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Ensayo Entornos Educativos

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INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL

CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE CIENCIAS


DE LA SALUD UNIDAD SANTO TOMAS

UNIDAD DE APRENDIZAJE:

Intervención en Entornos Educativos

PROFESORAS:

Adriana Esther Juárez Vargas

Lorena Sánchez Bernal

ALUMNO:

Blanco Flores Israel

Ensayo:
La educación formal: ¿en verdad cumple su objetivo?

GRUPO:

3PM63
La educación escolar es una institución que nos permite tener acceso a diversos
conocimientos que en el núcleo familiar sería un poco complicado acceder, pues
las ciencias y hacer ciencia no está en su mayor parte concentrado en el grueso
de la población Mexicana de acuerdo a un porcentaje mínimo de profesionistas y a
un alto número de personas que apenas cubren con la educación básica lo que
complicaría que la educación en el núcleo familiar se incorpore este tipo de
conocimientos de los padres/tutores a los hijos agregando otra variable la cual
sería los horarios que tienen los trabajadores pues solo una pequeña parte de la
población del país que trabaja en pleno 2018 tiene “el privilegio de laborar 8 horas”
diarias sin contemplar otras variables como es el tiempo de traslado que restan la
posibilidad de fijar tiempos para transmitir este tipo de conocimientos. Enfocando
este ensayo particularmente en la educación formal en México hare una crítica con
su respectiva propuesta pues en pleno siglo XXI aún tenemos brechas y lagunas
que no han podido revolucionar la manera de hacer educación de calidad por ende
se necesita especialistas que ayuden a sacar del declive los modos en los que
operan las autoridades educativas sobre el alumnado en especial.

La educación formal en México desde la básica hasta la superior ha tenido fallas


en su modo de operar, esta educación ha ido cambiando de concepto por parte de
la sociedad Mexicana pues cuentan nuestros abuelos y Bisabuelos (en caso de
tener acceso a esta población) que la educación era vista de afuera con el mismo
objetivo con la que se creó, llenar de diferentes conocimientos derivados o mismos
de la ciencia en el individuo para su crecimiento y posible productividad ajustada a
los nuevos modelos y demanda que estaba exigiendo la sociedad (una sociedad
industrializada donde se apoderaba poco a poco el capitalismo); los docentes eran
reconocidos y admirados por su arduo labor y alta preparación para transmitir a los
diferentes niños o adolescentes que acudían a las aulas para prepararse mejor;
ahora la escuela sigue su curso, pero la forma en cómo se percibe de afuera es
muy diferente, pues los papás ahora ven a la escuela-me centraré en la educación
básica- como una oportunidad de inscribir a sus hijos para que estén seguros y
vigilados con personas que “reciben un sueldo” destinado para ello, sin embargo la
percepción que tienen existen dentro de las instituciones educativas formales va
encaminado a los mismo pues los maestros y demás profesionales que le dan
estructura a estas instituciones, en su mayoría, ya no toman en cuenta las
singularidades que presenta un alumno, si presenta problemas económicos, si
cierto porcentaje de alumnos inscritos o aspirantes sean zurdos (expreso esto por
la homogenización de las formas de los pupitres), tipo de aprendizaje que sería
eficaz para un mayor rendimiento de los alumnos, ritmos de aprendizaje que no es
tomado en cuenta por calendarios estrictamente elaborados para cubrir un curso
periodo a periodo como si fuera una producción en serie (modelo industrial nada
humano), etc; todas estas deficiencias han llevado a la educación formal educativa
a un declive en la forma como se forman seres con conocimiento derivado de la
ciencia. Sin duda la escuela se ha convertido en un lugar donde es más prioritario la
producción de alumnos certificados que alumnos que se logren aliarse con el
conocimiento y hacerlos suyo.

“La psicología de la educación es una disciplina que funge como herramienta para
la intervención profesional con el fin de indagar y actuar en situaciones educativas”
(César Coll, 1988; 2001), esta disciplina estudia el más amplio sentido de los
procesos psicológicos (cognoscitivos, sociales y afectivos) que ocurren como
consecuencia de la participación de individuos y a los grupos que éstos
pertenecen en prácticas y contextos educativos de muy diversa índole que mi
propuesta va encaminada a la participación activa en cada institución educativa
que se encuentre en nuestro país sin excepciones (factores de raza y clase social)
pues este tipo de problemáticas que expuse anteriormente es porque en mi andar
dentro de las instituciones formales educativas a razón del contacto con grandes
cantidades de alumnos vi muchas deficiencias que ocurrían con mis compañeros y
también fui víctima en todos los niveles en los que he estado de aquellas
irregularidades que se tenía con nosotros, sin saber (por parte de los alumnos,
docentes y directivos) que la solución estaba en el trabajo especializado de los
psicólogos de la educación, pueden aportar, en ello esta lo que acontece en la
escuela, lo que acontece en contextos como la familia, la comunidad, los
ambientes de recreación y laborales, etc; “tomando en cuenta que el psicólogo
está capacitado para acompañar al humano en todo su ciclo de vida lo que no
excluye al psicólogo educativo ser el idóneo para intervenir en la educación no
solo básica sino también en la educación superior” (Coll 1989, Hernández, 1998).

