Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica
Comarca de los Vélez. Almería
mático, recorriendo un amplio espectro geográfico que nos
II Congreso
II Congreso
JULIÁN MARTÍNEZ GARCÍA & MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ (Coord.)
Arte Rupestre Esquemático
en la Península Ibérica
Comarca de los Vélez. Almería
ACTAS DEL II CONGRESO DE
ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO
EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Comarca de Los Vélez, 5-8 de Mayo 2010
Julián Martínez García - Mauro S. Hernández Pérez (coord.)
ACTAS DEL II CONGRESO DE
ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO
EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Comarca de Los Vélez, 5-8 de Mayo 2010
Organiza:
Grupo Desarrollo Rural Los Vélez
Colaboran:
Ayuntamientos de Vélez-Blanco, Vélez-Rubio, María y Chirivel
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica
Comarca de Los Vélez, 5-8 de Mayo 2010
Edita: Ayuntamiento de Vélez-Blanco
© Coordinadores: Julián Martínez García - Mauro S. Hernández Pérez
© Textos e imágenes: Los autores
Diseño y maquetación: Bernabé Gómez Moreno
Año edición: 2013
Portada: María José Martínez y José M. Parra
Imprime: Lince Artes Gráficas
ISBN: 978-84-616-6583-9
Depósito Legal: AL 953-2013
ÍNDICE
11
EL ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO CONSERVADO EN LA COMISIÓN DE INVESTIGACIONES PALEONTOLÓGICAS Y
PREHISTÓRICAS
BEGOÑA SÁNCHEZ CHILLÓN*
19
CONSIDERACIONES SOBRE LOS MOTIVOS ASTRALIFORMES EN EL ARTE ESQUEMÁTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
JOSÉ FERNÁNDEZ QUINTANO*
25
SÍMBOLOS PARA LOS MUERTOS, SÍMBOLOS PARA LOS VIVOS. ARTE MEGALÍTICO EN ANDALUCÍA
P. BUENO RAMIREZ*
R. DE BALBÍN BEHRMANN*
R. BARROSO BERMEJO*
49
PRIMERA APROXIMACIÓN A LAS PINTURAS RUPESTRES DE CUEVA HAIZEA (VÉLEZ BLANCO, ALMERIA)
JOSÉ ÁNGEL OCHARAN IBARRA
61
ALAHAPRIETA (ÁLORA), NUEVO CONJUNTO DE ESTACIONES DE ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO EN LA PROVINCIA DE
MÁLAGA
LUIS EFRÉN FERNÁNDEZ*
JOSÉ LUIS SANCHIDRIÁN**
67
SOBRE LOS ANTROPOMORFOS ESQUEMÁTICOS EN MÁLAGA: REFLEJO DE UNOS GRUPOS SOCIALES QUE MANTUVIERON
UN ARTE SUBJETIVO
PEDRO CANTALEJO DUARTE
MARÍA DEL MAR ESPEJO HERRERÍAS
LIDIA CABELLO LIGERO
SERAFÍN BECERRA MARTÍN
JAVIER MEDIANERO SOTO
ANTONIO ARANDA CRUCES
JOSÉ MORA DOMÍNGUEZ
81
NUEVO HALLAZGO DE ARTE ESQUEMÁTICO EN LA SIERRA NORTE DE CÓRDOBA
ARACELI CRISTO ROPERO
Mª ÁNGELES MEDINA ALCAIDE
ANTONIO JESÚS ROMERO ALONSO
85
ABRIGO ESQUEMÁTICO DE EL CASTILLAREJO (LUQUE): ¿ARTE LEVANTINO EN CÓRDOBA?
ARACELI CRISTO ROPERO
Mª ÁNGELES MEDINA ALCAIDE
ANTONIO JESÚS ROMERO ALONSO
89
PINTURA RUPESTRE ESQUEMÁTICA EN LOS TAJOS DE LILLO (LOJA, GRANADA) Y EL MODELO ANTIGUO DEL ARTE
ESQUEMÁTICO
JULIÁN MARTÍNEZ GARCÍA *
105
ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO Y POBLAMIENTO NEOLÍTICO DE SIERRA HARANA (GRANADA)
MARCOS FERNÁNDEZ RUIZ*
113
PINTURA RUPESTRE ESQUEMÁTICA EN SIERRA MORENA ORIENTAL Y SUBBÉTICO GIENNENSE
MIGUEL SORIA LERMA*
MANUEL GABRIEL LÓPEZ PAYER*
DOMINGO ZORRILLA LUMBRERAS*
137
EL YACIMIENTO PREHISTÓRICO DE LA CUEVA DEL SALIENTE (ORIA-ALBOX, ALMERÍA)
ANTONIO GONZÁLEZ RAMÓN*
INMACULADA LÓPEZ RAMÓN**
141
REFLEXIONES SOBRE LOS ARTES ESQUEMÁTICOS ENTRE LAS CUENCAS DE LOS RÍOS SEGURA Y JÚCAR
MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ*
153
UNA NUEVA ESTACIÓN DE ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO EN MURCIA: LOS CUCHILLOS
MARGARITA DÍAZ-ANDREU*
FRANCISCO ESCOBAR GUÍO**
EMILIANO HERNÁNDEZ CARRIÓN***
ESTER PIÑERA MORCILLO**
JOAQUÍN SALMERÓN JUAN**
8
163
PINTURAS RUPESTRES DEL ABRIGO RIQUELME (JUMILLA, MURCIA), AVANCE DE SU ESTUDIO
ANTONIO JAVIER MEDINA RUIZ*
FRANCISCO JAVIER MARTÍNEZ COLLADO**
EMILIANO HERNÁNDEZ*
CARRIÓN, MIGUEL SAN NICOLÁS DEL TORO**
175
ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO EN LA SIERRA DE AITANA: LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN Y NUEVOS DESCUBRIMIENTOS
VIRGINIA BARCIELA GONZÁLEZ*
FRANCISCO JAVIER MOLINA HERNÁNDEZ**
185
LAS PINTURAS ESQUEMÁTICAS DE LA COVA DE LA SARSA (BOCAIRENT, VALÈNCIA): NUEVAS LÍNEAS DE DOCUMENTACIÓN
Y ESTUDIO
ESTHER LÓPEZ-MONTALVO*
CARLES MIRET I ESTRUCH**
JOSEP LLUIS PASCUAL BENITO***
197
NUEVA APORTACIÓN AL ESTUDIO DEL ARTE ESQUEMÁTICO EN LA CUENCA MEDIA DEL JÚCAR. LAS CUEVAS DEL OLIVAR
(TOUS, LA RIBERA ALTA, VALENCIA)
XIMO MARTORELL BRIZ*
203
ARTE ESQUEMÁTICO EN EL ABRIC DEL CASTELL DE VILAFAMÉS (CASTELLÓN)
PERE MIQUEL GUILLEM CALATAYUD*
RAFAEL MARTÍNEZ VALLE*
213
ARTE ESQUEMÁTICO EN LA CUENCA DEL EBRO. PARTE 1ª: CONCEPTO, TEMAS Y CRONOLOGÍA
VICENTE BALDELLOU*
223
ARTE ESQUEMÁTICO EN LA CUENCA DEL EBRO 2: EXTENSIÓN, PARALELOS MUEBLES Y YACIMIENTOS ASOCIADOS
PILAR UTRILLA*
243
ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO PRE-HISTÓRICO. NUEVA INTERPRETACIÓN DE LOS CARROS DE REMOSILLO (OLVENA,
HUESCA).
