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Reseña de Los marxistas liberales. Antifascismo y cultura comunista en la Argentina del siglo XX, De Ricardo Pasolini

Pasolini Ricardo: Los marxistas liberales. Antifascismo y cultura comunista en la Argentina del siglo XX. Buenos Aires: Sudamericana 2013 (Colección Nudos de la historia argentina). 208 páginas. Ávila Natalia Licenciada en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes y Becaria de la misma casa de estudios. Integrante del proyecto I+D "Universidad, vanguardias culturales y prácticas estéticas, académicas y políticas de los intelectuales en la argentina de las primeras décadas del siglo xx, 1920-1943" Universidad Nacional de Quilmes El estudio del fascismo en la argentina cuenta con antecedentes en la historiografía argentina debido a que es un período con particularidades. Algunos estudios se encargaron de la temática como los realizados por Andrés Bisso, Horacio Tarcus y Omar Acha. De este modo, Los marxistas liberales. Antifascismo y cultura comunista en la Argentina del siglo XX se inscribe en esta trama de obras dedicadas al estudio de la izquierda argentina. En particular, esta obra indaga acerca del desarrollo de los intelectuales que llevaron adelante durante los años ´30 la defensa de los valores democráticas y antifascistas. En esta obra Ricardo Pasolini se pregunta cómo lograron conjugarse los intereses de figuras liberales con las prerrogativas comunistas y dieron como resultado la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE). Es importante mencionar que este libro compone la colección “Nudos de la historia argentina” de la editorial Sudamericana y dirigida por Jorge Gelman desde el año 2007. Las publicaciones que la completan abordan algún aspecto de la historia del país tratando de ser accesible a un público amplio. Ricardo Pasolini es Doctor en Historia e investigador del CONICET. Ha escrito varios libros y artículos acerca de la cultura de izquierda, sociabilidades políticas y trayectorias individuales. Entre ellos: La utopía de Prometeo. Juan Antonio Salceda, del antifascismo al comunismo (2005) y El nacimiento de una sensibilidad política. Cultura antifascista, comunismo y nación en la Argentina: de la A.I.A.P.E al Congreso Argentino de Cultura (1935-1955) (2005). El autor realiza el estudio de la composición de la organización, de las diferentes publicaciones a lo largo de los años, las trayectorias de sus principales exponentes y el análisis de los antecedentes de esta agrupación en Europa como luego sus repercusiones en el campo cultural argentino hasta la década del ´70. De este modo, logra mostrar el mundo de la izquierda, las luchas y alianzas en él y cómo este se performa a través de coyunturas específicas. El estudio de este tipo de organizaciones ilumina el modo que los intelectuales de izquierda intervenían en el campo político y cultural durante el período estudiado. A través de la consolidación de un objetivo en común lograron afianzar su participación en distintos espacios como la prensa, el debate público y político. Pasolini en los cuatro capítulos que componen al libro logra dar cuenta de la cultura política propia de este espacio intelectual. Los eventos, revistas y congresos, además de la simbolización que al transcurrir los años toman algunos referentes intelectuales son cruciales para comprender el desarrollo y las diferentes etapas del círculo de la AIAPE y sus herederos. El primer capítulo, titulado “El momento antifascista: la AIAPE y la defensa de la cultura”, funciona a modo de presentación del objeto de estudio elegido por Passolini. En él se encarga de marcar el momento especifico en el cual comenzó a desplegarse los primeros grupos antifascistas, el autor señala que es a partir de mediados de la década de 1920 cuando las tendencias en contra del fascismo europeo aparecen en los debates intelectuales en la Argentina, resultado de la coyuntura política europea. En este capítulo, Ricardo Passolini plantea el estudio de las trayectorias de ciertos intelectuales europeos y también de las primeras asociaciones antifascistas en Europa, tomando como hipótesis, que luego desarrollara en los demás capítulos, que estas fueron la inspiración para las agrupaciones en Argentina. Para esta idea, elige el Comité de Vigilance des Intellectuels Antifascistes Parisine. A partir del análisis de esta agrupación modelo, de la cual se encarga de explicar las alianzas, las publicaciones y los conflictos entre sus participantes, principalmente entre las posturas comunistas y las posturas liberales, logra dar cuenta de toda una cultura política que excede y traspasa fronteras. Luego del análisis de esta agrupación, retoma el caso argentino e intenta explicar cómo estas propuestas antifascistas que en Europa rozan con el Partido Comunista, en Argentina logran fusionarse con los ideales liberales criollos y así encauzar la lucha hacia el