ESTRATEGIA EDITORIAL EN EL SIGLO XXI: EVOLUCIÓN DEL
SECTOR HACIA EL ECOSISTEMA DIGITAL
Carmen Menchero de los Ríos
La producción de libros digitales avanza en los últimos años con paso lento pero
imparable, de la mano de drásticos cambios en los hábitos de consumo y la evolución
acaecida en el campo de las tecnologías de la información. Más allá de este fenómeno,
la aparición de nuevos agentes que interactúan con el sector editorial y la
transformación del libro como objeto material, con la aparición de nuevos productos
auspiciados por la cultura 2.0, marcan un punto de inflexión en el que fórmulas del
pasado como la autoedición adquieren una nueva dimensión. Todo ello apunta a que la
evolución del mercado editorial no podrá transcurrir al margen de su implicación en una
industria de contenidos aupada por fenómenos económicos y culturales de más amplio
calado.
Sociedad digital: ¿oportunidad o amenaza?
Los efectos de la crisis económica global se han traducido en una caída de
ingresos para el sector editorial español que ha transcurrido en paralelo con un paulatino
ascenso de la publicación digital, a gran distancia aún de la producción en papel, pero
con una tendencia al alza constatable desde 2008, experimentando una curva de
crecimiento inversamente proporcional al volumen de publicación en papel.
El ascenso de la publicación digital se vincula con un incremento de la demanda
relacionado con la progresiva movilización de los ciudadanos, al calor de la penetración
en el mercado español de dispositivos móviles (con importantes hitos de ventas en 2012
y 2013) y la extensión en este periodo de las redes de banda ancha fija y móvil, dando
servicio a un colectivo de internautas que llegó a la cifra 28,4 millones en 2013. La
evolución en las pautas de consumo y hábitos de lectura se relaciona directamente con
este fenómeno, teniendo en cuenta que en el último año un 71,6% de la población
accede asiduamente a la red, con un segmento particularmente activo compuesto por
ciudadanos menores de veinticuatro años.
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En este contexto los análisis de mercado auguraban ya desde comienzos de la
presente década un importante avance para el libro electrónico en España que nos
situaba como “país de segunda ola”, con tasas de adquisición equiparables a Alemania,
Francia y Japón y un volumen de crecimiento más prometedor que el de los países de su
entorno.
Sin embargo, pese a que ya en 2011 la venta de libros digitales aportó 73
millones de euros y en la actualidad la publicación digital representa un 23% de la
producción, en términos de facturación la venta de libros electrónicos no representa más
de un 3%, no pudiendo compensar la caída de ingresos arrastrada por el sector editorial
desde 2008 1.
La oportunidad que representaba este mercado fue captada por fabricantes de
hardware y operadores de comunicaciones, interesados en dotar de contenido sus
dispositivos y aumentar el tráfico de datos, provocando la salida a escena de nuevos
actores, hasta entonces en el perímetro del mundo editorial, con voluntad de interactuar
con el sector en el amplio marco del negocio digital.
En este contexto es cuando a finales de 2011 se produce el desembarco en
territorio peninsular de Amazon y Google, atraídos por el auge de una industria de
contenidos que en aquel año generó en España un negocio de 8 553 millones de euros,
al compás de un mercado en expansión a nivel mundial y en particular europeo, con una
estimación de crecimiento para el libro electrónico del 20% y 60% respectivamente.
Comparativa producción en papel vs. ebook (2008-2013) 2
El cambio de paradigma propiciado por la denominada “Sociedad de la
Información” afecta de modo especial al mundo editorial, condicionado tanto por su
oferta (en virtud de las limitaciones y oportunidades que brinda la tecnología) como por
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la demanda, especialmente sensible al cambio en las pautas de comportamiento del
lector, convertido ahora en consumidor habitual de contenidos digitales.
Por otra parte, este fenómeno ha suscitado un necesario debate sobre el
antagonismo entre la “cultura del libro” y la “cultura digital” que, más allá de un simple
duelo entre las bondades de distintos soportes, analiza su repercusión en los procesos de
construcción y difusión del conocimiento, sobre los principios de relevancia del
contenido y solvencia intelectual de la fuente, como piedra angular del mundo del libro
y su ecosistema tradicional (editoriales, bibliotecas, instituciones académicas), bajo
cuyo entramado se ha preservado para las generaciones venideras nuestro bagaje
cultural 3.
Con el halo de “novedad” resurgen en la nueva industria de los contenidos viejas
polémicas, resueltas antaño por el mundo del libro (plagio, derechos de autor…), al
tiempo que experimentan un auge sin precedentes prácticas como la autoedición,
presentes en la historia de la impresión desde hace más de un siglo. En paralelo, nuevos
productos culturales (blogs, foros, wikis) cobran fuerza, junto a la edición tradicional,
en la transmisión de la palabra escrita, junto a contenidos audiovisuales aupados por la
extensión de la “cultura colaborativa” propiciada por la extensión de Internet 2.0.
La penetración de los avances tecnológicos en la realidad cotidiana de los
ciudadanos está propiciando importantes cambios en sus pautas de consumo, alentados
por los intereses de un nuevo mercado impulsado por la industria de los contenidos. El
impacto en la cadena de valor tradicional del libro no se limita a su evolución como
producto material, con el incremento de la publicación digital, sino que trasciende
aspectos formales para impactar sobre la evolución del propio discurso escrito y los
mecanismos de selección y evaluación que sostienen los procesos de producción, a la
sombra de una demanda que evoluciona al compás de profundos cambios culturales.
ONTSI. Informe Anual de Contenidos Digitales 2012 4
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Marco de análisis: confluencia de la edición electrónica con la industria de los
contenidos
Analizando la evolución del libro en el punto de intersección entre la trayectoria
del mundo editorial y el avance del sector de los contenidos digitales, unos y otros están
abocados a una relación de interdependencia, orientada a satisfacer las necesidades de
un mercado con fuerte penetración de dispositivos digitales en el ámbito doméstico,
propiciando conexiones diarias a Internet por parte de casi tres cuartas partes de los
ciudadanos, tendencia especialmente acusada en el segmento más joven.
Sin poder mantenerse al margen de este fenómeno, los agentes tradicionales del
sector editorial han identificado las oportunidades del nuevo escenario (y sus riesgos),
desarrollando líneas de negocio digital que transcurren en paralelo a su producción en
papel, en la actualidad todavía a mucha distancia de la primera.
