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La Danza en Trance

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LA DANZA EN TRANCE

Erika Bourguignon
Desde el punto de vista del observador cientfico, ms que del principiante o creyente,
podemos hablar del trance en trminos algo diferentes. Podemos definirlo como un
estado de conciencia alterada: es decir, un estado en el cual ocurren uno o varios
cambios psicolgicos y fisiolgicos; un cambio de la percepcin del tiempo y las
formas, de los colores y brillos, del sonido y movimiento, de los gustos y aromas, un
cambio de sensacin del propio cuerpo, de sensaciones de dolor, calor o fro, de tacto:
un cambio de memoria o de las nociones de la propia identidad. Dichos cambios
pueden durar perodos de tiempo ms o menos largos, pueden ser de mayor o menor
intensidad, pueden ser frecuentes o raros e incluso un acontecimiento nico en la vida
del individuo. Pueden ser experiencias fugaces a las que no se da o se da poca
interpretacin o valor cultural; pueden ser sucesos terribles de grandes proporciones.
O pueden ser apreciados y cultivados intencionalmente como un medio de llegar a la
suprema experiencia del ser o a los poderes del universo.
El lector reconocer entre estos comentarios algunos de los efectos atribuidos a las
drogas alucingenas. Todo el cuerpo de los estados de conciencia ha adquirido en los
ltimos aos una fascinacin popular y una aureola de familiaridad. Pero las
drogoslo son una de las muchas maneras de alcanzar dichos estados. Se han buscado
o temido y evitado; se les han dado explicaciones culturales y han sido tratadas de
manera ritual en muchos cientos de sociedades durante miles de aos. El
<<movimientos psicodlico>> y <<la experiencia psicodlica >> de los Estados Unidos
de hoy solamente representan una variante local, especial, de una tema principal de la
cultura humana.

Si bien los estados de trances pueden ser provocados por drogas (y a menudo lo son),
en el contexto ritual estos mtodos son tpicos de los indios sudamericanos y de
algunos pueblos de Norte de Asia. Donde se utilizan las drogas el objetivo ser tener,
comunicarse con los espritus, obtener poderes especiales, enviar el alma en bsqueda
de algn objeto perdido o traer de regreso el alma secuestrada de los enfermos. Sin
lugar a dudas el chamn siberiano o sudamericano enva a su alma << a un viaje >> (y
no nos encontramos muy lejos del trmino hipyy: << hacer un viaje>>). En otros
lugares, particularmente en frica y entre los descendientes de africanos de los pases
americanos raramente se hace uso de las drogas con este propsito. Ni tampoco se
usan los estados de disociacin para lograr visiones o introspecciones, por lo general.
En lugar de ello son ocasiones ceremoniales pblicas en que los individuos disociados
se consideran posedos por ciertos espritus y actan siguiendo el comportamiento de
estos espritus. Generalmente se tocan los ritmos musicales asociados con un espritu
dado o grupo de espritus y los individuos en trance bailan los pasos caractersticos y
movimientos tpicos de los espritus. Pueden estar vestidos adecuadamente para la
ocasin, frecuentemente con trajes muy elaborados; pero de manera significativa,
generalmente no portan mascaras mientras representan a los espritus.

Como la mscara, el fenmeno de posesin por trance se encuentra ntimamente
relacionado con la danza. Sin duda es sta la clase de trance (o estado de disociacin)
que se relaciona ms frecuentemente con la danza. El trance sin posesin,
particularmente la variedad producida con drogas, es esencialmente una experiencia
pasiva, subjetiva y privada, incluso cuando ocurre a varias personas al mismo tiempo
o a una persona en presencia de otra. Probablemente el efecto de la droga alterar la
percepcin del sonido, de la msica y del ritmo y limitar ms o menos severamente la
ejecucin controlada, coordinada y disciplinada de los esquemas de movimiento. Esto
en si mismo tendra a dificultar las actuaciones de danza. El trance por posesin, con
su nfasis en la representacin, constituye un fenmeno pblico, activo, objetivamente
demostrado. Requiere un auditorio no solo para dar validez a la experiencia. Sino
tambin, en la mayora de los casos, para producir en primer lugar. Adems, el trance
por posesin en ocasiones puede ser ms significativa para el grupo que lo observa
que para el individuo que lo experimenta; esto resulta particularmente cierto cuando,
como es caso frecuente, el sujeto no recuerda la experiencia. La danza y la msica que
lo acompaa pueden utilizarse para iniciar la disociacin o, en el lenguaje de los
creyentes, para <<invitar>> a los espritus; o bien la danza puede ser el movimiento
caracterstico del espritu. O tambin, cuando hay que desalojar a los espritus, lo que
obliga al individuo en a danzar hasta la extenuacin, hasta la inconsciencia, la danza
puede ser el mtodo perfecto para exorcizar o extraer al espritu ajeno, interferente y
posesivo.

