El Arquetipo de La Madre Terrible Miguel Méndez
El Arquetipo de La Madre Terrible Miguel Méndez
El Arquetipo de La Madre Terrible Miguel Méndez
ndice
Introduccin
Captulo primero
Conceptos sobre el arquetipo femenino
Captulo segundo
La ciudad como imagen del arquetipo de la madre terrible
Captulo tercero
El desierto como imagen del arquetipo de la madre
terrible
Captulo cuarto
El motivo de la concavidad / convexidad
Conclusin
Bibliografa selecta
Dedicatoria
Para Mari y Chuy,
quienes me formaron y me inculcaron
el respeto y el amor a la educacin.
Introduccin
Despus de haber ledo la mayor parte de las obras chicanas, y en especial
las obras representativas de la narrativa de dicha literatura, nos hemos
inclinado en particular por el estudio de la obra del autor arizonense
Miguel Mndez M. A partir de una lectura reiterada de sus varios libros
hasta ahora publicados nos dimos cuenta que, adems de otros aspectos de
inters para el crtico, el mundo simblico maneado por medio de la
metfora y del desarrollo de las imgenes, era un gran distintivo del
autor.
Nos pareci tambin que, entre otras posibilidades analticas como el
estructuralismo, la semitica y el sociomarxismo aplicables con gran xito
empleando la aproximacin arquetpica explotaramos con creces el rico
material simblico que aparece en las pginas mendecianas. Decididos ya
por este acercamiento, pudimos observar que la Ciudad y el Desierto
constituan no slo el medio ambiente del mexicano/chicano de la frontera,
sino que tambin representaban una personificacin, por no decir
personajes, ya que esas dos entidades fsicas pasan a primer plano y
adquieren cualidades humanas.
Por lo pronto comenzamos a escudriar la crtica para ver si se haba
escrito algo sobre este asunto en la literatura chicana y, en particular,
sobre las obras de Miguel Mndez. Cual fue nuestra sorpresa al descubrir
que, fuera de varias reseas de algunos estudios parciales, no hay nada
escrito a fondo sobre la obra mendeciana, y menos en cuanto a lo
arquetpico. Esto nos confirm una vez ms en nuestra decisin de escribir
en detalle sobre lo simblico en la obra del autor. Nuestra concentracin,
dentro de la variedad de los smbolos, deba versar sobre uno de los
arquetipos: el de la Gran Madre, enfatizando la faceta negativa de la
Madre Terrible.
Nos pusimos a leer e investigar las obras de fondo sobre el tema, en
particular los escritos de C. G. Jung y de Eric Neumann, para la parte
terica. Despus fuimos delimitando el terreno y entresacamos lo
pertinente a la ciudad y el desierto en los libros de Mndez para
quedarnos, por fin, con su novela Peregrinos de Aztln. A partir de aqu,
trazamos un esquema analtico tentativo que fue adquiriendo forma a medida
que se confirmaba nuestro intento original.
Comenzamos nuestro estudio con la primera seccin dedicada al trasfondo
terico, basado en Jung y Neumann, dividido en tres partes secuenciales:
el inconsciente colectivo, el arquetipo femenino y la Gran Madre, que en
cierra el binomio Madre Buena/Madre Terrible. La disyuntiva dialctica de
este binomio se va exponiendo a travs de la ciudad y el desierto como
personificaciones alegricas en donde el aspecto negativo/Madre Terrible
se enfatiza y sobresale a costo del aspecto positivo/Madre Buena.
Bajo la imagen alegrica de la ciudad consideramos a los personajes que
viven en ella y desempean un papel de subalternos y emisarios de la Madre
Terrible en su empeo por devorar a los seres humanos. Pone en pugna a
stos para obtener su propsito. Entre ellos hay un sinnmero incontable,
que aparecen enmarcados por grupos, como las prostitutas, algunos ricos,
muchos personajes fracasados, nios pedigeos y personajes-masa. A todos
ellos los engulle bien sea el hambre, las guerras o las enfermedades y, a
algunos, todas estas flaquezas juntas, o sea, facetas negativas asociadas
al principio femenino. Por otra parte, descubrimos al desierto como una
vieja arrugada y estril, no slo incapaz de dar vida, sino, muy al
contrario, de convertirse en devoradora de la poca flora, de la escasa
fauna y, en especial, del peregrino/hijo esculido que intenta cruzarla.
Aunque estas dos imgenes parezcan ubicarse en polos opuestos, al hacerse
o convertirse en smbolos de un mismo arquetipo -la Gran Madre (Madre
Terrible)- se establece el nexo por medio de ciertos anillos o argollas,
como el suicidio de El Vate y la muerte de su amigo el poeta Lorenzo
Linares, el uno en la ciudad y el otro en el desierto.
