Las Buenas Preguntas
Las Buenas Preguntas
Las Buenas Preguntas
PREGUN
TAS
¿Qué pregunto? ¿Cómo pregunto? ¿Pregunto?
"¿Qué características tiene un juicio oral, y qué efectos puede tener este modo
de juzgar en el veredicto final del juez?".
"¿Cuáles son las causas del crecimiento demográfico en la ciudad 'X', en los
últimos diez años?". "Teniendo en cuenta las experiencias cotidianas, ¿qué
puede decirse, a título de primeras conjeturas,
Formular preguntas es una práctica habitual para los docentes pero, tal como propusimos
en las páginas anteriores,
¿alguna vez, se detuvo a reflexionar sobre las preguntas que usted formula en el devenir de la
clase?
¿Por qué y para qué preguntamos los docentes?
En esta sección, sugerimos profundizar sobre tres cuestiones ligadas al uso de las
preguntas:
a. ¿Qué hace el docente cuando pregunta? ¿Cuáles son sus propósitos y cuáles,
los resultados que obtiene? ¿De qué factores depende la relación entre los propósitos y
los resultados de las preguntas?
b. ¿Qué hace el docente después de preguntar? ¿Y cuándo preguntan los alumnos?
c.¿Qué hace el docente cuando los alumnos no preguntan o cuando responden
apelando a sus ideas anteriores, a sus viejas costumbres, a respuestas ya aprendidas sin
revisarlas, es decir, acudiendo a su conocimiento ritual? ¿Cómo puede estimular la
capacidad de formular preguntas?
Además le mostraremos algunos ejemplos de actividades para enseñar a responder, a
preguntar y a reflexionar sobre la propia capacidad de preguntar.
Preguntas sencillas.
Preguntas de comprensión.
Preguntas de orden cognitivo superior.
Preguntas metacognitivas.
Las preguntas sencillas requieren respuestas breves, casi siempre únicas, informaciones
precisas. Son necesarias en determinados momentos de la enseñanza y del aprendizaje,
pero no generarán un diálogo, un intercambio profundo para la construcción y
comprensión de los contenidos. Preguntas sencillas promueven respuestas simples. Por
ejemplo: "¿Cuántos kilómetros mide el puente que une Rosario con Victoria?".
Las preguntas de comprensión se proponen estimular el procesamiento de las
informaciones. A través de su formulación, tratamos de indagar con cierto grado de
profundidad. El alumno necesita pensar, relacionar datos, clasificar, comparar, etc., para
elaborar sus respuestas. Por ejemplo: "¿Qué diferencias y semejanzas hay entre la noticia
de un dia- rio que relata un accidente automovilístico y un cuento literario en el que
ocurre un accidente similar?".
Las preguntas de orden cognitivo superior son las que demandan respuestas que
exigen interpretar, predecir, evaluar críticamente. Por ejemplo: "A partir del análisis de las
características geográficas de la región 'X' y de los cambios climáticos que se produjeron
en los últimos cinco años, ¿qué hipótesis propondrían acerca de las características del
próximo invierno en dicha región? ¿En qué se basan para formular sus anticipaciones?".
Las preguntas metacognitivas se proponen ayudar a los alumnos a reflexionar sobre
su modo de aprender y de pensar. Demandan que los estudiantes analicen cómo
interpretan y resuelven sus tareas, qué dificultades encuentran en el proceso de
resolución, qué fortalezas reconocen en el recorrido de lo que están aprendiendo, qué
ayudas necesitan. Por ejemplo: "¿Qué caminos recorrí para encontrar la información?".
"Si tuvieras que aconsejar a un compañero acerca de cómo hacer la tarea, ¿qué le
dirías? ¿Cómo encontraste la respuesta a esta pregunta?".
Además del tipo de procesamiento cognitivo que pretenden desencadenar, las
preguntas pueden clasificarse según el grado de libertad y variedad de respuesta que
permiten. Así N. Burbules (1999) distingue entre:
Preguntas de aplicación del pensamiento convergente, que se dirigen a una única
respuesta. Por ejemplo: "¿Cuáles son los planetas que conforman nuestro sistema solar?".
Preguntas de aplicación del pensamiento divergente, que buscan una variedad de
respuestas. Por ejemplo: "Según
tu criterio, ¿cuáles son las causas que originaron este problema?".
Es común recurrir a la clasificación de preguntas por su forma: en cerradas o abiertas.
Las preguntas cerradas son útiles para verificar un acuerdo, o bien, se las emplea como
recursos retóricos en el devenir de una conversación. En cam- bio, como anticipamos al inicio
de este apartado, las preguntas abiertas son las que contribuyen a que los alumnos
aprendan a pensar.
Daremos varios ejemplos de estas últimas:
"¿Cuál es el sentido que le encontrás a este asunto, tema, idea?".
"¿Qué preguntas se te ocurren sobre este tema?".
"¿De qué te diste cuenta...?".
"¿Qué entendiste de la pregunta...?"
"¿Qué pautas o patrones encontraste?".
"Si tuvieras que explicarle a..., ¿qué le dirías?".
"Decí con tus propias palabras, ¿qué entendiste de...?".
Es posible utilizar una variedad de preguntas en el desarrollo de la enseñanza pero, para que efectivamente
contribuyan al aprendizaje de los alumnos, es imprescindible que el docente se pregunte qué quiere que los alumnos
comprendan de la disciplina y qué habilidades cognitivas se propone que desarrollen.
