El documento discute la percepción y comunicación en el contexto de las relaciones educativas. Examina el funcionamiento de la relación entre maestros, alumnos y el grupo de clase, y cómo cada rol forma parte de un sistema interdependiente influenciado por factores como la sociedad y las expectativas de los iguales. También explora cómo los alumnos están atraídos tanto por la influencia del maestro como por la de sus compañeros, y cómo buscan ganar estatus dentro de ambos grupos.
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El documento discute la percepción y comunicación en el contexto de las relaciones educativas. Examina el funcionamiento de la relación entre maestros, alumnos y el grupo de clase, y cómo cada rol forma parte de un sistema interdependiente influenciado por factores como la sociedad y las expectativas de los iguales. También explora cómo los alumnos están atraídos tanto por la influencia del maestro como por la de sus compañeros, y cómo buscan ganar estatus dentro de ambos grupos.
El documento discute la percepción y comunicación en el contexto de las relaciones educativas. Examina el funcionamiento de la relación entre maestros, alumnos y el grupo de clase, y cómo cada rol forma parte de un sistema interdependiente influenciado por factores como la sociedad y las expectativas de los iguales. También explora cómo los alumnos están atraídos tanto por la influencia del maestro como por la de sus compañeros, y cómo buscan ganar estatus dentro de ambos grupos.
El documento discute la percepción y comunicación en el contexto de las relaciones educativas. Examina el funcionamiento de la relación entre maestros, alumnos y el grupo de clase, y cómo cada rol forma parte de un sistema interdependiente influenciado por factores como la sociedad y las expectativas de los iguales. También explora cómo los alumnos están atraídos tanto por la influencia del maestro como por la de sus compañeros, y cómo buscan ganar estatus dentro de ambos grupos.
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PERCEPCION Y Comunicacin
POSTIC, M. EL funcionamiento de la relacin, en: La relacin educativa Narcela,
Madrid, 1982.p. 77-96 en: UPN, Antologa, grupo escolar, Mxico, 1992, p. 51-62.
POSTIC, M. El funcionamiento de la relacin, en: La relacin educativa. Madrid, Narcela, 1982, pp. 77-96.
Tcnicas y tcticas grupales Por las observaciones del captulo precedente, vemos que sera ilusorio estudiar la relacin educativa restringindola a las relaciones entre maestro y alumno. En la vida en clase se encuentran presentes un conjunto de factores que actan sobre la escuela. Todo roll, el del enseante, el del alumno, forma parte de un sistema de roles interdependientes, donde tanto los padres como la administracin escolar tienen su puesto. Si el rol es modificado- y esto no puede provenir, en Francia, ms que de la institucin, la estructura de roles cambia. Quisiramos modificar el cometido del alumno? La evolucin del rol de enseante, de los administradores del establecimiento, de los padres en la escuela, tendra que seguir. Adems, las relaciones en el interior e la escuela, estn afectadas por la naturaleza de las relaciones en la sociedad. Se constata en los Estados Unidos hasta qu punto la cuestin de las relaciones entre negros y blancos repercute en la escuela; en Francia, el hecho se hace observable en las clases donde estn los nios de una ciudad vecina con una minora o una mayora de hijos de trabajadores emigrantes. De todas formas, para el estudio del funcionamiento de la relacin, examinaremos ms especialmente lo que ocurre en el marco del grupo de la clase. La relacin del maestro y los alumnos est afectada por la presencia activa del grupo de iguales tanto como por el tipo de intervencin del enseante. Las expectativas, los juicios, provienen del enseante y tambin del grupo de iguales; el comportamiento de tal alumno est determinado tanto por lo que l percibe de sus compaeros como por lo que l percibe del enseante. Cada alumno, por los procesos de interaccin mide la importancia que los dems le conceden en una determinado rol, en una situacin particular. Si un alumno es estimulado dotado o lento, normal o neurtico, tiene un status en el seno del grupo. Dado su status y las expectativas de rol con respecto a l, se establecern entre l y los dems otros medios especficos de comunicacin. El enseante, el alumno y el grupo de la clase Las caractersticas del grupo de la clase definidas habitualmente por las obras de pedagoga, pueden resumirse de la siguiente forma: el grupo-clase es un grupo de interaccin directa, porque sus miembros tienen una influencia los unos sobre los otros. Es un grupo de trabajo organizado con la finalidad de un cierto objetivo y no un grupo ldico, es un grupo formal, puesto que los miembros han sido designados para constituir un grupo, que ellos no son escogidos y que la estructura ha sido impuesta por la institucin. L. Herbert 1 distingue cinco constantes en la situacin formal del grupo de la clase, que no rene voluntarios, sino nios o adolescentes escolarizados: 1 Un solo individuo adulto, el enseante; 2 En relaciones regulares, 3 Con un grupo, 4 Nios o adolescentes; 5 Cuya presencia es obligatoria H. Giriat 2 aade; 6 Estn reunidos con la finalidad de instruirse (sin esa finalidad no tendramos nada que hacer en clase); 7 En un medio funcional equipado para ensear, la escuela. Recordemos que el grupo de la clase tiene que considerarse en una dimensin sociolgica ms amplia, que debe ser colocado en el marco regional, local, en el marco del establecimiento (sectores nobles, clases de dbiles, etc.) Los factores socioeconmicos y culturales, que influencian a los sujetos del grupo, condicionan la naturaleza de las interacciones en cantidad y calidad. Algunos subgrupos se forman a veces sobre la base de la presencia a un ambiente familiar caracterizado. El grupo de la clase, organizado para permitir un proceso educativo, sobre todo funcionando segn un cierto nmero de reglas, se compone del grupo de alumnos (grupo de iguales) y del enseante. La clase no existira sin la presencia de este individuo nico en su especie que es el maestro. He aqu una de las paradojas de la situacin escolar: el profesor nunca ser un miembro integrado en el grupo de alumnos, sino un miembro totalmente distinto del grupo de la clase 3 . El grupo de iguales puede en ciertos momentos incluir o excluir al enseante en un objetivo determinado, pero el enseante queda caracterizado por su funcin institucional, incluso si sus roles se diversifican segn la opcin pedaggica que adopta. Es quiz la estructura informal la que espontneamente se da en el grupo de alumnos, independientemente de la institucin y del enseante- la que caracteriza el grupo-clase, con sus reglas propias para regir la integracin de los sujetos, la coordinacin de los roles, las relaciones con el enseante. La cohesin del grupo de la clase podr realizarse con el profesor; si ste propone tareas en las cuales cada uno se siente implicado, facilitar el establecimiento de una estructura de roles, o se rebelar contra l, en el caso contrario.