Dedicamos otra seccin a algunos motivos que se relacionan al arquetipo
femenino de la Madre Terrible, en particular los motivos telricos, como
la luna, el sol, las estrellas y la noche y tambin el mar, los lagos y
los ros y todo lo que tiene que ver con el agua o la carencia de ella.
En otra seccin tratamos la configuracin de lo cncavo/convexo, sean
imgenes, figuras o smbolos, por referirse y asemejarse a las formas
femeninas. Bajo este apartado analizamos, dentro del inconsciente, los
recuerdos, sueos y pensamientos que se llevan a cabo de ordinario durante
la noche o en la oscuridad, mientras que lo referente al nivel consciente
se desarrolla normalmente durante el da. Pasamos despus a considerar, en
un orden escalonado de lo ms amplio y abstracto a lo ms reducido y
concreto, el cosmos, el desierto y la ciudad. Bajo el cosmos sealaremos
la noche, las nubes y la polucin. El desierto, con sus valles y
promontorios, entra dentro de lo que consideramos naturaleza. Y la ciudad,
con sus entradas y salidas y sus antros, la consideramos como
perteneciente al dominio de la creacin humana, en oposicin al cosmos y a
la naturaleza.
Captulo primero
Conceptos sobre el arquetipo femenino
El inconsciente colectivo
El arquetipo femenino
La Gran Madre
La Madre Buena
La Madre Terrible
Captulo segundo
La ciudad como imagen del arquetipo de la madre terrible
La noche
La pesadilla ahora degenera en caos. Este fenmeno ocurre con la cada del
sol. Una vez llegada la noche, se pone en marcha la maquinaria de la
ciudad fronteriza anunciando el comienzo de las actividades que conducirn
a otro aspecto de la tragedia humana, de la cual se alimenta la Madre
Terrible. La luz y el medio ambiente diurnos vienen a ser reemplazados por
las luces de nen y un pulso muy acelerado de la noche. Las dos cosas
nos indican que la Madre Terrible no est lejos. Pero hay pruebas todava
ms convincentes de su presencia. Las luces artificiales, por ejemplo,
tienen el efecto de una fiebre contagiosa, mientras que miles de ojos
reflejan el alcohol y la lujuria. Los hombres se vuelven bestias en
brama buscando orga. Los carros que invaden las calles se equiparan a
gusanos hambrientos y, el ruido que emiten, a alaridos de viejas
histricas. Como un cuadro surrealista, la realidad del da queda
relegada para cederle el paso a la confusin del momento actual. Ahora es
imposible distinguir el oro de la pus y el dinero de la mierda.
Los opuestos, al mezclarse, pierden sus fuerzas respectivas. Rico y pobre,
explotador y vctima, se ven cara a cara sabiendo que tarde o temprano la
ciudad/Madre Terrible los devorar a todos por igual. Estn ligados por su
mandato irrevocable que, al fin, resulta ser la gran igualadora de la
Edad Media.
Conviene detenernos ms en el tema de la noche, puesto que la ciudad
adquiere dimensiones muy distintas a las del da durante este periodo. La
noche, y por extensin todo tipo de oscuridad, encierra un misterio que el
ser humano no puede entender y, menos, explicar. La doble realidad fsica
del da y de la noche corresponde a otra doble realidad: la psicolgica
del consciente y del inconsciente. A travs de la primera, el hombre ha
podido desenredar y ordenar lgicamente todo lo que ocurra a la luz del
da; la segunda, a la inversa, eludir todo tipo de anlisis consciente
por ocurrir durante la oscuridad. Esta ltima desorienta, provoca miedo y
tiene un efecto mgico sobre el individuo. Por dichas razones, se
convierte en el smbolo del caos y del aspecto negativo del arquetipo
femenino. La Madre Terrible es la Reina Soberana de la noche y su
presencia permea todo el ambiente. Sin embargo, ella guarda su distancia
hasta el momento apropiado. Entre tanto, hace uso de la noche y del
misterio, ambos aliados naturales, para defraudar a sus vctimas por medio
de visiones, sueos y recuerdos de antao. Dichos recursos debilitan
espiritualmente ya que estos estn relacionados con la psique. Es un hecho
sabido que, durante la noche u oscuridad, la psique se encuentra ms
vulnerable a toda clase de vicio, mal y enfermedad, y, an ms, cuando los
personajes se hallan bajo la influencia de estimulantes. En cuanto se ve
liberada de la concentracin y presin del trabajo diario, la psique
descansa y pierde su defensa, dndole cabida de esta manera a la voluntad
de la Madre Terrible. Sin saberlo, el ser humano se encamina hacia ella
hacindole el trabajo ms fcil. A continuacin sealamos los personajes
que ms se aferran a las ilusiones que la Madre Terrible les tiende para
que caigan en sus redes.
