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2 Heidegger y El Problema de La Tecnica

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Heidegger y el problema de la tcnica

Felipe Boburg

Sin duda, si hay un tema tratado por Heidegger, que le d profunda


actualidad y relevancia a su pensamiento, ese es el tema de la tcnica.
Pero quiz tambin sea el ms polmico. A mi modo de ver, la trascendencia e importancia de lo dicho por Heidegger sobre la tcnica es similar a la trascendencia e importancia de lo dicho por Marx acerca del
trabajo.

Sin embargo, crticos y detractores de Heidegger le reprochan el
haberse quedado en una meditacin abstracta, especulativa, cuando no
mstica. Si acaso, le reconocen el haber puesto el dedo en la llaga al sub
rayar la importancia de la tcnica para nuestro mundo y el haber convocado a que la filosofa se planteara la tcnica como problema, pero le
critican el haberse quedado corto en relacin con las exigencias de los
problemas tcnicos: contaminacin, experimentacin con seres humanos, manipulacin de las conciencias con los medios de informacin,
polticas tecnocrticas, etc. Para sus crticos Heidegger no va al fondo de
la cuestin de la tcnica que, segn ellos, consiste en encontrar el modo
de reencauzarla para ponerla al servicio del hombre y no el hombre al
servicio de la tcnica.

Al pnico producido por la deshumanizacin de la tcnica se le
agrega el horror ante el nihilismo campeante por el mundo entero. Por
lo que se exige con urgencia que en lugar de buscar la Gelassenheit, la
serenidad, como recomienda Heidegger al final de su vida, mejor se disee una tica que proponiendo valores contrarreste el nihilismo y permita orientar el uso de la tcnica.

La preocupacin por las consecuencias para la vida humana de
parte de los avances tecnolgicos es perfectamente justificada; Heidegger mismo participaba de estas preocupaciones, pero su concepcin de
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la filosofa o, para ser ms exactos, su concepcin de la esencia del pensar basada en una interpretacin profunda y detenida del desarrollo
de la historia de la filosofa occidental, desde sus orgenes hasta nuestros
das, le lleva a la conclusin de que primero debemos pensar en verdad la tcnica, lo cual quiere decir pensar la verdad de la tcnica, y para
ello es indispensable liberarse del enfoque tcnico de la tcnica, es decir,
liberarse del afn de dominar o controlarla para ponerla al servicio del
hombre, porque en la medida en que planteamos la tcnica como un
problema tcnico, y eso es lo que se hace cuando se le pretende dominar
o controlar, ms se reafirma el dominio de la tcnica sobre nosotros.
Heidegger no pretende menospreciar los problemas originados por la
tcnica, al contrario, pero l piensa que la tcnica no es algo sojuzgable
a nuestro arbitrio, no es algo que podamos manipular a nuestra voluntad; la tcnica es un destino (Geschick), en el sentido en que Heidegger
hablaba en El Ser y el tiempo acerca del sido del Dasein, del ser-ah, es
decir, es algo que hemos heredado, que en cuanto fue gestado y preparado en el pasado no lo podemos borrar sin borramos a nosotros mismos. Es decir, primeramente hay que reconocer que la tcnica es algo
que ya est aqu con nosotros, nos guste o no, y que no apareci por la
pura y espontnea iniciativa del hombre, por lo que tampoco desaparecer ni se someter a su voluntad.