Promover el desarrollo de competencias de "¿Para qué se utiliza este conocimiento?" o "Explica ese
comunicación para cada uno de los alumnos. conocimiento a..." (una audiencia determinada).
Contribuir a que los alumnos establezcan relaciones "¿En qué se diferencian...?". "¿En qué se parecen...?".
entre diferentes conceptos.
Focalizar en alguna habilidad de pensamiento junto
con el contenido disciplinar. "¿Puedes predecir...?".
Estimular la revisión y corrección de errores. "Si tuvieras que volver a realizar..., ¿cómo...?".
Hemos reflexionado sobre las condiciones necesarias para generar un diálogo en las
situaciones de enseñanza y aprendizaje: necesidad de hacer silencio después de una
pregunta, de suspender el propio juicio o la respuesta automática inmediata, de aprender a
escuchar y a producir preguntas de buena calidad. Nos parece importante reflexionar
también sobre lo que hacemos los docentes con las preguntas que formulan los alumnos. En
general, cuando son pequeños, los niños plantean preguntas guiados por la curiosidad, por el
interés; y ellas son espontáneas. A medida que los chicos crecen, las preguntas de los
estudiantes son menos espontáneas. El temor a exponerse ante el grupo de compañeros y la
vergüenza, por ejemplo, atentan contra la posibilidad de que los alumnos pregunten en
público o en voz alta. Entonces es habitual oír a un docente que trata de estimular a sus
alumnos para que formulen preguntas, incluso con frases tales como "No hay preguntas
tontas". Pero, más allá de los factores afectivos y sociales de la situación, los alumnos,
¿sabrán preguntar?, ¿alguna vez se les ha enseñado a hacerlo?
Tal vez, el propósito más relevante del aprender a preguntar es darles sentido a las
respuestas que los docentes enseñamos a nuestros alumnos, al mismo tiempo que
verificamos la comprensión de aquello que han aprendido. Pero no siempre estos
propósitos se evidencian en las clases; y así nos ¡lustra Philip Jackson (2002) al explicar que
los docentes muestran más interés por saber si los alumnos pueden responder a las
preguntas que les formulan que por el contenido de las respuestas.
Se trata de formular preguntas de una manera consecutiva, por ejemplo, a partir de la búsqueda de las causas de
un problema. Ante el primer argumento acerca de por qué ocurre, se formula otra vez un porqué y, ante la
respuesta, un nuevo porqué. Se puede repetir hasta cinco veces y luego, se analizan las respuestas y también, las
preguntas.
La propuesta consiste en entregar a los alumnos informaciones sobre un tema y en solicitarles que formulen las
preguntas que originaron esas respuestas. Luego se propone una instancia metacognitiva grupal para que formular
esas preguntas determinadas genere ACTIVIDAD
aprendizaje,PARA
además de cómo
ENSEÑAR se formulan preguntas en general. Para ello se
A RESPONDER
pregunta a los alumnos, por ejemplo, acerca de en qué se fijaron para advertir cuáles serían las preguntas, dónde
¿Qué nos dice el autor?
pusieron su mirada, a qué atendieron, qué observaron en particular, entre otros aspectos.
Es una actividad con la que los alumnos pueden indagar acerca de las ideas de un autor, de una teoría, de...
El propósito de este tipo de tareas es estimular al alumno a pensar en las ideas de un autor para
comprender a quién le responde o con quién discute, pero también, cómo comunica sus ideas para
compartirlas con otros. Además, el estudiante podrá evaluar la organización y la claridad con que el autor se
expresó. En el caso en que el alumno encuentre que una idea no es muy claramente comunicada por el
autor, se le puede solicitar al alumno que intente reescribirla.
La actividad puede estar constituida por una variedad de preguntas. Entre ellas:
¿Qué trata de explicarnos el autor?
¿A quién se dirige?
¿Por qué nos explica estas ideas?
¿Las transmite con claridad?
¿Podrías intentar mejorar alguna de sus explicaciones para que sean más claras en su modo de comunicar?
Elegí alguna idea para hacerlo.
ACTIVIDAD PARA ENSEÑAR A REFLEXIONAR SOBRE LA PROPIA CAPACIDAD DE PREGUNTAR
Las preguntas que contribuyen a la metacognición Meirieu (2001: 158) sugiere utilizar algunas preguntas para reflexionar sobre
su proceso de aprendizaje en torno a tres ejes:
MOMENTO 3. CIERRE
¿Qué, cómo, para qué pregunto? El diálogo y la indagación, prácticas que atraviesan la enseñanza y
el aprendizaje
ENTREVISTA PERIODÍSTICA
Introducción
La entrevista básicamente es un diálogo entre dos personas: el periodista y el personaje que hace
noticia; pero la entrevista también es un género periodístico propio, altamente informativo y de
interpretación. Puede usarse para obtener información o para revelar el mundo interior de una
persona prominente, o popular. En este estudio se hace un deslinde de la entrevista con otros
géneros periodísticos; repasamos su evolución histórica y se precisan los tipos de entrevista
periodística en razón a su estructura, morfología y contenido, por su forma de redactar y por el
estilo periodístico al que se apegan. Se desarrolla la técnica de la entrevista con pautas de
comportamiento para antes, durante y después del diálogo y finalmente, se recopilan consejos
de periodistas expertos en la materia.
