Sirena Selena Vestida de Pena
Sirena Selena Vestida de Pena
Sirena Selena Vestida de Pena
Volume xv Number 2
fall 2003
ABSTRACT
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sobrevivencia
prohibicin P.R.
(D)
siglas:
S = Sujeto
O = Objeto
D = Destinador
A = Ayudante
Op = Oponente
TRAVESTI
(S2)
Sirena
glamour
Martha
Graubel
Graubel (A)
Contreras
(O)
vender espectculos
ESQUEMA
cambio
de sexo
Factores
desconocidos (Op)
Como se desprende del esquema, las relaciones entre los personajes se caracterizan
por su simetra y circularidad. La estructura cclica de los observados juegos de
intereses impregna toda Sirena Selena vestida de pena; pinsese slo en que la novela
termina como comienza: Martha reclutacomo a Sirenaa nuevos travestis para
nuevos espectculos. Ms all de los juegos actanciales, la circularidad es tambin una
caracterstica del bolero, un gnero musical popular sumamente importante en el
el verbo pensar muestra que cantar boleros no es un juego gratuito para Sirena sino
producto de su lucidez.
Ahora bien, seducir no es slo un juego de apariencias, sino tambin una esttica
de la desaparicin. Lo que hace Sirena en realidad no es sino huir de sus explotadores:
huye tanto de Martha Divine como de Graubel y Contreras. Tambin estos ltimos
dos huyen, zafndose de sus responsabilidades. Santos afirma que en la protagonista
Selena, el travestismo siempre implica una huida. Selena emplea las mismas
definiciones con las que se nos define a los caribeos, el exotismo, la sensualidad y la
seduccin para tratar de escapar de la miseria ella siempre estar escapando porque
mientras uno no conozca lo que se es y ame lo que uno es, nada vale la pena (Rosales
y Zamora 2000). Sirena y los dems actores de la novela parecen conjugar las distintas
dimensiones de lo que Daz Quiones (2000) llama El arte de bregar13: en Puerto
Rico este verbo cuyo uso ha sido analizado detenidamente por el crtico, no significa
slo trabajar, sino que tambin se refiere al amor carnal. Bregar es un verbo
polismico que refleja bien el carcter polifactico del Caribe; se puede describir
como jugar sin saber de antemano cmo terminar el juego y sobrevivir con cierta
dignidad, aun cuando sea simulando teatralmente que se ha resuelto algo (ibid:32);
bregar consiste, pues, en un juego cuyo objetivo es armonizar intereses y necesidades
divergentes fingiendo o simulando algo a fin de sobrevivir. No es casual que en el texto
se encuentre la siguiente reflexin acerca de Martha, que ilustra bien la brega de los
personajes: Por algo ha vivido lo que vivi y se corri los riesgos corridos. Por algo ella
comercia con lo que comercia y sabe disimular la vida (...) No, mi amor, sin bases y sin
tacas, sin trucos y sin traicin la vida no es vida para quien la vive con ese peso en las
tripas (261). Tanto Martha como Sirena son maquiavlicos; tanto para ella como para
su hijito (14) el fin justifica los medios: la traicin, en lugar de ser una inaceptable
violacin tica, es un modo de vida para ellos.
Marx consideraba que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa.
La suerte del andrgino fue parecida: despus del dramatismo del mito de la cada,
de la separacin de los sexos, nos encontramos ya en nuestros das con la parodia de
la reconstruccin de la unidad andrgina. Por supuesto, el andrgino se ha
metamorfoseado en variantes sexuales como el travestismo y el transexualismo, que,
en realidad, parodian la figura mtica del andrgino por tender a serlo; expresan la
imposibilidad de recuperar un origen puro, la unidad original del universo; muestran
la imposibilidad del hombre moderno de integrar el mito del andrgino, su incapacidad
de vivirlo no slo en su sentido ertico, sino tambin metafsico y espiritual. El cruce
de gneros que representa el travesti impide fijarse en una identidad especfica: se
puede ser lo uno o lo otro, o bien, todo lo contrario, ambas cosas a la vez. El travesti
masculino no imita a la mujer sino que, de acuerdo con Sarduy (1999:1267), la limite
no existe para l, lo cual vale tambin para la situacin inversa de las llamadas female
to male.14 El travesti hace algo ms que parecerse a la mujer, enfatiza hasta la
caricatura los rasgos de la feminidad, desde los erticos hasta los psicolgicos.