Danza, msica, palmas, cantos, disfraces, la presencia de un auditorio expectante y
participante, un escenario ritual, un lugar y tiempo apropiados; todo esto se adapta
idealmente a producir tanto la provocacin de la disociacin como los resultados
teraputicos del ritual. Obviamente, la expectacin y la sugestin tienen una gran
importancia para producir los anteriores. La msica, con su intensidad y frecuencia
crecientes, facilita el movimiento rtmico y tiene un claro efecto fisiolgico en s
mismo: puede ayudar a liberar al danzante de parte de su responsabilidad sobre sus
movimientos y acciones. Pero tambin puede tener un efecto fisiolgico sobre el
cerebro ayudando a provocar la disociacin. La danza misma contribuir a provocar
una alteracin de los modos de respiracin; pueden producir hiperventilacin y, si
este se prolonga, extenuacin parcial, las cuales a su vez facilitan la disociacin. Otro
factor significativo, sin embargo, puede encontrarse en los frecuentes contornos y
giros de los movimientos circulares y de rotacin. Estos tienden a afectar el sentido del
equilibrio produciendo mareos.

Pueden experimentar disturbios del equilibrio con prdida del control sobre el cuerpo
y, en consecuencia, sobre el ser entero. Pueden indicar la incipiente prdida de la
conciencia. Si adems se cree que un disturbio del sentido del equilibrio es una fase
preliminar de la posesin, ser <<montado>> por un espritu como se dice
frecuentemente, entonces esto en s contribuir a la posibilidad del trance.

As pues, existen muchos tipos de formas ritualizadas y ejemplificadas de trance;
existen muchos tipos de creencia en posesiones por parte de espritus; de hecho varios
de dichos tipos de trance y posesin por espritus pueden coexistir dentro de la misma
sociedad o en diferentes segmentos de la misma sociedad. Cuando se interpreta el
trance en tanto que efecto de la posesin por un espritu y cuando las posesiones por
espritus encuentran su expresin en estados de trance, entonces probablemente
tambin encontraremos un lazo de unin entre trance y danza. El trance sin posesin
utiliza menos frecuentemente la danza como vehculo de expresin y es menos
probable que lo haga cuando se emplean drogas alucingenas. Cuando tiene lugar un
trance por posesin el individuo en trance encarna al espritu pero es poco probable
que utilice mscaras entre sus accesorios.

Los estados de disociacin ritualizados y formalizados se encuentran por todo el
mundo, se les da una gran variedad de interpretaciones culturales y residen en
muchas instituciones, costumbres, tradiciones y practicas diferentes, la mayora de las
cuales son de naturaleza religiosa. La misma amplia distribucin de estos estados
entre los pueblos de la tierra surgira que son muy antiguos. No podemos trazar sus
orgenes en los casi dos millones de aos de historia evolutiva del hombre y especular
sobre estos orgenes seria mas bien intil