1. Reportaje o entrevista
La entrevista es la forma más simple de ejercitar el periodismo. Cuando un ama de casa escucha
por la radio el testimonio de alguien que ha presenciado un accidente ante la pregunta del
periodista, está ante una entrevista. Lo mismo ocurre cuando la interrogan sobre sus
preferencias electorales, sólo que en este caso se trata de una encuesta.
El redactor que al escribir una nota informativa tiene necesidad de citar las respuestas textuales
de un personaje y las redacta entrecomilladas, está configurando una entrevista como género
periodístico.
En el caso de la ama de casa se interroga para obtener información, que puede emplearse en las
diferentes modalidades de presentación de artículos periodísticos como Notas Informativas,
Crónicas, Reportajes, etc. En el segundo caso, del redactor, hablamos de la entrevista como
forma especial de presentar y redactar los sucesos noticiosos.
"(...) La entrevista forma parte de las técnicas la Nota Informativa común en la medida en que
necesariamente se necesita de un interrogatorio para recoger datos. Sin embargo ésta no es una
Entrevista propiamente dicha (...) Es decir recabar datos no es "entrevistar".
En términos generales la entrevista periodística es una conversación que realiza el periodista con
otra persona para obtener información. Pero, en realidad, la entrevista periodística constituye un
arte y una técnica difícil de desarrollar.
Confundida todavía como "reportaje”, la entrevista periodística se expresa a través de formas
cada vez más precisas y elegantes de redacción y a través de procedimientos sistematizados de
búsqueda, recopilación y transmisión de información.
"La entrevista, en cuanto modalidad particular del reportaje -el llamado por C. Warren reportaje
de citas (Quote Story)- es una de las manifestaciones periodísticas de mayor aceptación popular.
Se explica así el hecho de que, mientras los periódicos serios apenas si publican esta modalidad
del reportaje, los periódicos sensacionalistas tienden a convertido todo en entrevista ".
De la misma opinión es Sibila Camps y Luis Pazos para quienes el reportaje "es la descripción
textual -a través de preguntar y respuestas- de una entrevista cara a cara con una persona (pocas
veces con dos o más).
2. Definición de entrevista.
Las definiciones de la entrevista periodística son variadas, pero todas parten del hecho que están
íntimamente relacionadas con los hechos noticiosos. Las entrevistas se realizan con la finalidad
de conseguir información testimonial en unos casos, en otros, de obtener opiniones sobre
hechos de actualidad y sobre temas de interés permanente.
Es de suma importancia conocer la opinión que un periodista singular como fue Sebastián Salazar
Bondy, expresó en referencia a la entrevista en general y a la entrevista interpretativa en
particular:
"De todos los géneros de la literatura diarística, la entrevista constituye tal vez el más eficaz en el
momento y el que, a la postre, conserva mayor brillo tras el crepúsculo de la edición, porque el
diálogo del reportero y la personalidad reporteada carece de la predisposición teórica del ensayo,
la conferencia o la declaración mediada. Se trata del fruto de una sorpresa, tal como se da en la
confidencia amical. Ahora bien, que lo que el entrevistado diga sea testimonial depende, en
último término del periodista, de su sensibilidad, de su cultura, de su conocimiento de la variada
y compleja psicología humana”.
Para comprender la idea que se debe tener sobre la finalidad de la entrevista periodística,
revisamos los siguientes conceptos:
"Según Bigham y Moore, uno de los objetivos principales de la entrevista periodística es el de
obtener Información de los individuos. La información que se trata de obtener con la entrevista
no se refiere solamente a hechos relevantes y objetivos, sino también a hechos subjetivos, como
las opiniones, interpretaciones y actitudes del individuo entrevistado".
Para Gonzalo Martín Vivaldi la entrevista, además de sus características propias, es también
información y reportaje: Su misión: decir al lector "quién" es y "cómo" es tal es cual persona: lo
que dice, piensa o hace con respecto a un problema determinado; o, simplemente, lo que hace
en su vida como persona. En este caso, una entrevista es un retrato -con algo narración- de un
hombre, pero con el molde vivo, puesto ante el lector.
Eleazar Díaz Rangel sostiene que una entrevista es un diálogo donde interlocutor interroga,
formula pocas o muchas preguntas, a sobre uno o varios temas, en busca de información, para
conocer opiniones o revelar una personalidad a través de las respuestas, mientras el otro
interlocutor las responde o las elude parcialmente. Y como forma literaria, es la reseña de esa
conversación, o más exactamente, de ese interrogatorio.
En síntesis, la entrevista periodística supera el simple concepto de ser vehículo de obtención de
material de interés periodístico, por medio de preguntas que el periodista Formula a otras
personas, para constituirse en un contacto personal entre dos personas: el periodista y el
entrevistado. Mezcla las impresiones y la descripción del periodista con los comentarios hechos
por el entrevistado, en respuestas a preguntas que le hace el periodista.
Como tal la entrevista periodística posee una apariencia de calor humano, nacido de la sensación
de inmediatez que se establece a través de las palabras del personaje que ha hecho noticia, y que
habla como en confidencia con los lectores.
La entrevista posee fuerza pedagógica. En su inmensa mayoría, los lectores leerán las opiniones
de aquellos a quienes admiran. No sólo por conocer rasgos de su vida privada, también para
aprender, para otear el camino que los ha conducido al éxito.
