ateísmo” propiciado por la primera como asimismo por
su fuerte vinculación con la Revolución. Sobre esta materia se cita también una
obra que contiene los documentos relativos a don Simón Bolívar [29] en los cuales
se hace mención a Miranda pero no se dice una palabra en referencia a la Logia de
Londres. No obstante; sí se hace efectivamente mención a una sociedad patriótica
fundada por Miranda y Bolívar en Venezuela a poco de llegar de Londres.

Coinciden con la postura de Gandia, Guzmán Blanco así como don diego Barros
Arana puesto que ambos parecen escépticos respecto de muchas de las
afirmaciones acerca de la juventud de O’ Higgins. Sin embargo, a juicio de Gandia,
la presentación de Miranda como fundador de la logia asentada en Londres fue
aceptada sin críticas durante mucho tiempo, a causa de un coincidente
sincronismo que explica equivocadamente la actividad de los movimientos
emancipadores de ultramar;

“…esta novela mirandina que los historiadores argentinos fueron forjando, se


agrandó con la influencia poderosa que la Revolución francesa habría ejercido
sobre los hombres de mayo” [30]

En efecto se destaca del debate la manera en que se forman las teorías históricas
y el hecho que la exposición no esté apropiadamente acompañada de un aparato
crítico riguroso llevando a una peligrosa repetición. Por la misma razón las
suposiciones derivadas de afirmaciones sin evidencia son elementos que deben ser
ponderados al momento de abordar un tema particularmente intrincado como
elementos que ostentan un sospechoso y provisional criterio de verdad, el cual
debe ser sometido a estricta prueba.

Junto con lo anterior existe confusión respecto de la diferencia entre la logia


Lautaro, la logia de los caballeros racionales y la logia regional americana.
Carraciolo Parra Pérez [31] afirma que la estadía de Miranda en Paris responde a la
creación de una especie de comité revolucionario con la cooperación de algunos
hispanoamericanos donde se hizo dar poderes para representar a América frente a
las autoridades británicas. Los comisarios de la junta de diputados de las
provincias que dieron sus poderes a Miranda serían José del Pozo, Sucre, Manuel
José de Salas. Este elemento es refutado nuevamente por De Gandia;

Miranda tenía poderes de esos individuos para negociar contraer empréstitos,


nombrar agentes, y comprara en Londres material bélico, mientras Sucre y Salas
volvían a Madrid a informar a sus “comitentes” y pasaban luego a América para
provocar la explosión.

Este punto de momentánea coincidencia se oscurece nuevamente frente a la


ausencia de mención por parte de Pérez a la fundación de alguna logia en Londres
por parte de Miranda. Sí menciona el hecho que la junta comisionaría como coronel
a Simón Bolívar, comisario ordenador a Luis López Mendoza y comisario de guerra
a don Andrés Bello.

No obstante lo anterior, la reacción contra este conjunto de afirmaciones sin


prueba no ha sido refutada, dice Gandia. La gran reunión americana de Londres,
sus filiales, la reunión en Madrid, los plenipotenciarios de América, el acta de Paris,
su amistad (de Miranda) con Pablo de Olavide serían elementos que constituirían
parte de esta “novela” (usando los mismos términos de Gandia).

A este respecto existe correspondencia ente Gandia y el historiador francés G. F.


Pardo de Leygonier que apoya esta tesis compartiendo que no existe evidencia
respecto de lo afirmado por el consenso general de los historiadores. No obstante,
existe la constancia de que existió en Londres una logia en la que actuaron San
Martín, Alvear, Zapiola, y otros próceres de la independencia: el hallazgo de
documentos de Mariano Castilla y Roberto P. Staples entregan pistas sobre la
motivación de San Martín, Alvear y Zapiola: lo fundamental de dichos documentos
es la relación que se establece entre dicha motivación y una política masónica.
Junto a este archivo se suma el descubrimiento de José Guillen quien encontró en
el archivo Bazán de la marina española enviados por este a la revista de la
Academia Chilena de la Historia [32], lo que genera una importante refutación de
los antecedentes argentinos mediante antecedentes inéditos

Los documentos cambian todo lo conocido hasta entonces. Miranda no aparece


para nada. No hay ninguna logia en Londres hasta que no la fundan Alvear, San
Martín y otros compañeros. No es la logia de Londres la que da vida a la de Cádiz,
como decía la leyenda, sino la de Cádiz la que origina la de Londres. Ahora
sabemos los verdaderos nombres de la logia de Cádiz, Logia número tres, y de la
logia de Londres, logia número siete [33].
Alvear menciona la fundación de la logia Nº 7, aludiendo a la logia de Londres, en
una carta dirigida al presidente de la logia Nº 4, mencionando como hermanos
fundadores a Zapiola, San Martín, Mier, Villa Urrutia y Chilavert. Después recibieron
a Manuel Moreno, Andrés Bello, y al Marqués del Apartado. Del mismo modo en
correspondencia capturada por los españoles en el bergantín Las Rosas, queda en
evidencia que Alvear es quien funda la logia en Londres. El testimonio de Enríquez
Martínez, refuerza esto al recordar que en el año 1812 llegaron desde Europa San
Martín, Alvear, Zapiola, Chilavert, que traían el encargo de establecer la Sociedad
de los Caballeros Racionales, cuya fundación había sido hecha en Santa Fe de
Bogotá

No puede exigirse mayor claridad y precisión. La leyenda de que la logia de


Londres fue fundada por Miranda o por Bolívar solo sería repetida por escritores
mal informados [34].

Pero es Mitre quien, a través de su vinculo con José Matías Zapiola, y gracias a los
recuerdos que éste le proporcionara, logra reconstruir la experiencia de este en las
logias de Cádiz y Londres;

“Pero sería Mitre en su segunda grande obra, ‘la Historia de San Martín’, el que
plantearía con visión certera el estudio crítico sobre dicha sociedad secreta”

“…Mitre sostuvo que Alvear y San Martín fueron los primeros que introdujeron a
Buenos Aires Las sociedades secretas aplicadas a la política” [35]

El hecho es que la logia de Londres existió y en ella se cobijaron grupos notables


de jóvenes que asumirían el rol de patriotas o de constructores de las nuevas
repúblicas en América. Esa Logia no sería un mandato de la Logia de Inglaterra,
sino más bien producto de la actividad de la Logia de Cádiz, donde varios de esos
jóvenes patriotas, como O’Higgins, habían encontrado cabida.

Existe un nutrido debate también acerca de la relación existente entre la logia


Lautaro y la masonería. La Francmasonería había alcanzado, a juicio de Eyzaguirre
[36], su apogeo en Europa en el s. XVII [37] y se constituye bajo el precepto
basado en torno a los principios racionalistas.

Estas sociedades secretas, precursoras del gran movimiento revolucionario de Sur


América y que determinaron sus primeros rumbos, imprimiendo su sello a muchos
de los personajes que después fueron llamados a dirigir el movimiento de
emancipación decidiendo en varios de ellos sus destinos, como Manuel Rodríguez y
otros [38].

La opinión ortodoxa de los historiadores argentinos afirma la existencia de las


logias masónicas con anterioridad a la llegada de San Martín y Alvear sosteniendo
que aquellas existían desde las invasiones inglesas y mucho antes, teniendo todas
ellas fines políticos ocultos, agregando que las sociedades secretas compuestas
por americanos revestían todas las formas de logias masónicas. En efecto, como
en Estados Unidos y Australia las logias eran fundadas por militares y
posteriormente subsistían sobre la base de la captación de nuevos miembros
locales.

…“estas sociedades, tuvieron su origen en una asociación que con aquellos


propósitos, y con el objeto inmediato de revolucionar a Caracas, fundó en Londres,
a fines del siglo pasado, el célebre general Miranda…” Más aun para en esta
asociación de Miranda, formóse en los primeros años del siglo XIX una vasta
sociedad secreta, compuesta casi exclusivamente de americanos, que se había
generalizado en España con la denominación de sociedad Lautarina o Caballeros
Racionales… [39]

LA LOGIA LAUTARINA
Don Bernardo O’Higgins fue un actor de la política de aquellos momentos y en sus
palabras la política secreta de la Gran Logia de Londres era la de llevar la libertad,
la independencia, a la América Hispana. Una vez incorporados los diputados de
Caracas partieron rumbo a Buenos Aires para fundar en esta ciudad la sociedad de
Lautaro.

