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Tarsis de Armando Rosselot Ebook Promocional

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TARSIS

8128-I

Austrobrea Editores 2014


Tarsis
Armando Rosselot

Diseo e Ilustracin de cubierta


Luis Naranjo Rojas
Edicin
Aldo Astete Cuadra
Impreso en Santiago de Chile
ISBN 978-956-9568-02-2
Registro de Propiedad Intelectual
N 247010
Primera edicin 2014
500 ejemplares
Austrobrea Editores
contacto@austroborea.cl
http://austroborea.cl
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la
reproduccin total o parcial de este documento por cualquier
medio sin el previo y expreso consentimiento por escrito de los
autores.

TARSIS
ARMANDO ROSSELOT

La oscuridad se hallaba oculta en la oscuridad. El todo era


fluido y sin forma. All dentro, en el vaco, surgi el UNO
por el fuego del fervor.
Extracto Rig Veda X, 129. Versin quinta.

A mis padres

EL DESPERTAR DEL NIO

El agua corre por el ventanal, mientras el


viento azota sin piedad la lluvia contra los rboles y arbustos fuera de la vivienda. Y l observa,
temeroso e intrigado, el desarrollo de aquella
tormenta.
Han pasado tres meses desde su visita a la
costa junto a su familia donde tuvo aquel revelador sueo, el cual no logra olvidar y est cada
vez ms presente. Todos los lugares que visit,
parecen hoy ser ms dbiles y vaporosos, como
las capas de una cebolla, similar a un corazn
enorme y revelador.
Mira de nuevo por el vidrio mojado y observa como el jardn, hace slo unos momentos azotado por la lluvia y el viento, est ahora seco y
sin rboles, con algunos arbustos menores en una
tierra rojiza. Se pone de pie y camina hacia el
centro de la vivienda mientras sus pasos se sienten como ir sobre el suelo de un bosque tropical,
pero al mirar el piso, ve que hay baldosas blancas
y grises. El ahora no tiene sentido y el aqu
es algo por completo descabellado.
Escucha un rumor, el susurro de las primeras seales en el mundo. Un canto desde la misma Babilonia o quizs antes, un canto trado por

los primeros dioses o por los pilares que sostienen al mundo. Algunas frases en hebreo hablan
sobre los dioses que mantienen el propio universo; los universos Hay ms de uno? se pregunta. La respuesta no tarda en llegar y l tiembla de miedo. Sabe que tras esa pregunta hay algo que no se puede nombrar, que no es ni oscuro
ni fro: es el vaco del vaco. No logra imaginarlo.
Sabe que pronto vendr la voz. Que de ella
no lograr huir jams, pues ella es parte de s
mismo. Que la telaraa inmensa, que es todo lo
conocido y lo desconocido, est ms visible a sus
sentidos. Yahveh? Elohim? Al? No. l tiene
muchsimos ms nombres, hay incontables lugares, tiempos, momentos que no son ms que un
suspiro a los ojos de l. Estn los pequeos nexos
en todo paraje que tambin son parte de l mismo.
Schayrererai? Aquel nombre resuena en la
ms profunda de las cavernas de su mente y es
tan lejano como uno de los grandes vacos del
universo.
Se detiene junto a la chimenea y observa como su padre hijo? an duerme luego de
haber bebido una botella de vodka que yace en el
piso, ahora de madera. De pronto, la chimenea
no es tal y en su lugar hay un televisor que muestra un programa envasado de hace un par de
aos. Las voces suenan dismiles y ficticias. Ob-

serva sus propias manos y han cambiado de color; est sucediendo otra vez, piensa. Entra al bao y cierra la puerta con premura, para luego
encender la luz y la llave del agua para mojar su
rostro. Mirarse en el espejo de una vez por todas.
Quin soy? Quin fui? Se pregunta.
Atrs hay un espejo ms y el reflejo se repite
hasta el infinito. Sus ojos se presentan en sus
mismos ojos y as por siempre Quin ser en
este baile de mscaras?
El aroma a la cena servida sobre la mesa lo
saca de sus pensamientos. Su madre lo llama al
comedor. La casa es sencilla, su nombre como el
de sus padres tiene tres nmeros, es la definicin
de pobreza, como antes era la casta, la raza, la
sociedad... o despus?
La voz de su madre hermana? resuena
otra vez en sus odos y quizs en los de otros
iguales a l, en distintos lugares, espacios. Sabe
que est conectado a todos sus yo en ese tiempo;
ese que tambin flota sobre la terrible bruma del
vaco, junto al hacedor, esperando su pronta aparicin.
Ve las luces, las estrellas, los colores y siente
el primer llamado que viene siglos en el futuro,
o en un pasado tan remoto que pertenece a otra
creacin? No lo sabe ni desea cuestionarse ms
aquel pensamiento. Tiene mucha hambre.

