AVANCA | CINEMA 2015
El Cortometraje de Animación Independiente como Herramienta Terapéutica
Adriana Navarro Álvarez (aka Adriana Baradri)
Universitat Politècnica de València, España
Abstract
Nowadays, it is increasingly common to ind
examples of animated ilms that relect social realities
that have to do with the world of health. Animation
has proved to be a universal language that shows
complex medical and social problems, to the point that,
not only projects as Animation in Therapy, awarded
for innovation in health which is sponsored by The
National Endowment for Science Technology and the
Arts (NESTA); but also specialized workshops have
been carried out; for example, Healing Education
Research Therapy (HEART) as well as events like
Animation on Prescription, held in the Encounters
Short Film and Animation Festival.
This paper analyzes Squid Ink and C Plan, two
animation short ilms which are used as a therapeutic
tool of artistic mediation to promote positive social
values. The idea of animation is to provide abstraction
and symbolization of motion pictures. In this sense,
the visual metaphor will have great rhetoric relevance
and will be emphasized on both cases of study. The
use of animation as a form of art and as mediation
has a dual purpose. Firstly, it helps to have a better
understanding of those who are affected by Crohn’s
disease and hepatitis C, and, secondly, it familiarizes
chronic patients and health personnel with language
and artistic values of animated images.
Also, the idea of animation will be highlighted as
an expressive medium applied in the medical ield,
empathizing with patients and medical staff as active
participants of the proposed animated short ilms.
Keywords:
Hepatitis C.
Cortometraje,
Enfermedad,
Crohn,
Introduction
Existen algunos cortometrajes de animación dignos
de mención, ya que tienen que ver con el mundo de
las enfermedades y han servido, al mismo tiempo,
como referencia a la artista; algunos de ellos son A is
for Autism (Tim Webb, 1992), Bajo la Almohada (Isabel
Herguera, 2012), L’Homme qui avait perdu la Tête
(Fred Joyeux, 2014), Benigni (Elli Vuorinen, 2009) y
Krake (Regina Barbara Welker, 2012)
Yendo más allá de las técnicas utilizadas en
cada una de ellas, el mensaje que se desprende
es el vehículo de transformación, tanto para los
realizadores que crean las películas, como para el
público que las contemplan, no dejando estos títulos
mencionados anteriormente al espectador. En estas
piezas animadas, el testimonio y las relexiones de sus
protagonistas (niños autistas, niños seropositivos, un
hombre con una crisis de demencia, un hombre con
un tumor benigno y una niña con un tumor cerebral,
respectivamente) nos muestran su particular visión
28
del mundo que les rodea, construyendo así un rico
mosaico de la sociedad de la que forman parte. A ello
contribuye sin duda el empleo de las distintas técnicas
de animación de las que se hacen uso, que establecen
además distintos niveles narrativos que permiten
la profundización, no sólo en el aspecto puramente
descriptivo de las vidas de los protagonistas, sino
también en los factores más subjetivos o psicológicos
de los mismos.
La importancia de los seres queridos, la familia y
los amigos, los espacios terapéuticos, la medicación,
el estigma que generan los medios de comunicación,
la soledad y los miedos, son la estampa que nos
acerca al mundo de las personas que padecen
algún tipo de enfermedad. Las enfermedades
representadas por medio de personajes animados,
nos brindan un relejo y una mirada atenta sobre el
día a día de los personas que sufren algún tipo de
enfermedad, cualquiera que ésta sea.
El presente artículo se centra en el estudio de
dos cortometrajes de animación 2D digital, Tinta
de Calamar y Pla C, realizados por Adriana Baradri,
que constan de 18 y 13 escenas, respectivamente.
Ambas películas son relativamente sencillas en el
desarrollo visual, así como el audio y la banda sonora.
