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Mara - El Demonio Del Budismo
Mara - El Demonio Del Budismo
Mara - El Demonio Del Budismo
Ahora y hablando de Mara en tanto trmino (ms que en tanto ser) cuya
significacin ha variado a travs del tiempo y los distintos textos de la
tradicin budista, tenemos que sus acepciones han sido las siguientes:
El Demonio del Sexto Cielo: Aqu Mara es el demonio que rige el Sexto
Cielo o Mundo del Deseo. Puede as tentar a las personas con deseos
sensoriales como ocurre en la gula o la lujuria, pero tambin puede tentar
con un deseo mucho ms destructivo como es el deseo de poder y su
expresin extrema en el ansa de dominar y explotar a otros En esta
acepcin Mara es una deidad antropomrfica propia del mundo mitolgico,
pudiendo ser comprendido como un ser real, como un demonio y no como
un mero personaje simblico. No obstante cabe advertir que, esta creencia
en l como ser real, se halla prcticamente restringida al budismo popular, a
los individuos que no tienen comprensin terica de la doctrina budista. Por
otra parte, la naturaleza de Mara en esta acepcin no excluye su
comprensin como un ser que, si bien puede ser visto como real por
algunos, es evidentemente una personificacin del deseo como cadena
entre el hombre y el samsara (con el sufrimiento que esto conlleva).
Tambin se dice que personifica la capacidad inherente de hacer el mal y
que se deleita minando las energas vitales de la gente. Por ltimo, algo
curioso de Mara en esta acepcin es que se concibe como autor del infierno
personal en tanto artfice de la llamada satisfaccin del deseo. Esto se
entiende mejor si advertimos que, en el Budismo, el cielo y el infierno suelen
comprenderse como estados del sujeto, de modo que, si Mara satisface
nuestros deseos, no sufriremos lo suficiente como para desear liberarnos
del sufrimiento y emprender as el camino hacia la toma de conciencia de
las causas del mismo (este es el primer paso en la liberacin espiritual).
Un conjunto de deidades: Tal y como se ve en el Sutra Dhammacakkap
pavattana, habran varios Maras y no uno solo.
La personificacin de la muerte: Es aqu donde Mara aparece con ttulos
como Seor de la Muerte (Maccuraaja), Exterminador (Antaka), Gran Rey
(Mahaaraaja) o El Inescapable (Namuci). Y es que todo lo vivo cae bajo el
dominio de la muerte, pues todo ser viviente ha de morir y, en el caso del
hombre, renacer y nuevamente morir. Debido a ello se habla de la
ineluctable presencia de la muerte, evitable solo para quien ha alcanzado
el nirvana (liberacin del samsara).
La personificacin del mal: Esta acepcin se ha puesto aparte porque,
como personificacin de la muerte, Mara asume el carcter de una fuerza
exterior que siempre estar presente en la realidad aunque tal o cual ser
particular se libre de ella; mientras que, como personificacin del mal
(antes ya se explic qu es el mal para el Budismo), Mara es el conjunto de
tendencias que conforman aquella dimensin del individuo que se opone a
Lo anterior sugiere que parte de las races de Mara estn en los antiguos
mitos de India, tal y como se ve en la influencia de Namuci, demonio vdico
de las sequas. Dice al respecto Jnana Sipe:
Mientras que Namuci aparece inicialmente en el Canon Pali como l
mismo, en los primeros textos budistas tuvo que ser transformado para ser
el mismo que Mara, dios de la muerte. En la demonologa budista, la figura
de Namuci junto a sus asociaciones de mortfera hostilidad como
consecuencia de las sequas que representaba, fue tomada y utilizada en
vistas a la construccin del personaje simblico de Mara. As es El Maligno:
l es Namuci, amenzadando el bienestar de la Humanidad. Mara, no
amenazando con lluvias estacionales, sino ocultando u obscureciendo el
conocimiento de la verdad.
As mismo, Ananda Guruge escribe que Mara tiene varios roles distintos en
los textos antiguos, y que hasta parecera tratarse de personajes diferentes,
siendo unas veces la muerte encarnada, otras la representacin de las
emociones torpes y la tentacin, y otras una personificacin de los aspectos
que conforman la existencia condicionada.
Particularmente en el Dhammapada (libro supuestamente escrito por el
Buda Siddhartha Gautama), Mara es tomado como un personaje simblico
que representa los placeres egostas, la sensualidad, la ambicin, la
desmesura, el apego y todo lo que nos ata al mundo y nos impide la
percepcin de la verdad y la liberacin. Ocurre as que el Budismo, en su
pureza originaria, no habla de demonios sino en el plano de los
simbolismos, siendo que fue ms tarde cuando, en virtud de influencias
como las del folclore chino o japons, se empez a hablar de demonios
reales, aunque en su posterior evolucin el Budismo siempre estuvo
consciente de que tal concepcin de los demonios era propia de sus
aspectos mitolgicos y populares. Volviendo al Dhammapada, se pueden
citar los siguientes versculos como ejemplos que muestran el uso evidente
de Mara como ser simblico:
Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin
moderacin en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba,
como el viento derriba a un rbol dbil.
