Conservación de Frutas Por Aplicación de Frio
Conservación de Frutas Por Aplicación de Frio
Conservación de Frutas Por Aplicación de Frio
CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS I
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD DE INGENIERÍAS
INGENIERÍA DE ALIMENTOS
La acción fundamental del frío como agente conservador radica, básicamente, en su acción
inhibidora del crecimiento de microorganismos y a la acción enzimática, frenando así los
fenómenos degradativos que terminan con la descomposición del alimento; no es pues un
agente esterilizante, lo que determina su éxito como conservador está en la buena calidad
inicial de la materia prima, en la aplicación inmediata y en la continuidad del tratamiento a
lo largo de todas las etapas de la cadena comercial, que se inicia en la producción y termina
en el consumo. Este trabajo tiene como objetivo mostrar los diferentes métodos de
conservación por frio en las frutas y hortalizas y los daños que este puede producir en estos
alimentos si no se lleva adecuadamente el proceso
Objetivo general.
Dar a conocer los diferentes métodos de conservación por frio en frutas y hortalizas
y los daños ocasionados este.
Objetivos especifico.
En cuanto a los carbohidratos, hay una alteración durante la etapa de maduración, ya que se
presenta un aumento en el contenido de azúcares, bien por la degradación casi total de las
reservas amiláceas en frutos climatéricos, o por la degradación de los productos de la
fotosíntesis en frutos no climatéricos. Esta transformación conduce a cambios en el sabor,
la textura y la consistencia del fruto. El cambio en la consistencia se da principalmente por
la degradación de pectinas y hemicelulosas (Wills et ál. 1998; Seymour et ál. 1993).
A medida que avanza la maduración, los ácidos orgánicos son respirados o convertidos en
azúcares, disminuyendo su contenido. Ácidos como el málico, succínico y cítrico, se
encuentran con frecuencia en la mayoría de los frutos (Seymour et ál. 1993). Sin embargo,
la concentración de ácidos orgánicos no siempre decrece con la maduración en todos los
frutos. En banano hay un significativo incremento en la concentración de ácido málico y un
descenso en el pH (Kays 1997; Wills et ál. 1998). Es evidente que el balance entre síntesis
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y consumo de ácidos orgánicos durante la maduración depende directamente de las
características metabólicas de la especie. La modificación del contenido de ácidos
orgánicos es de gran importancia a nivel bioquímico, ya que el pH condiciona la actividad
de un gran número de enzimas responsables de los sucesos claves (ablandamiento, color,
entre otros) asociados a la maduración.
Existen varios factores biológicos y ambientales que afectan gravemente los límites
naturales de la vida de todos los productos frescos después de su recolección, dentro de los
que encontramos:
Daños físicos: los daños sufridos durante la cosecha y la manipulación posterior aceleran el
ritmo de deterioro del producto y lo hacen vulnerable a la descomposición por organismos
patógenos.
Lo ideal es guardar las frutas delicadas como máximo dos días, una semana las frutas con
hueso y unos diez días los cítricos maduros. Las manzanas y peras pueden guardarse
algunos meses en una habitación fresca, a unos 12 ºC, aireada y oscura, con un 80% de
humedad.
La fruta ya madura debe mantenerse en condiciones de poca luz, bajas temperaturas (entre
o y 6ºC) y alta humedad relativa (próxima al 90%). Hay que separar las frutas maduras de
las que no lo están, ya que una sola pieza puede hacer madurar el resto.
La producción mundial de frutas está dominada por los cítricos, las uvas, las bananas, las
frutas de pepita (principalmente manzanas) y las frutas de hueso. De las especies de origen
tropical de mayor importancia en los mercados mundiales se pueden destacar el aguacate, la
papaya, el mango y la piña. Afirman que la fisiología de las frutas tropicales no difiere de la
fisiología de los frutos de clima templado y subtropical, por lo que se pueden implementar
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tecnologías ya probadas y conocidas en ellos. Sin embargo, es posible encontrar diferencias
en la velocidad de maduración y en la senescencia, y en algunos casos en el orden
cronológico de los eventos que ocurren en el proceso de maduración. Las diferencias más
relevantes que se nota entre los frutos tropicales y los de clima templado son, entre otras, la
mayor velocidad de maduración de los frutos de tipo climatérico.