1 HERBERT, I. en AR:P 1966, pag. 39. 2 GIRIAT, H. Pars 1970 3 Ibid Cada alumno se sita con relacin al enseante y con relacin a sus iguales. La relacin que tiene con el enseante nunca es una verdadera relacin cara a cara, porque el tercero el grupo de iguales-, aunque silencioso, acta por su presencia. Es de una forma informal , en los grupos de iguales, entre los mismos de la misma edad, como el nio conoce los roles importantes. Es ah donde aprende a ajustar sus necesidades, sus demandas al comportamiento de los dems; modela su comportamiento sobre conductas que parecen consideradas all como apropiadas, aprende las prcticas de la infancia, las reglas sociales de sus iguales apenas mayores que l. Su influencia comienza antes de la escuela y los valores, las normas, las expectativas reunidas a su contacto, entran en conflicto, en competencia con las de la familia. Es bien conocido que ciertas conductas legalizadas en el interior de la familia son, frecuentemente, en algunos momentos, incompatibles con las que son acreditadas en el grupo de iguales. El alumno, en la relacin educativa, es, pues, atrado por dos influencias, las del enseante y la de sus iguales. Segn su edad, segn la presin de los valores que son los de sus compaeros de la misma edad, segn el atractivo de lo que ofrece el enseante, adopta uno u otro de los modelos ofrecidos. Los investigadores, americanos han analizado las fuentes de prestigio del nio y del adolescente entre sus iguales. Segn ellos, en la escuela elemental, los criterios escolares predominan y el alumno ve en la escuela el medio de adquirir un status; en la enseanza secundaria, los factores personales y sociales pasan a primer lugar, y el alumno sufre ms la influencia del juicio de sus iguales. En este nivel, los organizaciones informales, paraescolares (deportivas, etc.), permiten al alumno ganar o perder prestigio; incluso los alumnos que tienen buenos resultados escolares se apartan de los objetivos acadmicos para adquirir prestigio cerca de los iguales por medio de empresas extraescolares, hasta el punto de que algunos de ellos, aun estando dotados, abandonan el trabajo escolar para cambiar de actividad 4 . Ciertamente las condiciones sociolgicas americanas son diferentes de las que nosotros conocemos en Europa, pero este anlisis nos hace constar que la estructura social del grupo de la clase proviene del encuentro entre la configuracin formal que surge de los juicios del enseante y la configuracin informal, nacida del grupo de iguales. Cuando un adolescente responde a unas ciertas preguntas del enseante, no a las preguntas banales planteadas para hacer descubrir o resolver un problema, sino a las que le implican personalmente, lo hace teniendo en cuenta valores y normas del grupo de iguales. A veces incluso, cuando se adhiere totalmente a la subcultura de un subgrupo cuyas normas son tales que la desviacin no es
4 GORDON. C. W. The social System of the High School. The Free Press, Glencoe, 1957. COLEMAN, J. S. Academy and the structure of competition, en Harvard educational the view, vol. 29, 1969, pags. 330-354. aceptada, se ve conducido a manifestar una actitud antagnica hacia el enseante y hacia lo que representa para poder continuar siendo aceptado en su grupo. Esta situacin, muy conocida en la educacin especializada, generalmente es ignorada en el terreno escolar tradicional. Los enseantes no se dan cuenta de la posicin de acuartelamiento del alumno, cogido entre ellos y sus compaeros. El adolescente ve en el grupo de iguales el medio de afirmar su independencia con respecto al adulto y los valores que representa y de ser reconocido socialmente segn otros valores, hasta el punto de que, algunas veces, no quiere ser promovido a cierto status formal por el juego de las notas escolares, su este status le conduce a ser excluido del grupo de iguales al que pertenece. Algunos autores, como Talcott Parsons 5 deducen consecuencias extremas de este anlisis. Segn l, la clase se estructura en dos fracciones, una que acepta el juego de satisfacciones y de prerrogativas conferidas por el rendimiento escolar y la funcin del enseante. La otra que prefiere centrarse sobre s misma (el grupo de iguales). Surgen tensiones porque el enseante atribuye prerrogativas a un grupo antes que a otro en el interior del mismo sistema. El autor indica que esta dicotoma estructural en el sistema escolar es la primera fuente de la dicotoma selectiva, puesto que se puede constar que la fraccin que reconoce al profesor como modelo social continuar sus estudios a un nivel ms elevado. Esta presentacin simplifica con exceso el proceso que se desarrolla en el grupo de la clase. La dicotoma no es tan aparente, al menos en Francia. El nio, el adolescente, puede tener varios grupos de referencia para categoras diferentes de valores unas veces utiliza ciertas normas de un grupo para juzgarse y juzgar a los dems, otras emplea normas de otro grupo. Algunos roles que provienen de diversos sistemas de referencia, pueden ser incompatibles. Para el adolescente tienen como resultado un conflicto de rol es que se traduce por un comportamiento ambivalente, a la vez, o sucesivamente, abierto o retrado, confiado o agresivo hacia el enseante, as como hacia sus iguales. En ese momento el comportamiento del profesor es decisivo para la evolucin del adolescente. Como consecuencia del comportamiento comprensivo o intransigente del enseante, el adolescente se sita con relacin a los unos y a los otros y hace una eleccin provisional. Su opcin raramente es definitiva en un determinado momento de su escolaridad, salvo en el caso en que se produzca una ruptura total entre l y los enseantes, tomada globalmente, en la medida en que stos representan un sistema competitivo que l rehusa del que l se sabe excluido definitivamente, porque ha elegido una rama sin porvenir escolar. En cada clase, a cada nivel, segn las interacciones en marcha entre el enseante y el grupo de la clase, en el
5 PARSONS. T. La clase como sistema social algunas de sus funciones en la sociedad americana, en GRAS. A. Textos fundamentales Sociologa de la Educacin. Narcea, Madrid, 2. Ed. 1980. grupo de la clase mismo, se operan desplazamientos de valores para cada alumno. La comunicacin entre el enseante y los alumnos Como la clase es un microsistema social, se la puede analizar de diferentes formas, por sus instituciones internas y las correspondencias con la institucin escolar, por las relaciones que el sistema mantiene con el exterior y su manera de repercutir en el interior y por su estructura de relaciones interindividuales Getzels 6
propone un modelo de anlisis que tiene en cuenta esas dos dimensiones interdependientes, la de las instituciones por el estudio de las reglas y de las normas colectivas, y la de los individuos, por el examen de las expectativas y de las necesidades personales. El estudio sistemtico de las interacciones permite buscar lo que ocurre a nivel operatorio (preguntas del enseante, del alumno, respuestas del alumno, intervenciones espontneas, etc.) y a nivel latente, sobre todo gracias a las expresiones afectivas (inquietud, inters, desinters, demandas afectivas, agresividad, etc.) Deduce la red de comunicacin, definida por el conjunto de circuitos de las comunicaciones organizadas y la estructura que aparece, es decir el sistema de relaciones entre los miembros del grupo tales como se establecen cuando ese grupo funciona en la organizacin prevista. El objetivo de esas observaciones metdicas es determinar las posiciones respectivas del enseante y de los enseados a travs del estudio de la estructura de comunicacin, circunscribir el modelo pedaggico y considerar la influencia ejercida por el enseante, qu normas introduce?, qu margen de libertad concede en la comunicacin?, etc. No olvidemos que se tiene que tener en cuenta el aspecto verbal de la comunicacin, comprendiendo la informacin y la manera de presentar la informacin y tambin aspectos no verbales de la comunicacin, porque cierta mmica, ciertos signos gestuales son indicadores de un estado, los ndices de una intencionalidad. Esas formas no verbales de expresin en el enseante, sonrisa, mirada, fruncimiento del ceo, mueca, movimientos de cabeza que aprueban o desaprueban, gestos de la mano y dedos que designan a los alumnos, invitndoles a expresarse, a detenerse, posturas corporales que indican sorpresa, expectativas, inters, decepcin, etc., son espontneamente descifradas por los alumnos en signos positivos, negativos o neutros. Estructura de las comunicaciones
6 GETZEL, J. W. En LINDZEY, G. Y ARONSON, E. Manual de psicologa social. Paidos, Buenos Aires, 1973. Si se anota sistemticamente en las clases quin habla, a quin se dirige ste, cul es la frecuencia de intervencin de cada uno, cul es la naturaleza de la intervencin, se obtiene a travs de esos aspectos verbales, la configuracin general de las comunicaciones. Las relaciones detalladas que se efectan en las clases de enseanza secundaria 7 establece que las comunicaciones estn centradas sobre el enseante; ste interroga a un alumno, que contesta, y a continuacin pasa a otro alumno. Ciertamente existen intervenciones espontneas de los alumnos (demandas de informacin, sugerencias; 2 por 100 en los liceos, 7 por 100 en los CES) 8 , pero van dirigidas nicamente al profesor. La proporcin de las intervenciones de los alumnos, con relacin a las del profesor es del orden del 35 al 36 por 100. En cuanto a las relaciones directas entre alumnos, llamadas tambin transversales o laterales, aunque sean frecuentes durante las actividades dirigidas en colegios de enseanza secundaria o en centros de enseanza tcnica, prcticamente nunca estn organizadas por el enseante en la leccin tradicional. La estructura de la comunicacin en clase est determinada por la red instituida? Esta pregunta importante ha sido ya objeto de investigaciones en psicologa social en marcos ms generales. En sus experiencias sobre los efectos propios de las redes de comunicacin, Bavelas y Leavitt 9 han querido neutralizar los factores individuales (personalidad, competencia) que podan actuar sobre la distribucin de la influencia en un grupo haciendo variar la naturaleza de la red organizada de las comunicaciones en el mismo. Los resultados de sus experiencias han demostrado que la forma de la red determina las oportunidades que posee un individuo de tener una parte ms o menos grande de influencia en el grupo. En una determinada organizacin, algunos sujetos detentan una posicin dominante que orienta la vida del grupo. Estas conclusiones han llevado a Claude Flament 10