Sin embargo, si somos ms modestos en nuestros objetivos y miramos el abanico de
cinco mil aos de historia escrita, nos encontramos con muchos ejemplos antiguos de
danza esttica que aplicaban experiencias de disociacin y, a menudo bastante
explcitamente, una declaracin de fe en una posesin o unin sobrenatural con la
divino. Nuestra propia tradicin occidental tiene sus races ms profundas en el
mundo mediterrneo de los judos y griegos y encontramos lo que estamos buscando
en ambas tradiciones. Por ejemplo, la Biblia nos dice (Samuel 1, 10) que Sal viaj en
compaa de profetas extticos. <<Y David danz frente al Seor con todas sus
fuerzas>> (Samuel II, 6). David brinc y bail extticamente ante el Arca de la
Alianza al tiempo que l y sus hombres tocaban instrumentos como arpas y salterios,
adufes, cornetas y platillos. El comportamiento exttico y disociado, las visiones y las
voces, aparecen a lo largo de toda la Biblia. Tanto en el Antiguo Testamento como en
el Nuevo. Las sectas danzantes y las epidemias danzantes de la Edad Media y las
procesiones danzantes que tienen lugar hoy en da en Blgica y Luxemburgo
constituyen reminiscencias de estas tradiciones y prcticas bblicas. Lo mismo que las
danzas extticas de los hasidim entre los judos de Europa Oriental, que inspiraron la
coreografa de El violinista en el tejado. En todas estas danzas existe un elevado
sentido de participacin de los poderes msticos de la deidad. Todos nuestros ejemplos
se refieren a danzas grupales, a formas de misticismo colectivo. Aqu no hay actuacin
de los personajes de los diversos espritus especficos, despersonalizacin ni papel a
interpretar, ya que solamente existe un Espritu y todos comparten Su poder.

Sin embargo, el trance por posesin parece haber tenido un papel importante en la
otra corriente cultural antigua: la vida religiosa de la Grecia antigua. Los cultos de
Dionisos y de las coribantes los conocemos slo someramente gracias a algunas pocas
referencias fragmentarias de lo que nos queda de literatura e iconografa griegas. No
obstante sabemos que el culto de Dionisos, que dio lugar a la creacin del teatro en su
forma clsica, tambin implicaba trances peridicos de los seguidores del dios. Existen
todas las razones para creer que Las Bacantes de Eurpides, contiene un fuerte
elemento de variedad histrica en su representacin de los frenticos estados de
disociacin de las mnades. La pintura y escultura griegas ofrecen ejemplos de los
movimientos y rostros de las mnades en trminos muy claros. Las pocas referencias
que tenemos acerca de los rituales coribnticos nos relatan danzas y msica especiales
de cada espritu que se invocaba y la utilizacin de estos ritos espirituales en el
tratamiento de la <<mana>> o locura

No sabemos con certeza si los antiguos cultos griegos tienen alguna conexin con otras
diversas danzas extticas de la cuenca mediterrnea de tiempos posteriores: el
tantrismo y otras relacionadas con l en Abulia, Cerdea, Espaa y Provenza; el culto
del zar de frica del Noreste; los cultos stambuli o bori de Tnez, Argelia y Marruecos
y varios otros. An as, las ocasiones de contacto entre grupos de antecedentes
culturales diversos a todo lo ancho de la regin fueron numerosas. Se sabe que el
cristianismo incorpor varios elementos griegos y paganos, ayudando as a su
difusin. Sin embargo, por fascinantes que puedan parecer dichas especulaciones
acerca de posibles contactos, corremos el riesgo de llegar con este tipo de adivinanzas
a conclusiones infundadas y, por ello, intiles. Podemos aprender ms observando los
ejemplos concretos de los pueblos contemporneos que podemos estudiar de primera
mano, observando sus actividades y descubriendo a travs de sus propias
declaraciones qu es lo que estas actividades representan para ellos.

Podemos decir con cierta certeza que la danza exttica. La danza relacionada de
alguna manera con los fenmenos del trance, se encuentran muy extendida y
constituye, sin duda alguna, un elemento ritual muy antiguo. Aparece en muchas
formas y toma muchos estilos culturales, incluyendo una variedad de estilos de danza.
Tambin esta conectada con gran variedad de creencias y de prcticas sociales y
rituales. Sin embargo, a fin de poner un poco de orden entre nuestro material
podemos distinguir dos tipos bsicos de danza exttica: el utilizado como vehculo
para alcanzar estados msticos y el utilizado en la puesta en escena ritual de una
interpretacin
El trance visionario

