¿El Turismo Es Cosa de Pobres?. Patrimonio Cultural, Pueblos Indígenas y Nuevas Formas de Turismo en América Latina
¿El Turismo Es Cosa de Pobres?. Patrimonio Cultural, Pueblos Indígenas y Nuevas Formas de Turismo en América Latina
¿El Turismo Es Cosa de Pobres?. Patrimonio Cultural, Pueblos Indígenas y Nuevas Formas de Turismo en América Latina
Asensiio
Beeatriz Prez Galn
(Eds.)
Amrica Latina
Serie TURISMO, n4
Ral H. Asensio
Beatriz Prez Galn
(Eds.)
Amrica Latina
www.pasosonline.org
Serie TURISMO, n 4
www.iep.org.pe
Edita:
Este libro se public gracias al apoyo de la Think Tank Iniciative del International Development Research Centre (IDRC - Canad)
Foto de Portada: Rafael Nova Arismendi
Diseo Portada: Astaluego
ISBN:
978-84-88429-19-3
ISSN (IEP):
1562-126X (Tomo 4)
NDICE
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INTRODUCCIN
Beatriz Prez Galn y Ral H. Asensio
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NDICE (cont.)
CONFLICTOS EN TORNO A LA APROPIACIN DEL TURISMO
ENTRE LOS PUEBLOS INDGENAS Y OTROS ACTORES
O TURISMO MACIO E O TURISMO COMUNITRIO EM ZONAS
COSTEIRAS DO NORDESTE DO BRASIL: POVOS INDGENAS DO
CEAR NAS REDES DE TURISMO COMUNITRIO,
Isis Maria Cunha Lustosa y Maria Geralda de Almeida
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Introduccin
Patrimonio cultural, pueblos indgenas
y nuevas formas de turismo
en Amrica Latina
Beatriz Prez Galn y Ral H. Asensio
Como casi todos los libros, este tiene su origen en una serie de casualidades e intereses compartidos. Los estudios que aqu se recogen constituyen una
seleccin de los presentados por primera vez en el simposio Cultura, Turismo
y Desarrollo. Conflictos, prcticas y representaciones tursticas desde y sobre las
culturas indgenas en Amrica Latina, que se celebr en el marco de 54 Congreso de Americanistas realizado en Viena, en julio de 2012. Posteriormente
han sido discutidos, revisados y ampliados por sus autores para incorporar los
debates mantenidos durante la reunin y articularlos en una publicacin. El
objetivo comn de todos ellos es analizar, desde diferentes disciplinas y partiendo de estudios de caso concretos, los procesos de patrimonializacin que
experimentan las culturas indgenas de Amrica Latina, en el contexto de la
extensin de iniciativas de turismo rural sostenible entendidas como herramientas de lucha contra la pobreza. Con este libro pretendemos indagar qu
sabemos de esos procesos, cmo funcionan en la prctica y en qu medida
su estudio puede contribuir a interpretar las transformaciones socioculturales,
polticas y econmicas de las sociedades rurales e indgenas en varios pases de
Amrica Latina.
El libro se sita en la interseccin de tres campos de inters. El primero de
estos campos es propiamente el anlisis de los cambios ocurridos en las sociedades rurales latinoamericanas en las ltimas dcadas, con su enorme pluralidad de respuestas locales diferentes. Estos cambios incluyen nuevos proyectos
polticos, el surgimiento o acrecentamiento de intereses segmentados en el
interior de las poblaciones indgenas, la mejora de las oportunidades econmicas (no siempre, ni en todos los lugares) y la reconfiguracin de identidades
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
Introduccin
Introduccin
y, por extensin, al conjunto del pas. Temas como los efectos a largo plazo de
la despolitizacin del desarrollo, y de su creciente nfasis empresarializador,
las consecuencias de la exacerbacin de la identidad y el consiguiente reforzamiento de fronteras tnicas y de gnero como mecanismo para obtener recursos de la cooperacin internacional son tratados en varios captulos de este
libro. Algunas preguntas relevantes desde esta perspectiva son: cul es papel
asignado a la cultura dentro de estos enfoques y cmo se compatibiliza con las
presiones patrimonializadoras?, qu tipo de imgenes y narrativas sobre las
culturas indgenas amerindias se estn proponiendo?, cmo interactan con
las que los pueblos indgenas desarrollan sobre su propia cultura?
Un cuarto tema transversal es el impacto de la patrimonializacin turstica
en las dinmicas sociales, econmicas y polticas de las poblaciones rurales. En
el plano econmico, varios captulos incluyen discusiones sobre la importancia de las nuevas fuentes de ingresos relacionadas con el turismo, sobre cmo
estas actividades suponen nuevas y viejas barreras de entrada, sobre la progresiva tercerizacin de las economas campesinas, sobre los vnculos cada vez
mayores entre espacios urbanos y rurales, sobre el impacto de la mejora de las
vas de comunicacin y sobre otros muchos temas conexos a estos. Tambin
se analizan las contradicciones y los conflictos de los proyectos basados en la
metodologa del turismo pro-pobre: cmo se articulan con las dems estrategias de desarrollo de las poblaciones rurales? Cul es su impacto en otras
reas del desarrollo, como la equidad de gnero y el respeto a la diversidad
social y cultural?
En el plano social, los estudios aqu recopilados muestran las profundas
asimetras inducidas, favorecidas o relacionadas con la extensin del turismo
basado en la patrimonializacin de la cultura indgena. Entre las cuestiones reiteradas con mayor frecuencia se encuentran la creciente segmentacin de las
sociedades rurales, el incremento de las diferencias sociales, la diversificacin
de las redes y el capital social, y el impacto de la extensin de la educacin superior, que propicia nuevas narrativas de identidad individual y colectiva. En
el plano poltico, algunos temas que interesan a los autores de este libro son el
surgimiento de nuevos discursos identitarios basados en la cultura, que permiten usufructuar ciertas coyunturas polticas, la aparicin o fortalecimiento de
movimientos indigenistas, las tensiones entre la instituciones de salvaguarda
del patrimonio y las poblaciones rurales, y los creciente reclamos de estas ultimas en favor de un estilo de gestin del patrimonio respetuoso con sus usos
y costumbres.
En definitiva, las nuevas formas de turismo vinculadas a la patrimonializacin de la cultura indgena se revelan en este libro como una arena poltica
frtil para debatir sobre procesos de diferenciacin socioeconmica, reafirmacin y reinvencin cultural y creacin de nuevas fronteras tnicas, sobre
proyectos polticos hegemnicos y contrahegemnicos, sobre subordinacin
y resistencia, sobre capacidad de agencia, brechas de gnero, edad y lugar de
Introduccin
Introduccin
indgena, la segunda parte del libro rene cuatro contribuciones que giran en
torno al anlisis de los conflictos asociados con la patrimonializacin de las
culturas indgenas. Estos estudios permiten ver el turismo como una arena poltica, en la que se expresan distintas facciones (acadmicos, ONG, guas, elites
indgenas, gobiernos), en lucha por imponer su definicin discursiva (narrativa) y prctica sobre cmo representar y gestionar los nuevos tipos de turismo
asociados al patrimonio cultural.
Dos de estos trabajos tienen como escenario Brasil. El primero de ellos, de
Isis Maria Cunha Lustosa y Maria Geralda de Almeida, se centra en dos comunidades costeras del estado de Cear, en el noreste brasileo, una regin que
atraviesa una intensa transformacin propiciada por el turismo masivo y que
muestra interesantes repuestas locales, que apuestan por modelos alternativos
de desarrollo. Las autoras rastrean los orgenes de la Red Cearense de Turismo
y se interrogan sobre la real naturaleza del turismo comunitario. Para Lustosa
y Almeida estaramos ante pueblos invisibilizados por el proceso de colonizacin, cuya identificacin tnica resurge en un contexto de lucha por defender
sus medios tradicionales de vida, ante la amenaza devoradora del turismo de
sol y playa. Desde esa perspectiva, Cear atravesara un momento de pugna
entre diferentes proyectos de territorio asociados a diferentes tipos de turismo:
turismo masivo de sol y playa frente a turismo comunitario, basado en la puesta en valor de las culturas indgenas costeras.
El texto de Rodrigo Padua apunta a problemas similares. En este caso el
escenario es un conjunto de comunidades amaznicas brasileas, que enfrentan un proceso de apertura de frontera, que obliga a idear nuevas estrategias
de defensa territorial vinculadas al turismo. Padua analiza la manera en que
el concepto ecoturismo ha sido concebido en Brasil y asumido dentro de
la legislacin, para dar cobertura a un nmero cada vez mayor de iniciativas.
Tambin analiza el medio acadmico, donde esta evolucin habra supuesto un
cambio de nfasis en los estudios sobre el turismo, perceptible desde la segunda mitad de los aos noventa. El turismo pasa a ser visto como una actividad
compleja, con mltiples intermediaciones y situaciones locales diferenciadas.
De ah la importancia de analizar caso por caso, los contextos locales de las experiencias y el tipo de alianzas y acuerdos que estn en la base de las iniciativas.
Los otros dos estudios incluidos en esta seccin tienen un nfasis diferente.
Los conflictos analizados no se refieren a la oposicin entre diferentes modalidades de turismo, sino a las tensiones generadas dentro de las mismas comunidades rurales donde las experiencias se llevan a cabo. El estudio de Lorena
Ojeda se centra en pueblo purpecha del centro de Mxico. El tema tratado
es la exacerbacin de la competencia interna y el conflicto social a partir de la
activacin patrimonial y el surgimiento de oportunidades tursticas. La consolidacin desde los aos setenta del festival de la identidad purpecha habra
abierto la puerta a una serie de disputas sobre el significado y el contenido
de la propia identidad cultural, su codificacin para evitar intrusismos y des-
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Introduccin
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cultural. La autora sostiene que los proyectos de desarrollo basados en la comercializacin de artesanas indgenas contribuyen a consolidar patrones de
discriminacin y subordinacin en varios niveles. En un nivel general, permiten naturalizar y mantener el papel perifrico de las poblaciones indgenas en
el contexto del estado nacional. Al mismo tiempo, dentro de la propias comunidades, estos proyectos tenderan a consolidar roles de gnero, que determinan una posicin subordinada de las mujeres.
Para Yaukhana, las artesanas campesinas son un producto eminentemente
poscolonial. Esto explicara por qu los beneficios de estos proyectos se concentran casi siempre en unas pocas elites locales, as como en actores externos e intermediarios. Ms que fallos tcnicos de ejecucin, este resultado sera
consecuencia inevitable de la lgica subyacente en los proyectos de comercializacin de artesanas indgenas. Unos proyectos que, en ltima instancia,
circundan los problemas reales de las comunidades (acceso desigual de los
recursos y carencia de poder poltico de los grupos subordinados), sin llegar
a encararlos.
Para terminar esta introduccin queremos agradecer al conjunto de personas e instituciones que han hecho posible hacer realidad este proyecto y la edicin de este libro. En primer lugar a los autores y autoras que han participado
en l por su disponibilidad para asistir, presentar y debatir sus investigaciones
en la reunin que nos congreg en Viena, y posteriormente por revisar y ceder
sus textos para esta publicacin. De forma especial, queremos mencionar a
Agustn Santana (Universidad de la Laguna, Tenerife), por su generosidad y
entusiasmo, al facilitarnos el arduo trabajo de edicin y brindarnos la coleccin PASOS Edita.
Este libro no hubiera sido posible sin el apoyo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) que, a travs del programa Think Tank Initiative, financiado por
el International Development Research Centre (IDRC) de Canad, ha permitido
contar con los fondos necesarios para su publicacin.
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Introduccin
NUEVAS IDENTIDADES,
CAMBIOS CULTURALES E
INVENCIN DE
TRADICIONES EN
DESTINOS TURISTICOS
Serie TURISMO, n 4
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Captulo 1
Molas, turismo y etnicidad entre los
gunas de Panam. Nuevos modos
de relacin con los emblemas
identitarios 1
Mnica Martnez Mauri
Universitat de Barcelona i
Introduccin
En la comarca autnoma de Guna Yala (Panam) el uso de la mola (vestimenta tradicional) por parte de las mujeres es un emblema identitario desde
hace ms de ochenta aos. Los gunas suelen narrar cmo en la Revolucin
Dule de 1925 sus abuelos lucharon sin miedo con el fin de proteger sus tierras
de los wagas (no indgenas) y para que sus mujeres pudieran continuar luciendo las molas y los adornos corporales (winnis, oloasu) tradicionales. Como
han afirmado varios antroplogos, desde ese entonces llevar molas simboliza
el kuna ethnic pride tied to a tradicional way of life (Swain, 1982: 114), es
un important symbol of the kuna peoples right to self-determination (Tice,
1995: 62), in the eyes of non-Kuna people, mola has become an icon of Kuna
distinctiveness (Margiotti, 2010: 236) y se ha convertido en the cuna ethnic
boundary marker par excellence (Sherzer y Sherzer, 1976: 27). Con el paso de
los aos la mola, adems de convertirse en una sea de identidad, tambin se
ha convertido en moneda de cambio para adquirir bienes a travs del comercio
con los colombianos que llegan en canoas a las islas gunas y en artesana que
venden a los turistas para conseguir dlares. La mola, ms all de su funcin
simblica, ha adquirido un alto valor comercial que seguramente ha contribuido a asegurar su pervivencia.
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
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los motivos representados en las molas en dos grupos, los que se pueden catalogar como indgenas y los adoptados (aculturados) (Hartmann, 1980:
47). Perrin tambin establece una clasificacin para las molas: las subdivide en
sergan mola y molas dominadas por el realismo naturalista (Perrin, 1998). Las
mujeres gunas tambin utilizan esta dicotoma. Para ellas las sergan molas son
las que incluyen motivos geomtricos o zoomorfos transmitidos de generacin
a generacin y las otras las que les permiten dar rienda suelta a su creatividad.
Esta divisin nos parece sin embargo un tanto peculiar. Sobretodo si interpretamos las molas en trminos de figuration, es decir considerando esta como
lopration universelle au moyen de laquelle des objets matriels sont transforms en agents de la vie sociale parce quon leur donne la fonction dvoquer
avec plus ou moins de ressemblance un prototype rel ou imaginaire (Descola, 2010 : 17). Desde este punto de vista las molas, ya sean stas sergan o
actuales, tendran una dimensin ontolgica que revelara la manera cmo los
gunas perciben y filtran lo real.
Esta perspectiva introduce un nuevo elemento en el debate sobre el carcter
artstico o utilitario de las molas. Una perspectiva desde la cual todava no ha
sido muy analizada la mola9, pues implica la ontologa que resulta de un determinado tipo de inferencias en relacin a la identidad de las cosas que rodean
o imaginan los gunas. Tal y como ha demostrado recientemente Descola, estas
concepciones de la identidad son visibles en las imgenes que produce una
sociedad, se figuran y figurar es dar a ver la armadura ontolgica de lo real
(Descola, 2010: 17).
La percepcin de las cosas condiciona la manera que tenemos de figurarlas.
As por ejemplo, nos dice Descola, no figuraremos de la misma manera un animal percibido como un sujeto -tal y como postula el animismo-, y un animal
percibido como un objeto sin interioridad -como supone el naturalismo que
domina en nuestra sociedad-. Descola, a travs de la exposicin La Fabrique
des Images intenta hacer evidente que para cada modo de identificacin existe
un modo de figuracin concreto (Descola, 2010: 17).
Si, como hemos podido constatar en otras ocasiones (Martnez Mauri,
2007a), los gunas pueden ser considerados animistas, debemos tener en cuenta su modo de identificacin a la hora de analizar las imgenes que producen.
Figurar el animismo consiste en visibilizar la interioridad de los distintos tipos
de seres a travs de las imgenes. Imgenes que muestran a estos seres encarnados en envolturas fsicas bien diversas. Una manera comn de conseguirlo
es combinando elementos antropomrficos evocando la intencionalidad humana, generalmente un rostro, con atributos especficos evocando los rasgos
fsicos de una determinada especie. Aunque parezcan compuestas, las imgenes que resultan no lo son realmente: no debemos ver aqu quimeras de piezas
anatmicas provenientes de diversas familias zoolgicas, sino especies de animales, plantas o espritus que sealan por medio de predicados antropomrficos que poseen, al igual que los humanos, una interioridad que los hace ca-
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Margiotti utiliza la produccin de molas para reflexionar sobre la conyugalidad, la consanguinidad y las relaciones con el exterior. Estas composiciones
textiles diferencian hombres de mujeres, crean vnculos entre generaciones y
su fabricacin es un rasgo diferencial de la sociedad guna (Margiotti, 236-264).
Dejando de lado la historicidad de la conexin mola-representacin-ontologa y las interpretaciones que ven la mola como una representacin de la
sociabilidad indgena, los actuales diseos de las molas son muy interesantes
porque nos muestran cmo los gunas incorporan y se relacionan con el mundo de los blancos. Las molas surgen del contacto y evocan otros mundos. A
veces los temas que reproducen son copiados de revistas, de estampillas religiosas o pancartas publicitarias comerciales o polticas. Otras veces son caricaturas o retratan con humor un episodio concreto. Estas imgenes pueden ser
interpretadas como una manera de apropiarse de elementos del mundo de los
blancos pero al mismo tiempo como una manera de guardar distancia (Perrin,
1998: 186). Hace ya ms de 30 aos los antroplogos Joel y Dina Sherzer (1976:
34) dijeron que esta influencia de la modernidad no significaba aculturacin,
sino todo lo contrario. Las molas son identidad para los gunas, una identidad
que no puede concebirse sin relacin.
El origen de la mola y los debates sobre el significado de sus diseos nos
permiten repensar la rigidez de las clasificaciones que marcan diferencias entre
piezas de arte, productos tnicos autnticos o figuraciones animistas. La mola,
sin dejar de ser nada de esto, es fruto de un proceso de relaciones histricas
que tambin incluye su mercantilizacin.
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gobierno panameo por atraer turistas al pas. En la dcada de los 1960 se cre
el Instituto Panameo de Turismo y vinculado a l, el departamento de Artesanas Nacionales, haciendo muy evidente la relacin entre produccin artesanal y turismo. Las molas fueron uno de los elementos que pretendan atraer
turistas a Panam (Tice, 1995: 66). A modo de ejemplo es interesante comentar
que hasta el da de hoy el logo de la actual Autoridad del Turismo de Panam
(hasta el ao 2008 el IPAT) es una mola que representa un pez.
Cuando se empez a desarrollar el turismo de forma ms masiva, algunos
pronosticaron el fin de la mola. Keeler crea que con el turismo y las mquinas
de coser las mujeres iban a abandonar la confeccin manual de molas. Se mostraba especialmente preocupada por la actitud de una voluntaria del Cuerpo
de Paz de Estados Unidos que en 1966:
was taking orders for custom produced mukan mola-decorated garments
to be sold in exclusive US shops. (). The best of this beautiful and unique
native mola art will probably decline and possibly disappear in the near
future. As has been mentioned, already tourist demands for molas have
produced trends toward simple molas of quick and inferior work-manship.
Brightly coloured imitation mola cloth in cotton print is now flowing from
a factory in New Jersey. In 1966 a few guna girls were seen wearing bloused
made of this print (Keeler, 1969: 94).
Sin embargo, el tiempo no dio la razn a Keeler. El turismo convirti a las
molas en un bien precioso y liber a las mujeres de los trabajos agrcolas. En
lugar de ir al campo a cuidar sus plantaciones, las mujeres poco a poco se empezaron a dedicar a tiempo completo a coser (Brown, 1970). De esta manera,
las molas parecan facilitar la adaptacin de los gunas a las influencias occidentales (Hirschfeld, 1976 y 1977), y favoreca el empoderamiento de las mujeres a
travs de su integracin en la economa global (Tice, 1995).
El papel del turismo en la consagracin de la mola como producto emblemtico de la sociedad guna es importante. Es incluso probable que los diseos
de sergan mola sobrevivan por la demanda de los turistas interesados en estos
motivos ms autnticos y tradicionales. Pero las mujeres gunas no cosen y usan
molas slo por la presencia de turistas. Por un lado, tal y como suceda en la
dcada de los 1970, la gran mayora de mujeres gunas no se dedican a coser
molas para venderlas a los turistas, sino que cosen para ellas y venden las usadas (Salvador, 1976: 49). Las gunas tampoco se visten con mola para atraer a
los visitantes, ni tan solo combinan el estilo de vestir tradicional con el estilo
occidental (Salvador, 1976: 20). La gran mayora de mujeres de ms de 20 aos
usan molas porque sienten que es su ropa.
Por el otro, es necesario tener en cuenta que ms importante que lucir la
mola es saber confeccionarla. Los conocimientos y las habilidades necesarias
para elaborar una mola son tambin importantes rasgos identitarios. Generalmente dos son las preguntas que los gunas, hombres y mujeres, suelen realizar
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a los extranjeros que viven con ellos. La primera es si comen dule masi (la
comida de las personas), la segunda si han aprendido a coser molas. En la
casa del congreso se insta a las mujeres a preservar el secreto de su confeccin.
Es algo que les pertenece y que no deben compartir con los wagas (latinos, no
indgenas). Estas consignas pueden ser interpretadas de mltiples maneras.
Algunos pueden ver aqu la naturalizacin de la diferencia, es decir una vinculacin de la etnicidad con la propiedad intelectual de la mola como un hecho
natural (Comaroff y Comaroff, 2011: 63). Otros pueden interpretarlo como un
acto de nacionalismo guna en pro de la conservacin del patrimonio cultural
del pueblo. Pero seguramente ambas visiones son ciertas.
En definitiva, el uso del patrimonio para el turismo merece una profunda
reflexin. La literatura crtica respecto a la utilizacin de elementos culturales
para el turismo, coincide en que su comercializacin y su origen son seas de
inautenticidad (Crick, 1992). No obstante, esta literatura suele obviar que las
fronteras entre lo propio (entendido como lo prehispnico o lo que est al
margen de las mezclas) y lo reapropiado (como resultado del contacto), son
sumamente artificiales. Un elemento como la mola, resultado de relaciones y
contactos diversos, es vivido como propio y emblemtico para quien lo confecciona, usa o vende como souvenir.
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fbrica, pero el congreso no acept. Ante los ojos de las autoridades tradicionales esta propuesta no corresponda con sus necesidades, pues slo poda ser
gestionada por asociaciones o grupos de productores que solicitaban el registro. Debido a esta situacin los abogados del congreso asesorados por la OMPI
propusieron crear una ley especial que reconociera la mola y sus diseos como
propiedad intelectual del pueblo guna.
Finalmente, en 2000 se aprob la Ley 20 del rgimen especial de propiedad intelectual sobre los derechos colectivos de los pueblos indgenas, para la
proteccin y defensa de su identidad cultural y de sus conocimientos tradicionales con el objetivo de proteger las invenciones, modelos, grficos, petroglifos, smbolos, figuras, dibujos, diseos u otros detalles indgenas, a travs de
un sistema especial de registro. Posteriormente los gunas registraron la mola
ante el Departamento de Derechos Colectivos y Expresiones Folclricas de la
Direccin General del Registro de Propiedad Industrial (DIGERPI) del Ministerio de Comercio e Industrias este organismo. Despus de su aprobacin el
22 de noviembre de 2002, los congresos gunas son las entidades responsables
de entregar los permisos de reproduccin total o parcial de la mola a partir
de licencias de uso del derecho colectivo indgena registrado bajo el nombre
Mola (morra) Kuna Panam (Valiente, 2006: 128-136). Estas licencias suponen
beneficios o regalas para las autoridades gunas por el uso de la mola como
derecho colectivo indgena registrado.
Un elemento a tener en cuenta en esta ltima transformacin de la mola es
la entrada del derecho en la gestin de la diversidad cultural. Este cambio ha
conllevado tres aspectos tambin muy importantes. En primer lugar, la visibilizacin del trabajo de muchos profesionales gunas que ejercen como mediadores entre las instituciones nacionales y las autoridades locales y comarcales.
En muchas ocasiones un trabajo que consiste en reforzar las fronteras entre
la sociedad nacional y la indgena reificando la cultura guna como una cosa
en s misma. Como ha sealado Jackson el reconocimiento de derechos indgenas ha provocado que muchos activistas hablen de la cultura como si esta
fuera una cosa (Jackson, 1995). Algunos incluso han llegado a confundir los
conceptos de sociedad y cultura, olvidando que los seres humanos son miembros de una sociedad, pero no de una cultura. Esta tiene fronteras espaciales
y temporales, es flexible y se nutre de interacciones sociales con otros grupos
(Strathern, 1996).
En segundo lugar, la entrada del derecho ha motivado la voluntad de definicin de los aspectos que se regulan, en este caso, la mola (Krotz, 2002: 32).
Segn el reglamento de uso de la mola esta se define como la aplicacin de
un pequeo trozo decorativo a una pieza ms grande de tela trabajada al revs;
combinacin de telas con vistosos y variados colores. La tcnica empleada se
basa en la rama artesanal del bordado (aplicado) y es confeccionada manualmente y las mismas tienen dos o ms capas de telas cortadas y cosidas una sobre la otra, para mostrar los colores de las telas inferiores. Sus diseos se basan
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Conclusiones
La reflexin que he desarrollado en este captulo tiene que ver tanto con
el debate cultura/naturaleza como con los efectos culturales del turismo. Las
transformaciones que ha experimentado la mola desde su nacimiento en el
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siglo XIX hasta la actualidad ilustran algunos de los cambios que ha provocado
la turistificacin de la sociedad guna. La mola, adems de constituir un buen
ejemplo de representacin animista del mundo, con la lucha por la tierra se
convirti en un emblema identitario, y ms tarde, con la llegada del turismo,
se transform en una pieza con tanto valor esttico y comercial que en la actualidad ha pasado a ser una propiedad intelectual colectiva.
En el caso de la mola hemos constatado que se trata de un producto indgena que es concebido como un elemento autntico tanto por los indgenas
como por los turistas, incluso para algunos antroplogos supone un modelo
figurativo que traduce un esquema de relacin con los no humanos o una representacin de la sociabilidad guna. Al analizar la mola desde una perspectiva holstica hemos visto que es un objeto que no puede ser concebido sin
relaciones sociales. Relaciones que articulan diferentes maneras de entender
el mundo y que facilitan la mercantilizacin de la mola por parte de los gunas.
En este captulo hemos podido evidenciar como en los ltimos aos se ha
producido un giro interesante. Por un lado, en las sociedades occidentales se
ha revalorizado el conocimiento y el arte indgena creando un mercado favorable para la mercantilizacin de productos autnticamente indgenas. Por el
otro, algunos pueblos indgenas se han reapropiado los regimenes de propiedad intelectual y han transformado determinados productos culturales en productos indgenas certificados. Este proceso de patrimonializacin de rasgos
culturales es debido al desarrollo de las actividades tursticas en sus territorios,
a las polticas de reconocimiento de derechos indgenas (Chaumeil, 2009),
pero tambin est motivado por la creencia que estos nuevos productos son
una oportunidad para el desarrollo econmico y una manera de luchar contra
la creciente asimetra entre ricos y pobres.
Desde una perspectiva antropolgica es importante analizar las contradicciones que comporta este doble giro. La primera atae a la esencia de estas
culturas. Tal y como ha apuntado Brown (2003) definir las culturas indgenas
como propiedades intelectuales choca con las teoras antropolgicas que defienden su dinamismo y fluidez. La segunda est relacionada con los lmites
del dominio pblico. Los regimenes de propiedad intelectual surgen como mecanismos de proteccin del conocimiento tradicional en contextos marcados
por el neoliberalismo y como consecuencia de la globalizacin, sin embargo
en el reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual sobre la mola,
al igual que en otros casos, el contexto nacional y local sigue jugando un papel
muy importante.
Por ltimo es importante sealar que la comercializacin de la mola, su
nuevo estatuto jurdico y su importancia econmica desafan tanto las teoras primordialistas como utilitaristas de la etnicidad, reforzando las que abordan la Etnicidad S.A. Una nueva etnicidad que implica un doble proceso. Por
un lado, una dialctica que comporta la constitucin de la identidad como
persona jurdica o ideal. Por el otro, la transformacin en mercanca de los
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Notas
i Dpt. Antropologia Social e Historia de Amrica y frica. Universitat de Barcelona. Correo
electrnico: mommauri@yahoo.com
1 Este trabajo se desarrolla en el marco de un proyecto de investigacin financiado por el Ministerio de Economa y Competitividad del estado espaol, titulado Hegemona, dominacin y
administracin de poblaciones en Amrica Latina: continuidades y cambios (CSO2011-23521).
Una versin preliminar de este texto fue presentada en el simposio Cultura, Turismo y Desarrollo. Narrativas, conflictos y representaciones tursticas desde y sobre las culturas indgenas
en el 54 Congreso Internacional de Americanistas (Viena, 2012). Quiero dar las gracias a todos los participantes en el simposio y especialmente a Beatriz Prez Galn y a Ral Hernndez
Asensio por sus valiosos comentarios.
2 Las nueve estadas se realizaron durante los periodos: 5 julio 6 agosto 2007; 20 octubre
2007 8 febrero 2008; 2 julio-15 agosto 2008; 5 julio- 21 agosto 2009; 8 enero- 5 febrero
2010; 19 julio- 8 agosto 2010; 21 septiembre -9 octubre 2010; 13 de marzo - 1 abril 2011; 19
julio - 19 agosto 2011. Estos viajes fueron posibles gracias a los fondos de los siguientes proyectos de investigacin: Proyecto Culture and tourism in Kuna Yala Panama (financiado
por National Geographic Society, grant 8185-07 Investigador principal -IP-: X. Pereiro); proyecto Estudio Estratgico del Turismo en Kuna Yala (Panam) (financiado por SENACYT
CID07-009, IP: X. Pereiro); La Avifauna del sector occidental de Kuna Yala (financiado por
SENACYT, CCP09-15, IP: M. Martinez Mauri); Base de Datos Bibliogrfica sobre los Pueblos
Indgenas de Panam (financiado por SENACYT EST010-016, IP: J. Velsquez Runk), Publi-
33
cacin de tesis de doctorado en Antropologa social sobre Kuna Yala (financiado por SENACYT EST010-021, IP: M. Martnez Mauri); Proyecto Los derechos de los pueblos indgenas
en Amrica Latina. Un ejercicio interdisciplinar a partir de sus formas de reconocimiento y
ejercicio (financiado por el Plan Nacional I+D+I, del Ministerio de Ciencia e Innovacin
(MICINN) del Gobierno espaol, IP: M. Aparicio); Proyecto Identidades ambivalentes: estudio comparativo de sistemas de clasificacin social (financiado por el Plan Nacional I+D+I,
del MICINN del Gobierno espaol, HAR2008-04582/HIST, IP: V. Stolcke).
3 Durante el periodo 2000-2011 los trabajos de campo en Guna Yala se han desarrollado con
la autorizacin del Congreso General Guna y del Congreso General de la Cultura Guna, bajo
la supervisin del Instituto Guna Yala y, a partir de 2009, con proyectos de investigacin cogestionados por la Asociacin Gardi Sugdup.