MANUEL BEA*
253
UN NUEVO GRUPO DE ARTE ESQUEMÁTICO EN EL PIRINEO OCCIDENTAL ARAGONÉS: EL NÚCLEO DE SALVATIERRA DE
ESCÁ (ZARAGOZA)
MANUEL BEA*
JOSÉ IGNACIO ROYO GUILLÉN**
MARIO GISBERT***
263
ARTE POSTPALEOLÍTICO EN EL VALLE DEL ERESMA
MANUEL SANTOS ESTÉVEZ
271
ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL ARTE ESQUEMÁTICO EN LA PROVINCIA DE ZAMORA: SITUACIÓN ACTUAL Y MEDIDAS
DE PROTECCIÓN PARA SU PRESERVACIÓN
JOSE CARLOS SASTRE BLANCO*
ÓSCAR RODRÍGUEZ MONTERRUBIO**
279
UN SIGLO DE INVESTIGACIÓN PARA LA PINTURA RUPESTRE ESQUEMÁTICA DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ. EVOLUCIÓN
DE LA METODOLOGÍA Y NUEVAS APORTACIONES.
ISABEL M. DOMÍNGUEZ GARCÍA*
HIPÓLITO COLLADO GIRALDO**
JOSÉ JULIO GARCÍA ARRANZ***
287
REFLEXIONES SOBRE LA FASE INICIAL DEL ARTE RUPESTRE ESQUEMÁTICO EN EXTREMADURA A RAÍZ DE LAS RECIENTES
INVESTIGACIONES.
HIPÓLITO COLLADO GIRALDO*
JOSÉ JULIO GARCÍA ARRANZ**
301
A ARTE ESQUEMÁTICA PINTADA EM PORTUGAL
SOFIA SOARES DE FIGUEIREDO*
ANTÓNIO MARTINHO BAPTISTA**
317
ARTE ESQUEMÁTICO EN PORTUGAL: LOS ABRIGOS CON PINTURAS DEL MACIZO CALCÁREO EXTREMEÑO
ANDREA MARTINS*
II CONGRESO VELEZ, 2010
9
REFLEXIONES SOBRE LOS ARTES ESQUEMÁTICOS ENTRE
LAS CUENCAS DE LOS RÍOS SEGURA Y JÚCAR
Mauro S. Hernández Pérez*
Resumen:
Las tierras entre las cuencas de los ríos Segura y Júcar aportan una excepcional información sobre el Arte Esquemático
de la península Ibérica. Son abundantes las imágenes esquemáticas que decoran las cerámicas y objetos de hueso. A
partir de ellas se realiza una propuesta de datación de las pinturas rupestres. Su origen remota al Neolítico Antiguo y
perdura hasta la Edad del Bronce.
Palabras claves: Historiografía. Arte Esquemático. Arte Esquemático Antiguo. Neolítico. Edad del Cobre. Edad del
Bronce.
Abstract:
The lands between the rivers Júcar and Segura provide outstanding information about the Schematic Art of the Iberian
Peninsula. Schematic images that decorate pottery and objects of bone are abundant. From this archaeological record,
a dating of the paintings is proposed. The origin is the ancient Neolithic period and continues to the Bronze Age.
Keywords: Historiography. Schematic Art. Ancient Schematic Arte. Neolithic. Copper Age. Bronze Age.
“Este descubrimiento es exclusivamente mio, saca airosos los dibujos de
Cárdenas, y me proporciona la gloria de ser el primero de España que dá a
conocer una escritura prehistórica enteramente nueva y desconocida”.
M. de Góngora y Martínez, 1868: 70
Desde el pionero descubrimiento de las pinturas
rupestres de la Cueva de Los Letreros, en Vélez Blanco
(Almería), y de su publicación en 1868 por parte de Manuel
de Góngora en las Antigüedades Prehistóricas de Andalucía las
tierras comprendidas entre las cuencas de los ríos Segura y
Júcar constituyen un extraordinario referente del denominado
Arte Esquemático peninsular. Este horizonte artístico es
excepcional en este territorio por el número de yacimientos
conocidos, la abundancia y diversidad de sus imágenes y, en
especial, por la información que ofrece acerca del mundo
simbólico de las primeras comunidades de agricultores y
ganaderos y sobre su evolución hasta su desaparición –o
transformación- tras la aparición y desarrollo de las sociedades
complejas.
