Monseñor Oscar Romero fue un obispo salvadoreño que se convirtió en un profeta en la década de 1980 al denunciar las atrocidades cometidas por el gobierno salvadoreño y los grupos revolucionarios contra el pueblo salvadoreño. Utilizó la comunicación a través de la radio diocesana y el periódico para difundir la verdad sobre la situación en el país y pedir que cese la represión. Sus denuncias de las injusticias lo convirtieron en blanco de amenazas. Finalmente, fue ases
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Monseñor Oscar Romero fue un obispo salvadoreño que se convirtió en un profeta en la década de 1980 al denunciar las atrocidades cometidas por el gobierno salvadoreño y los grupos revolucionarios contra el pueblo salvadoreño. Utilizó la comunicación a través de la radio diocesana y el periódico para difundir la verdad sobre la situación en el país y pedir que cese la represión. Sus denuncias de las injusticias lo convirtieron en blanco de amenazas. Finalmente, fue ases
Monseñor Oscar Romero fue un obispo salvadoreño que se convirtió en un profeta en la década de 1980 al denunciar las atrocidades cometidas por el gobierno salvadoreño y los grupos revolucionarios contra el pueblo salvadoreño. Utilizó la comunicación a través de la radio diocesana y el periódico para difundir la verdad sobre la situación en el país y pedir que cese la represión. Sus denuncias de las injusticias lo convirtieron en blanco de amenazas. Finalmente, fue ases
Monseñor Oscar Romero fue un obispo salvadoreño que se convirtió en un profeta en la década de 1980 al denunciar las atrocidades cometidas por el gobierno salvadoreño y los grupos revolucionarios contra el pueblo salvadoreño. Utilizó la comunicación a través de la radio diocesana y el periódico para difundir la verdad sobre la situación en el país y pedir que cese la represión. Sus denuncias de las injusticias lo convirtieron en blanco de amenazas. Finalmente, fue ases
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Edwin Guerrero
I Teología Profetas I
MONSEÑOR OSCAR ROMERO (1917-1980) “EL PROFETA DE NUESTROS
TIEMPOS” Dios nos ha hablado siempre, en el Antiguo Testamento por tantos profetas, en el nuevo lo hace a través del mensaje directo de su hijo. Hoy nos habla por medio de hombres y mujeres que con mucho valor anuncian y denuncian al pueblo de Dios, como lo hizo Monseñor Romero en el pueblo sufrido de El Salvador. Pero cual fue la misión profética de este distinguido personaje, porque hoy lo reconocemos como un profeta. Monseñor Romero coloco todo su interés por los problemas sociales en los que su país se encontraba inmerso: la pobreza extrema estaba extendida en la mayor parte del país, el marxismo quería asumir el liderazgo en el cambio social y politicón, con todo esto Monseñor Romero descubrió que era necesario el cambio y que éste se debería lograr a través de la participación de toda la sociedad. La opción por los pobres, que eran la mayoría de los católicos salvadoreños, lo condujo a una nueva conversión, aquella que lo llevaría a dar la vida por su pueblo. El medio más poderoso que utilizo Monseñor Romero para ejecutar tal misión fue la comunicación como una herramienta de liberación integral. Comunicar la verdad es la única forma de lograr cambios en una sociedad. El periódico y sobretodo el poder de la radio fueron los medios utilizados por él para difundir la verdad. La necesidad de que alguien hablara en favor del pueblo con justicia fue tanta que el poder de la radio diocesana se convirtió en la única fuente de información creíble, en la radio monseñor romero denunciaba las atrocidades que el ejército cometía en nombre de la ley: asesinatos, violaciones, desaparición de catequistas, etc. Lo más sobresaliente era que su sed de justica y denuncia no se reducía al interior del país, él se encargó de llamar la atención mundial sobre las injusticias del gobierno salvadoreño, también denunció las atrocidades cometidas por los grupos revolucionarios. Estas denuncias de injusticias se convirtieron en mensaje central de los medios de comunicación. Esto provocaría el odio de los grandes opresores y buscarían el momento adecuado para sacarse del camino al que de justicia habla. El final del profeta de nuestros tiempos será el martirio, las amenazas que recibió Monseñor Romero no fueron impedimento para dejar de denunciar tanta crueldad, tanto es así que él decía: “si me matan, Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás... Si me matan resucitaré en el Pueblo". Finalmente Monseñor Romero denuncio fuertemente “en nombre de Dios y de este pueblo sufrido, les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión” con ello Él sabía que se estaba sentenciando a la muerte, pedir en nombre de Dios que respeten la vida de las personas no es muy bien visto por las corrientes políticas opresoras. El 24 de marzo de 1980, cuando Monseñor Romero se preparaba a comulgar el Cuerpo de Cristo en el altar, un francotirador le disparó al corazón. Monseñor Romero murió comulgando con el martirio del Señor. No hay duda, de que fue el profeta de los pobres y un mártir de la fe.