A juicio de la revista de estudios históricos de Mendoza [40], existe un vínculo


tardío entre la logia Lautaro y la masonería, existiendo entre ellas un cuidadoso
complemento en su posicionamiento táctico con vistas al desenvolvimiento de una
estrategia orientada al emplazamiento y desarrollo de sus fuerzas combinadas
para el ataque. En efecto parecen ser organizaciones con independencia pero
resulta innegable el vínculo entre ellas. Como afirma Carlos Wise (op.cit, 2006), la
logia lautarina era indudablemente masónica ya que según el general Carrera
obedecía incluso a una Gran Logia y tenía ceremonial de Iniciación con fórmulas
muy parecidas a la masonería regular que éste bien conocía. Sin embargo, este
autor agrega que la logia lautarina sería de tipo irregular, a lo que Felipe del Solar
(op.cit, 2006) agrega que existe documentación que respalda la idea de su
carácter masónico.
Un elemento de duda respecto de la participación de la logia Lautaro en la
masonería lo constituye el hecho que la Santa Sede, había condenado a esta
organización [41] mediante Bula papal declarando la incompatibilidad entre la
Iglesia y la Francmasonería. No obstante, la logia lautarina en este sentido
propiciaba más bien el carácter político de una organización en lucha por la
emancipación, proyecto frente al cual la iglesia participaba como oponente.

La logia lautarina tuvo una importante influencia en las decisiones de los nuevos
gobiernos, y una vez formado el concepto, este acto no pasó desapercibido en
España pues a la llegada de Fernando VII del exilio en 1814 fue informado de la
aparición de logias patriotas en el proceso revolucionario de América.

“El Rey ha sabido por conducto seguro que existe una sociedad muy oculta cuyos
rito son análogos a los de de la masonería pero que su único objeto es la
independencia de América en la cual se haya esparcida y aun en Inglaterra por
medio de otras sociedades subalternas sujetas al centro que fue Caracas,
dirigiéndose por ellas las revoluciones hechas hasta ahora…
…me manda su Majestad encargue a V.E. muy particularmente, como lo ejecuto,
que procure averiguar a toda costa y con la mayor reserva quiénes son los sujetos
y averiguar cuanto pueda descubrir sobre el asunto…

…y que si descubre alguno o algunos los arreste inmediatamente sin


comunicaciones dándome puntual aviso.” [42]

A juicio de Eyzaguirre en esta carta la iniciativa real da cuenta de la diferenciación


entre las logias patriotas y las logias masónicas. Concuerdan con este diagnóstico
Benjamín Oviedo Martínez quien a partir de los antecedentes respecto de la logia
lautarina estima que ésta fue una organización de carácter político a la cual las
circunstancias de la época la obligaron a adoptar la organización de una sociedad
secreta.

Por su parte en Buenos Aires existía la masonería antes de llegar Alvear y San
Martín en 1812. El general Enrique Martínez plateaba que el único objeto de la
logia lautarina era propugnar por la independencia de todas las secciones de
América.

De Londres pasaron Alvear, Zapiola y San Martín en 1812, lugar donde toma forma
la logia lautarina. A ella se incorporó más tarde don Bernardo O’Higgins, y después
del triunfo de Chacabuco se estableció una sede de la sociedad en Santiago.

Al respecto de los reglamentos de la logia Eyzaguirre relata:

No existe en sus páginas el más leve indicio o preocupación de tipo filosófico o


religioso, como tampoco la menor alusión a contactos con la masonería. Todo
converge a una meta precisa e inmediata: asegurar la independencia de los países
hispanoamericanos. [43]

A juicio del autor resulta decisiva la participación de la logia Lautaro en la


independencia de Chile desempeñando un rol activo en el afianzamiento de la
independencia chilena y argentina mediante una sólida alianza entre ambos
pueblos y el apoyo a la expedición libertadora del Perú.

La Logia de Lautaro fue una maquina de revolución y de guerra contra los


enemigos en común así como defensa contra los peligros interiores. [44]

Por cierto que también subyace una zona obscura en los hechos la logia; que
encerraron la muerte de Manuel Rodríguez, y los Carrera y sea cual fuere la
responsabilidad de O’Higgins al respecto amarrado por los fundamentos solidarios
de la hermandad cubrió con impunidad a sus hechores, en palabras de Barros
Arana; confesaría más tarde como un error doloroso de la logia lautarina:

“Mala en como mecanismo gubernativo, corruptora como influencia administrativa,


contraria al individualismo humano que anonadada por una disciplina ciega,
inadecuada y aun contraria al desarrollo libre y espontáneo de la revolución
social.” [45]
La logia lautarina se extingue en 1820 por haber considerado cumplido los
objetivos de la institución. Luego de abdicar O’Higgins surge cierta animosidad en
su contra, conocidas son también sus diferencias con Manuel Blanco, Manuel José
Gandarillas, Ventura Blanco, incluso años más tarde en el Araucano [46] aparecen
una serie de artículos publicados en su contra.

No obstante lo anterior resulta indiscutible la influencia de esta sociedad en la


superación del absolutismo en América y posibilitar el nacimiento de los Estados
democráticos. En palabras de Emilio Gouchon:

“La logia ha sido el fruto de la soberbia concepción de un carácter fuerte y altivo,


de un alma llena de anhelos de libertad y dotada de una profunda sagacidad
política; la acción que ha desarrollado representa la historia misma de la
independencia del Río de la Plata, de Chile y del Perú.”

REFLEXIONES FINALES
Las Logias Lautarinas ejercieron un crucial rol en el proceso de emancipación
americana como instancia de coordinación y planeación de actividades por parte
de los patriotas. A pesar de su carácter aparentemente irregular del punto de vista
masónico, aprovecharon la secrecía masónica como un instrumento que permitió
operar a la organización en la lucha por la libertad en suelo americano. Los
patriotas, reconocidos católicos, siguieron una tradición masónica inglesa que
propicia una no objeción a la creencia y militancia religiosa. Los principios de
tolerancia que propicia la masonería deben haber sido factores cruciales para
lograr separar el hecho político (que envolvía también a la iglesia católica como
oponente) del ideal estrictamente religioso que albergaban la mayoría. de los
patriotas.

Las Logias Lautarinas fueron inspiradas y organizadas a partir de la reunión de


Patriotas en Londres, al abrigo de la Logia N° 7 en la que participara Francisco de
Miranda, y a la que adhirieron un gran número de patriotas e intelectuales
avecindados en distintas etapas en Londres. Esta Logia N° 7, a su vez, fue
inspirada a partir de la Logia de Cádiz, como una acción concreta de la masonería
española en pro de la liberación de América. Bernardo O’Higgins fue miembro de
esta Logia original, la N° 3 de Cádiz, adhirió a la N° 7 de Londres (Caballeros
Racionales) y fue activo miembro de las Logias Lautarinas formadas en Buenos
Aires y Mendoza.

Santiago, marzo de 2009


.·.

Referencias:

[1] De Gandia Enrique. La política secreta de la Gran Logia de Londres. 1956.


página 207 y siguientes.

[2] Según Felipe del Solar (“La Francmasonería y la Independencia de Chile: Un


balance historiográfico”, en La Masonería chilena en América Latina, Primer
Simposio de Investigación Histórica, Respetable Logia de Investigación Pentalpha
N°119, Temas Masónicos N°11, Octubre 2006), “Si bien la Masonería está
condenada por la Iglesia desde 1737, abundan sacerdotes e inclusive altos
eclesiásticos en las logias hasta la segunda mitad del siglo XIX donde la ruptura se
hace efectiva”

[3] Decreto dictado el 11 de febrero de 1811.

