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PROCESOS MOTORES BÁSICOS DEL HABLA

PATOLOGIA DEL HABLA 2020_2


VANESSA ZULEY JAIMES SOCHA
PROCESOS MOTORES BÁSICOS DEL HABLA

Se entiende por procesos motores básicos del habla a aquellos mecanismos


de origen motor que contribuyen mediante su función al logro de la producción
del habla. Entre estos procesos se señalan: la respiración, la fonación, la
resonancia, la articulación y la prosodia. A continuación, se realiza una breve
descripción de cada uno de ellos.

La producción del habla obedece a complicados mecanismos neuromusculares


cuya acción normal se basa en una compleja sinergia funcional basada en la
interacción de componentes definidos como procesos motores básicos.
1. Respiración.

Funcionalmente, “es un elemento de gran importancia en la emisión de la voz. De ella


dependen, en gran parte, la calidad y la salud vocal tanto en el habla como en el
canto”.
En este proceso, se distinguen las fases de:
•Inspiración: “Fase activa en la que se produce la entrada de aire desde el medio
ambiente externo hasta el interior pulmonar” a través de la acción de los músculos
inspiratorios.
•Espiración: “Fase pasiva en la que el aire sale de la cavidad pulmonar al medio
ambiente externo” sin embargo, se vuelve activa en el habla y en el canto, donde hay
que controlar con precisión el flujo del aire.
1. Respiración.

Clínicamente, al analizar la respiración se evalúa el MODO RESPIRATORIO, que identifica


las estructuras por donde entra y sale el aire, y puede ser, “Nasal (ingreso del aire por la
nariz), oral (ingreso por la boca) o Mixto (Ingreso por la nariz y expulsión por la boca).
“En reposo se considera correcto el modo nasal, mientras que en fonación es correcto
el mixto”.
Arias, refieren quela capacidad pulmonar influye directamente en cualidades como la
intensidad (grado de fuerza con que se emite una voz) y la Proyección vocal (regulada
por la apertura bucal, pero principalmente por la presión aérea al igual que la
intensidad vocal). Por lo tanto, es importante identificar el tipo respiratorio, que varía
dependiendo del predominio de “diferentes masas musculares de la cavidad torácica” y
se clasifica en:
1. Respiración.

1. Costal alto con o sin ascenso clavicular. Tipo respiratorio más común pero
“fisiológicamente insuficiente para garantizar el adecuado funcionamiento de los
procesos de respiración y fonación”. Arias citando a Jackson Menaldi, refieren que si
se utiliza una respiración alta, toda la caja torácica tiene que moverse generando un
gran esfuerzo para lograr espirar una pequeña cantidad de aire que dará lugar a una
enorme tensión en la parte superior del tórax, hombros y cuello. Así mismo, según
Buitrago citando a Grisales, el esfuerzo exigido a órganos tan delicados origina
voces roncas y desagradables.
2. Abdominal. Según Buitrago citando a Bustos, esta es la que utiliza preferentemente
la región media de los pulmones para la entrada del aire, por lo que es funcional
para aquellas personas cuya voz no tiene un uso profesional y/o laboral.
1. Respiración.

3. Costo -diafragmático. De acuerdo a Buitrago citando a Bustos, en este tipo


respiratorio, el aire se concentra en la parte inferior de los pulmones y “garantiza en
gran medida el uso de los órganos y músculos de la fonación, proporcionando mayor
cantidad de oxígeno al organismo y con mejor calidad no solo para las funciones
fisiológicas sino también para las fonatorias.
1. Respiración.

En este proceso, según Ruíz, el almacenamiento, dosificación y regulación de la


presión espiratoria, constituirán en conjunto la base de sustentación requerida en el
proceso fonatorio. “La interacción del mecanismo valvular de la laringe y el flujo aéreo
pulmonar es decisiva en el mantenimiento de la fonación durante periodos lo
suficientemente prolongados como para poder hablar sin interrupciones con el fin de
tomar aire. Una laringe que no cierre con la suficiente firmeza sus cuerdas, dejará un
ojal glótico por donde se perderá cierta cantidad de aire, lo que dará lugar a un
acortamiento de la fonación que el sujeto es capaz de realizar con cada inspiración”.
1. Respiración.