Por otra parte, desde la Administración, iniciativas como la “Agenda Digital”
aspiran a impulsar la industria de contenidos, en el contexto de la nueva economía
digital, con la voluntad de reactivar el tejido empresarial español 5.
La iniciativa se articula sobre el marco de análisis propuesto por la OCDE, que
es extrapolable a la publicación digital, facilitando el análisis de su evolución en la
última década a partir de tres palancas de crecimiento que explican la aparición de
nuevos actores dentro del ecosistema editorial 6:
-
DISPONIBILIDAD: marcada por la oferta de contenidos y los canales de distribución.
-
INFRAESTRUCTURA: determinada por el avance de agentes tecnológicos, en el
ámbito de los dispositivos hardware y el ecosistema de aplicativos que gira alrededor
del libro.
-
HABILIDADES: vinculadas a la accesibilidad, en relación directa con el avance de la
sociedad de la información y los cambios en los hábitos de lectura y pautas de
comportamiento del consumidor (lector convertido en usuario de nuevos servicios).
Podemos considerar un cuarto factor constituido por el marco regulatorio, en lo
relativo a evolución de la legislación en materia de derechos de autor, incentivos para el
tejido empresarial y política fiscal, de especial relevancia en un contexto de crisis
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económica que obliga al sector editorial a sopesar cuidadosamente riesgo y oportunidad
en sus iniciativas de innovación.
El peso del mundo del libro dentro de la producción cultural (38,1%) y su
contribución (junto a la prensa) en un 1,1 % al PIB español, justifica su interés para la
industria de contenidos, al tiempo que las expectativas respecto a la aportación en este
campo del sector editorial español se apoyan en su tradicional peso en el mercado
internacional. Cifras recientes sitúan a dicho sector en un cuarto puesto dentro del
panorama europeo, en cuanto a producción de nuevos títulos y volumen de ingresos
netos y ocupando el segundo lugar a escala mundial en publicación de nuevos títulos
anuales por cada millón de habitantes 7.
Cuenta Satélite de la Cultura en España: avance de resultados 2008-2011 8
A la luz de su trayectoria pasada, se propone el análisis de su trayectoria, con
foco en la producción digital, sobre las líneas de evolución establecidas para la industria
de contenidos. Por ello se repasan a continuación las iniciativas desarrolladas por el
sector editorial en la última década, que han propiciado la disponibilidad de contenidos
en el mercado, la aparición de nuevos agentes vinculados a la extensión de
infraestructura tecnológica y la propia evolución de la demanda, relacionada con
cambios en las pautas de comportamientos y hábitos de lectura, con la adquisición de
habilidades por parte de un ciudadano inmerso en la nueva sociedad digital.
El papel de los agentes tradicionales en la oferta de contenidos
La convivencia del mundo digital y analógico, en un contexto de crisis
económica y pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, ha acelerado la necesidad
de reconversión de un sector inmerso en un intenso proceso de concentración
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empresarial, liderado por corporaciones multinacionales, vinculadas en la mayoría de
los casos al ámbito de los medios de comunicación.
Pese a la presencia de un número importante de pequeñas y medianas empresas,
en el panorama español el compás lo han marcado grandes grupos como Planeta,
Santillana, Hachette, Feltrinelli y Penguin Random House, que concentran en la
actualidad el grueso de la producción.
El significativo descenso en las ventas obligó al sector a dimensionar su
producción, limitando el número de títulos ofertados y la tirada de ejemplares, para
adaptar el ritmo a una curva de rentabilidad decreciente en el mercado tradicional del
libro. El empuje del denominado “paradigma digital”, acentuado por la presencia de
Amazon o Google, hizo inevitable la búsqueda de nuevos modelos de negocio
reconsiderando las posibilidades de la publicación digital ante sus optimistas
expectativas de crecimiento 9.
Ya en 2001 Planeta fue el precursor de la primera iniciativa de cierta entidad en
el mercado español con el proyecto Veintinueve, librería virtual que ofrecía al lector un
fondo bibliográfico orientado a la lectura en PC mediante la descarga del programa
Microsoft Reader, siguiendo los pasos de experiencias similares en Francia e Italia (de
la mano de Vivendi y Mondadori, respectivamente).
La oferta incluía sellos propios y ajenos (Infonomía.com y Gestión 2000) con un
ambicioso plan de publicación y un catálogo de servicios profesionales orientados a la
digitalización del catálogo de otras editoriales. Sin embargo, aquella primera tentativa
no resultó rentable, pese al apoyo de la Administración, con un impacto en el mercado
(por volumen de usuarios y número de descargas) inferior al esperado, obligando a
abandonar el proyecto tan solo un año después 10.
La experiencia confirmó que la demanda de ebooks en aquel momento era
minoritaria y hubo que esperar a 2010 para que una nueva iniciativa, en este caso
Libranda, lograra cuajar en el mercado. En esta ocasión el planteamiento era muy
distinto y el proyecto se acometió partiendo de una versión “beta” que contaba con la
participación de diez editoriales y nueve tiendas online, ofertando un modesto catálogo
con 1 114 títulos, de los que la mitad correspondían al Grup 62 y la otra mitad a
Random, Santillana, Wolters Klumer, Planeta, Anagrama o Roca, que junto a Maeva y
Siruela aportaban una presencia testimonial, en relación con el tamaño de su fondo
bibliográfico en papel 11.
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Sin embargo su catálogo se amplió exponencialmente, siendo hoy en día una de
las principales plataformas españolas, con el respaldo de 128 editores y acuerdos de
distribución con un número importante de librerías españolas, además de disponer de
una vía de entrada en EEUU de la mano de Barnes & Noble y presencia en el
tradicional mercado latinoamericano desde junio de 2011.
La iniciativa contemplaba también líneas de negocio orientadas al mundo de la
biblioteca, con servicios especializados para su incursión en el ecosistema digital, sin
olvidar a pequeñas y medianas empresas, brindando facilidades para la digitalización de
sus catálogos. En 2012 llegó a constituir la pasarela de distribución para el 80% de los
ebooks españoles, permitiendo a las pequeñas librerías entrar en el mercado del libro
digital 12.
