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EL SALVADOR

DEMOCRACIA

En El Salvador, después de los Acuerdos de Paz, se realizaron una serie de reformas democráticas tendientes a ampliar derechos políticos que contribuyeran a

mejorar los niveles de participación y representación política de la ciudadanía. Desde esa fecha hasta la actualidad, se han desarrollado diferentes iniciativas que

involucran la participación activa de diferentes sectores de la sociedad salvadoreña en la discusión y toma de decisiones sobre temas orientados a la reforma

democrática del sistema político. No obstante los avances logrados, en el país aún prevalece una cultura política donde la toma de decisiones para la formulación de

las políticas se realiza a través del reparto de cuotas de poder entre los actores políticos, sin tomar en cuenta las opiniones y/o propuestas de los actores sociales lo

cual ha generado un escaso desarrollo en las relaciones entre los partidos y las organizaciones de la sociedad civil, la que está marcada por el desconocimiento y la

desconfianza.

En este contexto, la FES puede desempeñar el papel de interlocutor válido, dada la confianza que despierta tanto en el ámbito social como en el partidario,

estableciendo plataformas de diálogo, para propiciar un acercamiento entre los diferentes actores políticos y de la sociedad civil que permitan la incorporación de las

demandas ciudadanas a los programas partidarios, contribuyendo así a aumentar la representatividad y a ampliar las posibilidades de participación.

http://www.fesamericacentral.org/el-salvador/democracia.html

Cultura de El Salvador
La cultura es el conjunto de expresiones y tradiciones de un pueblo y estas consisten
de: Costumbres, prácticas, códigos, normas, reglas y paisaje , de la manera de ser, vestirse, religión, rituales, normas de
comportamiento y sistemas de creencias.

Vestimenta[editar]
En El Salvador existen diferentes tipos de trajes típicos, en la cual la mayoría son utilizados en diferentes festividades,
aunque hay algunos pueblos que aún utilizan estos. En el traje femenino es común ver elementos como un escapulario,
un chal, un paño y diferentes adornos de colores, y con tela de algodón.1 y pueden estar con una falda y una blusa, o un
vestido, en el calzado se usan sandalias. En el traje masculino es común ver un traje de algodón, también en las fiestas
tradicionales, se utilizan jeans modernos, con una camisa de manta, en el calzado sandalias o botas, y un sombrero.
Realmente son de carácter rural, y presentan diferentes variaciones dependiendo del lugar.2

Gastronomía[editar]
Artículo principal: Gastronomía de El Salvador

Pupusas.

La cultura del maíz: el grano sagrado[editar]


La dieta básica del salvadoreño consistía hasta fechas recientes en «tortillas» (ruedas de
masa de maíz, de unos diez a quince centímetros de diámetro y uno de ancho, cocidas sobre
el comal), la sal y los frijoles «parados» o frijoles sancochados. En la actualidad, la dieta se
ha ampliado con arroz, verduras y algunas carnes. Durante los cortes de café aún se suelen
dar las chengas, tortillas mucho más grandes y gruesas que las anteriores, hechas de
maíz muy oscuro o de maicillo (gramínea de granos pequeños en haces), sobre las que se ponen frijoles y sal; algunas
veces también llevan queso y otro aditamento. Estos forman parte del «con qué» o acompañamiento de las tortillas. Sería
impensable una comida típica salvadoreña sin las famosas pupusas, tortillas rellenas con queso, chicharrón molido o
frijoles,arroz,las más comunes («revueltas» son las que tienen más de un ingrediente). Otras, menos comunes,
llevan chipilín (pequeñas hojas comestibles), pepescas (pescaditos fritos), ayotes(especie de calabaza). El plato está
completo cuando a las pupusas se le echa «curtido», picadillo de repollo preparado en vinagre; se le suele agregar rodajas
de cebolla y zanahoria. Algunos curtidos son especialmente picantes, al gusto del cliente. Ahora bien,
las pupusas constituyen sólo uno de los muchísimos derivados del maíz. Este cereal nativo americano sigue siendo el grano
sagrado se lo prepara de múltiples maneras. A la mazorca se le llama elote y se puede comer asada a las brasas, con limón
y sal; cocida, se suele preparar con mayonesa, queso y otros aditamentos: son los elotes locos que se venden en las ferias
populares, con un palito que atraviesa la mazorca para poder agarrarlo. Continúa el desfile de los derivados del maíz con
los tamales. Los clásicos son los de gallina y consisten en unos rectángulos de masa de maíz de unos quince centímetros
de largo por cinco de ancho envueltos en hojas de huerta (plátano o guineo) y rellenos con carne de pollo; algunas veces,
hasta con papas, ciruelas, alcaparras, chile y recaudo (salsa). Los tamales se cuecen en peroles grandes.
Los tamales de elote son elaborados con una masa compacta de maíz tierno, aunque algunas veces se tornan blanditos
porque llevan leche. Se preparan en tusas (piel de la mazorca) y se comen acompañados con crema. Un miembro poco
común de la familia es el conocido como tamal de viaje, tamal pisque, tamal de ceniza o nixtamal. Es mucho más grande
que el de pollo y se supone que se preparaba para comerlo durante el viaje en carreta o tren por varios días, aunque es
común su preparación en semana santa. Dada su sólida consistencia, el nixtamal se puede partir en pequeñas rodajas;
algunas veces lleva frijoles molidos en su interior.