Tinta de Calamar fue desarrollada en la exposición
“Perspectives.Art, Inlammation & Me”, que fue parte
de la cátedra “Arte y Enfermedades”, perteneciente
a la Facultad de Bellas Artes de la Universitat
Politècnica de València. En este ambiente académico,
un grupo de artistas/estudiantes y enfermos de Crohn
tuvieron su primera toma de contacto; el propósito
era estrechar lazos y compartir vivencias personales
que permitiesen una experiencia colaborativa para
la creación y ejecución de una obra de arte. El uso
de la animación como forma de expresión y como
mediación tenía un doble propósito. Por un lado,
ayudar a la gente a entender y empatizar con aquellos
pacientes afectados por la enfermedad de Crohn. Por
otro lado, familiariza a los pacientes crónicos con el
lenguaje y los valores artísticos de la imagen animada,
proporcionándoles un (otro) camino de ver su realidad.
El punto de partida de estos proyectos de animación
surgieron del interés de crear una producción de
dibujos animados cuyo núcleo fuera, en el caso
de Tinta de Calamar, trabajar las emociones de un
enfermo de Crohn en relación a su dolencia, y así
pasar de sujeto pasivo a activo, mejorando su actitud
ante la enfermedad, lo que le podría beneiciar en el
tratamiento de la misma. En este cortometraje, se
puede ver la relación entre un hombre de mediana edad
y su peculiar mascota, un calamar. La metáfora que
subyace es el sutil tratamiento de de las diferentes
fases de la enfermedad de Crohn, representada
por los síntomas y la constatación de los mismos,
haciéndose incluso explícitos en la mancha del
calamar y en el paralelismo relejado en los problemas
Capítulo II – Cinema – Cinema
del protagonista con la pluma estilográica y la pérdida
de aceite del coche. Finalmente, la aceptación de los
contratiempos del día a día ayudan tanto al hombre
como al calamara mitigar o solucionar los percances,
cambiando su actitud hacia los mismos.
El segundo proyecto de animación, Plan C,
fue concebido para el I Festival Internacional de
Cortometrajes Arte y Enfermedades (FICAE) en la
categoría de cortometraje de animación. El principal
objetivo de este festival era promover a través de una
visión positiva y la sensibilización social colectiva de la
enfermedad de hepatitis C. En este caso en particular,
un explorador se adentra en la jungla para observar a
través de los prismáticos a lo que parece un inofensivo
camaleón. En realidad, bajo esta excusa narrativa,
lo que se muestra es es la relación entre el médico
especialista y la enfermedad, una infección que
gradualmente va destruyendo las células del hígado.
La metáfora utilizada en este cortometraje queda
patente a través de la similitud física y/o de
comportamiento: en primer lugar, el explorador
representa al médico especialista, y el camaleón a la
enfermedad de hepatitis C. En segundo lugar, a través
del estudio de un instrumento óptico de los prismáticos
se establece el paralelismo con la herramienta de
laboratorio más estandarizada, el microscopio.
La ausencia de síntomas evidentes
queda
ejempliicada por el camaleón, caracterizado por ser
un animal silencioso y de actitud sosegada, que
puede esconderse o camularse de manera tan
efectiva como la enfermedad de hepatitis C. Cabe
mencionar en este punto que los pacientes de dicha
enfermedad tardan en apreciar los síntomas físicos y
la destrucción de los tejidos del hígado tardíamente.
La degeneración de este órgano está representado
mediante la metamorfosis (3) que sufre el camaleón,
convirtiéndose en un camaleón de Jackson, una
especie de aspecto más agresivo, debido en gran
medida a sus cuernos. Ésta es la razón por la cual
el explorador intenta atrapar al animal con una red de
moléculas; tal red se basa en la imagen del boceprevir,
una sustancia que combinada con otras (pegylated
interferon alfa 2-B y ribavirina) ralentiza la progresión y
el avance de la enfermedad.
Finalmente, el explorador alcanza a su presa y
la coloca en su camisa, a la misma altura donde se
localiza el hígado. Además, hay que señalar que el
diseño y la postura que adopta el camaleón resulta
similar a este órgano. Por último, el camaleón
parpadea, mostrando una pupila rasgada, como si de
una especie de ojo de serpiente se tratara. Este leve
guiño, nunca mejor dicho, indica un posible retorno al
peligro anterior, dando lugar a un posible brote de la
enfermedad, cuando todo parecía bajo control.