4 Aunque en el ao 1938 se denomina Comarca a la Reserva de San Blas, el reconocimiento de
los derechos territoriales kuna es anterior (1930 y 1932). En 1938 aparece por primera vez el
concepto de comarca pero todava no est relacionado con la gobernabilidad y la autonoma
indgena. Hay que esperar hasta 1945, con la aprobacin de la Carta Orgnica de la Comarca
para afirmar que el Estado panameo reconoce las formas de gobierno indgenas. En 1953,
con la Ley 16, se confirma legalmente la forma de gobierno kuna y los lmites territoriales de
la Comarca (Howe 1998; Martnez Mauri 2007).
5 Para un repaso de los trabajos publicados sobre los kunas y el turismo cf. Pereiro,Ventocilla y
Martnez (2010).
6 En una reciente compilacin bibliogrfica sobre los pueblos indgenas de Panam (Velazquez,
Martnez, Quintero y Sarsanedas 2011) las molas suponen 80 de 1231 referencias sobre los
kunas. Esto significa que el 6,5 % de la produccin bibliogrfica sobre el pueblo kuna est
exclusivamente centrada en las molas. Estas han sido estudiadas por antroplogos de todo el
mundo y por los mismos kunas (Prez Kantule 1942, Valiente 2006).
7 En el diccionario que ha elaborado el equipo de Educacin Bilinge Intercultural Kuna se
traduce omegiid como afeminado, amujerado; homosexual (Orn y Wagua, 2011).
8 Entrevista a Inaiduli realizada en la isla de Senidup, 30/9/2010.
9 Salvador Mari Lyn C. (1976) estudi las molas desde la etno-esttica analizando la interpretacin que las mujeres hacan de sus piezas y representaciones, pero no tuvo en cuenta la
ontologa.
10 Tal fue por ejemplo el caso de Eleanor Yorke Bell quien realiz un viaje en yate a San Blas en
1904 a 1908 junto a su esposo William H. Bell. Su coleccin, de unos 30 vestidos con molas,
se puede apreciar en el National Museum of Natural History de la Smithsonian Institution en
Washington. Gracias a Yorke Bell tambin tenemos las primeras fotos de molas. Otra navegante que adquiri molas a principios de siglo fue Lady Richmond Brown (1924) quien viaj
en velero desde Inglaterra junto a Mitchel Hedges en 1922.
11 Las siete dimensiones de la Etnicidad S.A. identificadas por los Comaroff (2011) son: 1. requisitos de pertenencia, 2. constitucin de la identidad como empresa, 3. procedencia externa
del capital inicial para la etnoempresa, 4. necesidad del mantenimiento de la diferencia cultural por parte de las etnoempresas, 5. dialctica de la autodeterminacin, 6. reclamos territoriales y 7. transformacin de sus productos en propiedad intelectual.
12 Desde el ao 2011 la OMPI asesora a la asociacin en el uso del sistema de propiedad intelectual a partir de la creacin de la Marca de garanta Galu Dugbis y el Ministerio de Comercio
e Industrias a travs de su Programa de Desarrollo Empresarial Indgena le ha concedido un
pequeo fondo destinado a la produccin y venta de molas.
Captulo 2
Nosotros los muchik.
Turismo, Arqueologa, antropologa y
discursos de identidad colectiva en
la costa norte del Per (1987-2009)
Ral H. Asensio
Instituto de Estudios Peruanos i
A veces las cosas cambian en muy poco tiempo. Como en 1987. Este es un
ao decisivo para los discursos sobre la identidad colectiva en la costa norte del Per. Coinciden entonces dos sucesos, independientes entre s, que se
traducen en un vuelco en los referentes identitarios. En febrero, una afortuna
sucesin de casualidades termina con el hallazgo de la tumba del llamado Seor de Sipn. Poco despus el antroplogo norteamericano Richard Schaedel
publica un pequeo artculo, resultado de aos de estudio, en el que postula
la continuidad histrica y cultural entre los constructores de los monumentos
prehispnicos y los actuales habitantes de los departamentos de Piura, Lambayeque, La Libertad y Ancash. El descubrimiento y el artculo suponen un
punto de quiebre. Abren la puerta a una profunda reconfiguracin de los discursos sobre la identidad colectiva y son el inicio de una etapa de cambios que
se mantiene hasta la actualidad.
Este captulo analiza la transformacin de los discursos de identidad colectiva en la costa norte de Per desde finales de los aos ochenta. El foco est
en el renacer de la identidad mochica y su significado social y poltico1. El
resultado es lo que Finneran denomina una meta-narrativa del patrimonio,
es decir, una lectura de la historia regional que se ancla en referentes (personalidades, monumentos, lugares, eventos) vinculados al patrimonio material
e inmaterial, para proyectar mensajes en los debates polticos e identitarios
contemporneos (Finneran, 2012). Esta metanarrativa del patrimonio, con sus
diferentes aristas y arenas de confrontacin, es lo que nos interesa estudiar en
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
36
este captulo.
El renacimiento de la identidad mochica en la costa norte es parte de una
corriente de redefinicin de identidades subnacionales, altamente politizadas,
que eclosiona en los Andes a finales de los aos ochenta (Pajuelo, 2007; Huber
et al., 2011). En el caso de la costa norte, un factor clave es el auge del turismo,
que cambia las dinmicas sociales y econmicas de la regin. Este turismo est
fuertemente vinculado a los descubrimientos arqueolgicos y a la puesta en
valor del patrimonio cultural prehispnico. Sin el auge del turismo, que legitima y abre la ventana de oportunidad poltica, la redefinicin de los discursos
identitarios no habra sido posible o al menos habra ocurrido de una manera
y con un ritmo muy diferentes.
Las transformaciones en las identidades colectivas propiciadas por el auge
de la arqueologa del mundo mochica son un tema an poco estudiado (Alva
Mendo, 2004 y Silverman, 2005 son las excepciones). A diferencia de otros
trabajos sobre movimientos neoindgenas peruanos, en la costa norte el foco
de estudio no est en una identidad indgena preexistente, sino en el propio
proceso de construccin de esta identidad. En concreto, en las siguientes pginas desarrollaremos tres ideas centrales. En primer lugar sostendremos que
el surgimiento de estos nuevos discursos de identidad colectiva en la costa
norte se inserta en el contexto extremadamente fluido por el que atraviesa Per
en los ltimos aos. Los procesos clave a considerar son la descentralizacin
poltica, la pugna de los gobiernos regionales por consolidar su papel poltico,
el fortalecimiento de los gobiernos locales y, por supuesto, el crecimiento econmico de la costa norte, que se convierte en la regin ms dinmica del pas.
En segundo lugar, mostraremos que estas nuevas narrativas se configuran
como discursos regionales y pueden ser vistas como la manifestacin local de
un proceso general de exacerbacin de polticas de identidad que se percibe
en todo el pas en las ltimas dcadas (Huber et al., 2011). Finalmente, en tercer lugar, mostraremos que la argamasa que permite construir estos discursos
de reivindicacin regional es el referente tnico-cultural. La piedra angular es
la idea de un pueblo mochica prehispnico que alimentara la actual identidad
regional, ya sea por la va de la continuidad histrica o como referente e inspiracin. Esta identidad singular, amarrada en el pasado prehispnico, hara de
la costa norte un territorio cualitativamente diferente del resto del pas.
El proceso de imaginacin de la identidad mochica se caracteriza por la
diversidad de actores involucrados. Silverman seala que para comprender las
tensiones en torno a la puesta en valor del patrimonio prehispnico de la costa
norte no basta con analizar los grandes discursos nacionales, sino que hay que
atender tambin los intereses, las inquietudes y las ansiedades de las elites regionales y locales (Silverman, 2005). Frente a miradas exclusivamente desde
arriba (construccin de identidades desde el estado) y exclusivamente desde
abajo (enfoque revivalista neoindigenista), en la costa norte encontramos una
interaccin de estos dos tipos de procesos. Los nuevos discursos de identi-
Ral H. Asensio
37
38
Ral H. Asensio
39
40
cio, 2010-08-14).
La proliferacin de museos y descubrimientos tiene tambin un alto impacto en la opinin pblica. La arqueologa se convierte en una referencia cotidiana en los medios de comunicacin regionales. Para los nuevos discursos
de la identidad colectiva, los museos arqueolgicos cumplen una doble funcin: muestran la fortaleza de la costa norte como regin pujante y moderna,
y legitiman los referentes histricos prehispnicos. Estos referentes son la base
de una identidad arqueolgica, cada vez ms presente en el espacio pblico
norteo.
La Identidad arqueolgica
La costa norte es una de las regiones ms prsperas de Per. Las tasas de
pobreza son mucho menores que en otras regiones de la sierra y la selva (Vsquez, 2012, para una discusin sobre este tema). Lo mismo ocurre con la proporcin de poblacin urbana y con la cobertura de servicios bsicos. Una de
las claves de esta prosperidad es el desarrollo de la agricultura de exportacin.
Productos como la caa de azcar y el arroz, adems de esprragos, frutas tropicales y paprika conocen un auge importante desde los aos noventa. El otro
factor a considerar es el turismo. Desde finales de los noventa, gracias al impulso del estado peruano y de los actores privados, la costa norte entra a formar
parte de los circuitos tursticos, primero nacionales y poco despus tambin
internacionales. El principal atractivo son los descubrimientos arqueolgicos
relacionados con el pasado prehispnico de la regin (Uceda, 2006). Estos hallazgos son clave tambin para entender el cambio de nfasis en los discursos
sobre la identidad colectiva de los habitantes de Lambayeque y La Libertad.
El xito de la arqueologa de la costa norte significa un cambio en los discursos de la peruanidad. No es casualidad que el momento inicial de los descubrimientos coincida con la etapa de gobierno del Partido Aprista Peruano
(PAP), una agrupacin profundamente arraigada en la costa norte del pas,
cuyo programa poltico entremezcla proclamas nacionalistas y referentes telricos al pasado prehispnico4. Muchas veces son funcionarios vinculados al
PAP, a nivel local o regional, quienes impulsan los proyectos arqueolgicos y
quienes desde Lima apoyan la construccin de los museos. En este sentido,
el auge de la arqueologa puede verse como parte de un proceso de reconstruccin de la elite regional. Un proceso de largo plazo, en el que convergen
agroexportadores, polticos e intelectuales. Las bases son dos: el auge econmico y la creacin de gobiernos regionales en 2002. Esta descentralizacin es
un hecho extraordinariamente novedoso en Per, un pas muy centralista,
donde las elites regionales tienen escaso margen para desarrollar sus propios
proyectos polticos. Se trata, por lo tanto, de una ventana de oportunidad, poltica y econmica, en la que arqueologa aporta un conjunto de referentes con
Ral H. Asensio
41
alto valor simblico para la articulacin de nuevos discursos regionales (Silverman, 2002 y 2005). El resultado es un discurso sobre la identidad colectiva
que busca renegociar la posicin de la regin dentro del pas, tanto a nivel
poltico como simblico.
La imbricacin entre la arqueologa y los nuevos discursos de la identidad colectiva de la costa norte se produce de varias maneras. En primer lugar,
asistimos a un proceso muy rpido de apropiamiento de la iconografa asociada al mundo prehispnico, por parte de actores pblicos y privados. Este
proceso es especialmente fuerte en lo que se refiere a la cultura mochica, la
civilizacin protagonista de la mayor parte de los descubrimientos y la ms
espectacular desde el punto de vista visual. Son muy numerosas las empresas
que adoptan nombres relacionados con esta cultura (Trivelli y Asensio, 2009;
Asensio y Arista 2011). La iconografa mochica adorna los locales y es parte
de las estrategias de posicionamiento de los negocios. Esto se da, sobre todo,
en emprendimientos dirigidos a turistas, pero tambin existen bancos, cajas
de ahorro e incluso universidades con denominaciones que remiten al pasado
prehispnico de la regin. Esta apropiacin muchas veces es impulsada por
ONG y proyectos de desarrollo, que ven en la puesta en valor del pasado prehispnico y el auge del turismo una oportunidad para generar nuevas fuentes
de ingresos para la poblacin local (Trivelli y Asensio, 2009; Asensio, 2011). En
otros casos, sin embargo, es un proceso espontneo, que parte de la propia poblacin, que ana consideraciones subjetivas (orgullo, sentido de pertenencia)
con elementos prcticos.
La iconografa de inspiracin arqueolgica tambin inunda los espacios
pblicos (Trivelli y Asensio, 2009; Silverman, 2005). Estatuas, murales, arcos
de bienvenida y otros elementos de mobiliario urbano decorados con escenas
alusivas al pasado prehispnico estn presentes en casi todas las localidades5.
Una representacin del seor de Sipn, tocado con las piezas ms espectaculares de su ajuar funerario, saluda orgullosamente a los visitantes que llegan a
Chiclayo. En Lambayeque, a pocos kilmetros de distancia, la escena representa el desembarco de Naylamp, mtico fundador del reino Chim, anterior a la
llegada de los incas cuzqueos. Tambin se incluyen referentes prehispnicos
en la herldica de las instituciones oficiales. El gobierno regional de Lambayeque adopta como emblema la diadema en forma de V usada por los gobernantes mochicas. En Magdalena de Cao, el escudo de la localidad incluye la
representacin de un guerrero mochica procedente de los murales polcromos
del Complejo Arqueolgico El Brujo.
Magdalena de Cao es un perfecto ejemplo de cmo la iconografa mochica
se incorpora en todos los espacios de la vida cotidiana, generando una nueva
trama iconogrfica para las ciudades e instituciones de la costa norte (Asensio
y Arista, 2011). Los referentes prehispnicos estn presentes en cada esquina de la localidad: personajes de la procesin de los guerreros, el mural ms
clebre de la zona, elementos geomtricos, representaciones esquemticas de
42
animales mticos asociados al mundo simblico moche, bhos, peces raya, etc.
Los colores predominantes son el azul, el rojo, el amarillo y el blanco. La decoracin incluye el arco de bienvenida de la localidad, la ornamentacin de las
veredas, los bancos de la plaza de armas e incluso los tachos de basura. La propia municipalidad adorna su interior con una reproduccin de la procesin
de los prisioneros, a quienes, a diferencia del original, se les ha incluido un
pequeo dibujo cubriendo su rganos sexuales. Tambin encontramos iconografa mochica en el colegio, cuyo zagun de entrada tiene un dibujo del dios
degollador, con sendas cabezas en sus manos, y en muchos negocios privados,
restaurantes, tiendas de recuerdos, talleres de artesana, incluso bodegas y almacenes de abarrotes.
Este nfasis en la iconografa prehispnica (preferentemente mochica, aunque no de manera exclusiva) no es solo un asunto esttico. En un nivel ms
profundo, se trata de un cambio en la trama iconogrfica de la vida cotidiana,
que va de la mano de un nuevo discurso sobre la identidad regional. Es parte
de un esfuerzo mayor por posicionar la costa norte como un espacio cualitativamente diferente del resto del pas. Es tambin un reto para el relato clsico
de la identidad nacional, que, a partir de los trabajos de Julio Csar Tello y Luis
Valcrcel entiende la peruanidad como el resultado de un proceso histrico
configurado a partir de los valores ancestrales de las culturas andinas: comunidad, reciprocidad y complementariedad, asociadas a un componente telrico y
mstico derivado del paisaje andino.
La narrativa de identidad regional articulada a partir del descubrimiento arqueolgico de la civilizacin mochica, es un intento de renegociar estos
paradigmas y construir un nuevo discurso de identitario nacional y regional.
Este nuevo discurso se apoya en un relato sobre la cultura mochica que entremezcla aproximaciones cientficas y un fuerte sustrato poltico. Los mochicas
se presentan como una civilizacin que habra basado su xito en tres pilares:
la produccin agropecuaria a gran escala mediante complejas tcnicas de irrigacin de los espacios desrticos de la costa norte, un fuerte nfasis en la jerarqua y el control social y el desarrollo del comercio a media y larga distancia, a
lo largo la costa sudamericana y en zonas de selva del interior del continente.
Estos tres elementos estaran detrs esplendor reflejado en los hallazgos de Sipn, Cao, San Jos de Moro, cupe y otras localidades, puestos de relieve por
la arqueologa nortea.
Este discurso sobre la cultura mochica como fuente de identidad inunda
tanto los circuitos acadmicos como los canales populares de difusin. Artculos de prensa, libros de texto, documentales y programas de televisin se
inspiran en los descubrimientos de los arquelogos y contribuyen a posicionar la nueva mirada del pasado peruano. Se trata un discurso muy poderoso,
basado en el orgullo local y el sentido de pertenencia. Rpidamente cala en
todas las capas de la sociedad nortea. Una de las claves de este xito es que las
apelaciones a la cultura mochica constituyen un relato sobre los orgenes de la
Ral H. Asensio
43
identidad regional que casa perfectamente con el proyecto poltico y econmico de la nueva elite regional: un proyecto poltico basado en los principios de
autonoma regional, orden y apuesta por el comercio internacional como fuente de riqueza de la regin. Estos valores se ven reflejados en la cultura mochica,
que se convierte en paradigma civilizatorio de referencia.
La elite regional de la costa norte vive actualmente una etapa de auge, relacionada con el crecimiento de las agroexportaciones. En todo el pas, La Libertad y Lambayeque son vistos como paradigmas de desarrollo regional. La vinculacin entre identidad regional y civilizacin mochica permite fundamentar
un punto clave en el discurso legitimador de esta elite agroexportadora: la idea
de un pas dividido entre una sierra atrasada y conflictiva y una costa progresista y emprendedora. Esta visin dual de la realidad peruana, presente en
temas como el desigual ritmo de reduccin de la pobreza o los diametralmente
opuestos resultados electorales, se naturaliza apelando a la idea de un pasado
prehispnico modelado por la oposicin entre una civilizacin andina (comunitaria, agrcola y telrica) y una civilizacin costea (comercial y dinmica).
La reconstruccin de la civilizacin mochica realizada por arquelogos y
divulgadores trasluce el modelo de pas anhelado por la elite regional nortea
(Asensio, 2009). Se trata de un retrato de los habitantes prehispnicos de la
costa peruana muy influido por las ansiedades y los anhelos del presente. Ms
all de sus mritos acadmicos, debe ser ledo en la dinmica de negociacin
entre las elites regionales y las elites nacionales, en un contexto de crecimiento
econmico y descentralizacin poltica. Apelando al pasado mochica, la lite
nortea se presenta a s misma como una alternativa para el desarrollo del
Per. Lo mochica, frente a lo andino, representara la modernidad y sus virtudes. Frente al mal gobierno (el centralismo limeo), los gobernantes mochicas
representan modelos de gobernantes eficientes: duros e inflexibles, pero incorruptibles y justos.
Esta mirada del pasado en clave del presente se refleja en los relatos museogrficos vinculados a las tumbas de los gobernantes mochicas. En los museos
de Sipn, Sicn y Magdalena de Cao, la civilizacin mochica se presenta como
el paradigma de estado exitoso. La idealizacin del pasado contrasta con la
percepcin de los gobernantes contemporneos del Per, uno de los pases
ms corruptos del continente (para estas percepciones de los gobernantes actuales, Carrin et al., 2010). Frente la percepcin de inseguridad, muy fuerte
en las castigadas ciudades de la costa norte por el incremento del narcotrfico
y las bandas urbanas, el seor de Sipn y sus sucesores son vistos como una garanta para el orden pblico y la prosperidad de sus sbditos. Unos gobernantes que por su mezcla de virtudes, habran sido muy apreciados por su pueblo.
Hace 1700 aos, seala en este sentido uno de los paneles del Museo Tumbas
Reales referidos a la muerte del Seor de Sipn, una doliente multitud acompaaba los funerales () msicos con tambores y trompetas, mujeres clamantes (Asensio y Arista, 2011).
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Los gobernantes mochicas son el trasunto de los anhelos del presente. Son
el referente de quienes apuestan por un pacto social diferente, en el que las
ideas de orden y seguridad estn en primera lnea, junto con la orientacin
comercial y el enfoque agroexportador de la costa norte. Esta funcionalidad
instrumental de los descubrimientos arqueolgicos para la reelaboracin del
discurso hegemnico de la elite costea, no quiere decir que todos los arquelogos apoyen explcitamente estas teoras6. Tampoco quiere decir que la reconstruccin que dichos arquelogos hacen de las civilizaciones prehispnicas
sea intencionadamente manipuladora. Sin embargo, en una mirada de largo
plazo, desde una perspectiva de historia social de la ciencia, es evidente que el
nuevo discurso identidad regional es el resultado de una coalicin heterognea
que incluye a los propios arquelogos y a la elite de la costa norte. Cada uno
de estos grupos tiene una agenda propia, pero lo resaltante es que sus intereses
convergen en muchos aspectos.
Los referentes mochicas permiten elaborar un discurso de identidad colectiva fuertemente legitimado (Asensio, 2009). Como seala Silverman, en un
estudio pionero sobre la vinculacin entre la arqueologa y los discursos polticos en Lambayeque, la narrativa neoindigenista derivada de la arqueologa
permite a la elite local generar y/o reforzar un discurso sobre la lambayequidad que, sin retar la identidad nacional, busca un mejor posicionamiento de la
regin en las narrativas y las polticas nacionales (Silverman, 2006).Tambin
participan de esta coalicin los gobiernos regionales, que buscan legitimarse
ante su propia poblacin. La arqueologa es para estas instituciones, una oportunidad para fundamentar su existencia, apelando a patrones ancestrales. De
ah su apuesta por la iconografa mochica y su constante participacin en las
ceremonias vinculadas con la puesta en valor del patrimonio cultural7.
La existencia de esta coalicin entre arquelogos, elite y autoridades regionales explica muchas de las particularidades de la arqueologa en la costa
norte. Explica tambin el involucramiento directo de la elite regional en muchos aspectos de la prctica de la arqueologa. Es habitual que los proyectos
cuenten con patronatos integrados por empresarios, intelectuales y polticos
locales. Estos patronatos legitiman las intervenciones y hacen posible canalizar fondos hacia la arqueologa, sin pasar por el complicado entramado del
Ministerio de Cultura. Tambin son muy importantes las fundaciones ligadas
a empresas de arraigo regional, que financian de manera directa proyectos tan
importantes como el rescate de la Huacas de Moche, a inicios de los aos noventa, o la puesta en valor del complejo arqueolgico El Brujo (Uceda, 2006;
Trivelli y Asensio, 2009). Los nexos de la elite regional con las elites polticas,
econmicas y culturales de Lima permiten que este discurso regional se traslade tambin a nivel nacional. El resultado es que la actualidad va camino de
convertirse en un nuevo discurso cannico sobre el pasado peruano, aunque
en su propio terreno de juego, en la costa norte, se encuentra en disputa con
otros discursos que tambin aspiran a reelaborar las narrativas de identidad
Ral H. Asensio
45
La identidad antropolgica
La arqueologa permite a las elites de la costa norte articular un discurso
sobre la identidad regional acorde con sus intereses. Se trata de una reelaboracin basada en una imagen selectiva del pasado, que enfatiza los valores de
la civilizacin prehispnica que encajan con su propio proyecto econmico y
poltico. Sin embargo, este discurso no es hegemnico en la costa norte. No
es tampoco el nico intento de reelaborar las narrativas de identidad colectiva sobre la base de referentes prehispnicos. La centralidad de los referentes
prehispnicos resultado de los descubrimientos arqueolgicos y del auge del
turismo, se traduce tambin en discursos de identidad colectiva que apuntan
a objetivos polticos distintos de los defendidos por la elite regional. En este
caso, se trata de un discurso de identidad colectiva ms antropolgico que
arqueolgico, que enfatiza la continuidad cultural entre la poblacin prehispnica de la costa norte y los actuales habitantes de la regin. El referente son
los trabajos de un conjunto de antroplogos peruanos y extranjeros, que estudian la cultura mochica desde principios del siglo pasado. Dos figuras clave en
este proceso son el viajero y etnlogo alemn Hans Brning y antroplogo y
activista norteamericano Richard Schaedel.
Brning es un hroe improbable de las reivindicaciones tnicas mochicas.
De origen alemn, llega a Per en 1875, para trabajar como ingeniero en la hacienda Patapo (Schaedel, 1988). Durante cincuenta aos recorre la costa norte
en mltiples oficios. Mediante el uso sistemtico de la fotografa, recoge las
costumbres de la poblacin rural, su vestimenta, tcnicas de trabajo, rituales
cvicos y fiestas. En total son ms de dos mil imgenes de una etapa clave de
la historia tnica de la costa peruana. Tambin realiza grabaciones sonoras,
que testimonian el folclore y los ltimos vestigios de las lenguas nativas locales
(Yep, 2002; Vsquez, 2006). Estos materiales son la ms importante fuente de
informacin sobre las poblaciones rurales de la costa y, desde entonces, una referencia imprescindible para antroplogos y lingistas (Brning, 1922 Hampe
1998; Chvez, 2006).
Schaedel tambin es un personaje con una intensa peripecia vital (Maeda, 2006). Tras servir en el ejrcito americano en II Guerra Mundial, estudia
antropologa en las universidades de Wisconsin y Yale. Su vinculacin con la
costa norte peruana se inicia a mediados de los aos cincuenta, cuando junto
con el pintor trujillano Pedro Azabache participa en el registro de los murales
mochicas de Paamarca, en el valle de Nepea. A partir de aqu, sus trabajos
son la base del actual movimiento de renacimiento mochica. Schaedel postula
la existencia de un continuo cultural entre los constructores de los restos pre-
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Ral H. Asensio
47
genista, que recoge buena parte del espritu del andinismo tradicional, aunque
introduciendo novedades en la caracterizacin tnica de la poblacin costea.
El objetivo es fomentar mediante el renacimiento tnico una transformacin
social profunda en toda la costa norte. Una transformacin que lleve a un cambio en el balance de poder poltico y abra una nueva etapa de reafirmacin cultural y tnica. Esta es la tarea central de la ltima etapa de la vida de Schaedel.
Desde comienzos de los noventa, el nfasis acadmico deja paso a un intenso
activismo reivindicativo.
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Ral H. Asensio
49
ciales.
EMUQA tambin se involucra en otra de las actividades clave del movimiento de reafirmacin cultural muchik: los concursos de belleza denominados Iikuk Muchik o seorita mochica. Estos concursos son un ejemplo de
resignificacin de prcticas propias de la cultura popular campesina, a partir
de un nuevo discurso de identidad colectiva, que enfatiza el componente tnico. Los concursos de belleza son una parte imprescindible del calendario
ldico de la costa norte. En su organizacin se involucran las organizaciones
cvicas de las comunidades y las propias autoridades locales. La resignificacin
comienza en colegios rurales, en localidades como Cascajales, Eten, Patapo,
Mochum o Tcume. El salto se produce en 2006, cuando el gobierno regional
de Lambayeque convierte los concursos de eleccin de Iikuk en una actividad
obligatoria en todos los centros educativos de la regin9. Desde entonces es
habitual la presencia de autoridades, que aprovechan la oportunidad para elaborar complicados discursos sobre la identidad local y regional. Los concursos
son tambin actos de reivindicacin de la lengua muchik y cada vez reciben
ms atencin de los medios de comunicacin regionales.
Los concursos de belleza son una insospechada va para la fermentacin
de la identidad muchik. Su fuerza reside en el arraigo que estas celebraciones
tienen en la cultura popular y en la capacidad de sus promotores para vincular
los sentimientos de pertenencia local o regional con los nuevos referentes tnicos. Al igual que la iconografa de inspiracin mochica que inunda los espacios
pblicos, estos eventos son parte de una nueva trama de la vida cotidiana.
Configuran un conjunto de referentes icnicos y conceptuales, que envuelven
y dan de sentido a los actos de la vida cotidiana, y que apuntan a naturalizar los
referentes tnicos como parte de los discursos de identidad colectiva.
Otro campo de accin es el trabajo con paleotecnologas. Desde mediados
de la dcada pasada, EMUQA trabaja con municipalidades y gobiernos locales
en la recuperacin y puesta en valor de tcnicas artesanales tradicionales, en
localidades como Ciudad Eten y Mochum. Se trata de un enfoque que explcitamente remite a la apuesta de Schaedel por crear comunidades muchik
econmicamente sostenibles. El muchik entra a formar parte de los actos y
eventos oficiales, y se asume explcitamente un lenguaje tnico en las reivindicaciones polticas y sociales. Se inicia tambin una campaa pblica de reivindicacin econmica y social. En 2007 se crea la Federacin de Pescadores
y Agricultores Muchik Enrique Brning y, dos aos despus, la Federacin
de Comunidades Campesinas Muchik del rea Norandino y Oriental del Per
Richard P. Schaedel.
Estas organizaciones buscan recuperar para las comunidades muchik el
control de los recursos naturales y productivos locales. Un campo de accin
especialmente importante es el patrimonio arqueolgico. En este punto se
hace evidente el quiebre entre la identidad arqueolgica impulsada por la
50
Conclusiones
Los discursos de la identidad colectiva basados en la nocin de una cultura
ancestral prehispnica que dotara de personalidad singular a la costa norte
estn en auge, ya sea en su versin arqueolgica o en su versin antropolgica. Una muestra de su impacto es la inauguracin del IV Reencuentro Macroregional Muchik por parte del presidente regional de Lambayeque, Luis Ri-
Ral H. Asensio
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Notas
i Correo electrnico: rasensio@iep.org.pe
1 La propia definicin de cultura mochica es una arena de disputa. Para los arquelogos corresponde a una civilizacin prehispnica floreciente entre los siglo IV y IX dc en la costa de
los actuales departamentos de Ancash, La Libertad, Lambayeque y Piura. Sin embargo, para
una determinada corriente de antroplogos, el trmino debe ser utilizado para definir a un
complejo etno-cultural de ms amplia difusin temporal y espacial, que subsistira hasta la
actualidad. Sobre los avances arqueolgicos, dos sntesis recientes son Castillo 2008 y Castillo
et al 2007
2 Este documento es el resultado de varios aos de investigaciones en la costa norte, en torno
al turismo y la puesta en valor del patrimonio cultural. En sucesivas etapas, estas investigaciones fueron financiadas por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP)
y por el Consejo Latinoamericana de Ciencias Sociales (CLACSO). Tras reiterados retrasos
en los desembolsos y desencuentros con los evaluadores, esta ltima institucin interrumpi
su financiamiento, por no estar de acuerdo con la metodologa y el enfoque del trabajo. Posteriormente, la redaccin del texto ha sido posible gracias al financiamiento de la Think Tank
Iniciative de International Development Research Centre. Muchas de las ideas que articulan
el documento son el resultado de largas conversaciones sobre estos temas con investigadores
del IEP y de otras instituciones, entre los que quiero destacar a Claudia Ranaboldo, Carolina
Trivelli vila, Sofa Vera Rojas, Ludwig Huber, Adriana Arista Zerga y Beatriz Prez Galn.
Para todos ellos mi agradecimiento. Tambin para Rafael Nova Arismendi, Franco Lobo Collantes, Patricia Olivera Paredes, Zully Chumacero y Luis Samaniego, quienes colaboraron
como asistentes de campo. Debo agradecer igualmente la paciencia y el tiempo de todos los
entrevistados, casi cien personas a lo largo de los aos, varias de ellas en ms de una ocasin,
y a todos los participantes en los grupos focales, as como a las instituciones que nos prestaron
apoyo para la organizacin de los mismos.