Adems, no es lo que debera estar pensando


a los diez aos, pero l sabe muy bien que esa
edad es relativa y debe ser la gua para aquella
voz nuevamente.
La voz que canta por todos los lugares, por
toda la eternidad.
Debe parecerse a un rompecabezas, se pregunta mientras mastica su cena y la lluvia vuelve
a sonar en el tejado.
Lstima que siempre surge aquel, piensa: El
traidor; el que nada disfruta y solo quiere desarmar cada una de las cosas existentes; el que
desea, de una vez, ver todo tragado por el vaco.
Luego de un momento indeterminado las
murallas ya no estn y observa como lo baa una
catarata de colores, de tiempo, de estrellas.
Las estrellas somos todos, se dice. Y ellas
llaman por siempre.

de noche hay muchas estrellas


todas dentro de un ro
Pablo Neruda

LA CITA

Jons 4.2: Oh, Seor No era esto lo que deca cuando


todava estaba en tierra? Por eso me anticip a huir a Tarsis, pues
bien, saba que t eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para
la ira, lleno de amor que cambia de parecer y no destruyes.

1
Despert como de la muerte. Pasaron largos
minutos y comenz a sentir sus labios con algo
de humedad. Sus dedos ya no eran los alambres
a punto de quebrarse en una eterna espera dentro de un cementerio volador. Quizs un gran
sarcfago mal llamado navo.
Abri los ojos. Un danzar de luces y sombras
lo rodearon, demor algunos segundos en reconocer los rincones de la sala de hibernacin, hasta que por fin sus sentidos recordaron... el extenso ciclo, la primera jornada que al fin haba ter-

minado. Inhal profundamente el aire purificado


y luego exhal. Dola.
Sinti ese temor latente de tener que enfrentarse a lo desconocido en el medio de la nada.
Sonaron varias alarmas en todo el navo
cuando una rfaga de aire, junto con la sensacin
de calidez en el estmago, hizo que Zandal-21 se
levantara con dificultad del lecho fabricado a base de gel. Fue ayudado por las doble M para recuperacin y asistencia, lo cual l, secretamente,
agradeci.
Edrana, uno de los navegantes, alta, esbelta,
de piel blanquecina y muy delgada, se acerc a
saludarlo, lo mismo hicieron la otra navegante,
Surina y el doctor Bernard Weist, su gua, mentor
y oficial miembro vitalicio del Dcimo Istmo de
Marte y Tierra: dcimo gobierno, como el nombre lo dice, de la abrupta separacin entre los
mundos hermanos de la Tierra y Marte luego de
la ltima cnclave de APARTE; en donde ambos
mundos se definen auto sustentables e independientes uno del otro, pero con el gobierno de las
personas o gnero humano compartido en sus
bases y leyes.
Todos ellos reunidos en la misin de la Nido-1 hacia una formacin relativamente nueva y
extraa en la galaxia de Andrmeda, a 2.6 millones de aos luz, a la llamada Nube de Tarsis. En
un viaje a mxima aceleracin de miles de aos

por los pasadizos del universo, para establecer


el esperado primer contacto con una raza no
humana.
Luego del examen fsico, Zandal fue hacia
una de las ventanas panormicas de la nave
donde se encontraba Bernard Weist, observando
el inmenso vaco, con un rectngulo alargado
entre sus manos.
Qu es eso, doctor? pregunt Zandal,
al ver aquel artilugio desconocido y tubular en
las arrugadas manos de su maestro.
Son las cartas protocolares y obsequios para entregrselas al contacto cuando lleguemos
respondi Bernard.
Veo que el Istmo pens en todo. Y, el nio
ha despertado?
An CC no desea despertarlo hasta que se
estabilice nuestro metabolismo. Toma le entreg una hoja con lecturas del control de hibernacin, me las llev hace algunos minutos de
CC, muestran la actividad cerebral del nio. Son
muestras tomadas durante el salto y que no tienen ms de un ao estndar.
Estoy viendo bien? Porque esas lecturas
muestran actividad cerebral en vigilia, y no los
datos que debera mostrar en estado de hibernacin.
As es afirm Bernard. sa es la razn
por la que CC no desea despertar an al Puente.