Quiz esta idea sea una de las que ms choca a los crticos de
Heidegger, porque si la tcnica no es fruto de nuestra iniciativa, si sta
no nace por la voluntad humana, entonces resulta difcil que se la pueda
dominar. Significa esto una negacin de la libertad humana? No, pero
s implica reconocer un lmite o un condicionamiento. Lo que siempre
condiciona al hombre es lo que Heidegger llama el ser. Pero entender
ese condicionamiento, esa relacin entre el hombre y el ser, ha sido,
precisamente, el motivo principal de todo el pensamiento de Heidegger
y es a la luz de ese motivo que slo puede entenderse su planteamiento
de la tcnica. Por esta razn, lo dicho por Heidegger en El ser y el tiempo es fundamental para entender lo dicho sobre la tcnica. De ninguna
manera hay una ruptura entre lo dicho en su magna obra publicada en
1927 y la conferencia La pregunta por la tcnica, pronunciada en 1953.
Treinta aos separan estos dos textos, tres dcadas de profundizacin en
la pregunta por el ser.
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En efecto, la ontologa fundamental, elaborada en El ser y el tiempo,
cuestiona esos dos conceptos que, precisamente Hegel, en el prlogo a la
Fenomenologa del espritu, haba sealado como las dos formas de pensar
lo absoluto: substancia y sujeto. Heidegger denuncia que estos dos conceptos, claves para todo el pensamiento occidental, se sustentan en la
supuesta identidad entre el ser y lo presente. Tanto la idea de substancia
como la de sujeto tienen su origen en una interpretacin del ser como
ante los ojos (Vorhandenheit), que ser tambin el origen de la nocin
de objeto. Pero esta interpretacin pasa por encima de la experiencia ms
primaria u originaria del ser y que Heidegger piensa haber descubierto.

Para describir esta experiencia es indispensable, como ensea la
fenomenologa, poner entre parntesis diversas nociones, no slo las de
sujeto y substancia, sino tambin las de hombre como animal racional o
creatura; por eso Heidegger seala que no vamos a hablar del hombre
sino de nosotros mismos, tomados en la ms originaria inmediatez, y
llama a eso que somos nosotros mismos Dasein, expresin alemana, comn y corriente, que Heidegger escoge por su composicin morfolgica: da = ah, sein = ser, y con ello quiere destacar la conexin que hay
entre nosotros y el ser, conexin consistente en que tenemos una comprensin del ser, pero no se trata de una comprensin en sentido intelectual, la cual no es negada sino que es derivada de una comprensin
ms original. Para explicarla Heidegger acua la expresin: ser-en-elmundo, con la que apunta a una relacin anterior a la de sujeto-objeto y
que posibilita sta. El Dasein, nosotros mismos, como repite insistentemente Heidegger, somos-en-el-mundo antes de conocerlo y eso significa que nuestra relacin original con el ser y los entes es un habitar y no
una relacin epistemolgica. Esta nocin no slo no ser abandonada
por el Heidegger pensador de la tcnica, sino que ser fundamental,
porque la tcnica es para Heidegger una forma de habitar. Podramos
decir que para Heidegger el hombre occidental habita tcnicamente el
mundo, parodiando el verso de Hlderlin que Heidegger comenta: poticamente habita el hombre esta tierra.

As pues, el camino que dirige el pensamiento de Heidegger a la
cuestin de la tcnica se inaugura desde El ser y el tiempo. No es casual
que en esa obra precisamente Heidegger escogiera para aclararnos su
nocin de mundo a ese ente tan prximo a nosotros, que es el til o
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utensilio. El til, en la experiencia que tenemos de l al usarlo, al tenerlo guardado, al buscarlo porque lo necesitamos, etc., jams se nos da
como un ser-ante-los-ojos, nunca es un objeto, y nosotros, el Dasein, en
cuanto usuarios de tiles, tampoco nos comportamos como sujetos
epistemolgicos. El til siempre est en algn contexto, en algn mundo, que precisamente se estructura a partir de nosotros, del Dasein. Y
aqu s es necesario observar que Heidegger, al abordar la tcnica, tendr
que hacer una correccin, mejor dicho, tendr que abandonar esta descripcin del Dasein habitando un mundo de tiles, porque en la era de
la tcnica ya no podemos identificar, como an lo haca El ser y el tiempo,
al Dasein como el principio estructurador del mundo. El Dasein pierde
su lugar central, el artefacto es otra cosa que un ser a la mano del que
dispone el Dasein, y el mundo entretanto ha dejado de ser una encrucijada flexible de referencias para convertirse en un rgido sistema que
emplaza a todos los entes, incluyendo aquel que se cree el sujeto dueo
y seor de la tcnica, es decir, nosotros, a convertirse en algo que est
listo para ser usado. Esta idea ms o menos apareca descrita en Sein und
Zeit, como constitutivo del til, pero en el mundo tcnico, que Heidegger llama Gestell y que ha sido traducido por estructura de emplazamiento, ha habido un cambio.