Para evaluar clínicamente la relación entre ambas funciones, se valoran las medidas
aerodinámicas, las cuales son simples y no necesitan instrumentos especiales, entre ellas:

•Índice s/z o Coeficiente Fono-respiratorio. Consiste en la relación entre TMF para la


consonante /s/ y el TMF para la vocal /a/. Tiene como finalidad relacionar las funciones
pulmonar y laríngea. Los individuos normales deben ser capaces de mantener la
vocalización /a/ durante un periodo de tiempo igual o similar a la producción de /s/. El
límite de la normalidad se encuentra en 1,5 y 1,4. Valores mayores de 1,5 se relacionan
con defectos de cierre por incompetencia glótica o por lesiones del borde libre que
impiden el cierre.
1. Respiración.

• Coordinación fonorrespiratoria: “medida básica del control respiratorio y de la


eficiencia del cierre glótico, resulta de la relación entre la capacidad vital o soplo
espiratorio y el TMF” y permite coordinar el uso de la espiración con la emisión de
la voz.
2. Fonación.

La voz, es “un soporte fundamental en la comunicación y una parte de la identidad de


cada persona” y está dotada de cualidades que son: intensidad, tono, timbre y duración.

Muñoz refieren que el TIMBRE permite diferenciar un sonido de otro, ya que es la


característica esencial de la voz y se define en las cavidades supra glóticas, donde los
resonadores añaden matices al tono laríngeo. El TONO, es la cualidad que permite situar
el sonido según su mayor o menor gravedad en la escala de frecuencia y depende del
grado de tensión de las cuerdas vocales y de la masa que ofrecen a la vibración.
2. Fonación.

La INTENSIDAD, va ligada a la amplitud de la vibración sonora, permitiendo distinguir


entre un sonido fuerte y otro débil. La emisión de la voz será más o menos intensa en
función de la mayor o menor presión sub glótica lograda por la contracción de los
músculos abdominales en el momento de emitir la voz. Por su parte, la DURACIÓN, es
el tiempo de permanencia de las vibraciones sonoras o en su caso el empleado en la
emisión vocal. Si la coordinación de la salida del aire y la emisión vocal es buena, el
discurso será fluido y las pausas adecuadas.
2. Fonación.

Para una adecuada fonación, se requieren vías aéreas relajadas, descongestionadas y


libres de cualquier tensión, pues esto le permite “al comunicador...manejar su voz,
convenientemente, en cuanto a intensidad, a expresión y a entonación; le facilitará
graduar los ritmos y las pausas, aspectos importantes en la comunicación oral”.
2. Fonación.

Clínicamente, se evalúa la medida aerodinámica de, tiempo máximo de fonación (TMF)


que “proporciona información sobre la integridad glótica, el apoyo respiratorio o
ambas cosas y se define como el mayor tiempo que un sujeto es capaz de mantener
una vocal, tras una inspiración profunda a un volumen y una frecuencia (tono)
cómoda”. Los adultos pueden mantener un sonido vocálico de 15 a 25 segundos.
Casado y Pérez refieren que valores por debajo de 10 segundos se deben considerar
patológicos. Su causalidad puede estar relacionada con una patología respiratoria con
volúmenes pulmonares bajos o una patología laríngea con pérdida de la eficacia
glótica.
3. Resonancia.

“El sonido producido por la vibración de los músculos vocales en la laringe es muy
limitado; se requiere que este sonido, o aire sonorizado, sea enriquecido por el efecto
amplificador de la voz en las cámaras o espacios resonadores de nuestro cuerpo”. En
relación a esto, Quintasi, citando a Rehder, refieren que la resonancia se encarga de
proyectar el sonido en el espacio, aumentando la intensidad y la frecuencia.
3. Resonancia.

