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Art 2018 - 12 - 21
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DE
RAZÓN TÉCNICA
ARGUMENTOS
DE
RAZÓN TÉCNICA
Número 21, 2018
SEVILLA, 2018
Redacción, administración, secretaría, distribución e intercambio:
Departamento de Metafísica, Corrientes Actuales de la Filosofía, Ética y
Filosofía Política (Facultad de Filosofía)
C/Camilo José Cela, s/n 41018 SEVILLA (España)
Tlfnos. 95 455 77 59 – 95 455 77 77 / Fax 95 455 97 25
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Edición electrónica:
http://editorial.us.es/es/argumentos-de-razon-tecnica
Diseño de Cubierta:
Pedro Poza
ISSN: 1139-3327
Depósito Legal: SE-893-1998
Producción: Fénix Editora
Impreso en España. Printed in Spain
Director/Editor:
José Antonio Marín Casanova (Universidad de Sevilla)
Director Adjunto/Assistant Editor:
José Barrientos Rastrojo (Universidad de Sevilla)
ESTUDIOS / ARTICLES
RECIBIDO: 03/12/2017
ACEPTADO: 15/02/2018
Resumen: El propósito de este artículo es evidenciar la estrecha relación existente entre las ciencias
experimentales y el desarrollo de la humanidad. También se pretende mostrar el papel fundamental
de su enseñanza a la hora de formar ciudadanos capaces de desenvolverse en el mundo actual y que
conozcan el importante papel que la ciencia desempeña en sus vidas personales y profesionales, y, en
última instancia, en nuestra sociedad.
Palabras clave: ciencia, sociedad, enseñanza, economía.
Abstract: The purpose of this article is to show the close relationship between the experimental
sciences and the development of humanity. It is also intended to show the fundamental role of its
teaching to train citizens to be capable to function in today's world and know the important role that
science plays in their personal and professional lives, and in our society.
Keywords: science, society, education, economy.
1
Los autores pertenecen al grupo GIR Trans-REAL lab de la Universidad de Valladolid.
Por esta razón, hemos considerado que era necesario intentar cubrir este hueco y,
de paso, ir poniendo las bases para el fomento de una enseñanza de las ciencias
enmarcada en una concepción educativa humanista.
Informe del PNUD planteaba que hasta ese momento no se habían cumplido
tales objetivos y todo indicaba que, de no mediar cambios profundos en las
políticas públicas de los países ricos, no se concretaría el compromiso asumido.
Este mundo dividido ha sido caracterizado claramente por Nelson Mandela,
citado en el mencionado informe: “La inmensa pobreza y la obscena desigualdad
son flagelos tan espantosos de esta época -en la que nos jactamos de
impresionantes avances en ciencia y tecnología, industrias y acumulación de
riquezas- que deben clasificarse como males sociales tan graves como la
esclavitud y el apartheid” (PNUD, 2005: 4).
Para los países subdesarrollados o en vías de desarrollo el uso intensivo de la
ciencia y la técnica constituye una importante estrategia para reducir la pobreza y
el sufrimiento humanos. En este sentido, el Proyecto del Milenio de las Naciones
Unidas, implantado en 2002 tiene entre sus ideas principales dar mayor relieve a
la ciencia y la tecnología en el desarrollo, con vistas a alcanzar los Objetivos del
Desarrollo del Milenio de revertir la pobreza absoluta, el hambre y la
enfermedad que afectan a millones de personas (ONU, 2005).
Según los datos aportados en el Informe de la UNESCO sobre la Ciencia
publicado en 2015, en la actualidad, aproximadamente 7,8 millones de
científicos e ingenieros están contratados en actividades de investigación en todo
el mundo. Desde 2007, el número de investigadores ha aumentado en un 21%.
Este notable crecimiento se refleja también en la explosión del número de
publicaciones científicas.
La Unión Europea sigue siendo líder mundial en cuanto a número de
investigadores, con una proporción del 22,2%. Desde 2011, China (19,1%) ha
superado a los Estados Unidos (16,7%). La proporción que representa el Japón a
nivel mundial se ha contraído del 10,7% (2007) al 8,5% (2013), y la de la
Federación de Rusia del 7,3% al 5,7%. Como se puede observar, los Cinco
Grandes siguen representando el 72% de todos los investigadores, aunque sus
respectivas proporciones han variado. Cabe destacar que los países de ingresos
altos han cedido algo de terreno a los países de ingresos medianos altos, entre los
que se incluye China; esta última representaba el 22,5% de los investigadores en
2007, pero el 28,0% en 2013.
En el citado informe también se refleja que cuando los países están
dispuestos a invertir más en personal de investigación y actividades de
investigación financiadas con fondos públicos, la inclinación de las empresas a
invertir en I + D también aumenta (el tamaño de los círculos). Como es obvio, la
investigación financiada con fondos públicos y la financiada con fondos privados
persiguen objetivos diferentes, pero su contribución al crecimiento nacional y al
bienestar dependerá de hasta qué punto se complementen bien. Aunque esto es
cierto para todos los países, con independencia de su nivel de ingresos, resulta
evidente que esta correlación adquiere mayor fuerza por encima de un umbral
determinado de densidad de investigadores y de intensidad de I + D financiada
con fondos públicos.
Por lo que respecta a la generación del conocimiento, la Unión Europea sigue
liderando el mundo de las publicaciones el 34% del total, seguida de los Estados
Unidos, con el 25%. A pesar de estas impresionantes cifras, las proporciones que
la Unión Europea y los Estados Unidos representan en el mundo han caído en el
último quinquenio debido al meteórico ascenso de China: las publicaciones
chinas prácticamente se han duplicado en los últimos cinco años hasta alcanzar el
20% del total mundial. Hace diez años, China representaba sólo el 5% de las
publicaciones mundiales. Este rápido crecimiento refleja la madurez del sistema
de investigación chino, tanto en términos de inversión como de número de
investigadores o publicaciones.
En este punto, debemos indicar que en los últimos cinco años puede
apreciarse una tendencia hacia la convergencia, debido al descenso de inversión
en el ámbito de la I + D por parte del sector público en numerosos países de altos
ingresos (Australia, Canadá, los Estados Unidos, etc.) y una inversión creciente
en I + D por parte de los países de ingresos más bajos. En África, por ejemplo,
Etiopía ha aprovechado unas tasas de crecimiento situadas entre las más rápidas
del continente para aumentar el Gasto Interior Bruto en Investigación y
Desarrollo (GBID) desde el 0,24% (2009) hasta el 0,61% (2013) del Producto
Interior Bruto (PIB). Malawi ha aumentado su propia relación GBID/PIB hasta el
1,06%, y Uganda hasta el 0,48% (2010), desde un nivel del 0,33% en 2008.
Tanto en África como en otras partes del mundo, se está tomando consciencia de
que, para desarrollar infraestructuras modernas (hospitales, carreteras,
ferrocarriles, etc.) y conseguir la diversificación económica y la
industrialización, será necesaria una mayor inversión en CTI, lo que supone la
constitución de una masa crítica de trabajadores cualificados.
El gasto en I + D se mueve al alza en numerosos países del África Oriental
con ejes de innovación (Camerún, Kenia, Ruanda, Uganda, etc.), impulsado por
un aumento de la inversión por parte de los sectores tanto público como privado.
Desde una perspectiva geográfica, la distribución de la inversión en
conocimiento sigue siendo desigual. Los Estados Unidos siguen ocupando una
posición predominante, con el 28% de la inversión global en I + D. China ha
pasado al segundo lugar (20%), por delante de la Unión Europea (19%) y el
Japón (10%). El resto del mundo representa el 67% de la población mundial pero
sólo el 23% de la inversión mundial en I + D.
productos que una empresa pudiera generar. En este sentido, son clarificadoras
las palabras de Invernizzi y Foladori:
Todo lo dicho, nos permite afirmar que la relación entre la ciencia y la sociedad,
no puede quedarse en una lección, en unas cuantas clases, etc. Debe ser un tipo
de orientación educativa, a todos los niveles, de tal manera que cualquier aspecto
que se explicase, fuese relacionado estrechamente con algún ámbito social.
Reflexiones finales
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Traducción de A. Linares (1994): La naturaleza no natural de la ciencia.
Madrid: Acento Editorial.
RECIBIDO: 09/02/2018
ACEPTADO: 18/07/2018
Resumen: El presente artículo trata de mostrar los aspectos clave de la crítica dirigida a la cultura
moderna por el fenomenólogo francés Michel Henry. Se examina fundamentalmente el modo en el
que tal crítica intuye tras el desarrollo de la ciencia y la técnica en las sociedades contemporáneas un
larvado deseo de huir de sí misma por parte de la subjetividad viviente. Ciencia y técnica aparecen,
desde esta perspectiva, como instrumentos “objetivos” creados por la subjetividad, pero cuya
principal función consiste paradójicamente en favorecer ese olvido del “sí mismo” individual que
define por igual al capitalismo y al comunismo.
Palabras clave: Henry, cultura, ciencia, técnica, vida, subjetividad viviente.
Abstract: The present work tries to show the key aspects of the criticism adressed to modern culture
by the french phenomenologist Michel Henry. It is examined principally the way in which such
criticism intuits a hidden wish to escape from itself by the living subjectivity behind the development
of science and technology in contemporary societies. Science and technology appear, seen from this
point of view, as “objective” tools created by subjectivity, but whose main role consists paradoxically
in favouring that oblivion of the individual “self” that is equally characteristic of capitalism and
communism.
Keywords: Henry, culture, science, technology, life, living subjectivity.
3
Como apunta en este sentido García Jarama: “Dado que las diversas expresiones de la cultura -de
entre las cuales Henry destaca siempre, como su máxima expresión, el arte, la ética y la religión-
tienen su raíz profunda y constitutiva en la esencia de la vida, al ser la Barbarie la eliminación o la
ignorancia de aquellas, también lo será de ésta” (García Jarama 2007, 276).
9
En este sentido, Henry indica: “Que se tome, en fin, la medida de un universo del cual he sido
excluida la vida. Que ésta haya sido reemplazada por la sociedad, el pueblo, la historia, las clases
sociales, por entidades económicas tales como el dinero, el beneficio, el interés y sus respectivas
tasas, o, como en la técnica moderna, por la realidad material, es por definición un universo de la
muerte. Cuando aquello que no siente nada y no se siente a sí mismo, ni tiene deseo ni amor, es
situado al principio de la organización del mundo, llega el tiempo de la locura, pues, en efecto, ha
perdido todo salvo la razón” (Henry 2008a, 220).
10
Henry describe el proceso de tal inversión y sus subsiguientes consecuencias del siguiente modo:
“l´exclusion de la subjectivité ne provient pas du capitalisme lui-même mais de la science galiléenne,
dont la technique dévoile le véritable sens. Rappelons une dernière fois que la science moderne,
inventée par Galilée et visant l´instauration d´une connaissance rationnelle de l´univers, fait
abstraction de ses qualités sensibles, et cela parce que cet univers est composé de corps matériels
étendus dont les figures et les formes ne peuvent être saisies adéquatement que par la géométrie dont
Descartes propose une formulation mathématique. Exclure de l´univers les qualités sensibles, c´est en
exclure la sensibilité et avec celle-ci tout ce qui est subjectif et ainsi la vie elle-même” (Henry 2008a,
214).
“en sí mismo”, con independencia de aquello que pueda ser “para alguien”. 11 De
este modo, el ámbito de lo subjetivo y de sus contenidos propios (sensaciones,
experiencias, padecimientos u opiniones) queda supeditado de forma subsidiaria
al universo de la exterioridad objetiva que la ciencia torna visible, y por tanto ha
de ser abordado en adelante exclusivamente desde la perspectiva de éste. Aquí
radica, al decir henryano, el germen de la dependencia, heteronomía y ulterior
disolución de las llamadas “ciencias humanas”. Ello se debe a que éstas acaban
necesariamente careciendo de “objeto” real de estudio, habida cuenta de que el
marasmo infligido a la subjetividad inmanente que habría de constituir su natural
correlato por parte del objetivismo científico priva a las tradicionales “ciencias
del espíritu” de su método, su sentido y aun de su referente tout court. La
llamada “crisis de las humanidades” -cabría aquí hablar directamente de ocaso o
de extinción progresiva-, entendida en su significado tanto sociocultural como
estrictamente académico, hallaría en esta abstracción originaria de lo subjetivo su
causa histórica remota acaso más conspicua.
Todo lo anterior supone el soslayo sistemático de esa inmanencia vital
originaria que habita en el núcleo mismo de la subjetividad arrumbada y
preterida por el saber científico: único discurso investido de pretensiones
cognoscitivas que la “barbarie” propia de la época contemporánea se encuentra
dispuesta a acoger y reconocer como legítimo. “La ciencia en cuanto tal [declara
explícitamente Henry] no guarda relación alguna con la cultura, y esto porque se
desarrolla fuera de la esfera de la propia cultura” (Henry 2006, 41). Pero, si esto
es cierto, entonces la ciencia carece igualmente de vínculos esenciales con la
vida misma, en tanto que ésta y la cultura constituyen instancias co-originarias e
indisociables. En esta carencia de referencia a la subjetividad vital reside de
modo embrionario la hipertrofia del objetivismo reduccionista que define, según
Henry, la “enfermedad espiritual” propia del mundo contemporáneo y de la cual
la tecno-ciencia sería una forma hipostasiada. Y, no obstante, como apunta
certeramente Henry, el propio discurso científico que ignora la vida subjetiva
11
A este respecto, Henry aclara: “Bajo la influencia de Demócrito, cuyas ideas se difundían entonces
por Europa, Galileo produce en todo caso, en el Saggiatore, el análisis esencial en el cual la ficción
descarta todas las propiedades que pueden se efectivamente suprimidas, para hacer aparecer lo
invariante sobre lo cual ella se quiebra, designando entonces la esencia […]. Así es posible conocer
el ser-verdadero de la naturaleza e incluso leer, como dice Galileo, en el gran libro del Universo, a
condición de conocer la lengua cuyos caracteres son «triángulos, círculos y otras figuras geométricas
sin cuyos medios es humanamente imposible comprender una palabra». El genio sin edad de
Descartes es el que, retomando y asumiendo la reducción galileana, abre el conocimiento matemático
de la naturaleza, es decir, la física y la ciencia modernas, a lograr al mismo tiempo la contra-
reducción que va a tematizar aquello que la reducción galileana ha puesto fuera de juego y pensarlo
hasta el final” (Henry 2015b, 46-47).
13
Un fenomenólogo tan distinto a Henry como Jan Patočka apunta, en su ensayo “La
supercivilización y su conflicto interno”, a una concepción de la barbarización técnica
llamativamente cercana a la sostenida por el pensador galo. En referencia a la crisis del mundo
antiguo y a su analogía con la situación actual, Patočka escribe al respecto: “El peligro de una
barbarización interna no viene dado esta vez por una regresión hacia la ruralización y al estado
primitivo (frente a esto la civilización moderna se encuentra protegida por su carácter industrial), sino
por la hipertrofia de la misma civilización técnica, por la tecnificación absoluta y la planificación
total, que de la naturaleza pasan a aplicarse al hombre, originariamente fin y sujeto” (Patočka 2007,
139).
18
“El principio, hasta donde procede del fundamento y es oscuro, es la voluntad propia (Eigenwille)
de la criatura, la cual, sin embargo, hasta donde todavía no se ha elevado […] a la perfecta unidad
con la luz […] es mera pasión (Sucht) o concupiscencia (Begierde), es decir, voluntad ciega (blinder
Wille) […]. La voluntad del hombre es el germen, oculto en el ansia eterna (ewigen Sehnsucht) del
Dios que sólo subsiste todavía en el fundamento; es el rayo de vida divino aprisionado en la
profundidad, que Dios percibió cuando concibió la voluntad para la naturaleza” (Schelling 1989, 174-
177).
19
Siguiendo su particular interpretación de Marx, al cual considera una especie de teórico de la
subjetividad viviente y activa, Henry escribe al respecto que “La mutation des forces productives qui
va commander le destin du monde moderne doit alors se formuler comme suit: la subjectivité -le
travail vivant- se trouve progressivement éliminée du procès réel de production tandis que la part en
lui du dispositif instrumental objectif ne cesse de grandir. Ou encore: le procès de travail et le procès
de production divergent, ce qui est une autre façon d´ exprimer le dépérissement de la forcé
subjective de travail dans un procès livré à une objectivité croissante” (Henry 2008a 161).
así los respectivos estatutos de “sujeto” y “objeto” que les había adjudicado
tradicionalmente la metafísica. En la entrevista concedida por Heidegger a Der
Spiegel y publicada póstumamente, el sentido de esa insospechada convergencia
entre técnica y donación del Ser se torna explícita cuando Heidegger afirma que
“El imperio de la «im-posición» [Ge-stell] significa: el hombre está colocado,
requerido y provocado por un poder, que se manifiesta en la esencia de la
técnica. Precisamente en la experiencia de que el hombre está colocado por algo,
que no es él mismo y que no domina, se le muestra la posibilidad de comprender
que el hombre es necesitado por el ser. En lo que constituye lo más propio de la
técnica moderna se oculta justamente la posibilidad de experimentar el ser
necesitado y el estar dispuesto para estas nuevas posibilidades” (Heidegger 1989,
72-73). Heidegger y Henry convendrían, pues, en reconocer un carácter
esencialmente “antisubjetivo” a la técnica: bien larvado y potencial (Heidegger),
bien explícito y actual (Henry). Así, desde la óptica de Heidegger, la técnica, a
pesar de sus originarias raíces “subjetivas”, representa esencialmente una chance
orientada a propiciar una suerte de preparación propedéutica merced a la cual el
hombre -ya no el “sujeto”- aprende a aceptar la prioridad de la donación del Ser
como instancia supraindividual que precede a toda subjetividad. La filosofía
ayudaría a comprender esto y “no puede hacer más” (1989, 73). Por su parte,
Henry contempla el fenómeno de la técnica, como hemos visto, en términos de
máxima objetivación del deseo de olvido de sí misma por parte de la subjetividad
viviente. Ambos pensadores convergen, pues, al intuir comúnmente el
constitutivo sustrato supra-subjetivo subyacente a la esencia de lo técnico, pero
divergen en sus respectivas valoraciones al respecto de tal “hecho”:
potencialmente “positiva” por parte del filósofo de Messkirch y abiertamente
“negativa” en el caso del fenomenólogo galo.