El elemento onrico
Captulo tercero
El desierto como imagen del arquetipo de la madre terrible
(90)
(66)
Desafortunadamente, a causa de su sensibilidad potica, Lorenzo cae bajo
el control directo de la luna. O, mejor dicho, la luna lo posee. En vez de
reposar y conservar sus energas como los dems, se pasa el tiempo
embelesado saltando de duna en duna, semejante a un nio con su primer
juguete. Jams haba conocido el desierto antes de salir de Mxico. Llega
a creer que l est en el fondo de un mar encantado y que la luna es su
novia. El desierto/Madre Terrible le trastorna la mente con su espejismo
hasta que se vuelve loco, lo cual nos indica que su muerte es inminente.
De hecho se establece una especie de complot entre la Madre Terrible y su
hija/luna para atraparlo. Esta baa a aqulla con su luz trastocando la
inmensidad asesina en una superficie inocua. Tan pronto como los rayos
de la luna hacen contacto con las arenas del desierto, rebotan a su fuente
original, hacindola resplandecer ms de la cuenta. La una acta como
espejo de la otra, fortalecindose mutuamente. Lorenzo no tiene
escapatoria. La Madre Terrible lo rodea por encima y por debajo; la luna
lo acosa psicolgicamente y el desierto biolgicamente: El Vate le explica
lo que le est sucediendo: La luna es el desierto y el desierto es la
luna... Por eso te has enamorado del desierto, Lorenzo; es como la luna,
como la poesa (66). Esta cita es un sumario breve de los varios factores
que lo encaminan hacia un suicidio potico; el medio ambiente traicionero,
la intoxicante luna y sus emociones. A pesar de todo lo dicho, antes de
fallecer, Lorenzo sonre como si experimentara un xtasis con el cosmos.
Por fin, queda inmvil para siempre en las dunas/pechos del desierto/
Madre Terrible. Este es el nico personaje que se entrega alegremente a la
Madre Terrible. Quizs se deba a su estado de posedo y a su condicin de
nio inocente que no teme lo que no conoce. Sea como fuere, Lorenzo/El
Vote se despoja de su niez en el desierto. Mientras tanto, el
hombre-adulto contina en su trayecto para duplicar la misma historia en
la ciudad, aunque con algunas diferencias bsicas.
Venimos diciendo que se trata de un desdoblamiento de personalidades. O,
dicho de otra manera, que Lorenzo y El Vate son alter-egos. Sus vidas
estn estrechamente ligadas. En esencia, Lorenzo es un nio luntico,
trastornado, a quien la Madre Terrible tiende una trampa bajo el disfraz
de la Madre Buena. Puesto que la luna ya lo tiene hipnotizado, el
desierto/Madre Terrible lo atrae maliciosamente ofrecindole sus
dunas/senos al igual que la Madre Buena que amamanta a sus hijos. Lorenzo
no es dueo de s mismo, ni participa en el mundo que lo rodea, debido a
fuerzas externas. Por eso, creemos que l se suicida sin proponrselo. No
se da cuenta que el dejarse embelesar es equivalente al suicidio
psicolgico. Ahora bien, El Vate es la contraparte adulta de Lorenzo, con
la gran diferencia que no se deja engaar por la Madre Terrible. El ve la
realidad tal cual es. Este pormenor es importante por el valor que cobra
con respecto a su muerte. Mientras que Lorenzo se quita la vida
inconscientemente, El Vate la busca a propsito. En otras palabras, el
fallecimiento de El Vate es un suicidio intencional y real. El est
consciente de lo que hace. Y el ciclo de la vida del personaje doble,
Lorenzo/El Vate, se cierra al expirar biolgicamente El Vate por segunda
vez. La niez de Lorenzo resulta ser una mera extensin de la vida adulto
de El Vate.
La funcin de la luna no se termina con el embelesamiento de Lorenzo
Linares/El Vate, aunque, quizs, dicho suceso si sea el ms sobresaliente
en cuanto al mismo astro. Ahora veremos a la luna dentro de un contexto
ms positivo, aunque slo sea en apariencia. De cualquier manera, el sol
tambin se une a la luna como componente esencial del cosmos. Su
parentesco con el arquetipo femenino ya se estableci; el sol es su hijo,
y, por extensin, su marido y hermano. En otras palabras, en esta etapa
psquica el elemento masculino todava est subordinado al principio
femenino. En un patriarcado las mismas condiciones se invierten. Sin
embargo, por ahora, ambos astros deben su lealtad a la Madre Terrible. El
incidente relacionado con el sol y la luna, que a continuacin
comentaremos, es ms bien un caso de irona que de una persecucin activa
de cierto personaje por parte de la Madre Terrible. Se debe al hecho de
que la vctima ya ha fallecido; ya ha vuelto a su fuente de origen. Pero,
de repente, el difunto vuelve de nuevo a la vida.