Como acabamos de ver, ambos cortometrajes están
estrechamente vinculados con las enfermedades.
Mientras que Tinta de Calamar se centra en la
relación de un paciente de Crohn y sus enfermedad,
Plan C adopta el punto de vista del médico especialista
en el aparato digestivo, que realiza análisis e
investiga sobre la enfermedad hepática del virus C,
con el in de erradicarlo y hacer sentir mejor a los
usuarios de servicios de salud (si bien en esta pieza
animada se centra en su faceta investigadora, más allá
de producir diagnósticos y prescribir tratamientos).
Para situar adecuadamente el germen de estos
dos cortometrajes, convendrá en la primera parte
de este artículo, situar el contexto en el cual se han
desarrollado, así como los objetivos planteados y una
breve sinopsis de cada pieza. A continuación, en la
segunda sección veremos los métodos y procesos
que han hecho posible la materialización fílmica de la
problemática de la enfermedad de Crohn y hepatitis
C, para inalmente abordar los aspectos que han
rodeado y conformado el espíritu esperanzador de
estos cortometrajes, que visibilizan las aspiraciones
personales y profesionales de pacientes y
personal sanitario relacionados con estas dolencias.
2. Teoría y práctica de utilizar la animación
como terapia
Es un hecho que, tradicionalmente, la animación
se ha utilizado en la industria del entretenimiento. Sin
embargo, nuevas formas de aplicación se han llevado
a cabo. Según la animadora Sara Watt, la mezcla entre
creatividad y rutina es una forma de terapia, donde
la animación tiene una función relevante. Permite
diferentes niveles de concentración, dependiendo de
la tarea donde el animador esté involucrado a lo largo
de la fase de producción. Hay dos formas de usar
la animación como terapia: en primer lugar, realizar
animación, participando activamente mediante el uso
de un enfoque práctico, facultando a la persona a
explorar visual, táctil y de manera auditiva. Al trabajar
de esta manera, la persona es capaz de extender su
historia más allá de las palabras, con el in de liberar un
hecho relevante; por ejemplo, un trauma. En segundo
lugar, ver contenido de animación permite y estimula
el diálogo, la generación de nuevas formas de ver la
realidad. Al ser expuesto a películas de animación, el
paciente puede generar una respuesta con signiicado
psicológico, asociado con niveles emocionales
intensos.
La terapeuta Helen Mason describe la práctica
de utilizar la animación en la terapia, como un
proceso ideal de la externalización de la persona
que tiene diicultades para verbalizar pensamientos
y sentimientos. Es también notable que la animación
tiene la propiedad de representar a personas reales
anónimas usando el simbolismo y recursos expresivos.
3. Emoción en Movimiento. La visión de la
enfermedad desde la animación
El vínculo entre artista-paciente-médico-medio
ambiente fue un descubrimiento colaborativo para
todos los implicados en los proyectos: el paciente, el
médico y el artista. El uso de la animación para mostrar
algunos problemas acerca de las enfermedades desde
un enfoque poético y metafórico produjo un beneicio
colectivo. La animación puede darnos a conocer la
vida cotidiana de algunos pacientes, sus sentimientos
e historias, dotados de vida a través de la animación.
29
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Analizando el conocimiento interno del paciente a
través de las emociones estéticas y sus expresiones, el
artista crea un despliegue de las propias experiencias
de los pacientes. En dicha pantalla, el ser humano es el
agente de toda manifestación estética en un universo
social, donde todas las experiencias se integran en un
medio expresivo.
