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Método Científico

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Índice

Hipótesis............................................................Página 3

¿Qué es el cáncer de piel?..................................Página 3

¿Cuáles son sus síntomas?.............................Páginas 3 y 4

Factores de riesgo....................................................Página 4

¿Qué podemos hacer para prevenirlo?...............Página 5

Bibliografía........................................................Página 5

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Hipótesis
Tras leer en el periódico una noticia en la que se afirmaba el incremento del
cáncer de piel en el último año, hemos decidido averiguar qué es este tipo de cáncer,
cuáles son sus síntomas, cuáles son sus factores de riesgo y qué podemos hacer para
prevenirlo.

¿Qué es el cáncer de
piel?
El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células
cancerosas en cualquiera de las capas de la piel.

Existen dos tipos: el tipo no melanoma y el melanoma.


El cáncer de tipo no melanoma es el más frecuente y se denomina no melanoma
porque se forma a partir de otras células de la piel que no son las que acumulan el
pigmento (los melanocitos). Dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel
menos el melanoma maligno que es menos frecuente y más maligno.
El cáncer de piel se da más en las personas de piel blanca y que han pasado
mucho tiempo expuestas a los rayos solares, sobre todo cuando la exposición solar tuvo
lugar durante la infancia y se produjeron numerosas quemaduras solares. Aunque puede
aparecer en cualquier parte de la piel, es más frecuente que se presente en la cara,
cuello, manos y brazos.

Este cáncer es uno de los más frecuentes de todos los tipos de cáncer, y se
calcula que se diagnostican dos millones de casos nuevos al año en el mundo.

En los últimos años, la incidencia del melanoma maligno ha aumentado


espectacularmente, se ha multiplicado por 3,3 en varones y por 2,5 en mujeres, en los
últimos veinte años en España. A pesar de esto, representa menos del 3% de todos los
tumores y las campañas de diagnóstico precoz han permitido que la mortalidad se
reduzca un 30% desde los años setenta.

¿Cuáles son sus


síntomas?
El cáncer de piel no melanoma puede tener el aspecto de diversas marcas en la

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piel. En general, hay que consultar por cualquier mancha que crezca, cambie de forma o
de color, sobre todo si se oscurece. También si se abulta, pica o sangra.

Los carcinomas de células basales aparecen en forma de áreas de color rojo,


planas o escamosas, o de pequeñas áreas cerosas, brillantes y traslúcidas al relieve que
pueden sangrar.
Se puede dar un melanoma a partir de un lunar, que cambie de aspecto, o
textura. La mayoría de las personas tienen lunares que son benignos. Es importante
reconocer sus cambios.

La regla del ABCD puede ayudar a reconocer las características de un melanoma:

Asimetría: la mitad del lunar no se corresponde con la otra mitad.

Bordes irregulares: los bordes del lunar son desiguales.

Color: el color del lunar no es uniforme, sus tonalidades varían desde un marrón a un
rojo, o azul.

Diámetro: el lunar tiene más de 6 milímetros de ancho.

Aunque esta regla es útil para la mayoría de los melanomas, no todos se ajustan
a estas características.

Factores de riesgo
La exposición excesiva al sol influye en la producción de estos cánceres. Se
suelen producir en la piel expuesta, frecuentemente en cabeza y cuello. Aunque la luz
solar ayuda a sintetizar las vitaminas A y D, la exposición excesiva, produzca o no
quemaduras, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel, incluyendo el melanoma
maligno.

Existe una correlación entre el riesgo de melanoma y la latitud. También influye


el período de tiempo durante el que ha vivido una persona en países de latitudes
ecuatorianas, lo que significa una exposición excesiva al sol mantenida durante un
período de la vida.

No sólo influye la exposición prolongada sino que una exposición intensa al sol,
puntual, durante unas vacaciones por ejemplo, constituye un factor de riesgo de
melanoma.

Aunque no se conoce exactamente cuál es el esquema más peligroso de


exposición al sol, algunos estudios apoyan la hipótesis de que la exposición intensa e
intermitente a la radiación ultravioleta de la piel que se encuentra normalmente
protegida es la responsable de la formación del melanoma.

La edad también parece influir y las quemaduras producidas por el sol antes de
los 15 años aumentan el riesgo de melanoma al doble.

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¿Qué podemos hacer
para prevenirlo?
Evitar una intensa o prolongada exposición al sol, intentando no exponerse en
horas en las que la radiación solar es mayor es la mejor medida de prevención que se
puede utilizar.

Otras formas son la utilización de materiales que protejan aquellas zonas más
delicadas como es el uso de sombreros, de gafas que absorban los rayos ultravioleta de
un 99% a un 100%, o utilizar telas adecuadas para cubrir la piel.

El uso de cremas protectoras solares reduce el peligro de la exposición. Deben


utilizarse correctamente, hay distintos grados según sea el tipo de piel. Además, deben
de emplearse con un tiempo de antelación a la exposición solar y reponerse después del
baño en el mar o en la piscina.

Las cabinas y las lámparas bronceadoras resultan peligrosas, por lo que deben
usarse con precaución, evitando un bronceado excesivo.

Cuando se observe un lunar que ha cambiado de aspecto, o que sangra, se debe


acudir al médico. Éste lo puede extirpar y realizar una biopsia para comprobar si es
maligno o no.

Bibliografía
La información que contiene este trabajo procede de un especial dedicado al
cáncer en el Periódico El Mundo, cuya página web es: elmundosalud.com

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