Para captar este cambio es conveniente referimos a lo dicho por
Heidegger en una clebre conferencia que dict en 1935: El origen de la
obra de arte. El origen de la obra de arte es su esencia y Heidegger se
pregunta por ella. Repite su cuestionamiento de los conceptos ontolgicos que haba puesto ya en tela de juicio en 1927. Los conceptos
heredados de la ontologa tradicional nos encubren la obra de arte
ms que mostrrnosla. As como con las nociones de sujeto y objeto
no se puede entender el habitar ni el ser del Dasein; de esta manera, con
las nociones de materia y forma tampoco se puede mostrar el ser de la
obra de arte, slo que curiosamente desecha estas nociones porque,
a partir de ellas, se interpreta la obra de arte teniendo en mente la manufactura de utensilios, es decir, se piensa la obra de arte como una
manufactura sin utilidad. Entre 1927 y 1935 Heidegger parece haberse
percatado de que su descripcin del ser-en-el-mundo haba sido demasiado reduccionista: en nuestro mundo no slo hay utensilios, tambin
hay obras de arte, y no slo en los museos. En el mundo griego haba
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templos, paradigmas de obras de arte, no porque los griegos fueran muy


exigentes en materia de esttica sino que con sus templos ellos habitaban el mundo y este habitar consista en ensamblar en una lucha permanente el mundo y la physis, que Heidegger llama, a partir de este momento, Tierra. Este es otro tema, que en El ser y el tiempo haba sido
descuidado, aunque no ignorado: la physis. Este tema aparece por vez
primera en el curso de Introduccin a la metafsica y para traducir la expresin physis, Heidegger hace una parfrasis diciendo, ms o menos,
que la physis es aquello que emergiendo se sostiene a punto de sucumbir.
Esta parfrasis pretende decir la experiencia que el griego expresaba
con la palabra physis; se trata de una experiencia potica que la traduccin naturaleza es incapaz de decir. En El ser y el tiempo, la naturaleza
tambin se entenda como un ser a la mano; el sol era primariamente
aquello con lo que se meda el tiempo, el bosque era fuente de madera,
etc. Cualquiera que lea por primera vez El ser y el tiempo percibir el
reduccionismo de tomar la naturaleza como ser-a-la-mano.

As pues, el ser-en-el-mundo tal como se le describe en la obra de
1927, no ha tomado en cuenta ni la obra de arte ni la naturaleza. La
nocin de ser-a-la-mano es insuficiente. En la conferencia, a la que
ahora me refiero, no slo muestra la pobreza de la nocin del ente como
til para entender la obra de arte, sino que en un giro genial, Heidegger
nos propone abordar el ser del til, pero ahora desde la obra de arte y
toma un cuadro de Van Gogh, el de las botas de una campesina. Quiz
sea este unos de los pasajes ms bellos y sublimes que haya escrito Heidegger. Ah se muestra el til de una forma diferente a como lo mostr
El ser y el tiempo.

