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LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN INÉDITA DE GRACILIANO AFONSO (II)

2009, Fortunatae, 20

RESUMEN En este artículo se edita por primera vez una traducción del latín de Los Besos (Basia), del poeta erótico holandés del Renacimiento Juan Segundo, que fue muy imitado por poetas posteriores: Sannazaro, Ben Jonson, Meléndez Valdés, Jean Bonnefons, etc. La traducción es del poeta y humanista canario Graciliano Afonso, autor del Prerromanticismo español y uno de los poetas eróticos más interesantes de la literatura española, cuya traducción ha permanecido inédita hasta ahora. Aquí se presenta la segunda parte de nuestro trabajo.

LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN INÉDITA DE GRACILIANO AFONSO (II) Marcos Martínez Germán Santana Henríquez Universidad Complutense de Madrid Universidad de Las Palmas de Gran Canaria RESUMEN En este artículo se edita por primera vez una traducción del latín de Los Besos (Basia), del poeta erótico holandés del Renacimiento Juan Segundo, que fue muy imitado por poetas posteriores: Sannazaro, Ben Jonson, Meléndez Valdés, Jean Bonnefons, etc. La traducción es del poeta y humanista canario Graciliano Afonso, autor del Prerromanticismo español y uno de los poetas eróticos más interesantes de la literatura española, cuya traducción ha permanecido inédita hasta ahora. Aquí se presenta la segunda parte de nuestro trabajo. PALABRAS CLAVE: Juan Segundo. Besos. Literatura erótica. Graciliano Afonso. En el número anterior de esta Revista publicamos la primera parte de nuestro trabajo, donde se exponía una breve introducción a Graciliano Afonso y su traducción de Los Besos de Juan Segundo, en su contexto literario y de época, así como los trabajos realizados por otros autores sobre el mismo tema. Allí presentamos el prólogo de Graciliano Afonso de Los Besos de Juan Segundo con el prólogo que le antecede sobre la Vida del poeta flamenco. Y allí fueron publicados los diez primeros poemas de los diecinueve de Graciliano Afonso correspondientes a cada uno de los de Juan Segundo, adjuntando una edición latina, para que el lector pueda contrastar el original con la traducción. Les sigue un pequeño comentario de cada poema. Aquí continuamos con los nueve restantes, y terminamos nuestra edición con una breve valoración general de la versión de Graciliano Afonso. FORTVNATAE, 20; 2009, pp. 81-99 LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... «Jean Second’s Kisses: an unpublished translation by Graciliano Afonso (II)». This article offers a first unpublished Spanish translation from the original Latin text Basia (Kisses). Written in the Renaissance by the erotic Dutch poet Juan Segundo, Basia was widely influential among later well-known authors, such as Sannazaro, Ben Jonson, Meléndez Valdés, Jean Bonnefons, etc. The Spanish text was rendered by Graciliano Afonso, a Preromantic humanist writer from the Canary Islands and one of the most interesting erotic poets in Spanish literature. This paper presents the second part of our study. KEY WORDS: Jean Second. Kisses. Erotic Literature. Graciliano Afonso. 81 ABSTRACT XI (Dísticos elegíacos) «Basia lauta nimis quidam me iungere dicunt, Qualia rugosi non didicere patres. Ergo, ego cum cupidis stringo tua colla lacertis, Lux mea, basiolis immoriorque tuis, Anxius exquiram quid de me quisque loquatur? Ipse quis, aut ubi sim, uix meminisse uacat.» Audiit, et risit formosa Neaera, meumque Hinc collum niuea cinxit et inde manu, Basiolumque dedit, quo non lasciuius unquam Inseruit Marti Cypria blanda suo. Et: «Quid, ait, metuis turbae decreta seuerae? Causa meo tantum competit ista foro.» 5 10 MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 82 Beso 11º Esos tan ricos besos, tan preciosos, No gustarán jamás viejos añosos, Del placer enemigos; yo, luz mía, Cuando tu cuello estrecho Y mis brazos te ciñen a mi pecho Sólo pienso en tu beso, y me transporta. Lo que ese mundo diga, ¿qué me importa? Quién yo sea, o dó estoy, no pienso en ello, Sólo a ti oigo, Nerea, que mi cuello Tu blanca mano ciñe y das un beso Tan salado y ardiente, en tanto exceso, Que a su Marte Ciprina no lo diera. Y decirme te oyera, ¿De qué vale esa turba impertinente De viejos regañones? A mí toca Que escuchen de mi boca El fallo competente. Déjalos envidiosos que murmuren Y si besos nos damos, que censuren, Y si los besos cuentan, Está cierto y seguro que revientan. 