Cuando El Traductor Comienza A Inventar
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Cuando El Traductor Comienza A Inventar
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Helena Lozano Miralles
CUANDO EL TRADUCTOR EMPIEZA A INVENTAR:
CREACIN LXICA EN LA VERSIN ESPAOLA
DE BAUDOLINO DE UMBERTO ECO*
Los traductores trabajan constantemente en los lmites de la lengua, intentando adaptarla (o romperla) para conseguir reflejar la especificidad del texto que vierten. As como, a veces, los escritores inventan un lenguaje nuevo, tambin los traductores necesitan hacerlo,
y para ello tienen que crear neologismos con finalidades puramente
expresivas. Es lo que me ha sucedido con la traduccin de Baudolino de Umberto Eco (2001).
Toda traduccin parte de una potica implcita o explcita dictada
por el texto que se traduce. Y esa potica, a su vez, se traduce en
estrategias lingsticas, textuales y discursivas. Al ser la potica de la
traduccin una prctica terica, como la define Henri Meschonnic,
no puede ser, por la teora de los textos que implica, una lingstica
aplicada, sino ms bien una potica experimental (1973: 327). As
pues, la introduccin de neologismos est estrechamente vinculada a
la lgica de una potica traductora, en cuya base podemos hallar tanto la invencin de un lenguaje como la presencia de numerosos elementos diatpicos en clave humorstico-pardica.
La lectura de Baudolino remite inmediatamente, para un semilogo, al paso del Tratado de semitica general donde se dice que la
funcin de la semitica es explicar la mentira. Junto al juego sobre la
mentira y sus lmites coexisten elementos procedentes no slo de
obras tericas como Arte y belleza en la esttica medieval, o Las poticas de Joyce, sino tambin de la coleccin por excelencia de divertissements: el Diario mnimo, sobre todo el Segundo. En cambio,
aparte de la Edad Media, con El Nombre de la rosa no se ven muchas
afinidades, empezando por el estilo, que en Baudolino es popular,
como declara su autor:
* Ponencia presentada en el Congreso Internacional La Neologia (Universit di Bologna Scuola Superiore di Lingue Moderne per Interpreti e Traduttori, Forl, 4-5 de mayo de 2001). La presente ponencia aparecer en las actas de este congreso, actualmente
en preparacin a cargo de P. Capanaga e I. Fernndez Garca.
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El nombre de la rosa est escrito en estilo elevado, ste en estilo popular. El
lenguaje es el de los campesinos de la poca o el de los estudiantes parisienses que hablan como los ladrones. Nada de latn, salvo alguna palabra.
Es el tpico juego de alguna cita posterior escondida, pero con la idea de
que sean frases inventadas precisamente por Baudolino, y que otros despus podran haber copiado.
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tiva produce la ilusin de objetos en relieve2 se transforma en lo siguiente:
Ma qui appunto si precisa come la meccanica mondrianiana a lui si presti
solo nel limite di un termine di trapasso da nozione a coscienza della realt, dove questa sar s rappresentata nella sua prontezza fenomenica pi
esigente, ma grazie a un puntuale astrarsi, si amplier in una surrogazione
operazionale di pi vasta e impervia portata (Buzzati 1958: 514).
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Cancella il mondo, o sdrnfano! Ti dico
Cancella questingubbio ammorboluto;
inutile timpare a cinciafico
Gli sbrgi dun blafnfero fognuto.
Che fanno i morzacacchi, i gloriconi?
Strabosciano in moffucci, in godicaglie.
Che fanno i migarelli? A strabuconi
Gratterchiano le zocchie e le morcaglie.
Ah Sdrnfano vantardo e carpiniero
Strabasta con gli sbrilli e con le ciance.
tempo, metatempo, stratempiero:
Cancella il mondo, Sdrnfano, stracance! (1994: 71).
Poesa que se titula Che fanno?. A lo cual le responde Julio Cortzar en Rayuela (cap. 68):
Apenas a l le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clmiso y caan
en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez
que l procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tena que envulsionarse de cara al nvalo, sintiendo cmo poco a poco las arnmillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se han
dejado caer unas flulas de cariaconcia. () Volposados en la cresta del
murelio, se sentan balparamar, perlinos y mrulos. Temblaba el troc, se
vencan las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pnice, en
niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el lmite de las gunfias (Cortzar, 1963: 378).
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mentiroso, las epifanas no mienten (o por lo menos, no deberan).
Dante en el De vulgari eloquentia (I, XV, 7) se refera as al lenguaje de Alejandra del Piamonte:
Le citt di Trento e Torino, nonch di Alessandria, sono situate talmente vicino ai confini dItalia che non possono avere parlate pure; tanto che, se
anche possedessero un bellissimo volgare e invece lhanno bruttissimo ,
per come mescolato coi volgari di altri popoli dovremmo negare che si
tratti di una lingua veramente italiana.