a plantear las cuestiones de la adaptacin de la estructura de la red a la organizacin prctica de un trabajo dado. Para llevar una investigacin del mismo tipo, no en laboratorio, sino en el terreno escolar, es necesario efectuar numerosas relaciones de observacin codificada en numerosas clases del mismo nivel, en establecimientos diferentes y compararlas. Ahora bien, los trabajos que hemos citado demuestran que la aplicacin de un mtodo prescrito por las instrucciones oficiales, en el transcurso de las lecciones,
7 POSTIC, M. Lanalyse des actes pdagogiques des professeurs de sciences, en Los sciences de leducation pour lave nouvelle. Didier, Pars, 1971, pgs. 57-119; Observation objetive des comportaments. Tsis doctoral, Lille, 1973. 8 CES, Centros de Enseanza Secundaria 9 LEAVITT, H. J.: Qualques effets de divers resaoux de communication sur la performance d un group en The journal of abnormal and social psychology, vol. 46, 1951, pags., 38-50. 10 FLAMENT, Cl Reseans de communication et structures de groups Dunod, Pars, 1965. conduce al enseante a inscribir su accin en una distribucin constante de actos pedaggicos y a conformarse a un modelo: la red instituida determina efectivamente la estructura de la comunicacin. Un contraejemplo lo demuestra: cuando en los CES se han instaurado ciertos ejercicios pedaggicos bajo la forma de trabajos dirigidos y no de elecciones (por ejemplo en biologa), la estructura ha cambiado de configuracin; el enseante no se queda en un punto fijo para actuar; verbalmente, se desplaza, va hacia el alumno, se pone a su altura, le ayuda manualmente, individualiza su accin pedaggica y el alumno manifiesta mayor iniciativa (el 19 por 100 de emisiones espontneas sobre el conjunto de las intervenciones de los alumnos). La estructura de la comunicacin en clase no tiene oportunidad de cambiar ms que si la institucin ofrece al enseante la posibilidad de ejercer una accin pedaggica en el marco de una organizacin diversificada de actividades. En la enseanza profesional, el profesor suscita discusiones de grupo para el estudio de un trabajo prctico a realizar (proyeccin de trabajos), deja que se constituyan equipos para desmontar, reparar, montar una mquina, interviene cerca de cada alumno, en el momento en que ste realiza un trabajo. Sera preciso que el conjunto de los enseantes pudiera organizar de la misma forma actividades pedaggicas diversas aparte de la leccin adaptada a objetivos precisos. La comunicacin pedaggica, en lugar de reducirse a esquemas repetitivos de conductas, se abrira a formas diversas de intercambio. Esto se constata ya en la enseanza elemental, donde las instrucciones oficiales permiten amplias interpretaciones y donde existen innovaciones pedaggicas. Puesto que la estructura de comunicacin en clase est determinada por la red instituida, cul es el margen de accin personal que le queda al enseante, cul es la naturaleza de la originalidad de su relacin, comparada con la de otro enseante emplazado en la misma situacin institucional? Las diferencias entre los enseantes provienen del tipo de relacin que cada uno de ellos establece con el saber gracias a su dominio de la materia, gracias al significado que da a ese saber y tambin al estilo de relaciones que l mantienen con los alumnos. Lo que s es determinante es la manera que tiene de situarse y de situar a los alumnos con relacin al saber, es decir, de permitirles asumir roles en el descubrimiento del conocimiento. Sobre este ltimo punto, el anlisis de contenidos de las comunicaciones revela el modo de relacin que introduce el enseante. Caractersticas de las intervenciones del enseante G. Leroy 11 ha registrado sistemticamente las tcnicas de interrogacin empleadas por el profesor de la enseanza secundaria; belga preguntas amplias y abiertas, que permiten una eleccin entre las respuestas estimadas igualmente juntas, que dejan iniciativa a las gestiones, solicitan opiniones, preguntas estimulantes que incitan a seguir la investigacin, a expresarse con ms precisin, y preguntas estrechas, cerradas, que no admiten ms que una respuesta. El anlisis estadstico presenta un alto porcentaje de preguntas difciles, con relacin al nmero total de las dems preguntas (65 por 100 de aritmtica, 78 por 100 de lecciones de ciencias fsicas). Nos parece preferible otra tcnica de anlisis distinta de sta. Una pregunta puede ser abierta por la forma y cerrada por el comportamiento del enseante, porque los alumnos saben, por indicios no verbales, que no espera ms que una respuesta, la que se refiere a conocimientos o a procedimientos utilizados anteriormente. Los alumnos prefieren, pues, abstenerse de responder por el medio a equivocarse y, si dan una respuesta diferente a la que se espera, el profesor la rechaza sin explotarla. La ausencia de respuesta es un indicio de la inadaptacin de la pregunta y de su carcter cerrado. El anlisis de las manifestaciones observables en los alumnos duda o espontaneidad en la respuesta indiferencia o entusiasmo en la accin, etc.- proporciona una indicacin de la manera en que perciben el comportamiento del enseante. Es el enseante el que desencadena y orienta las conductas de los alumnos. Es el que tiene la iniciativa en la situacin educativa, en la escuela tradicional. De su concepcin del dilogo educativo depende el clima de la clase. Favorece el inters del alumno por el problema que l plantea? Intenta que sean los alumnos quienes lo planteen? Da documentos o invita a recabar informaciones? Solicita proposiciones metodolgicas? Trata de seguir las investigaciones intelectuales de los alumnos, en lugar de precederles y de orientarles? El enseante se ha contentado con llevar a los alumnos donde desea llevarles, por un juego de interrogaciones en que las respuestas estn previstas, segn el modo de razonamiento que es el suyo? Incluso fuera del mtodo interrogativo, en una perspectiva de pedagoga ms moderna, es interesante examinar cmo busca el enseante sondear las motivaciones, ayudar a los alumnos en la orientacin de su accin y en la determinacin de sus objetivos de trabajo, contribuir a la constitucin de grupos de trabajo, etc. El enseante, incluso cuando intenta actuar como animador, tiene tendencia a dirigir el conjunto de las comunicaciones, a seleccionarlas, a privilegiar a ciertos participantes solicitndoles ms, favoreciendo sus intervenciones espontneas,
11 LEROY, G.; El dilogo en la educacin. Narcea, Madrid, 1971. aunque no sea ms que por signos no verbales de invitacin y de estmulo. El profesor no designa al azar a los alumnos que deben responder, entre los que piden la palabra, recurre a los que corresponden al objetivo que l se ha fijado. Si se interroga a uno es porque piensa recibir una respuesta incorrecta, que le permitir intervenir para rectificar un error que no era preciso cometer y tambin es para poder dar a continuacin la palabra al que sin duda posee la respuesta apropiada. Pero generalmente restringe la posibilidad de hablar a los que daran demasiadas respuestas inapropiadas, porque eso, segn l, retardara el progreso del curso. Quiz lo hace por distintas razones: el enseante espera a veces reducir la ansiedad del alumno lento, que teme responder mal y ser objeto de burlas por parte del grupo; pero as refuerza, por el carcter selectivo de sus solicitaciones, el status escolar del alumno valorando a los que han obtenido un alto status formal por su rendimiento escolar y disimulando que ignora a los que tienen dificultades 12 . Si se analiza con ms profundidad la naturaleza de las intervenciones del enseante, se entresacan diferencias fundamentales: a los que son percibidos como buenos alumnos corresponden a los actos pedaggicos que tienen una finalidad de estmulo, de nimo, de soporte, a los que son percibidos como malos alumnos, los actos destinados a hacer acelerar el ritmo, a criticar, a asegurar la disciplina. Los contactos conflictivos con estos ltimos provocan reacciones de dominacin del profesor, que busca asegurar una compensacin prodigando a los dems manifestaciones de inters, de simpata. El enseante utiliza el juego compensatorio para establecer un cierto equilibrio del conjunto del grupo, para asegurarse l mismo y confirmarse en la idea de la eficacia de su accin pedaggica. Presentamos aqu rasgos generales de la comunicacin que proviene de hechos que se encuentran constantemente en grados ms o menos fuertes y bajo formas diversas. Muchos enseantes tienen conciencia de estos fenmenos y desean dominarlos, de la misma manera que intentan controlar mejor la finalidad de sus intervenciones. Observamos que algunos de entre ellos, tratan cada vez ms de conceder una parte ms activa a los alumnos, por medio de actos pedaggicos que tienen una funcin de estmulo: interrogacin que hace plantear el problema, que orienta la investigacin, reformulacin, sntesis de aportaciones de los alumnos, utilizacin de sugerencias de alumnos, puestas en relacin de los alumnos. Todo depende de la concepcin que se haga del alumno, de los fines del aprendizaje, de su propia posicin de enseante y de su rol. De los obstculos materiales que se oponen a veces a sus proyectos, cuando los efectivos son demasiado importantes (es imposible asegurar una buena estructura de