Los órganos que permiten la resonancia del sonido son la faringe, la boca, la nariz, los
senos paranasales, la orofaringe y la región supraglótica; éstos al relacionarse con los
órganos articuladores, permiten modificar de una manera flexible el tamaño y forma
del tracto vocal, lo cual permite la proyección del sonido. Asimismo, “las zonas óseas
de la cabeza, amplifican las vibraciones y dan como resultado una voz sana, brillante y
potente” según Jackson, lo anterior es debido a la frecuencia natural de resonancia
que poseen los resonadores debido a sus características físicas de, dimensión, forma y
grado de rigidez de las paredes.
3. Resonancia.

Este proceso motor puede presentar según Bustos, características de hiponasalidad (se
reduce e incluso desaparece la resonancia nasal en la mayoría de las ocasiones debido
a una obstrucción nasofaríngea. La causa puede ser de origen orgánico o funcional,
puesto que “es característica en los estados de congestión nasal debidos a resfríos,
gripes o al crecimiento exagerado del tejido adenoideo, que impide el paso del aire
hacia estas zonas”. Los fonemas vocales se perciben sin brillo y se utiliza habitualmente
una respiración bucal) e hipernasalidad (se observa un aumento de la resonancia nasal
en las vocales y consonantes orales.
3. Resonancia.

Además, la limitación de la presión del aire intraoral origina una articulación


defectuosa, principalmente para los fonemas oclusivos, fricativos y africados). “La
resonancia nasal exagerada es característica de personas que nacieron con paladar
hendido o con malformaciones del paladar o en el velo del paladar, pero también, aun
sin tener problemas de malformaciones velopalatinas, es posible producir voces con
timbres nasales por imitación, costumbre o por efectos culturales”.
3. Resonancia.

Otros autores como Castrillon refieren que puede presentarse en la resonancia una
emisión nasal, que corresponde al escape inadecuado del aire por cavidad nasal, el
cual reduce la presión intraoral causando distorsión en las consonantes. Cuando el
escape de aire resulta en un resoplo audible, la emisión nasal es más obstrusiva y el
habla es seriamente afectada. “La resonancia es difícil de evaluar por ser, como los
demás procesos relacionados con la voz, bastante subjetivo, dificultando así, una
evaluación precisa por parte del terapeuta”.
4. Articulación.

Conceptualmente, Osorio, citando a Ortiz y Sepúlveda, define a la articulación como


un proceso motor del habla en el cual son modificados los sonidos periódicos
mediante el movimiento de las estructuras articulatorias: Labios, lengua, dientes,
faringe, paladar duro y blando. La clasificación de los sonidos, obedece a dos criterios
que son, “el punto articulatorio, hace referencia al movimiento coordinado y preciso
de los órganos fono-articuladores (labios, dientes, lengua, mejillas, alvéolos, velo del
paladar y paladar duro) al producir un fonema y el modo, que hace referencia a la
salida del aire”.
4. Articulación.

En la evaluación clínica, se tiene en cuenta los rasgos articulatorios particulares de


cada fonema, para determinar si existe o no un desorden de articulación, que consiste
según Aldana citando a Valverde, García Y Pérez, en la “incapacidad para controlar los
movimientos correspondientes al órgano articulador en función de la emisión de un
fonema con punto y modo articulatorio ideal, sin daño cerebral o neurológico alguno”.
“Los errores más frecuentes son los que afectan a los fonemas /r/ /s/ /l/ /k/ /z/ /ch/ y
sinfones, bien sea por omisión, sustitución o distorsión” (errores específicos en las
dislalias anteriormente llmadas DSM IV Trans Arti DSM V).
4. Articulación.

Así mismo, es importante evaluar la funcionalidad de los órganos fono articuladores


(OFA) dinámicos, encargados de la ejecución de los sonidos del habla que son, según
Bahamonde , mandíbula, lengua y labios. En ellos se estima la fuerza, velocidad,
regularidad, exactitud, rango y tonicidad muscular, tanto en su realización voluntaria
como en la mantención de posturas estáticas.” Existen también movimientos
antagonistas que son realizados en una secuencia rápida denominados
diadococinesias orales, estos representan una forma de movimiento rítmico que
consta de un circuito cerrado a abierto, es decir, de la presencia de movimientos
arbitrarios y rápidos que no se acoplan retroactivamente a nivel sensorial, contrario a
lo ocurrido en los movimientos lentos.
5. Prosodia.