[4] Un asunto de fundamental importancia que habían planteado las teorías


contractualistas es explicar la motivación por la cual los seres humanos entran en
el pacto social y consienten en ser gobernados. El ser humano decide pactar con
los otros o con un tercero, como es el caso de Hobbes, buscando la seguridad; la
defensa de la propiedad privada en Locke; o la realización de su plena libertad en
Rousseau.

[5] Efectivamente una definición del concepto de Estado conlleva dificultades, que
derivan principalmente en la dificultad de analizar completamente las múltiples
relaciones que se producen en el proceso de formación del Estado moderno.

[6] Locke se suele considera como el fundador del “empirismo” la cual como
corriente estudio tiene entre sus representantes a Berkeley, y Hume.
[7] Un texto previo al contrato social es el “Discurso sobre los orígenes y los
fundamentos de la desigualdad” 1754.

[8] Miguel Luís Amunátegui. Los precursores de la independencia de Chile.


Santiago, Imprenta litografía i encuadernación Barcelona, 1909¬1910.

[9] Norberto Bobbio, Nicola Matteucci, Gianfranco Pascuino. Diccionario de Política,


Siglo XXI editores. Madrid. Novena Edición 1995.

[10] Por ejemplo, alrededor de 1280 los masones que construyeron la Catedral de
Strasburgo se agrupaban en aprendices, compañeros y maestros bajo la dirección
de un maestro, y se reunían en un local llamado logia (sinónimo de “taller” o
“choza”), llevando consigo siempre útiles de trabajo alrededor de los cuales habían
establecido una especie de culto simbólico.

[11] Tradición que continuaría, en cuanto a siempre contar con un miembro de la


familia real en la oficialidad superior de la Orden en Gran Bretaña.

[12] Por ejemplo, la Gran Logia provincial de Jamaica-Kingston dependió


directamente de la Gran Logia Inglesa, y fue ella quien autorizó en 1821 la
fundación de la Logia Libertad de Colombia N°1 en Bogotá, cuyo primer venerable
Maestro sería Francisco de Paula Santander. A su vez, ésta originaría la Logia Ley
Natural de Guayaquil en 1826 y auspiciaría la Logia Regeneración de Lima La logia
Aurora en La Guaira-Venezuela, y la propia Logia Filantropía de Chile de 1827, cuyo
Venerable sería don Manuel Blanco Encalada. Es decir, la influencia inglesa sería
muy profunda en el desarrollo de la masonería en el continente en la década de
1820.

[13] Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda, fue elegido en 1776 Gran
Maestro de la Masonería Española. El 2 de Mayo de 1777 ingresó como
Comendador en la Orden del Espíritu Santo, honor que le fue concedido por Luis
XIV. Cf. Enrique Gandia (1956).

[14] En efecto el ceremonial instruía en, casos de necesidad, que el hermano que
“necesitara socorro en lance de guerra, levantará los tres dedos de la mano
diciendo ‘a mí los de Lautaro’”. Cf. Carlos Wise Pozo “Las logias simbólicas, las
logias Lautaro la logia independencia peruana y la regularidad masónica”, en La
Masonería Chilena en América Latina (op.cit.).
[15] Felipe del Solar (2006) (op.cit.)
[16] Eyzaguirre Gutiérrez Jaime. La logia lautarina y otros estudios sobre la
independencia. Editorial Francisco de Aguirre s.a., Buenos Aires. 1973

[17] Marrul Bermudez Federico. La independencia de Chile. Archivo de


documentación editorial Lord Cochrane. Editorial lord Cochrane S.A.

[18] De Gandia. op.cit. Página 236.


[19] Sobre el rol de O’Higgins y las Logias Lautaro han escrito numerosos autores,
entre los cuales se puede mencionar a Eugenio Orrego Vicuña (“O’Higgins, Vida y
Tiempo”, 1946); Fernando Campos Harriet (“La vida heroica de O’Higgins”, 1947);
Sergio Fernández Larraín (“O’Higgins”, 1974); Julio Heisse (“O’Higgins forjador de
una tradición democrática”, 1975); y Luis Valencia Avaria (O’Higgins el buen genio
de América”, 1980). Todos ellos, sin embargo, no ahondan significativamente en la
naturaleza de aquellas logias ni en el grado de adhesión que con respecto a ellas
tuvo O’Higgins, ni su efectiva vinculación con la masonería regular.

[20] Sin embargo, como ha destacado Jasper Ridley en su obra “Los Masones. La
sociedad secreta más poderosa de la tierra” (Zeta, Barcelona¬España, 1999), en
ambos significativos eventos hubo masones en ambos lados del conflicto, lo que
hace que se haya sobreestimado la participación de la masonería en los mismos, a
pesar de las destacadas figuras en el bando ganador.

[21] Revista de Estudios Históricos. op.cit.


[22] op.cit.
[23] El General don José Miguel Carrera fue un masón iniciado en Massachussets y
en extremo crítico de las logias lautarinas, a las que incluso ridiculizó haciendo
públicas muchos de los ritos iniciáticos que correspondían a sus miembros (“En
esta sociedad de escalera abajo, aunque masónica por su institución, no se
comunican con los masones que pertenecen a otras logias”., escribiría; afirmación
que permite colegir que las Logias Lautaro serían de tipo irregular en la estructura
de la masonería universal).

[24] Revista de Estudios Históricos. Mendoza, enero de 1937.

[25] Archivo O’Higgins. Academia Nacional de Historia. Santiago de Chile, editorial


nacimiento. Comisión directora Ricardo Donoso, Jaime Eyzaguirre, Eugenio Pereira
Salas, Luís Valencia Avaría. 1946, página 4 y siguientes.

[26] De Gandia Enrique. La política secreta de la Gran Logia de Londres. 1956.


página 207 y siguientes.

[27] Restrepo José Manuel. Historia de la Revolución de la República de Colombia.


1827. Compendio de la historia de Colombia. 1833

[28] Rafael María Baralt y Ramón Díaz. Resumen de la Historia de Venezuela desde
el año 1797 hasta el de 1830, Paris, 1844.

[29] Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador de


Colombia y del Perú Simón Bolívar para servir a la Historia de la Independencia de
Suramérica. Caracas 1826.

[30] op.cit.
[31] Parra Pérez Carraciolo. Historia de la primera República de Venezuela 1939.

[32] Academia Chilena de la Historia. Boletín, Santiago de Chile, 1960, número 63.
[33] De Gandia. op.cit. Página 233
[34] op.cit. Página 236
[35] De Gandia. op.cit.
[36] Eyzaguirre. op.cit.
[37] Existen indicios de su existencia desde el s XVI, apareciendo su orientación
doctrinal en 1717 y, extendiéndose por Francia, Alemania, Italia, y España.

[38] Dörne Andrade Walter. La Logia Lautaro y su influencia en la independencia


de Chile. Artículo publicado en Academia de Historia Militar, página 102 y
siguientes.

[39] De Gandia. op.cit.
[40] op.cit. Página 85.
[41] Clemente XII, Bula in eminenti 1738, Benedicto XVI Bula providas apostolici
1751

[42] Carta extendida por encargo del Rey Fernando VII al gobernador de Cádiz, con
fecha 22 de agosto de 1814.

[43] Eyzaguirre Jaime. op.cit.


[44] Dörne. op.cit., página 105.
[45] Dörne. op.cit.
[46] Periódico oficial de la república de Chile fundado en 1830, cuya creación
responde a la naciente necesidad de reflejar un nuevo estado de las cosas en la
naciente República. En él don Andrés Bello se manifiesta abierta y decididamente
en contra de la censura que tenía la internación de libros, dicha censura era
producto de criterios emanados por la iglesia y de acuerdo a un índice elaborado
por la inquisición. Andrés Bello formará parte de la comisión, la que a la postre,
reformará dichos criterios.