12 Estas afirmaciones son confirmadas por los trabajos de investigadores. Ver: por ejemplo a) LAHADERNE, M. Adaptation to sibool settings: a study of childrens and classroom. University of Chicago, 1967. b) GOOD, Tb. I. Which pupils do teachers call on?, en Elementary school journal, enero de 1970, pgs. 190-198. comunicacin en una clase de 35 alumnos, siendo el mximo de 25) 13 , o cuando los locales no permiten variar la disposicin de las mesas y organizar talleres segn el objetivo pedaggico. Sin embargo, a veces los maestros se refugian detrs de la exigencia de los programas o la falta de tiempo, sobre todo en los institutos, para acentuar su rol de informador y para evitar las reacciones crticas de alumnos que producen colocarles en situaciones difciles. Otros enuncian principios pedaggicos progresistas, afirman que ellos favorecen las comunicaciones en la clase, que facilitan la accin personal del alumno, mientras que su prctica, tal y como aparece por los informes sistemticos de observacin, pone de manifiesto una estructura tradicional de la relacin. Los obstculos a la comunicacin son debidos a un defecto de comprensin del mensaje, como resultado de una falta de decodificacin (nociones de base no conocidas, lenguaje muy elaborado, extrao al alumno, etc.), al desfase de los marcos de referencia en el plano cognitivo y sobre todo a la percepcin y a las representaciones que se tienen del interlocutor, que provocan choques afectivos, que refractan el contenido, lo merman hasta el punto de hacerlo desaparecer en beneficio de manifestaciones cargadas emocionalmente, de rechazo, de agresin, etc. Estos aspectos latentes de la comunicacin, que no son observados directamente por la relacin de las intervenciones, confieren, sin embargo, al clima de la clase ciertas caractersticas. Corresponde a los componentes de la relacin conocer la percepcin que cada uno de ellos nios, padres, enseantes-, tiene de sus intervenciones recprocas. Quiz sea esa la condicin de una verdadera regulacin de la relacin educativa. Pero raros son los enseantes que desean recibir esta informacin. Quiz sea imposible de entender sin la intervencin de un observador que recoja las percepciones de la situacin y las restituya a los interesados. Las implicacin del enseante en la situacin no siempre le permite tener la prospectiva precisa, la observacin es a veces incompatible con la accin pedaggica, y el enseante tiene, si provoca discusiones ser discutido y estar obligado a replegarse en una situacin defensiva. Los observadores extraos al establecimiento tienen ms facilidad para intervenir. Gilles Ferry y Marier Laure Chaix 14 han observado regularmente las comunicaciones que se establecan entre el profesor y sus
13 Los experots de la OCDE coinciden en pensar que las decisiones concretas que conciernen a la importancia numrica de las clases deberan ser ante todo funcin de la naturaleza de la tarea de aprendizaje y del mtodo pedaggico utilizado. Los mtodos que ponen el acento sobre el aprendizaje ms que sobre la enseanza exigen clases de efectivos reducidos. Las clases poco numerosas permiten un aprendizaje ms independiente y ofrecen mayores posibilidades de comunicacin entre el maestro y el alumno. Sin embargo, algunos enseantes no siempre modifican sus mtodos pedaggicos, aunque tengan clases poco numerosas. El lector podr remitirse a las relaciones de sntesis que figuran en Ien dances nouvelles de la formation et des taibes des ensergnants OCDE, Pars, 1974, pgs 90-93. 14
alumnos, asistiendo a la vida de una clase, una maana por semana, durante dos trimestres. Han utilizado una red de observacin de los tipos de intervencin del enseante, es decir de una lista de las categoras de comportamientos a observar sistemticamente, y han organizado entrevistas con el profesor por una parte y con los alumnos por otra. La conclusin de su estudio sobrepasa el plano de la clase observada para alcanzar un cierto grado de generalidad: Son las contradicciones del ciclo de transicin las que son vividas por los alumnos en sus relaciones entre ellos y con el profesor, sustrados a los imperativos de los programas, a los ritmos de adquisicin, al juego del xito o del fracaso, al rgimen competitivo que caracterizan el mundo escolar normal, sin embargo no estn sustrados ms que provisionalmente. En cuanto al tipo de relacin pedaggica preconizada para estas clases, hecha de solicitud, de ayuda individual, de confianza, fatalmente adquiere un carcter protector, cuando no caritativo, en el seno de un sistema donde prevalece una relacin de autoridad distante y defensiva De la percepcin del alumno depende el tipo de conducta adoptado por el enseante. Tambin es interesante analizar los diferentes componentes que afectan a la comunicacin interindividual, de manera que aparezca el juego de expectativas, de percepciones y roles. El proceso de interaccin La interaccin es la relacin recproca, verbal o no verbal, temporal o repetida segn una cierta frecuencia, por la cual el comportamiento de uno de los interlocutores tiene una influencia sobre el comportamiento del otro. Tiene lugar, o bien en un sistema didico en que la accin del enseante afecta al alumno y recprocamente, o bien en el sistema ms extendido de la clase el sujeto se sita con relacin al grupo a los subgrupos. En la interaccin, cada uno busca situar al otro. Hemos visto como en la relaci n educativa, el enseante categoriza al alumno basndose en el rendimiento escolar o comportamiento escolar (alumno lento, distrado, poco atento, ingenuo, etc.) Por su parte el alumno atribuye al enseante algunas caractersticas y de la preponderancia de rasgos de comportamiento que ste manifiesta o ha manifestado anteriormente respecto a l, infiere un tipo de relacin social que hay que prevenir o una conducta a seguir. Cuando el alumno aborda a un nuevo ao escolar, se funda sobre el comportamiento del profesor del ao precedente, situando al nuevo con relacin a esta referencia. En el transcurso del ao escolar recoge signos. Segn la trayectoria que adopta el enseante para acercarse a l. Nacen reacciones condicionales se refuerzan en el transcurso de las mismas secuencias que se reproducen. El enseante espera la confirmacin de su previsin, el alumno la confirmacin de la sancin y de la actitud del profesor respecto a l, el bloqueo es inevitable. Expectativas e interdependencia de roles El juego de anticipacin sobre los dems, bajo la forma de una categorizacin, puede desplazarse y convertirse en un juego de expectativa de rol del interlocutor. Entonces no es automticamente estereotipado, ni negativo. Al contrario, favorece la previsin de conducta, porque permite definir los roles de cada uno en el cuadro general de intercambios. El alumno manifiesta expectativas explcitas o latentes no expresadas. Mientras que las necesidades se expresan en trminos objetivos y la etimologa de palabra muestra que se trata de cosas necesarias con vistas a una finalidad, las expectativas se sitan en el plano de lo imaginario. La expectativa es dinmica, por que el sujeto proyecta en el porvenir su esperanza de satisfaccin. Pero esta esperanza puede ser mucho ms decepcionante cuando el enseante no ha sabido ir ms all de la expectativa formulada, ni comprender su significacin. Las expectativas del alumno se diferencian en funcin de la disciplina enseada y de las experiencias anteriores con el profesor de esta disciplina, sobre todo si ha encontrado enseantes que han empleado mtodos activos, un estilo ms flexible de relaciones. Por su parte el enseante espera que los alumnos asuman un rol que difiere al seguir sus concepciones pedaggicas. Existe una cierta interdependencia de roles en la interaccin. Al rol preferencial del enseante corresponde el rol complementario del alumno. Si el enseante no es ms que un informador, el alumno recibe y restituye la informacin, si el enseante quiere ser gua, espera que el alumno se haga cargo de la accin. Segn el tipo de organizacin funcional establecida por el estudiante, segn el grado de aceptacin de el alumno del rol complementario que le es propuesto o impuesto; esta interdependencia de rol llega a ser efectiva o no. El grupo de alumnos interviene aqu activamente. Pueden aparecer divergencias respecto a los roles respectivos si los alumnos difieren entre s por la percepcin del rol, del enseante y de su propio rol; si esperan asumir roles distintos de los que se propone. Tal es el caso de los alumnos que han tenido una escolaridad elemental en escuelas animadas por profesores pertenecientes al movimiento Freiner y que se encuentran en un centro de enseanza secundaria cuyo sistema es tradicional. Segn las relaciones entre los miembros de la clase, segn el grado de cohesin del grupo, pueden existir roles complementarios en su seno, en una estructura en la que cada alumno se siente integrado, con un rol propio articulado al de los dems. Todo depende de la actitud del enseante: si privilegia los status escolares, provoca las discrepancias y bloquea a toda posibilidad de organizacin espontnea; si favorece la emergencia de roles funcionales, con vistas a los fines de la empresa comn, desencadena un proceso activo. Todava es preciso que lo demuestre con sus actos, que juegue un juego limpio, que no busque de una manera las riendas, que no favorezca la emergencia de tal jefe, que no utilice en su provecho la energa del grupo. Un ejemplo sencillo lo muestra: un grupo de alumnos de un pueblo situado a orillas del mar, ha expresado el deseo de realizar una encuesta sobre la organizacin de los salvamentos en el mar. El profesor ha aceptado y dirige los debates para la organizacin del trabajo. Los alumnos esperan de l que ayude a clarificar el problema, sobre todo plantendole preguntas, sin dar las respuestas, bien sea desde el punto de vista institucional (quin se ocupa de los salvamentos?, cul es la forma de financiacin?, qu instituciones previenen una infraestructura?, etc.), o bien sea desde el punto de vista funcional (cmo se provoca la alarma?, quines toman parte en el salvamento y cmo?, etc.) Eso no significa que l esclarezca el problema por s mismo, comunicando los elementos de respuesta; la encuesta perdera su atractivo, que reside en el descubrimiento. Los alumnos confieren al enseante el rol de animador, de quien permite a cada uno expresarse, que hace la sntesis de las aportaciones, que orienta la investigacin, que ve si se ha olvidado algo, que solicita si es preciso a un alumno para que no descuide algunos recursos ofrecidos por las relaciones de su medio familiar. En cuanto a los alumnos, tienen que repartirse los roles: direccin de las entrevistas, animacin de las discusiones, anlisis de las informaciones recogidas, redaccin del informe, etc. La interdependencia de los roles es tal que se identifica fcilmente qu rol del alumno corresponde necesariamente al otro del enseante. Desde 1939, H. H. Anderson 15 ha puesto de manifiesto que la conducta dominadora del enseante, caracterizada por la rigidez, por objetivos inmutables, por la negativa a admitir la contribucin de los dems, por la ignorancia voluntaria de sus deseos, de su experiencia, de sus juicios en la determinacin de los objetivos que les conciernen, corresponden a conductas no cooperativas, pasivas, distradas, incluso agresivas en los nios. Por el contrario, sealaba que una conducta (que l llamaba integrativa) en el enseante, tendiente a solicitar la cooperacin voluntaria del alumno, a descubrir con l los objetivos a realizar, al respetar su personalidad, al dirigirse, l induca a conductas del alumno. Los roles adoptados, es decir, los modos de accin prescritos por el enseante, los roles queridos por los alumnos, es decir, los roles que desean asumir segn sus motivaciones, su manera de percibir la situacin, pueden ser divergentes si, por ejemplo el enseante no acepta recibir sus iniciativas, sus opiniones, si no les permite trabajar en un momento en el que sera posible, etc.