5 10 15 20 Beso 11º. Otro poema escrito en latín en dísticos elegíacos que Graciliano Afonso vierte al español en versos endecasílabos y heptasílabos, rimados en consonante, lo que pudiera constituir una silva modernista. Mirabeau titula este poema «La censura inútil o el tribunal del Amor». El tema de fondo del poema arranca de Catulo V, 2: la caterva de ancianos que siente envidia de los besos de los jóvenes enamorados. Para el análisis de este beso véase Mª. J. Domínguez (2003: 181-183). Meléndez Valdés recreó este poema en su oda sexta (cf. R. Fouché-Delbosc, 1894: 75-76). Ciprina es la trascripción de Cipris, la diosa Afrodita nacida en Chipre, que hace nuestro poeta. La asociación aquí con Marte, el Ares griego, dios de la guerra, se refiere a los famosos amores de Ares y Afrodita que se describen en el canto octavo de la Odisea (cf. Mª. Ángeles Martín, 1999: 165-194). XII (Endecasílabos) 5 10 83 15 Beso 12º ¿Por qué el rostro volvéis avinagrado, Orgullosas matronas y doncellas, Y colora el pudor vuestras mejillas? ¿Acaso os he contado Las burlas de los dioses con las bellas, O figuras que muestran maravillas De Príapo el relato, O aventuras galantes del dios Bato? De los versos que digo, Si un estoico barbón fuera testigo, A sus alumnos los leyera atento Sin dañar al púdico sentimiento. Canto inocentes besos, Gran sacerdote del aonio coro, ¿Creéis que ofenderé vuestro decoro, Doncellas y matronas imprudentes? 5 10 15 LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Quid uultus remouetis hinc pudicos, Matronaeque, puellulaeque castae? Nulla hic furta deum iocosa canto, Monstrosasue libidinum figuras, Nulla hic carmina mentulata, nulla Quae non discipulos ad integellos Hirsutus legat in schola magister. Inermes cano basiationes, Castus Aonii chori sacerdos. Sed uultus adhibent modo huc proteruos Matronaeque, puellulaeque cunctae, Ignarae quia forte mentulatum Verbum diximus, euolante uoce. Ite hinc, ite procul, molesta turba, Matronaeque, puellulaeque turpes. Quanto castior est Neaera nostra, Quae certe sine mentula libellum Mauult, quam sine mentula poetam! Si a Príapo su gloria En mis versos recuerdo la memoria, Más casta es mi Nerea, Que el libro quiere que eunuco sea, Mas no que a su poeta Se le aplique jamás otra receta. 20 Beso 12º. Los endecasílabos latinos del original los vierte nuestro traductor a endecasílabos y heptasílabos en forma de silva modernista. Para Mirabeau el título que más le cuadra a este poema es el de «El falso pudor o el escrúpulo». La temática del poema es la de que los besos del poeta a su Nerea son besos inocentes que no tienen por qué avergonzar a matronas o jóvenes castas. Príapo es una divinidad, de carácter obsceno, representado con un enorme falo en erección, cuyos padres suelen ser Afrodita y Dioniso. Al igual que en el verso diecisiete, donde vuelve a aparecer, en el original latino no se menciona; en su lugar está el vocablo latino mentula «miembro viril». Bato, que tampoco se menciona en el original latino, es un mítico rey fundador de Cirene, que menciona Catulo en VII, 6. Aonio coro es el coro de las Musas del monte Helicón, situado en Beocia, región también llamada Aonia. Eunuco («hombre castrado») es otro recurso de nuestro poeta para traducir el original sine mentula «sin miembro viril». MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 