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La Logia Lautarina en Chile
{rokbox title=|Bernardo O’Higgins, Padre de la Patria chilena, héroe
militar, discípulo de Francisco Miranda y miembro de la logia lautarina.
Gobernó Chile entre el 16 de febrero de 1817 y el 28 de enero de 1823
con el título de Director Supremo. Óleo pintado por el peruano José Gil
de Castro; se conserva en el Museo Histórico Nacional.| thumbsize=|100
150|}images/articulos/bernardo-ohiggins.jpg{/rokbox} {rokbox title=|El
primer escudo nacional, oficializado en 1812, donde se podría ver
plasmado el espíritu de la logia Lautaro. En su simbología se destaca al
centro una columna que representaba el árbol de la libertad; sobre la
columna se observaba un globo terráqueo; sobre el globo, una lanza y
una palma cruzadas; y sobre estas una estrella. De pie junto a la
columna, a un lado un hombre y al otro una mujer, ambos indígenas,
que podrían evocar a Lautaro. En la parte superior, este escudo llevaba
un lema en latín que significa “Después de las tinieblas, la luz”, y en la
parte inferior, otro, también en latín, que significa “O por consejo o por
espada”.| thumbsize=|150 130|}images/articulos/escudo-
nacional1.jpg{/rokbox}
La logia Lautaro de Santiago se habría instalado el 12 de marzo de 1817, después del
triunfo de los patriotas en la batalla de Chacabuco.

Bastantes detalles de su organización han sido conocidos a través de la obra El ostracismo


de el general don Bernardo O'Higgins, publicada en 1860 por el historiador chileno
Benjamín Vicuña Mackenna, quien estando en Lima tuvo la oportunidad de acceder a los
archivos que le facilitó el hijo del prócer, don Demetrio O'Higgins. En estos manuscritos, el
autor descubrió uno que transcribe el reglamento general o constitución que regía a la
logia Lautaro.

El documento tiene dos cuerpos: el primero corresponde al reglamento general y el


segundo tipifica las sanciones penales. Aquí transcribimos sus disposiciones, respetando la
redacción original:

1. La logia matriz se compondrá de 13 caballeros, además del presidente, vicepresidente,


dos secretarios, uno por la América del Norte y otro por la del Sur, un orador y un maestro
de ceremonias.

2. Este número no podrá aumentarse; pero en caso de salir alguno de los hermanos fuera
de la provincia, podrá llenarse el mismo si las circunstancias lo exigen.

3. El presidente será perpetuo; por su ausencia suplirá el vicepresidente; por la de este el


más antiguo.
4. El tratamiento del presidente y demás de la logia será de hermano y fuera de ella el de
usted llano, a excepción de los casos en que, a presencia de otros, el empleo y decoro
público exijan el correspondiente tratamiento.

5. No podrá ser admitido ningún español ni extranjero, ni más eclesiástico que uno solo,
aquel que se considere de más importancia por su influjo y relaciones.

6. Tampoco podrán ser admitidos los hermanos y parientes inmediatos.

7. Siempre que algún hermano fuese nombrado por el gobierno, primero o segundo jefe
de un ejército o gobernador de alguna provincia se le facultará para crear una sociedad
subalterna dependiente de la matriz cuyo número no excederá de cinco individuos y
entablando la debida correspondencia, por medio de signos establecidos para comunicar
todas las noticias y asuntos de importancia que ocurriesen.

8. La logia deberá reunirse semanalmente el día que acordare, también en los casos
extraordinarios que por alguna grave ocurrencia convocase el presidente.

9. Siempre que alguno de los hermanos sea elegido para supremo gobierno, no podrá
deliberar cosa alguna de grave importancia sin consultar el parecer de la logia, a no ser
que la urgencia del negocio demande pronta providencia, en cuyo caso, después de su
resolución, dará cuenta en primera junta o por medio de su secretario, siendo hermano, o
por el de la logia.

10. No se entiende el artículo antecedente en las providencias y deliberaciones ordinarias


y de despacho común.

11. No podrá dar empleo alguno principal y de influjo en el Estado, ni en la capital, ni fuera
de ella, sin acuerdo de la logia, entendiéndose por tales los enviados interiores y
exteriores, gobernadores de provincias, generales en jefe de los ejércitos, miembros de
los tribunales de justicia superiores, primeros empleados eclesiásticos, jefes de los
regimientos de líneas y cuerpo de milicias y otros de esta clase.

12. Para sostener la opinión del hermano que tuviese el supremo gobierno, se deberá
consultar y respetar la opinión pública de todas las provincias, así en los empleos que
acuerde, como en las deliberaciones graves que resuelva.

13. Partiendo del principio de que la logia, para consultar los primeros empleos, ha de
pesar y estimar la opinión pública, los hermanos, como que estén próximos a ocuparlos,
deberán trabajar en adquirirla.
14. Será una de las principales obligaciones de los hermanos, en virtud del objeto de la
institución, auxiliarse y protegerse en cualquier conflicto de la vida civil y sostenerse la
opinión de unos y otros; pero, cuando esta se opusiera a la pública, deberán, por lo
menos, observar silencio.

15. Todo hermano deberá sostener, a riesgo de la vida, las determinaciones de la logia.

16. Siempre que fuere propuesto algún profano para la logia, se votará el nombramiento
de los hermanos que le sean más allegados para que, sondeando sus disposiciones con la
mayor cautela, y sin descubrir persona alguna, den cuenta a la logia para que resuelva su
admisión o no.

17. No se tendrá por logia la reunión que no se compusiera de las dos terceras partes y sus
determinaciones, en otra forma, serán sin valor ni efecto.

18. Cuando la sociedad tuviere que tratar a favor o en contra de algún hermano, deberá
hacerle salir el presidente para que se discurra con franqueza.

19. Todos los hermanos están obligados a dar cuenta en la logia sobre cualquier
ocurrencia que influya en la opinión o seguridad pública, a fin de que pueda tratar con
oportunidad y acierto de los remedios convenientes.

20. Cualquier hermano que averigüe que alguno de los otros ha descubierto la logia por
palabras o señales, deberá inmediatamente dar cuenta al presidente para que la reúna;
pero si se reuniese en el mismo día lo hará en pública logia.

21. Al momento nombrará la logia una comisión compuesta de seis individuos que deberá
esclarecer el hecho bajo el mayor sigilo, para lo cual se le exigirá nuevo juramento, y del
resultado dará cuenta en plena logia poniendo en dictamen sobre lo actuado.

22. A consecuencia, la logia reunida plenamente durante lo actuado por la comisión, oirá
al delincuente, y según el mérito le decretará la ley penal correspondiente.

23. Cuando el supremo gobierno estuviese a cargo de algún hermano, no podrá disponer
de la fortuna, honores, vida, ni separación de la capital, de hermano alguno sin acuerdo de
la logia.
Un elemento importante a consignar lo determina la ligación de los hombres dirigentes de Chile y la
Argentina con  un pacto íntimo y oculto, contraído dentro de una asociación revolucionaria llamada
Logia Lautarina.    Esta sociedad secreta, no sólo en su organización sino en sus procedimientos,
había sido establecida por San Martín en Buenos Aires. Tenía como objetivo combatir en todo
terreno contra la dominación de España en América y su mismo nombre, derivado de Lautaro,
equivalía a un símbolo.A Santiago, fue introducida por San Martín al poco tiempo de la victoria de
Chacabuco, y actuó en connivencia con la de Buenos Aires, casi como una sección de ésta.
Pueyrredón, el director de la Confederación Argentina, y O’Higgins, el director de la República de
Chile, figuraban, con San Martín, entre los principales de sus miembros.Así se explica el acuerdo
invariable con que procedieron los gobiernos de Buenos Aires y de Santiago mientras aquellos
hombres los regían. Y como la Logia era secreta y se hacía tanto misterio de sus resoluciones, se
la acusó siempre de la muerte de los hermanos Carreras y de Manuel Rodríguez, y aun de las más
insignificantes extorsiones.

Logia de Lautaro , la logia masónica de O'Higgins,


San Martin, Pueyrredón , Monteagudo y otros

La Logia Lautaro fue una organización española de la Gran Reunión


Americana, también conocida como Logia de los Caballeros Racionales o Logia
Lautarina, fundada por Francisco de Miranda en el año 1797 en Londres.