15 ANDERSON, H. Domination and social integration in the behavior of kindergarden children and teachers, en Genetic psychology monography, nm. 21, agosto de 1939, pg. 287-385. El anlisis de secuencias de interaccin muestra el proceso de adaptacin interpersonal puesto en marcha o rechazado por el enseante. En principio en toda interaccin, el mecanismo de adaptacin de los sujetos es recproco: cada uno acta, observa un comportamiento que l ha desencadenado y es observado a su vez. La adaptacin supone tener en cuenta las demandas de los sujetos, sus necesidades, sus expectativas, las limitaciones especficas de la situacin (esto en un determinado momento). El alumno busca indicios que le permitan evaluar su xito con relacin a las demandas del enseante, rectificar una respuesta errnea, matizar una afirmacin, estimar si puede continuar enunciando su juicio personal, etc. Sin embargo en la comunicacin educativa, el enseante guarda la posicin central y detenta la iniciativa de la regulacin de los intercambios. Puede buscar una informacin recproca con el fin de evaluar los efectos de su accin de informacin, y de saber si su mensaje ha sido recibido como l lo deseaba. Para controlar las distancias entre la emisin y la recepcin, emplea la repeticin inmediata o diferida y la transposicin (utilizacin de las informaciones comunicadas para resolver un ejercicio). La reformulacin tambin tiene un puesto importante; consiste en retomar lo que acaba de decir el alumno, reflejar su pensamiento de otra manera y efectuar la sntesis de las aportaciones que provienen de varios alumnos. El significado de la reformulacin hecha por el enseante depende de su objetivo tal y como es percibido por los alumnos; unas veces la reformulacin subraya la informacin importante (en matemticas y en ciencias, por ejemplo, el hecho que entra en relacin con otro es as puesto de manifiesto), otras es una invitacin a seguir la investigacin, a expresarse para confirmar o contradecir. Es evidente que este procedimiento encuentra su puesto tanto en una accin directiva como no directiva. Lo que sobre todo llama la atencin en la relacin educativa, es que la retroalimentacin raramente es aplicada por el enseante a un objetivo que no sea el operatorio. Se sirve de ello como medio de progreso del pensamiento y de la accin hacia un objetivo educativo, no como un medio de elucidacin de obstculos en el plano socioafectivo. Ahora bien, precisamente son esos obstculos los que estorban a veces la marcha del proceso educativo y afectan a un todo ms amplio que la leccin o el ejercicio del da. Los enseantes del ciclo elemental a menudo tienden a conocer las causas del mutismo de un alumno, de las inquietudes del otro, pero no hacen mucho ms con la finalidad de asegurar al nio y de aclarar las causas de su trastorno. Ahora bien, la percepcin de s por el otro, cuando es restituida, permite comprender mejor el mecanismo de causas y efectos en la relacin y remediar las dificultades que se encuentran. Esta percepcin puede recogerse cerca de un nio, cerca de un grupo enteramente o de subgrupo. El juego del refuerzo El juego de las interacciones en la relacin educativa se interrumpe se modifica o se refuerza segn el modo de recepcin del comportamiento de uno para con el otro interlocutor y segn el tipo de emisin de conducta que desencadena. El refuerzo tal y como es analizado por las teoras del aprendizaje, aparece en pedagoga bajo la forma de mandato por el enseante de las consecuencias positivas (ganancias, recompensas, interacciones) o negativas (prdidas, castigos, insatisfacciones) de la repuesta del alumno arreglndoselas el enseante para obtener del alumno la respuesta apropiada con el fin de que sea reforzada- y est fuera de nuestro propsito estudiarlo de esta manera. Por el contrario, para el anlisis de la relacin educativa, es importante sealar los peligros de empleo sistemtico del refuerzo negativo y examinar cmo el enseante condiciona algunas veces las conductas de los alumnos, hasta el punto de que no se da cuenta ms de lo que ha determinado por sus reacciones anteriores y que la vida real de la clase se le escapa. Entonces en los alumnos no aparecen ms que reacciones aprendidas, repetidas, esperadas por el enseante que se gratifica a s mismo y vive en una completa ilusin porque cree estar de acuerdo con los alumnos, cuando en realidad no est de acuerdo ms que consigo mismo, por medio de la situacin educativa. El ha eliminado por el empleo de refuerzos negativos (no, no es as como hay que hacer, es intil, es estpido, etc.), los modos de intervencin de los alumnos que juzga ineficaces, ha reforzado por juicios que valoran (s, esta bien, tu s que has comprendido) los modos de reaccin y las conductas que l desea. Est satisfecho cuando la clase, o una fraccin de la clase porque la otra fraccin ha podido abandonar la partida, por no encontrar la postura que le atrae- responde a su seal de la manera que espera. En realidad los alumnos hacen el juego, pero no son tontos. Cuando se les interroga, uno se da cuenta de que mantienen al enseante en su ilusin y que emiten opiniones tanto ms severas respecto a l cuanto que no se desengaa por s mismo y queda persuadido de la eficacia de su accin. El no recoge, en los alumnos, los indicios de comportamiento que podran en cuestin su tipo de accin, no retiene ms que los que le son favorables, a veces hasta el punto de apoyarse en un subgrupo de la clase e ignorar al resto. Y a veces vive as en un universo en el que acaricia sus propias quimeras, las nutre y se vanagloria de su xito. Ese tipo de ilusin se encuentra tanto entre algunos enseantes que quieren ser modernos como entre los que son tradicionales. Por qu los alumnos participan en la situacin as definida, en ese juego engaoso? Es porque se saben obligados a vivir durante un ao escolar con un profesor que ellos no han escogido y se dan cuenta de que no tienen otra alternativa que la rebelin o la resignacin del que acepta su suerte.
