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ISSN: 0188-4638
D.R. © INAH, Córdoba 45, Col. Roma, Primera época: 1978-1982 (núms. 1 al 8)
C.P. 06700, México, D.F. Nueva época: 1989-1991 (núms. 9 al 15)
Tercera época: 2004-
Boletín de Monumentos Históricos, tercera época, núm. 32, septiembre-diciembre de 2014, es una publicación editada por el Instituto
Nacional de Antropología e Historia. Editor responsable: Benigno Casas de la Torre. Reservas de Derechos al uso exclusivo: 04-2008-
012114371500-102, ISSN: 0188-4638, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título y
Contenido: 16123, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domi-
cilio de la publicación: Insurgentes Sur 421, séptimo piso, col. Hipódromo, C.P. 06100, México, D.F. Imprenta: Taller de impresión del
inah, Av. Tláhuac 3428, Culhuacán, C.P. 09840, México, D.F. Distribuidor: Coordinación Nacional de Difusión del inah, Insurgentes Sur
421, séptimo piso, col. Hipódromo, C.P. 06100, México, D.F. Este número se terminó de imprimir el 30 de octubre de 2015 con un tiraje
de 1 500 ejemplares. Revista indexada en clase y Latindex.
Índice
2 Editorial
artículos
124 Los sistemas de irrigación en las misiones californianas (siglos xviii y xix)
| ana ruiz gutiérrez/miguel ángel sorroche cuerva
noticias
149 Un diálogo humanista con el pasado.
Don Silvio Zavala (1909-2014), in memorian | maría del carmen león garcía
Editorial
La huella del agua en el México virreinal
L
a idea de una colección de ensayos acerca del agua surgió de una serie de
conversaciones sobre las implicaciones sociales, políticas, simbólicas, medio-
ambientales, urbanísticas y culturales de este recurso natural en la historia
novohispana. Nuestro objetivo es profundizar en el conocimiento de cómo
el manejo y aprovechamiento del agua han contribuido a conformar el de-
venir histórico-monumental y social del México virreinal. No cabe duda que la cultura del
agua en América como campo de investigación ha originado y aún origina una notable y
multidisciplinar bibliografía. De hecho, en su ensayo de 2013 Martín Sánchez Rodríguez y
2|
Evelyn Alfaro Rodríguez advertían la rica y abundante historiografía que el tema del agua
ha proporcionado a nuestro conocimiento de México en el periodo colonial.1 La celebra-
ción en 1998 del congreso internacional Antiguas obras hidráulicas en América puso de
manifiesto la disparidad de aspectos que convergen en el estudio de las infraestructuras
hidráulicas, tanto científico-tecnológicos como socioeconómicos, culturales y artísticos.2
Igualmente se revalorizaba entonces un campo de estudio que en las últimas cuatro dé-
cadas se ha mostrado sumamente fructífero y que aún suscita nuevas investigaciones en
disciplinas como la arquitectura y urbanismo, los estudios medioambientales, la historia
social y cultural, la ciencia e ingeniería, y la cartografía. Como veremos en seguida, estas
obras hidráulicas quedaron también registradas en crónicas, descripciones, pleitos, trazas,
informes, memorias y mapas que conforman un ingente acervo documental, reflejo de la
dinámica sociedad virreinal y su relación con el agua.3
1 Martín Sánchez Rodríguez y Evelyn Alfaro Rodríguez, “El agua en la historiografía mexicanista durante la
época colonial”, en Édgar Hurtado Hernández y José Francisco Román Gutiérrez (coords.), en Con tinta de agua:
historiografía, tecnología y usos, Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2013, pp. 13-63.
2 Antiguas obras hidráulicas en América: actas del Seminario, México-1988, Madrid, cehopu/Cedex/ Ministerio de
Obras Públicas y Transportes, 1991.
3 Aunque no corresponde al periodo que abarca este número especial, cabe citar una breve selección de la im-
portante historiografía dedicada al estudio del agua en el México prehispánico: Ángel Palerm, Obras hidráulicas
prehispánicas en el sistema lacustre del Valle de México, México, inah, Seminario de Etnohistoria del Valle de Méxi-
editorial
del maestro español, el gobernador indígena lo- ciudad —como el transporte por canoa, la agricultura
gró que el virrey Martín Enríquez de Almanza y chinampera y la prevención del hundimiento del te-
el cabildo aprobaran la construcción del acueduc- rreno—, Boot argumentaba que la causa principal de
to que abasteciera una nueva fuente en el tian- las inundaciones no era la existencia misma de agua
guis de San Juan, un impresionante mercado que sino su excesiva abundancia. Tomando como punto
funcionaba como corazón de la parcialidad indí- de partida sus conocimientos de la tecnología hidráu-
gena. A través del estudio de documentación grá- lica de los Países Bajos, el holandés proponía limpiar
fica, Mundy analiza cómo la fuente no sólo cum- canales, dragar lagos, reconstruir calzadas, edificar
plió un propósito práctico, sino también cómo su una albarrada y poner en uso máquinas hidráulicas
ubicación frente al tecpan, el palacio de gobierno para prevenir inundaciones, al tiempo que se aten-
de Valeriano, enfatizaba el concepto prehispánico dían las necesidades sociales y medioambientales de
del altepetl. la ciudad. El fracaso de Boot en garantizar el apoyo a
En el segundo ensayo, “En el arte de mi profe- su proyecto, concluye López, determinó que las auto-
sión”: Adrian Boot y el manejo holandés del agua ridades virreinales siguieran adelante con el desagüe.
en el México virreinal”, el historiador John F. López Al igual que sucediera en la geografía insular
investiga una propuesta para control de las inun- de la ciudad de México, las crecidas del agua y
daciones de la ciudad de México presentada por el su control a través de infraestructuras hidráuli-
citado maestro de ingeniería hidráulica. Su presen- cas fue también un asunto de primer orden en
cia en México (en 1614) respondía al encargo de tierra firme. Erigida en 1630, a 30 km al noreste
la Corona española de proporcionar un asistente a de dicha urbe, la presa de Acolman no sólo de-
Enrico Martínez para su proyecto del desagüe que, bía prevenir desoladoras inundaciones en la ca-
4|
mediante un canal y túnel, permitiría drenar los la- pital virreinal, sino también actuar de depósito
gos que rodeaban la ciudad.7 Boot no sólo se mostró de los manantiales de San Juan Teotihuacán y de
contrario a esta solución, sino que también expuso otras corrientes cercanas. Argumentando que las
las razones de índole social y medioambiental que obras hidráulicas no son únicamente estructuras
justificaban su intensa oposición.8 Reconociendo los de piedra y argamasa, en “La presa de Acolman:
beneficios que el paisaje lacustre proporcionaba a la integridad física, vida social e inestabilidad am-
7 Para un mayor conocimiento de la vida y obras de Enrico Mar-
biental en el valle de Teotihuacán”, el historiador
tínez, véase Francisco de la Maza, Enrico Martínez: cosmógrafo Bradley Skopyk y la antropóloga Diana Martínez
e impresor de Nueva España, México, Sociedad de Geografía y Yrizar subrayan de manera convincente las impli-
Estadística, 1943.
8 Entre los estudios que se han ocupado de la problemática re-
caciones sociales y políticas de esta sobresaliente
lación del valle de México con el agua y de su laborioso drenaje edificación para las comunidades indígenas limí-
cabe citar: Jorge Gurría Lacroix, El desagüe del Valle de México trofes. Es más, como también puntualizan dichos
durante la época novohispana, México, unam, 1978; Alain Mus-
set, De l’eau vive à l’eau morte: enjeux techniques et culturels dans autores, la presa de Acolman condicionó en parte
la vallée de Mexico (xvie-xixe siècles): 1492-1992, París, Editions Re- cambios en el paisaje y el entorno medioambien-
cherche sur les civilisations, 1991; y, más recientemente, John tal que requirieron, como consecuencia, ciertas
F. López, “The Hydrographic City: Mapping Mexico City’s Ur-
ban Form in Relation to Its Aquatic Condition, 1521-1700”, tesis modificaciones y adaptaciones a nivel social de
doctoral, Department of Architecture, Massachusetts Institute dichas poblaciones. Sin embargo, dichos cambios
of Technology, 2013, y Vera Candiani, Dreaming of Dry Land
no siempre fueron inmediatos, sino que aconte-
Environmental transformation in Colonial Mexico City, Stanford,
Stanford University Press, 2014. cieron tiempo después de la conclusión de la fá-
editorial
les cercanos. En este estudio, los mapas adquieren Concluyendo este volumen se presentan dos
un valor significativo en tanto que nos permiten ensayos que examinan la relación entre el agua y
visualizar elementos de la hidrografía mexicana, otras edificaciones de singular relevancia durante
espacios urbanos, sistemas hidráulicos y estructu- el periodo virreinal. Como el lector comprobará,
ras arquitectónicas posteriormente alteradas o des- aljibes, cisternas, acequias, partidores y diques, en-
aparecidas. tre otras, fueron imprescindibles infraestructuras
Enlazando con el tema de la cartografía colonial hidráulicas para garantizar el funcionamiento, ha-
y su importancia en la documentación de recursos bitabilidad y objetivos tanto de fortalezas militares
hídricos, el historiador del arte C. Cody Barteet como de conjuntos misionales. La utilidad y valor
—en “El agua y su cartografía en el Yucatán virrei- de estas obras era mayor, si cabe, cuando se trataba
nal: de los Mapas de la provincia de Maní a los títulos de asentamientos con limitado o inexistente acceso
de Ebtún, 1585-1820”— nos orienta hacia otra singu- a tan necesario recurso natural. Así sucedió con los
lar geografía novohispana. El acceso a los depósitos aljibes de la fortaleza de San Juan de Ulúa. Locali-
naturales de agua en Yucatán —cenotes, aguadas, zada en el Golfo de México, frente a la ciudad de
cuevas— fue una prioridad y también motivo de Veracruz, esta edificación formaba parte del amplio
disputa entre las provincias y comunidades colo- sistema de fortificaciones desarrollado por la Coro-
niales mayas. Dicha rivalidad, que en algunos casos na española en América para proteger sus costas y
se prolongó hasta el siglo xix, y la necesidad de dis- territorios de ataques de otras naciones europeas.12
poner de una documentación precisa sobre térmi- Sin embargo, esta ubicación ofreció desventajas,
nos y divisorias territoriales originó la producción como analizan los arqueólogos Judith Hernández
de diversos mapas, tratados e informes notariales. Aranda y Roberto Jesús Ávila Hernández en su
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En su artículo, Barteet demuestra la importancia ensayo “Los aljibes en la fortaleza de San Juan de
del agua y su documentación cartográfica para la Ulúa, Veracruz”. Ante la falta de agua dulce, inge-
cultura maya en época colonial. Estos mapas, cuya nieros militares desarrollaron un soberbio sistema
elaboración nos habla de un proceso de negociación de aljibes para almacenar la procedente de las llu-
y transculturación de raíces mayas y españolas, no vias, tanto para consumo humano como para otras
sólo funcionaban como testimonio para legitimar la necesidades. Estas obras, como demuestran los
tenencia y acceso a recursos naturales en disputa. mencionados autores, fueron tan necesarias para la
Como expone Barteet, esta cartografía, junto con defensa de la fortaleza como los propios muros que
otras fuentes narrativas consultadas también por el
autor, proporciona una utilísima información para 12 Véase José Antonio Calderón Quijano, Historia de las fortifica-
conocer las estrategias empleadas por las comuni- ciones en Nueva España, 2a. ed., Madrid, Gobierno del Estado de
Veracruz/Consejo Superior de Investigaciones Científicas/Es-
dades mayas para preservar una identidad comunal
cuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984; José Omar Mon-
propia en el conjunto de una cambiante realidad co- cada Maya, Ingenieros militares en Nueva España: inventario de
lonial.11 su labor científica y espacial, siglos xvi a xvii, México, iig-iis-unam,
1993; Alicia Cámara Muñoz, Fortificación y ciudad en los reinos de
11Para otros estudios sobre la cartografía maya colonial, véase Felipe II, Madrid, Ministerio de Defensa/Nerea, 1998; Alicia Cá-
Amara L. Solari, “Circles of Creation: The Invention of Maya mara Muñoz, Los ingenieros militares de la monarquía hispánica
Cartography in Early Colonial Yucatán”, the Art Bulletin, vol. en los siglos xvii y xviii, Madrid, Ministerio de Defensa/Centro de
92, núm. 3, septiembre de 2010, pp. 154-168, y Amara L. Solari, Estudios Europa Hispánica, 2005; y Pilar Chías Navarro, El pa-
Maya Ideologies of the Sacred: the transfiguration of Space in Colo- trimonio fortificado: Cádiz y el Caribe, una relación transatlántica,
nial Yucatan, Austin, University of Texas Press, 2013. Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, 2011.
editorial
lugar en Coyoacán con Julieta García García, sub- In memoriam don Silvio Zavala (1909-2014)
directora de investigación en la Coordinación Na-
cional de Monumentos Históricos; a ella debemos Sirvan estas palabras como homenaje póstumo a
el dar apoyo institucional a una idea que brotaba uno de los pilares de la historiografía mexicana,
entonces y es hoy el volumen que aquí introduci- de cuyo reciente fallecimiento da breve noticia
mos. Finalmente, mil gracias a Barbara, Bradley, la historiadora María del Carmen León García al
Diana, Rafael, Yolanda, Cody, Judith, Roberto, Ana final de este volumen.
y Miguel por compartir sus investigaciones y pro-
porcionar nuevas y sugerentes perspectivas para el John F. López y Luis J. gordo peLáez
estudio del agua en el México virreinal. Editores invitados
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L
a primera noticia acerca del proyecto del nuevo acueducto de Chapultepec
|9
se encuentra en las Actas del Cabildo de la Ciudad de México. El 28 de ju
nio de 1575 don Antonio Valeriano, gobernador de MéxicoTenochtitlan,
junto con dos alcaldes, don Martín de la Cruz y don Martín Hernández, y
un grupo de otros nobles y funcionarios del gobierno indígena de México
Tenochtitlan comparecieron frente al ayuntamiento español de la ciudad.1 Se ofre
cieron a construir un nuevo acueducto desde Chapultepec a lo largo de la calzada
existente de San Juan. Su fin era abastecer primero San Juan Moyotlan, la parcialidad
indígena más populosa de toda la ciudad, y segundo, San Pablo Teopan, que, como San
Juan, carecía de aguas potables.2 Este no sería el famoso acueducto de Santa Fe, cuya
construcción se había iniciado en 1572.3 Era otro, y según la propuesta, al igual que su an
tecedente, se aprovecharía de los manantiales que fluían de San Miguel Chapultepec.4
* Department of Art History and Music, Fordham University. Agradezco a John Fabián López y a Luis Peláez
por la invitación a participar en este número, a los dictaminadores por sus extensas y valiosas críticas, y a María
Castañeda de la Paz y a Salvador Guilliem Arroyo por compartir conmigo sus ideas acerca de la ciudad indígena.
1 Ignacio Bejarano (ed.), Actas de cabildo de la Ciudad de México, México, Aguilar e hijos, 1889 (28 de junio, 1575).
2 Alfonso Caso, “Los barrios antiguos de Tenochtitlan y Tlatelolco”, Memorias de la Academia Mexicana de la
Historia 15, 1956, pp. 762.
3 Raquel Pineda Mendoza, Origen, vida y muerte del acueducto de Santa Fe, México, iieunam, 2000.
4 Investigaciones clave respecto al segundo acueducto son Manfred Sasso Guardia, “El acueducto prehispánico
de Chapultepec”, tesis de licenciatura, México, enah, 1985; Ricardo Armijo Torres, “Arqueología e historia de los
sistemas de aprovisionamiento de agua potable para la ciudad de México durante la época colonial: los acue
ductos de Chapultepec y Santa Fe”, tesis de licenciatura en Arqueología, Cuicuilco, D. F., 1994; Raquel Pineda
El acueducto y la fuente
según historiadores indígenas
figura 3. la fuente de tlatelolco, Codex Tlatelolco, sección seis, detalle, ca. 1565.
biblioteca nacional de antropología e historia, méxico. reproducción autorizada por el
Mientras que en las Actas de Cabildo se relata breve
instituto nacional de antropología e historia. autor desconocido.
mente la génesis del acueducto, su construcción y
nochtitlan, que siempre competían con sus vecinos la terminación exitosa se subrayaron en dos fuentes
del norte. Después de que se elaboró el mapa de indígenas importantes. La inauguración de la fuen
la ciudad de México, se construyó una fuente con te en diciembre de 1582 fue descrita largamente por
surtidor en Tlatelolco, y su fecha está sugerida por el cronista Chimalpahin, que escribió de la llegada
el Códice de Tlatelolco, que muestra una fuente en de las aguas, empleando las fechas indígena y cris
la sección que anota los acontecimientos del año | 15
tiana:
de 1555. La base de esta fuente es hexagonal y la
columna central del surtidor tiene la forma de un […] xii tochtli xihuitl 1582. ypan in yn iquac ypan
pájaro (figura 3). Dos corrientes de agua fluyen por metztli ynic xxii. mani Julius. ypan ylhuitzin Sancta
dos caños que salen del cuerpo de esta escultura maria magdalena yquac acico yn aotli Sant Juan auh
aviar. Aunque no es seguro que esta imagen se re yn ipan metztli ynic xxxi. mani deciembre yn huetzi
lacione con tal fuente en Tlatelolco, y no con una co atl tianquizco acaxic; yquac mochalli yn acaxitl yn
fuente en otra parte de la ciudad, es muy probable tianquizco mani chiquacenxiuhtica yecahuico […].31
que así sea, ya que el códice registra los eventos de
importancia directa para Tlatelolco y sus elites. Así,
del Imperial Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco”, en
la aparición en este registro histórico puede indicar Anales del Museo de América 15, Madrid, 2007, pp. 3953; Salva
que este fue el año en que esta fuente elegante fue dor Guillem Arroyo, “La caja de agua del Imperial Colegio de
construida para servir a la comunidad de Tlatelolco. la Santa Cruz de Tlatelolco, pintura mural de los albores novo
hispanos”, en Estudios de cultura náhuatl 38, México, 2007, pp.
Además, las excavaciones en Tlatelolco realizadas 1532.
por el arqueólogo Salvador Guillem Arroyo reve 31 “[12 Tochtli, año 1582. En este año y mes, en el día 22 de julio,
en la fiesta de Santa María Magdalena, apareció el acueducto de
laron una extraordinaria caja de agua al lado de la
San Juan. Y en el día 31 de diciembre vino a caer el agua en la
iglesia y monasterio franciscano, que estaba a su vez alberca; entonces se estrenó la alberca que está en el tianguis,
junto al tianguis de Tlatelolco.30 Aunque esta caja y [la obra] duró seis años”, Domingo Francisco de San Anton
Muñón Chimalpahin, op. cit., pp. 2627. Trad. del náhuatl de Bar
30 Salvador Guillem Arroyo, “La pintura mural de la caja de agua bara E. Mundy.
del libro optaron por incluir sus imágenes en esta cales y dos líneas ondulantes (figura 6). En este caso
sección del libro, donde hay una carencia gene las dos bandas exteriores son de color blanco, mien
ral de eventos. La sección anterior, que se dedica tras que el centro se llena con un pigmento azulgris.
a acontecimientos, ofrece aún más detalles acerca El texto es breve y precisa: “Yn ovetzico atl axcan
de la construcción del acueducto, y su inclusión en viernes a xiiii deziembre 1582 anos”.34 Los artistas del
esta sección también se debe tomar como una me Códice Aubin hacen distinciones al representar acue | 17
dida de su trascendencia para los habitantes de la ductos: están bordeados con líneas blancas, probable
ciudad, dado el nivel de importancia de otros even mente con la intención de mostrar el revestimiento de
tos seleccionados para incluirlos, como la llegada estuco del acueducto. En contraste, un canal, llamado
de un virrey o la muerte de un arzobispo, similar acallotli, adecuado para tráfico de embarcaciones, se
a su inserción en la obra de Chimalpahin. El Códice presenta sin el revestimiento blanco, como en el folio
Aubin no hace mención de la visita de Valeriano al 58r, donde el texto y la imagen representan los cana
cabildo, pero sí registra sus resultados. En 1575, el les rectilíneos de la parcialidad de San Juan Moyotlan,
texto se lee: “In omopevalti motenextema[n] Sant como una banda similar dividida en el centro con una
Miguel Ayotli axcan viernes ye iiii dias del mes de línea ondulante, pero que carecen del marco blanco.
noviembre”.33 La imagen muestra un icono similar El blanco con banda para el acueducto (en distinción
a la que se encuentra en el folio 78v: una barra ra con el canal) se repite en el folio 58r del Códice Aubin,
yada en forma de L al revés con cuatro divisiones, en donde se representa el acueducto de Santa Fe. La
pero con dos bandas onduladas en el medio, y pin frecuencia con que los canales y acueductos aparecen
tado con un azul intenso (figura 5). en el Códice Aubin es una medida de su importancia
En 1582 aparece una imagen similar (f. 63r), esta para los escritores del libro. La decisión de hacer hin
vez una sin la curva, pero con cuatro divisiones verti capié en que la construcción del acueducto de San
33“Se empezó, que se encaló el acueducto de San Miguel [Cha 34 “Hoy, viernes 13 de diciembre de 1582, se cayó el agua.” Se
pultepec], hoy viernes el 4 de noviembre”. Trad. de Barbara E. empleó un verbo común (huetzi, “caer”) para describir agua co
Mundy. rriendo.
a la ciudad (figura 7). En la parte inferior del mapa se El plano de Trasmonte (copia litográfica) no re
puede distinguir la delgada línea del acueducto que vela la ubicación precisa de los manantiales que ali
se origina en el lado oriental de la colina de Chapul mentan este segundo acueducto de 1582, ni el pla
tepec. Desde aquí corría a lo largo de la calzada que no de la Biblioteca Nacional de Francia. El abasto de
unía Chapultepec a San Juan Moyotlan, bordeado por agua del manantial requirió una intensa inversión
una delgada línea dentada. La copia litográfica que se de mano de obra porque este recurso natural no
reproduce muestra la ruta con color azul, como si fue fluyó de las obras hidráulicas existentes, sino que
ra una zanja abierta, y la “Planta y Sitio”, ahora en la requería un colector totalmente nuevo que se cons
Biblioteca Nacional de Francia, que es un original de truiría a partir de los manantiales de Chapultepec.
la mano de Trasmonte de 1628, identifica que el agua Desde la época prehispánica existían tanques en
del segundo acueducto de Chapultepec corría en un la base del cerro de Chapultepec, donde el agua se
“caño de agua”, al menos en el tramo que se acercaba acumulaba con el fin de aumentar la presión a un
a la ciudad; este caño se había construido por reparti nivel suficiente como para impulsarla a lo largo de
miento de indios (figura 8).35 los acueductos de la ciudad. La arqueología de res
35 agn,
cate limitada que se llevó a cabo bajo la dirección
Indios, vol. 2, exp. 96, f. 24v; agn, General de Parte, vol.