Bebidas de maíz
En épocas prehispánicas se hacían los totopostes, bolas, bolas endurecidas de masa de maíz que llevaban los campesinos
cuando se trasladaban a trabajar en su milpa (cultivo del maíz); a la hora del almuerzo sumergían los totopostes en agua y
de esta manera se formaba una especie de sopa fría, muy rica en calorías. En la actualidad, los totopostes son como panes
de maíz, pero simples (insípidos). Vienen luego la especie de atoles. El más conocido es el atol de elote, líquido pastoso
preparado a veces con leche; se suele acompañar con elotes cocidos o con riguas (tortas dulces de maíz). El shuco es
un atol de maíz oscuro al que se le agrega un poco de alhuashte (pasta a base de semillas de ayote), unos cuantos frijoles
y chile. El shuco suele venderse durante las madrugadas o al atardecer. El chilate con nuégados consiste en
un atol simple (insípido), que se sirve tradicionalmente en un huacal (tazón grande) de morro, y que suele acompañarse
con panecillos de yuca bañados en miel (nuégados). La chicha es otra bebida derivada del maíz a la que se pone a
fermentar en vasijas que se entierran durante varias semanas. Dependiendo del tiempo que haya estado bajo tierra,
la chicha puede ser sólo un refresco algo dulce o bien una bebida con un alto grado de alcohol. Por eso, y por fabricarse
clandestinamente para no pagar impuestos, las «sacaderas de chicha» fueron perseguidas. Hasta una policía especial, la
policía de Hacienda, recibió el mote de «La chichera» por especializarse en controlar los expendedores de la típica bebida.
Otra bebida de maíz es el tiste que se hace de maíz y cacao se puedo tomar fría o caliente.

Adobos de ave, de flor, de cerdo


Otra ejemplo de la cocina popular salvadoreña es el gallo en chicha, plato singular en cuanto que consiste en carne
adobada con frutas y caldo de sabor dulce. Los panes con chumpe atraen permanentemente la atención de los paladares
salvadoreños; se los adoba con salsas y ensaladas, y hay puestos de ventas que funcionan todo el año. Curiosa es la
costumbre de comer la flor de izote, una estructura de flores blancas que parece un arbolito de navidad. Con ellas se hace
sopa, se envuelve con huevo, y hasta las yemas y capullos son preparados en curtido para degustarlos luego con bastante
limón y sal. La yuca con chicharrones o con pepesca sigue siendo un platillo bastante; se sirve tradicionalmente en hojas de
huerta y consiste en trozos de yuca cocida, acompañados de curtidos y chicharrones (gordura asada del cerdo)
y/o pepesca(pescaditas de río).

Bebidas
Entre las bebidas más populares pueden citarse la horchata (hecha con semillas de Ayotesemillas de morro/cutuco —
pepitoria—, cebada, cacao y arroz; a veces se le agrega leche), la cual suele ir acompañada con marquezote (pan dulce
muy compacto) en fiestas infantiles o en rezos (novenarios); el fresco de Chan (de semillitas carnosas), el de marañón, de
mango, de tamarindo (semillas ácidas de color café), de melón, de piña; el fresco de ensalada es muy singular porque lleva
picadillo de marañón, piña y otras frutas. A pocos les gustan ya los refrescos de Carao (frutas que se da en largas vainas y
que tiene un olor y sabor muy penetrantes) o de Achote (de color rojo intenso y sabor algo urticante).Otra de los refrescos
populares son"la chicha", una bebida natural que se forma a partir de la fermentación de la fruta(chicha) dicha bebida pude
ser fermentada según la preferencia de cada quien, si se quiere normal o con poca fermentación esta se debe dejar al
menos una semana, también se puede dejar por dos semanas, pero con dos semanas de fermentación esta pude llegar a
ser una bebida alcohólica, aunque no tanto como la cerveza o los licores de fábrica.

Dulces
El pan dulce es obligado cuando se toma el café del desayuno o de las cuatro de la tarde. Dentro de la categoría de pan
dulce entran: la semita (placas largas, rectangulares de harina, manzanas, peras colocadas en canastitas o en cajas
decoradas. Por tradición, hay familias que fabrican esta clase de dulces, junto con otros como los dulces de leche, de
toronja, conservas de coco, conservas de papaya, coservas de nance etcétera. Las hay de estas familias en Santa Ana y en
San Vicente, ciudad especializada en los dulces de camote (tortitas o volcancitos hechos de azúcar y rellenos con jalea de
camote). En las ferias aparecen profusamente los dulces pintados, elaborados a base de moldes con forma de hojas, flores
y aún rostros y figuras humanas. Son de consistencia dura pero quebradiza, de color blanco, y sobre ellos se trazan rayas
de colores, recalcando los rasgos del objetos representado. La canasta no estaría completa sin otros dulces comunes en las
fiestas, como los de tamarindo, de nance, de zapote. A todo ello hay que añadir la preparación casera que aún se estila:
mangos, jocotes e higos en miel; dulce de cáscara de naranja o de limón; dulce de ayote o de chilacayote (otra especie de
calabaza) y de sandía. En fin, uno puede acabar empalagado si además prueba algunos postres caseros como el arroz con
leche o el majar blanco (dulce de leche, de consistencia pastosa, adornado con polvo de canela).