En la novela, Martha Divine salta a la vista por sus ademanes tan femeninos,
demasiado femeninos, estudiadamente femeninos (9). Ya que el travestismo es la
performance de la identidad que no debera corresponderle al sujeto, es exactamente
esto lo que persigue Martha: lo ayud [a Sirena] a convertirse en quien en verdad
era (11), para de esta manera ayudarse tambin a s misma. Las referencias a Sirena
alternan entre l / lo y ella / la, lo cual podra considerarse como una forma de
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travestismo lingstico que sirve para subrayar la sexualidad e hibridez del personaje.
Esta alternancia ocurre a veces hasta en la misma oracin: Pero bien saba la Sirena
que para l no haba gran diferencia entre un hogar de crianza y un crculo en el
infierno (9; nfasis nuestro).
Ahora bien, qu relacin puede concebirse entre el bolero y el travestismo en la
novela y entre el travestismo y en el contexto colonial puertorriqueo? En la novela,
el rol de bolerista del travesti funciona como un doble espejo de la ambivalencia
sexual. Como poema caribeo, el bolero imita e incorpora la dimensin transitoria
de la vida urbana; el travesti, en cambio, imita e incorpora otro gnero. Sin embargo,
tanto el bolero como el travesti construyen un discurso sexualmente ambiguo e
inestable: ambos huyen de las definiciones de lo femenino y de lo masculino. Aunque
tradicionalmente se ha interpretado el bolero como un espacio donde el hombre
evoca la ausencia de la mujer, recientemente se ha reinterpretado como un discurso
en que los polos heterosexuales masculino / femenino se desestabilizan y se
confunden. La posicin del yo que canta, sea hombre o mujer, resulta a menudo
intercambiable con el t, mientras que, a su vez, el t puede transformarse siempre
en una ella o un l.15 La interpretacin del texto del bolero cambia no slo segn las
letras sino tambin segn el gnero sexual de los intrpretes y las caractersticas
vocales de cada cantante.16 Si la posicin del cantante de boleros es entonces de por s
una posicin ambigua e inestable, en el caso de una figura travesti la ambivalencia e
inestabilidad se llevan al extremo. Valga como ejemplo la escena en que Graubel
observa meticulosamente a Sirena: Como en el cine, contempl a un muchachitomujer frgil y malvada planificar gilmente los escenarios para las tramas enrevesadas
de un bolero de amor (136). La manera en que Graubel mira a Sirena, ese
muchachito-mujer frgil y malvada, resume toda la ambivalencia sexual del travestibolerista. Ya que Sirena focaliza igualmente a Graubel, ambos sujetos formulan as las
exigencias que satisfacen los deseos expresados en un bolero.
Adems, el texto del bolero es, como el travesti, un cuerpo donde el lenguaje se vuelve
movedizo, una estructura abierta que se acerca a la androginia. Pero si el travesti es,
como se ha dicho antes, ante todo, parodia de la figura mtica, el bolero tiende a
una plenitud andrgina (Zavala 1991:85). Por medio de esta semntica corporal,
tanto el bolero como el travesti se centran en la seduccin del otro. Lo que
apasiona a los travestis es la seduccin de los signos mismos; todo es maquillaje,
teatro, seduccin; el poder de seduccin del travesti viene de la parodiaparodia
del sexo por la sobresignificacin de ste.17 El bolero se caracteriza por el mismo
juego de identidades entre individuos que se observa en el travestismo: [el bolero]
invita a un juego de identidades en respuestas siempre ambiguas, puesto que nunca
habr la certeza sobre la naturaleza profunda del reconocimiento de los sujetos:
el/la otro/a puede mentir y el sujeto jams podr estar totalmente seguro de su pro
pia identidad (Zavala 1990:129). Los individuos se ponen mscaras segn les
convenga, pero paradjicamente nunca llegan a conocer su propia identidad.