Retomando las tesis apuntadas por este último, la técnica aparecería, en
cualquier caso, como una monumental pantalla mediadora: como un dispositivo
objetivo proyectado por el sujeto, pero destinado precisamente a alienar a la
subjetividad de su propia esencia en tanto que instancia eminentemente
viviente.20 Y en este contexto, obviar la propia vida relegándola a la nada
equivale a negarla de forma radical. Henry se refiere a esta paradójica forma de
20
En Voir l´invisible, en referencia al papel jugado por los mass media en el contexto de la
civilización tecnificada, Henry apunta al respecto la siguiente observación susceptible de ser aplicada
a la esencia propia de la totalidad del mundo técnico: “Sucede solamente que el hombre de nuestro
tiempo no tiene ya nada de popular, de espontáneo, de instintivo, de real, de vivo. Una mediación ha
venido a separarlo de sí mismo, precisamente la de los medios de comunicación que sustituyen en
todas partes el libre juego de la vida y su sensibilidad por la copia de un universo irreal, artificial,
estereotipado, envilecedor, en el que la vida, en lugar de realizarse, no puede ya sino huir” (Henry
2008b, 92).
21
Así, “Loin de demander à la pensée objective de la rendre manifeste, la vie accomplit elle-même
l´oeuvre de sa propre Révélation et cela en tant qu´elle s´éprouve elle-même dans la certitude
invincible de son besoin, de son effort, de sa souffrance ou de sa joie. Elle seule échappe au doute
puisque, selon l´intuition générale et décisive de Descartes, quand bien même le monde n´existerait
pas, n´étant qu´un songe, elle n´en subsisterait pas moins, telle qu´elle s´éprouve” (Henry 2008a,
218).
22
La razón última de este fracaso nacido de la imposible pretensión de escapar a la propia vida es
explicitada abiertamente por Henry en los siguientes términos: “C´est précisément parce que la vie
n´a pas le pouvoir de se mettre réellement à distance de soi qu´elle ne peut échapper à soi ni par
exemple à sa faim, à sa souffrance, à son angoisse. C´est aussi la raison pour laquelle le moi,
l´individu vivant est impuissant à se défaire de sa vie, à donner en quelque sorte congé à ce qu´il
éprouve” (Henry 2008a, 46).
23
Y, no obstante, ya en L´essence de la manifestation, Henry advierte acerca del carácter quimérico
propio de semejante pretensión: “El conjunto de las técnicas por las que los hombres transforman el
mundo y lo adaptan a su conveniencia puede mucho, pero absolutamente nada, como bien sabemos,
en lo que concierne a la dicha; de manera que el intento de provocar ésta sólo conduce a la
multiplicación de los medios utilizados para este fin, a la invención incesante de nuevas técnicas de
felicidad cuya proliferación insensata en el mundo moderno manifiesta únicamente su total
impotencia en cuanto al resultado pretendido” (Henry 2015a, 469).
24
Al menos en este aspecto, la crítica henryana a la tecno-ciencia entronca estrechamente con la
reflexión acerca de la esencia de la técnica llevada a cabo por Emanuele Severino. Considérense al
respecto pasajes como el siguiente: “Incominciamo a dire che abbiamo tutti esperieza del dolore.
Essere uomini significa avere coscienza del dolore. Quando l´uomo tenta di liberarsi dal dolore -e lo
fa da quando lo sperimenta, cioè da quando vive- escogita rimedi contro il dolore. La verità e la
tecnica sono i grandi rimedi escogitati dall´Occidente” (Severino 2003, 25). De hecho, desde la
perspectiva adoptada por Severino, la técnica moderna se revela en su más profunda esencia como un
“medio”, un privilegiado “instrumento” (tal vez el más eficaz de cuantos ha logrado forjar la cultura
occidental) destinado a conjurar y remediar la angustia provocada por la imprevisibilidad ligada al
devenir del mundo.
sí misma de una pura subjetividad, veamos nacer en ella una intentio que,
considerada constitutiva del saber, consiste precisamente en rechazo de esta
esencia de la vida?” (Henry 2006, 105).
Conclusión
25
Así, en C´est moi la verité, una sus últimas obras, Henry escribe al respecto: “ahora, cuando la
biología logra sus avances más decisivos, hay cada vez más ignorancia respecto a lo que realmente es
la vida; que, lejos de implicar sólo a la biología, esta ignorancia se extiende a la totalidad del campo
de los conocimientos científicos y que éstos, sobre todo por el culto que se les rinde, terminan
impregnando por completo el espíritu público […]. La puesta entre paréntesis de la vida por la
decisión galileana que inaugura la ciencia moderna concierne en primer lugar a la biología. Es en su
campo donde manifiesta su efecto más notable, orientando la investigación hacia los substratos
químicos y físicos de los fenómenos biológicos y de su funcionamiento específico. Es una
consecuencia absolutamente necesaria que al término de tal investigación no se encuentren sino
procesos físico-químicos y nada que se asemeje a la experiencia interior que cada viviente tiene de su
vida […]. Los biólogos, ellos sí saben qué es la vida. No lo saben como biólogos -puesto que la
biología no sabe nada de esto-. Lo saben como todos nosotros porque también ellos viven, porque
aman la vida, el vino, las mujeres, porque aspiran a un puesto, hacen carrera […]. Pero esas
sensaciones y emociones, ese creer, esa ventura o el resentimiento, todas estas experiencias o
aflicciones que son otras tantas epifanías de la vida, no son a sus ojos más que «pura apariencia»”
(Henry 2001, 46-49).
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Severino, E. (2003). Tecnica e architettura, Milano, Raffaelo Cortina Editore.
RECIBIDO: 10/03/2018
ACEPTADO: 18/07/2018
Abstract: About biotechnology are projected ideologies, prejudices, expectations and fears that have
nothing to do with science and, on the contrary, with human nature. In addition, the confluence
between biotechnology and the so-called disruptive technologies further blurs its content. Well, in
order to clearly define the purely scientific aspects of cultural and ideological aspects, including
esotericism, we have constructed a model with two variables and four possible combinations. We
believe that the analysis of the different narratives that receive biotechnology will help to clarify the
challenges presented by this discipline.
Keywords: Biotechnology; transgenic; genetically modified organism; disruptive technologies;
suspicion technologies.
Introducción
1
Empleamos un modelo análogo al empleado por Gustavo Bueno en ¿Qué es la ciencia? y por
Castilla del Pino en su Teoría de los Sentimientos.
Los axiomas básicos de las narrativas pertenecientes a este paradigma son los
siguientes:
1º) No hay una diferencia cualitativa entre lo que hacían los primeros
agricultores y la ingeniería genética contemporánea.
2º) No resulta necesario crear principios específicos de la bioética para
resolver los problemas que se presenten, bastando para ello con los cuatro
tradicionales. Además, estos solo serán aplicables para las cuestiones que se
susciten en biomedicina, pero no en otros campos, como la agricultura, la
energía, etc.
3º) No hay diferencias sustanciales entre los organismos modificados
genéticamente y los transgénicos, de un lado, y el resto de seres vivos, de otro.
4º) La diferencia entre organismos naturales y artificiales (v. gr. entre el
maíz natural y el maíz transgénico) es de naturaleza metafísica.
La historia del origen del maíz y del perro son dos buenos ejemplos para
comprender la justificación de estos cuatro axiomas.
Hasta los años ochenta del siglo pasado hubo un enconado debate acerca del
origen del maíz.2 Reeves y Mangelsdorf defendían que el maíz contemporáneo
descendía de un maíz ancestral, probablemente ya extinto, el maíz tunicado, lo
que favorecía indirectamente los argumentos a favor de la existencia de una
continuidad entre ambos tipos de maíz y, por tanto, que esa modificación no fue
un proceso tan difícil ni tan artificial.
Sin embargo, en tiempos recientes se ha demostrado que el maíz
contemporáneo procede de una especie de las gramíneas denominada “teosinte”
que existía en México y en Mesoamérica. 3 Hace unos ocho mil años, los
habitantes de esas tierras procedieron a un laborioso, ingenioso e intuitivo
método de cruzamiento mediante selección hasta lograr que una planta con solo
dos hileras de granos, escasamente nutritivos, se convirtiese en el maíz que
alimenta hoy a millones de personas.
2
BEADLE, George: “El origen del maíz”, Investigación y Ciencia, nº 42, marzo, 1980.
3
KATO YAMAKAKE, Takeo Ángel: “¿Cómo y dónde se originó el maíz?” Investigación y Ciencia,
nº 347, 2005.
4
MANGELSDORF, Paul: “El origen del maíz”, Investigación y Ciencia, 121, Octubre, 1986.
5
KATO, Op. cit.
6
SERRATOS HERNÁNDEZ: El origen y la diversidad del maíz en el continente americano,
Greenpeace, 2009.
7
CAPELL CAPELL, (2013): Catedrática del Departamento de Producción Vegetal y Ciencia
Forestal de la Universidad de Lleida, e investigadora de agrotecnio. Diario de Sesiones del Congreso
de los Diputados. Comisiones. Núm. 460, 19 de noviembre, p. 13.
8
VILÁ, Carles: “Domesticación del perro. Relaciones entre perro y lobo”, Investigación y Ciencia,
marzo, 1999.
9
MORELL, Virginia: “Evolución del lobo al perro”, Investigación y Ciencia. Septiembre, 2015.
10
LAURENT, A. F. Frantz, Victoria E. Mullin, Maud Pionnier-Capitan, Ophélie Lebrasseur,
Morgane Ollivier, Angela Perri, Anna Linderholm, Valeria Mattiangeli, Matthew D. Teasdale,
Evangelos A. Dimopoulos, Anne Tresset, Marilyne Duffraisse, Finbar McCormick, László
Bartosiewicz, Erika Gál, Éva A. Nyerges, Mikhail V. Sablin, Stéphanie Bréhard, Marjan Mashkour,
Adrian Bălăşescu, Benjamin Gillet, Sandrine Hughes, Olivier Chassaing, Christophe Hitte, Jean-
Denis Vigne, Keith Dobney, Catherine Hänni, Daniel G. Bradley, Greger Larson, (2016): “Genomic
and archaeological evidence suggest a dual origin of domestic dogs”, Science, 03 Jun, 2016. Pp.
1228-1231.
11
FREEDMAN, AH, Gronau I, Schweizer RM, Ortega-Del Vecchyo D, Han E, Silva PM, et al:
“Genome Sequencing Highlights the Dynamic Early History of Dogs.” PLoS Genet 10(1), 2014.
12
La posibilidad de domesticar los zorros para que se conviertan en animales domésticos como los
perros ahondarían en este proceso de modificación intencionada de la naturaleza. TRUT,
Lyudmila&DUGATKIN, Lee Alan: “Zorros convertidos en perros”. Investigación y Ciencia, nº 490,
julio de 2017.
13
Así, se puede observar esta mezcla entre agricultura tradicional y biotecnología moderna en la
página web de USDA, UNITED STATES DEPARTMENT OF AGRICULTURE “Agricultural
Biotechnology: A range of tools, including breeding techniques, (…) Genetic modification: The
production of heritable improvement in plants or animals for specific uses, via either genetic
engineering or other more traditional methods. Some countries other than the United States use this
term to refer specifically to genetic engineering. (…) Transgenic organism: An organism resulting
from the insertion of genetic material from another organism using recombinant DNA techniques:
(…) Traditional breeding: Modification of plants and animals through selective breeding. Practice
used in traditional plant breeding may include aspects of biotechnology such as tissue culture and
mutational breeding”
En https://www.usda.gov/topics/biotechnology/biotechnology-glossary. Última visita en febrero de
2018.
14
MONSANTO, Se publica el informe de sostenibilidad de Monsanto para el año 2014. En
http://www.monsantoblog.es/se-publica-el-informe-de-sostenibilidad-de-monsanto-para-el-ano-
2014/. Última visita en febrero de 2018.
mismo, solo que con técnicas modernas. Pues bien, esa es la anomalía, que será
lo mismo, pero no es igual.
En 2001 unos investigadores consiguieron transferir un gen de una medusa
a un mono Rhesus. El gen expresa una proteína que hace fluorescente, no al
mono, pero sí a sus células examinadas al microscopio (Chang et al. 2001).
Pues bien, hay una diferencia sustancial entre los productos artificiales, si
queremos emplear esa expresión, que ha creado el ser humano a lo largo de la
historia, como el maíz o el perro, y el mono Rhesus citado. La interferencia en la
dotación genética de los seres vivos, rompiendo las barreras entre las especies, o
activando o silenciando genes, es cualitativa y sustancialmente diferente a lo que
se ha hecho antes.
Es cierto que quizá nos falte el vocabulario adecuado (el término
transgénico u organismo modificado genéticamente también presenta problemas,
como analizaremos después) para recoger esas diferencias, pero eso no significa
que estas no existan.
No se trata, ni mucho menos, de estar en contra de modificar genéticamente
los organismos vivos, ya que estas técnicas pueden favorecer a la especie
humana no solo en la mejora de la calidad de vida, sino también en su
supervivencia a largo plazo. Ahora bien, es necesario ser conscientes del enorme
salto cualitativo que suponen las nuevas tecnologías con respecto al pasado, ya
que si no, careceremos de instrumentos para prever y canalizar las
consecuencias. Esta reflexión es la que nos conduce al segundo modelo.
Los axiomas básicos de las narrativas pertenecientes a este paradigma son los
siguientes:
1º) La biotecnología moderna es sustancialmente diferente a la
biotecnología tradicional.
2º) La biotecnología moderna es una disciplina de segundo orden, al
servicio de la industria y orientada al mercado en un sistema de economía
capitalista.
3º) A los principios tradicionales de la bioética hay que añadirle el
principio de precaución.
Pues bien, establecidos estos axiomas, hemos de plantearnos la cuestión de
cuándo comenzó la biotecnología a ser un problema. Para comprender qué
15
BÁRCENA, Alicia, Katz, Jorge, and Morales, César, eds.: Los transgénicos en América latina y el
Caribe: un debate abierto. Santiago de Chile, CL: B - CEPAL. 2014.
16
En http://grados.ugr.es/biotecnologia/, última visita, marzo de 2018
17
PEÑA (de), Myriam: La biotecnología: fundamentos, aplicaciones y retos. Bogotá, CO: Red
Colombia Ciencia y Tecnología. 2006.
18
DÍAZ, Alberto: Biotecnología en todos lados: en los alimentos, la medicina, la agricultura, la
química… ¡y esto recién empieza! Buenos Aires, AR: Siglo XXI Editores Argentina, 2014.
19
Ídem
20
Ibidem.
21
Peña, Op. cit.
22
Fecha de búsqueda, febrero de 2018.
23
Peña, Op. cit.
24
En http://www.ufv.es/grado-en-biotecnologia, última visita en marzo de 2018.
25
En http://www.ub.edu/web/ub/es/estudis/oferta_formativa/graus/fitxa/B/G1033/index.html, última
visita en marzo de 2018.
26
AAA.VV.: Cultivos transgénicos para la agricultura latinoamericana. México, D.F., MX: FCE -
Fondo de Cultura Económica, 2008.
27
Así, podemos leer en la propia página web de la administración norteamericana la siguiente
comparación: “It is these products that many people refer as ´genetically engineered foods`. The
European Commission refers to these foods as Genetically Modified Organisms. The United States
uses the term genetic modification to refer to all forms of breeding, both modern, i. e., genetic
engineering, and conventional” En US Department of Health & Human Services Administration.
https://www.fda.gov/Food/IngredientsPackagingLabeling/GEPlants/ucm461805.htm.
Última visita en marzo de 2018.
28
MILLERH. I.: “Biotech's defining moments.” Trends in Biotechnology, 25(2), 2007, pp. 56-59,
29
DÍAZ, Alberto (2014): Biotecnología en todos lados: en los alimentos, la medicina, la agricultura,
la química… ¡y esto recién empieza! Buenos Aires, AR: Siglo XXI Editores Argentina, 2014.
30
“La revolución de la biotecnología a partir de los años noventa (…) estuvo superimpuesta con las
reformas realizadas bajo el ímpetu del globalismo neoliberal (…) La biotecnología se ha convertido
en la forma tecnológica principal en la agricultura desde la reforma neoliberal del capitalismo a
mediados de los años ochenta del siglo XX. La conjunción de neoliberalismo y biotecnología
agrícola es lo que aquí llamamos la ´dieta neoliberal´.” OTERO, Gerardo: Introducción: crisis
alimentaria, dieta neoliberal y biotecnología. La dieta neoliberal: globalización y biotecnología
agrícola en las Américas. México, D.F., MX: Editorial Miguel Ángel Porrúa, 2014.
31
LYNCH, Enrique: reseña a Blumenger, “Historia del espíritu de la técnica”, Traducción de Pedro
Madrigal, Pre-Textos, Valencia, 2013. El País, febrero de 2014.
32
GORBACHOV, Mijail, Informe presentado en el duodécimo periodo extraordinario de sesiones
del Soviet Supremo de la URSS de la undécima legislatura. 29 de noviembre de 1988.
