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TEMA 8 Liturgia de La Iglesia

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TEMA 8

LA LITURGIA DE LA IGLESIA
1. NOCIONES GENERALES

Etimología de la palabra liturgia

El término liturgia procede del griego clásico, de leitourgía, palabra que indicaba el origen o el destino popular
de una acción o de una iniciativa. Leitourgía se compone de Leit (pueblo, popular) y ergon (obra).

¿Qué es la liturgia? Explicación de la Sacrosonctum concilium

La Sacrosanctum Concilium, del CVII, habla de la liturgia como un elemento esencial de le vida de le
Iglesia, que determina la situación presente del pueblo de Dios" Con razón, entonces, se considera la liturgia
como el ejercicio del Sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan, y cada uno a su manera,
realizan la santificación del hombre y así el Cuerpo Místico de Cristo, es decir, la Cabeza y su miembros, ejerce
el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo Sacerdote y de su
cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo
grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia" SC 7.

Esta noción teológica de la liturgia, sin olvidar los aspectos antropológicos, aparece en íntima
dependencia del misterio del Verbo encarnado y de la Iglesia. La Encarnación, en cuanto presencia eficaz de lo
divino en la Historia, se prolonga "en los gestos y palabras" (cf DV 2;13) de la liturgia, que reciben su
significado de la Sagrada Escritura (SC 24) y son prolongación en la tierra de la humanidad del Hijo de Dios
(Cat 1070,1103).

El concilio ha querido destacar, por una parte, la dimensión litúrgica de la redención efectuada por Cristo
en su muerte y resurrección, y por otra la modalidad sacramental o simbólico-litúrgica en la que se ha de llevar
acabo la "obra de la salvación". Así la liturgia es la actualización de la obra de la salvación y el culto de la
Iglesia unida a Cristo Sacerdote.

Importancia de la liturgia en la vida de la Iglesia

La liturgia, por cuyo medio se ejerce la obra de nuestra redención, sobre todo en el divino sacrificio de la
Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida y manifiesten a los demás el ministerio
de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia.

La liturgia edifica día a día a los que están dentro para ser templo santo en el Señor y morada de Dios en el
Espíritu.

la liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo, y presenta así la Iglesia, a los
que están fuera, como signo levantado en medio de las naciones.

La liturgia como último momento de la historia salutis

La liturgia pertenece a la última etapa de la historia de la salvación, que no es distinta a las anteriores
(preparación y cumplimiento), es la prolongación. en la primera etapa los signos sólo eran indicativos, en esta
etapa los signos significan la salvación y a la vez producen lo que significa, por eso la liturgia es sacramental.
La liturgia cristiana es ante todo y sobre todo expresión y actualización de la salvación cumplida en Cristo.

la liturgia es momento de la historia de la salvación y verdadero acontecimiento salvífico. La liturgia no es un


momento único, sino momento síntesis de la historia de la salvación.

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2. LA LITURGIA Y EL MISTERIO PASCUAL

La Pascua como centro de la liturgia

El Misterio Pascual o paschale Sacramentum se refiere a Cristo y a la obra de redención humana que la efectúa
por la pasión, muerte, resurrección y ascensión concluida con la venida del Espíritu Santo.

Toda la Liturgia recibe su eficacia y su poder de su pasión, muerte y resurrección.

La liturgia como actualización del misterio pascual.

La liturgia es la actualización sacramental de toda la obra salvadora de Cristo. El Misterio Pascual se vive en los
Sacramentos Pascuales.

Nosotros, gracias al Espíritu Santo podemos acceder a esa historia salvífica. los sacramentos son los nuevos
acontecimientos de salvación, son los nuevos Kairós, son la nueva presentación del aquí y ahora del Misterio
Pascual.

Liturgia y memorial de la Pascua.

El Señor encargó a sus apóstoles celebrar el memorial de la cruz. Anámnesis como lo que Jesús mandó con el
significado y la teología del Antiguo Testamento.