Si bien el cuadro no revela el ser a la mano, sin embargo dice
algo ms, algo que no era descubierto en su primera obra: en las botas
gastadas y estrujadas, dice Heidegger, se ve la humedad del campo, la
soledad de los senderos al atardecer, la maravilla del grano regalado y el
inexplicable fracaso de no haber obtenido fruto del campo invernal.
Esto es lo que Heidegger nombra el llamado de la Tierra. Pero, adems,
en las botas tambin est plasmado el sufrimiento de la campesina, que
tiene que levantarse todas las madrugadas para ganarse el pan; se ve,
como dice Heidegger, la silenciosa alegra por haber vencido una vez
ms la miseria, la angustia ante la llegada del parto y el temblor ante el
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acecho de la muerte. Esto es, la lucha cotidiana del hombre por conservarse vivo, su enfrentamiento con la finitud, el sobrellevar a cuestas la
pesada carga de la muerte, en fin, lo que en El ser y el tiempo designaba
con la expresin de que al Dasein le va el ser. Las botas pintadas por Van
Gogh mantienen la vida humana, con todas sus alegras y tristezas, sus
ilusiones y frustraciones, junto a ese elemento que acompaa al hombre
en su vida, elemento del que el hombre no puede disponer, que en ocasiones lo premia y que a veces lo castiga. El cuadro pinta la lucha de
Mundo y Tierra.

Heidegger no niega que el til sea a la mano como haba dicho en
El ser y el tiempo, pero el cuadro de Van Gogh nos ha revelado algo ms
del til, lo que Heidegger llama: la confiabilidad. Los tiles son nuestros compaeros cotidianos, contamos con ellos para sobrellevar la carga de nuestro ser. Pensemos en los lentes viejos, desbalanceados y pegados con tela adhesiva, que el anciano no cambia no slo porque no tiene
dinero sino principalmente porque confa en ellos, porque entre l y sus
lentes se ha establecido una simbiosis, porque estn amoldados a l despus de tantos aos de llevarlos puestos, de tal modo que otros le causaran incomodidad y desadaptacin. Por las botas, dice Heidegger, la
campesina est amoldada al llamamiento de la Tierra y se puede mover
en su Mundo. En el instrumento se aproximan Mundo y Tierra.

Con esto podemos entender el cambio que se produce en el mundo de la tcnica, en el Gestell. El artefacto tecnolgico no posee la confiabilidad, en l ya no se da el juego de Mundo y Tierra, que expone la
obra de arte. El mundo ha dejado de ser un conjunto de vas o caminos
flexibles que dejan espacio para el azar y la libertad y se ha convertido
en un sistema o estructura de referencias rgidas, que exige una adaptacin rpida del hombre. Pero adems, al usar el artefacto tecnolgico ya
no es propiamente el hombre el que lo usa sino que es usado porque el
hombre es una pieza requerida para el funcionamiento del Gestell. Por
eso los hombres se convierten en recursos humanos. Este emplazamiento de todos los entes a recursos o almacenes de energa es lo que Heidegger llama Bestand, que ha sido traducido al espaol por existencias, en
el sentido de que se habla por ejemplo de que hay un libro en existencias o que ya no se tiene cierto artculo en existencias. El ente en general, incluyendo al hombre, se vuelve un recurso que debe ser adminis28

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trado racionalmente. Cuando se pide una tica de la tcnica, Heidegger


piensa que en realidad lo que se busca es perfeccionar la tcnica, es decir,
hacer ms racional y eficiente su administracin. Uno podra preguntar
tiene algo de malo esto? Heidegger dira que nada, salvo que eso es
contribuir a que se reafirme ms el dominio tcnico y con ello que crezca el peligro de obturar la abertura del hombre al ser, abertura que constituye su esencia.

Qu es esa abertura del hombre al ser? Por qu la tcnica amenaza con obturarla? Este es uno de los temas ms importantes del pensamiento de Heidegger y es bsico para entender su cuestionamiento de
la tcnica. Me estoy refiriendo al tema de la verdad. Desde El ser y el
tiempo, Heidegger inicia una revisin del concepto tradicional de verdad, entendida como adecuacin o concordancia entre la proposicin y
la cosa o entre el entendimiento y la cosa. Lo que lleva a Heidegger a
cuestionar este concepto es que la palabra verdad, que proviene del latn
veritas, pretende ser la traduccin de la palabra griega altheia y Heidegger observa que esta palabra ms bien quiere decir desocultamiento o
mejor desencubrimiento (Unverborgenheit). Ms que negar la posibilidad de la adecuacin entre la proposicin y la cosa, Heidegger destaca
que esta adecuacin supone el desencubrimiento. Por ejemplo, si yo
puedo decir que el cuadro que cuelga sobre la pared est inclinado es
porque as se me muestra y si alguien puede comprobar la adecuacin
de mi proposicin es porque se le muestra el cuadro. Este mostrarse que
no se funda en la proposicin es lo que Heidegger llama desencubrimiento. Parece una perogrullada e incluso una ingenuidad; sin embargo,
no es tal, ya que la teora del conocimiento desde Descartes, y aun antes,
hasta Husserl, ha pasado por alto que el desencubrimiento no lo funda
el acto de conocer sino que el conocer es posible por este desencubrimiento.