Siendo la primera iniciativa de calado en el panorama nacional, su aportación se
ha centrado en el ámbito de la disponibilidad de una oferta bibliográfica en el mercado
de la mano de los agentes tradicionales, sin promover una renovación profunda del
sector ya que, en tanto plataforma B2B, solo incorpora nuevos intermediarios entre
editores y libreros, no contribuyendo por ello a simplificar la cadena de valor tradicional
del libro, ni a reducir el precio de la edición digital respecto a su homólogo en papel.
Por otra parte, la decisión de controlar el acceso a los contenidos con tecnologías
de DRM no ha estimulado un incremento de la demanda, al incorporar una dificultad
adicional para la lectura en soporte digital. No obstante, el problema no es baladí,
considerando la piratería como una de las principales amenazas para la rentabilidad de
esta línea de negocio. Solo en el primer semestre de 2010, la Coalición de Creadores e
Industrias de Contenidos cifraba en 421,5 millones de euros el valor de las descargas
ilegales de libros, despertando la alarma en el sector con una nota de prensa titulada
“Record de piratería y alarma en el Libro” 13.
Pero lo cierto es que no todos los editores contemplan la necesidad de
implementar soluciones de DRM para preservar su catálogo digital. En noviembre de
2011, Ediciones B, del Grupo Zeta, estrena B de Books, experiencia pionera no solo
por constituir uno de los primeros sellos con vocación exclusivamente digital, sino
también por prescindir del DRM en sus libros, alegando que es precisamente la
dificultad añadida al proceso de adquisición del contenido lo que incentiva la piratería.
Inspirada en la experiencia del mercado estadounidense, incorporaba una oferta
basada en títulos inéditos publicados exclusivamente en versión digital, al tiempo que
establecía una estrategia agresiva en precios (entre 0,99 € y los 9,99 €,) apoyada en una
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política de retribución por derechos de autor que eliminaba los anticipos, basando la
liquidación en el volumen de ventas efectuadas. La estrategia beneficiaba a los best
sellers, en detrimento de obras con menor aceptación, sin introducir ningún mecanismo
de evaluación cualitativa de los textos. Poniendo foco en las circunstancias específicas,
no tanto del libro como del contenido digital (precio, formatos, catálogo), la editorial se
hizo eco de fenómenos en auge volviendo la mirada a las plataformas de
autopublicación, en particular la articulada por Amazon, como cantera de nuevos
talentos, con éxitos comerciales como el de Blanca Miosi con su obra El manuscrito o
Fernando Trujillo, con top de ventas en la categoría de suspense y misterio 14.
La oportunidad de negocio planteada por las plataformas de autoedición para
autores nóveles ha sido también explorada por Roca Editores, inaugurando a fines de
2012 Rocautores, que permitía al aspirante a escritor contratar un informe de
evaluación cuyo resultado positivo daba la opción de acceder a servicios de edición,
publicación y distribución por parte de un sello de prestigio reconocido en el campo de
la publicación literaria 15.
A diferencia de la estrategia de Ediciones B, en la que prima el factor
cuantitativo como criterio de selección, Roca recuperó en el mundo digital criterios de
selección cualitativa propios del mundo del libro clásico en iniciativas polémicas, como
la citada anteriormente, y en otras mucho mejor valoradas, tal y como es el caso de
Barcelona ebooks, cuyo objetivo era crear un sello dedicado exclusivamente a la
edición digital de libros traducidos al inglés, con miras al más consolidado mercado
anglosajón.
A caballo entre una y otra estrategia, Random House Mondadori (RHM) ha
explorado
el
ámbito
de
las
redes
sociales
con
su
web
de
escritura
www.megustaescribir.com, fundada en 2008 para captura de nuevos talentos bajo la
promesa de publicar en ebook las obras más valoradas por los miembros de la
Comunidad. La iniciativa se completa con el portal paralelo www.megustaleer.com, en
línea con los tradicionales clubs de lectura, y encaminada a promocionar su catálogo
editorial con la connivencia de las redes sociales de mayor calado, Facebook y Twitter,
sin obviar la publicidad en prensa de sus novedades más destacadas.
Por su parte, RHM fue pionera en la publicación de sellos exclusivamente
digitales con formato breve, como la colección Endebate (con textos de menos de
10 000 palabras) y posteriormente el sello RHM Flash, en la misma línea, con precios
inferiores a 2 euros y servidos también para su lectura en iPad. Dando un paso más, fue
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la primera editorial española en crear una aplicación para móviles, distribuyendo en
2010 la novela de Julia Navarro “Dime quién soy” como app a través de iTunes para
iPhone y iPod Touch.
Como puede verse, los grandes grupos editoriales españoles han explorado bajo
una u otra fórmula nuevos modelos de negocio planteados, bien desde la experiencia
adquirida por la industria de contenidos en otros mercados, bien desde el
replanteamiento del papel del editor, con incursiones en el mundo de la autoedición y
las redes sociales, y el desarrollo de software de lectura que garantice la presencia de su
catálogo en los dispositivos electrónicos de mayor aceptación. Al compás de la
publicación dual, en papel y digital, o la creación de sellos especializados en ebook, la
última década fue testigo de alianzas con otras editoriales y distribuidores y de un
progresivo acercamiento a nuevos agentes procedentes de la industria digital, con
importantes inversiones de rentabilidad modesta pero expectativas crecientes.
En paralelo, empresas independientes de pequeño y mediano tamaño han
realizado interesantes aportaciones como es el caso de Libros del Asteroide y su
esfuerzo por recuperar libros descatalogados, apostando por el concepto de comunidad
de lectores dentro de su web, o el Grupo EDI (Editoriales Digitales Independientes),
muy beligerante en la política anti DRM en su afán por popularizar la aceptación de
nuevos soportes para el libro tradicional. En el terreno de la innovación, se han
importado fórmulas de promoción, características del mundo audiovisual, con la
elaboración de booktrailers (siendo pionera Nórdica Libros dentro de la Agrupación
Contexto), consumo gratuito parcial de la obra con carácter previo a la compra
(LcLibros.com) o iniciativas que, como Libro de Notas, sirven gratuitamente su fondo
bajo licencia Creative Commons, apelando a la satisfacción del lector para donar
voluntariamente un euro.
Por último, al margen de las bondades de la impresión digital en términos de
rentabilidad de la producción, fórmulas como la Impresión Bajo Demanda (IBD o POD
en la acepción inglesa) han sido exploradas por buena parte de las anteriores editoriales
dentro de su estrategia digital, siendo además promovidas en la última década incluso
por agentes que, como Bubok, proceden del ámbito digital y, sin embargo, pueden por
este medio completar su oferta con servicios de publicación en papel 16.