antifascismo. Para esto toma a la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE) fundada por Anibal Ponce y Cayetano Córdoba Iturburu el 28 de julio de 1935. Passolini logra plasmar en sus páginas la relevancia del estudio de los proyectos editoriales de este tipo de agrupaciones intelectuales para mostrar las diferencias y transformaciones que suceden a lo largo de su funcionamiento. No obstante, la preocupación de Ricardo Passolini radica en las tensiones de esto con las posturas comunistas dentro de la misma agrupación y como estas conviven y alcanzan la repercusión en el campo cultural argentino. La respuesta a este problema intenta descubrirla mediante el análisis de la trayectoria del principal movilizador de esta causa: Aníbal Ponce. Este intelectual luego de la muerte de José Ingenieros, su maestro y con quien colaboro desde sus años como estudiante, ocupó un lugar de reconocimiento y liderazgo por parte de sus pares. Por lo tanto, tanto su trayectoria como su personalidad, según lo indicado por Pasolini, le brindaron la posibilidad de organizar una agrupación capaz de aglutinar a distintas vertientes ideológicas, principalmente liberales y marxistas. De este modo, se vale del estudio de un itinerario intelectual particular para explicar los resultados de una organización plural. Lo cual, mediante el desarrollo de los demás capítulos del libro, resulta una buena estrategia para dar cuenta del mundo académico e intelectual del período estudiado. Por otro lado, también recurre al análisis histórico del peso de la reforma universitaria y la actuación de los estudiantes en las agrupaciones de izquierda y en el partido comunista. En este punto encuentra la explicación en la importancia simbólica de algunas figuras y actores, como el mismo Ponce, al ser un discípulo y heredero de José Ingenieros. Passolini sostiene que el mismo Ingenieros y su apropiación simbólica es funcional a las bases de la AIAPE, debido a su costado liberal, ligado a los ideales de Domingo Sarmiento, Esteban Echeverria y Juan Bautista Alberdi, y luego a su apoyo a la causa soviética. Mediante al uso metodológico que realiza del estudio de la prensa de la agrupación expone las dificultades para un frente político fuerte por parte de la organización al mismo tiempo que observa y detalla el impacto en la vida cultural de Argentina La obra continua con el capítulo “Teoría del fascismo, función intelectual y tradición argentina”. Esta sección comienza con el estudio detallado de las revistas que plasmaron la actividad de la AIAPE. Tanto Unidad como Nueva Gaceta, como sostiene el autor fueron efímeras y funcionaron como revistas culturales con la colaboración de un amplio espectro de intelectuales. Sin embargo, no solo se remite a las dos revistas publicadas a partir de la existencia de la AIAPE, sino que encuentra un lazo directo con Nueva Revista (1934-1935) la cual define como espacio de unión intelectual y también con Contra en la cual encuentra ejemplificado el rol de intelectual comprometido en Raúl Gonzalez Tuñon. Desde una óptica metodológica, en este capítulo, Passolini recurre a testimonios de participantes, al estudio de los espacios de sociabilidad intelectual como de los proyectos editoriales como cristalización de relaciones y propuestas ideologicas. Al mismo tiempo que se pregunta e intenta responder mediante la descripción breve de algunas trayectorias intelectuales el rol del intelectual en los años '30. El autor identifica como los problemas en las posiciones y teorías acerca del fascismo se debaten en la agrupación y se plantean en las publicaciones. Por un lado, el fascismo era entendido como una ideología antinacional del mundo moderno y totalmente bárbaro, lo cual estaba vinculado a las posiciones de los liberales de la tradición argentina. Por otra parte, a partir de la derrota en España de los antifascistas, las críticas y denuncias tenderán hacia el imperialismo, representadas por el sector comunista. Esto generó una grieta en la agrupación difícil de reparar. En el ámbito local la AIAPE comienza a competir con la Acción Argentina, que nuclea anticomunistas, socialistas y liberales. La política nacional representó en la agrupación un eje relevante para plantearse su postura. El tercer capítulo avanza temporalmente e intenta explicar la sobrevivencia de los ideales de la AIAPE en las décadas siguientes. Es titulado “De la clausura de la AIPE al Congreso Argentino de la Cultura” y comienza pertinentemente con la mención del golpe de estado de 1943, llevado adelante por un sector del ejército argentino que decidió la clausura de la AIPE. A partir de esto, muchos de sus participantes se ven obligados a exiliarse y otros se afianzan en el Partido Comunista Argentino. En este apartado el autor continua con el análisis de las publicaciones, ahora, de El Patriota, un semanario dirigido por Álvaro Yunque, activo participante de la AIAPE y en este momento