Idioma
En El Salvador el idioma oficial es el idioma castellano. La forma de hablar puede mezclar palabras de origen indígena
como en la gastronomía, ocasionando lo que son los diferentes modismos o salvadoreños. 3 Una pequeña cantidad de la
población habla idioma Náhuat, como en Izalco y otros pueblos,4 actualmente no toma la necesidad de aprenderlo, o sólo es
recordada por personas mayores. Entre las lenguas precolombinas están chorotega, cacaopera, idioma chortí, idioma
xinca, lenca, idioma pocomam.

Las toponimias y el habla popular


Las culturas indígenas que poblaban el continente americano antes de la llegada de los españoles hicieron un uso intensivo
de la tradición oral. Existía la escritura jeroglífica5 (conservada en códices, vasijas y murales), pero estaba destinada a las
clases superiores y, aun entonces, los signos servían muchas veces como recurso mnemotécnico para la explicación
oral. Náhuas de Kuskatan (Náhuas llegados en sucesivas migraciones desde México central y del
sur), mayas (específicamente las etnias chorti o apay y pokomames), lencas (extendidos por Honduras y el oriente de El
Salvador), Kakawiras (también llamados cacaoperas o ulúas) fueron dejando huellas escritas de su estadía o de su paso
por la región. En efecto, aún en nuestros días el país entero está plagado de topónimos (nombres dados a lugares
específicos) de neta raíz indígena. El mestizaje cultural implicó la desaparición de muchos de aquellos nombres y la
deformación fónica de otros, pero, en todo caso, incluso con ropaje de santos cristianos, muchísimos topónimos aún
sobreviven.5

La toponimia náhua
Conviene comenzar por el nombre con el que asimismo se conoce al país: Cuscatlán. Algunos lo traducen como «tierra de
premios, tesoros o preseas», otros por «lugar junto a la joya».5 Joya por antonomasia era, para los Náhuas de Kuskatan,
el jade, el chalchihuite. Debido a su color verde intenso, también algunas lagunas eran consideradas joyas, de modo
que Cuscatlán hace referencia a un lugar ubicado cerca de un lago o de una laguna especialmente hermosa. Allí, junto a
una laguna de color verde jade y rodeada de vegetación exuberante, fundaron los Náhuas de Kuskatan la capital de su
reino. Otros nombres de raíz Náhua especialmente significativos son: Cojutepeque (cerro de las pavas o faisanes),
Acelhuate (río de ninfas y lilas), Soyapango (lugar amurallado de palmeras), Chalchuapa (laguna de los jades
o chalchihuites), Guazapa (río del guas o halcón reidor), Apopa (lugar de vapores de agua), Ususlután (tierra de ocelotes o
tigrillos), Suchinango (lugar defendido por flores), Zacamil (lugar sembrado de hiervas), Suchitoto (lugar del pájaro-flor)... Y
así, centenares y centerares de topónimos náhuas resuenan incluso debajo de la advocación de santos cristianos: Santiago
Texacuangos (Valle de altas piedras), San Juan Tepezontes (en lo estrecho del cerro), San Pedro Masahuat (donde
abundan los venados), San Pedro Nonualco (los de la lengua extraña).5 Los Náhuas de
Kuskatan, lencas, pokomames, chortís, ulúas o apay que habitaron El Salvador precolombino no fueron portadores ni
representantes de una alta cultura.5 Ocuparon más bien un lugar periférico y marginal respecto de los grandes centros
y metrópolis de Mesoamérica. Sin embargo, esos hombres y mujeres sencillos lograron impregnar de color y poesía los
cerros, ríos, valles y quebradas por donde pasaban o en los que se establecían.

Topónimos lencas, ulúas, apay y pokomames


Algunos nombres procedentes de la toponimia lenca son los siguientes: Jocoaitique (cerro poblado de
mimbres), Guascatique (cerro de piedras y manantiales), Chilanguera (ciudad de las nostalgias), Gualococti (cerro de
palmeras y ríos). Los ulúas o kakawiras, por su parte, han dejado los siguientes topónimos: Jocoro (bosque de los pinos
orientales), Cacaopera (cerro de los cacaos), Mililihua (vertiente de los zenzontles), Jucuarán (cerro de las hormigas
guerreras), Carranpinga (cerro de las flores de ilusión), Goascorán (cero de los sapos).5 Los apay o chortís no se quedaron
atrás en eso de ponerle nombres hermosos a los lugares: Anguiatú (cerca del cerro de las arañas, Güija (laguna rodeada de
cerros), Poy (espanto o animal nocturno).5 Finalmente, de los pokomames ha quedado alguna toponimia: Pampe (lugar de
flores de jardín).5

