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Manejo Integrado de Plagas

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DEFINICIONES.

Plaga. Es cualquier organismo vivo, presente en altas poblaciones, que perjudica los cultivos, la
salud, los bienes o el ambiente del hombre.
Enfermedad. Es una alteración o anormalidad que daña una planta o cualquiera de sus partes y
productos o que reduce su valor económico.
Puede ser causada por elementos vivos como hongos y bacterias o por alteraciones originadas por
otras causas como nutrición de la planta, clima, entre otras

El Manejo Integrado de Plagas, MIP, surge como una alternativa sustentable al manejo tradicional
de plagas y se funda en el uso racional de los métodos químico, biológico y cultural para el control
de insectos y ácaros que dañan los cultivos. Se define como una estrategia económicamente viable
en la que se combinan varios métodos de control para reducir las poblaciones de las plagas a niveles
tolerables, minimizando los efectos adversos a la salud de las personas y al ambiente.
Una de las cualidades más relevantes en el MIP es la flexibilidad y adaptabilidad a las condiciones
de cada huerto, factores como el clima, suelo, condiciones de plantación, variedad, riego, aplicación
de plaguicidas y poda, entre otros, configuran un ambiente particular.
La implementación del MIP exige reconocer las plagas y enemigos naturales, entender su biología y
comportamiento, desarrollar técnicas de monitoreo e incorporar el concepto de umbral de daño
económico en las decisiones de manejo.
Asociado a lo anterior, se han definido ciertos objetivos del MIP, entre los que destacan:
1. Minimizar el daño de las plagas en la producción, mejorando su calidad.
2. Disminuir el uso de plaguicidas y su impacto negativo sobre la salud de las personas y el
ambiente.
3. Contribuir a la sustentabilidad de la producción.
4. Mantener la rentabilidad del cultivo.

El manejo integrado de plagas se basa en el conocimiento del agroecosistema que se compone de


las interrelaciones que ocurren entre plantas, plagas, enemigos naturales y ambiente. Para facilitar
su entendimiento y aplicación se plantea un esquema que grafica las etapas que componen el MIP
(Figura 1).
Figura 1. Componentes del MIP.

COMPONENTES DEL MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS (MIP).

1. Reconocimiento de plagas, enemigos naturales y daño.

2. Monitoreo.
El monitoreo es una actividad clave en el Manejo Integrado de Plagas, destinado a
determinar la abundancia, distribución y el daño de las plagas y por otra parte la abundancia
y efecto de los enemigos naturales presentes en el huerto. Por lo tanto, indica la necesidad
de aplicar una medida de control, la cual es evaluada en cuanto a su efectividad para reducir
las poblaciones y efecto sobre la fauna benéfica a través del monitoreo.

3. Nivel de daño económico y Umbral de daño económico.


El umbral de daño económico (UDE), es una herramienta crítica dentro del MIP, nos indica
el tiempo oportuno para decidir una acción de prevención. Así el umbral de daño
económico se define como la densidad a la cual deben iniciarse las medidas de control a fin
de evitar el incremento de población de la plaga que alcance el Nivel de Daño Económico.
El umbral económico debe determinarse previo al nivel de daño económico con el objeto de
contar con suficiente tiempo para el inicio de las medidas de control y para que estas
medidas tengan efecto antes de que la población alcance el nivel de daño económico. Por lo
tanto el nivel de daño económico se entiende como la densidad de la población de una plaga
que causa una reducción en el valor del cultivo ya sea en rendimiento o en calidad que es
mayor que el costo del tratamiento de control.
Es así, que el nivel de daño económico varía con el tiempo y lugar durante una temporada y
es sensible a las condiciones ambientales a las prácticas agronómicas, a los costos de los
insumos y a las condiciones de precio del producto en el mercado.

Figura 2. Variación de la densidad de plagas y el NDE

4. Toma de decisiones.
La toma de decisiones es un proceso que consiste en seleccionar una o más soluciones
idóneas para una determinada situación, para lo cual es necesario incorporar la
identificación y análisis del problema y su entorno (monitoreo), la evolución de la plaga, la
evaluación de las alternativas de control disponibles y, finalmente, la selección y aplicación
de una o más de ellas.
4.1. Identificación del problema
Realizado por medio del monitoreo sistemático de las especies plagas presentes en el
huerto y sus alrededores, determinando su densidad y la intensidad del daño provocado.
Adicionalmente requiere estimar la presencia, abundancia y eficacia de los enemigos
naturales y determinar la distribución de la plaga en el fundo.
4.2. Análisis de antecedentes adicionales
Permitirá tomar una decisión más informada. Los antecedentes, que serán utilizados en
los pasos posteriores del proceso de toma de decisiones, provienen:
 Del entorno: vegetación circundante (incluyendo otros fundos) y condiciones
climáticas.
 Del manejo del huerto: régimen de fertilización, poda e historial del huerto.
 De la planta: estructura afectada, fenología, vigor, tipo de poda, fecha cosecha.
 De la plaga: tasa reproductiva y número de generaciones al año.
 Información comercial: destino de la fruta y estimación de su valor.
 De información proporcionada por monitores y/o encargados que conocen el
fundo.