Cmo es y se hace posible esta contradiccin? Cmo logra el autor
yuxtaponer los conceptos gemelos de la vida/muerte dentro de una misma
situacin y aplicarlos a un mismo personaje? Es ms, estar consciente de
haber mezclado dos ideas esencialmente incompatibles? Lo importante de
estas interrogaciones que aqu planteamos es que Mndez s cierra la
brecha entre lo real y lo irreal por medio de los sueos de Loreto
Maldonado. Hemos visto que Loreto, de todos los peregrinos, es el que con
ms frecuencia suea, o mejor todava, se refugia en los sueos para
escaparse de la realidad devastadora que lo circunda. De hecho, el sueo
llega a convertirse en su segunda naturaleza y el nico optimismo que su
vida conoce. Su propio raciocinio le convence de que el soar no cuesta
nada. Desarrolla esta modalidad de escape a tal grado que Loreto
caminaba a lo largo de las callejuelas, abstrado, iba soando con los
ojos abiertos (71).
Aparentemente esta actividad mental no se limita a la noche/oscuridad, ya
que tambin se puede soar durante el da/luz. En efecto, esto es lo que
sucede con el anciano yaqui. El ensueo se establece como una rutina
cotidiana y viene a constituir un auto-mecanismo de sobrevivencia.
Consiguientemente, el finado Chalito resucita espiritualmente en el mundo
onrico de Loreto Maldonado, mas no en la realidad concreta.
A base de uno de los muchos vuelos irreales que el mismo provoca
voluntariamente, Loreto suea con Chalito, nio de siete aos y su rival
en el trabajo. Parece broma pesada que el octogenario y el muchachito de
tan corta edad tengan en comn el oficio de lavacoches, pero as es.
Considerando el factor edad de cada uno de los dos, resulta escandaloso
que se vean forzados no slo a trabajar, sino tambin a competir entre
ellos mismos. El viejo Loreto incluso llega a resentirse con su
contrincante por haber invadido su territorio. Un da va a su sitio
acostumbrado y lo encuentra vaco. Le entra un mal augurio y
remordimiento, y con razn, porque en ese momento el chamaquito entrenaba
un vistoso atad... (27). A partir de esta bravsima explicacin sobre la
conexin entre las vidas de los dos personajes, procedemos con el
desplazamiento imaginario de Loreto en el cual se nos da una serie de
finas y sutiles paradojas. Empecemos con el hecho de que el nio est
muerto y el anciano, en su imaginacin, lo cree an vivo. Es ms, lo ve
lleno de vida y salud. Al contrario de lo que fue en la vida real, el
escuincle flacucho fallece de enfermedades causadas por el mismo trabajo
que se supona le proporcionara la subsistencia. Por un lado, no se da
cuenta de las consecuencias que tiene el salpicarse la espalda y el pecho
de agua fra que usa en su ocupacin, puesto que se entusiasma demasiado
por lavar muchos automviles, para as sacar a su familia de la pobreza.
Despus de un largo da de trabajo, y yendo hacia casa empapado de agua,
el viento se ala para provocarle una bronquitis fatal. Por otro lado, al
iniciarse el da siguiente, el sol lo cansa y debilita todava ms.
Las ironas parecen no tener fin. Ocurren en la realidad tanto como en la
irrealidad, como hemos venido diciendo. Al nivel onrico todo resulta a la
inversa de lo que es el mundo real. El viejo harapiento, aunque todava
feo, se cree rico y quiere a los nios. Al nio enclenque, a su vez, lo
ve pobre pero saludable. Y no se pelean ni compiten por los clientes
tampoco, sino que Loreto comparte su riqueza con Chalito. Sin embargo,
lo ms paradjico no es esto ltimo. Radica ms bien en la historieta que
Loreto le inventa a Chalito en cuanto a los elementos csmicos. El sol,
por ejemplo, que contribuy al empeoramiento fsico del nio antes de
morir, ahora aparece en su aspecto positivo, junto con la luna. A pesar de
que el astro infernal agota y daa a Chalito, Loreto le explica que el
sol no es malo; pobrecito, trabaja tanto. S, no me mires as, tiene que
alumbrar durante el da [y], como tambin se cansa, en la noche le dice a
su mujer la seora luna,... t alumbrars mientras yo duermo (104).
Hablando ya en trminos ms sencillos, el sol/hombre y la luna/hembra son
marido y mujer. O sea, Loreto humaniza lo csmico con el objeto de
aclararle al nio que el sol y la luna, al unirse biolgicamente, producen
todo lo que vive sobre los campos, ya que el muchachito ingenuo quiere
saber en dnde se esconde la luna cuando no se ve. El viejo le contesta
de la siguiente manera:
Hum... pues... se va a su hogar a vivir sus amores con su marido el
sol para que las lagunas tiemblen de sapitos, y que los campos se
pongan verdes, verdes, muy bonitos y que aterricen cigeas y ms
cigeas trayendo nios.