33
“El nivel de tecnología medio de la agricultura andaluza en relación a estas técnicas clásicas es
suficiente. desde luego; sin embargo, estamos asistiendo en la actualidad a un segundo proceso de
renovación tecnológica en la agricultura que viene de la mano de la biotecnología. Me refiero a
técnicas nuevas de producción, por ejemplo, por reproducción asexual en tubos de ensayo, de
árboles y de plantas que el producirlas en la naturaleza a partir de la semilla cuesta muchísimo más
tiempo y garantiza una menor homogeneidad; se trata de técnicas también que pueden mejorar la
resistencia a las inclemencias del tiempo o de los agentes bióticos sin dañar el medio ambiente”.
MEDINA PRECIOSO, Grupo parlamentario de IU, Proposición no de Ley sobre valoración de
personal en investigación agraria, 27 de marzo de 1990, p. 6.654.
34
Propuesta de Izquierda Unida (Partido Comunista y otros).
“Por eso, en esta proposición les planteamos que este Parlamento inste al Gobierno de Andalucía
para que, (…) se prohíban los ensayos experimentales en cultivos transgénicos en el territorio
andaluz, haciendo especial hincapié en el maíz transgénico NK 603 y en el trigo transgénico.
También consideramos necesario que se prohíba el cultivo del maíz MON 810 y la patata Amflora en
todo el territorio andaluz. Que avancemos en un corto, medio plazo, largo plazo, se suspendan las
importaciones de materias primas de alimentos transgénicos, principalmente la soja y el maíz para
alimentación animal.” QUINTANA CAMPOS, Diario de Sesiones del Parlamento de Andalucía, nº
51, IX Legislatura, 26 de septiembre de 2013, p. 105.
35
RANEY, Terri; LOUDER, Sarah, and GHANEM, Hafez: El estado mundial de la agricultura y la
alimentación. Roma, IT: D - FAO. 2011.
36
SOBERÓN MAINERO, Francisco Xavier (2005): La ingeniería genética, la nueva biotecnología y
la era genómica (3ª ed.). México, D.F., MX: FCE- Fondo de Cultura Económica.
y los cultivos tradicionales no van a poder dar de comer a tanta gente. 37 Otra cosa
es el modelo económico a escala mundial, pero esto necesitaría una discusión
aparte. Por otro lado, si el maíz o el perro se hubieran producido de forma
consciente en un laboratorio en vez de crearlo de forma inconsciente a lo largo
de miles de años, ¿consideraríamos que el maíz natural o el perro son agresiones
ecocidas contra la naturaleza, en concreto, contra el lobo o el teosinte, de donde
proceden?
Además, la intrahistoria del vocabulario que emplea el paradigma que
analizamos tampoco es que ayude mucho en el necesario proceso de clarificación
de conceptos e ideas. Cuando se califica un alimento como “orgánico” se está
atribuyendo a dicho alimento la cualidad de producto natural, prístino,
incontaminado, puro e inmaculado. Sin embargo, “orgánico” significa
estrictamente que tiene como componente el carbono (DRAE), y se suele olvidar
que el agua no es un compuesto “orgánico”; que el plástico puede ser también un
compuesto “orgánico”, aunque se cree artificialmente; que un transgénico puede
ser tan orgánico como los organismos no transgénicos (bastaría con que tuviera,
y en efecto, lo tienen, carbono); y que el creador de la célebre expresión “comida
orgánica”, el filósofo Rudolf Steiner, tan alabado en los libros de
agroecologismo,38 publicó obras con títulos como El pensamiento intuitivo como
sendero espiritual (1886); El cristianismo como hecho místico (1902); Teosofía:
una introducción a los procesos espirituales en la vida humana y en el cosmos
(1904); La ciencia oculta: un bosquejo (1910), alcanzando el éxtasis del
esoterismo con el libro Lucifer y Ahrimai. Diez conferencias antroposóficas, que
trataba sobre la demonología, el satanismo y el luciferismo.39 La famosa
encuesta del sociólogo Pardo (“ocho de cada diez españoles opina que los
‘tomates ordinarios` no tienen genes, en tanto que los tomates modificados
genéticamente, sí”40) es la consecuencia de este batiburrillo de creencias.
37
BÁRCENA, Alicia, Katz, Jorge, and Morales, César, eds.: Los transgénicos en América latina y el
Caribe: un debate abierto. Santiago de Chile, CL: B - CEPAL. 2004.
38
Así, podemos observar su influencia contemporánea: “El movimiento de la agricultura orgánica
internacional data de hace más de 70 años. (…) siendo el austríaco Rudolf Steiner, filósofo y
educador, quien en 1924 expresó los principios de una agricultura fundada en un criterio
antroposófico. Sus principios están en contra de los excesos de los fertilizantes químicos porque
“matan la tierra y a los microorganismos del suelo” y aconseja utilizar “compostas” o abonos
preparados con ciertas sustancias vegetales susceptibles de jugar un papel biocatalizador”. QUISPE
LYMAYLLA, Aníbal: Tecnologías alternativas para la producción de alimentos sanos y nutritivos.
México, D.F., MX: Plaza y Valdés, S.A. de C.V., 2007.
39
Enciclopedia Británica. Voz Rudolf Steiner.
40
BENITO, E. El País, 31 de julio de 2003.
41
DEPLAZES, Amna; HUPPENBAUER, Markus: “Synthetic organism and living machines”, Syst
Synth Biol, 3, 2009, pp. 55-63.
42
BOECKE, J; CHURCH, G.; HESSEL, A.; KELLEY, N; ARKIN, A.; CAI, Y.; CARLSON, R.;
CHAKRAVARTI, A.; CORNISH, V.; HOLT, L.; ISAACS, F.; KUIKEN, T.; LAJOIE M.; LESSOR,
T.; LUNSHOF, J.; MAURANO, M.; MITCHELL, L.; RINE J.; ROSSER, S.; SANJANA, N.;
SILVER, P.; VALLE, D.; WANG, H.; WAY J.; YANG, L.: “The Genome Project-Write”, Science, 8
July, 2016.
43
CHURCH, George: Regenesis, How Synthetic Biology Will Reinvent Nature and Ourselves. Ed.
Regis. 2011.
44
CHURCH, George: “Volved a la vida”, Investigación y Ciencia. Octubre de 2013.
45
IZPISÚA Belmonte, Juan Carlos (2017): “Órganos humanos fabricados dentro de animales”,
Investigación y Ciencia, enero.
46
Bostrom, N.: "Existential risks: analyzing human extinction scenarios and related hazards", Journal
of evolution and technology 9, 2002.
47
LÓPEZ BARONI, Manuel Jesús: “Implicaciones éticas de las investigaciones con virus: el
Principio de Colaboración Global”, Revista Bioética y Derecho, 2015, pp. 37-52.
48
ALONSO, Luis: Investigación y ciencia. Noviembre de 2014.
49
Ídem.
Entre uno y otro discurso hemos de situar nuestros actos, de forma que ante
este tipo de escenarios tan perturbadores tratemos de acompañar el progreso
científico al mismo tiempo que nos adelantamos a las consecuencias éticas,
sociales o políticas del mismo. Hallar el equilibrio adecuado entre la prudencia y
el histerismo será uno de los mayores retos de la humanidad en las próximas
décadas.
Conclusioones
Y del cuarto modelo podríamos destacar que nos obliga a preparar escenarios
imprevisibles, pero no imposibles, máxime si tenemos en cuenta el incremento
exponencial de los avances científicos. En su debe podemos reseñar la escasa
seriedad con que se tratan estas temáticas, lo que paradójicamente relativiza y
frivoliza la gravedad de estos escenarios.
En conclusión, es necesario deslindar a la biotecnología contemporánea del
neoliberalismo capitalista, que actualmente la monopoliza, cuando no la fagocita.
Pero también del esoterismo. Es más, probablemente habría que abogar por que
la biotecnología se publifique, tal y como sucede con otros sectores de la
economía o de la sociedad. Si los riesgos los asumimos, queramos o no, todos,
¿por qué no socializar también los beneficios?
Bibliografía
RECIBIDO: 02/04/2018
ACEPTADO: 17/07/2018
Abstract: In this paper we will try to expose Ortega´s fertile concept of over-nature, an under-
utilised concept, but one of great philosophical power, especially within philosophy of technology.
While doing so, we will try to conect Ortega´s idea of over-nature with some later and comparable
developments from authors like Stiegler and his thesis on exteriorization; and especially with
Sloterdijk and his concepts of park, sphere and immunology. We will show how these ideas can
provide us of many interpretative keys to understand the technological world of today.
Keywords: Over-nature, technology, anthropology, Ortega, Stiegler, Sloterdijk.
1
Para las obras de Ortega citaremos haciendo referencia al tomo de las Obras completas (Ortega y
Gasset, José. Obras completas. Tomos I-X. Madrid: Taurus, 2004-2010) en numeración latina
seguido del número de página correspondiente.
2
En Prólogo a Veinte años de caza mayor, del Conde de Yebes (1943), Ortega incluso dirá que este
es el destino del hombre: “el hombre está condenado a progresar y esto significa que está condenado
a irse cada vez más lejos de la Naturaleza, a construir en su hueco una sobrenaturaleza” (VI 298).
3
Esta descripción de la conducta humana frente a la conducta animal, que Ortega lleva a cabo por
ejemplo en Ensimismamiento y alteración, resulta demasiado simplista, como los estudios biológicos
de las últimas décadas vienen demostrando. El fondo último de la distinción orteguiana entre el
hombre ensimismado y el animal alterado, en cambio, sí me parece rescatable, aunque para justificar
esto suficientemente habría que llevar a cabo toda una filosofía de la biología, algo que no podemos
hacer aquí.
4
Blumenberg también apunta claramente a esta problemática cuando dice que “la cultura humana es
un programa de emergencia para compensar déficit en la dotación biológica” (2011, p. 412), y que
“Si afirmamos el fin de la evolución biológica en y por el ser humano, tenemos que aceptar que no
hay detención para la evolución instrumental. La evolución instrumental es la compensación
necesaria no sólo de la debilidad biológica inicial, sino especialmente de la debilidad biológica
definitiva del ser humano. Es posible que el humano termine sucumbiendo por su evolución
instrumental. Sólo podría evitarlo si pudiera volver a poner en marcha la selección biológica”
(Blumenberg, 2011, p. 412).
5
Un planteamiento muy similar puede encontrarse también en Gehlen cuando dice, algunos años
después que Ortega, que “No hay una «humanidad natural» en sentido estricto: es decir, no hay una
sociedad humana sin armas, sin fuego, sin alimentos preparados y artificiales, sin techo y sin formas
de cooperación elaborada. La cultura es pues la «segunda naturaleza»: esto quiere decir que es la
naturaleza humana, elaborada por él mismo y la única en la que puede vivir. La cultura «anti-natural»
es el producto o secuela de un ser único también «anti-natural»” (Gehlen, 1980, p. 42).
6
Y en un sentido más profundo, también las ideas, creencias e interpretaciones intelectuales son parte
de esta sobrenaturaleza técnica.
… hace que lo otro -el mundo- se vaya convirtiendo poco a poco en él mismo. El hombre
humaniza al mundo, le inyecta, lo impregna de su propia sustancia ideal y cabe imaginar
que, un día entre los días, allá en los fondos del tiempo [o sea, hoy], llegue a estar ese
terrible mundo exterior tan saturado de hombre, que puedan nuestros descendientes caminar
por él como mentalmente caminamos hoy por nuestra intimidad -cabe imaginar que el
mundo, sin dejar de serlo, llegue a convertirse en algo así como un alma materializada (V
537-538)7
7
Esta cita vuelve a ser utilizada por Ortega en el curso de 1949 El hombre y la gente (Cf. X 145).
8
Esta expresión del “alma materializada” ha hecho pensar a algunos autores que Ortega está aquí
haciendo una anticipación de lo que a partir de los años 90 ha sido internet, como J. Bustamante ha
señalado en algunos trabajos (Cf. Bustamante, 2011, p. 17). También Echeverría defiende que la
filosofía de la técnica orteguiana y en especial su idea de sobrenaturaleza se adapta como un guante a
la realidad de las nuevas tecnologías como internet, lo que este autor denomina como el tercer
entorno: “La tesis orteguiana de la sobrenaturaleza, por tanto, se adecúa perfectamente a lo que
habitualmente se denomina sociedad de la información” (2000, p. 30). El texto de Misión del
bibliotecario antes comentado y su reflexión sobre el significado y función del libro creo que nos da
muchas claves para entender el fenómeno de internet, pues el increíble progreso de las computadoras
en los últimos 50 años y la creación de la Red han supuesto, de manera similar o incluso superior a la
creación de la imprenta, una acumulación de información impresionante, cuyas consecuencias
todavía no podemos llegar a atisbar.
automóvil que nos lleva de un lado a otro. Pero la técnica que hace posible el
automóvil se asienta en muchas otras técnicas: en la técnica de consecución de
los adecuados metales y materiales, en la técnica de la efectiva construcción del
automóvil, en la técnica de extracción del petróleo, etc. Pero no sólo eso, porque
estas técnicas se asientan también otras más profundas y radicales: no podríamos
crear el automóvil sin la creación técnico-interpretativa que es la concepción
física del mundo. Pero a su vez esta creación que es la interpretación física del
mundo se asienta, por lo menos, en la creación técnico-interpretativa que es
nuestro lenguaje.
Para entender este punto resulta conveniente atender a un texto
aparentemente menor en la producción orteguiana, el texto titulado Misión del
bibliotecario, de 1935. Allí dirá Ortega que
Las ideas que sobre las cosas nos forjamos son el mejor ejemplo de ese instrumental que
interponemos entre nosotros y las dificultades que nos rodean. Una idea clara sobre un
problema es como un aparato maravilloso que convierte su angustiosa dificultad en holgada
y ágil facilidad. (V 359)
Esta comprensión de las ideas como artefactos es de suyo muy interesante, pero
Ortega va más allá destacando la importancia crucial de poder conservar estas
creaciones llamadas ideas:
Pero la idea es fugaz; (…) Es preciso que la memoria se esfuerce en conservarla. Pero la
memoria no es capaz de conservar todas nuestras propias ideas e importa mucho que
podamos conservar las de otros hombres. Importa tanto, que es ello lo que más caracteriza
nuestra humana condición.
9
Una capacidad la de recordar y tener pasado que, según Ortega, es creada por la estructura futuriza
de su vida: al estar lanzados hacia el futuro rebotamos al pasado para saber cómo orientarnos en el
presente.
vitales, sin las cuales el ser humano (y en especial sus indefensas e inmaduras
crías) nunca habría podido sobrevivir y perdurar.
En Misión del bibliotecario Ortega mostrará la importancia del libro como una
técnica decisiva en la mejora y aumento de la acumulación de experiencia
humana: “De aquí que fuera tan importante añadir al instrumento que es la idea
un instrumento que facilitase la dificultad de conservar todas las ideas. Este
instrumento es el libro” (V 360)10. Nótese la expresión orteguiana: el libro es una
técnica que se añade a la técnica que ya de por sí es la idea. Las ideas son
creaciones intelectuales de un orden análogo a las creaciones técnicas. En todo
caso, es significativa la monumental importancia que Ortega otorga a la creación
del libro, en cuya invención cifra el verdadero origen de todo el progreso
inmenso de los últimos pocos siglos:
Inevitablemente, cuanto más se acumule del pasado, mayor es el progreso. Y así ha acaecido
que apenas se resuelve con la imprenta el problema técnico de que haya libros, comienza a
acelerarse el tempo de la historia, la velocidad del progreso, llegando en nuestros días a un
ritmo que nos parece a nosotros mismos vertiginoso, no digamos lo que parecería a hombres
de épocas más tardígradas. (…) Y todo ello debido, principalmente, a la facilidad que el
libro representa. (V 360)
11
J. M. Atencia comenta cómo al final de Meditación de la técnica Ortega lanza “una advertencia de
la mayor gravedad: parece que hemos cubierto el ciclo y el hombre ya no crea, sino que se adapta a lo
técnico. El hombre creador y poeta, el hombre mago, fabricador, creador de belleza y bondad, adopta
una actitud reverencial ante aquello que precisamente lo hizo hombre” (Atencia, 2003, p. 93).
12
En este sentido, una de las técnicas primigenias y fundamentales es el control del fuego. En
Prólogo a Veinte años de caza mayor del Conde de Yebes, Ortega explica que “el hombre es, ante
todo, el animal con el fuego en el puño” (VI 303). Esta caracterización sugiere varias cosas. El fuego
es precisamente lo que permite al hombre cierta independencia respecto de su contorno, pues, en un
sentido muy básico, el fuego sirve como protección frente a las dos grandes amenazas del hombre
primitivo: los depredadores y el frío. El fuego es “el primer gran descubrimiento del hombre y la raíz
de todos los demás” (VI 303) porque es la técnica primigenia que permite una resistencia e
independencia respecto al medio. Pero en un sentido más metafísico, el fuego ejemplifica la
capacidad destructiva del hombre, una de sus más íntimas y particulares cualidades.