3 Las versiones de los primeros das del descubrimiento son muy contradictorias y estn cruzadas por la muerte, en un incidente con la polica, de uno de los huaqueros ms importantes
de Sipn. El relato ms completo, desde la versin oficial, se encuentra en Kirpatrick, 1992.
Un anlisis de las diferentes versiones y su importancia para las dinmicas de confrontacin
entre huaqueros y arquelogos se puede encontrar en Asensio 2009.
4 El PAP es la nombre actual de la histrica Alianza Popular Revolucionaria Americana
(APRA), fundada en los aos veinte del pasado siglo por Vctor Ral Haya de la Torre, poltico
trujillano de larga trayectoria y de continuos cambios de orientacin ideolgica, de izquierda
a derecha, segn las coyunturas polticas. El partido es especialmente fuerte en la costa norte,
regin que en trminos polticos se denomina el slido norte aprista. El primer emblema del
APRA tras su fundacin es el guila de Chavn de Huntar, la considerada cultura madre
de los Andes. Respecto a este uso de las referencias arqueolgicas y telricas por parte del
APRA, se puede ver Vega Centeno 1991. El sucesor de Haya de la Torre es Alan Garca Prez,
presidente en los periodos 1985-90 y 2006-2011. El primero de estos periodos coincide con el
descubrimiento del seor de Sipn y los inicios de la nueva arqueologa de la costa norte. El
segundo periodo corresponde al auge de los descubrimientos y los museos.
5 La imposicin de esta una trama iconogrfica arqueologizante en los espacios pblicos no es
un caso exclusivo de la costa norte. Un proceso similar, mucho ms estudiado y conocido, se
60
da en Cuzco, donde el alcalde Daniel Estrada impulsa una fuerte incaizacin de la ciudad. Al
respecto puede consultarse Silverman 2002, 2008.
6 En todo caso, existen muchos lazos personales entre los arquelogos que trabajan en la costa
norte y los propios integrantes de la elite, as como con altos cargos polticos, especialmente
del Partido Aprista Peruano (PAP, heredero del APRA). Algunas ideas al respecto en Asensio
2009.
7 El mejor ejemplo corresponde al gobierno regional de Lambayeque que adopta como emblema la diadema en forma de V caracterstica de los gobernantes mochicas.
8 Desde 2008, EMUQA cuenta con reconocimiento del gobierno regional, a travs de la Resolucin Directorial Regional Suprema n 0484-2008 de la Direccin Regional de Educacin del
Gobierno Regional de Lambayeque.
9 Mediante RER n 161-2006-GR.LAMB/PR, ratificado por la RDRS N 0675-2008-GR.
LAMB/DREL.
10 La existencia de prcticas locales de apropiacin del patrimonio y su relacin con la huaquera o saqueo de tumbas, en sus diferentes facetas, ritual o econmica, es un tema complejo y
muy polmico. Algunas ideas al respecto en: Smith, 2005 y Asensio, 2012.
11 Esta percepcin negativa de los museos arqueolgicos es rebatida por sus promotores, quienes hablan de una nueva museografa peruana, que se basara en los principios de rechazo
a la deslocalizacin de los restos materiales, involucramiento de la comunidad y enfoque no
exclusivamente cientfico. Sobre esta nueva museografa vase: Borea, 2006; Morales, 2010 y
los diferentes estudios de caso incluidos en Silverman, 2006.
12 Un ejemplo son los esfuerzos de los actuales gestores del proyecto arqueolgico que trabaja
en Huaca Rajada-Sipn, por revalorizar la lengua muchik e incluirla en los libros de texto. Al
respecto, Chero, 2009.
Captulo 3
De vaqueras y museos:
Usos del patrimonio cultural en una
comunidad nororiental del Per
(1996-2006)
Adriana Arista Zerga
Universidad Autnoma de Barcelona
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63
64
papel muy destacado de arquelogos y cientficos sociales. Es necesario comprender, sin embargo que estos intereses, ms all de los discursos, no necesariamente coinciden con los de la poblacin de las comunidades afectadas por
los procesos de patrimonializacin. O, ms precisamente, no necesariamente
coinciden con los de todos los grupos o colectivos de las comunidades presuntamente beneficiarias de la patrimonializacin.
En el caso de Leimebamba,la llegada de acadmicos para la puesta en valor
de los bienes culturales y la construccin del museo altera la estructura social,
econmica y cultural de la comunidad. Las estructuras sociales, determinadas
en un primer momento por el poder adquisitivo derivado de la venta de ganado y leche, da paso a nuevas fuentes de riqueza, derivadas de la proliferacin
de proyectos de desarrollo vinculados, primero a la patrimonializacin y, ms
adelante a la conversin del patrimonio en industria cultural. Entre estos proyectos de desarrollo un ejemplo destacado es el Programa de Manejo Adecuado
de los Recursos Tursticos con Participacin Comunal para la Generacin de
Empleo - PROMACTUR ,que tena como objetivo generar los servicios necesarios para la habilitacin turstica de la localidad, mediante el potenciamiento
de la produccin de lcteos, yogurts, quesos y mantequillas. Como veremos,
se trata de un ejemplo del impacto indirecto (no necesariamente deseado) de
los proyectos de desarrollo asociados a la patrimonializacin en los delicados
ecosistemas poltico y social locales. Al mismo tiempo es un ejemplo tambin
de la limitada capacidad de estos proyectos para generar cambios duraderos
y de larga duracin en las dinmicas econmicas de las localidades rurales.4
El incremento de la llegada de turistas Leimebamba significa el surgimiento
de un nuevo mercado. Es el punto de partida de una diferenciacin los product5ores locales que tienen capacidad econmica y logstica para dar el salto hacia la nueva orientacin productiva y quienes no tienen esta capacidad.
Tambin supone un contexto para las relaciones de gnero En el ao 1997 se
crea la Asociacin de Mujeres Artesanas de Leimebamba (AMAL), conformada por cincuenta socias, pertenecientes al distrito de Leimebamba. Entre sus
actividades se encuentra la elaboracin de textiles, en base a las rplicas iconogrficas de los mantos que envuelven a las momias. Esta asociacin cuenta
con un local en la plaza principal del pueblo, que se encuentra abierto todos
los das. En este sentido, es importante en un doble sentido: primero porque
constituye una forma de apropiacin del patrimonio cultural y, segundo, porque es un ejemplo de aprovechamiento de las oportunidades abiertas por la
patrimonializacin y el turismo, para renegociar las relaciones de poder dentro de la comunidad.
Este ejemplo muestra que la comunidad de Leimebamba no es un ente homogneo. Es interesante resaltar en este sentido, que este es precisamente uno
de los efectos paradjicos de la patrimonializacin: el hecho de que genera
nuevos contextos de oportunidad y nueva tensiones intracomunitarias, pero
al mismo tiempo tambin permite articular nuevos discursos de cohesin so-
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Esta mirada explica por qu la recuperacin del patrimonio cultural material e inmateriales central en la visn de desarrollo manejada por las autoridades a escala nacional, regional y local. El caso de Leimbamba muestra sin
embargo las limitaciones y dificultades de este enfoque a nivel micro. En este
sentido, no se trata de un caso excepcional. Experiencias similares ocurren en
otras localidades, como Magdalena de Cao, localidad situada en el departamento de La Libertad, en la costa norte del Per (Asensio y Arista, 2011). En
ambos casos, la etapa inicial de participacin e inters masivo, est seguida de
68
Reconfiguracin de jerarquas
Lloren Prats (2003) seala que los elementos que integran el patrimonio
cultural componen un repertorio que es activado de manera diferenciada por
las diferentes versiones ideolgicas de la identidad nacional, regional y local,
de acuerdo a ideas y valores previos. Desde este punto de vista, las activaciones
del patrimonio cultural seran representaciones simblicas de diferentes versiones de la identidad. Siguiendo esta lnea, la experiencia de peruana muestra
que las identidades reactivadas en relacin al descubrimiento de los elementos
culturales arqueolgicos, se superponen y dialogan con identificaciones previas de los pobladores ruarles como campesinos, ganaderos, etc. Las nuevas
narrativas de identidad son, por lo tanto, muchas veces, construcciones muy
frgiles.
El caso de Leimebamba ejemplifica ambos elementos: el dilogo ente viejas
y nuevas fuentes de identidad colectiva y la fragilidad de los discursos identitarios asociados al descubrimiento del patrimonio cultural. El discurso que
vincula a los habitantes de la localidad con la cultura ancestral asociada a los
descubrimientos de la laguna de los Cndores es sustentado por los acadmicos del lugar (especialmente profesores de historia de educacin secundaria) y
por acadmicos externos, que buscan el reconocimiento de la importancia de
los descubrimientos, tanto en el circuito acadmico, como por parte de la opinin pblica. El siguiente paso consiste en desarrollar elementos que sustenten
esta identificacin entre los pobladores contemporneos y la cultura ancestral.
Es en esta etapa, donde surgen los problemas que ponen en evidencia la fragilidad de los nuevos discursos identitarios.
Esta fragilidad tiene que ver con la manera en que los descubrimientos arqueolgicos son procesados por las autoridades, la comunidad del desarrollo
y la poblacin local. En el caso del Per, el descubrimiento y puesta en valor
de un bien arqueolgico se traduce en la multiplicacin de expectativas vinculadas al turismo. Rpidamente comienzan a desarrollarse proyectos centrados
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en la elaboracin y venta de artesanas, implementacin de hoteles y restaurantes, formacin de guas de turismo, etc. El resultado de estos proyectos es el
principal factor que determina la evolucin de los nuevos discursos.
Leimebamba es un perfecto ejemplo de todo ello. Como ya se ha sealado,
existe una apropiacin inicial del patrimonio que se refleja en las movilizaciones para evitar que los objetos arqueolgicos salgan de la localidad. Los
pobladores colaboran, adems, en la construccin del museo. Pero, pasada la
etapa inicial de euforia, solo unas pocas personas permanecen vinculadas a los
trabajos patrimoniales. El resto de la poblacin termina por volver a sus actividades ganaderas, en sus propias vaqueras o en vaqueras de otras personas.
Desde esta perspectiva, la activacin patrimonial tiene un efecto paradjico.
En la prctica, el resultado es un reforzamiento de la estructura jerrquica preexistente. Los principales beneficiados de la inclusin de Leimebamba en los
circuitos tursticos son los personajes con mayores recursos en la comunidad,
quienes cuentan con capacidad para compatibilizar la actividad ganadera con
la administracin de hospedajes, el servicio como guas de turismo o la venta
de artesanas.
Conclusiones
Garca Canclini (1999) plantea la necesidad de repensar el patrimonio y
deshacer la red conceptual que parte de la divergencia dicotmica entre patrimonio (considerado como identidad, tradicin, monumentalidad) y turismo
(considerado como mercantilizacin).El caso de Leimebamba muestra precisamente la polivalencia del patrimonio cultural. Es un elemento aglutinador de diferentes presupuestos: herramienta para fortalecer o reconstruir una
identidad, recurso susceptible de ser explotado, elemento que obstaculiza o
facilita el desarrollo y la modernizacin, bien a proteger dentro de un marco
legal especfico, instrumento del ejercicio de poder. Todos esos presupuestos
no estn desligados unos de otros, puesto que en un mismo elemento cultural
pueden confluir todos ellos. Y es justamente en el momento de su confluencia
cuando los conflictos aparecen, cuando las diferentes visiones sobre la apropiacin, administracin y disfrute del mismo se ponen en juego. En lneas generales hay una superposicin de razones que buscan sustentar y justificar la
apropiacin que se pretende tener sobre el patrimonio cultural.
En el caso del Per, dentro de esta polivalencia, un elemento clave es el
turismo, percibido como el salvador frente a la pobreza y olvido de muchas
comunidades. El auge de la arqueologa se alimenta de esta percepcin y, al
mismo tiempo, la refuerza, consolidando un encadenamiento conceptual entre patrimonio, cultura, turismo y desarrollo. La puesta en valor es incentivada
por PROMPERU dentro de una estrategia ms amplia de reposicionamiento
del pas, que convierte a esta institucin en un actor central en los procesos de
70
puesta en valor
Lloren Prats seala que, si bien el patrimonio cultural puede ser activado
desde la sociedad civil o por otros agentes, para que el proceso fructifique
es imprescindible el soporte o al menos el beneplcito del poder. Es el poder
poltico el que determina qu se protege y por qu, ya sea de manera directa
o a travs de sus agentes sobre el terreno: acadmicos, gestores culturales, etc.
El resultado es una falta de anlisis, estudio y comprensin de trminos, que
van perdiendo contenido de tanto ser usados, como el mencionado concepto
de turismo cultural. En el caso de Per, como en otros lugares, un resultado
de esta ola turistizadora del patrimonio es la creciente exotizacin de las poblaciones rurales e indgenas. Esta exotizacin es una muestra ms de por qu
los impactos del turismo deben (tambin) ser analizados a escala local, puesto
que trastocan las condiciones de vida de las comunidades. As se comprender
qu beneficios reales aporta, en qu mbitos y en qu medida las experiencias
contribuyen efectivamente o no a hacer posible que la poblacin rural salga de
la marginalidad.
Bibliografa
Asensio, Ral H. y Adriana Arista Zerga
2011 Arqueologa, museos y desarrollo en el Per, Lima: Instituto de Estudios
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2001 Cultural Heritage and Tourism development. A report on the International
Conference on Cultural Tourism. Madrid : World Tourism Organization.
Notas
1 Los resultados del presente trabajo son fruto de las estancias realizadas hasta el ao 2006.
Posteriormente regres a Leimebamba en el 2007, pero no para realizar un trabajo, por ello los
datos aqu presentados, representan lo obtenido en campo durante esos aos. Soy consciente
de que en los seis aos transcurridos desde el final del trabajo de campo los dilemas planteados en el texto han ido evolucionando, al mismo tiempo que han aparecido nuevas iniciativas.
2 Instituto Nacional de Estadstica e Informtica del Per-INEI.
3 La Comunidad Campesina de Leimebamba es una de las cincuenta legalmente reconocidas
en las provincias de Rodrguez de Mendoza, Chachapoyas, Luya y Bongar, en el departamento de Amazonas. Fue reconocida mediante Resolucin Suprema N 26 del 12 de mayo
de 1937. Sin embargo, en la actualidad ya no funciona como tal, ni tampoco existen tierras
comunales. La ltima Junta Directiva fue nombrada en noviembre del 2001.
4 Este proyecto concluy en el ao 2010. Sera importante poder determinar en qu medida los
proyectos siguen desarrollndose ms all de la ayuda de Critas.
5 El Centro Mallqui tuvo a su cargo la arqueologa de rescate de los elementos encontrados
en los mausoleos. Segn sealan en su web El Centro Mallqui- The Bioanthropology Foundation Peru, promueve la investigacin arqueolgica y antropolgica de las culturas peruanas
antiguas. Dirigido por Sonia Guillen, el Centro Mallqui se encarga del manejo de museos en
el Algarrobal, Ilo, en el extremo sur del Per, y en Leimebamba, Chachapoyas, en el norte del
pas. http://museoleymebamba.org/quienes_en.htm ltima visita 02 setiembre 2012.
6 El INC es el rgano estatal encargado de la proteccin del patrimonio cultural en el Per hasta la creacin en octubre del Ministerio de Cultura, de acuerdo a lo establecido en el Decreto
Supremo N 001-2010-MC.
7 Segn la Carta de Turismo Cultural, I.2, adoptada por ICOMOS en 1976 (cit en WTO 2011),
turismo cultural es: aquella forma de turismo que tiene por objeto, entre otros fines, el conocimiento de monumentos y sitios histricos artsticos. Ejerce un efecto realmente positivo
sobre stos en tanto y cunto contribuye- para satisfacer sus propios fines a su mantenimiento
y proteccin.
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Captulo 4
Tapati Rapa Nui:
la reconstruccin de un espacio
mtico en contexto turstico
ngel Acua Delgado
Universidad de Granada i
Introduccin
La antigua tierra del rey maor Hotu Mata, hoy nacionalizada chilena y
conocida como Isla de Pascua o Rapa Nui (isla grande) en denominacin taitiana, posee desde hace tiempo una enorme carga simblica convirtindose en
destino turstico de una gran cantidad de visitantes distribuidos a lo largo de
todo el ao, muchos de ellos reincidentes al sentirse atrados de manera irresistible por lo que all encuentran.
Entre finales de enero y mediados de febrero la isla celebra la Tapati Rapa
Nui, una semana festiva, convertida ahora en dos, donde los descendientes de
la poblacin originaria (rapa nui) se dividen en dos mitades y compiten fsica
y artsticamente, reproduciendo de ese modo la rivalidad de los antiguos pobladores, para coronar por ltimo a su candidata a reina.
La reconstruccin de este espacio tradicional se lleva a cabo, no obstante,
en un contexto marcado por el turismo que, hoy por hoy, es el casi exclusivo
recurso econmico y medio de vida de los isleos.
Ante este panorama y en base a la experiencia de campo obtenida en 2009,
pretendemos responder entre otras a las siguientes cuestiones: Cul es la lgica interna de la competencia festiva? Qu papel desempea en la construccin o refuerzo de la identidad rapa nui? Qu papel cobra el turismo en la
estructura y dinmica festiva? Cmo son las relaciones entre los anfitriones y
los visitantes? Qu efectos producen en ambos?
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
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por la demanda. Tiempo ste en el que los rapa nui divididos en dos mitades
dialogan y compiten entre s por conseguir la hegemona para el ao en curso
y muestran a los visitantes su pretendida sea de identidad.
De ser en principio una semana de celebracin ha pasado a dos, en el transcurso de las cuales y sin interrupcin se suceden una serie de actividades de
carcter deportivo, artstico y productivo distribuidas durante la maana, tarde y noche. Como proceso ritual y festivo, el acontecimiento exige una preparacin por parte de los protagonistas, especialmente en lo relativo a cantos y
danzas, que durante ms de un mes ensayan y en donde tienen cabida los y las
visitantes que lo deseen y soliciten con tiempo.
De acuerdo con Andrade (2001: 48-49), las actividades y competencias de
la Tapati pueden agruparse en tres categoras:
1. Artsticas. Donde se produce un proceso creativo basado en la tradicin, ejecutndose as piezas musicales, danzas, trajes tpicos, tallado
sobre piedras, tallado de moais, pintura corporal, etc.
2. Deportivas. En ellas se hace valer la fuerza, resistencia, destreza fsica
a travs de pruebas de natacin, regatas, deslizamiento entre olas con
haces de pora pora, carrera de caballos, carrera con carga de bananas,
etc., as como desafos arriesgados como el deslizamiento en troncos de
pltano por fuertes pendientes.
3. Productivas. Relacionadas con la obtencin de recursos de la naturaleza, tales como la pesca en alta mar, pesca submarina, confeccin de
collares de concha, de esteras, de tela de corteza de rbol, de trajes de
pluma y fibras de pltano, exposicin agrcola, cocina, etc.
El objetivo de la competencia consiste en coronar finalmente a la reina de
la isla, y si bien en el pasado existan hasta seis grupos competidores, cada uno
con su candidata, en estos momentos son dos los grupos que rivalizan, con su
aspirante a reina. Un jurado compuesto por un conjunto de hombres y mujeres
neutrales y socialmente reconocidos, generalmente relevantes en el mundo de
la cultura, se encarga de puntuar cada una de las pruebas, las cuales tienen
diferente valor entre s, para finalmente hecha la suma decidir qu grupo es
el ganador. Las danzas y los carros alegricos, por el esfuerzo que entraa su
preparacin y la cantidad de gente que participa, son al parecer con las que
ms puntuacin pueden obtener.
Las numerosas actividades organizadas en el transcurso de las dos semanas
son desarrolladas en distintos espacios repartidos por toda la isla que recuerdan en unos casos los acontecimientos y significados histricos y mticos, y en
otros el presente. Pero adems del lugar preciso de celebracin, son las propias
actividades las que rememoran y restauran el tiempo antiguo y mtico.
El sentido identitario que pretende tener la Tapati como escaparate en
donde se sublima el ser rapa nui, tiene en cuenta la alteridad existente entre
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los propios nativos, sustantivada por la competencia entre las dos mitades o
grupos familiares en que se reparten, invirtindose de manera altruista gran
cantidad de tiempo, esfuerzo, e ingenio. La rivalidad de los dos grupos es consustancial a la fiesta y a la construccin de la identidad rapa nui. La antigua
ceremonia del Tangata Manu en donde los representantes de distintos clanes
de la isla competan por traer en primer lugar el huevo de Maturana, gaviota
que anida en un islote frente a la zona de Orongo, a fin de convertir al ariki
(jefe) del clan en gobernador de la isla por un ao, se transforma en la Tapati
en una rivalidad entre bandos (Hanga Roa y Moeroa) para conseguir coronar
reina (costumbre de fiesta occidental) a la representante del propio grupo.
La Tapati Rapa Nui comienza sobre los aos 1970, a partir de la celebracin
del cincuentenario de la anexin de la isla a Chile, como una fiesta de primavera organizada por las autoridades chilenas. Inicio que coincide en el tiempo
con la apertura al mundo y la llegada de turistas a partir de 1965 a travs de
vuelos comerciales, lo cual motiv que elementos forneos fueran incorporados al vivir cotidiano y a las representaciones festivas. No obstante, los rapa nui
pronto se apropiaron de la fiesta y lo que en principio fue pensado como esparcimiento se transform en espacio de reproduccin y representacin cultural
donde prevalece lo propio sobre lo ajeno.
Sin embargo, aparte de revivir lo ancestral, el objetivo de la Tapati fue y
sigue siendo atraer la atencin turstica y darse a conocer al mundo. El viajero
o turista participa del acontecimiento generalmente como espectador pero no
tiene vetada su inclusin en las competencias. De hecho, alguno que otro ensaya como es debido y sale al escenario junto al resto del grupo en las representaciones de danzas tradicionales. Los turistas se mezclan con la poblacin local
para tomar parte en el acto de comensalismo que supone el curanto comunitario, y muchos se disfrazan y desfilan junto a los carros alegricos de cada grupo
dejndose llevar por el peculiar ritmo musical y el persuasivo ambiente festivo.
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desde dentro y desde fuera, por propios y ajenos a la isla, por nativos y visitantes, en una suerte de acontecimientos cargados de estmulos que a nadie deja
indiferentes.
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en un importante agente de cambio social y cultural, como as ocurre. El turista busca autenticidad y los rapa nui representan ese papel reinventndose a s
mismos a travs de los ecos que les llegan del pasado, de los fragmentos de tradicin oral, y ponen en valor su patrimonio material tangible; pero al mismo
tiempo procuran hacer ms atractivo, entendible y digerible la oferta cultural,
incorporando elementos que los aproxime al modo de ser de los recin llegados (norteamericanos, sudamericanos, europeos, etc.) El proceso de hibridacin por tanto es un hecho que dentro de la Tapati Rapa Nui se puede apreciar
en numerosos detalles: en la msica podemos percibir cierto aire country, los
carros alegricos y el pasacalle emula la farndula y carrozas del carnaval; la
coronacin de una reina para la fiesta es una prueba de homologacin a lo que
se suele hacer en otros muchos lugares del mundo.
La reconstruccin de la identidad rapa nui del siglo XXI no est reida
con la insercin en un mundo global y as lo recogen en su fiesta mayor, en
donde satisfacer al turista forma parte integrante de los sentidos que posee. La
influencia que experimenta la Tapati, as como la vida cotidiana rapa nui, por
agentes externos, va mucho ms all del condicionamiento turstico, siendo
preciso considerar los diversos medios de comunicacin (prensa, radio, televisin, internet), el Estado y la sociedad chilena con quien convive, la iglesia
catlica y dems confesiones religiosas, entre otras.
El turismo que llega a Rapa Nui es generalmente cultural y de naturaleza, y
no son pocos los reincidentes que vuelven a la isla una y otra vez comentando
que posee un efecto imn sobre ellos. Algo tiene que atrae, en efecto, sentirse
en una pequea porcin de tierra rodeado de agua, muy lejos de cualquier sitio, en un lugar enigmtico con tan interesante historia, una gran belleza natural y una gente hospitalaria y muy singular, es realmente atractivo; el tiempo de
estancia suele ser demasiado corto, pasa rpido rodeado de tantos estmulos,
y queda una sensacin triste cuando se pierde de vista a la isla desde el avin.
En Santiago un local emblemtico con ambiente rapa nui se convierte en punto de encuentro los fines de semana para los nostlgicos que all se renen a
escuchar msica de la isla en vivo, tomar unas copas y compartir un rato de
conversacin, recordando los tiempos vividos y los que quedan por vivir en el
ombligo del mundo.
Los rapa nui obtienen fundamentalmente de los turistas beneficio econmico, las diferentes tareas que realizan (gastronmicas, hosteleras, artesanales,
alquileres de vehculos, guas, etc.) estn orientadas en su mayora a la actividad turstica; aunque no hay que menospreciar el beneficio social y cultural que se obtiene del dilogo mantenido con quienes venidos de diferentes
puntos del planeta contratan sus servicios, y el conocimiento de la diversidad
humana que de ello se deriva.
Los turistas, por el grado de satisfaccin que muestran en general consiguen lo que han ido buscando, llenan su curiosidad y disfrutan con la singula-
83
Bibliografa
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2011 Instituto Nacional de Estadstica de Chile. Santiago de Chile: I.N.E.
84
Notas
i Departamento de Antropologa Social. Universidad de Granada. Correo electrnico: acuna@
ugr.es
1 Esta fecha es aproximada, no obstante, a menudo se menciona una fecha situada alrededor
del siglo IV para datar este evento, y estimaciones ms recientes indican el siglo VIII e incluso
el s: XIII como dataciones ms probables (Enciclopedia de Chile, 2001).
2 En poco tiempo la poblacin se multiplic y estratific en 10 grupos principales que ocuparon toda la superficie insular en franjas del terreno que iban desde la costa al interior, con el
borde costero reservado a los centros ceremoniales y grupos de alto rango.
CONFLICTOS EN TORNO A
LA APROPIACIN DEL
TURISMO ENTRE LOS
PUEBLOS INDGENAS Y
OTROS ACTORES
Serie TURISMO, n 4
www.iep.org.pe
Captulo 5
O turismo macio e o turismo
comunitrio em zonas costeiras do
Nordeste do Brasil: povos indgenas
do Cear nas redes de
turismo comunitrio
Isis Maria Cunha Lustosa i
Maria Geralda de Almeida ii
Universidade Federal de Gois
Introduo
No artigo discute-se o turismo em Zonas Costeiras do Nordeste do Brasil e
focalizam-se os impactos do turismo macio nessa regio, por conseguinte em
terras de povos indgenas do estado do Cear e de Comunidades Tradicionais
da mesma unidade federativa. Ao enfatizar a propsito desses atores sociais
apresentam-se projetos e/ou roteiros tursticos em parceria na formao de
Redes de Turismo Comunitrio. Destaca-se no mbito local a Rede Cearense
de Turismo Comunitrio (REDE TUCUM) com rota turstica composta de
treze roteiros situados em municpios da Zona Costeira Leste e Oeste do Cear envolvendo indgenas, extrativistas, pescadores, marisqueiras e assentados
rurais.
Prioriza-se debater a situao do povo Jenipapo-Kanind um dos atores
sociais pesquisados na tese intitulada Os povos indgenas, o turismo e o territrio: um olhar sobre os Trememb e os Jenipapo-Kanind do Cear.1 Tambm discute-se sobre os Trememb de So Jos e Buriti impactados por um
projeto internacional faranico de turismo macio. Todavia, trazem-se para o
contexto as experincias de turismo desenvolvidas pelo povo Tapeba do Cear
e o povo Patax do estremo Sul do estado da Bahia. Deste modo, tratam-se
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
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especialmente as duas situaes em que povos indgenas do Nordeste foram alcanados por projetos de turismo que se tornaram catalisadores de afirmaes
tnicas. As situaes enfocadas de povos indgenas do Cear, localizados na
Zona Costeira do estado assemelham-se, pois os Trememb de So Jos e
Buriti e os Jenipapo-Kanind sofreram as presses de grandes consrcios de
empresas nacionais e internacionais que visavam se apropriar das Terras Indgenas (TIs) para implantar projetos de turismo nos territrios tradicionais.
O povo Trememb da Terra Indgena Trememb de So Jos e Buriti, distrito Marinheiros, municpio de Itapipoca, organiza-se como indgena e reivindica seus direitos territoriais ao Estado nacional por meio da Fundao Nacional
do ndio (FUNAI) frente ameaa do projeto de turismo com capital estrangeiro e apoio do governo brasileiro o Nova Atlntida Cidade Turstica, Residencial e de Servios LT. Este complexo turstico visa, sobretudo os fluxos de
visitantes estrangeiros. Conforme anunciam alguns veculos de comunicao,
este empreendimento tornou-se projeto investigado pelo Conselho de Controle de Atividades Financeiras (COAF), do Ministrio da Fazenda, devido os movimentos financeiros supostamente incompatveis com os seus scios. Mesmo
assim os Trememb de So Jos e Buriti sofre presses de representantes do
Nova Atlntida, tentando expropriar suas TIs, consequentemente provocam
conflitos entre os indgenas das quatro aldeias, em sua maioria, adversos a implantao do Nova Atlntida. Outros se deixaram cooptar por ofertas financeiras de representantes do empreendimento resultando em desacordos internos
nas aldeias, inclusive entre indgenas de uma mesma famlia. Os Trememb de
So Jos e Buriti, para resistir a ocupao da sua TI, acionaram a identidade
indgena e a afirmao tnica na tentativa de embargar o Nova Atlntida.
Na situao do povo Jenipapo-Kanind da Terra Indgena Aldeia Lagoa
Encantada, no municpio de Aquiraz, este conseguiu a demarcao de sua TI
junto FUNAI; impediu a construo do projeto turstico internacional Aquiraz Riviera Consrcio Luso-Brasileiro Aquiraz Investimentos SA (Aquiraz
Resort)2 em sua TI, e implantou um projeto de turismo comunitrio na aldeia
apoiado por parceiros da academia, do governo e do terceiro setor. Os Jenipapo-Kanind por meio deste projeto se inseriram na REDE TUCUM. O mesmo
povo indgena para embargar o projeto Aquiraz Resort em sua TI, afirmou
a identidade indgena e atualmente expande o projeto de turismo comunitrio Educao Integral para a Sustentabilidade e o Desenvolvimento do Turismo
Comunitrio na Terra Indgena (TI) Jenipapo-Kanind como meio de vida e
manifestao da sua afirmao tnica. Os dois povos indgenas, Trememb de
So Jos e Buriti e Jenipapo-Kanind, atravessam processos de reelaborao
tnica e reivindicam junto aos rgos governamentais que suas terras sejam
oficialmente reconhecidas e aguardam as efetivaes das demoradas etapas,
em andamento, do processo de demarcao destas TIs.