Con el in de dar a conocer al público acerca de
las dos enfermedades inlamatorias autoinmunes
y virales a través de los dos cortos de animación,
Tinta de Calamar y Plan C, se utilizaron personajes
animados con el in de retratar las experiencias
del paciente y el médico. Mediante el uso de la
animación como forma artística, se ha obtenido una
respuesta emocional positiva del paciente, ya que él
ha visto que sus inquietudes, ideas y sentimientos
se han mostrado en este entorno, y, al hacer esto, se
reconocieron sus sentimientos. La empatía entre el
paciente y el artista facilitado la búsqueda de fórmulas
que eran un relejo de la enfermedad de Crohn física
(tinta, aceite), psicológica (miedo, la vergüenza), y
social (coninamiento, la soledad) relejadas en Tinta
de Calamar. La animación como una herramienta
terapéutica ha proporcionado un resultado satisfactorio
para el paciente y para el artista, ya que se ha utilizado
como un recurso que ha aumentado el bienestar
emocional. Las imágenes en movimiento nos dan la
capacidad de ordenar y presentar las experiencias
y sentimientos de una manera diferente, que puede
tener efectos reconstituyentes.
En el presente apartado, vamos a ver qué beneicios
terapéuticos pueden traer la animación en sí. En primer
lugar, puede revelar estados de ánimo individuales
patológicos a través de personajes. Es un medio eicaz
para que el usuario exprese sus sentimientos, temores
y ansiedades sin temor a represalias, la transmisión
de información y conocimientos a través de las
emociones. En segundo lugar, la animación desarrolla
el pensamiento creativo mediante la introducción de
un modo de trabajo mental abierta al exterior, muy
perceptivo y receptivo. En tercer lugar, la animación
promueve la capacidad de sublimación y organización
metafórica. En cuarto lugar, la creación de un vínculo
o una conexión entre el paciente y el médico-artistaartista se hace debido a la participación en una actividad
especial, como la transmisión de algo íntimo y verlo
materializado en imágenes animadas. En quinto lugar,
el artista otorga habilitación para el paciente. Se puede
controlar la forma en que cuenta su propia historia, su
punto de vista acerca de lo que le está sucediendo,
para expresar sus emociones, sentimientos y
pensamientos en relación con la enfermedad, ser
capaz de sentir autónoma. En consecuencia, surge
la autoestima, alejándose de los prejuicios que el
paciente tiene que tratar. Además, la animación puede
ayudar a los espectadores a identiicar las diicultades
cotidianas experimentadas por el paciente y el médico.
Por último, la animación en general se lleva a cabo
en un grupo, lo que mejora los aspectos interactivos
y responsabilidad por el descubrimiento de la propia
sensibilidad, imaginación y creatividad.
30
4. Metodología.
Seguimiento
De
los
Síntomas
al
La metodología utilizada en el proceso de realización
de ambas películas cortas se basó prácticamente
en la misma estructura, pero con algunos elementos
distintivos. En primer lugar, en Tinta de Calamar, el
primer encuentro entre paciente-artista se realizó en
un encuentro programado por la Facultad de Bellas
Artes, donde el primero colaboró estrechamente con
el último, por medio de la transmisión de su historia
clínica. En este sentido, el animador podría realizar
la pieza mediante la comprensión de la enfermedad
de Crohn y la participación en la vida del paciente en
el día a día. Inmediatamente después de la primera
toma de contacto, se pidió al paciente a escribir
sobre sus experiencias personales y recuerdos como
enfermo de Crohn. Al describir estos sentimientos,
expresado simbólicamente, el paciente se transformó
en un agente activo, convirtiéndose en un elemento
clave para revelar una sensibilidad colectiva. Este
documento relataba la experiencia de una persona
que vive con esta enfermedad, y fue la base para la
creación de un primer borrador del guión, quedando
reducida en diferentes etapas a un cuarto de su
longitud original.
Como acabamos de señalar, el material escrito
de gran contenido simbólico, proporcionado por
el paciente Crohn, fue el germen de la estructura
narrativa de Tinta de Calamar junto con la propia
voz del paciente como narrador en off, en su lengua
materna, en valenciano / catalán. Hay algunas palabras
claves que se repiten en todo el texto como “interior”,
“control”, “miedo”, “diarrea”, “medicamentos.” Tales
palabras fueron las claves que ayudaron al artista a
imaginar ciertas imágenes que utilizaría más adelante
en el desarrollo de la película. La relación entre un
personaje humano y un cefalópodo marino ofrecía
excusas narrativas para evidenciar los síntomas de la
patología a tratar.