Otras presencias indígenas en la lengua


Ahora bien, en El Salvador el sustrato indígena no se limitó a invadir el topónimo de la lengua. También la botánica,
la zoología y aun la vida cotidiana y doméstica quedaron desde entonces enriquecidas. 5 Aparecieron para quedarse
animales como el quetzal (ave de hermosísimo plumaje), el tacuacín (zarigüella u opossum), la masacuata (culebra con
cuernos como de venados, culebra que come venaditos o culebra que corre como venado), el guas (halcón que se ríe),
el tecolote (búho de mala suerte), el tenguereche (lagarto o dragoncillo), la chachalaca (gallina montesa muy alborotadora),
la chiltota(oropéndola), el azacuán (halcón peregrino) y muchos animales más.5 Al idioma español le crecieron plantas y
árboles de variadas características y utilidades: el chilamate (árbol mezcla de chile y amate), el quequeishque (planta de
hojas grandes acorazonadas), el jiote (árbol que se despelleja), el amate (árbol de cuya corteza se hacía papel),
el achiote (árbol cuyo fruto produce un tinte rojo), el ṕashte (enredadera cuyo fruto es como una esponja).5 Se multiplicaron
frutos a cual más sabroso: el zapote, el guayabo, el aguacate, la zunza, el cacao, la guanaba, el güisquil, la jícama,
el jocote, el ujushte, el chile, el cuchampere, el ayote, el tomate y muchos otros dignos de figurar en una
larguísima cornucopia.5 En las casas y vidas cotidianas de los salvadoreños más cercanos al campo o a la vida sencilla aún
se hace uso de objetos y productos raigambreindígena.5 Así, el comal (laja redonda para cocer, sobre todo, productos
derivados del maíz), el metate (piedra para moler), el yagual (trapo enrollado sobre la cabeza para sostener
el canasto o cesta), el tapexco (armazón para guardar alimentos, utensilios o ropa), el tecomate (calabaza en forma de pera
grande para llevar agua), lo caites (sandalias rústicas), el petate(estera para dormir), amén de los alimentos y productos
para la cocina conocidos por todos los salvadoreños.5 Curioso es el repertorio de nahualismos que comienzan con «ch» o
«sh» usados por todos los salvadoreños indistintamente: 5 chirimol(picadillo de tomate y cebolla para echarle a la carne
asada), chingaste (residuos del polvo de café ya cocido), shuco (atol de maíz oscuro), chipuste (pedazo pequeño
de excremento), chindondo (inflamación debida a golpe), chiche (pecho femenino), chagüiste (lodazal), chilate (atol, insípido
o simple), etcétera. Y siempre en lo referente al español que se habla en El Salvador, es de notar el uso de arcaísmos de
las gentes del campo:5 «Aloye» por ¿oye?, «agora» por ahora, «lo vide» por lo vi, «fierro» por hierro, «alzar» por guardar,
«apiar» por bajar. Ciertas palabras son, por los demás, tan típicas de la jergasalvadoreña que prácticamente funcionan
como señas de identidad. Dondequiera que se oigan, ahí está un salvadoreño. 5 La lista es larga, por lo que a continuación
se citan las más típicas.5 Palabras para designar a un niño «cipote», «bicho», «mono». Aunque ahora se oyen también
palabras de origen mexicano (chavo, chamaco), también sigue escuchándose «chero» para referirse al amigo o a cualquier
persona que se mencione. «Maishtro» (maestro) es un apelativo para referirse a determinado señor o para llamar la
atención de alguien que no se conoce. «Bayunco» es aquel que se viste o comporta con mal gusto. «Chabelear» parece ser
el verbo preferido de los salvadoreños porque en él se indican todas aquellas operaciones destinadas a fabricar imitaciones
o reconstrucciones de objetos originalmente provenientes del exterior.

Danza
Son los bailes populares que cumplen una función social, uno de los bailes más conocidos es el "Torito Pinto". También se
encuentran "El carnaval de San Miguel", "Adentro Cojutepeque", "Ahuachapan", "El Carbonero"... Que son de los más
populares. También existen otros tales como: "Las Cortadoras", "Las Floreras del Boquerón", entre otros. Estos bailes en
cierta forma comprenden gran parte de la cultura salvadoreña. Se utiliza la vestimenta tradicional, y pueden representar
diferentes sucesos históricos o actividades rurales, como agricultura, ganadería, son bailados por varias parejas. Pueden
tener diferente coreografía dependiendo de lo que se va a representar, acompañados con música tradicional. Se suelen
celebrar en distintas fechas y en diferentes lugares. 6 la clasificación de estas danzas es: Autóctonas y Tradicionales.

Literatura
Artículo principal: Literatura de El Salvador

Los escritores Francisco Gavidia (1863–1955), Alberto Masferrer, Salvador Salazar Arrué, Claudia Lars, Alfredo


Espino y Manlio Argueta, y el poeta Roque Dalton están entre los artistas más importantes que provienen de El Salvador.
Y naturalmente las comidas como pupusas u otros cosas son como una de las principales características del país
Salvadoreño, por ejemplo:
-la Danza, la literatura, música, pinturas, etcétera.

Música y bailes
Artículo principal: Música de El Salvador

Está la música autóctona y la música popular. El Xuc (se pronuncia Suc), conocida también como la Música folklórica de
salvadoreña, es un baile típico de El Salvador, que fue creado por Paquito Palaviccini en compañía de Hugo Parrales, en
Cojutepeque ubicado en el departamento de Cuscatlán en 1942, este ritmo nació con la famosa canción salvadoreña
“Adentro Cojutepeque”, y fue compuesta en honor a las fiestas de la caña de azúcar.