… se hace manifiesto que todas sus actividades, observadas desde un punto de vista del
universo suficientemente alejado y ventajoso, no parecerían actividades sino procesos, de
manera que, como ha señalado recientemente un científico, la motorización moderna
parecería un proceso de mutación biológica en el que los cuerpos humanos comienzan
gradualmente a cubrirse de caparazones de acero. Para el observador situado en el universo,
esta mutación no sería ni más ni menos misteriosa que la que surge ante nuestros ojos en
esos pequeños organismos vivos que combatimos con antibióticos y que misteriosamente
han desarrollado nuevas fuerzas que nos hacen frente (Arendt, 2005, pp. 339-340)
Esta idea, que Arendt critica duramente, encaja muy bien con nuestro
planteamiento. Desde esta perspectiva, y en contra de lo que pudiera parecer, se
desecha por principio la comprensión de la herramienta como prolongación del
cuerpo humano. Como acertadamente explica Stiegler, “La pró-tesis no es una
simple prolongación del cuerpo humano, es la constitución de ese cuerpo en
tanto que “humano”” (2002, p. 229)13. Decir que el hacha es la prolongación de
13
En este sentido, las ideas de Stiegler no tienen desperdicio, y en La técnica y el tiempo podemos
por ejemplo leer que “El problema que se plantea aquí es el de la evolución no sólo biológica de ese
ser esencialmente técnico que es el hombre” (Stiegler, 2002, p. 80). “La evolución de la “prótesis”, -
continuará el filósofo francés- que no es ella misma viva, y por la que el hombre sin embargo se
define en tanto que ser vivo, es lo que constituye la realidad de la evolución del hombre tal y como si,
con él, la historia de la vida tuviera que continuar por otros medios diferentes de la vida: es la
paradoja de un ser vivo caracterizado en sus formas de vida por un ser no-vivo -o por las trazas que
la mano sería igual de gratuito que decir que la mano es prolongación del brazo.
La cuestión no sólo está en que el hacha no sea una prolongación de la mano, y
que sea una parte del cuerpo (un órgano) de pleno derecho igual que la mano;
sino que, si habláramos en estos términos del hacha de sílex como “una
prolongación de la mano”, por lo mismo habría que decir que la mano es una
“prolongación del hacha”. La clave está en que si bien no puede haber hacha sin
mano, tampoco puede haber mano sin hacha. Entre ambas hay una coevolución y
cooriginamiento, y no puede entenderse una como una consecuencia
unidireccional de la otra, la dependencia es mutua y bidireccional.
En todo caso, si hay un autor reciente que ha recogido de diversas maneras esta
idea orteguiana de la sobrenaturaleza, es P. Sloterdijk. Ya en su breve ensayo
Normas para el parque humano el filósofo alemán definía al ser humano del
siguiente modo: “Los hombres son seres que se cuidan y se protegen por sí
mismos y, vivan donde vivan, generan alrededor suyo el entorno de un parque”
(2006b, p. 75). Este entorno de parque podría traducirse sin mucho problema por
la sobrenaturaleza orteguiana, pues su significado es prácticamente el mismo. Lo
cual no es extraño cuando vemos que algunas de las bases antropológicas desde
las que parte el planteamiento sloterdijkiano coinciden casi por completo con las
bases antropológicas orteguianas. El ejemplo más claro lo podemos ver en
Esferas I cuando Sloterdijk afirma que “Nunca han vivido los seres humanos en
inmediatez a la llamada naturaleza” (2014a, p. 52), y que los seres humanos “Son
seres vivos que se esfuerzan por ser seres en suspenso” (2014a, p. 52). Esta
necesidad que Sloterdijk ve en el hombre de sostenerse artificialmente en un
medio hostil es, como ya expusimos, una de las claves del planteamiento
orteguiano.
En Normas para el parque humano Sloterdijk también apuntará claramente a
la cuestión de la sobrenaturaleza humana al entender al ser humano como animal
doméstico. Como venimos explicando, la sobrenaturaleza es el auténtico lugar
del hombre, allí donde se siente, valga la expresión, “en casa” 14. Por ello no
puede subestimarse el significado filosófico de la casa, hasta el punto de que el
hombre podría definirse precisamente por ser un “animal que vive en casas”.
Que el hombre tenga intimidad, está también en directa relación con su necesario
15
A este respecto cabría señalar la común oposición de Ortega y Sloterdijk a un planteamiento como
el Heideggeriano, que en su conferencia de Darmstad Construir, habitar, pensar defenderá que el
construir no surge como medio para el habitar, para hacer habitable lo previamente inhóspito, sino
que “Habitamos no porque hayamos construido, sino que construimos y hemos construido, en cuanto
habitamos” (Heidegger, 1997, p. 203), y esto porque “Ser hombre quiere decir: ser como mortal
sobre la Tierra, quiere decir: habitar” (Heidegger, 1997, p. 202).
No es difícil ver en este y otros textos ecos orteguianos, sobre todo su idea
decisiva de que el organismo siempre está en una circunstancia hostil, que le
ataca y amenaza, y frente a la cual tiene que imponerse creando una
sobrenaturaleza protectora o, podríamos decir con Sloterdijk, inmunitaria. Esta
inmunización que en Ortega se lograría mediante la creación de una
sobrenaturaleza en Sloterdijk se tematiza bajo el término de “ejercicio”: “Defino
como ejercicio cualquier operación mediante la cual se obtiene o se mejora la
cualificación del que actúa para la siguiente ejecución de la misma operación”
(2013, p. 17), aludiendo precisamente a “la ley fundamental de la antropotécnica:
el efecto retroactivo de todas las acciones y de todos los movimientos sobre su
propio autor” (2013, p. 407). Las antropotécnicas no serían otra cosa que “los
procedimientos de ejercitación, físicos y mentales, con los que los hombres de
las culturas más dispares han intentado optimizar su estado inmunológico frente
a los vagos riesgos de la vida y las agudas certezas de la muerte” (Sloterdijk,
2013, p. 24).
Esta optimización del estado inmunológico frente a los riesgos de la vida
sería, traducido al vocabulario orteguiano, la creación de una sobrenaturaleza
(material y espiritual) en la que el hombre esté protegido de su circunstancia y
pueda llevar a cabo su vida humana. En un sentido aún más radical, Sloterdijk
dirá que “ya la simple conservación de la forma corporal -o mejor, la forma
neurofísica- no ha de ser entendida sino como el efecto de un entrenamiento no
declarado como tal” (2013, p. 519), aludiendo así a una “sorda autopoíesis”
(2013, p. 519) que constituiría de principio a fin al ser humano. Por ello,
puntualizará el filósofo alemán, “Quien permanezca idéntico consigo mismo se
16
“Debe querer ser el hombre operable, incluso si la dimensión y justo modo de tal auto-
manipulación resultan todavía oscuros... Pero es cierto: el futuro de la automanipulación del hombre
ya ha comenzado” (Rahner (1966), citado por Sloterdijk, 2000, p. 17).
Conclusiones
Bibliografía
RECIBIDO: 23/04/2018
ACEPTADO: 17/07/2018
Resumen: La relación entre ciencia y sociedad ha cambiado radicalmente en los últimos 30 años
desde el denominado modelo de déficit cognitivo (centrado en la falta de cultura científica de los
ciudadanos) hasta la participación del público en la ciencia.
Una transformación impulsada por la irrupción de Internet que, no sólo ha favorecido un papel más
activo de la sociedad en el desarrollo científico, sino que también ha generado un nuevo escenario de
estudio centrado en el análisis de la democratización del proceso científico al amparo del universo
digital y su impacto social y cultural.
Aunque aún es incipiente, ya existe una corriente académica que ha puesto el foco de atención en este
nuevo campo de investigación humanística.
Estos autores apuntan, entre sus conclusiones, que el acceso abierto y la participación pública que
posibilitan las herramientas de la Web 2.0 apoyan la socialización del proceso científico y
contribuyen al desarrollo de una investigación e innovación responsable. En el presente trabajo se
reivindica la importancia de desarrollar un marco teórico desde las ciencias sociales y humanidades
digitales que permita analizar tanto el papel de Internet en el impulso de la RRI, como la calidad,
efectividad y características de las interacciones digitales entre ciencia y sociedad.
Palabras clave: Comunicación pública de la ciencia, Web 2.0, participación del publico en la
ciencia, investigación e innovación responsable, Internet
Abstract: The relation between science and society has radically changed in the last 30 years from
the deficit model — in which the general public is defined negatively due to its lack of knowledge —
to the participative model. A transformation encouraged by the Internet irruption, which not only has
improved a better role of society in scientific development but also it has created a new research field
focused on the analysis of democratization of scientific process and its social and cultural impact.
However, this research area is yet emerging, it just exists a strong academic framework aiming
attention at this new field of humanistic research.
These scholars indicate, among their conclusions, that open access and public engagement in science
enhanced by web 2.0 tools promote the socialization of the scientific process and contribute to the
consolidation of responsible research and innovation. The present article claims for the importance to
develop a new framework from social sciences and digital humanities to study the Internet impact on
the implementation of RRI and to analyze the quality, the effectivity and the characteristics of the
digital connections between science and society.
Key words: Science communication, Web 2.0, public engagement in science, responsible research
and innovation, Internet
Introducción
La ciencia definida como “elitista” por autores como Brown (2016) ha ganado
una nueva humildad gracias a los diferentes canales de comunicación que
posibilita la Web tales como las redes sociales, las wikis o los blogs (Brown,
2016). Ciertamente, las tecnologías digitales han transformado la esfera pública,
la cual ya no consiste en un espacio físico al que acude el público sino que se
trata más bien múltiples espacios virtuales que promueven la conversación y la
participación de todos los agentes implicados en la investigación (Grand et al.,
2016).
En este sentido, Internet ha favorecido el papel activo de los ciudadanos,
quienes a través de este canal aprenden, evalúan, comparten, participan y deciden
sobre el proceso de investigación científica (Brossard, 2013). De esta manera, el
uso de los medios digitales en el proceso científico crea nuevos ecosistemas de
investigación y cambia las prácticas de participación (Grand et al., 2016;
Weilgod y Treise, 2004). Desde el punto de vista sociológico, puede decirse que
la Web 2.0 ha promovido una sociedad más informada y con más conciencia
sobre el conocimiento científico.
En este contexto, el impacto social de la comunicación pública de la ciencia a
través de la red ha crecido exponencialmente en la última década tal y como
demuestran los datos de la última encuesta de Percepción Social de la Ciencia y
la Tecnología (Fundación Española de la Ciencia y la Tecnología, 2017). Este
estudio pone de manifiesto que un 82,1% de jóvenes de entre 15 y 24 años, y un
77,5% de los que tienen entre 25 a 34 años, recurren a Internet para informarse
sobre ciencia.
Por tanto, es una realidad que los nuevos canales de comunicación digitales
están transformando las interacciones entre ciencia y sociedad. Esto provoca que
desde el ámbito académico surja la necesidad de fijar el foco de atención, y la
investigación, en la comprensión de este nuevo escenario. En países como Reino
Unido y Estados Unidos son muchos los académicos de la comunicación de la
ciencia que han empezado a establecer su objeto de estudio en el espacio digital,
pero en nuestro ámbito nacional las iniciativas en este sentido son muy
incipientes todavía.
En el presente artículo se subraya la importancia de desarrollar un marco
teórico desde las ciencias sociales y las humanidades digitales que permita
2008) y los actores responsables de revertir esta situación son los propios
ciudadanos, los políticos y los educadores, exonerando a los científicos de
cualquier obligación a la acción.
La evolución de los estudios de comunicación pública de la ciencia y el
desarrollo de informes como el Science and Technology Third Report (Royal
Society, 2000) generaron una corriente de crítica a este modelo considerado
como retrógrado y despectivo, además de responsable de la falta de confianza del
público a la ciencia (Royal Society, 2000) e impulsan el concepto de diálogo
para referirse a la relación ideal entre ciencia y sociedad (Royal Society, 2000;
Michael, 2002; Pardo y Calvo, 2002; Dierkens y Von Grote, 2003; Hanssen et
al., 2003; Winter, 2004; Davis, 2011 y Stilgoe, Lock y Wilsdom, 2014). En esta
segunda etapa, se pasa de una visión elitista de la ciencia (Brown 2016) a una
idea más democrática del proceso científico en el que productores y usuarios
comparten e intercambian conocimientos, ideas, valores, actitudes y creencias
entre organizaciones, científicos, público y políticos (Jackson, Barbagallo y
Haste, 2005; Davies, 2011). En esta misma línea se sitúan otros autores (Burns,
O’Conner, y Stocklmayer, 2003; Felt, 2003; Van Dijk, 2003; Rowe y Frewer,
2005; Olvera-Lobo y López Pérez, 2014b; López-Pérez y Olvera Lobo, 2015b)
al acuñar el término comunicación pública de la ciencia.
Con el desarrollo de avances tecnológicos de gran impacto social que
conllevan la implicación de cuestiones éticas asociadas a la investigación se da
un paso más en la relación entre ciencia y sociedad, centrándose en la actualidad
en la participación pública en el proceso científico, con lo que nos adentramos en
la tercera fase del debate académico sobre la relación entre ciencia y sociedad.
En efecto, en la última década y, coincidiendo con la generalización del uso
de la Web 2.0, la conceptualización de la comunicación pública de la ciencia y su
foco de estudio han experimentado cambios suscitados por la transformación de
la relación ciencia y sociedad, generada, en gran medida, por el nuevo espacio
conversacional que ofrece Internet (Weilgod y Treise, 2004; Yang, Kong y
Jhonson, 2010; Saffer, Sommerfeldt y Taylor, 2013; Grand et al, 2016; Brown,
2016; Su, Akin y Brossard et al., 2017; Pitrelli, 2017).
Así, este nuevo ímpetu por potenciar el diálogo entre científicos y ciudadanos
se ha reflejado en la evolución del interés académico ya que, éste ha mudado
desde el nivel de conocimiento científico adquirido por la sociedad hacia el nivel
de implicación de los ciudadanos en el proceso científico; desde la comunicación
unidireccional de la ciencia, al diálogo entre científicos y ciudadanos; desde el
binomio ciencia y sociedad, a la ciencia con y para la sociedad (Bucchi y
Neresini, 2008).
Hasta 1998, los académicos no centran su foco de estudio en Internet como canal
para la difusión del conocimiento científico (Eveland y Dunwoody, 1998; Byrne
et al, 2002). Su capacidad para generar debate y discusiones sobre temas
científicos es lo que ha alentado a autores, ingleses y americanos principalmente,
(Rogers y Marres, 2000; Triunfol, 2004; Delborne et al, 2011) a fijar la mirada
en esta fuente inagotable de conocimiento para las multitudes (Shirky, 2010).
Estudiosos de la comunicación pública de la ciencia como Weilgod (2001)
aseguran que Internet ha cambiado radicalmente las relaciones entre los actores
de la comunicación de la ciencia por varias razones. Por un lado, la Web permite
a los científicos y a sus organizaciones comunicarse directamente con sus
audiencias. Además, elimina las restricciones de tiempo y espacio inherentes a
los medios de comunicación. Asimismo, combina la capacidad de
profundización de la prensa escrita con las posibilidades de interacción y de
comunicación con los usuarios que ofrece la Web 2.0. Y, por último, facilita la
comunicación instantánea de uno a uno, de uno a muchos, de muchos a uno y de
muchos a muchos.
Y es que Internet ha devuelto la ciencia a la esfera pública. Después de más
de un siglo de aislamiento, los científicos vuelven a estar ante el público. Esta
vez, ya no se trata de meros espectadores que asisten a la representación de la
ciencia, sino de agentes activos que aprenden, evalúan, comparten, participan y
deciden (Brossard, 2013).
La Web social ha posibilitado la desintermediación de la comunicación
pública de la ciencia y ha recuperado el ideal de la democratización del
conocimiento, transformando la inaccesible Torre de Marfil de los científicos en
un ágora abierta a los ciudadanos (Baron, 2010; Olvera-Lobo y López- Pérez,
2013, 2014a, 2014b; López-Pérez y Olvera-lobo, 2015a, 2015b, 2016a, 2016b)
Para disciplinas como las humanidades y las ciencias sociales, la Web 2.0 se ha
convertido en un importante objeto de estudio donde analizar la realidad
generada al amparo de este universo digital. La comunicación pública de la
ciencia es uno de los ámbitos académicos donde el interés científico por la
dimensión digital empieza a cobrar importancia en áreas que van desde el
Conclusiones
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RECIBIDO: 05/05/2018
ACEPTADO: 17/07/2018
Resumen: Pese a que las medidas forman parte de nuestra vida cotidiana y son fundamentales
para el desarrollo de la ciencia y la ingeniería, el hecho es que aún tenemos serias dificultades para
comprender a qué refieren: ¿A algo que intrínsecamente pertenece al mundo o a una imposición
humana arbitrariamente elegida que nos permite medirlo? En el presente trabajo se analizan las dos
posturas para ver los pros y contras que cualquiera de las respuestas conlleva. Argumentamos que es
menos problemático asumir que nuestras unidades de medida son imposiciones humanas arbitrarias y
no magnitudes que pertenecen a la naturaleza. Desde nuestra perspectiva, lo que es menester
entender es que nada es medible si no se estipula una unidad de medida y la elección de esa unidad,
aunque sea arbitraria, es la que nos va a permitir obtener las medidas del mundo.
Palabras clave: Metrología, Unidad de medida, Valor real de medición, Error, Incertidumbre.
Abstract: Although measures are part of our daily lives and are fundamental to the development of
science and engineering, the fact is that we still have serious difficulties to understand what they refer
to: to something that inherently belongs to the world or a human imposition arbitrarily chosen that
allows us to measure it? In the present work the two positions are analyzed to explore the pros and
cons that any of the answers entails. We argue that it is less problematic to assume that our units of
measurement are arbitrary human impositions and not magnitudes that belong to nature. From our
perspective, what is necessary to understand is that nothing is measurable unless a unit of measure is
stipulated and the choice of that unity, even if arbitrary, is the one that will allow us to obtain the
measures of the world.
Keywords: Metrology, Unit of measurement, Real value of measurement, Error, Uncertainty.