Objetivos

El objetivo de esta logia era lograr la independencia de América de los


españoles, estableciendo un sistema republicano unitario y un gobierno
unipersonal. La primera filial de la Logia se fundó en Cádiz (España) en el
año 1811, con el nombre de Logia Lautaro, en honor al caudillo mapuche de
dicho nombre,1 que llamó a su pueblo a sublevarse contra los conquistadores
españoles de Chile en el siglo XVI.

Estaba inspirada en su organización en las logias masónicas, y en su inicio fue


dirigida por José de Gurruchaga. Entre los miembros principales que participaron
en esta sociedad caben destacarse:
 Francisco de Miranda
 Santiago Mariño
 Andrés Bello
 Luis López Méndez
 Simón Bolívar
 Bernardo O'Higgins
 José de San Martín
 José Matías Zapiola
 Carlos María de Alvear
 Tomás Guido
 Francisco Isnardi
 Ambrosio Plaza Farfán
 José Cortes de Madariaga
 Juan Pablo Fretes
 Bernardo Monteagudo
 Manuel José García
 José Antonio Alvarez Condarco
 Martín Rodríguez
 Juan Enrique Rosales2
Origen

Su nombre se debe a los relatos que contó Bernardo O'Higgins a Miranda


sobre la oposición que realizó el toqui mapuche Lautaro a la
dominación española de Chile en el siglo XVI. El objetivo de esta logia era
lograr la independencia de América de los españoles, estableciendo un
sistema republicano unitario y un gobierno unipersonal. En 1807, Miranda
fundó en Cádiz y Madrid filiales de los Caballeros Racionales.

La primera filial de la Logia se fundó en Cádiz (España) en el año 1811, con el


nombre de Logia Lautaro.
Según el historiador argentino Emilio J. Corbiere, la masonería llegó al Río
de la Plata a finales del siglo XVIII, influida por la masoneríaespañola y no por
la inglesa como se ha creído. Cuando San Martín, Alvear y otros patriotas
llegaron a Buenos Aires en 1812, la Orden ya estaba implantada: existía
la Logia Independencia en 1795 y en 1810 se estableció una homónima, presidida
por Julián Álvarez, la cual se llamó Logia de San Juan, y suministró los
elementos básicos para la Lautaro. Las Lautarinas fueron logias masónicas
operativas no en el sentido tradicional del término, sino con objetivos
revolucionarios, además de simbólicas; de ahí el error de muchos autores, incluso
masónicos, que permitió generar fábulas impulsadas por los
escritores católicos y antimasónicos en general. San Martín fue iniciado masón
en la Logia Integridad de Cádiz y de allí pasó a la Logia Caballeros Racionales Nº
3, donde recibió el Tercer Grado de la masoneríasimbólica, el de Maestro
Masón, el 6 de mayo de 1808. Posteriormente funda con Alvear la Logia
Caballeros Racionales Nº 7.
José Stevenson Collante, por su parte, afirma que en este proceso revolucionario,
gran parte de sus miembros tenían la doble investidura de masones de Logias
Regulares Universales y de Masones de Logias Patrióticas Revolucionarias
Americanas.

Otra versión indica que, aparentemente, de acuerdo a las investigaciones del


reputado autor masónico Albert Gallatin Mackey, la Logia se compondría de
dos cámaras: la masonería simbólica o azul, que constaba de los tres primeros
grados, y la masonería superior o roja, compuesta de los grados 4° y 5°, Rosa
Cruz y Kadosh, respectivamente, de acuerdo a la terminología masónica. Esta
cámara o sección fue denominada por San Martín como Gran Logia de Buenos
Aires, y fue la que actuó en política prescindiendo de la Lautaro, la cual no
intervenía para nada en las deliberaciones de aquélla. Por lo tanto, no se trataría
de uno, sino que serían dos organismos autónomos, aun cuando guardaran entre
sí una estrecha relación
Entre los miembros principales que participaron en esta sociedad caben
destacarse:
 Francisco de Miranda, Santiago Mariño, Andrés
Bello (Venezolano), Luis López Méndez y Simón Bolívar de Venezuela
 José María Caro de México
 Bernardo O'higgins, Ramon Freire, Juan Mackenna, entre otros,
de Chile
 Juan Pablo Fretes (sacerdote de Paraguay)
 José de San Martín, Carlos de Alvear, Bernardo de
Monteagudo, Gervasio Posadas y Tomás Guido de las Provincias Unidas
del Rio de la Plata (Argentina)
 José Cortes de Madariaga (sacerdote chileno, prócer de Venezuela)
 Francisco Isnardi (italiano, nacionalizado venezolano, amigo de
Miranda)
Logia Lautaro de Buenos Aires

Fue la primera filial establecida en América. Esta sociedad secreta fue creada
en Buenos Aires, en 1812, por José de San Martín, Carlos María de
Alvear, y Julián Álvarez. Tenía como objetivo principal luchar para lograr la
independencia continental, triunfando en el plano militar, y haciendo que la política
siguiera ese objetivo básico. Desde fines de 1812 se unió a ella la Sociedad
Patriótica, que fuera creada porMariano Moreno.

San Martín participó en Londres en las reuniones del grupo que se desarrollaron
en las casas de Andrés Bello y Luis López Méndez, fundando luego esta
logia en Buenos Aires. Mantenían reuniones en las casas de alguno de sus
miembros o en un local ubicado en lo que actualmente es la calle Balcarce,
frente al Convento de Santo Domingo.

Entre sus miembros o "Hermanos" más importantes se contaron:


 José de San Martín
 Carlos María de Alvear
 José Matías Zapiola
 Ramón Eduardo de Anchoris
 Bernardo de Monteagudo
 Juan Martín de Pueyrredón
 Antonio Álvarez Jonte
 Nicolás Rodríguez Peña
 Julián Álvarez
 José Antonio Alvarez Condarco
La influencia de la Logia en la política rioplatense llegó a su punto más alto
durante los gobiernos del Segundo Triunvirato y los dos primerosDirectores
Supremos, Gervasio Posadas y Carlos Alvear. Tras la caída de éste, la Logia
perdió influencia hasta el ascenso de Juan Martín de Pueyrredón al
gobierno; éste reorganizó la Logia con el nombre de Logia Ministerial, y la puso a
su servicio.
La influencia de la Logia porteña se extendió de a poco entre otros países
sudamericanos, fundándose varias filiales.
La Logia fue disuelta en el año 1820 por diferencias políticas entre
el Directorio porteño y el general San Martín. El gobierno había encargado a
San Martín, mientras éste se encontraba preparando la expedición al Perú,
marchar con su ejército contra tropas de los caudillosfederales, sublevados en
el litoral del país. Pero San Martín se negó, aduciendo a que no toleraría el
"derramamiento de sangre entre hermanos" según sus palabras. Ante esta
negativa, el directorio decidió disolver la Logia, proceso que fue completado poco
después de laBatalla de Cepeda y la disolución del Directorio.

Véase también:  Francmasonería en Argentina


Logia Lautaro de Santiago de Chile o Logia Lautarina

La principal misión de la Logia Lautarina era establecer gobiernos independientes


en América Latina. Dado su carácter de organización secreta ayudó a
coordinar y establecer contactos entre muchos de los líderes de la independencia
de Chile y Argentina. Asociados destacados de la logia fueron Bernardo
O'Higgins y el citado José de San Martín. O'Higgins fue el autor de la
Constitución Matriz de la Logia Lautaro establecida en Chile. El contacto entre la
Logia Lautarina chilena y sus filiales en Argentina fue posible gracias al mariscal
de campo de San Martín, José Antonio Alvarez Condarco.

La Logia Lautaro de Santiago fue instalada el 12 de marzo de 1817, después


del triunfo de los patriotas en la Batalla de Chacabuco. Tuvo filiales en
el Perú, Bolivia y Uruguay.

