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Ensayo de Certificacion Forestal y Servicios Ambientales

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INTRODUCCION

La Certificación Forestal Voluntaria es un proceso estandarizado que otorga el


Forest Stewardship Council – FSC y a través del cual se demuestra que la
gestión de los bosques se hace bajo parámetros estrictos que dan cumplimiento
a aspectos sociales, ambientales y económicos pre establecidos.
Con el propósito de contribuir a la mejora de la gestión de pequeñas empresas
Forestales de la Región del Urabá y al incremento de la competitividad de la
cadena forestal nacional, la Fundación Natura con el Apoyo financiero del
Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia y con el apoyo técnico del Instituto
interamericano de Cooperación para la Agricultura IICA, llevó a cabo el proyecto:
“Fortalecimiento de los procesos de sostenibilidad en pequeñas empresas
forestales de la región del Urabá mediante la implementación de la certificación
forestal voluntaria”
Este proceso que duró casi dos años, permitió que veinte empresas forestales
del Urabá, a partir de la identificación y sistematización de las principales
barreras para acceder a la certificación forestal voluntaria, pudieran avanzar
significativamente hacia el cumplimiento de los criterios del FSC.
Los logros obtenidos durante la estrategia de acompañamiento diseñada por la
Fundación Natura y la Corporación para el Desarrollo sostenible del Urabá –
CORPOURABA, reflejan que estas veinte empresas, hoy en día cuenten con un
alto porcentaje de cumplimiento de los principios que aplican para la certificación
de este tipo de empresas.
Esta experiencia permitió a su vez fomentar buenas prácticas de manejo forestal
que asociadas a otros factores como lo son las políticas nacionales que orientan
a las explotaciones forestales, los incentivos económicos y las ventajas
comparativas de la ubicación geográfica del Urabá, impulsen procesos de
certificación grupal o individual tendientes a facilitar la apertura de nuevos
mercados para productos maderables provenientes de la región.
Dentro de los objetivos del proyecto y una vez validados estos procesos, se
busca también la replicación de esta experiencia para que sea adoptada por los
92 pequeños empresarios forestales identificados en la región, los cuales
explotan en total una superficie de 14.281 has.
ECONOMIA DE LA CERTIFICACION FORESTAL
La certificación forestal, y en especial el esquema que promueve el Forest
Stewardship Council (FSC), que es quien ha certificado el 100% de los bosques
y plantaciones en América Latina (Eba’a Atyi y Simula, 2002), es uno de los
intentos más concretos de llevar a la práctica el concepto de desarrollo
sostenible. Su finalidad es promover un manejo forestal «socialmente
beneficioso, ambientalmente responsable y económicamente viable», y ello se
refleja tanto en los Principios y Criterios que guían el proceso de certificación,
como en el funcionamiento interno de esta rara avis de los organismos
internacionales, donde sus miembros, agrupados en tres cámaras, la ambiental,
la económica y la social, y en subcámaras del Norte y del Sur, tienen el mismo
peso relativo, al menos formalmente, en la toma de decisiones.
La certificación forestal es un procedimiento que implica una evaluación por parte
de un certificador independiente, por el cual éste asegura que un bosque o
plantación está siendo manejado de acuerdo a criterios ecológicos, sociales y
económico-productivos acordados. La certificación da lugar a un sello o etiqueta
que informará al consumidor que la madera (u otro producto) que está
adquiriendo proviene de un bosque certificado (von Kruedener, 2000).
En el caso del FSC existen 10 Principios y 56 Criterios, los cuales deben ser
cumplidos por cualquier tipo de bosque o plantación, cualquiera sea el
ecosistema, país o dueño del bosque.
Para algunos ecosistemas o países, existen estándares complementarios o
adicionales, que han sido elaborados por las llamadas Iniciativas Nacionales que
promueve el FSC. La certificación es así un mecanismo basado en la existencia
de un nicho de mercado, y viene a reemplazar o complementar a otras
herramientas y políticas que también intentan promover un manejo forestal
sostenible, como las exigencias de planes de manejo y aprovechamiento forestal
o los estudios de impacto ambiental que forman parte de la legislación de casi
todos los países.
Existen dos sistemas internacionales de certificación forestal que compiten
fuertemente entre sí –el Forest Stewardship Council (FSC) y el Pan-European