ORÍGENES
MODALIDADES DE LA ENTREVISTA
Así como hay muchas interpretaciones sobre la entrevista periodística, también lo hay respecto a
sus forras. Recogemos las principales clasificaciones sistematizadas en libros:
4. Según su estructura.
De acuerdo a esta clasificación, las entrevistas periodísticas pueden ser clasificadas en dos grandes
grupos:
a) aquellas en que se formulan muchas preguntas a unas sola persona, y
b) aquellas en que se hace la misma pregunta a muchas personas.
En el primer grupo tenemos a su vez:
- De actualidad: Se busca la opinión de una autoridad sobre cualquier tema de interés noticioso
a la actualidad.
- De personalidad: Pone énfasis en las cualidades personales del entrevistado y en sus puntos
de vista.
- Biográfica: Prevalece el modo cronológico de narración; en ella se cuentan los éxitos,
características y rasgos destacados de una personalidad. Se refleja importancia de su vida y obra
1. Por su morfología:
- En cuanto al entrevistado: individual, de grupo, encuesta, investigación (o symposium);
- En cuanto al entrevistador: exclusiva y colectiva.
2. Por su contenido:
- Informativa: Aquella en que se hace el relato de un hecho por medio de una conversación con
alguien que se responsabiliza de una idea, fue testigo de un acontecimiento o participa de una
situación nueva.
- De opinión: En la que se obtiene un juicio sobre un tema o problema de actualidad, que es
fuente de controversias o conflictos en la comunidad.
- Ilustrativa: Aquella en que se obtiene un material destinado a instruir o entretener al lector.
4) De actualidad:
En las que la actualidad es la motivación fundamental. Puede ser dividida en los tipos siguientes:
a) Conferencia de prensa (que puede ser organizada o improvisada);
b) Encuesta (que puede ser de cuestionario a varias personas; o de un solo tema y una sola
pregunta, transcribiendo a su vez una sola respuesta);
c) De opinión (que recoge opiniones de una personalidad relevante -sin necesidad de
introducción- sobre un auto tema actualidad);
d) Grupal (a varias personas que no son identificadas y cuya respuestas son citadas como
"opinión de grupo").
e) De noticia (con detalles sobre un hecho noticiable, con identificación del informante y
inscripción textual de sus declaraciones sobre el hecho en cuestión. Este informante puede o no
ser persona de relieve; basta su condición de testigo).
Desde nuestro punto de vista, las entrevistas periodísticamente básicamente pueden clasificase
de acuerdo a la forma como se presentan redactadas lote el público:
1. Entrevista pregunta-respuesta.
Se trata de transcripciones textuales de una conversación entre un personaje y un periodista. En
la presentación las preguntas se diferenciar de las respuestas, ya sea por la tipografía de ellas o
por las iniciales que inicie a cada cual.
2. Entrevista de cita.
Proporciona una versión de las opiniones del entrevistado que van entrecomilladas. Se emplea
como ángulo noticioso de apoyo a otras informaciones.
3. Entrevista interpretada.
Presenta las declaraciones reinterpretadas y condensadas por el periodista, distribuido en varios
párrafos que van de lo más trascendente a lo menos interesante, apoyándose el inicio de cada
párrafo en "muletillas" que indiquen la declaración del entrevistado.
4. Entrevistas mixta.
Somete el contenido de la declaración a la interpretación del periodista, quien recurre a citas
textuales, describe situaciones del contexto comunicacional, se apoya en antecedentes y
declaraciones interpretativas. Representa la fusión de los dos estilos anteriores.
TÉCNICA DE LA ENTREVISTA
Hacer una entrevista a veces es más que un juego de acrobacia. El reportero tiene que escuchar,
recordar, hacer conexiones, analizar, observa, hacer la siguiente pregunta, juzgar y tomar notas;
todo si mismo tiempo.
Podemos resumir todo ello en tres fases que comprende todo encuentro entre dos personas:
antes, durante y después. El antes está representado por la preparación, el durante por la
conversación misma y el después por la redacción periodística.
Si bien no existen reglas comunes para todos los medios periodísticos (prensa, radio y televisión),
podemos sugerir pasos para hacer una buena entrevista:
1. Cualidades del entrevistador.
El primer factor a considerar pera una entrevista periodística es el periodista.
Un buen entrevistador debe estar premunido de las siguientes cualidades:
Cualidades de un buen entrevistador.
• Curiosidad
• Habilidad para escuchar
• Capacidad pan que otras personas puedan hablar sin que intervenga su propia opinión sobre
el tema
• Tolerancia con las diferencias políticas, sociales e ideológicas de las demás personas.
Con frecuencia no hay mucho tiempo para preparar las entrevistas que se hacen conforme
ocurren los sucesos noticiosos; en estos casos, la preparación constante permite que el
periodista no fracase:
a. Lectura periodística: estar al tanto de la actualidad
b. Lecturas literarias: para perfeccionar el estilo y mejorar la gramática se recomienda leer
ficción y ensayos
c. Archivo periodístico: el periodista debería llevar un archivo personal sobre los temas de
su interés propio.
Cuando existe la posibilidad de preparar la entrevista se recomienda seguir los siguientes pasos:
a. Conocer e informarse sobre el tema de la entrevista (uno no puede ir sin saber nada de nada
a una entrevista sobre un tema determinado).
b. Informarse sobre el entrevistado: datos biográficos, trayectoria, carácter o temperamento
(esto siempre es bueno; para ir en sobre aviso cuando debamos entrevistar a una persona
"difícil"). En las entrevistas de semblanza es imprescindible manejar esta información y quienes
pueden administrarla además de los archivos de los periódicos, universidades y bibliotecas
públicas o privadas, son las personas que de una u otra forma están familiarizados con el
personaje.
c) Elaboración del temario o cuestionario básico: desarrollar preguntas específicas o si se está
mejor preparado en el tema un conjunto de puntos básicos a desarrollar.