Hay que tomar en cuenta -como anticipe- no existe relación estrecha docentes y/o
directivos educativos con los padres, esto lleva a la monotonía del modo operante
de las instituciones educativas, hablo en la educación formal básica, esto sucede
porque la mayoría de las instituciones carece de apoyo psicológico para
intervención, es dado en estos contextos “las etiquetas” con ellas los profesores y
personas con autoridad en este ámbito clasifican al alumnado y es más fácil
mostrar conductas de castigo social y refuerzo social y/o simbólico, esta es la
solución inmediata que opera en las instituciones también instala una conducta en
los alumnos pues se escucha en el interior de las aulas “el burro”, “ el aplicado” (a
mí parecer, término muy ambiguo), “el enfermo mental” con sus derivados, “el que
nunca asiste a clases” (este rubro estaba yo maestra), “el alumno problema”, etc;
este tipo de etiquetas que ponen las autoridades no está dando una solución a
este tipo de problemáticas y lo peor de todo es que esto antes escrito es un común
denominador en la mayoría de las escuelas del país sin tomar en cuenta que en
zonas rurales existen problemas más fuertes derivados al acceso a las escuelas o
económicos tanto del núcleo familiar tanto de las escuelas al no tener los
suficientes recursos materiales para hacer más eficiente el método de enseñanza;
al no existir comunicación y un trabajo en conjunto con los padres/tutores de los
alumnos y los docentes/directivos el problema se agudiza al grado de ver a la
escuela como un lugar donde tienes que hacer lo que te piden a cambió de algo o
lograr un objetivo (símbolo de terminación de estudios).

Los talleres que implementan los psicólogos educativos son prácticos, interactivos
y llenos de soluciones para la prevención de problemas que ahora se normalizan
desde el núcleo familiar, tomando en cuenta que las familias cambian y es la base
de la formación de una persona cuando nace, creo firmemente que la base de los
problemas que tienen nuestros entornos educativos es porque no le hemos
prestado atención a las familias, sus necesidades y su posición en sociedad, pues
entre las etiquetas que algunos profesores ponen en las aulas resalta “tipo de
familia a la que pertenece el alumno” pues existe el alumno que vive con sus
padres lo que llaman normal hasta las familias monoparentales “que condicionan”
en el alumno una imagen de pasividad en el rendimiento escolar y problemático en
conducta dentro del aula; el cual mi propuesta es que desde las direcciones del
ámbito educativo se dé más presupuesto para equipar (no me refiero a estructura
arquitectónica) las escuelas con lo necesario para su adecuado funcionamiento,
en esto entran los psicólogos educativos, invertir en ellos no es un gasto
innecesario, pues con su preparación y experiencia pueden hacer un vínculo
estrecho entre docentes, alumnado y padres para lograr un objetivo en común,
potencializar y empoderar por medio de sus recursos a los alumnos con fines
educativos para un mayor rendimiento; y las escuelas que cuentan con un
psicólogo educativo brindarle espacios físicos y en el programa operativo para
hacer un diagnóstico e intervención dentro de su escuela, no solo con los alumnos
y padres, también con los docentes y directivos que solo se centran en cumplir un
protocolo y mantener “el orden”, así se aprovecha esta valiosa herramienta que
poseen los profesionales del comportamiento y la salud mental de esta manera
mermar estas ideas falsas que operan al interior con un fin de vincular y fortalecer
el crecimientos de los alumnos desde las bases de su formación, la familia y la
educación educativa en especial del ámbito formal.

REFERENCIAS:

 Coll, C. (1988). Conocimiento Psicológico y práctica educativa. Introducción a las


relaciones entre psicología y educación. Barcelona: Barcanova.
 Barquero, R. (2002). “Del experimento escolar a la experiencia educativa. La transmisión
educativa desde una perspectiva psicológica situacional”, en perfiles educativos, 3ra
edición, Vol. 25. P.P. 57-60.
 Tirado, F. Y Col, C. (2010) Psicología educativa. Ed. McGraw-Hill, México ISBN-13:978-
970-107322-3. Páginas 325, 326, 330 y 334.

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