Si se fija bien, Zandal, las lecturas se tornan confusas a los tres mil aos luz, pero vuelven al estado esperado en la ltima desaceleracin, luego
de un ao luz.
Zandal otra vez sinti temor. Ms all de lo
que le pudiese ocurrir a l, le preocupaba mucho
la seguridad del Nio Puente, Quiami, y que los
contactos con aquella inteligencia aliengena no
lo daaran ni le causaran algo que pudiese herirlo fsica o mentalmente.
Record cuando haba comenzado todo, en
su hogar: Io, dos aos estndar antes del viaje. El
Istmo haba requerido su presencia en forma urgente, mediante un comunicado de prioridad 1,
sacndolo de forma abrupta de su tranquila vida
en la universidad, la que era necesaria para su
recuperacin emocional luego del accidente en
que haba perdido para siempre a Danina- 43, su
Dana; tan solo a dos meses desde que contrajeron
matrimonio. As, luego del comunicado, lo internaron en los luminosos pasillos del Istmo en la
Tierra, con la misin de investigar un probable
contacto de segundo y primer orden con un sujeto desconocido, posiblemente va percepcin
squica. Su sorpresa fue mayscula cuando el
Nexo o Puente a analizar era nada menos
que un nio de diez aos. Hijo de unos simples
obreros de tres y cuatro nmeros sociales, los que
no daban cabida a las razones del todo poderoso

Istmo, para quitarles a su querido y nico hijo; el


cual llevaba por nombre Quiam-111, renombrado
luego por Zandal-21 como Quiami y luego por
una simple Q.
Segn lo descrito en el informe que ley
Zandal, antes de ver en persona y por primera
vez al nio, los contactos iniciales (sin que nadie
sospechara que se trataban de empalmes con otra
inteligencia) se produjeron durante las horas de
sueo del nio, en su hogar en la Isla-Estado de
Groenlandia, en la Tierra.
Zandal supo, tanto por el informe como por
la entrevista con los padres, que la experiencia
del nio no haba sido en absoluto calmada. De
hecho, durante cinco noches seguidas, el nio
haba presentado una disfuncin de personalidad, ya que durante esas noches su comportamiento variaba de una personalidad histrinica
hasta un obsesivo-compulsivo, para luego entrar
en estados bastante normales cargados de temor.
Los padres se refirieron a su hijo, en muchos de
aquellos episodios, como alguien adulto, con un
conocimiento desmedido del mundo y la gente.
Ese fue el dato que alert al Istmo, ya que cuando los informes emitidos en el centro de salud
pblico lleg a las manos de altos magistrados, el
organismo de inmediato calific los sntomas del
nio como los de un posible receptor teleptico,
lo cual era, segn los estatutos del ltimo cncla-

ve, primera prioridad para reclutarlo en las esferas de control poblacional. Lo que el Istmo y los
organismos humanistas descubrieron despus
fue algo mucho ms grande de lo que nadie pudiese imaginar.
Luego de todo aquello, durante una lluviosa
tarde en la Tierra, le entregaron al nio a Zandal
para su cuidado. Hubo qumica de inmediato.
Quiam-111 no presento ningn tipo de oposicin
al trabajo que le exiga. A las pocas semanas, luego de cientos de pruebas, se concluy que el
Puente (cuanto odiaba Zandal que lo llamaran
as) estaba en conexin con un ente extraterrestre, muy avanzado, de inteligencia lgica y al parecer, segn las tablas de Dromell, no hostil. sta
fue llamada: Inteligencia Uno.
Cun milagroso result el ltimo informe. El
hombre, cansado de recorrer un cuarto de la galaxia en busca de alguien con quien hablar durante dos mil aos, haba casi desecho la idea de
vida inteligente en el cosmos y haba perdido todo deseo de aventurarse y descubrir nuevos
horizontes. Solo haba encontrado vida en forma
de bacterias y hongos. Lo ms cercano a un hombre que se hall, haca ms de mil aos antes que
partiera la misin del Nido, fue un animal semejante a una medusa (el Elohm) en un mar subterrneo de Fangora, que era una de las lunas de
Tripor-3 en el sistema del Milodn; Planeta don-