Actualmente se cree que la Logia Lautarina planeó el fusilamiento de los


hermanos Carrera (Juan José y Luis) en Mendoza y el asesinato deManuel
Rodríguez en Til-Til, ambos eventos ocurridos en 1818, y en los cuales se vio
involucrado Bernardo de Monteagudo, miembro de la Logia.3

Miembros
 Bernardo O'Higgins
 José de San Martín
 Tomás Guido
 José Antonio Balcarce
 José Ignacio Zenteno
 Juan Gregorio Las Heras
 Ramón Freire
 Manuel Blanco Encalada
 Miguel Zañartu
 Ramón Arriagada
 Camilo Henrriquez González
 José Antonio Alvarez Condarco
Otras logias en América del Sur

 Logia Paz y Perfecta Unión


 Gran Logia de Colombia
 Gran Logia Central de Colombia
 Gran Logia de la Argentina de libres y aceptados masones
 Logia del Ejército de los Andes o Logia Lautaro de Mendoza
 Gran Oriente de Brasil (fundada el 17 de junio de 1822)
 Logia Caballeros Orientales (logia independentista fundada
en Montevideo en 1814)
 Gran Logia de los Antiguos Libres y Aceptados Masones de la
República del Perú
 Gran Logia de Chile
 Logia Luz de Hiram Nº 35
 R.·.L.·. LAUTARO Nº 23 Or.·. de Panamá, fundada el 11 de Septiembre de
2003
Referencias

1. ↑ PORCEL, Roberto Edelmiro: "La araucanización de nuestra pampa",


Buenos Aires, 2007, página 15.
2. ↑ Carta de San Martín llamàndolo "hermano" y anticipàndole
plan de guerra (p.31)
3. ↑ El teniente Antonio Navarro, autor material del asesinato de Rodríguez,
acusó a Monteagudo de dar la orden; Justo Abel Rosales, Los restos de
Manuel Rodríguez, Recopilación de todas las piezas que componen el
expediente formado por el comité popular para identificarlos, Imprenta B.
Vicuña Mackenna, p.57, Santiago, 1895.
San Martín, Alvear, Zapiola y Anchoris fundaron en Buenos Aires, en agosto de 1812 -a los cinco
meses de su llegada de Europa- esta sociedad secreta, independiente de toda matriz extranjera.
No dependía ni de Londres ni de Cádiz. Su local de reuniones se hallaba en la actual calle
Balcarce, frente al paredón del convento de Santo Domingo.

'No era masónica, ni se derivaba de la masonería -dice Mitre[1]- sino que tan sólo utilizaba algunas
palabras, toques y señales, o sea ciertas prácticas rituales de corte masónico a los simples efectos
materiales de orden interno, pero su objeto era más elevado'. Sarmiento dice que 'no era una
masonería como generalmente se ha creído ni menos las sociedades masónicas entrometidas en
la política colonial'. Aunque los actuales masones argentinos hayan osado juzgar aviesamente las
intenciones de la circular de la Logia Lautaro, cursada a San Martín el 21 de diciembre de 1816, los
conceptos allí vertidos sobre el respeto debido a la religión de los pueblos son dignos de especial
recordación. Helos aquí: 'No atacar ni directa ni indirectamente los usos, costumbres y religión. La
religión dominante será un sagrado de que no se permitirá hablar sino en su elogio, y cualquier
infractor de este precepto será castigado como promotor de la discordia en un país religioso'[2].

Prestaba su juramento sobre los Santos Evangelios, se obligaba al más riguroso secreto, y su
objeto era defender la libertad e independencia.

El masón argentino, Martín Lazcano -de antigua y activa militancia en la institución-, afirma que
todas las asociaciones políticas y secretas que fueron apareciendo en nuestro escenario patrio,
después de 1806 hasta 1856, no fueron masónicas sino político-revolucionarias de carácter
meramente profano; si bien empleaban en su régimen interno y en su acción externa modalidades
masónicas, y pudieron contar con algunos masones emboscados entre sus miembros.

Ricardo Rojas escribió en 'El Santo de la Espada' que la logia de Lautaro era autónoma; no
dependía de matrices masónicas y ni siquiera de otras asociaciones secretas; y el fundador del
Instituto Sanmartiniano -José Pacífico Otero- nos asegura en el tomo 19 de su 'Historia del
Libertador Don José de San Martín', que la logia fundada por San Martín no era en modo alguno
masónica sino política.

Nuestra Lautaro, fundada por San Martín, fue, pues, una simple sociedad patriótica como sus
modelos de Madrid, Cádiz y Londres.

La masonería en un primer momento pudo creer en San Martín, pero San Martín jamás creyó en la
masonería; porque él no venía a envilecer al país sino a salvarlo. Dentro de la práctica del
lautarismo no entraba la iniciación masónica, y todas las demás sociedades secretas argentinas
anteriores al 1856, vivieron siempre al margen de los principios ocultos y las leyes secretas de la
masonería[3].
Dice Federico Ibarguren que San Martín y sus compañeros se afiliaron en Cádiz a la Sociedad de
Lautaro 'con el exclusivo propósito de la independencia política de su patria amenazada, pero que
él no endosó sus extremismos ideológicos, su antiespañolismo de fondo ni su sospechosa
docilidad a las directivas de la política británica en el nuevo mundo, con que tal sociedad se
caracterizó más tarde'[4].

En efecto, la infiltración masónica iniciada en España durante el reinado de Carlos III, persiguió en
su intento satánico la sistemática aniquilación del pasado en España y América, por medio de su
elenco de déspotas ilustrados con Aranda a la cabeza. El plan borbónico se consumó en 1812 por
la acción de las Cortes de Cádiz con intervención directa de la masonería internacional.

'San Martín, en cambio, defiende la aplicación de la monarquía, el respeto a la autoridad y el


fortalecimiento de la Religión -afirma el historiador José de la Puente- porque no era ni
enciclopedista, ni menos jacobino, ni sufrió las ilusiones russonianas de un Moreno'[5].

Joaquín V. González -afiliado a la masonería en su juventud- dijo el 3 de agosto de 1905 en el


colegio de La Salle de Buenos Aires siendo ministro de Instrucción Pública de la Nación: 'Los
prohombres de nuestra amada patria fueron todos cristianos austeros, como cristiano fue también
el ambiente en que se reunieron nuestros primeros congresos'[6].

Con los civiles y militares lautarinos 'fraternizan' en Buenos Aires los sacerdotes patriotas
argentinos: Castro Barros, Chambo, Chorroarín, Figueredo, Gregorio y Valentín Gómez, Agüero,
Grela, Perdriel, Cayetano Rodríguez, Herrera, Aparicio, Sáenz, Zavaleta, Toro, Díez de Rámila,
Segurola, Vidal, Anchoris, Pedro Gallo, Amenábar, Fonseca, Salcedo, Rivarola, etc.

Y así como hubo numerosos sacerdotes logistas en Buenos Aires, los hubo también numerosos en
las logias patrióticas de Mendoza, Tucumán, Montevideo, Chile, Caracas, Bogotá, Lima y México,
de preponderante actuación en los sucesos revolucionarios de los respectivos países
hispanoamericanos.

La logia Lautaro, mientras estuvo a su frente San Martín, cumplió patrióticamente su misión;
decayó luego con Alvear y agonizó durante el gobierno de Pueyrredón, para desaparecer
definitivamente con Rondeau en 1820. San Martín estaba decidido a abandonar para siempre el
terreno político en que sólo por accidente había entrado, y cedió por entero a su competidor Alvear
el campo de la Logia. En su seno se destaca, a fines de 1813, un partido personal -el alvearista-
que a la postre la absorbió por completo.