comunista. En 1952, Pasolini identifica un tiempo político distinto pero con las mismas preocupaciones por parte de los intelectuales. Aunque encuentra divergencias en cuanto su acercamiento al pueblo ya que señala un aislamiento de algunos para dedicarse plenamente a la producción cultural. Al mismo tiempo que comienza una crítica directa a la SADE La SADE (Sociedad Argentina de Escritores) fue fundada en 1928 por Leopoldo Lugones y reunía a escritores de diversas tendencias políticas. en la cual aparecen nuevos interrogantes como la situación social del escritor y la falta del despliegue de la seguridad de estos. El autor titula al último capítulo “Aníbal Ponce: ícono de una generación intelectual”. Aníbal Ponce, como ya señaló en su primer capítulo Pasolini, había sido discípulo de José Ingenieros y el heredero de sus iniciativas intelectuales. Además de estos, su personalidad y experiencia personal, había realizado un viaje a la U.R.S.S y se había relacionado a personajes relevantes europeos que lo convirtieron en un referente político para toda una generación de jóvenes universitarios y luego en ícono de posiciones ideológicas que perduran por décadas luego de su muerte. El interrogante de Ricardo Pasolini es crucial para comprender no solo a Aníbal Ponce sino a distintos intelectuales que participaron del campo cultural en las primeras décadas del siglo XX. La pregunta implícita a lo largo del capítulo y que sale a la superficie de los anteriores es ¿Cómo un intelectual logra convertirse en modelo para otros? La respuesta en el caso de Aníbal Ponce no se encuentra en un solo factor, sino en varios: su propia experiencia personal, los vínculos a través de su actividad en el mundo cultural y universitario, el alcanzar fusionar tanto posturas liberales como postura marxistas y las mismas formas de sociabilidad que supo construir a lo largo de toda su trayectoria. La obra de Ricardo Pasolini es un ejemplo del estudio de propuestas de intelectuales de izquierda en las primeras décadas del siglo XX. El libro presenta el análisis de una organización antifascista en la década de 1930 y como supieron fusionar tanto ideales liberales como marxistas para su supervivencia. Sin embargo, luego de la lectura de este, es posible afirmar que este objetivo principal se resuelve mediante un aporte a la disciplina mucho más amplio. Es decir, que realiza un recorrido por trayectorias intelectuales individuales, analiza distintas revistas culturales, describe las apropiaciones históricas tanto de figuras intelectuales como del pasado de un país, además de encontrar la recepción de experiencias europeas en los proyectos argentinos. Esto se debe al exhaustivo trabajo de lectura que plasma el autor, ya que no solo utiliza obras de las agrupaciones locales y el estudio de estas, sino que además tiene como fuentes obras de intelectuales europeos que llevaron adelante propuestas similares allí. Al mismo tiempo que Pasolini se encarga de estudiar más que en detalle cada uno de los números de Unidad y Nueva Gaceta, y luego El Patriota y La Hora, lo cual permite validar cada una de sus hipótesis al mismo tiempo que permite al lector entender las diferencias a lo largo de las transformaciones dentro de la agrupación. Sin embargo, por momentos deja en el lector con preguntas acerca de los posicionamientos de algunas agrupaciones políticas no necesariamente comunistas respecto al fascismo y como estas intervinieron en el desarrollo y la actuación de este particular grupo de intelectuales que conformaron la A.I.A.P.E. Por otro lado, al centrarse detalladamente en la lucha fascista de los marxistas liberales, como los denomina, permite al autor reflexionar, aunque no brinda respuestas precisas, acerca de las repercusiones que de esta batalla en los sectores obreros cercanos al comunismo o las influencias y criticas de otras agrupaciones de izquierda que pudieron determinar cierto actuar de los integrantes de la A.I.A.P.E. Las divergencias al mismo tiempo son explicadas mediantes el análisis de las experiencias personales de quienes componen esta agrupación y luego quienes serán los exponentes de la defensa del rol del escritor a partir de la década del '50. Esto permite comprender que no solo los intelectuales son generadores de ideas y de documentos sino que además se nutren de experiencias personales que los ubican en diferentes espacios y lugares dentro del campo intelectual y les permiten ser reconocidos por sus pares como referentes. La obra complementa los estudios de la temática resultando atractivo por el modo del relato y las fuentes y bibliografías utilizadas. Lo cual la distingue de otros estudios que trabajan el período en el que se despliegan las iniciativas antifascistas en la Argentina dando lugar a que el lector incremente sus conocimientos de las trayectorias de los comunistas argentinos y reflexione sobre el modo de abordaje de los estudios culturales.