2, exp. 1006, f. 217v. del arqueólogo Rubén Cabrera Castro en 1975 —que
figura 11. luis espinosa y j. m. Álvarez, Plano de la Ciudad de México, 1867. detalle 240 m, que corresponde precisamente a la medida
con el área del antiguo tianguis de san juan tocado de luz, orientado al oeste. mapoteca
manuel orozco y berra, 1230-cge-725-a, servicio de información agroalimentaria y en el Guía Roji.47
pesquera, sagarpa.
Otro plano perteneciente a la colección de la Bi
Juan y la calle de Salto de Agua, y hoy como el Eje blioteca Nacional de Francia (bnf) que muestra el
Central e Izazaga. Por tanto esta intersección fue la tianguis de San Juan, permite explorar aún más la
frontera suroeste del mercado. En el mapa de 1588 importancia de este espacio urbano (figuras 12 y
22 | la frontera sur también se nombra como “calzada de 13). Es una copia de un original de mediados del
Chapultepec a San Pablo”, que es la calle conocida siglo xvi desconocido, y presta más atención a cons
hoy como Izazaga. La esquina noreste del tianguis trucciones no permanentes o divisiones espacia
se define en este plano por los portales construidos les que el plano de Carballo, que muestra sólo las
por el oidor Lorenzo de Tejada en la década de 1540. estructuras permanentes. Alrededor del borde del
Ellos corresponden a la calle de Vizcaínas, cerca de tianguis de San Juan están estos edificios frente a
Bolívar, un lugar que desde el siglo xviii se conocía las puertas del mercado, y su disposición general se
como “Portal de Tejada”, como se ve en un plano corresponde estrechamente con el plano de Carba
de la ciudad de 1867 (figura 11).46 Debido a estas llo: hay dos salidas a la calle a lo largo del lado oeste,
correspondencias es posible sobreponer la superfi una en la esquina sureste, y otra a lo largo del lado
cie del tianguis sobre un plano de 1867 y otro plano oriental (el mapa de Carballo sólo presenta dos).
contemporáneo. Carballo apuntó las medidas cui Ambos mapas muestran cuidadosamente la estruc
dadosamente, como era práctica común para un tura permanente y más importante del tianguis en
alarife mayor, y según sus medidas el tianguis de su borde noreste: los Portales de Tejada, con peque
San Juan medía 254 varas y 15 brazas (cada vara 84 ños círculos en los planos respectivos que mues
cm, cada braza 1.85 m) en su eje nortesur, es decir, tran en planta los pilares que conforman la fachada
46 Ethelia Ruiz Medrano, Gobierno y sociedad en Nueva España:
arqueada de este edificio. Sin embargo, el original
segunda audiencia y Antonio de Mendoza, Zamora, Michoacán, 47 Respecto a medidas, Rubén Rocha Martínez, “La vara”, en Bo-
El Colegio de Michoacán/Gobierno del Estado de Michoacán, letín de Monumentos Históricos, tercera época, núm. 28, México,
1991; George Kubler, op. cit., vol. 1, p. 204. inah, mayoagosto de 2013, pp. 6479.
L
a ciudad de México y Tenochtitlan, su antecesora prehispánica, han su-
frido el flagelo de las inundaciones desde 1429 (figura 1).1 Los esfuerzos
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por controlar la tendencia a las inundaciones en esta ciudad de casi 700
años de edad trascienden los periodos prehispánico y del virreinato. Las
causas de las inundaciones son simples: la ciudad de México está cons-
truida sobre una isla ubicada en el punto más bajo de la cuenca de México, donde el
agua se deposita en forma natural, y a pesar de su elevación de 2 240 m sobre el nivel del
mar no tiene ninguna salida natural.2 Si bien las inundaciones han abrumado la ciudad
una y otra vez a lo largo de más de 500 años, las soluciones que se han propuesto para
este problema secular han sido diversas. Como los aztecas, los españoles trataron de
controlar los seis lagos que rodean la ciudad, si bien su enfoque resultó ser muy diferente.
Los aztecas dependían de una vasta red de diques, calzadas y esclusas que contenían y
regulaban el ambiente lacustre, mientras que los españoles emprendieron un proyecto de
drenado llamado “desagüe”. En 1607 Enrico Martínez, un cartógrafo alemán convertido en
ingeniero, dio inicio al desagüe con un canal y un túnel que debían drenar los lagos en el
Golfo de México para detener los desastres naturales. Aunque las autoridades españolas
* Departamento de Historia de Arte, Skidmore College. Artículo originalmente publicado en inglés en el Journal
of Latin American Geography, vol. 11/S, 2012, pp. 35-60. Traducido al castellano por Maia Fernández Miret.
1 Para 1700 las inundaciones habían devastado la ciudad al menos en 13 ocasiones: 1429, 1449, 1499, 1552, 1553,
1555, 1580, 1604, 1607, 1629-1634, 1647, 1691 y 1697.
2 Exequiel Ezcurra, De las chinampas a la megalópolis: el medio ambiente en la Cuenca de México, 3a. ed., México,
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
sayo de Valerie Mathes acerca de Martínez subrayó rez ofrece un recuento general del manejo del agua
sus empeños profesionales como autor, intérprete desde tiempos prehispánicos hasta 1637.12 Gurría La-
de la Inquisición, cartógrafo, impresor e ingeniero croix se propuso explicar el desagüe para el periodo
del desagüe.7 W. Michael Mathes estudió las estrate- virreinal; Lemoine Villicaña para el nacional, y Perló
gias coloniales para el control de inundaciones que Cohen para el Porfiriato.13 Rodríguez-Sala se ocupa del
condujeron al proyecto de Martínez e identificó su conocimiento científico y técnico en los siglos xvi y xvii
complejidad política, financiera e ingenieril.8 La te- e incluye análisis respecto al desagüe y sus ingenie-
sis doctoral de Candiani investigó los aspectos científi- ros.14 En francés, Musset ofrece un panorama general
cos y tecnológicos del desagüe, mientras que la de Ho- del proyecto de drenaje y de sus muchas propuestas.15
berman explicó los retos administrativos y burocráticos Rodríguez-Sala y Musset mencionan a Boot y a su plan
de este proyecto.9 Candiani examinó recientemente como un contrapunto de Martínez, pero no se ofrece
una serie de dibujos seccionales de finales del siglo un análisis minucioso de la estrategia holandesa de
xviii para hacer énfasis en la “influencia de la cultura manejo del agua.
científica y técnica [europea]” sobre el proyecto de dre- Otros autores han investigado sobre el trabajo de
naje, y en un ensayo distinto explicó las “dimensiones Boot en las esferas de la ingeniería militar y la cartogra-
ambientales del conflicto de clases” que ocasionó el fía. Sluiter identifica la participación de Boot en el fuer-
desagüe. También podemos añadir a esta historiografía te de Acapulco.16 Mayer, Connolly y Connolly y Mayer
el reciente libro de Candiani que examina la transfor- Álvarez Serrano, Relación universal, legítima, verdadera, del sitio
mación ambiental relacionada al desagüe.10 en que está fundada la muy noble, insigne, y muy leal Ciudad de
México, cabeza de las provincias de toda la Nueva España. Lagu-
Entre las publicaciones en español, la Relación nas, ríos, y montes que la ciñen y rodean. Calzadas que las dividen
universal —de Cepeda, Carrillo y Serrano— contiene y acequias que la atraviesan. Inundaciones que a padecido desde
28 | su Gentilidad. Remedios aplicados. Desagües propuestos, y empren-
fuentes primarias que ofrecen una explicación de pri-
didos. Origen y fábrica del de Huehuetoca, y estado en que hoy se
mera mano sobre el control de inundaciones.11 Ramí- halla. Imposiciones, derramas, y gastos que se han hecho. Forma
con que se ha actuado desde el año de 1553. Hasta el presente de
of Atlantic Empiricism”, en Osiris, vol. 25, núm. 1, 2010, pp. 1637, en Francisco González de Cosío (ed.), Obras públicas en
129-148. México: documentos para su historia, vol. 1, México, Secretaría de
7 Valerie L. Mathes, “Enrico Martínez of New Spain”, en The Obras Públicas, 1976.
Americas, vol. 33, núm. 1, julio de 1976, pp. 62-77. 12 José Fernando Ramírez, Memoria acerca de las obras e inunda-
8 W. Michael Mathes, “To Save a City: The Desagüe of Mexico- ciones en la Ciudad de México, México, sep/inah, 1976.
Huehuetoca, 1607”, en The Americas, vol. 26, núm. 4, abril de 13 Jorge Gurría Lacroix, El desagüe del Valle de México durante la
1970, pp. 419-438. época novohispana, México, unam, 1978; Ernesto Lemoine Villi-
9 Vera S. Candiani, “Draining the Basin of Mexico: Science, Te- caña, El desagüe del Valle de México durante la época independiente,
chnology, and Society, 1608-1808”, tesis doctoral, University of México, unam, 1978; y Manuel Perló Cohen, El paradigma porfi-
California, Berkeley, 2004; Louisa S. Hoberman, “City Planning riano: historia del desagüe del Valle de México, México, Programa
in Spanish Colonial Government: The Response of Mexico City Universitario de Estudios Sobre la Ciudad, Instituto de Investiga-
to the Problems of Floods, 1607-1637”, tesis doctoral, Columbia ciones Sociales/Miguel Ángel Porrúa, 1999.
University, 1972. 14 María Luisa Rodríguez-Sala, Letrados y técnicos de los siglos xvi y
10 Vera S. Candiani, “Bourbons and Water”, en Jordana Dym y xvii: escenarios y personajes en la construcción de la actividad científica
Karl Offen (eds.), Mapping Latin America: A Cartographic Rea- y técnica novohispana, México, iis-unam/Miguel Ángel Porrúa, 2002.
der, Chicago, University of Chicago, 2011; Vera S. Candiani, “The 15 Alain Musset, “De Tlaloc a Hippocrate L’eau et l’organisation
Desagüe Reconsidered: Environmental Dimensions of Class de l’espace dans le bassin de Mexico (xvie-xviiie siècle)”, en An-
Conflict in Colonial Mexico”, en Hispanic American Historical Re- nales. Histoire, Sciences Sociales, vol. 46, núm. 2, marzo-abril de
view, vol. 92, núm. 1, febrero de 2012, pp. 5-39; Vera S. Candiani, 1991, pp. 261-298.
Dreaming of Dry Land: Environmental Transformation in Colonial 16 Engel Sluiter, “The Fortification of Acapulco, 1615-1616”, en
Mexico City, Stanford, Stanford University Press, 2014. Hispanic American Historical Review, vol. 29, núm. 1, febrero de
11 Fernando de Cepeda, Fernando Alfonso Carrillo y Juan de 1949, pp. 69-80.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
ingeniero holandés antes de su llegada a México, cia en Francia, donde el embajador español Íñigo
con excepción de unos pocos hechos que se han en- Cárdenas entró en contacto con él y le propuso asistir
contrado en documentos ubicados en los archivos en el proyecto de drenaje de la ciudad de México.
nacionales mexicanos. Nació en la ciudad de Delft, Para 1612 el monarca español Felipe III ya había
localizada en la provincia sureña de Holanda.22 A recibido noticias respecto al desagüe y sus proble-
los 11 o 12 años de edad Boot y su familia dejaron mas. Evidentemente preocupado por los peligros
Holanda para vivir en la ciudad de Troyes, en Fran- que las inundaciones suponían para la ciudad de
cia.23 Más adelante Boot trabajó durante seis años México comenzó una búsqueda internacional para
como ingeniero hidráulico para el conde Mauricio hallar un ingeniero hidráulico. El 29 de mayo de
en la ciudad mediterránea francesa de Marsella.24 1612 le escribió a Cárdenas, su embajador en Fran-
Gracias a la Relación universal y a documentos de cia, instruyéndolo para que buscara a un ingeniero
archivo sabemos que Boot también drenó lagos en bien versado en geometría y en el peso y la medición
Flandes y en Alemania.25 Desafortunadamente sus del agua que pudiera ayudar con el proyecto del de-
trabajos hidráulicos en Europa no han pasado la sagüe.27 Cárdenas identificó a Boot a una velocidad
prueba del tiempo y son poco conocidos para los sorprendente, y el 29 de julio de 1612 el embajador
historiadores del manejo de agua en Francia y los Paí- le escribió al rey Felipe recomendándole al ingeniero
ses Bajos.26 Por suerte podemos rastrear su presen- holandés.28 La carta de recomendación de Cárdenas
iba acompañada por un mapa elaborado por Boot.
cinco hijos y cuatro hijas (ibidem, f. 107), y en 1632 proporciona Más de dos años antes de poner pie por primera
los nombres de tres hijas cuando escribe que mantener dos ho-
gares (uno en la ciudad de México y otro en San Juan de Ulúa)
vez en el Nuevo Mundo español Boot realizó el Di-
era una carga financiera y que como resultado mandaría traer seño de la ciudad de México y del virreinato de Nueva
30 | a su familia. En la marginalia se incluyen los nombres de su España desde el mar del Norte al del Sur, para instruc-
esposa e hijas (ibidem, f. 79v. Junto a María se enumeran Luisa
del Monte, Isabel del Monte y Juana del Monte. También se ción del desagüe de la laguna de México, en un intento
menciona a un Luis Ángel Platero). La cuarta hija se encuen- por describir cartográficamente el terreno geográ-
tra en una petición de la Inquisición del 19 de febrero de 1676.
fico de la ciudad y del centro de México con miras
Flora del Monte declara que era la hija legítima de Adrian Boot
y María del Monte, y una de ocho hermanos (ibidem, f. 101v). a su drenaje (figura 2). Se trata de un dibujo esque-
Desafortunadamente Flora no dice nada acerca de sus herma- mático que sugiere una comprensión general de la
nos. A partir de documentos de archivo también se sabe que
Boot no murió en los Países Bajos en 1638, como asegura el Nue-
ciudad de México, asentada sobre terrenos volcáni-
vo Diccionario Biográfico Holandés, pues en abril de 1644 estaba cos entre el océano Pacífico y el Golfo de México.
siendo investigado por la Inquisición (agn, iv, caja 6648, exp. 011, Boot representó la ciudad dentro de un gran cuerpo
fs. 1-1v). La fecha de la muerte de Boot aún es materia para un
trabajo histórico detectivesco, pero Moncada Maya ha sugerido
que ocurrió en la ciudad de México, ca. 1648; véase José Omar ropa. A pesar de incontables intercambios de correos electróni-
Moncada Maya, Ingenieros militares en Nueva España: inventario cos con historiadores de la hidráulica neerlandeses y franceses,
de su labor científica y espacial, siglos xvi a xvii, México, Instituto nadie pudo arrojar luz sobre Boot. No se trata de una crítica de
de Geografía/Instituto de Investigaciones Sociales-unam, 1993, estos académicos, sino un indicio del lugar de Boot en la historia
p. 22. de la hidráulica europea. Este hecho no socava el valor de su
22 agn, iv, caja 5574, exp. 057, f. 1; agn, iv, caja 0837, exp. 004, f. 8. propuesta en la ciudad de México. Tal vez el Nuevo Mundo le
23 agn, iv, caja 5373, exp. 049, f. 1. ofreció a Boot, como ocurría con los pintores en el México virrei-
24 agn, iv, caja 0837, exp. 004, f. 11. nal, oportunidades que no eran fáciles de conseguir en Europa.
25 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., pp. 114, 27 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., pp. 114 y 143;
143 y 323; agn, iv, caja 0837, exp. 004, f. 78v. Roberto L. Mayer, “Trasmonte y Boot: Sus vistas…”, op. cit., p. 186.
26 Tal vez son igualmente reveladoras las dificultades para en- 28 Roberto L. Mayer, “Trasmonte y Boot: Sus vistas…”, op. cit.,
contrar información sobre el trabajo hidráulico de Boot en Eu- p. 186.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
tificial. Los españoles le restaron eficiencia a la red
hidráulica prehispánica; la introducción de sistemas
de uso de la tierra europeos —como el arado— y de
animales con pezuñas —como las ovejas y las re-
ses— desestabilizó el suelo y aumentó el potencial
de erosión.34 Un ejemplo del cambio en las prác-
ticas de manejo del agua fue el relleno de canales
para dar paso a los carruajes jalados por mulas y
por caballos, que disminuyó la capacidad para regu-
lar los lagos.35 A esto se añadían las precipitaciones
torrenciales de la temporada de lluvias (de junio a
septiembre), que arrastraban la tierra suelta hacia figura 3. enrico martínez, Descripción de la comarca de México i obra del desagüe de la
los lagos, los obstruían con sedimentos y elevaban laguna. dibujo en plumilla y tinta, 41 x 54 cm. méxico, archivo general de las indias, núm. 54.
el nivel del agua, lo que causaba que la ciudad de El rompimiento con el sistema prehispánico
México se hiciera más susceptible a las inundacio- ocurrió tras la devastadora inundación de 1607.
nes.36 Tras los desastres de 1555, 1580 y 1604 los Martínez propuso un plan de drenaje para construir
españoles consideraron las propuestas de drenaje un canal y un túnel que descargaran las aguas del
como una alternativa al método azteca, pero no pu- lago Zumpango en el Golfo de México, y elaboró la
dieron llevarlas a cabo a causa de su alto costo y Descripción de la comarca de México i obra del desagüe
porque una vez que las aguas se retiraban dejaban de la laguna para identificar su plan (figura 3). La
de considerarse necesarias.37 Descripción de la comarca de México, que se encuen-
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34 Enrico Martínez, Reportorio de los tiempos e historia natural de tra en el Archivo General de Indias, es el primer
Nueva España, México, sep, 1948 [1606], pp. 180-181; M. Mathes, mapa con una escala representativa que examina el
op. cit., p. 425.
35 Enrico Martínez, “Relación de Enrico Martínez architecto [sic]
control de inundaciones en la ciudad de México. En
y maestro de la obra de el desagüe de la Laguna de México”, en él se identifica la cuenca de México, una unidad hi-
Memoria histórica, técnica y administrativa de las obras del desagüe drográfica cerrada. Los conocimientos técnicos de
de Valle de México, 1440-1990, 1902 [1608], vol. 2, p. 6; W. Michael
Martínez como cartógrafo se hacen especialmente
Mathes, op. cit., p. 245; Louisa S. Hoberman, “City Planning…”,
op. cit., p. 25. evidentes, pues en las orillas del mapa incluye los
36 Enrico Martínez, Reportorio…, op. cit., pp. 180-181.
cuatro puntos cardinales y la longitud y la latitud de
37 En 1555 el vecino Francisco Gudiel identificó el río Cuautitlán
como la causa principal de las inundaciones y llamó a excavar la ciudad. En la esquina inferior derecha se encuen-
una trinchera desde éste hasta el río Tula, cuyas aguas eventual- tra el instrumento cartográfico de Martínez: el com-
mente desembocarían en el Golfo de México (M. Mathes, op. cit., pás. Esta sencilla herramienta, abierta sobre la barra
p. 426; Louisa S. Hoberman, “City Planning…”, op. cit., p. 51; An-
tonio Barrera-Osorio, op. cit., p. 137). En 1580 el virrey Martín de escala, indica que la vara española es la unidad
Enríquez reunió a un comité con el fin de que elaborara un plan de distancia.38 Resulta difícil exagerar la importan-
para llevar a cabo el desagüe. El 5 de febrero se presentaron los
cia del compás y la barra de escala; ofrecen la clave
hallazgos, pero el 11 de abril el Consejo de la ciudad decidió no
estudiar ya las recomendaciones, pues las aguas se habían retira-
do (M. Mathes, op. cit., p. 427). En 1604 el virrey Juan de Mendo- de la ciudad de México a través del pueblo de Tequisquiac, pero
za y Luna, marqués de Montesclaros, al igual que sus predece- también este plan se abandonó cuando las aguas se retiraron;
sores, reavivó la idea del desagüe y solicitó propuestas. El plan véase Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., p. 50.
más notable fue el de Antonio Pérez de Toledo y Alonso Pérez 38 Una vara equivale a 83.8 cm; véase M. Mathes, op. cit., p. 428;
Rebelto. Ellos presentaron un esquema que drenaría las aguas V. Mathes, op. cit., p. 70.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
empleando sólo la gravedad, pero a Boot esto le pa- Tal vez parezca que remediar estos inconvenientes
recía sencillamente imposible. La boca del canal de del desagüe era la solución más razonable a los pro-
desagüe tenía una elevación mayor que el punto en blemas de medición y de ingeniería que se tenían
que el río Cuautitlán entraba al lago de Zumpango.48 entre manos, pero Boot rechazó tajantemente que
Haber omitido esta diferencia de alturas era una clara el plan de drenaje fuera una solución a los proble-
equivocación, pero tal vez el peor error de medición mas de inundaciones, pues sostenía que no libra-
se descubrió al notar que la boca del desagüe tenía rían a la ciudad del peligro.53
una elevación 11.7 m mayor que la del lago México.49
Drenar el lago México era un paso esencial para el El otro desagüe de Boot
éxito del desagüe, como lo notó el arquitecto Alonso
Arias el 8 de mayo de 1611.50 Sin ayuda de máquinas Resulta irónico que Boot rechazara la estrategia del
que bombearan el agua colina arriba el plan de Mar- drenaje. Después de todo, el embajador de España
tínez tendría un éxito limitado en el lago Zumpango en Francia lo escogió precisamente por su experien-
y sería totalmente ineficaz en el lago México, con lo cia en el drenado de lagos.54 También había trabaja-
cual no se ofrecería ninguna solución a los problemas do en proyectos de drenaje en los Países Bajos y en
de inundaciones en la ciudad de México. Alemania y realizó el Diseño de la ciudad de México y
Otro inconveniente del desagüe era el área de la del virreinato de Nueva España desde el mar del Norte
sección transversal del túnel en relación con el río al del Sur, para instrucción del desagüe de la laguna
Cuautitlán. Boot dedujo que sus 13.61 m2 eran insu- de México para obtener el encargo de Felipe.55 En
ficientes para el flujo del río, de 43.57 m2. En pocas añadidura, un testimonio inquisitorial escrito por
palabras, el Cuautitlán seguiría desbordando los la- el ingeniero holandés (el 16 de octubre de 1637)
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gos, pues el túnel apenas podría drenar menos de revela que desempeñó un papel poco conocido en
una tercera parte de sus aguas, y eso si las condicio- un segundo proyecto de drenaje en Nueva España.
nes eran óptimas lo cual no eran. En realidad la úl- Según la declaración, funcionarios de Zacatecas en-
tima cifra no representa la verdadera capacidad del viaron a la ciudad de México a una persona de nom-
túnel: las esclusas reducían su área más de la mitad, bre Rogos. El propósito de la visita resultaba de
a apenas 5.4 m2.51 Había otros problemas que oca- gran importancia para la industria minera zacate-
sionaban que el desagüe fuera aún menos efectivo: cana: una escasez de sal, que era clave para extraer
el túnel y el canal carecían de la inclinación nece- la plata del mineral, había provocado que su precio
saria para drenar las aguas; el túnel necesitaba un se incrementara rápidamente. Aprovechando este
refuerzo estructural a lo largo de buena parte de su déficit de sal los especuladores hicieron escalar el
recorrido y se requerían filtros que evitaran que los precio de la sal de mar (que se traía de la ciudad de
escombros entraran al túnel y provocaran daños.52 Tampico, en la costa del golfo) hasta la exorbitante
48 María Luisa Rodríguez-Sala, op. cit., p. 151. cantidad de 17 pesos por fanega. Rogos, un experto
49 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., p. 143.
