Papers by Esther Méndez-Cadena
Agro-Divulgación , 2023
El Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas en la República Mexicana reporta la existenc... more El Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas en la República Mexicana reporta la existencia de alrededor de 43 mil apicultores en todo el país, registrados en 508 asociaciones ganaderas especializadas en apicultura, con una producción promedio de 57,995 ton de miel por año (periodo 2014-2018). México es el octavo productor a nivel mundial
y el tercer mayor exportador, después de China y Argentina. A nivel nacional en el 2021 Guerrero ocupó el quinto lugar como estado productor de miel, cuenta con un inventario de 81,799 colmenas trabajadas por 2,029 apicultores, con una producción de aproximadamente 2,100 toneladas anuales de miel, cuyo valor entre miel y subproductos asciende a $145 millones de pesos (US$ 8 millones).
En las comunidades de la región de la montaña en Guerrero, la apicultura se realiza a la par con la agricultura y ganadería familiar al aprovechar las características edafoclimáticas de la zona, que permite realizar tres cosechas por ciclo productivo en el transcurso
del año; por ello, surge la posibilidad de generar ingresos monetarios y diversificar ocupaciones productivas, con la necesidad de darle un valor agregado en las materias prima derivadas de la producción apícola.
En este contexto, se encuentra la comunidad indígena de Petatlán, perteneciente al municipio de Atlixtac (Figura 1), donde a través de la conformación de un grupo de trabajo dedicado a la apicultura denominado “La flor de Petatlán”, se plantearon estrategias
para desarrollar procesos que permitan dar valor agregado a productos derivados de la actividad apícola además de la miel, polen, cera y propóleo; sin alterar sus propiedades sensoriales, funcionales e incrementar su vida de anaquel.
Bookmarks Related papers MentionsView impact
Uploads
Papers by Esther Méndez-Cadena
y el tercer mayor exportador, después de China y Argentina. A nivel nacional en el 2021 Guerrero ocupó el quinto lugar como estado productor de miel, cuenta con un inventario de 81,799 colmenas trabajadas por 2,029 apicultores, con una producción de aproximadamente 2,100 toneladas anuales de miel, cuyo valor entre miel y subproductos asciende a $145 millones de pesos (US$ 8 millones).
En las comunidades de la región de la montaña en Guerrero, la apicultura se realiza a la par con la agricultura y ganadería familiar al aprovechar las características edafoclimáticas de la zona, que permite realizar tres cosechas por ciclo productivo en el transcurso
del año; por ello, surge la posibilidad de generar ingresos monetarios y diversificar ocupaciones productivas, con la necesidad de darle un valor agregado en las materias prima derivadas de la producción apícola.
En este contexto, se encuentra la comunidad indígena de Petatlán, perteneciente al municipio de Atlixtac (Figura 1), donde a través de la conformación de un grupo de trabajo dedicado a la apicultura denominado “La flor de Petatlán”, se plantearon estrategias
para desarrollar procesos que permitan dar valor agregado a productos derivados de la actividad apícola además de la miel, polen, cera y propóleo; sin alterar sus propiedades sensoriales, funcionales e incrementar su vida de anaquel.
y el tercer mayor exportador, después de China y Argentina. A nivel nacional en el 2021 Guerrero ocupó el quinto lugar como estado productor de miel, cuenta con un inventario de 81,799 colmenas trabajadas por 2,029 apicultores, con una producción de aproximadamente 2,100 toneladas anuales de miel, cuyo valor entre miel y subproductos asciende a $145 millones de pesos (US$ 8 millones).
En las comunidades de la región de la montaña en Guerrero, la apicultura se realiza a la par con la agricultura y ganadería familiar al aprovechar las características edafoclimáticas de la zona, que permite realizar tres cosechas por ciclo productivo en el transcurso
del año; por ello, surge la posibilidad de generar ingresos monetarios y diversificar ocupaciones productivas, con la necesidad de darle un valor agregado en las materias prima derivadas de la producción apícola.
En este contexto, se encuentra la comunidad indígena de Petatlán, perteneciente al municipio de Atlixtac (Figura 1), donde a través de la conformación de un grupo de trabajo dedicado a la apicultura denominado “La flor de Petatlán”, se plantearon estrategias
para desarrollar procesos que permitan dar valor agregado a productos derivados de la actividad apícola además de la miel, polen, cera y propóleo; sin alterar sus propiedades sensoriales, funcionales e incrementar su vida de anaquel.