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LECTURA RESUMEN HISTORIA DE LA BELLEZA,
ECO, UMBERTO,
CAPITULO IX
ESTETICA
Desde el punto de vista social no se figura a un artista como una composición social del
público, sino que ambos se ven invadidos por una sensación de inquietud que se refleja en
todos los aspectos de la vida, tanto materiales como espirituales.
2. MANIERISMO
La belleza clásica se considera vacía, carente de alma y a ella los manieristas proponen una
espiritualización: sus figuras se mueven en un espacio irracional, y dejan que surja lo “surreal”
Los manieristas privilegian las figuras animadas y, en especial, la s, la figura serpentina que no
se inscribe en círculos o cuadriláteros geométricos, sino que remite más bien a las lenguas de
fuego.
La belleza manierista expresa un desgarramiento del alma apenas velado: es una belleza
refinada, culta y cosmopolita como la aristocracia que la aprecia y encarga a obras. Combate
las severas reglas del renacimiento, pero recha el atrevido dinamismo de las figuras barrocas
Durante mucho tiempo se consideró que los manieristas constituían un breve paréntesis entre
el renacimiento y barroco: en cambio ahora se reconoce que la época renacentista es
manierista.
3. LA CRISIS DEL SABER
Paradójicamente, es el enorme progreso del saber el que produce la propia crisis del saber
4. LA MELANCOLIA
Toda una época parece separar esta representación de la armoniosa y serena del geómetra
Euclides en la Escuela de Atenas.
El hombre del renacimiento escudriñaba el universo con los instrumentos de las artes
prácticas, el hombre barroco buscaba en las bibliotecas, melancólico, deja en el suelo los
instrumentos.
La red de relación de formas, que ha de crearse y recrease en cada ocasión, ocupa el lugar de
modelos naturales, vinculantes y objetivos: el siglo barroco expresa una belleza que esta, más
allá del bien y del mal.
Puede expresar lo bello a través de lo feo, lo verdadero a través de lo falso, la vida a través de
la muerte. Este tema de la muerte, por otra par, se encuentra obsesivamente presente en la
mentalidad barroca.
No por eso la belleza barroca es amoral o inmoral, al contrario: el profundo sentido ético de
esta belleza no reside en la adhesión a los a los cánones rígidos de la autoridad política y
religiosa que expresa el barroco, sino en el carácter de totalidad de la creación artística.