Mitre afirmó que 'la logia Lautaro, condenable en tesis general, produjo en su origen bastantes
bienes y algunos males, que inclinan la balanza a su favor. Sólo accidentalmente sirvió a
ambiciones bastardas que tuvieron correctivo en la opinión. Tal institución secreta, por obra de San
Martín y Alvear, preparaba entre pocos lo que debía aparecer en público como el resultado de la
voluntad de todos. Ella debía ser el brazo que impulsara y la cabeza que orientara el movimiento
revolucionario. Su finalidad era 'mirar por el bien de América y de los Americanos'; y su consigna:
'Nunca reconocerás por gobierno legítimo de la patria sino aquel que sea elegido por libre y
espontánea voluntad de los pueblos'[7]. Mariano de Vedia y Mitre, en la 'Vida de Monteagudo', es
más severo en su juicio. Allí sostiene que 'tal logia fue un instrumento político al que estuvieron
supeditados los gobiernos que contribuyó a formar bajo la fe del juramento y las penas más
severas a quienes lo violaran; por eso San Martín se sometió a sus decisiones, que limitaban su
libertad de acción como jefe militar y gobernante, y por eso, Monteagudo, como tantos de sus
miembros, fueron víctimas de las decisiones de sus cofrades, reunidos siempre en cónclave
secreto e irresponsable ante la ley y ante la historia'.

'Las mismas logias lautarinas de Buenos Aires, Mendoza, Santiago de Chile y Lima del Perú -dice
el historiador chileno Barros Arana- estrechamente vinculadas entre sí, fueron víctimas de
enconadas rivalidades y cayeron las unas sobre las otras'[8].

A la logia Lautaro se afiliaron luego algunos elementos que habían pertenecido al 'club' de los
morenistas, fundado por los parciales de Moreno y que ahora -para salvar la profunda divergencia
que los dividía con motivo de la política seguida por el Primer Triunvirato- habían fundado la
Sociedad Patriótica.

A raíz de la ineptitud de Rivadavia, San Martín, con sus tropas, apoya el movimiento revolucionario
del 8 de octubre de 1812. Desde este momento la logia Lautaro entra en plena dirección del Estado
y por lo tanto, de la Revolución de Mayo.

Consta en el acta del Cabildo de Buenos Aires del 8 de octubre de 1812 que los militares José de
San Martín, Carlos de Alvear, Francisco Ortiz de Ocampo, etc., comparecieron en la Plaza con sus
tropas 'para proteger la libertad del Pueblo, para que pudiese explicar libremente sus votos y sus
sentimientos, dándoles a conocer de este modo que no siempre están las tropas -como
regularmente se piensa- para sostener los gobiernos y autorizar la tiranía; que saben respetar los
derechos sagrados de los pueblos y proteger la justicia de éstos... suplicándoles solamente (que)
se trabajase por el bien y la felicidad de la Patria, sofocando esas facciones y partidos que fueron
siempre la ruina de los Estados'.

La Argentina quiere seguir viviendo su propia vida orgánica secula

San Martín escribirá más tarde a Tomás Godoy Cruz, diputado al Congreso de Tucumán,
sosteniendo que 'Rivadavia hizo indispensable esta revolución por ser enemigo irreconciliable de la
logia Lautaro; pues no la comprendió en su triple función de asesorar al gobierno compartiendo su
responsabilidad, de vigilar a los díscolos e indisciplinados, y de hacerse eco de las opiniones
populares para trasmitírselas oportunamente'[9].

De esta segunda victoria del tradicionalismo criollo emergen las dos figuras próceres de Artigas y
San Martín.

Ambos buscaban la independencia de toda dominación extranjera sin las componendas y tapujos
morenistas y rivadavianos, pero mientras el artiguismo bregaba por una revolución económica y de
reivindicación social -escribe Federico Ibarguren- el logismo sanmartiniano, que derrotó al Primer
Triunvirato, buscaba una revolución política e ideológica'[10].

Porque, como dijo Juan Zorrilla de San Martín: 'América se emancipa de su metrópoli, no para
interrumpir su historia sino para continuarla, para seguir viviendo su propia vida orgánica secular'.

San Martín, por desgracia, gravitó muy poco tiempo en la logia. Combate en San Lorenzo el 3 de
febrero de 1813, marcha hacia el Norte para sustituir a Belgrano, se restablece en Córdoba en su
quebrantada salud, y se dirige luego a Mendoza para desempeñar el gobierno de Cuyo.

Los 'liberales' de la Sociedad Patriótica -que unidos a los lautarinos sanmartinianos habían
contribuido a la caída del régimen rivadaviano- se habían embanderado en la logia, con su caudillo,
Monteagudo, secretario de Castelli, para luchar contra la política de transacción con España,
sostenida por Sarratea y Rivadavia; por eso que esa alianza fue tan sólo superficial, pues, entre
San Martín y el versátil demagogo y frenético jacobino, había profundas divergencias filosóficas.

Mientras San Martín -escribe Federico Ibarguren- buscaba la independencia para salvar al nuevo
mundo del afrancesamiento disolvente, Monteagudo quería romper con la tradición hispana y crear
en nuestra patria la 'Nueva Humanidad' soñada por los masones enciclopedistas e intelectuales de
la dictadura jacobina'[11].

Monteagudo, continuador de Moreno y Castelli, exigía reformas radicales, recurriendo al terror y el


exterminio. En junio de 1812 decía en la Sociedad Patriótica: 'quiero que se inmolen a la patria
algunas víctimas; quiero que se derrame la sangre de los opresores; quiero que el gobierno olvide
esa funesta tolerancia que nos ha traído tantos males desde que Moreno se separó de la cabeza
del gobierno. Sangre y fuego contra los enemigos de la patria! ¡Ahora mismo los aniquilaría con un
puñal!'.

Y el 13 de diciembre de 1812 sugería 'al gobierno el tremendo bando que establecía que 'en toda
reunión pública de más de tres españoles, uno sería fusilado por sorteo y si la reunión era en lugar
apartado, todos serían pasados por las armas'.
Más tarde se arrepentirá de sus extravíos como lo consigna en su 'Memoria', escrita en Quito en
1823, donde dice: 'Las ideas demasiado inexactas que entonces tenía de la naturaleza de los
gobiernos, me hicieron abrazar con fanatismo el sistema democrático... Para expiar mis primeros
errores yo publiqué en Chile en 1819, el 'Censor de la Revolución'; ya estaba sano de esa especie
de fiebre mental que casi todos hemos padecido; y ¡desgraciado el que con tiempo no se cura de
ella!'. Por el cúmulo de expoliaciones y crueldades cometidas durante su gobierno impolítico y por
su altanería y despotismo el pueblo peruano pedirá su destitución y arresto. De noche, en Lima,
será asesinado y su cadáver aparecerá a la mañana siguiente, en una calle de la ciudad, con un
puñal clavado en la espalda.

Mientras estos 'liberales' porteños declamaban sus discursos filomasónicos individualistas y


afrancesados, las huestes criollas y tradicionalistas de Belgrano y Artigas, de cuño
hispanocristiano, daban su vida en los campos de batalla en lucha frontal contra el régimen del
déspota ilustrado y contra el invasor político, social, económico e ideológico.

Y mientras las 'minorías ilustradas' se equivocan siempre en perjuicio del país, la 'plebe' lo salva.

Pero para los masones, Artigas seguirá siendo el 'personaje anarquista y sombrío que crea el
caudillismo federal arrastrado por sus fanáticos delirios de mando y poderío'; y Belgrano, el
'visionario fanático e inepto' que, a pesar de las protestas de San Martín, debió bajar a Buenos
Aires para dar cuenta de su actuación, a causa de la inicua campaña de descrédito que iniciaron
contra él sus enemigos logistas[12].

La Logia Lautaro manejada por Alvear

Al retirarse San Martín de Buenos Aires, la logia Lautaro no fue otra cosa que la expresión de la
voluntad de Carlos María de Alvear[13].

La logia se caracterizó entonces por la degeneración de todos los principios que eran su honor y se
transformó en el partido alvearista.

Alvear -llamado el Nuevo Catilina- había falseado totalmente los compromisos de la logia,
usurpando el poder en su propio provecho y traicionando a sus amigos. Culpable, con Sarratea y
Rivadavia, de la política desquiciadora del Primer Triunvirato, suplanta ahora en la logia a San
Martín, su antítesis en ideas y en temperamento.

