Colores
Colores
Colores
No es necesaria la unión de todas las longitudes del espectro visible para obtener el
blanco, ya que si mezclamos solo rojo, verde y azul obtendremos el mismo resultado. Es
por esto por lo que estos colores son denominados colores primarios, porque la suma de
los tres produce el blanco. Además, todos los colores del espectro pueden ser obtenidos
a partir de ellos.
Los colores aditivos son los usados en trabajo gráfico con monitores de ordenador, ya
que, según vimos cuando hablamos de los componentes gráficos de un ordenador, el
monitor produce los puntos de luz partiendo de tres tubos de rayos catódicos, uno rojo,
otro verde y otro azul. Por este motivo, el modelo de definición de colores usado en
trabajos digitales es el modelo RGB (Red, Green, Blue).
Todos los colores que se visualizan en el monitor están en función de las cantidades de
rojo, verde y azul utilizadas. Por ello, para representar un color en el sistema RGB se le
asigna un valor entre 0 y 255 (notación decimal) o entre 00 y FF (notación hexadecimal)
para cada uno de los componentes rojo, verde y azul que lo forman. Los valores más
altos de RGB corresponden a una cantidad mayor de luz blanca. Por consiguiente,
cuanto más altos son los valores RGB, más claros son los colores.
De esta forma, un color cualquiera vendrá representado en el sistema RGB mediante la
sintaxis decimal (R,G,B) o mediante la sintaxis hexadecimal #RRGGBB. El color rojo
puro, por ejemplo, se especificará como (255,0,0) en notación RGB decimal y #FF0000
en notación RGB hexadecimal, mientras que el color rosa claro dado en notación
decimal por (252,165,253) se corresponde con el color hexadecimal #FCA5FD.
Esta forma aditiva de percibir el color no es única. Cuando la luz solar choca contra la
superficie de un objeto, éste absorbe diferentes longitudes de onda de su espectro total,
mientras que refleja otras. Estas longitudes de onda reflejadas son precisamente las
causantes de los colores de los objetos, colores que por ser producidos por filtrado de
longitudes de onda se denominan colores sustractivos.
Este fenómeno es el que se produce en pintura, donde el color final de una zona va a
depender de las longitudes de onda de la luz incidente reflejadas por los pigmentos de
color de la misma.
Un coche es de color azul porque absorbe todas las longitudes de onda que forman la
luz solar, excepto la correspondiente al color azul, que refleja, mientras que un objeto es
blanco porque refleja todo el espectro de ondas que forman la luz, es decir, refleja todos
los colores, y el resultado de la mezcla de todos ellos da como resultado el blanco. Por
su parte, un objeto es negro porque absorbe todas las longitudes de onda del espectro: el
negro es la ausencia de luz y de color.
En esta concepción sustractiva, los colores primarios son otros, concretamente el cian,
el magenta y el amarillo. A partir de estos tres colores podemos obtener casi todos los
demás, salvo el blanco y el negro.
Efectivamente, la mezcla de pigmentos cian, magenta y amarillo no produce el color
blanco, sino un color gris sucio, neutro. En cuanto al negro, tampoco es posible
obtenerlo a partir de los primarios, siendo necesario incluirlo en el conjunto de colores
básicos sustractivos, obteniéndose el modelo CMYK (Cyan, Magenta, Yellow, Black).
El sistema CMYK, define los colores de forma similar a como funciona una impresora
de inyección de tinta o una imprenta comercial de cuatricromía. El color resulta de la
superposición o de colocar juntas gotas de tinta semitransparente, de los colores cian
(un azul brillante), magenta (un color rosa intenso), amarillo y negro, y su notación se
corresponde con el valor en tanto por ciento de cada uno de estos colores.
Los colores sustractivos son usados en pintura, imprenta y, en general, en todas aquellas
composiciones en las que los colores se obtienen mediante la reflexión de la luz solar en
mezclas de pigmentos (tintas, óleos, acuarelas, etc.). En estas composiciones se obtiene
el color blanco mediante el uso de pigmentos de ese color (pintura) o usando un soporte
de color blanco y dejando sin pintar las zonas de la composición que deban ser blancas
(imprenta).
Los sistemas RGB, CMYK se encuentran relacionados, ya que los colores primarios de
uno son los secundarios del otro (los colores secundarios son los obtenidos por mezcla
directa de los primarios).
Otro modelos de definición del color es el modelo HSV, que define los colores en
función de los valores de tres importantes atributos de estos, matiz, saturación y brillo.