84 XIII (Dísticos elegíacos) Languidus e dulci certamine, Vita, iacebam Exanimis, fusa per tua colla manu. Omnis in arenti consumptus spiritus ore, Flamine non poterat cor recreare nouo. Iam Styx ante oculos, et regna carentia sole, Luridaque annosi cymba Charontis erat, Cum tu suauiolum educens pulmonis ab imo, Afflasti siccis irriguum labiis, Suauiolum, Stygia quod me de ualle reduxit, Et iussit uacua currere naue senem. Erraui: uacua non remigat ille carina, Flebilis ad manes iam natat umbra mea. Pars animae, mea uita, tuae hoc in corpore uiuit, Et dilapsuros sustinet articulos. Quae tamen, impatiens, in pristina iura reuerti Saepe per arcanas nititur aegra uias. Ac nisi dilecta per te foueatur ab aura, Iam collabentes deserit articulos. Ergo, age, labra meis innecte tenacia labris, Assidueque duos spiritus unus alat, 5 10 15 20 Donec, inexpleti post taedia sera furoris, Vnica de gemino corpore uita fluet. Beso 13º 5 10 15 85 20 25 Beso 13º. Otro poema en dísticos elegíacos latinos que son vertidos por nuestro poeta en versos endecasílabos y heptasílabos en estructura de una silva modernista. Mirabeau titula este poema «La unión de las almas». La temática del poema gira en torno a cómo un simple beso puede revivificar a un cuerpo casi desfallecido, por lo que uniendo boca con boca se pueden unir dos almas en un solo cuerpo. Estigia es la laguna de los Infiernos, por la que juraban los dioses, y una fuente de la Arcadia, cuya agua era mortal. Averno, lago de la Campania, en el que se localizaba una de las entradas a los Infiernos. No aparecen en el original latino y es la versión de nuestro poeta para la expresión regna carentia sole «reino que de sol carece» del original latino. Carón, o Caronte, es el famoso barquero del Aqueronte y demás ríos de los Infiernos. Manes son las almas divinizadas de los muertos que habitan en los Infiernos. LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Exánime, sin vida, De un combate de amor triste yacía Y la fuerza vital casi perdida, Secas las fauces, ni aspirar sabía El aire que da aliento; era mi suerte Ver entre negras sombras de la muerte La Estigia, reino oscuro del Averno, Y a Carón con su barca del infierno. Cuando de tu hondo pecho Me enviaste un aire suave Que penetró derecho Dentro de mi seco labio, un dulce beso De la Estigia y su valle me sacaron Y mandó sola fuese la honda nave. Mas la barca y el viejo no tornaron Varios; y llorosa corría errante Mi sombra entre los Manes sollozante. De tu vida una parte se encondía En mi cuerpo, que el cuerpo sostenía, La que ansiosa anhelaba Por secretos arcanos ir buscando Su antigua forma y el vital aliento Y a los débiles miembros da alimento. Ea, pues, date prisa, une ligera Tu boca con mi boca, y así unidas Dos almas en un cuerpo con dos vidas. Cuando la muerte fiera Observe los rigores del destino Por una sola boca abra el camino. XIV (Endecasílabos) Quid profers mihi flammeum labellum? Non te, non uolo basiare, dura, Duro marmore durior Neaera. Tanti istas ego ut osculationes Imbelles faciam, superba, uestras, Vt, neruo toties rigens supino, Pertundam tunicas meas, tuasque, Et desiderio furens inani, Tabescam miser, aestuante uena? Quo fugis? remane, nec hos ocellos, Nec nega mihi flammeum labellum. Te iam, te uolo basiare, mollis, Molli mollior anseris medulla. 5 10 MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 86 Beso 14º ¿Por qué me alargas ardiendo Los labios, dura Nerea, Más dura que el marmol duro? No quiero tus besos, fiera, Tú no me puedes curar El daño que ellos me hicieran. Tu perfume abrasador Incendian todas mis venas Y me reduces, cruel, A perecer de miseria. ¿Y te vas? ¿Y huyes, tirana? Dame, Amor, un tierno beso Y aunque más blandos me pongas Los huesos que la jalea, Besos quiero, besos dame, Y besos, aunque me muera. 