4.3. Inferir la evolución que experimentará la plaga


A partir de los datos recogidos a través del monitoreo, la abundancia y efectividad de
los enemigos naturales, la biología de la plaga y los antecedentes adicionales indicados
anteriormente, se debe inferir la evolución que experimentará la plaga en el futuro y
determinar si causará daño.
Como ejemplo se puede indicar que los ataques de áfidos en cítricos, por lo general se
presentan sólo durante el período de activa brotación. Por lo tanto si se observan
enemigos naturales y el crecimiento está pronto a detenerse, se concluirá que es muy
probable que la plaga disminuya significativamente en el futuro cercano.
4.4. Estimación del nivel de daño económico (NDE)
Determinar si la densidad de la plaga cuantificada a través del monitoreo ha alcanzado
el nivel de daño económico (NDE). Este parámetro cuantitativo descrito anteriormente,
se refiere a la densidad más baja de la población de la plaga que causa una magnitud de
daño que justifica el costo de la medida de control a adoptar. Alcanzando este nivel es
necesario aplicar una medida de manejo para evitar pérdidas económicas ocasionadas
por la plaga, incluyendo aquellas de connotación cuarentenaria.
4.5. Evaluar estrategias de manejo
Para resolver el problema, que forman parte del MIP: control biológico, control
químico y control cultural, incluyendo cada una de estas opciones variadas modalidades
y alternativas. El proceso de toma de decisiones tiene por objeto decidir de manera
informada, considerando todos los puntos antes indicados, sobre una o más acciones
que, integradas, lograrán minimizar o controlar la plaga. Sin embargo, es posible que
bajo ciertas circunstancias, el proceso culmine en la decisión de no implementar alguna
acción, es decir, que se concluya que debido a las densidades de la plaga, las
condiciones climáticas, el mercado de la fruta o la abundancia de enemigos naturales,
entre otras circunstancias, la situación no amerita ejecutar una acción de manejo o
control.
Una vez finalizado el proceso de toma de decisiones se debe continuar con el monitoreo
para realizar seguimiento de la plaga y demás variables que poseen influencia en su
evolución, es decir, volver a la etapa 1, conformándose un proceso cíclico de toma de
decisiones. La información proveniente de este seguimiento será de gran utilidad en el
futuro para enfrentar situaciones similares, generándose una retroalimentación positiva
constante que perfecciona año a año el manejo de las plagas.

Figura 3. Etapas del proceso de toma de decisiones.

5. Acciones de control.
Dentro de las alternativas o métodos de control de plagas que utiliza el MIP se encuentra el
Control Biológico, Control Cultural y Control Químico.
5.1. Control biológico.
El control natural que producen depredadores, parasitoides y entomófagos actúa sobre las
poblaciones de insectos y ácaros manteniendo una densidad que se ajusta de manera natural
al funcionamiento del sistema agrícola (Gallo et al. 1988). Cuando esta acción incluye la
manipulación de los agentes naturales de control por parte del hombre, para reducir las
pérdidas en agricultura, forestales o productos comerciales, el control biológico es una
táctica dentro del manejo integrado de plagas que consiste en la reducción del número de
insectos perjudiciales por la acción de los enemigos naturales a un nivel tal que el
organismo perjudicial no ocasione pérdidas económicas (Flint y Van den Bosch 1983).
El Control Biológico es un método barato, efectivo y que no interfiere con otros elementos
del ecosistema, aunque es muy sensible a la acción de productos químicos tradicionales
(Stehr 1990). El Control Biológico está libre de los efectos secundarios indeseables
asociados a los insecticidas de amplio espectro y es uno de los métodos de mejor relación
entre costo y efectividad. Cuando es aplicado por especialistas, bajo principios establecidos,
el Control Biológico es seguro y no tiene efectos adversos sobre el ecosistema.

5.2. Control cultural


Esta labor tiene por objeto generar condiciones adversas a determinadas plagas
reduciendo su incidencia en el cultivo. Algunas medidas culturales incorporadas en una
estrategia MIP son:
 Eliminación de ramas bajas que tocan el suelo: los frutos cercanos al suelo son
más atacados por algunas especies de chanchitos blancos, escamas, babosas y
caracoles. Esta labor además facilita el control de hormigas.
 Realizar podas de abertura para favorecer la entrada de luz y la circulación de
aire al interior del árbol provocando un aumento de la mortalidad de estadios
pequeños de diversas plagas como escamas y conchuelas. Esta acción favorece
la mejor distribución de los plaguicidas en el interior del árbol.
 Eliminar malezas infestadas con plagas para limitar la dispersión del inóculo
(por ejemplo, chanchitos blancos en malva y correhuela).
 Conservar vegetación herbácea en el huerto como fuente de alimento y refugio
físico de insectos y ácaros benéficos, estudiar previamente las asociaciones de
plagas con dichas especies, de modo que no se conviertan en inóculo de la
plaga, como lo indicado en el punto anterior.
 Limitar la fertilización nitrogenada dado que altas dosis favorecen el ataque de
áfidos, chanchitos blancos y otras plagas.
5.3. Control químico.
Una de las tácticas más utilizadas en el manejo tradicional de plagas es el control
químico o uso de plaguicidas para la regulación de las plagas, sin embargo, en MIP, es
sólo una opción dentro de las medidas factibles de ejecutar, la que se debe evaluar
considerando todos los aspectos mencionados en el proceso de toma de decisiones.
Otro aspecto que debe considerarse en el ámbito práctico cuando se opta por una
medida de control químico; es la elección de un plaguicida que además de satisfacer
requerimientos de efectividad, selectividad, y bajo impacto ambiental, disponga de
registro en el nuestro país y en el de destino del producto, si éste se exportará. Por otra
parte, la disponibilidad de la maquinaria adecuada al tipo producto y el número de ellas
en relación a la superficie a manejar. En muchos casos no es posible aumentar el
número de estos implementos o realizar modificaciones en el corto plazo por lo que se
debe maximizar su uso.

6. MIP

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