El matiz (Hue) hace referencia al color como tal, por ejemplo el matiz de la sangre es
rojo. La saturación o intensidad indica la concentración de color en el objeto. La
saturación de rojo de una fresa es mayor que la del rojo de unos labios. Por su parte, el
brillo (Value) denota la cantidad de claridad que tiene el color (tonalidad más o menos
oscura). Cuando hablamos de brillo hacemos referencia al proceso mediante el cual se
añade o se quita blanco a un color. Más adelante estudiaremos con detalle estos
conceptos.
Así que resulta que no hay tal color “ahí fuera”. La experiencia que llamamos color
puede llegar a estar relativamente desconectado de las propiedades de la luz,
dependiendo de que más cosas está experimentando el cerebro al mismo tiempo o
incluso de lo que espera ver.
Estamos acostumbrados a los nombre básicos de los colores, como rojo, verde,
azul, incluso hablamos de “azul verdoso”, pero no ocurre así en todas las culturas. Un
estudio llevado a cabo por Berlin y Kay* (1969) sobre más de 100 lenguajes de
diferentes culturas mostró que los colores primarios son considerablemente
consistentes entre culturas aunque no todas las culturas tienen el mismo número de
ellos. Aunque el estudio y su continuación posterior ha sido objeto de cierta
controversia, vale la pena considerarlo aquí. Para más información véase la página de
Paul Kay)
En aquellos lenguajes que solo tienen dos palabras para nombrar colores, son siempre
blanco y Negro. De los que tienen más nombres, el tercero siempre es rojo. El cuarto y
quinto son verde y amarillo o bien amarillo y verde. El sexto en aparecer es azul, el
séptimo, marrón y sólo entonces vienen gris, violeta y otros colores sin un orden
específico.
Los nombres de los colores son consistentes entre culturas, pero no todas utilizan el
mismo número de categorías. En las que solo hay dos categorías los colores siempre son
blanco y negro, el tercero es siempre el rojo, luego vienen verde y amarillo o amarillo y
verde. Dibujo del autor, inspirado en el que parece en Information Visualisation de
Colin Ware.
Los angloparlantes usan ocho categorías para referirse al color (rojo, azul, verde,
rosa, púrpura, Amarillo, naranja y marrón.) Jules Davidoff del Goldsmith’s College of
London encontró que la tribu Berinmo de Papua Nueva Guinea sólo usa cinco
nombres para el mismo rango de colores. Aparentemente no es sólo que los Berinmo
hagan divisiones más toscas sino que experimentan diferentes cosas que sus homólogos
angloparlantes cuando observan el mismo color.
Ello podría significar que podría ser necesario disponer de un concepto basado en el
lenguaje para distinguir entre dos categorías de color. Otra explicación establece que
puesto que el lenguaje Berinmo no ha desarrollado conceptos para hacer distinciones
más finas entre los colores, aunque sus neuronas son capaces de detectar la diferencia,
ello no llega a niveles de cognición más elaborados, puesto que no hay un concepto
correspondiente para ello y por tanto la diferencia no puede acceder al nivel consciente.
Que el color es una percepción variable se puede ver fácilmente echando un vistazo a
algunas ilusiones visuales bien conocidas (Véase la figura adjunta).
Como muy bien señaló el artista y teórico Josef Albers (1888-1976), el color es uno de
los conceptos más relativos en el arte. Este razonamiento es comprensible si tomamos
en cuenta una serie de variables que inciden directamente en la percepción que tenemos
de los colores y que pueden diferenciarse en tres categorías:
La fuente luminosa: De más está decir que gracias a la presencia de la luz percibimos no
sólo los objetos sino también su cromaticidad. De las diferencias e intensidades
lumínicas que inciden sobre el objeto resultan variaciones en la percepción de un mismo
color. Existe, por ejemplo, diferencia entre luz solar y luz artificial; y dentro de la luz
natural, las diferentes posiciones del Sol a lo largo del día hacen que la incidencia de luz
provoque variaciones en el color del objeto. Esto fue apuntado por Leonardo da Vinci
(1452-1519) en su Tratado de la pintura, donde hace referencia a la coloración azulada
que asumen las sombras por la mañana hasta irse tiñendo de matices cada vez más
rojizos a medida que avanza la tarde. Ni qué hablar de las variaciones de intensidad
durante el transcurso de las estaciones del año. Por todos es sabido que los rayos solares
inciden de forma más oblicua en el solsticio de invierno y más perpendicular en el de
verano.
Es importante aclarar que no es la materia la que posee el color, sino que éste es una
percepción sensorial. La constitución molecular del objeto permite que absorba y refleje
determinadas longitudes de onda. Cuando observamos que una manzana es roja, lo que
sucede es que su superficie absorbe todas las longitudes de onda, menos la que
corresponde a lo que vemos como rojo; de ahí que percibamos ese color.
