Economía Del Continente Asiático
Economía Del Continente Asiático
Economía Del Continente Asiático
Economia en Asia
Economia de Asia -
Agricultura. Imagen E. Buchot
Sin embargo, hay un creciente número de excepciones. Japón ha modernizado con éxito
su economía, al igual que Israel, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y, en menor
grado, Indonesia, Malaysia, Tailandia, Turquía y los estados petrolíferos de la península
Arábiga. En general han conseguido tasas de crecimiento económico que superan el 5%
anual, un porcentaje que se aleja de sus tasas de crecimiento demográfico. En cambio,
aunque los países del suroeste de Asia han hecho progresos, la distribución de los
ingresos ha quedado más concentrada que en otros países.
En la década de 2000, el continente asiático ha pasado por una gran crisis económica,
como en el resto del mundo. Japón entró en deflación durante casi 10 años: precios más
bajos ha sido significativo. El crecimiento fue muy bajo.
China ha aumentado sus exportaciones. En 2014, la economía china comenzó a tener
dificultades con las exportaciones al resto del mundo.
Camboya, Vietnam y la India siguen creciendo a pesar de la crisis económica mundial.
En 2014, las dificultades económicas mundiales continúan a pesar de la recuperación
económica en los Estados Unidos.
La crisis financiera asiática, también llamada el "contagio asiático", fue una serie de
devaluaciones monetarias y otros eventos que se extendieron a muchos mercados
asiáticos a partir del verano de 1997. Los mercados cambiarios primero fracasaron en
Tailandia como resultado de la decisión del gobierno de ya no vincular la moneda local
al dólar estadounidense (USD). Las disminuciones de divisas se extendieron
rápidamente por todo el sur de Asia, lo que a su vez causó una baja en el mercado
bursátil , una reducción de los ingresos de importación y una agitación gubernamental.
Como resultado de la devaluación del baht de Tailandia, una gran parte de las monedas
de Asia oriental cayó hasta en un 38%. Las acciones internacionales también
disminuyeron hasta un 60%. Afortunadamente, la crisis financiera asiática se debió en
cierta medida a la intervención financiera del Fondo Monetario Internacional y del
Banco Mundial . Sin embargo, las caídas del mercado también se sintieron en los
Estados Unidos, Europa y Rusia a medida que las economías asiáticas se desplomaban.
Los mercados mundiales han fluctuado enormemente en los últimos dos años, desde el
comienzo de 2015 hasta el segundo trimestre de 2016. Esto ha provocado que la
Reserva Federal teme la posibilidad de una segunda crisis financiera asiática. Por
ejemplo, China envió una onda expansiva a través de los mercados de valores en los
Estados Unidos el 24 de agosto de 2016, cuando devaluó el yuan en relación con el
dólar. Esto causó que la economía china se desacelerara, lo que resultó en tasas de
interés internas más bajas y una gran cantidad de bonos flotantes. Las bajas tasas de
interés promulgadas por China alentaron a otros países asiáticos a disminuir sus propias
tasas de interés internas. Japón, por ejemplo, redujo sus ya de por sí bajas tasas de
interés a corto plazo a números negativos a principios de 2016. Este prolongado período
de bajas tasas de interés obligó a Japón a tomar prestadas sumas de dinero cada vez
mayores para invertir en los mercados mundiales de acciones. El yen japonés respondió
sin contratiempos aumentando su valor, encareciendo los productos japoneses y
debilitando aún más su economía. Los mercados de valores de EE. UU. Respondieron
con una caída del 11,5% del 1 de enero al 11 de febrero de 2016. Si bien los mercados
se han recuperado un 13% del 11 de febrero al 13 de abril de 2016, la Fed sigue
preocupada por la volatilidad continua en el resto de 2016. © Escrito por Emmanuel
BUCHOT y Encarta.
Afortunadamente cada vez existe mayor conciencia por parte de la población en general
acerca de que existen una serie de problemas ambientales contra los que hay que
“luchar”. En concreto, entre los problemas más graves actuales según los expertos están
los siguientes:
-Cambio climático. Para algunos especialistas en la materia, el ser humano ha
ocasionado unos daños al clima y al entorno natural tan graves que ese citado cambio ya
es irreversible. No obstante, es vital que se lleven a cabo todas las medidas que resulten
oportunas para reducirlo lo máximo posible y para que las consecuencias nefastas sean
mínimas.
-Acidificación del océano. Otro de los graves problemas ambientales actuales es que la
acidez de la superficie del océano ha aumentado de manera alarmante en los últimos dos
siglos y medio. Así, se considera que la misma ha crecido un 30%, de forma
aproximada, y eso supone un daño irreparable en las especies acuáticas, ya que dicho
fenómeno lo que hace es causar daños graves a sus esqueletos.
-Deforestación. De la misma manera, no hay que pasar por alto que es preocupante la
destrucción que se ha producido en las últimas décadas en cuanto a bosques y masas
forestales se refiere. Una situación que destruye multitud de especies vegetales, que
acaba con la riqueza medioambiental y que pone en peligro ciertos recursos naturales.