Van Dyke y Moore, en "Cómo Entrevistar” hacen una clasificación de "Sujetos difíciles de
entrevistar”:
El individuo que no permite al investigador que inicie la conversación, sino que
comienza por sí mismo hablando de un tema carente de interés para el entrevistador;
El que deja la iniciativa al periodista, pero interrumpe cada una de sus frases para
concluirlas el mismo, con un significado distinto del que tenían originalmente;
El que escucha con atención al investigador, pero que se aleja del propósito
fundamental;
El que responde con prolijidad de detalles.
La siguiente tipología del entrevistado fue diseñada por el profesor Mario Rojas Avendaño.
El funcionario. Hay que entrevistarlo en el momento preciso, en portador cuando sale
de su acuerdo presidencial porque está contento, entonces es el amigo del periodista.
Otro momento propicio para la entrevista es cuando está muy enojado.
El militar. Difícil porque según él se encuentra totalmente impedido para emitir una
opinión, remite al periodista a las altas jerarquías. El banquero. Es muy reservado, se
cuida de emitir su opinión, en especial si son asuntos que no conoce a fondo.
El científico. Dedicado a su especialidad. Evita opinar sobre asuntos que no conoce a
fondo.
El artista. Es abierto. Vive de la publicidad y opta de todo y sobre todo.
El deportista. Igual que el artista opina sobre todo mientras no se trate su tema de
interés dentro del deporte.
El hombre de la calle. Por lo general está siempre dispuesto a cooperar, con más razón si
su nombre aparecerá en los periódicos; con frecuencia pedirá al periodista que revise si
ha apuntado bien su nombre y apellidos. La hostilidad sólo aparece cuando se tocan
ciertos temas o se está en determinados lugares, como por ejemplo con ladrones,
prostitutas, etc., en este caso el reportero deberá ser muy cauteloso para abordarlos.
La idea es llegar a la entrevista con la idea de que además de obtener información sobre un
suceso noticioso podemos tener la gran oportunidad para conocer un personaje y presentarlo en
su dimensión humana ante el público.
"Hay quienes estudian a sus personajes -buena práctica si hay tiempo suficiente- y hasta quienes
indagan sobre sus defectos para confrontados durante la entrevista. Esta puede ser una práctica
atezada, pero habría que manejarla con sumo cuidado porque puede convenirse en
contraproducente. Cuando un personaje tiene una mancha, un pasado oscuro, lo lógico es que
ese personaje no quiera que le recuerden esa mancha, ese pasado oscuro. Aunque obtener datos
de esa índole puede dar frutos espectaculares, lo recomendable, sin embargo, es la
parsimonia”.18
Al respecto, se recomienda:
Informarse, al tanto cuanto sea posible, de la profesión, intereses, deportes, etc. de la
persona entrevistada;
Estar seguro de que el asunto de la entrevista le es conocido;
Escoger anticipadamente la hora y el local para la entrevista, dando a su interlocutor la
oportunidad de prepararse.
2. Conseguir al entrevistado.
Parte del trabajo de la propia entrevista es conseguir al entrevistado. Buscarlo y convencerlo de
que acepte la realización de la entrevista. Por eso no es recomendable encargar esta tarea a otra
persona (secretaria o practicante de periodismo), puesto que este prima contacto es
fundamental para que el entrevistado confíe en el entrevistador: se requiere del calor humano de
una voz, decidida y firme, con quien una persona podrá hablar y contar hechos que pueden serie
ingratos.
El periodista debe manejar con mucho tino la información previa que tiene sobre el suceso que
motiva la entrevista y poner sobre la mesa, sin engallar ni por un solo momento al entrevistado,
lo que se espera de la entrevista y lo que se va a hacer con la información.
3. Realización de la entrevista.
Para Guillermina Baena se debe tomar en cuenta los tres pasos para conducir una entrevista: la
iniciación, la ilación y el cierre.
"La iniciación. Debe ser amistosa, como con un: ¡Qué tal!, ¡Hola! Continuar con una conversación
libre o un tópico de actualidad: ¿Hace calor, eh? ¡Ah! Es usted aficionado a coleccionar... ¡Oiga,
qué buen libro éste que tiene en su biblioteca! No perdemos de vista el tema, porque estamos
frente al personaje y podemos agregar algo como lo siguiente: 'No quiero distraerlo de sus
ocupaciones por mucho tiempo, así que... (...)
La ilación. Está basada en frases de transición, que hacen volver al entrevistado al tema para
aclarar algo de lo ya contestado o para que no se encamine hacia otro tema como las siguientes:
"Este es un punto muy interesante, ¿no le importa repetirlo?..." "Hace un momento me hablaba
sobre... le importaría decimos si…
El cierre. Puede ser una frase sencilla como “Muchas gracias por la molestia que se ha tomado".
A veces la despedida puede ser deliberada, manifiesta o continua para evitar la brusquedad o la
interrupción abrupta de la plática en el caso de entrevistados muy explícitos. (...) Es conveniente
ofrecer siempre una expresión de agradecimiento por la generosidad que tuvo el entrevistado al
concedernos tiempo y atención”.
Sin duda, en la realización de la entrevista o conversación, la parte más difícil es sin duda el inicio.