La danza que se emplea para producir estados msticos es un fenmeno tpicamente
grupal. En los intentos individuales encaminados a alcanzar tales estados, la danza
parece ser raramente utilizada y se da preferencia a otros mtodos. La danza puede
encontrarse en este contexto en varios aspectos de las tradiciones juda, cristiana y
musulmana. La encontramos, en el antiguo Israel, en las descripciones de Sal y de
David; y en el pasado reciente entre los hasidim. Una interesante adaptacin secular
de dichas danzas exttica y contornearte en crculo de los pioneros israels. Es secular
ya que no haya ninguna implicacin de sobrenaturalsimo en esta intensa experiencia
de abandono personal. Ms bien se trata de una reafirmacin quinestsica del grupo,
de la pertenencia y de la primaca del grupo sobre el individuo. La hora es inartificio
para llegar a la experiencia de la intensificacin de la identidad de grupo, del fervor y
de la devocin. Se dice esto de manera bastante explicita en algunos de los textos de las
canciones altamente rtmicas y montonamente repetidas que acompaan y
estructuran la danza:
Hora ali, ali
Esh hidliki belibi
(Hora, levntate, levntate,
prende una hoguera en mi corazn)

En el cristianismo encontramos danzas extticas en las sectas danzantes y en las
manas danzantes de la Edad Media y en las procesiones danzantes de nuestros das.
Existe una tendencia hacia este tipo de conducta tambin en el canto, las palmas y el
taconeo que puede verse en algunas iglesias pentescostales de los Estados Unidos (con
fieles negros y blancos) junto con otras manifestaciones de xtasis como hablar de
varias lenguas (glosolalia), curaciones milagrosas e incluso la cada y prdida
temporal de la conciencia. Un revival en una tienda del Medio Oeste o del Sur de los
Estados Unidos es un buen lugar para observar estas prcticas.
Entre las sectas cristianas para quienes la danza exttica grupal era parte esencial del
culto, tenemos que mencionar a los shakers (los temblorosos), que florecieron en los
Estados Unidos en el siglo XIX. Igualmente, tipos pronunciaos de danzas extticas
grupales asociadas con el recibimiento del Espritu Santo pueden ser halladas entre
varias iglesias cristianas de las Indias Orientales, grupos que tienen su fundamento (al
menos parcialmente) en las tradiciones del metodismo. Entre ellos existen grupos que
se conocen como los bautistas espirituales en Trinidad y en la isla de San Vicente y
grupos emparentados en Jamaica y Hait. A algunos de ellos, como los grupos de San
Vicente y Hait, tambin se les conoce como shakers (lo que produce una ligera
confusin terminolgica), lo mismo que sucede con ciertas iglesias cristianas de indios
de los estados noroccidentales de los Estados Unidos.
Mi colega, Jannette H. Henney estudi el comportamiento en trance de los shakers de
San Vicente con gran detalle.
Tras describir cmo individuos solo pueden caer en trance durante las largas horas de
himnos y sermones, durante las cuales se lleva el ritmo con las palmas y tacones, pero
en las que no se utilizan instrumentos, nos dice acerca de un segundo nivel, ste
grupal, de disociacin:<<No solamente se mantiene el sonido de la respiracin a un
tiempo preciso sino que se despersonalizan y unifican los esquemas de movimiento de
manera que cada persona reproduce el mismo movimiento>> <<Cada persona
estaba doblada por la cintura, con las rodillas dobladas, y se balanceaban hacia arriba
y hacia abajo simultneamente, llevando el ritmo.>> Ms tarde los individuos en
trance <<no bailaban ni murmuraban ( sino que) producan gruidos, suspiros y
gritos en profusin.
(Ellos) parecan sobreexcitados y quiz sin aliento a causa del esfuerzo. Era una
escena de confusin>>11.
Los llamados <<derviches contorneantes>> (de Turqua) tienen una distribucin muy
amplia y dichas rdenes o hermandades se encuentran dentro de un gran arco que va
en la costa atlntica de frica del Norte hasta Malesia e Indonesia.
Sus prcticas msticas conllevan la repeticin (en ocasiones cientos de veces) de la
formula de oracin del dhikr. Estas repeticiones son llevadas a cabo al unsono por un
grupo de hombres que responden con cnticos a un lder; las respuestas van
acompaadas de los tpicos movimientos rotatorios y rtmicos del tronco (si no de
danza y contorneo reales) y de una inspiracin y expiracin caractersticas. El ritmo