5 10 15 Beso 14º. Otro poema en endecasílabos latinos que son vertidos por nuestro poeta en forma de un pequeño romance. El título de este poema dado por Mirabeau es el de «El rápido arrepentimiento o los labios de fuego» El poema gira en torno al contraste del poeta con respecto a su amada Nerea, a la que primero odia y rechaza y después halaga y adora. La primera parte de la composición desarrolla el motivo de la renuntiatio amoris y es un eco evidente de los diez primeros versos de Catulo VIII. El paso de la dura Nerea a la tierna Nerea que se produce a lo largo del poema cuenta con múltiples paralelos en la tradición, como las palabras de Acis a Galatea en Ovidio, Met. XIII, 790-807. Un buen análisis del poema nos lo ofre- ce Mª. J. Domínguez (2003: 167-170). Alguna expresión más obscena del original, como la del verso seis (neruo toties rigens supino «cada vez con el miembro erecto») es obviada en la versión de Graciliano Afonso. XV (Dísticos elegíacos) Adducto Puer Idalius post tempora neruo, Stabat in exitium, pulchra Neaera, tuum, Cum frontem, sparsosque uidens in fronte capillos, Luminaque argutis irrequieta notis, Flammeolasque genas, et dignas matre papillas, Iecit ab ambigua tela remissa manu; Inque tuas cursu effusus pueriliter ulnas, Mille tibi fixit basia, mille modis, Quae succos tibi myrteolos, Cypriosque liquores Pectoris afflarunt usque sub ima tui; Iurauitque deos omnes, Veneremque parentem Nil tibi post unquam uelle mouere mali. Et miremur adhuc cur tam tua basia flagrent? Duraque cur miti semper amore uaces? 5 10 Beso 15º Y esparcieran Luces sus ojos, Y sus mejillas Incendios rojos, Y las sus pomas Más relucientes Que de su madre Lucen las fuentes. Y Amor al verla Con débil mano 5 10 15 LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Nerea hermosa, Cuyo cabello Rubio cubriera Su blanco cuello; 87 Ya presto el arco Tiende Cupido, Con que amenaza Hierro buido, Dispara el tiro Dudoso y vano. 20 Luego tendiendo Pueriles brazos, Te da mil besos Con tiernos lazos. Y los aromas De mirto y rosa Todos los guarda Mi dulce Diosa: 25 Y desde entonces Amor jurara Por las deidades Y madre cara 30 MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 88 Que a mi Nerea Daño no haría El arco de oro Que a Jove hería. 35 ¿Y quien se admira Que diga ahora, Que por tus besos Eres Señora 40 De este mi pecho, Donde inhumana Con duro cetro Mandas tirana? Beso 15º. En este caso los dísticos elegíacos del original se convierten en cuartetas imperfectas de pentasílabos en la versión de nuestro poeta canario. Mirabeau titula este poema «El furioso Amor vencido por la Belleza». Uno de los motivos centrales del poema es el tópico del arco y las flechas de Eros, aquí vertido por las dos denominaciones latinas más frecuentes: Cupido y Amor. Pomas (manzanas) es la versión de Graciliano Afonso para los pechos (papillas) del original, recurriendo a una conocida metáfora empleada para los senos femeninos. Dulce diosa es Afrodita (aquí denominada Cipris) a la que le estaban consagrados el mirto y la rosa. XVI (Estrofas asclepiadeas) Latonae niueo sidere blandior, Et stella Veneris pulchrior aurea, Beso 16º ¡Oh tú, cuyo aspecto más grato a mis ojos Que Febe modesta marchara radiante, 5 10 15 20 30 35 40 89 25 LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Da mi basia centum, Da tot basia, quot dedit Vati multiuolo Lesbia, quot tulit: Quot blandae Veneres, quotque Cupidines Et labella pererrant, Et genas roseas tuas: Quot uitas oculis, quotque neces geris, Quot spes, quotque metus, quotque perennibus Mixta gaudia curis Et suspiria amantium. Da, quam multa meo spicula pectori Inseuit uolucris dira manus dei: Et quam multa pharetra Conseruauit in aurea. Adde et blanditias, uerbaque publica, Et cum suauicrepis murmura sibilis, Risu non sine grato, Gratis non sine morsibus. Quales Chaoniae garrula motibus Alternant tremulis rostra columbulae, Cum se dura remittit, Primis bruma Fauoniis; Incumbensque meis, mentis inops, genis, Huc, illuc, oculos uolue natatiles, Exsanguemque lacertis Dic te sustineam meis: Stringam nexilibus te, te, ego, brachiis, Frigentem calido pectore comprimam; Et uitam tibi longi Reddam afflamine basii... Donec succiduum me quoque spiritus Istis roscidulis linquet in osculis, Labentemque lacertis, Dicam: «Collige me tuis.» Stringes nexilibus me, mea, brachiis, Mulcebis tepido pectore frigidum, Et uitam mihi longi afFlabis rore suauii. Sic aeui, mea Lux, tempora floridi Carpamus simul; en iam miserabiles Curas aegra senectus Et morbos trahet, et necem. 