Introducción
…yo juzgo que, si los oídos, las lenguas y las narices se eliminaran, la figura, los números
y el movimiento sin duda permanecerían, pero no el olor o el sabor o el sonido, que, sin el
animal viviente, no puedo creer que sean otra cosa más que nombres, así como las
cosquillas no son otra cosa mas que un nombre cuando la axila o la membrana de la nariz
se eliminan (Galileo, Opere, IV, 336, ff.).
cuenta de ella, sino de los instrumentos de medición que se utilizan, esto es, el
problema epistémico se le imputa a la falta de precisión, exactitud y
confiabilidad de la tecnología de la medición.
La idea de que las medidas son propiedades que pertenecen al mundo,
independientemente de si las medimos o no, aunque está ampliamente difundida,
conlleva a tener que enfrentar problemas insolubles. Dentro de ellos podemos
destacar el hecho de que a lo único que tenemos acceso son a las medidas que
obtenemos con nuestros instrumentos, por lo que declararlos incapaces de
brindarnos el valor real de las medidas de las partes del universo que nos
interesan, es una forma muy efectiva de negar la posibilidad de saber cuánto
efectivamente mide algo, sobre todo si consideramos que se está hablando de una
supuesta medida real que abiertamente se reconoce que nosotros ignoramos cuál
es. 2
Lo que es un hecho es que bajo el supuesto de que hay un valor real de
medición, independiente de las medidas que se toman con los instrumentos que
se utilicen, se tiende a pensar que ningún procedimiento de medición es exacto
(Kyburg, 1984, p. 3) por lo que la ilusión de encontrar el supuesto valor real de
lo que se mide se vuelve, desde esta perspectiva, un problema imposible de
resolver.
Por la aceptación de que no es posible obtener con nuestros instrumentos el
valor real de la medida de las cosas del mundo, desde el siglo XIX surge la
denominada ‘Teoría del error’ ampliamente aceptada tanto por metrólogos como
por filósofos donde, como lo indica el mismo nombre de la teoría, su función es
detectar los errores de medición supuestamente comparados con un hipotético
valor real que abiertamente se reconoce que nadie sabe cuál es. Esto es así,
porque según esta teoría el error se concibe como la diferencia entre los
resultados de una medición y su valor real. Se conocen los resultados de la
medición, pero se desconoce el valor real y si se desconoce el valor real, es
evidente que también se desconoce el rango de error entre los resultados de la
medición y el valor real (X. Ye et al, The new concept of measurement of error
theory, Measurement 83, 2016, p 97).
Lo cierto es que la premisa que sostiene que en el universo hay valores reales
de medición y la aceptación de que nuestros instrumentos contienen errores que
nos impiden llegar a conocerlos, nos ha llenado la cabeza de problemas
irresolubles que en la literatura se reflejan de diversas maneras. Un claro ejemplo
2
Esta idea queda muy bien expresada por Mari, quien cita el Vocabulario Internacional de
Metrología de la ISO DE 1993 que dice: “el verdadero valor de una cantidad es un concepto ideal y,
en general, no puede ser conocido exactamente” (Mari, p. 21).
de la clase de dificultades que se discuten sobre este tema, nos lo ofrece Hasok
Chang en su libro Inventing temperature.
Chang nos proporciona una tabla en donde compara las discrepancias que se
obtienen en las escalas de medición entre tres termómetros cuando los tubos se
llenan con mercurio, con alcohol y con agua respectivamente. En los tres casos el
0° equivale al punto de congelación del agua y el 100° a su punto de ebullición.
Como el rango es muy grande (del 0 al 100) los tres termómetros subdividen su
escala en porciones de 10 y cada decena a su vez se subdivide en 10 partes,
quedando una escala idéntica en todos ellos. Sin embargo, cuando los tres
termómetros se utilizan para medir la misma muestra al mismo tiempo, lo que se
obtiene es que cuando, por ejemplo, el termómetro de mercurio marca 50°, el de
alcohol marca 44° y el de agua 26°.
La pregunta en estos casos se ha planteado como sigue: ¿Cómo se elige qué
termómetro utilizar para medir la temperatura? Esto es: ¿Cuál de los tres se
acerca más a la temperatura real de la muestra medida? El problema es que para
poder decidir eso, necesitaríamos contar con un termómetro exacto para que nos
proporcione la medida real de la muestra y podamos elegir cuál de los tres
instrumentos es el que más se acerca a ella. Pero eso es justo lo que no se tiene,
por lo que visto así irremediablemente nos encierra en un círculo vicioso y nos
deja ante un problema que por más que le demos vueltas parece no tener
solución. K. F. Gauss, uno de los padres de la teoría del error, por ejemplo,
afirma: “cuando se analiza el significado de las mediciones que se han obtenido,
el experimentador trata de estimar su verdadero valor, el valor que hubiera
producido el mejor instrumento realizable” (aparece en Mari, p. 21). Empero,
bajo esta perspectiva, no tendríamos ni siquiera los criterios para determinar cuál
podría ser el instrumento que se acercara más a los valores reales de lo que
medimos.
Lo que es un hecho es que los fundadores de la ciencia moderna de los siglos
XVII y XVIII nos dejaron inmersos en el mito de Sísifo al proponer que en el
mundo existen medidas reales que nosotros tendríamos que descubrir. El
problema se vuelve grave, porque al mismo tiempo se acepta que nuestros
instrumentos de medición sólo nos dan valores inexactos de la realidad que se
mide. Bajo esta perspectiva parece que la labor del metrólogo se convierte en
encontrar la manera de mejorar la instrumentación hasta lograr un objetivo:
acercar cada vez más la medida que refleja el instrumento al valor real de la
muestra, ilusión que, como bien lo ilustra Chang, es humanamente inasequible.
No se está afirmando que no puede haber errores de medición, pero de ahí a
suponer que todas las medidas son, por definición, inexactas o erráticas parece
ser una exageración sin más sustento que una asunción metafísica más que
3
En la literatura tanto filosófica como metrológica se manejan dos sentidos del término
‘incertidumbre’: el que se acuña de la teoría del error, donde se proponen valores ideales de medición
y el que propone el JCGM 200:2012, International Vocabulary of Metrology – Basic and general
concepts and associated terms (VIM), 3rd Edition, que trata de corregir la versión tradicional con una
acepción semejante a la que estamos empleando nosotros. De todas maneras, este es un tema que sin
duda requiere de un análisis conceptual mucho más puntual para desentrañar sus ambigüedades.
Unidad de medida
de la mano, del palo o del listón). La elección de esa unidad, como se dijo
anteriormente, se puede elegir de manera completamente arbitraria, es decir, la
fijamos nosotros y la parte del mundo que medimos se adapta a ella. Pero es
evidente que distintas cuartas de distintas manos, distintos palos o distintos
listones pueden tener tremendas variaciones y, por lo mismo, no nos van a
ofrecer los mismos resultados de medición cuando los comparamos. 4
De hecho, lo que motivó a los intelectuales revolucionarios franceses durante
el siglo XVIII a buscar un consenso social con el metro, fue, en primer lugar,
minar la arbitrariedad de la nobleza y el comercio que libremente cambiaba sus
unidades de medida incrementándolas o disminuyéndolas a su conveniencia y, en
segundo lugar, para establecer una unidad de medida “objetiva” y
fundamentalmente estable, que permitiera derivar las otras, como el gramo o el
litro, con la intención de que pudieran ser utilizadas como patrones de referencia
por cualquiera y que permitiera la colaboración entre diversas personas
independientemente de su credo, ideología, procedencia o clase social (ver Mari,
p. 21).
Pero el metro no fue pensado como una unidad de medida arbitraria. Sus
creadores, embebidos en el espíritu cientificista de su época, partieron de la idea
de que el mundo tiene medidas y con esta convicción decidieron crear una
unidad que procediera de las medidas de la misma Tierra con la intensión de que
fuera universal y accesible para cualquiera. En 1791 se propuso que el metro
fuera la diezmillonésima parte de la distancia entre el Polo Norte y el Ecuador
pasando por el meridiano de París. El problema evidente era, primero, cómo
medir esa distancia sin recurrir a una unidad de medida para hacerlo, ya que
hablar de la diezmillonésima parte de un cuadrante de la Tierra no es una
medida, sino una proporción geométrica abstracta y, segundo, que la distancia
propuesta para calcular la diezmillonésima parte de ese cuadrante era excesiva.
Como es imposible tomar una medida sin contar con una unidad para hacerla
se recurrió a la toesa5 y al círculo de reflexión de Borda para obtener las medidas
angulares. Esta elección se debió a que la toesa era una barra ampliamente
utilizada en París y el círculo de Borda se consideraba un confiable instrumento
de medición para hacer operaciones geodésicas. Para enfrentar el segundo
problema, se optó por sólo medir la parte que iba de Dunquenque, Francia, a
4
Recuérdese el ejemplo de los termómetros de Chang.
5
Se sabe que se utilizó la toesa, pero había varias. Hay quienes dicen que la que se empleó fue la del
Perú, otros dicen que la castellana y aún otros que la de Burgos que se utilizaba en París. Adler en su
libro La medida de todas las cosas, dice que se utilizaron cuatro varas de platino, cada una de dos
toesas de longitud, que equivaldría aproximadamente a 3.898m, donde cada toesa tendría una
longitud aproximada de 1.949m.
6
Parte de la razón, aunque no la única, es que el sistema anglosajón es mucho más antiguo que el
sistema métrico decimal y eso hace que no sea ni fácil ni coherente establecer sus equivalencias. La
base del sistema anglosajón es el 12 y no el 10 como en el decimal, por lo que incluso las
equivalencias internas al mismo sistema anglosajón son difíciles de manejar. Las conversiones de un
sistema a otro, al no tener la misma base, complica muchísimo la posibilidad de tener valores
equivalentes confiables. Además, se tiene que considerar que en las dos unidades comparadas a su
vez existen incertidumbres internas, por lo que las equivalencias siempre son problemáticas y
requieren de muchos ajustes.
unidad universal de medida, que aún después de un poco más de dos siglos, el
sistema métrico decimal todavía no puede ser implantado en todo el mundo.
Imaginemos, pues, que si con cada nueva medición de la naturaleza,
procediéramos a modificar nuestras unidades de medición, el mundo de la
medición sería un verdadero caos y muy posiblemente estaríamos en una
situación muy parecida a la que prevalecía antes de que se instituyera el sistema
métrico decimal como el más aceptado y usado por la sociedad actual.
Afortunadamente la verdadera historia es otra: la metrología tiene objetivos
prácticos, aunado a la imperiosa necesidad de que los patrones
institucionalizados sirvan para que sean fácilmente reproducibles para que todos
compartamos los mismos resultados de medición. Con esto en mente, el
metrólogo trata de elegir los materiales más estables posibles y tener en las
mejores y más cuidadosas condiciones los patrones de medición para evitar en lo
posible que sufran modificaciones. Por esta razón, la metrología requiere de
mucha investigación y los patrones se van perfeccionando a lo largo de su
historia conforme nuevos y más estables materiales se consiguen o se
perfeccionan los instrumentos patrón. Pero la unidad de medida, una vez que está
socialmente aceptada e institucionalizada, no se cambia, sólo la estabilizan más
para que sufra el menor número de fluctuaciones posible.
De hecho, basta recordar que la primera representación física del metro se
hizo de platino porque se consideró que era un material muy confiable. A esa
barra se le llama ‘el metro de los archivos’. Con el tiempo y, a pesar de los
cuidados que se tenían, los metrólogos detectaron que el patrón del metro no era
tan invariable como lo habían supuesto. Por eso’ decidieron hacer una aleación
de 90% de platino con un 10% de iridio para hacer un nuevo patrón, que aunque
se basó en el de los archivos, se hacía mucho más fuerte y confiable para evitar
deformaciones y alteraciones cuando se usaba para la calibración. También le
dieron una forma denominada ‘sección Tresca’ (como si fuera una especie de X
gruesa) para darle mayor estabilidad. Este metro patrón estuvo en uso hasta
1960. Empero, nuevos estudios pudieron detectar que la barra tenía mínimas
fluctuaciones que podían superarse utilizando la longitud de onda en el vacío de
la línea rojo-naranja del elemento kriptón 86, que se supone proporciona una
medida patrón del metro mucho más estable que la barra de platino e iridio.
Cabe aclarar que todos estos ajustes al metro se han hecho mejorando la
estabilidad del de los archivos, a pesar de que se sabe, como se mencionó arriba,
que los resultados de Méchain y Dalambre, que fueron los que definieron lo que
era el metro, no corresponde exactamente con la diezmillonésima parte del
meridiano que va del Polo Norte al Ecuador. Ahora nos dicen que desde 1983 el
metro no es la medida del cuadrante de la Tierra, sino la distancia recorrida por
Conclusiones
Hay sin duda muchos otros temas y problemas relacionados con la medición que
son dignos de reflexiones filosóficas, sobre todo cuando caemos en la cuenta de
que todavía es necesario despejarlo de premisas metafísicas que sólo han
contribuído a desorientar a los estudiosos y profesionales de la medición
planteando acertijos sin solución a un tema que de por sí es sumamente
complejo.
En este pequeño ensayo nos dedicamos a criticar la postura realista que
sostiene que el mundo tiene medidas. Idea que, como vimos, conlleva la creencia
de que es competencia del metrólogo descubrirlas y ajustar poco a poco sus
instrumentos de medición hasta supuestamente lograrlo. Pero la misma
metafísca que promueve esta creencia, reconoce que esa es una empresa
imposible, por lo que de aquí no salen más que enredos y complicaciones que no
se pueden resolver. Por eso en este trabajo se optó por partir de la premisa
contraria, es decir, asumimos que el mundo carece de medidas y que la única
herramienta real con la que contamos para medirlo refiere a nuestras unidades de
medida.
Las ventajas que obtenemos desde esta perspectiva es que en nuestro caso,
por ejemplo, no aparecen enigmas irresolubles y a nuestro juicio queda mucho
Bibliografía
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‘Guide to the expression of uncertainty in measurement’ and related documents,
Joint Committee for Guides in Metrology, 2009
RECIBIDO: 30/09/2018
ACEPTADO: 15/11//2018
Abstract: The new paradigm of Cloud Computing currently identifies itself as anarcho-capitalist
political theory. Its objective is to exploit the virtual territory through digital profiling in order to
influence citizen-consumers' political preferences. The purpose of the so-called liquid democracy is
the suppression of old state techno-bureaucracies, and the promotion of new digital techno-
bureaucracies, whose operating mechanisms are even darker than the previous ones. In the name of a
brand new free of charge, automatic, and negative freedom, instead of claiming a larger public space
for exercising its practical reason and defend republican freedom, Citizenship 2.0 has granted a
mandate of private government to the owners of Cloud Computing to protect their private rights.
Keywords: Liquid Democracy, Post -Democracy, Postmodernism, Digital Profiling, Political
Marketing, Fakes News, Big Data, Algocracy, Negative Freedom, Republican Freedom, Neorealism,
Cloud Computing, Cognitive Computing.
1
Este artículo se inscribe en el proyecto de investigación Ciencia, Tecnología y Sociedad: Problemas
políticos y éticos de la computación en nube como nuevo paradigma sociotécnico coordinado por
Javier Bustamante Donas, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) en
el ámbito del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) orientada a los
Retos de la Sociedad en el Marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de
Innovación 2013-2016.
2
El NIST es una Agencia federal del Departamento de Comercio de los Estados Unidos. Dentro del
NIST, el Computer Security Resource Center (CSRC) y su Information Technology Laboratory se
encargan de los estándares de las Tecnologías de la Información, y en concreto, de cloud computing.
La definición de cloud computing está disponible en: <http://csrc.nist.gov/publications/drafts/800-
145/Draft-SP-800-145_cloud-definition.pdf>. En su última publicación de especificaciones de la
nube de mayo de 2012, Cloud Computing Sypnosis and Recommendations, ya considera a cloud
como una plataforma establecida y necesaria para las organizaciones.
3
Winner, L. (2008) “¿Tienen política los artefactos?”, en Winner, L., La ballena y el reactor, Gedisa,
Barcelona, pp. 37-54.
considere que la seguridad esté por encima del derecho a la intimidad no tendrá
ningún problema en aceptar la legitimidad de cierto grado de invasión en la
privacidad personal. El problema es que los valores políticos aquí considerados
(seguridad, control de la información de carácter personal, búsqueda de lucro,
lucha contra el crimen, defensa de la libertad y la democracia, defensa de los
derechos individuales a la vida y a la dignidad) no son valores absolutos. Es más,
ninguno de ellos representa un bien exclusivo en una sociedad liberal. Mejor que
una visión jerárquica o piramidal de estos valores políticos (del tipo: la libertad
es más importante de que la justicia social, o la seguridad nacional es más
importante que la libertad de expresión), los dilemas éticos en la sociedad
tecnológica se presentan, según Queraltó 5, como un sistema reticular, o como un
sistema de pesos y contrapesos.
El propósito de este artículo es analizar la forma social y política de actuar
del «ciudadano de la Red» (netizen, de net + citizen) que se percibe a sí mismo
como parte integrante de la Computación en Nube en la cual fluye y goza
libremente con la sensación de “participar democráticamente” en la vida socio-
política global, gracias sobre todo al uso de las redes sociales. En efecto, los
movimientos de indignación populares y los partidos líquidos, nacidos en
contacto constante con las tecnologías computacionales, son movimientos de
masas que se han dado cuenta de que pueden dar voz a sus ideas, puesto que la
libertad de expresión es uno de los eslóganes con los cuales promueven los flujos
constantes de información necesarios para la expansión de la Red. La antigua
virtud de la panresía (del griego pan, «todo», y rhema, «lo dicho») se convierte
así en un imperativo categórico que prescribe exhibir las propias razones
viscerales online, lo cual amplifica el sentido de igualdad e identidad entre los
ciudadanos de la Red que están muy a gusto poniéndose la máscara del
conspirador inglés Guy Fawkes en lugar de cultivar sus identidades y
personalidades multidimensionales. El objeto principal de esta mayoría
indignada es la supresión de las tecno-burocracias estatales, percibidas como
establishments corruptos, clientelares, fuertes con los débiles (los ciudadanos) y
débiles con los fuertes (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo
Monetario Internacional, etc.). Lo paradójico es que estos movimientos quieren
eliminar estas viejas tecno-burocracias estatales apoyándose en las nuevas tecno-
burocracias digitales, cuyos mecanismos de funcionamientos son más oscuros
que los precedentes. La misma Red se convierte así en una especie de meta-
narración ideológica y omnicomprensiva porque pretende resolver, pero lo hace
5
Queraltó, R. (2008), La Estrategia de Ulises o Ética para una Sociedad Tecnológica, Madrid-
Sevilla: CICTES-Doss. Ed.