Manuel de Góngora identiicó las pinturas de Los
Letreros como “una escritura prehistórica enteramente nueva
y desconocida” (de Góngora, 1868: 70). En los inicios del siglo
XX otras pinturas similares, como las de la Cueva de La Granja
(Jimena, Jaén), también se relacionaron con “un sistema de
escritura más o menos embrionaria” (Gómez Moreno, 1908),
con “esbozos de escritura ibérica” las de Peña Escrita (Tárbena,
Alicante) (Jiménez de Cisneros, 1922: 319) o como letras de un
antiguo jeroglíico (Rocafort, 1908) una controvertida escena
de caza de ciervo y un ciervo muerto de Cogul (Lérida). Sería
precisamente este yacimiento catalán, conjuntamente con el
de la Val del Charco de Agua Amarga (Alcañiz, Teruel), los que
permitieron identiicar estos motivos como “esquematizados”,
“estilizados” o “abstractos”, frente a las imágenes naturalistas
y las escenas del que pronto se denominaría Arte Levantino.
En la segunda década del siglo XX se suceden los
hallazgos de arte rupestre en el ahora denominado Arco
Mediterráneo de la península Ibérica, que la UNESCO incluyó
* Departamento de Prehistoria. Universidad de Alicante. E-mail: mauro.hernandez@ua.es
Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación HAR 2009-13723 “VIII-IV milenio cal. B.C. Arte rupestre, poblamiento y cambio cultural
entre las cuencas de los ríos Júcar y Segura”, inanciado por la DGICTYT del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
II CONGRESO VELEZ, 2010
141
Figura 1.- Cerro del Bosque (Alpera-Ayora). 1: Cueva de Tortosilla (Ayora,
Valencia); 2: Cueva del Queso (Alpera, Albacete). 3: Cueva de la Vieja (Alpera,
Albacete) Foto: Mavixi
Figura 3.- Minateda (Hellín, Albacete)
Figura 2.- Barranco del Vizconde (Ayora, Valencia). Foto: Mavixi
Figura 4.- Cuevas de la Araña (Bicorp, Valencia)
en 1998 en su lista de Patrimonio Mundial. En el territorio
objeto de análisis se descubren los grandes conjuntos de
Tortosilla (Ayora, Valencia), cuevas de la Vieja y del Queso
(Alpera, Albacete), Cantos de la Visera (Yecla, Murcia) y
Minateda (Hellín, Albacete) (igura 1).
En la Cueva de la Vieja abundan los motivos
levantinos, reduciéndose las representaciones esquemáticas
a serpentiformes, zoomorfo y varios antropomorfos, dos de
ellos en forma de doble Y unidos por sus extremidades. J.
Cabré relaciona estas imágenes con otras neolíticas del Sur
de España (Cabré, 1915: 200), al tiempo que las incluye en la
quinta fase de las pinturas de la Vieja, el Queso y Tortosilla y
las identiica como una “degeneración” de las levantinas. De las
descripciones de J. Cabré es, asimismo, de interés su referencia
a un triple zigzag pintado en el centro de la composición,
debajo de un individuo encaramado a un palo o árbol, que
en la secuencia de estos yacimientos pertenece a la segunda o
tercera fase, similar a otro de la vecina Cueva del Queso que
“sin duda alguna es de época ó fase de las pequeñas cabras
montesas” (Cabré, 1915: 201).
Con ocasión del descubrimiento de los conjuntos
de Alpera y Ayora se descubren otros abrigos con Arte
Esquemático a los que apenas se les presta atención. Uno de
ellos se localiza en el Barranco del Vizconde (igura 2), del
que “sólo se conservan unas rayas horizontales indescifrables”
(Serrano, 1912). También se hace referencia a una Cueva
142
Negra, que se divisa desde Almansa, con “bastantes pinturas
paleolíticas y neolíticas” y otra pequeña cueva sobre la Cueva
del Rey Moro, en el Cerro de Meca, en cuyo “interior se
aprecian aun, puntuaciones en rojo” (Cabré, 1915).
Pronto se convertiría Minateda, por la abundancia y
diversidad de sus imágenes y su estudio por parte de H. Breuil,
en el yacimiento clave para explicar la secuencia artística de
la España mediterránea (igura 3). De su estudio interesa
destacar en esta ocasión sus observaciones sobre los motivos
esquemáticos. Considera que de los 13 grupos o series, la
primera era “incontestablement las plus ancienne, présente
tous les caracteres d’un art à ses debuts, fort modeste, encore
hésitant entre le naturalisme et le schématisme” (Breuil,
1920: 49), describiendo sus motivos como “plus ou moins
schématisques et semischématiques”. En su opinión estos
motivos de la serie 1 son anteriores al Arte oriental-Art du
Levant-Arte Levantino, mientras a partir de la serie 10 “la
décandence se marque nettement; elle s’accentue rapidament
dans les séries onze et douze, de plus en plus conventionnelles
et schématiques, et se consomme para la disparition et tout
sentiment des formes et le règne de l’art sytilisé dans le
traizième” (Breuil, 1920: 49).
El descubrimiento en 1920 de las Cuevas de la Araña
(Bicorp, Valencia) marcó el inicio de una serie de hallazgos de
arte rupestre en la cuenca del Júcar (igura 4). En el estudio
de este conjunto E. Hernández Pacheco incluye varios de
Figura 5.- Abric voisin de la Cueva Negra de Meca - Abrigo de Pedro Mas (Ayora, Valencia). Calco: H. Breuil
sus motivos –arqueros y zoomorfos-, en la fase sexta de sus
pinturas que fecha al “inal del mesolítico o del neolítico, si
bien anteriores a las esquemáticas y simbólicas del eneolítico”
(Hernández Pacheco, 1924: 126). Al mismo tiempo es
partidario de una evolución lineal del arte rupestre regional
que “degenera” en una evolución lógica del arte naturalista
hasta el esquemático y simbólico del Eneolítico.
La denominación de Arte Esquemático se generalizaría
a partir de la publicación del Corpus de la Pintura Esquemática
en la península Ibérica (Breuil, 1933-1935; Breuil y Burkit, 1929)
(igura 5). En las décadas siguientes se suceden los hallazgos
en este territorio y se publican algunos conjuntos, siempre
infravalorados por la presencia del Arte Levantino. Al mismo
tiempo se mantienen las iniciales propuestas cronológicas,
sustentadas en su semejanza con las decoraciones cerámicas
de Los Millares y en los ídolos de piedra y hueso, sobre los
que L. Siret había realizado importantes contribuciones acerca
de su signiicado, simbolismo y paralelos mediterráneos
orientales (Siret, 1907 y 1908).