90 MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ O el astro lucero de la faz dorada Que guía a la noche su carro brillante!, Dame cien besos Y cien como esos Que el caprichoso Catulo ansioso Que a Lesbia hermosa Le diera en su fragante húmeda rosa Cual no los daba la Cipria bella Al muerto Adonis en su querella. Dalos corriendo Labios ardiendo, O en tus mejillas Rojas rosillas, Que vida quitan tus ojos lánguidos Que dan tormentos, o gozos dieras, Con esperanzas o dulces besos Al que a tus plantas inspirar vieras. El dios alado De vira armado Ni más saetas tiene su aljaba Que besos clava tu labio ardiente Sobre mi frente. Ni más caricias, dulces palabras, Blandos susurros de amantes tiernos, Con risa grata que el pecho alegran Y el sello imprimen de amor eterno. Ni más suspiros Que la paloma, Cuando se asoma La primavera, Mira sus giros, Oye el murmullo Y el tierno arrullo Que el beso hiciera. Yo de mí fuera, en tus mejillas Siempre apoyado, tus ojos miro De amor nadando, y sin aliento, Dices ¡sosténme!, porque deliro. Yo en mis brazos Te sostengo Y mantengo Con valor, Que el calor De un dulce beso Da la vida Ya abatida Por exceso 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 Beso 16º. Las estrofas asclepiadeas del original se vierten en este poema en una silva libre híbrida. El título del poema dado por Mirabeau es el de «El convenio». La parte central del poema gira en torno a la semejanza de los besos de Nerea con todo lo comparable: elementos de la naturaleza, escenas de la mitología tradicional, sentimientos y sufrimientos del hombre (cf. Mª. J. Domínguez, 2003: 177181). Febe es aquí la versión (tomada de la francesa de Loraux) que usa Graciliano Afonso por Latona, la madre de Apolo (Febo) y Artemisa (Diana). El astuto lucero de la faz dorada es la «áurea estrella de Venus» del original. Catulo (v. 8) no lo menciona el original, que habla de uati multiuolo «caprichoso poeta». Lesbia es la famosa amada ideal de Catulo. Cipria es Afrodita que aquí se pone en relación con el famoso episodio de su amor por Adonis, cuando en el original latino se habla de Venus y Cupido. Vira es una especie de saeta delgada y de punta muy aguda. El dios alado es evidentemente Eros, el Cupido de los romanos. La paloma es un ave consagrada a Afrodita (Venus). Al final del poema, los años floridos aluden al motivo del carpe diem horaciano, idea muy querida por Juan Segundo. XVII (Dísticos elegíacos) Qualem purpureo diffundit mane colorem Quae rosa nocturnis roribus immaduit: Matutina rubent dominae sic oscula nostrae, Basiolis longa nocte rigata meis, Quae circum facies niueo candore coronat, Virginis ut uiolam cum tenet alba manus. Tale nouum seris cerasum sub floribus ardet, Æstatemque et uer cum simul arbor habet. 5 91 65 LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Del Amor. Yo, a mi vez, sucumbiendo en el placer, Desfallezco en tus rosas sostenido Y en tus brazos apoyándome caído Te digo: «Restitúyeme a mi ser». Cíñeme, hermosa, Tus brazos dame, Tu aliento inflame Mi pecho frío. Dame, piadosa, Dame tu beso, Quedaré ileso Con tu rocío. Así, luz mía, pasen los años, Mientras floridos ruedan risueños Y dulces besos tornen en sueños Del tiempo avaro los negros daños. Me miserum, quare cum flagrantissima iungis Oscula, de thalamo cogor abire tuo? O saltem, labris serua hunc formosa ruborem, Dum tibi me referet noctis opaca quies. Si tamen interea cuiusquam basia carpent, Illa meis fiant pallidiora genis. 