6
Queraltó, R. (2000), El caballo de Troya al revés: diseño de una estrategia ética en la sociedad
tecnológica, [en De Mora, Ibarra, Pérez Sedeño y Sánchez Balmaseda, coord.: Actas del III Congreso
de la Sociedad de Lógica, Metodología y Filosofía de la Ciencia en España, San Sebastián,
Universidad del País Vasco, 2000] págs. 301-308.
democrática, además, ninguna magistratura política era vitalicia sino más bien de
corta duración (un año como media), y es por eso que el 70% de los ciudadanos
atenienses con más de treinta años terminaba siendo designado por sorteo
buleutas. Ahora bien, podemos escribir la historia de la palabra democracia
empezando por la antigua Grecia, o tal vez, podemos escribir una historia de
aquellos procedimientos igualitarios para la creación del consenso que fueron
definidos como democráticos en Atenas. Normalmente, damos por descontado
que los dos significados se refieren a lo mismo porque el sentido común nos
indica que la democracia, así como la filosofía, fueron inventadas en la antigua
Grecia. Sin embargo, comunidades igualitarias han existido siempre a lo largo de
la historia humana, y todas utilizaban procedimientos específicos para deliberar
sobre los asuntos más relevantes de la ciudad. Sen, 7 por ejemplo, sostiene que la
tradición intelectual occidental en su conjunto se resiste a reconocer como
democracia cualquier cosa que así podría definirse en otras civilizaciones, como
la india, la china o la mesopotámica. La razón principal radica en que en aquellos
procedimientos asamblearios muy raramente se hacía uso del voto, y casi
invariablemente los individuos deliberaban a través de la discusión pública y la
búsqueda del consenso. Un procedimiento consensual no tiene nada a que ver
con un debate parlamentario y no se parece nada a una votación. Se trata, más
bien, de un proceso de mediación y de síntesis, cuyo fin es el de tomar unas
decisiones que nadie puede rechazar razonablemente, lo cual implica el disenso.
Sen sintetiza esta cuestión afirmando que podemos distinguir dos visiones de la
democracia: por un lado tenemos una «concepción institucional» (formal) de la
democracia vista ante todo como «sistema electoral», como elecciones y votos;
según esta visión, las elecciones políticas abiertas, libres y equitativas
constituyen la esencia de la democracia. Por el otro lado tenemos una
«concepción real» (sustancial) de la democracia vista como «el gobierno por
discusión» o el ejercicio del razonamiento público. Según esta visión, la esencia
de la democracia deliberativa radica en la misma idea de deliberación: vivimos
en una democracia cuando los ciudadanos deliberamos, intercambiamos
opiniones y debatimos nuestras razones a favor de cuestiones políticas públicas.
De tal manera que según esta visión las cuestiones centrales para una
comprensión amplia de la democracia son la participación política, el dialogo y
la interacción pública.
Es necesario, por tanto, preguntarse qué espacio tenemos hoy en día para la
realización de una democracia sustancial en la Computación en Nube a través del
7
Sen, A. (2010), La idea de la justicia, Madrid: Taurus.
8
Vestri, G. (2015), “¿La Democracia Líquida como alternativa a la política clásica? Un estudio
contextual”, Estudios de Deusto, Vol.63, No. 1, pág. 410.
12
La Plataforma digital Rousseau: https://rousseau.movimento5stelle.it/rousseau.php.
13
Bobbio, N. (2005), El futuro de la democracia, México: Fondo de Cultura Económica, Págs. 60-
61.
14
Castoriadis, C. (2007), Democracia y Relativismo: debate con el MAUSS (Mouvement Anti-
Utilitariste dans les Sciences Sociales), Madrid: Trotta.
15
La ley de hierro de la oligarquía es el instrumento que sostiene lo que en Italia se denomina
partidocracia, y se basa en los siguientes hechos: los gobernantes no son verdaderos delegados de la
soberanía de los ciudadanos, sino representantes desvinculados de sus representados. Dichos
representantes son elegidos con métodos establecidos por ellos mismos. Las elecciones se hacen de
una lista cerrada de candidatos, cuyo listado, a su vez, es exclusivo para grupos registrados por sí
mismos como partidos políticos. Una vez instaurados como representantes, se amplían las reglas de
su oligarquía: el clientelismo, el patrimonialismo y el corporativismo. Véase: Michels, R.: 1962
[1910]). Political Parties. A Sociological Study of the Oligarchical Tendencies of Modern
Democracy, USA: Library of Congress. Transaction Publishers. New Jersey.
16
Constant, B. (2002), Sobre la libertad de los antiguos en comparación con la de los modernos,
Madrid: Tecnos.
17
Berlin, I. (2010), Dos conceptos de libertad, Madrid: Alianza Editorial.
18
Bobbio, N. (1986), Liberalismo e Democrazia, Milano: Franco Angeli.
19
Viroli, M. (1994), Dalla política alla ragion di Stato, Milano: Donzelli.
20
Salamone, M.A. (2006), “La idea del contrato social en M. Salamone de Alberteschi. Sus vínculos
con la Escuela de Salamanca y el Constitucionalismo inglés”, Madrid, Universidad Complutense.
“La doctrina política del contractualismo en M. Salamone y la Escuela de Salamanca” en Ciencia e
investigación en la sociedad actual, Salamanca: Editorial San Esteban, 2010; “De las primeras Cartas
de derechos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos” en Los derechos humanos en su
origen. La República dominicana y Antón Montesinos, Salamanca: Editorial San Esteban, 2011.
21
Rousseau, J. (1979), El contrato social, en Escritos de combate, Madrid: Alfaguara, pág. 432.
Ahora bien, en los últimos cincuenta años y de manera más evidente tras la
ruptura del orden mundial establecido por la Guerra Fría (1989), una crisis
sistémica parece afligir la democracia representativa (proceso de des-
democratización) y la misma idea de Estado de Derecho liberal-republicano
(proceso des-estatización). Tres son los factores interconectados de esta crisis
sistémica de la democracia, que afectan a las tres dimensiones (política,
institucional y jurídica) en que se articula la democracia constitucional:
Dimensión política. El primer factor de crisis lo constituye la personalización
y verticalización de la representación política, es decir la falta de representación
política de los intereses de las minorías. En casi todos los estados
democráticamente avanzados, hemos asistido a lo largo de estos últimos
veinticinco años a un reforzamiento del poder ejecutivo, con la consiguiente
pérdida de autoridad de los Parlamentos. La representación política, debido a la
22
Gómez Adanero, M. (2013), Filosofía del Derecho, Madrid: UNED.
23
Kelsen, H. (2011), Teoría pura del derecho, Madrid: Trotta.
24
Crouch, C. (2009), Postdemocrazia. Bari: Laterza.
relación con los nuevos poderes transnacionales, públicos o privados, que han
depuesto a los viejos poderes estatales, o se han sustraído a su acción de
gobierno y de control; 2) una regresión neo-absolutista y anarco-capitalista por
parte de las grandes Estados centrales, como de los grandes poderes económicos
mundiales, que se manifiesta política y económicamente bajo el pabellón de la
ley del más fuerte: por un lado, en el deterioro de la ONU como garante de la
paz, acompañado del renovado recurso a la guerra para solucionar los problemas
y las controversias internacionales; por otro lado, en la ausencia de reglas,
reivindicada abiertamente por el anarco-capitalismo actual como una especie de
grundnorm del nuevo orden económico internacional. La globalización misma de
la economía puede ser identificada, en el plano jurídico, con esta ausencia de
derecho público internacional adecuado para someter a los grandes poderes
económicos transnacionales: no se trata de una ausencia de derecho, sino de un
vacío de derecho público colmado, inevitablemente, en su totalidad por el
derecho privado que se convierte, inexorablemente, en la ley del más fuerte. Es,
por lo tanto, la falta de una esfera pública internacional capacitada para
enfrentarse a los nuevos poderes súper-estatales, el auténtico, colosal problema
derivado de la crisis del Estado de Derecho. Ahora bien, la respuesta a la crisis
legal y jurídica que aflige a la democracia, y que está poniendo en juego todas las
conquistas políticas de la modernidad, está siendo principalmente filosófica 25 ya
que – ¡por fin! – se han impugnado los dos dogmas fundamentales del
pensamiento filosófico posmoderno: «que toda la realidad sea socialmente
construida e infinitamente manipulable»26, y «que la verdad sea una noción inútil
porque la solidaridad es más importante que la objetividad». 27 En efecto, y
coherentemente con sus presupuestos epistemológicos y ontológicos –en el
Posmodernismo maquiavélico encontramos el antirrealismo metafísico, la
subjetividad epistemológica, el posicionamiento de los sentimientos en la raíz de
todas las cuestiones de valores, el consecuente relativismo, tanto del
conocimiento cuanto de los valores, y la consiguiente desvaluación o desprecio
del emprendimiento científico –, el postulado posmoderno del «no hay hechos,
sólo interpretaciones» ha desenmascarado finalmente su auténtico significado:
«la razón del más fuerte siempre es la mejor». 28 Ha llegado el momento de pasar
página definitivamente, si queremos poner remedio al daño procurado por la
25
Ferraris, M. (2012), Manifesto del nuovo realismo. Bari: Laterza.
26
Berger, Peter L.; Luckmann, Thomas (1986), La construcción social de la realidad. Buenos Aires:
Amorrortu.
27
Rorty, R. (1996), Contingencia, ironía y solidaridad, Barcelona: Paidós.
28
Hicks, S. (2014), Explicando el Posmodernismo, la crisis del socialismo, Buenos Aires:
Barbarroja.
29
Pariser, Eli (2011), The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding from You, Nueva York: Penguin
de filtros, en efecto, depende de cada cual, de lo que cada uno haga y de donde
cada uno viva. El aspecto positivo de la personalización de la información –
afirman sus partidarios – es que muestra la visión de un mundo hecho a medida
que se ajusta a nosotros a la perfección: una situación en la que la información,
ideas o creencias son amplificadas por transmisión y repetición en un sistema
«cerrado» de mónadas de Leibniz. Sin embargo, precisamente este aspecto de la
personalización de la información donde las visiones diferentes o competidoras
son censuradas o prohibidas nos impide conocer otras ideas, otras formas de
pensar, que pueden enriquecer nuestro conocimiento del mundo e incluso
estimular nuestra creatividad, al poder acceder a disciplinas que en principio nos
son ajenas.
Desde el punto de vista de la razón práctica, además, el problema de la
burbujas de filtros radica en que los algoritmos que filtran y personalizan la
información en la Computación en Nube todavía no tienen incorporados los
principios éticos que tienen los editores de los periódicos y de los libros, así
como no tienen incorporados responsabilidades cívicas y políticas, ni están
diseñados para ofrecer a los ciudadanos de la Red un buen flujo de información
contrastada, y menos aún de conocimiento científico. Asimismo, la
personalización de la información no es un regalo desinteresado que recibimos;
los gigantes de internet ganan su dinero a través de la publicidad y, por lo tanto,
hay un acuerdo con los usuarios: tú obtienes este producto que cuesta miles de
millones de dólares poner en marcha, y en cambio, nosotros vendemos tus
perfiles digitales a los anunciantes para que te envíen publicidad a medida. Es
decir, a cambio del servicio de filtrado, de nuestra cómoda burbuja, cedemos a
las grandes empresas un ingente volumen de datos relativos a nuestra vida
cotidiana. Curiosamente, gran parte de la misma no se la confiaríamos ni a
nuestros mejores amigos. El punto es que estos datos son un verdadero tesoro en
los tiempos del micro-targeting, que es aquella técnica que se encuentra a medio
camino entre el marketing digital y las nieblas de la persuasión oculta: si yo sé lo
que te gusta, lo que odias, lo que te une a otras personas, cuánto influye tu juicio
sobre ellas y cuánto te afectan algunos temas, estoy en las condiciones de
ofrecerte contenidos ad hoc dándote la sensación de que eres tú el que los eliges.
Mientras que es verdadero exactamente lo contrario. Y ya es un hecho que estas
empresas digitales explotan cada vez más y mejor nuestros datos para hacer no
solamente marketing publicitario sino también marketing político, como quedó
patente en el escándalo «Data-Gate» – descubierto por The New York
Times y The Observer – concerniente la empresa Cambridge Analytica que
Press.
30
Ippolita (2013), Nell’acquario di Facebook. La resistibile ascesa dell’anarco-captalismo. Bari:
Laterza.
31
Agamben, G. (2008), Stato di eccezione, Torino: Bollati Boringhieri.
32
Augé, M. (2005), Los no lugares: espacio del anonimato. Una antropología de la sobremoderniad.
Barcelona: Gedisa.
33
Arendt, H. (1987), Los orígenes del totalitarismo, Madrid: Alianza, pág. 608.
34
Macpherson, C. B. (1982), La democracia liberal y su época, Madrid: Alianza Editorial, pág. 116.
metabuscador como Google para obtener los resultados más relevantes filtrados
por los algoritmos personalizados, podamos – con la ayuda de asistentes
cognitivos – plantear una pregunta a la máquina cognitiva, con el fin de que
procese la información en función de lo que haya aprendido en su lectura de
millones y millones de documentos y sensores, y nos ofreciera finalmente su
respuesta o recomendación. La revolución de la computación cognitiva podría
promover un cambio radical en la forma en que accedemos a la información y al
conocimiento científico, y en la manera de afrontar ética y racionalmente los
asuntos públicos y la toma de decisiones democráticas sobre ellos.
Volvemos a repetir, pues, con Bustamante, la idea que expusimos al principio
del artículo, es decir que “las tecnologías, igual que las leyes, son formas de
vida: regulan la manera de entender el trabajo, el ocio, la participación política,
y casi cualquier aspecto de la vida social que podamos imaginar”; de tal manera
que si conseguimos cambiar las tecnologías, o los fines para los cuales se
implementan las aplicaciones de las máquinas digitales, la gran oportunidad
histórica que tendrá la Ciudadanía 3.0 será la de participar en el debate sobre los
asuntos públicos que afectan a la libertad y la justicia de la «res publica global»
– la pobreza, la biodiversidad, la salud, el calentamiento global, la escasez
energética, el terrorismo, las pandemias, la seguridad, la lucha contra el crimen,
la bioética, etc. – de manera inteligente, informada y responsable. En efecto, la
excelencia política depende de saber generar las ideas más verdaderas sobre el
bien común y elegir la política pública correspondiente; a su vez, esas ideas y
elecciones dependen de la movilización del conocimiento al ámbito político. En
definitiva, se trataría de utilizar las maquinas cognitivas para reunir información
y conocimiento para el entendimiento de los complejos asuntos públicos. De esta
forma, el ejercicio de nuestra razón práctica y de nuestra libertad republicana,
estarían basados finalmente en hechos verificables y sustentados por evidencias
recogidos mediante el método científico, así como en la elaboración de nuevos
conocimientos y en un sistema jerárquico de valores éticos universales, en lugar
de hacerlos depender de nuestros instintos o sentimientos, de nuestras
interpretaciones inciertas, de las representaciones ideológicas del mundo, del
construccionismo social o, – como ocurre más a menudo hoy en día – de los
intereses económicos de los dueños digitales de la Red en comunión con la
voluntad política absolutista de los dueños analógicos.
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ALEJANDRO LOZANO
Alejandro.lm1804@gmail.com
Universidad de Salamanca
RECIBIDO: 15/11/2018
ACEPTADO: 01/12/2018
Resumen: Este artículo propone una aproximación a la figura del cíborg desde el punto de vista de la
estética tecnológica. En primer lugar, llevaremos a cabo una genealogía del concepto deteniéndonos
en los fenómenos culturales e intelectuales del siglo XX en los que surge y se despliega: las filosofías
de la vida, la cibernética y la cibercultura. A continuación, pondremos de relieve una serie de
problemas a los que deben dar respuesta las teorías que se inspiran en el cíborg para articular
modelos de emancipación y convivencia en el contexto de las sociedades de las nuevas tecnologías.
Palabras clave: Cyborg, cibercultura, estética, cibernética, nuevas tecnologías.
Abstract: This article examines the aesthetics of cyborg. First, we focus on a series of
cultural movements and intellectual trends that are key to understand the idea of a cyborg as we know
it today: philosophies of life, cybernetics and cyberculture. Then, we highlight problems and
challenges that remain unanswered and must be faced by any model of emancipation and community
in the technological era based on cyborg philosophies.
Keywords: Cyborg, cyberculture, aesthetics, cybernetics, new technologies.
Introducción
La pregunta por las relaciones entre cuerpo y tecnología es una de las cuestiones
que con más insistencia reclama nuestra atención desde finales del siglo pasado.