La Liturgia pascual de Jesús era de suyo memorial, así lo expresa la primera copa: el hacerse presente ritual y
sacramentalmente, no sólo invita sino que nos pone en contacto con lo divino. En el cual se reconoce el pasado
presente hoy y que se proyecta para el futuro. El rito sacramental va a significar la incorporación del fiel a la
obra de Cristo.

Toda la obra de Cristo culmina en el ofrecimiento sacrificial en la cruz al Padre. Esto es lo que continúa hoy,
aquí y ahora.

3. LA CELEBRACIÓN

Elementos antropológicos de la celebración

La celebración en cuanto acción concreta de una asamblea comprende estos 4 elementos:

 Un acontecimiento que motiva la celebración


 una comunidad que se hace asamblea
 una situación festiva que lo envuelve todo
 un ritual que se ejecuta.

Celebración y rito.

La acción celebrativa, es una acción de la asamblea reunida, es obra de la Iglesia que se limita a contemplar la
acción salvífica de Dios, sino que ilustra sus contenidos. Celebrar es actuar en forma ritual y dejarse impregnar
por el sentido de ese rito.

Rito: acciones humanas especialmente con un significado religioso. La característica más particular del rito es
su repetitividad y pare esto hay que tener en cuenta que la acción ritual forma parte del amplio margen a través
de los cuales el sujeto se reintegra a los demás. La repetición del rito crea un memorial algo muy cristiano y
judío, así entrando en nuestro campo tiene un sentido más profundo. En la liturgia sería el conjunto de acciones
simbólicas ritualizadas.

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La celebración cristiana y sus elementos

Los principales elementos que están en la entraña de toda acción litúrgica cristiana y que se ponen de manifiesto
en determinados momentos de la celebración son los siguientes:

 Anámnesis.- Toda celebración es sagrado recuerdo del acontecimiento de la salvación. La celebración


es anamnesis de Dios para con sus hijos, porque se acuerda de su misericordia; de Cristo para con el
Padre, porque intercede en favor nuestro; del Espíritu Santo, que nos recuerda todas las cosas que dijo el
Señor. El mejor testimonio de anamnesis de la Iglesia en la celebración lo constituye la plegaria
eucarística.
 Epíclesis permanente.- Toda celebración lo es porque el Señor, después de su resurrección, prometió a
los Apóstoles rogar al Padre para que les enviase el otro Paráclito. Y en efecto en toda celebración
litúrgica bien el Espíritu Santo como fruto de la oración sacerdotal de Jesús actualizada y manifestada
en la plegaria litúrgica de la Iglesia.
 Doxología.- La celebración es doxológica, esto es alabanza, culto, adoración, bendición ascendente,
reconocimiento y acción de gracias, respuesta de fe

4.- EL SUJETO DE LA CELEBRACIÓN

La Iglesia como sujeto de la celebración

El sujeto integral de la acción litúrgica es siempre la Iglesia, incluso en el caso de que celebre tan sólo el
ministro ordenado porque también aquí es ministro de la Iglesia en virtud de la institución del Señor y no por
delegación de la comunidad. Pero el sujeto último y trascendente es Cristo, que hizo de la Iglesia su cuerpo
sacerdotal estructurándolo como un organismo dotado de pueblo y pastores, de comunidad y jerarquía, de
asamblea y de presidencia.

La asamblea litúrgica

 La asamblea es un grupo a la vez unitario y diverso, es y debe ser un factor de unidad, que acoge por
igual a todos los hombres a pesar de las diferencias existentes entre ellos.
 La asamblea es carismática y jerárquica, es decir, no es una amalgama de gentes anónimas e
impersonales, sino una comunidad dotada de carismas y dones y estructurada en una jerarquía de
servicio y de caridad.
 La asamblea es una comunidad que supera las tensiones entre el individuo y el grupo, entre lo subjetivo
y lo objetivo, entre lo particular y lo que es patrimonio común, entre lo que es solamente local y lo que
es universal.
 La asamblea polariza y ofrece cauce de expresión y de comunicación a los sentimientos de los
presentes por contrapuestos que pueden estar. La asamblea no solamente es capaz de centrar todos los
sentimientos de una persona en torno a un determinado valor religioso y evangélico, también concentra
en él a todo el grupo humano que está compartiendo la misma experiencia de fe y de oración.