En todo momento es indispensable ser claro, directo y preciso. No hay nada más fastidioso que
un entrevistador rebuscado, que utilice un lenguaje poético o simbólico para señalar algo muy
sencillo y práctico o que sea ambiguo en sus preguntas. Por el contrario, la seguridad y el aplomo
son armas indispensables para colocarse al mismo nivel que el entrevistado y observar dos
principios fundamentales: no interrumpir y no dejar que se abran silencios que pueden resultar
abismos infranqueables.
Durante la entrevista, el periodista debe concertarse en las preguntas tanto como en las
respuestas. Explorar los motivos de ciertas decisiones, las causas más que los efectos, los
impulsos interiores que provocan actitudes exteriores. La última pregunta, tanto como la
primera, deben ser significativas, originales, personales, ingeniosas, capaces de permitir al
entrevistado lucirse y sentir bien.
Con la información que se tiene en torno al personaje, buscar contradicciones entre lo que dijo
en otra época y lo que ha demostrado después. Y a continuación, haciendo valer la condición de
periodista, desempolvar el sentido común y la inevitable intuición respecto a lo la opinión pública
espera saber de esa persona.
Hay una cierta tendencia por parte de algunos periodistas a ser gratuitamente cáusticos con las
personas que entrevistan; pero no es haciendo quedar mal al entrevistado como va a quedar
bien el periodista ante los lectores.
"Durante la entrevista, el comportamiento del periodista debe estar a la altura de las
circunstancias; no debe presumir haciendo preguntas que puedan rayar en la insolencia; el
periodista tiene la facultad de preguntar exhaustivamente, pero su actitud y su técnica no son las
de un policía o un fiscal, sino las de un hombre de prensa, cuyo único privilegio es haber llegado
hasta él para presentarlo luego a los lectores de su medio. Obtener informaciones objetivas o
subjetivas de un personaje es la meta de un entrevistador, pero los medios para obtenerlas
deben procurar ser siempre lícitos.”
Sobre el método para registra el diálogo. Unos insisten que se debe tomar notas y no confiarse a
la memoria; otros urgen a usar la grabadora como solución a la falta de memoria. En un extremo
están los periodistas que sostienen que el uso de la grabadora es innecesario, ya que las notas
del periodista son generalmente más certeras, confiables y simplifican el trabajo a la hora de
escribir. En el otro, hay quienes dicen que el uso de la grabadora es recomendable, ya que así se
recupera con fidelidad completa la entrevista. Veamos algunas de esas opiniones.
"Decimos que no, porque la grabadora no registra absolutamente nada de los detalles para la
descripción. No registra las incidencias de la entrevista, los detalles significativos o no sobre el
personaje físico y su psicología; por lo tanto, no emula el ejercicio al comentario, la crítica o la
opinión del periodista sobre el entrevistado o la entrevista. Lo acostumbra a presentar un trabajo
frío, objetivo valioso por esta última razón, pero no interpretativo, como se exige ahora más que
antes. La entrevista contemporánea adquiere visos literarios muy audaces, aunque audacia
lingüística sedaba por lo menos en el Perú desde los comienzos de este siglo. Es bueno acudir a
las bibliotecas para encontrar inspiración en los trabajos interpretativos de entrevistadores de
alta calidad literaria, como César Vallejo, para mencionar sólo a uno de ellos. Vallejo, Mariátegui,
etc. nunca usaron grabadora".
4. Redacción.
La etapa final de la entrevista consiste en redactarla, editada o complementarla con ilustraciones
es una parte fundamental del trabajo periodístico. Hay quienes afirman que la antevista debe
escribirse inmediatamente después de llevarse a cabo, porque permite que la memoria esté
fresca y el interés se conserve muy vivo.
"En cuanto a la escritura de las entrevistas, el reportero debe seguir el esquema propio del
reportaje de citas, aunque en ocasiones pueda establecer su propio esquema al servicio del ritmo
del diálogo y la narración. El reportero debe ser fiel a las ideas del entrevistado, aunque no
precisamente a las propias palabras del entrevistado. Esto justifica el lenguaje sincopado o la
presentación en el escrito de preguntas desconcertantes que realmente no se hicieron así en la
conversación, pero cuya respuesta se provocó por cauces normales. Deben respetarse, sin
embargo, las propias palabras de la persona entrevistada cuando estas palabras tienen un valor
esencial. Es también importante no incurrir en ese error de principiantes que consiste en ir
contando al lector todos los detalles propios del revés de la trama. El lector quiere un resultado
ya logrado y no le importa el proceso preparatorio ni los hechos irrelevantes propios de una
conversación normal entre personas educadas: dar la mano, ofrecer lumbre, desear buen viaje o
suerte, etc."
La redacción de entrevistas exige una mentalidad de destilador, la búsqueda de un método que
permita al periodista prescindir de los elementos volátiles y quedarse con los hechos sólidos que
sustentan sus hallazgos.
El periodista debe esforzarse por "pintar" con palabras, al personaje entrevistado para que el
lector se haga una idea inmediata, fácil y lo más vivida del sujeto. La práctica continua permite a
los periodistas adquirir esa habilidad que en muchos profesionales se ha convalido en arte.