El desarrollo que han experimentado en las últimas cuatro décadas áreas como la
biotecnología y las telecomunicaciones repercute indudablemente en los entornos
que habitamos y en nosotros como organismos vivos. ¿Bajo qué prisma pensar la
naturaleza de estas transformaciones? La innumerable cantidad de respuestas
articuladas desde ámbitos como el filosófico, el científico, el literario o
audiovisual muestra, por un lado, la pertinencia de este tema en un escenario
caracterizado por la rapidez con la que tienen lugar los procesos de desarrollo e
innovación tecnológica. Por otro, revela la necesidad de seguir articulando
propuestas que, si bien no son definitivamente satisfactorias, contribuyen a
1
Clynes, M. E. y N. S. Kline, “Cyborgs and Space”, en Astronautics (septiembre 1960), p. 26..
Disponible en https://pdfs.semanticscholar.org/4df3/9d8755c0b3e083cfaf0bfb6e3ff8afe77247.pdf
[Accedido el 5/3/2018]
2
Turner, F., From Counterculture to Cyberculture: Stewart Brand, the Whole Earth Network, and
the Rise of Digital Utopianism, Chicago: University of Chicago Press, 2006.
a la interacción entre humanos y máquinas que tenían que ofrecer una respuesta
rápida y precisa a las circunstancias cambiantes e imprevisibles del entorno, por
lo que era necesario encontrar denominadores comunes que les permitiesen
integrar entidades tan diferentes. Esta necesidad provoca el surgimiento de la
"metáfora computacional"3, imprescindible para comprender no solo los
primeros pasos de la cibernética, sino también los del cíborg: "Al imaginar a los
soldados como dispositivos que procesaban la información, Wiener y Bigelow
ofrecieron una imagen de los humanos y las máquinas como elementos
dinámicos que colaboraban en un único sistema socio-técnico fluido"4. No es
Turner, por cierto, el único que localiza en la cibernética el sustrato teórico en el
que se inspiran estéticas tecnológicas de finales de siglo XXI. En su genealogía
del ser posthumano, Katherine Hayles regresa a esta disciplina para localizar en
ella la base filosófica de la posterior separación entre materia e información que
dará lugar a importantes metamorfosis del cuerpo en la cibercultura. A su juicio,
la idea de concebir al ser humano como un sistema procesador de información
sirvió como punta de lanza para sentar las bases del dualismo
información/materia que dominó la cultura de las nuevas tecnologías de los 80 y
los 905. Guattari también observó la “perspectiva cibernética” desde un punto de
vista similar y subrayó como uno de sus efectos la cualidad de tratar a los seres
vivos como "máquinas particulares dotadas del principio de retroacción"6.
La cibernética ha de ser a su vez comprendida en el marco de las filosofías de
la vida de comienzos del siglo XX. Pensamos en el concepto husserliano de
Lebenswelt o mundo de la vida, ese suelo de experiencias sensibles inmediatas
que es previo a cualquier formalización de carácter científico 7; también nos
referimos al Ortega de Ni vitalismo ni racionalismo (1924) y El tema de nuestro
tiempo (1923), especialmente cuando señala que la tarea clave de su época
consiste precisamente en “en someter la razón a la vitalidad, localizarla dentro de
lo biológico, supeditarla a lo espontáneo […] mostrar que es la cultura, la razón,
3
El alcance de esta metáfora, entre cuyos precedentes más claros destacan la comparación de
Descartes en el Tratado de las pasiones del alma (1649) entre el cuerpo humano y un autómata o El
hombre máquina (1748) de La Mettrie, llega hasta nuestros días y ha traspasado el ámbito de los
laboratorios científicos para ejercer un fuerte influjo a nivel social.
4
Turner, F., Op. cit., p. 21.
5
Hayles, K., How we became posthuman. Virtual Bodies in Cybernetics, Literature, and Informatics,
Chicago: University of Chicago Press, 1999, pp. 50-83.
6
Guattari, F., Caosmosis, Buenos Aires: Manantial, 1996, p. 48.
7
En una de las caracterizaciones del Lebenswelt que figuran en La crisis de las ciencias europeas
(1936), Husserl indica que es “el mundo histórico concreto, con sus tradiciones y sus
representaciones variables de la naturaleza, vinculadas precisamente con las circunstancias históricas
y es, al mismo tiempo, el mundo de la experiencia sensible inmediata”. Husserl, E., La crisis de las
ciencias europeas y la fenomenología trascendental, Buenos Aires: Prometeo, pp. 39-40.
¿Cuál es el devenir del cíborg tras su formalización como tema a mediados del
siglo XX? En este punto es necesario dar un salto temporal desde el artículo que
Clynes y Kline publican a comienzos de los 60 para desplazarnos hasta los 80,
periodo en el que esta figura eclosiona definitivamente y da lugar a múltiples
estéticas. Los últimos 20 años del siglo pasado juegan un papel clave en la
configuración del imaginario tecnológico de las sociedades desarrolladas que
asisten en primicia a hitos tecnológicos como la llegada del ordenador personal o
de Internet tal y como lo conocemos en la actualidad11. En este periodo tienen
lugar también episodios clave en la historia de las biotecnologías como el inicio
en 1990 del proyecto para secuenciar el genoma humano o la creación en 1978
de insulina artificial idéntica a la que produce un ser humano 12. Los años 80
constituyen así el terreno en el que se origina lo que autores como Mark Dery 13 o
8
Ortega y Gasset, J., “El tema de nuestro tiempo”, en Obras completas, vol. 3, Madrid: Taurus, 2008,
p. 593.
9
Nietzsche, F., La genealogía de la moral, Madrid: Alianza, 1996, p. 136.
10
Molinuevo, J. L., “En los límites de la bioestética”, 2013, p. 1. Disponible en
https://app.box.com/s/26q29usska [Accedido el 5/3/2018)
11
Cf. Ceruzzi, P., A History of Modern Computing, Cambridge: The MIT Press, 2003; y Ryan, J., A
History of the Internet and the Digital Future, London: Reaktion Books, 2010.
12
Buchholz, K. y J. Collins, Concepts & Biotechnology, Weinheim, Wiley-VCH, 2010, p. 95.
13
Dery, M., Velocidad de escape. La cibercultura del fin del siglo, Madrid: Siruela, 1998.
14
Bell, D. y B. Kennedy, Cybercultures Reader, London: Routledge, 2ª edición, 2007.
15
Alonso, A. y A. Arzoz, La quinta columna digital. Antitratado comunal de hiperpolitica.
Barcelona: Gedisa, 2005, p. 67.
16
La distinción entre un cíborg pop y un cíborg académico o “de izquierdas” no tiene la pretensión de
abarcar todas las prácticas que caen bajo el paraguas del concepto cíborg. A modo de ejemplo, y
ciñéndonos exclusivamente al ámbito de la performance artística, sería difícil e incluso inadecuado
tratar de reducir a un denominador común las prácticas de Stelarc, Orlan, Marcel.lí Antúnez o Jaime
del Val, por citar algunos de los casos más relevantes. Dividir el conjunto de las estéticas cíborg en
las dos tendencias mencionadas obedece al objetivo de reproducir la perspectiva de un debate en
torno a esta figura al que regresaremos en la siguiente sección.
17
Ha sido particularmente estudiado el caso de Ghost in the shell debido a la combinación de tópicos
del género de acción con temas y pasajes filosóficos que invitan a suprimir las distinciones entre alta
y baja cultura. Para Molinuevo, una película como Ghost in the Shell “acaba captando un público
amplio y variado, ya que tiene otro ingrediente que parece reñido con el aburrimiento de, o bien sólo
la filosofía, o sólo la excesiva retórica barroca de las imágenes”. Molinuevo, J. L., La vida en tiempo
real. La crisis de las utopías digitales. Madrid: Biblioteca Nueva, 2006, p. 76.
18
Para una revisión ampliada de la figura del cíborg en las creaciones audiovisuales puede
consultarse Aguilar, T., “La construcción cinematográfica del cyborg: de Metrópolis (1926) a
Terminator (1984)”, en Debats, 81 (2003), pp. 40-49; y Aguilar, T., Cartografía de la tecnosociedad
a través del cine, Valencia: Alfonso el Magnánimo, 2012.
19
Cf. Freixas, R., “David Cronenberg. La perversión de la realidad”, en Navarro, A. J. (ed.), La
nueva carne. Una estética perversa del cuerpo, Madrid: Valdemar, 2002, pp. 291-324; y Hormigos,
M., “Nuevas especies para el panteón de lo grotesco femenino. David Cronenberg y la Nueva Carne”,
en Navarro, A. J. (ed.), La nueva carne. Una estética perversa del cuerpo, Madrid: Valdemar, 2002,
pp. 135-171.
20
Haraway, D., “Manifiesto para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del
siglo XX”, en Haraway, D., Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Madrid:
Cátedra, 1995, p. 279.
21
Ibíd., p. 311.
La ilustración de Randolph ofrece una versión del cíborg que poco tiene que
ver con las portentosas máquinas militares de Hollywood. En ella vemos a una
mujer de piel bronceada, una “humana-
máquina/artista/escritora/chamán/científica” 22 cuyas manos reposan en lo que
parece ser el teclado de un ordenador o máquina de escribir. Cada una de las
teclas se alza a su vez sobre una superficie desértica, como monolitos
emergiendo de la arena. La figura femenina observa atentamente un punto
indeterminado frente a ella. A la altura de su esternón se encuentra una placa de
aspecto metálico con un conjunto de formas rectangulares que recuerda a una
hilera de switches o interruptores. De dicha placa surgen varias líneas de
tonalidad verdosa que se bifurcan componiendo un conjunto de raíces o (quizá al
mismo tiempo) la circuitería de un microprocesador. Apoyada sobre la melena
oscura de este cíborg alternativo se encuentra la cabeza de un felino difícil de
identificar con alguna criatura conocida. Randolph dibuja la escena sobre un
fondo nocturno en el que centellea una multitud de estrellas y en cuya parte
central figura un rectángulo, un cuadro, tal vez el encerado de una pizarra o
incluso el monitor de un ordenador, que contiene diversos motivos científicos:
estudios microscópicos, galaxias, ecuaciones y una suerte de tres en raya
compuesto por los símbolos que representan el género masculino y femenino.
El Cyborg de Randolph, que se convertirá en 1991 en la portada Simians,
Cyborgs and Women, una compilación de textos de Haraway, constituye uno de
los iconos más representativos de esa estética cíborg alternativa que emergía al
albur de los debates tecnofeministas de la cibercultura. El sincretismo de la
imagen, la reunión de motivos que parecían irreconciliables desde posiciones
dualistas (tecnología y naturaleza, humano y máquina, arte y ciencia), sintetizan
la voluntad integradora del ser híbrido e indeterminado que se propone como
fuente de inspiración para pensar y diseñar al sujeto del siglo XXI. Y es que,
como explica Broncano a propósito de la idea del cíborg como resistencia, en
este contexto nos encontramos ante "una nueva serie de figuras o metáforas que
intentan paliar el daño de la dicotomía entre lo natural y lo artificial" 23. Desde
este enfoque, el cíborg sería un caso paradigmático de ser que lleva una
existencia fronteriza, no perteneciente a una categoría o grupo específico.
22
Randolph, L., “Modest Witnesses: A Painter’s Collaboration with Donna Haraway”, p. 4.
Disponible en: https://companionrandolph.blogspot.com.es/ [Accedido el 5/3/2018]
23
Broncano, F., La melancolía del cíborg, Barcelona: Herder, 2009, p. 42.
24
Hables Gray, C., “Homo Ciborg: Cincuenta años después”. En Teknokultura. Revista de Cultura
Digital y Movimientos Sociales, 8, 1 (2011), pp. 83-104.
25
Sobchack, V., Carnal Thoughts: Embodiment and Moving Image Culture, Berkeley: University of
California Press, 2004, p. 207.
26
Coyne, R., Technoromanticism: Digital Narrative, Holism, and the Romance of the Real,
Cambridge: The MIT Press, 1999.
27
Haraway, D., op. cit., p. 254.
un imaginario social saturado por las múltiples versiones del segundo. Aguilar,
tras una lectura exhaustiva y atenta del manifiesto de Haraway, advierte que “el
cyborg uniformado consumista existe, como bien exhibe el imaginario
cinematográfico estadounidense en su construcción del cyborg con un claro
sesgo machista”28. Realizando la misma distinción, Squires afirma que
Otra afirmación problemática acerca del cíborg sostiene que carece de un relato
de origen. Este tipo de cíborg, vuelto siempre hacia el presente y el porvenir, no
entronca con ningún relato esencialista que defina su esencia y lo vincule a un
pasado o a una tradición condicionante. Esta es la clave desde la que hay que
interpretar la preferencia de Haraway por esta figura en lugar de la de una diosa.
Desde estas coordenadas, el cíborg aparece como una forma de vida fluida y
completamente abierta a la incorporación de nuevos atributos y determinaciones.
Broncano lo explica de manera excelente cuando dibuja a esta figura como una
criatura “desarraigada”. Bajo este prisma nos encontramos ante híbridos que son
siempre extranjeros en el mundo: “Su desarraigo es tan complejo que la nostalgia
se transfigura en distancia y en identidad desarraigada […] Su existencia
protésica les hace saber de su extrañeza en el mundo y esa extrañeza es el origen
de la melancolía”30. Por ello cabe hablar de una “melancolía del cíborg”.
La ausencia de una identidad fuerte es sin duda una de las claves que
permiten articular un proyecto de vida en común basado en esta forma de vida
tecnificada, especialmente en una coyuntura en la que las narrativas
fundamentalistas han dejado de ser operativas para la articulación de
comunidades heterogéneas y con múltiples trasfondos sociales y culturales. La
principal dificultad de este planteamiento aplicado al caso del cíborg estriba en
que en las estéticas tecnológicas más populares sí hay un relato de origen. Los
cíborgs de la ciencia ficción de los 80 en adelante tienen en común el haber
surgido como resultado de un accidente fatal. De este modo, su capacidad para
integrar las dicotomías del pensamiento occidental se enfrenta a un origen
doloroso que invita a dudar que la fusión sugerida entre naturaleza y técnica sea
lo más apropiado. RoboCop (Paul Verhoeven, 1987), uno de los cíborgs
28
Aguilar, T., El status del cuerpo en Occidente. Tesis doctoral. Madrid: UNED, 2006, p. 243.
29
Squires, D., “Fabulous Feminist Futures and the Lure of Cyberculture”, en Bell, D. y B. Kennedy
(eds.), op. cit.., p. 369.
30
Broncano, F., op. cit.., p. 24.
31
En 1986, Tom Maddox escribía Ojos de Serpiente, un relato breve que Bruce Sterling recogió en
Mirrorshades, la más influyente compilación de textos cyberpunk. El protagonista de esta historia es
George, un ex soldado de los Estados Unidos que comienza a sufrir alucinaciones debido a lo que él
llama “la serpiente”, un implante que le inocularon durante su estancia en el ejército y que interfiere
con varias capas de su cerebro, conversa con él y le induce a actuar contra su voluntad. Lo interesante
Conclusiones
mantienen graves conflictos con su identidad personal y hacen valer la ley por
medio del despliegue violento de sus facultades ampliadas; esta es la perspectiva
que parece dominar el centro del imaginario de las sociedades de las nuevas
tecnologías. Lejos de inspirar la posibilidad de una comunidad abierta a la
integración de diferencias y a la acogida de alternativas, este modelo viene
acompañado de paisajes urbanos en ruinas, modelos de convivencia fallidos y
sistemas en los que impera la fuerza bruta y el derecho del más fuerte.
En resumen, el cíborg es una idea repleta de historia y dotada de múltiples
connotaciones estéticas. Su inclusión en todo modelo de emancipación y
convivencia ha de reconocer y dar respuesta a una serie de problemas que surgen
como consecuencia de la complejidad que entraña esta figura. En este sentido, es
necesario poner de relieve la paradoja existente en torno a su origen: ¿es posible
conciliar una forma de identidad no esencialista con los relatos que desde la
ficción subrayan el surgimiento doloroso de esta figura? Esta pregunta invita a
asumir asimismo la abrumadora presencia de esos otros cíborgs que protagonizan
las distopías tecnológicas desde finales del siglo XX hasta la actualidad. No
creemos que haya que plantear este conflicto como una batalla cultural de la que
solo ha de salir un vencedor. Puede dar frutos más jugosos el asimilar que las
máquinas de destrucción atormentadas por el origen traumático de su nueva
identidad ponen sobre la mesa dudas e inquietudes que todavía no han recibido
una respuesta satisfactoria.
Referencias
1960). Disponible en
https://pdfs.semanticscholar.org/4df3/9d8755c0b3e083cfaf0bfb6e3ff8afe77247.p
df [Accedido el 5/3/2018]
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the Real, Cambridge: The MIT Press, 1999
Dery, M., Velocidad de escape. La cibercultura del fin del siglo, Madrid: Siruela,
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Hables Gray, C., “Homo Cíborg: Cincuenta años después”. En Teknokultura.
Revista de Cultura Digital y Movimientos Sociales, 8, 1 (2011), pp. 83-104
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Molinuevo, J. L., “En los límites de la bioestética”, 2013, p. 1. Disponible en
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― La vida en tiempo real. La crisis de las utopías digitales. Madrid:
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Nietzsche, F., La genealogía de la moral, Madrid: Alianza, 1996, p. 136.
Ortega y Gasset, J., “El tema de nuestro tiempo”, en Obras completas, vol. 3,
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Haraway”, p. 4. Disponible en: https://companionrandolph.blogspot.com.es/
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Ryan, J., A History of the Internet and the Digital Future, London: Reaktion
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Sobchack, V., Carnal Thoughts: Embodiment and Moving Image Culture,
Berkeley: University of California Press, 2004
Squires, D., “Fabulous Feminist Futures and the Lure of Cyberculture”, en Bell,
D. y B. Kennedy (eds.), Cybercultures Reader, London: Routledge, 2ª edición,
RECIBIDO: 03/12/2018
ACEPTADO: 20/12/2018
Resumen: El trabajo explora algunas implicaciones que se siguen de la asunción inicial de que las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación tienen impacto en las concepciones sobre la
identidad personal. Después de ofrecer un breve resumen sobre la emergencia del modelo
participativo de propaganda, defiende la tesis de que una manera efectiva de influenciar a los
votantes en la campaña presidencial de Donald Trump habría sido la segmentación de la población
con baja información utilizando los perfiles psicográficos OCEAN. Finalmente, se ofrece una
explicación de la ilusión de verdad que presentan las noticias falsas.