Adems, todo ser humano est asegurado desde que puede prever en una situacin social la reaccin de su interlocutor. En la interaccin, el sujeto observa el comportamiento habitual del otro y extrae de l previsiones, una tctica adaptativa. Para alejar la angustia de la situacin educativa, el alumno retrocede observando al enseante y le maneja en ocasiones, porque sabe como reaccionar en determinadas circunstancias. En todas las encuestas en las que se les ha pedido que esbocen el retrato del enseante los adolescentes expresan el deseo de tener un profesor con sentido del humor, porque ellos mismos tienen la costumbre de mirar la situacin con una cierta distancia, salvo, evidentemente, cuando las circunstancias son penosas para ellos personalmente. El alumno llega de esta forma a identificar y a caracterizar a su profesor cuando, despus de la fase de ansiedad debida al encuentro y al perodo de arranque, conoce los signos en la interaccin y est en situacin de decifrarlos. La percepcin de los dems en las interacciones, supone la elaboracin de puntos de referencia, en los planos cognitivos y afectivo, que son comunes a los sujetos en relacin. La consistencia de los comportamientos del otro es decir la unidad de estructura y de significacin que se les puede conceder, porque ya se han encontrado y cuyos efectos se estn en condiciones de prever- asegura al interlocutor, reduce su incertidumbre. El alumno sabe que a tal signo, es solicitado en tal sentido y lo que debe esperar subsiguientemente. El signo presenta a veces diferencias segn el contexto, pero la experiencia anterior de las interacciones permite descifrarlo. Tal movimiento de cejas del enseante seala a los alumnos que sus ideas son aceptadas, tal otro pide una explicacin, subraya una idea o llama la atencin: las cejas se levantan, el alumno no es aprobado. Esos pequeos signos no verbales en la interaccin no son ms que las figuras de signos ms fundamentales que rigen la vida de la clase entera. El margen de variabilidad de los comportamientos se reduce, se estabiliza. Esto ocurre en todo grupo que evoluciona hacia una cierta estabilidad de estructura y de funcionamiento de los intercambios; las normas que nacen en l hacen previsibles las relaciones interpersonales y las conductas de cada uno. Las normas Las normas fijas, en la clase, las modalidades funcionales de las comunicaciones, los procedimientos de intervencin, de trabajo, las formas de participacin de los alumnos, los modos de expresar las opiniones y los sentimientos. Mientras que algunas normas provienen del contexto institucional (ritmo, horario, por ejemplo) o cultural, las normas funcionales generalmente estn fijadas por el enseante. El primer da que l aborda al grupo de alumnos, establece de una manera explcita las reglas de orden, de trabajo, determinando la conducta que todo alumno debe tener en tal situacin, o de una manera implcita, a medida que transcurre la vida escolar, demostrando por su comportamiento lo que est permitido o tolerado en tal circunstancia. Tambin se elaboran normas por el proceso de interaccin porque las costumbres se imponen y el sistema de normas introducido por el enseante es susceptible de ponerse en tela de juicio por la dinmica del grupo de alumnos. Tomemos como ejemplo las normas de comunicacin en el mtodo interrogativo. El enseante propone como regla de que cuando l plantea una pregunta el alumno debe levantar la mano, esperar a que se le ordene responder, etc. Los alumnos lo aceptan o no, segn la experiencia anterior que tienen de la aplicacin de este tipo de reglas, segn que se sientan frustrados o no en su deseo de reaccionar espontneamente, segn que los dems profesores del mismo establecimiento lo apliquen estrictamente o con un cierto grado de flexibilidad. En la aplicacin, esta regla puede percibirse de diferentes maneras, a medida que aparezca, de uso funcional (permitiendo un cierto orden en las intervenciones), o dogmtica y artificial (no teniendo la regla eficacia en el funcionamiento del grupo, dificultndola incluso). El enseante, a pesar de la aparente rigidez de la regla, es capaz de suavizar la aplicacin dando la palabra a los alumnos con mayor o menor rapidez. El alumno la acepta en la medida en que los otros la realicen, la respeta si los dems hacen el juego de la regla, o la quebrantan si la rechazan. La aceptacin de la regla en los dems es percibida por l no en funcin de sus opiniones manifestadas, sino en funcin del comportamiento que l observa de ellos. La norma informal que se establece en clase nace del juego de la conducta que toman los otros con relacin a la norma formal y al grado de libertad que permite el enseante en la aplicacin de la norma que ha establecido. Algunos chicos desviados aparecen al principio como originales, provocadores, con los que uno no se identifica necesariamente, pero cuando los alumnos encuentran algn parecido con el que se aparta de la norma formal, ve que es posible establecer una nueva norma informal, puesto que el margen de confianza en la regla disminuye; en ese caso, la norma formal ya no es compartida, ya no es una gua de comportamiento. En pedagoga de grupo, las normas se aplican a las modalidades de funcionamiento del grupo, fijadas o no por el enseante, sobre todo a los modos de reparto y de articulacin de los roles con relacin al objetivo fijado. Si se trata de alcanzar rpidamente el objetivo, la estructura de los roles necesita ser concebida con vistas a la eficacia del trabajo en grupo. A medida que se desarrolla la tarea, cada miembro del grupo es conceptuado en el trabajo y es juzgado capaz o incapaz de asumir el rol que le ha sido atribuido. De ah depende la confianza que cada uno concede al grupo. Cuando el xito ha sido constatado por cada uno despus de esta prueba, cuando cada uno ha sentido una satisfaccin personal en la marcha del grupo, ste puede de nuevo fijar objetivos y progresar. Por lo tanto, las normas pueden ser o impuestas por el enseante o enmendadas a lo largo del funcionamiento del grupo, o elaborados por el grupo mismo. En este ltimo caso, el profesor asociado o no a la discusin, es llevado a respetar una regla (no intervenir sin que el grupo lo pida, por ejemplo). Si se hay creado una divergencia entre el enseante y sus alumnos, stos crean a veces normas para hacer una presin sobre aqul, bajo formas de protesta y de revuelta, para llevarle a revisar sus concepciones. Se ve, en estos ejemplos, la extensin de las eventualidades que se presentan segn las opciones pedaggicas adoptadas por el enseante. En una pedagoga moderna, se acenta la funcin normativa de los alumnos, es decir su accin para concebir normas, para elaborarlas teniendo en cuenta los objetivos que ellos se fijan, para definir la estructura del grupo que parece apropiada para alcanzarlas. La dependencia En la pedagoga tradicional, el alumno se somete aparentemente a la norma, si los dems se someten y adquieren el hbito de la sumisin aceptado el poder del enseante, reconociendo que las reglas son requeridas por el juego de las posiciones y de la complementariedad de roles. Se revela toda una gama de actitudes desde la simple aceptacin a la docilidad del que se deja conducir, guiar, hasta la sujecin del que est totalmente bajo el imperio del enseante, sin poder liberarse de l. El concepto de dependencia designa la relacin de necesidad que se establece entre un sujeto y otro de tal modo que uno no puede actuar sin la intervencin del otro. A la subordinacin se aade una actitud afectiva, el alumno yo no puede pasar sin la ayuda del enseante, la busca en si misma, independientemente de la finalidad a seguir en el plano funcional. Llega incluso a adelantarse a los deseos del educador para obtener gratificaciones, crear lazos ms estrechos con l, hasta para apropirselo. Sabemos qu difcil es, en la formacin de los adultos, hacer cambiar el tipo de relacin con el formador y el grupo cuando las personas en formacin no han conocido, en su pasado escolar, ms que esta situacin educativa. Cuando el grupo se encuentra en situacin de autonoma, de repente se siente angustiado, se manifiesta con fuerza contra el formador que rehusa dirigir segn sus propias concepciones. Sin embargo, existen algunos grados en la dependencia del nio respecto al adulto. Las relaciones que se establecen con un enseante que no admite ninguna iniciativa del alumno y que le somete enteramente a su voluntad y las que se crean con un enseante que interviene en el grupo de la clase para proponerle objetivos, para ayudarle a descubrir procesos de investigacin, no se sitan en el mismo plano, mientras que los alumnos manifiestan dependencia en los dos casos. Segn el mtodo pedaggico empleado, el alumno tiene ms o menos responsabilidad y autonoma, pero, cualquiera que sea el mtodo, el comportamiento del enseante afirma la dependencia o la reduce. Por el tipo de intervencin que adopta en pedagoga de grupo, favorece la bsqueda autnoma o, por el contrario, somete a su juicio toda iniciativa del grupo. Por ejemplo; ante un error manifiesto que comete el grupo, si interviene directamente para identificar el error, para enderezarlo por si mismo, fuerza al grupo a referirse sin cesar a l; si interviene de una manera indirecta por un juego de preguntas que orientan la bsqueda, por contraejemplos que obligan a razonar, a juzgar, sostiene la marcha independiente del grupo. Cuando, por su actitud general, acta de manera que los alumnos se vean obligados a recurrir a l, a su arbitraje, l provoca su dependencia. Se ha concedido demasiado espacio en obras aparecidas durante estos ltimos aos, a la nocin de dependencia, con el fin de justificar el uso de mtodos no directivos. Anteriormente, trabajos como los de W. Bion 16 haban emprendido el anlisis del concepto. Este autor cita, en las hiptesis de base, que empujan a los miembros de un grupo a combinarse de una manera instantnea e inconsciente y a actuar segn un postulado comn, la hiptesis de dependencia: el grupo espera una proteccin del dirigente que prodiga el alimento espiritual J. C. Filloux 17 muestra que el inters de estos trabajos, que no se han referido al grupo de la clase, es la de explicar que la relacin entre el enseante y el grupo de alumnos puede estructurarse en complicidad de dependencia. Se puede preguntar si el enseante en la clase, grupo de estilo slo centrado en el maestro no induzca una vida de clase que favorezca la hiptesis de dependencia, con todas sus consecuencias positivas o negativas, en cuanto al trabajo escolar. Por otra parte, la apata, la agresin abierta (abucheo, hostilidades primitivas) son reconocibles en la instalacin o disrupcin de una hiptesis ataque huida, que se instituye sobre la base de la contradependencia o sobre la base del rechazo de la dependencia por el maestro.