(104)
La flora desmedrada
(90)
El motivo de la locura
(162)
(163)
Captulo cuarto
El motivo de la concavidad / convexidad
En este apartado vamos a tratar de las concavidades y de las convexidades
como motivo del principio femenino. El motivo (conocido tambin con el
vocablo de letimotif) est relacionado con los temas, con los
personajes, con los objetos y con los trminos o frases literarias. Este
trmino o vocablo, de origen musical, se usa en literatura como tcnica
repetitiva, al estilo de un refrn o estribillo, cuyo objeto es recalcar
lo que se quiere presentar. Tiene tambin una funcin estilstica muy
destacada, por servir dichos motivos como puntales fundamentales de la
estructuracin del cuento. Dicho motivo se diferencia de los otros motivos
en que no hay muestras textuales tan explcitas y concretas como en los
dos anteriores: la ciudad y el desierto. En realidad hasta podra
sospecharse de que el motivo no existe en s. Sin embargo, no est de
sobra decir que hemos llegado aqu a lo que podramos llamar la potica
ms elevada de nuestro autor, puesto que el motivo de las
concavidades/convexidades viene expresado bajo un derroche de metforas
esparcidas a travs de todo el texto. Vamos a ordenar algunas de estas
metforas progresivamente, partiendo de lo ms general para llegar a lo
ms particular y, as, reafirmar nuestro propsito: el arquetipo femenino
negativo en Peregrinos de Aztln.
Por consiguiente, los sueos, entidades abstractas e intangibles que
pertenecen al mundo interno del individuo, por oposicin a las realidades
concretas y externas, servirn como prlogo al anlisis de este motivo. Ya
hemos tratado el tema de los sueos al principio de este libro. Ahora
vamos a interpretarlo desde otro punto de vista: el inconsciente como
forma de oquedad de donde emanan los sueos y que, a su vez, es
equivalente al principio femenino. Despus de observacin para seguir el
esquema que hemos delineado el orden jerrquico ser el siguiente:
partiendo de lo ms csmico iremos estrechndolo hasta los niveles ms
mnimos de la vida cotidiana, como es, por ejemplo, un atad.
El inconsciente
Dicen los tericos que, bsicamente, slo hay dos formas de pensar (Jung,
Symbols, 7-38). Por un lado, toda actividad mental orientada hacia el
mundo exterior, y conocida bajo la etiqueta de pensamiento dirigido,
est en funcin del consciente. Esta forma de pensar causa fatiga por la
mucha energa que la mente requiere para ordenar tales pensamientos de una
manera lgica y se manifiesta principalmente a travs del habla. Por otro
lado, el pensamiento no dirigido est en funcin del inconsciente, y
puede surgir, en cualquier momento dado, sin previo aviso. Por esta razn,
dicha forma de pensar no precisa de mucho esfuerzo. Los sueos y
recuerdos, que ocurren tanto de da como de noche, caben dentro de este
modo de pensar e, incluso, interrumpe con frecuencia los pensamientos
dirigidos. Se comunican a travs del smbolo y del mito (Neumann, Mother,
15).
Como ya sabemos, el inconsciente es femenino y es tambin la matriz de
donde nace el consciente. A continuacin, en lo que podramos llamar una
especie de infanticidio, vemos que el inconsciente engulle al consciente,
es decir, la Madre Terrible se entromete en los pensamientos dirigidos de
varios personajes para devorar a sus hijos, mediante los sueos y
recuerdos. A Lorenzo Linares, por ejemplo, antes de fallecer en el erial,
se nos lo presenta de la siguiente manera:
...se puso de pie mirando el desierto. Su corazn de poeta,
anhelante del misterio que no se alcanza, contemplaba en el pramo
la evidencia que no se revela a la conciencia; pero que se finca
hondo, que slo la presienten las potencias del alma.
(62)
El cosmos
El desierto
(198-199)
(167)
(169)
La ciudad
(20, 21)
(141)
(147)
(26)
(80, 81)
(157)
No cabe duda de que aqu nos encontramos ante dos mundos cncavos/convexos
superpuestos: uno fsico (atades) y el otro psicolgico (el de los sueos
o delirios). En ambos hay diferencias marcadas. En el primero, las
concavidades fsicas aparecen distintas, es decir, una, bella y colorida
y, la otra, fra y gris. En el segundo, las concavidades psicolgicas de
las cuales se habl al principio de esta larga seccin se describen como
algo liviano, flotante y transparente, para el primer caso, y como algo
pesado, arrastrante e impenetrable, para el segundo caso. Y, como acabamos
de decir, ambos atades representan las dos partes del binomio de la Gran
Madre, correspondiendo la Madre Buena para el primero y la Madre Terrible
para el segundo.