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lingue di struttura simile e di forte affinit culturale come le romanze assume spesso il carattere, pi che di traduzione, di trasposizione verbale con
altissima percentuale di significanti, lessemi e morfemi, comuni, e identit
nelle strutture sintattiche, di trasmissione e metamorfosi continua, con interferenza massima e contrasti minimi (Folena 1991: 12-13).
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- Gentes, aguzad el odo. [] porque sois unos tarlocos que veis el cielo
por un embudo []. Si hay algn haragn trashoguero que quiere salirse
por peteneras, que lo diga enseguida y lo cuelgo de aquella encina (Eco, 1995: 29).
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Para inventarme la lengua, consulto el Manual de gramtica histrica del espaol y los Orgenes del espaol de Ramn Menndez Pidal, la Historia de la lengua espaola de Rafael Lapesa; pero no
construyo un texto fillogico: tampoco Eco se inspira en los Sermones Subalpinos 3, que son el primer documento del piamonts (de los
siglos XII-XIII), sino ms bien en la Sentencia Capuana, primer documento del italiano que se remonta a 960: sao ko kelle terre, per
kelle fini que ki contene, trenta anni le possette parte s(an)c(t)i Benedicti; y no menosprecia la cita culta, como la Adivinanza de Verona (calamus ke alba pratalia).
El dialecto alejandrino tiene una extensin geogrfica limitada, es
uno de los cuatro dialectos que forman parte del galo-itlico (con la
lengua de los Estados de la Casa de Saboya, la lengua del Monferrato y la del rea de Saluzzo). El galo-itlico se caracteriza por la escasez de consonantes dobles, por la abundancia de palabras agudas y
acabadas por consonante, as como por la presencia caracterstica de
vocales como // y // (vase Marazzini 1992).
El juego est entonces en recrear la sonoridad del original; no
consiste en escribir en un espaol medieval, sino en una lengua vehicular que poda escribir alguien como Baudolino, nacido en la niebla de la llanura padana.
(1a) ma forse non li importa a nessuno in chancelleria skrivono tutto anca
quando non serve et ki li trova [questi folii] si li infila nel bs del k non se
ne fa negott (Eco 2000: 5).
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Para el milans, en cambio, se ha decidido mantener la forma fnica mediante un desplazamiento del sentido de nada a la locucin
hacer negocio, es decir, obtener provecho de lo que se hace mediante un latinizante negotium, cuya forma fnica se parece mucho
al trmino milans de partida. Una operacin parecida se puede observar en este segundo ejemplo:
(2a) fistiorbo ke fatica skrivere mi fa gia male tuti i diti (Eco 2000: 6).
(2b) fistiorbus ke cansedad eskrevir; me facen ya tant mal todos los dedos
(Eco 2001: 8).
Para completar brevemente la descripcin de procedimientos lxicos del primer captulo, veamos el siguiente ejemplo, donde el trmino kypione procede del dialecto turins, y el lector italiano atento lo interpreta gracias a los sodomiten (con forma germanizada,
pues) que aparece poco antes:
(3a) quel siniore a deto ke lui era un gran comes palatinus et ke tra gli alamanni non cerano Sodomiten ke cosa sono quelle sodomite l a deto mio
padre et o spiegato ke sono i kypioni figuriamoci a detto lui i kypioni ci
sono dapertutto (Eco 2000: 14).
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efecto cmico se pierde en espaol) empleando el trmino medieval
bujarrn5:
(3b) aqueste sennor a dicto ke elle era un gran comos palatinus et ke entre
los alamanos non auen sodomiten
ke son aquestas sodomitas a dicho el myo padre et ele esplicado ke son los
kypiones o meyor los buxarrones
figuremonos a dicho Galiaudo los kypiones estan por do quiera (Eco 2001:
15).
5
El trmino aparece incluido en el Vocabulario medieval castellano de Cejador y
Frauca: S. BADAJ., 2, p. 249: Vellacazo, bujarrn aunque Corominas, Diccionario etimolgico castellano e hispnico, documenta la primera aparicin en 1526. Sanmartn
Sez (1999) documenta la presencia usual de bujarrn en el lenguaje de germanas del
siglo XVI.
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rismo espontneo, sustituir los prstamos por equivalentes castellanos, ms transparentes y comprensibles pero estilsticamente menos
marcados (Gmez Capuz 2000: 153).
Para todo lo dems la creacin neolgica de esta traduccin se
comporta como la interferencia, con prstamos de rasgos lingsticos tanto de tipo lxico como de tipo fraseolgico.