16 BION, W. Experiencias en grupos. Paidos, Buenos Aires, 1972. 17 FILLOUX, J. Du control pedagogique. Dunod, Pars, 1974. En psicologa infantil, se seala con frecuencia que al nio que depende continuamente de sus padres hasta una edad muy avanzada le falta madurez intelectual y sobre todo afectiva. Los padres apartan de l todo riesgo y el nio se complace en una situacin exenta de inseguridad y de angustia, hasta el momento en que se da cuenta que evita situaciones sociales reales, que renuncia a s mismo y estalla en rebelin. En el mbito escolar, cuando el enseante mantiene una situacin de dependencia en beneficio suyo, evita que los alumnos exterioricen los conflictos, porque las directrices que da no pueden ser discutidas. La relacin del alumno con el grupo no existe, porque cada uno retrocede ante los dems; la relacin se establece del alumno al enseante y el grupo no es ms que una caja de resonancia. La reduccin de las tensiones en el sistema antiguo, se operaba por el abucheo que se desencadenaba en direccin al enseante que no llegaba a proporcionar seguridad al grupo por la imposibilidad en la que se encontraba falta de seguridad en sus directrices-, de introducir el orden. A esta forma de liberacin organizada, se sustituye ahora la rebelin anmica, como la califica J. Testaniere 18 . El concepto de anoma le permite describir el estado de desorganizacin de la enseanza y establecer que la crisis no es un simple trastorno del sistema, sino un fenmeno de estructura. Mientras que el desorden tradicional era el signo de funcionamiento del sistema, porque mostraba que los alumnos haban interiorizado las normas y se integraban a la escuela, la revuelta larvada, dispuesta a surgir en cualquier momento, sin regla, es el indicio de una disfuncin profunda, de divergencia entre las normas del sistema escolar y los valores de los alumnos. Cuando se pronuncia la palabra dependencia ante especialistas en pedagoga, en seguida se suscitan reacciones apasionadas. Esta palabra provoca en muchos la sensibilidad a las normas sociales, y por un deslizamiento de sentido, la adhesin, la conformidad a esas normas. Algunos las asocian al condicionamiento de respuestas a situaciones, lamentan que un sistema de respuestas llegue a ser una norma, afirman que hay medios coercitivos que son empleados para evitar que el alumno se emancipe, en fin, asemejan la dependencia a una forma de sumisin a las presiones sociales. El concepto de dependencia sirve mucho ms para alimentar la polmica entre los partidarios de modelos educativos y los que quieren suprimirlos para dejar al nio realizar su experiencia de una manera autnoma, que para realizar un anlisis de las cuestiones psicolgicas planteadas por las condiciones del desarrollo infantil. Ahora bien, es necesario para examinar los efectos de la situacin de dependencia, caracterizar el comportamiento dependiente. Se trata de una independencia instrumental, la que permite esperar objetivos? El nio pequeo tiene necesidad del adulto para satisfacer su hambre,
18 TESTANIERE, J. Obs cits. para tener un cierto bienestar fsico o para estar seguro, porque estas finalidades se sitan provisionalmente ms all de sus capacidades personales. En el terreno escolar, el alumno puede tener necesidad del enseante para entrever un objetivo determinado, mientras que en otro concentra de una manera independiente. Se trata de una motivacin para la dependencia de un deseo de dependencia tomada en s misma? Esta rasgo de comportamiento proviene de condiciones educativas tales que el nio, el adolescente, no a podido vivir nunca en situacin de autonoma y prefiere salir de la incertidumbre recibiendo una educacin y direccin dada desde el exterior, sufriendo la atraccin de alguien que le aporta seguridad. Tambin puede ser cuestin de una dependencia afectiva, aquella en que el nio o el adolescente desea llamar la atencin del educador sobre su persona, no por una necesidad objetiva, por ejemplo para salir de una dificultad, sino para sacar partido de esta atencin, tomando esta satisfaccin como una finalidad en s misma. En la relacin educativa, es importante sobre todo ver si la accin del educador permite al nio organizar su propia actividad, progresar teniendo un apoyo en el momento en lo que necesita o si, por el contrario, le inhibe totalmente, no permitindole ms que una estricta imitacin del modelo. Es el rol del enseante conducir a su alumno en una marcha progresiva hacia la conquista de una nocin difcil, con este objetivo, elimina los detalles, hace surgir lo esencial, gua el anlisis, provoca comparaciones. Favorece de esta manera un arranque y un progreso personal y el alumno puede, al trmino de su trayectoria, tener un juicio sobre ella y sobre el significado de la accin del enseante. Por el contrario, si el enseante no acta ms que en el sentido de sus propios intereses, de sus preferencias, si manipula la incitacin, la persuasin, por medio de sanciones positivas (aprobaciones, recompensas), si apremia con sanciones negativas (castigos), entonces utiliza el poder que le ha sido dado institucionalmente y busca la dependencia del alumno para reforzar la imagen de su poder y para persuadir a s mismo de l. Tambin es necesario tener en cuenta el perodo de desarrollo del sujeto y las posibilidades de accin autnoma que posee en un determinado momento. Cuando el nio pequeo consigue desplazarse el slo, el encuentro que tiene con los objetos cobra otro significado que cuando stos le son presentados por su madre. La dependencia debe ser provisional y no debe prolongarse ms all del momento en que dispone de los medios de actuar personalmente. Puede uno preguntarse si el estado de dependencia no es una etapa necesaria para que se manifieste una real emancipacin . En efecto , los fenmenos de indentificacin con los dems y la atraccin afectiva conduce al adolescente a adoptar rasgos compartamentales de otras personas, a suscribirlos en sus sistemas de referencia. A continuacin retrocede respecto a su modelo, lo corrige o se desprende de l. La verdadera autonoma pasa por la liberacin, pero se trata de una ruptura consciente, consecutiva al conocimiento de la relatividad de las normas y a una eleccin deliberada entre los valores. En la educacin especial, se observa que los jvenes inadaptados sociales son sensibles a las normas establecidas, porque se sitan por oposicin a ellas, pero no llegan a ser independientes porque no se desprenden de ellas y permanecen prisioneros de sus reacciones negativas por no encontrar otros puntos de referencia. El comportamiento de rol An cuando el enseante sea consciente de todos esos fenmenos, y manifieste optimismo respecto a las posibilidades personales del alumno y del grupo, debe estar en guardia respecto a s mismo y a su comportamiento. Cuntas veces est persuadido de que acta en el sentido del desarrollo y de la autonoma del alumno, mientras en la prctica su comportamiento induce a conductas dependientes. Las actitudes enunciadas por la persona no siempre concuerda con el comportamiento de rol observable. Ciertamente la manera de asumir su rol, para un educador, depende de los modelos institucionales a los que es llevado a referirse y que difieren segn el nivel y el tipo de enseanza, segn el contexto sociolgico del establecimiento, pero tambin segn su manera de ser, de establecer relacin con el mundo social y con los nios o los adolescentes. El modelo puede ser un proceso bien sea para conformarse a l el rol, primeramente percibido como una obligacin que se convierte en un refugio. Puede percibirse que en el interior del mismo modelo los educadores presentan comportamientos diferentes segn el sentido que da la situacin pedaggica y segn las necesidades que ellos prevn. Las expectativas de los alumnos y que se ajusten o no a ellas. Uno se atiene al rol que ha escogido sin tener en cuenta las demandas que se expresan, el otro es capaz de cambiar su rol para responder a nuevas situaciones. Uno crea el conflicto por falta de ajuste, el otro por su plasticidad, desea conseguir relaciones satisfactorias entre los alumnos y encontrar el estilo de relacin que les satisfaga. El anlisis de las interacciones por medio de instrumentos de observacin permite examinar si el enseante adapta sus modalidades de