10 Beso 17º Como en fresca mañana, oliente rosa Sus encendidas tintas va subiendo Y la noche sus perlas difundiendo, Sus plumas besa tierna y cariñosa. O si pálida viola vergonzosa En mano virginal se sosteniendo, Jazmines y jacintos reuniendo, La primavera anuncia majestuosa. MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 92 Así, nocturnos besos prodigando En las mejillas de Nerea bella, Aljófar y carmín están brillando. 5 10 Y si tranquilo duerme, ¿hará mi estrella Que otro su beso robe? Haz, Amor blando, Que labios bese yo que muerte sella. Beso 17º. Los dísticos elegíacos del original los convierte aquí Graciliano Afonso en un soneto. Mirabeau titula este poema «El cruel tormento o los labios bermejos». La versión de nuestro poeta canario no recoge todos los matices del original y se limita a dos ideas: la comparación de los besos de la amada con los de la rosa o la violeta y los besos de otro en el transcurso de la noche. Aljófar está aquí en el sentido de «gota de rocío». XVIII (Endecasílabos) Cum labra nostrae cerneret puellae, Inclusa circo candidae figurae, Vt si quis ornet, arte curiosa, Corallinis eburna signa baccis, Fleuisse fertur Cypris, et gemendo Lasciuientes conuocasse Amores, Et, quid iuuat, dixisse, purpuratis Vicisse in Ida Palladem labellis, Et pronubam magni Iouis sororem, 5 10 15 20 25 30 93 35 Beso 18º Al ver los labios de mi Nerea Y su figura de leche y rosa, Con un labrado collar brillante De blancas perlas; Y los corales que cercan rojos Luciendo en torno con arte diestra Del cuello apuesto, obra que inspira Docta Minerva; La Cipria diosa, llena de celos Gime llorando, y a los Amores, Cuentan, les dijo con ansia opresa Su voz divina: «¿De qué me sirve que antes venciendo Mis rojos labios a Palas bella 5 10 LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Sub arbitro pastore, cum Neaera Haec antecellat, arbitro poeta? At uos furentes ite in hunc poetam, Et dira plenis tela de pharetris In illius medullulas tenellas, Pectusque per, iecurque per iocosum, Distringite acres perstrepente cornu. At illa nullo pertepescat igne, Sed tacta pectus plumbea sagitta, Torpescat imas congelata uenas. Euenit: imis uror in medullis, Et torrido iecur liquescit igne: Tu fulta pectus asperis pruinis Et caute, quales aut maris Sicani, Aut Adriae unda tundit aestuosa, Secura ludis impotentem amantem. Ingrata! propter ista labra rubra Laudata plector. Heu! misella, nescis Cur oderis; nec ira quid deorum Effrena possit, et furor Diones! Duros remitte, mollicella, fastus; Istoque dignos ore sume mores: Et quae meorum causa sunt dolorum, Mellita labris necte labra nostris, Haurire possis ut mei pusillum Praecordiis ex intimis ueneni, Et mutuis languere uicta flammis. At nec deos, nec tu time Dionen: Formosa diuis imperat puella. Y a los de Juno, reina y esposa, De Jove excelso, Y allá en el Ida, que con pastor fuera Árbitro hermoso de la contienda, Y la manzana puso en la mano De la más bella, 15 20 Si ora el poeta que canta glorias Del dulce beso de su Nerea Deja humillada la fiera diosa De Citerea? Marchad, furiosos Amores rojos, Y las saetas de vuestra aljaba Que en las espaldas se muestra llena Al triste pecho Y a las entrañas de humor gracejo Tendido el arco, tirante el nervio, Violentas hieran, siempre incesantes, Necio poeta. MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 94 Pero su amada no sienta el fuego, Sienta de plomo frías saetas, Que tibias hieran venas ardientes De su Nerea». Y se cumpliera. Y así se abrasan Las mis entrañas y duros huesos, Mientras el pecho de áspero hielo, Cual los peñascos 25 30 35 40 Del mar Tirreno y el Adria indómito, Es menos crudo al tierno amante Que ingrata mire su triste llanto Fiera Nerea. Tus rojos labios canto incesante, Y tú atormentas al