En ltima instancia, lo que Heidegger nos quiere decir es que un
ente es lo que es por su articulacin en un mundo; les entes son en el
mundo, lo cual significa que estn al descubierto, y no quiere decir otra
cosa sino que tienen sentido.

Ahora bien, el desencubrimiento de los entes se funda en el desencubrimiento primario del ser, que en El ser y el tiempo era identificado
con la comprensin del ser constitutiva del Dasein.
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En 1929, en su leccin inaugural como catedrtico sustituto de
Husserl, que a la sazn haba sido jubilado en 1928, titulada Qu es
metafsica?, Heidegger nos habla de un distanciamiento entre el Dasein
y los entes. Este distanciamiento es fundamental, ya que sin l los
entes no podran aparecer como tales, no habra mundo, no habra
desencubrimiento. Este distanciamiento se revela en la angustia, tema
ya tratado en El ser y el tiempo, pero esta conferencia apunta y precisa
ms este concepto. La importancia de este distanciamiento se revelar
en otra conferencia: De la esencia de la verdad, dictada en 1930 pero
publicada con correcciones en 1943, en la cual Heidegger define que
este distanciamiento es la libertad y puesto que el desencubrimiento se
basa en sta podemos decir que la libertad es su esencia, pero esto no
significa fundar el mundo en el capricho del hombre porque tambin
el hombre aparece en el mundo, tambin l est al descubierto en el
mundo. En El ser y el tiempo se deca arrojado o yecto en el mundo.
La conferencia sobre la verdad radicalizar este estado de arrojado, al
grado de que por esta razn Heidegger llega a decir que si la libertad
funda el desencubrimiento, habr entonces que reconocer que la libertad no es una propiedad del hombre sino que ms bien el hombre
pertenece a la libertad.

Es justo aqu donde se inicia el giro del pensamiento de Heidegger. Es a partir de este momento que Heidegger comenzar a hablar de
la historia del ser. El mundo del Dasein es el desencubrimiento del ente;
ahora bien, slo cuando este desencubrimiento se traduce en la pregunta por qu es el ente y no ms bien la nada?, es cuando nace la filosofa. A partir de este momento comienza la historia del ser, que no es otra
cosa que la historia de la cultura occidental. Esto podra ser malinterpretado como expresin de una soberbia europocentrista; sin embargo,
hay que tomar en cuenta que Heidegger no dice que slo sea mundo el
mundo occidental, l slo dice que el desencubrimiento caracterstico
de Occidente se expresa en la pregunta por qu es el ente y no ms
bien la nada?, y agrega que esta pregunta despus se interpret como:
qu es el ente?. Y es propiamente con esta pregunta con la que se
inicia la metafsica. Pero en la medida en que precisamente se olvida
la pregunta original en la que se conectan el ente con la nada, en esa
medida se olvida el ser. Esto significa que el desarrollo de la pregunta
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metafsica (qu es el ente?) es el desarrollo del olvido del ser. Este olvido llega a su mxima expresin en la era de la tcnica, que es en la cual
el ente ha sido despojado de todo misterio, en la que el ente ciertamente est al descubierto, pero de una forma si se quiere obscena, tan slo
como un recurso, que se agota en su utilidad y del que hay que sacar el
mximo provecho. La verdad del Gestell se caracteriza por este desencubrimiento o desnudamiento violento que busca obtener el mximo provecho del ente. Un ejemplo muy elocuente es el caso de lo que sucede
con la basura; sta se recicla, tambin se aprovecha. En la era de la tcnica nada queda sin usar, no queda ningn desperdicio. Con ello el ente
ya no tiene nada de extrao, nada hay en l indisponible.