Teniendo en cuenta lo que sostiene Paul Wells en
su libro “Understanding Animation ‘(1998), el uso de la
metáfora invita a la interpretación de las imágenes que
podrían ser ambivalentes e invita a los espectadores
a ser activos mediante la ampliación de sus mentes,
el ver más allá de lo obvio. Por ejemplo, se utilizó
la tinta de dos maneras: en primer lugar, como una
herramienta para dibujar y / o escribir; en segundo
lugar, como la secreción defensiva natural. En el caso
del calamar, la tinta sería, por una parte, una mancha
escatológica que enturbiará el medio y la existencia
de los personajes, y, por otro lado, el vehículo que
representa la vía de solución. El retrato resultante
de las ideas conceptuales del paciente se dividió en
cuatro fases: síntomas de la enfermedad, la búsqueda
de los mismos, la aceptación por parte del paciente, y
inalmente la recuperación y/o mejoría.
En segundo lugar, en Plan C, el encuentro entre
las personas involucradas en la película era diferente
de la de Tinta de Calamar, porque en esta película
el punto de vista provenía del médico especialista,
no del paciente. Por otra parte, ya había habido una
Capítulo II – Cinema – Cinema
relación personal previa y vinculante entre el médico y
el artista, por lo que las reuniones eran más familiares
e informales. La recolección de datos se llevó a cabo
durante una intensa entrevista grabada mediante
una tablet. En dicha entrevista, el médico explicaba
su proceso de investigación sobre la enfermedad
de la hepatitis C. Después de analizar el contenido
audiovisual resultante, la artista procedió a transcribir
las ideas más importantes de la entrevista, resaltando
las palabras clave que darían paso a la primera
versión del guión, con la síntesis inal de una vida
dedicada al estudio de la hepatitis C. Al igual que en
Tinta de Calamar, el punto de partida del argumento
y una parte esencial del proceso de escribir el guión
fue el análisis de la experiencia de una persona que
conocía la enfermedad profundamente, pero esta vez
“del otro lado”. La relación entre el pequeño saurópodo
y el explorador que está acechando dramatiza
connotaciones patológicas, una vez más.
Este cortometraje se caracteriza por una animación
sintética donde las pausas y los silencios de los
personajes son tan importantes que las acciones
llevadas a cabo, por ejemplo: el explorador mira
a través de binoculares en el camaleón y el único
movimiento es el relejo de la luz en las lentes y el
guiño del animal. Este ciclo se ha utilizado como uno
de los principales recursos dentro de esta metodología
de animación minimal.
La estructura narrativa de Plan C se divide en
cuatro partes: la exploración (el explorador en la selva
mirando a través de binoculares en el camaleón),
manifestación (el camaleón evoluciona y muestra
una actitud agresiva), intervención (el camaleón es
capturado por una red de moléculas) y, por último, el
seguimiento (el explorador hará un seguimiento del
camaleón, para evitar un posible resurgimiento). En
cada una de las partes anteriores, las metáforas se
utilizan vinculando conceptos de la medicina en el
campo simbólico de animación.
A diferencia de Tinta de Calamar, en el que el
paciente utiliza su propia voz como voz en off, en el
caso de Plan C, la voz del médico se sustituye por el
de una tercera persona. El punto de partida de este
proyecto de animación surgió del interés de crear
una producción de dibujos animados, por lo que la
participación activa del médico del centro de la misma.
En el caso de Tinta de Calamar, que trabaja las
emociones de un hombre con Crohn con respecto a
su condición. En este sentido, el paciente se mueve
de un sujeto pasivo a uno activo, mejorando su actitud
hacia la enfermedad, beneiciando al tratamiento de la
misma. En Plan C, sin embargo, se adoptó el punto de
vista del especialista del aparato digestivo; basándose
en la realización de análisis e investigación sobre la
hepatitis C, en lugar de la producción de diagnósticos
y la prescripción de tratamientos.