El sujeto: En este punto se hace referencia al tipo de observador. No todos los animales
perciben los colores como lo hace el ser humano. Es creencia popular, por ejemplo, que
el toro se enfurece y excita con el rojo de la capa del torero. Esto es erróneo ya que los
vacunos no distinguen la longitud de onda para ese color. Lo que capta la atención del
animal es el movimiento de la capa del torero, no su color.
En conclusión, no sólo la luz es una condición necesaria para percibir los colores; la
presencia de los otros dos componentes es también imprescindible. Se puede tener luz y
objeto que recoja ésta, pero si no hay observador no habrá percepción; puede haber luz
y observador, pero si no hay objeto no hay color.
Un aspecto importante de la teoría del color es la diferencia entre el color luz (el que
proviene de una fuente luminosa coloreada) y el color pigmento o color materia (óleo,
témpera, lápices de color, etcétera).
Gracias a Newton (1642-1727) sabemos que la luz blanca al descomponerse origina los
siete colores del espectro visible: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul cian, azul y
violeta. La suma de todos los colores del espectro luminoso recompone la luz blanca
(fig. 1).
Figura 1
Figura 2
Figura 3
De lo dicho más arriba podemos inferir que dos colores se llaman complementarios
cuando combinados en una cierta proporción equitativa recomponen la luz blanca o,
dicho de otro modo, un color es complementario de otro cuando para su mezcla no
participa el color del que es complementario. Podemos decir también que es aquel color
que dentro de una ordenación circular se encuentra en el radio opuesto; de ahí el nombre
de colores opuestos. Por lo tanto, la relación de luces complementarias quedaría
definida de la siguiente manera:
rojo + cian
azul + amarillo
verde + magenta
Al utilizar colores pigmentarios, las mezclas que se hacen involucran un tipo distinto de
síntesis: la sustractiva. A medida que incorporamos color materia, restituimos
gradualmente el negro.
De la misma forma que para el color luz existen tres colores fundamentales o primarios,
también los hay en el caso del color pigmento y ellos originan al resto de los colores.
Se llaman primarios porque no pueden obtenerse por mezcla y son: el rojo magenta, el
azul cian y el amarillo.
Es interesante destacar que los colores primarios para el color pigmento son secundarios
para el color luz.
Los colores secundarios, de igual forma que para el color luz, se obtienen de la mezcla
de los primarios, y son (fig. 4):
Figura 4
amarillo + violeta
Figura 5
El matiz, el tono, el valor o luminosidad y la saturación son las cuatro variables básicas
de un color y operan siempre simultáneamente.
Matiz
Figura 6
Valor o luminosidad
Indica las luminancias de un color; es decir, el grado de claridad u oscuridad que posee
como cualidad intrínseca. Dentro del círculo cromático, el amarillo es el color de mayor
luminancia y el violeta el de menor.
Independientemente de los valores propios de los colores, éstos se pueden alterar
mediante la adición de blanco que lleva el color a claves o valores de luminancia más
altos, o de negro que los disminuye.
Tono
Figura 7
Saturación
Se refiere al grado de pureza de un color y se mide con relación al gris. Los colores muy
saturados poseen mayor grado de pureza y se presentan con más intensidad luminosa en
relación con su valor. Los colores con menor saturación se muestran más agrisados, con
mayor cantidad de impurezas y con menor intensidad luminosa (fig. 8).
Figura 8
Contraste simultáneo
Éste también puede incluirse dentro de las variables del color. Alude a la influencia
recíproca de un color con relación a otro, a la capacidad que tiene un color de modificar
a otro que se encuentra en su proximidad hacia su complementario.
Un mismo color situado sobre dos campos de color distintos se ve modificado en dos de
sus variables, matiz y valor. Por ejemplo, un naranja situado sobre un campo verde se
hace notoriamente más rojizo y por lo tanto más oscuro, ya que de su ubicación original
dentro del círculo cromático se ve desplazado hacia el rojo. Si colocamos ese mismo
color sobre un campo azul violáceo, observamos que se hace más amarillento y, por lo
tanto, más luminoso, ya que dentro del orden determinado por el círculo cromático se
desplazó hacia los amarillos (fig. 9).
Figura 9
Figura 10
EL AMARILLO
El amarillo es el color de la luz cuyo rango se encuentra entre 565 nm y 590 nm. Puede
considerarse una mezcla entre la luz de color rojo y verde. El amarillo es el color
complementario del violeta; el pigmento amarillo absorbe la luz azul. El amarillo es
también uno de los colores primarios.
En el mundo de las artes plásticas, se considera que lo contrario al amarillo (el color con
más luz) es el violeta (el color con menos luz).