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Estrategias de aproximación al lector y cambios en la cadena de valor del libro
Dentro del ingente volumen de información existente en la Red resulta
prioritario acortar distancias con los potenciales consumidores. En este sentido cabe
mencionar la experiencia de Enclave Editores-BNE por constituir el primer proyecto
I+D+I de la Biblioteca Nacional en colaboración con la Federación de Gremios de
Editores y el apoyo PLAN AVANZA. Su objetivo era habilitar a través de la Biblioteca
Digital Hispánica un servicio que permitiera al lector consultar la ficha bibliográfica de
un libro y hojear su contenido, a partir del material facilitado por el propio editor, con el
fin de poder adquirir la obra desde su Plataforma de Distribución. En marzo de 2012, el
proyecto contaba con un catálogo de 2 800 títulos de diversas materias y obras en las
distintas lenguas del Estado 17.
Lo innovador de la experiencia es la conjunción de agentes tradicionales del
mundo del libro, tanto en su vertiente comercial (editoriales) como institucional
(bibliotecas), apoyándose en la potencia de tecnologías de enriquecimiento de datos que
permiten facilitar mediante una plataforma de distribución la gestión bibliográfica y
comercial de las obras de forma centralizada y normalizada 18.
En otro orden de cosas, uno de los aspectos más relevantes de la incursión del
sector editorial en el ámbito digital ha sido la permeabilidad de funciones entre los
tradicionales actores en la cadena de valor del libro, obligando a redefinir el rol de
impresores, editores, libreros y distribuidores. En este sentido, con el afán de facilitar el
acceso a la obra, no pocas editoriales ponen a disposición del lector plataformas para la
comercialización de sus propios títulos, como es el caso de Zonaebooks.com, vinculada
al Grupo Edhasa que además ofrece servicios abiertos a otras editoriales. Edibooks o
Edi.cat (para obras en catalán) responde a un modelo similar, al igual que Amabook,
vinculada a Ediciones Urano, que desde 2009 ofrece a las editoriales españolas una
plataforma de distribución en distintos países de habla hispana con presencia en EEUU.
El viaje también se ha emprendido desde el campo de la impresión o la
distribución hacia el mundo de la edición. En este sentido no puede obviarse la
aportación desde el año 2000 de Publidisa, promoviendo líneas de edición avanzada
para empresas y el concepto de Impresión Bajo Demanda, hoy tan en boga. La
plataforma ha llegado a acuerdos con las principales editoriales y puntos de venta en
torno a LAP (Librerías Afiliadas Publidisa), que incluye a grandes cadenas de
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distribución (Corte Inglés y Casa del Libro) y librerías especializadas como Díaz de
Santos o Fondo de Cultura Económica.
A partir de una estrategia de diversificación funcional y geográfica, Publidisa
lanzaba en 2001 Todoebook, que se ha convertido en la principal plataforma de
comercialización de libros digitales en español en el mundo y el primer canal de venta
para ebooks en Europa. Su trayectoria constituye un expresivo exponente de la
incorporación de nuevos canales de distribución digital vinculados directamente con los
circuitos de comercialización tradicionales, de forma análoga a lo ocurrido en el ámbito
de la música. Sus alianzas se han extendido también a empresas del ámbito de la
tecnología suscribiendo, por ejemplo, acuerdos con Apple para facilitar la
comercialización de su fondo a través de la app Todoebook para iPad, o Amazon, al
objeto de asegurar la presencia de obras en español dentro de la mayor librería online
del mundo 19.
Pero los cambios en la cadena de valor del libro no solo han afectado a los
creadores y distribuidores de contenido, sino también a otros actores que, como los
agentes literarios, se ven obligados a redefinir su papel en este nuevo mercado, siendo
este uno de los más elocuentes ejemplos de los cambios impuestos por el paradigma
digital sobre el modelo tradicional.
El fenómeno se convirtió en actualidad en España con el proyecto de Carmen
Barcells “Palabras mayores”, por el que se inauguraba en 2009 la vía de
comercialización, con el apoyo de la tienda digital Leer-e, de versiones en este formato
para las obras de sus célebres autores representados, al margen de las editoriales
propietarias de los derechos de la edición en papel que, según los promotores de la
iniciativa, no terminaban de dar forma a una línea de negocio decidida a favor de este
soporte 20.
Cadena de valor genérica en contenidos digitales 21
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Con el mismo socio tecnológico, en 2012, seis agencias literarias recopilan, con
el proyecto IBUKU, una colección de libros descatalogados e inéditos bajo la promesa
de devolver al autor el control sobre su obra, reavivando una polémica también presente
en foros internacionales como DBW (Digital Book World).
Por su parte, Leer-e ha evolucionado desde el ámbito de los fabricantes de
dispositivos de lectura hasta el mundo de la distribución y, a partir de iniciativas como
las mencionadas, se ha convertido en editorial digital, siendo un claro exponente de la
permeabilidad de roles protagonizada por actores procedentes del vecino sector digital.
Sin embargo la trayectoria del libro físico y su homólogo virtual no discurre por sendas
del todo independientes. No solo la impresión bajo demanda forma parte del catálogo de
servicios de agentes con vocación declaradamente digital, sino que incluso empresas
como Leer-e no han obviado la potencia del canal presencial como estímulo para
consumidores reacios a las compras online de ebooks, dando la opción de adquirir en un
establecimiento físico las cubiertas de estos libros con un código de descarga,
potenciando con ello el papel prescriptor de la librería tradicional y la importancia de
los canales de distribución presenciales.
El empuje de nuevos actores
El devenir de fabricantes de hardware en distribuidores ha sido también senda
transitada por Grammata, empresa con el mérito de sacar al mercado el primer ereader español, Papyre, que logró convertirse en el lector con mayor volumen de ventas
en nuestro país y 150 000 usuarios en países de habla hispana a finales de 2011. Su
plataforma de distribución, en competencia directa con sus homólogas anglosajonas,
logró integrar en enero de 2012 a 910 editoriales españolas e hispanoamericanas
contando con un catálogo de unos 35 000 títulos correspondientes a más de 18 000
autores 22.