En cuanto a los resultados, ambos cortometrajes
eran completamente diferentes. En el caso de Plan
C, el médico visionó la película con la artista en una
tablet. Cuando él estaba viendo la película, él pudo
ver que todo lo que había comentado en la entrevista
materializándose en pantalla. El médico encontró
realmente divertido como ella había imaginado el virus
como un camaleón y a sí mismo como un explorador,
vigilando constantemente el camaleón como lo hacía
con el virus en la vida real. En el caso de Tinta de
Calamar, la experiencia fue más conmovedora; la
Facultad de Bellas Artes, que había organizado la
primera reunión fue la misma que invitó al paciente a
ver la película junto con la artista en la universidad. La
artista consideraba importante grabar la reunión ya que
era la primera vez que el paciente podría inalmente
ver el producto de su trabajo y el de la artista. Mientras
que él estaba viendo la película, estaba completamente
centrado en la pantalla, se sintió realmente encantado
de verlo y su propia vida relejada en un personaje
animado. Una vez que la película había terminado, el
paciente abrazó y felicitó a la artista, ya que como dijo
en correos electrónicos posteriores:
“La experiencia contigo (la artista) la primera
reunión, la carta que me enviaste y la grabación (de
la propia voz del paciente); todo ha sido maravilloso
y yo no sabía que esto existía, me hiciste descubrir
un mundo que era lejano para mí, donde se muestra
claramente la unión artista-paciente-sociedad, creo
que la manera de transmitir esa sensibilidad, esa
manera de captar de lo que muchas veces no se dice
con palabras realmente me ha emocionado “.
5. Conclusiones
Antes de entrar propiamente en la exposición
de las conclusiones, se hace conveniente poner en
conocimiento que un momento signiicativo en la vida
del paciente fue cuando le detectaron la enfermedad
de Crohn en 2008. Un hecho tan relevante que
le condujo a no resignarse como enfermo crónico
que era, a “sentirse incapaz” sino a concentrarse
en su “capacidad de ser capaz”, dentro de las
restricciones que le ocasionaba tal enfermedad. Otro
hecho signiicativo ocurrió en el año 2012, cuando
participó en un programa psicológico en grupo para
aprender técnicas y habilidades de autocuidado, que
posteriormente transmitió a otros enfermos. Al año
siguiente, consiguió otra opinión médica con cambio de
tratamiento que le supuso una notable mejoría física.
Empezó a no pensar como enfermo, considerando al
Crohn como a un invitado, no como a un intruso. En
las propias palabras del paciente “lo alimento, le doy
medicinas, lo cuido y lo mimo para que no se revele y
me suelte “la tinta.”
La
unión
entre
artista-enfermo-médicoentorno,
supuso un descubrimiento colaborativo
tanto para el paciente y el médico como para la
artista, al expresar por medio de dibujos animados
la problemática de estas enfermedades desde un
enfoque poético y metafórico. La animación puede
darnos a conocer el día a día de algunos enfermos,
sus sentimientos e historias, dotadas de vida a través
de la animación. Indagando en el conocimiento interno
del paciente a través de emociones estéticas y su
expresión, mediante la capacidad de simbolización de
imágenes retóricas, creamos un despliegue de las
propias experiencias donde el ser humano es el agente
31
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de toda manifestación estética en un universo social,
en el que toda la experiencia estética se integra en
un medio expresivo. Con el in de acercar al público
al conocimiento tanto de patologías inlamatorias
autoinmunes como víricas, mediante dos cortometrajes
de animación, los personajes sirvieron de catalizador
de las experiencias del paciente y el médico.