50 V. Mathes, op. cit., p. 72. La segunda etapa del plan de Martí- la falta de un esfuerzo coordinado entre los funcionarios del go-
nez no se llevó a cabo durante su vida. Antes de que Boot llegara bierno también limitaba el proyecto de drenaje. Para entender
a la ciudad de México el arquitecto Alonso Arias declaró, el 8 de los problemas burocráticos del desagüe véase el ensayo de Loui-
mayo de 1611, que el desagüe resultaría inútil a menos que se sa S. Hoberman, “Bureaucracy and Disaster…”, op. cit.
drenara el lago México. 53 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., p. 126.
51 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., p. 144. 54 Ibidem, p. 143.
52 Ibidem, p. 120. Además de las fallas de ingeniería del desagüe, 55 Ibidem, pp. 114, 143 y 323; agn, iv, caja 0837, exp. 004, f. 78v.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
agua fresca y con rutas de transporte.62 Su diseño portaban a otros países europeos.68 Boot dependía
también requería la construcción de 20 esclusas; 14 fundamentalmente de diversas máquinas —sobre
overtooms; 70 puentes, dos “instrumentos” grandes todo molinos de drenaje, dragas, overtooms y bom-
y una variedad de herramientas.63 Además, Boot bas— que distinguían su trabajo de cualquiera de
solicitó 150 indios para construir el proyecto, que las obras prehispánicas.69 Boot también elaboró un
trabajarían bajo la supervisión de ocho capataces.64 manual para estos aparatos, pero desafortunada-
Los trabajos debían comenzar en octubre de 1615 y mente se desconoce su ubicación.70 La historiadora
concluirse tres años después.65 del desagüe Louisa Schell Hoberman ha indicado,
Martínez estaba en franco desacuerdo con Boot, correctamente, que la propuesta de Boot se basaba
pero pasarían años antes de que resultara evidente en prácticas hidráulicas holandesas usadas para el
lo profunda que era su desconfianza del ingeniero secado de lagos interiores.71 Pero como hoy sabe-
holandés. En un informe que elaboró en 1623 sobre mos Boot se oponía rotundamente al drenaje de la
el desagüe Martínez acusó a Boot de ser un impos- ciudad de México. Aunque propuso una tecnología
tor.66 Cuestionó las habilidades de Boot en aritméti- holandesa que se usaba en Europa para secar la-
ca, geometría, arquitectura, ciencia y todas las otras gos no pretendía usarla del mismo modo; existían
aptitudes esenciales para la profesión de ingeniero diferencias clave en el carácter social y ambiental
hidráulico. Él sostenía que limpiar canales, dragar de la ciudad de México que impedían transferir las
ríos y elevar la altura de los diques y de las calzadas prácticas hidráulicas en forma indiscriminada. Boot
eran tareas tan simples que los indios las llevaban entendió las diferencias, y lo que es igual de impor-
a cabo para controlar las inundaciones.67 Resulta tante, el valor del agua para la ciudad. A Martínez,
claro que Martínez esperaba que un ingeniero re- de hecho, no le resultaba ajena la relación entre el
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comendado por el rey tuviera un plan más “sofisti-
68 Para entender la influencia de los sistemas hidráulicos holan-
cado”, uno que no se pareciera tanto a los sistemas deses en sus vecinos europeos véase Helga S. Danner et. al. (eds.),
de control de inundaciones prehispánicos. Sin em- Polder Pioneers: The Influence of Dutch Engineers on Water Manage-
ment in Europe, 1600-2000, Utrecht, Koninklijk Nederlands Aar-
bargo, Martínez no entendió que ambos métodos
drijkskundig Genootschap/Faculteit Geowetenschappen Univer-
se habían desarrollado en forma independiente, y siteit Utrecht, 2005; Salvatore Ciriacono, Building on Water: Venice,
que entre ellos existían diferencias fundamentales. Holland, and the Construction of the European Landscape in Early
Modern Times, Nueva York, Berghahn Books, 2006.
A pesar de los rasgos en común —canales, presas y 69 Si bien se pensaba que el drenaje sería el proyecto de ingenie-
diques, y limpieza y dragado— el método de Boot ría que terminaría con las inundaciones, los métodos de manejo
estaba basado en prácticas de manejo del agua ho- del agua de antes de la Conquista siguieron practicándose en
el periodo virreinal para ofrecer a la ciudad de México protec-
landesa que se implementaban en su país y se ex- ción contra el aumento en el nivel de las aguas; sin embargo,
se consideraban “inseguros, caros y peligrosos”, y por tanto,
62 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., pp. 126-127. únicamente “temporales”; Fernando de Cepeda et al., Relación
63 Ibidem, pp. 127-129. Boot también solicitó 410 palas de metal, universal, op. cit., p.107.
80 palas de madera, 50 picos de metal, 112 herramientas de me- 70 Ibidem, p. 129. Una posible razón para producir dicho manual
tal y de madera de varios tamaños, 60 herramientas de metal fue que los funcionarios de la ciudad podían entender fácilmen-
para limpiar el agua estancada de los canales y las pozas, 80 te cómo funcionaban los diques, los canales y las esclusas, pues
cubetas de cuero y 70 azadones. formaban parte del paisaje hidráulico. Sin embargo, las máqui-
64 La mano de obra nativa debería trabajar nueve meses al año nas que Boot propuso eran extranjeras y el desconocimiento de
durante tres años. éstas podría haber representado un obstáculo para obtener la
65 Ibidem, p. 127. aprobación de los funcionarios de la ciudad.
66 agn, Desagüe, vol. 3, exp. 1, f. 5v. 71 Louisa S. Hoberman, “Technological Change…”, op. cit.,
67 Idem. p. 284.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
ción sur del entorno lacustre—, estaban diseñadas
para maximizar la producción, puesto que recibían
irrigación todo el año.78 Esto era posible por dos ra-
zones: 1) por filtración en la zona de las raíces, que
permitía que las plantas recibieran agua incluso du-
rante la temporada de secas, y 2) mediante la “cose-
cha” de lodo del lago, rico en nutrientes saturados
de compuestos orgánicos, que se aplicaba a las chi-
nampas.79 Se calcula que sólo de la porción sur de
los lagos se recuperaron más de 9 000 ha, y que esta
región produjo por sí sola suficiente comida —toma-
figura 4. hernán cortés (atribuido), Nuremberg Map. dibujo en acuarela y tinta, 47 x 30
cm. chicago, the newberry library, núm. ayer 655.51.c8.1524d. tes, frijoles, calabaza, maíz, amaranto y chiles, entre
otros— para alimentar a más de 100 000 personas;
Tenochtitlan no sólo heredaron el problema de las la mitad de esta producción se destinó al sustento
inundaciones, sino también la naturaleza acuáti- de la vida urbana.80 Con base en evidencias arqueo-
ca del lugar. El Mapa Nuremberg, que se atribuye lógicas el antropólogo Pedro Armillas sugiere que
al conquistador Hernán Cortés, ofrece la primera la época de oro de la construcción de chinampas
visión de la condición lacustre de la ciudad de Méxi- para la producción agrícola comenzó alrededor
co (figura 4). Es una composición interesante, con- del año 1400 y continuó hasta aproximadamente el
formada por la ciudad insular, los lagos, los diques, año 1600, bien entrado el periodo virreinal, en lo
las calzadas, otras ciudades ribereñas, canoas con que representa una “empresa planeada”.81 Tal vez
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remeros y estructuras similares a castillos que re- era de esperarse que los españoles, como los az-
presentan los pueblos de tierra firme. Las calzadas tecas, fueran incapaces de sostener un núcleo ur-
no sólo permitían el acceso a estos sitios, sino que bano sin la ayuda de islas artificiales cercanas que
también desempeñaban un papel importante en la produjeran alimentos. Drenar los lagos afectaría
regulación de los lagos, pues poseían la función hi- negativamente el suministro de alimentos a la ciu-
dráulica de servir como diques. No resultaba fácil dad, pues provocaría que se secaran las chinampas
regular el enorme entorno lacustre, de más de 1 000 agrícolas. Boot entendía la relación entre los lagos
km2; para hacerlo se requería una compleja red de y el suministro de alimentos de la ciudad, y en una
estructuras hidráulicas.77 Aunque estas estructuras propuesta posterior, de 1620, defendió la preserva-
se empleaban en el control de inundaciones tam- ción de los lagos.82
bién proporcionaban tierras para la producción agrí- Los canales también eran importantes elemen-
cola. Las chinampas agrícolas, que se construían tos hidráulicos del paisaje acuático; no sólo ayuda-
fundamentalmente en los lagos de agua dulce de ban a regular el nivel de los lagos, sino que permi-
Xochimilco y de Chalco —que representaban la por-
78 Pedro Armillas, “Gardens on Swamps”, en Science, vol. 174,
77 Teresa Rojas Rabiela, “Las cuencas lacustres del Altiplano núm. 4010, 12 de noviembre de 1971, pp. 653-654.
Central”, en Arqueología Mexicana, vol. 13, núm. 68, julio-agosto 79 Idem.
de 2004, pp. 23-26. Respecto a la red hidráulica véase Ángel Pa- 80 Ibidem, p. 660. No es coincidencia que esta área fuera también
lerm, Obras hidráulicas prehispánicas en el sistema lacustre del el centro del cultivo de flores.
Valle de México, México, inah/Seminaro de Etnohistoria del Valle 81 Ibidem, pp. 657-660.
de México, 1973. 82 Fernando de Cepeda et al., Relación universal, op. cit., p. 145.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
Boot porque éste se encontraba en estado de dete- la isla en forma muy distinta a la de los pueblos de
rioro.88 tierra firme.
El mapa representa la cuenca de México e iden-
tifica pueblos y ríos, el entorno lacustre y la isla de La tecnología hidráulica holandesa
la ciudad de México. Tal vez no deba sorprendernos en la ciudad de México
que también identifique el desagüe y su trayecto.
Sin embargo, lo más sorprendente es el retrato de la Cuando Boot rechazó el proyecto de desagüe cla-
ciudad en relación con la Descripción de la comarca ramente se encontraba contra el drenaje de la ciu-
de México de Martínez (figura 3). En particular, la dad de México; drenar los lagos tendría un efecto
ciudad de México está simbolizada por una estruc- adverso en la ciudad y en la región. Sin embargo,
tura semejante a un castillo. Este detalle, al parecer el problema de las inundaciones seguía presente, y
inocente, nos revela las ideas de Martínez acerca de requería una solución. Para Boot las inundaciones
la ciudad y su relación con los lagos. Es evidente no eran un problema del agua, sino de su exceso.
que para él la ciudad es independiente de sus al- Su propuesta buscaba equilibrar la dependencia de
rededores acuáticos, puesto que en términos ico- la ciudad del agua y al mismo tiempo prevenir las
nográficos se asemeja a estructuras de tierra firme. inundaciones. Boot propuso construir, a semejanza
En añadidura, se muestra que la ciudad descansa del sistema azteca, estructuras hidráulicas: diques,
sobre una calzada, como un ave sobre una percha, canales y esclusas que trabajarían al unísono para
expuesta a los lagos. En el Hydrographicamelo Mexi- regular los lagos. Pero esto no fue lo único que pro-
cano puede verse una forma totalmente diferente puso el ingeniero holandés para prevenir las inun-
de describir a la ciudad y los lagos.89 Por ejemplo, se daciones; en su propuesta Boot afirmó que “atrapa-
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observa que la ciudad está representada como una ría” y “expulsaría” toda el agua que amenazara a la
serie de edificios y espacios abiertos dispuestos en ciudad. La propuesta de Boot era un plan de control
forma circular, como si estuvieran protegiéndose de inundaciones en dos partes. Su primera línea de
del mundo exterior. La organización circular resulta defensa consistía en contener y regular los lagos,
sorprendentemente similar a la propuesta de Boot y si la regulación resultaba insuficiente pondría en
de construir un dique que rodeara la ciudad para acción los “instrumentos de su arte” para proteger
protegerla del desastre; es posible distinguir con fa- la ciudad.
cilidad una red hidráulica que protege la ciudad y Además de la mejora de la red hidráulica exis-
que ostensiblemente no existe en el mapa de Martí- tente Boot propuso construir un megadique que
nez. Además, a diferencia de la representación ico- rodearía la ciudad para su protección. Una red de
nográfica estándar de los asentamientos que hizo esclusas regularía el nivel del agua dentro de este
Martínez, en el Hydrographicamelo Mexicano la ciu- recinto al mantener una cantidad “sana”, en benefi-
dad de México está representa como una isla, lo que cio de la ciudad. Cuando los niveles de agua bajaran
sugiere que Boot concebía el carácter ambiental de las compuertas se abrirían para permitir que el lago
88
México se derramara en el área, pero serían cerra-
Ibidem, vol. 6, p. 50. Dadas sus condiciones a finales del siglo
xviies posible que el original de Boot ya no exista. das ante la inminencia de una inundación. Cerrar
89 Connolly y Mayer mencionan brevemente las diferencias car-
las esclusas evidentemente prevendría que el agua
tográficas entre las descripciones de la ciudad de México que
hicieron Boot y Martínez; véase Priscilla Connolly y Roberto L. entrara, pero también evitaría el acceso de las ca-
Mayer, op. cit., pp. 56-57. noas y detendría el suministro diario de provisiones
a la ciudad de México. Boot no desconocía el uso que manejan dos hombres en tierra que tiran de una
de los overtooms, el método preferido en los Países balsa compuesta de cuatro barriles, una plataforma
Bajos para transportar botes sobre los diques (figu- y otra manivela. Sobre la balsa dos hombres arras-
ra 6).90 En uno de los extremos se ata una cuerda tran hacia ellos, con ayuda de la segunda manivela,
al bote; en el otro extremo la cuerda se fija a una una “canasta” cóncava. Esta canasta barre el fondo
viga giratoria con ruedas o rayos en los extremos de los lagos y extrae el limo, y así evita que suba el
que descansa sobre una estructura en forma de nivel del agua. Boot propuso que si el nivel del agua
A o una gruesa columna. Una persona hacía girar dentro de esta zona protectora amenazaba la ciudad
la rueda, lo que tiraba de la cuerda amarrada al se emplearan molinos de viento que eliminarían el
bote y a la viga giratoria, y jalaba la canoa sobre exceso de agua y conservarían una “sana” cantidad | 41
el dique. Así Boot podía asegurar el suministro de en beneficio de la ciudad. Resulta sorprendente que
provisiones diarias de la ciudad incluso con las es- Boot no los mencionara en su propuesta, pero gra-
clusas cerradas. cias a las críticas de Martínez al plan del ingeniero
Boot sabía que los cambios en el uso de la tierra holandés sabemos que este último pretendía usar
provocados por los españoles hacían imposible evi- “molinos de viento” para controlar las inundacio-
tar la sedimentación, así que se ofreció a eliminar nes.92 A ningún ingeniero hidráulico moderno le
estos peligrosos sedimentos con ayuda de dragas. resultaban nuevos estos molinos de drenaje: en los
Estas máquinas están retratadas en el Theatrum ins- Países Bajos existían al menos desde 1408.93 Los
trumentorum et machinarum de Jacques Besson, de primeros molinos de drenaje usaban la tradicional
1578, una copia se encontró en la biblioteca de Boot rueda de cucharas para elevar el agua, pero su “car-
cuando lo arrestó la Inquisición (figura 7).91 Esta ga efectiva” se veía limitada a un tercio o menos
draga particular es un artefacto con dos manivelas
92 agn, Desagüe, vol. 3, exp. 1, f. 4v.
90 Hoberman sugiere que unas grúas transportarían las canoas 93 Arne Kaijser, “System Building from Below: Institutional
de un lado al otro del dique cuando las condiciones evitaran la Change in Dutch Water Control Systems”, en Technology and
apertura de las esclusas (Louisa S. Hoberman, “Technological Culture, vol. 43, núm. 3, julio de 2002, pp. 531-532; Petra J. E.
Change…”, op. cit., p. 401). Un revisor de este artículo, especia- M. van Dam, “Sinking Peat Bogs: Environmental Change, 1350-
lista en tecnología hidráulica holandesa moderna, señaló que 1550”, en Environmental History, vol. 6, núm. 1, enero de 2001,
los holandeses preferían los overtooms, y no las grúas, para trans- pp. 37; Johan van Veen, Dredge, Drain, Reclaim: The Art of a Na-
portar las canoas sobre los diques. tion, 5a. ed., The Hague, Martinus Nijhoff, 1962, pp. 42-43; Sal-
91 agn, Inquisición, vol. 383, exp. 10. vatore Ciriacono, op. cit., p. 162.
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
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figura 8. molinos de viento. anton albert beekman, Nederland als polderland; beschrijving van den eigenaardigen toestand der belangrijkst helft van ons land,
tevens bevattende de topografie van dat gedeelte met de voornaamste details, toegelicht door kaarten en teekeningen, thieme Zutphen, 1884.
del diámetro de la rueda.94 En el siglo xvi el tornillo continua formada alrededor de una barra central in-
de Arquímedes comenzó a remplazar la rueda de clinada”; con la rotación de la barra el agua se hace
cucharas y de inmediato tuvo un gran impacto en subir, y sale por su extremo superior.96
la carga de agua (figura 8-8a).95 Este invento de la En 1589 Cornelis Dirckszoon Muys diseñó un
antigüedad está constituido por una “cámara espiral molino de viento con un remate giratorio.97 Hasta
ese momento todo el molino debía hacerse girar ha-
94 Richard Leslie Hills, Power from Wind: A History of Windmill cia el viento para obtener su energía. Con el invento
Technology, Cambridge, Cambridge University Press, 1994, pp. del remate giratorio el molino pudo convertirse en
117-118; John Reynolds, Windmills and Watermills, Nueva York,
Praeger Publishers, 1970, p. 140.
una estructura fija y resistente, dos rasgos de los
95 Salvatore Ciriacono, op. cit., pp. 162 y 178. Hills nota que la que había carecido su predecesor (el molino de pos-
diferencia de carga fue de entre 1.5 y 2 m para un molino con te) y que lo hacían susceptible a ser barrido por el
rueda de cucharas a 4 m para un molino con tornillo de Ar-
químedes. Sin embargo, para cosechar los beneficios había que viento.98 Otra característica del molino de viento
contar con un fabricante de molinos más hábil, puesto que se
construía a partir de muchas piezas de madera pequeña que se 96 John Reynolds, op. cit., p. 144.
ensamblaban entre sí en un ángulo continuo conforme giraban 97 Salvatore Ciriacono, op. cit., p. 162.
alrededor de una barra central de madera; véase Richard Leslie 98 Gerard Doorman, Patents for Inventions in the Netherlands dur-
Hills, op. cit., p. 119. ing the 16th, 17th, and 18th Centuries, with notes on the Historical
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
en la ciudad de México (19 a 28 de diciembre de ría de los españoles sin ayuda del agua.111 Es claro
2011) indica que en la actualidad sólo es suficiente que Boot entendía que el agua funcionaba como
para propulsar un molino de viento de principios una “balsa” que sostenía los edificios de la ciudad
del siglo xvii durante dos o tal vez tres días, de ese española. Martínez también dio cuenta del proceso
periodo de 10 días.106 Si se considera ese periodo de de hundimiento, pero a diferencia de Boot pensa-
muestra y se asume que las condiciones climáticas ba que el agua era la responsable.112 Si bien ambos
son constantes, los molinos de Boot deben haber notaron el hundimiento, el ejemplo de Boot de los
estado ociosos entre 75 y 80% del tiempo, pero en “edificios que se hundían” resulta muy revelador y
sus días de operación podían drenar hasta 75 m3 por representa el conjunto de problemas que vendrían
minuto mediante un tornillo de Arquímedes o 54.7 m3 con el desagüe. Con el desagüe el hundimiento no
con una rueda de cucharas.107 haría más que aumentar. Boot entendía muy bien el
fenómeno, pues se trataba de un problema que en
La segunda propuesta de Boot los Países Bajos se había asociado con drenar desde
y el problema del hundimiento finales de la Edad Media, uno que alimentaba un
ciclo sin fin: conforme la tierra se hundía se requería
El 28 de enero de 1615 Boot recibió la decisión del más drenaje, lo que a su vez aumentaba el peligro
virrey Diego Fernández de Córdova sobre su pro- de inundaciones, lo que a su vez requería el bombeo
puesta.108 En razón del costo asociado con el plan del agua.113 El hundimiento funcionaría del mismo
de Boot —185 937 pesos (sin contar su salario)— la modo en la ciudad de México: si los lagos se drena-
propuesta del ingeniero holandés fue rechazada.109 ban el suelo se compactaría y provocaría que la isla
Pero no sería lo último que sabríamos de Boot. El 31 se hundiera más en el lodoso lecho del lago, lo que,
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de enero de 1620 le presentó su caso al cabildo, con a semejanza de lo que ocurría en los Países Bajos, in-
una explicación sobre las razones para preferir el crementaría el riesgo de inundaciones a causa de la
método de la regulación sobre el del drenaje.110 Sin poca elevación de la ciudad en la cuenca. El hundi-
embargo, esta vez explicó la importancia del agua miento era un problema que Martínez y otros defen-
para la ciudad de México en relación con el hun- sores del drenaje fueron incapaces de comprender,
dimiento —el proceso que produce que la tierra se pues pensaban que secar los lagos acabaría con las
compacte y el suelo pierda elevación—, un enfoque inundaciones, una perspectiva que no podía ser más
que había estado ausente de su propuesta original. falsa. Boot entendía la relación entre el drenaje y el
Boot argumentó que la “tierra floja” de la isla, como hundimiento y sabía que de hecho podía incremen-
la llamó, no soportaría los edificios de mamposte- tar las inundaciones en vez de prevenirlas.114
“en el arte de mi profesión”: adrian boot y el manejo holandés del agua en el méxico virreinal
al problema de las inundaciones.116 La ciudad de México sigue estando en el fondo de una cuenca
México ya no es una ciudad insular. Pero entonces, en la que se deposita el agua en forma natural, un
¿por qué continúan las inundaciones? La ciudad de hecho que ningún ingeniero puede cambiar.