de luego se form la tercera comunidad humana


a nivel planetario despus de Marte y Alfa Centauri 1. Ah se trat de manipular aquella especie para lograr un organismo ms complejo, pero
luego de varios experimentos slo lograron activar ciertas cualidades en algunos seres humanos
implantados con clulas y genomas Elohm, los
que despus de cuatrocientos aos formaron la
liga de Los Navegantes, ya que su estructura molecular y orgnica, gracias a los implantes Elohm,
los haca aptos para controlar los cruceros durante el salto sin sufrir derrames cerebrales ni complicaciones cardiovasculares.
La noticia del nio Puente caus revuelo en
todo el sistema Tierra-Marte. Se prepar y acondicion un crucero tipo Dossant de ocho reactores cabalsticos de enlace nodal, el ms veloz
hecho alguna vez por el hombre, capaz de albergar a cinco tripulantes por una eternidad, en un
viaje sin escalas a la fuente del contacto.
Y ah estaba l y su nio: su nica familia, ya
que nunca quiso tener algn tipo de relacin con
nadie luego de la muerte de Dana; su nica razn
de ser por muchos aos. Si para un hombre nacido de mujer era difcil superar esa prdida, ms
an para l, un ser humano creado en el fro y
perfeccionista centro embrionario y criadero
humano, en el polo sur de la sobrepoblada luna
Europa.

Pero en ese momento a Zandal le preocupaba que el Cerebro Central (CC) no diera todava
la autorizacin para despertar al nio de su primera gran siesta, para que con su ayuda se
pudiese nivelar el curso de Nido hacia su lejano
y misterioso destino.
Haba que esperar unas horas ms que todo
se normalizara, le dijo el doctor. Aguard paciente hasta que al fin todo retorn a la normalidad y
entr en la sala de recuperacin, ansioso de ver al
nio.
Quiami, cmo te encuentras? pregunt,
apenas vio al nio sentado al borde de su cubculo.
Creo que bien, Seor contest el nio,
con la voz algo ondulante, y confundido por los
efectos de la larga hibernacin.
Tuviste algn sueo que recuerdes? No
importa si demoras en decrmelo, tmate tu
tiempo, ok? el nio asinti enrgicamente y
sonriendo.
Zandal acarici la dorada cabellera del pequeo al momento que le daba a beber un vaso
con lquido a base de nutrientes.
Seor...
S, Q?
No tuve un sueo, ahora que recuerdo. Si
no que el nio lo mir algo confuso, ya
habamos despertado antes, o no?

No, Q. Es la primera vez que salimos del


proceso de hibernacin.
Hubo un silencio incmodo entre los dos.
Por la entrada a la sala de recuperacin estaba
observando el doctor Bernard, el cual al verse
descubierto por el nio se dio media vuelta y fue
donde se encontraban los navegantes. Era preciso hacer un escaneo minucioso a CC, pens; no
era bueno tener un psquico de tales poderes
suelto en la nave aunque fuera un nio. Esta vez
haba mucho en juego y no podan arriesgarse al
fracaso.
Zandal sigui con la mirada al doctor Weist
mientras Quiami era auxiliado por las Doble M.
Se vio al espejo lateral de la sala y se pregunt
que cmo un hombre como l, un simple aspirante a psquico de segunda categora, oriundo
de una de las lunas ms pobres del sistema
Tierra-Marte, estaba ah, en ese viaje de locura
desesperada para su especie, hacia los confines
ms lejanos a los cuales se haya ido luego el fin
de la Expansin.
Zandal.
S, doctor? sonri al escucharlo por el
comunicador al or su nombre de pila, sin los valores de posicin social.
Se ha establecido algn contacto con Inteligencia Uno? pregunt el doctor. Ya han
pasado cuatro das y t sabes que nos quedan

