Un Leproso Llamado Naamán
Un Leproso Llamado Naamán
Un Leproso Llamado Naamán
“Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de
su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová
salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso”
Introducción
Sus soldados lo convencieron de acatar la orden del siervo del Señor; “Mas
sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te
mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate,
y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el
Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como
la carne de un niño, y quedó limpio” 2ª. Reyes 5:13-14. Al aceptar el consejo
de sus súbditos, al humillarse, obedecer y guardar silencio ante Dios, fue
sanado milagrosamente de su lepra me llama la atención lo que la biblia dice
en; “Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; pero
ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio” Lucas 4:27. Este
pasaje él Señor lo que les esta diciendo es que el mensaje del evangelio seria
mejor recibido por los extranjeros y gentiles que por el llamado pueblo de
Dios, por eso les recordó la historia de Naamán el sirio, a quien Dios sanó de
lepra en los días de los reyes, y no hizo lo mismo con miles de judíos leprosos
en ese tiempo sino con ese varón gentil (2ª. Reyes 5:1-14).
Aplicación
Se puede comparar el orgullo con una infección de virus que Satanás implantó
en la primera pareja humana, Adán y Eva en el Génesis, el cual ha pasado a
todos los seres humanos, ahora lamentablemente la llevamos todos de una
manera u otra. El orgullo es un fruto de la carne, era un pecado tan grave que
excluía del pueblo a un judío que manifestara un orgullo desmedido, “Mas la
persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero;
ultrajaba a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo”
Números 15:30. Todos los soberbios y orgullosos tendrán un triste final;
“antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de
espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos
con los soberbios” Proverbios 16:18.
Culminación