En el libro "La Entrevista", de Monserrat Quesada se consignan seis aspectos que, al escribir una
entrevista de personalidad o creativa, podrían ser tomados en cuenta por los entrevistadores:
Tal como corresponde al criterio profesional, una vez obtenida la entrevista, el periodista debe
disponer los datos más saltantes, fundamentalmente, de manen cronológica, aunque esto no
sucede a menudo. Hay que tomar en cuenta que sí se escribe la entrevista en el estilo de
preguntas y respuestas, resulta adecuado redactar un "gorro" o resumen sobre el entrevistado, el
motivo de la entrevista, y una síntesis de su propuesta que irá al comienzo del texto. Cuando no
se emplea esta técnica porque se trata de las entrevistas de creación, entonces, el periodista
procede de acuerdo a su criterio de interpretación de las declaraciones. El cuerpo de la noticia se
redactará alternando las palabras textuales del personaje interrogado con descripciones o
narraciones que corren a cargo del periodista, en párrafos presentados como un relato en tercera
persona que se intercalan dentro de las citas; o referencias precisas hechas con palabras surgidas
en el coloquio entre entrevistado y entrevistador.
CONSEJOS DE EXPERTOS
Para el catedrático español Martínez Albertos, la entrevista no está ajena a la ética periodística:
"Una última recomendación práctica nos atrevemos a dejar aquí apuntada: la necesidad de
trabajar la entrevista con espíritu de elegancia moral, con fair play. Las entrevistas,
efectivamente, pueden ser una frente continua de pequeños actos difamatorios contra las
personas que aparecen entrevistadas. Muchas veces estas faltas nacen del prurito del periodista
de quedar ante el lector como un hombre agudo e inteligente, con cierto desprecio comparativo
para el interlocutor. Hay ocasiones en que el afán de autoafirmación del periodista produce
como resultado que el lector piense que el entrevistado es tonto o poco menos. Esto no es
correcto: al escribir una entrevista, el reportero debe conceder al interlocutor una igualdad de
armas para el coloquio. No puede ridiculizado, ni alterar su pensamiento, ni utilizar la entrevista
como plataforma para la exhibición intelectual del entrevistador. Aparece aquí implícita,
normalmente, más una cuestión de elegancia espiritual del periodista -de fair play deportivo- que
de verdadera ética profesional. Pero el juego limpio es siempre aconsejable como norma de
convivencia y como cautela prudente para el futuro profesional de los reporteros
entrevistadores."
1. Hay que saber lo que se desea (¿qué cosas quiere uno indagar?)
2. Hay que prepararla entrevista (averiguar antecedentes).
3. Hay que pensar de antemano las preguntas.
4. Hay que tener cuidado al tomar notas.
5. Hay que estudiar al entrevistado (es necesario adular a uno convencer a otros con
halagos y a otros más con mentiras).
6. Hay que ser concreto (hacer preguntas directas que sugieran cuál es la respuesta que se
desea).
7. Hay que ser exacto (no se debe tener hacer preguntas y confirmar los hechos, nombres).
8. Hay que buscar el colorido (al hablar, con el entrevistado hay que esforzarse por
imaginar las palabras que mejor lo describan con brevedad);
9. No hay que hablar demasiado (se entrevista, a una persona para que dé información, no
para luche);
10. No hay que olvidarse del sentido del humor (puede servir para cobrar confianza).
Para Sibila Camps y Luis Pozos la entrevista propiamente dicha, a menudo en un ambiente de
cierta intimidad, exige que el periodista, en cierta forma, actúe un poco como psicólogo y otro
poco como detective. Esto implica
• Tratar de que la entrevista se realice: en un lugar tranquilo y silencioso; en un ámbito donde no
se corra el riesgo de que el entrevistado se distraiga; en un sitio donde ni el entrevistado ni el
periodista puedan ser interrumpidos; a una hora en que el entrevistado no esté demasiado
dormido, cansado ni ansioso; con tiempo suficiente.
• Conocer lo máximo posible la vida y obra del entrevistado, o bien el tema que se va a tratar
con él.
• Elaborar previamente las preguntas o los temas sobre los cuales se va a conversar, aunque
puedan ir variando durante la charla.
• Tener en cuenta que ciertas respuestas dan pie a nuevas preguntas.
• No formular preguntas ambiguas: generan respuestas ambiguas y permiten al entrevistado
escaparse por la tangente.
• No formular preguntas excesivamente globales: anulan la posibilidad de diálogo y se corre el
riesgo de que el entrevistado conteste según un libreto que tal vez ya tenía preparado.
• Cuando se hace ineludible tratar un tema sobre el cual el entrevistado ya ha hablado en
numerosos reportajes, para evitar declaraciones reiterativas se puede abordado a través de un
enfoque diferente.
• No formular preguntas que den lugar a respuestas previsibles.
• Según la personalidad del entrevistado y su eventual resistencia a hablar sobre ciertos temas,
conviene ir creando un clima de distensión a través de preguntas de menor relevancia, aun
cuando las respuestas tal vez no tengan mayor utilidad en el reportaje. Esto no implica adular al
entrevistado.
• Una actitud agresiva o abiertamente cuestionadora por parte del periodista puede llevar al
entrevistado a cortar el diálogo.
• Ciertas preguntas pueden irritar o predisponer negativamente al entrevistado. Conviene ir
dosificándolas a lo largo del diálogo, de modo de formularlas en el momento más oportuno. Si
se teme que alguna pregunta llegue a poner en peligro la entrevista, dejada para el final.
• No cabe que el periodista juzgue las respuestas, pero sí que formule las objeciones que crea
convenientes para profundizar en el tema que se está tratando.
• La negativa a contestar una pregunta es, de por si, una respuesta. También lo son la respuesta
parcial y la evasiva.