Vale salientar conforme afirma Lustosa (2012) que alguns registros e estudos demonstram em dcadas, ainda recentes do sculo XX, que a histria dos
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ra-se que embora essa modalidade turstica alternativa comece a ser adotada
por povos indgenas e desenvolvida em suas TIs, suscita dvida sobre a real
concepo que estes povos possuem sobre o assunto, bem como da verdadeira
participao coletiva de indgenas nas experincias de turismo comunitrio
em suas aldeias. Ou melhor, at onde os indgenas encontram-se como detentores das iniciativas comunitrias, das atividades a serem conduzidas e dos
retornos lucrativos a serem partilhados. O turismo comunitrio praticado nas
aldeias pode se tornar instrumento de poder criando opressores e oprimidos,
inclusive entre os prprios indgenas? Os territrios indgenas no esto imunes do poder deliberado por foras internas ou externas, portanto, alguns indgenas podem estar executando atividades, ao mesmo tempo, sendo apenas
representativos como atores sociais numricos os nomeados pblicos alvos
elementos quantificveis para aprovar os projetos pblicos e privados de turismo comunitrio, sem ao menos compartilhar dos benefcios, incluindo-se
as receitas. As atividades tursticas em TIs do Brasil so recentes e as modalidades tursticas ainda incertas para os prprios indgenas e seus parceiros de
projetos.
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30km (rea do parque aqutico 13km). Um dos principais destinos tursticos do pas.9 Ambos, Eusbio e Aquiraz, nessa tessitura, atuam como espaos
de relao sociais relevantes com a metrpole. Destacam-se no processo de
expanso de Fortaleza [...] associada ao [...] turismo de massa [...] (Lima e
Silva, 2011: 256). Da praia do Porto das Dunas, lugar de origem do Beach Park,
at a mais freqentada praia do litoral de Aquiraz, a Prainha, percorre-se 3 km,
seja por meio de caminhada. Ou, no transporte usual, buggie. A explanao
demonstra as peculiaridades de Aquiraz, municpio de localizao da TI Aldeia Lagoa Encantada, em relao aos demais municpios da RMF, tornando-o
ainda mais visado pelos investidores do turismo macio. Portanto, vale referir
outra citao a respeito de Regies Metropolitanas e apreender que:
O modelo gerencial metropolitano consagrado e generalizado para toda
e qualquer cidade, num processo de consultoria gerenciado a partir das
grandes metrpoles. No s a economia mais moderna tem o domnio dos
vrios espaos, com distncias variadas, absolutamente revitalizadas pelas
novas tecnologias, como o modo de vida metropolitano simulado em
todo e qualquer lugar, negando os tradicionais estilos de vida [...] (Damiani 2006: 137).
O modo de vida dos Jenipapo-Kanind negado por se localizarem em
municpio da RMF? Essa outra questo torna-se pertinente, pois a RMF ocupa
a posio de segunda maior do Nordeste e a sexta do pas. Assim, este povo
indgena enfrenta constantes presses de atores sociais hegemnicos, especialmente devido a TI Aldeia Lagoa Encantada, com rea total de 1.731 hectares,
situar-se em municpio metropolitano duplamente vislumbrado pelo turismo.
Recorda-se, Aquiraz contguo capital cearense e ao municpio detentor do
Complexo Beach Park.
Alm dos aspectos abordados a TI Aldeia Lagoa Encantada tambm faz
limite com outro municpio da RMF, Pindoretama. No Stio Eliza, localizado
entre (Aquiraz e Pindoretama), instalou-se a empresa Pecm Agroindustrial
[...] h mais de 22 anos, explorando o cultivo da cana-de-acar [...] com usina
de fabricao de aguardente e fbrica de papel e papelo [...].10 Esta pertence Ypica Agroindustrial Ltda., indstria lider em produo de aguardente
no Brasil [...] so ao todo cinco fbricas [...] capazes de produzir 120 milhes
de litros de aguardente por ano.11 Segundo descreve a nota coletiva nomeada
Ypica tenta intimidar para calar os movimentos sociai, redigida em 26 de
julho de 2007:
[...] h mais de 20 anos, a Ypica vem destruindo a Lagoa da Encantada, alterando a qualidade da gua e o ecossistema de usufruto indgena. Como se
trata de um ecossistema fundamental para a etnia, relacionado segurana
alimentar, identidade cultural e ao cotidiano dos ndios Jenipapo-Kanind
que habitam ancestralmente a regio, esta empresa degrada indistintamente um sistema ambiental de preservao permanente. Esse fato, na verdade,
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238-239):
Los territorios rurales y urbanos son territorios complementarios, por diferentes, y son territorios solidarios, por no opuestos [...] unen un continuum urbano-rural con lmites entre ciudad y campo que quedan difciles
de distinguir. Es decir que ciudad y campo son dos entidades socio-espaciales diferentes con un fuerte anclaje en representaciones sociales y sus
subjetividades. Si son valiosas aun para los habitantes, son categoras que
sirven menos para analizar las formas actuales de utilizacin del espacio,
por lo cual se convocan a las categoras rural y urbano, ruralidad y urbanidad, como categoras de anlisis operatorias.
O continuum urbano-rural est evidente e suscita novos debates. Todavia,
no a prioridade neste artigo. O mais importante revelar que a dicotomia
do urbano e do rural no domina em tempos atuais. Embora na situao de
povos indgenas, como o caso do Cear, o site12 da FUNAI apresentar a populao indgena deste estado subdividida em Urbana (12.598) e Rural (6.738)
conforme as 19.336 pessoas anunciadas pelo recenseamento do IBGE em
2010. Pesquisadores afirmam que as relaes campo-cidade mudaram radicalmente na segunda metade do sculo XX, com clara valorizao do espao
rural (Ortega, 2008: 84). Corrobora Izique (2000: 1):
[...] nas ltimas dcadas, o meio rural vem ganhando novas funes [...]
agrcolas e no-agrcolas [...] um conjunto de atividades ligadas ao lazer,
prestao de servios e at indstria, reduzindo, cada vez mais, os limites
entre o rural e o urbano no Pas.
Dentre essas atividades no-agrcolas encontra-se o turismo. Na ltima dcada deste sculo o fenmeno tem se tornado linha temtica prioritria em
editais de programas de governo para selees de projetos tendo como pblico
alvo Povos e Comunidades Tradicionais. Alguns povos indgenas, sobretudo
do Nordeste desenvolvem o turismo por meio de projetos implantados em
suas TIs, seja pelo fomento de Programas Governamentais do Ministrio do
Meio Ambiente (MMA), seja pelo apoio do Ministrio do Turismo (MTur).
Estes projetos de turismo, em determinadas circunstncias, so de iniciativas dos povos indgenas sob elaborao e execuo das Organizaes Indgenas (OIs), apoiados pelos Programas Governamentais fomentados com os
recursos financeiros dos Acordos Bilaterais ou Multilaterais de Cooperaes
Internacionais entre pases. Ou, podem ser elaborados por meio de parcerias
com ONGs, como ocorre com as Redes de Turismo Comunitrio. Em outros
casos, existem experincias de projetos organizados por grandes empresas internacionais com apoio do Estado nacional, numa parceria governamental e
privada. Nesta ltima situao, na maioria das conjunturas, os projetos atropelam os direitos dos povos indgenas, apoderando-se de suas terras, sendo
considerados como uma ameaa para a prpria sobrevivncia dos indgenas.
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A partir deste trabalho entre os indgenas e os acadmicos surgiu o mencionado projeto de turismo comunitrio dos Jenipapo-Kanind incorporado a
REDE TUCUM. Neste as lideranas indgenas afirmam-se includas, por participarem desde a elaborao da proposta ao desenvolvimento do turismo na
aldeia. Alguns indgenas (homens e mulheres) foram habilitados como monitores de trilhas na aldeia. De acordo com as lideranas Jenipapo-Kanind os
monitores encontram-se aptos a organizar com os visitantes os roteiros tursticos conforme os aspectos culturais e ambientais definidos durante as identificaes das trilhas na TI.
Embora a consolidao da experincia do turismo comunitrio do povo
Jenipapo-Kanind, a proximidade da TI Lagoa Encantada da metrpole Fortaleza, desperta cada vez mais a especulao imobiliria para fins do turismo
macio na TI. Esta agrega um sistema ambiental composto por dunas fixas e
mveis, lagoas costeiras, fontes naturais de gua mineral, ecossistema manguezal e uma grande diversidade de fauna e flora (Meireles, 2005-2007). O povo
Jenipapo-Kanind apesar de ainda enfrentar presso externa de grupo empresarial local, como na situao de conflito com a Empresa Ypica, mesmo assim
este povo indgena alcanou vitria recente. Em 23 de fevereiro de 2011 foi assinada a Portaria Declaratria n 18416 que demarca a Terra Indgena Lagoa da
Encantada.17 Somadas a esta conquista esto s anteriores (o embargo da construo do Aquiraz Resort na TI, em seguida a implantao do projeto turstico
de auto-gesto com apoio de parceiros). Os Jenipapo-Kanind apropriam-se
do turismo comunitrio como estratgia de sobrevivncia. O interesse por este
segmento turstico evidencia, cada vez mais, uma ruptura no fenmeno da
massificao que es hoy en da obsoleto, agotado, que no aporta nuevos atractivos a los turistas (Arnaiz Burne e Virgen Aguilar, 2008: 114). Este mais
um dos exemplos dos atores sociais que adotam prticas no-agrcolas e as
desenvolvem em seus espaos do continuum urbano-rural no Nordeste, rea
tradicional de presso fundiria intensa que assiste investida do turismo
(Souza Lima, 2010: 16).
No contexto atual as territorialidades tursticas contrrias ao modelo do
turismo macio insurgem apostando nos roteiros que permitam usufruir un
tipo de turismo que da importancia al conocimiento y contacto con culturas y grupos sociales concretos (Cordero Ulate, 2006: 72). Portanto, surge o
turismo comunitrio ofertado a partir do interesse de Povos e Comunidades
Tradicionais. Nestas perspectivas aparecem esforos conjuntos na formao
de Redes de Turismo que renam destinos e criem roteiros tursticos para demandas especificas com ofertas exclusivas como um modo resiliente ao turismo macio.
101
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textos, imagens e objetos expostos, bem como por outras explicaes prestadas
pelo monitor indgena.
Os Jenipapo-Kanind detm particularidades potenciais na TI Aldeia Lagoa Encantada apresentadas no projeto de turismo comunitrio, como:
1. As cinco trilhas nomeadas (Lagoa Encantada, Morro do Urubu, Riachos, Roados e Campo de Dunas) propcias para os dspares circuitos
e diversos pblicos (crianas, jovens e idosos).
2. A Escola Diferenciada de Razes Indgenas, espao que permite vivenciar aulas na lngua Tupi e o ritual da dana do Tor no ptio externo
s sextas-feira.
3. A nfase para o papel da mulher indgena na aldeia, tanto na Associao de Mulheres Indgenas Jenipapo-Kanind, como na gesto de
mulheres como Cacique (Pequena Cacique na gesto entre 1995-2010
e atualmente a Cacique Er).
4. O artesanato indgena foi expandido com o financiamento do Programa do Governo Federal Carteira Indgena que aprovou um projeto
para o galpo de artesanato Tio Odorico instalado na aldeia.
5. Implantao e ampliao do Cantinho do Jenipapo, espao para ofertar
a culinria regional aos visitantes.
O Roteiro de Viagem ofertado a partir do contato direto com as lideranas Jenipapo-Kanind. Ou, por meio da REDE TUCUM, com agendamento prvio dos servios desejados. Deste modo, a Rede procura demonstrar a
possibilidade do turismo comunitrio e termina por promover uma valia
Poltica Nacional de Desenvolvimento Sustentvel dos Povos e Comunidades
Tradicionais (PNPCT), instituda pelo Decreto N. 6.040 de 7 de fevereiro de
2007. Exatamente, por estes atores sociais serem os protagonistas dos roteiros
tursticos ofertados, inclusive dois desses roteiros acontecem em Unidades de
Conservao (UC) de Uso Sustentvel, a Reserva Extrativista do Batoque em
(Aquiraz) e a Reserva Extrativista da Prainha do Canto Verde em (Beberibe). Elucida-se que a classificao de UC, Reserva Extrativista (RESEX), tem
impedido a ampliao de muitos projetos de carcinicultura no Nordeste e de
grandes empreendimentos hoteleiros na Zona Costeira do Cear, como nas situaes exemplificadas de Comunidades Tradicionais do Batoque e da Prainha
do Canto Verde.
Pelo exposto v-se que o turismo avana velozmente criando novas territorialidades. Segundo Candiotto e Santos (2009: 322) territorialidade est ligada
ao cotidiano e ao lugar, influenciada por aspectos culturais, polticos, econmicos e ambientais dos indivduos e grupos sociais. O turismo est imbricado
por [...] relaes sociais, sejam elas culturais, econmicas ou polticas espacializadas, regionalizadas ou territorializadas (Saquet, 2009: 74). Deste modo,
o turismo no pode ser interpretado apenas como mera atividade econmica
para atores hegemnicos, pois el turismo, en tanto actividad social, posiblemente tenga una trayectoria muy larga en la historia humana (Cordero Ulate,
104
Concluso
Finalizam-se as reflexes no tema proposto com o saldo de debater o turismo comunitrio, o turismo macio, alm de tecer ponderaes sobre a invisibilidade dos povos indgenas do Nordeste, onde o Movimento Indgena projeta-se na luta pelos direitos constitucionais, especialmente aps a promulgao
da Constituio da Repblica Federativa do Brasil de 1988. Estando os povos
indgenas inseridos na sociedade, no poderiam estes atores sociais e as suas
TIs estarem afastados dos impactados decorrentes do turismo, seja de modo
negativo com o turismo macio, seja de maneira considerada pelos indgenas
como positiva, o turismo comunitrio, mesmo que ainda muito recente como
atividade nas aldeias.
O ano de 1988 sinaliza vigente Constituio Federal, perodo em que os
direitos constitucionais para os povos indgenas, apesar de ainda negligenciados pelo Estado nacional tiveram um avano na legislao brasileira. Esta mudana coincide com o movimento poltico indgena no Brasil e em nvel mundial, surgido na dcada de 1970 e consolidado a partir de 1980. Contudo, vale
recordar que aps a promulgao da citada Constituio, no incio de 1990, os
povos indgenas, suas organizaes e entidades indigenistas de apoio apresentaram propostas para um Estatuto dos Povos Indgenas no sentido de efetivar
os seus direitos constitucionais. Na Cmara dos Deputados, composta por representantes de todos os Estados do Brasil e do Distrito Federal, as propostas
referentes ao aludido Estatuto foram submetidas a uma Comisso Especial que
aprovou um substitutivo, o Projeto de Lei 2057/91. Este projeto foi submetido
ao plenrio da Cmara. Todavia, esta discusso foi paralisada, e quinze anos
mais tarde, a partir de 2008, a Cmara dos Deputados retomou a tramitao
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Pelo olhar nativo, a histria do Cear a histria da resistncia tnica. Contada a partir de seus prprios protagonistas [...] (Gomes e Vieira Neto, 2009:
388). Espera-se que o texto contribua para reforar o processo de visibilizao
tnica destes povos a fim de que os seus direitos s suas terras sejam plenamente respeitados com a regularizao das TIs e considerao s diferenas
tnicas.
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112
Notas
i Doutora em Geografia. Pesquisadora colaboradora no Laboratrio de Estudos e Pesquisas das
Dinmicas Territoriais (LABOTER), no Instituto de Estudos Scio-Ambientais (IESA), na
Universidade Federal de Gois (UFG). E-mail: isismclustosa@hotmail.com.
ii Professora Titular em Geografia Cultural e do Turismo e orientadora no Programa de PsGraduao em Geografia da Universidade Federal de Gois. Diretora do LABOTER/ IESA/
UFG. E-mail: mgdealmeida@gmail.com.
1 Defendida em abril de 2012 no Programa de Pesquisa em Geografia do Instituto de Estudos
Scio-Ambientais na Universidade Federal de Gois sob a orientao da Professora Dra. Maria Geralda de Almeida.
2 Nome adotado pelos indgenas ao se referirem a este empreendimento turstico durante as
entrevistas a aldeia.
3 Elaborado como resultado do Abril Indgena de 2011, maior evento promovido pelo Movimento Indgena, anualmente, na Esplanada dos Ministrios em Braslia, Distrito Federal,
Brasil.
4 Aps muitos anos aguardada para 2012 a votao de um novo Estatuto dos Povos Indgenas
do Brasil no Congresso Nacional.
113
Captulo 6
O Turismo tnico em Comunidades
Indgenas no Brasil: a Reserva Patax
da Jaqueira e o Parque Indgena
do Xingu
Introduo
O objetivo da proposta realizar uma etnografia comparada do turismo em
duas Terras Indgenas: Coroa Vermelha, de ocupao Patax, localizada nos
municpios de Porto Seguro e Santa Cruz Cabrlia - BA e Parque Indgena do
Xingu, na aldeia Kamayur de Ipav, localizada nos municpios de Canarana
e Gacha do Norte MT, contextualizando-a no mbito do desenvolvimento
e no crescente interesse no denominado turismo tnico nos ltimos anos em
todo o mundo, assim como nas discusses levantadas por antroplogos, gegrafos e cientistas sociais que desenvolvam pesquisas sobre turismo cultural e
tnico em comunidades indgenas.
Os ndios Patax criaram no final da dcada de 1990 a Associao Patax
de Ecoturismo (ASPECTUR), com o objetivo de implantar atividades de ecoturismo, turismo cultural e educao ambiental na Reserva da Jaqueira, a qual
apresentada pelos ndios como fragmento preservado de Mata Atlntica na
gleba B da Terra Indgena Patax de Coroa Vermelha. No Parque Indgena do
Xing, os ndios Kamayur da aldeia Ipavu buscam apoio de entidades como a
Fundao Nacional do ndio (Funai) e o Ministrio do Meio Ambiente para a
implantao de projetos de visitao turstica em sua aldeia, que vem ocorrendo efetivamente desde o incio do ano 2000.
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
116
O conceito de ecoturismo
Embora as discusses sobre formas ambientalmente sustentveis de turismo no Brasil remontem a dcadas anteriores, as iniciativas governamentais
para a adoo de um programa voltado ao desenvolvimento deste tipo de atividade tiveram incio em 1994, com a instituio de um Grupo de Trabalho
Interministerial cujo objetivo era propor e desenvolver uma poltica e um programa nacional de ecoturismo. Desde ento, vem se desenvolvendo o conceito de poltica pblica de ecoturismo conhecida como Turismo Verde, cuja
principal linha de ao o Programa de Desenvolvimento do Ecoturismo na
Amaznia Legal1 Proecotur o qual tem como objetivo central o estabelecimento de infraestrutura e a implementao de condies para o gerenciamento de plos tursticos pelos estados brasileiros desta regio. O Proecotur tem
como meta viabilizar o desenvolvimento do ecoturismo na regio Amaznica
brasileira, estabelecendo a base de investimentos pblicos necessrios para a
atrao de investimentos privados. De acordo com Pereira,
a ideia de investimento em infraestrutura a concepo central do programa. So aproximadamente U$$ 213 milhes para um prazo de seis anos
divididos em duas fases: a fase de pr-investimento, mobilizando, com participao do Governo Federal, cerca de U$$ 13,8 milhes no perodo de
2000-2003; e a fase de investimentos propriamente dita, com oramento
de U$$ 200 milhes para os trs anos seguintes. interessante notar que
o governo brasileiro participa dos investimentos do Proecotur na razo de
aproximadamente 1/100 em relao ao emprstimo concedido pelo BID.
Tambm chama a ateno o fato de que um programa voltado basicamente
para a implementao de infraestrutura turstica esteja ligado ao Ministrio
do Meio Ambiente (Pereira, 2004: 03).
No meu ponto de vista a questo do turismo em terras indgenas extrapola o conceito de ecoturismo, bem como a rea de abrangncia do Proecotur. O interesse turstico neste caso reside nos ndios, em sua organizao
social, costumes, tradies e crenas, e no no ambiente natural no qual estes
habitam, ocupam ou exploram, apesar de o ecoturismo poder vir a ser possivelmente um segmento expressivo do turismo em terras indgenas. A defi-
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Atravs de carta sem nmero, datada de 21.09.1999, a Sra. Maria das Neves, presidente
da Associao de Eco-Turismo, da T.I. Coroa Vermelha, solicita chefe do DEPIMA
colaborao no sentido de implementar um projeto que abrange uma rea de 827 hectares
de mata atlntica em regime de preservao permanente situada na gleba B da T.I. Coroa
Vermelha.
O empresrio Joo Ismael Vicentino solicita FUNAI que seja apreciado o projeto: Xingu
Refgio Amaznico turismo e preservao.
Atravs da carta s/n, de 23.06.2000, o Sr. Joo Ismael Vicentino, scio-diretor da Vicentini
Empreendimentos Ltda. turismo e preservao, solicita ao presidente da Funai
apreciao do projeto Xingu Refgio Amaznico datado de junho de 2000 e anexado ao
processo. Consta ainda matria do jornal Correio Braziliense, de 10.08.2000, pg. 36,
sobre turismo em terras indgenas.
123
Conforme destacado anteriormente, o turismo indgena pode ser desenvolvido fora das terras indgenas, como, por exemplo, no caso do empreendimento Xingu Refgio Amaznico, citado acima. De acordo com o release
apresentado o Xingu Refgio Amaznico um empreendimento hoteleiro na
forma de ecolodge, localizado na fazenda Von den Steinen, s margens do rio
com o mesmo nome, de propriedade do Sr. Joo Ismael Vicentini. Tal empreendimento tinha como proposta inicial realizar visitao turstica diretamente
na aldeia Steinen no Parque Indgena do Xingu. Aps um perodo de trs anos
de espera para anlise do processo pela FUNAI, o empresrio responsvel desistiu do projeto inicial e construiu uma rplica de uma aldeia xinguana fora
dos limites do parque indgena, em rea de sua propriedade distante cerca de
40 minutos de barco do Hotel.
Em 30 de junho de 2003 foi firmado um contrato de comodato entre o sr.
Vicentini (comodante) e a Associao Indgena Puwixa Wene (comodatria),
atravs do qual o comodante cedeu uma rea de 1,3 hectare que conta com
trs ocas construdas pelo mesmo, para que a comodatria se instale com seus
membros e familiares com o objetivo de receber turistas e promover a venda
de artesanato indgena.
Na mesma data foi firmado um contrato de parceria de turismo entre as
partes, no qual se estabeleceu que a Associao Indgena cobraria uma taxa de
visitao diretamente dos turistas, da seguinte forma: turistas adultos nacionais e estrangeiros, R$ 100,00 (cem reais); turistas adultos do estado de Mato
Grosso, R$ 50,00 (cinquenta reais); turistas estudantes ou com idade inferior
a 15 anos, R$ 25,00 (vinte e cinco reais). Alm disso, ficou estabelecido que
toda renda oriunda da venda de artesanatos pertenceria total e exclusivamente Associao Indgena. Por outro lado, para o recebimento e atendimento
aos turistas, a Associao deveria fornecer gratuitamente peixe e beiju e, a seu
critrio, apresentar danas ou rituais indgenas. A Associao deveria ainda
permitir aos turistas o livre registro fotogrfico amador e todas as visitaes
seriam acompanhadas por guias da empresa.
No stio do Instituto Socioambiental (www.socioambiental.org.br) consta
referncia de explorao turstica e jornalstica em terras indgenas. Segundo
consta na apresentao nos ltimos anos, cresce o apelo dos ndios junto ao
mercado de ecoturismo e de turismo virtual, isto , de viagens que no se faz,
mas a que se assiste. Iniciativas nesse sentido podem surgir como alternativas
econmicas para os ndios, mas preciso que primem pela tica. Apresentam
dados sobre explorao turstica nas aldeias Yanomami (AM), visitadas periodicamente por turistas e sobre o assdio de equipes de televiso estrangeiras
aos ndios Zo (PA), que estariam pagando at U$$ 200 mil para film-los, no
final de 1998.
Existe uma demanda dos ndios Xavante das Terras Indgenas Pimentel
Barbosa e Arees, localizadas no estado do Mato Grosso por atividades tursticas em algumas aldeias, que consta do diagnstico etnoambiental reali-
124
zado junto aos Xavante, inclusive com uma proposta de construir uma aldeia
cenogrfica na TI Arees e de construo de uma casa de hspedes na aldeia
Weder, da TI Pimental Barbosa.
Alm destes exemplos acima, existem referncias visitao turstica na
TI Guarani do Rio Silveira, localizada no estado de So Paulo e uma demanda
dos ndios Karaj da ilha do Bananal, que em mensagem eletrnica enviada
Embratur e assinada por Idjawala R. Karaj em 31 de janeiro de 2005 afirma
que somos donos da maior ilha fluvial do planeta, a ilha do Bananal e estamos
querendo implantar o ecoturismo, em nossa reserva e gostaramos de contar
com o apoio de vcs, pois no temos experincia no assunto e sabemos que esta
rea de atuao de vcs.
Fica claro que o tema do turismo em terras indgenas precisa ser tratado
com seriedade e tica pelo governo federal e creio que uma proposta de regulamentao da atividade deve ser amplamente discutida com os ndios, suas associaes e lideranas, rgos do governo federal e entidades do terceiro setor.
Aspectos legais
A Constituio Federal da Repblica Federativa do Brasil (CF) promulgada
em outubro de 1988 trouxe inovaes no que diz respeito aos direitos indgenas e o tratamento constitucional da questo indgena ampliou-se expressivamente. Cordeiro (1999) comenta os artigos da CF relativos s sociedades indgenas, onde aponta duas importantes inovaes. A primeira consta no Artigo
20, que inclui entre os bens da Unio as terras tradicionalmente ocupadas
pelos ndios. O conceito de ocupao tradicional definido no Artigo 231 e,
para Cordeiro, reconhecer a ocupao tradicional significa ampliar o conceito de territrio indgena a toda a extenso de terra necessria manuteno
e preservao das particularidades culturais de cada grupo (Cordeiro, 1999:
68). Conforme Lima coloca, na verdade a incluso das terras indgenas como
bens da Unio j estava presente na Lei 6.001, mais conhecida como Estatuto
do ndio, promulgada em 1973, mas efetivamente nas constituies anteriores
a propriedade das TIs no era da Unio.
Por sua vez, o Artigo 22 da CF apresenta uma ruptura em relao s constituies de 1934, 1946 e 1967, pois afirma a competncia privativa da Unio
para legislar sobre populaes indgenas, enquanto as constituies anteriores se referiam competncia exclusiva da Unio para legislar sobre a incorporao dos silvcolas comunho nacional. No cabe mais a integrao do
ndio sociedade nacional, mas sim reconhecer aos ndios sua organizao
social, costumes, lnguas, crenas e tradies, e os direitos originrios sobre as
terras que tradicionalmente ocupam (...) (caput do Artigo 231 da CF).
Algumas pessoas interpretam um dispositivo da Lei 6.001/73, mais conhecida como Estatuto do ndio, como uma proibio das atividades turs-
125
ticas em terras indgenas, qual seja, o artigo 58 do Captulo II, que em seu 2
inciso estabelece que utilizar o ndio ou comunidade indgena como objeto
de propaganda turstica ou de exibio para fins lucrativos ter como pena
deteno de dois a seis meses. Fica claro tratar-se de um resguardo da possibilidade dos indgenas serem explorados por pessoas de m-f, o que difere
muito de um empreendimento turstico sob total controle dos ndios e com
uma srie de cuidados a serem observados. Tambm importante ressaltar
que a Constituio Federal de 1988 nossa lei maior e que seus dispositivos
legais prevalecem sobre aqueles que lhe antecederam, como o caso de alguns
artigos da Lei 6.001/73.
O Brasil ratificou em julho de 2002 a Conveno n 169 da Organizao
Internacional do Trabalho sobre povos indgenas e tribais que traz vrias inovaes e procura assegurar aos povos indgenas e tribais igualdade de tratamento e de oportunidades no pleno gozo dos direitos humanos e liberdades
fundamentais, sem obstculo ou discriminao e nas mesmas condies dispensadas aos demais povos (Veloz e Pereira, 2004: 09). Destaco especialmente
o artigo 2, que determina que os governos devero adotar medidas (SIT, 2004:
13-14):
a) que assegurem aos membros desses povos o gozo, em condies de igualdade, dos direitos e oportunidades que a legislao nacional outorga aos
demais segmentos da populao;
b) que promovam a plena realizao dos direitos sociais, econmicos e culturais desses povos, respeitando sua identidade social e cultural, seus costumes e tradies e suas instituies;
c) que ajudem os membros desses povos a eliminar diferenas socioeconmicas que possam existir entre membros indgenas e os demais membros da
comunidade nacional, de maneira compatvel com suas aspiraes e formas de vida.
O fato do Estado Brasileiro no assegurar aos ndios as mesmas condies
oferecidas ao restante da sociedade brasileira contraria ainda o primeiro item
do artigo 7 da Conveno 169, que determina que os povos indgenas e tribais devero ter o direito de escolher suas prprias prioridades no que diz
respeito ao processo de desenvolvimento, na medida em que afete suas vidas,
crenas, instituies e bem-estar espiritual, bem como as terras que ocupam
ou utilizam de alguma forma, e de controlar, na medida do possvel, seu prprio desenvolvimento econmico, social e cultural. Alm disso, esses povos
devero participar da formulao, aplicao e avaliao dos planos e programas de desenvolvimento nacional capazes de afet-los diretamente (Idem:
16).
126
Justificativa
Creio que o estudo comparado das duas situaes se justifica, no apenas
pelas marcantes diferenas entre as duas etnias, mas tambm por algumas similaridades, uma vez que:
(a) as iniciativas de formulao de projetos para o desenvolvimento de atividades tursticas na Reserva Patax da Jaqueira e na aldeia Kamayur de Ipavu
datam de meados da dcada de 1990, sendo que tais atividades se estruturaram em graus variados recentemente;
(b) em ambos os casos as atividades tursticas ocorrem revelia e sem o acompanhamento do rgo indigenista oficial e sem estudos de viabilidade e
sustentabilidade das atividades;
(c) as atividades tursticas alavancam a venda e agregam valor aos produtos
artesanais produzidos pelos ndios Patax e Kamayur, alm de se constiturem, de forma crescente, como importante fonte de renda e trabalho;
(d) os turistas estrangeiros representam mais de 90% dos visitantes nas duas
situaes, o que refora a afirmao da Organizao Mundial de Turismo
sobre o enorme potencial e crescente interesse pelo turismo tnico nos
prximos 30 anos, o que permitir articular a anlise dos nveis local, regional e nacional com o internacional, situando a pesquisa junto aos ndios
Patax e Kamayur nestes distintos nveis de anlise.
Dada a complexidade das situaes a serem estudadas, reporto-me a Marcus quando este afirma que o etngrafo deve ter uma atitude experimental
que influa na anlise e elaborao do texto exatamente naqueles momentos
em que se precisa explicar como a estrutura se articula com as experincias
reflexivas explicitadas pelo autor: como o global se articula com o local; ou,
como se costuma dizer atualmente, de que modo as identidades se formam
na simultaneidade da relao entre nveis de vida e organizao social (isto ,
a coexistncia (...) do Estado, da economia, da mdia internacional da cultura
popular, da regio, do local, do contexto transcultural, do mundo do etngrafo
e dos seus objetos, tudo ao mesmo tempo). (Marcus, 1991).
a partir desta perspectiva que pretendo realizar minha pesquisa: preciso
relacionar os Patax e Kamayur no s com os demais segmentos da populao regional mas tambm com uma infinidade de outros segmentos multilocalizados: operadores e empresas de turismo, rgos governamentais (Funai,
Ibama, Ministrio do Turismo, Secretarias Estaduais e Municipais de Turismo
e Cultura, dentre outros), turistas (brasileiros e estrangeiros), pesquisadores,
organizaes no governamentais, dentre outros.