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La presa de Acolman:
integridad física, vida social
e inestabilidad ambiental
en el valle de Teothihuacán1
La presa de Acolman, ubicada al noreste de la ciudad de México, fue construida en
1630 para contener el flujo del río San Juan, y formó parte del desagüe general del
valle de México. Para entender su historia hemos examinado documentos e imágenes
en el Archivo General de la Nación de México y el Archivo Histórico del Agua, junto
con trabajo de campo. Alrededor de 1736, sedimentación e inundaciones frecuentes
hicieron posible la colonización agrícola de las tierras del área de inundación. Poderes
sociales en la zona compitieron por el control del agua, la tierra y la presa, lo que re-
sultó en litigios, reparaciones de la cortina, actos de vandalismo y aun levantamientos
en armas. La vida de la presa dependía de dicha dinámica socioambiental. Por todo
ello, en este trabajo se hace énfasis en que los monumentos al agua deben ser recor-
dados no sólo como estructuras de mampostería, cal y canto, sino más bien como arte
plástico trabajado por las fuerzas sociales y naturales.
Palabras clave: Acolman, presa, sedimentación, litigios, inundaciones.
| 47
A
30.4 km al noreste del zócalo de la ciudad de México, el río San Juan
Teotihuacán atraviesa una sencilla cortina de mampostería (figura 1). La
cortina, llamada la “Presa de Acolman” o la “Presa del Rey”, fue construida
en 1630 (del 7 de febrero hasta el 19 de julio), al costo de 23 500 pesos,
por orden del virrey de la Nueva España Rodrigo Pacheco Osorio,
marqués de Cerralbo, y servía para represar las aguas del valle de Teotihuacán en
la boquilla entre dos pendientes bajas y ligeras (el cerro Tlahuilco al poniente y el
cerro Tezoyuca al oriente).2 Como parte del desagüe general del valle de México, el ob-
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
una fortificación para evitar las inundaciones en la
ciudad de México. No obstante dichas limitaciones,
tuvo una gran trascendencia en la vida local de la
región.
Sonya Lipsett-Rivera, James Riley, y reciente-
mente Georgina Endfield, han estudiado la infraes-
tructura hidráulica colonial, y de acuerdo con ellos
encontramos que la presa de Acolman y las obras
hidráulicas adjuntas se convirtieron rápidamente
figura 1. la cortina de la presa cerca del castillo con vista al oriente. fotografía de diana en un punto focal en la política local, los conflictos
martínez.
e incluso la cooperación en su mantenimiento.3 A
jetivo de la presa de Acolman era contener el diferencia de lo anterior y desde otra perspectiva
flujo perenne de los manantiales de San Juan se observa cómo los cambios en las condiciones
Teotihuacán y, más importante, las corrientes ambientales, en parte producidas por la presa en sí,
efímeras del área de captación de la presa (equi- complicaron el reto del manejo de la hidrología local
valente a más de 500 km2) que se vuelven to- y por tanto acrecentaron las disputas sobre cómo re-
rrentes impetuosos durante y después de un gular el flujo de agua en ambos lados de la cortina.
aguacero. Así, la esperanza del marqués de Ce- La estructura física de la presa se vio envuelta en
rralbo era sosegar y atenuar el flujo del río San dichas controversias. En consecuencia, este ensayo
Juan —la corriente principal del valle de Teoti- muestra que los monumentos al agua deben ser re-
huacán— que entraba en el lago de Tezcoco. cordados como estructuras no sólo de mampostería,
48 |
La presa de Acolman formaba parte del plan del cal y canto u otros materiales duros, sino más bien
desagüe de la ciudad de México, de manera que fue como arte plástico trabajado por las fuerzas sociales
entendida como una obra hidráulica importante y ambientales. La erección de la presa del Rey cau-
para la protección de la capital. Su valor arquitectó- só gran inestabilidad en los sistemas naturales del
nico es igualmente relevante porque es una estruc- drenaje del río San Juan y la conformación de los
tura de mampostería bien hecha y de una longitud pueblos circundantes, y éstos como factor principal
de más de 1 200 m, pero nunca fue considerada en la sobrevivencia de la misma. Los documentos
como una maravilla de la ingeniería colonial, ni y mapas coloniales consultados muestran el dete-
innovadora en su diseño o en sus características rioro de la presa de Acolman en el siglo xviii y el
artísticas. Tampoco jugó el papel esperado como desacuerdo social que surgió entre los pobladores
para su rescate y renovación (figura 2).
general el nombre “Presa del Rey” se aplicaba a una presa La presa suscitó cambios significativos en la
ubicada aproximadamente 30 km al norte de la Presa de Acol-
man, en el valle de Pachuca, aguas arriba de la ciudad de Tiza- economía y en la política local. Dichos cambios se
yuca. La presa de Pachuca fue construida en 1628 en el mismo
plan general de desagüe. Para la presa de Pachuca, véase 3 Sonya Lipsett-Rivera, To Defend our Water with the Blood of our
Archivo General de la Nación (agn), Desagüe, vol. 3, fs. 185v- Veins: The struggle for Resources in Colonial Puebla, Albuquerque,
186f. Los detalles básicos de la construcción aparecen en Joseph University of New Mexico Press, 1999; James D. Riley, “Public
Francisco de Cuevas Aguirre y Espinosa, Extracto de los autos Works and Local Elites: The Politics of Taxation in Tlaxcala,
de diligencias, y reconocimientos de los ríos, lagunas, vertientes, y 1780-1810”, en Americas, 58, núm. 3, 2002; Georgina H. End-
desagües de la capital México, México, Impreso por la viuda de J. field, Climate and society in Colonial Mexico: A study in Vulnerabi-
B. de Hogal, 1748, p. 17; agn, Tierras, vol. 619, exp. 1, f. 1f. lity, Malden, Blackwell, 2008.
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
deterioro severo. Los primeros 100 a 150 m de los
extremos de la presa se encuentran dañados por la
proximidad de negocios, casas y árboles. Sin embar-
go, la parte central —en lo que es posible ver en
superficie— está bien preservada, por encontrarse
contigua a unos terrenos agrícolas y un deportivo, y
por estar deforestado.
Respecto a sus dimensiones, la cortina tiene una
anchura de entre 50 y 100 cm, y una altura que se
profundiza desde los extremos hasta el Castillo, lle- figura 3. segmentos de la presa de acolman y las corrientes modernas que confluyen antes
de que pasen por la cortina. fotografía aérea del inegi, obtenida por bradley skopyk.
gando a una profundidad desconocida.5 La cortina
tiene contrafuertes de 3 a 5 m de largo, espaciados mos. La cortina tiene la forma de un arco constitui-
cada 15 a 20 m, por el lado sur del muro (es de- do por siete segmentos (figura 3): tres largos (B, D,
cir, aguas abajo) para reforzar la estructura contra F) que se orientan de modo perpendicular al flujo
la presión del agua. Los contrafuertes (figura 3) del del agua, y los cuatro restantes (A, C, E, G) —los
extremo oriental de la cortina muestran un interva- dos extremos de la cortina y las dos partes pegadas
lo de 15 m, aunque se considera que esta parte de al segmento central— son cortos e inclinados dé-
la presa fue reconstruida y su nivelación, detectada bilmente río abajo, dando a la presa esa forma. La
por gps, tiene un ascenso muy ligero de menos de parte central (D) tiene una estructura llamada “El
1 m desde el Castillo (2 256 msnm) hasta sus extre- Castillo” (consiste en una torre con una compuerta)
y, al oriente de ésta, el actual lecho o caja del río
50 | 5 El arqueólogo Leobardo Álvarez Hernández (cronista oficial San Juan. Cabe mencionar que el Castillo no está al
del pueblo de Acolman) nos mostró una foto de la poca pro-
fundidad de la presa en su extremo occidental. El corte reciente centro de segmento D ni al centro de la presa, sino
por donde pasa la caja del Río San Juan deja expuesta la cortina que está dos veces más cerca del extremo occiden-
hasta una profundidad de tres metros. Este corte hace sospechar
tal (Tepexpan) que del oriental (Cuanalan).
que la altura máxima de la cortina sea alrededor de 4 o 5 m. Para
resolver esta incógnita se realizó en enero de 2013 un estudio de Sin duda, el Castillo es el elemento arquitectó-
prospección arqueológica con un radar de penetración terrestre nico más destacado de la presa. Fue incluido en los
(georradar) por parte del Laboratorio de Prospección del Insti-
tuto de Investigaciones Antropológicas. Los resultados de dicho
mapas coloniales como característica principal de
estudio no fueron muy concluyentes; sólo en algunas de la misma, aunque nunca se dibujó de igual mane-
las líneas de verificación levantadas se detectaron reflexiones ra. La estructura es cuadrada de unos 3 a 4 m por
que se asocian con el desplante de la cortina a una profundidad
promedio de 1.5 m. En el sector oriental de la avenida la presa, lado, y tiene una puerta al sur, y como techumbre
se localizó lo que puede ser la parte más oriental de la cortina. Por una cúpula. Sobre el vano del acceso aún se obser-
otra parte, se pudo constatar que los sedimentos depositados en
van restos de una base donde hubo una inscripción
lo que fue el embalse son más homogéneos, mientras que al
sur de la cortina hay una gran cantidad de rellenos principal- (figura 4). El interior no presenta decoración algu-
mente modernos. También se observaron algunas reflexiones na, y en el muro norte se observa la compuerta de
que pueden ser producidas por los restos de estructuras con-
structivas coloniales y posiblemente prehispánicas; L. Barba,
la presa y lo que fue el mecanismo para controlar
A. Ortiz, J. Blancas y D. Martínez, “Informe de los resultados el volumen de agua que salía del embalse del río.
de Geo-Radar realizados en la presa de Acolman, como parte Algunos mapas coloniales indican la posibilidad de
del proyecto Paisaje en transformación del Posclásico a la Co-
lonia en el Valle de Teotihuacán, México”, Conacyt (101988), que hubiera una cruz fijada a la cúpula del Castillo.
mecanoescrito. De acuerdo con diversos documentos de los siglos
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
del flujo del agua, y también para dirigir el flujo por
la compuerta. El puerto de salida —aguas abajo—
también se encuentra enterrado, aunque en una
imagen del siglo xviii se observa que era de tamaño
modesto, más bien pequeño.
No es claro como era el mecanismo de la com-
puerta para controlar el flujo del agua. En algunos
documentos del siglo xviii se menciona el acto de
“levantar” o “alzar” la compuerta, lo que da la impre-
sión de que la puerta de la compuerta se levantara
completamente (quizá con un mecanismo de tor-
nillo), dejando salir agua por debajo de la puerta.
Sin embargo, en los documentos que describieron
el proceso de controlar el agua se detalla que ha-
bía 16 “trabas” (ataguías), y para bajar el agua se le-
figura 6. mapa de la Relación geográfica de Teotihuacán, fragmento mostrando la región
vantaban las trabas una después de otra: “con una donde se iba a construir la presa de acolman. el mapa original se localiza en el archivo
general de indias (sevilla). hecho a pluma, 610 x 1 450 mm. le falta un trozo de 300 x
que desciende en corta cantidad, y sin precipita- 175 mm. la versión aquí reproducida es de la “descripción de los pueblos de tequizistlan,
y tepexpa y aculma y san Juan teotihuacán, y sus sujetos”, en rené acuña, Relaciones
ción, hasta que bajando la agua correspondiente a geográficas del siglo xvi: México, vol. 7 t. 2, méxico, iia-unam, 1986.
10 Algunos de los objetivos de Gamio eran conocer las carac- resultado de dicho trabajo y es considerada como una obra que
terísticas raciales, manifestaciones sociales, dialectos, situación no ha sido superada, dado su carácter de investigación integral
económica y condiciones del ambiente físico y biológico de y por la implementación de medidas económicas y educativas
los pueblos indígenas del país, así como fomentar el desarrollo en la región. En esta publicación usamos la edición facsimilar
físico, intelectual, moral y económico de las poblaciones. La en cinco volúmenes: Manuel Gamio, La población del Valle de
investigación se realizó en archivos, bibliotecas, museos de la Teotihuacan, ed. facs., 5 vols., México, ini, 1979.
ciudad de México y observaciones en la región. La Población del 11 Joseph Francisco de Cuevas Aguirre y Espinosa, op. cit.
Valle de Teotihuacán, publicada por primera vez en 1922, es el 12 Ignacio Rubio Mañe, Introducción al estudio de los virreyes de
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
más o menos contemporáneo de Von Humboldt, ha realizado un trabajo arqueológico para confir-
es el del padre Andrés Cavo, jesuita expulsado en mar o desechar dicha idea.
1767. A pesar de haber producido una historia bas- Para aclarar este asunto empezamos por las fuen-
tante interesante y completa de las obras del de- tes primarias contemporáneas, de las cuales la única
sagüe entre 1604 y 1607, el padre Cavo no mencio- conocida es el volumen 3 del ramo Desagüe en el agn,
nó la construcción de la presa de Acolman.13 Desde que contiene las actas de la junta general del desagüe,
entonces se han realizado diversas investigaciones y más específicamente una corta descripción de la
en el valle de Teotihuacán y mencionaremos bre- obra de la presa de Acolman. El texto aclara bien
vemente las relacionadas con el tema que aquí nos la necesidad de ésta, diciendo: “entran grandes gargan-
ocupa, es decir, la presa de Acolman y las inunda- tas de aguas por los altos de Otumba y toda aquella
ciones sufridas. Cabe mencionar los estudios de Ig- comarca”, y que “se jusgaq[ue] el agua que en ella se
nacio Bernal del Castillo, Charles Gibson, William vendra a presar y consumir sera tanta q[ue] vertida so-
Sanders, Ángel Palerm, Teresa Rojas Rabiela, Jor- bre la laguna destaçiu[da]d creçeria en alto casi Una
ge Gurría Lacroix y Diana Birrichaga, quienes han sesma de bara de medir”.15 En ningún momento se
avanzado en el conocimiento del sistema hidráuli- menciona la existencia de presa alguna en el sitio
co en el valle de Teotihuacán.14 Todos estos autores previsto para dicha obra.16 Sin embargo, el autor deja
refuerzan el punto de que la presa de 1630 fue una abierta la posibilidad de que hubiera existido en algún
reconstrucción de una de 1604. Hasta ahora no se tiempo anterior (sin memoria) de 1629, diciendo:
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
de las corrientes, la acumulación de suelos profun-
dos compuestos en su mayoría por materiales de
poca permeabilidad (arcilla) y la creación de nue-
vas depresiones topográficas formaron condiciones
propias para modificar los límites del vaso original
y, como tal, para anegar partes del valle que estu-
figura 8. elevaciones y distancias relativas a la presa de acolman. diagrama de bradley
skopyk. vieron secas en 1630. Así, es importante reconocer
que estos procesos geomorfológicos no deben ser
de la presa —es decir, su vaso— no envolvía el con- considerados como el resultado de la construcción
junto del molino, las tierras de riego y el convento de la presa, y por consecuencia esta —por sí mis-
del pueblo de Acolman.21 Como se ve en la figura 8, ma— no debe ser considerada como la causa directa
el convento quedó definitivamente afuera del vaso, de la inundación del convento ni del molino, ni de
al igual que las tierras de riego y el molino del pue- las tierras de riego del pueblo de Acolman.
blo, los cuales se localizaban a unos 1 500 m al norte No obstante estas reflexiones, es evidente que
de la cortina y 6 m arriba de la base de la presa. durante el primer siglo de vida de la presa se acabó
Aún más importante es la diferencia de 2 m de el molino del pueblo de Acolman, desaparecieron
elevación que separan el límite máximo de la pre- las tierras de riego y empezó a inundarse el con-
sa (2 256 msnm) y la base de la estructura del con- vento de Acolman. No se puede precisar la fecha ni
vento (2 258 msnm). Estos 2 m de elevación que la razón del abandono tanto de las tierras de riego
separan las estructuras mencionadas aseguraban como del molino. La última mención que se tie-
que las aguas que rellenaban el embalse no inunda- ne del molino es el contrato de arrendamiento de
56 |
ran el conjunto conventual. Las aguas que recogía 1620, el cual se rentó en 40 pesos. Después de 1620,
el vaso fluían por arriba de la presa y pasaban al el molino no tiene rastro histórico hasta el año de
lago de Texcoco. Cabe mencionar que la inundación 1760, momento en que apareció registrado en el
de las tierras y estructuras que aquí se analizan por mismo lugar en el mapa de la Relación Geográfica
el vaso de la presa, no fue la única causa en que de 1580, al lado del convento de Acolman y de una
pudo haber ocurrido dicha avenida. Por ejemplo, zanja de agua, con la etiqueta “molino antiguo”.22
como se verá más adelante, la presa transformó la Esta pérdida es importante porque la evidencia his-
dinámica fluvio-morfológica de la zona, y por con- tórica indica que ambos (molino y tierras de riego)
secuencia inició un nuevo patrón de corrientes, se- fueron establecidos poco antes de 1580, y como tal
dimentos y microtopografía que afectó al convento fueron inversiones de la comunidad de Acolman.23
y a las tierras de la comunidad. El desplazamiento
22 El cartógrafo del mapa fue el agrimensor Felipe de Zúñiga y
21 En noviembre y diciembre de 2012 tomamos medidas de Ontiveros; agn, Mapoteca, núm. 2935. Este mapa se integra en
altitud con un equipo de gps que detecta cambios en la presión el documento del agn, Vínculos y Mayorazgos, vol. 243, exp. 2.
barométrica para determinar la elevación. Aunque el equipo 23 Parece que ni las tierras de riego ni el molino existían mucho
de gps provee medidas precisas (en pasos de 10 cm), dada la antes de 1580 porque ambos dependían del agua de la acequia
multitud de factores que influyen en las mediciones de este que bajaba desde el partidor de Maquixco. El molino de trigo,
tipo de equipo decidimos redondearlas al metro. Además, es movido por fuerza hidráulica, fue una tecnología llevada al Nue-
importante reconocer que los rasgos del paisaje aquí tratados vo Mundo por los españoles que, de repente, fue adoptada en
no son puntos geográficos, sino líneas y áreas. Por consecuen- el valle de Teotihuacán por la población indígena. (El mapa de
cia, las medidas expresadas son promedios de las superficies de la rg muestra estos dos molinos de la población indígena.) Estos
cada rasgo. molinos procesaban trigo, y por tal dependían de la producción
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
en líneas anteriores subraya el poco riesgo de las
aguas del río San Juan durante dicho periodo de
juventud de la presa.
Sedimentación e inundaciones
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
de San Antonio, la cual mencionaremos más ade- nidas. Las inundaciones de 1740 fueron las que
lante. El volumen al cual tenían derecho era de dos mayor daño causaron a la comunidad de Acolman,
surcos de agua, que eran compartidos entre el pue- produciendo la pérdida del cultivo de trigo valua-
blo de Xometla (sujeto de Acolman, hasta 1745), el da en 12 000 pesos.37 Esta última crisis obligó a la co-
convento (que tenía un pequeño huerto y algunas munidad a acceder a colaborar para remediar la si-
tierras adyacentes para cultivo) y los pueblos de El tuación creando cinco grupos representando a dos
Calvario y Santa Catarina. El pueblo de Santiago o tres sujetos de Acolman, quienes debían de tra-
Atlatongo (otro sujeto de Acolman) poseía el dere- bajar una sección nueva del lecho del río San Juan
cho al agua de una fuente independiente llamada de 17 x 210 m (casi 20 x 250 varas).38 Mientras que
“El Tular”, mientras que otra pequeña cantidad era la elaboración del nuevo canal permitió hacer más
proporcionada a Xometla por la limpieza del canal manejable la situación en las siguientes décadas,
principal y las reparaciones de la presa.34 este éxito trajo consigo, por un lado, nuevas oportu-
El cultivo de esas nuevas tierras supuso mucha nidades para expandir las áreas de cultivo en el vaso
atención y cuidado, ya que significaba una aventura de la presa, y por otro lado un nuevo conflicto social
riesgosa. Entre 1732 y 1736 —años de mayor inun- entre las fracciones al interior del pueblo.
dación en la región— la producción del cultivo de La cabecera de Acolman luchó tenazmente por
maíz y trigo no fue exitosa.35 Un informe presen- la pequeña cantidad de agua que les correspon-
tado a la Audiencia indica que la situación en 1736 día, punto importante de disputa que terminó en
era apremiante debido al grave daño que trajeron la separación de Xometla en 1745. La tensión y el
las inundaciones: conflicto entre ambos pueblos no finalizó con dicho
suceso; entre 1750 y 1753, los campesinos de ambos
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[…] aun manifestandoles los dhos daños y otros q[ue] pueblos compitieron por el agua; cada uno realiza-
estan nottorios y pattentes y no paran en ellos sino en ba durante la noche una pequeña represa hecha de
ottros mayor[e]s pues en las abenidas estta expuesta arena, piedras, pastos o adobe para dirigir el agua a
la yg[lesi]a de la cavesera a total ruina y se arrevata nuevos canales que favorecían a uno u otro pueblo.
hombres, animales y casillas dejando muy lamentos Por lo general el primer paso para realizar dichos
y solo libres a las gentes q[ue] pueden repararse en trabajos era destruir las obras efectuadas por el con-
las copas de los arboles interin que pasa su furia todo trincante. Mientras que cada pueblo argumentaba
ocacionando de q[ue] por no tener la caja suficiente tener derechos inmemoriales sobre el agua, el de-
ha quatro a[ñ]os q[ue] se desbarata en muchas p[ar] recho sobre ella se estableció en 1684, y las tierras
tes con la fuersa y cresido caudal de las aguas y que- en que se desvió el agua entre 1740 y 1750 era nue-
daron en ellas portillos considerables y cresidos q[ue] va. Los ancianos de las comunidades (entre 75 y 85
ocacionan tan lastimosas inundaciones.36 años en 1753) mencionan que dichas tierras eran
previamente terrenos inundados.
El informe menciona la dificultad para obtener De hecho, Jacinto Ruiz, de 80 años de edad, es-
fondos y vecinos del lugar para trabajar, siendo que pañol, vecino del pueblo de San Juan Teotihuacán,
ellos eran los directamente afectados por las ave- testificó:
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
aplicarla a los suelos. Esto significa que no sólo se
requería el derecho al agua sino al permiso de dre-
nar el vaso en otoño antes de la siembra, conservan-
do el derecho de mantener las compuertas abiertas
hasta la cosecha. De hecho la deposición aluvial y
las lluvias de verano fertilizaban los campos antes
del inicio de la siembra. La fertilidad del suelo no
era un problema en dicha área; sin embargo la inun-
dación presentaba un mayor riesgo que los posibles
beneficios. Cuando los jesuitas fueron exiliados en
1767 y sus posesiones pasaron a ser propiedad de la
Corona, los administradores y nuevos mayordomos
figura 11. mapa de Juan del campo velarde, medidor nombrado, mostrando los terrenos
requirieron las llaves de la compuerta de la presa, de tepexpan, cuanalan, las corrientes de agua y la presa de acolman (1727). 45 x 60 cm.
agn, tierras, vol. 2515, exp. 1, f. 48.