• De todas maneras, ante la reticencia a contestar una pregunta o ante una respuesta evasiva,
se puede retomar el tema en otro momento de la charla, rol, formulando la pregunta a partir de
un nuevo enfoque y con naturalidad, como si no se hubiera planteado anteriormente o el
periodista no hubiera comprendido bien la respuesta.
• Asimismo, es recomendable mantener esa naturalidad aun cuando el entrevistado hace una
confidencia o revela una información de importancia. Demostrar abiertamente el interés por
una respuesta reservada o sorprendente puede llevar al entrevistado a cambiar de tema.
• Para facilitar las respuestas espontáneas conviene manejar con naturalidad también las
herramientas de trabajo (cuaderno o block apuntes, lapicera) y no demostrar que se está
pendiente del grabador o del reloj.
• Excepto que el entrevistado prohíba expresamente su uso, el grabador es imprescindible e
irreemplazable.
Al transcribir las declaraciones es necesario ser fiel a las ideas del entrevistado, esto significa
respetar también su manera de apresarse.
Sin embargo, la fidelidad absoluta choca con las limitaciones de extensión pautadas por el editor
y con la lectura fluida de la nota. Por lo tanto, es aconsejable:
• Si el entrevistado repite un concepto, dejar sólo aquella frase o frases que mejo r lo expresan.
• Agrupar las respuestas en tomo de un mismo tema, aun cuando las preguntas hayan sido
formuladas en otro orden durante la entrevista.
• Transcribir el tono de las respuestas, comentarios y acotaciones mediante signos de
entonación (exclamación e interrogación), y de puntuación (coma, punto y coma, punto y
seguido, punto y aparte, puntos suspensivos).
• Si el periodista mantiene una relación personal con el entrevistado, cuidar que el trato
familiar de la charla no se traduzca en un tono confianzudo: el lector puede interpretarlo como
una falta de respeto hacia el entrevistado o bien vivir el clima intimista como un privilegio
excluyente del periodista, del que él queda afuera.
• Si una pregunta tuvo por respuesta el silencio y es de interés consignado, transcribirlo
mediante puntos suspensivos.
• Si una respuesta valiosa es excesivamente larga, separarla en dos partes introduciendo una
pregunta verosímil.
En cambio, se puede tener mayor libertad al transcribir las preguntas. De todos modos, es
conveniente que:
• Sean breves y concisas;
• Sean comprensibles para el lector, reemplazando los términos técnicos específicos por otros
que le resulten más accesibles;
• Ante el lector, el periodista no intente demostrar su presunta superioridad sobre el
entrevistado;
• Si es necesario ganar espacio, se supriman dos o más preguntas y se un liquen las respuestas
en un solo párrafo."
A modo de recapitulación presentamos la guía que un reportero del Wall Street Journal propone
a la hora de hacer una entrevista:
1. Nunca comiences con preguntas duras. Mejor, rompe el hielo, explica quién eres, qué haces,
por qué elegiste al sujeto. Un cumplido suele ayudar mucho.
2. A menudo, la pregunta inicial debe ser abierta, de modo que le permita al entrevistado
hablar de lo que más le guste. La cuestión es que la persona comience a hablar, se establezca el
ambiente de plática, y el periodista pueda comenzar a descifrar la actitud que el entrevistado
muestra hacia uno mismo y hada el tema de la entrevista.
3. Observa y escucha atentamente al sujeto para comprobar cómo reacciona. Usa esta
información para decidir qué estilo adoptar: más serio, al punto, más relajado, y así no dejar
que el ritmo de la entrevista escape a tu control.
4. Trata de estar atento a pistas que te sugieran preguntas o temas en los que no habías
pensado. Sé flexible. Quizás el tema que hablas elegido era el equivocado o secundario.
5. Recuerda todo el tiempo que al acabar tienes que escribir una historia. Según escuchas,
pregúntate: ¿cuál será la entrada?, ¿estoy entendiendo lo suficiente como para dejar claro cuál
es el tema y poder apoyado con citas y documentación?, ¿tengo suficiente información para
relatar coherentemente la anécdota que acaba de contarme?
6. No renuncies a hacer preguntas embarazosas. Tras un acercamiento preliminar al asunto,
más amable, hazlas.
7. No tengas miedo de hacer preguntas ingenuas. El entrevistado siempre va a comprender que
no lo sabes todo. Por mucho que te hayas preparado, siempre quedan cosas de las que uno no
pudo enterarse.
8. Acostúmbrate a hacer preguntas del tipo ¿qué quiere decir con eso?, ¿por qué eso? que
aludan a que el sujeto no deje de hablar, evitando silencios embarazosos.
9. A veces es útil cambiar el ritmo de la entrevista alejándote de temas sensibles, apartando el
cuaderno o la grabadora y mostrando profundo interés por una irrelevancia. Eso sí, asegúrate
de volver luego al tema importante. En otras ocasiones, una pausa repentina tiene un buen
efecto. Cuando el entrevistado acaba de hacer una afirmación, quédate mirándolo, quizá con
una leve sonrisa. A menudo se pondrá nervioso y acabará soltando algo interesante.
10. Ocasionalmente obtienes tu mejor cita o descripción cuando el sujeto piensa que la
entrevista ha terminado. Cuando ve que cierras el block y te despides, se relaja y a menudo sale
con alguna declaración sorprendente. No bajes la guardia hasta que cierre la puerta.
EJERCICIOS
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