Tras la extraordinaria síntesis de P. Acosta y las
también notables propuestas de F. Jordá, A. Beltrán y E. Ripoll
sobre la cronología del Arte Esquemático (Hernández Pérez,
2007), en especial de aquel que comparte territorio con el
Arte Levantino, como ocurre en el área objeto de análisis, los
años 80 del pasado siglo marcan una inlexión en el estudio
de este horizonte artístico en el Levante y Sudeste peninsular,
del que las aportaciones en el I Coloquio Internacional sobre
Arte Esquemático de la península Ibérica, organizado por el
profesor F. Jordá en la Universidad de Salamanca, constituye
un excepcional ejemplo. Para F. Jordá el Arte Esquemático
se inicia a ines del Neolítico, adquiere su pleno desarrollo
durante el Calcolítico y perdura hasta comienzos de la Edad
del Hierro (Jordá, 1983). E. Ripoll y A. Beltrán, en línea con
sus anteriores propuestas (Beltrán, 1975-1979; Ripoll, 1968),
discrepan sobre la relación entre los artes artes Levantino y
Esquemático, insistiendo A. Beltrán que habría que abandonar
la idea de que este último “surge en España como una evolución
del levantino y aceptar que resulta de la importación de nuevas
ideas y de un cambio rotundo de mentalidad” (Beltrán, 1993:
39). Para E. Ripoll, en cambio, “el arte esquemático se originó
en el Sudeste, ocupó luego la Sierra Morena al mismo tiempo
que las montañas levantinas” y su cronología “iría desde
el establecimiento de los eneolíticos en el Sudeste hasta las
últimas duraciones de la Edad del Bronce y comienzos de la
Edad de Hierro ya en tiempos protohistóricos” (Ripoll, 1993:
32).
En aquellos años los trabajos de A. Marcos Pous (1977
y 1980) y del equipo de J. Carrasco (Carrasco y Pastor, 1980;
Carrasco et alii, 1982) para Andalucía y los que en esa misma
década se realizan en Alicante señalan la presencia de imágenes
de “tipología esquemática” en cerámicas del Neolítico Antiguo
regional (Martí y Hernández, 1988), propuestas que a partir de
inales del pasado siglo todos los investigadores, sin bien con
algunas notables excepciones, parecen compartir. La revisión
de antiguas colecciones y los nuevos hallazgos han permitido
incorporar una excepcional información sobre la cronología
del Arte Esquemático de la fachada oriental de la península
Ibérica, entre los que cabría destacar la excelente revisión de
P. Torregrosa Giménez y de Mª F. Galiana Botella (2001), las
aportaciones en el pasado congreso de los Vélez (Martínez y
Hernández, 2006), en especial las dedicadas a las decoraciones
cerámicas (Carrasco, Navarrete y Pachón, 2006; Martí, 2006),
la catalogación de las cerámicas decoradas de las cuevas de
La Sarsa y Or (García Borja, P. et alii, 2011; Pérez Botí, 2001)
II CONGRESO VELEZ, 2010
143
y, si bien fuera del territorio aquí analizado, el excepcional
conjunto de cantos pintados de la Cueva de Chaves, en Huesca
(Utrilla y Baldellou, 2002).
Las notables diferencias que se detectan en el Arte
Esquemático del Arco Mediterráneo deben explicarse a partir
de la propia secuencia cultural de cada una de sus regiones, con
un desarrollo similar en algunos momentos y radicalmente
diferente en otros, desde la aparición de las primeras
comunidades de agricultores y ganaderos hasta los momentos
inales de la Prehistoria. En la actualidad se identiican dos
momentos en el Arte Esquemático peninsular, uno asociado
al Neolítico Antiguo y otro que remite a momentos avanzados
del Neolítico e inicios del Eneolítico, tradicionalmente
asociado al fenómeno del enterramiento colectivo, que en
las actuales tierras de Albacete, Alicante, Valencia, Cuenca
y el noroeste de Murcia se caracteriza por la utilización de
las cuevas naturales como exclusivos recintos funerarios. Es
posible, asimismo, identiicar un tercer momento o grupo
dentro del Arte Esquemático regional en el que se incluyen
los pinturas y, especialmente, los grabados rupestres de
momentos avanzados de la Prehistoria, los protohistóricos e,
incluso, los de cronología histórica.
El Arte Esquemático: entre el Neolítico Antiguo y la Edad
de los Metales
En la región central del Arco mediterráneo de la
península Ibérica se han identiicado tres horizontes artísticos
–artes Levantino, Macroesquemático y Esquemático-,
que contemporáneos en algún momento de su desarrollo
comparten un mismo territorio, abrigos e, incluso, paneles
(Hernández, 2009).
Para el Arte Levantino, sea de cronología inicial
epipaleolítica, como propugnan algunos, o, como creo,
neolítica, resulta incuestionable su presencia en el Neolítico
Antiguo según lo conirma su distribución espacial, temática
y, en especial, algunas de las superposiciones como las
registradas en La Sarga (Alcoy, Alicante).
Sobre el Arte Macroesquemático se dispone de
amplia bibliografía que, pese al tiempo transcurrido
desde su descubrimiento e identiicación como un nuevo
horizonte artístico en las últimas décadas del pasado siglo,
sigue generando discusión acerca de sus características,
distribución espacial, cronología y signiicado. Todos los
investigadores parecen coincidir en su cronología neolítica, ya
sea como un horizonte artístico independiente dentro del Arte
Neolítico peninsular o como una “tendencia” o “una variación
formal” de carácter local del Arte Esquemático (Alonso y
Grimal, 1999: 59; Mateo, 2005: 143). No es el momento ni el
lugar para retomar estas cuestiones relacionadas con el Arte
Macroesquemático, en el que no se han producido novedades
signiicativas en los últimos años (Hernández, Ferrer y Catalá,
1994).