127
Consideraes Finais
As discusses sobre a questo do turismo em terras indgenas no redundaram em propostas concretas at o momento, provavelmente porque no
contaram de forma permanente com os principais agentes: os ndios. imprescindvel a participao indgena em todo o processo de discusso, motivo
pelo qual sugiro que sejam realizados seminrios propositivos sobre turismo
em terras indgenas, onde se garanta aos ndios manifestar suas ideias e propor
encaminhamento para a questo.
Uma das formas de encaminhar a questo seria a realizao de seminrios
temticos, no caso pelo menos cinco seminrios, um em cada regio do pas
(regies norte, nordeste, centro-oeste, sudeste e sul), com ampla participao
dos ndios, suas organizaes e entidades, governo federal (Ministrio do Turismo, Funai, Ministrio da Justia, Ministrio do Meio Ambiente, dentre outros), ONGs, organizaes indigenistas, Ministrio Pblico Federal e demais
interessados com o objetivo de formular propostas de encaminhamento da
questo.
Outra estratgia de fundamental importncia seria a articulao pela Funai
de um frum interno quela instituio para discusso da questo, composto
pelas suas diversas instncias. Este frum serviria para fomentar internamente
um posicionamento por parte da instituio que oficialmente a responsvel
pela implementao da poltica indigenista nacional.
Deve-se garantir s comunidades indgenas as condies necessrias para
que possam efetivamente ser protagonistas no atual processo de globalizao
do qual o turismo apenas um dos fatores, em consonncia com a legislao
brasileira e internacional sobre direitos dos povos indgenas.
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1989 Representations of international tourism in the social sciences: Sun, sex,
sigths, savings, and servility. Annual Review of Anthropology, 18 : 307344.
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129
Notas
i Doutorando em Antropologia Social. Universidade de Braslia. Mestre em Antropologia Social, PPGAS/UnB. Correo electrnico: rodrigo.chaves73@gmail.com.
1 A Amaznia Legal Brasileira inclui os seguintes estados: Acre, Rondnia, Roraima, Amazonas, Par, Amap, Mato Grosso e parte do Tocantins e Maranho.
2 Nash (1996) aponta que o primeiro artigo antropolgico sobre turismo foi escrito em 1963
por Theron Nuez acerca do turismo de final de semana em uma vila mexicana.
3 Oficialmente, a Reserva Indgena da Jaqueira integra a Gleba B da Terra Indgena Coroa
Vermelha. As duas glebas no so contguas, a Gleba A est localizada na beira da praia do
distrito de Coroa Vermelha, municpio de Santa Cruz Cabrlia; enquanto a Gleba B localizase no municpio de Porto Seguro e inclui a Reserva da Jaqueira e uma rea reservada para a
agricultura.
4 Trata-se da aldeia Kamayur situada beira da lagoa Ipavu. Existe uma outra aldeia Kamayur localizada no rio Xingu, denominada Moren.
5 Desde meados da dcada de 1990 lideranas Kamayur tentam estabelecer interlocuo com
a Funai para apoi-los na estruturao de atividades de visitao na aldeia Ipavu.
Captulo 7
El patrimonio inmaterial purh y
el turismo cultural: Reflexiones
en torno a un festival tnico
Introduccin
A finales del ao 2010 la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribi en su Lista Representativa
del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (5.COM) a la Cocina
tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva: El paradigma de
Michoacn, as como a la Pirekua, canto tradicional de los purhpechas. El reconocimiento a nivel internacional de estas dos manifestaciones de la cultura
purh contempornea se exhibi como un logro indiscutible para los indgenas michoacanos y como el principio de una nueva etapa de reivindicaciones
tnicas en vas de consumarse, gracias al apoyo de las autoridades estatales y
federales.
Sin embargo, aquello que en un principio se vivi con verdadera euforia
por parte de los representantes de gobierno y de algunos sectores indgenas
que impulsaron dichas candidaturas, pronto se vio opacado por las manifestaciones opuestas a estos reconocimientos, expresadas por algunos lderes de la
etnia, que se mostraron sumamente molestos, puesto que en la conformacin
de los expedientes enviados a la UNESCO no exista la representatividad ni
el respaldo del grupo indgena en su totalidad, sino slo por parte de algunos
individuos purhpecha afines a las instituciones gubernamentales.
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
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Se abri entonces un fuerte debate que contina sin generar acuerdos. Por
un lado, se han posicionado las autoridades gubernamentales, quienes a grandes rasgos defienden el reconocimiento hecho por la UNESCO (as como la
manera en que se sustentaron las candidaturas) y han hecho mltiples compromisos con las comunidades indgenas, con promesas de fomentar la inversin en la regin, impulsar programas de desarrollo sustentable, promover
el rescate de su patrimonio material e implementar medidas de salvaguardia
de su patrimonio cultural inmaterial. Por otro lado, se ubican los indgenas
purhpecha, cuyas posturas se pueden resumir en dos: un grupo que estuvo a
favor de la inscripcin en la Lista Representativa, que particip activamente en
la conformacin del expediente y que ve en lo anterior una ventana de oportunidad para incidir en el desarrollo sustentable de la regin1. Hay otro grupo,
que se ha manifestado abiertamente en contra de la inscripcin, argumentando principalmente la carencia de acuerdos y representatividad comunitarios
que sostuvieran la peticin de inscribir su candidatura ante la UNESCO, y que
se muestra preocupado por las consecuencias negativas para la salvaguardia
de los valores culturales tradicionales de los purhpecha que puedan desprenderse de este reconocimiento, como por ejemplo el arribo masivo de turistas,
la explotacin de empresas tursticas por parte de empresarios externos a las
comunidades o la concentracin en pocas manos de los beneficios generados
a travs de estas actividades, as como la contaminacin de las prcticas tradicionales indgenas, entre otros.2
No se puede dejar de mencionar que una gran cantidad de purhpecha
comunes, es decir, aquellos que no pertenecen a ninguno de estos grupos,
no forman parte activamente de ninguna organizacin campesina, poltica o
tnica, o, si lo hacen, no estn enterados y/o interesados en este debate, no han
prestado atencin o no se han enterado del reconocimiento de la UNESCO. De
esta manera se nota que la polmica se reduce al campo de las lites nativas,
con los dos principales grupos que he mencionado, vis vis, -o bien del lado
de- las autoridades gubernamentales estatales y/o federales.
Por las circunstancias sealadas anteriormente, se ha avivado la preocupacin de muchos purhpecha, de las autoridades involucradas, as como del
sector acadmico, en torno al impacto que puede significar la llegada del turismo en gran escala a las comunidades indgenas de Michoacn, principalmente
fomentada por el foco de atencin mundial en que se han convertido dos elementos de su cultura: la cocina tradicional y la pirekua.
Es en este punto donde se inserta el tema que me ocupa puesto que tradicionalmente las celebraciones del Concurso Artstico del Pueblo Purhpecha
(CAAP) se han constituido como eventos atractivos para el pblico nacional
y extranjero, adems de visitantes provenientes de diferentes comunidades.
En ellos es posible contemplar la riqueza artstica de la cultura purh, a un
mismo tiempo, mientras se experimentan celebraciones y rituales que tienen
como finalidad recrear smbolos esenciales de la cosmovisin indgena ances-
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a seiscientos participantes.
El evento artstico es organizado bajo una mecnica bien instituida que resulta eficiente y se estructura bajo cuatro categoras de participacin: danzas,
pireris, bandas y orquestas. Las danzas reflejan claramente la cosmovisin del
pueblo purh y estn presentes en prcticamente todas las celebraciones de
esta etnia, ejecutndose de manera muy variada. Pueden ser interpretadas por
un grupo pequeo o amplio de danzantes y desarrollar distintas temticas.
En el CAPP existe la categora de Danza de rescate, que pretende recuperar
danzas desaparecidas o en desuso. La segunda categora, los pireris son los
compositores y/o intrpretes de las pirekuas. stas son un gnero musical surgido a partir del sincretismo entre las expresiones musicales prehispnicas y
los cantos religiosos europeos. Por medio de una pirekua se expresan emociones y sentimientos, por lo general, en lengua purh. Se interpretan por duetos, tros o cuartetos, acompaados por guitarras y contrabajo.8 Las orquestas
tradicionales purhpecha tienen como base las orquestas de cmara europeas
y, por lo tanto, la utilizacin de instrumentos de arco, como el violn, la viola,
el violonchelo y el contrabajo, a los que en ocasiones se aade la guitarra, el
clarinete, la trompeta y el arco. La componen aproximadamente diez msicos.
Finalmente, las bandas que participan en el CAPP se componen aproximadamente por cuarenta msicos, lo que las convierten en un importante atractivo
musical. Incluyen los mismos instrumentos que las orquestas, pero adems
trombones, cornos, tuba, tambores, timbales y platillos.
Adems de los propios del Concurso, el pblico que acude al CAPP tiene una amplia gama de eventos adicionales durante su estada en Zacn. En
primer lugar estn las celebraciones de San Lucas, protector del ganado, que
consisten en varias misas amenizadas por bandas famosas a lo largo del da.
Tambin destacan la bendicin del ganado, las competencias deportivas de
bsquetbol y de urukua y chupiri urukua o pelota encendida,9 la quema del
castillo y el baile popular. El da 19 de octubre tiene lugar el famoso toro de
once,10 seguido por un jaripeo y en la noche, serenata en el kiosco y baile popular.
Desde los primeros aos de vida del CAPP se han realizado algunas actividades con la finalidad de rescatar tcnicas artsticas tradicionales, deportes autctonos, alimentos preparados segn la usanza antigua y el uso de ingredientes y materias primas locales. Por ejemplo, se hace un Concurso de artesanas,
que premia a las mejores piezas elaboradas de acuerdo con las tcnicas tradicionales, usando principalmente materiales regionales.11 Dentro de la nuestra
de atoles, iniciada en 2004, se ofrece una gran variedad de atoles preparados
con mtodos tradicionales, acompaados por platillos propios de la regin,
como calabaza en tacha,12 buuelos, pan de lea y tamales,13 entre otros.
Las competencias del juego tradicional de urukua y chupiri urukua convocan a equipos destacados de la regin y presentan una oportunidad para los
visitantes de presenciar el desarrollo de un torneo deportivo autctono, que se
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que lo que se buscaba con el CAPP era ponerlo en valor turstico y encauzar
varias acciones para incrementar ao con ao el nmero de visitantes, bajo los
lineamientos del turismo cultural responsable.
En efecto, es factible que el CAPP encaje dentro de los lineamientos del
disfrute turstico del patrimonio intangible y que se pueda convertir en un
producto atractivo para los turistas culturales, dado que se puede ofrecer como
representacin de la esencia de un pueblo indgena. Sin embargo, en este tipo
de proyectos es necesario observar atentamente y apegarse a los criterios establecidos por la Carta Internacional sobre Turismo Cultural (La gestin del
turismo en los sitios con Patrimonio Significativo) aprobada por el Consejo
Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) en la 12 Asamblea General,
celebrada en Mxico, en 1999, que plantea la gestin del patrimonio como una
tarea que incluye comunicar su significado y fomentar su conservacin, tanto
entre la comunidad anfitriona como entre los visitantes. Esta labor, conlleva
la responsabilidad de respetar los valores del Patrimonio Natural o Cultural,
as como los intereses y patrimonios de la actual comunidad anfitriona, de
los pueblos indgenas conservadores de su patrimonio o de los poseedores de
propiedades histricas, as como la obligacin de respetar los paisajes y las
culturas a partir de las cuales se ha desarrollado el Patrimonio. 16
De acuerdo con las prioridades de la Secretara de Turismo de Michoacn,
el pueblo de Zacn se constituy como uno de los destinos potenciales de la
Ruta Don Vasco17, bajo el esquema de consumos tursticos breves (short travel).
Esto supone que, si bien no dispone de la oferta turstica bsica, posee recursos
de gran potencial turstico, aunque precisa mejorar su puesta en valor. Algunos
de estos atractivos son las capillas del siglo XVI y la Huatpera. Otro es precisamente su patrimonio intangible, a travs del CAPP y otras manifestaciones
culturales.
Especficamente, por lo que respecta al CAPP, no obstante el intenso trabajo de promocin realizado, hay serias dificultades de infraestructura que
impiden posicionarlo como un producto turstico cultural que pueda contribuir a generar desarrollo sustentable para los habitantes de Zacn y que a la
vez pueda ser atractivo para un pblico amplio, con cierto poder adquisitivo.
Primeramente, el acceso a la comunidad, si bien se ha facilitado con la ampliacin y reconstruccin de la carretera Uruapan-Los Reyes, contina siendo
complicado hasta cierto punto. Despus de llegar a Uruapan (a sesenta kilmetros de Morelia, capital del Estado, hay que continuar cerca de cuarenta
kilmetros por el corazn de la Meseta Purhpecha. Sin trfico, el recorrido
toma aproximadamente una hora y media, pero si es da de fiesta en Zacn o
en algn otro pueblo, el tiempo de viaje puede incluso triplicarse. A esto hay
que aadir un riesgo latente: la toma y el cierre de carreteras por comuneros de
otros poblados, para exigir solucin a diversas demandas. Muchos visitantes
han cancelado viajes programados a la regin a partir de los enfrentamientos
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entre comuneros, agudizados a partir del primer trimestre del 2011. A esto se
une la inseguridad, ampliamente difundida por los medios de comunicacin
nacionales, que desmotiva a muchos turistas, reacios a adentrarse en las carreteras michoacanas.
Como se mencion anteriormente, el turismo que acude a presenciar el
CAPP es principalmente originario del Estado de Michoacn y visita Zacn
nicamente por espacio de algunas horas (short travel) y sin dejar una derrama
econmica significativa. El mayor nmero de visitantes acude por la tarde y
se retira por la noche. Slo los familiares y amigos de los concursantes, o bien
las amistades de los habitantes de Zacn, pernoctan en el lugar. Las familias
zacanenses ofrecen alojamiento a sus invitados, mientras que los participantes
se hospedan en un espacio acondicionado especialmente para este fin, en la
escuela primaria. Una de las razones por las cuales el turismo no puede alojarse en Zacn es que no hay hoteles. Por esta razn se est implementando
un programa de Casas Rurales18, para ofrecer la posibilidad de pernoctar en
el pueblo, sin tener que trasladarse a otro sitio. La gente que quiere acudir durante los dos das que se desarrolla el CAPP, por lo general se hospeda en las
ciudades de Uruapan, Los Reyes o Peribn (ambos a unos treinta kilmetros
de distancia).
En cuanto a la oferta gastronmica, las autoridades estatales de turismo
han reconocido a algunas cocineras tradicionales, para ofrecer servicios al turista en Zacn.19 Inconvenientemente, sus cocinas no estn abiertas permanentemente al pblico, sino que hay que contactarlas con anterioridad, para
que puedan abastecerse de lo necesario para atender a los visitantes. Fuera
de este servicio no existen en el pueblo restaurantes ni establecimientos que
puedan ofrecer una alternativa para el consumo de alimentos, salvo un par de
taqueras o puestos ambulantes de comida. Los das en que se lleva a cabo el
CAPP, se instala una gran cantidad de puestos informales, que ofrecen variedad de alimentos a bajo costo. Sin embargo, carecen de condiciones higinicas
mnimas, por lo que no son recomendables. Los comerciantes ambulantes no
son zacanenses. La mayora de ellos proviene de otros estados y se dedica a
trabajar en las ferias de los pueblos.
En lo que toca a la oferta y al consumo de mercancas en la localidad, durante los das del CAPP, la mayora de los visitantes, y an la gente del pueblo,
adquieren productos a los comerciantes ambulantes que se establecen los das
de fiesta en los espacios comunitarios, que son rentados a un precio significativo por las autoridades locales, principalmente en la plaza principal y las calles
aledaas, incluyendo la carretera que atraviesa la comunidad y que la conecta
con otros lugares (lo que hace el trfico sumamente pesado esos das). Dichos
productos son de psima calidad, incluso muchos de ellos son piratera. La
relacin calidad-precio es desproporcionada. En el atrio del templo tambin se
ubican comerciantes, pero a diferencia de los dems, stos s son originarios de
diversos pueblos purhpecha. Ofrecen productos elaborados artesanalmente,
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El enfoque de los programas y las acciones propuestos en el Plan Estratgico de la Ruta Don Vasco para fomentar el desarrollo en Zacn, se rige bajo los
principios de la sustentabilidad cultural, natural y econmica. Primeramente, bajo la sustentabilidad cultural se contempla desarrollar para preservar,
es decir, lograr que se conserve y recupere el patrimonio cultural, as como
garantizar la preservacin y transmisin de prcticas culturales que han quedado o podran quedar en desuso. De esta manera, se pretende revalorizar el
universo de costumbres y tradiciones de la comunidad (IDT, 2010: 27). En
segundo lugar, se anota que la sustentabilidad natural debe vigilar la conservacin y la recuperacin del espacio turstico de la comunidad y sus alrededores,
respetando sus valores ecolgicos y sus paisajes, incluyendo tambin el trabajo
para remediar las agresiones ambientales no vinculadas al turismo. Para ello,
se ha propuesto atacar el problema de la deforestacin, tanto por tala clandestina como por agricultura, mediante diversos programas de concientizacin y
de capacitacin sobre el uso de los recursos silvcolas. Finalmente, la tercera
matriz de la sustentabilidad busca garantizar el desarrollo econmico de la poblacin local, consolidando bases slidas para las futuras generaciones, para lo
que se debe asegurar que los negocios sean competitivos y que las inversiones
pblicas contribuyan a poner en valor turstico de manera permanente a la
comunidad y su entorno.
Observando estos principios, la propuesta de desarrollo de la Ruta se vislumbra como una posibilidad real para el desarrollo sustentable en la comunidad. Sin embargo, hay un asunto que se obvia dentro de la planificacin a
partir de las finalidades tursticas, que es precisamente donde podra radicar
el xito o el fracaso de esta propuesta. Bsicamente es el tema de la comunidad
indgena, sus usos y costumbres, sus formas de organizacin, de negociacin
y de aceptacin o rechazo de programas impulsados por entidades externas
a ellos. Por lo menos durante los ltimos cuarenta aos, ha habido una serie
de proyectos importantes de inversin turstica en las regiones indgenas de
Michoacn, que no han podido consolidarse debido a la oposicin de sus habitantes.22 Las razones expresadas por parte de los lderes de estos movimientos
opositores son en resumidas cuentas que los beneficios obtenidos a partir de
los proyectos tursticos quedaran en manos de empresas ajenas a las comunidades, algunas ellas extranjeras, as como que stas devastaran los recursos
naturales pertenecientes ancestralmente a las comunidades, explotaran a sus
habitantes con sueldos mnimos e influenciaran a los nios y jvenes a seguir patrones y aspiraciones culturales ajenos a sus tradiciones, entre muchos
otros. Quiz el argumento de mayor peso, puesto que de l derivan todas las
dems consideraciones, es que no se ha tomado el parecer de la comunidad en
su conjunto. Generalmente los inversionistas y las autoridades responsables
han entablado dilogos y establecido acuerdos con algunos miembros de las
comunidades donde se pretende invertir, pero rara vez se ha trabajado bajo
los usos y costumbres de las comunidades, es decir, bajo los procedimientos
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foros acadmicos, y mediante cartas enviadas a las autoridades gubernamentales que se han hecho pblicas por distintos canales.
Como ejemplo de lo anterior, se reproducen extractos del texto elaborado
por este grupo para protestar acerca de las inclusiones de la pirekua y la cocina
tradicional michoacana dentro del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.
TERCERO.- Nos causa ms preocupacin, el hecho de que el Comit de
la UNESCO que se rene para evaluar las candidaturas (Decisin 5.COM
6.29) afirma lo siguiente: R4: La comunidad purhpecha ha participado
en la preparacin de la candidatura y en la definicin de las medidas de
salvaguardia propuestas, y sus dirigentes han otorgado su consentimiento libre, previo y con conocimiento de causa. Tal afirmacin se respalda
con el documento Anexo 1, (registro CLT/CIH/ITH No. 2356), en donde
se manifiesta la supuesta autorizacin de la Comunidad Purhpecha. Sobre lo anterior queremos precisar lo siguiente: El testimonio del Comit
Organizador del Festival de Zacn y la declaracin de algunos Pirericha
(Cantadores) no representan al Pueblo Purhepecha en su conjunto son
slo intrpretes, ninguno es compositor de pirekuas, ni son dirigentes del
Pueblo Purhpecha. Los citados grupos () si bien, han salido al mbito
internacional, ha sido porque estn conectados con las dependencias de
gobierno, que los promueven; siendo los autnticos pirericha, relegados
y explotados. Por lo tanto, la comunidad Purhepecha, no particip en la
elaboracin del expediente para la candidatura, por lo que han surgido una
serie de inconformidades
POR LO ANTERIOR PROPONEMOS:
d).- Que la Secretaria de Turismo y el Gobierno del Estado dejen de lucrar
con el patrimonio cultural de los Purhpecha; el Comit de la UNESCO
que valor la candidatura presentada por la Secretaria de Turismo de Michoacn, conozca verdaderamente que los motivos fueron con fines tursticos y polticos. Son nuevos mtodos de explotacin de nuestro patrimonio
Cultural Purhpecha por parte del Gobierno de Michoacn 23
Como se puede apreciar, el debate generado al interior del grupo tnico
ha sido muy intenso, por lo que resulta difcil vislumbrar un acuerdo comn
a corto plazo. Sin embargo, es relevante sealar que existe un inters de los
grupos influyentes purhpecha por construirlo a partir de confrontar opiniones, expresar desacuerdos y discutir cara a cara. Para ello, se han organizado
encuentros y mesas redondas, y se han aprovechado algunas reuniones informales para discutir el tema. Tambin se han solicitado las sugerencias de especialistas estudiosos del pueblo purh, con el nimo de estar mejor informados
y poder sustentar sus argumentos ante las autoridades y otros sectores de la
poblacin.
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148
149
Bibliografa
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s/f
Una Fiesta Inolvidable. 18 de Octubre en Zacn, libro mecanografiado
y distribuido entre familiares y conocidos del Ing. Jess Aguilera. (El
autor me proporcion una copia).
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2011 Texto del Consejo de Kurhikuaeri Kuinchekua en torno a la declaratoria
de la Pirekua y la Cocina Michoacana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO. Jarcuaro, Mxico. (Documento
no publicado).
150
Notas
i Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo. Coordinacin de la Investigacin Cientfica. Correo electrnico: lorenaod@gmail.com
1 A este grupo lo puedo identificar principalmente con algunos de los iniciadores y los organizadores del Concurso Artstico del Pueblo Purhpecha de Zacn.
151
2 Este grupo est representado por algunos miembros del Consejo de Excargueros del Ao
Nuevo Purhpecha.
3 Hablar ms adelante de las propuestas de este proyecto. Se puede consultar la pgina web de
la misma en www.rutadonvasco.com.mx/
4 Zacn es una comunidad indgena enclavada en la Meseta Purhpecha, que poltica y administrativamente forma parte del municipio de Los Reyes, ubicado al noroeste del Estado
de Michoacn. El pueblo fue fundado en 1532 por la orden de los agustinos. En la actualidad
tiene aproximadamente ochocientos habitantes.
5 Esta problemtica se remonta a los primeros aos de la colonizacin. Sin embargo, se agudiz
a partir de las resoluciones presidenciales de los aos 1934-1940, que han sido duramente
cuestionadas por las comunidades, que alegan que son inexactas, basndose en los antiguos
ttulos primordiales. Las pugnas por lmites se exacerbaron en la dcada de 1970 y continan
activas hasta la actualidad.
6 Inicialmente se identificaron con Cuauhtmoc Crdenas, hijo del expresidente Lzaro Crdenas, quien fue gobernador de Michoacn por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de
1980 a 1986. Este poltico fue fundador en 1988 del Frente Democrtico Nacional, hoy Partido de la Revolucin Democrtica (PRD), y padre del tambin exgobernador de Michoacn,
Lzaro Crdenas Batel.
7 Por ejemplo, la Huatpera, la Capilla de la Inmaculada y el Templo de San Pedro de Zacn
han sido restaurados con el auspicio de la Fundacin Adopte una Obra de Arte. A partir del
gobierno de Lzaro Crdenas Batel (2002-2008), Zacn fue incluido como una de las sedes
del Programa Turstico de Casas Rurales y de la Ruta de Don Vasco y se concluy el Auditorio
Melchor Daz Rubio.
8 La conceptualizacin de lo que es un pireri ha generado cierta polmica entre los grupos
purhpecha y las autoridades gubernamentales. stas ltimas, junto con algunos grupos
purhpecha, incluyen bajo esta denominacin a los intrpretes y compositores, mientras que
quienes se han manifestado en contra argumentan que un pireri es exclusivamente quien
compone la msica y la letra de las pirekuas y que, por lo tanto, se ubican en un nivel de mayor
mrito.
9 La urukua corresponde al juego de pelota mesoamericano que fue practicado con fines
rituales en la regin purh. Una variante de algunos poblados es la conocida como chpiri
urukua, que consiste en encender la pelota con la que se juega.
10 El toro de once es una costumbre arraigada en Zacn, que consiste en un recorrido en el
que se suelta un toro (en realidad va lazado) en el pueblo, a las once de la maana. De ah
su nombre. En este juego ocupan un lugar central las jovencitas de la comunidad. Se cree que
esta prctica es alusiva a los rituales de fertilidad e inicio del cortejo.
11 El concurso de artesanas incluye los rubros textiles, fibras vegetales y madera, divididos en
las ramas de blusas bordadas, blusas deshiladas, manteles, uanegos (blusas) bordados, uanegos deshilados, juegos de dos piezas, sombreros de palma y panikua (fibra originaria de la
regin del lago de Ptzcuaro), maderas y rama infantil.
12 Alimento tradicional michoacano, preparado con calabaza de castilla en trozos, con miel de
piloncillo y canela.
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13 Los tamales son un platillo elaborado a base de masa de maz rellena de diferentes guisados,
envuelta en hoja de maz, pltano o maguey. En Michoacn dos variantes ampliamente consumidas son las corundas, que tienen forma triangular y pueden ir sencillas o rellenas, y los
uchepos, a base maz tierno y sin relleno.
14 El presidente de esta asociacin es miembro de una de las familias de profesionistas iniciadores del CAPP, los Aguilera Ortiz.
15 A travs de este tipo de gestiones los lderes del pueblo lograron llevar a los presidentes Miguel de la Madrid (en 1981) y a Carlos Salinas de Gortari (en 1989) a la comunidad y comprometer apoyos para obras pblicas, crditos y creacin de fuentes de empleo.
16 Dicha carta se puede consultar en la siguiente direccin electrnica www.conaculta.gob.mx/
turismocultural/documentos/pdf/carta.pdf, recuperada el 2 de abril de 2012.
17 Este proyecto fue desarrollado por la consultora espaola IDT por encargo de la Secretara
de Turismo del Estado de Michoacn. Se comenz a implementar en el ao 2007 y se prev
que concluya en el 2012. Ha sido reconocido con el premio al Mejor Producto Turstico Internacional en la Feria Internacional de Turismo en Madrid, en 2010.
18 Las Casas Rurales son un modelo de alojamiento que busca crear conciencia de los beneficios
econmicos que puede significar el arribo de turistas. La idea central es facilitar recursos a
ciertas familias que cumplan con algunos requisitos, para acondicionar sus casas, equipar las
habitaciones e instalar cocinas tradicionales.
19 Las cocineras tradicionales de Zacn reconocidas por las autoridades tursticas de Michoacn son: Esperanza Galvn, Luca Medina Huanosto y Margarita de los ngeles Alfaro, todas
con domicilio conocido en la comunidad.
20 Mxico, dcimo lugar en Ranking de Turismo Mundial, en El Universal, 12 de mayo de
2012, http://www.eluniversal.com.mx/notas/846959.html, recuperado el 13 de mayo de 2012.
21 El volcn Paricutn surgi el 20 de febrero de 1943 y no ha vuelto a entrar en erupcin. Es
considerado Patrimonio Natural de Mxico.
22 Por ejemplo, el establecimiento del Club Mediterrane en la ribera del lago de Ptzcuaro, a
principios de la dcada de 1980, y el complejo ecoturstico de Zirahun, promovido por la
familia Arreola durante la dcada de 1990, entre otros.
23 Texto del Consejo de Kurhikuaeri Kuinchekua en torno a la declaratoria de la Pirekua y la
Cocina Michoacana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO,
Jarcuaro, 1 de febrero de 2011.
Captulo 8
Ecoturismo comunitario en Mxico:
dos casos de xito
Antecedentes
Mxico est ubicado en el dcimo lugar mundial, dentro de las naciones
que mayor nmero de turistas internacionales reciben: ms de 23 millones
para el ao 2011 (WTO, 2012:6). La importancia econmica de este sector se
refleja en los 11.600 millones de dlares que se obtuvieron durante ese ao por
concepto de turismo internacional (Sectur, 2012). Durante ese mismo ao, el
flujo de turistas nacionales fue de 167,3 millones (Sectur, 2012).
El turismo masivo (tambin llamado industrial o fordista (Lpez y Palomino, 2007) ha sido el predominante a nivel mundial desde la segunda mitad del
siglo XX hasta nuestros das. Este tipo de turismo se caracteriza por su carcter estacional. Los visitantes buscan entretenimiento y descanso en enclaves
masificados de fcil acceso, demandan productos estandarizados, lo cual ha
fomentado la creacin de consorcios trasnacionales de empresas tursticas y
la oferta de una limitada diferenciacin de los productos tursticos en forma,
tiempo y territorio. Esto ha creado un comportamiento pasivo, de descanso,
bsicamente de observacin, por parte de los turistas (Osorio, 2010:250).
Este tipo de turismo ha provocado graves problemas ambientales en los
lugares donde se desarrolla, adems de haber acentuado procesos de marginacin social, prdida de costumbres. Tambin ha causado inflacin en las
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La
Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8.
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poblaciones receptoras, entre otros aspectos (Redes Consultores, 2000; Mazon, 2001; Gmez, 2003). Sin embargo, a partir de la dcada de los noventa se
han fortalecido tendencias de cambio en el comportamiento del turista y en el
patrn del viaje, hacindolo ms flexible y heterogneo. Tal como lo marcan
Lpez y Palomino (2007:71),
Dichos cambios dieron pauta a la conformacin de un segundo modelo en
la actividad turstica, denominado post-industrial o posfordista, que debe
responder a las siguientes expectativas: bsqueda de experiencias, diversificacin de preferencias, inters en productos tursticos diferenciados, patrones de viaje heterogneos, servicios de calidad y con identidad cultural,
conciencia social y ambiental, y prevencin y monitoreo de impactos. En
este segundo modelo la actividad turstica tiene su punto de encuentro con
la sustentabilidad.