44 agn, Tierras, vol. 3012, exp. 6, f. 18f. 45 agn, Tierras, vol. 619, exp. 1, fs. 27f-28f.
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
figura 13. el paisaje idílico de la presa pintado a petición del pueblo de acolman (1763).
43 x 47 cm, anónimo. agn, bienes nacionales, leg. 1187.
la presa de acolman: integridad física, vida social e inestabilidad ambiental en el valle de teotihuacán
décadas. Poco a poco este papel desaparecía, dejan- la gente de la comarca a responder al nuevo statu
do la cortina como un cadáver cuasi enterrado. De quo. La vida de la presa (su estado de mantenimien-
acuerdo con una publicación de 1902, la presa: to e integridad física) reflejaba dicha dinámica. Una
de las lecciones de la historia ambiental es que el
[…] se enterró [...] y quedó sin uso alguno, sin que hu- medio no es fijo en ningún momento, aunque sí las
biera pensado en reponerla, hasta el año de 1856 en tasas de cambio se alteran, a veces llegando a una
que la Ciudad de México estuvo amenazada de inun- tasa “transformativa”. A pesar de su estado regular
dación. Entonces se pretendió substituirla con la pre- y su carencia de valor arquitectónico, la presa in-
sa de Maravillas, haciendo que la construyera la fluenciaba este cambio ambiental por la acción de
hacienda de San José Acolman que aparecía respon- estructurar los patrones de aluvión y de inunda-
sable de la ruina de la antigua presa: pero los defectos ción. Es decir, la presa fue parte de este círculo de
de construcción determinó que se arruinara al bajar causa y efecto. Nació por la fuerza del gobierno vi-
las aguas, sin que haya hecho falta su reparación.57 rreinal para resistir procesos naturales y climáticos.
Tuvo su momento de madurez que durante un siglo
En la primera mitad del siglo xx el arqueólogo permitió la acumulación de sedimentos aluviales
Manuel Gamio anotó que no quedó memoria de las en su vaso, aunque sin tener gran efecto social ni
inundaciones ni de los efectos nocivos de ellas.58 ambiental. El apogeo de la vida social de la presa
Este capítulo ha tratado de mostrar cómo la his- duró sólo unas pocas décadas, siendo el centro de
toria de la presa, los intereses humanos y el medio los conflictos por los recursos y como parte de una
están interconectados por complejos círculos de identidad. Finalmente, tuvo su época de decadencia
causa-efecto. Las condiciones ambientales estuvie- y fin, debido a los procesos edáficos y sociales que
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ron siempre en un estado dinámico, impulsando a ella misma impulsó.
Agua y urbanismo
en el siglo xvi novohispano,
según las Relaciones geográficas
de Felipe II
La presencia de agua suficiente sería uno de los condicionantes fundamentales para
el desarrollo de las poblaciones en el siglo xvi, máxime cuando los procesos de concen-
tración de los naturales y la fundación de ciudades administrativas exigen un mayor
consumo. A través de los documentos de las Relaciones geográficas encargados por Fe-
lipe II se aprecia muy bien la relación entre urbanismo y agua. Asimismo se analizan
ciertas tipologías hidráulicas relacionadas con el encauzamiento, como los acueduc-
tos, almacenamiento —como cajas de agua— o distribución, principalmente fuentes.
Otras funciones relacionadas con el agua también se reseñan, como los temascales,
y por último se hacen referencias al uso agrícola y ganadero, siempre a través de los
textos de las Relaciones geográficas.
Palabras clave: Relaciones geográficas, tipologías hidráulicas, fuentes, temascales, Méxi-
co, siglo xvi.
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L
a presencia de agua proveniente de manantiales con suficiente caudal ha
sido, históricamente, uno de los condicionantes básicos para el asentamiento
y desarrollo de las poblaciones; incluso, más importante, si cabe, que otros
de carácter defensivo o productivo. Este aspecto se percibe tanto en las urbes
prehispánicas como en los diseños urbanos del siglo xvi.1 De hecho, las au-
toridades españolas responsables de realizar congregaciones o de trasladar enclaves ur-
banos tuvieron muy en cuenta las limitaciones derivadas de la presencia o ausencia de
agua dulce. En paralelo, se realizarán importantes infraestructuras2 para canalizar, alma-
cenar y distribuir el preciado líquido, las cuales generalmente tenían un punto y final en
la fuente situada en la plaza pública, adquiriendo en ocasiones valores artísticos. En este
trabajo nos centraremos en los datos e informaciones derivadas de los documentos co-
* Universidad de Granada.
1 Respecto a las tipologías arquitectónicas relacionadas con el agua, su función y dificultad técnica, cfr. Leonardo
Icaza Lomelí, “Arquitectura hidráulica en la Nueva España”, en vv.aa., Antiguas obras hidráulicas en América,
Actas del Seminario México, 1988, Madrid, cehopu, 1991, pp. 221-251.
2 Cfr. George Kubler, Arquitectura mexicana del siglo xvi, México, fce, 1982, pp. 238-240, y Carlos Chanfón Olmos
(coord.), Historia de la arquitectura y el urbanismo mexicanos, vol. II, t. I, México, unam/fce, 1997, pp. 406-411.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
nocidos como Relaciones geográficas, aunque la pre- enviado por Felipe II como anexo a una Real Cédu-
ocupación por el tema del agua estuvo omnipre- la fechada el 25 de marzo de 1577 en San Lorenzo
sente en las trazas urbanas y en las concepciones de El Escorial, el cual sería nuevamente remitido,
urbanísticas del momento, lo que se evidencia en con ligeras modificaciones, en 1584. El inspirador
otros fondos documentales, así como en las cró- de este proyecto fue Juan López de Velasco, primer
nicas de la época. cosmógrafo-cronista de las Indias que formaba par-
te como tal del Consejo de Indias.5
Las Relaciones geográficas de Felipe II El cuestionario de 50 preguntas, sistematizado
con temáticas sobre geografía, historia, población,
Desde los primeros viajes de descubrimiento del recursos económicos, lenguas habladas, etcétera,
Nuevo Mundo fue fundamental para la monarquía ofrece una idea de cuáles eran las necesidades de
hispana sistematizar las noticias y descripciones conocimiento de la gente del siglo xvi, en este caso
que con distinto valor objetivo iban aportando aque- sobre el continente americano. El sistema de eje-
llos que regresaban o los informes que los cargos ad- cución utilizado por el Consejo de Indias facilitaba,
ministrativos enviaban a España. La cuantificación además, que las repuestas fueran paritarias ya que,
de estos datos atendiendo a la variedad y riqueza de una vez que llegaron las centenares de copias im-
culturas, gentes, paisajes y conjuntos bioclimáticos presas a la capital virreinal, se distribuyeron entre
constituía una empresa casi imposible si tenemos los alcaldes mayores y corregidores principalmen-
en cuenta los conocimientos científicos y posibili- te, aunque a veces estos delegaron en otros funcio-
dades burocráticas del momento. No obstante, el narios, frailes o curas. Pero, en general, fueron los
Consejo de Indias3 procuró tener la imagen más primeros los que condujeron estas Relaciones con-
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exacta posible de estos territorios para su control y tando, casi siempre, con los gobernadores indíge-
explotación. Entre los intentos para conseguir este nas y los “más viejos del lugar”. Estos informantes
objetivo ocupan un lugar señero las denominadas facilitarán y completarán sobre todo la información
Relaciones geográficas4 derivadas del cuestionario histórica utilizando intérpretes de las distintas len-
guas autóctonas cuando fueron necesarios. No ol-
3 Se había instituido nominalmente en 1519, y en 1524 estaba videmos que el relato comunitario era la forma de
organizado como cuerpo colegiado con el nombre de Real y Su-
premo Consejo de Indias.
4 Son varios los autores que han tratado el tema de las Rela- Clinton Edwards, “Mapping by Questionnaire: An Early Span-
ciones geográficas. Una reseña historiográfica de los mismos se ish Attempt to Determine New World Geographical Positions”,
puede consultar en Rafael López Guzmán, Territorio, poblamien- en Imago Mundi, 23, New Israel-Amsterdam, 1969, pp. 17-28;
to y arquitectura. México en las Relaciones geográficas de Felipe II, y, “Appendix C. Memorandum of the Items to which Respon-
Granada, Universidad de Granada, 2007, pp. 21-27. Entre los ses Shall be Made, and What the Reports are to Contain (1577)”,
trabajos clásicos es posible citar a Howard F. Cline, “The Rela- trad. de Howard F. Cline, “The Relaciones Geográficas of the
ciones Geográficas of the Spanish Indies, 1577-1648”, en Hand- Spanish Indies, 1577-1648”, en Handbook of Middle American In-
book of Middle American Indians, 12/1, Austin, 1972, pp. 183-242; dians, 12, University of Texas Press, 1972, pp. 234-237.
“A Census of the Relaciones Geográficas of New Spain, 1579- 5 Juan López de Velasco (1530-1598) asumió los cargos de cro-
1612”, en Handbook of Middle American Indians, 12/1, Austin, nista de Indias, sucediendo a fray Antonio de Guevara y a Gon-
1972, pp. 324-369, y “The Relaciones Geográficas of Spain, New zalo Fernández de Oviedo, y de cosmógrafo mayor, heredando
Spain, and the Spanish Indies: An Annotated Bibliography”, en la documentación de Alonso de Santa Cruz; todo ello bajo las
Handbook of Middle American Indians, 12/1, Austin, 1972, pp. órdenes del presidente del Consejo de Indias Juan de Ovando
370-395. Véase también Barbara E. Mundy, The Mapping of New y Godoy, que había instituido dichos cargos en 1571 y dictado
Spain. Indigenous Cartography and the Maps of the Relaciones una ordenanza para el funcionamiento del Consejo. López de
Geográficas, Chicago, The University of Chicago Press, 1996, y Velasco se mantuvo en sus cargos hasta 1591.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
climatología,8 la 4 en la que se solicita información O bien, en la referencia genérica al paisaje de
sobre los manantiales y ríos que pudieran abastecer las minas de Zumpango (Guerrero): “[…] están en
a las poblaciones,9 la decimonovena relacionada unas sierras muy altas, y es tierra muy fría y muy
con la anterior al tratar de los posibles cultivos y montuosa y de muy buenas aguas”.13
regadíos10 y, por último, la vigésima en la que se De hecho, en las pinturas que tienen carácter
solicita información sobre lagos, lagunas y fuentes territorial y en las que aparecen representadas de
en el entorno de la población.11 forma esquemática poblaciones, caminos, montes
Los datos que aparecen en los distintos textos rela- y vegetación, nunca falta la hidrografía con manan-
cionados con estas preguntas suponen un rico reper- tiales o ríos de distinto caudal marcando, en ocasio-
torio de informaciones que van desde el diseño de las nes, la riqueza piscícola de los mismos.14
poblaciones condicionadas por la presencia y riqueza
de manantiales hasta la visualización de canalizacio- Cambios de ubicación urbana
nes y usos productivos y cotidianos del agua. Es más,
en raras ocasiones no aparece una mínima pincelada La ausencia de ríos, manantiales o canalizaciones su-
sobre los abastecimientos ya que su presencia ase- ficientes para el abastecimiento de agua a las pobla-
guraba la existencia de la propia población. En este ciones existentes pensando en su desarrollo y en la
sentido, un ejemplo sería la descripción urbana y te- posibilidad de que se convirtieran en centros de con-
rritorial del pueblo de Epazoyucan (Hidalgo), donde gregaciones, significó su traslado a una nueva ubica-
no falta la referencia al preciado líquido: ción, proyecto en el que colaboraron de forma impor-
tante los frailes de las distintas órdenes mendicantes
Este es el asiento del pueblo de Epazoyucan. Está en asentadas en cada territorio. Igualmente, en la zona
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una falda de un cerro que se llama Tlaloc, tierra seca. norte que se denomina la Gran Chichimeca y que iría
Y se trae el agua de tres leguas, que mana de unos cerros conquistándose poco a poco por razones económicas
altísimos que se llaman Itztli. Y, abajo del pueblo, está relacionadas con la minería, las nuevas poblaciones
una vega, donde se coge mucho maíz y hay muchos se ubicaron teniendo en cuenta la presencia abundan-
magueyes. Y este pueblo tiene dos leguas de monte te de agua potable. Así sucedió con San Juan del Río
hacia la banda del norte.12 (Querétaro), fundada en 1531, lo que se confirma en
8
el texto de 1582 de la Relación geográfica correspon-
“3. Y, generalmente, el temperamento y calidad de la dicha
provincia o comarca, si es muy fría o caliente, o húmeda o seca, diente: “[…] el asiento del pueblo de San Juan es un
de muchas aguas o pocas, y cuándo son, más o menos, y los valle, junto a un río de muy escogida y buena agua”.15
vientos que corren en ella qué tan violentos y de qué parte son,
y en qué tiempos del año.” Como se ha indicado, en las respuestas dadas al
9 “4. Si es tierra llana o áspera, rasa o montuosa, de muchos o cuestionario de Felipe II se encuentran, por tanto,
pocos ríos o fuentes, y abundosa o falta de aguas, fértil o falta
de pastos, abundosa o estéril de frutos y de mantenimientos.”
10 “19. El río o ríos principales que pasaren por cerca, y qué tan- 13 Ibidem, p. 197.
to apartados dél y, a qué parte y qué tan caudalosos son; y si hu- 14 Pueden servir como ejemplos varios dibujos como el de Ame-
biere qué saber alguna cosa notable de sus nacimientos, aguas, ca (Jalisco), Zacatlán (Puebla), Cuzcatlán (San Luis Potosí), Te-
huertas y aprovechamientos de sus riberas, y si hay en ellas, jupan (Oaxaca), Celaya (Guanajuato) e Ixcatlán (Oaxaca), o los
o podrían haber, algunos regadíos que fuesen de importancia.” referidos a Texcaltitlán (Estado de México), donde se dibujan
11 “20. Los lagos, lagunas o fuentes señaladas que hubiere en los tér- enormes peces en el cauce de los ríos, al igual que en Tecui-
minos de los pueblos, con las cosas notables que hubiere en ellos.” cuilco (Oaxaca). Cfr. Rafael López Guzmán, op. cit., pp. 66-126.
12 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México I, Méxi- 15 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Michoacán,
co, unam, 1985, p. 90. México, unam, 1987, pp. 231-232.
La necesidad de estos manantiales hace que se Este dicho pueblo de Nochiztlán estaba poblado en
magnifiquen en los dibujos, como sucede en el caso unas lomas y laderas adonde carecían de agua, y, en
de Atlatlahucan17 y su partido, actualmente en el aquel tiempo, los visitaban y doctrinaban clérigos.
Estado de México, donde se especifica el “nacimien- Y habrá mas de veinte años que se pasaron a donde
to de agua” con una representación desproporcio- al presente están, que es a un cuarto de legua mas
nada a la realidad, pero acorde con la importancia abajo, en un llano, adonde beben de pozos y algunos
social del mismo.18 manantiales.20
La traza en damero perfecto de Nochixtlán19
(Oaxaca) se puede fechar en torno a 1560, ya que También es fundamental la presencia de agua
en la realización de Teutenango o Tenango del Va-
16 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México I…, op.
cit., p. 318.
lle (Estado de México), ya que se trazó en el llano
17 Cfr. Rafael López Guzmán, op. cit., p. 78. se en el camino entre la capital y Oaxaca, pero sobre todo por
18 Esta magnificación por su importancia de los ojos de agua haber sido uno de los centros más importantes de cultivo de la
son frecuentes en las distintas pinturas. Otros ejemplos serían grana o cochinilla.
Celaya, Oaxtepec y Yecapixtla. Cfr. ibidem, pp. 67, 88 y 89. 20 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Antequera I,
19 Esta población tuvo un gran desarrollo económico al situar- México, unam, 1985, p. 371.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
bajo el monte del establecimiento prehispánico. En chamiento de ningún riego de huertas y panes, sino
este caso el único punto de agua estaba en la plaza que toda se acaba y consume dentro de la traza de la
entre la casa del corregidor y la del beneficiado. En misma ciudad.22
la representación que se hace en la pintura de la
Relación geográfica es posible apreciar una especie El aprovisionamiento de agua como razón urba-
de caja de agua con un arco y una arquitectura rec- nística primigenia influye, igualmente, la ubicación
tangular sacralizada por una cruz.21 y traza de la población de Tecamachalco (Puebla).
Algo similar sucedió en Tepeaca (Puebla) donde Su fundación inicial junto a un manantial con insu-
se trasladó el asentamiento a una zona baja asegu- ficiente caudal obligaría a su cambio de ubicación
rando el abastecimiento, siendo los franciscanos los en torno a 1540-1545, eligiéndose un lugar inclina-
encargados de la infraestructura hasta la plaza con do y no el llano adyacente por la acumulación de
la definición de una fuente pública y la derivación agua de lluvia en lagunas endorreicas que podían
hacia el convento: producir enfermedades. Razones, por tanto, de ca-
rácter higiénico y de abastecimiento de agua con-
[…] que el asiento y traza della [la población] es en dicionaron la nueva traza urbana que respondía a
tierra muy llana y rasa, la cual, padeciendo la falta de una cuadrícula perfectamente estructurada y ma-
agua que de suso se ha dicho, por no tener mas que la terializada por la intervención del franciscano fray
que se recogía con las lluvias, podrá haber treinta y sie- Andrés de Olmos. Así se especifica en la relación:
te años que, por orden e industria de algunos religio-
sos de la Orden de San Francisco, se descubrió cierta Fundóse este pueblo en aquel asiento, y no le bajaron
agua que destilan ciertas piedras y unas peñas que al llano, por causa que, en tiempo de las aguas, se
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están, a seis leguas desta ciudad, en lo alto de una sie- pudiera anegar por la mucha que se recoge al dicho
rra muy montuosa y áspera que llaman de Tlaxcala, llano, sin tener desaguadero; demás de que pudiera
y, deste agua destilada, se viene a juntar un arroyo, la humedad causar enfermedades. Y este pueblo fue
en un llano y pradera que se hace poco mas adelante fundado, primero, en otra parte, como a una legua de
en el mismo alto de la sierra, en cantidad de bulto del donde ahora está, que era en un repecho de lo alto
muslo de un hombre. Y esta agua se encaña desde el de una sierra, de donde tomó el nombre que tiene de
dicho nacimiento por sus atanores de barro, y hecha la Tecamachalco. Y allí, en aquel primero asiento, tenía
funda dellos de argamasa, con sus arcas a trechos. Y, con una fuente de agua dulce, aunque poca.23
esta orden, llega a la plaza desta ciudad, adonde se da
por repartimiento, al monasterio de San Francisco, la El agua también fue la causante del cambio de
cantidad que le basta, y la demás entra en una fuente asentamiento del pueblo de Ahuatlán (Puebla). En
que está en la dicha plaza con ocho caños, que cada el texto redactado en 1581 se aportan las siguientes
uno dellos tiene gordor de una caña, que es medio noticias:
real de agua cada caño; y, de allí, se reparte en otras
pilas, donde se coge y da agua a las bestias y otros Dicen los naturales que se poblaron en este pueblo
animales. De suerte, que basta para el proveimiento por mandado de Fray Juan de la Cruz, de la orden
desta ciudad, y no sobra para que della haya aprove-
22 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Tlaxcala II,
21 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México II, Méxi- México, unam, 1985, p. 229.
co, unam, 1986, p. 278. 23 Ibidem, pp. 235-236.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
tían sortearlas sin interrumpir la traza urbana. Hay la representación de Tenango del Valle (Estado de
que señalar que, en el siglo xvi, desde esta pobla- México), ya referida, especificándose en el texto
ción se podía acceder hasta el centro de la capital que “[…] entre la casa del corregidor y beneficiado,
del virreinato en barca por el lago y los canales, lo está una fuente que ordinariamente echa agua en
que facilitaba la comercialización de sus productos. cantidad de una pierna, muy buena y muy fría, y
Como detalles específicos de este dibujo es nece- corre por el dicho pueblo y va a la ciénaga que está
sario señalar la presencia junto al convento de un cerca del matadero”.32 Este último edificio citado,
gran estanque para diversos usos de los frailes, así el matadero,33 se construye en la periferia cerca de
como de un molino de papel que, sin duda, utiliza- una corriente de agua, situación acorde con las nor-
ría el agua almacenada como fuerza hidráulica en mas de higiene pública de alejamiento del centro
su funcionamiento. urbano por los malos olores y abundancia de agua
En el texto de la Relación de Yecapixtla (Morelos) para la limpieza de las reses sacrificadas.
se señala la ubicación de la población entre dos ríos Otras noticias de interés se pueden extraer de la
que se unen fuera de la traza urbana pero dentro de lectura del texto de la población de Chilapa (Guerre-
su territorio, tal y como se representan en la pintu- ro), en el que se describe esquemáticamente el sis-
ra anexa.29 Pero lo que interesa en este punto es la tema de abastecimiento: “Una fuentecica hay de ra-
aclaración de la canalización de agua hasta la plaza zonable agua, que viene encañada al monasterio y
y el convento. Así, se señala que en uno de estos va a la plaza y mercado, que se dice Tianguiz, donde
ríos el agua: “[…] la tienen atajada y la traen a la hay una fuente muy hermosa con su taza en medio,
fuente que está en la plaza y tianguez desta villa y de que bebe el pueblo”.34 También en Quautlatlau-
para el monasterio della”.30 ca (Puebla) existía una fuente denominada Tecut-
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Aunque se conservan algunas de las fuentes y pi- liapán, cuya traducción era “fuente de principales”.
lares construidos como punto y final de las diversas Las noticias que aparecen en la Relación permiten
canalizaciones en las plazas principales de las po- suponer que se trataba de una realización prehis-
blaciones del quinientos, lo cierto es que la mayor pánica que los religiosos agustinos introdujeron en
parte de las mismas ha desaparecido al haber deja- su monasterio y la sacralizaron construyendo sobre
do de cumplir su función primigenia y, por tanto, ella la ermita de San Nicolás, de tal forma que desde
cayendo en la desidia y abandono. No obstante, mu- allí manaba el agua que era recogida en un estan-
chas de ellas aparecen reflejadas en diversos textos que, el cual tenía truchas, mojarras y arboledas en
de las Relaciones geográficas, así como en algunos de su entorno.35
los dibujos. Ejemplo perfectamente ubicado en la En Cholula (Puebla) existían varias fuentes que
plaza y reseñado con la epigrafía “fuente de agua”, incluso eran utilizadas de forma diferenciada por
lo que no permite ninguna duda, se puede apreciar españoles y naturales. La más importante era la que
en el dibujo de Iztapalapa.31 Lo mismo sucede en se canalizaba hasta la plaza de la que se derivaba
29 Ibidem, p. 88. 32 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México I…, op.
30 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México I…, op. cit., p. 278.
cit., p. 220. 33 Cfr. Rafael López Guzmán, op. cit., p. 83.