La información sobre el Arte Esquemático regional
ha permitido replantear su cronología y precisar su origen,
matizando las clásicas propuestas de H. Breuil y P. Acosta.
Su cronología neolítica es incuestionable como lo es también
su presencia en la Edad del Cobre e, incluso, en momentos
posteriores. A partir de esta evidencia se han identiicado dos
momentos (Hernández, 2006 a y 2009; Hernández y Martí,
2001). Uno se ha denominado Arte Esquemático Antiguo
y el otro se corresponde con el Arte Esquemático que en su
momento caracterizara P. Acosta (1968 y 1983)
144
Figura 6.- Antropomorfos. 1: Pinturas rupestres del Abric IV del Barranc de Benialí
(Alicante); 2: Pinturas rupestres de la Cueva de la Vieja (Albacete). 3: Cerámica
impresa de la Cova de l’Or (Alicante)
El Arte Esquemático Antiguo ha sido identiicado
en una serie de imágenes que decoran recipientes cerámicos
a partir de argumentos estilísticos y estratigráicos,
constituyendo estas últimas el mejor referente cronológico
para el arte rupestre, aunque un elevado porcentaje de estos
vasos procedan de excavaciones antiguas y de contextos
arqueológicos no bien deinidos. Para este soporte mueble
es, en unos casos, la técnica utilizada en su ejecución y, en
otros, la posición estratigráica de los restos cerámicos,
las que permiten ijar su cronología (Carrasco, Navarrete
y Pachón, 2006; Martí y Hernández, 1988; Martí y JuanCabanilles, 2002; Torregrosa y Galiana, 2001; Utrilla y
Baldellou, 2002). Al Neolítico Antiguo remite, además de una
extraordinaria diversidad de combinaciones geométricas, una
serie de motivos identiicados en el Arte Esquemático como
antropomorfos tipo Y, X y doble Y, zoomorfos, ramiformes y
soliformes (Acosta, 1968). Estos mismos motivos, al menos
algunos de ellos, se repiten en soportes muebles del Neolítico
Final, Eneolítico y Edad del Bronce. Otros, sin embargo,
son exclusivas de estos momentos, según relejan algunas
decoraciones cerámicas y los objetos de indudable contenido
simbólico.
Antropomorfos
En las decoraciones cerámicas del Neolítico regional
se han registrado diversas representaciones humanas. Entre
éstas se encuentra un grupo que se identiica con los tipos
Y, doble Y y X de los artes Esquemático (Acosta, 1968) y
Macroesquemático (Hernández, Ferrer y Catalá, 1994).
Proceden de las cuevas de l’Or (Beniarrés, Alicante), Sarsa
(Bocairent, Valencia) y La Falguera (Alcoy, Alicante) (Martí,
2006: Torregrosa y Galiana, 2001). En el ejemplar de este
último yacimiento las brazos se representan mediante dos
barras inclinadas hacia abajo, al igual que las piernas (Molina
y García, 2006). En todos estos antropomorfos se han utilizado
las técnicas de impresión cardial y de instrumento. Pertenecen,
por tanto, al Neolítico Antiguo. No se registra su presencia en
las cerámicas de momentos avanzados del Neolítico regional.
En el arte rupestre los antropomorfos esquemáticos
se caracterizan por su extraordinaria diversidad formal
(Alonso y Grimal, 2002; Hernández, Ferrer y Catalá, 2000;
Mateo, 1999). De algunos de ellos se podría precisar su
cronología, atendiendo a su tipología, características técnicas
y distribución espacial, si bien para otros muchos resulta
aventurado precisar su adscripción. En Alicante algunos de
ellos, precisamente aquellos que se asemejan a las imágenes
muebles, se relacionan con el Arte Macroesquemático (igura
6). Es el caso de los ejemplares del Abric IV del Barranc de
Benialí, en la Vall de Gallinera, ubicados en la parte central de
un gran panel con serpentiformes verticales o los dos motivos
situados entre los tres antropomorfos macroesquemáticos del
Abric IV del Pla de Petracos, aunque aquí podrían corresponder
a los brazos entrelazados de estas iguras humanas. En otros
abrigos alicantinos (Hernández, Ferrer y Catalá, 2000: 26)
algunos recuerdan por su ejecución a los macroesquemáticos
y, ocasionalmente, se encuentran en abrigos próximos a otros
con este arte, mientras en otros conjuntos se caracteriza
por su pintura diluida. También se han relacionado con
momentos antiguos del Arte Esquemático los antropomorfos
del Barranc de la Mata (Otos, Valencia) (Torregrosa, Galiana
y Ribera, 2006: 336), al igual que algunos del Barranc de
Carbonera (Beniatjar, Valencia) (Hernández y Segura, 1985),
en la actualidad en proceso de revisión. Asimismo, estos tipos
están presentes en abrigos albacetenses y murcianos, entre los
que destacan ejemplares de la Cueva de la Vieja (Alpera) y
Abrigo de los Paradores (Lorca) que, al menos los primeros, se
podrían relacionar con los registrados en abrigos alicantinos y
valencianos (Hernández, 2009).
En mi opinión también debe asociarse a estos
momentos iniciales del Neolítico regional un tipo de
antropomorfo que tiene una singular presencia en la cuenca
media del Júcar. Se caracterizan por una barra vertical, que
representa el tronco, cabeza y, en ocasiones, el sexo masculino,
y con las extremidades en forma de arco inclinadas hacia
abajo. Algunos aparecen tocados con un arco semicircular
abierto hacia abajo, a modo de montera (igura 7). Los mejores
ejemplos se localizan en el Barranc del Bosquet (Moixent)
y Balsa de Calicanto (Bicorp) (Hernández y C.E.C., 1984;
Hernández y Martínez, 2008).
Para los restantes tipos de antropomorfos rupestres no
se puede precisar su cronología, al no disponer de referentes
muebles. Algunos de ellos, sin embargo, deben corresponder
a momentos avanzados del Neolítico o a la Edad del Cobre
por su relación con otros motivos del mismo panel. Es caso
algunos de los ejemplares del Abric VI de El Salt (Penáguila,
Alicante), asociados en el mismo panel a ídolos ancoriformes.