A modo de conclusin de esta seccin sobre la concavidad/convexidad
queremos tratar un punto que nos sirva de ilacin o nexo con el resto de
todo este trabajo. Para decirlo de otro modo, queremos mostrar que la
disyuntiva binomial Madre Buena/Madre Terrible del arquetipo de la Gran
Madre se enfrenta cara a cara en una de las pginas ms fuertes y logradas
de la novela Peregrinas de Aztln. Nos referimos a la violacin de la
muerte (La Flaca) perpetrada por el moribundo coronel Chayo Cuamea, como
ya expusimos en otra parte de esta seccin. La vida y la muerte, en su
pugna, se juntan en un punto: en el coito sexual. La fertilizacin, que
correspondera a la vida/Madre Buena, se frustra ante la muerte/Madre
Terrible, encarnada esta ltima en La Flaca.
Antes de entrar en detalles, necesitamos situar este hecho dentro del
contexto novelstico, sirvindonos de nexo para relacionar los diversos
elementos y as poder hilvanar las diversas partes de esta obra. Nos
estamos refiriendo a las circunstancias sociopolticas que rodearon al
texto literario, en particular a la funcin histrica de la Revolucin
mexicana. Los dos personajes ms viejos que aparecen en esta novela son el
general Loreto Maldonado y el coronel Rosario Cuamea, ambos yaquis y
venidos a menos despus de la refriega revolucionaria. Ms an, ambos
militares eran compadres. Tambin sabemos que, a causa de la Revolucin
misma y, sobre todo, debido a su fracaso posterior, mucha gente se escap
del interior de Mxico para venirse a la frontera e, incluso, cruzarla.
Esta gente desplazada es la que, en su mayor parte, constituye lo que en
el texto narrativo se nombra colectivamente como peregrinos.
Aproximndonos a nuestro propsito, observamos que, por un lado, la
Revolucin, al nivel real o sociopoltico, cre un movimiento de gente
hacia el norte y que, por otro, al nivel literario, viene representado por
ciertas imgenes simblicas que se incrustan en y sobre el arquetipo de la
Gran Madre o principio femenino. Si la Revolucin hubiera triunfado
definitivamente, como hubiera sido el propsito de los revolucionarios,
entre ellos Loreto Maldonado y Chayo Cuamea, el aspecto positivo del
arquetipo (Madre Buena) se hubiera enfatizado en el tono general del
texto, pero como los frutos de la Revolucin se malograron, el aspecto
negativo (Madre Terrible) de dicho arquetipo triunf, an al nivel
literario.
Refirindonos ms de cerca a Peregrinos de Aztln y, como ya hemos
indicado, atando cabos, es interesante notar varios puntos. La Madre
Terrible se encarna simblicamente en la ciudad y el desierto, lugares y
personajes a la vez. Aunque no coinciden en su ubicacin, pues el uno es
el lugar de peregrinacin y la otra el lugar o meta de llegada, se unen
a travs de la simbologa; en este caso por medio de la configuracin que
nos ocupa. Por otra parte, que los dos militares eran yaquis y compadres,
adems de haber perdido en la guerra. Por tanto el vnculo espiritual y
cultural que los une sirve de ilacin entre el desierto/montaa y la
ciudad, pues Loreto radica en sta y Chayo en aqul. De esta manera se
tiende el puente que une dos lugares tan dispares en la realidad fsica.
Pero notemos que hay otros puentes que el narrador, a travs de los
leitmotifs y las imgenes, utiliza para acercar la naturaleza a la
civilizacin. Es el anillo o argolla que El Vate representa para unir
estos dos polos. Recordemos lo que se ha dicho sobre El Vate; que,
momentos antes de su suicidio, sali de la ciudad y sigui la caada
hasta llegar a la loma de los peascales. Se sent al hilo del voladero
con cara a la ciudad (156).
Ahora bien, aunque la montaa en donde se encontraba Chayo Cuamea, y de la
que hablaremos a continuacin, est situada lejos de la ciudad (montaa
del Bacatete), la loma de la que se tira El Vate colinda con la ciudad.
Estableciendo la ilacin nos encontramos con que todos los promontorios
dunas, lomas, montaas de una o de otra manera, forman una cordillera o
sierra que las encadena a la ciudad. Recordemos que Lorenzo Linares,
Pnfilo Prez, El Vate, y Juan Manuel Casehua (personaje ste del cuento
del mismo autor, Tata Casehua) y, ms tarde, Chayo Cuamea, todos mueren
serena o violentamente en las montaas. Para reforzar ms este punto
observemos que la Tercera Parte de Peregrinos de Aztln comienza con la
siguiente imagen, eco de la famosa piedra en Los de abajo, de Mariano
Azuela:
Desprendida por alguno de los dos bandos [militares], una enorme
piedra blanquizca, gris en su fase oculta, desde lo ms alto bajo
rodando; en su radar vertiginoso derrumb a un intrpido sahuaro [y]
amput a un polo fierro; y para finalizar su descenso, decapit de
cuajo a una biznaga preada...