del cantico y los movimientos se van acelerando, primero lentamente y luego ms y
ms rpido. Muchos de los participantes, si no todos, pueden alcanzar estos msticos y
caer en trance.
La finalidad de todas estas prcticas es alcanzar la unidad con lo divino, lograr un
estado de esperanza reforzada, un sentimiento de liberacin, de salvacin, de euforia
sagrada.
Te hace <<sentir bien>> o <<sentir feliz>>, como dicen en los Estados Unidos, en las
iglesias negras fundamentalistas o pentecostales. La experiencia es muy persona,
incluso ntima.
Pero se alcanza dentro de un escenario grupal, a menudo por un esfuerzo compartido
con los otros, ya sea de oracin y devocin, de cantos y danzas rtmicos u otros
ejercicios espirituales, y quiz mediante una combinacin de varios de ellos, lo que
sucede con frecuencia. Durante el periodo de disociacin hay un estrechamiento y una
intensificacin del campo de conciencia y, posteriormente, se experimenta un
recuerdo de una alegra y satisfaccin sublimes y frecuentemente inexpresables. La
experiencia puede terminar en un breve periodo de inconsciencia, como sucede con la
tpica cada al suelo de los revivals de tienda de los Estados Unidos.
Algunos movimientos mesinicos, as como algunas religiones establecidas, han hecho
uso de la danza exttica como mtodo para lograr experiencias msticas individuales y
colectivas. Por ejemplo, a finales del siglo XIX, un movimiento conocido como <<la
danza del espritu>> se extendi a travs de las tribus del Oeste de los Estados
Unidos
Trance, danza y cambio social
A pesar de que el campo que hemos examinado es muy amplio, en realidad slo
constituye un segmento de una zona mucho ms amplia de experiencia, actividad y
credo. Cul es entonces la relacin entre la danza, por un lado, y los estados
alterados de conciencia, sean estos trances o trances por posesin, por el otro? La
danza, como ya hemos indicado, parece tener dos puntos principales de contacto con
dichos estados: uno, en tanto que medio para provocarlos; y dos, en tanto que medio
de jugar el papel descrito previamente durante tales estados. En los trances
visionarios el primero parece ser el ms frecuente, mientras que en los estados de
trance por posesin ambos parecen ser de importancia y relevancia similares. El
comportamiento del espritu que se supone posee al individuo en trance, en particular,
puede implicar rasgos coreogrficos caractersticos.
Resulta claro que las expectaciones del grupo que tienen lugar estos fenmenos (los
espectadores as como los individuos en trance mismos, sus creencias respecto a las
personas en trance) son de gran importancia para el verdadero comportamiento que
se mostrar. Estas expectaciones y creencias estructuran el comportamiento de los
individuos en trance; actan de manera similar a las rdenes que el hipnotizador da a
sus sujetos. Todo esto indica qu variable es el comportamiento bajo trance; hasta qu
punto es modificado y estereotipado por las tradiciones especificas. Esto indica el
significado del aprendizaje cultural en la medida en que afecta a este comportamiento
a menudo espectacular y extraordinario (presumiblemente a menudo sobrehumano o,
al menos, no humano) de los individuos disociados. Hay que subrayar, por lo tanto
que a pesar de las innovaciones y embellecimientos e idiosincrsicos que puedan sufrir
cualquier situacin ritual, dichos trances y trances por posesin son, antes que nada,
presentaciones y representaciones y experiencias culturalmente estilizadas.
Podemos enfocar todo el asunto desde otro punto de vista: podemos considerar la
danza exttica como una experiencia psicocintica del danzante y como una
experiencia esttico religiosa de los espectadores. Puesto que incluye a ambas,
cualquier intento de realizar un anlisis completo de lo que est ocurriendo debe
tomar en cuenta ambos aspectos de la situacin.
El danzante sufre cambios psicolgicos y fisiolgicos de resultas de varios factores de
la situacin: la actividad de la danza misma con sus movimientos estilizados y, por lo
general, rtmicos; extenuacin y a menudo hiperventilacin; hay una modificacin de
varios tipos de experiencias sensoriales, como el equilibrio y la orientacin espacial;
hay una intensificacin y un estrechamiento de la atencin; hay una conciencia de los
objetivos de la danza y de las expectaciones relacionadas con esta conciencia; los tipos