Zoomorfos
Son escasas las representaciones de animales en el
registro mueble de cronología neolítica. Todos proceden de la
Figura 7.- Antropomorfos y serpentiformes-zigzag. Balsa de Calicanto (Valencia).
Foto Mavixi
Figura 8.- Zoomorfos. 1: Cerámica incisa de la Cova de l’Or
(Alicante); 2: Pintura rupestre del Barranc de la Magrana (Alicante)
Cova de l’Or. Uno de ellos se interpretó como un asa en forma
de ave, decorada con impresiones cardiales, y se relacionó
en su momento con el Arte Levantino (Martí y Hernández,
1988: 70). En otros dos fragmentos, posiblemente de una
misma vasija, se identiica un cáprido, del que se conserva
cornamenta, cabeza, cuello y parte del tronco, y en el otro parte
de los cuartos traseros de un bóvido y del cuerpo de un ciervo,
II CONGRESO VELEZ, 2010
145
Figura 9.- Zoomorfos y serpentiformes-zigzag. Balsa de Calicanto (Bicorp, Valencia)
con la cornamenta en forma de peine. Su relación con el Arte
Levantino (Martí y Hernández, 1988) ha sido cuestionada
y se ha propuesto su inclusión en el Arte Esquemático
(Alonso, 1999: 79: Mateo, 2001: 2000). De aceptarse esta
última propuesta interesa destacar su adscripción al Neolítico
Antiguo, por su técnica –impresa de instrumento- y su
posición estratigráica (Torregrosa y Galiana, 2001).
Todos aceptan la identiicación con el Arte Esquemático
de otro fragmento de la misma cueva con la representación
de tres animales incisos, que en su momento se asoció, por el
color rojizo de su cara externa, con la cerámica a la almagra
(Hernández y CEC, 1983). En una posterior revisión, en la
que se descarta la presencia de almagra, se relaciona con el
Neolítico Antiguo (Domingo, Roldán, Ferrero y García, 2007).
Los tres zoomorfos de este fragmento se caracterizan
por su trazo lineal, similar al que se utiliza en varias de las
representaciones rupestres en abrigos alicantinos (Hernández,
Ferrer y Catalá, 2000: 29) Valencia (Hernández y Martínez,
2008), Albacete (Alonso y Grimal, 2002) y Murcia. (Mateo,
1999) (igura 8). Algunas de ellas deben corresponder
al Neolítico Antiguo, como sugiere por su posición y
características técnicas el ejemplar del Abric II de La Sarga
Otros, en cambio, remiten al Neolítico Final-Eneolítico como
los cérvídos del Abric VI del Barranc del Salt, Abric II de
Port (Penàguila, Alicante) o Abrigos del Buen Aire (Jumilla,
Murcia).
Especial mención merece el cáprido pintado en el
Abric IV del Barranc de Benialí, con cuerpo fusiforme,
que comparte panel y también características técnicas con
los motivos macroesquemáticos, tanto los serpentiformes
como antropomorfos en doble Y, que recuerdan a otros del
Barranc del Bosquet y Balsa de Calicanto, asociados a motivos
geométricos que se asocian al Arte Esquemático Antiguo
(igura 9).
Serpentiformes-zigzag
En las decoraciones cerámicas del Neolítico regional
son extraordinariamente abundantes las decoraciones
geométricas, en forma de zigzag horizontales y verticales,
146
realizados mediante impresiones, cardiales y de instrumentos,
e incisiones (Martí, 2006).
La revisión de algunos conjuntos rupestres de la
cuenca del Júcar, tanto en Valencia como en Cuenca, ha
permitido localizar bajo representaciones levantinas o en
contacto con ellas una serie motivos geométricos a modo de
zigzag verticales, ejecutados algunos de ellos con un grueso
trazo de pintura densa y de color oscuro, diferente de las más
diluidas, casi traslúcidas, que caracterizan a la mayoría de las
tradicionales representaciones esquemáticas. A los ejemplos
ya conocidos de la Cueva de la Araña, Cueva de la Vieja y
Marmalo IV (Villar del Humo, Cuenca) se ha incorporado
la Cueva del Tío Modesto (Henarejos, Cuenca), siempre bajo
imágenes levantinas (igura 10), y otros abrigos donde estos
zigzag verticales se representan aislados o asociados a otros
motivos que, por su ejecución o la propia sintaxis de sus
composiciones, se han asociado al Arte Macroesquemático
(Hernández, Ferrer y Catalá, 2001). Es el caso del Abric I
del Barranc del Bosquet (Moixent, Valencia), que ya en su
momento se asoció a esta manifestación alicantina (Aparicio,
Beltrán y Boronat, 1988), o los antropomorfos rodeados de
zigzag de Los Gineses (Bicorp, Valencia) o el Abric Roser
(Millares, Valencia) que se han relacionado (Hernández y
Martínez, 2008; Martínez y Guillem, 2005; Oliver y Arias,
1991) con el Abric V del Pla de Petracos (Castell de Castells,
Alicante).
Esta evidente relación, al menos en mi opinión, entre
el Arte Macroesquemático de las tierras nucleares alicantinas
–territorio macroesquemático- y las nuevas imágenes de la
cuenca del Júcar se explica en el marco de la propia expansión
del primer Neolítico en las tierras valencianas (García, 2009;
Hernández, 2009). También hacia el Sur, al menos hasta la
cuenca del río Segura y la Alta Andalucía, se pueden registrar
evidencias de esta relación, tanto en el arte rupestre como en
el mueble.
Sin embargo, esta propuesta ha sido cuestionada
por otros investigadores. En este sentido se pregunta M. Á.
Mateo Saura “qué tiene de ‘macro’ los zigzag de la Cueva de
la Araña, de apenas 14 cm de longitud, o los de la Cova del
Figura 10.- Pinturas de las Cuevas de la Araña (Valencia). Ciervo superpuesto a
zigzag.