31 Cfr. Rafael López Guzmán, op. cit., p. 87. En la actualidad Izta- 34 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Tlaxcala II…,
palapa no es una población independiente, sino que constituye op. cit., p. 115.
una de las 16 delegaciones en que se estructura el Distrito Fe- 35 Ibidem, p. 204. En esta población existía, además, otra fuente
deral de México. llamada Altitlán, que los naturales usaban para bañarse.
Una representación similar con doble taza apa- Santillana Ediciones Generales, 2010, pp. 446-451. Una fuente si-
milar con una sola taza y con leones en los ángulos del octógono
36 Ibidem, p. 126. se encuentra en el centro del claustro del convento de Ocuituco,
37 Cfr. Rafael López Guzmán, op. cit., p. 110. también del siglo xvi.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
figura 7. fuente de acatzingo. fotografía de rafael lópez guzmán. figura 8. plano de oaxtepec.
un glifo en la pintura.41 Esta fuente aún se conser- dero y a otras fuentes menores.45 El resultado final
va en el mismo lugar en que figura en el siglo xvi, de estas obras convertían a la población, según el
aunque con un diseño moderno.42 El espacio tenía cronista agustino fray Mathías de Escobar, en un lu-
y mantiene funciones de mercado, otro lugar donde gar idílico:
el agua no podía faltar. Esta unión entre mercado
y agua se representa igualmente en la pintura de Con este repartimiento de aguas parecía Tiripetío
Zempoala (Hidalgo), donde encontramos la glosa un traslado del terrenal Paraíso, pues fertilizado su
Tianquiztli, que especifica la función comercial re- suelo cría cantidades crecidas de Naranjos, Sidras y
figura 9. plano de tlaxcala. […] en medio de la cual [la plaza] hay una fuente de
que traen encañada a la dicha aldea, y, en la plaza agua de extremada hechura, que tiene ocho colum-
della, tiene una fuente, que basta para todo el pro- nas [en el dibujo sólo aparecen siete], que dellas pro-
veimiento de los vecinos naturales que allí viven”.47 ceden ocho caños de muy buena agua, que están en
También había fuentes en las plazas de las po- torno de esta fuente; de modo que queda de muy
blaciones de Zimapán48 (Hidalgo) y Quecholac graciosa forma, que a la continua está llena de agua,
(Puebla),49 mientras que en Tecamachalco (Pue- donde proceden otros caños que van a dar a otras pi-
bla) —aunque el agua estaba encañada hasta la po- las mas bajas, donde la gente coge agua para servicio
blación— se carecía de fuente por “descuido de los desta ciudad.52
alcaldes mayores de esta provincia”.50 Excepcional, Esta fuente de Tlaxcala recuerda el modelo que
hoy preside la plaza de Tochimilco (Puebla) fecha-
47 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Tlaxcala II…,
op. cit., p. 230. da en 1556. Se trata de una construcción de planta
48 Cfr. Rafael López Guzmán, op. cit., p. 75. octogonal con columnas en cada vértice, coronadas
49 Señala el texto de la Relación Geográfica que “[…] en esta plaza,
tienen una fuente de agua gruesa, en abundancia […]”. Cfr. René 51 Identificado con la glosa “Tianguez de la Villa, nuevo”. Cfr.
Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Tlaxcala II..., op, cit., Rafael López Guzmán, op. cit., p. 89.
pp. 236-237. 52 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Tlaxcala I…,
50 Ibidem, pp. 230 y 235-237. op. cit., p. 45.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
por formas piramidales que rematan en una flor
abierta, y una gran columna central cuyo capitel se
resuelve mediante un orden pseudocorintio, donde
los posibles acantos se transmutan en ocho cabezas
felinas que funcionan de surtidores. Se completa la
columna con un remate en forma de piña sobre el
que se apoya el escudo de armas de la población.53
La ausencia actual de fuentes monumentales
del siglo xvi en México obliga a tratar especialmen-
te a la situada en la plaza principal de Chiapa de figura 11. fuente de chiapa de corzo. fotografía de rafael lópez guzmán.
Corzo.54 Esta población pertenecía en el quinientos,
al igual que buena parte del estado de Chiapas, a la monumentalidad de esta arquitectura, teniendo
la Audiencia de Guatemala, por lo que no apare- que añadir otras referidas a este espacio como lugar
ce reflejada en las Relaciones geográficas de México, de socialización que, incluso, mantiene en la actua-
pero, desafortunadamente, tampoco se ocupan de lidad. La construcción de planta centralizada y de
este enclave las conservadas de esta región.55 No carácter renacentista protege la fuente con una gran
obstante, existe un documento de interés realizado espacio abovedado sostenido por ocho arcos de me-
por Juan de Pineda, un burócrata de escala media diopunto con arbotantes que descargan en botareles
enviado como juez contador para mejorar la recau- coronados por pináculos. La utilización del ladrillo
dación real,56 en torno a 1595 denominado “Avisos permite formas decorativas de carácter geométrico
de lo tocante a la provincia de Guatemala”. En el jugando con las posibilidades de este material y su
78 |
mismo se da información de la fuente de Chiapa de situación en los paramentos.59 La construcción se
los Indios,57 señalándose: “En esta plaza, está una inauguró en 1562, estando atribuida la traza a fray
fuente muy bien hecha, toda de ladrillo, que pue- Rodrigo de León.60
den estar dentro della más de cien personas sin que En el estado de Hidalgo se conservan algunos
se mojen, aunque llueva”.58 Esta función de protec- de los ejemplos más tempranos y representativos de
ción climatológica, aunque interesante, no justifica los sistemas de canalización y repartimiento
53
de aguas necesarias para el funcionamiento de
Cfr. Juan Benito Artigas, op. cit., p. 456.
54 Un texto específico acerca de esta arquitectura sería el de Car-
los Navarrete, La fuente colonial de Chiapa del Corzo. Encuentro de 59 La utilización del ladrillo como material constructivo le ha
historias, México, Gobierno del Estado de Chiapas/Miguel Ángel valido en numerosas publicaciones el calificativo de mudéjar
Porrúa, 1991. No obstante, un acercamiento con la utilización cuando se trata de un proyecto de planta centralizada en línea
científica de la historiografía precedente y con aportaciones con las propuestas más vanguardistas de los tratados arquitec-
interpretativas de interés sería Juan Benito Artigas, Chiapas tónicos del momento. El uso de un material determinado no
monumental (veintinueve monografías), Granada, Universidad de le otorga a las fábricas su filiación estética. Ideas que coinciden
Granada, 1997, pp. 11-21. con Juan Benito Artigas, quien además aporta en su trabajo pro-
55 Cfr. René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Guatemala, porciones ajustadas de este edificio. Cfr. Juan Benito Artigas,
México, unam, 1982. Chiapas monumental…, op. cit., p. 21.
56 Respecto a Juan de Pineda, cfr. ibidem, pp. 291-298. 60 El dato aparece en la Historia General de las Indias Occiden-
57 Denominación que se daba en esos momentos a Chiapa de tales y Particular de la Gobernación de Chiapa y Guatemala, de
Corzo, frente a Chiapa de los españoles que se correspondía con fray Antonio de Remesal, publicada en 1619, siendo recogida
San Cristóbal de las Casas. por historiadores posteriores. Cfr. Francisco González de Cosío,
58 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Guatemala…, Historia de las Obras Públicas en México, vol. II, México, Secreta-
op. cit., p. 318. ría de Obras Públicas, 1973, pp. 351-352.
participación de los mendicantes en esta obra, nada quitectura en el área maya según las Relaciones geográficas de
Felipe II”, en Andrés Ciudad Ruiz, Ma. Josefa Iglesias Pon-
extraño si se analizan otros trabajos hidráulicos de
ce de León y Miguel Ángel Sorroche Cuerva (eds.), El ritual
la zona.62 en el mundo maya: de lo privado a lo público, Madrid, Sociedad
Española de Estudios Mayas; Granada, Grupo de Investigación
61 Cfr. Juan Benito Artigas, México. Arquitectura…, op. cit., pp. Andalucía-América, Patrimonio Cultural y Relaciones Artísticas
452-455. (PAI: HUM-806); Mérida, Yucatán, Centro Peninsular en Huma-
62 Cfr. Antonio Lorenzo Monterrubio, Carmen Lorenzo Monte- nidades y Ciencias Sociales, unam, 2010, pp. 395-420.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
blemente con el asesoramiento de técnicos indíge-
nas, ya que no se conoce que tuviera el franciscano
formación como ingeniero.66 El proyecto permitía
llevar el agua desde los manantiales ubicados en la
falda del volcán Tecajete hasta Zempoala y Otum-
ba con un trazado de 35 km. La falta de agua en
la última población y la contaminación por los ga-
nados de los jagüeyes y manantiales justificaron la
intervención a la que se opusieron tanto la jerarquía
virreinal como la eclesiástica y los españoles de la
figura 13. mapa de Zempoala.
zona. El compromiso de la población autóctona, se
supone que trabajarían entre 300 y 400 hombres a
mones, muchos plátanos, árboles de la tierra, más de diario, mientras que las mujeres indígenas hilaron
40 palmas dátiles, que dan suma de ellos y buenos, algodón para contribuir a la compra de materiales
mucha hortaliza, y su anoria, que está el agua a bra- que no se encontraban en la región, y la obstinación
za, que me pareció huerta real. Tiene naranjas muy del padre Tembleque posibilitaron su realización
gruesas, de lindo agro, para quien las quisiere llevar, entre 1554 y 1572 aproximadamente. Su puesta en
que hay para toda la comarca.64 funcionamiento fue un éxito, como demuestra el
hecho de haber sido utilizado hasta principios del
El acueducto de Zempoala siglo xix.
El trazado suponía básicamente tramos subte-
80 |
Sin duda el proyecto hidráulico de más envergadu- rráneos, entre unos cuantos centímetros y 2 m de
ra, hoy en el estado de Hidalgo, fue el denominado profundidad, depósitos y cuatro arcadas,67 sien-
Acueducto de Zempoala, cuya magnitud le convier- do la más majestuosa y conocida la situada sobre
te en una de las obras en su tipología más impor- la barranca de Tepeyahualco, que mide 880 m de
tantes de la América del quinientos. La realización longitud con 68 arcos. El claro del arco central es
responde al compromiso de los franciscanos con de 17 m, con una altura máxima de 38’75 m.68 Téc-
los religiosos de Otumba para que atendieran a la nicamente la construcción de esta arcada suponía
población de Zempoala a cambio de proveerle de un reto importante dada la dificultad para realizar
agua. Para la realización de esta infraestructura se una cimbra de madera con la altura requerida, ra-
recurrió a una congregación consistente en que los zón por la que se hicieron cimbras de adobe, o más
indios de Tlaquilpa, Tecpilpan y Tzacuala se trasla- concretamente un relleno artificial de tierra que se
darían a Zempoala (1557) y ayudarían en las obras 66 Cfr. Margarita Loera Chávez de Esteinou, Murmullos de anti-
del acueducto y de la iglesia. La construcción fue di- guos muros. Los inmuebles del siglo xvi que se conservan en el Es-
rigida por el padre Francisco de Tembleque,65 posi- tado de México, Toluca, Instituto Mexiquense de Cultura, 1994,
pp. 158-161.
67 La primera se situaba en la Hacienda de Arcos, la segunda en
64 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México I…, op. Amiltepec, la tercera conformada por un único arco en Acelotla,
cit., p. 346. y la más importante en Santiago Tepeyahualco, denominada
65 Cfr. Alain Musset, “El acueducto de Zempoala: las respuestas “Arquería Mayor”.
de fray Francisco de Tembleque”, en Revista Historias, núm. 19, 68 Cfr. Antonio Lorenzo Monterrubio, Carmen Lorenzo Monte-
México, octubre de 1987-marzo de 1988, pp. 81-91. rrubio y Arturo Vergara Hernández, op. cit., pp. 294-295.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
ritual del baño, aparte de los beneficios derivados Huehuetlán80 (Puebla), aunque aquí aporta datos
de la higiene, tenía carácter curativo. Entre las fun- sobre los baños alternativos en fuentes de agua al
ciones medicinales se utilizaba por las mujeres em- señalar: “Hay en este pueblo una fuente de agua
barazadas para aliviar los dolores del parto. El edifi- caliente, saludable, y, de noche, está mas caliente
cio estaba consagrado a la diosa de los temascales: que de día”.81
Temascaltietl. En la zona central de Mesoamérica también se
Aparte de algunos temascales conservados en la utilizaron este tipo de edificios y soluciones medi-
actualidad, que mantienen viva la tradición cons- cinales. Así, se encuentran referencias en las des-
tructiva, es posible apreciar su funcionamiento e cripciones de poblaciones ubicadas actualmente
imagen estética en representaciones de códices, en el Estado de México, como Minas de Zultepec,82
como las incluidas en los llamados Florentino y Ma- Temazcaltepeque83 y Tequixquiac,84 así como otras
gliabecchi.75 integradas en el estado de Hidalgo, como Quauh-
En las Relaciones geográficas, como se ha indica- quilpán y Huexutla. Igualmente se refiere su uso en
do, los datos acerca de temascales son constantes la zona de Michoacán, concretamente en la Relación
en respuesta a la pregunta decimoséptima. Así, en de Chilchotla.85
algunos textos procedentes de la región de Oaxaca Son interesantes estas noticias derivadas de los
se concretan su utilización para curar diversas en- datos recogidos en las Relaciones geográficas como
fermedades, lo que se ejemplifica con el referido positivas del mantenimiento de una tradición, ya
a Teococuilco (Oaxaca): “Los remedios es entrar que otros textos, como el Códice Magliabecchi, co-
en los Temascales, que son como baños artificia- mentan que el baño era utilizado para “[…] bañarse
les, que en cada pueblo los hay […]”.76 La misma muchos yndios o yndias desnudos en cueros y co-
82 |
respuesta aparece en Justlahuaca,77 Atlatlauhca y metían dentro gran fealdad y pecado […]”,86 valores
Malinaltepec,78 lo que permite suponer que su uso negativos que nos hablaban de consideraciones mo-
estuvo bastante generalizado en toda la mixteca. rales, generalmente relacionadas con la ignorancia
También era frecuente su utilización en zonas de los informantes.
de Puebla y Veracruz. Dice la Relación de Misantla
(Veracruz) que para curar las calenturas “[…] no ha- Conclusiones
cen remedio más de salirse al río de bañarse, y me-
terse en baños, de que usan mucho […]”.79 El mismo Los datos obtenidos de la lectura documental per-
concepto se repite en el texto de Quatlatlahuca y teneciente a las Relaciones geográficas de Felipe II
75 El dibujo del Códice Magliabecchi (f. 65r.) presenta sobre la ponen de manifiesto la importancia que el agua te-
portada del temascal la diosa terrestre Tlazoltéotl. Las figuras re- nía para la población y la economía de México en
presentan a una mujer avivando el fuego, un indígena enfermo
con una lágrima en el ojo, otro que le ofrece una bebida o me- 80 Ibidem, p. 211.
dicina y un chamán o curandero en posición rogativa según las 81 Idem.
vírgulas que salen de su boca. 82 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México III,
76 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Antequera II…, México, unam, 1986, p. 185.
op. cit., pp. 98-99. 83 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: México II…, op.
77 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Antequera I…, cit., p. 146.
op. cit., pp. 288, 303, 309 y 321. 84 Ibidem, p. 194.
78 Ibidem, p. 56. 85 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Michoacán…,
79 René Acuña, Relaciones geográficas del siglo xvi: Tlaxcala II…, op. cit., p. 109.
op. cit., p. 191. 86 Códice Magliabecchi, f. 64v.
87 Acerca de este territorio cultural, cfr. María de los Ángeles choacán, México, El Colegio de México/Centro de Investigación
Olay Barrientos, “El fin de toda la tierra: un viaje de reconoci- Científica y de Educación Superior de Ensenada/El Colegio de
miento por la Mar del Sur y las primeras descripciones de la Michoacán, Ensenada, Baja California, México, Centro de In-
costa michoacana”, en Gustavo Marín Guardado (comp.), El fin vestigación Científica y de Educación Superior de Ensenada;
de toda la Tierra. Historia, ecología y cultura en la costa de Mi- Michoacán, México, El Colegio de Michoacán, 2004, pp. 27-44.
agua y urbanismo en el siglo xvi novohispano, según las relaciones geográficas de felipe ii
bojeo mas de cincuenta leguas de mar, donde sirvo de junto al pueblo en la que abundaba la pesca. Esta
atalaya, yo y toda mi familia, sin haber de por medio realidad positiva se podría incrementar si además
cerro ni monte que impida la vista, sino todo llano y era posible “[…] aprovecharle por muchos llanos
raso, que un pájaro no puede pasar sin que se vea.88 para regar labranzas, y no se hace, lo cual sería de
mucha importancia, por la disposición que hay
Descripción entre el aventurero y el hacendado, de muchas tierras y grandísima cantidad de agua”.89
pero imposible sin los recursos hídricos que permi- Estas reflexiones respecto a la importancia que
tían los cultivos reseñados. el agua tuvo en las poblaciones del siglo xvi en Méxi-
Aunque en otras ocasiones las posibilidades eco- co, extraídas de la documentación integrada en las
nómicas de la abundancia de agua no repercutían Relaciones geográficas de Felipe II, han permitido
de forma holgada en las poblaciones. Así sucedía en valorar tanto la diversidad de acciones como las so-
el caso de Yuririapúndaro (Michoacán), donde, bajo luciones comunes, pero siempre centrando estas
la dirección del agustino fray Diego de Chaves, en estructuras como básicas en la vida económica y
1548 se había realizado una zanja que permitía, con social de todas las entidades urbanas y su entorno
un recorrido de dos leguas, alimentar una laguna productivo próximo.
84 |
El agua y su cartografiado
en el Yucatán virreinal:
de los Mapas de la Provincia de Maní
a los títulos de Ebtún,
1585-1820
Este ensayo considera la importancia en el modo de documentar el agua en los ma-
pas virreinales de las provincias yucatecas de Maní y Ebtún. Aunque algunos inves-
tigadores han mostrado recientemente cómo los mapas usados por las comunidades
mayas en los intentos de mantener sus derechos notariales sobre los territorios de la
provincia combinan tradiciones cartográficas españolas y mayas, poca consideración
se ha dado al significado de las representaciones de recursos naturales en estos mapas
de Yucatán. Por lo común los mapas y los papeles notariales que les acompañan se re-
fieren a cenotes, aguadas y cuevas. Al analizar el por qué se representan estos lugares
en los mapas coloniales, este ensayo contribuye al discurso contemporáneo sobre el
desarrollo de las tradiciones cartográficas en Yucatán. Lo hace ilustrando cómo la car-
| 85
tografía de los recursos acuáticos de la provincia era necesaria para el mantenimiento
de la identidad comunal maya durante la era colonial.
Palabras clave: maya, mapa, agua, Maní, Ebtún.
L
a Biblioteca Tozzer de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts)
y la Biblioteca Latinoamericana en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans,
Louisiana) contienen mapas yucatecos relacionados con varias provincias
coloniales mayas (figura 1), incluyendo las de Maní, Sotuta y Cupul. El con-
tenido y la escala de los mapas proveen gran cantidad de información sobre
los cambios que afectaron la tenencia maya de la tierra y sus recursos en la península
durante la Colonia. En el periodo que abarca desde el siglo xvi hasta el xviii la influencia
del chibalo’ob gobernante (chibalo’ob: linaje o patronímico de grupos o familias; singular:
chibal) decreció en la medida en que ascendieron los intereses y las inquietudes comu-
nales.1 A pesar de tales cambios, el énfasis en las tierras de Yucatán y sus recursos se
* Departamento de Artes Visuales, University of Western, Ontario, Canadá. Agradezco al comité editorial, al re-
visor anónimo y a los editores por los comentarios y por el apoyo que recibí al desarrollar este ensayo. También
agradezco a Andrés Villar por su ayuda en la edición y traducción de este texto.
1 Para una discusión sobre el ascenso de la influencia de la comunidad por encima de la del chibalo’ob en cuanto a la
tenencia de tierras, véase C. Cody Barteet, “The Titulos de Ebtún, Yucatan, Mexico: Mapping Maya Communal Iden-
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
figura 1. mapa de yucatán. dibujo de cody barteet.
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
88 | figura 5. manuel de arze, mapa de tontzimin, 8 de septiembre de 1797. los títulos
de ebtún, vol. 2, f. 314, biblioteca tozzer de la universidad de harvard, cambridge,
massachusetts.
figura 6. augustin crespo, mapa de tontzimin, 6 de febrero de 1802. los títulos de ebtún,
provincias en acuerdos formales que se transcribieron vol. 2, f. 324, biblioteca tozzer de la universidad de harvard, cambridge, massachusetts.
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
la elite y la administración del agua en el Yucatán hacia el norte y sur de Tontzimin aparece marca-
precolombino.11 do por numerosos cenotes, además del de este si-
Segundo, muchas de estas cuestiones relaciona- tio. Estos lugares proveían el agua necesaria para
das con la autoridad sobre los recursos acuáticos en la agricultura que ayudaba a que Ebtún perdurara.