Pintura
Se considera que la pintura comenzó con el autor Francisco Wenceslao Cisneros. En esa época era un tiempo de diferentes
fenómenos, como terremotos o de carácter social como el neoliberalismo. Juan Cisneros (como el padre de Francisco)
participó en una reunión presidida por José Matías Delgado en la que se firmó un acta protestando contra de la anexión
de Centroamérica al Imperio Mexicano.7 De todos esos sucesos, este pintor se mueva a Francia, con diferentes sufrimientos
que ha tenido en la vida y su porvenir8

Artesanías
Trabajos en barro
Una artesanía salvadoreña son las sorpresas. Bajo tapaderas que simulan frutas, huevos o gallinas (de unos cinco
centímetros de alto por tres de ancho) se esconden muñecos de barro en miniatura que representan vendedoras de telas,
frutas, de tortillas, de shuco, de pupusas, parejas casándose, nacimientos y hasta «picardías» de temas eróticos. Ha habido
familias en Ilobasco especializadas en la fabricación de sorpresas realmente exquisitas. Lástima que la desaparición de los
ancianos de la familia (caso de doña Dominga Herrera) y la urgencia de hacer grandes cantidades de sorpresas derivara en
un descenso generalizado de su calidad artística. Siempre dentro del género de trabajo de barro hay quienes se dedican a
la fabricación de comales, ollas, cántaros, los cuales cumplen primariamente con la labor práctica (como es en su origen
todo arte popular): sirven para cocinar o para guardar alimentos y bebidas en las casas de campesinos o de gentes
sencillas, pero secundariamente pueden ser comercializadas como adornos exóticos o típicos para las casas de
salvadoreños de las clases media o alta. Es el caso de la cerámica de Guatajiagua, en el departamento de Morazán: desde
hace unos pocos años se ha puesto de moda los comales, tarros y ollas enormes de color negro azabache para decorar la
cocina o el salón del comedor de alguna casa elegante.

Tallado de madera
En La Palma, departamento de Chalatenango, además del barro para elaborar jarros y animalitos de todo tipo, desde hace
un tiempo se trabaja también la madera en talleres artesanales que hacen toda clase de adornos: cofrecitos, cuelga-llaves,
servilleteros, nacimientos... También trabajan la semilla de copinol (de unos dos centímetros de largo por uno de ancho),
sobre la que se pintan escenas religiosas o campestres. El hecho es que proyectos artesanales como el de La Semilla de
Dios, iniciado por Fernando Llort, han dado a conocer las artesanías de la región a escala internacional. Por lo que respecta
a la madera, también hay que señalar la existencia de lugares donde se fabrican imágenes para las iglesias. Tradición que
viene desde la época colonial, aún ahora encuentra continuadores: cristos e imágenes de santos se elaboran por encargo
en Izalco, Sonsonate y Ataco, departamento de Ahuchapán. También las máscaras para historiantes se elaboran en esos
talleres de larga tradición. Los cayucos o lanchas son típicos de zonas lacustres o costeras, como en Puerto El Triunfo,
departamento de Usulután; se hacen del tronco del árbol de conacaste e implican una larga y paciente labor de tallado.

Tejidos y cestería
Respecto a los tejidos merecen destacarse los de hilo y los de fibra. Entre los primeros debe distinguirse entre tejidos
elaborados con el telar de cintura y los hechos con el telar de palanca. El de cintura es de neta procedencia indígena;
manipulado por las mujeres servía y sirve aún para elaborar superficies más bien estrechas: tapados (mantas pequeñas
para cubrirse la cabeza) y fajas delgadas para atarse a la cintura. Todavía en Panchimalco, departamento de San Salvador,
queda alguna tradición en ese sentido. El telar de palanca fue introducido por los europeos y sirve para hacer tejidos más
anchos, como las colchas que se fabrican en San Sebastián, departamento de San Vicente, o como las hamacas (de nailon,
henequén o algodón) salidas de talleres de Cacaopera, departamento de Morazán. Lo tejidos de fibra comprenden muchos
productos y objetos. Los sombreros se hacen de palma y presentan gran variedad de formas y colores. La fabricación del
sombrero sigue siendo importante porque esa prenda es parte indispensable del atuendo campesino; el sombrero sirve para
librarse del sol y de la lluvia, y hasta de «contra» para los malos espíritus. En Tenancingo, departamento de Cuscatlán, hay
familias especializadas en su elaboración. Las escobas se fabrican con fibra de sorgo. Candelaria de la Frontera, en el
departamento de Santa Ana, es un lugar con vocación de ayudar en la limpieza de los hogares salvadoreños y aun
guatemaltecos, ya que de ahí parte una regular cantidad de escobas. Las tombillas de barril y las tombillas cuadradas están
hechas a base de vara de bambú y de carrizo y tiene múltiples usos, pues al ser como barriles de casi un metro de alto y
unos sesenta centímetros de ancho, sirven para guardar ropa, juguetes y hasta papeles. Nahuizalco, en el departamento de
Sonsonate, se caracteriza, entre otras cosas, por sus tombillas. Los canastos son cestos grandes hechos con vara de
castilla o de bambú. Tiene múltiples usos: desde portadores de fruta y verduras hasta acompañantes obligados para los
cortadores y cortadoras, quienes se afanan en llenarlos hasta el tope, con los granos rojos y mieludos del café. En
Zacatecoluca, departamento de La Paz, se fabrican canastos baratos y resistentes. El mimbre se utiliza también en la
fabricación de canastas, paneras y adornos en forma e animales. Con mimbre se hacen asimismo unos muebles muy
elegantes en Nauhizalco, departamento de Sonsonate. Termina el recorrido por los tejidos de fibra con la mención de los
petates (esteras) y las alfombras a base de fibra de yute. De la fibra de henequén salen redes y costales o sacos que sirven
para transportar cerámica, frutas y granos.