La incursión en el mundo de la distribución de los fabricantes de hardware se
basa en la necesidad de dotar de contenido a los dispositivos comercializados y saca a
escena la problemática de optar por formatos propietarios o estándares abiertos, en el
contexto de una estrategia integradora o excluyente, cuando se obliga a convertir las
obras a un formato de fichero específico para ser accesibles en determinados
dispositivos. De esta forma, Amazon solo permite el consumo de su catálogo desde sus
dispositivos Kindle, obligando a la conversión en mobipocket a toda obra que quiera ser
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distribuida a través de su librería, mientras que Sony permite el consumo de formatos
estándar como ePub y, por lo tanto, abre el acceso desde sus dispositivos a la biblioteca
de Google.
La mayoría de las cadenas de comercialización españolas (Casa del Libro, Corte
Inglés…) trabajan en la actualidad con e-readers de fabricantes españoles que soportan
formatos abiertos (ePub y pdf, principalmente), orientados a crear ecosistemas de
lectura que faciliten el acceso a su catálogo, sin impedir el consumo de contenidos
distribuidos por otras plataformas con las que en muchos casos se han suscrito acuerdos
comerciales. Por otro lado, ante el auge de tabletas y smartphones, la estrategia de los
distribuidores españoles ha consistido en facilitar software compatible con Apple y
Android para favorecer un consumo tan extenso como permita la difícilmente igualable
(en términos más cuantitativos que cualitativos) oferta de Amazon o Google.
Ello es así por el impacto que ha tenido sobre el mercado tradicional del libro la
llegada de Google y Amazon, sin ignorar la extensión del ecosistema Apple, que obligó
a acelerar el ritmo de una reconversión forzada ante la reducción de ingresos y la
aparición de nuevos competidores en el mercado. El sector cerró filas en la apuesta por
el contenido en lengua hispana, llave para el mercado latinoamericano, dando pie a
alianzas en las que no podían obviar a estas corporaciones, interesadas por su parte en
romper la barrera del idioma en un mercado con tan prometedoras expectativas de
crecimiento.
En el caso de Google, pasarela de millones de consultas diarias por parte de
ciudadanos de todo el planeta, ha declarado su voluntad por constituir la mayor
biblioteca (y librería) global, tropezando en su camino con el otro gigante en liza,
Amazon. Su estrategia ha consistido en digitalizar millones de libros huérfanos de
derechos de autor, para posteriormente venderlos online, en buena parte merced a
acuerdos con bibliotecas universitarias y académicas que han permitido la digitalización
gratuita de sus fondos, a cambio del acceso exclusivo a los mismos a través de la
plataforma HathiTrust Digital Library, cediendo con ello el control institucional de
antaño a una empresa privada.
En este sentido, el afán por plantear alternativas para la digitalización del
patrimonio bibliográfico europeo se encuentra en la base de iniciativas como
Europeana, incorporando el concepto de enriquecimiento cualitativo, propio del mundo
del libro y ajeno a clasificaciones cuantitativas características de entornos virtuales, con
Hispana como rama nacional de este proyecto.
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Por su parte, la iBooks Store (junto con iBooks Author) forma parte de un
auténtico ecosistema que aspira a representar para el libro lo que iTunes para la música,
integrando la producción bibliográfica digital en el ámbito de la industria de contenidos
y propiciando acuerdos con distribuidores y editores españoles, al objeto de asegurar su
presencia en la gran tienda de Apple.
Sin embargo, el desembarco de Amazon es el evento que mayor inquietud
despertó en distribuidores, libreros y editores españoles (y europeos), por su vocación
monopolística y la amenaza para las plataformas existentes. La extensión del dispositivo
Kindle y la oferta de productos, no estrictamente bibliográficos, de su tienda virtual
incentivó los esfuerzos del sector por dotarse de un catálogo diferencial y redefinir el rol
de unos y otros en este nuevo escenario, apostando por la especialización y un catálogo
diferencial.
Lo cierto es que en solo un año, Amazon fue capaz de ampliar su lista de ebooks
españoles de veintidós mil a cuarenta y ocho mil títulos, contando con la aportación de
su servicio de Kindle Direct Publishing. La agresividad en la política de precios de
Amazon contrasta con las dificultades para los productores españoles, limitados por la
Ley del Precio Fijo y la carga impositiva sobre ebooks, discriminatoria respecto a sus
homólogos en papel gravados tan solo con un 4%. La falta de adecuación de la
normativa europea a la nueva realidad y su incapacidad para asegurar el cumplimiento
también por parte de los agentes globales que operan a través de Internet, ha mermado
la competitividad de los actores nacionales, ocasionando conflictos y dando pie a obviar
la normativa comunitaria en materia fiscal, como ha ocurrido en Francia con la decisión
de equiparar el IVA de los ebooks con el del libro físico, disminuyendo con ello la
diferencia de precio respecto al catálogo de Amazon 23.
Nuevos caminos para la evolución del libro
El desembarco de las TIC
En relación a su homólogo físico, el mundo digital confiere un protagonismo sin
parangón al continente sobre el contenido y al medio sobre el mensaje, que se traduce
en una relación de dependencia con la tecnología en cuanto a formatos y dispositivos
que conforman, junto a las redes de comunicación, la infraestructura requerida para la
evolución de este nuevo mercado.
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Al margen de la transformación sobre el discurso plasmado en los textos, que
imponen condicionantes técnicos en forma de limitaciones o nuevas posibilidades
(según el caso), lo cierto es que el avance de estas tecnologías y la progresiva
movilización de la sociedad favorecen nuevas experiencias de lectura (con el acceso
ubicuo a contenidos alojados en nubes virtuales) de la mano de modelos de negocio
inspirados en fórmulas ya ensayadas por el mundo editorial como son las suscripciones,
o típicas de entornos TIC, como las políticas de licenciamiento.
Todo ello configura un nuevo marco basado en alianzas con socios tecnológicos,
antaño ajenos al mundo del libro, y que ahora vuelven la mirada hacia este sector dentro
de las prometedoras posibilidades de la industria de contenidos.
En este contexto cabe situar, junto a fabricantes de hardware y software,
iniciativas recientes protagonizadas por operadoras de telecomunicaciones en su afán
por ampliar su tradicional mercado como meros proveedores de infraestructura. Es el
caso de Nubico, nacida en septiembre de 2013, merced al acuerdo suscrito por el Grupo
Telefónica con Planeta y Círculo de Lectores, siguiendo la estela de incursiones
similares de otras operadoras como ATT, al tiempo que Vodafone lanzaba una app de
lectura dirigida a los usuarios de metro de Madrid.
