El Protoindio
El Protoindio
El Protoindio
Con una fecha de arranque que queda abierta, ya que todavía no se ha dicho la última
palabra en cuanto al momento de la llegada de los primeros hombres al continente,
este subperíodo se prolonga hasta aproximadamente 20.000 a.C. En este lapso los
inmigrantes inician su adaptación al nuevo medioambiente y se expanden por todos
los confines. Los protoindios eran básicamente buscadores de comida que cruzaron el
estrecho persiguiendo a sus presas (mamuts, antiguos bisontes, etc.) integrando
bandas de cazadores-recolectores que lentamente fueron desplazándose con rumbo
sur. Su instrumental era preferentemente fabricado en madera, hueso y piedra,
trabajando esta última mediante la talla por percusión. De esta manera produjeron
grandes choppers (hachas de mano), raspadores, martillos y herramientas 'bifaces'
que se han encontrado en las excavaciones arqueológicas en abundancia. En
Venezuela, (Jobo y Cumaré), en los Estados Unidos (Farmington, California),
aparecen sepultados por material aluvional. En Texas e Idaho (EstadosUnidos), en
Muaco (Venezuela), en Tequixquiac (México), en Pikimachay (Perú) se encuentran
asociados a restos de fauna extinta de hace 22.000 años. En Argentina, en el
Altiplano Andino y en la región Valliserrana aparecen restos semejantes.
Los protoindios integraban pequeños grupos compuestos por familias de cazadores
menores y recolectores que se cubrían con las pieles de los animales que mataban en
los alrededores de los glaciares.
Algunos grupos con mayor movilidad fueron desplazándose hacia el sur, sobre
regiones que ofrecían mayor variedad de alimentos vegetales y animales.
Los hallazgos de menos de 20.000 años muestran una variación en el modo de vida
de estos cazadores-recolectores, lo que nos indica el comienzo de una nueva etapa.
El Paleoindio
En este período, que se extiende desde el 20.000 hasta el 8.000 a.C. es abundante la
cantidad de restos arqueológicos hallados en Estados Unidos, México, Centroamérica
y Sudamérica.
Aparece una nueva industria lítica, la de las puntas de proyectil, talladas finamente en
piedra que presentan variedades denominadas Clovis, Lanceoladas, Folsom, Inca,
Fell, cola de pescado, etc. que dan cuenta de la gran difusión de esta técnica, que
llega hasta el noroeste argentino, el Río de la Plata, Patagonia y Tierra del Fuego.
Müller Beck, un especialista alemán, afirmaba que esta técnica pudo ser aportada por
nuevos inmigrantes procedentes de Asia que pasaron por Bering entre 28 y 23.000
años, antes de que el último avance de la glaciación Wisconsin cerrara el corredor de
Alaska.
La otra gran innovación del período lo constituyó el atlatl o propulsor, artefacto que
aumentaba la eficacia en el lanzamiento de las jabalinas por parte de los cazadores.
Estas mejoras tecnológicas constituyeron la base de las Grandes Culturas Cazadoras
del Pleistoceno, que habitaron las praderas y valles boscosos norteamericanos de
clima benigno y abundancia de animales de presa. Los yacimientos excavados
señalan sitios de campamento y matanza, con restos industriales y huesos de bestias
fósiles.
Aunque no han quedado testimonios, se supone que fabricaron redes, cuerdas,
adornos de hueso y plumas, etc. En Mesoamérica (México y América Central) y
Sudamérica se han reconocido versiones de estas formas culturales perfectamente
adaptadas al medioambiente, que complementaban la caza mayor con la recolección,
desarrollando un estilo de vida que perduró por siglos sin modificaciones
sustanciales.
El Mesoindio
La retirada de los hielos hacia el norte (fin de la glaciación Wisconsin) generó
importantes cambios climáticos y ecológicos hacia el 8.000 a.C. provocando la
extinción o la emigración de los grandes animales que constituian la base de
sustentación de los grupos paleoindios.
El paisaje americano comienza a parecerse al actual y los cambios se reflejan en las
nuevas sociedades que surgen en este período. Diferentes patrones de subsistencia,
tecnológicos y de asentamiento señalan la aparición del mesoindio, que se prolonga
hasta el 2.000 a.C. La alimentación de estos grupos se basaba en la recolección de
frutos y semillas en las regiones semiáridas y de moluscos en la costa. Se han hallado
en yacimientos arqueológicos morteros de madera, lo que supone la molienda de
granos.
A las técnicas de tallado se agrega el afilado y pulido de la piedra y las nuevas puntas
de proyectil presentan como innovación un pedúnculo que facilita su engarce en la
punta de la lanza o flecha.
Este desarrollo posibilitó los primeros asentamientos estables y el aumento de la
población, con la consiguiente evolución cultural y social. Aparece una nueva forma
de subsistencia denominada "economía supletoria" que combinaba un cultivo
incipiente con la tradicional caza y recolección, lo que aseguraba el alimento todo el
año. Las culturas mesoindias dejaron como testimonio hachas pulidas con surco,
morteros, cuencos de piedra, ganchos de atlatl, pesas para redes, cuchillos, agujas,
anzuelos, cuentas de collar, flautas, sandalias, cestos, etc. Practicaron la inhumación
intencional, domesticaron el perro y fundaron asentamientos en el noroeste de México
alrededor del 6.000 a.C., en Maratuá (Brasil) hacia el 5800 a.C., en Chilca (Perú) en
5000 a.C., Panamá (4800 a.C.) y otros.
El Neoindio
Se extiende desde el 2.000 a.C. hasta 1519, año en que se produce la entrada de
Hernán Cortés en la capital azteca,Tenochtitlán (México). En el Neoindio las áreas
ecológicas de América ya aparecen definidas. En Mesoamérica y los Andes Centrales
se asientan las bases para el desarrollo de las grandes civilizaciones indígenas,
mientras que en el resto del continente el modo de subsistencia mesoindio persistió
hasta el contacto con Europa. El estilo Neoindio dio origen a la aldea agrícola y al
urbanismo. El cultivo incipiente de Mesoamérica parece ser un poco más antiguo que
el de los Andes Centrales y su desarrollo aparentemente fue independiente. Se
cultivaba el maguey, calabazas, aguacate, en México, mientras que en Perú el maíz,
poroto, batata, papa, mandioca, quinoa y amaranto eran el sustrato alimenticio
principal.
Para esta época la agricultura podía mantener una estructura social compleja en la
costa peruana y el Altiplano boliviano. Tanto en Mesoamérica como en los Andes
Centrales surgen las grandes estructuras ceremoniales basadas en culturas
agrícolas.
En Centroamérica y Amazonia, a raíz de la pobreza del suelo y el clima húmedo
alcanza éxito el cultivo de mandioca y yuca.
La producción de cerámica tiene su desarrollo en este período, por lo general está
asociada a la agricultura, aunque abunda en la costa peruana, donde la subsistencia
de los poblados estaba asegurada por la pesca y la recolección de moluscos en los
llamados concheros. En Valdivia, Ecuador, se fecharon en el 3.000 a.C. los restos de
cerámica más antiguos encontrados en Sudamérica.