(183)
Conclusin
Como habamos observado en la Introduccin, la impresin general de las
primeras lecturas de las obras representativas de la literatura chicana y,
en particular, las obras de Miguel Mndez M., nos indicaron la posibilidad
del estudio de la novela Peregrinos de Aztln aplicndole una modalidad de
la aproximacin arquetpica. Las posibilidades con que nos encontramos
fueron casi ilimitadas. Despus de haber hecho el estudio, comprobamos una
sospecha que tenamos desde un principio: que en la cultura chicana los
smbolos e imgenes ejercen una funcin muy importante. De seguro que la
herencia bicultural ancestral y antigua del chicano ha tenido mucho que
ver con la vivencia de los smbolos. No hay ms que recordar la funcin de
la naturaleza en la cultura precolombina, sobre todo reflejada en una
religin csmica en donde las creencias psicolgicas se inmiscuyen en los
fenmenos naturales. Este bagaje cultural tiene que manifestarse de una u
otra manera en la literatura chicana. Aunque no todos los escritores
chicanos expresen la mitologa heredada de tiempos antiguos, no obstante
nos atrevamos a decir, en especial sobre los que escriben en espaol, que
estn imbuidos de este elemento cultural, es decir, de los smbolos y
manifestaciones arquetpicas que se filtran a travs de dicha cultura.
Es nuestra impresin, basada en la prctica azteca, maya y otras culturas
precolombinas que, cuanto ms cerca se hallan de la naturaleza, tanto ms
los arquetipos colectivos brotarn a travs de la dinmica psquica en
forma de smbolos, imgenes y mitos. Adems, la pertenencia a la clase
socioeconmica baja, por el hecho de trabajar cerca de la tierra, hace
que en este grupo perduren dichas imgenes, muchas veces csmicas. Como se
sabe, en una sociedad capitalista, la clase baja se ocupa ms bien del
trabajo agrcola, mientras que las clases media y alta se ocupan de la
actividad tecnolgica, que se desarrolla en el medio urbano. El chicano,
hasta hace poco, perteneci ms bien a la sociedad agrcola. En vista de
esto llegamos al resultado, confirmacin del supuesto de que habamos
partido al comienzo, de que el chicano promedio todava vive sus mitos e
imgenes provenientes de ciertos arquetipos bsicos.
Entre otras posibilidades que nos ofrece el texto en cuestin, decidimos
estudiar las manifestaciones literarias del arquetipo femenino porque
parecen ser las ms obvias. Esta actitud, por nuestra parte, no fue
difcil de justificarse, puesto que el texto literario mendeciano viene
corroborado por la intensa vivencia que el chicano tiene del arquetipo
femenino de La Gran Madre. El binomio Madre Buena/Madre Terrible, que se
desprende del arquetipo de la Gran Madre, se manifiesta en la vida diaria
del chicano bajo la creencia en la Virgen de Guadalupe (faceta positiva y
benfica del principio femenino) y en La Llorona (faceta negativa del
mismo principio femenino). Como habamos indicado en la Introduccin,
mientras el principio positivo -La Virgen de Guadalupe/Madre Buena- apenas
aparece en el escenario de Peregrinos de Aztln, el principio negativo -La
Llorona/Madre Terrible-, en cambio, superabunda en el texto mendeciano.
Una nota de advertencia, que puede ayudar en la explicacin de este
desequilibrio Madre Buena/Madre Terrible, del arquetipo femenino, es que
esto se debe en parte a que el autor, en varias de las obras, se convierte
en un escritor comprometido. A pesar de que el elemento negativo se
enfatiza en el texto literario, hay sin embargo momentos positivos y de
esperanza que expondremos al final de esta conclusin.
En el anlisis del principio femenino y arquetipo de la Gran Madre hemos
seguido un orden que va de lo ms abstracto y terico a lo ms concreto y
detallado. Como habamos indicado en un principio, comenzamos tratando las
ideas de Jung y de Neumann sobre el inconsciente colectivo, de dominio de
la psique humana equiparado al principio femenino, y pasamos despus a los
fenmenos fuera, de, la psique o externos, buscando la configuracin
femenina. Leyendo a Jung siempre aflora la ecuacin de que el inconsciente
catico y desordenado se equipara al principio femenino, un ocano de
dimensiones inconmensurables y profundidades ilimitadas. A partir de esta
idea junguiana, Eric Neumann, discpulo de Jung, ampli el estudio
iniciado por el maestro. En su libro, The Great Mother, desarrolla no slo
la teora junguiana, sino que busca su aplicacin en las culturas
primitivas a travs de las artes plsticas hasta llegar a nuestros das.