... al Caribe como espacio de transgresiones
No es casual que, en la novela, Sirena, asumiendo del todo su papel de estrella (65),
dispone de tres posibles trajes (65) para poner en escena su espectculo; los tres
vestimentos del artista recuerdan los tres futuros con los cuales se desea vestir
Puerto Rico. A finales del siglo XX el dilema sigue flotando en torno a la isla:
estadidad, independencia o autonoma? Como ocurri con el andrgino, podra
decirseretomando a Marxque tambin Puerto Rico experiment un cambio de
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D
globalizacin
pobreza
A
colonialismo
S
Puerto Rico / Caribe
O
Primer Mundo
ESQUEMA
Op
colonialismo
el Caribe sino en varios lugares del mundo. La misma Mayra Santos afirma que en
el contexto actual de mercadeo de la identidad nacional, la palabra nacin sirve lo
mismo para hablar de independencia que para seguir con la colonizacin y vender
estabilidad.23 A finales del siglo XX, el colonialismo, contra el cual lucharon
generaciones de intelectuales y escritores, se ha transformado en una forma de
colonialismo lite, descafeinado, del cual no se sabe si favorece o deteriora la vida
cultural, social y econmica de la isla. En suma, es una forma de colonialismo que,
en su versin lite, ahora se viste de neo(n); pero es, en definitiva, el mismo
colonialismo que slo estrena un nuevo vestido ante el mundo como pblico
deseoso de espectculos. El Estado Libre Asociado de finales del siglo
XX ya no funciona como escaparate de progreso y libertad en un contexto
tercermundista, tal como fue el objetivo de la Operacin Manos a la Obra: bajo
el paraguas de la globalizacin, la colonia lite ya no se identifica slo con la isla
sino que se extiende a la dispora puertorriquea de Estados Unidos, ya que las
comunidades puertorriqueas viven una misma condicin marginal.24 Ms all
de la situacin colonial de la isla, podra decirse que la globalizacin afecta
tambin a los pases del Caribe supuestamente independientes, creando nuevas
dependencias. Pero lo interesante de lo lite es tambin la capacidad de movilidad
y simulacro que ofrece, su no-atadura a ningn cuerpo original, a ninguna
metafsica de causa y efecto (Duchesne 1991). Aparentemente, las naciones
caribeas ya no se encuentran atrapadas en una red colonial, sino que se
presentan como actores mviles, participantes en un juego estratgico de
intereses que superan las fronteras nacionales.
El extravagante y siempre metamorfoseante cuerpo de Sirena podra compararse
perfectamente con la manera en que la estrella cubana Celia Cruz usa estratgicamente
una semitica del cuerpo para cruzar mltiples fronteras. Por su carcter verstil e
hbrido, Sirena se acerca a esta artista caribea multifactica que hizo de la movilidad
su especialidad, movindose entre varios espacios geogrficos y gneros musicales.
En su artculo sobre Celia Cruz, Aparicio (1999:230) subraya el carcter transgresor
de la reina de la salsa, que logra crear una comunidad hemisfrica de oyentes latinos
y latinoamericanos, cruzando fronteras nacionales, generacionales y culturales.
Cruz logra, por tanto, transvestirse de mltiples subjetividades por medio de un
cuerpo espectacular y, desde este punto de vista, coincide con Sirena; para las dos
el travestismo constituye un intento de des-colonizarse, precisamente por medio de
espectculos, de lo lite; es decir, las dos artistas usan el espectculo como vehculo
de movilidad para rebelarse contra su condicin colonizada.
La transgresin de espacios y gneros de los personajes subraya, como un flujo
de investigacin potica, la condicin nmada de dichos personajes. Situando la
novela en la Repblica Dominicana, Santos extiende la experiencia puertorriquea
a una dispora dentro del Caribe, en ese contexto del deseo y de su travestismo
primermundista.25 Por consecuencia, sera errneo afirmar que Sirena representa
al personaje nacional tpico, ya que los dems pases caribeos (inclusive los
latinoamericanos) son tambin travestis por ser sociedades que, cada vez ms,
se visten de primer mundo.26 Esta perspectiva pan-caribea es interesante,
porque el estudio comparado de los pases caribeos esde acuerdo con
Grosfoguel (1996:27)algo completamente ausente entre la intelectualidad
puertorriquea: la mentalidad que prevalece es la de ver a Puerto Rico como
un pas tan nico que es incomparable con otros pases, incluso pases no
independientes del Caribe.
