Modulo 1 La Piel
Modulo 1 La Piel
Modulo 1 La Piel
facial
Unidad 1- enfoque inicial: la piel
Composición de la piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano con un superficie de 1,5 – 2
m2. Está compuesta por células y tejidos específicos cuya función principal es
actuar de barrera y protegerte de amenazas externas como sustancias químicas e
infecciones.
Por debajo de la dermis está la hipodermis donde se almacena la grasa y donde los
vasos sanguíneos se ramifican hacia la dermis. La epidermis no tiene ningún
suministro de sangre directo, sino está sostenida y alimentada por la dermis.
Los tipos de fibras que constituyen el armazón de la dermis y que dan lugar a la
tersura, la flexibilidad y la elasticidad de la piel son:
La epidermis seca envejece con mayor rapidez por lo que se debe incluir en
la rutina diaria el uso de productos nutritivos y tensores.
Para este tipo de piel se requiere hidratantes poderosos pero de textura leve,
como gel-crema o crema. Es importante que el producto de día tenga un filtro
solar incorporado.
Por último, las pieles secas son más propensas a las arrugas. Por eso, no
hay que descuidar la hidratación y usar cremas con retinol, ácido glicólico y
vitaminas.
Piel grasa
Se tiene este tipo de piel cuando las glándulas sebáceas producen grasa en exceso,
lo que ocasiona la obstrucción de los poros. La ventaja de este tipo de piel es que
envejece con mayor lentitud. Sin embargo, requiere de una higiene escrupulosa
además de un tratamiento permanente de hidratación.
Para hidratar, evite los productos cremosos o grasos. Opte en cambio por
hidratantes en forma de gel o crema con filtro solar y también por productos
a base de vitamina A, C y E en extractos vegetales (Aloe Vera).
Por su parte, en el caso de las pieles mixtas, se aconseja usar productos específicos
para piel oleosa a la hora de la limpieza, por ejemplo, jabones de limpieza profunda
y astringentes. Para hidratar y protegerse del sol son convenientes los productos
específicos para pieles normales.
La importancia de los alimentos
La piel es el órgano más grande del cuerpo y nos protege de la pérdida de agua y
proteínas proporcionando una barrera contra la radiación ultravioleta y las
infecciones.
La nutrición no sólo afecta el funcionamiento cotidiano de la piel sino que también
puede influir en el riesgo de desarrollar varios tipos de lesiones cutáneas, incluso
manchas por la edad y acné. La mal nutrición en la piel se puede observar desde la
sequedad, en el pelo quebradizo y sin brillo, en el aumento de celulitis y en el acné.
Tenemos diferentes formas de nutrir la piel, una es por medio de las cremas y la
otra por medio de los nutrientes y el agua que nos aportan los diferentes grupos de
alimentos. Se necesita entonces una alimentación sana, equilibrada, pobre en
grasas y azúcares.
Se debe beber entre 1,5 y 2 litros de agua por día, las bebidas con cafeína y alcohol
no hidratan si no que deshidratan). También se debe tener en cuenta que hay ciertos
alimentos que influyen en forma negativa en la piel: el consumo de alcohol, las
frituras y las comidas rápidas y que hay otros factores que intervienen
negativamente como el tabaco, factores del medioambiente, el sedentarismo y el
descanso insuficiente.
Nutrientes esenciales para nutrir la piel
Proteínas
La piel se regenera constantemente, por lo que resulta necesario un continuo aporte
de nutrientes y entre ellos las proteínas. De lo contrario una dieta con aporte proteico
insuficiente genera envejecimiento cutáneo precoz y fragilidad de la piel.
Consumir alimentos ricos en proteínas como carnes magras, huevos, y lácteos
desnatados beneficiará la correcta renovación celular.
Grasas insaturadas
Los ácidos grasos insaturados como el aceite de oliva, entre otros, son
fundamentales para mantener la integridad de las estructuras, el espesor,
metabolismo e hidratación de la piel.
Es clave e indispensable agregar a la dieta diaria alimentos fuente de omega 6 como
los aguacates, las legumbres y cereales integrales, aceitunas, frutos secos y
suplementar con germen de trigo, aceite de onagra y borraja.
Vitamina A
La función de esta vitamina con respecto a la piel, es conservar la integridad de los
epitelios y mucosas, evitando que los mismos se agrieten y conservando su función
de barrera ante microorganismos infecciosos.
Consumir pescados blancos y azules resulta muy beneficioso.
Vitamina B
La vitamina B tiene una acción directa sobre la piel, y su carencia puede provocar
sequedad, mala regeneración y trastornos como la dermatitis.
Los alimentos que debemos sumar en nuestra dieta diaria como fuente de vitamina
del complejo B son: las, los cereales integrales, las levaduras y el germen de trigo,
carnes, huevos, pescados y lácteos.
El envejecimiento de la piel facial
Los hábitos que tengamos influirán en la salud de la piel y directamente en la
prevención de arrugas. Si tomamos mucho sol envejeceremos la piel
prematuramente, más si lo hacemos sin protección. Por eso los protectores solares
y la moderación son las claves para una piel joven.
Otro punto importante es mantener la hidratación del cuerpo entero, bebiendo las
cantidades diarias recomendadas de agua. Esto permite que las células de la piel
se mantengan hidratadas y a su vez eliminen las toxinas.
Dormir lo suficiente y procurar tener horas de sueño reparador, ya que no es tan
importante la cantidad sino más bien la calidad. Y se recomienda que para dormir,
no lo hagamos de costado o boca abajo, ya que la fricción de la cara contra la
almohada puede provocar arrugas. Tampoco hagas gestos repetitivos (como fruncir
el ceño) que puedan generar arrugas a largo plazo.
La edad
El paso de los años como factor biológico es uno de ellos pero no así el único ni el
más importante, el medio ambiente y los factores externos juegan un papel
protagónico, la exposición solar intensa, crónica y prolongada, el clima, el contacto
con sustancias agresivas a la piel, afectaran la firmeza, elasticidad y la capacidad
de recuperación y regeneración en la piel. Las áreas de nuestra piel expuestas
invariablemente a la exposición solar diaria (cara, zona del escote, antebrazos,
dorso de manos) evidenciaran daño desde edades muy tempranas aquí el
envejecimiento cutáneo será más evidente.
El sol
La exposición a los rayos solares es el principal factor externo responsable del
envejecimiento cutáneo por estrés oxidativo. El daño en la piel causado por la
exposición prolongada y la exposición diaria a los rayos UV se denomina
fotoenvejecimiento, que es también responsable de la pigmentación desigual.
La Regulación Hormonal
La regulación hormonal es determinante en los procesos de envejecimiento. Se
conoce que la disminución de la hormona de crecimiento altera la capacidad de
reparación de los tejidos.
Por su parte, la disminución de los estrógenos disminuye en forma importante la
elastina y produce modificaciones vasculares que afectan la oxigenación de los
tejidos y, con ello, la supervivencia celular; iguales hallazgos demuestran la
disminución de los andrógenos.
El tabaco
El humo del tabaco es rico en sustancias nocivas para la piel, provocando una tez
gris y apagada.
La genética
La genética desempeña un papel clave en el modo en que la piel envejece. La raza
y el tipo de piel con que nacemos marcan una diferencia en la rapidez de aparición
de los signos de envejecimiento en la superficie cutánea. Por ejemplo, una piel
sensible clara es propensa a presentar arrugas en una edad temprana, mientras
que la piel asiática puede ser propensa a un tono de piel desigual y las arrugas
aparecen en una edad más tardía. La sequedad inducida por la edad puede estar
causada también por el carácter genético específico de una persona.