El arquetipo femenino, en particular la Gran Madre, que existe en todas
las culturas, nos proporcion un material de fondo para nuestro estudio,
aunque no habla en detalle de los dos personajes de los cuales nosotros
nos hemos ocupado: la Ciudad y el Desierto. Sin embargo, nos ayud para
desarrollar nuestra propia aproximacin a la novela.
La parte cntrica de nuestro trabajo fue la Ciudad y el Desierto, como
personificaciones alegricas, aspectos negativos ambos del arquetipo
femenino/Madre Terrible. Para ello describimos estos dos elementos
personificados a travs de sus configuraciones alegricas: la Ciudad como
alcahueta coquetona, damisela descocada, diosa de la tomada y diosa
mitolgica; y el Desierto como vieja arrugada, mujer estril, de
venas varicosas, madre sin tetas y mar disecado. Estudiamos tambin
los motivos relacionados al principio femenino, como la luna, el sol, las
estrellas y el vientre de la noche, por una parte; y el mar, los lagos,
los ros, las nubes y todo lo que tiene que ver con el agua, por otra.
Estos motivos, de una manera u otra, estn relacionados y controlados
literalmente por el principio femenino en su aspecto negativo. Por fin,
asociado al mismo principio femenino, y como configuracin de ste,
tratamos la forma y figura cncava y convexa, como smbolos de la parte
gentica de la Gran Madre. Esta forma ovalada, que abunda sobremanera en
el texto narrativo, la estudiamos en el presente anlisis en una manera
escalonada. Partimos del inconsciente colectivo, al nivel psicolgico,
analizando los sueos, enfatizando la forma circular de los mismos.
Despus, y pasando al mundo externo, ordenamos las concavidades y
convexidades de acuerdo a la magnitud y tamao de las mismas. La forma
ovalada del cosmos aparece como un vientre nocturno en donde la luna/sol
funge como ombligo y las nubes y la polucin del aire o atmsfera como la
placenta. A un nivel ms bajo y reducido, aparece el desierto con sus
dunas/pechos y planicies/vientres disecados. El tercer escaln, ms
reducido en tamao, viene representado por la ciudad, ella misma situada
en un valle, garganta u hondonada cncava/vientre que, al mismo tiempo,
asciende como un promontorio de edificios, dndonos la impresin de la
convexidad/vientre. La ciudad misma contiene un sin nmero de
continentes/antros o recintos simulando pequeos vientres y entraas
en donde, en lugar de elaborar vidas humanas, los usa para engullirlas y
devorarlas. Y aqu radica el resultado a que hemos llegado en nuestro
anlisis: el principio femenino del arquetipo de la Gran Madre, bajo su
aspecto negativo/la Madre Terrible, es la devoradora de los hombres.
Momentos antes hablamos dicho que, aunque nuestro estudio -conformndose a
la realidad literaria- presenta un resultado pesimista y negativo, no
obstante en el texto narrativo de que nos ocupamos hay vislumbres del
aspecto positivo y optimista que aparece salpicado aqu y all por medio
de sueos y delirios semiconscientes. Bien que no sea aplicable de
inmediato, Neumann nos dice, hablando del sacrificio de los guerreros en
tiempo de los Aztecas -en donde los soldados eran traspasados por una
flecha- que el ritual en el culto del dios desollado Xipe a los
prisioneros se les mataba con flechas, simbolizando as la unin sexual
con la tierra. En otras palabras, el inseminar/fertilizar son idnticos, y
la muerte representa fecundacin (Neumann, Mother, 194).
Esta cita nos indica que la muerte no es un trmino negativo absoluto,
sino que, en el contexto del principio femenino, resurge y se transforma
en principio vital o de fecundacin. Traemos a cuento este pasaje para
inculcar que, si bien en el cuerpo del texto literario y nuestro anlisis
conducen a una impresin pesimista, sin embargo, tanto Neumann como Mndez
nos dan indicios de que lo negativo puede cohabitar con lo positivo. De
modo que en la novela Peregrinos de Aztln hay pasajes que nos
proporcionan rasgos de esperanza. Por ejemplo, es interesante notar que
cuatro de los personajes principales, antes de morir, se encaran e
identifican con la imagen del nio (Jung, Psyche, 113-132), implicando as
una especie de reencarnacin o metempsicosis circular. Por otra parte,
hacia el final de la novela, y en un sueo semiproftico, el narrador ve
una futura Repblica de los chicanos (101) en el desierto de Sonora:
Yuma/Madre Terrible, en donde, por medio del regado, algn da el cabello
de los indios/espaldas-mojadas/chicanos se convertirn en csped y
vegetacin llena de clorofila, es decir, habr una especie de resurreccin
y vuelta al Paraso, como nos indica Mircea Eliade, en su libro The Myth
of the Eternal Return.
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