solo otros cuatro das ms para entrar en la fase


P, y seguir con el trayecto.
No, doctor. He tratado de hacer que
Quiami se enlace, pero l me repite que no es el
momento. Creo que debemos esperar, an queda
tiempo antes del salto y estoy tan consciente como usted de la importancia para rectificar el curso.
Lo que ms tenemos es tiempo Zandal, Y
si no contacta?
No lo s, creo que eso debera saberlo usted doctor y por sobre todo los navegantes. Usted supervisa la misin titube un momento y
decidi quitarle tensin a sus palabras.
Adems usted ha sido mi gua por muchos aos
doctor y confo, como siempre, en su criterio.
Infrmame cada tres horas, estoy en la sala
de CC. Y gracias por lo del criterio.
S doctor. Lo har.
Haba algo que no calzaba en toda esta locura y Zandal se sinti como un objeto fuera de lugar. Bernard, sin la ayuda de nadie podra haber
efectuado todas las labores y cuidados que necesitaba Quiami en la misin. Entonces, qu haca
l ah? Realmente no lo comprenda, pero l albergaba un gran apego hacia aquel nio y eso era
quizs lo que lo mantena en ese lugar, pues, gracias a su dedicacin y cario se pudo educar a
Quiami en sus enlaces sin que tuviese problemas

de pnico, de personalidad y otros sntomas asociados. Para Zandal lo nico que importaba era el
bienestar del nio, y ste, en alguna manera, representaba todo lo que l nunca pudo ser. No
deseaba tener a ese pequeo nio solitario a merced de los caprichos del Istmo. No. No dejara
que nadie daara jams al nio. Nadie en absoluto.

***
Transcurrieron los cuatro das restantes sin
otro contacto. Quiami, comprendiendo la situacin, entr en estado de trance inducido por
Zandal. La rectificacin del curso se hizo por
transposicin de datos entregados en Tierra antes
de la partida y lo que se pudo conseguir de la
mente del nio. Segn CC haba menos de un
diez por ciento de probabilidades de error, lo
cual iba aumentar de manera exponencial en los
saltos siguientes si no haba ms contactos y rectificaciones.
Zandal entr a la cmara con ms temor que
la primera vez. Estaba el desasosiego, sutil e inocente que haba percibido en Quiami. Un temor
que estaba siendo absorbido por ellos durante
todo el viaje en hibernacin, como una flor carnvora de siglos de gestacin.

Pasaran los prsecs como hojas en el viento


otoal terrestre y para Zandal esa transitoria
muerte, lograba que algo en su interior deseara la
gran y definitiva muerte de una vez por todas,
para as reunirse al fin con Dana, donde fuera en
el otro mundo, si es que lo haba. Pero estaba el
nio y algo ms que an no lograba comprender.

2
Quiami, cmo te encuentras? era la voz
del doctor Weist, veo que te recuperas mejor
que la primera vez.
Zandal?
Est en recuperacin, hijo respondi el
doctor muy paternal. Lo vers apenas est
bien, ahora deja que las Mangas Maternas te
ayuden a reincorporarte.
Bernard Weist se qued en la sala con el nio. Nunca haba tratado a Quiami l solo, pero
era mejor comenzar a acercarse al nio, pens.
En caso de que Zandal sufriera algn tipo de
problema mayor al que se haba suscitado en esa
ocasin.
Todos se encontraban sentados alrededor de
la mesa del pequeo comedor para cenar, menos
Zandal, ya que l haba tenido bastantes dificultades para recuperarse en su segundo despertar.