que te alaba, ¡Qué!, ¿no conoces la furia insana de Dionea? Deja ese orgullo, mísera ingrata, Recibe pía los mis amores Que dignos fueran de que en tus labios Suaves bebieran. Que su miel sea néctar olímpico, Bálsamo puro contra el veneno, 45 50 55 60 Beso 18º. Los endecasílabos del original latino los transforma Graciliano Afonso en versos decasílabos y pentasílabos, en una especie de estrofa sáfica o silva libre híbrida. Para Mirabeau el título más apropiado para este poema es el de «La venganza de Venus». El poema consta de dos partes. En la primera (hasta el verso 37 aproximadamente) el poeta desarrolla el motivo de que los labios de su amada Nerea despiertan la envidia y los celos de la misma Cipria (Afrodita), que logró vencer en un famoso certamen incluso a Juno y Atenea, por lo que ordena a los Amores que lancen sus flechas ardientes contra el propio poeta, pero que su amada permanezca fría y no sienta el fuego de sus saetas. En la segunda parte, la orden de Afrodita se cumple y el poeta termina rogando a su amada que la llama del amor aparezca y que no tema a la diosa de Chipre. Minerva es la hija de Júpiter, la Palas Atenea de los griegos, diosa de la inteligencia y las artes en general. En el original no se menciona, sino que se habla de «un orfebre primoroso». La Cipria diosa, una vez más, es Afrodita, madre de los Amores. En los versos 14-21 se describe el famoso certamen en el monte Ida de las más bellas diosas, dirimido entre Afrodita, Atenea y Juno, y decidido por Paris (aquí aludido como «pastor») como árbitro. La fiera diosa de Citera es otra referencia a Afrodita, llamada más adelante también Dionea, en referencia a su madre Dione, y la que en Chipre reina. XIX (Dísticos elegíacos) Mellilegae uolucres, quid adhuc thyma cana, rosasque, Et rorem uernae nectareum uiolae Lingitis, aut florem late spirantis anethi? Omnes ad dominae labra uenite meae. IlIa rosas spirant omnes, thymaque omnia sola, Et succum uernae nectareum uiolae. Inde procul dulces aurae funduntur anethi Narcissi ueris illa madent lacrymis, Œbaliique madent iuuenis fragrante cruore, Qualis uterque liquor, cum cecidisset, erat, Nectareque aetherio medicatus, et aere puro, Impleret foetu uersicolore solum. Sed me, iure meo libantem mellea labra, Ingratae socium ne prohibete fauis. Non etiam totas auidae distendite cellas, Arescant dominae ne semel ora meae, 5 10 15 95 Deja te venza mi intensa llama; Ardamos juntos como antes fuera; Ni a dioses temas, ni a la envidiosa Que en Chipre reina. LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Que despedaza mi pecho amante, ¡Hazlo benigna! Basiaque impressans siccis sitientia labris, Garrulus indicii triste feram pretium. Heu! non et stimulis compungite molle labellum: Ex oculis stimulos uibrat et illa pares. Credite, non ullum patietur uulnus inultum. Leniter innocuae mella legatis apes. 20 MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 96 Beso 19º Las que cogéis las mieles, Industriosas abejas, Y las violas anuncian La hermosa primavera, Y el eneldo oloroso Que entre perfumes vuela: ¿A do vais? ¡Venid todas! Vereis a mi Nerea, Que en el campo de flores Es de las flores reina. En sus risueños labios Crecen las rosas bellas. Eneldo y blanco timo, Vidas siempre modestas, El lloroso narciso, Clavel de faz sangrienta Y con su riego hermoso Les diera aroma y néctar. Mas no queráis, ingratas, No ser mis compañeras, Que de sus labios penden Mi vida y mi riqueza. Y no aspiréis altivas, Con rígida prudencia, Con incesantes besos, Dejar las rosas secas. Y la pena reciba Esa lengua indiscreta Cuando os mostré las flores Y el néctar de Nerea. Pero temed sus ojos, Que dardos centellean. Creedme, cautelosas, Juntad el dulce néctar, Y a la avidez ansiosa La regale la prudencia, Que no quedará ileso Quien daña a mi Nerea. 