Dispersa, vagando sola, incorprea, oculta en una cueva, es la mente.
Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara.
Percibiendo que este cuerpo es frgil como una vasija, y convirtiendo su
mente tan fuerte como una ciudad fortificada vencer a Mara con el
cuchillo de la sabidura. Velar por su conquista y vivir sin apego.
Mara no encuentra el sendero hacia aquellos que son perfectos en la
virtud, viviendo vigilantes y libres de mancillas, a travs de la perfecta
realizacin (de las Verdades).
Aquellos que entran en el Sendero y cultivan la meditacin se liberan de
las garras de Mara.
El que se perturba con perversos pensamientos, que es excesivamente
vido, que se recrea en pensamientos de apego y aumenta ms y
ms la avidez, hace cada vez ms slidos los grilletes de Mara.
. Mara y Buda
Fue en el contexto de los relatos llamados jatakas en donde surgi Mara
como una personalidad demonaca bien definida aunque simblica, ms no
ya en la forma simple y meramente metafrica que se vea en el
Dhammapada, sino en la forma propia del relato alegrico. Estrechamente
vinculado a ese carcter alegrico que a veces se advierte en los jatakas
est el hecho de que los primeros relatos sobre la vida de Buda aparecieron
tres siglos luego de su muerte, a lo cual se suma el que fueron varios los
jatakas que se escribieron sobre l (el primer buda histrico), de modo que
todos esos textos no deben tomarse tanto como documentos histricos
pues fueron inspirados total o parcialmente (dependiendo del jataka) con
fines didcticos, pese a acotar datos suficientes para construir una biografa
de Buda.
Pero esa misma fuerza de su determinacin hizo que pronto Mara (el rey de
los demonios) se preocupase, enviando a sus ejrcitos para quebrar la
voluntad de Siddharta, quien respondiendo a la tentacin de Mara describi
(en cierta fuente) a sus ejrcitos de este modo: La sensualidad y los
placeres forman tu primer ejrcito, el segundo se llama Aversin. Tu tercer
ejrcito es el Hambre y la Sed, el cuarto, el Deseo. Tu quinto ejrcito es
Pereza e Indolencia, el sexto, Cobarda. Tu sptimo ejrcito es la Duda, el
octavo, la Hipocresa y la Estupidez. Ganancias, Fama, Honores y Gloria
falsamente obtenidos, la Alabanza de uno mismo y el Menosprecio de los
dems; ste es tu ejrcito.
. Interpretaciones de Mara
En la comprensin ortodoxa de las escuelas budistas Theravada y
Mahayana, partiendo del personaje simblico de Mara se elabor la teora
de los cuatro maras como elementos internos opuestos al logro de la
iluminacin. Estos son:
1) Las emociones turbadoras: principalmente la ignorancia-estupidezconfusin, el deseo-apego y la clera-odio. Estas emociones general karma,
por lo que ocasionan sufrimiento y nos mantienen en el samsara.
2) Los cinco agregados psico-fsicos: forma, sensacin, discernimiento,
composicin mental y conciencia. Estos agregados son fenmenos
impermanentes, no existen por s mismos (su existencia est condicionada)
y originan la ilusin del yo; en el sentido de que, si el yo se forma de estos
cinco agregados y estos cinco agregados son impermanentes, al
desmontarlos no queda nada, por lo que el yo es tambin impermanente y
no existe por s mismo.
3) El temor a la muerte: el temor a la muerte tiende a hacernos identificar
con el cuerpo (nos preguntamos: sobreviviremos si cesa el cuerpo?) y a
desear la continuidad de nuestra existencia, por lo que nos hace continuar
en el ciclo de reencarnaciones y, en tanto que el temor es una forma de
sufrimiento, del temor a la muerte puede decirse que es un sufrimiento que
nos ata a un mecanismo (samsara) en que se generan otros sufrimientos.
4) La seduccin del placer: el deseo que la seduccin del placer nos genera
puede conducirnos a una insatisfaccin en la que la frustracin, la envidia y
el odio florezcan, o bien puede, si es que es satisfecho, tenernos en un
estado de contento superficial que nos impida profundizar en la vida y
superar las ataduras en vistas a conseguir un bienestar incondicionado y
por tanto distinto y superior al bienestar de la satisfaccin del deseo de
placer, el cual siempre terminar por desembocar en la insatisfaccin
porque tarde o temprano, o bien se ir aquello que nos causa placer, o bien
tomaremos conciencia de que estamos vacos y la satisfaccin del deseo de
placer ya no podr salvarnos de nuestras carencias internas. Segn la
teora budista, este mara est vinculado a la alimentacin de la ilusin que
representa la falsa distincin entre el yo y los dems, la cual tiende a
conducirnos al egosmo, a la envidia y a otros estados de sufrimiento.