En el caso de Nubico lo interesante del proyecto es la convergencia en las líneas
estratégicas de sus integrantes. Planeta aporta uno de los catálogos más importantes en
lengua española y su experiencia con Universo Tagus, vinculada a la red de librerías de
Casa del Libro, mientras que Círculo de Lectores dispone de un club de lectura con más
de un millón de socios, además de la iniciativa Booquo como pasarela de acceso a
contenidos en la nube y descargas en streaming, bajo el modelo de suscripción, fórmula
ensayada por Circulo desde hace más de 50 años. Por su parte BQ facilita el software de
lectura y Telefónica la infraestructura cloud y un modelo de liquidación a través de la
factura telefónica para los clientes de la operadora que contraten el servicio.
Sin embargo, pese a que el catálogo de Nubico es hoy por hoy inferior al de 24
Symbols, que viene prestando un servicio muy similar desde 2010, lo verdaderamente
innovador es la confluencia de agentes procedentes del sector tradicional del libro, con
otros llegados del campo de las TIC, tradicionalmente apartados de la industria de los
contenidos, aunando esfuerzos por configurar lo que pueden llegar a ser alternativas
sólidas frente al empuje de Google o Amazon en el mercado español. Como ejemplo,
podemos recordar el caso de Nube de Libros en Brasil, una plataforma de suscripción
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creada en colaboración con VIVO, filial de Telefónica, y que hoy cuenta con 10.000
títulos y un millón de suscriptores.
Por otra parte, iniciativas como 24 Symbols o Nubico plantean un cambio
sustancial en el modelo de negocio propuesto: orientado tradicionalmente a producto, en
el mundo del libro, y a servicio en el ámbito virtual. En un entorno físico el lector
adquiere un bien, mientras que con las anteriores fórmulas solo adquiere derechos de
acceso por el tiempo que mantenga su suscripción. Necesariamente ello implica un
cambio de actitud en el lector frente a la obra, convertido ahora en mero usuario,
consumidor de un servicio. Los cambios en sus hábitos de lectura y sus expectativas en
este entorno determinarán en el futuro la evolución del libro, físico o digital, en tanto
producto material, no solo en aspectos meramente formales sino sobre todo de
contenido, en consonancia con la evolución de la demanda.
La evolución del libro a la sombra de un nuevo “activismo” lector
El panorama español se completa con el peso de las comunidades de lectura en
las que confluye el auge de las redes sociales, por un lado, con la tradición de los clubs
de lectura y escritura. En este sentido es preciso mencionar el peso de proyectos como
Libros.com, que en 2012 ya contaba con 11 000 usuarios y más de 250 000 títulos y
ofrece, entre otros servicios, un comparador de precios e interesantes iniciativas de
crowfunding para la financiación colaborativa de publicaciones o Lecturalia, que ha
evolucionado de red social a librería virtual.
Todo ello conforma un nuevo mercado en el que el poder de prescripción dota
de protagonismo al consumidor, que asume un papel activo dentro de la cadena de
valor, en detrimento del rol jugado tradicionalmente por instituciones académicas,
editoriales y bibliotecas como aval del prestigio y la relevancia de los textos 24.
Una evidencia elocuente de este cambio es el auge de las plataformas de
autopublicación en los últimos años. Entre ellas destaca Bubok, por tratarse de la
iniciativa española de más peso en este campo, promoviendo la autoedición dual (papel
y/o digital) y protagonizando alianzas con los distintos actores tradicionales del sector,
tanto en el campo de la edición como en el de la distribución. Creada en 2007 como
alternativa al homólogo portal americano Lulú, ha experimentado un proceso de
expansión que no se limita al tradicional mercado latinoamericano, extendiéndose por
Reino Unido y los países nórdicos. La colaboración con Bubok de escritores
consagrados, como Alberto Vázquez-Figueroa o Rosa Regás, refuerza su papel como
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cauce alternativo y escaparate para la captación de nuevos talentos por parte de
editoriales convencionales 25.
Sin embargo el fenómeno de la autoedición no es en absoluto novedoso si
recordamos que autores de la talla de Nietzsche, Lewis Carroll, Juan Ramón Jiménez o
Clarín recurrieron a ella. La diferencia ahora radica en las facilidades existentes para
autores nóveles dentro de un contexto en el que el denominado “prosumidor” (término
acuñado para el usuario creador de contenidos) adquiere renovado protagonismo, hasta
el punto de que la consolidación de este fenómeno constituirá una de las claves en la
evolución de esta industria durante los próximos años, a tenor de las cifras de mercados
como el estadounidense, donde en 2013 la autoedición creció un 58% 26.
Asociado a ello, tampoco es totalmente nuevo el fenómeno de los spammers que
azota estas plataformas, con generación de contenidos ficticios en pos de rentabilidad
estrictamente económica que evoca prácticas como la denominada “Contrafaçon” de los
impresores en la Edad Moderna, con la distribución de “libros falsos”, plagiando obras
con leves cambios en la cubierta u otros aspectos formales. Asimismo, la proliferación
de libelos amparados en el anonimato de Internet o la problemática relacionada con la
desprotección del autor frente al plagio de su obra, constituyen plagas de las que antaño
también tuvo que defenderse el mundo editorial 27.
La magnitud del cambio acaecido (y por venir) de la mano del universo digital,
no afecta solo a los agentes implicados en los procesos de producción, distribución y
consumo, sino, de un modo muy singular, al propio libro como producto cultural. Tras
una primera fase de digitalización de textos impresos, dentro de la etapa que algunos
estudios han denominado “incunable digital”, comienzan a perfilarse transformaciones
profundas en forma y contenido, al tiempo que surgen ediciones específicamente
digitales y se exploran las posibilidades de este nuevo medio.
Géneros como el cómic, cuya trayectoria ha discurrido al margen del mundo
editorial, han experimentado impulso por la incorporación al mercado del público más
joven y hábitos de consumo vinculados con la extensión de dispositivos móviles.
Iniciativas como Koómic —la primera plataforma española especializada en este
género— o CIMOC, han apostado por incorporar el noveno arte dentro del ecosistema
de contenidos digitales.