Al utilizar la animación como forma de expresión
artística se ha obtenido una respuesta emocional
positiva del paciente, al ver registradas sus
preocupaciones, ideas y sentimientos en este medio
y con ello ser reconocido en su sentir. La empatía
entre el paciente y la artista facilitó hallar fórmulas
que fuesen el relejo de esta enfermedad en aspectos
físicos, (tinta, aceite) psicológicos (miedo, vergüenza)
y sociales (encierro, soledad) relejados en el corto
Tinta de Calamar. Lo mismo ocurre en el caso de Pla
C, al plasmar la búsqueda del remedio que pueda
paliar la hepatitis C. La presencia en el entorno junglaorganismo vivo y el uso de instrumentos (prismáticos
y red-medicamento) hacen posible la captura del
camaleón-virus. La animación como herramienta
terapéutica ha aportado un resultado provechoso
tanto para el paciente como para la artista, al utilizarse
ésta como recurso que ha aumentado el bienestar
emocional. Las imágenes en movimiento nos otorgan
la capacidad de ordenar o presentar las experiencias y
las sensaciones de un modo diferente, pudiendo tener
efectos reconstituyentes.
Veamos qué beneicios terapéuticos puede aportar
la animación. En primer lugar, ésta puede revelar
estados anímicos patológicos del individuo a través
de personajes. Resulta un método eicaz para
que el usuario exprese sus sentimientos, miedos
y angustias sin temor a represalias, transmitiendo
información y conocimiento a través de la emoción. En
segundo lugar, la animación desarrolla el pensamiento
creador al abrir un modo de trabajo mental abierto
al exterior, extremadamente perceptivo y a la vez
receptivo, enfrentándonos con nuestra capacidad de
exteriorizarnos y ligarnos con el mundo a través de
la actividad gráica, nuestros dibujos animados. En
tercer lugar, la animación fomenta la capacidad de
sublimación y organización metafórica. Además, la
animación por lo general, se lleva a cabo en grupo,
lo que potencia aspectos como la interacción y la
responsabilidad, descubriendo asimismo la propia
sensibilidad, imaginación y capacidad creativa.
6. Como inal
Compartir experiencias y expresión artística con
personas ajenas al ámbito de la animación en la vida
adulta ha resultado altamente satisfactorio, al poder
utilizar este medio para que las vivencias reales
del paciente de Crohn y el médico especialista en
hepatitis C queden simbolizadas. La representación
por medio de personajes animados supone una forma
activa de controlar la realidad, una nueva manera
de relacionarse con las situaciones sin el riesgo
que implicaría hacerlo realmente, pudiendo abrir una
puerta de integración y de esperanza. A través de
32
los cortos vistos anteriormente, las enfermedades de
Crohn y hepatitis C alcanzan visibilidad para el público
general y ayudan a concienciar sobre la importancia
de un diagnóstico temprano.
Gracias a la pluralidad de técnicas de animación
se puede ofrecer un campo amplio para el desarrollo
de habilidades y conocimientos que permitan
explorar narrativas, materiales, procedimientos e
incluso cualidades intrínsecas a cada una de ellas y
en relación con cada enfermo o enfermedad.
Final notes
1
Tinta de Calamar participó en la exposición
internacional Perspectivas, Art, Inlammation and Me en el
Hall C del Bella Center los días 20-21-22 de febrero de 2014
en Copenhague (Dinamarca), con motivo del 9th Congress
of the European Crohn’s and Colitis Organisation.
2
Plan C obtuvo una Mención Especial como Mejor
Cortometraje de Animación en este mismo festival (FICAE).
3
Al igual que el camaleón, que cambia de color
dependiendo del estado de ánimo, salud y temperatura, el
hígado enfermo con cirrosis presenta un aspecto diferente
a lo que sería su estado normal: arañas vasculares,
incremento de su tamaño, nódulos…
Bibliography
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Jevremovic. Un artista que de niño siempre pensaba en
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7. VVAA. 2009. Estéticas de la animación. Fundación
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Animation. Surrey (Reino Unido)
Filmography
1. BARADRI, Adriana. Tinta de Calamar. 1’ (2014)
https://vimeo.com/114917415
2. BARADRI, Adriana. Pla C. 1’ (2015) https://vimeo.
com/114908891