Este modelo reconoce e incorpora a la poblacin local como un actor
social necesario en dicha organizacin. Esta incorporacin hace pensable un
mayor control sobre los impactos ambientales, econmicos y sociales que se
suscitan en los destinos tursticos (Osorio, 2010:251). Ambos modelos no son
necesariamente excluyentes, sino que ms bien hay una presencia significativa de las variantes del mismo modelo como consecuencia de su evolucin ()
las `nuevas formas del turismo terminarn por ajustarse al esquema estandarizado que caracteriz a la modernidad y al fordismo, a pesar de lo pequeos que sean sus nichos de mercado (Osorio, 2007:252). Es decir, incluso el
modelo posfordista puede convertirse en un servicio macdonalizado (Ritzer,
2007), concepto que describe cmo buena parte de los bienes y servicios que se
ofrecen en las sociedades cuentan con cuatro caractersticas que llevan hacia
su homogeneizacin: son predecibles (no dejan espacio a encontrar sorpresas),
eficientes (mximo rendimiento del tiempo y del costo), calculables (precisin de costos y de itinerario) y controlables (empleados que se comportan
siguiendo ciertos modelos preestablecidos de conducta y atencin). A pesar de
que buena parte del turismo mundial sigue siendo fordista, tambin hay que
reconocer que existen comportamientos de segmentos de turistas, que buscan
un cambio hacia alternativas posfordistas no macdonalizadas.
A partir de lo anterior, Mxico tiene un gran reto en la recomposicin de su
modelo turstico, buscando:
la creacin y re-creacin de productos tursticos que respondan al esquema de produccin de sensaciones, que mantengan y mejoren su posicionamiento internacional, que satisfagan a la demanda nacional, que
garanticen rentabilidad, que favorezcan los procesos de cambio social en
las comunidades receptoras sin tensin o marginalidad, que preserven el
ambiente natural, y que ofrezcan calidad, competitividad y seguridad (Lpez y Palomino, 2007).
155
Dentro de las nuevas modalidades de turismo se ubican el rural, de aventura, cultural, enoturismo, etnoturismo y ecoturismo, por mencionar algunas. El
ecoturismo ha ganado impulso desde la dcada de los ochenta, cuando toma
fuerza el concepto de desarrollo sustentable impulsado por la Comisin Mundial de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, a partir de
la publicacin del Informe Brundtland en 1987.
De acuerdo con los planteamientos de la organizacin The Nature Conservancy, existen seis elementos que deben de reunir los proyectos para considerarlos como ecotursticos (Drumm y Moore 2002, citados en Sectur, 2007):
tener un bajo impacto sobre los recursos de las reas naturales; involucrar a los
actores (individuales, comunidades, ecoturistas, operadores tursticos e instituciones gubernamentales) en las fases de planificacin, desarrollo, implementacin y monitoreo; respetar las culturas y tradiciones locales; generar ingresos
sostenibles y equitativos para las comunidades locales y para tantos actores
participantes como sea posible, incluidos los operadores tursticos privados;
generar ingresos para la conservacin de las reas protegidas y, finalmente,
educar a todos los actores involucrados acerca de su papel en la conservacin.
De acuerdo a la Sectur (2007),
Dada la experiencia que nuestro pas tena en el impulso de la actividad
turstica y su capacidad para generar empleo productivo, se consider que
una estrategia viable para erradicar la pobreza del medio rural era promover la realizacin de proyectos productivos en el mbito turstico, pero
guiados por la nueva visin global del turismo, que buscaba que el visitante
desarrollara experiencias recreativas en ambientes naturales autnticos y
conservados. En este sentido, diversas dependencias del gobierno federal,
como son la SEMARNAT, SECTUR, SEDESOL, CONAFOR, CDI, INSEDESOL1, por citar slo algunas, consideraron al ecoturismo como una modalidad turstica que permitira en forma simultnea conservar los recursos
naturales las ANP2 y sus zonas de influencia, as como brindar oportunidades de desarrollo y empleo a las comunidades locales; adems, difundir que
el uso pblico de los ecosistemas se realice de manera sustentable.
De esta manera, desde el ao 2001 el gobierno federal promovi entre comunidades rurales localizadas en zonas marginadas (preferentemente indgenas) y en zonas de influencia de las reas Nacionales Protegidas (ANP), la
creacin de proyectos tursticos comunitarios. Diversas dependencias gubernamentales otorgaron apoyos para la construccin de infraestructura, como
alojamientos, comedores, servicios sanitarios, equipamiento, adems de asistencia tcnica y capacitacin.
Durante el periodo 2001 a 2007, se constituyeron ms de cuatrocientas
empresas comunitarias3 y privadas, dedicadas a la operacin de servicios de
ecoturismo, turismo de aventura y turismo rural (Sectur, 2007). Sin embargo,
156
el turismo de naturaleza no ha logrado colocarse como una estrategia totalmente exitosa para atender los problemas de pobreza y marginacin del
medio rural () Un factor que explica en gran medida este hecho es que
la mayora de los proyectos comunitarios no han detonado como negocio,
y por lo tanto las empresas no han alcanzado la rentabilidad esperada. Esta
situacin, a su vez, se explica porque la afluencia turstica en estas regiones marginadas es muy estacional y poco continua () La baja afluencia
turstica, tambin se asocia a la falta de vas y medios de comunicacin y
a una escasa promocin de las empresas () buena parte de las empresas
comunitarias () requieren de diversificar y complementar la oferta de
atractivos, adems de cumplir con los estndares de calidad del servicio
turstico (Sectur, 2007).
El ecoturismo como actividad econmica enfrenta algunos retos, entre los
que se pueden mencionar los siguientes: planeadores de polticas pblicas y
miembros de organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales con recursos disponibles para invertir en ecoturismo, sobredimensionan
la potencialidad de esta actividad y la consideran como una solucin mgica,
mediante la cual se resolvern aspectos econmicos, medioambientales, de infraestructura, etc. Adems, falta planeacin antes de la implementacin de los
proyectos. Es decir, hay carencia de estudios de mercado de oferta y demanda
ecoturstica; de estudios de impacto ambiental, social y cultural, una vez que se
desarrollen los proyectos; no se valora la infraestructura disponible (condicin
de los caminos, energa, centros de capacitacin, centros de oferta alimenticia,
etc.).
Por otra parte, el ecoturismo en muchas ocasiones se desarrolla en comunidades que histricamente han recibido pocos apoyos previos por parte de los
gobiernos, por lo que generan altas expectativas en las poblaciones locales, que
muchas veces no se cumplen. Hay que reconocer, adems, que los proyectos
ecotursticos han generado divisiones y exclusiones dentro de las localidades
receptoras y han ocasionado una alta dependencia por parte de las comunidades receptoras de los recursos econmicos gubernamentales y de organizaciones civiles, nacionales y extranjeras.
Para que los proyectos ecotursticos puedan ser considerados exitosos deberan cumplir, en la medida de lo posible, las seis caractersticas mencionadas
en la definicin de ecoturismo. El anlisis y conocimiento de estos casos puede
dar pauta para establecer ciertas caractersticas compartidas por tales proyectos, de modo tal que la informacin generada ayude tanto al desarrollo de
nuevos proyectos, como a consolidar o fortalecer otros ya existentes.
El objetivo de este trabajo es analizar dos casos de proyectos ecotursticos desarrollados por empresas comunitarias en localidades indgenas, que
pueden ser considerados como exitosos a travs del cumplimiento de los seis
elementos incluidos en la definicin de ecoturismo, a fin de identificar carac-
157
tersticas compartidas que pudiesen ayudar a otros proyectos tursticos comunitarios en planeacin o en desarrollo.
Metodologa
De forma inicial se hizo una exploracin documental y en campo bsqueda documental, a fin de identificar los casos de ecoturismo en los cuales se
desarroll la investigacin. Los criterios para determinar el xito fueron que
los proyectos estuviesen funcionando por ms de cinco aos, que fuesen de
carcter comunitario, que se insertaran en localidades indgenas y que fuesen
una referencia positiva en las entrevistas realizadas a funcionarios, acadmicos y gente relacionada al tema. De esta manera, despus de un periodo de
tres meses de bsqueda, se eligieron para ser estudiados los casos de la Isla de
Yunun, en Michoacn (occidente del pas), y Las Nubes, en Chiapas (al sur).
Una vez seleccionados los proyectos y habiendo hecho el contacto con las
autoridades, organizaciones y empresas comunitarias involucradas, se hizo
una recopilacin documental para contextualizar el desarrollo del ecoturismo
en Mxico. Se examinaron estadsticas y datos generados por la Organizacin
Mundial de Turismo y por la Secretaria de Turismo (Sectur), adems de investigaciones especializadas publicadas en revistas, libros, sitios web, tesis, etc.
Posteriormente, se obtuvo la informacin documental especfica de los proyectos ecotursticos seleccionados y se identificaron los estudios similares al
aqu planteado.
Una vez hecha esta contextualizacin, se disearon los guiones de entrevista y observacin aplicados en el trabajo de campo. Al ser el ecoturismo un
fenmeno multivariado, donde confluyen aspectos sociales, polticos, geogrficos, econmicos y culturales (Gmez, 2003:6), se adaptaron los guiones de
anlisis costo-efectividad elaborados por la Sectur (2007), a fin de evaluar la
eficiencia de los proyectos ecotursticos. Este enfoque expresa los beneficios a
travs de indicadores que miden los cambios en las condiciones de bienestar.
As, se tomaron en cuenta indicadores en tres dimensiones: econmica, social
y ambiental (Sectur, 2007). Los elementos considerados en cada dimensin se
muestran en la Tabla 1.
De esta manera, se tomaron en cuenta indicadores que muestran cmo las
empresas de ecoturismo comunitarias han generado beneficios econmicos
para el bienestar de las comunidades, contribuido a la conservacin y al aprovechamiento racional de los recursos naturales y culturales de las localidades.
El trabajo de campo se desarroll durante los meses de julio y agosto de
2011. Se entrevistaron a los responsables de los centros ecotursticos de las localidades, adems de aplicarse los guiones de observacin. En la ltima etapa
de trabajo se organiz la informacin obtenida, para llegar a la redaccin de
los resultados de la investigacin.
158
Dimensin Social
Dimensin Ambiental
Contribucin a la diversificacin de
proyectos productivos basados en usos
alternativos de los recursos naturales
Mantenimiento de la identidad
regional
Incorporacin de la visin de la
sustentabilidad en las polticas de
desarrollo local
Creacin de oportunidades de
formacin y capacitacin de los
pobladores locales
Promocin de cambios en la
racionalidad de los visitantes y
pobladores respecto al compromiso
por conservar el patrimonio ambiental
y cultural de las localidades y regiones
Localidades de estudio
Ubicada en el lago de Ptzcuaro4, en el occidental estado de Michoacn, la
isla de Yunun (municipio de Tzintzuntzan) se localiza a 2.054 metros sobre el
nivel del mar, cuenta con 98 pobladores, de los cuales 76 pertenecen a la etnia
purpecha (INEGI, 2010). Algunos indicadores econmico- sociales de su poblacin son: 95 por ciento profesan la religin catlica, la tasa de analfabetismo
en mayores de 15 aos es diez por ciento, el promedio de escolarizacin es 5,95
aos, cincuenta por ciento de los habitantes no cuentan con acceso a servicios
de salud, 25 por ciento de los hogares cuentan con piso de tierra, todas las viviendas tienen electricidad y agua entubada.
Histricamente, la principal actividad econmica de los pobladores de Yunun ha sido la pesca. Sin embargo, desde la dcada de los setenta, esta actividad ha ido en declive debido a varias razones: contaminacin del lago por parte de las poblaciones de la ribera, ya que se trata pocas aguas negras derivadas
de ellas, adems de que se envan al lago aguas contaminadas por fertilizantes
utilizados en la produccin agrcola y por pinturas y solventes utilizados en
la produccin artesanal; azolvamiento del lago debido a la deforestacin de
las montaas aledaas al lago; sobrexplotacin del recurso pesquero (existen
hasta dos mil pescadores en el lago, cuando su capacidad de carga es de 350)
y sustitucin en el uso de las redes tradicionales de pesca (llamadas de mariposa), por otras que ocasionan deterioro de los recursos faunsticos del lago.
La contaminacin del lago ha ocasionado que el agua sea ms turbia, que
baje el nivel de oxgeno en el lquido y que aumente su toxicidad, sobre todo
159
en las zonas con menor profundidad del cuerpo de agua. Adems, el uso intensivo plantas acuticas que crecen a sus orillas ha perturbado los recursos del
lago y de su ribera. Tal es el caso del tule (localmente llamado chuspata, una
especie de junco), que crece a las orillas del lago, el cual es cosechado, puesto al
sol para ser secado, humedecido para que vuelva a obtener su flexibilidad y tejido para obtener una variedad de artesanas: sillas, cestos, sombreros, bales,
biombos, figuras (como ngeles, cristos, vrgenes) y animales.
Los atractivos tursticos de esta zona giran alrededor de la cultura purpecha: zonas arqueolgicas, venta de artesanas y textiles de gran calidad y originalidad, recorridos por el lago y bellos pueblos coloniales localizados en la
ribera del lago. Adems, la cocina tradicional del Michoacn (estado en el cual
se localiza Yunun) fue reconocida por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) desde 2011 como
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Otro evento que atrae a
cientos de miles de visitantes a la regin de Ptzcuaro es la celebracin del Da
de Muertos. Esta tiene sus orgenes en la poca prehispnica y tras la conquista
espiritual impuesta por los espaoles se produjo un sincretismo religioso. Durante los das 1 y 2 de noviembre se cree que los difuntos regresan a visitar a sus
seres queridos, por lo que en casas y panteones se elaboran vistosas ofrendas
con alimentos, bebidas, velas, fotografas y objetos personales de los fallecidos,
flores, calaveras elaboradas de dulce y diversos objetos.
A fin de desarrollar actividades que compensaran el declive econmico de
la pesca y a fin de aprovechar los ricos recursos materiales e inmateriales que
ofrece la regin, desde 1998 se instal un Centro Ecoturstico en la isla, que
depende del Comit de la Comunidad Indgena de Yunun. Con el apoyo de
instancias del gobierno federal, se han construido nueve cabaas de madera,
un comedor y una sala de usos mltiples. Se ofrecen recorridos en lancha, actividades de pesca tradicional y caminatas por la comunidad, la cual tiene vista
panormica del lago y sus alrededores, por lo que es un sitio atractivo para
contemplar el paisaje y para la toma de fotografas.
Al sur de Mxico, en la frontera con Guatemala se localiza el estado de
Chiapas. Esta entidad tiene los peores ndices de marginacin y pobreza a nivel nacional, adems de que 26 por ciento de su poblacin pertenece a alguna etnia indgena (INEGI, 2010). La pobreza econmica de los habitantes del
estado contrasta con la riqueza de los recursos naturales y culturales con que
cuenta esta provincia.
El ejido Las Nubes creado por resolucin presidencial en 1980 en el municipio de Maravilla Tenejapa, se nica a 281 metros sobre el nivel del mar. Est
enclavado a pocos kilmetros de la frontera guatemalteca y a escasa distancia
del inicio de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules, una de las de mayor extensin y diversidad en Mxico. La comunidad es accesible mediante
la carretera federal fronteriza y un recorrido de pocos kilmetros ms por un
camino no pavimentado en buen estado. Se localiza a sesenta kilmetros del
160
Resultados
Los resultados del estudio se plasman de acuerdo a los lineamientos que
sustentan la definicin de ecoturismo y que son el eje de la presente investigacin.
161
cibido capacitaciones por parte de la Organizacin Riberea contra la Contaminacin del lago de Ptzcuaro (ORCA), la cual ha tenido como objetivo
solucionar los problemas socio ecolgicos de la regin, mediante mtodos
participativos por parte de habitantes de 28 comunidades. ORCA ha ayudado
a construir y capacitar en el uso de las fosas ecolgicas que filtran las aguas
negras generadas en las cabaas. La Comisin Nacional para el Desarrollo de
los Pueblos Indgenas (institucin que sustituy al INI) y la Secretara de Turismo tambin han participado, mediante la entrega de recursos econmicos
para construir nuevas cabaas y para mejorar la infraestructura de servicios
del poblado.
Instancias internacionales han otorgados apoyos a Las Nubes, a fin de desarrollar el proyecto. Nos referimos al programa del Corredor Biolgico Mesoamericano (financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial,
administrado por el Banco Mundial) y a la Agencia Espaola de Cooperacin
Internacional para el Desarrollo (AECID). Otras instituciones federales de
gobierno que tambin han canalizado recursos financieros y de capacitacin
son la Comisin Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(CONABIO) y la Secretara de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Esta variedad de organismos que han participado en los proyectos muestran slidos procesos de gestin de recursos por parte de los beneficiarios,
quienes han desarrollado habilidades que les han permitido conocer y acceder
con xito a diversos programas y recursos nacionales e internacionales. De esta
manera, los proyectos ecotursticos han ayudado a fortalecer y diversificar el
capital social de los involucrados.
Examinar si se diversifican las fuentes de empleo, si se crean nuevos proyectos productivos o de servicios y si disminuye la emigracin de los pobladores a otras localidades.
Tanto en Yunun como en Las Nubes, las actividades ecotursticas son
complementarias en los ingresos en las economas locales y familiares. En el
primer caso, las familias involucradas en el proyecto complementan sus ingresos a los obtenidos mediante la pesca y el comercio. Este ha sido un poblado
expulsor de mano de obra hacia Estados Unidos, para laborar como inmigrantes ilegales. Los entrevistados coinciden en que el proyecto ecoturstico ha
creado oportunidades laborales para los jvenes y que los ndices emigratorios
han disminuido desde la puesta en marcha del mismo.
En tanto, en Las Nubes las familias viven del la produccin agrcola para
autoconsumo (maz y frijol), de la ganadera, del cultivo del cacao y del caf.
Se estima que aproximadamente el cincuenta por ciento de los ingresos de las
familias involucradas en el ecoturismo provienen de actividades relacionadas
a ese proyecto, en tanto que la otra mitad procede de actividades agrcolas y
162
ganaderas tradicionales. Sin embargo, los ingresos del turismo son crecientes
y los datos obtenidos en campo muestran que esta actividad se constituir en
la principal fuente de ganancias de las familias.
En ambas localidades, los entrevistados coinciden en que existe inters
de los habitantes de las mismas para emplearse en el turismo, prctica que
ha generado el desarrollo de actividades en las economas locales, tales como
tiendas de abarrotes, cuartos para hospedaje privados (ofrecidos durante la
temporada alta), comedores y transporte de los visitantes.
Analizar el respeto a los valores ambientales y culturales de la localidad por parte de los visitantes, si se modifican las costumbres
de los pobladores locales y si existe prdida de tradiciones locales.
Este es uno de los aspectos ms difciles de observar en las comunidades,
pues para detectar cambios en costumbres o tradiciones locales implicara el
desarrollo de un estudio a mediano plazo. Los entrevistados afirmaron que sus
tradiciones no haban cambiado tras la llegada del turismo. Ms an, en el caso
de la isla de Yunun, se comenta que se ha reforzado la celebracin del Da de
Muertos, a fin de atraer mayor nmero de de visitantes durante los meses de
noviembre de cada ao.
Por otra parte, los proyectos tursticos han canalizado parte de sus ingresos
hacia el resto de la comunidad. Esto lo hacen a travs de mecanismos diseados por las propias comunidades, que garanticen la mejor distribucin de
los recursos en la poblacin. Especficamente, colaboran en la organizacin y
financiamiento de celebraciones comunitarias, en el apoyo a actividades escolares, y el arreglo de infraestructura en los poblados (casas de salud, caminos,
etc.).
Identificar si ha disminuido el deterioro ambiental de los ecosistemas locales y si se incorpora la visin de la sustentabilidad en
los programas de desarrollo local.
En Las Nubes se ha detenido el deterioro ambiental de la zona. Como ejemplo se cita la creacin por parte de las autoridades locales de una Unidad de
Manejo para la Conservacin de Vida Silvestre (UMA)6, en la cual se desarrollan limitadas actividades productivas. Adems, un rea del ejido, localizada
en los linderos de la selva Lacandona ha sido protegida por los propietarios. La
creacin de rutas de caminata por ciertos tramos de la selva tambin ha hecho
que, al menos los alrededores de los senderos, hayan sido conservados de la
deforestacin o de los cambios de uso de suelo.
En Yunun esto no es tan visible, ya que es una pequea isla y sus recursos
naturales son limitados y escasos, a excepcin de los recursos lacustres compartidos con los habitantes de otras localidades isleas y ribereas de Ptzcua-
163
ro.
Ambos proyectos han incorporado el uso de ecotecnias en los alojamientos
y comedores tursticos: se cuenta con pozos de absorcin para tratamiento de
aguas y han incorporado (en el caso de Las Nubes) celdas solares para el calentamiento de agua. Sin embargo, con la informacin obtenida en campo no
permite valorar si con el desarrollo del ecoturismo se ha incorporado la visin
de la sustentabilidad en los programas de desarrollo local.
Procesos educativos
En Las Nubes los procesos educativos hacia los turistas se ofrecen a travs
de caminatas a travs de la selva y de cafetales, durante las cuales el gua explica a los visitantes el uso local de flora y fauna. En Yunun, tales procesos se
vislumbran a travs de la enseanza de la gastronoma, costumbres y formas
de produccin locales (en particular de las artes de pesca tradicionales) hacia
los visitantes.
Reflexiones finales
A lo largo de este documento se han intentado plasmar ideas y experiencias de casos considerados como exitosos, que pudieran ser conocidos por las
personas relacionadas a esta actividad econmica. Como caractersticas compartidas de los proyectos podemos identificar las que se mencionan a continuacin.
En sus inicios, el desarrollo de los proyectos ecotursticos se apoy en organizaciones productivas ya existentes en las localidades: por un lado la asociacin de pescadores (Yunun) y en otro la de cafetaleros (Las Nubes). Es decir,
las actividades iniciales que demandan el desarrollo de este tipo de proyectos,
descansaron en organizaciones comunitarias que tenan aos de existencia y
que tenan experiencia previa en la demanda y desarrollo de proyectos productivos relacionados con la pesca y el cultivo del caf. De esta manera, el
ecoturismo no organiz a la gente, sino que ms bien consolid y diversific
las actividades de organizaciones sociales preexistentes.
El desarrollo de ambos proyectos ha sido lento y no ha habido resultados
164
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Notas
i Facultad de Economa. Universidad Autnoma de San Luis Potos. Doctor en Ciencias Sociales, Especialidad en Estudios Rurales. Correo electrnico: santadeo@yahoo.com
1 Secretara de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Secretara de Turismo (SECTUR), Secretara de Desarrollo Social (SEDESOL), Comisin Nacional Forestal
(CONAFOR), Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas (CDI) e Instituto Nacional de Desarrollo Social (INSEDESOL).
2 reas Nacionales Protegidas (ANP).
3 Las empresas comunitarias son el conjunto de personas ubicadas dentro del sector social,
que pertenecen a un ejido, comunidad o cooperativa, que cuentan con una estructura productiva previa y que deciden agruparse en torno a la prestacin de servicios relacionadas con
el turismo de naturaleza en una localidad o regin (Sectur, 2007).
4 Ptzcuaro, es un cuerpo de agua de aproximadamente 130 kilmetros cuadrados, alimentado por manantiales subacuticos, y poblado por un total de 5 islas entre ellas la de Yunun.
La regin lacustre de Ptzcuaro se caracteriza por los tipos de vegetacin: bosques mixtos de
pino-encino, de pino, de encino, de oyamel, selva baja caducifolia, pastizales, matorral subtropical, matorral desrtico micrfilo (CDI, 2010).
167
5 La tambin conocida como triple S (Sociedad de Solidaridad Social) es una figura jurdica de asociacin que se constituye con un patrimonio de carcter colectivo, cuyos socios
debern ser personas fsicas de nacionalidad mexicana en especial ejidatarios, comuneros,
campesinos sin tierra, parvifundistas y personas que tengan derecho al trabajo que destinen
una parte del producto de su trabajo a un fondo de solidaridad social y que podrn realizar
actividades mercantiles (Ley de Sociedades de Solidaridad Social, Artculo 1, Diario Oficial
de la Federacin, publicado el 27-05-1976).
6 Espacios donde se reproducen y propagan ejemplares de flora y fauna silvestres, y donde se
generan productos y subproductos destinados a los diversos tipo de aprovechamiento. La ley
define las UMA como los predios e instalaciones registrados que operan de conformidad con
un plan de manejo aprobado y dentro de los cuales se da seguimiento permanente al estado
del hbitat y de poblaciones o ejemplares que ah se distribuyen (Diario Oficial de la Federacin, 01-02-2007).
CUESTIONANDO LAS
NUEVAS FORMAS DE
TURISMO COMO
ALTERNATIVA AL
DESARROLLO
Serie TURISMO, n 4
www.iep.org.pe
Captulo 9
Retricas de Turismo y desarrollo en
los Andes. La red de Turismo Rural
Comunitario Pacha Paqareq, Per 1
Beatriz Prez Galn
Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED) i
Introduccin
Una de las principales lneas de debate terico en relacin con el uso y
gestin de la cultura en sus diversas manifestaciones gira hoy en torno a su
valor como instrumento potencial de desarrollo econmico, equilibrio territorial y motor de crecimiento mediante el fomento de ciertos tipos de turismo
sostenible o responsable (Ydice, 2002; Aguilar y Amaya, 2007; Schejtman y
Ranaboldo, 2009; Asensio y Trivelli, 2011). Estos nuevos tipos de turismo son
ensalzados en la literatura por el papel central otorgado a la poblacin local en
la gestin y definicin del producto, la valorizacin de la cultura y la preservacin del medioambiente (WWF, 2001; Maldonado, 2006; OMT, 2004, 2006,
2010).
Uno de los tipos de turismo sostenible que ms inters ha generado en
el mbito de la cooperacin al desarrollo es el Turismo Rural Comunitario
(TRC). El TRC es definido como una forma de organizacin empresarial sustentada en la propiedad y autogestin de los recursos patrimoniales de la comunidad, con arreglo a prcticas democrticas y solidarias en el trabajo y en
la distribucin de los beneficios para el bienestar de sus miembros. Como tal,
busca la planificacin, la sostenibilidad y la inclusin de la poblacin (Gascn
y Caada, 2005:140). De esta consideracin quedaran excluidas aquellas actividades recreativas o de aventura que, aunque se realicen en el mbito de una
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
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173
174
175
176
la desigualdad y el conflicto eran resultado del monopolio de este recurso ejercido por parte de unos grupos (los lancheros) frente al resto (Gascn, 2005).
Tras el parn turstico propiciado por la dcada de violencia poltica que
experiment el Per entre 1982 y 1994, resurge con fuerza este recurso bajo
nuevos parmetros discursivos que ponen el nfasis en el desarrollo participativo y la puesta en valor de la cultura indgena como alternativas de desarrollo.
Frecuentemente estas narrativas globales se asientan sobre viejos estereotipos
del indgena transformado en nativo ecolgico y guardin de los conocimientos tradicionales (Calavia, 2006; Chaumeil, 2009).
El antecedente inmediato de las iniciativas actuales de TRC es el Programa
Integrado de Apoyo al Desarrollo del Sector Turismo en Per, (UE-Promper), cofinanciado en 1996 por la Unin Europea y la Comisin de Promocin
del Per. Este programa persegua fomentar desde dentro los atractivos culturales tangibles e intangibles del pas, incorporando por primera vez en el
Per criterios como el fortalecimiento de la identidad cultural, el respeto al
medio ambiente y la intervencin activa de las comunidades locales (Promper, 2001). Al trmino del programa en 1999, agotados los recursos disponibles,
la continuidad de estos proyectos qued en gran medida en manos del sector
privado, consolidando una tendencia que continua hasta la actualidad.
De hecho, los proyectos TRC que han proliferado en la ltima dcada en el
Per corresponden en su gran mayora a iniciativas privadas o con una fuerte
participacin de empresas de turismo (agencias de viaje y otros operadores
tursticos) y organizaciones no gubernamentales de desarrollo. A menudo, sin
articulacin entre ellos, con criterios dispares y en ocasiones contrapuestos.
Para Sotomayor et al., la falta de sistematizacin y articulacin institucional
de las experiencias TRC en Per es resultado de tres factores interrelacionados:
(i) el mencionado protagonismo del sector privado (agencias de viaje y ONG),
cuyos intereses econmicos no siempre coinciden con los de la triple sostenibilidad econmica, social y medioambiental- que se le supone a este tipo de
turismo, (ii) el estado inicial de desarrollo de las iniciativas (las ms antiguas
apenas se remontan a comienzos del ao 2000), y (iii) las enormes expectativas
generadas en la poblacin local por agencias de desarrollo internacionales, que
financian estos proyectos sin reparar en sus condiciones de viabilidad econmica (Sotomayor et al., 2009:12). A estos factores aadimos un cuarto que se
refiere a la confusin creciente y permanente que se observa en el mbito de
la cooperacin al desarrollo entre el sector privado y el pblico, resultado de
la creciente privatizacin de este ltimo. En el caso del TRC en Per ello implica a menudo compartir, no solo una parte importante del mismo personal
de consultores expertos en desarrollo, sino metodologas e intereses a veces
comunes y otras contrapuestos.
A comienzos de 2010 especialistas del sector elevaban a ciento veinte el
nmero de iniciativas de turismo con participacin comunitaria con un cierto grado de institucionalizacin. Estas iniciativas se encuentran distribuidas
177
entre los cuatro departamentos que registran los mayores flujos tursticos del
pas: Puno (lago Titicaca), Cuzco (Machu Picchu), Madre de Dios (Parque Nacional del Manu) Ancash (Cordillera Blanca), y en menor cantidad en la amazona peruana, en comunidades nativas de la selva. De ellos, Cuzco es el que
concentra el mayor volumen de asociaciones indgenas de turismo sostenible, con aproximadamente un tercio del total (Promper, 2001; MINCETUR,
2007, 2009; Sotomayor et al., 2009; Redturs, 2009). En las siguientes pginas
nos ocupamos de un conjunto representativo de las experiencias desarrolladas
en comunidades andinas de los departamentos de Cuzco y Puno.
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ubicadas en el circuito turstico del lago Titicaca, vinculadas desde fines de los
noventa a la actividad mediante la produccin y venta de artesanas al turismo
en trnsito.
Por su parte, las tres asociaciones restantes (comunidades de Cachiccata,
Chilca-Osefina, y Patabamba), situadas fuera de los circuitos tursticos convencionales de esta parte del Per, fueron descubiertas por algn operador
turstico en su bsqueda de rutas alternativas para diversificar su oferta. Varias
familias de esas comunidades en muchos casos, evanglicos- comienzan su
vinculacin a la actividad como arrieros o porteadores a sueldo de estas empresas:
Haba muchos hermanos de Quispicanchi que trabajaban varios aos con
turismo como arrieros con 30 y 40 caballos. Pasaban con los turistas hacia
la comunidad de Chilca y no dejaban ni un centavo para la comunidad, y
venan con hartos caballos y hacan muchos daos. La comunidad no saba
nada de turismo. El sr. RV. [director de una agencia de viajes y consultor de
turismo] nos cont que los de Quispicanchi estaban trabajando con turismo
y nos propuso organizarnos para trabajar en turismo, conversamos con los
amigos de la comunidad: haremos una asociacin para trabajar con turismo
como arrieros!. Juntamos unos cuarenta jvenes y activos de la comunidad y
as iniciamos (O.G., presidente de la asociacin de Chilca, 7/01/2010)
En Cachiccata el origen de la actividad es similar, pero en este caso es una
ONG vinculada a una empresa de turismo la que llega primero a la comunidad:
Ya entonces el turismo estaba cambiando, ms o menos en el 2001. Ya se vea
diferente a la comunidad en su actividad normal, dedicndose a la agricultura y a la ganadera. En ah haba ya gente externa interesada en hacer cosas
diferentes en la comunidad. P. L. (operador turstico), tena una ONG y con
esa ONG vinieron y propusieron a la comunidad para trabajar como porteadores en Camino Inca. Pero adems este seor tena su empresa y nos propuso
para trabajar en turismo. Si desean, pueden hacer (K. M., expresidente de
la asociacin de Cachiccata y gua de turismo, 26/11/ 2009).