1853 5 10 15 20 25 30 35 Beso 19º. En este poema los dísticos elegíacos los convierte el poeta canario en una anacreóntica. El título que le da Mirabeau a este poema es el de «El perfume del beso». Desarrolla el tópico de que las abejas acudan a los labios de Nerea, en donde crecen todas las flores: las rosas, el eneldo, el blanco timo (especie de tomillo), el narciso, el clavel. El poeta le pide a las abejas que lo dejen libar a él también en los labios de su amada. COMENTARIO Ascagne, transporté dans les bois d’Idalie, reposait mollement sur un tapis de fleurs, Et Venus, contemplant cette tête cherie, Sentait renaître ses douleurs. G. Afonso: A los bosques de Idalia transportado Y en un tapiz de rosas reclinado Ascanio, su belleza contempla Ciprina y mil perfumes derramaba. Un seguimiento del texto francés se podría ver también en los dos versos siguientes del beso dieciséis: Loraux: O toi de qui l’aspect est plus doux à mes yeux Que ne l’est de Phébé la clarté vacillante… G. Afonso: ¡Oh tú, cuyo aspecto más grato a mis ojos Que Febe modesta marchara radiante…. Pero fuera de estos ejemplos, y alguno más que pudiera citarse, la versión de Graciliano Afonso no puede decirse que siga globalmente la versión francesa de M. Loraux. En líneas generales, puede decirse que nuestro traductor canario se ciñe al original latino con mucha libertad en cuanto a algunos nombres y expresiones. Es, pues, una traducción muy libre de los poemas de Juan Segundo. Pero no son una imitación o reelaboración de los mismos, como hacen otros poetas españoles del estilo de Meléndez Valdés. Bien es verdad que de vez en cuando Graciliano Afonso omite la traducción de algunos pasajes del original. Ocurre, por ejemplo, con los cuatro últimos versos del poema primero. También es verdad que todo lo relacionado con los más crudos vocablos o expresiones eróticas no tiene LOS BESOS DE JUAN SEGUNDO: UNA TRADUCCIÓN ... Loraux: 97 A la vista de esta versión procede ahora hacer una valoración global de la traducción de Los Besos de Juan Segundo por obra de Graciliano Afonso. Desde luego, no se trata, ni muchos menos, de una versión literal del texto latino. A veces se tiene la sensación de que la versión de Graciliano Afonso sigue más el texto francés de M. Loraux que el original latino de Juan Segundo. Ello se puede comprobar si atendemos a la comparación de los primeros cuatro versos del beso primero: cabida en la versión del poeta canario: véase nuestro comentario a los besos doce y catorce. El erotismo de Graciliano Afonso es siempre muy suave y en él están ausentes las palabras obscenas o escabrosas relacionadas con el sexo puro. Dicho lo anterior, hemos de concluir que la traducción de la obra de Juan Segundo hecha por Graciliano Afonso merecía ya ser publicada, dado que en nada desmerece a otras realizadas anteriormente, como las del Padre Juan Arolas, Meléndez Valdés, Luis de Avilés o Juan Gualberto González, tal como expusimos en la introducción (cf. parágrafo 4). En cualquier caso, sobre la calidad de la presente traducción, que ahora damos a la luz por primera vez, tiene la palabra el amable lector que proceda por un momento a su lectura. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ARCAZ POZO, J. L. (1989a): «Catulo en la literatura española», en Cuadernos de Filología Clásica 22: 249-286. —— (1989b): «Basia Mille: Notas sobre un tópico catuliano en la literatura española», en CIF 15: 107-115. ARMAS AYALA, A. (1963): Graciliano Afonso, un prerromántico español, La Laguna. MARCOS MARTÍNEZ / GERMÁN SANTANA HENRÍQUEZ 98 BECERRA BOLAÑOS, A. (2002): «La sonrisa de Abibina», en G. SANTANA HENRÍQUEZ (ed.), La palabra y el deseo. Estudios de literatura erótica, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pp. 135-144. —— (2003): «Graciliano Afonso, poeta erótico», en E. PADORNO - G. SANTANA (eds.), Ilustración y Pre-romanticismo canarios. Una revisión de la obra del Doctoral Graciliano Afonso. 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