Cuando Quiami pidi permiso para ir a la


ventana panormica principal, situada en la parte delantera de Nido, el navegante Surina lo
acompa en ausencia de Zandal-21. l, por su
parte, debi someterse a varios exmenes mdicos durante la jornada, en vista a su dificultosa
recuperacin.
No pasaron ni diez minutos frente a la ventana panormica cuando el nio entr en trance y
experiment el esperado nuevo contacto con el
lejano ente.
Quiami, me oyes? la voz de Inteligencia
Uno, el cual se haca llamar Schayrererai, Chacha
para Quiami, hizo que el nio conectara su mente con la de l.
S, te siento. Ha pasado un largo tiempo,
no es as? pregunt Quiami.
Ms del que tu cuerpo pueda comprender y
tambin menos Quiami. Desde aqu siento la fuerza de
tu ser y los que te acompaan. Estoy ansioso del encuentro.
Tambin nosotros, Chacha, sobre todo el
doctor. Ahora ellos necesitan algunas coordenadas desde donde ests para ratificar los datos en
la nave para el prximo salto.
Silencio absoluto en la mente del nio hasta
que una rfaga de luz pareci nacer en lo ms
profundo de sus pensamientos con los nuevos
datos. Cuando Quiami abri los ojos lo primero

que vio fue el inmenso abismo del espacio profundo, acompaado por la gran sonrisa del doctor y la compaa de los dos navegantes del Nido. Al parecer todo haba vuelto a los protocolos
establecidos y no deba preocuparse, pues su
amigo estara bien. As le haba dicho Chacha en
aquella luz en su mente.
Zandal, a pesar de las drogas, an no senta
sus miembros. En un momento, mientras era
alimentado por las sondas, pens que la verdadera muerte haba llegado de una vez por todas
para llevarlo donde Dana, para sacarlo de esa
aventura sin cabeza en la que se haba encaminado junto a los otros corderos... corderos, pens;
solo con reparar en aquella palabra hizo que recordara lo que lo mantena tendido an en la
cpsula de hibernacin: Quiami haba hablado
con l en los sueos... Imposible, pens, pero
tambin haba ido a un sitio durante aquel segundo salto. Cerr los ojos y, usando todo su entrenamiento junto a las pocas fuerzas que su
cuerpo todava tena, record lo que de verdad
sucedi.

***

Zandal respiraba agitado. Algo caus que abriera


los ojos, senta que faltaba aire y que una presencia lo
observaba. Solo estaban las luces de los tableros encendidas y el suave zumbido de los motores junto con
la casi imperceptible vibracin de la nave.
Zandal, me escuchas bien? era la voz del
nio, con lo cual Zandal se sinti de verdad muy aliviado.
S, Q, lo oigo claro. Termin el salto?
pregunt confundido.
No, Zandal, falta mucho para que eso suceda
respondi el nio. Pero su respuesta fue extraa,
nunca lo llamaba por su nombre, siempre le deca
Seor.
Sucede algo malo Quiami?
Las luces de la sala de hibernacin se encendieron
al nivel mnimo. De pronto el suave zumbido termin.
Por algn motivo la nave no se encontraba en estado
P, no se mova. Las cmaras de CC seguan, como
siempre, sistemticamente los movimientos de ellos
dos. Las luces de los monitores parpadeaban en forma
constante, asemejando un gran carnaval de silencio y
penumbra.
Zandal, le traje su ropa dijo el nio.
El hombre la recibi dubitativo, con una nerviosa
sonrisa.
Hay algo que me quieras decir Q?
S respondi Quiami, muy serio, lo
espero en la sala de control de navegacin.

Recin en ese momento Zandal se percat que


Quiami estaba vestido de vivos colores, como si hubiese estado despierto hace ya varias horas.
Se sent y arrop sin la ayuda de las doble M, ya
que se encontraban desactivadas. Vio el cuerpo del
doctor en su cubculo en frete de l, con las luces de
sostenimiento parpadeando rtmicamente sobre su
cabeza, quizs con su alma demasiado lejos de ese lugar, pens. Zandal sinti su cuerpo cansado al ponerse
de pie, pero no tanto como para no poder vestirse.
Pens que quizs haban transcurrido algunos pocos
siglos, de tiempo estndar, desde que entraron a la fase
de hibernacin. Su mirada la fij en la semi oscuridad
a su alrededor y vio los cuerpos de los dos navegantes
en sus cubculos especiales tambin sumidos en su
sueo casi eterno.
La sala de navegacin era pequea, una cpula
transparente en lo alto de la nave con dos asientos y
millares de botones y pequeas pantallas Cud, repletas
de nmeros y figuras geomtricas danzantes; y ah
estaba el nio sonriendo mientras observaba el gran
vaco salpicado por gotas de leche y silencio.
Hola Q, estoy aqu, listo para or lo que me
quieras decir dijo Zandal mientras se sujetaba de
una de los asientos. Estaba muy dbil, necesitaba nutrirse con urgencia.
S, Zandal el nio no paraba de sonrer y observar el infinito vaco el cual estaba a solo 10 cm de
hper fibra transparente. Recuerda cuando en