Otros géneros como la literatura de kiosco y el libro de bolsillo experimentan un
descenso en los soportes tradicionales que podría ser indicador de su transformación en
subgéneros equivalentes dentro del ecosistema virtual, con el impulso de la novela
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Actas del XII Congreso
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romántica y de ciencia ficción en sellos específicamente digitales, como fue el caso de
las primeras colecciones que Planeta estrenó en este soporte: Zafiro eBooks y Scyla
eBooks.
Al margen de temáticas más o menos proclives a su difusión por este medio, la
verdadera revolución del libro digital podría venir de la mano de sus características
como instrumento material y las posibilidades de interacción y comunicación que
ofrecen las nuevas tecnologías a un contenido interactivo por su propia naturaleza.
Modelos de comunicación no lineales, hiperenlaces o tecnologías de realidad aumentada
podrán potenciar (o asfixiar) el mensaje que soportan los libros y su propia capacidad
para transmitir conocimiento, más allá de la mera concatenación de datos inconexos. En
el plano experimental, y solo como ejemplo, podemos recordar que el primer Hackaton
relacionado con el sector editorial, celebrado en Londres a comienzos de 2014, premió
una novela negra interactiva que invitaba al lector a interactuar con los objetos de sus
páginas para resolver un asesinato 28.
Conclusiones
La coexistencia papel-ebook va más allá de un mero duelo entre soportes. La
sociedad de la información obliga a converger dos mundos distintos, con diferentes
estrategias que confluyen en su afán por ganar el favor del lector, convertido ahora en
consumidor de contenidos digitales. La evolución de lo físico a lo virtual gira alrededor
de las propuestas de dos modelos de negocio y sus correspondientes implicaciones.
Orientado a producto, en el mundo editorial clásico, y a servicio en nuevas empresas
digitales que ofrecen fórmulas de pago por uso a partir de la renuncia a la adquisición
del bien, con precios más ajustados a cambio de la fidelidad del consumidor.
El cambio de modelo no afecta solo a la oferta, sino sobre todo a la demanda y la
evolución en los hábitos de lectura de ciudadanos que cada vez más van a interactuar
con ecosistemas que deben ser capaces de ofrecer experiencias de uso satisfactorias, no
solo en el proceso de compra, sino sobre todo en el de lectura (vs. consumo) del bien
digital.
En esta senda, el sector editorial español aporta su experiencia en la generación
de contenidos, de la que carecen los nuevos agentes vinculados al mundo digital, cuyo
objetivo es incentivar un negocio para el que el contenido constituye solo un medio y no
un fin. Reforzar la presencia, también en el campo digital, dentro del mercado
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hispanoamericano sobre la ventaja del idioma y la tradicional relación comercial,
confiere ventaja únicamente a corto plazo. Sin embargo, profundizar en la evolución del
libro como objeto material, con las posibilidades que abren los nuevos formatos (sin
renunciar a la integración de contenidos multimedia), con vocación por construir
verdaderos entornos de lectura, concebidos dentro de una estrategia vertical donde la
especialización marque la diferencia, podría ser una efectiva línea de evolución para el
sector. La alianza con nuevos socios tecnológicos puede allanar el camino para generar
una oferta atractiva, capaz de constituir una alternativa sólida al mercado global que
perfilan Google o Amazon.
Por otra parte, las fronteras entre lo físico y lo virtual se desdibujan pero no
desaparecen. Pese a que lo digital crece exponencialmente en los últimos años, aún se
encuentra a gran distancia de la producción impresa y a corto plazo las investigaciones
prevén que continuará siendo así. La dualidad de formatos se ha mantenido en la última
década dentro de la distribución de libros por canales presenciales y virtuales, que se
refuerzan mutuamente. El cambio llegará (y está llegando) también al mundo de la
librería que ha comenzado a transformar los espacios físicos y el modelo de servicio
para un público que consume, de forma progresiva, indistintamente fondos en uno u
otro soporte.
Al igual que en el pasado, las nuevas tecnologías brindan oportunidades en
términos de accesibilidad y nuevas capacidades para transmitir conocimiento, traducidas
en la transformación del libro, como objeto cultural, en forma y contenido. Asimismo,
el cambio de paradigma propiciado por la cultura digital, como antaño ocurriera con la
revolución industrial, se traduce en una transformación sustancial en los hábitos de
lectura que inciden en la evolución de la demanda y de la propia oferta bibliográfica,
cuyo origen se remonta a la configuración de una sociedad de masas, a la que Internet
ha dotado de la infraestructura técnica necesaria para llegar a su máxima expresión.
En este contexto, el papel del libro como principal instrumento de preservación y
transmisión de conocimiento, más allá de la mera agregación de datos, adquiere una
renovada importancia dentro de la ingente cantidad de contenidos ofertados al
ciudadano. Su evolución dependerá de la connivencia con nuevos agentes tecnológicos
y de los términos en los que se suscriban acuerdos con los actores tradicionales que,
tanto en el campo institucional como en el de la empresa, aportan el bagaje de un sector
con peso histórico en el ámbito de la cultura. La especialización y la reivindicación de
criterios de selección y prescripción cualitativos, por encima de intereses comerciales,
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marcan la pauta para alejar el fantasma del ocaso del libro preconizado por algunos
investigadores.
Los datos muestran en la última década un interés creciente por parte de agentes
ajenos al mundo del libro, por lo que el nuevo contexto, por sí mismo, parece más una
oportunidad que una amenaza, siempre que el libro mantenga la esencia de su discurso y
su diferencia esencial con otros contenidos, nacidos con la vocación de entretener más
que de formar e informar al ciudadano. Es posible que desaparezcan géneros de éxito en
el pasado, evolucionando hacia otro tipo de productos, mientras que se potenciará la
capacidad comunicativa de otros. En cualquier caso, frente a otros contenidos, el libro
posee, en cualquier soporte, una capacidad sin parangón para estimular la interacción
del texto con su lector, y múltiples lecturas, dependiendo del contexto. En definitiva, esa
capacidad de interacción que reivindica la denominada “Sociedad 2.0”, solo que en este
caso no está condicionada por la tecnología, aunque esta pueda potenciarla.
1
ONTSI: Los Contenidos Digitales en España: informe anual 2011, edición 2012, pp. 73-81. Disponible
en: http://www.ontsi.red.es/ontsi/sites/default/files/informe_contenidos_digitales_edicion2012.pdf.
AMETIC: Informe 2012 de la Industria de Contenidos Digitales, s.l. [Asturias], AMETIC, 2013, p. 23.
