El modelismo al servicio de la historia...
Por Jolly Rogers
Si bien tendemos a ver nuestro hobby como una actividad que nos sirve como esparcimiento, auto gratificación artística, recreación de escenarios históricos preferidos y hasta como terapia contra el estrés. Sin embargo, hay casos en que el pasatiempo trasciende la frontera personal y hace pie fructífero en espacios públicos donde capturan la mirada y la atención de las multitudes, llenándolas tanto del espíritu del objeto real y su entorno como de la magia de ver cada pequeño detalle reproducido con delicioso afán.
Mi hogar es la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo (Santiago a secas para la mayoría), está en el centro de Chile y es la capital del país. Mucho se habla de su ambiente contaminado, de su inorgánica expansión habitacional y demográfica, además de la inevitable marca de las urbes modernas: los diarios embotellamientos de tránsito, pero aún así hay lugares gratos y funcionales en Santiago. Entre ellos están las estaciones del ferrocarril subterráneo o Metro de Santiago (los abarrotados carros ya son otra cosa ahora) y en varias de ellas hay logrados dioramas en escala 1/20 (+ -) que representan varios episodios y momentos de la historia nacional, primorosamente tallados en madera por el gran artista autodidacta (miniaturista y modelista por defecto) ‘Zerreitug’ (Rodolfo Gutiérrez Schwerter) quien lleva como 40 años en este cuento.
Sus obras tienen el cálido sello de la madera y un sano e inequívoco toque de humor en alguna parte de las mismas, lo que le da un toque dinámico y cercano a la historia que cuentan. Aparte del Metro sus trabajos se pueden hallar en el Museo Colonial de Santiago y la Galería de la Historia en la sureña ciudad de Concepción. Usted -querido lector- se preguntará por qué esta referencia al genial Zerreitug y su obra modelística en Chile, si este artículo se trata supuestamente de un portaaviones en 1/100, bien es porque dicho trabajo es único en mi país y aunque el Museo Militar, el de Aeronáutica y el de Historia Natural tienen buenos dioramas, estos son en escala 1:1 o bien 1/72 y alguno en 1/35, lo cual los vuelve fríos y hasta meramente figurativos, sin que logren transmitir emoción alguna e involucrar al espectador en su relato… es decir son bonitos y funcionales pero raramente generan alguna química o alquimia con el público.
La entrada al salón de la aviación naval |
En realidad mi única experiencia relevante relacionada directamente con el Hobby fue en la feliz visita al NASM del National Mall, del cual ya he contado un poco y me referiré más en el futuro. Bueno, tras ser "despegado" del salón donde estaba el A6M5c Zero, el P-51D, el Spitfire MK9, el Bf-109G6 y el Macchi 205 por mi querido hermano (sino seguiría allí babeando, hasta ahora, gracias Bro!) y recibir unas palmaditas para volver a la realidad, pasamos a la sala donde estaban los aviones navales, la cual estaba ambientada como un hangar de portaaviones. Allí, en el segundo piso, estaba la conexión tanto con Zerreitug como con nuestro hobby: una monumental maqueta en escala 1/100 del portaaviones nuclear USS Enterprise CVN-65.
El colosal modelo no fue construido ni encargado por el NASM, es la obra de un maquetista particular, Stephen Henninger quien trabajó en promedio unas 1000 horas por año durante 12 años para terminarlo. Sus finas terminaciones representan el aspecto y configuración del buque en 1975 más sus 83 aeronaves embarcadas. Mide increíbles 11 pies de largo (3,42 metros) y llegó al Museo en 1982 cuando su autor lo donó al NASM y desde entonces ha formado parte de varias exhibiciones en distintos salones del Museo.
Solo espero que las fotos les den una idea de lo excelso de la maqueta, ya que al igual que las obras de Zerreitug captura las miradas de todos los visitantes y ayuda a crear la atmósfera de magia y evocación, sobre todo si llenando el mismo salón están un SBD-5 Dauntless y un A-4C Skyhawk, que se verían minúsculos sobre la cubierta del CVN-65 y sus 342 metros de largo, o rodeados por parte de sus 5,000 tripulantes. Así, del mismo modo que los dioramas del Metro, el modelo gigante del Enterprise no solo entretiene y encanta, ahorra muchas explicaciones básicas y estimula al espectador a conectarse con la historia. Ojala se replique esta iniciativa en alguno de los museos de carácter histórico de Chile que no dispongan de los buenos oficios de Zerreitug.
En cuanto al Enterprise, actualmente está anclado en su base de Norfolk, Virginia, sigue siendo el barco más largo y el más antiguo en servicio activo con la USN, se ha anunciado su retiro para 2013, cuando será reemplazado por el CVN-78 USS Gerald R. Ford, cabeza de la nueva clase de súper portaaviones estadounidenses.