Tierra me cont una vez sobre las leyendas y dioses;


sobre Buda y Jesucristo; el Ying y el Yang y sobre la
serpiente que se va comiendo su propia cola?
S, Quiami, lo recuerdo. El Uroboros.
Ven, Zandal... Seor, tome mi mano Zandal
tom la mano del nio, sta se encontraba suave y
clida a diferencia de la de l.
Esto es un sueo Quiami o estamos despiertos? Pregunt, al percatarse de que era imposible
que pudiesen estar fuera de las cpsulas si en algn
momento comenzaba la aceleracin.
Usted debe saberlo tan bien como yo, use su
mente, Zandal... es entre ambos. Ahora viajaremos.
Viajar? Quiami, creo que no es bueno que estamos haciendo esto, es... Estamos muertos o te ests
comunicando mientras hibernamos? No deberamos
estar vivos fuera de...
Entre esos dos estados, Zandal interrumpi
el nio. Ahora, quiero mostrarle algo que Chacha
me ense en la otra ocasin, a raz de la pregunta que
le hice. Observe.
Zandal vio como todo a su alrededor se transparentaba y sinti como estrellas, planetas, nubes de
polvo csmico y materia oscura pasaban bajo sus pies
y sobre su cabeza. Tambin civilizaciones no terrestres
que nacan y moran en segundos, vio planetas enteros
que estallaban y grandes cruceros estelares que surcaban entre mundos y galaxias.

Qu es esto?pregunt Zandal, sin cuestionarse su propia cordura.


Los procesos de la vida y la existencia, tal como
usted me ha enseado en nuestro mundo Zandal. Si
observa con mayor atencin ver el eterno conflicto de
sta y, segn lo que he aprendido de Chacha, eso es lo
que nos hace luchar, subsistir y tener esperanza en lo
que viene. Ahora mire. El nio pareci transformarse en una luz violeta y todo lo que pas alrededor de
Zandal no era ms que una masa brumosa y brillante.
Zandal estaba casi en xtasis, maravillado observ
cmo a su lado pasaban las naves H, las primeras
naves tripuladas que surcaron el sistema Tierra hace
mil quinientos aos, luego las de centro atmico y las
hper lumnicas: la Expansin. Zandal atnito observaba en pocos segundos, como un espectador en una
inmensa sala de cine, la obra del Homo Sapiens y sus
ansias de conquista y triunfo, hasta que poco a poco
todo fue diezmando en un largo y montono tedio de
prsecs de distancia. La serpiente se encontraba a s
misma.
Cada vez que la Expansin avanzaba
comenz a hablar Quiami, los mundos limtrofes
estaban limpios y llenos de esperanza, a diferencia del
centro de la sociedad humana en sistema TierraMarte, que cada vez estaba ms carcomido por el odio,
la envidia, la desesperanza y las desgracias. Esa especie de virus poco a poco fue avanzando hacia los lmites de la Expansin atacando a los nuevos mundos.

Por qu me muestras esto y Schayrererai desea que lo vea?pregunt Zandal, aceptando lo que
pareca ser la antesala a su muerte definitiva.
Dijo que es para que tengamos nuestras propias conclusiones. Y evitemos lo de las otras veces.
Pens en el doctor, los navegantes, la raza humana; su raza, su especie. En la soledad enorme que envolva al hombre desde haca eones...
Y los otros qu: el doctor, los navegantes?
No hubo respuesta de Quiami.
El virus siempre avanza termin por decir el
nio.
Ese virus nos alcanzar, o nos espera como
un lobo asechando a los corderos? Quiami responde,
qu te dijo? Es Inteligencia Uno un lobo?
Otra vez no hubo respuesta, hasta que un mundo
rojizo y devastado con solo una pequea porcin verde
y azul se les vino encima. Luego, el aroma a la tierra y
un clido viento toc cada uno de los sentidos de Zandal. De pronto, todo era vida y aquel mundo entero
pareca florecer.
Observa y sgueme le orden el nio con
gentileza, mientras Zandal senta sus pies sobre la
hierba y ya no haba cansancio.
El hombre no daba crdito a lo que estaba experimentando, eso era sin duda mucho ms que un sueo
o una simple auto hipnosis. Era el paraso?
Dnde estamos?pregunt Zandal, ya con la
respiracin agitada por encontrarse en una atmsfera