Existe una brecha considerable entre la tecnología desarrollada para frutos de los países
desarrollados y climas temperados, y los frutos de los países en desarrollo y de origen
tropical. Las pérdidas postcosecha en estos últimos pueden superar el 50%. La refrigeración
es el método de conservación para frutas y hortalizas más empleado; sin embargo, su
implementación requiere de conocimiento previo de la fisiología del producto a fin de no
generar daños irreversibles.
La vida útil de los frutos durante la poscosecha puede ser aumentada mediante tratamientos
como la refrigeración. Disminuir la temperatura contribuye a controlar la síntesis de etileno,
que es la hormona encargada de regular la síntesis de las enzimas hidrolíticas que degradan
la lamela media de la pared celular, las clorofilasas y amilasas; en consecuencia, se
prolonga la vida de poscosecha del producto (Alique y Zamorano 2010).
En los frutos climatéricos la regulación de la maduración puede lograrse con mayor éxito y
por tanto optimizar su comercialización. Éstos pueden ser recolectados de manera
anticipada, consiguiendo así, una mejor regulación de la maduración. En éstos, se reduce
tanto la hidrólisis de almidón como el consumo de azúcares monosacáridos glucosa y
fructosa y se mantienen los ácidos orgánicos, aunque en frutos tropicales se ha encontrado
que éstos pueden llegar a aumentar (Alique y Zamorano 2010).
Los procesos donde se aplica frîo realizados de la forma adecuada no originan cambios en
la composición química de los alimentos, tienen poco efecto sobre la textura, el gusto y el
valor nutritivo, y son entre los métodos de conservación es el que produce menos cambios
en las cualidades originales.
Se debe recordar que para tener los mejores resultados, los procesos de aplicación de frío
deben ser aplicados sólo a productos sanos y frescos, y que se deben enfriar o congelar tan
rápidamente como sea posible después de la cosecha.
La intensidad a la que tienen lugar los procesos metabolicos de los organos de las frutas
dependen de la temperatura del organismo y de la del medio exterior. Mientras que los
animales disponen de sistemas de regulacion termica, las frutas no, por lo que son
particularmente sensibles a las bajas temperaturas. La aplicación a las frutas de frio
moderado, superior al punto de congelacion (entre -1 y 3ºC según el producto), reduce la
velocidad de las reacciones metabolicas al modificar la energia de activacion y velocidad
maxima.
Estos desordenes fisiologicos se denominan daños por el frio (DF) y sucede tras una cierta
permanencia de los productos a temperaturas entre -0,5 y unos 15ºC. Inicialmente se penso
que este fenomeno sucedia solo en los productos de origen tropical, pero tambien los
productos de clima templado desarrollan estos desordenes fisiologicos cuando sufren el
estrés de temperaturas no congelantes. En efecto, la mayoria de productos tropicales y
subtropicales, numerosos productos mediterraneos y algunas especies de clima templado
son sencibles a los DF y se ha observado que las especies climatericas son mas proclives a
sufrir DF cuando tienen un metabolismo muy activo, con elevada tasa respiratoria. En el
desarrollo de los DF intervienen una serie de factores geneticos, fisiologicos y bioquimicos
e incluso de las condiciones termicas del cultivo.
Comunmente, la accion del frio moderado produce unos efectos directos y rapidos sobre las
membranas, con la alteracion de la celula, cuya gravedad depende de la intensidad y
duracion de la baja temperatura. Pero tambien puede tener una accion mas gradual y
duradera, que conduce a una alteracion primaria e indirecta del metabolismo, e incluso a un
desequilibrio hidrico, que da lugar a una alteracion secundaria y puede yener consecuencias
reparables, aunque dependiendo del estado fisiologico. En efecto se ha observado que los
frutos inmaduros o precoses son mas sensibles al frio que los maduros de la misma
cosecha, con indipendencia de que sean climatericos o no.