A veces la introduccin de una unidad fraseolgica resulta sencilla, pues ya se encarga el texto italiano de explicar su sentido, como
en el caso de la colocacin verbal dialectal Squatagn cme un babi:
(4a) S, ma poi arriva il Barbarossa e vi squatagna come un babio, ovverosia vi spiaccica come un rospo (Eco 2000:167).
(4b) S, pero luego llega el Barbarroja y os escuataa como a un babio, o
hablando propiamente, os revienta como a un sapo (Eco. 2001: 161).
Donde ciciolino (sic) significa nio bonito, y quizs los conocedores de la historia reciente italiana recuerden a Cicciolina, pornodiva elegida en el Parlamento italiano en los aos ochenta. Por su
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forma, esta palabra contiene un sufijo -ino muy productivo en italiano, con valor de diminutivo carioso (amorino, poverino, gattino) o irnico (pensierino, malatino).
La intencin claramente irnica de la oracin quedaba algo desdibujada con el empleo de la forma hbrida chichito6, es decir, aplicando el diminutivo ms usado en castellano, y lo mismo suceda
con otros diminutivos como chichillo o chichete. Descartado tambin chichn por su connotacin geogrfica demasiado evidente,
pareca interesante dejar la forma italiana reforzndola con la traduccin de bel con mozo, pasando pues de un registro si se quiere
infantil a uno ms adolescente y ms provocador.
(6b) Pero qu chichino ms mozo que eres, por qu no te vienes a pasar la Nochebuena conmigo que te enseo a hacer el bicho de ocho patas?
(Eco 2001: 162).
6
Presente en el Diccionario de Uso del Espaol, de Mara Moliner, con el significado nio pequeo.
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muy difundida y muy usada (aun con distribucin regional evidente).
Me interesaba, por lo tanto, reproducir la enorme variedad de blasfemias que hay en italiano, y poner en evidencia la creatividad que tiene la lengua coloquial italiana al respecto. El medio era el calco semntico para conseguir que la blasfemia coexistiera con la pura
mencin de las esencias por decirlo con Cortzar, y entonces diufaus (Eco 2000: 12) se convierte en vlameundeofalsso (Eco 2001:
14); ventrediddio, madonnalupa, mortediddio (Eco 2000: 23), llegan al castellano como Vientrededis, virgenloba, muertededis
(Eco 2001: 23).
Un caso que me suscit muchas dudas fue el de Ciula. Segn el
Dizionario etimologico dei dialetti italiani (Cortellazzo / Marcato
1992) Cila (o cila) significa
scroto, membro virile e figuratamente stupido [] ciolin, ciola (pene); ciol
(copulare), dal lat. colea, testicoli (o da kion. onos, gr.: colonnetta, birillo).
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cuario, funcionario, bibliotecario) sino para jugar con su matiz culto
de nombre de la persona a cuyo favor se realiza una accin como
arrendatario, destinatario, cesionario, feudatario, beneficiario. Y entonces tenemos a un
(8c) Chulandario del bote (Eco 2001: 166).
Cuando se llega, por fin, a la frase clave para Aleramo Scaccabarozzi alias el Chula, el trmino ha recibido ya una lexicalizacin correcta:
(8a) Aleramo Scaccabarozzi, que le llamaban, s, Chula, pero era hombre
robusto y de confianza, y de pocas preguntas (Eco 2001: 318).
Lo mismo sucede con gnecco: tonto, duro de mollera, introducido en la sinapsia tonto del haba:
(9a) Vedi che sei gnecco? Nostro Signore era il figlio di un falegname e stava con dei morti di fame peggio di lui (Eco 2000: 280).
(9b) lo ves que eres eco del haba? Nuestro Seor era el hijo de un carpintero y estaba con unos muertos de hambre peor que l (Eco 2001: 275).
O, para concluir, con balosso: bribn, pcaro que entra en disyuncin con golfo:
(10a) Fossero passati anche trentanni, quello sguardo da balosso non lhai
proprio perduto (Eco 2000: 160).
(10b) As que hubieren pasado treinta aos esa mirada de golfo baloso
desde luego no la has perdido (Eco 2001: 155).
En fin, ya lo deca Cervantes traducir de lenguas fciles ni arguye ingenio, ni elocucin, como no le arguye el que traslada, ni el que
copia un papel de otro papel. Ahora bien, la estrategia de la epifana, que podra parecer una estrategia de traduccin palabra por palabra, la nica capaz de garantizar la tan deseada fidelidad, en lugar
de asegurarla, abre el texto a la libre imaginacin del lector.
Pero aun as, la traduccin debe conseguir que no se escape
completamente, imponerle lmites, vnculos contextuales, criterios interpretativos, si es verdad que en el relato de un mentiroso las epifanas no mienten. Y an menos la traduccin. As pues, si el lector
descubre extraezas, que no se inquiete, que disfrute de ellas porque
el nico que miente en la novela es Baudolino.
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