Yucatán continuaron durante el periodo colonial, En reconocimiento de que los puntos de acceso al
cuando se incrementó la demanda de agua por la agua eran críticos para los éxitos económicos de in-
introducción de nuevas prácticas agrícolas y de cría dividuos y comunidades, era necesario documentar
de animales.12 Por ejemplo, una vaca requiere has- tales lugares, particularmente en situaciones, como
ta 20 veces más agua que un humano.13 Semejan- la de los tratados y mapas que hemos discutido, en
tes demandas tan enormes de agua, ya fuera para las que se disputaban los límites territoriales de las
la agricultura o para la ganadería, requirieron un diferentes comunidades. Algunas ideas de cómo el
avance en las prácticas hidráulicas en Yucatán. Los agua se transformó en un elemento importante en
investigadores académicos Jorge Victoria Ojeda, las tradiciones cartográficas yucatecas se pueden
Sergio Grosjean Abimerhi, José Manual A. Chávez elucidar a través de un análisis de los tratados que
Gómez y Leonardo Icaza Lomelí han documentado acompañaban los mapas.
los dispositivos y las técnicas desarrolladas por los
habitantes de Yucatán para extraer agua de ceno- Los mapas de la provincia de Maní
tes y aguadas, y de norias recientemente excava-
das.14 En las regiones de Ebtún, por ejemplo, era En la Biblioteca Tozzer, en la Universidad de Har-
tan popular la siembra de la milpa como lo era la vard, y en la Latinoamericana de Tulane, existen
ganadería; Tontzimin y sus cenotes eran lugares copias del tratado de tierras del siglo xvi que se desa-
90 |
importantes para la práctica agrícola. La viabilidad rrolló para demarcar las fronteras de la provincia de
de las milpas de Tontzimin dependía de sus nume- Maní. La versión del texto que se encuentra en Har-
rosas características geomórficas que se anotaron vard se conoce como La Memoria de la distribución
meticulosamente en el mapa de Joaquín Rosada de los montes de Maní a 15 de agosto de 1557.15 Este
Menéndez de 1820 (figura 3). En éste, el terreno documento es una de las tres versiones del acuerdo
establecido por los Xiu —el chibal gobernante de la
11 Kelli Carmean, op. cit., pp. 259-70; Jeff Kowalski, op. cit.; y Car-
los Peraza Lope, Marilyn A. Masson, Timonthy S. Hare y Pedro
región de Maní— con sus vecinos en 1557; las otras
Candelario Delgado Kú, op. cit., pp. 153-175. dos versiones son la transcripción del 10 de julio de
12 Ralph L. Roys, op. cit., p. 178.
1596 que se encuentra en Tulane y el documento
13 Rani T. Alexander, op. cit., p. 7.
14 Véase Jorge Victoria Ojeda y Sergio Grosjean Abimerhi, “Los Calotmul del Códice Pérez.16 Como ha notado Ralph
Chulubo’ob. Arquitectura para el agua en la sierra yucatanense L. Roys, cada uno de los documentos contiene
durante la época colonial”, en Boletín de Monumentos Históricos,
tercera época, núm. 16, mayo-agosto de 2009, pp. 109-122; y José
Manual A. Chávez Gómez y Leonardo Icaza Lomelí, “Norias de 15 Sergio Quezada y Tsubasa Okoshi Harada, Papeles de los Xiu de
Yucatán. Ensayo sobre el mestizaje de una síntesis geométri- Yaxá, Yucatán, México, unam, 2001, pp. 55-66.
ca”, en Boletín de Monumentos Históricos, tercera época, núm. 18, 16 Para información sobre los tratados véase Ralph L. Roys, op.
enero-abril de 2010, pp. 34-57. Tales obras de ingeniería como cit., pp. 185-194. Otra referencia a una versión del tratado es la
producto de “mestizaje” colonial fueron vitalmente importantes de John Lloyd Stephens, que a finales del siglo xix toma nota de
para los centros urbanos, las haciendas y los campesinos de la la existencia de una copia del tratado en los archivos de Maní
península, puesto que permitieron la implementación de prác- fechada el 10 de agosto de 1566. El documento original ya no
ticas agrarias de alto rendimiento y la manutención de ganado existe; véase John Lloyd Stephens, Incidents of Travel in Yucatan,
nuevo. 2 vols., Nueva York, s.p.i., 1843, 2: 265-268.
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
llo), que se encuentra en la frontera septentrional posición parece lógica, puesto que Hanks, de quien
de la región política Maní en el camino a Mérida; depende en gran modo Paxton, ha notado que la es-
desde Hoal los mayas se movilizaron en sentido le- tructura básica del tzol peten también se encuentra
vógiro, estableciendo las fronteras del suroeste y del en el Chilam Balam de Chumayel. Una sección de
sur antes de volver al cenote, donde cambiaron de este texto esboza la secuencia de eventos que lleva-
dirección y, viajando en el sentido del reloj, marca- ron a la creación de las tierras de Yucatán.27 En la
ron los límites del este y del sureste. Roys ha notado sección tzol peten del Chumayel se lee:
que la mayoría de los lugares referidos en La Memo-
ria de la distribución de los montes de Maní permiten Nuestro Padre Dios fue el que ordenó esta tierra.
acceso al agua y no, como tal vez se esperaría, a Él creó todas las cosas del mundo y las ordenó.
los pueblos.23 Estos lugares incluyen, pero no se li- Y aquéllos pusieron [Nuestro Dios y los caciques]
mitan a, Hoal, Ochil, Tipkal y Zacmuyalan, que se nombre al país y a los pueblos, y pusieron nombre a
representan en los bordes de dos de los mapas exis- los pozos donde se establecían y pusieron nombres a
tentes de los tratados de Maní (figuras 2 y 4). Otros las tierras altas que poblaban y pusieron nombre a los
cenotes —como los de Ticalaytzo, Haba, Pacaxua y campos, en que hacían sus moradas.28
Ticatzim— se mencionan en el texto, pero no apa-
recen en los mapas.24 Al registrar la ubicación de De esta manera, la narrativa indica cómo los no-
estos cenotes, los escritores de La Memoria recla- bles, guiados por Dios (esta es una referencia que
man directamente la propiedad sobre estos lugares se introdujo al texto durante la época virreinal),
geológicos importantes. establecieron y nombraron las tierras. Más aún,
Interesantes son las técnicas utilizadas para es- como Amara L. Solari ha indicado, el autor maya
92 |
tablecer las fronteras de Maní; en el texto de La Me- también documenta la manera en que los mayas
moria se parecen mucho a ciertas secciones de algu- del chibal Xiu se convirtieron en los señores de las
nos de los libros del Chilam Balam, en los que con tierras asociadas con la provincia de Maní.29 En el
frecuencia se incluyen listados de los pueblos aso- texto se lee: “Y fueron a Ox-loch-hok. Y fueron a
ciados con el chibal gobernante de las comunidades Chac-Akal. Y fueron a Xocné-ceh […] Y fueron a Ppuz-
que produjeron estos libros sagrados mayas. Espe- tunich”.30
cíficamente, como ha indicado Merideth Paxton, la Los pueblos que aparecen en la lista son luga-
estructura de La Memoria se parece a la concepción res donde el linaje fundó pueblos nuevos o asen-
precolombina del tzol peten.25 William F. Hanks ha tamientos sobre los cuales el clan logró establecer
definido un tzol peten como el “conteo, ordenamien- su influencia.31 Igualmente, La Memoria registra las
to, explicación, [del] campo, isla, región”.26 Esta su- diversas localidades y los pueblos dentro de la zona
23
administrativa de los Xiu. En el tratado se lee:
Ralph L. Roys, op. cit., p. 181.
24 Ibidem, pp. 186-190.
25 Merideth Paxton, “The Map of the Province of Mani: A Record
of Landscape and Northern Maya Lowland Concepts of Origin”, 27 Ibidem, pp. 351-358; y Merideth Paxton, op. cit., pp. 80-81.
en Jessica Joyce Christie (ed.), Landscapes of Origin in the Ame- 28 Antonio Mediz Bolio (trans.) y Mercedes de la Garza (ed.), Li-
ricas: Creation Narratives Linking Ancient Places and Present Com- bro de Chilam Balam de Chumayel, México, sep (Cien de México),
munities, Tuscaloosa, University of Alabama Press, 2009, p. 86. 1988 [1a. ed., 1985], p. 46.
26 William F. Hanks, “Grammar, Style, and Meaning in a Maya 29 Amara L. Solari, op. cit., pp. 158-163.
Manuscript”, en International Journal of American Linguistics, 30 Antonio Mediz Bolio y Mercedes de la Garza, op. cit., p. 45.
núm. 3, julio de 1998, p. 351. 31 Amara L. Solari, op. cit., pp. 158-163.
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
mayas de la era precolombina y de comienzos del tructura y forma el tratado de Cupul se parece al
periodo colonial. de Maní. Desafortunadamente, como informa Arze,
los mapas mayas originales de finales del siglo xvi o
Los mapas de los Títulos de Ebtún comienzos del xvii ya habían desparecido en 1775.
En palabras de Arze, “tienne perdidas sus mapas
Mapas de la provincia de Cupul, a la que pertenece y papeles ignora los terminus de ellos”.40 Arze no
Ebtún, existieron en algún momento, pero desafor- sólo confirma que los mapas ya no existían, sino
tunadamente para el siglo xviii ya habían desapa- que también nota que el chibal tampoco tenía una
recido.37 Estos mapas de Cupul probablemente re- noción clara de los límites de su provincia.
gistraban los pueblos de la provincia y los cenotes, La falta de claridad implícita en el estudio to-
aguadas y cuevas importantes, como los hacen los pográfico de Cupul de 1775 se debe en parte a las
mapas de Maní y de Sotuta. Esta suposición se con- prácticas de colonización utilizadas por los españo-
firma con el tratado todavía existente que acompa- les en el siglo xvi. En efecto, antes de que los espa-
ñaba al mapa perdido. Sabemos que el tratado tiene ñoles conquistaran Yucatán y establecieran la con-
forma similar a los estudios topográficos de Maní y gregación, la comunidad de Ebtún, por ejemplo, no
de Sotuta.38 Como hemos notado, los marcadores existía.41 La congregación desplazó forzosamente
de fronteras se erigieron en lugares con acceso al a las gentes mayas de sus labcah (asentamientos
agua, y el espacio se navegó en dirección contra- antiguos) a pueblos españoles, que por lo general
ria a las agujas del reloj. El tratado de Cupul parece eran administrados por frailes evangelizadores. De
haberse ajustado a estas prácticas. Esta hipótesis se los Títulos de Ebtún sabemos que hasta 29 labcah se
confirma parcialmente en los papeles notariales de abandonaron para poblar Ebtún, Kaua, Cuncunul,
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1775 escritos por el administrador español Antonio Tekom y Tixcacalcupul.42 La separación forzosa de
de Arze, y en particular por uno de estos textos fe- las familias mayas de estos labcah fue traumática y
chado el 15 de octubre de ese año.39 Arze llegó a la onerosa, pues removió gente de tierras con las que
región de Cupul para resolver una disputa entre las tenían vínculos ancestrales.43 Algunas nociones de
comunidades Cupul de Ebtún, Kaua, Tekom, Cun- dichos vínculos se encuentran en los libros del Chi-
cunul y Tixcacalcupul, y el pueblo Sotuta de Yax- lam Balam, que, como hemos notado, registran los
caba. En ese año Arze caminó las fronteras de las procesos mediante los cuales ciertos clanes termi-
provincias listando los lugares en donde se habían naron asociados con lugares y asentamientos parti-
colocado los marcadores durante el siglo anterior, culares en la era precolombina.44 Durante la época
por lo común en cenotes y otros aguaderos, y que colonial muchos chibalo’ob mayas trataron de man-
delimitaban los territorios disputados. Arze también tener estos vínculos, a pesar de estar sometidos a
nota que el estudio topográfico se movió de norte
40 Ralph L. Roys, op. cit., p. 110.
a oeste en dirección levógira. Por tanto, en su es- 41 William F. Hanks ha documentado la manera en que la con-
gregación o reducción afectó la lengua y las ideas del espacio de
37 Sabemos que dichos mapas existieron durante la primera los mayas. Para un esbozo general de todas las diferentes facetas
parte del siglo xvii, pues se usaron para litigar en contra de la de la reducción a las que él se refiere; véase William F. Hanks,
toma de tierras en Cupul por los Cocom de Sotuta, sus vecinos Converting Words: Maya in the Age of the Cross, Chicago, Univer-
al oeste; véase Ralph L. Roys, op. cit., pp. 11-12. sity of Chicago Press, 2010, pp. 1-22.
38 Aunque no se discute en este ensayo, el tratado de Sotuta se 42 Ralph L. Roys, op. cit., pp. 73-74 y 80-81.
construyó de la misma manera; ibidem, pp. 421-433. 43 William F. Hanks, op. cit., pp. 1-22.
39 Ibidem, pp. 106-113. 44 Ibidem, p. 80.
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
La congregación también perjudicó a los linajes notariales de 1802, en los que los ancianos de Eb-
en sus reclamos sobre milpas de gran importancia en tún y Cuncunul se reclamaron mutuamente sobre
términos ancestrales, económicos y culturales. Con las tierras de Tontzimin, que incluían los cenotes de
frecuencia la distancia geográfica entre las gentes de Kochila y Cosil.52 Durante la primera parte del pro-
los pueblos y sus terrenos amplificaron los problemas ceso el administrador español Agustín Crespo cami-
que surgieron debido a las políticas de reubicación. nó las fronteras de Tontzimin, Kochila y Cosil, y las
Ebtún, por ejemplo, queda a casi 30 km de Tontzimin. tierras adyacentes a los cenotes. Al completar su es-
Para cultivar y cosechar estas tierras los campesinos tudio topográfico, Crespo decidió que Tontzimin le
tenían que viajar un día entero. Sin embargo, a pesar pertenecía a Cuncunul, mientras que los cenotes de
de los diferentes desafíos, los Títulos de Ebtún regis- Kochila y Cosil estaban bajo la influencia de Ebtún.
tran, como ha mostrado el arqueólogo Rani Alexander, Para hacer que estos reclamos fueran más legibles
cómo los habitantes de Ebtún buscaron continuamen- Crespo produjo un mapa de formato rectangular (fi-
te preservar su identidad comunal, incluso ya muy gura 6). En su forma y estructura el mapa de 1802
entrada la era moderna —una iniciativa que han lo- es similar a otros de la misma época que dependían
grado mantener con gran éxito—.49 del formato rectangular, del uso de texto expositivo
Tontzimin forma parte de esta identidad, y su para identificar lugares y del énfasis en una direc-
historia legal, larga y compleja, ilustra los grandes ción cardinal específica —en este caso el mapa está
esfuerzos ejercidos por las comunidades para asegu- orientado hacia el sur—. Crespo dependió de estas
rar vínculos con los cenotes importantes y sus mil- tradiciones para identificar las tierras de Tontzimin
pas. La disputa respecto a Tontzimin duró caso dos como propiedad de Cuncunul (los límites están de-
siglos, desde que Diego Chay de Ebtún se la vendió marcados con los números 1, 2, 3 y 4), pero también
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en 1638 a Diego Cupul de Cuncunul por 15 pesos.50 reconoció “Tierras Ebtún” y “Ellas que quieren ro-
Después de esta transacción Tontzimin cambió de var a Ebtún”. Esas tierras eran Cosil y Kochila, que
manos muchas veces durante el siglo y medio si- Crespo registró en el mapa “con las letras A [y] B”.53
guiente.51 El resultado de estas transferencias y Aunque Crespo aconsejó con encarecimiento a los
ventas fue que la gente de Ebtún y Cuncunul empe- líderes comunales “perpetuo silencio en la posteri-
zó a preguntarse quiénes eran los que realmente te- dad” sobre las tierras de Tontzimin, sus conclusiones
nían el derecho de propiedad sobre el cenote y sus fueron disputadas ese mismo año.54 De hecho, los
milpas. Esto se ve claramente en los dos procesos Cuncunul instigaron nuevos procesos judiciales y
en 1802 produjeron otro mapa relacionado con Ton-
49 Rani T. Alexander, op. cit., pp. 1-24.
50 Ralph L. Roys, op. cit., pp. 120-121. tzimin (figura 7). En este segundo mapa las tierras
51 Ibidem, p. 25. Además, la transformación de las tierras de Eb- del cenote aparecen divididas en dos: la parte del
tún estaba vinculada a la expansión de la industria ganadera y
norte se le cede a Ebtún, mientras que la sección
a la despoblación a gran escala de la región durante los años
iniciales de colonización, y luego durante la Guerra de Castas y del sur se mantiene como propiedad de Cuncunul.
las transformaciones de las prácticas religiosas. Para más infor- Tales concesiones son curiosas, particularmente
mación acerca de estas transformaciones, véase Rani T. Alexan-
porque el mapa anterior de 1802, que se produjo
der, “Maya Settlement Shifts and Agrarian Ecology in Yucatán,
1800-2000”, en Journal of Anthropological Research, núm. 4, 2006, en respuesta al pedido de Ebtún, afirmaba el domi-
pp. 449-470; John F. Chuchiak, “In Servitio Dei: Fray Diego de
Landa, the Franciscan Order, and the Return of the Extirpation 52 Ralph L. Roys, op. cit., pp. 106-107.
of Idolatry in the Colonial Diocese of Yucatan, 1573-1579”, en 53 Ibidem, pp. 182-183.
The Americas, núm. 4, abril de 2005, pp. 611-646. 54 Ibidem, pp. 202-203.
el agua y su cartografiado en el yucatán virreinal: de los mapas de la provincia de maní a los títulos de ebtún, 1585-1820
establecer que las gentes de “Cuncunul preservaran ñoles y mayas, o entre los varios clanes mayas, por
un silencio perpetuo”.61 la congregación o por las prácticas agrarias, llevan al
El acuerdo establecido entre Ebtún y Cuncunul en cuestionamiento de las reclamaciones de tierras y de
1802 no perduraría hasta el final de la época colonial. los lugares geomorfológicos, como los cenotes. En el
En 1820 se volvieron a iniciar procesos notariales que siglo xix estos problemas se complicaron aún más con
resultaron en el mapa de Joaquín Rosadas Menéndez, el auge de las haciendas y estancias que requerían
que se mencionó a comienzos de este ensayo (figura mayores volúmenes de recursos acuáticos de lo que
3). En tal momento se determinó finalmente que Ton- había sido la norma. Por tanto, el acto de marcar los
tzimin y las tierras aledañas merecidamente pertene- cenotes, las norias y otros mecanismos usados para
cían a Ebtún, no obstante las muchas reclamaciones contener el agua se volvió más necesario cuando una
notariales de los mapas de Tontzimin y sus milpas pro- diversidad (étnica, económica, cultural, etcétera) de
ducidos durante los siglos xviii y xix. El mapa de Menén- gentes intentó acceder y mantener el derecho a usar
dez es la única imagen que identifica cuidadosamente estas fuentes de agua. No sorprende entonces que,
todas las características del territorio, tanto los marca- en sitios como Ebtún, que había experimentado la
dores artificiales como los naturales. Como los mapas declinación y el desplazamiento de su población en
anteriores, el de 1820 usa un formato rectangular con diferentes momentos históricos, la demarcación de
texto expositivo. El texto marca meticulosamente todas estos puntos de acceso geomorfológicos importantes
las fuentes de agua: los cenotes de Panaba, Tontzimin se volvió más crítica en la medida en que líneas an-
y Conotaban, además de cuevas pequeñas y el hoyo cestrales se rompían y se ponían en peligro. Aunque
de Yokpita.62 Textos adicionales localizan las tierras de conectadas con una larga tradición maya de honrar
Ebtún al norte, Cuncunul y Tekom al sur, Yaxcaba al y reconocer la importancia de los puntos de acceso
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oeste y Cheblama al este, mientras en cada frontera acuático64 y con tradiciones cartográficas europeas de
se anotan las distancias (en leguas, brazas, cuadras y mayor envergadura, el trazado de tierras adquirió un
mecates) entre los marcadores que se encuentran en nuevo significado en el Yucatán virreinal. No son sólo
las esquinas.63 La información proveída por Menéndez las conexiones de las comunidades a las tierras en Yu-
demuestra claramente por qué los terrenos de los ce- catán que hacen que los mapas de Ebtún y Maní sean
notes eran altamente codiciados. tan sugerentes, sino también los intentos de reforzar
o contestar dichas conexiones. Estos mapas indican
Conclusión cómo las comunidades buscaron mantener vínculos
y conexiones con el territorio de Yucatán mientras
Los cambios en los reclamos de tierras, así hayan encaraban las transformaciones del mundo en que
sido instigados por las guerras coloniales entre espa- vivían al final de la época colonial.
61 Ibidem, p. 210.
62 Varios cenotes aparecen marcados en los bordes e incluyen a
Kochila, Cosil, Bohom, Tzeal y Cicochen, además de las cister-
nas de piedra de Xmahaycab y Nacchebil.
63 Durante la era colonial una legua española medía entre 1 588
y 1 696 m, o entre 1.58 y 1.69 km, que es más o menos la dis-
tancia que un individuo a pie puede cubrir en una hora. Con
frecuencia una cuadra se usa para denotar aproximadamente 64 Como ha documentado Alexander, la gente que hoy todavía
10 m. Una braza mide casi 1.82 m, y un mecate 20.11 m. Véase vive en Ebtún erige cruces y marcadores territoriales frente a
Ralph L. Roys, op. cit., p. 55. cenotes y norias; véase Rani T. Alexander, op. cit., p. 19.
C
omo parte de la investigación arqueológica que se está llevando a cabo sobre la
fortaleza de San Juan de Ulúa,3 se han trabajado muchos aspectos técnicos de
la construcción, entre ellos los relativos a los aljibes y depósitos de agua, ele-
mentos que fueron de vital importancia para la subsistencia de la guarnición.
La revisión de planos y cartografía de los siglos xvi a xix permitió conocer que
el islote que se eligió para formar el puerto era muy pequeño y se encontraba en medio de
un arrecife que por las noches era cubierto por la marea durante casi todo el año; aun así, era
el único en la costa atlántica con el fondo suficiente para anclar las naves españolas.
Además el lugar carecía de fuentes de abastecimiento de agua potable y de vegeta-
ción; de tal manera que desde el inicio de la Colonia, desarrollar actividades cotidianas
* Centro inah-Veracruz.
1 Victorino Polo García (coord.), Oro en la Piedra. Homenaje a Borges, Murcia, p. 255.
2 Idem.
3 El proyecto “Excavaciones arqueológicas en la Fortaleza de San Juan de Ulúa” se inició en septiembre de 2009
figura 1. planos de cristóbal de eraso y detalle de los aljibes propuestos. ministerio de cultura, agi, mp-méxico, 724, año 1570 y mp-méxico, 723, año 1570.
considerar que los depósitos se comunicaban entre En otra planta, también de 157011 (figura 1), Era-
sí, pues el agua —que se representa de color azul— so dibuja de color amarillo la obra hecha y con negro
atraviesa la parte media de cada aljibe.10
Archivo General de Indias (agi), MP-México, 724, año 1570.
10 Cristóbal de Eraso, “Planta y alzado para la obra de fortifica- 11Cristóbal de Eraso, “Planta de la obra del Puerto de San Juan
ción del puerto de San Juan de Ulúa”, Ministerio de Cultura, de Olua”, Ministerio de Cultura, agi, MP-México, 723, año 1570.