Palabras clave: perfiles psicográficos, población con baja información, noticias falsas, posverdad,
propaganda participativa, infoesfera, TIC.
Abstract: The paper explores some implications following from the initial assumption that
Information and Communication Technologies do have an impact on our self-conception. After
giving a summary account about the emergence of the participatory propaganda model, it claims that
an effective way to influence voters in Donald Trump´s presidential campaign would be the
sectorization of low information population on OCEAN psycographic profiles. Finally, an account is
given for the mechanisms involved in preserving the illusion of truth of fake news.
Keywords: psychographic profiles, the need for cognition scale, fake news, post-truth, participatory
propaganda model, infosphere, ICT.
1
Este trabajo ha surgido en el marco del proyecto de investigación cuatrianual “Historia Conceptual
y Crítica de la Modernidad” (FFI2017-82195-P) del Ministerio de Ciencia, Innovación y
Universidades del Gobierno de España. Deseo expresar mi agradecimiento a los revisores anónimos
por sus valiosas sugerencias; y al Prof. Marín Casanova por sus acertadas indicaciones.
Introducción
El reloj fue identificado por Mumford como uno de los avances tecnológicos que
contribuyó a la aparición del capitalismo al permitir la sincronización de las
actividades y el aumento de la cooperación entre los miembros de una sociedad
(Mumford, 1934, p. 27). Con Technics and Civilization se inauguró el debate
sobre el efecto de las nuevas tecnologías en la sociedad y su posible uso en la
2
El término “yonline” necesita su justificación. Indica la persona virtual definida por la actividad que
despliega el usuario real en la red. Naturalmente, el yonline supera al yo real en términos de la
información accesible que el yo real tiene sobre sí mismo. El yonline suministra, por ejemplo, el
historial biográfico de sus búsquedas en la red. La aplicación de los algoritmos a la actividad virtual
del usuario conforma el perfil psicográfico de la personalidad del yo real, que es utilizado por las
corporaciones de Big Data para condicionar la conducta tanto virtual y offline del yo real.
estudio señala que Facebook es la red que utilizan el 67% de la población adulta,
lo que indica que el 44% del total de la población recibe la información de
Facebook (Gottfried & Shearer, 2014, pp. 3-4).
En comparación con las fuentes habituales de información de hace dos
décadas, se constata un cambio significativo tanto en las fuentes que suministran
la información, como en la relación entre medios de comunicación y audiencia.
En 2004, la televisión constituía el principal medio que la mayoría de la
población americana utilizaba para informarse sobre la realidad política del país:
el 78% de los americanos admitía que la televisión es la fuente principal de las
noticias relativas a las campañas electorales, y el 83% reconoció que de la
televisión extraía la mayoría de la información sobre la guerra de Irak (Bocardo,
2012).
El espectador se encuentra en una posición pasiva con la televisión, se limita
meramente a consumir la realidad que emite la pantalla sin poder interactuar con
el proceso de emisión; y el proceso de emisión, salvo en las conexiones en
directo, no es en tiempo real. Dadas estas características, la propaganda política
se efectuaba con mensajes no personalizados dirigidos a sectores demográficos
de la población basados en la identificación de valores comunes o ideales
compartidos por la comunidad, o en la creación deliberada de noticias falsas que
indujeran a la audiencia a someterse a la realidad que creaban los que poseen de
facto el poder. La posibilidad de mantener un sistema de propaganda efectivo
dependía en último extremo de la interrelación entre las cadenas audiovisuales y
las corporaciones, que anunciaban sus productos a las audiencias de las cadenas
de televisión.
De hecho, los ingresos que obtienen las cadenas de televisión no provienen
de la audiencia, sino de las compañías que pagan los anuncios que emiten las
cadenas en su programación. Para las compañías anunciantes, las cadenas de
televisión es el medio que utilizan para vender los productos que fabrican a la
audiencia. En el caso de las cadenas de radio, televisión y prensa escrita, la
relación de mercado no consiste en que las grandes compañías de la
comunicación vendan sus programas a la audiencia, sino en que las cadenas de
comunicación vendan la audiencia a las corporaciones que pagan los anuncios
que se emiten en las cadenas. La dependencia de las grandes compañías de
comunicación con la venta de publicidad y los intereses de las grandes
corporaciones ha invertido la relación tradicional entre mercado y producto
(Bocardo, 2012).
El objetivo primario de los conglomerados de la comunicación es emitir
programas que generen audiencia, que, por su parte, venderán a las empresas que
quieran pagar los anuncios de sus productos. Así pues, para que el negocio de
accesible al propio yonline, sino que además puede ser utilizado por las
compañías de Big Data para influenciar la conducta del usuario en la medida en
que se convierte en un agente activo en la red.
Las tecnologías de rastreo han desarrollado nuevas herramientas que
escanean en tiempo real la actividad de los usuarios en la red, identifican su
localización, estiman sus ingresos, preferencias de consumo y hasta el estado de
salud. Se podría argumentar que las grandes compañías de rastreo digital han
desarrollado un apetito voraz por los datos, que posteriormente utilizan para
elaborar la personalidad del consumidor (Angwin & McGinty, 2010).
La idea que se encuentra detrás es que un algoritmo puede recabar una
información inimaginablemente más extensa que la identidad subjetiva que el
yonline proyecta en la red, de suerte que la identidad virtual se convierte en una
especie de super yonline que puede ejercer un poder decisivo sobre el yonline,
basado en la capacidad de predecir con una asombrosa precisión la conducta del
yonline en la red. Se ha de asumir que cuando se conoce la personalidad del
consumidor, resulta más fácil venderle el producto.
Tradicionalmente, las técnicas de encuestas se han basado en gran medida en
la posibilidad de segmentaciones (dividiendo, por ejemplo, las audiencias en
diferentes categorías como la edad, el nivel de educación, el género, las
orientaciones políticas o el nivel de ingreso) para identificar a poblaciones de
votantes. Tanto Barack Obama como Hilary Clinton se sirvieron de la
segmentación de la población en las campañas presidenciales para inclinar a los
votantes hacia sus posiciones políticas.
En contraste con las campañas de Obama y Clinton, la campaña electoral de
Trump contó con un nuevo tipo de segmentación, que fue desarrollado por la
empresa Cambridge Analytica. El algoritmo que desarrolló Cambridge Analytica
se basa en la asunción de que la personalidad impulsa a que los individuos se
comporten de una determinada manera, y la manera de comportarnos influencia
la elección en el voto. Bajo esta premisa, si la idea es condicionar de una manera
efectiva la elección del voto, es necesario en primer lugar ajustar el mensaje a los
tipos de personalidad; y para ajustar el mensaje a los tipos de personalidad se
requiere una cierta clasificación de las tendencias psicológicas en cuyos términos
se define la psicografía de una población.
Hasta ahora se han empleado dos modelos de personalidad. El primero es el
OCEAN, un acrónimo inglés que responde a las iniciales de Opennes (apertura
hacia nuevas experiencias), Conscientiousness (indica la preferencia hacia el
orden y los hábitos), Extraversion (mide el grado de sociabilidad de una
persona), Agreeableness (la capacidad empática que muestran las personas en
del yonline que proyecta en la red el usuario de Facebook, cada yonline puede
recibir un anuncio personalizado con el objeto de inducir la conducta e incitarle a
actuar de una cierta manera.
El segundo modelo, denominado la escala de necesidad cognitiva TNCS
(The need for cognition scale), se puede aplicar a los datos personales para
evaluar la importancia relativa del pensamiento racional frente a las actitudes
emocionales de los individuos en los procesos de decisión (Cacioppo & Petty,
1982). La TNCS es un algoritmo efectivo para condicionar el voto del sector de
la población que muestra una necesidad cognitiva más alta, y que justifica sus
preferencias políticas en términos heurísticos, ante el esfuerzo que les supone
organizar la información y determinar la decisión con criterios más racionales.
Es plausible asumir que los dos factores estén relacionados: la población que no
dedica mucho tiempo a pensar sobre problemas políticos tampoco parece que
esté bien informada sobre la política; viceversa, la falta de información sobre la
política lleva a cierto segmento de la población a no preocuparse demasiado de
los problemas políticos.
Un estudio reciente basado en los datos de 2016 de la American National
Election Studies Pilot, examinó las relaciones entre la necesidad cognitiva de los
individuos, su nivel de conocimiento político y el apoyo a Donald Trump. Para
medir la necesidad cognitiva, se preguntó a una muestra de 1200 sujetos de raza
blanca si estaban o no de acuerdo con los enunciados “Pensar no es mi idea de
diversión” y “Haría algo que requiera pensar poco antes que algo que desafíe mis
habilidades mentales”. Con el fin de extraer la información que los encuestados
tenían del gobierno se les preguntó sobre el tiempo que dura la legislatura de un
senador y a qué área dedica menos dinero el gobierno. El resultado de ambas
medidas se relacionaron mediante un algoritmo con el número de votantes de
raza blanca que apoyaban a Donald Trump en términos del apoyo relativo a
Hillary Clinton (Fording & Schram, 2017, p. 676).
El trabajo presentaba dos hallazgos significativos. Primero, que las personas
que carecían de necesidad cognitiva (es decir, las que ignoraban las respuestas
sobre el gobierno) evaluaban a Trump 20 puntos por encima de Clinton, mientras
que aquellos que expresaban más necesidad cognitiva evaluaban a los candidatos
aproximadamente de la misma manera (Fording & Schram, 2017, p. 677). Y
segundo que:
el efecto del conocimiento político y la necesidad de cognición puede afectar al apoyo de Trump
en relación con el interés sobre la economía y las actitudes hacia los musulmanes, afro-
americanos e inmigrantes. Lo que sugiere que los votantes que tienen un conocimiento menor
sobre política pueden verse atraídos por Trump por esas razones, lo que explicaría también por
qué siguen prestando su apoyo incluso a la vista de tantas falsedades” (Fording & Schram, 2017,
p. 681)
(a) la volatilidad del mensaje; una información (ya sea real o falsa) tiene
una media de vida de tan sólo unas cuantas horas, que no supera más de las
30 horas (Bessi, Coletto, Davidescu, Scala, Caldarelli, & Quattrociocchi,
2015).
(b) el 59% de los enlaces (links) en las redes sociales no son abiertos por
los usuarios, o lo que viene a ser lo mismo, más de la mitad de los usuarios
de redes sociales propagan las noticias sin molestarse siquiera en leerlas
(Gabielkov, Ramachandran, Chaintreau, & Legout, 2016).
(c) la importancia de una noticia, lo que la convierte en viral en la red, no
viene definida por su contenido, sino por él número de usuarios que la
comparten, y en consecuencia, la posibilidad de que las noticias falsas
definan una realidad virtual ficticia que es asumida como si fuera real por los
usuarios, depende en gran parte de los mecanismos de impacto que operan en
la red.
Surge pues una cuestión interesante que podría ayudar a identificar los
mecanismos que expliquen el eco de las noticias en la red: si los individuos
desconocen el contenido de la noticia que es propagada en la red: ¿qué les
impulsa a compartir la noticia?
Una posible respuesta consistiría en averiguar si la tendencia a compartir las
noticias está condicionada por el análisis de los datos de personalidad que
realizan las compañías de Big Data. La hipótesis podría revelar los mecanismos
que expliquen en parte el eco de las noticias virales de la red en términos de la
habilidad de situar noticias buscando una reacción específica dentro de una
determinada segmentación psicográfica establecida con el fin de cambiar la
orientación de los votos. Considerando “el desproporcionado (y sin precedente)
número de votantes con baja información que Trump atrajo a su campaña” se
podría asumir que:
esos votantes estén probablemente más dispuestos a responder a apelaciones emotivas sobre
economía, inmigración, musulmanes, relaciones raciales, sexismo e incluso sobre la
hostilidad del primer presidente afro-americano de Estados Unidos, Barack Obama. Son el
electorado ideal para un candidato como Trump (Fording & Schram, 2017).
Dada, pues, la importancia que tuvo el sector más vulnerable a la TNCS en las
elecciones presidenciales de 2016, se presume que una manera efectiva de
influir en la conducta de los votos consistiría en la sectorización de la población
afectada por la TNCS siguiendo el modelo OCEAN de la personalidad, si
hubiera alguna manera de elaborar perfiles de personalidad basados en el
consumo de noticias que revelen la personalidad de los votantes con baja
información.
Tanto la burbuja del filtro como las cámaras de eco son resultados del
funcionamiento de las tecnologías digitales, y en particular de la habilidad
asociada a los algoritmos para predecir la conducta del yonline en base a su
actividad en la red. Las huellas de sus búsquedas incorporadas a un algoritmo
sirven de refuerzo para mantener la identidad del yonline:
que con tan solo una exposición se incrementaba las percepciones siguientes de
veracidad (accuracy), tanto en la misma sesión como una semana después.
En base a este resultado, concluyeron que “el efecto ilusorio de verdad” que
produce las cabeceras de las noticias falsas tiende a mantenerse:
(i) incluso en aquellas noticias que sean difícilmente creíbles, o
(ii) cuando las narraciones de las noticias falsas son cuestionadas por
aquellos que verifican su falsedad, o
(iii) en el caso en que sean inconsistentes con la ideología política del
usuario.
La conclusión parece sugerir que “las plataformas de redes sociales ayudan a
incubar las creencias en las historias de las noticias falsas, y que etiquetar a tales
noticias como disputadas no es una solución efectiva al problema” (Pennycook et
al., 2018, pp. 3-4).
La resistencia que muestran las noticias falsas a ser expuestas como falsas, y
en consecuencia que su falsedad pueda alterar la visión subjetiva que se justifica
con su creencia, no parece que pueda imputarse a una cualidad subjetiva del
sujeto offline. Más bien, parece que fuera una consecuencia directa de las
propiedades cognitivas del yonline dentro del espacio virtual definido por su
propia actividad online; lo que podría tal vez sugerir que los mecanismos
digitales de percepción online sustituyen a los mecanismos sensoriales de
percepción offline, de suerte que la conciencia del yonline pueda adquirir una
nueva entidad en cuyo ámbito digital el efecto ilusorio de verdad deja de ser
ilusorio como resultado de una continuada repetición en las redes sociales. En
términos ideológicos, la propagación de noticias falsas fue uno de los factores
que pudo haber influido en la elección de Donald Trump. Un estudio de la
Universidad de New York reconocía:
podemos confirmar que las noticias falsas fueron ampliamente compartidas y tienen un
fuerte sesgo a favor de Donald Trump. Nuestra base de datos contiene 115 historias falsas a
favor de Trump que fueron compartidas en Facebook un total de 30 millones de veces”
(Allcott & Gentzkow, 2017).
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index.comunicación: Revista científica en el ámbito de la Comunicación
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SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA /
REVIEWS
marco holista (donde valores exter- que se desarrolla, y donde los valo-
nos pueden convertirse en internos). res internos (entusiasmo, eficacia,
Una vez establecido este marco, eficiencia), considerados habitual-
González expone una perspectiva mente como neutrales, también son
axiológica en tres niveles: general, dependientes moralmente de los
en que se sitúan valores que pueden fines que se plantean (seguridad,
aparecer en cualquier forma de salud). Estos últimos, junto con la
tecnología; específico, el de las sostenibilidad, la justicia y la de-
diferentes ramas ingenieriles (in- mocracia, son valores externos
dustrial, aeronáutica, etc.) y, por destacados que, a su vez, podría
último, el vinculado a los agentes decirse que son instrumentales para
(principalmente, ingenieros). En alcanzar el bienestar humano. En
consonancia, propone un marco este punto, no obstante, van de Poel
teórico para una ética de la tecnolo- deja claro que no son meros me-
gía, enfatizando el carácter univer- dios, sino que son constitutivos del
sal de los valores éticos frente a la valor más elevado que se pretende
particularidad de los valores mora- obtener, y aboga por su articulación
les, que dependen de normas socia- en códigos ingenieriles.
les. Debido al especial interés que
Ibo van de Poel despliega un reciben las tecnologías de la infor-
panorama general de valores en mación y la comunicación (TIC), en
ingeniería (Capítulo 2). Propone el capítulo 3 Paula Neira enfoca la
una clasificación de valores que evaluación de los propósitos, proce-
distingue entre valores «intrínse- sos y resultados de aquellas. Proce-
cos» y «extrínsecos», por un lado, y de a ello mediante un examen de
entre valores «finales» e «instru- ciertos valores internos que desem-
mentales», por otro. A partir de peñan un papel importante, con una
ello, critica la tesis de que la tecno- presencia de datos e informes que
logía es neutral respecto a los valo- apoyan su análisis y con frecuentes
res: los artefactos tecnológicos no alusiones al caso de Internet. Es el
pueden estar cargados solo de valor caso de (i) la accesibilidad, donde
instrumental, sino también de valor Neira subraya la facilidad (física y
final. En este punto, van de Poel cognitiva) de entrada en la Web por
sostiene que la profesión de inge- parte de los usuarios. A mayor
niero está cargada de valores, pues simplicidad, mayor número de
identifica valores internos y exter- usuarios, una observación que cobra
nos, donde estos últimos muestran relevancia en un contexto económi-
claramente la interacción de la co. Un segundo valor es (ii) la ver-
ingeniería con el marco social en satilidad, que tiene una repercusión
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