Objetos de metal y otros tipos de materiales


El hierro y otros metales sirven para la fabricación de armas y adornos. El corvo o machete largo y delgado ha sido otro
amigo y compañero fiel del campesino salvadoreño. Hecho de hierro y profusamente decorado, tanto en la parte metálica
como en la vaina, es ahora un souvenir muy codiciado en El Salvador. Sin embargo la historia del corvo está teñida también
de sangre, y todavía se recuerda los «indios machetudos» que intentaron botar al gobierno en 1932, o a los «macheteros»
que resolvían sus querellas de juego de azar volándole la cabeza al oponente. La cuma (machete corto, ancho y de punta
curvada) sirve para cortar zacate y grama; más que un arma es un instrumento de labranza que se ha llevado consigo los
campesinos que llegan buscando suerte a las ciudades. Corvos y cumas se fabrican a escala industrial en fábricas
especializadas y casi muy poco tiene que ver ya con las verdaderas artesanías. Con hierro se elaboran candelabros,
lámparas y balcones en talleres que conservan aún el sabor artesanal. Pero el trabajo que ha captado la atención de
nacionales y extranjeros por su originalidad ha sido la forja de la chatarra o fibras metálicas de desecho. Del morro se hacen
cucharas, cucharones y guacales. Santiago de María, en el departamento de Usulután, se pinta para eso. Aunque en
cuanto al morro pintado, propiamente, queda algún lugar que otros taller en Izalco, departamento de Sonsonate. Todavía
salen de ahí maracas y animalitos como tuncos de monte, recordándonos que esa tradición artesanal viene desde épocas
precolombinas. En San Alejo, departamento de La Unión, se fabrican metales o piedras de moles, las formas de esos
implementos caseros muy poco han cambiado desde las remotas épocas en que se habitó Joya de Cerén, en el
departamento de La Libertad. Flores de papel, puros (tabaco) y toda la gama de dulces y aún comidas constituyen la
expresión de un pueblo diestro en manejar las manos, hábil para hacer cualquier «tontera»: un muñeco o un adorno bonito.

Mitos precolombinos y personajes populares


Un ámbito en el que se siente la presencia de aquel sustrato indígena es el de las leyendas y los mitos populares. Muchos
de ellos han llegado hasta nosotros ya mestizados y otros están desapareciendo debido a la fuerte influencia de los
modernos medios masivos de comunicación y la nueva cultura popular que de ellos deriva.
Principales Mitos
Los tres mitos más profusamente difundidos en todos los estratos de la población son el del cadejo, y sus afines, el de
la sihuanaba y el cipitío.
El cadejo
El cadejo es un perro misterioso que se aparece en los caminos solitarios a los trasnochadores. Se dice que cuando su
silbido se oye cerca, es que el cadejo está lejos. Pero se habla también de dos cadejos: de uno blanco, el de las mujeres, y
de otro negro, el de los hombres. O de que el blanco es bueno y el negro es malo. El hecho es que, al acercársele al
desdichado, los ojos del cadejo brillan como brasas y, a consecuencia del susto, el pobre desafortunado puede acabar loco,
«jugado» o, al menos, enfermar con fuertes fiebres y calenturas.
La Siguanaba
Según la versión salvadoreña la siguanaba o sigueguet, se aparece también a los trasnochadores; se la ve en los ríos
lavando ropa a la luz de la luna o de las estrellas. Características suyas son el pelo larguísimo y las dos chiches o pechos
que le cuelgan hasta la cintura. Parece que el susto mayor de quienes se topan con ella se produce cuando oyen su
risa estentórea y burlona, al mismo tiempo que el ¡plash!...¡plash! de las chiches ricas azotadas contra el agua. El mito tiene
su origen en un antiguo relato náhua según el cual una bella princesa indígena cometió el delito de adulterio; por ese delito
los dioses la castigaron a sufrir eternamente tan horrible transformación. Algunos ven en el mito más bien resonancias de
una antigua costumbre náhua: las prostitutas no podían ejercer su oficio dentro de los poblados, por eso lo ejercían en las
afueras del pueblo, en las quebradas y sitios enmontados. Su metamorfosis en ese ser horrible sería una expresión del
repudio moral con que la Iglesia católica condena la prostitución.
El Cipitío
A este duende se lo hace hijo de la sihuanaba, aunque posee un carácter festivo e inocente del que carece la madre. El
Cipitío, por otra parte, es bajito, barrigón y tiene los pies vueltos al revés, de modo que su huellas engañan: uno cree que va
en una dirección cuando en realidad lo hace exactamente en la contraria. El personaje Cipitío puede estar emparentado con
una deidad precolombina: el XipeTotec. Este dios era el patrono de la regeneración vegetal, por consiguiente tendrían que
ver también con él los frutos y las flores.la leyenda dice que es un duende enamorado que les tira pequeñas pidresitas a las
muchachas que le gustan