En algn momento del proceso en el que se forja la vinculacin de estas
comunidades con la actividad turstica, bien a travs de agencias de viajes o del
boca a boca de los turistas, surge la oportunidad del Proyecto para cofinanciar
pequeas iniciativas empresariales o planes de negocios basados en TRC.
A travs de un sistema de concursos en las comunidades en los que cada
asociacin representa pblicamente la idea del negocio que pretenden emprender (Immerzel y Cabrero, 2003), el Proyecto selecciona las mejores propuestas a las que asigna una cantidad no reembolsable. Una vez superado
el concurso, el nico requisito para acceder a los fondos es emplearlos en la
contratacin de asistencia tcnica en cualquiera de los temas que conlleva la
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El conflicto de Raqchi con el INC arranca varios aos antes e ilustra bien
la utilizacin del turismo como un medio de afirmacin de derechos colectivos de la comunidad, que exceden la explotacin econmica del recurso. El
reconocimiento de aproximadamente mil hectreas de la comunidad como
Parque Arqueolgico ha propiciado que buena parte de las tierras de cultivo
de la comunidad, de por s escasas para el nmero de familias que viven en ella,
pasen a ser gestionadas por el INC. Cualquier obra que precise la comunidad
(saneamiento urbano, luz, construccin de una playa de estacionamiento o de
un anexo de las viviendas que prestan el servicio de TRC), debe contar con el
informe favorable del arquelogo residente del Parque Arqueolgico. A esta
situacin, que ha generado un profundo malestar en la comunidad, se suma
la posibilidad de contratar mano de obra no cualificada entre los comuneros
como una forma de compensar a las familias ms afectadas por la cesin de sus
tierras (en 2010 eran diecisis personas), as como las acusaciones cruzadas de
robo y trfico de vestigios arqueolgicos, clsicas en las disputas en procesos
de patrimonializacin. Todo ello ha incubado un conflicto profundo, cuyo ltimo episodio se desat a cuenta de los derechos de explotacin econmica del
patrimonio cultural:
Nosotros no tenemos conocimiento del Plan Maestro [del parque arqueolgico], ni tampoco si se ha aprobado. Todo nos limitan, hasta para tener nuestros
animalitos. No podemos mejorar las viviendas. Solicitamos al INC y despus
el documento se pierde. Los vigilantes del INC nos denuncian a la polica si
hacemos cualquier obra () La comunidad as no est en condiciones de
recibir ni dar un buen servicio a los turistas. Falta mejorar las calles, limpieza, alumbrado pblico, los residuos slidos de los servicios higinicos estn
rebalsando ahorita. Hemos solicitado agua y desage, pero el INC no da la
autorizacin (...) La ley dice que las comunidades y lugares que se ubiquen
en lugares con Patrimonio Cultural deben participar en los ingreso del boleto
turstico, y eso estamos pidiendo desde la poca de Zegarra [anterior director
del INC-Cuzco] y nos lo niegan. Dicen que no est apto todava. Hay que exigir! Nosotros somos los que sufrimos el turismo y no tenemos ningn provecho
() (L.G. Presidente de la comunidad de Raqchi. Raqchi. 05.12.2009).
Este conjunto complejo de instituciones, intereses y conflictos derivados de
la gestin y comercializacin de este nuevo recurso se completa con la puesta
en escena de la cultura indgena tpica, convenientemente recreada y reificada para el turismo en la que participan todos los actores que conforman la red.
189
cultural, utilizado por los proyectos FIDA en Amrica Latina y en el Per (H.
Asensio y Trivelli, 2011). Para Berdegu la valorizacin de activos culturales13 tangibles e intangibles de los pobres rurales y de sus territorios, permite
incidir en las diversas manifestaciones del patrimonio cultural, como fuente de
oportunidades para procesos de desarrollo que fortalezcan las capacidades de
los grupos sociales rurales de Amrica Latina (2008:3).
A travs de este enfoque, la cultura o identidad (utilizados como sinnimos intercambiables) tiene un sentido eminentemente utilitarista. El desarrollo con cultura concibe a esta como un recurso econmico, con un contenido
preciso que se puede comprar, vender o perder y supeditada al crecimiento
econmico y a la generacin de ingresos verdaderos cogollo del desarrollo-.
Dicha concepcin, empleada frecuentemente por gobiernos y organismos internacionales de cooperacin en los procesos de patrimonializacin cultural,
es ajena a la concepcin antropolgica del desarrollo desde la cultura. En este
caso, la cultura ni cosificada ni marginal- aparece como matriz explicativa en
la que es necesario ubicar, tanto los procesos econmicos, sociales y polticos
(incluido el desarrollo), como los actores que los dotan de significado mediante su accin social (Brown, 2003; Chaumeil, 2009; Prez, 2012).
De todas las iniciativas desarrolladas por el Proyecto para la puesta en valor
de activos culturales, sin duda son los talleres en afirmacin cultural los que
mejor reflejan esa afirmacin folclrica y marginal del conocimiento local. En
ellos, consultores citadinos con la misin de poner en valor la cultura andina
para el turismo, circulan de comunidad en comunidad, aplicando sus recetas.
El objetivo es hacer recordar a los indgenas su identidad cultural perdida
(Prez, 2011:36ss).
La comunidad de Raqchi, con su imponente complejo arqueolgico de
poca inca, fue una de las pioneras en el contexto de la regin en experimentar
estos talleres. Desde 2002 dos ONG dedicadas a la recuperacin y difusin de
la sabidura tradicional de los pueblos indgenas de los Andes14, se unen para
desplegar varias de estas iniciativas, tales como la recuperacin de autoridades
tradicionales, implementacin de talleres artesanales, recuperacin de andeneras y caminos, de la msica tradicional y la realizacin de watanakuy o
encuentros de encariamiento intercultural andino (Rengifo, 2010). Estas propuestas forman parte de un programa ms amplio que persigue el allin kawsay
o vida buena, versin nativista y esotrica de la cultura andina, que pregona la
necesidad de buscar alternativas al modelo de desarrollo y a la globalizacin
neoliberal. Estas alternativas supuestamente panindgenas estn basadas en el
respeto a la naturaleza, la diversidad cultural, la solidaridad, el sentido de comunidad y la armona que atesoran los pueblos indgenas del continente.
Pocos aos despus, estas manifestaciones culturales recreadas y afirmadas
a travs de talleres sern exhibidas y comercializadas para el turista que llega a
la comunidad, con el asesoramiento de los consultores del Proyecto. Las contradicciones entre espiritualidad y mercado turstico no tardan en aparecer:
191
cien por cien no est recuperando nada de nuestra cultura, no. Por ejemplo,
lo que es la ropa, como actividad nos ponemos. Si llega el turismo, las seoras
ya vienen cambiaditas, despus que pasa el turismo y se va, nosotros nos ponemos nuestra ropa. Claro que la educacin se est mejorando para nuestros
hijos, ya hay siete que estn estudiando en el Instituto Khipu [Cuzco] (F.
Ch., Asociacin de Servicios Mltiples, comunidad de Patabamba, enero
de 2010).
La actividad turstica ha servido para que la poblacin participe en la objetivacin y recreacin de un conjunto hbrido de nuevas costumbres para el
turismo, aprovechando con ello su potencial de mercanca (Comaroff y Comaroff, 2011). En los casos de la red, no existe un proyecto autctono de carcter poltico detrs de este proceso de reinvencin, tampoco de reafirmacin
cultural o tnica, sino ms bien un conjunto de estrategias de supervivencia,
motivado por la revalorizacin de su cultura en un mercado global.
Conclusiones
El anlisis del TRC en el caso peruano, a travs de las iniciativas que componen la red Pacha Paqareq, pone de manifiesto algunas cuestiones para el debate sobre el rol que desempea el turismo como herramienta de desarrollo en
pases pobres con poblacin indgena, as como sobre las estrategias utilizadas
por la poblacin local.
(i) Uno de los aspectos fundamentales que garantizan la viabilidad de un proyecto TRC, junto a la participacin y la redistribucin de una parte de los
beneficios, es la forma de gestin de la iniciativa. De ello depende, en gran
medida, la comercializacin del producto y el margen de autonoma del
grupo local participante frente a sus contrapartes (empresas de turismo,
ONG, o el estado peruano). Un somero repaso a los modelos de gestin y
el tipo de alianzas con los socios comerciales mantenidas en cuatro de las
cinco iniciativas que conforman la red, muestra el panorama de profunda
desigualdad. Por un lado, en tres comunidades el origen de las iniciativas
se remonta a empresas de turismo que comienzan con la explotacin de
una ruta que pasa por la comunidad. En poco tiempo, algunas familias en
mejor situacin econmica se asocian y firman acuerdos comerciales para
participar en el negocio turstico. Los acuerdos son diversos, pero existe un
patrn recurrente: la cesin en usufructo o propiedad de recursos comunitarios (varios cientos de hectreas de tierra en emplazamientos privilegiados) a favor de las empresas de turismo con responsabilidad social por
una cantidad de aos, as como la exclusividad en la venta del producto.
A cambio, los indgenas han recibido la promesa de trabajo no cualificado
como porteadores de los equipajes de los turistas, arrieros de caballos o
192
193
yecto. Dicho de otra forma, una vez facilitada la chequera que permite la
contratacin de asistencia tcnica en el mercado para la prestacin de servicios TRC, las asociaciones comunitarias han sido abandonas en manos de
empresas de turismo que imponen las condiciones laborales y econmicas
a sus contrapartes locales y capitalizan beneficios. Esta relacin desigual
contina lastrando los intentos de estos grupos indgenas para abrirse camino en un mercado adverso.
(v) Desde un plano social y cultural, la formacin de esta red, mediante la que
se persegua ampliar el capital social en las comunidades y el protagonismo
de su poblacin como actores locales, ha tenido efectos desiguales. Por un
lado, ha fomentado la atomizacin de la organizacin comunal en mltiples asociaciones comunitarias, constituidas estratgicamente para captar
recursos de la cooperacin. Esta situacin ha agudizado conflictos latentes
entre los diversos grupos a nivel intracomunal y propiciado otros nuevos
a nivel extracomunal. Dichos conflictos estn centrados en la lucha por
los derechos de explotacin econmica del patrimonio cultural y natural,
concebidos como recursos en los nuevos enfoques de desarrollo rural. Por
otro lado, ha permitido simultneamente la elaboracin de estrategias de
afirmacin de los derechos colectivos frente a intereses forneos.
(vi) Por ltimo, desde una perspectiva de gnero, la participacin de mujeres
en estas iniciativas se ha circunscrito generalmente al mbito domstico:
por un lado, a travs de la prestacin de servicios de alojamiento y manutencin en sus casas y, por otro, en la produccin complementaria de artesanas (textiles). Estas tareas, sumadas a las de produccin y reproduccin
en el mbito domstico que ya tenan, se han traducido en una mayor carga
laboral. Slo en uno de los cinco casos, una mujer, con una consolidada
experiencia previa como lder de su comunidad, es cabeza visible de la empresa de TRC la nica de toda la red- y ejerce de relaciones pblicas con
antroplogos, consultores y tcnicos de la cooperacin.
Teniendo en cuenta estos resultados, cabe preguntarse cul es la diferencia
entre estos proyectos y las inversiones o negocios convencionales de turismo,
que comparten una misma retrica que reivindica la sostenibilidad, la inclusin social, el empoderamiento o la cultura de los pobres. Frente al uso indiscriminado de esos y otros trminos-fetiche en el discurso del desarrollo (Ranhema en Prez, 2012), el caso de la red Pacha Paqareq muestra la necesidad de
profundizar en el estudio de estos nuevos tipos de turismo con participacin
local como una arena que permite analizar las actuales narrativas del desarrollo y los procesos paralelos de objetivacin, exhibicin y comercializacin de
las culturas indgenas y sus mltiples y contradictorios efectos.
194
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Notas
i Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED). Correo electrnico: beatrizp@fsof.
uned.es
1 El PPT es un proyecto elaborado y desarrollado por la Overseas Development Institute (ODI)
en colaboracin con el International Institute for Enviroment and Development (IIED), el
Centre por Responsable Tourism, la Universidad de Greenwich (CTR) y el Department for
Internacional Development (DFID) de Reino Unido.
2 Estas estrategias se resumen en el programa ST-EP (del ingls, Sustainable Tourism-Eliminating Poverty) lanzado por la OMT en 2004. El objetivo de este programa es promover el turismo sostenible desde el punto de vista social, econmico y medioambiental- con actividades
que contribuyan especficamente a atenuar la pobreza, fomentar el desarrollo y crear empleos
para las personas que viven con menos de un dlar al da (OMT, 2004).
3 Este enfoque neoliberal aplicado a las polticas de desarrollo se remonta en Amrica Latina
al menos al Consenso de Washington (1989): un listado de polticas econmicas aplicadas
durante los noventa por los organismos financieros internacionales (Banco Mundial y Fondo
Monetario Internacional) para impulsar el crecimiento econmico basado en la privatizacin,
desregulacin financiera y liberalizacin de los mercados.
4 El trabajo de campo para esta investigacin se desarroll en dos momentos: una primera
fase consistente en un estudio piloto durante cinco semanas en el departamento de Cuzco, en
198
abril de 2007, financiado con una ayuda del Plan Propio de investigacin de la Universidad
de Granada. La segunda fase de trabajo etnogrfico tuvo lugar durante cuatro meses entre
noviembre de 2009 y febrero de 2010 y fue realizada en la ciudad de Cuzco y las comunidades
campesinas que conforman la red. Esta fase se realiz en coordinacin con el Instituto de
Estudios Peruanos y fue financiada gracias a una ayuda de movilidad para profesorado del
Programa Jos Castillejo del Ministerio de Educacin (Espaa).
5 El Proyecto de Desarrollo Corredor Puno-Cusco fue una iniciativa del Fondo Internacional
de Desarrollo Agrcola de Naciones Unidas (FIDA) y del Fondo Nacional de Cooperacin
para el Desarrollo Social (FONCODES). Este proyecto oper entre 2000 y 2008 en 167 municipios distritales de los departamentos de Cuzco, Puno y Apurmac, un rea caracterizada
por su alta concentracin de comunidades campesinas-indgenas. El costo total del proyecto
fue de USD 30,9 millones financiados por un prstamo del FIDA (61.2% del total), una contribucin del gobierno peruano (15.9%) y un aporte de los beneficiarios (22.9%). En 2007
el proyecto fue transferido al Ministerio de Agricultura Peruano) [Anlisis de resultados de
encuestas por ejes de evaluacin. Sistema de seguimiento y evaluacin Ex post U.O Corredor
Puno Cusco-Agrorural, 2009].
6 El origen del turismo rural en Espaa se remonta a fines de los aos sesenta, a travs de la
promocin de alojamientos en las llamadas casas de labranza, que permitan mejorar la vivienda a los pobladores rurales y obtener una renta complementaria (Cnoves et al., 2005).
7 Los datos de poblacin de las cinco iniciativas proceden del XI Censo de Poblacin y VI
Vivienda de 2007, Instituto Nacional de Estadstica e Informtica del Per (INEI).
8 A estos dos grupos de actores habra que sumar el de los propios turistas, que no abordamos
en este estudio.
9 Los derechos de los porteadores de las rutas tursticas en el Per no comenzaron a regularse
hasta fines del 2001, fecha en la que se promulga la Ley del Porteador (Ley n 27607) que
fija la edad mnima de trabajo, salario y condiciones de trabajo. Segn la normativa ningn
porteador debe cargar ms all de sus habilidades fsicas y ese peso debe estar ajustado a las
condiciones climticas, de altitud y de dificultad de la ruta. En los Andes, ese lmite es de
veinte kilogramos. por jornada y persona.
10 Una de las medidas ms relevantes del proceso de descentralizacin es la promulgacin en
2003 de la Ley de Municipalidades que otorga nuevas competencias a los municipios, entre las
que se incluyen la elaboracin de Planes de Desarrollo Turstico.
11 Adems de Pacha Paqareq, las redes de TRC que se formaron en esta regin entre 2007-2010
son: Red de Turismo Rural Comunitario de Lamay (promovida y financiada por la ONG
local Riqchari Ayllu y World Vision); Red de Turismo Responsable de Lares (promovida
por la ONG Centro Bartolom de las Casas); Red Rural de Turismo Alternativo Inkaq Kusi
kausaynin, Chinchero-Ollantaytambo (promovida por la ONG Cenfopar-Arariwa); y Mancomunidad Causan Willcamayo, Quispicanchi (promovida por la ONG Asociacin San Jos
Obrero - Ccaijo).
12 La ley General de Minas del Per promueve la explotacin de los recursos naturales del subsuelo a empresas y particulares. Si una persona localiza un yacimiento mineral en un rea de
libre disponibilidad, tras ponerlo en conocimiento de la autoridad minera, puede peticionarla
para adquirir un derecho de concesin minera (Ministerio de Energa y Minas del Per). De
los cuatro denuncios realizados en Patabamba por empresarios ajenos a la comunidad, solo
uno ha accedido a conceder derechos de explotacin a la comunidad (por valor de 40.000
199
Captulo 10
Cuando el cuy tuvo que salir de la
cocina. Turismo e Intimidade na Ilha
de Amantan, Lago Titicaca, Peru
Guillaume Maurice Admire Perche
Universidade de Braslia
Introduo
A ilha de Amantan constitui um dos principais atrativos tursticos da regio de Puno, nos Andes peruanos. A ilha se diferencia dos outros destinos
tursticos da regio ao propor uma imerso cultural na qual os turistas se hospedam nas casas de famlias hospedeiras. Eles recebem, assim, hospedagem
e alimentao, alm de conviverem com a famlia, em complemento da visita
rpida ilha. Este turismo conhecido localmente como turismo vivencial
e permite desvendar e viver o quotidiano de uma cultura autntica, localizada
no meio do lago Titicaca, a mais de 3.000 metros de altitude. H poucos anos,
Amantan faz parte de um vasto programa turstico implementado pelo Estado, em vista de diversificar a oferta turstica no pas e desenvolver as comunidades camponesas rurais: o programa de Turismo Rural Comunitrio.
Amantan construda no discurso como uma ilha paradisaca, protegida, genuna e autntica: um micromundo gravitando em outra dimenso.
A trajetria de uma ilha perdida no lago Titicaca num espao-tempo gerado, no contexto turstico peruano, por certo discurso de Estado, que sempre
buscou um lugar para as populaes indgenas no processo de construo nacional. A partir da segunda metade do sculo XX, o estado peruano comea
a inserir essas populaes num mercado turstico, que est nutrido por um
imaginrio em que as origens pr-hispnicas e as tradies tm um valor mercantil.
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
202
203
204
voltada para oferecer ao turista uma viso clara e atrativa do pas por meio
das polticas de desenvolvimento turstico que procuram impulsar entre los
peruanos el conocimiento y el amor por lo local, convirtiendo a cada poblador
en un promotor potencial del pas y en un representante de su zona de origen.
(PROMPERU, 2000: 34). claro que o povoador mencionado neste discurso
no o povoador mestio da costa ou o limenho, mas sim, o indgena, habitante alvo da atrao turstica no pas, redefinido por essas polticas de turismo
em funo do desejo do branco, do turista.
O turismo no Peru, antes de ser uma atividade econmica, um discurso
que redefine as identidades indgenas e as modela em funo do desejo de descoberta da alteridade pelo turista ocidental. Este discurso decorre das polticas
culturais do Estado, as quais, antes de promoverem o turismo do pas por meio
da representao das populaes indgenas, buscaram emoldurar sua imagem
remetendo existncia pr-hispnica dessas populaes.
importante lembrar que a construo da identidade indgena no Peru
est diretamente ligada ao pensamento social peruano do final do sculo XIX.
Por meio desse pensamento, a diviso geogrfica do Peru evidenciada, o que
est, por sua vez, intimamente ligada diviso social do pas. Nesse contexto,
pode-se dizer que o que melhor qualificaria o Peru, at hoje em dia, a diviso
geogrfica e racial. Trata-se primeiro de uma diviso geogrfica do pas em trs
zonas distintas: costa, serra e selva. A diviso entre a costa e a serra marca uma
diviso geogrfica, mas tambm, desde a poca colonial e a independncia
do pas em 1821, uma diviso social pela qual, o indgena, povoador da zona
andina, era alm de excludo, ignorado na construo da identidade nacional.
Neste perodo ps-independentista, o pensamento da elite crioula limenha expressava um forte racismo com relao populao andina.
O discurso racista da poca, que buscava excluir o indgena do sentimento de pertencimento nacional, ilustrou-se de maneira notvel, de acordo com
Mndez (1996), depois da formao da confederao PeruBoliviana pelo marechal boliviano Santa Cruz em 1837. A elite limenha, oposta formao da
confederao, baseou seu discurso de oposio sobre um carter racial e no
poltico: El rasgo ms relevante del discurso poltico [...] fue precisamente la
definicin de lo nacional-peruano a partir de la exclusin del indio, simblicamente representado por Santa Cruz. [...] el delito no era de ser conquistador,
sino que un indio se atreviese a serlo. (1996:8).
A partir do comeo do sculo XX, o pensamento social peruano foi marcado pelo confronto entre dois tipos de discursos com respeito importncia
da participao da identidade indgena para o forjamento da nao peruana.
Esses dois discursos marcaram o dualismo cultural no pensamento social peruano (Uriarte, 1998: 1) com o confronto entre o discurso hispanista da elite
crioula limenha e o discurso indigenista dos primeiros indigenistas peruanos.
Este dualismo teria nascido por consequncia do fracasso peruano na guerra
do pacfico. O primeiro indigenista, Manuel Gonzalez Prada, atribuiu este fra-
205
casso ao fato de os ndios, na sociedade peruana, serem ignorados e segregados. De acordo com o autor, era improvvel que os indgenas, que formavam
parte do exrcito, defendessem um pas no qual eles estavam sendo excludos.
Pode-se dizer, nas palavras de Uriarte, que Prada redescobriu o indgena a
partir desta derrota militar, tomando-o como elemento principal para forjar a
nao peruana: No forman el verdadero Per las agrupaciones de criollos y
extranjeros que habitan la faja de la tierra situada entre el pacfico y los Andes.
La nacin est formada por la muchedumbre de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera (Gonzles Prada, 1977: 23).
Em reao ao argumento de Prada, a chamada generacin del 900, preocupada com a situao do Peru como dois pases no interior de um territrio
(Uriarte, 1998: 3) e com a formao da nao peruana, prope redefinir a identidade nacional a fim de criar uma unidade no pas. Neste discurso, da mesma
forma que nos demais estados latino-americanos aps as independncias, esta
unidade seria possvel por meio da assimilao da populao indgena pela
populao branca. O discurso hispanista tambm legitimava a herana hispnica, sendo caracterizada mais forte do que a indgena, para justificar a necessidade de assimilar a raa indgena inferior civilizao de origem hispnica
ocidental superior. Porm, este discurso anuncia seu carter paradoxal no
sentido em que, apesar de segregar o ndio no nvel poltico, a revalorizao
da histria nacional se fazia a partir das glrias do perodo do imprio Inca.
De certa forma, o indgena que devia ser assimilado populao branca
na poca era impuro imagem da nao querendo ser ento construda. O
paradoxo se resume ideia de que ndios no passado sim, no presente no
(ibid: 3). Este paradoxo j dominava o pensamento do campo intelectual no
pas, tal como mencionado por Mndez, com um discurso racista diante do
indgena do presente contraposto legitimao do nacionalismo peruano con
alusiones a la memria de los Incas (Mndez, 1996: 11). Assim, a identidade
indgena existia, neste pensamento, como glria no passado, mas impureza
no presente. O carter indgena que contribuiria em forjar a nao seria uma
identidade indgena histrica e acabada, a inca, que no poderia mais decorrer
da presena indgena do presente: El ndio es, pues, aceptado en tanto paisaje
y gloria lejana [...] Apelar a la memoria de los Incas para despreciar y segregar
al ndio. (ibid: 12).
Em contraposio, os indigenistas buscaram legitimar a imagem do ndio
como principal elemento para forjar a nao. Eles tentaram manter o ndio,
suas comunidades e suas tradies para reafirmar a verdadeira face do Peru.
Estabeleceu-se ento, neste discurso, uma identidade nacional peruana a partir da valorizao do indgena no s na histria, com a importncia do imprio Inca, mas tambm no presente. Porm, na medida em que o discurso
indigenista integrava o indgena nao de maneira oposta viso nacionalista crioula, ele estava criando uma imagem do indgena para legitimar seu
projeto. Assim, se percebemos o indigenismo na Amrica latina como uma
206
construo discursiva das identidades indgenas, preciso perceber a existncia de vrias tradies indigenistas entre as quais prevaleceria a tradio do
ndio arqueolgico no Peru. Cabe mencionar, neste esforo de qualificar o indigenismo latino-americano de forma regionalizada, aquilo definido sobre o
ndio arqueolgico:
Las diversas manifestaciones del indigenismo latinoamericano [...] coinciden en sus intentos por utilizar los valores culturales precolombinos en
beneficio de las formaciones nacionales. Los mestizos latinoamericanos
buscan en el ancestro autctono la alteridad definitoria de su identidad.
Incautacin y recuperacin conducen a la revalorizacin simblica del indio y del lo indio [] Dialctica en la que la imagen del indio arqueolgico
emerge como referencia retrica cuya funcin es legitimar los proyectos
indigenistas (Bez-Jorge, 2001: 424-425).
Para concluir, pode-se dizer que os indgenas so elementos fundadores
da identidade nacional peruana na oposio que decorre do confronto entre
discurso hispanista e indigenista. Entretanto, eles possuem lugar reservado no
passado. Neste contexto, numerosas construes deixadas pela civilizao inca
e as anteriores culturas pr-incaicas so preservadas e abertas visitao de
milhes de turistas que visitam o pas. Elas guardam e reforam a imagem
do ndio arqueolgico, o principal criador da identidade nacional, que deixou
heranas para as geraes subsequentes, mas cuja cultura original no existe
mais. Entretanto, esta cultura recriada e reapropriada, na cena turstica, por
um discurso de Estado, que incentiva as prprias populaes em se assumirem
como fieis representantes dos seus ancestrais.
Da mesma forma que o ndio arqueolgico foi escolhido para forjar a nao
peruana, ele foi recuperado para ser vendido na cena turstica nacional e internacional como smbolo do pas. No por acaso que a PROMPERU, para promover o turismo no pas, escolheu lemas como: El pas de los Incas ou Donde
vive la leyenda, a partir da metade da dcada de 1990.
Neste mbito, para entender o contexto turstico peruano, resulta chave
considerar esse paradoxo resultante da percepo do indgena do passado e do
presente. A identidade indgena valorizada no campo turstico desde o desenvolvimento da atividade no a cultura indgena nativa presente, seno uma
identidade indgena turstica recriada e reinventada no presente em funo de
um passado glorificado e representado no presente. Este passado trazido para
o presente, sendo reconstrudo por meio de narrativas tursticas para ser apresentado e vendido ao turista. Isto possibilitado pela importncia acordada
aos restos arqueolgicos, os quais, combinados com a presena das populaes
indgenas que residem nos seus arredores, proporcionam uma verdadeira impresso de continuidade entre passado e presente. De acordo com vrios autores, tratar-se-ia de uma construo contempornea do passado apresentada
ao turista por meio de certo tipo especfico de aplicao do indigenismo ao
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209
campo do turismo a partir da valorizao da sua identidade cultural. De acordo com essa hiptese, ele estaria ento apresentando a sua cultura camponesa
escapando criao de qualquer tipo de esteretipo cultural. No se trataria da
representao de uma identidade recriada se o campons se serve da apresentao da sua vida quotidiana para se beneficiar da atividade turstica. Tentaremos a seguir verificar este argumento por meio da anlise do significado do
contedo das interaes sociais ocasionadas pelo encontro turstico nas casas
das famlias amantanenhas.
O significado do contedo das interaes sociais existentes entre a populao local e o turista estrangeiro
O lugar antropolgico como espao de interao espontnea
A etnografia efetuada na ilha de Amantan nos leva a enxergar a nova situao turstica proposta pelo turismo rural como uma nova forma de configurao da ordem colonial num espao cada vez mais estreito, privado e ntimo. Nesta configurao, Amantan nos leva a refletir em torno da noo do
lugar e do espao. Observamos como o espao ntimo se encontra profundamente transformado, adaptado, modificado e reconstitudo de maneira diferenciada em vista das experincias tursticas, as quais marcam o quotidiano da
populao local. Essas transformaes, alm de serem perceptveis dentro da
paisagem insular compartilhada por todos os moradores, transcorrem dentro
do mbito privado da casa de cada famlia, transgredindo as fronteiras sociais
normalmente estabelecidas dentro do espao privado. Assistimos assim reorganizao de um espao que contribui em constituir lugares dentro dos quais
se estabelecem novas prticas sociais.
Para teorizar a nossa reflexo em torno da noo de lugar, remetemo-nos
ao conceito de lugar antropolgico definido por Aug (1992), em que o lugar
seria uma construo concreta e simblica do espao, a qual no poderia dar
conta das vicissitudes e das contradies da vida social, ms qual se referem
todos aqueles aos quais ela atribui uma colocao, por humilde ou modesta
que seja. (ibid: 68). Neste sentido, o lugar antropolgico, na medida em que
significativo para quem o habita, tambm significativo para quem procura
entend-lo. Ele simultaneamente princpio de sentido e princpio de inteligibilidade (ibidem: 68), o que faz dele no mbito da anlise etnogrfica um
elemento privilegiado para entender o comportamento dos atores que o frequentam.
Se o lugar antropolgico uma construo concreta e simblica do espao, no cabe tentar entender a realidade social desses atores como se produzida pelo espao que eles frequentam. Ao contrrio, o percurso cultural
dos signos institudos pela ordem social aquele que define o espao social
(ibidem: 68). Entendemos assim os espaos constitudos e observados no m-
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o turismo, hoje em dia, recria essas mesmas condies nos lugares de procedncia destes elementos, tornando certos povos em meros objetos de representao de uma dita cultura.