Civil, cuyo tamaño no supera los 18 cm y el grosor de su trazo
es inferior a 1 cm. Si aceptamos como macroesquemáticos
estos motivos, ¿por qué no proponemos como tales, entre
otros los serpentiformes del Abrigo de la Fuente de Moratalla,
que alcanzan los 28 cm de longitud o los del Abrigo del
Arroyo Blanco II de Nerpio, que superar los 36 cm, y que
formalmente no diieren, prácticamente, en nada de aquellos?.
De hacerlo, no cabe duda de que el territorio de inluencia
macroesquemática alcanzaría unos límites insospechados”
(Mateo, 2008: 12). Por mi parte mantengo mi propuesta e
incorporo los ejemplos propuestos que se podrían explicar
en el marco de la difusión y desarrollo del Neolítico hacia las
tierras de Murcia y Albacete (García Atiénzar, 2009).
En este sentido cabría destacar algunas propuestas
para el arte rupestre de Aragón, donde también se ha
identiicado estos serpentiformes verticales y horizontales,
tanto en el registro mueble cardial y epicardial en Costalena,
Chaves y Alonso Norte (Martí, 2006) como en el arte rupestre,
señalándose en la provincia de Huesca la asociación del Arte
Esquemático con el Neolítico Antiguo (Baldellou y Utrilla,
1999), y la relación de los zigzag pintados de Les Coves de
Baldellou, en la Noguera Ribagorzana, uno de los cuales
parece terminar en pequeños dedos, que se han relacionado
con una tradición macroesquemática (Utrilla y Martínez Bea,
2009: 122).
Esteliformes
También se registran representaciones astrales,
como se interpretan los motivos en forma convencional de
un sol, en cerámicas con decoraciones impresas cardiales
y de instrumento de las cuevas l’Or, Fosca (la Vall d’Ebo,
Alicante) y Sarsa (López, 1994; Martí, 2006; Pérez, 201).
Asimismo están presentes en momentos avanzados del
Neolítico regional –inciso en la Cova de les Cendres (Teulada,
Alicante), esgraiado e inciso en la Cova del Montgó (Jávea,
Figura 11.- Esteliformes. 1: Cerámica de la Cova de l’Or (Alicante); 2: Pintura
rupestre del Abric IV del Barranc de la Fita (Alicante)
Alicante)- y en el campaniforme y Edad del Bronce, según
revelan los ejemplares de la Cova del Conill (Cocentaina,
Alicante), Muntanya Assolada (Alcira, Valencia), Almuixich
y Castillarejo de los Moros (Andilla, Valencia). Los ejemplares
murcianos –incisos en Poyo Miñano (Cehegín) y Casicas de
Archivel (Caravaca) y pintados en rojo en la Cueva de los
Tiestos (Jumilla)-, se sitúan en momentos calcolíticos. El
registro cerámico conirma, por tanto, su presencia desde el
Neolítico Antiguo hasta la Edad del Bronce. Se caracterizan
por su variabilidad formal, tanto en la forma del disco central
como en el número, tamaño y disposición de los pretendidos
rayos (igura 11).
Similar diversidad ofrecen las representaciones
rupestres, entre las que se registran algunas, similares a
las muebles, con circuliforme central y otras sin disco,
aprovechando un agujero natural de la roca. También se
consideran esteliformes las imágenes sin círculo central a
modo de un asterisco. En el Barranc de la Cova Jeroni (la Vall
de Gallinera, Alicante) cuatro ejemplares se agrupan en un
mismo panel, mientras los restantes se encuentran aislados o
asociados a barras, como se constata en sendos ejemplares en
los abrigos II y III del Barranc de Famorca (Castell de Castells).
En algunos yacimientos alicantinos -Penya de l’Ermita
del Vicari (Altea), la Cova del Barranc del Migdia (Jávea) y
Barranc de la Palla (Tormos)- comparte panel con otros
motivos que permiten situarlos en momentos calcolíticos.
II CONGRESO VELEZ, 2010
147
número. Más excepcionales son los puntos que raramente se
registran aislados.
Resulta aventurado precisar la cronología de estos
motivos que en principio por su distribución espacial y
características técnicas deben ejecutarse a lo largo del
desarrollo de la pintura esquemática.
En este punto quiero llamar la atención sobre la
necesidad de calcar y describir todos estos motivos, por muy
insigniicantes que parezcan, indicando en la medida de lo
posible si se encuentran afectados por desconchados.
Ídolos
Figura 12.- Ramiformes. Pinturas rupestres: 1: Abric II de La Sarga (Alicante); 2:
Abric II del Barranc de Frainos (Alicante); 3: Abric I del Racó del Pou (Alicante).
Cerámica: Cova de l’Or (Alicante).
Los ejemplares murcianos de los abrigos IV y V de Benitzar
(Moratalla, Murcia) adoptan características propias, mientras
los dos soliformes de las Covachitas (Nerpio, Albacete) evocan
ojos o pechos.
Ramiformes
La presencia de ramiformes en el registro mueble
del Neolítico Antiguo está plenamente atestiguada en este
territorio. Se han citado 9 ejemplares, de los que 6 proceden
de la Cova de l’Or -4 cardiales y 2 impresas de instrumento-,
1 impreso cardial de la Cova de la Sarsa y otros 2 –esgraiado
e inciso- de la Cova del Montgo, evidentemente más tardíos
(Martí, 2006; Torregrosa y Galiana, 2001: 162), como lo son
también los pintados en cerámicas de la murciana Cueva de
los Tiestos (Molina 1990) y, ya fuera de estas tierras, sendos
ejemplares incisos en las cuevas andaluzas de la Carigüela de
Píñar y Nerja. A la Edad del Bronce corresponde los ejemplares
incisos de la Muntanya Assolada, Lloma de Betxí y Castillarejo
de los Moros (igura 12).