Personajes Populares
En la historia de El Salvador ha habido personajes que han gozado de gran popularidad debido a sus acciones en favor de
—o en todo caso, del agrado de— las clases subalternas.
Anastasio Aquino
El indio Anastasio Aquino es uno de los más populares. Indagando al ver cómo trataban los patronos a sus peones indios,
Aquino comandó una peligrosa insurrección en la región de los nonualcos (zona paracentral del país) durante el año 1833.
Tanta fuerza cobró el levantamiento que Aquino pudo penetrar con sus tropas en la cidudad de San Vicente y tuvo, además,
la osadía de coronarse, él mismo, Rey de los nonualcos, utilizando para ello la corona que ostentaba uno de los santos del
templo donde coronó. Aquino dictó leyes draconianas («Al que robe una vez se le cortará una mano; al que robe de nuevo
se lo fusilará») y sólo fue vencido a causa de la traición de uno de sus lugartenientes.
El Partideño
El Robin Hood salvadoreño —si es que realmente existió— vivió a finales del siglo XIX y se lo conoció como El Partideño.
Su sobrenombre deriva de su primer oficio: conducir partidas de ganado de un lado a otro de Centroamérica. Se convirtió en
bandido singular cuando un hombre rico le raptó a su novia el mismo día de la boda. La venganza fue terrible: el bandido
acuchilló al padre del ofensor y se dedicó, además, a asaltar y a matar a cuanto rico y noble se le cruzaba en el camino. Se
cuenta que al final logró acabar también con el raptor de su novia, a pesar de que hacía tiempo que ésta había sido violada
y asesinada por el indigno noble. A pesar de lo terrible de sus acciones El Partideño tenía un alto sentido de la justicia por
que no permitía que se le robara o hiciera daño a los pobres. El pueblo, la gente sencilla, mitificó al bandido; se llegó a decir
que podía convertirse en un racimo de guineos (bananos) o en cualquier animal con tal de escapar de sus perseguidores. El
Partideño fue capturado y ahorcado en la ciudad de Santa Ana, pero los ecos de su azarosa vida calaron incluso en obras
de arte culto, como es el caso de Ursino, pieza teatral del escritor Francisco Gavidia.
Pedro Urdimales
La tradición popular consagró también a un personaje enteramente ficticio. Se trata de Pedro Urdimales, una especie de
pícaro traído a América en los relatos y cuentos chuscos de los conquistadores y colonizadores españoles, más tarde
incorporado como propio por la tradición oral. El personaje es conocido en casi todo el continente, llevando a cabo casi las
mismas bromas y protagonizando parecidas «pasadas» aunque, claro está, con rasgos que han ido variando de una región
a otra. Pedro Urdimales se ríe de todo el mundo y, al que se deja, lo embroma. Se ríe de la autoridad eclesiástica. Por
ejemplo, una de las anécdotas cuenta que Pedro convenció a un cura de que había capturado a la paloma del Espíritu
Santo y que la tenía debajo del sombrero que había colocado en el suelo. Con cuidado, el cura metió la mano debajo del
sombrero y, en vez de la sagrada paloma, fue a dar... con los excrementos del irreverente bromista.

Educación
Artículo principal: Educación en El Salvador
La educación en El Salvador, de acuerdo con la Constitución de la República, es un derecho inherente a la persona
humana; y en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del Estado su conservación, fomento y difusión. Y es por
eso que el Estado debe propiciar la investigación y el que hacer científico. 9 En ese sentido, es deber del Estado organizar el
sistema educativo para lo cual creará las instituciones y servicios que sean necesarios, y también se garantiza a las
personas naturales y jurídicas la libertad de establecer centros privados de enseñanza. 10

Deporte
Artículo principal: Deporte en El Salvador

Estadio Cuscatlán.

En El Salvador se practican varios deportes, siendo el más popular el fútbol. En los últimos años también se a ido
destacando, el Fútbol de playa Así mismo, se practican el atletismo, surf, baloncesto, balonmano, natación, voleibol, entre
otros.

Religión[editar]

Catedral Metropolitana de San Salvador.

La Iglesia católica es la confesión religiosa mayoritaria desde la época colonial aunque ha ido disminuyendo, ya de tener
una feligresía cercana al 74% de la población. Ahora tiene menos del 50.4%. Las iglesias evangélicas como las de
los anglicanos, luteranos, pentecostales, bautistas, Adventistas del Séptimo Día, mormones y Testigos de Jehová, han
experimentado un importante crecimiento desde la década de 1970 y los años 2000. Hoy cerca del 38.2% 11de la población
pertenece a una de estas iglesias cristianas. Existen también pequeñas comunidades judías e islámicas, originadas por la
inmigración.

Actividades culturales[editar]
En 1994 es fundada la Asociación de Artistas Plásticos de El Salvador (ADAPES), por un grupo de artistas salvadoreños y
cuyo objetivo primordial es promover las artes plásticas y la gestión de proyectos culturales en El Salvador, dentro del
campo de las artes visuales. Esta organización realiza diversas gestiones en el ámbito cultural propiciando proyectos con
los artistas locales en las ramas de pintura, escultura y artes visuales relacionadas.
La asociación está formada por una junta directiva electa cada dos años y por los artistas miembros asociados,
aproximadamente 80, y se mantiene con el aporte económico de empresas y artistas. Cuenta con un sitio en internet con
información de eventos de Arte en El Salvador y también proporciona información de artistas locales

https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_de_El_Salvador La Delincuencia
Introduccion:

Este tema habla de la situacion actual de la delincuencia de El Salvador y tambien nos habla de sus causas y
consecuencias.