Forest Certification Council (PEFCC), además de varios sistemas nacionales,
particularmente en Estados Unidos y Canadá, pero también en Malasia e
Indonesia. Para certificarse, un productor forestal (empresa o comunidad)
contrata a una de las certificadoras acreditadas ante el sistema u organismo con
el cual quiere certificarse. Una vez certificado, el productor puede usar el sello
en sus operaciones comerciales, durante cinco años en el caso del FSC, aunque
sujeto a monitoreos anuales para verificar que siga cumpliendo con los
estándares. Existen dos tipos de certificaciones, la del manejo propiamente del
bosque o plantación y la de la cadena de custodia.
La geopolítica de la globalización se ha centrado en las virtudes del mercado y
de la capacidad empresarial para guiar y alcanzar los objetivos del desarrollo
sostenible. Se confiere al mercado la capacidad de internalizar los costos
ambientales y de absorber actividades productivas sobre el capital natural y los
servicios ambientales que hasta ahora han sido campos tradicionales de
apropiación y manejo de un patrimonio y bienes comunales que funcionan fuera
del mercado, para transformarlos en nuevas oportunidades de negocios. Más
aún, asumen a priori la voluntad de los pueblos del Tercer Mundo en particular
poblaciones indígenas y campesinas de colaborar en este propósito.
La decisión de exportar es un imperativo estratégico para las empresas (Toman
López, FAO, 1999) en su enfoque a mediano plazo.
Exportar no es una labor sencilla requiere una cultura empresarial superior, en
la que se debe dar un mayor peso a la investigación y el desarrollo de productos,
seguimiento de la información comercial, actuación en geografías, etc.
Los mecanismos clásicos de ajustes sino van acompañados de un programa
correctivo a mediano plazo basado en la promoción de las exportaciones y el
fomento de las inversiones para hacer nuestra oferta exportable, tanto de bienes
como de servicios, no serán suficientes para corregir este desequilibrio.
Con el crecimiento de la población mundial, se incrementará la demanda tanto
por productos forestales maderables como no maderables. La forma en que sean
manejadas las áreas forestales restantes determinará en gran medida si
podremos en el futuro acomodar las necesidades de la población humana y, al
mismo tiempo, conservar las riquezas decrecientes de los recursos del mundo
La alianza entre el Banco Mundial/WWF para conservación y uso sostenible de
bosques establecieron dos metas para el 2005: la protección de 50 millones de
hectáreas de bosques mediante áreas protegidas y la certificación independiente
del manejo sostenible de bosques de producción en 100 millones de ha de
bosques tropicales y 100 millones de has de bosques templados.
Han existido iniciativas y propuestas, tales como la Propuesta de Tarapoto dentro
del marco de los países amazónicos, que desarrolla criterios e indicadores de
sostenibilidad en el manejo de bosques amazónicos a nivel global, de país y de
la unidad de manejo.
Si bien es cierto que en el Amazonía cuenta con una gran biodiversidad y le
podría dar una ventaja comparativa con otras regiones, la verdad es que para
convertir estas ventajas comparativas en competitivas es necesario desarrollar
mayor investigación y el uso de estos recursos con un mayor valor agregado.
Un elemento destacable de la política ambiental es la integración entre el manejo
ambiental y los procesos productivos.
La certificación voluntaria ha sido utilizada para la producción de madera y la
agricultura y aún es muy lenta su implementación para otros componentes de la
biodiversidad, debido a la complejidad de los elementos sociales, económicos y
ambientales que esta encierra.
Debido a la abundancia en el mercado de los llamados productos con sello verde,
se está cuestionando la veracidad de estas declaraciones. Los consumidores no
están seguros si están adquiriendo productos que cumplen con los criterios de
sostenibilidad ambiental y social. De ahí que Consumers International (1998)
afirma que es necesario asegurar que la información que ampara cada producto
sea verídica y creíble para la sociedad civil y principalmente para los
consumidores.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
C.VAN DAN/2003/” La economía de la certificación forestal” /N.º pág. 21/pag2.
Cárdenas L. M., J. L. Barragán, L. E. Peñaloza, 2014. Certificación Forestal
Voluntaria, Guía para la implementación en Colombia bajo los estándares del
FSC. Fundación
Natura. Bogotá D. C. Colombia.

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