Los sintomas con los que se manifiestan los desordenes fisiologicos por el frio en frutas
recolectadas son muy diversos, distinguiendose dos categorias, que ueden coexistir
desarrollarse simultaneamente, lo que sucede con frecuencia en frutos tropicales y
subtropicales. La primera muestra una naturaleza cualitativa y consiste en anomalias del
desarrollo o del metabolismo.
Varios metabolitos gaseosos como el CO2, C2H4, etanol y acetaldehido, pueden ser bio-
indicadores para evaluar y detectar alteraciones organolepticas, fisiologicas y patologicas
antes de que se manifiesten los sintomas.
Los síntomas de daño por frío pueden ser externos e internos, y en general se inducen por
condiciones diferentes de almacenaje.
Chilling injury
Este tipo de síntoma es más fácil de visualizar en cultivares de piel verde en maduración.
En cultivares como "Hass" los síntomas son menos visibles.
Los síntomas internos se pueden manifestar como ablandamiento inadecuado, pulpa gris
(gray pulp), pardeamiento de haces vasculares (vascular browning), pulpa manchada (pulp
spot).
Pulpa gris: los síntomas se inician en la zona amarilla de la pulpa, la cual presenta un área
de coloración difusa pardo grisácea, que se extiende desde la porción distal adyacente a la
semilla pudiendo comprometer la totalidad de la pulpa. Ocurre en el mesocarpio en la zona
distal del fruto.
Manchas de la pulpa: aparecen manchas pequeñas de color pardo gris claro o pardo oscuro
en la zona amarilla de la pulpa, las cuales se ubican asociadas a haces vasculares. Cuando el
desorden es severo se asemeja al síntoma de pardeamiento de la pulpa. El daño ocurre en
las células procambiales alrededor de los haces vasculares. Este daño se ha observado en
"Fuerte". Pardeamiento de haces vasculares: se produce un oscurecimiento de los haces
vasculares.
Los síntomas de daño por frío se manifiestan en fruta almacenada a 0-2º C por más de 7
días y luego puestos a temperatura ambiente, o en fruta almacenada a 3-5º C por más de 2
semanas. La temperatura óptima de almacenaje para las diferentes variedades es: Van (4-
5°C), Fuerte (6-7°C).
Últimamente se ha estudiado que niveles bajos de potasio en el suelo aumentan los daños
de pulpa gris y pardeamiento de haces vasculares. También que la fruta más asoleada en el
árbol, que alcanza temperaturas entre 40-50º C, es más resistente al daño por frío. La
sensibilidad al daño por frío aumenta a medida que la fruta alcanza el pick climactérico y
disminuye en el período postclimactérico.
Se han desarrollado varios métodos para reducir el daños por frío, entre los que sé en
encuentran el acondicionamiento a bajas o altas temperaturas, calentamiento intermitente,
inmersión en agua caliente, empacado en atmósferas modificadas, atmósferas controladas y
reguladores del desarrollo.
El empleo de las atmósferas modificadas (AM) también es utilizado para la reducir el daño
por frío, esta consiste en una reducción de la concentración de oxígeno y un aumento de la
de dióxido de carbono en la atmósfera que rodea al fruto. La efectividad de las AM
depende fundamentalmente de los niveles de O2 y CO2 de la atmósfera y del producto
almacenado. Las altas concentraciones de CO2 son en general, efectivas en la reducción de
los daños por frío, pero a veces, la respuesta de un mismo cultivar es variable dependiendo
del estado fisiológico de la fruta.
Aunque son muchos los problemas que presentan tanto las frutas como las hortaliza para
una adecuada conservación, hoy en día los estudios han avanzado y a pesar de que
alimentos bastantes perecederos, han logrado alarga en grandes periodos de tiempo la vida
útil de estos, utilizando métodos sencillos y mejorando los manejo poscosechas que se le
dan a estos, tanto así que se logran exportar estos productos a diferentes países. Es quizás
donde la aplicación del frio ha jugado un papel muy importante a la hora de la conservación
de estos alimentos brindando así mantenerlos en óptimas condiciones para el consumo sin
causar daño a la salud del consumidor.