de alteraciones de la conciencia y del comportamiento durante el trance, previamente
observados o experimentados, tambin tienen un papel. Un factor significativo lo
constituye el conocimiento de la identidad de las identidades que se van a representar
y de sus caractersticas especiales. Al mismo tiempo hay una liberacin de las
expectaciones normales de la propia identidad; una toma de conciencia de los
espectadores y de sus expectaciones; los efectos de la msica y de otros estmulos
sensoriales, como el aroma a incienso o al humo, el calor, la luz, los efectos de la
muchedumbre, el ruido.
La duracin de la fase de induccin del trance puede variar de unos pocos minutos a
varias horas. Esto depender tanto de la programacin tradicional de la actuacin
como del grado de habituacin del individuo en trance, entre una variedad de otros
factores. El trance mismo puede tener un impacto sobre el sujeto individual o actor
debido a una multitud de razones fisiolgicas; y psicolgicas; algunas de las
actividades del trance pueden ser accesos violentos o temblores prolongados, ataques
catalpticos de gran duracin, etc. Se ha dicho que estas actividades afectan a zonas
subcorticales del cerebro y que producen modificaciones significativas del
funcionamiento cerebral algo similares a las que se supone tener lugar bajo
tratamiento de electroshocs.
Tambin se han hecho analogas entre la experiencia de trance y la conversin
religiosa, por un aparte, y el lavado de cerebro, por otra; ya que ambos producen una
alteracin de actitudes, funciones mimticas, opinin y autoconcepto. Si estos
resultados deben atribuirse a factores fisiolgicos, psicolgicos o psicosociolgicos o a
la interaccin de varios de stos, est an por ver. Por ejemplo, puede ser que el
trance permita llevar a cabo impulsos prohibidos y reprimidos o provea una
oportunidad de ser, por una vez, alguien ms (quiz alguien importante), efectuando
esto en un escenario sagrado y protegido. Entonces puede tratarse de un tipo de
proceso psicosociolgico que produce una diferencia en el individuo, en su interaccin
entre otros y l, en vez de cambios neurolgicos, fisiolgicos o bioqumicos en el
cerebro.
Por lo que hace al espectador, entran en juego otros factores. Hay una excitacin y
expectacin aumentadas, producidas por la actuacin; la posibilidad de actuar
recprocamente con los individuos en trance y, an mas probablemente, con los
espritus mismos, de obtener su ayuda a travs de consejos, curaciones o bendiciones.
Existe la seguridad de la existencia de los espritus y de la veracidad de las enseanzas
religiosas que son demostrada de manera tan grafica por la presencia misma de los
espritus entre el pueblo en los casos de trance por posesin, y la posibilidad de
establecer contacto con ellos en caso de trance visionario. Y est demostracin es tan o
ms fuerte para los individuos en trance.
Existe la satisfaccin religiosa as como la satisfaccin prctica y esttica al asistir a
una de dichas actuaciones. Para el auditorio tambin hay la experiencia sucednea de
los poderes y emociones manifestados por los individuos en trance.
As pues, la experiencia de los actores y la de los espectadores es complementaria y
una carecera de significado sin la otra.
En muchas sociedades, los que son espectadores en un momento dado puedes ser
actores en otro y viceversa. Particularmente para los nios, las actuaciones
constituyen importantes experiencias de aprendizaje en las que se puede ver cmo se
comportan los individuos en trance o los espritus.
Para efectuar un estudio completo de la danza exttica, para entender sus funciones y
significados, no debemos detenernos aqu. Debemos intentar ver de qu manera se
adapta la danza exttica al tejido superior de la sociedad que estamos observando.
Son similares o diferentes individuales? Qu individualidad o estereotipo
encontramos en ella? Quines son los participantes en el ritual? Actores y
espectadores por igual? Pertenecen al mismo o diferentes sectores de la sociedad?
Representan a la sociedad entera o solamente una seccin de ella en particular
(hombres y mujeres, personas de alto o bajo estatus, minoras de raza, casta o grupo
tnico, nativos o extranjeros, etc.)? Expresan las carencias representadas en estas
actuaciones las creencias de la sociedad en su conjunto o expresan solamente una de
ellas entre otras, quiz ideologas competitivas? Son estas creencias y ritos as como