La gramática de la oralidad, es el estudio del sonido que pretende ser lingüístico: la


organización del hilo fónico a través de un conjunto de mecanismos de naturaleza
prosódica o suprasegmental, sin los cuales sería muy difícil inteligible ese continuo
fónico.
Los elementos supra-segmentales, que están más allá del segmento, lejos de constituir
un adorno, son los que organizan el hilo de los sonidos que se perciben. En este
sentido, el oyente recibe, cuando se comunica lingüísticamente, segmentos sonoros
relativos a las unidades de información que le envía el hablante. Con el sonido, va una
serie de informaciones de naturaleza prosódica, no solamente con información
referencial sino también con información dialectal, sociolingüística e inclusive, emotiva.
5. Prosodia.

Según Cortés citado por Quintasi, la prosodia es la parte de la fonología que estudia los
cambios que producen los fenómenos supra-segméntales a las unidades superiores al
fonema, estas variaciones se conocen como acentuación, entonación y ritmo. La
acentuación se manifiesta en el habla a través del tono, la cantidad y la intensidad, las
cuales determinan si las sílabas son átonas o tónicas. Por otro lado, la entonación es la
suma de rasgos prosódicos como la frecuencia, la intensidad, la cantidad y las pausas
que utiliza el hablante, lo que determina una lengua o dialecto. Por último, el ritmo que
cumple la función de agrupar los sonidos del discurso en segmentos con el fin de ayudar

a la comprensión del mensaje.


5. Prosodia.

Fluidez. Quintasi, citando a Andrade, afirma que la fluidez es la capacidad de producir


el habla de manera continua y suave. La tasa de elocución normal en adultos y
adolescentes en el habla espontánea es de 115-165 palabras por minuto. Valores por
debajo del normal indican una disminución en la velocidad del habla (bradilalia), y
valores superiores a 165 palabras, indican un ritmo de habla aumentado (taquilalia).
Cambios fisiológicos y patológicos de los patrones del habla en el
adulto.

Al ser el habla un proceso motor, es susceptible a sufrir daños en algunos o todos sus
procesos mencionados con anterioridad, ya sea debido al deterioro propio que se
produce conforme avanza la edad de los individuos, lo que comúnmente se denomina
envejecimiento, o por causas estrictamente patológicas.
En cuanto al envejecimiento, una de sus características fundamentales es el deterioro
en el rendimiento funcional. Algunas de estas modificaciones funcionales “imprimen
características particulares a la respiración, fonación y articulación, entre otros
procesos involucrados en el habla, los que influyen directamente sobre los parámetros
de emisión tales como el tono, sonoridad, timbre, calidad y estabilidad vocal, así como
a nivel de los patrones respiratorios, la velocidad y la prosodia”.
Cambios fisiológicos y patológicos de los patrones del habla en el
adulto.

Por otro lado, existen patologías que repercuten en el normal funcionamiento del
habla provocando los denominados trastornos motores del habla. Una definición
aportada por Duffy señala que los trastornos motores del habla “pueden definirse
como trastornos resultantes de alteraciones neurológicas que afectan la planificación
motora, la programación, el control neuromuscular o la ejecución del habla”. Entre las
patologías que cursan con trastornos motores del habla, se encuentran: las
enfermedades inflamatorias, tóxicas-metabólicas, neoplásicas, traumáticas, vasculares
y enfermedades degenerativas.
Cambios fisiológicos y patológicos de los patrones del habla en el
adulto.

Estas últimas “se caracterizan por una disminución gradual de la función neuronal de
causa desconocida. En algunos casos, las neuronas se atrofian y desaparecen, mientras
que en otros los cambios neuronales pueden ser más específicos. Las enfermedades
degenerativas suelen ser crónicas, progresivas y difusas, pero a veces comienzan con
manifestaciones focales”. Dentro de estas patologías degenerativas se encuentra la
Enfermedad de Parkinson (EP) que “afecta principalmente a las personas adultas, las
que se encuentran en situación de doble vulnerabilidad: vejez y discapacidad”.
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