natural y supeditada a una gravedad mayor a la que


estaba acostumbrado en IO y la nave.
ste es un mundo limtrofe olvidado por todos,
Nueva Sirio ser su nombre. Ven quiero que veas algo
y tambin a alguien.
Zandal sigui al nio por un sendero rodeado de
rboles, con la luz de un rojizo sol colndose por entre
las hojas y varios insectos multicolores revoloteando a
su alrededor. En ese instante no haba rastro de temor
en el corazn de Zandal.
Llegaron a una construccin gruesa y rectangular, de unos cincuenta metros de largo y veinte de ancho, con una torre alta, la que tena grabada en su base
nueve caracteres: 0V0 XII 8128 y la cual cobijaba una
brillante campana dorada repleta de figuras geomtricas dibujadas en su superficie, que representaban,
segn dijo Quiami, a los dioses creadores del mundo
y las estrellas.
La campana comenz a sonar luego que varias
personas ubicadas a la entrada de la estructura vieron
a Quiami y Zandal. La gente salud muy cordial a los
dos huspedes, todo era tan natural para Zandal que
comenz a sentir como la paz llenaba su cuerpo, pensamientos y por qu no, alma.
Ellos esperan por ti, Zandal, pero hay alguien
que te necesita mucho ms, al fondo del pasillo. Ella ha
estado esperando por tu cuerpo de hombre tambin
hace tiempo.

Ah se encontraba Dana, frente a un altar, vestida de rosa y con flores en su cabello. Su Dana. Quiso
una explicacin de Quiami, pero el nio solo le dijo
que lo sac de su casi muerte en otro tiempo y que
despus recibira su esperada respuesta. Y por supuesto que la esperaba. S, era lgico que todo lo que estaba
experimentando era un sueo o algo creado por aquella gran fuerza llamada Inteligencia Uno pero haba
algo ms, y Zandal no poda ir en contra de lo que
estaba sintiendo, no era capaz de cuestionarse nada
ms, pues en alguna forma todo lo que suceda era
algo deseado con todas sus fuerzas.
El nio ley el conflicto en su rostro y ojos.
Quiami le dijo solo lo que l deseaba:
Ve Zandal, Seor. S feliz ahora. Ten una vida,
la vida que te mereces, la que una desgracia te ha quitado de las manos y pronto veras perdida. Recuerda,
el que hizo todo es bondadoso y quiere tanto al lobo
como al cordero. Ve y vive, cuando mueras ser tan
solo una pequea muerte, como en las cmaras. Recuerda que el tiempo es como el agua en el tiesto, y
esta es una sensacin de la cual el hombre ya casi no
es prisionero.
Eres Chacha, no?
No, Zandal, casi... Ya te lo dije: Estoy entre t
y l. T tienes la respuesta final.
Todo se puso confuso, como si su yo fuesen dos
personas, hasta que la otra tom el control y, antes de

que Quiami se retirara, escuch las ltimas palabras


del nio:
Recuerda siempre el nmero de los creadores,
esos, los de la torre, Zandal. Algn da salvars ms
de lo que te imaginas sinti que caa por un abismo
sin fin hasta que los labios de Dana tocaron los suyos
y la gente comenz a vitorear. El hombre que fue en el
Nido, finalmente, se haba ido.
No haba preguntas ni temor, ni tampoco recuerdos; todo pareca fraguarse en una vida esperada y
conocida por l desde hace mucho, desde siempre. Camin junto a Dana hacia el brillante altar. Se dej ir.

NDICE
Edicin ntegra

EL DESPERTAR DEL NIO

11

LA CITA

15

INTERLUDIO

62

DESCUBRIMIENTO

63

EPLOGO

109

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