La delincuencia ciudadana se han constituido en estos últimos años en una de las mayores preocupaciones
de la ciudadanía salvadoreña. Las altas tasas de homicidios, superiores a 40 por cada cien mil habitantes,
una de las mayores de América Latina, acompañadas de altos niveles de incidencia de otros delitos violentos
(violencia intrafamiliar, robos, extorsiones, etcétera), una elevada accidentalidad vial y la percepción de
inseguridad de gran parte de la población,  afectan a la vida cotidiana y la calidad de vida de las personas e
inciden negativamente en el desarrollo humano y la consolidación de la gobernabilidad democrática del
país.

Entre los factores asociados a la delincuencia ciudadana en El Salvador se pueden destacar los siguientes:
factores institucionales; factores sociales, como la inequidad, la exclusión social o la falta de oportunidades
educativas; factores situacionales; factores económicos; culturales como la violencia de género, en especial
la violencia intrafamiliar o la proliferación de armas de fuego; y factores personales.

En estos momentos podríamos decir que la delincuencia ha sobrepasado al Estado. El tratamiento que se le da al problema está

condicionado por factores políticos que no ayudan a resolverlo, lo que sólo podría lograrse con un pacto político o una decisión valiente del

gobierno actual. A continuación la mayoría de los factores que deben tomarse en cuenta si se quiere una solución real y efectiva:

Si se toma en cuenta que se requiere, de acuerdo con estándares mundiales, 3.5 policías por cada mil habitantes, y considerando que El

Salvador tiene más de seis millones de habitantes, la deficiencia operativa es evidente. Efectivamente, deberíamos tener más de 21,000

policías y sólo tenemos 16,400, es decir, 4,600 policías menos de los necesarios. Si se considera además que los mismos sólo trabajan ocho

horas diarias, el problema se vuelve más agudo. Por otro lado, en el ejército hay 8,000 efectivos pagados por los ciudadanos que aportan

sus impuestos y que todos los días sufren los efectos de la delincuencia. El país está en un verdadero peligro y el ejército debe intervenir,

con base en un acuerdo legislativo o una medida legal posible, en esta lucha contra la delincuencia. Lo que está en juego es la estabilidad

del Estado y la vida de muchos salvadoreños.

Uno de los principales obstáculos para detener y mantener a los delincuentes en la cárcel es la imposibilidad

que tienen los jueces para establecer los términos probatorios. Si estamos viviendo una verdadera crisis,

necesitamos tener marcos legales adecuados para este momento de excepción. No se puede resolver una
situación particular con medidas de corte general. Esta es una verdadera guerra y se hacen necesarias

medidas específicas para ganarla. En otros países se ha ensayado con mucha efectividad la figura del juez

sin rostro. Es absolutamente necesario un marco jurídico especial y apropiado para la guerra. Éste o

cualquier otro recurso que permita establecer justicia sobre la base de apreciar lo grave de la situación,

serán indispensables para lograr el retorno a la paz.

En la solución de un problema de tal envergadura, se necesita la cooperación de todos, ya que todos pueden

ser afectados directamente por el mismo. Se hacen necesarios recursos financieros para resolverlo.

Laboratorios científicos y sofisticados, y un equipamiento apropiado, son factores que deben ser atendidos

con absoluto convencimiento de que son absolutamente necesarios. No se puede combatir armas de alto

calibre con pistolas. Por otro lado, se debe garantizar la paga justa para los policías. Todo esto se hace con

dinero, el cual es limitado con la capacidad actual del gobierno. Proponemos el aumento a la tasa

impositiva. Que esto tiene un costo político es relativo, por cuanto mayor puede ser el costo de enfrentar

una crisis. En todo caso, este es el momento en el que se deben privilegiar los intereses vitales del pueblo

sobre los intereses particulares. Claro que esto se podría evitar si los índices de evasión fiscal se pudieran

reducir. Habría que preguntarse si esto es posible en El Salvador.

Uno de los principales componentes de la estructura psicológica del delincuente es su deseo de figuración,

mismo que le da una justificación a su elección de ser un inadaptado social. Si toda la prensa se callara y no

publicara noticias y programas sobre la actividad criminal, los mareros y criminales perderán un soporte

emocional, lo que los confundirá y hará menos deseosos de participar en actividades que permanecerán en

la oscuridad y en el anonimato. Si tenemos al respecto reservas, sólo remitámonos a la prohibición de los

Estados Unidos de filmar o fotografiar a los heridos de guerra y a los cadáveres procedentes de Irak. Cuando

se trata de la propia vida de salvadoreños que todos los días se dirigen con miedo a sus trabajos, debemos

privilegiar los principios más sólidos y profundos. El derecho a la vida es más importante que el derecho a la

información. Los cadáveres no se enteran de las noticias.


Es inconcebible que un país donde se asesinan más de diez personas diarias, y que esa cantidad signifique el

doble de lo que se considera límite máximo, todavía sea tan permisivo con la tenencia y portación de armas.

Se debe prohibir la portación de armas a todos los que no sean policías, militares o seguridad privada. Esto

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