12 Bautista Antonelli, “Planta y Descripción de la Ysla de S. Juan 13Miguel Lerdo de Tejada, Apuntes históricos de la heroica ciu-
de Ulua…”, Ministerio de Cultura, agi, MP-México, 257: 35, año dad de Vera-Cruz, vol. III, México, Imprenta de Vicente García
1590. Torres, 1858, p. 173.
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dos con la construcción, y es probable que las mezclas disponible un aljibe y que el agua almacenada al-
se hayan amalgamado con agua de mar, si se toma en canzaba sólo para el consumo de la guarnición, de
cuenta un documento del ingeniero Antonelli, suscri- manera que la necesaria para abastecer a las flotas
to en 1590, que dice: “Las mezclas se podrán hacer debió obtenerse del río Tenoya, que pasaba en me-
con agua de la mar, pues que la mar baña la dicha dio de la población de Buitrón —a donde se muda-
obra, porque se ha visto por esperiencia que, donde ría Veracruz a finales de 1599—,el cual aparece en
bate la mar, se han de hacer las mezclas con agua de múltiples menciones como el lugar que elegían los
la mar, porque el agua dulce es contraria al agua de tripulantes de los barcos para hacer “la aguada”.
la mar”.21 En opinión del padre jesuita Diego de Acevedo,
De acuerdo con el registro de Antonelli y las el Tenoya era un “arroyuelo de agua corrompida”
crónicas de Antonio de Ciudad Real, se puede su- cuyo olor había “apestado” la casa del Colegio Com-
poner que durante el siglo xvi únicamente se tuvo pañía, ocasionando la muerte acelerada de dos re-
ligiosos y enfermado a muchos otros; también se
21 “Instrucción hecha por el ingeniero Juan Bautista Antone- tienen noticias de que los marinos se abastecían en
lli, para reparo y defensa del Puerto de San Juan de Ulúa”, en
Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, con-
“una ciénaga encharcada de agua muy gruesa” don-
quista, organización las antiguas posesiones españolas de América de bebía el ganado y se lavaba ropa; no obstante lo
y Oceanía sacadas de los archivos del reino y muy especialmente el insalubre que ello parece, los tripulantes de los bar-
de Indias, vol. 13, España, Imprenta de Manuel G. Hernández,
1880, pp. 549-552. El original de este documento se encuentra cos la consideraban buena, incluso en la Relación de
en agi, Patronato, 179, N. 6, R. 1, 15 de marzo de 1590. 1580 se menciona que aun si estaba algo gruesa, era
42 agn, Historia, vol. 355, f. 84. 44 José Antonio Calderón Quijano, op. cit., p. 219.
43“Dictamen de Don Silvestre Abarca, en Madrid, 11 de agosto 45 agn, Correspondencia de Virreyes, vol. 15, fs. 20r-59v.
de 1778”, en José Antonio Calderón Quijano, op. cit., pp. 381-383. 46 José Antonio Calderón Quijano, op. cit., p. 219.
figura 5. diferentes propuestas de la junta de fortificación para mejorar las defensas de ulúa; se muestran los aljibes encerrados en un círculo.
Manuel Santistevan, Miguel del Corral y Alfonso la fortaleza en ese entonces y otra con los cambios
Sánchez de Ochando; en el plano se observan dos que proponían; respecto a los depósitos de agua
plantas (figura 6),56 una con el estado que guardaba sugieren cuatro nuevos aljibes: uno en el Baluarte
de la Soledad —junto al que se atribuye al ingenie-
56 Joseph de Carreón Andrade, Manuel de Santistevan, Miguel
del Corral y Antonio Sánchez Ochando, “Dos planos del Cuerpo rres Lanzas, Relación Descriptiva de los Mapas y Planos de México
principal de San Juan de Ulúa”, Ministerio de Cultura, agi, MP- y Florida, existentes en el Archivo General de Indias, vol. 2, Sevilla,
México, 1383 y 2462, marzo de 1778. Véase también Pedro To- El Mercantil, 1900, p. 26.
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figura 6. detalle de “planos del cuerpo principal de castillo de san juan de ulúa…” en el que se señala el corte del aljibe (b) y de la calicata (a) realizada en la cortina de las argollas “para
observar su consistencia”; con (c) los cuatro aljibes propuestos. joseph de carreón andrade, manuel de santistevan, miguel del corral y antonio sánchez ochando, “dos planos… 1778”. Ibidem.
las letras fueron agregadas por judith hernández y roberto jesús Ávila para facilitar la ubicación de los elementos aludidos.
ro Franck—, cuya capacidad era de 16 685 pies3 de nía conservar el flanco del baluarte a fin de “retirar
agua, y que al parecer nunca fue modificado; otro su Angulo flanqueado de la Canal, y fundarlo en
en el Baluarte de San Crispín, para lo cual se propo- nueve pies de Agua”, y dos más en la cortina de las
cenes de pólvora para que, en caso de advertir alguna del problema y de inmediato escribió al virrey expli-
novedad de filtración, dar la orden de desaguarlo de cándole que la zapata del revellín se salía por varias
inmediato con la ayuda “de toda la tropa que se pueda partes “desde una vara de altura”, por la cara que
necesitar”,67 y aprovechar el agua en el consumo coti- mira al luneto del Pilar, debido a lo cual el aljibe
diano; los encargados del castillo esperaron la respues- perdía una pulgada diaria; la fuga además ponía en
ta del gobernador aprobando el uso del agua del aljibe, peligro el almacén de la pólvora al estar sólo “pared
pues con ello “se excusar[ía] traerla de tierra unos días”. de por medio”, por lo que pedía que se reparase de
Esto corrobora que, debido al mal estado de la fortaleza inmediato, a fin de no perder la oportunidad de lle-
y al aumento de su guarnición, el agua era insuficien- narlo en la siguiente estación de aguas.
te y debía llevarse desde Veracruz, como se verá en los Días después el comandante del castillo Manuel
siguientes párrafos. de Benicio anuncia que la tarde anterior se había
En su visita al castillo, don Pedro de Alonzo, go- “revent[ado] el agua por los calabozos o socuchos
bernador de Veracruz, pudo constatar la magnitud de San José por el sitio donde se halla el centinela
67 Idem. al costado de la escala plana”, y como el almacén
que contenía la pólvora se encontraba interpuesto Miguel Lerdo de Tejada indica que hacia media-
entre el aljibe y el dicho socucho, al comandante le dos del siglo xix la fortaleza podía albergar cómo-
parecía extraño que eso hubiese pasado, pues con damente hasta 2 500 hombres, y para que nunca
el último de los temblores no había tenido ninguna pudiesen carecer de agua potable contaba con siete
afectación, a pesar de que había sido, según su re- aljibes, “cuya capacidad reducida a pies cúbicos, era
lato, trepidatorio, seguido de un oscilatorio, y había la siguiente”71 (tabla 4).
terminado con otro trepidatorio.68 Los datos que proporciona Lerdo de Tejada, en
Como se puede notar, a pesar de que el agua cuanto a la capacidad de los aljibes, difieren de los
de los aljibes de Ulúa era la mejor del puerto, los que aparecen en un plano de 1822, signado por un
problemas técnicos para conservar los depósitos en individuo de apellido Peña,72 quien anota que en
120 |
buen estado fueron muchos, y si a ello se añaden conjunto, los aljibes tenían una capacidad 70 927
las fuertes fluctuaciones de la población dentro del pies3. Por otro lado, es importante mencionar que
presidio, ya por el aumento de los trabajadores en la Lerdo de Tejada alaba la buena calidad del agua
obra o por el incremento de los refuerzos a su guar- de Ulúa, y luego incluye los reportes del ministro de
nición en caso de guerra, resulta que con frecuencia Guerra acerca del estado de ruina en que se encon-
era necesario llevar agua de Veracruz a la fortaleza traba el edificio y de los grandes gastos que exigiría
en “barriles de mano” construidos especialmente su reparación; ello puede explicarse si se considera
para ello. Los oficiales reales del puerto eran los en- que escribió su obra en 18 años, tiempo suficiente
cargados de mantener al virrey al tanto de los gastos para que la situación del edificio cambiara después
erogados en la construcción de dichos barriles,69 así de la invasión estadounidense y la Guerra de Refor-
como de enviar la relación del número de indivi- ma, que dejaron las arcas vacías y sin recursos para
duos que se utilizaba para conducir el agua en la el mantenimiento y reparación del inmueble.
“lancha tercera” de la fortaleza. El salario para “el A partir de 1825 San Juan de Ulúa fue cayen-
patrón” de la lancha era de tres reales diarios y de do en el abandono después de haber sido el último
dos para los marineros.70 reducto español en tierras mexicanas; a mediados
68 agn, Indiferente Virreinal, caja 5522, exp. s/n, f. 1, año 1807.
69 “Carta de los oficiales reales de Veracruz al marqués de 71 Miguel Lerdo de Tejada, op. cit., p. 173.
Croix”, agn, México, Marina, vol. 27, exp. 69, fs. 165-166, 20 de 72 Plano firmado por alguien de apellido Peña: “Explicación de
noviembre de 1767. las partes que forman la Fortaleza de San Juan de Ulúa”, ihcm,
70 agn, Indiferente Virreinal, caja 5522, exp. s/n, f. 1, año 1807. 5000 9·14.Mex-14·9, año 1822.
80 Idem.
L
124 | a región de las Californias fue, desde el siglo xvi, un espacio ansiado por la
Corona española en su deseo de establecer en él asentamientos permanentes
que controlaran parte de la costa del recién descubierto Mar del Sur, de ex-
plotar las riquezas del territorio y evangelizar a las poblaciones indígenas.
Se quería con ello garantizar su incorporación a los territorios novohispanos
ante las presiones a las que se veía sometida por parte de otras naciones europeas. Pieza
clave de la política desarrollada en el Pacífico, su percepción y conocimiento fue un pro-
ceso ontológico que apenas si se concluyó a finales del siglo xviii. Fue entonces cuando
definitivamente se asumió su realidad peninsular y se incorporó su representación carto-
gráfica a la realidad más amplia de la costa pacífica estadounidense.
La estabilidad en el control de este territorio estuvo condicionada por diversos factores.
Inicialmente chocó con unas condiciones geográficas adversas en algunos ámbitos. A ello se
sumarían las características de las poblaciones que habitaban estas tierras, grupos indígenas
de cazadores-recolectores-pescadores que se movían con extrema facilidad en pequeños gru-
El análisis que iniciamos en 2009 a través del de- 3 Al respecto, cfr. Ana Ruiz Gutiérrez y Miguel Ángel Sorroche
sarrollo de diversos proyectos y que tenían como Cuerva, “Oasis y misiones en Baja California”, en Oasis. Agua,
biodiversidad y patrimonio, Granada, Atrio, 2011, pp. 49-58;
objetivo común las misiones de Baja California, ha Miguel Ángel Sorroche Cuerva, “Baja California. El espacio
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permitido profundizar en el conocimiento de las patrimonial”, en El patrimonio cultural en las misiones de Baja
California. Estado de la cuestión y perspectivas de futuro, Gra-
características del territorio bajacaliforniano y su
nada, Atrio, 2011, pp. 39-77; Miguel Ángel Sorroche Cuerva,
proceso constitutivo hasta alcanzar la condición de “Earthen Structures in the Missions of Baja California (Méxi-
paisaje cultural.2 co)”, en Rammed Herat Conservation, Londres, Taylor & Fran-
cis Group, 2012, pp. 581-587; Ana Ruiz Gutiérrez, Francisco
Dichos trabajos han permitido desgranar todos y Montes González y Miguel Ángel Sorroche Cuerva, “Imagen
cada uno de los elementos que matizan el territorio y evangelización. Los bienes muebles de la misión de San
bajacaliforniano y entender cómo se han ido articu- José de Comondú”, en Micheline Cariño et al., Evocando al
edén. Conocimiento, valoración y problemática del oasis de los
Comondú, Barcelona, Icaria, 2013, pp. 227-255; Miguel Ángel
2 Entre estos proyectos destacan el desarrollado bajo el auspi- Sorroche Cuerva, “Las instituciones de frontera: la arquitectura
cio de la Universidad de Granada, dentro del Programa del Plan misional en Baja California en los siglos xviii y xix”, en Meyibó,
Propio: “Misiones, oasis y sistemas hidráulicos: estudio interdis- núm. 4, nueva época, Tijuana, julio-diciembre de 2011, pp. 7-40;
ciplinar del patrimonio artístico, sociocultural y ambiental de Miguel Ángel Sorroche Cuerva, “El paisaje cultural como patri-
Baja California Sur (México)”, periodo 1 de marzo de 2009 al 28 monio en Baja California”, en Millars. Espai i Història, núm. 34,
de febrero de 2010; la Acción Complementaria para proyectos de Castellón, 2011, pp. 119-139; Rafael López Guzmán, Ana Ruiz
investigación fundamental no orientada: “El patrimonio cultural Gutiérrez y Miguel Ángel Sorroche Cuerva, “Sistemas construc-
en las misiones de Baja California (México). Estado de la cues- tivos en la arquitectura religiosa del siglo xviii en las misiones de
tión y perspectivas de futuro” (HAR2009-08337-E), periodo 1 de Baja California del Sur (México)”, en Actas del Quinto Congreso
mayo de 2010 al 1 de mayo de 2011; y el proyecto desarrollado Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, Instituto Juan de
también bajo la financiación de la Universidad de Granada, den- Herrera-SedHC-ciccp-cehopu, 2007, pp. 577-586.
tro del Programa del Plan Propio de la Universidad de Granada 4 En torno a este tema se realizó una estancia en la Universidad
y el cicode: “Cultura y oasis. Biodiversidad y patrimonio como de California, en San Diego, para desarrollar el proyecto “Las
estrategia para la cooperación”, periodo 30 de enero de 2011 al misiones franciscanas de California y la herencia hispana en la
29 de enero de 2012. costa del Pacífico”, entre los meses de julio y agosto de 2012,
figura 4. desierto bajacaliforniano. fotografías de ana ruiz y miguel Ángel sorroche, La historia del proceso de ocupación de la franja
2011.
que conforman actualmente la península mexicana
humano en América, el contexto de la Baja Califor- de Baja California y la California estadounidense, se
nia presenta una serie de singularidades.24 Como desarrolla desde la década de los años treinta del
un pasillo sin salida o cul de sac, los grupos que opta- siglo xvi, con los primeros intentos protagonizados
ron por la vía peninsular se vieron atrapados en un por Hernán Cortés dentro de la dinámica genera-
contexto que les permitió preservar algunos de sus da a partir de las expediciones destinadas a indagar
rasgos primitivos.25 Dicha singularidad se vio incre- en la realidad geográfica del recién descubierto Mar
mentada por las mismas condiciones de un medio del Sur, hasta mediados del siglo xix, con la funda-
ambiente que determinó que los grupos humanos ción de las últimas misiones en el contexto de la
estuvieran conformados por un número reducido bahía de San Francisco.27 Entre ambas fechas, nu-
| 131
de miembros que no sólo permitía desplazamien- merosos capítulos protagonizados por intrépidos
tos rápidos, sino tener garantizado el acceso a unas expedicionarios permitieron ir configurando una
fuentes escasas de alimento, que no permitían una imagen cada vez más cercana a la realidad que se
explotación masiva de las mismas (figura 4). Esta intentaba ocupar. Entre ellos destacan los de Sebas-
dinámica implicaba periodos de reunión en puntos tián Vizcaíno, cuyas expediciones determinaron la
específicos para aprovechar una mayor abundancia posterior evolución de los acontecimientos tras con-
estacional de los recursos, como es el caso de los cretar de forma segura algunos de los rasgos de la
concheros de la costa, y en lugares de concentración costa pacífica y que serían fundamentales para las
interiores, en torno a itinerarios terrestres de mana- posteriores incursiones desde el litoral al interior
das de animales o nacimientos de agua, marcados del territorio.28 Fue precisamente Vizcaíno el que
con algunos de los conjuntos de pinturas murales 26 “Y, por otra parte, los indios californios nada, nada, cultivaban,
ni les servía el agua para otra cosa que para beber, y sólo se sus-
más importantes. Es en éstos, donde los humeda-
tentaban de lo que el monte y campo produce por sí mismo sin
les se convierten en elemento indispensable para cultivo”. Miguel del Barco, op. cit., p. 256.
27 Acerca de los intereses de Cortés en seguir la ruta de occi-
entender las dinámicas de desplazamiento internas
dente a través del Pacífico, remitimos a Miguel León Portilla,
24 Cfr.Pablo L. Martínez, Orígenes del hombre americano, Méxi- Hernán Cortés y la Mar del Sur, Madrid, Instituto de Cooperación
co, Conaculta, 1997 [1987], y Paul Rivet, Los orígenes del hombre Iberoamericana, 1985; y Jesús Tamayo Sánchez, La ocupación
americano, México, fce, 1987 [1943]. española de las Californias. Una interpretación del primer impulso
25 Respecto a estos aspectos, cfr. María de la Luz Gutiérrez, “Los urbanizador del noroeste mexicano a partir de algunas fuentes histó-
antiguos cazadores-recolectores en la Baja California”, en Beatriz ricas, México, Plaza y Valdés, 1992.
Braniff, op. cit., pp. 21-26. 28 Cfr. Ma. Luisa Rodríguez Sala, Ignacio R. S. Gómezgil y María
Sistemas de irrigación
o aguaje, la cantidad de gente a la que abastecer y nadas en los informes realizados por los franciscanos en 1772.
58 “A la ladera de la dicha sierra, pegada a la misión, tiene unos
la superficie de tierra a regar. En algunos casos de destiladeros o veneros de agua de grueso de un dedo que se
modestas dimensiones, son suficientes para sumi- junta en una pila de cal y canto, y sirve para regar un huertecito
Posiblemente una de las presas de mayores di- considerables, la distancia que separa al depósito de
mensiones que han llegado hasta nosotros es la que la misión en sí, refleja la capacidad que se tuvo de
se localiza en la Visitación, enclave vinculado a la adaptar las condiciones de suministro a las de evan-
misión de San Francisco Javier Biaundó, y de la que gelización, dotando a los centros del recurso nece-
dependía con seguridad tanto su abastecimiento sario aunque éste estuviera alejado. En ese sentido,
como el de la misma Loreto (figura 15). Situada a de singulares se pueden considerar los restos que
unos 10 km tierra adentro desde San Francisco Ja- nos han llegado en la misión de El Descanso, en
vier, conforma un conjunto impresionante de infra- el estado de Baja California. Esta misión dominica
estructuras hidráulicas, con acequias y una cisterna era dependiente de la de San Miguel, a la que sus-
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que destaca por su capacidad. Es precisamente ese tituye en un momento dado por una disminución
desequilibrio entre el conjunto y los elementos edi- del número de indígenas de ésta. La particularidad
licios destinados para la evangelización, almacena- de El Descanso radica en que es la única en que
miento, vivienda y guarda del ganado, lo que ha he- la huerta que la suministra se localiza a 5 km valle
cho pensar que se trate realmente de una unidad de adentro desde la costa, cerca del ojo de agua que
explotación agrícola destinada a producir suficien- las abastece, duplicando la distancia entre el núcleo
tes productos como para abastecer a varios núcleos. principal y las tierras de cultivo de otras misiones
Dentro de ese conjunto de depósitos de grandes bajacalifornianas. Las condiciones climatológicas
dimensiones destaca el complejo de San Fernando parecen explicar esta unificación en un contexto en
de Velicatá (figura 16). Emplazado aproximadamen- que predominan las neblinas a lo largo de la mayor
te a un kilómetro de la misión, la cisterna de alma- parte del año dificultando el cultivo. En este caso,
cenaje se dispone a una altura mayor en relación a los restos del sistema de riego que nos han llegado
las tierras de cultivo. De ella sale el canal de agua son los de un depósito y la acequia a través de la
que llevaba el líquido hasta las proximidades del
el que se localizaron varios aguajes que se consideraron podrían
núcleo edilicio.59 De unas dimensiones también
dar tanta agua como los de la misión de San José de Comondú,
lo que habla de la importancia que ésta tenía como referente
de hortaliza y algunos árboles frutales de higueras, granados y para otras. El enclave conocido como Güirí-Cata o Huiricatá,
unas pocas parras, aunque éstas no prueban en esta misión”; pasó a denominarse inicialmente San Juan de Dios y fue el lu-
Francisco Palóu, F. R., Cartas desde..., op. cit., p. 220. gar elegido por Serra para fundar posteriormente la misión de
59 Tal y como refiere Miguel del Barco, se trataba de un paraje en San Fernando de Velicatá; Miguel del Barco, op. cit., p. 340.
Acequias o zanjas
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Fondo de Cultura Económica nuestra raíz española […] Por Es por ello que recordamos
entre 1939 y 1945.1 Tan gran- ello, si se analiza el conjunto de aquí que en la ciudad de México,
diosa empresa se vería comple- mi obra, se encontrará mucho el pasado 4 de diciembre de 2014,
mentada con El servicio personal más sobre el pasado colonial se apagó la vida del doctor don
de los indios en la Nueva España, español en América que sobre Silvio Zavala Vallado. Merece-
editada en tres tomos por El el pasado indígena; aunque dor de las mayores distinciones
Colegio Nacional y El Colegio examino el contacto del uno académicas de nuestro oficio,
de México en 1987. con el otro, porque la conviven- Premio Príncipe de Asturias en
La historia del trabajo era cia entre europeos e indígenas Ciencias Sociales, Premio Nacio-
un interés principal de Silvio es parte fundamental de la nal de Letras, Doctor Honoris
Zavala en la historia colonial de sociedad colonial.2 Causa de varias universidades;
México. En los años ochenta del director de instituciones señeras
siglo xx, el maestro narraba que Para entonces, en 1988 el como El Museo Nacional de
cuando empezó sus estudios doctor Zavala había publicado Historia y El Colegio de México;
54 libros y 220 artículos. Entre miembro de la Academia Mexi-
150 | […] había en México una tan basta producción destacan cana de la Lengua, la Academia
escuela muy fuerte consagrada los textos donde recopiló, anali- Mexicana de la Historia y de
al pasado indígena, fundada zó y reflexionó sobre el trabajo El Colegio Nacional. Profesor
por don Manuel Gamio, don en el pasado virreinal.3 Obras de importantes historiadores
Alfonso Caso, don Ignacio Mar- de consulta fundamental para mexicanos como Luis González y
quina y don Eduardo Noguera quienes estudiamos la historia González, Elías Trabulse, Ernesto
[…] [Pero] en la comprensión de la construcción en México, de la Torre Villar, Andrés Lira y
histórica de México también se sus aspectos sociales, económi- Álvaro Matute, por mencionar
necesitaba el estudio a fondo de cos e institucionales. algunos. Descanse en paz.
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. Las celdas y las tribulaciones de la vida femenina
a principios del siglo xviii | cristina ratto
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llado; c) nombre de la publicación en letras cursivas; d) número
y/o volumen; e) lugar de edición; f) fecha y página(s) citada(s). correo electrónico: boletin.cnmh@inah.gob.mx
Índice
Ø La fuente del tianguis de San Juan geográficas de Felipe II
de México-Tenochtitlan y el segundo | rafael lópez guzmán/yolanda guasch marí
acueducto de Chapultepec | barbara e. mundy
Ø El agua y su cartografiado en el
Ø “En el arte de mi profesión”: Adrian Yucatán virreinal: de los Mapas
Boot y el manejo holandés del agua de la Provincia de Maní a los
en el México virreinal | john f. lópez títulos de Ebtún, 1585-1820 | c. cody barteet
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