Los fieles y su participación en la liturgia

El Concilio quiso que los fieles no estuvieran como extraños y mudos espectadores (SC48) sino como miembros
activos y participantes conscientes. Por eso, descubierto el valor de la asamblea como expresión viva de la
Iglesia sujeto actor de la Liturgia, se impone hacer todo lo posible por lograr lo que el Vaticano II llamó la
participación activa, consciente y fructuosa en las acciones litúrgicas.

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5.- EL ESPACIO CELEBRATIVO

El espacio sagrado

Es el lugar sagrado donde se realizan las acciones litúrgicas, es decir, donde la asamblea litúrgica ora, canta y
actúa.

El edificio cultual cristiano. La doctrina del Concilio Vaticano II

La relación profunda entre la belleza y la liturgia nos lleva a considerar con atención todas las expresiones
artísticas que se ponen al servicio de la celebración. Un elemento importante del arte sacro es ciertamente la
arquitectura de las iglesias, en las que debe de resaltar la unidad entre los elementos propios del presbiterio:
altar, crucifijo, tabernáculo, ambón, sede. A este respecto se ha de tener presente que el objetivo de la
arquitectura sacra es ofrecer a la Iglesia, que celebra los misterios de la fe , en particular la Eucaristía, el espacio
más apto para el desarrollo adecuado de su acción litúrgica.

6.- EL TIEMPO SAGRADO

Tiempo profano, sagrado y cósmico

 Tiempo profano.- Es el tiempo en relación con el hombre, la vida de cada persona en un tiempo
concreto.
 Tiempo cósmico.- es el transcurrir de los momentos con sus estaciones (años, semanas y días).
 Tiempo sagrado.- se trata del mismo tiempo (profano y cósmico), pero es visto como posibilidad de
encuentro con Dios.

La centralidad de la Eucaristía en el tiempo litúrgico

La liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo, la fuente de donde mana toda su
fuerza. Por tanto, de la liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se
obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios a
la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin.

El día del Señor.

El nombre específicamente cristiano del domingo es el que encontramos en el apocalipsis 1, 10: el día señorial
o día del Señor.

El nombre de día del Señor es el que nos asegura que la plenitud de su presencia está en el hoy de nuestra
celebración y de nuestra historia.

El domingo condensa en sí mismo toda la Historia de la Salvación en el hoy de cada semana.

La Eucaristía dominical

El domingo tiene diversas dimensiones para los cristianos: es Dies Domini, con referencia a la obra de la
creación; diez Christi como día de la nueva creación y del don del Espíritu Santo que hace el Señor resucitado;
diez Ecclesiae como día en que la comunidad cristiana se congrega para la celebración; diez hominis como día
de alegría, descanso y caridad fraterna.

El descanso dominical

El día del Señor es también el día de descanso del trabajo. Esto tiene un significado propio, al ser una
relativización del trabajo, que debe estar orientado hacia el hombre. el trabajo es para el hombre y no el hombre
para el trabajo.

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El año litúrgico. Los ciclos litúrgicos

Es la celebración en días determinados a través del año, la obra salvífica de su divino Esposo. Cada semana en
el día que llamó del Señor, conmemora su resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa
pasión, en la máxima solemnidad de la pascua.

La liturgia de las horas

La Liturgia de las Horas (latín: liturgia horarum) es el conjunto de oraciones oficiales del rito latino de la
Iglesia Católica fuera de la misa, articuladas en torno a las horas canónicas.

Se conoce también como el "Oficio Divino," la oración oficial de la Iglesia. Consiste de siete "horas" de oración
(himnos, salmos, y lecturas) que se ajustan más o menos a las horas del día: Oficio de Lecturas, Oración de la
Mañana, Media Mañana/Medio Día/Oración de Media Tarde.

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