Su influencia se dejó sentir preponderante en la Asamblea de 1813, agrupando a los diputados en


alvearistas y sanmartinistas, con natural mayoría de los primeros, debido a la ausencia del jefe de
los segundos.
El gran demagogo y fanático heterodoxo Monteagudo y el gran oportunista y ambicioso Alvear -que
frisaba en los veintiséis años de edad- dirigían a la Asamblea desde la logia, bastardeada por su
nefasta dirección[14].

El alejamiento de su rival, San Martín, facilitó la política alvearista, postergando el plan


sanmartiniano de 'Independencia y Constitución', bandera de los lautarinos.

Recién cuando Artigas vence a Alvear en 1815, valiéndose del coronel Alvarez Thomas, sobrino de
Belgrano -que en su proclama revolucionaria estigmatizaba a 'esa facción aborrecida'- pudo
declararse nuestra independencia, el 9 de julio de 1816, en el Congreso de Tucumán; y para
completar nuestra independencia de toda dominación extranjera, como exigía el histórico congreso
fue necesaria la aparición de un dictador, vaticinado por San Martín, como triste consecuencia del
estado caótico a que llevó al país la política liberal antiargentina seguida por el grupo porteño
extranjerizante y anticriollista[15].

La ideología que informa las leyes de 1813 es el reflejo del pensamiento de los grupos liberales y
regalistas de tipo racionalista, presionados por el alvearismo morenista-monteagudeano.

Tal victoria de la línea liberal extranjerizante: Moreno-Castelli-Rivadavia-Monteagudo-Alvear,


constituyó una verdadera traición a nuestro ser nacional, que provocó la guerra civil.

El pueblo reaccionará por medio de sus caudillos en defensa de los principios populares,
nacionales y cristianos en la línea argentinizante y tradicionalista Saavedra-San Martín-Belgrano-
Artigas en contra de las reformas planificadas en 1813, realizadas en 1822, sancionadas en forma
aparentemente inocua en 1853 y 1860, concretadas luego en las leyes anticristianas de 1884 y
1888, con respecto a la escuela y a la familia y sostenidas, aún hoy día... En 1888 se asestará un
golpe mortal a la familia, la institución madre de la humanidad, desterrando a Dios de los hogares;
así como cuatro años antes se lo había desterrado de las escuelas.
Las guerras de independencia y las sociedades secretas En el periodo previo a la
independencia solo tenemos noticias de una especie de “club revolucionario”
formado a comienzos del siglo XIX, en la ciudad de Concepción, al sur de Chile.
Este conventículo estuvo integrado por un reducido número de miembros de la
elite de dicha provincia de donde destacan: José Antonio Prieto, Manuel Bulnes,
los capitanes Venancio Escanilla, Francisco Calderón, José Cruz, Bernardo
O’Higgins y el español Carlos Spano. Se reunían en la casa del abogado Prieto, y
al correr el tiempo, empezaron a concurrir los hombres más notables de la ciudad,
como Luis de la Cruz, Fernando Urizar, José Urrutia, el padre Fray Rosauro Acuña
y Juan Martínez de Rozas. 7

Este club no tuvo como finalidad la conspiración, ni mucho menos el secreto, sino
más bien, se trataba de una especie de tertulia ilustrada, cuyos integrantes
posteriormente serían de ayuda a la causa revolucionaria. Durante las guerras de
la independencia en Chile, se ha especulado excesivamente acerca del
establecimiento de la masonería. Pese a existir algunos testimonios que dan
cuenta de su existencia relativamente articulada,(8) resulta errado hablar de una
implantación en el periodo. Se trata más bien de una presencia de masones, de
individuos, como el caso del General francés Michel Brayer, o de chilenos que se
inician en la masonería, como el caso de José Miguel Carrera en la logia “Saint
John” nº1 de Nueva York.

El tema resulta igualmente conflictivo al plantearlo en términos de “Nación”, en un


contexto en que durante dicho periodo se daban los primeros pasos para su
construcción. Las guerras de independencia en ese sentido, responden en mayor
medida a la disolución del imperio español que a la construcción consciente de
naciones estados. Son parte de un proceso de mayor escala, una manifestación
más de las Revoluciones Atlánticas,(9) donde la guerra permitió una gran
circulación de hombres de distintas regiones y permitió la implantación de nuevas
formas de sociabilidad, entre las cuales se encuentran las logias militares.

En ese contexto, la logia Lautaro que existió en Chile entre 1817 y 1820, es parte
de un fenómeno asociativo que comenzó en el centro del imperio español con la
ocupación napoleónica, donde entre 1808 y 1814 hubo 24 logias de franceses y
españoles,10 dentro de las cuales, a pesar de no existir una conexión clara(11)
pese a la simultaneidad del fenómeno, debemos situar a la logia de
latinoamericanos Caballeros Racionales.(12)

De esta agrupación surgió la Logia Lautaro Argentina, que en una primera etapa
estuvo bajo el mando de Carlos de Alvear, para posteriormente, en 1816, pasar al
mando de Juan Martin de Pueyrredon y de José de San Martin. Este último, sería
el responsable de la formación de una filial de la logia bonaerense en Mendoza y
de otra en Santiago. Sin embargo, la relación entre las diferentes logias no fue
armónica y al parecer funcionaron con cierta autonomía. (13) Existen múltiples
listados de los miembros de la logia Lautaro chilena, si nos atenemos a las
fuentes, que por lo demás no son del todo categóricas en señalar quienes eran los
miembros, hemos establecido que los chilenos que participaron de la logia fueron:
Bernardo O’Higgins, Ramón Freire, Manuel Blanco Encalada, Luis de la Cruz,
Miguel Zañartu, José Ignacio Zenteno, José Irizarri y Manuel Borgoño. Los demás
miembros provenían de las Provincias Unidas del Rio de la Plata: José de San
Martin, Tomás Guido, Hilarión de la Quintana, Matías Zapiola, Gregorio de las
Heras, Rudecindo Alvarado. Al respecto véase: Archivo de Don Bernardo
O’Higgins, Santiago, Nascimiento, 1946. Principalmente los tomos VI, VII, VIII, IX,
XVIII y el primer apéndice. De este modo, la logia Lautaro que existió en
Chile,vendría a ser parte de un proceso de organización militar a escala regional,
cuyo objetivo último era el derrocamiento del virreinato del Perú.
Aun cuando algunos autores, historiadores afirman que la Logia Lautaro no era de
carácter masónico, como lo plantea Mitre “No era masónica, ni se derivaba de la
masonería sino que tan sólo utilizaba algunas palabras, toques y señales, o sea
ciertas prácticas rituales de corte masónico a los simples efectos materiales de
orden interno, pero su objeto era más elevado”. O Sarmiento cuando dice que “no
era una masonería como generalmente se ha creído ni menos las sociedades
masónicas entrometidas en la política colonial”. Ambos argentinos, lo hacen más
por sus convicciones religiosas ya que los masones éramos una secta castigada
por la Iglesia católica, apoyándose apego religioso que Aunque los actuales
masones argentinos hayan osado juzgar aviesamente las intenciones de la circular
de la Logia Lautaro, cursada a San Martín el 21 de diciembre de 1816, los
conceptos allí vertidos sobre el respeto debido a la religión de los pueblos son
dignos de especial recordación. Helos aquí: ‘No atacar ni directa ni indirectamente
los usos, costumbres y religión. La religión dominante será un sagrado de que no
se permitirá hablar sino en su elogio, y cualquier infractor de este precepto será
castigado como promotor de la discordia en un país religioso'[2].
Prestaba su juramento sobre los Santos Evangelios, se obligaba al más riguroso
secreto, y su objeto era defender la libertad e independencia.
El masón argentino, Martín Lazcano -de antigua y activa militancia en la
institución-, afirma que todas las asociaciones políticas y secretas que fueron
apareciendo en nuestro escenario patrio, después de 1806 hasta 1856, no fueron
masónicas sino político-revolucionarias de carácter meramente profano; si bien
empleaban en su régimen interno y en su acción externa modalidades masónicas,
y pudieron contar con algunos masones emboscados entre sus miembros.

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