2
Observatorio de la Lectura y el Libro: El Sector del Libro en España 2012-2014 (abril 2014). Disponible
en: http://www.mcu.es/libro/docs/MC/Observatorio/pdf/Sectorlibro_abril2014.pdf
3
Ignacio DOMINGO BAGUER: Para qué han servido los libros, Zaragoza, Prensas de la Universidad de
Zaragoza, 2013.
4
Fundación Telefónica: La Sociedad de la Información en España 2013, Barcelona, Ariel, 2014, p. 47.
5
Ministerio de Industria, Energía y Turismo: Agenda Digital para España (febrero de 2013). Disponible
en: http://www.agendadigital.gob.es/agendadigital/recursos/Recursos/1.%20Versi%C3%B3n%20definitiv
a/Agenda_Digital_para_Espana.pdf. Véase también Plan de impulso de la economía digital y los
contenidos digitales (junio de 2013). Disponible en: http://www.agendadigital.gob.es/planes-actuaciones/
Bibliotecacontenidos/1.Plan/Plan-ADpE-3_Contenidos.pdf
6
ONTSI: Los Contenidos Digitales…., pp. 13-15.
7
Observatorio de la Lectura y el Libro: La Edición en el Mundo según la International Publishers
Association, 11 de noviembre de 2013. Disponible en: http://eu.www.mcu.es/libro/docs/MC/Observatorio
/pdf/IPA_informes_libro.pdf
8
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: Cuenta Satélite de la Cultura en España: avance de
resultados 2008-2011 (Base 2008), [Madrid], MECD Secretaría General Técnica, 2013, p. 6.
9
Arantxa MELLADO: “Más que un descalabro es una adaptación al medio”, en Actualidad Editorial, 3 de
abril de 2014. Disponible en: http://www.actualidadeditorial.com/mas-que-un-descalabro-es-una-adaptaci
on-al-medio/
10
Luis Pablo NUÑEZ: “Las editoriales españolas en el salto al libro electrónico”. Versión pre-print
(29/09/2011) del capítulo del libro Alicia a través de la pantalla: lecturas literarias en el siglo XXI,
Salamanca, FGSR, pp. 233-252. Disponible en: http://eprints.ucm.es/22016/1/LuisPabloNu%C3%B1ez_
LasEditorialesEspa%C3%B1olasenelSaltoAlLibroElectronico.pdf
1600
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ESTRATEGIA EDITORIAL EN EL SIGLO XXI
11
Daniel ARJONA: “Libranda nace escasa de títulos y utilidades”, en Suplemento El Cultural de El
Mundo, 15 de julio de 2010.
12
Luis Pablo NUÑEZ: “Las editoriales…” y “Mercado mundial del libro electrónico para 2013 y
previsiones de futuro”, en Universo Abierto, 6 de noviembre de 2013. Disponible en: http://www.universo
abierto.com/11532/mercado-mundial-del-libro-electronico-para-2013-y-previsiones-de-futuro/
13
Javier SOLIS: “Record de piratería y alarma en el Libro”, CCIC, 2010. Disponible en: http://www.fede
racioneditores.org/0_Resources/Documentos/NP_Record_Pirateria.pdf
14
Observatorio de la Lectura y el Libro: Situación actual y perspectivas del libro digital en España II: la
producción española de libros digital y su distribución y venta en la Red (Marzo de 2012), pp. 36-38.
Disponible en: http://www.mcu.es/libro/docs/MC/Observatorio/pdf/situacion_librodigital_2.pdf
15
Íd.: Panorámica de la Edición Española de Libros 2012 (Edición 2013), p. 156. Disponible en: http://
www.mcu.es/libro/docs/MC/Observatorio/pdf/PANORAMICA2012.pdf
16
Íd.: Situación actual y perspectivas…, pp. 65-71.
17
Ibíd., p. 58.
18
La plataforma DILVE utiliza un estándar abierto, ONIX, basado en XML, creado y mantenido desde
sus inicios por el sector editorial. Actualmente, es el estándar internacional de referencia para el
intercambio de información bibliográfica en entornos digitales. Está refrendado por noventa entidades de
diecisiete países. Disponible en: https://www.dilve.es/dilve/dilveweb/dilve_onix.jsp
19
Observatorio de la Lectura y el Libro: Situación actual y perspectivas…, pp. 40-52 y Luis Pablo
NUÑEZ: “Las editoriales…”, pp. 248-250 y “Mercado mundial del libro electrónico…”.
20
CEGAL: El proyecto electrónico de Carmen Balcells (Libros y Bitios), CEGAL, 30 de enero de 2009.
Disponible en: http://www.cegal.es/2009/01/30/el-proyecto-electronico-de-carmen-balcells-libros-ybitios/
21
ONTSI: Los Contenidos Digitales…., p. 15.
22
Observatorio de la Lectura y el Libro: Situación actual y perspectivas…, pp. 56-58
23
Sobre la Ley del Precio Fijo, véase Álvaro MARTÍNEZ RIVERO: “El precio fijo de los libros, resumen
del capítulo del libro Comentarios a la Ley de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas (Ley 10/2007),
coordinado por Santiago Muñoz Machado (Madrid: Iustel, 2008)”. Disponible en: http://www.cerlalc.org/
Prospectiva/Precio_fijo.pdf
24
Ignacio DOMINGO BAGUER: “Hacia el libro electrónico”, en Ignacio DOMINGO BAGUER: Para
qué han servido los libros…, pp. 258-277.
25
Observatorio de la Lectura y el Libro: Situación actual y perspectivas…
26
Javier CELAYA, Beatriz CELAYA y Elena SIERRA: Autores independientes: la llegada de la
Revolución Indie, en Dosdoce, junio de 2014. Disponible en: http://www.dosdoce.com/articulo/estudios/3
911/autores-independientes/
27
Julio ALONSO ARÉVALO, José Antonio CORDÓN GARCÍA y Raquel GÓMEZ DÍAZ. La
autopublicación, un nuevo paradigma en la creación digital del libro. Disponible en: http://eprints.rclis.
org/21165/1/La%20autopublicaci%C3%B3n.pdf
28
“Aspectos del futuro del libro tras el primer hackatón celebrado en Londres”, en Lectura Lab: el
Laboratorio de la Lectura de la FGSR. Disponible en: http://www.lecturalab.org/story/Aspectos-delfuturo-del-libro-tras-el-primer-hackatn-celebrado-en-Londres_5107
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