sus practicantes, una fuerza conservadora, estabilizadora o revolucionaria? Ayudan
a mantener el sistema social o a cambiarlo, o su principal efecto consiste en ayudar a
los individuos a vivir los cambios que, de hecho, estn sucediendo?
En este contexto cultural puede decirse que la danza exttica expresa algunos aspectos
de la vida de una sociedad en trminos simblicos. Pero tambin lleva a cabo una
funcin dentro del mantenimiento o modificacin de una sociedad.
La danza exttica no parece jugar un papel importante en la vida religiosa formal de
los Estados Unidos. Y sin embargo, cualquier observador de las danzas
contemporneas de los adolescentes quedar impresionado por el carcter
intensamente disociado y exttico de esta actividad. La gente joven parece encontrarse
totalmente inmersa, extremadamente indiferente respecto del mundo exterior, excepto
por lo que hace a la msica, al <<beat>>.
Los movimientos de la danza son expresivos ms que comunicativos La satisfaccin
parece no solamente ser de sexo solitario, sino tambin una experiencia masoquista en
contacto con la msica. El alto nivel de ruido, el alto volumen de los sonidos, el calor,
al abultamiento, los efectos luminosos y el humo, todos contribuyen a montar el
escenario.
Como me lo describi una adolescente, hay una prdida del ser: <<Un momento
despus me dijo- yo ya no estaba ah. Slo haba danza y msica.
Y no pude detenerme hasta que termino la msica, aunque lo hubiera querido>>. La
danza exttica aparece aqu como un medio de liberar tensiones individuales, de
suministrar placer y dolor. Si se trata de sexo, no implica amor, una relacin con otro
ser humano.
Resulta claro que estamos muy lejos de los romances de mejilla contra mejilla de otros
tiempos. La individualidad, el aislamiento del individuo dentro de la multitud parece
ser el aspecto ms impresionante de este tipo de danza.
Supongamos que comparamos la danza exttica de las sociedades tradicionales con la
de los adolescentes de los Estados Unidos; supongamos que preguntamos todo lo que
esto nos dice acerca de la sociedad y de lo que hace por la sociedad. En las sociedades
tradicionales, la danza esttica liga al individuo (y a travs de l, frecuentemente al
grupo) con las fuerzas del universo. La danza de los adolescentes es completamente
secular y no conduce a esta intensificacin religiosa. Tan solo concierne al individuo y
no al grupo. La danza exttica tradicional tiene propsitos de culto, de terapia, de
alivio para el individuo, el grupo y, a veces, para el mundo entero. La danza de los
adolescentes es un fin en s mismo. La sociedad tradicional tiene una orientacin
grupal; las acciones del individuo reflejan y cooperan con los fines del grupo. La
sociedad americana perece confiar ampliamente en multitudes anmicas en las que el
individuo trata de encontrar un lugar mediante la bsqueda de su propia satisfaccin
y mediante el establecimiento de una conexin ms o menos imaginaria con las figuras
del poder o los smbolos de la autoridad. Los msicos juegan ese papel para los
danzantes. Aqu se expresa un tema adems del sexo y la violencia, de la soledad y el
autocentrismo, del anonimato y la bsqueda de un lazo de identidad; se trata de la
revuelta de los jvenes contra la generacin de sus padres, a quienes consideran un
freno y una mutilacin.
Dicho anlisis puede conducirnos a otro campo y requera una observacin detallada
de la sociedad estadounidense contempornea. En vez de considerar esta danza
exttica del rock como una moda pasajera, deberamos ver en ella la expresin de
varios temas importantes de la sociedad estadounidense y deberamos preguntarnos
cules son sus implicaciones respecto a los cambios que estn ocurriendo en esta
sociedad. Quiz no sea necesario decir de nuevo que la danza exttica no puede ser
comprendida en toda su extensin aisladamente, en trminos puramente estticos o
culturalhistricos. Constituye una forma vital en la expresin humana dentro del
contexto de conjuntos culturales particulares y ms amplios. Debe considerarse en
cada caso dentro de un conjunto cultural y, an as, debemos ser conscientes de que
no representa una mera invencin local, sino una utilizacin local de una capacidad
humana universal que ah sido utilizada en muchas sociedades a lo largo de la historia
humana.

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