Se considerarmos a apresentao do quotidiano e a exibio da vida privada como um modo de representao, assistimos certa transformao dos
atores em meros objetos culturais (Kirshenblatt-Gimblett, 1998: 55). Mesmo
se o efeito desejado o contrrio, pode-se dizer que o produto da observao
na cena turstica torna as pessoas em representantes de alguma realidade, cabe
dizer em artefatos. Se o turista tem a impresso de vivenciar um encontro espontneo com as famlias de Amantan, as prprias famlias se tornam simbolicamente os representantes de uma imagem definida fora da ilha pelo discurso
turstico existente nos nveis regional e nacional. A famlia de Amantan se
torna, assim, uma representao do modo de vida rural autntico, pronto a
satisfazer um desejo. Dessa forma, elas representam o conceito do modo de
viver rural por meio dos elementos propostos durante a interao com os turistas, que dura apenas um dia, e que consiste principalmente na convivncia
dentro da casa. Por meio dessa interao efmera e da rpida introspeco
efetuada pelo turista no espao ntimo da famlia, pode-se dizer que se opera
certa constituio e apresentao de um todo mediante alguns elementos definidos pelo turismo. A representao assim definida em parte pela forma da
apresentao.
Neste sentido, retomamos o poder simblico da interao, o qual totaliza
uma realidade dada a partir de uma apresentao controlada da mesma forma que o faz a sindoque no nvel da retrica. Consideremos o argumento de
Clifford (1992) o qual, ao qualificar o valor do lugar da pesquisa de campo do
etngrafo idealizado por Malinowski, define que: O vilarejo era uma unidade
manejvel. Ele oferecia uma maneira de centralizar a prtica de investigao, e
ao mesmo tempo servia de sindoque, como ponto de interesse ou parte, por
meio do qual cada um podia representar um todo cultural (ibid.: 98). No
sentido em que a experincia turstica em Amantan tenta fundir a experincia
do turista com aquela de um eventual etngrafo em campo de maneira idealizada, o lugar se transforma, assim, num todo cultural.
No caso de Amantan, a sindoque toma seu sentido com o novo significado atribudo casa. Apesar dos empreendimentos feitos para diversificar
a atividade turstica na ilha, sobretudo graas ao desempenho das ONGs, o
maior atrativo a casa das famlias e o que dentro dessas acontece: as comidas,
a noite compartilhada e a participao s atividades da famlia. A casa se torna
assim o lugar de interao da atividade turstica e se torna o espao no qual o
turista se encontra mais perto do seu objeto de observao. Vimos que a participao do turista na vida da famlia banalizada no sentido em que, apesar de
uma recepo diferenciada nas casas dependendo da origem social da famlia,
o turista tem um quarto, um banheiro e um lugar designado dentro da casa:
a mesa na cozinha que foi limpa e reorganizada para a sua recepo. Pode-se
214
dizer que esta prpria reorganizao do espao para ele diante da presena de
elementos tradicionais do quotidiano das famlias tem por efeito aumentar a
percepo do lugar e da situao como autntica e extica no sentido em que:
tanto no caso da apresentao como da representao, a presena de certos
objetos estranhos tem por efeito aumentar a qualidade extica de cada objeto
apresentado ou representado. (Mason, 2002: 85). Em outras palavras, o fato
de ter um espao reservado ao turista colado ao espao das famlias teria um
efeito exotizante sobre a realidade apresentada que se torna ento representada para o olhar do turista.
As famlias dentro das suas casas se tornam, ao meu olhar, os representantes de um novo tipo de discurso colonial produzido pela experincia turstica
realizada. A diversidade de situaes observadas nas casas da ilha testemunha,
de um lado, certa criatividade por parte das famlias com vistas a melhorar a
recepo do turista. Porm, de outro lado, enquanto esta diversidade existe
no plano espacial, a base da encenao a mesma em cada famlia. Cada ator,
observado e observador, famlia e turista, ocupa seu lugar dentro do mesmo
espao e as famlias se tornam, assim, mediante sua atuao espontnea, representaes estereotipadas da sua prpria vida de camponeses. O poder da
sindoque do lar se inscreve assim dentro de uma lgica da ordem colonial
descrita por Bhabha (1998):
O discurso colonial produz o colonizado como uma realidade social que
ao mesmo tempo um outro e ainda assim inteiramente apreensvel e
visvel. Ele lembra uma forma de narrativa pela qual a produtividade e a
circulao de sujeitos e signos esto agregadas em uma totalidade reformada e reconhecvel. Ele emprega um sistema de representao, um regime de
verdade, que estruturalmente similar ao realismo (1998: 111).
No mbito desta pesquisa, reconheci essa lgica de colonizao da intimidade a partir da nova dinmica desencadeada pela prtica do TRC em Amantan.
215
216
normas estabelecidas fora do local. Assim, o uso da prpria casa como recurso
turstico e comercial supe uma retribuio simblica dos elementos presentes
no local para assegurar o sucesso da atividade. preciso considerar o argumento de Douglas de acordo com o significado da higiene: Tal como a conhecemos, a impureza essencialmente desordem. A impureza absoluta s existe aos olhos do observador. (Douglas, 1991: 14). Neste aspecto, percebemos
como as famlias so levadas a enxergar suas casas de acordo com certo olhar
vindo de fora, o qual atribui uma nova funo ao espao ntimo: uma funo
turstica e comercial. Ao manter a casa de forma palatvel para o estrangeiro,
ao separar o espao de vida das pessoas e dos animais, ao oferecer um espao
apropriado de acordo com as concepes ocidentais de espao ntimo, d-se
um novo significado ao dito espao:
Eliminado-a, no fazemos um gesto negativo; pelo contrrio, esforamonos positivamente por organizar o nosso meio [...] reordenamos positivamente o espao que nos rodeia, tornamo-lo conforme a uma ideia. No h
aqui nada de temeroso ou de irracional. O gesto que fazemos criativo, o
que tentamos relacionar a forma e a funo, impor uma unidade experincia. (ibid. 1991: 14-15).
217
218
Concluso
Aps encontro turstico, que se deu em julho de 2009, e de encontro etnogrfico, ocorrido durante o ms de julho de 2010, com as famlias da ilha
peruana de Amantan, no lago Titicaca, os quais possibilitaram a anlise das
interaes existentes entre os turistas e as famlias no contexto turstico local,
este trabalho procura demonstrar em que medida uma cultura pode ser qualificada de autntica e vendida como produto turstico. Tentamos verificar
como se constri essa autenticidade da cultura camponesa amantanenha por
meio da experincia turstica no local de estudo.
Para este propsito, as noes de encontro turstico e encontro etnogrfico
representam o pano de fundo da pesquisa de campo. Incentivado pelo encontro turstico inicial e pelo encontro etnogrfico realizado posteriormente,
possvel concluir, mediante estudo, que o turismo em Amantan pode ser visto como uma falsa experincia etnogrfica vivida pelos turistas que visitam a
ilha. Nesse sentido, as condies de acesso cultura local so mascaradas pela
fora do desejo de cada ator que atua no contexto turstico: desejo de acessar
uma cultura autntica por parte do turista e desejo de se beneficiar economicamente de uma atividade comercial por parte das famlias, das agncias de
turismo e indiretamente das polticas oficiais do Estado.
A viagem ilha de Amantan considerada excurso autntica e cultural,
considerando-se a ideia de que permitiria fugir do circuito turstico peruano
convencional e permitiria entrar em contato direto com as populaes nativas.
Durante a excurso, efetua-se um turismo definido como vivencial dada a
imerso cultural que representa a hospedagem do turista em casas de famlias
das comunidades da ilha. Percebemos que o turismo vivencial, no mbito do
219
TRC efetuado em Amantan, poderia de certa forma, assemelhar-se a um turismo etnogrfico no qual as atividades propostas para o turista buscam dar
uma impresso de descoberta de uma cultura, de forma idealizada. Assim, a
experincia proposta quer ser vendida como uma descoberta da cultura local. Essa ltima quer se assemelhar a uma iniciao etnogrfica que em muitos
casos se revela ser uma experincia frustrada para o turista desejoso de descobrir a dita autntica cultura camponesa amantanenha.
Definimos que o turismo vivencial uma categoria que decorre do programa de TRC implementado pelo MINCETUR e promovido pela PROMPERU,
os quais impulsionam o turismo em Amantan, entre outros destinos rurais no
pas, como maneira privilegiada para viver e testemunhar uma cultura autntica. Apesar de a ilha ser vendida como destino de TRC desde 2008, a histria
do turismo em Amantan no to recente. Em 1979, a indstria do turismo
se instalou pela primeira vez em Amantan, a partir da iniciativa da prpria comunidade. A pesquisa efetuada na dcada de 1990 por Gascn mostrou que os
poucos turistas que chegavam ilha naquela poca beneficiavam o grupo social das famlias de donos de lanchas. Esses ltimos controlavam ento nico
meio de acesso ilha, monopolizando a atividade turstica e gerando conflitos
com o restante da populao. Por isso, o ttulo de sua pesquisa: Gringos como
en sueos (2005), procurava ilustrar a dimenso escassa e desigual do recurso
turstico que se tinha transformado no elemento estruturador da comunidade,
apesar de se assemelhar, de certa forma, para muitas famlias, a apenas uma
miragem do turismo.
Como forma de dar continuao pesquisa de Gascn, distinguimos que
desde o ano 2000, por meio da anlise dos dados estatsticos dos fluxos de
turistas, o nmero de turistas que chegavam ilha triplicou. Nomeamos este
fenmeno de segundo surgimento do turismo em Amantan, gerado pela
divulgao da ilha como um dos trs destinos principais propostos pelas agncias de viagem e turismo da cidade de Puno. Este segundo surgimento, ao
mesmo tempo em que significou o final do monoplio da atividade turstica
pelos donos de lanchas, trouxe uma nova forma de repartio desigual dos
turistas pela m administrao das agncias e, sobretudo, uma explorao das
famlias por estas mesmas agncias, que no pagam o preo convencionalmente estabelecido. Mostramos que o monoplio do recurso turstico persiste hoje
em dia com a extrema explorao das agncias. Porm, notamos tambm que
os donos de lanchas coletivas, apesar de transportar poucos turistas, dado o
monoplio das agncias, continuam enviando-os s suas prprias famlias.
No mbito da pesquisa integral, aproximamo-nos, num primeiro momento, da ilha de Amantan pela cena turstica, descrevendo a experincia do encontro turstico com as famlias de acordo com o roteiro padro estabelecido
pelas agncias de turismo. A atividade turstica vivida como experincia pelos
turistas orquestrada por um roteiro nico proporcionado pelas agncias por
meio da figura do guia. Recorremos anlise ritual das impresses criadas
221
buscarem respeitar o conceito de turismo vivencial, poderiam ser consideradas, fora da ilha, de verdadeiras pousadas (segundo concepo brasileira), nas
quais o vivencial permanece por meio das refeies compartilhadas nas cozinhas. A experincia amantanenha mostra como a prpria casa se torna, na ilha,
um argumento para poder receber o turista. Ela precisa ser espaosa, cmoda,
moderna e ao mesmo tempo resguardar um aspecto rstico.
Na contraposio entre o desejo de acessar a uma cultura autntica e o
desejo de se beneficiar de uma atividade econmica, o turismo leva as famlias
amantanenhas a mostrarem a sua intimidade como um produto comercial.
Considero que essa intimidade das famlias passa a ser o meio de produo
da atividade turstica como recurso econmico. No meu entendimento, por
trs do fato de hospedar os turistas nas casas, a intimidade constitui o produto
mais valorizado na cena turstica. Em toda a ilha se glorifica o valor da casa
hospedaje para acessar ao recurso turstico.
Este cruzamento de desejos se materializa em Amantan mediante a colonizao da intimidade das famlias. A minha releitura do fenmeno turstico amantanenho mostra que a intimidade sempre foi o elemento valorizado
no local. Porm, a vida ntima das famlias se exibe diante do turista na falsa
pretenso de que a presena estrangeira dentro de casa no influencia o seu
quotidiano. Entretanto, o poder simblico da interao mostra que o fato de
estarem sendo observadas leva a uma atuao espontnea. O turista levado
a fazer inferncias sobre o modo de vida local, diante da observao de partes
limitadas de uma realidade muito mais ampla. O turista presencia uma realidade construda para recepcion-lo, vivencia essa curta experincia e parte,
levando consigo uma imagem estereotipada da cultura contempornea camponesa. A onipresena do turista nos lares, que seja direta ou indireta, por
meio da constante transformao dos espaos privados e da paisagem insular
de forma geral testemunham esta dinmica de colonizao da intimidade.
Pode-se dizer que o presente trabalho contribui para a anlise qualitativa da
prtica do TRC. H poucos anos, o programa de TRC vem sendo amplamente
implementado em diversas regies e comunidades do pas, com a tendncia
de ser visto como um grande avano para o desenvolvimento dessas comunidades. Porm, carecem estudos sobre a percepo deste novo tipo de turismo
para as prprias comunidades receptoras. Desenvolver economicamente as
comunidades rurais significa antes de tudo criar uma narrativa. Essa narrativa
se constri a partir do discurso sobre um modo de vida autntico. Entretanto,
essa autenticidade no mais meramente visual. Existe uma interao direta
com o turista, que se satisfaz com uma autenticidade palatvel e com conforto.
O caso da ilha de Amantan um exemplo que no deve ser generalizado, pois
o programa de TRC e o turismo vivencial em geral no tm por que sempre
terem os mesmos resultados. Porm, a diversidade de contextos locais existentes num pas, s vezes, no permitem que um programa obtenha os efeitos
desenhados no nvel terico de projeto em qualquer lugar. Neste sentido, os
222
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223
224
Notas
i Centro de Pesquisa e Ps-Graduao sobre as Amricas (CEPPAC), Universidade de Braslia
(UnB). Correo electrnico: guillaumeperche@hotmail.com
Captulo 11
From exploitation to participation?
Tourism and handicraft production in
rural Yucatn/Mexico
Eva Youkhana
Universitt Bonn i
Introduction
Tourism is one of Mexicos most dynamic economic sectors and therefore
an important identifier of economic and social change (de Kadt, 1979; Marn
Guardado, 2010). The countrys rich folk culture became a catalyst for handicraft production, turning it into a vibrant activity in the tourism industry.
Marketing the cultural expressions of the indigenous population is an integral
part of rural development projects in tourism, also referred to as ethno- or
cultural tourism (van den Berghe, 1995; Castaneda, 1996). The production
of popular art is, however, not a recent phenomenon but has been a national
strategy since the 1970s in numerous Latin American states with a potential
for tourism, such as Mexico1. Thousands of Mexicans now make their living
entirely or in part from economic activities performed at home. Not surprisingly, the role of women in this newly pursued sector has gained momentum,
as the traditional division of labour in rural Mexico assigns womens workplace
to the home.
The so-called cultural or creative industry (Adorno and Horkheimer, 1947)
and the transformation of meanings by mass-produced popular art such as
handicrafts have been the subject of theoretical debates on the utilization and
commodification of cultural expression in capitalist production processes.2 In
the Latin American context the artisanation (Albornoz, 1996) of rural indigenous populations was highlighted in a fundamental critique of the political
Ral H. Asensio y Beatriz Prez Galn (Eds.) (2012) El turismo es cosa de pobres? Patrimonio
cultural, pueblos indgenas y nuevas formas de turismo en Amrica Latina. La Laguna (Tenerife): PASOS, RTPC. www.pasososnline.org. Coleccin PASOS Edita n 8 / IEP. www. iep.org.pe.
226
Eva Youkhana
227
often devalued or ignored in the past, have now become an attractive commodity on the national and international tourism market, not least as a result of
their repackaging as souvenirs or handicraft items (Nash, 1993; Stephen, 2005;
Kroshus Medina, 2003). These exotic demonstrations of mexicanity attracted
a new category of traveler and generated the soft forms of tourism eco-, ethno- or cultural tourism that have evolved over the last three decades (van
den Berghe, 1995; Ellenberg, 1998). Even though interchangeably used, the
concepts are all labeled as sustainable tourism introduced to develop alternative economic perspectives for the indigenous rural population not just in Latin
America (Rauschelbach, 1998; Bennett el al, 1999; Ashley et al, 2001; Steck et
al, 1999).
228
Eva Youkhana
229
cietal levels, whereas being stigmatized as pure and authentic (Henrici, 2007).
While liberalization and global economic forces have plainly led to a new understanding of gender roles in rural Latin America, further empirical analysis
will be required to explore whether women genuinely increase their social and
economic capital by playing a more significant role in the tourism industry.
230
Eva Youkhana
231
232
Eva Youkhana
233
for example, which took two weeks to complete. Assuming five working days
per huipil, this corresponded to a figure well below the Mexican minimum
wage of MXN35 per day.8
234
Impact of PPA
Power structures and limits of the participatory approach
Five years after the development project was put into effect, the PPA had
metamorphosed into a source of conflict and disappointment for a great number of Yaxun women, who had become handicraft producers under the direction of FCY.
The members of FCY pursued a participatory approach, endeavoring to
involve all of the women in the artisan project. While in 1998 almost every
household was represented by one female member in one of the three artisan
groups, more than half of the 106 organized artisan women had abandoned
their groups by 2002 or were forced to leave. The reason for this development
is twofold and linked to village social structures and the balance of power.
Once established, the three working groups were led by a group of women
with influential kinship and religious affiliations, and a positive relationship
with members of the NGO. A twenty-six-year-old female resident of an immigrant colony describes the situation as follows:
I left the PPA because they (the leading women, E.Y) just want to make a
profit. When the FCY made a request for handicrafts to the committees, the
officials did not communicate this to the members. Theyre from a different
residence (within the village, E.Y) and are related, and thats why the group
was divided. 10
Living in the colony, belonging to a group or family of late-comers in
Yaxun often coincides with an affiliation to catholic Christians and thus to
a section of the community whose pagan ideas, traditions and adherence to
power claims within the cargo system were the subject of growing dispute.
Heightened evangelization since the mid-1990s led to a disclaiming of these
traditional rules associated with certain sections of the population. Women
who primarily belonged to the evangelized and who lived in the more central neighborhoods held official functions such as the presidency or financial
controlling and at the same time acted as brokers between FCY and members
of the PPA.11 Not surprisingly, these influential interest groups captured the
resources. In another case, women bemoaned that money was extracted from
common funds:
Once, not all the money (PACMYC loan, E.Y) was spent on buying material
in Mrida. Then the president of the group took the money. Because she got
along well with Jos (one of the development brokers, E.Y) they came to an
agreement. 12
These women gradually exerted more influence over handicraft production
and commercialization processes. The president of the group supervised the
Eva Youkhana
235
quality and quantity of the products. In one case a woman was excluded from
her working group because she was pregnant. The daughter of a man from
Pist, a thirty-year-old woman who lived with her husband, a non-ejidatario,
in the household of her widowed mother said:
I indeed worked in the artisan groups of the Foundation but they threw myself out and my mother because we didnt do enough pieces of work. You have
to cut out ten wooden animals a week and I failed. 13
By excluding those who belonged to less well endowed families, membership of the three groups diminished. A thirty-four-year-old woman confirmed,
on the other hand, that the remaining group members improved their skills in
terms of competition and the sale of handicrafts to FCY:
I no longer work for FCY but I used to. I was in the handmade embroidery
group. I was thrown out because I couldnt attend assemblies. You should
know that the carvers and embroiderers always struggled to sell more products. Only a few benefited from the Foundation. 14
FCY did not respond to this polarization of women into participants and
non-participants, and failed to adopt their information channels and communication structures and thus acknowledge their networking. As a result, quarrels broke out between families. Aware of this impact, one highly committed
anthropologist declared that quarrels now govern Yaxun15. Other project
members profited from the power plays in the village by allying with powerful
actors in order to accomplish the development agenda. With the emergence
of congenial bonds (compadrazgo), cooperation between brokers and NGO
members were institutionalized, leading to the establishment of clientelistic
relations following project implementation.
236
from opportunities to upgrade their skills and exchange experience with other
practitioners. Product marketing and organization in cooperatives likewise
decreased. A further disadvantage was the amount of space available in the
home and the obvious time restrictions, factors that immediately impacted on
their productivity.
As workplaces gradually shifted to the home, children began to take part in
production. The working conditions were particularly unsuitable for children.
Like their parents, they used sharp knives and toxic substances. Parents were
not informed of the risks involved in the handicraft production process. Furthermore, the integration of the family into this process had a negative effect
on product quality. Only a small number of producers attended courses on
basic skills related to tools and their treatment. The focus of production was on
quantity rather than quality. Low-quality handicraft production leads to poor
commercialization, as the FCY member responsible for marketing activities
observed.
Eva Youkhana
237
them and dont ever want to work with them in the future. The ladies are
used to receiving money but not to giving it back. 17
The analysis of female artisan production groups highlights the prospects
and opportunities of a systematic implementation of handicraft production
and the attendant risks. Establishing cooperatives with legal backup and costeffective rules seems to have been an ill-advised strategy in light of these
mostly inexperienced artisan women. The NGOs failure to embrace and address existing socio-cultural and context-specific village conditions scotched
the western concept of participatory development and its somewhat bureaucratic regimentation.
Since paternalism and dependency still defines the relationship between
the indigenous rural population and Mexican majority society, the introduction of self-sufficient enterprises, such as those promoted by FCY, were never
an option. New dependencies, as described in the PPA example, are likely to
occur when management capacities are not adequately developed. Most middle-aged and elderly women in Yaxun were uneducated18 and thus failed to
fulfill the requirements of a legally based cooperative. There was little or no
basis for a continuation of the micro-credit system. Instead, FCY and the North American archeologists set up initiatives whereby the market was accessed
by middlemen acting on a private basis. Hence families engaging in handicraft
production were exposed to a highly competitive market and rules unfavorable to actors from the lowest social ranks.
238
with the housework and care of the children. They wash clothes, cook, look
after the children and bath them. They just dont make tortillas. But men have
to behave.19
The women who remained in the project declared that their new income
opportunities had impacted positively on their economic situation. In 2002
one associate stated:
Work with the PPA generates more income and supports the family. First
and foremost, capacity building and alphabetization helped with accounting and product sales. We earn MXN50 a month. 20
Families that had increased their income enjoyed a higher standard of living. They rebuilt their houses or constructed new ones, and bought luxury
goods such as hifi equipment and television sets. Foodstuffs shifted from
home-made agricultural produce to modern industrial products, creating a
basis for the more efficient operation of shops in the village. The PPA artisan project contributed to this progress, as did private initiatives that followed
suit. In comparison to the so-called marketing procedures at the PPA, private
enterprises, primarily controlled by men, were obliged to compete on the market. The production process was adjusted to product demand and therefore
economically more stable.
The income generated by handicraft production encouraged the women in
the village and strengthened their role within the family. When the project was
launched in 1998 and women began to attend workshops and lectures, men
grew accustomed to taking care of the children, washing clothes and cooking
meals. According to one interviewee, as the sole exception, baking tortillas remained a female prerogative. Respect for women and the tasks they performed
increased and men seemed more willing to perform household chores. In one
case, however, a man responded badly to these developments, rescuing himself with jealousy and an overbearing attitude. One of the women interviewed
succeeded in separating from her violent husband with the endorsement of her
parents, indicating that traditional gender roles had been partly overcome to
womens advantage.
Conclusion
In order to determine whether the artisan economy has shifted from exploitation to participation as a result of development initiatives, it makes sense
to compare the past and present role of handicraft producers in Yucatn. Looking at the example of Yaxun, a certain continuity can be confirmed. In the
past, considerable pressure was placed on women to produce handicraft items,
not unlike the experience of women in Yaxun today. Spanish officials provid-
Eva Youkhana
239
ed the peasant women of highland Maya with raw materials in the past, resembling the position of FCY today, which equips and trains Maya women in
Yaxun to meet increasing handicraft demands. However, when the beneficial
aspects of protected and subsidized handicraft projects disappeared, e.g., raw
material input and regular income, women were once again obliged to shoulder the double burden of household chores and off-farm production processes
(Cook, 1990; Williams, 2002). One young woman who eventually left her artisan group conveys this clearly: Our duties in the PPA leave us no time for
anything, not even the children...
The study documents the complex network of clientelistic relationships
that influenced the strategies, methods and direction of the development project for artisan women. Strategic relations between powerful interest groups
and project leaders determined the course of the project and the allocation of
project resources. While privileged actors were in a position to influence project policies and participated in decision-making processes, village members
with less political influence and economic means were widely excluded. Local
and expert knowledge was exchanged selectively, largely to the disadvantage of
those who were politically and economically less well endowed. The findings
of this study clearly show that communities cannot be conceived as homogeneous entities. On the contrary, effective promotion of the community with
participatory approaches and successful implementation of projects targeting
the poor calls for greater insight into socio-cultural structures and village dynamics, as well as the interests and rationalities of different local actors.
The FCY created a virtual market without substantial market access, rendering artisan womens business activities failure prone. Developing marketing
strategies without adequate market scrutiny led to short-sighted behaviour on
the part of the producers and of FCY, which functioned as an intermediary.
As such, FCY emphasized its paternalistic attitude and the historically derived method of dealing with indigenous rural peasants in Mexico. Here, the
comparison with historical patterns of disciplining indigenous women in the
course of handicraft production, as introduced by the Spanish officials in the
early nineteenth century and by FONART in the early 1960s, indicates that the
driving, exploitative force behind handicraft production for commercial purposes has undergone only a marginal change. The case shows that human and
cultural resources are utilized and commercialized without the corresponding
increase in capacity or access to resources, rights and economic empowerment.
Against this background, the example of Yaxun illustrates how dependencies
in Mexican society are established and how exclusionary processes that seriously affect indigenous peasants need to be retouched, although some trickle
down effects such as shifts in gender roles have been observed.
Tourism promotion can be seen as a national strategy to absorb the consequences of the segregation of local peasant communities from the national
240
economy and society, and a lucrative method of bringing folk culture to the
market. In Yaxun, both strategies were pursued, albeit with partly unintended
effects. To increase self-awareness promoters of the famous Mundo Maya Proyect were invited to group sessions. Within these sessions, guided by Anthropologists of the Instituto Nacional Indigenista, the reified pre-colonial heritage
was revalued and essentialized conceptions of culture constructed. Idealistic
scenarios of future ethnic tourism were amplified, romanticised images of
cooperative projects between tourists and indigenous communities created.
The role of the people of Yaxun was clearly stressed: To serve as carriers of a
conserved culture in order to legitimize the predetermined national tourism
development plan.
Understood as a religious form of expression in the pagan Christian belief system, handicraft production has now become a market-oriented activity. The capitalization of ordinary life in Yaxun led to a marketable illusion
of authenticity and the artificialization of local cultural expressions. That the
re-evaluation of cultural expressions failed to really increase artisan womens
decision-making powers, ownership or market access core participatory
principles was certainly not intended by FCY, but occurred nevertheless in
the course of project implementation.
The artisan project under review did, however, show signs of positive
change, enhancing womens self-assurance and their ability to reflect on their
traditional role within the family structure. By contributing to the household
income women gained greater autonomy in terms of decision-making in the
village and raised their status within the family. It is all the more distressing
that production facilities were provided and designs developed for the launch
of new products without prior investigation of the market. The absence of
good marketing practices and lack of access to national and international markets not only limited the success of the project but reduced to absurdity the
endeavours of the FCY and the artisan women themselves. In the light of this
dynamic, it remains to be seen whether development projects that focus on
the tourism market can become an effective substitute for subsistence farming
and meet the expectations of the rural indigenous population of livelihood
enhancement.
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Notas
i Interdisziplinres Lateinamerikazentrum (ILZ). Universitt Bonn. Correo electrnico: eva.
youkhana@uni-bonn.de
1 The expanding economic opportunities for handicraft production and street vending, and the
role of women since the 1970s is described for Mexico by Nash (1992) and Stephen (2005),
and for Guatemala by Eber and Rosenbaum (1992) and Little (2005).
2 Wilson (2008) also gives an overview of the political, social, cultural and environmental impacts of tourism in Latin America.
3 Proyecto Productivo Artesanal.
4 This gendered division of labour in the Yucatn peasant household has a long tradition and
is rooted in inheritance practices, land rights and land acquisition partly passed on through
pre-colonial practices and colonial impositions (Deere and Len, 2003).
5 The census of the Instituto Nacional de Estadstica y Geografa (INEGI) for the year 2000 indicates that from a total of 618 000 registered male and female workers, 106 000 were artisans
or worked in similar areas. Of the artisans registered in the census, 21 870 were women (84
655 men). These figures indicate, on the one hand, the economic importance of handicraft
production for the overwhelmingly rural Yucatecans and, on the other hand, the increasingly
significant role of women for the generation of income in the informal sector.
6 Almost all households in Yaxun stated they were beneficiaries of the poverty reduction pro-
246
gram.
7 The National Indigenous Institute (INI) and the Program for the Support of Local Cultures
(Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC) of the National
Council for Culture and Arts (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes CONACULTA-)
supported 8 765 cultural projects in Mexico between 1995 and 2000 (http://www.nacionmulticultural.unam.mx/acervo/libro/lib_009/I_5.html).
8 At that time US$1 was equivalent to MXN10, which is the approved monetary unit in Mexico.
9 Proyecto Piloto de Desarrollo Sustentable Rural de Yaxun.
10 Del PPA sal, porque ellas solamente quieren beneficiarse a ellas mismas. Hicieron los pedidas y los comits y no lo comunicaron a las socias. Ellas son de diferentes hogares, no son
parientes. Por eso se ha dividido el grupo.
11 Residential patterns in Yaxun hint at kinship ties and help to identify first-comers. Those
who live in central neighborhoods are likely to belong to first-comer families with the corresponding customary rights and duties.
12 Cuando no gastaron todo el dinero (la ayuda de PACMYC, E.Y.) para los materiales en
Mrida la presidenta del grupo tom el dinero y como se entiende bien con Jos (el agente
de desarrollo, E.Y) se pusieron de acuerdo. Jos si toma parte. Donde hay dinero, ah est.
13 Yo si trabaj en los grupos de la Fundacin pero me sacaron a mi y a mi mama de los grupos,
porque no llevamos suficientes trabajos. Es que cada 8 das hay que llevar 10 animalitos yo
fall)
14 Ya no trabajo en la Fundacin (FCY). Antes fui al grupo de bordado a mano pero como no
pude ir a las reuniones, me echaron del grupo. Hay que saber que las talladoras y las bordadoras siempre pelean por vender ms productos. Algunas pocas benefician de la Fundacin.
15 Las peleas gobiernan Yaxun.
16 S, soy socia y si la Fundacin nos hacen pedidos, cosemos, pero casi no hay pedidos ni
ganancia. Aunque han ayudado mucho los talleres de la Fundacin para mejorar los trabajos,
no podemos ni salir para comprar material. No hay dinero.
17 No queremos trabajar con las socias. Nunca lo queramos y nunca vamos a trabajar con ellas.
Las mujeres estn acostumbradas a recibir dinero y no devolverlo.
18 According to the FCY survey, a mere 33 per cent of the female population completed primary
education (Peniche, 1998).
19 La vida en Yaxun ha cambiado mucho desde hace 1995 cuando empezaron los comits, las
asambleas y platicas para las mujeres tambin. Los hombres ya no dan golpes, tienen ms
respeto, se cuenta con ayuda de parte de los hombres, tambin referido a la tarea en la casa y
la guardera de los nios. Ya los hombres lavan ropa, cocinan, cuidan y baan a los nios. Pero
todava no tortillean. Los seores tienen que comportarse bien.
20 El trabajo en el PPA ayuda mucho para ganar ms y para el beneficio de la familia. Sobre
todo las capacitaciones y la alfabetizacin ayud para hacer informes y vender los productos.
Ganamos unos MXN 50 mensual.