Para expresar la verdad de la tcnica, su desencubrimiento violento, podemos acudir a la diferencia que no s si slo aqu en Mxico hacemos entre desnudar y encuerar. Pues bien, podemos decir que la
tcnica se caracteriza porque encuera al ente, y al hacerlo no deja nada
oculto, nada enigmtico, pero justo eso oculto y enigmtico fue lo que
motiv la pregunta por qu es el ente y no ms bien la nada? Pero hoy
ya no tiene sentido esta pregunta, no hay espacio alguno en el que se
cobije an lo enigmtico. As, por ejemplo, la muerte, que en El ser y el
tiempo era fundamental para replantear la pregunta por el ser, se le trivializa, se le reduce a un trmite, y por eso las agencias funerarias venden planes que prevn todos los gastos y trmites, para que ni los sobrevivientes ni el muerto se tomen molestias. Hasta de la muerte se puede
sacar provecho.

La era de la tcnica es el momento de mximo olvido del ser.
Cunto durar este olvido? Nadie lo sabe, pero no sera difcil que
durara al menos lo que tard en gestarse, es decir, otros 2 500 aos.

No obstante esta oscura, pattica o apocalptica descripcin, Heidegger nos dice, y este es uno de los rasgos ms sorprendentes de su
meditacin sobre la tcnica, que justo ah donde est el peligro crece lo
que salva..., citando un verso de Hlderlin. Cmo es posible esto?
Reparemos en que la fuerza del Gestell puede tomarse como una purga
que expulse de nosotros el sueo de la subjetividad domeadora del ser
y esto entraa que se abra la posibilidad de una experiencia del ser ms
originaria que ya no lo tome como ante los ojos. De alguna forma el
Gestell manifiesta, de manera negativa, la co-pertenencia del hombre y
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del ser. Pero la co-pertenencia originaria es lo que Heidegger llama


Ereignis, que en el alemn usual quiere decir evento o acontecimiento,
pero que Heidegger escoge, como escogi Dasein, por su morfologa:
el prefijo er y la terminacin eignis, que se vincula con eigen, que significa propio. Ereignis es el nombre que expresa la relacin de mutua pertenencia del hombre y del ser.

En la medida en que desencubramos la tcnica como un destino y
pensemos su intrnseca violencia, en esa medida nos liberaremos del
deseo de dominarla y nos prepararemos para pensar ya no tcnicamente. Para Heidegger es fundamental esta preparacin porque la posibilidad de que el ser se le muestre de otra forma se puede dar y lo peligroso
es que el hombre no est listo y deje pasar esa posibilidad; ese es el peligro del Gestell. Por eso Heidegger concibe, al final de su vida, que su
misin de pensador es la de preparar un pensamiento futuro que est
listo para corresponder al llamado del ser. Pero preparar ese pensamiento no significa planearlo o calcularlo, sino tan slo guardar como un
tesoro la pregunta original, la pregunta por el ser.

Si alguien espera de la meditacin de Heidegger indicaciones tcnicas sobre cmo encaminar la tcnica para ponerla al servicio del hombre, seguramente se sentir decepcionado. Pero para Heidegger, si el
pensamiento original quiere sobrevivir, debe rehusarse a asumir tareas
que no le corresponden. La peor perversin sera construir filosofas de
la productividad, de la empresa, etc.; eso es rendirle culto al pensamiento calculador, equivaldra a creer que pensar slo es planear y calcular.
Para Heidegger el futuro de la filosofa est en la fidelidad a su origen,
en su fidelidad a la pregunta, totalmente intil y de la que no se puede
sacar ningn provecho: por qu es el ente y no ms bien la nada?.

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