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5
LECTURA RESUMEN HISTORIA DE LA BELLEZA,

ECO, UMBERTO,

CAPITULO IX

LOPEZ CERVANTES DALIA CAROLINA

ESTETICA

DE LA GRACIA A LA BELLEZA INQUIETA


1. HACIA UNA BELLEZA SUBJETIVA Y MULTIPLE

En el renacimiento la perfección de la belleza consiste en la proporción de las partes. Se trata


de un movimiento dinámico, que incluye el clasicismo, manierismo, barroco y rococó.

Desde el punto de vista social no se figura a un artista como una composición social del
público, sino que ambos se ven invadidos por una sensación de inquietud que se refleja en
todos los aspectos de la vida, tanto materiales como espirituales.

El tema de la gracia, vinculado al de la belleza, abre paso a concepciones subjetivas y


particularistas de lo bello.

2. MANIERISMO

Dinámicas animan a la relación contradictoria de los manieristas con el clasicismo: la inquietud


del artista, atapado entre la imposibilidad de rechazar el patrimonio artístico de la generación
anterior y la sensación de extrañeza respecto al mundo renacentista, le lleva a sacar del
interior las formas que apenas se han estabilizado según los cánones “clásicos”.

La belleza clásica se considera vacía, carente de alma y a ella los manieristas proponen una
espiritualización: sus figuras se mueven en un espacio irracional, y dejan que surja lo “surreal”

Los manieristas privilegian las figuras animadas y, en especial, la s, la figura serpentina que no
se inscribe en círculos o cuadriláteros geométricos, sino que remite más bien a las lenguas de
fuego.

La belleza manierista expresa un desgarramiento del alma apenas velado: es una belleza
refinada, culta y cosmopolita como la aristocracia que la aprecia y encarga a obras. Combate
las severas reglas del renacimiento, pero recha el atrevido dinamismo de las figuras barrocas

Durante mucho tiempo se consideró que los manieristas constituían un breve paréntesis entre
el renacimiento y barroco: en cambio ahora se reconoce que la época renacentista es
manierista.
3. LA CRISIS DEL SABER

La turbación que provoca en el hombre el descubrimiento de que ya no ocupa el centro del


universo va acompañada de la desaparición de las utopías humanistas y renacentistas respecto
a la posibilidad de construir un mundo pacífico y armonioso.

Todo el contexto histórico ayudo a reforzar el descubrimiento de que el universo no ha sido


creado a medida humana, y de que el hombre no es ni su artífice ni su dueño

Paradójicamente, es el enorme progreso del saber el que produce la propia crisis del saber

4. LA MELANCOLIA

Toda una época parece separar esta representación de la armoniosa y serena del geómetra
Euclides en la Escuela de Atenas.

El hombre del renacimiento escudriñaba el universo con los instrumentos de las artes
prácticas, el hombre barroco buscaba en las bibliotecas, melancólico, deja en el suelo los
instrumentos.

Lo que fue orinal, fue la compenetración de “aros geométrica” y “homo melancolices”, en la


que la geometría adquiere un alma y la melancolía una plena dimensión intelectual: esta doble
atribución es la que crea la belleza melancólica que atrae hacia sí.

5. AGUDEZA, WIT, CONCEPTISMO…

Uno de los rasgos característicos de la mentalidad barroca es la combinación de imaginación


exacta y efecto sorprendente, que adopta diversos nombres y que halla su más alta expresión
en Gracián. Los conceptos, aunque no tienen forma propia, deben poseer cierta sutileza o
agudeza capaz de sorprender y penetrar en el alma del oyente. De este modo a la belleza
conceptuosa se le abren sensible se aproxima cada vez más a formas de belleza a significante
e informe.

6. LA TENSION HACIA LO ABSOLUTO

La red de relación de formas, que ha de crearse y recrease en cada ocasión, ocupa el lugar de
modelos naturales, vinculantes y objetivos: el siglo barroco expresa una belleza que esta, más
allá del bien y del mal.

Puede expresar lo bello a través de lo feo, lo verdadero a través de lo falso, la vida a través de
la muerte. Este tema de la muerte, por otra par, se encuentra obsesivamente presente en la
mentalidad barroca.

No por eso la belleza barroca es amoral o inmoral, al contrario: el profundo sentido ético de
esta belleza no reside en la adhesión a los a los cánones rígidos de la autoridad política y
religiosa que expresa el barroco, sino en el carácter de totalidad de la creación artística.

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