También están presentes en el arte rupestre regional,
adoptando tanto posiciones verticales –La Sarga, Barranc
de Frainos, Racó del Pou, Barranc de Carbonera- como
horizontales –Barranc del Salt, Port de Confrides y Barranc
del Bosquet-, para los que resulta extraordinariamente difícil
precisar su cronología. Por su contexto y características
técnicas asocio, no sin algunas reservas, los ejemplares de
La Sarga, Barranc del Bosquet y Barranc de Carbonera a
momentos antiguos del Neolítico.
Puntos, barras y manchas
En todas las descripciones de los abrigos con pinturas
esquemáticas se insiste en la presencia de puntos, barras y
machas informes. Estas últimas, sin duda, se corresponden
con restos de motivos que no pueden ser identiicados por su
deiciente estado de conservación, al encontrarse afectados
por agentes naturales o vandálicas actuaciones humanas.
Las barras están presentes en casi todos los abrigos, en
ocasiones aisladas y en otras agrupadas en distinta posición y
148
Desde los pioneros trabajos de L. Siret las
representaciones de los denominados ídolos –sobre hueso,
piedra o en las decoraciones cerámicas- se han convertido en
uno de los elementos culturales característicos del Eneolítico,
como, asimismo, señalaría P. Acosta al incorporar los pintados
(Acosta, 1967).
En las tierras entre las cuencas del Segura y Júcar
abundan los ídolos oculados sobre hueso, procedentes de
yacimientos sepulcrales y, excepcionalmente, de hábitat
(San Nicolás 1986; Soler, 2002). También están presentes
en el registro rupestre, donde adoptan una extraordinaria
diversidad formal (García, 2006: 225), por lo que considero
necesario ampliar su inicial distribución espacial (Ruiz López,
2006) y revisar la identiicación como ídolos de algunos de
ellos.
Idéntica valoración merecen los identiicados como
ídolos bitriangulares, presentes tanto sobre soporte mueble
como, en menor número en el rupestre, entre los que destacan
los Barranc de la Palla (Tormos, Alicante) y los de la Cueva del
Gitano (Yeste, Albacete).
Excepcional es el ídolo ancoriforme sobre hueso
recuperado en la cueva sepulcral de Blanquizares de Lébor
(Totana, Murcia) que en su momento se relacionó con otros
pintados en el Barranc de El Salt VI. Para otros, como el
denominado halteriforme de La Sarga II o el más extraño del
Barranc dels Garrofers II (Planes, Alicante), no se conocen
paralelos en el registro mueble, y sería conveniente revisar,
incluso, su identiicación como ídolos (igura 13).
Relexión inal
La publicación de las actas del pasado Congreso
de los Vélez aportó una excepcional información sobre el
Arte Esquemático de la Península Ibérica (igura 14). La
exhaustiva recopilación de los soportes muebles con imágenes
esquemáticas (Carrasco, Navarrete y Pachón, 2006; Martí, 2006)
permitió situar en el tiempo muchas de las representaciones
que, siguiendo a H. Breuil, había sistematizado P. Acosta.
Al mismo tiempo un mejor conocimiento de la prehistoria
regional ha conirmado las propuestas cronológicas de las
últimas décadas del pasado siglo que remitían el origen de
algunos de los motivos del Arte Esquemático al Neolítico
Antiguo, mientras otros conirmaban las iniciales propuestas
que los relacionan con la implantación del enterramiento
múltiple en el Neolítico Final-Eneolítico y su perduración,
según demuestra el registro mueble, hasta la Edad del Bronce.
El elevado número de yacimientos con arte rupestre en
las tierras entre las cuencas del Segura y el Júcar, la diversidad
de imágenes pintadas y sus convencionalismos, la abundancia
de motivos esquemáticos en el registro mueble y la precisa
cronología de algunos de ellos aportan una excepcional
Figura 14.- Actas sobre el I Congreso de Arte Esquemático de la Comarca de los
Vélez
Figura 13.- Barranc de Garrofers (Planes, Alicante). Foto: Mavixi
información a la necesaria –y urgente- revisión del Arte
Esquemático en la península Ibérica.
Es incuestionable la existencia de imágenes de tipología
esquemática en el Neolítico Antiguo regional –cardial y
postcardial- y, al menos en mi opinión, la relación de algunos
de ellos con el Arte Macroesquemático. Se ha identiicado un
Arte Esquemático Antiguo que convendría redeinir a partir
de un detenido análisis de su distribución espacial en abrigos
y paneles, su relación con el poblamiento neolítico de su
entorno inmediato, sus características técnicas, en especial de
aquellas pinturas densas y de color rojo intenso que recuerdan
a la “tecnica” macroesquemática. En una inicial aproximación
se identiican en el primer momento del Arte Esquemático
varios tipos de antropomorfos y zoomorfos, serpentiformeszigzag, ramiformes y esteliformes.
Con un segundo momento, ligado al enterramiento
múltiple de los cadáveres humanos, que en este territorio
presenta características propias (Soler, 2002), se relacionan
las representaciones de ídolos que en el registro rupestre
adoptan diversos convencionalismos que en algún caso
obligan, cuando menos, a su revisión e, incluso, a realizar
nuevos calcos. También con este momento se identiican
antropomorfos, zoomorfos y motivos geométricos, atendiendo
a su distribución en los paneles, sus características técnicas –
pintura diluida, trazos imprecisos, bordes irregulares, …- y
asociación con motivos exclusivos de este momento.
A partir de la documentación actualmente disponible
no es posible establecer una relación de continuidad entre estos
dos grupos e incluso con un tercero, ya en la Edad del Bronce
o de la Edad del Hierro. Para ello es necesario disponer de una
exhaustiva revisión de los centenares de abrigos registrados,
de reproducciones de calidad y detenidas descripciones y del
estudio del poblamiento de su entorno a diferentes escalas.
El camino recorrido en el estudio del Arte Esquemático
ha sido largo y extraordinariamente fructífero y siempre con la
comarca de los Vélez como protagonista. Fue pionero Manuel
de Góngora con la publicación de la Cueva de los Letreros.
Recibió luego un signiicativo impulso con el Congreso de
2004 y, sin duda, lo será ahora con este segundo Congreso y
los que todos esperamos que se sucedan en los próximos años.
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