intervencin a las reacciones de sus alumnos, si posee aptitud para percibir sus expectativas, para seguir sus pensamientos, para pasar de su marco de referencia al de ellos, para modificar la tctica que haba entrevisto al principio. Si el enseante desea actuar sobre su propio comportamiento en la relacin pedaggica, con el fin de dominar sus reacciones, de introducir otras modalidades de comunicaciones y de intercambios, tiene necesidad de conocer cmo son recibidos sus actos y cmo es catalogado por sus alumnos. Es una retroaccin (feed-back), un retorno de informacin sobre lo que los alumnos sienten y perciben, sobre lo que es observable en su conducta y en la del alumno, para derivar el mecanismo causal que rige los intercambios. Recogiendo los testimonios de los alumnos a travs de entrevistas individuales, de discusiones de grupo, adoptando procedimientos de observacin directa, se renen los medios de anlisis de la situacin tal y como es vivida por los interlocutores. Cuando el enseante conoce el objetivo del anlisis, cuando l mismo maneja los instrumentos de observacin, cuando forma parte de un equipo educativo cuyos miembros se ayudan mutuamente, la retroaccin no tiene nada de angustioso, porque su funcin de regulacin es comprendida y aceptada 19 M. Gilly 20 seala que esos procesos de retroaccin derivan de la teora de la disonancia cognitiva, que postula que el sujeto busca la consonancia cuando hay disarmona, que los individuos piensan restablecer el equilibrio cuando es comprometido. La mejora de la relacin provendra del conocimiento que uno de los interlocutores, el enseante, tiene de la percepcin que los dems, los alumnos, tienen de l. Es posible concebir tambin una retroaccin en la direccin de los alumnos, despus, en el transcurso de las discusiones entre el enseante y sus alumnos, conducir a los interlocutores a evolucionar y a encontrar formas de equilibrio. Es en ese sentido en el que han trabajado G. Ferry y sus colaboradores 21 . Una fase de exploracin a base de observaciones y de entrevistas precede a la fase de intervencin en el transcurso de la cual los resultados son comunicados al enseante. Los efectos de esta retroaccin nuevamente son analizados con la ayuda de procedimientos de observacin. Pero como seala M. Linard 22 , que ha empleado registros para control de la informacin de retorno obtenida finalizando las situaciones vividas por el enseante y sus alumnos, la retroaccin en las dimensiones, a menudo contradicciones de un grupo de clase, quiz no juegue automticamente su funcin de relajacin y de regulacin, independientemente de la intensidad de los conflictos y distorsiones sobre los cuales ejerce. La concepcin mecanicista,
19 Se podra reunir estas condiciones en la formacin inicial y continua de los enseantes o en los establecimientos que tengan un carcter experimental. Ver POSTIC, M. Techniques de groupe et formation permanente des enseignants, en Revue franaise de pdagogie, nm. 35, 1976. Pgs 15-23. 20 GILLY, M. Percepcion sociale du purtemaire scolaire et qualit de laction educative, intevet et limites des donns de la psychologic sustale experimentale pour les reibeviber en psychologic de leducation, en Les sciences de leducation, num. 12, enero junio de 1977. Pg. 217-239. 21 FERRY, G; BLOVET, C.; CHAIX, M. C. y LEGER, Y. Les communications dans la classe elude des communications entre les eleves et un professeur dans une classe de sisteme, en Bulletin de psychologic. Vol. 12, nm. 272, octubre de 1968, pg 81-95. 22 LINARD, M. Les effects du feedback por la television sur le processus ensesgner apprendre en situations de groupe-classe, en Bulletin de psychologic, vol. 28, nm. 16, 1974, 1975, pags 589-611. funcional, de la teora de sistemas dejara suponer una accin automtica de los efectos sobre las causas. La retroaccin puede aplicarse a los procesos operatorios puestos en prctica por el enseante o a la didctica de la materia enseada. En ese caso, la regulacin de la comunicacin concierne a la transmisin y la recepcin de un mensaje. Cuando se refiere a los fenmenos interaccionales, son todos los obstculos que se encuentran en el plano socioafectivo los que pone de relieve. Pero, es posible separar estas dos categoras de procesos? Algunos privilegian el dominio socioafectivo y piensan que las cuestiones pedaggicas son secundarias, para ellos los conflictos deben ser abordados directamente. Sin embargo no basta conocer las causas de los conflictos para resolverlos, porque algunos cristalizan en lugar de distenderse, cuando los objetivos perseguidos por los interlocutores son radicalmente contradictorios y las cuestiones de organizacin pedaggica les preocupan tan poco que no dan lugar a ninguna negociacin. En el origen del conflicto a veces se encuentra una oposicin de valores o de sistemas de referencia. De manera opuesta a los primeros, otros favorecen en los aspectos didcticos, pero como considerar la eficacia pedaggica solamente en trminos de degradacin mnima en la transmisin del mensaje y cmo medir el grado de satisfaccin o de insatisfaccin de los alumnos durante una fase pedaggica (una leccin o un trabajo en taller por ejemplo), sin situar el momento examinado en el conjunto de la historia de las relaciones entre el enseante y sus alumnos? M. Gilly 23 plantea una cuestin fundamental. Resolver las tensiones conformndose al deseo de los alumnos conducira al enseante a caer en la demagogia para dar gusto al alumno. Como los objetivos pedaggicos estn por alcanzar, las conductas de los interlocutores deben ser examinadas en la situacin de trabajo; la resolucin de los conflictos pasa por una negociacin en la cual cada uno acepta un cierto nmero de constricciones de situacin. Ahora bien, esta negociacin es mucho ms difcil a veces cuando el profesor es obligado a desempear el rol prescrito por la institucin con un dbil margen de libertad y la estratificacin social en el grupo engendra tensiones entre los subgrupos que tienen puntos de vistas divergentes respecto de los objetivos escolares y hasta posiciones diferentes con relacin al enseante. Las cuestiones planteadas en la discusin sobrepasan el simple funcionamiento del grupo. No se puede razonar en trminos pragmticos como lo hacen Bany y Johnson 24 , ni pensar que la discusin no se referir ms que a procedimientos pedaggicos y acabar por seleccionar los que son ms eficaces. En una retroaccin
23 GILLY, M.: A propos des rapports enseignant-enseign: la reprsentation rciproque maltre leve repose- t-elle sur un malentendu?, ob. cit. 24 BANY, M. A. y JOHNSON, I. V. La dinmica de grupo en la educacin. Aguilar, Madrid, 1971. generalizada, en la que profesor y alumnos tienen conocimiento de sus percepciones respectivas y negocian, nadie puede negar el obstculo psicolgico que proviene de la angustia del enseante que se siente amenazado, que es ms propenso, espontneamente, a reprimir la agresin que a desarmarla, ni eludir el problema de las relaciones del grupo con la institucin. Adems, los observadores que han organizado la retroaccin estn implicados en la situacin y sienten la necesidad de situarlas con relacin a ellos mismos 25 . Por lo tanto son necesarias las elecciones, cuando se decide utilizar procedimientos de retroaccin. Se quiere una retroaccin parcial, en la que el enseante reciba slo las informaciones sobre la percepcin que los alumnos tienen de l, con el fin de que sea consciente de las inducciones de conducta que emite involuntariamente en direccin a los alumnos, con un comportamiento provocador, agresivo, huidizo, etc., o con la finalidad de que adopte otro estilo de conducta; o se quiere una elucidacin de las relaciones en la cl ase y de la clase con la institucin?. La primera eleccin se centra sobre la formacin inicial y continua de los enseantes, la segunda, sobre la utilizacin pedaggica del conflicto. Sin embargo, el proceso de interaccin en clase, en lugar de reducirse a formas de comunicacin entre los interlocutores y de interdependencia de comportamientos, puede ampliarse a la creacin de una dinmica social fundada sobre la negociacin.
25 FERRY, G. La resberbe-intervention dans une classe, en Orientations, nm. 37, enero de 1971, pgs. 25- 36 KOHN, R. lobservaseur observe, en Education et dveloppement, nm. 94, mayo junio de 1974, pgs. 4-15.