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AGRADECIMIENTOS
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N O TA S
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estar en la corriente del famoso globalismo, como en otros tantos pases de gran desarrollo
y cultura, se ha puesto de moda ser Hombre/Mujer. () Lo triste es que estos nuevos
She/Male son ridculos, absurdos y afectados, seres que no llegan ni a la categora de
travestis o transexuales. Trgicamente indefinidos, estos esperpentos son dignos de pena.
Tambin es llamativo el trabajo de Jimnez (1995:1527) sobre las implicaciones raciales del
travestismo en Puerto Rico, a partir del estudio de la figura de Diplo, un travesti popular
en los aos 50, a quien se refiere tambin en Sirena Selena vestida de pena (148).
19 Segn Martnez-San Miguel (1997:129), desde el siglo XIX la representacin de la
nacin por medio de una metfora corporal es una constante en la literatura
puertorriquea.
20 Para la posicin de los intelectuales puertorriqueos en el debate sobre la
postmodernidad, vase el reciente libro de Daz & Zimmerman (2001).
21
El trmino lite (distorsin del ingls light) fue por primera vez utilizado por Duchesne
(1991) en un debate con Carlos Gil sobre el independentismo puertorriqueo (discusin
que se dio en el primer nmero de la revista cultural Postdata). Ambos crticos aplicaron el
trmino al independentismo para debatirlo como ideologa finita: el metarrelato de la
revolucin ha dejado de tener sentido porque la prdica de una verdad absoluta ya no
funciona. Posteriormente, lite se ha convertido en un trmino comn entre los crticos
puertorriqueos, tanto de la isla como de EE.UU.; en esta expresin compuesta el
calificativo lite expresa la idea de que el colonialismo no ha desaparecido del todo sino
que, como seala Flores (2000:12), colonialism has been taking on a new face as its
economic and political legitimations become so thoroughly veiled by cultural and
commercial ones, and the colonial subject is mostly visible as a consumer. Podra decirse
que el trmino tuvo una suerte parecida a otro neologismo: nuyorican (o neorican), que ya
se usa generalmente para referirse a los puertorriqueos de EE.UU.
22
Pabn (1995:15) define el capitalismo lite como un capitalismo que se ha hecho
puertorriqueista, explotando para su beneficio los smbolos nacionales, que como la
bandera, representan nuestras costumbres, tradiciones y modo de vida. Es ste un
capitalismo posfordista que, como producto de los procesos de globalizacin e
internacionalizacin de la economa y de la cultura, busca incorporar al otro.
23
Vase Gemes (2000); Giannina Braschi (1998:161), otra escritora puertorriquea
residente en Nueva York, plantea el mismo dilema del estatus poltico de la isla en su
novela Yo-yo boing!, donde una voz se pregunta: Quin es ms fuerte, la isla que se vende
y come bien, o la que se mantiene erecta, y se muere de hambre y de soledad?.
24 Cf. Flores (2000:46).
25
En la novela se observa una segunda historia que se desarrolla paralelamente a la de
Sirena, en la que se narra la vida de dos jvenes dominicanos, Leocadio y su amigo
Migueles. Esta historia, en la que Leocadio funciona como doble de Sirena, muestra las
semejanzas entre la dispora puertorriquea y la dominicana: tanto los puertorriqueos
como los dominicanos comparten un mismo sueo ilusorio: mientras que el sueo de
Sirena es el de irse a Nueva York despus de su viaje inicitico al mundo del glamour de la
isla vecina, el amigo de Leocadio, Migueles, planifica ir a Puerto Rico, la isla que
simboliza para ellos el comienzo del mito del Sueo americano.
26 En una entrevista (Gemes 2000), Santos confirma que las ciudades caribeas y
latinoamericanas adoptan los usos y las maneras de naciones que no les corresponden a
fin de escapar de su realidad y acercarse a lo que cada da se ve ms lejos: el progreso y la
civilizacin; la escritora presenta el Caribe como un espacio con problemas comunes a
pesar de las diferencias, de los prejuicios y del desconocimiento mutuo existentes.
27
Cf. Quintero Rivera (1998:30508).
28 Cf. Diccionario de la Lengua Espaola, Real Academia Espaola, Madrid: Espasa Calpe, 1992.
29 Cf. Tamayo (2001:24).
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REFERENCIAS
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